Creo en El Espíritu Santo

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CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu en el AT

El ES es la tercera persona divina de la Santísima Trinidad. Se le identifica


con el amor sustancial en la relación Padre-Hijo y es el principio de toda
santificación en la Iglesia.

La revelación del ES se ha dado de manera progresiva a lo largo de la


historia de la salvación. Anunciada veladamente en el AT, espera la
palabra precisa de Cristo que manifestará la plenitud del misterio trinitario.

La palabra espíritu ruah en el AT tiene tres significados: 1º. Es el viento o


el soplo del aire; 2º. Es la fuerza viva en el hombre, principio de vida
(aliento), sede del conocimiento y de los sentimientos; 3º. Es la fuerza viva
de Dios por la que él obra y hace obrar, tanto en el plano físico como en el
plano espiritual.

La trascendencia de Dios se hace presente en el mundo a manera del


viento y del aliento, pero sin confundirse con ellos. El viento y el aliento
son imágenes que ayudan a comprender la fuerza de Dios y su presencia
en el mundo: presencia tenue (viento), pero que puede ser arrolladora
(huracán); presencia que da vida (aliento: en la creación del hombre,
también es el espíritu de Dios al que da la vida al cuerpo material), pero
que puede suscitar experiencias arrolladoras (delirios, sueños, arrebatos).

La maduración histórica de Israel ante la presencia de Dios. Le conduce a Por lo tanto, el espíritu de Dios en el AT es el signo de la presencia de
comprender el ruah unida a la palabra de Yavé, palabra libre y fuerte, pero Dios en el mundo. Pero, a pesar de que va tomando características
sabia y orientada a la realización del plan de salvación para su pueblo. En personales, a pesar de que se va personificando, no pasa esta tendencia
tres aspectos se puede sintetizar el sentido del Ruah en el AT: de ser una expresión literaria. Pero apunta al futuro. En el encuentro de
Dios con el hombre, Dios es capaz de más: de trascenderse a sí mismo y
1.- El Ruah, el espíritu de Dios, aparece en Israel en el contexto de la autocomunicarse personalmente.
creación. La presencia de Dios es necesaria para que haya existencia (Gn
1, 1-2). Es necesaria para que exista vida, comienzo y novedad. Es lo que Igual que Dios había dejado traslucir su paternidad en Israel, sin que nadie
hace obrar al hombre con libertad y creatividad. supiera que tenía un hijo único, había también dejado traslucir su
presencia amorosa, sin que se supiera que tenía un espíritu. Nadie había
2.- El Ruah, el espíritu de Dios, se manifiesta como la fuerza salvadora de podido saber que las intervenciones de Dios a través de profetas, reyes,
Dios. Dios suscita a héroes, jueces, reyes y profetas, para salvar a su sacerdotes, tenían su origen el mismo corazón de Dios, y en su relación
pueblo. El espíritu conduce la historia por medio de hombres llenos de su entre el Padre y el Hijo. Del diálogo del Padre y del Hijo podría proceder
fuerza, sabiduría y poder. Pero es también el espíritu de Dios el que una tercera persona que recibiría el mundo como una persona-don el
purifica los corazones y santifica a su pueblo, incluso con el destierro, la Padre y del Hijo.
invasión y el exilio.
La revelación del Dios de Jesucristo es desconcertante (sorprendente). Es
3.- El espíritu de Dios es la fuerza que abre la historia y el que la Padre de una manera que nadie podía sospechar, como Padre de un Hijo
transforma, anunciando un futuro de plenitud. En la tempestad y en las unigénito amado. Un Hijo que en la plenitud de los tiempos ha asumido
calamidades el espíritu anuncia la liberación y la esperanza. Anuncia un una naturaleza humana y se ha hecho un hombre entre los demás. Pero
mundo nuevo, un pueblo nuevo y universal, un mesías, un rey, un aún más: Dios Padre e Hijo es inspirador del Espíritu Santo. La paternidad
sacerdote, un salvador. de Dios y la filiación del Hijo se ahondan y se enriquecen con la
procedencia del Espíritu Santo. Se descubre en la interioridad más íntima
de Dios mismo como espíritu del Padre y del Hijo, y que por su envío a
nuestros corazones podemos ser hijos y llamar a Dios Padre.

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