Corte Suprema 4 de Agosto de 2021
Corte Suprema 4 de Agosto de 2021
Corte Suprema 4 de Agosto de 2021
Rol Nº 139.982-2020.
4 de agosto de 2021
Redacción del Ministro S. Muñoz.
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Señalan que se ha vulnerado el debido proceso, porque desconocían la existencia
de una denuncia en contra de su hija y que, pese a que apelaron, se mantuvieron las
medidas impuestas. Afirman que la sanción aplicada no se ajusta al contexto, pues
su hija está atravesando un complejo momento emocional, debido a las situaciones
de abuso de las que fue objeto por parte de sus compañeros, lo que ha generado
dificultades en su vida social y afectiva.
Sostienen que apelaron de dicha medida y que recibieron respuesta el 31 de julio de
2020, la que fue rechazada. Explican que ambas decisiones son arbitrarias e ilegales,
por cuanto se le está aplicando a la estudiante una sanción que está establecida en
el Manual de Convivencia a una conducta que no está claramente definida, sin que
establezcan todos los motivos de la decisión.
Sostiene que el acto de la recurrida vulnera sus garantías constitucionales de
igualdad ante la ley y derecho de propiedad, reconocido en el artículo 19 Nº2 y 3,
inciso 5º de la Constitución Política de la República, en los términos que señala en el
libelo.
Tercero: Que, en su informe, la recurrida alega la extemporaneidad del
recurso, desde que entiende que el acto en contra del cual se reclama es de fecha
31 de julio de 2020 y el recurso se interpuso el 31 de agosto de ese año, por lo que
habría transcurrido 31 días desde el acto que se impugna, por lo que el recurso debe
ser rechazado. En cuanto al fondo, sostiene que los hechos que son objeto de este
recurso están siendo investigados en la Superintendencia de Educación, por lo que
la materia se encuentra sometida al imperio del derecho. A continuación, agrega que
no existe una vulneración de las garantías constitucionales de la estudiante en favor
de la que ejerce esta acción constitucional, pues se han ajustado en todo a las
normas que regulan su actividad.
Cuarto: Que, en cuanto a la extemporaneidad del recurso, se debe tener
presente que el acto recurrido lo constituye la medida disciplinaria que se pretende
aplicar a la estudiante de estos autos, que se impuso con fecha 13 de julio de 2020.
Sin embargo, tal decisión fue objeto de un recurso de apelación, el que fue
rechazado y mantuvo la medida impuesta, según consta en autos en el documento
de fecha 31 de julio de 2020, fecha en que fue notificado por correo electrónico a
los padres de la estudiante. En cuanto a la fecha desde cuando debe empezar a
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correr este plazo, estos sentenciadores comparten lo sostenido por el voto disidente
de la sentencia apelada, pues el Reglamento Interno del Colegio señala,
expresamente, en su punto 26.3 que: “Cuando se trate de notificación por correo
electrónico, se entenderá realizada la notificación al día hábil siguiente de su
envío…”, lo que ocurrió en estos autos el 1 de agosto de 2020, por lo que habiéndose
deducido el recurso el 31 de agosto de 2020, debe entenderse que no es
extemporáneo y fue interpuesto dentro de plazo.
Quinto: Que, en cuanto al fondo, son hechos no controvertidos en estos autos, los
siguientes:
1. La estudiante de iniciales A.V.O de 2020, reveló en las redes sociales hechos
constitutivos de un supuesto abuso sexual del que habría sido objeto, en el mes de
noviembre de 2019, sindicando como autores a estudiantes del mismo
establecimiento.
2. Los estudiantes mencionados como supuestos autores de los agravios
denunciados tenían, a la fecha de los hechos, 13 años.
3. Los antecedentes denunciados dieron lugar a diversas acciones del
establecimiento educacional tendientes a aclarar los hechos. Entre ellos, remitir los
antecedentes al Juzgado de Familia de Puerto Montt para que se inicie una
investigación de los hechos y se adopten las medidas que correspondan.
4. Los padres de los estudiantes denunciados formularon un reclamo formal en el
establecimiento educacional en contra de la alumna, por considerar que esas
publicaciones en las redes sociales afectan la honra de sus hijos, solicitando al
establecimiento que sancione a la supuesta víctima de abuso sexual, igual denuncia
formularon a la Superintendencia de Educación.
5. En el Juzgado de Familia de Puerto Montt se
tramita la causa P-596-2020, que conoce de los
antecedentes con motivo de la denuncia.
6. Las publicaciones en redes sociales se efectuaron en dos fechas distintas. Luego
de la primera publicación, el establecimiento educacional decidió no aplicar medidas
disciplinarias para no afectar la estabilidad emocional de la estudiante. Luego de la
segunda publicación en las redes sociales, se decide aplicar medidas formativas.
