Vademecum - LuisPerezAguirre
Vademecum - LuisPerezAguirre
Vademecum - LuisPerezAguirre
V ademécum
para cristianos y cristianas
EJ¡,
TRILCE
Foto de carátula: Carlos Tato, gentileza de Brecha
ISBN 9974-32-399-1
L ib r o p r im e r o
I. Acerca de D ios...............................14
II. Acerca de lo sagrado y el cu lto.....22
III. Acerca de la santidad.................... 29
IV. Acerca de Jesús, hombre lib re .....38
V. Acerca del seguir a Jesús.............. 45
VI. Acerca del Espíritu Santo.............. 50
VII. Acerca del Reino de D ios............... 53
L ib r o s e g u n d o
L ib r o t e r c e r o
5
Esta obra tiene como antecedente su libro
(Bogotá, 1990, 1992; Caracas
M e d it a c io n e s c o r tita s
1990, 1992; Buenos Aires, 1992} que logró amplia
difusión: más de quince mil ejemplares solamente la
segunda edición venezolana.
P a b lo H a r a r i
23 de setiembre de 2005
6
P r e s e n t a c ió n
7
buenas noticias (evangelios) para nosotros y nuestros
contemporáneos.
Nadie busque en este vademécum un abordaje de
to d o s los temas propios del cristianismo. Aquí encon
trará solamente algunos tópicos, confieso que seleccio
nados de manera intencional, considerados claves y
útiles para esa triple intención recién señalada arriba.
Mi confesada “selección” temática es parcial, excluye
muchos aspectos importantes pero no por desinterés o
desdén, sino porque entiendo que los aquí menciona
dos responden a los principales desafíos de la época
que me toca vivir. Es una selección hija de una manera
particular de vivenciar hoy el meollo del compromiso
eclesial y evangélico.
Se ha dicho que toda obra de arte, todo cuadro, tiene
siempre dos autores: el que lo pintó y el que lo mira,
porque un cuadro es un medio de comunicación y toda
comunicación artística supone al menos dos personas.
El valor de la obra dependerá de ambas. Un libro es
también una obra conjunta de quien lo escribe y de la
persona que lo lee. Con más razón cuando se trata de
un manual. Su uso es intencionalmente funcional y el
valor depende tanto de quien lo confecciona como de
quien lo usa con habilidad y corrección.
Este vademécum es para que lo tengas a mano en la
mesita de noche o en un rincón de la mesa de trabajo,
para que lo puedas hojear en un ómnibus o en la sala
de espera del médico, en la cola para cobrar la jubila
ción o en la calma de la tarde. Puede ser leído y comen
tado en familia o en comunidad. Está confeccionado de
tal manera que puedes abrirlo en cualquier página y
comenzar su lectura por cualquiera de los párrafos.
También puedes leerlo de manera convencional, respe
tando el orden de los capítulos. Con él los cristianos
pueden hacer lo que no deberían hacer con la lectura
10
de la Biblia, es decir, abrirla en cualquier parte, leer un
versículo cualquiera fuera de su contexto, y pretender
saber -como si fuera el horóscopo- qué les dice Dios
para hoy... La Biblia no fue escrita para ser leída de esa
manera, tomando e l te x to literalmente, sin tener en cuen
ta el p r e -te x to del autor ni el c o n -te x to histórico y cultu
ral. Este vademécum, por el contrario, puede ser leído
sin esas precauciones.
Este libro, como todo vademécum, no pretende ser
erudito ni científico, en el sentido de que la teología o la
espiritualidad puedan pretender ser una ciencia. No lo
elaboré en las aulas de una Universidad pontificia, sino
en una pequeña habitación de un hogar de niños sin
familia. Por lo tanto expongo en sus páginas simple
mente lo que vivo como central en mi manera de enten
der el mensaje de Jesús, cómo me lo digo a mí mismo y
deseo decirlo a los demás. Confieso sí que detrás de
estas páginas hay muchas lecturas, estudios, prácticas
eclesiales, políticas y sociales. Es lo que de Jesús ha
quedado mejor asimilado por mí e incorporado
vitalmente a mi fe.
Lo redacté buscando acercarlo lo más posible al es
tilo antiguo del Kempis. Por eso empleo un lenguaje
coloquial y en forma de propuestas, cuando no de afir
maciones. El estilo es fruto de una necesidad que hoy
más que nunca me parece imperiosa: la sinceridad. Mi
deseo es que estas páginas ayuden a que cada cual se
pregunte de verdad qué cree y cómo cree. Y que sepa
decirlo a los demás con sencillez, que se atreva a decir
lo como buena noticia.
Quizás aparezca sin poder evitarlo que mi fe se ha
ido haciendo paulatinamente más eclesial y menos “ecle
siástica”. Quizás mi fe aparezca como lo más sincero y
personal que tengo para compartir. Me gustaría que
quien use este vademécum lo haga con benevolencia, lo
11
aproveche de la mejor manera posible y lo tome como lo
que es: mi confesión de fe. Si a alguien le sirve para
crecer en su vida cristiana, ¡aleluya! (es decir: ¡que Yahvé
sea alabado!)
12
L ibro primero
i. A cerca de D ios
14
4. A fin de cuentas lo importante para ti no se juega
entre la fe y el ateísmo, sino entre la fe y la idolatría. Lo
importante no será preguntarte si existe o no existe al
gún Dios, sino en qué Dios crees, y meditar si tu com
portamiento se vería afectado, si cambiaría según sea
la respuesta a esa pregunta. Si tu vida y tu actuar per
manecieran igual que antes, entonces esa pregunta
siempre será ociosa. Pero si tu vida y tu actuar cam
bian para bien, para ser más amante, particularmente
de los necesitados, entonces ya habrás zanjado la inte
rrogante y necesitarás a ese Dios como el agua o el aire.
is
rarte ateo frente a los ídolos que se presentan con nom
bre cristiano. Y debes unirte al ateísmo de todos los que
niegan a esos ídolos del poder y del dinero disfrazados
bajo apariencias cristianas, que se cobran víctimas por
millares entre los pobres.
16
nazan cuando recién nacidas salen de los huevos y co
rren, pequeñitas, hacia el mar. Busca una visión y una
experiencia de Dios que sean inclusivas, tanto de la vida
cósmica como de lo masculino y lo femenino. Nunca te
vendrá mal que cuando pienses en el Dios cristiano lo
entiendas también como la Diosa cristiana.
17
hasta la tierra prometida: “He v is to la a flic c ió n d e m i p u e
b lo e n E g ip to y h e o íd o s u s cla m o re s a c a u s a d e s u s c a p a
ta c e s , p u e s c o n o z c o s u s a n g u s tia s . Y h e v e n id o p a r a
lib e ra rle ...” (Éx 3, 7). Y porque Dios es puro amor, es fiel
a sus promesas. Porque es amor, es justicia y liberación
para los pobres: se encoleriza ante la injusticia en el
mundo, defiende a los pobres (Sal 103, 6): derriba de sus
tronos a los poderosos y enaltece a los humildes (Lc 1,
52); es esperanza y refugio de los “pequeños” y de los
excluidos por su condición económica, o racial, o por su
orientación sexual, o por su condición social o moral;
Dios es celoso de los ídolos que deforman su amor y con
ello deforman a las personas.
