Clase 5
Clase 5
Clase 5
EDUCACIÓN EMOCIONAL Y EL APORTE DE LAS
NEUROCIENCIAS
Clase 5
EL IMPACTO DE LAS EMOCIONES EN EL APRENDIZAJE.
“Hoy
se
reconoce
que
no
hay
aprendizajes
fuera
del
espacio
emocional,
que
todo
lo
que
uno
hace
tiene
una
emoción
en
la
base,
que
el
clima
emocional
del
aula
es
el
principal
factor
que
explica
las
variaciones
del
rendimiento
de
los
alumnos,
que
las
emociones
sirven
para
pensar
mejor,
que
las
emociones
influyen
en
la
salud,
para
bien
o
para
mal,
que
las
emociones
permiten
la
supervivencia
de
las
personas
y
de
los
grupos,
que
la
inteligencia
emocional
es
más
importante
que
la
inteligencia
cognitiva
y
que
el
conocimiento
de
las
propias
emociones
y
poder
modularlas
es
el
mejor
predictor
del
éxito”.
Casassus,
2007
De
acuerdo
a
todo
los
que
fuimos
trabajando
en
las
clases
anteriores,
se
hace
necesario
conocer
algunas
investigaciones
en
neurociencias,
ya
que
nos
suministran
información
reveladora
acerca
de
cómo
mejorar
los
procesos
de
enseñanza
y
aprendizaje.
Desde
la
perspectiva
de
la
neuroeducación
hay
descubrimientos
que
hacen
referencia
a
la
plasticidad
cerebral,
que
nos
permiten
aprender
y
mejorar
durante
toda
la
vida,
lo
cual
constituye
un
dato
importante
a
tener
en
cuenta
durante
la
escolaridad
de
los
niños.
Otro
descubrimiento
muestra
que
las
emociones
son
imprescindibles
para
el
aprendizaje,
es
decir,
lo
cognitivo
y
lo
emocional
forman
un
binomio
indisoluble.
Desde
el
punto
de
vista
neurobiológico,
las
emociones
tienen
un
rol
importante
en
el
aprendizaje
ya
que
dirigen
la
atención,
elemento
fundamental
en
el
contexto
escolar,
crean
significado
y
tienen
sus
propias
vías
de
recuerdo(LeDoux,1998).
En
la
amígdala
se
guardan
los
recuerdos
emocionales
que
nos
permiten
tomar
mejores
decisiones,
seleccionando
la
respuesta
más
apropiada
basada
en
nuestras
experiencias
pasadas,
aprendiendo
de
nuestros
errores
y
éxitos(Sonia
W.
De
Fox,
2017).
Trístemente
la
escuela
siempre
fue
el
dominio
de
la
razón,
de
lo
cognitivo;
había
que
dejar
las
emociones
afuera.
Pero
lo
cierto
es
que
no
quedan
en
casa,
y
están
presente
en
todo
momento,
en
toda
nuestra
escolaridad
e
impactan
en
el
aprendizaje.
La
Organización
para
la
cooperación
y
el
Desarrollo
Económico
a
nivel
mundial,
compuesta
por
34
Estados,
plantea:
“los
componentes
emocionales
han
sido
largamente
negados
en
la
Institución
escolar.
Las
recientes
contribuciones
de
los
neurocientíficos
están
ayudando
a
remediar
esta
deficiencia,
revelando
la
dimensión
emocional
del
aprendizaje”(OECD,
en
su
sigla
en
inglés,
2007).
Lo
cierto
es
que
las
emociones
de
los
alumnos
y
del
docente
entran
cada
día
en
la
escuela,
se
mezclan
entre
sí
y
con
las
demás,
y
generan
innumerables
matices
y
estados
de
ánimo
diversos.
De
este
aporte
surge
la
necesidad
de
generar
climas
positivos
y
seguros
en
el
aula,
donde
el
error
se
asume
con
naturalidad
porque
sabemos
que
forma
parte
del
proceso
de
aprendizaje.
“Asumir
como
necesaria
la
Educación
Emocional
es
la
matriz
para
la
creación
de
competencias
urgentes
para
la
sociedad
actual”.
