Resumen Diapositivas

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2.

 El testimonio de algunos escritos escogidos del Antiguo


Testamento

Se han seleccionado algunos libros representativos del AT y NT, para ilustrar


como se expresa en los mismos, su proveniencia de Dios. En el AT se sigue la
distribución clásica de Ley, Profetas y Escritos. Se han seleccionado
Pentateuco, Profetas y Libros Históricos, por último los Salmos y el libro
del Eclesiástico.

2.1 Pentateuco: se desarrolla la idea de un origen divino de


los textos bíblicos en:

Ex 24,4 Moisés recibe de Dios el encargo de poner por escrito, el doc.


fundador de la alianza

Ex 34,27 El texto de su renovación

Ex 17,14 Moisés pone por escrito otras cosas importantes

Dt 27, 3.8; 31, 9 La redacción de toda la Torah

En el Deuteronomio se valora el papel de Moisés, el cual se presenta como


mediador e interprete de la palabra divina, así se le considera como autor
del Pentateuco, en los cuales no solamente hablan de él sino que además son
considerados obra suya.

Las afirmaciones centrales relativas al comunicarse de Dios se hallan en los


relatos del encuentro de Israel con Dios en el monte Sinaí/Horeb (Ex 19- Núm
10), allí se constituyó a Moisés como el único mediador de su reveleación.

Orígen divino de la palabra, se profundiza en el relato del Sinaí, solo el


Decálogo se relaciona a la idea de que ha sido escrito por el mismo Dios, en
dos tablas de piedra, la cual se desarrolla en dos direcciones, autoridad
especial y puesta como mediador a Moisés
Los diez mandamientos, como relación especial entre Dios y el hombre, Dios
cede a la petición de los hombres (Israel), que solicitan un mediador.

Ex 19 Dios se ha dirigido al pueblo de Israel

Ex 20,18-21 El pueblo pide a Moisés una mediación, por tener miedo del
encuentro inmediato con Dios

Ex 20, 22-2,33 Dios comunica las instrucciones a Moisés, luego de acceder


a la voluntad del pueblo

(Ex 24,3-8) Dios estipula la alianza con Israel.

Ex 24,12) Dios promete dar a Moisés las tablas

2.2. Los libros proféticos y libros históricos

Estos son los que insisten en mayor medida sobre el origen divino de su contenido.
Moisés arquetipo de los profetas Dt 18,18-22, en Pentateuco, profetas libros
proféticos y libros históricos.

2.2.1. Los libros proféticos: recopilaciones de lo que el Señor ha dicho a su pueblo


por medio de sus mensajeros

Libros proféticos se presentan como recopilaciones, estos libros declaran, con


insistencia, que el Señor es el autor de su contenido estos libros presentan a sus
autores como personas a las que Dios ha enviado con el cometido de transmitir un
mensaje a su pueblo.

a. Las «fórmulas proféticas»

Dos tercios de los libros proféticos afirman que estos son de origen divino.

Se sirven de la «fórmula del acontecimiento de la palabra del Señor», la fórmula


puede resumirse en la afirmación «la palabra del Señor vino a…» seguido del
nombre del profeta, ya sea Jeremías, Ezequiel, Oseas, Joel, Jonás, Sofonías y Zacarías
y a veces también del nombre de sus destinatarios (como en Ageo y Malaquías); de
los demás títulos.

La fórmula profética es: << así dice el Señor>> Al abrir el discurso con esta fórmula,
el profeta se presenta como mensajero del Señor, las dos últimas cierran el discurso.
b. Los profetas, mensajeros del Señor

Cuatro de los libros narran cómo actuó el Señor para que los autores de los escritos
llegasen a ser sus mensajeros: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Amós. Estos relatos
fundan el papel de mensajeros del Señor que los libros proféticos reconocen a sus
respectivos autores y, consiguientemente, fundan también el origen divino de su
mensaje.

2.2.2. Los libros históricos: la palabra del Señor tiene una eficacia infalible, y
llama a la conversión.

a) libros de Josué- Reyes- el Señor toma frecuentemente la palabra, En el libro de


los Jueces,  el Señor, o su Ángel, habla con frecuencia a dirigentes. En los libros
de Samuel y de los Reyes, el Señor se dirige a sus destinatarios por medio de
personajes proféticos. En la mayor parte de los oráculos reseñados
por Samuel  y Reyes, el Señor anuncia las desgracias que hará venir sobre los
dirigentes del pueblo.

el Señor es el autor principal de la historia de su pueblo; anuncia los


acontecimientos, y hace que ocurran.

b. Los libros de las Crónicas

Crónicas  abundan los discursos del Señor. Él habla directamente a Salomón.

En general el Señor se dirige al rey o al pueblo por medio de intermediarios: la


mayor parte de ellos recibe un título «profético», pero los hay también sin título.

Dicho brevemente, los libros proféticos se presentan integralmente como Palabra


del Señor. Esta ocupa un puesto preponderante también en los libros históricos.
Unos y otros, pero sobre todo los libros históricos, precisan que la Palabra del Señor
tiene una eficacia infalible y llama a la conversión.
2.3. Los Salmos

El Salterio es una colección de oraciones. Los Salmos expresan la oración de Israel


en las diversas épocas de su historia: en la época de los reyes; luego, durante el
exilio, cuando Dios es reconocido cada vez más como rey de Israel; finalmente,
después del exilio, en la época del segundo templo.

a. La experiencia de la intervención de Dios en la vida de los creyentes: Los que oran
experimentan la ayuda poderosa de Dios de dos maneras: como respuesta a su
clamor pidiendo ayuda; como escucha de las grandes maravillas de Dios.

Sal 30,9-13: «A ti Señor, llamé, supliqué a mi Dios: […] Escucha, Señor, y ten piedad
de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto, en danzas, me desataste el sayal y me
has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío te daré gracias
por siempre».

b. La experiencia de la presencia poderosa de Dios en el ámbito del santuario

c. La experiencia de Dios, fuente de sabiduría

Estos tres tipos de relación con Dios son vividos sobre la base de la alianza del Sinaí,
que incluye la promesa de la presencia activa de Dios en la vida cotidiana del pueblo
y en el templo.

2.4. El libro del Eclesiástico

En los libros proféticos es Dios mismo quien habla por medio de los profetas.

En los Salmos es el hombre quien habla a Dios, pero lo hace en su presencia y


adoptando formas expresivas que presuponen una comunión íntima con Él.

E los libros sapienciales los hombres hablan a hombres; sin embargo, el que habla y
el que escucha están ambos profundamente arraigados en la fe del pueblo de Israel
en Dios.
La sabiduría es atribuida explícitamente al Espíritu de Dios Job 32,8; Sab 7,22; 9,17;
también 1 Cor 12,4-11, «sapienciales» porque sus autores escrutan e indican los
caminos para una vida humana guiada por la sabiduría.

2.5 Conclusión

Diversos en cuanto a fecha y lugar de composición,

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