18
que Él estableció una comunidad entrañable con todos
y en ella nadie puede herir sin herirlo a Él y a los de
más. Nadie puede amar sin amarle a Él y a los demás.
Si Jesús trajo una transformación religiosa es precisa
mente la de abolir de raíz esa distinción entre lo sagra
do y lo profano. Lo religioso, según él mensaje de Je
sús, es lo que va a Dios a través del amor efectivo de las
personas entre sí, aun cuando no haya, detrás de ese
amor, la conciencia del valor cristiano que encierra.
19
19. Con humildad recuerda que todo lo que pensa
mos o decimos de Dios más allá de lo que nos ha reve
lado Jesús es un ser humano que lo dice. Dios no es el
omnipotente y sabelotodo que muchas veces hemos
imaginado. Para nuestro asombro se nos revela impo
tente y débil en la historia y es solamente así como pue
de estar con nosotros.
20
como una muchacha enamorada. Cómo hasta enton
ces los humanos nos habíamos inventado dioses tan a
nuestra medida, tan serios y aburridos o solemnes como
unos temibles guerreros o faraones... Y diles cómo ese
día de la revelación de Jesús empezaste a ser feliz por
que dejaste de buscar la felicidad donde no estaba; cuén
tales del gusto y la alegría de sentirte partícipe de su
sueño de amor. También diles la felicidad de saber que
podías amar, y cómo tu corazón tiene una casa nueva
en la de los pobres y tu Dios las manos calientes como
pan recién horneado para el hambriento.
21
II. A cerca de lo sagrado
Y EL CULTO
22
to, al Templo y al “Santo de los Santos”, lugar apartado
por excelencia de lo profano porque allí moraba la glo
ria de Yahvé, al que solo accedía, una vez al año, el
Sumo Sacerdote, con vestiduras especiales. También la
función del Sumo Sacerdote era sagrada.
23
29. En tiempos de Jesús a los gentiles y a los que
tenían algún defecto moral o físico -incluidas las enfer
medades de la piel, flujos corporales: menstruación, se
men...- se les prohibía acceder al Templo. Jesús rompió
con esta concepción y nos mostró que Dios sale fuera del
Templo y va al encuentro del ser humano que más lo
necesita, allí donde le necesita: donde hay dolor, discri
minación y miseria. Deja el lugar Santo y se va al arra
bal, a la periferia, donde la vida se escapa de los moldes
de lo sagrado y lo profano. Rompe con toda separación y
discriminación. Es la realidad sufriente la que se hace
sagrada para Jesús. Por eso Marcos y Mateo dicen que
cuando Jesús entregó su Espíritu en el momento en que
moría, el velo del Templo se rasgó. Señalaban simbólica
mente, pero no por casualidad, a ese objeto que servía
para separar las partes más internas del Templo, anun
ciando que quedaba abolido todo el sistema de grados de
sacralidad, de cercanía a Dios y la necesidad de sacerdo
tes o mediadores para acceder a Dios.
25
viene a decir que nada oculta tanto a Dios como la in
justicia, sea la interpersonal o la que se da a escala
mundial.
26
no hizo desaparecer esa distancia, ese “separar” ciertas
realidades de lo profano, pero la asombrosa realidad es
que puso lo sagrado en donde nadie imaginaba: en el
pobre, en quien sufre, en los pequeños, en los que son
nadie para la sociedad. En ellos habita Dios y en ellos
debes identificar lo que es sagrado para Dios.
27
candalizados que le acusaban de no cumplir con el cul
to: “ m is e ric o rd ia q u ie r o y n o s a c rific io s " (Os 6, 6).
28
iii . A cerca de la santidad
29
de esa santidad y del Reino es para quienes tienen un
deseo tan inmenso que se equipara nada menos que a
tener s e d y h a m b re : ellos “serán saciados”.
30
a partir de ti mismo. La santidad que promete Jesús no
es una meta o una “carrera” eclesiástica. Es todo lo
opuesto al inútil esfuerzo de conquistar a Dios hacien
do méritos espirituales. La santidad es el proyecto que
Dios tiene para ti y no el tuyo para Dios. Solo así permi
tes que el Espíritu tenga la iniciativa y la inspiración
para tu búsqueda del Reino.
31
dades espiritualistas que han dejado intocado e
inalterado un mundo de injusticia y dolor.
34
mo naciente: “M ie n tr a s los j u d ío s p id e n m ila g ro s y los
g r ie g o s s a b id u ría , n o s o tro s p r e d ic a m o s a C ris to c r u c ifi
ca d o . L o s j u d ío s d ic e n : “¡Q u é v e r g ü e n z a !" L o s g r ie g o s
“¡Q u é lo c u r a !” (1 Cor 1, 22). Más aún, si la predicación y
el testimonio del santo no sufre escándalo en los desti
natarios de esa evangelización, si es aceptada alegre
mente por la sociedad y la cultura imperante, es hora
que comiences a sospechar de que algo se ha hecho
mal; que de algún modo se ha traicionado lo esencial
del mensaje de la fe. No es una faena fácil ser cristiano.
La santidad debes pensarla en clave de liberación de
los pobres. Si los sabios y los poderosos no te entien
den, o no quieren entenderte, ellos, los pobres, te en
tenderán. “T e d o y g ra c ia s , P a d re , p o r q u e h a s o c u lta d o
e s ta s c o s a s a los s a b io s y a los p o d e r o s o s y s e la s r e v e
la s te a los p e q u e ñ o s ”, decía Jesús.
35
71. Como en el caso de Jesús -cuya vida al servicio
del proyecto de Dios lo llevó a enfrentarse hasta la muer
te al poder religioso y político de su tiempo-, la muerte
que es consecuencia de una lucha y compromiso acti
vos por la justicia del Reino define al martirio de los
cristianos.
36
dispersas y vagas que no puedan ser identificadas en la
vida de una persona. Por eso sabe identificar a sus
mártires en la historia que les toca vivir y los venera en
la conciencia de la comunidad.
37
iv. A cerca de J esús ,
HOMBRE LIBRE
38
la estructura familiar imperante. También a sus discí
pulos les exigió esa libertad frente a sus familias. Jesús
no fue ni el hombre de una familia, ni el de una aldea o
una tribu. Los nazarenos lo sabían, y por eso lo recha
zaban.
39
82. La autoridad y esa libertad que irradiaba Jesús
no lo convertía en un sectario porque nunca quiso en
cerrarse en la grandeza de la ascética ni separarse del
pueblo. Al contrario, se encontró siempre muy a gusto
entre los “sospechosos”, entre los marginados, los cla
sificados como pecadores por los hombres de la ley.
Comía con ellos, los invitaba a sus reuniones, eran parte
natural de su entorno personal. Esos “pecadores” te
nían la virtud de no imponerle a Dios su camino como
hacían los hombres de la religión. Su estado de
marginación hacía que siempre dejaran en libertad a
los demás. Jesús andaba con ellos porque su condición
de gentes de mala reputación les impedía tener un lu
gar en una sociedad regida por la casta de los “perfec
tos” o la de los sacerdotes.
