2 Introducción A Las Técnicas Artísticas Secas
2 Introducción A Las Técnicas Artísticas Secas
2 Introducción A Las Técnicas Artísticas Secas
El carboncillo
El carboncillo se obtiene quemando diversos tipos de maderas como la de sauce, abedul o parra, en recipientes
cerrados y a temperatura muy elevada. De esta manera se consigue carbonizar la madera y crear un material de color
negro intenso, frágil, que se adhiere relativamente al papel, lo que hace que sea un buen medio para abocetar. Es
importante utilizar un buen carboncillo en obras finales, ya que los de poca calidad pueden tener nudos que contienen
partículas cristalizadas que rayan con facilidad dañando el papel. Se comercializa en distintos grosores que nos
permiten desde cubrir grandes áreas hasta pequeños detalles.
Carboncillos
Para borrar utilizaremos un trapo, goma moldeable o maleable y en algunos casos goma de nata, pero con
precaución ya que esta roza más el papel que la modelable, en concreto nos servirá para sacar pequeñas luces en
nuestro dibujo.
Es el medio de dibujo más empleado a nivel de aprendizaje. Con él se puede lograr un acercamiento efectivo a la
forma y a la entonación con un grado superior al grafito, ya que con este es muy fácil caer en un dibujo más efectista,
perdiéndose la unidad tonal.
El carboncillo, por ser un medio inestable acerca al dibujante novato al concepto pictórico. Como cualquier medio
nuevo necesita un aprendizaje progresivo. Los primeros resultados a nivel de trazo son gratificantes porque permite
gran expresividad, pero a nivel de tono puede ser al comienzo algo frustrante. Es un medio que necesita mucha
insistencia, es un medio que necesita tiempo para conseguir su dominio. Por otra parte permite la obtención de grandes
superficies de grises y con él se consigue una primera ejecución del volumen muy directa. Esta agilidad no la permiten
las otras técnicas tradicionales. La forma de trabajar la luz no se asemeja a ningún otro medio.
Con el carboncillo los resultados están muy influidos por el tipo de soporte. El uso de un papel adecuado es
fundamental, ya que uno inapropiado sólo va a provocar frustración a la vez que complica la obtención de un resultado
correcto. Se necesitan papeles porosos y con textura como el papel verjurado tipo Ingres o Fabriano.
La forma de trabajar con el carboncillo tiene un vertiente académica en el dibujo tradicional de estatua, que se
emplea como medio de aprendizaje, que a la vez permite toda la expresividad que desee el creador. En el dibujo
académico el trabajo con carboncillo tiene cuatro fases: el encaje, la definición de las formas por medio de la línea, el
entonado o sombreado y el acabado.
- Se deben emplear formatos grandes, los tamaños pequeños limitan las posibilidades de realización.
- Puede difuminarse con los dedos, aunque con precaución, pues es muy fácil que se engrase el papel con la grasa de
los dedos, con lo que osteriormente pueden aparecer manchas. También hay que tener cuidado con el sudor de las
manos. Para dibujos acabados se puede utilizar lana, difuminos y también esponjas para los fondos o para tonos
uniformes.
- Si deseamos obtener negros intensos, no deberemos difuminar, sino que usaremos el carbón directo.
- Si se usa papel de color, se pueden extraer luces con tiza blanca o con creta blanca que es más estable.
- El carbón es un medio que permite una amplísima valoración tonal, desde el gris más sútil y delicado hasta el negro
más intenso.
Retrato a carboncillo
Retrato a carboncillo 2
Retrato a carboncillo 3
El grafito
El grafito es un mineral, una de las formas en las que se presenta el carbono en la naturaleza. En concreto es
carbono cristalizado (plombagina) casi puro. Aunque se descubrió enBaviera (Alemania) hacia el año 1400 se
confundió con el plomo, de ahí que tradiciopnalmente se le llame lápiz de plomo. Antes de usarse el grafito se usaba
para dibujar la llamada punta de plata (aleación de estaño y plomo).
Se comenzó a utilizar en Gran Bretaña en el siglo XVI en el Condado de Cumberland, donde se explotaron las
primeras minas de grafito. Simplemente se cortaba en varillas, al ser un material blando, tiene una gran capacidad para
“manchar” y se usaba originalmente más para marcar que para dibujar. En la actualidad el grafito forma parte de
muchos materiales por sus múltiples propiedades y podemos encontrarlo desde en ladrillos, pasando por
medicamentos hasta raquetas de tenis.