Estas
fueron
palabras
de
Casassus,
publicadas
en
la
Revista
de
Educación
de
Chile(2006).
Casassus
nos
lleva
a
reflexionar
acerca
de
cómo
podemos
contribuir
a
fortalecer
el
desarrollo
emocional
de
nuestros
alumnos:
1. Capacitándonos
como
docentes
para
tener
más
competencias
personales
y
profesionales.
2. Integrando
la
dimensión
emocional
día
a
día
en
el
aula.
3. Estableciendo
vínculos
de
confianza
con
nuestros
alumnos.
4. Manteniendo
una
relación
asimétrica
desde
nuestro
rol
pero
simétrica
como
personas.
Sonia
W.
de
Fox
en
su
libro
“El
cerebro
que
aprende
“desarrolla
principios
para
tener
en
cuenta
en
la
enseñanza
de
adolescentes.
Será
muy
importante
tener
presente
las
características
de
la
etapa
mencionada
y
el
desarrollo
del
cerebro,
trabajado
en
clases
anteriores.
Ellos
son
:
ü La
heterogeneidad:
cada
alumno
es
diferente,
no
todos
aprendemos
de
la
misma
manera,
ni
tenemos
los
mismos
intereses,
es
por
esto
que
cada
uno
debiera
“obtener
el
mejor
nivel
de
logros
posible”,…”a
la
medida
de
su
potencial
real
(
Anijovich,
2007).
Esto
es
muy
importante
teniendo
en
cuenta
los
cambios
por
los
que
atraviesa
el
adolescente,
los
tiempos
de
crecimiento
son
muy
variables
entre
un
alumno
y
otro,
sus
habilidades
motoras,
sus
pensamientos
y
motivaciones
también.
Será
necesario
que
los
alumnos
puedan
contar
con
la
posibilidad
de
elegir,
de
trabajar
cooperativamente
con
otros,
de
realizar
autoevaluaciones
y
de
aprender
a
interrogarse
metacognitivamente.
ü El
conocimiento
de
nuestro
cerebro
y
la
metacognición:
ellos
deben
comprender
nociones
básicas
del
cerebro
y
del
aprendizaje
para
erradicar
concepciones
erróneas,
como
la
de
la
inteligencia
como
una
estructura
fija
y
sin
posibilidades
de
variación.
Para
ello
el
alumno
debe
conocerse
a
sí
mismo,
sus
dificultades
y
habilidades,
conocer
diferentes
estrategias
de
aprendizaje
y
técnicas
de
estudio,
aprender
a
identificar
el
grado
de
dificultad
y
de
familiaridad
o
no
que
tiene
con
la
asignatura,
estimar
el
esfuerzo
y
el
tiempo
que
le
implicará
y
así
poder
decidir
la
mejor
estrategia
para
resolver
una
tarea
planteada.
ü Novedad
y
relevancia:
si
en
todas
las
situaciones
de
aprendizaje
es
importante
la
novedad
para
lograr
la
atención
de
los
alumnos,
es
en
esta
etapa
donde
cobra
un
papel
esencial
para
la
enseñanza.
El
cerebro
adolescente
es
especialmente
susceptible
a
la
novedad
y
a
la
emoción.
Debemos
ayudar
a
nuestros
alumnos
a
encontrar
el
sentido
de
lo
que
aprendemos.
Muchas
veces
se
observa
aburrimiento
y
apatía
en
los
adolescentes
a
pesar
que
sus
cerebros
están
preparados
para
el
aprendizaje.
El
problema
es
que
están
mucho
tiempo
sentados
y
están
llenos
de
hiperactividad
y
energía
a
nivel
de
la
amígdala.
Sería
apropiado
considerar
diferentes
estrategias
de
enseñanza
dinámicas,
contextualizadas
y
donde
deban
implicarse
para
el
logro
de
los
objetivos:
uso
de
guías
interactivas,
role-‐playing,
demostraciones
con
pósteres,
enseñanza
de
a
pares,
escritura
de
diarios,
debates,
actividades
enmarcadas
en
proyectos
con
temas
motivadores,
presentaciones
en
multimedias,
utilizar
mails
para
dialogar
con
expertos,
realizar
simulaciones,
confeccionar
mapas
conceptuales,
etc.