40
ínfima importancia) demuestra que Jesús se preocupó
por devolver a la mujer sus derechos y su dignidad.
41
87. Contempla de manera especial al Jesús de la pa
labra libre, al de la libertad en su enseñanza y su modo
de existencia. Cómo impresionaba a sus oyentes con su
forma de enseñar porque lo hacía “con autoridad" (Mc
1, 22). Nunca separó sus enseñanzas de su conducta y
de sus actitudes en la vida. Su palabra era un fiel co
mentario de su comportamiento cotidiano.
42
91. Ten presente que por algo los evangelistas no
nos transmitieron un Jesús asceta, tenso hacia la per
fección legal. No vivía ayunando y alejado en los desier
tos como Juan el Bautista. Más bien aparecía como al
guien que supo vivir y apreciar lo bueno de la vida.
Gustaba del buen vino, de la buena mesa con los ami
gos, de las fiestas y la intimidad de la amistad con hom
bres y mujeres. Se mostraba con una libertad que difí
cilmente alguien temeroso de Dios se hubiese atrevido
a concederse. Por eso las autoridades nunca lo vieron
con buenos ojos, le temieron y en un momento dado su
conducta libre se les tornó insoportable e intolerable.
43
te A b b á (Papá), vive sin cesar en contacto con Él, anun
cia su proximidad en los mil detalles de la vida cotidia
na. Será en nombre de ese Dios que se sentirá plena
mente libre y enfrentará la concepción sagrada del tem
plo, derribará las mesas de los cambistas y tendrá que
oponerse a las jerarquías establecidas. Por ese Dios va
con libertad y amor a los excluidos, a los enfermos, a
los despreciados y pecadores. Desde esa misma liber
tad invita a participar de su Reino a todas las personas
de buena voluntad y contagia libertad por las iniciati
vas que toma en nombre de su Padre. Esa inmensa y
contagiosa libertad es la del amor recibido y dado.
44
v. A cerca del seguir a J esús
45
s e los a s e g u ro , h e v e n id o a tr a e r la d iv is ió n , p o r q u e d e s
d e a h o ra h a b rá c in c o e n u n a c a s a y e s ta r á n d iv id id o s :
tre s c o n tra d o s y d o s c o n tr a tre s ...” (Lc 12, 51).
46
102. Quien se decidió por la novedad de Jesús solo
mira hacia adelante. El pasado quedó atrás. Debemos
reconocer que la invitación de Jesús a seguirle tiene un
dejo de intimidación. En un dicho, un a g r a fó n transmi
tido por el evangelio apócrifo de Santo Tomás y que es
considerado por exégetas serios como auténtico de Je
sús, dice: “Q u ie n e s tá c e r c a d e m í e s tá c e r c a d e l fu e g o ,
q u ie n e s tá le jo s d e m í e s tá le jo s d e l R e in o ’’.
47
106. Seguir a Jesús te supondrá ver con naturalidad
la falta de mesura que siempre mostró Jesús de cara a
las exigencias consideradas normales por los creyentes.
El cariño y el amor fraterno que reclamó no puede ser ya
la conducta normal, producto de buenos sentimientos y
relaciones humanas educadas. Para Jesús no serías di
ferente a los “paganos” si no llegas mucho más allá, es
decir hasta perdonar las ofensas siempre, “setenta veces
siete” (Mt 18, 21-22); si no aprendes a no juzgar (Mt 7, 1)
y a amar y perdonar a los enemigos y a los que te perju-
dican (Mt 5, 37-48) (Mt 6, 14). El amor cristiano es radi
cal (Jn 13, 34; Mc 12, 33; Jn 15, 13), y también exige
optar por los excluidos y los pequeños (Mt 25, 40).
48
Jesús se mostrará radical en su crítica a la hipocresía y
a toda forma de fariseísmo (Mt 23, 1 ss.; Mc 2, 27; Mt 9,
11-14, 11,16; 12, 1 ss.; 15, 7-11).
49
vi. A cerca del E spíritu S anto
50
rificador y transformante; que mantiene vivo el dina
mismo hacia la unidad y hacia la diversidad, ambas
dimensiones necesarias para cumplir cabalmente la mi
sión de anuncio de la buena noticia y de servicio sacri
ficado en la construcción del Reino. Ese Espíritu es la
garantía de que podrás perdonar, reconciliarte y liberar
donde existan oprimidos.
51
el adiós a tus comodidades egoístas, al confort que es
privilegio y a los triunfalismos esterilizantes. Quizás el
milagro más lindo se produzca cuando te dejes conver
tir y evangelizar por los pobres.
52
v il A cerca del R eino de D ios
53
127. Recuerda que Jesús además completó ese anun
cio de los profetas diciéndonos que el Reino de Dios es
“amar a l ú n ic o Señor, tu Dios con todo tu c o r a z ó n y a m a r
a l p r ó jim o c o m o a ti m is m o (cosa que) v a le m á s q u e to d o s
los h o lo c a u s to s y s a c rific io s , y q u e n o e x is te o tro m a n d a
m ie n to m a y o r q u e é s to s " (Mc 12, 28-34).
54
132. En el Reino es fundamental no descuidar lo más
importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe
(Mt 23, 23).
55
138. En el Reino nadie se olvida del bien obrar ni de
la comunidad de bienes (k o in o n ía ); porque tales son los
sacrificios y el culto que agrada a Dios (Heb 13,16).
56
L ibro segundo
v iii . A cerca de la Fe
58
las culturas y las sociedades según el orden que hemos
establecido de pobres y de ricos, de sabios por un lado
y personas masificadas por el otro, de opresores y privi
legiados y seres indefensos, de excluidos de los benefi
cios de la sociedad. Dirás que tu Dios desea la transfor
mación de esas realidades sociales injustas. Y que de
sea la transformación a través de nuestro esfuerzo, de
nuestra decidida acción política.
59
146. Dirás a quien te pregunta que lo que te impulsa
a comunicar esta gran noticia no es para que nos volva
mos a una vieja historia del pasado. Es que en ese Je
sús, el Nazareno, descubrimos una invitación para to
dos, invitación que conmociona nuestro hoy y nuestro
futuro.
60
comunidad de todas las personas y pueblos de buena
voluntad, en la responsabilidad frente aquello que ha
gamos de esta tierra: un valle de lágrimas, hambre y
violencia o la ciudad de Dios en paz y alegría fraternal.
61
156. Tu fe te ayuda a encontrar las huellas de Dios
en todo. Pero no basta que esa fe sea viva; será necesa
rio que sea también verdadera: hacerse amor, verdad y
justicia.
62
ix. A cerca de la E speranza
63
coanálisis, sino el sueño de ojos abiertos, que te impul
sa a alcanzar lo que sueñas. Soñar despierto siempre
ha sido una fabulosa fuente de energía. No existe logro
de la humanidad, descubrimiento científico o realiza
ción social sin que una esperanza le haya antecedido.