La difusión del lápiz como instrumento básico para el dibujo y la escritura comenzó con la fabricación de lápices en
Stein (Alemania) por parte de la marca Faber-Castell. A finales del s. XVIII el francés Nicolás Conté y el austríaco
Joseph Hardmuth descubrieron que después de mezclar el grafito con arcilla se podían realizar varillas, estas eran
horneadas para darles dureza. Este basicamente es el proceso que se sigue utilizando en la actualidad, aunque se
añaden grasas y ceras. En función del porcentaje de arcilla y grafito que se emplee, se puede controlar la dureza de la
mina. Cuanta más arcilla más duro, cuanto más grafito más blando.
La dureza de la mina de grafito se clasifica con una combinación de letras y números. La letra H, del inglés
Hard=duro para los lápices duros, la letra B del inglés Bold=negro para los blandos y en algunas marcas existe la letra
F, del inglés Firm= firme, fuerte. El número combinado con la letra nos dice el grado de dureza del lápiz. Un lápiz 8B
nos permitirá crear un tono intenso, mientras que un 8H casi será ianpreciable y su dureza está pensada para otros
materiales que no sean el papel.
El lápiz de grafito más habitual es de madera de cedro, ya que es suficientemente estable para no arquearse con la
humedad a la vez que no es una madera dura con lo que podemos afilarla con facilidad. Suelen ser de sección
hexagonal, con mina cilíndrica de 2mm de diámetro. Se comercializan en multiples tamaños, formas y materiales, en
algunos casos con una finalidad específica (como el lápiz de carpintero) y en otros con formas comerciales y de los
materiales más diversos.
Por otro lado se comercializan minas para portaminas entre 0,3mm y 5mm de diámetro, barras de grafito recubiertas,
barras de grafito de sección hexagonal, rectangular o redonda de hasta 12mm de diámetro. En el caso de las minas de
portaminas de 0,5mm podemos encontrar durezas desde 3H hasta 2B, y en grosores de 0,3mm, 0,7mm y 0,9mm se
comercializa una gama de dureza menor. En el caso de las barras gruesas suelen encontrase entre B y 9B, es decir,
grafito blando para trabajo artístico de gran formato.
Como medio de expresión plástica, el grafito permite trabajos de gran perfección: la calidad de acabado que oferece a
nivel de uniformidad tonal es una de las mejores que se pueden lograr dentro de las técnicas del dibujo.
Sin embargo, el grafito presenta el inconveniente de que el trabajo con él puede resultar lento al lado de otras técnicas.
Con el grafito ha de realizarse una entonación progresiva y uniforme en todas las zonas del dibujo simultáneamente.
Nose puede dibujar por zonas aisladas, sino en conjunto. Si no se hace así, es fácil caer en efectismos y puede plantear
problemas con la unidad gráfica de una obra.
Trabajando con el grafito es muy importante jugar con las diferente graduaciones de dureza de los lápices, reservando
los lápices duros para los tonos claros, y los blandos para tonos medio y oscuros. Si no se hace de esta manera, se
pierde la claridad de un acabado uniforme, ya que los lápices blandos, aunque pueden producir tonos claros, estos van
a aparecer con una textura con excesivo relieve. Aunque es un medio que admite muchos tipos de papel, en general se
obtienen los mejores resultados con papeles de grano ligero, cuando el resultado buscado implique una buena
graduación tonal. Si lo que queremos es hacer apuntes rápidos, sin necesidad de una gran resolución tonal, los papeles
de grano medio también dan buen resultado. Para borar el grafito existe multitud de gomas; para papeles porosos y
suaves da buen resultado la goma de miga de pan, en papeles más duros, liso y con poco grano resultan bien las gomas
de nata. En cualquier caso, si hemos utilizado lápices blandos, al ser estos más grasos conseguir borrar totalmente es
una tarea practicamente imposible. Por esta razón es por la que también deberemos hacer una entonación progresiva.
Con el grafito se pueden lograr una gran cantidad de efectos que logran múltiples acabados. Tonos esfumados o trazos
sin difuminar, los más pequeños brillos y sutiles detalles muy matizados, líneas definidas o expresivas y gestuales son
parte de las posibilidades que permite el grafito.