¿Cómo
aprendemos?
Nuestro
cerebro
es
un
“cerebro
social”.
Desde
que
nacemos
estamos
en
relación
con
otros.
Ese
vínculo
se
relaciona
desde
la
emoción
y
desde
la
razón.
Allí
hay
dos
fuerzas
que
nos
mantienen
en
movimiento
:
• El
acercamiento:
nos
acercamos
a
aquello
que
nos
da
placer,
aquello
que
queremos,
que
nos
provoca
bienestar.
• La
evitación
o
huida:
del
choque,
del
dolor,
del
miedo.
Aprender
en
un
entorno
no
amenazante
favorecerá
los
aprendizajes,
ya
que
cuando
el
contexto
es
cálido,
acogedor,
se
olvidan
del
afuera
para
atender
lo
que
allí
ocurre.
El
cerebro
está
atento
a
esos
estímulos
que
recibimos
del
mundo
exterior.
La
cognición
se
procesa
en
el
lóbulo
frontal
de
nuestro
cerebro,
éste
ocupa
el
30%
del
mismo
.
La
emociones
se
procesan
también
en
el
cerebro,
específicamente
en
el
sistema
límbico
o
cerebro
emocional.
Estudios
neurológicos
han
demostrado
que
el
cerebro
crece
y
se
desarrolla
desde
“atrás
“
hacia
“adelante”:
primero
la
estructura
primitiva,
reptílica;
luego
el
sistema
límbico
y
por
último
el
lóbulo
frontal.
El
sistema
límbico
se
ubica
en
el
medio
del
cerebro
y
consta
de
varias
estructuras,
entre
ellas
la
más
importante,
del
tamaño
de
una
almendra:
la
amígdala
cerebral
.
Allí
se
procesan
las
emociones.
En
la
estructura
del
cerebro,
la
emoción
apoya
la
cognición,
pero
los
dos
sistemas
están
conectados.
Trataremos
de
ser
muy
didactas
para
explicar
cómo
aprendemos.
Todo
aprendizaje
comienza
por
un
estímulo
sensorial
(captación
del
mundo
a
través
de
los
sentidos),
para
luego
entrar
en
una
estructura:
el
tálamo.
Éste
los
recibe
y
los
traslada
a
la
amígdala.
Pero
también
,
al
ser
el
tálamo
una
estación
de
relevo
enviará
esos
estímulos
a
donde
corresponda:
al
lóbulo
frontal,
encargado
de
procesar,
de
tomar
decisiones,
organizar,
planificar.
Será
entonces
importante
entender
que
las
emociones
atraviesan
los
contextos
educativos
y
afectan
a
todos
los
actores
del
proceso
escolar.
Comprender
las
emociones
en
los
entornos
educativos
puede
ser
importante
y
revelador
para
experiencias
saludables
y
exitosas
de
alumnos,
docentes
y
padres.
Durante
muchos
años
la
escuela
tradicional
ha
separado
la
razón
de
la
emoción.
Hoy,
en
el
siglo
XXI
es
necesario
un
cambio
de
paradigma
luego
de
tantos
aportes
de
investigaciones,
donde
se
demuestra
que
emoción
y
razón
deben
ir
juntos,
conectados
para
impactar
en
el
aprendizaje.
Cuanto
más
sepamos
de
nuestro
mundo
emocional,
más
herramientas
y
estrategias
tendremos
para
potenciar
el
aprendizaje.
Los
docentes
debemos
generar
el
deseo
de
aprender
y
para
ello
acción-‐pensamiento-‐emoción
siempre
deben
estar
relacionados.
Antonio
Damasio
(
2007)
junto
a
otras
neuroeducadoras
realizaron
una
investigación
en
Harvard
University
.
La
misma
se
llamó
“Sentimos
por
lo
tanto
aprendemos”.