64
drá ser defraudada jamás. La gran originalidad de tu fe
cristiana es dar testimonio no ya de esperanzas huma
nas, deseos y proyectos concretos, sino de la gran espe
ranza, la de Dios para ti. Toda la Biblia te muestra se
res humanos continuamente enfrentados a un Dios que
espera algo para ellos, con ellos y hasta muchas veces
contra ellos.
65
172. La ausencia de esperanza se manifiesta de dos
maneras: en la d e s e s p e r a c ió n o en la d e s e s p e ra n z a . La
d e s e s p e ra c ió n resulta de realidades o caminos sin sali
da. Generalmente se traduce en agresividad hacia uno
mismo o los demás. La d e s e s p e r a n z a es señal de una
cadena de desilusiones o fracasos. Se traduce en resig
nación y frustraciones conducentes a la depresión. Es
el infierno anticipado. Dante Alighieri colocó en el fron
tispicio del infierno este mensaje: “ V o s o tro s , los q u e e n
trá is, d e ja d a q u í to d a e s p e r a n z a ”, Solo por la esperanza
estarás en condiciones de superar ese infierno.
67
amor y que no llama al amor es un dios falso, no es el
revelado por Jesús.
68
con una dinámica (virtud) en la que el amor no consiste
en el término medio o equilibrado, sino en amar “hasta
el extremo”, como el mismo Jesús (Jn 13, 1).
69
190. Amar es ver con los ojos del corazón y los de la
inteligencia. Es mirar junto a la otra persona -o a un
pueblo- en la misma dirección. Nunca separes el sentir
de la lógica y la razón para amar con eficacia. Pero re
cuerda que los ojos del corazón ven lo que es invisible a
la razón.
70
196. No tienes manera de amar a Dios sin amar a la
humanidad entera; no tienes manera de amar a la hu
manidad sin amar a todas las personas (de diversas
razas, sexo, cultura, religión, ideología); no tienes ma
nera de amar a todas las personas sin amar a las perso
nas que conoces bien, con un amor concreto.
71
201. La grandeza de tu libertad consiste en que ella
es tu medio sagrado, divino, concedido a tu corazón para
ser capaz de amar. No puede existir el amor en ti si no
luchas por ser libre. ¿De qué te serviría poseer todos los
bienes de la tierra si te has convertido en una especie
de autómata perfecto, incapaz de amar?
72
L ibro tercero
xi. A cerca del amor a la I glesia
74
Reino de Dios p a r a los d e m á s , con esa sublime función
de salvación y liberación de todos. Misión doble: por un
lado anunciar la Buena Noticia de Jesús a los pobres y
por el otro denunciar profèticamente todo lo que hoy
niega esa buena noticia violando a la persona humana
en su dignidad.
75
te con la liberación real de los oprimidos, la solidaridad
con los excluidos sociales y donde se asuman los ries
gos que ese compromiso implica. Comunidades en las
que cada integrante sienta que su acción y su presen
cia es valorada y respaldada en la solidaridad animosa
de todos: jerarquía servidora y pueblo de Dios. Comu
nidades que ensayen formas nuevas de relación huma
na y vida fraterna. Comunidades que no lean el futuro
en un espejo retrovisor, que no buscan solo en el pasa
do los modelos para mañana.
76
213. Ama a la Iglesia que protege a sus comunida
des en el momento de la cruz, esa que necesariamente
traerá la predicación auténtica del Evangelio. Ama a la
Iglesia que protege a sus com unidades de los
malentendidos, de las “excomuniones”, de las persecu
ciones o el martirio "hacia adentro” de ella misma...
77
comunidad de los bautizados para la sociedad, aunque
en algunos adquiera carácter de servicio (m in is te rio )
hacia adentro de la comunidad. Ama a la Iglesia familia
de hermanos y hermanas sin estructuras patriarcales
o machistas (Mc 3, 20-35), que en contraposición con
la familia natural es la de aquellos que siguen a Jesús y
cumplen la voluntad de Dios.
78
la perfecta igualdad, hasta el punto que ni siquiera Je
sús se comportó como S e ñ o r (Jn 13, 13) y llamó a sus
discípulos a m ig o s (Lc 12, 4; Jn 15, 15). Y h e rm a n o s (Mt
28, 10; Jn 20, 17).
79
222. Ama a la Iglesia que sabe que cuando el velo del
templo se rasgó en dos, Dios sentenció la religión y recu
só el Templo. Ama a la Iglesia consciente de que ahora es
la persona (especialmente la pobre) el verdadero templo
de Dios. Que ese Dios quiere ser adorado no con ritos, en
templos o cultos, sino en el respeto y la solidaridad con
los excluidos sociales, alienados de su dignidad.
80
227. Ama a la Iglesia que es como el buen samarita
no, que hace realidad la preferencia de Jesús por los
despojados y echados al borde del camino de la historia
y los asume para devolverles la vida y la dignidad. Ama
a la Iglesia que nos recuerda que el Dios revelado en
Jesús siempre se ha manifestado con esa divina par
cialidad por los desheredados y excluidos sociales.
81
232. Ama a la Iglesia que reconoce y promueve -y no
apenas tolera- el protagonismo de los laicos y laicas,
que los trata como adultos y con plenos derechos en
ella. Tan Iglesia ellos como el Papa o los obispos. Cada
cual con sus funciones propias, pero todos y todas con
la común misión y responsabilidad evangelizadora, para
la cual nadie monopoliza al Espíritu.
82
237. Ama a la Iglesia generosa que sabe darnos gra
tis lo que gratis ha recibido. Que se reconoce pecadora,
especialmente culpable de ese pecado tan “católico” de
cohonestar situaciones injustas dentro de ella. Y se sien
te responsable, lo reconoce, lo llora y se convierte.
83
ca con unos “j u s t o s ” que no se arriesgan a caminar,
sino que protege y anima a aquellos “p e c a d o r e s ” que
han caído por animarse a dar pasos allende fronteras y
abrir nuevos rumbos para el evangelio.
84
que deja de ser cristiana: “E l q u e n o e s tá c o n m ig o e s tá
c o n tra m i", dijo Jesús.
85
xii. A cerca de la comunidad
86
252. El desafío para tu comunidad estará en garan
tizar el rol de la autoridad al mismo tiempo que se deja
de lado el de p a d r e , prohibido en la Iglesia fuera de la
realidad divina de Dios. La categoría de padre nunca
más podrá ser empleada porque con ella se usó y abusó
para revestir y travestir de dignidad sagrada la autori
dad humana. El lugar de Dios-papá (A b b a ) no puede
ser ocupado por ninguna figura humana. “N o lla m e n a
n a d ie p a d r e e n la tierra , p u e s u n o s o lo e s v u e s tro P a d re ,
e l d e l c ie lo ” (Mt 23, 9). Es u n m a n d a m ie n to transmitido
por el mismo Jesús a la comunidad cristiana para que
no se atribuya ningún tipo de autoridad patriarcal o de
dominio paternalista a nadie. La oración del “A b b á nues
tro” expresa con claridad la situación de libertad y fra
ternidad gestada en la comunidad mesiánica.