Una de las claves del dibujo con grafito es la entonación. Si esta no es correcta, el resultado será defectuoso, bien
porque sus contrastes tonales sean excesivos, bien porque se produzca una monotonía que haga perder la definición
del objeto dibujado. La variedad de tonos y el valor preciso de los brillos es una condición necesaria en una obra
realizada con grafito.
Existe un tipo de lápiz de grafito que es acuarelable. Es un lápiz que se puede usar como cualquier lápiz de grafito
pero en su composición se han añadido sustancias solubles que permiten simplemente con agua convertir esta técnica
seca en una técnica humeda.
- Para minas duras, papel satinado y para las minas blandas papel aspero.
- Para extraer las luces con la goma, lo haremos sobre una base difuminada.
La sanguina
La características más notables del empleo de la sanguina en la ejecución de dibujos, consiste en que ofrece una gran
delicadeza al tacto, siendo a la vez un medio estable, fluido en el trazo, muy luminosos y con mucho colorido. Es, no
obstante, un procedimiento con entidad propia, no es ¬ -como a simple vista se pudiera creer- una variante del
carboncillo.
La sanguina es un pigmento de óxido de hierro (hematires roja), cuyos colores oscilan entre el rojo anaranjado y el
rojo violáceo. Su estructura está compuesta por arcilla y óxido férrico que le confiere un característico color rojizo.
Dependiendo del grado de cocción y de los porcentajes de arcilla que contenga, su color puede variar ostensiblemente.
El color sanguina no existe como tal, aunque se denomina así a toda esa gama rojiza.
Como técnica de dibujo comenzó a utilizarse en el siglo XIV, aunque era conocida antes en forma de polvo y con la
denominación de "sinopia" y se empleaba para el trazado previo de la pintura al fresco. En el siglo XIV se aplicó ya en
forma sólida o aguada y posteriormente se elaboraron las barras con diferentes tonos (sepias, sienas...) con lo que
aumentó la amplitud tonal al mezclar estos tonos con la sanguina directa.
La sanguina se presta de una manera extraordinaria para la ejecución de estudios del cuerpo humano y para retratos,
aunque con la mezcla de tonos disminuye la luminosidad característica. Su uso, hasta mediados del siglo XVIII,
estuvo restringido a los estudios del natural. A partir de entonces se amplió el espectro temático y comenzaron a
plasmarse con sanguina toda clase de motivos, desde la figura humana hasta paisajes, destacando en estos últimos su
luminosidad sin contrastes violentos que permite precisas matizaciones tonales.
En el mercado se ofrecen una amplia gama de tonos y durezas. La presentación en forma de barras, minas o lápices
permite trabajar con comodidad distintos estilos. Si necesitamos precisión y detalle los lápices son mejores, siempre
que los afilemos del mismo modo que el lápiz de carbón compuesto.
El empleo de varios medios de dibujo distintos, en una misma obra, es una práctica común utilizada en muchas
épocas. En general lo que se pretende al combinarlas es proporcionar aspectos cromáticos que un solo medio no
permite. No se busca una ejecución colorista, ni siquiera la aproximación a un color concreto. Lo que se busca es jugar
con los tonos, no solamente aumentando la gama, sino también calentando o enfriando los valores cromáticos. Se
combinan también con una función expresiva. Combinando la sanguina con el carbón compuesto durante la ejecución
de un dibujo, efectuamos una serie de modificaciones que enriquecen tonalmente nuestra imagen a nivel cromático y
tonal, acentuando contrastes y dando mayor profundidad a nuestra obra.
El uso de papeles de color permite la armonización del dibujo. En función del tema elegimos una u otra tonalidad de
papel, lo que nos da la posibilidad de controlar el ambiente que queremos crear.
Resulta muy agradecido el resultado por su frescura, consistente en la realización del encaje con sanguina, un trabajo
posterior con el lápiz carbón sin una posterior utilización de la sanguina. Se consigue una entonación cálida muy
característica, de difícil obtención con sepias o sienas.
Técnica de la sanguina.