Allí
surgió,
luego
de
todo
el
trabajo
realizado,
una
frase
que
significó
todo
lo
desarrollado
en
esa
investigación:
“los
procesos
cognitivos
están
profundamente
influenciados
y
entrelazados
en
los
procesos
emocionales,
por
eso
son
fundamentales
en
el
aprendizaje”.
(Damasio,
2007)
Si
conectamos
los
contenidos
curriculares,
con
significados,
con
emoción,
con
intereses
de
los
alumnos,
seguramente
queden
esos
aprendizajes
mucho
más
grabados
en
su
memoria
a
largo
plazo.
En
el
gráfico
que
aquí
les
presentamos
queremos
dejar
claramente
registrado
las
condiciones
del
aprendizaje:
COGNITIVO
AFECTIVO
PODER
QUERER
a
Habilidades
Componente
Afectivo
APRENDER
Para
entender
la
importancia
del
querer
y
del
poder
dejamos
al
finalizar
la
clase
un
video
que
desarrolla
el
efecto
Pigmalion,
donde
lo
importante
es
que:
SI
YO
CREO
QUE
USTEDES
PUEDEN,
USTEDES
VAN
A
PODER.
Y
esto
es
lo
que
deseamos
que
ocurra
en
el
vínculo
con
sus
alumnos.
¿Por
qué
es
importante
regular
las
emociones?:
Porque:
• Sostienen
los
procesos
cognitivos
cuando
están
bien
regulados.
• Intervienen
cuando
están
mal
controlados.
La
regulación
de
las
emociones
a
partir
del
autocontrol
es
una
habilidad
que
se
ha
demostrado
a
partir
de
un
test,
como
por
ejemplo
el
del
malvavisco
(Que
observaron
la
clase
anterior).
Este
test
nos
demuestra
algo
muy
significativo:
los
individuos
que
resistieron
la
gratificación
inmediata
fueron
social
y
académicamente
más
competentes
que
los
otros
niños.
La
regulación
en
el
aula
puede
ayudar
a:
• Controlar
las
respuestas
impulsivas.
• Sostener
la
atención
y
los
procesos
de
aprendizaje.
• Lograr
altos
niveles
de
participación
y
persistencia.
• Postergar
la
gratificación
inmediata.
• Ser
sensible
a
los
sentimientos
de
otros
alumnos.
• Mejorar
las
relaciones
intra
e
interpersonales.
• Evaluar
las
situaciones(positivas
o
negativas)
y
actuar
de
manera
apropiada
frente
a
ellos
.
Los
invitamos
ahora
a
disfrutar
los
videos
al
finalizar
la
clase.
Son
breves
pero
muy
significativos.
Aparecerán
especialistas
que
nos
han
inspirado
a
estudiar
la
importancia
de
las
emociones
en
el
aprendizaje,
desde
Lucas
Malaissi,
hasta
los
aportes
de
Jesús
Guillén
con
videos
extraídos
de
su
Blog
“Escuela
con
cerebro”.
Lic.
Alejandra
Varela
y
Prof.
Ma.
Soledad
Slegt.
Te
pedimos
te
tomes
un
tiempo
luego
de
la
lectura
de
la
clase
y
la
observación
de
los
videos
para
que
luego
cumplimentes
la
actividad
5
que
explicitamos
a
continuación:
Necesitamos
que
empieces
a
entrenar
tu
cerebro
y
pongas
en
acción
parte
de
este
recorrido
conceptual,
para
ello
te
proponemos
que
situándote
en
tu
rol
profesional
escribas
una
nota
formal
fundamentando
la
necesidad
de
trabajar
Educación
Emocional
en
tu
escuela
o
ámbito
de
trabajo
teniendo
en
cuenta,
muy
especialmente,
el
impacto
de
las
emociones
en
el
aprendizaje.
Puedes
elegir
a
quien
destinar
la
nota,
puede
ser
a
un
colega,
a
la
Comunidad
Educativa,
a
un
superior,
etc.
Siempre
que
aclares
cuál
es
la
situación
por
la
que
has
optado.
Se
trata
de
poder
convencer
con
fundamentos
la
necesidad
de
trabajar
la
E.E.
a
quien
hayas
elegido.