87
255. Es bueno que tengas presente al pertenecer a
la Iglesia aquella vieja comunidad de Jerusalén, la de
los primeros cristianos, tenida entonces por Iglesia-
madre y modelo (Hech 2, 43-47; 4, 32-37). Esa comuni
dad vivía la k io in o rd a , esto es, la comunidad de fe, de
corazones, de bienes, de evangelización y de oración.
Era una verdadera comunidad de vid a . Compartían y
ponían en común sus bienes porque así entendían las
exigencias mínimas de la comunión evangélica.
88
en toda comunidad cristiana. El alegato de Santiago
constituye uno de los más graves del Nuevo Testamen
to contra los cristianos ricos que olvidan a sus herma
nos cristianos pobres: “A h o r a b ien , u s te d e s , ricos, llo
re n y d e n a la rid o s p o r la s d e s g ra c ia s q u e e s tá n p a r a
c a e r s o b re u s te d e s . V u e s tra r iq u e z a e s tá p o d r id a y v u e s
tro s v e s tid o s a p o lilla d o s ; v u e s tro o ro y v u e s tra p la ta e s
tá n to m a d o s d e h e rru m b re y s u h e r r u m b r e s e r á te s tim o
n io c o n tr a u s te d e s y d e v o r a r á v u e s tra s c a r n e s c o m o f u e
go. H a n a c u m u la d o r iq u e z a s e n e s o s d ía s q u e s o n los
ú ltim o s . M ire n : e l s a la r io q u e n o h a n p a g a d o a los o b r e
ros q u e s e g a ro n v u e s tro s c a m p o s e s tá g r ita n d o ... ”.
89
cristiana. Es una comunidad de hermanos y hermanas
sin marginación por razones de sexo, que cuestiona en
su raíz la estructura patriarcal de las iglesias y de la
familia judía.
90
265. Que tu comunidad tenga una estructura que
posibilite el despliegue de los diversos c a ris m a s (del grie
go ja r is : gracia, don), que el Espíritu le regala. Ellos
tienen que ver con la palabra, con la asistencia a los
pobres y con la organización y dirección de la comuni
dad. Por eso ella será el lugar natural de los profetas,
del discernimiento de espíritus para defenderse de los
falsos profetas, de proclamadores de la palabra, após
toles, maestros, cantores, los que cuidan enfermos, los
que sanan, los que organizan las actividades, los que
tienen el don de lenguas, etcétera. Los carismas no son
propiedad de los que mandan, sino que los regala el
Espíritu para el bien común y la construcción de la co
munidad.
91
como el lugar de encuentro de lo público y lo privado, lo
místico y lo político, la contemplación y la acción, la fe y
la justicia.
92
ga en práctica, que comunique el evangelio con creati
vidad. Y que todo lo haga con despliegue de gestos y
símbolos expresivos, con los lenguajes nada rígidos del
cuerpo, todo él vehículo de expresión y comunicación.
93
x iii . A cerca de la E ucaristía
94
horrorizados. Comer en tales compañías era una des
honra y hacía a esas personas indignas de participar
en el culto religioso. Jesús, al aceptar esos compañeros
y compañeras de mesa, les hacía entender que eran va
liosos a los ojos de Dios.
95
281. Que la eucaristía sea para ti el “memorial” de la
cena del Señor (“ h a g a n e s to e n m e m o ria m ía "). Por eso
será presencia de un acontecimiento provocativo; será
fuerza vital y de cambio en la comunidad, grito contra
la división entre los hermanos y las hermanas. Será
anuncio de libertad y exigencia de realización de la jus
ticia del Reino de Jesús. Por eso ella nunca será para ti
simplemente un rito devocional sino una m e m o r ia p e li
g r o s a que te recuerda las exigencias y las consecuen
cias del amor hasta el final, hasta el extremo de dar tu
vida por quien padece injusticia si es necesario.
96
284. Ten presente lo que llevó a San Juan en su evan
gelio a suplantar el recuerdo de la institución del sacra
mento de la eucaristía por la escena de Jesús lavando
los pies de sus discípulos, tarea que hacían los emplea
dos de la casa. Con ello significó que la Eucaristía es el
lugar sacramental del s e r v ic io a los hermanos y herma
nas. El sentido profundo de la Eucaristía es servir a
quienes nos necesitan. La Eucaristía nos impide olvi
dar que el servicio solidario es central en la fe cristiana.
97
el sol y la luna, las flores y las montañas, los ciclos de
fecundidad y el amor y el nacimiento, las nostalgias y
las muertes. Que en un día quepan los sudores, los
dolores y los llantos y en otros las risas y los cantos de
alegría. También la danza y los instrumentos musica
les populares para celebrar como se debe. Procura que
nadie se crea demasiado importante y que todos hagan
de la fe, la alegría y el vino compartidos una trinchera
de resistencia frente a la humillación, la exclusión y la
desgracia de tantos. También ante las muertes prema
turas, inevitables, accidentales o masivas.
98
marginados de nuestras eucaristías es una gran muti
lación del cuerpo de Cristo, es una profanación o
desnaturalización de su cuerpo.
99
xiv. A c e r c a de
LA MORAL CRISTIANA
100
pero no imponerse por decreto: una moral impuesta es
hija de la ley, no puede tener por contenido el amor.
101
suerte de catálogo moral ya fijado de antemano, y atri
buimos esa clasificación a la voluntad de Dios. Pensa
mos que Dios m a n d a hacer esto y p r o h íb e hacer aque
llo. Debes saber que esa conducta moral es más propia
de una actitud infantil, pre-cristiana, la de quien le pre
gunta a las cosas por la moralidad (como si la moral
fuese preexistente, anterior a tu plan de amor o a tu
intención). Esta actitud moral siempre será individua
lista, se mostrará centrada sobre sí misma, no es gene
rosa, no es de amor, es temerosa de violar una ley, por
lo tanto no es cristiana.
102
301. Cualquier calificación moral tiene que tener en
cuenta, tiene que estar directamente vinculada al p r o
y e cto d e a m o r dentro del cual se inscribe tu vida, la in
tención y la acción que realizas: No es “lo que e n tra en el
hombre desde fuera lo que lo hace impuro... dice Jesús
(Mc 7, 18) sino lo que s a l e de su corazón...”
(inmoralidades, robos, asesinatos, infidelidad, codicia,
maldad, engaños, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y
falta de sentido moral). Jesús contrapone las normas que
estaban preestablecidas, definidas de antemano, impues
tas desde afuera, con lo q u e s a le del corazón, o sea, de la
intención de la persona, con su proyecto de vida.
103
304. Es bueno que tengas presente la buena noticia
que anunciaba Marcos: que no estás en el mundo para
ser probado, para dar un “examen” ante una ley; que
no existe para el cristiano un “catálogo” de las cosas
permitidas y las cosas prohibidas (“puras o impuras”);
es muy buena noticia saber que Dios puso en tus ma
nos todas las cosas para que las uses creadora y libre
mente para el amor. Por eso para usarlas bien tienes
que tener un proyecto de vida, un proyecto de amor. De
ahí que tu salvación no dependa de que cumplas lo
mandado en un “catálogo” previo de cosas permitidas o
prohibidas, sino de que establezcas un plan y organices
todas tus acciones para c o n s tr u ir junto a los demás, un
mundo nuevo basado en el amor.