El encaje se realiza de forma similar al carboncillo, es decir, de una manera muy suelta, pero teniendo en cuenta que la
sanguina "mancha" más, su ligera dureza deja más depósito en el papel y por lo tanto oscurece más, en un papel
texturado, este no ofrece resistencia al contacto con la barra. También debemos de tener en cuenta que es más difícil
que el carboncillo a la hora de borrar. La luminosidad que permite esta técnica es uno de sus mayores atractivos, pero
por otra parte no permite grandes contrastes, es por eso que se combina con la sepia para tener una mayor valoración
tonal y un mayor contraste. En muchos casos utilizamos primero la sanguina, después la sepia y para unificar y
armonizar el color de nuevo la sanguina. En el casode trabajar sobre papel de color , si este no es claro, podemos
acentuar las luces con la tiza o la creta blanca.
La claves de la sanguina
- Es un medio estable.
- Admite ser mezclado con otros medios, como carboncillo, lápiz de carbón compuesto, barra de sepia e incluso con
grafito.
- Es conveniente fijarlo.
- Los papeles recomendados son los texturados, desde verjurados hasta papeles ásperos.
- Los tono muy claros se difuminan mejor con difumino y los medios y oscuros con los dedos.
- Es difícil de borar, sobretodo cuando se ha cargado mucho de materia. Se necesitan gomas duras.
Conocido por el nombre del primer fabricante como lápiz Conté, es un medio elaborado con una mezcla a base de
carbón prensado, resinas y arcilla. El lápiz carbón o lápiz Conté es un medio más graso que el carboncillo, al tener una
mayor concentración de hollín en su composición. Se suele emplear para potenciar aspectos y detalles concretos del
dibujo o para obtener negros intensos, combinado en muchos casos con la sanguina.
Su calidad es menos mate que el carboncillo y es un medio ideal para el dibujo ya que auna estabilidad y amplitud
tonal, con lo que permite elaborar detalles con más precisión y rapidez que el carboncillo. Por otro lado su estabilidad
hace más difícil ser borrado.
En muchos casos se utilizan combinados lápices carbón y carboncillo, ya que su base común es el carbón se integran
totalmente, siendo posible aprovechar las posibilidades de los dos medios. Hay que tener en cuenta que al contrario
del carboncillo que se aclara al difuminarlo, el lápiz carbón se oscurece tapando con facilidad el poro del papel.
Se comercializa en forma de lápiz y también en barrascon tres graduaciones: blando, medio y duro.
El tipo de papel recomendado para el lápiz carbón es el de grano medio o grano grueso. Como en muchos casos lo
combinaremos con el carboncillo, los papeles que empleemos para el carboncillo darán un buen resultado.
- Se borra con dificultad, a no ser que el tono tenga una base de carboncillo difuminado.
- Para conseguir un negro absoluto necesitamos insistir combinando dureza media y blanda.
Existen varios tipos de lápices de color que, en principio, podrían clasificarse por la dureza, pero como esta depende
del aglutinante que interviene en la composición, son los aglutinantes, por tanto, la base de su clasificación. Dentro de
los distintos lápices de color que se comercializan, sólo algunas marcas y dentro de sus series más caras especifican su
dureza. Los grasos son los más blandos, y en su aglutinante se añade goma arábiga en una pequeña proporción. Los
lápices medios son los más conocidos y habituales, su aglutinante posee cera virgen, resina y esencia de trementina en
una baja proporción. Los lápices de color más duros pueden corresponder a determinado tipo de lápiz acuarelable y en
otros casos a lápices de baja calidad que contienen mucha cera. Cualquier lápiz de color es soluble en agua, con lo que
podemos combinar una ténnica seca con otra húmeda. Existe una clase en concreto de lápices que están creados para
ser solubles, son los lápices acuarelables. Suelen ser más gruesos y blandos, de forma que manchan el papel con más
facilidad.
La características que mejor definen los lápices de color es la posibilidad que ofrecen de pintar con un medio tan
sencillo y familiar. Aunque hay que diferenciar claramente el concepto de colorear del de pintar. Colorear es cubrir
una superficie con color, pintar es logra un equilibrio entre dibujo y color. Coloreando rellenamos formas con color,
pintando creamos formas con el color.
La técnica de pintar con lápices de colores consiste basicamente en la superposición progresiva de colores hasta
conseguir el tono deseado. Hay que tener presente que la capacidad de teñir no es igual para todos los colores, esta
propiedad condiciona el orden de superposición así como la intensidad con que se apliquen. En principio debemos
pensar que no se pueden borrar, por este motivo su aplicación será progresiva, evitando que se produzcan desajustes
cromáticos ni se dañe la superficie del papel. Una cantidad excesiva de pintura impermeabiliza y pule el papel
impidiendo el agarre de más color.