104
307. Nada menos que la misión del Hijo y la del Es
píritu las sintetiza Pablo en esa lib e rta d c ris tia n a , esto
es, en la nueva actitud que debemos asumir frente a un
problema moral. Hasta el punto de que no comprender
este cambio equivaldría a la inutilidad de la evangeliza-
ción: “Me h a c e n te m e r q u e m e h a y a f a t ig a d o in ú tilm e n te
p o r u s te d e s " (Gál 4, 11).
105
311. La pregunta moral ya no será para ti si algo te
está permitido o te es lícito, sino: ¿ D e q u é p r o y e c to s e
tra ta ? Porque “e l q u e a m a a l o tro h a c u m p lid o p le n a m e n
te la ley. P o r e s o la p le n itu d d e la ley es la ca rid a d " (Rom
13, 8). El amor es la plenitud de la ley (Rom 13, 10).
Mientras que “q u ie n d ice : a m o a D io s , y n o a m a a s u h e r
m ano, e s u n m en tiro s o . ¿ C ó m o p u e d e a m a r a D io s a q u ie n
n o ve, e l q u e n o a m a a s u h e rm a n o a q u ie n v e ? Este es el
mandamiento que hemos recibido de Él: el que ama a
Dios debe amar también a su hermano”. (1 Jn 4, 20-21).
106
“p e r o n o c re a s s a b e r ta n rá p id o lo q u e e s a m a r ... ” decía
el gran teólogo H. de Lubac. Porque el amor no puede
ser dejado a la improvisación... En el amor hay que pre
ver, hay que planificar con responsabilidad, hay que
discernir los medios a usar... y esos medios deben irse
purificando a medida que se va construyendo el plan de
amor... Hay medios simples, inmediatos, que al princi
pio suelen aparecer como conducentes al fin, al objeti
vo del amor, pero si los ponderas más hondamente o a
largo plazo, descubres que lo traicionan o lo imposibili
tan, que atentan contra ese fin que siempre debe ser el
amor. (“Los m e d io s e s tá n e n e l f i n c o m o e l á rb o l e n la
s e m illa '’, solía decir Gandhi).
107
metidos. Allí aparece bien claro que la moral de lo lícito
y de lo ilícito está vuelta hacia el propio ser, es egoísta,
no es lo que contará en la instancia definitiva del Jui
cio. Por eso Jesús trata del amor al que está en alguna
necesidad y Pablo, desde la lógica del mismo amor, nos
habla de una moral basada en el “interés ajeno”, no nos
habla de cumplir unos preceptos sino de c o n s tr u ir la
e x is te n c ia d e l h e rm a n o .
109
xv. A cerca de la
OPCIÓN POR LOS POBRES
lio
Dios opta por ellos, por darles el Reino a ellos. Dios “se
hace cargo” de la realidad de los pobres, no es impar
cial ante ella, toma partido. Esa es la comprensión del
Evangelio que debes asumir.
n i
implica. Tu opción se convertirá oportunamente en lu
cha contra la pobreza injusta, contra quienes generan
exclusión social, participando en la lucha histórica de
liberación de los oprimidos. Inevitablemente será con
flictiva y antagónica, como lo fue la de Jesús. No pue
des servir al mismo tiempo a dos señores que están en
pugna, porque si estás con uno te enfrentarás al otro, y
viceversa. Debes elegir.
112
quiénes son los buenos y quiénes malos, sino que va
inmediatamente a abrazar a aquellos que sufren más,
aquellos que están peor, más impedidos de ser verda
deramente personas humanas. Es lo que Jesús nos viene
a decir, lo que nos vino a revelar; y es desde esa actitud,
desde esa simpatía por aquellos que sufren más, seme
jante a la de Dios, desde donde debes leer el Evangelio
para ver qué te dice sobre esas personas por las cuales
y con las cuales te comprometes.
113
L ibro cuarto
xvi. A cerca de la cruz
116
342. Nunca te sometas a la influencia de quienes
detentando poder y dinero utilizan el símbolo cristiano
de la cruz para justificar la necesidad de tu sufrimiento
o de los pobres. ¡Ellos imponen la cruz a otros para que
se salven, dicen! En realidad solo buscan su beneficio
propio crucificando a los demás.
117
347. Que tu esperanza nunca se oriente a la cruz sino
al Crucificado que quiso amar a los humillados con toda
la fuerza de su corazón y por eso ahora es el Resucitado.
118
352. Jesús no sufrió ni murió por ser un masoquis-
ta, o por pensar que en el dolor y la cruz había salva
ción, sino que murió por los motivos por los cuales
murieron siempre los verdaderos profetas de todos los
tiempos: porque colocó antes y por encima de sus aspi
raciones y deseos personales la vida de los excluidos de
su sociedad. Porque antes que renunciar a la verdad, a
la justicia y al derecho, al ideal de la fraternidad uni
versal, prefirió abrazar la cruz que los poderes de en
tonces le impusieron violentamente. No en vano decla
ró que quien quiere salvar su vida la perderá y quien la
perdiere (por fidelidad al amor) la salvará.
119
resurrección, el sentido de nuestra esperanza. En la cruz
se encuentra la identidad cristiana, pero no porque ames
el dolor y el sufrimiento, sino porque sigues y anuncias
a un crucificado. La divinidad se ha manifestado en un
crucificado, no en el poder -como tantos quieren- sino
en la impotencia. Por eso el Dios de Jesús destruyó e
hizo idolátricas todas las imágenes humanas de Dios.
Una fe que pretenda evitar el paso por la criba de la
cruz se hará añicos contra ella. Nosotros creemos en
un Dios crucificado porque un Dios incapaz de sufrir es
un Dios que no libera del sufrimiento. Quien no llora,
no tiene necesidad de la utopía.
120
podría estar, en el dolor de los crucificados. Donde tu
razón ve ausencia de Dios -en la lógica diabólica de la
cruz-, allí se revela su divinidad como escándalo. La
resurrección ya no será obra de la luz de tu razón, sino
del escándalo de las tinieblas de la muerte injusta de
los crucificados de la historia.
121
xvii. A cerca de la oración
123
366. Tu oración será siempre expresión viva de tu fe
cristiana. Por eso será siempre comprometedora. Te re
cordará que Dios habla y se muestra en su Palabra, en
la vida cotidiana y muy especialmente en el pobre. Esa
forma de orar te invitará a una acción que busca un
cambio en tu corazón que alivie el dolor del pobre. No
es al margen de la vida ni esquivando al prójimo como
los cristianos nos encontramos con Dios. Al final de
nuestros días seremos juzgados por nuestro amor y no
tanto por nuestros tiempos de oración. La oración será
precisamente una prueba privilegiada de nuestro amor
a Dios que nos conduce al amor a los pobres y los
sufrientes.
124
369. Cuando vayas a orar te dispondrás a que Dios
te renueve. Evitarás el activismo compulsivo y serás
como arcilla en manos del alfarero. Recordarás que Je
sús nos enseñó a decir en serio: “Padre nuestro”. Así te
darás cuenta del cambio radical que ello supone para
tu vida. Dios nos hizo sus hijos e hijas, somos todos
hermanos y hermanas. Afirmado esto, tu mundo ya no
será el mismo.
126
376. La oración es aquel espacio humano, afectivo,
en el que encuentras respuesta a tus necesidades ínti
mas como la belleza y el amor. Ese espacio en el que te
unificas por dentro. Y esto solo lo logras en la actitud
orante. Ni las ideas, ni el proyecto que tengas, por im
portantes y atrayentes que sean, pueden lograrlo como
la oración.
127
equívocos y riesgos- fuerza evocadora digna de tu fe. Si
dices “Dios”, todavía no has dicho nada. Orar es em
prender el largo camino que desde el genérico “Dios”
lleva a “tu Dios”, el revelado por Jesús: el Padre/Madre,
amor sin límites.
128
384. Recuerda que orar no es un mero exclamar “Se
ñor, Señor...” sino un modo de vivir, de esperar, de per
manecer con el corazón abierto, despojado porque no
pretende poseer algo, preguntando a quien no es
manipulable ni calculable, pero que es tu amante y alia
do, el Dios de Jesús.
129
que a la vez expresas que te afectan no solo los conflic
tos que provocas, sino también los de los demás: que el
hambre y las guerras más lejanas también te afectan.
Que el enfermo, el que hoy sufre o no come, los que
están solos, te importan. Interceder en la oración es
hacerte cargo de ellos y querer comprometerte en
sostenerlos.
130
acción por la justicia”. La traducción ignaciana de “ h a
lla r a D io s e n to d o ” hoy sería la promoción de la justicia
como lugar privilegiado de espiritualidad. Pero para lo
grarlo hace mucha falta el recurso frecuente a la
oración.
131
muchas veces inquieta y crea problemas en la comuni
dad cristiana porque el espíritu de Jesús le impulsa a
actuar así. El Jesús orante que nos presenta el Nuevo
Testamento es también el de la denuncia profètica, el
del enfrentamiento y la condena contra todo lo que en
la religión o en la sociedad envilece al prójimo. ¿Te ha
llevado la oración a las mismas actitudes y conductas
de Jesús, muchas veces signo de contradicción?
132
x v iii . A cerca de la tibieza
133
397. Preocúpate por discernir si no te cuentas entre
esos cristianos que manteniendo una práctica de vida
cristiana a nivel parroquial o en algún movimiento de
Iglesia, ella no es muy exigente aunque tampoco esté
reducida a la mera práctica intimista. Compromiso que
no reconoce la indiscutible novedad y la perenne
desinstalación que supone el evangelio. Discierne si no
has sido poco atento a aquello que el profeta escribió de
la Iglesia de Laodicea: “ C o n o z c o tu s o b ra s y n o e re s ni
f r í o n i c a lie n te . O ja lá f u e r a s f r í o o c a lie n te , p e r o c o m o
e s tá s tib io y n o e re s n i f r í o n i c a lie n te h e d e v o m ita rte d e
m i b o c a ” (Ap 3, 15-16).
134
garantizarte un futuro sin sobresaltos estás entre los
cristianos tibios. Eres el tipo de cristiano, como decía
Bernanos, “c a p a z d e in s ta la r s e c ó m o d a m e n te in c lu s o
b a jo la c ru z d e C ris to ”, El problema fundamental ante
este tipo de cristianos no es el ateísmo, cuanto la idola
tría, esto es, no tanto cuánta fe en Dios tienen, sino en
qué Dios creen. No por casualidad ese fue el problema
fundamental también para Jesús: por revelarnos a su
Padre insospechadamente parcial hacia los desprecia
dos en un mundo estructurado por el poder como nega
ción de los derechos de Dios y de los pobres, fue consi
derado un blasfemo y ajusticiado.
135
403. ¿Tienes presente que la puerta que lleva a su
Reino, no es ancha ni para “equilibrados” como pueden
pretender los cristianos tibios, sino estrecha (Mt 7, 13)?
Si pretendes seguir a Jesús debes estar dispuesto o dis
puesta a no tener donde reclinar tu cabeza, debes rom
per con los compromisos mundanos, y una vez en mar
cha no debes siquiera mirar atrás (Lc 9, 57-62). Debe
rás recordar que toda ganancia temporal no aprovecha
si nos separa de Él (Mt 16, 25-26).
136
calificados por el Nazareno. En cambio, los que para Él
están en la línea del auténtico evangélico son los po
bres, los hambrientos, los sufrientes, los expulsados,
insultados y mal vistos a causa de su opción cristiana
(Lc 6, 23).
137
cen últimos serán primeros en el Reino y los que son
primeros para el mundo, los últimos en el Reino (Mt 19,
30; Mt 20, 12-15). Así, las prostitutas precederán en el
Reino a muchos “bienpensantes" (Mt 21, 31), la fe de los
pecadores vale más que la religión puramente exterior
(Lc 7, 36 ss), el óbolo de una pobre viuda tiene más valor
que las dádivas de los opulentos (Mc 12, 41-44) y la pe
nitencia del publicano pecador justifica más que la sufi
ciencia del fariseo practicante (Lc 18, 9). Propio de au
ténticos seguidores de Jesús es la caridad llevada al ex
tremo (Jn 13, 1), la búsqueda del último lugar (Mt 3, 14),
la renuncia radical al poder y a la violencia (Mt 26, 51;
27, 12; Jn 18, 22) esos cristianos y cristianas auténticos
tienen su mejor expresión en la actitud de Jesús al en
tregar su vida por los demás (Jn 10, 15-18; 13, 1).
138
xix. A cerca de la felicidad
139
415. Felices ustedes cuando sepan apreciar una son
risa y olvidar un desaire: vuestro camino estará lleno de
sol.
140
tos coloridos. Que la alegría de la fe evangélica sea una
trinchera de resistencia frente a la situación desgracia
da o la humillación.
141
v iii . A cerca del H ombre N uevo
142
430. No desmayes en la lucha contra tus propias
deformaciones, tus hábitos torcidos, contra los residuos
persistentes de lo viejo, el egoísmo, la pereza, la vani
dad personal, la libido desviada, los celos y las rivalida
des poco fraternales.
143
436. R e s p e ta a los demás en toda circunstancia y
estímalos en su dignidad de persona, nunca los degra
des al nivel de una "cosa” para provecho propio.
146
456. Mira la realidad con los ojos nuevos y asombra
dos, como los de un niño o una niña que descubre un
universo.
147
celebrar un encuentro, festejar una amistad, compartir
afectos y sentires.
148
467. Decir ser matinal es decir alguien soñador,
amante, poeta, revolucionario, con lágrimas y con son
risas en sus ojos, con fortaleza y con ternura en sus
manos. Capaz de soñar sí, pero también de convertir
sus sueños en realidad. Capaz de amar y de hacer del
amor el supremo acto vital.
149
tu humanidad (la ternura, la compasión, la solidari
dad, el amor).