Al ser una técnica tan habitual y emplearse en el entorno escolar no es en general muy apreciada pero permite,
controlando su técnica grandes resultados.
A la hora de elegir el papel para dibujar con lápices de color hay multitud de papeles aptos para su uso, lo que
debemos de tener claro es el tipo de imagen que queremos crear y en función de eso escogeremos dureza, textura y
color. No son recomendables los papeles satinados ya que no recogen bien el color, ya que los lápices tienden a
resbalar sobres este tipo de superficie. El papel verjurado –tipo Ingres- tiene un grano es bastante fino y es resistente,
es uno de los tipos de papel que mejor reciben los colores. El papel de grano irregular semisatinado no da una calidad
de textura uniforme con lo que el agarre del color también será irregular. El papel también texturado tipo Canson da
buen resultado, además se comercializa en una amplia gama de colores. El papel de acuarela si no es de grano muy
grueso puede dar buen resultado y será el más recomendable para lápices de color acuarelables.
Para imágenes con tonos uniformes y suaves el papel de grano fino no es el más apropiado ya que se tienden a notar
más los trazos. Por el contrario en los papeles de grano grueso, que actúan de modo similar a una lija, los fallos que
pueden haberse producido al realizar los trazos se notan menos.
En muchas ocasiones nos preguntamos para que sirve el lápiz de color blanco, la respuesta es muy sencilla prueba a
utilizarlo sobre papeles oscuros combinado con el resto de la gama de la que dispongas. En cualquier caso, cuando
utilicemos papel de color tendremos que tener claro como actua este en relación a la gama de lápices que estemos
empleando.
La tiza
La tiza permite trazar líneas de intensidad y finura destacadas, pero también de fuerza basta, ancha y granulosa; se
puede emplear desde los formatos de papel pequeños hasta los medianos. No se elimina tan fácil como el carbón.
La tiza (de material yeso) pueden obnenerse en piedras prismáticas o redondas, también revestidas de madera y con
distintos grados de dureza. Se rompe con facilidad como el carboncillo con lo que su manipulación es sencilla. La tiza
responde bien a la presión de la mano y ofrece una gama amplia de tonos difuminados (graduaciones presisas) desde
el gris suave hasta el negro intenso que sólo se supera con la tinta china.
Es difícil eliminar del papel una raya de tiza dura, se puede borrar con miga de pan, plastilina o goma maleable. Las
gomas normales para grafito tienden a ensuciar, aunque son útiles cuando están afiladas para pequeños detalles.
Un material similar a la tiza es el bistre, compuesto fundamentalmente por hollín de haya es de tonos marrones. Se
comercializa en piezas prismáticas y se usa de modo similar a la tiza. Es inestable y es necesario fijarlo, por lo que hay
que tener en cuenta que cuando lo hagamos se oscurecerá. Realmente el bistre es un pigmento al que se le ñaden
aglutinantes.
El pastel
Son barras de colores hechas con una mezcla de pigmentos y resinas. Se fabrican en una gran variedad de colores y en
tres grados de dureza, siendo los más blandos los más aconsejables por su facilidad de uso y por los delicados matices
cromáticos que se pueden obtener.
El papel indicado para el pastel es aquel que tenga una textura con bastante grano. Da muy buen resultado sobre
papeles coloreados tipo Canson.
Se pueden emplear con procedimientos técnicos diferentes; punteados, rayados, difuminados o combinando las
distintas técnicas. Al poder emplearse distintas técnicas permite una gran expresividad.
Es una técnica inestable que requiere un buen control manual pero siendo una técnica seca tiene grandes cualidades
pictóricas. Una de las características que hecen interesante ese medio son sus múltiples posibilidades gráficas, es
decir, que permite efectos muy diferentes. Con el pastel podemos crear imágenes de tonos suaves y muy matizados
con aspecto fotográfico y muy realista, o podemos expresar toda nuestra gestualidad. El difuminado, la mezcla de
colores hace que esta técnica se emplee como alternativa a las técnicas humedas, de forma que podemos pintar en
seco.