150
-tiempo precioso en el que gozarás del sentido de las
cosas, de la ciencia y de la técnica- dándote espacio
para las actividades realmente humanas como el juego,
el paseo, la música, la fiesta, los encuentros, la medita
ción, el cultivo del espacio interior, la contemplación y
el arte.
151
No solo un sentir sino un c o n s e n tir . No solo un vivir,
sino un con -vivir, unir con c o m -p a s ió n , con entusiasmo,
con ardor y calor lo que está separado y distanciado.
152
490. Solo así el placer y el orgasmo pueden conducir
a la plenitud sacramental de esa reciprocidad. Cuanto
más sean ellos mismos, más recíproco, gozoso y vivencial
será el encuentro.
153
496. Tienes que abrirte a una percepción nueva de
la realidad: la u n id a d d e d e s tin o entre la humanidad y
su p la n e ta a zu l. Recuerda que ese destino está ligado a
recursos vitales que no son inagotables o renovables.
154
502. Trabaja, lucha y descansa con el pleno conven
cimiento de que el sufrimiento de los vencidos y de los
humillados de esta historia tiene un sentido y un futu
ro. Que la vida triunfará sobre el absurdo gracias a tu
acción colaboradora y a tu compromiso con la vida de
las víctimas. ¡Porque el mal no tendrá jamás la última
palabra!
155
Algunos datos biográficos de Luis Pérez Aguirre
156
tes jesuitas y, por otro, ya había comenzado a tener pro
blemas con el régimen militar.
1976/- Es detenido o citado, en numerosas ocasiones, por fuer-
1982 Zas policiales y militares. Lo someten a torturas en la
Jefatura de Policía de Montevideo.
1978 - Viaja a España y realiza un curso de sociología en la
Universidad de Comillas (Santander).
A la vuelta de su viaje, los miembros de la comunidad de
La Huella lo invitan a vivir con ellos. “Pase lo que pase”,
le dicen. Pasa a residir en el antiguo gallinero del predio,
entonces desafectado.
1980 - Participa en el proceso fundacional de la revista pedrense
L a P la z a , dirigida por Felisberto Carámbula. En ella co
laboran, entre muchos otros, José Germán Araújo, Gon
zalo y Marcos Carámbula, Manuel Flores Mora, Luis Hie
rro Gambardella, Oscar López Balestra, Juan Martin Po
sadas, Enrique Tarigo y Alberto Zurriarán.
1980/- En el “gallinero” de La Huella, mantiene frecuentes re-
1984 uniones con dirigentes políticos de viejas y nuevas gene
raciones. Además de la mayoría de sus ya nombrados
compañeros de L a P la z a , asisten José Pedro Cardoso,
Manuel Flores Silva, Enrique Pintado, Carlos Pita y Víctor
Vaillant, entre otros.
1981 - Es cofundador de la sección uruguaya del Servicio Paz y
Justicia (Serpaj).
1982 - Es procesado, en marzo, por un artículo suyo publicado
en L a P la z a , titulado “El guerrero y la paz”, en el que
expuso la idea de que una persona que fue entrenada
como una prolongación del fusil es la menos indicada
para dirigir una sociedad civil, porque en ella hay que
buscar y encontrar criterios de paz y conciliación social.
1983 - Junto con el también sacerdote Jorge Osorio inicia un
ayuno, en la sede del Serpaj, para pedir la reanudación
del diálogo entre el régimen militar y las fuerzas políticas
autorizadas, interrumpido por el gobierno. Tres días des
pués, se suma al ayuno el pastor metodista Ademar
Olivera. La medida dura quince días.
1984 - Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz (1980), le
ofrece la coordinación latinoamericana del Serpaj. Con
testa que no porque “hubiera tenido que abandonar La
Huella e irme a vivir a otro lado”.
157
1985 - La Organización de Naciones Unidas otorga al Serpaj la
condición de entidad consultiva.
1986 - Es condecorado en la Embajada de Francia, en Montevi
deo, como Oficial de la Legión de Honor. Comparte esa
alta distinción con otros dos uruguayos: la doctora Adela
Reta y el contador Enrique Iglesias.
1988 - Recibe en Nueva York, junto a otras personalidades, el
Premio Human Rights Watch.
C olabora activam en te con las m ujeres que crearon
ese año el sindicato de prostitutas (AMEPU).
1993 - La publicación de su libro L a I g le s ia in c r e íb le (Ediciones
Trilce, Montevideo) provoca un escándalo. Como conse
cuencia de ello es sometido al régimen de censura ecle
siástica por las autoridades de la Iglesia Católica.
1994 - Es designado experto independiente del Centro de Dere
chos Humanos de la ONU, un cargo de confianza del Se
cretario General, el egipcio Boutros Ghali.
1996 - Muere en Montevideo el sacerdote jesuita y teólogo Juan
Luis Segundo, el hombre al que Perico consideró decisivo
para mantener su opción sacerdotal y superar momen
tos de duda. Segundo era profesor de teología en las uni
versidades Harvard (Estados Unidos), Oxford (Gran Bre
taña) y de París (Francia). Nunca pudo enseñar teología
en Uruguay.
1997 - El ghanés Kofi Annan, nuevo Secretario General de la
ONU, ratifica a Luis Pérez Aguirre en su cargo.
2000 - Interviene discreta y decisivamente en las gestiones que
terminarán en el reencuentro de Juan Gelman con su
nieta desaparecida.
Es hospitalizado en dos ocasiones en estado delicado. Ya,
dos años antes había tenido problem as de salud sig
nificativos.
Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos lo pro
ponen para integrar la Comisión para la Paz, creada por
el presidente Jorge Batlle para esclarecer las desapari
ciones ocurridas en el país durante la dictadura militar.
Por su experiencia recae en sus hombros gran parte de
las tareas.
2001 - Muere en el balneario Costa Azul (Canelones), el jueves
25 de enero en un accidente de tránsito.
158
Bibliografía de Luis Pérez Aguirre
159
(junto a
M a n u a l d e ju e g o s , 2 0 0 j u e g o s a l s e r v ic io d e la e d u c a c ió n
Patricia Rinderknecht), Ed. Bonum, Buenos Aires, 1976, 15a.
ed. 1994, 206 pp.
M e d it a c io n e s c o r tita s , Ed. Paulinas, Bogotá, 1990; Ed. Paulinas,
Caracas, 1990, 1992; Ed. San Pablo, Caracas, 1992, (15.104
ejemplares); Ed. San Pablo, Buenos Aires, 1992, 230 pp.
M u je r d e la V id a , con dibujos de Pilar González, Ediciones Trilce,
Montevideo, 1991, 116pp.
O b r a s E s c o g id a s : A n t i- c o n f e s io n e s d e u n c r is tia n o , L a o p c ió n e n
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P a r a le e r la E n c íc lic a e n c la v e d e S u r (junto a Clodovis Boff), Edi
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Este vademécum ("lib ro de poco volumen y de fácil manejo para
consulta inmediata”) es para que lo tengas a mano en la mesita
de noche o en un rincón de la mesa de trabajo para que lo
puedas hojear en un ómnibus o en la sala de espera del médico,
en la cola para cobrar la jubilación o en la calma de la tarde