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7. En la Superintendencia de Educación se dio inicio a un expediente administrativo,
por denuncia de los padres, por negativa del establecimiento educacional a
investigar. En este procedimiento, según consta en Resolución Exenta
Nº2020/PA/10/0310 de 8 de septiembre, se aprobó el proceso administrativo y se
aplicó a la recurrida una multa de 51 UTM, por dos cargos: no cuenta con reglamento
interno ajustado a la normativa vigente y el establecimiento no cumple deberes para
con los miembros de la comunidad educativa y no proporciona un ambiente de
respeto y/o tolerancia.
8. La estudiante, de iniciales A.V.O., se encuentra con tratamiento siquiátrico con la
Dra. Patricia Zuñiga Camblor, quien es una profesional externa al colegio y no
compareció al procedimiento iniciado por la segunda publicación al encontrarse con
licencia médica, pese a ello fue representada por sus padres.
9. El 17 de junio de 2020, la apoderada de la alumna solicita que la psicóloga del
establecimiento no continúe con las intervenciones de la estudiante, pues ésta se
encuentra con psicóloga particular, con el objeto de evitar la sobreintervención.
Sexto: Que, previo a resolver el asunto discutido, es preciso recordar que
el artículo 3º de la Ley General de Educación, contenido en el D.F.L. Nº2 del Ministerio
de Educación, en lo pertinente, dispone: “El sistema educativo chileno se construye
sobre la base de los derechos garantizados en la Constitución, así como en los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes y, en
especial, del derecho a la educación y la libertad de enseñanza”.
Séptimo: Que, de la lectura de la norma transcrita, se puede apreciar con
claridad que, aun materializándose a través de un vínculo contractual, las potestades
de los establecimientos educacionales en el desarrollo de prestaciones de servicios
educacionales, encuentran como límite el irrestricto respeto a los derechos
fundamentales de los educandos, según lo prescrito en la Carta Fundamental y en
los instrumentos internacionales sobre la materia. Por ello, es dable concluir que, en
esta especial relación jurídica, la mera vulneración de derechos fundamentales de los
alumnos conlleva la inherente ilegalidad de la conducta. De ahí, entonces,
que no resulte admisible lo sostenido por el recurrido en cuanto encontrarse
amparado en su libertad de enseñanza y en el Proyecto Educativo Institucional del
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establecimiento, al que los recurrentes adhirieron al suscribir el respectivo Contrato
de Prestación de Servicios Educacionales, pues tales circunstancias no lo relevan del
respeto irrestricto a las garantías fundamentales con el que deben guiar su proceder.
Octavo: Que, en la especie, la vulneración de derechos acusada en la
acción constitucional intentada, derivaría de la aplicación de una sanción a la
estudiante, acusándola de una funa, sin que se le hayan dado las oportunidades para
defenderse o efectuar sus descargos y, en segundo término, se cuestiona que se está
adoptando una sanción, imputándole a la estudiante una medida por hechos que
son el resultado de una supuesta agresión sexual que aún se investiga y que
experimentó la estudiante por alumnos del establecimiento educacional
recurrido, por lo que, a juicio de los recurrentes, no procede medida alguna,
considerando además que se encuentra bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico.
Noveno: Que el establecimiento educacional recurrido sostiene que las
medidas formativas se ajustan a lo señalado en el Manual de Convivencia y
Reglamento Interno 2020, pues la “funa” es una conducta muy grave, según consta
en el artículo 23.6, que se refiere a las medidas disciplinarias y pedagógicas,
procediendo en consecuencia a ordenar que la estudiante de iniciales A.V.O., debe
“(a) participar de tres sesiones que tienen por objetivo realizar una reflexión sobre
los alcances, riesgos y sentimientos que este tipo de publicaciones (funa) puede
generar, tanto para quien publica como para quien es mencionado. Estas sesiones
se realizarán semanalmente, comenzando durante la semana del 20 de julio, según
lo coordinen con la Srta. Carla Lizama, psicóloga de nuestro establecimiento y
miembro del comité de convivencia escolar. (b) Redacción de una carta compromiso
en la que se acuerde no volver a incurrir en las faltas antes mencionadas.
Al no cumplir total o parcialmente con las medidas presentadas y el compromiso
adquirido, se aplicarán las sanciones disciplinarias dispuestas para esta falta (Título
IV, artículo 34.3.3)”
Décimo: Que, en este contexto, entonces, se debe tener presente que esta
Corte Suprema, refiriéndose a las funas que van acompañadas de denuncias de las
supuestas víctimas de delitos de connotación sexual, ha sostenido que en estos
casos, si se trata del relato personal de la supuesta víctima en las publicaciones, no
es posible sostener que el relato pueda ser considerado una afectación al derecho a
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la honra de los sujetos denunciados, pues se trata de una experiencia de vida, de
carácter privado, que la supuesta víctima ha decidido hacer pública, por sus propias
razones, y que se encuentra amparada por la libertad de expresión, sin que pueda
limitarse esa declaración por el sólo derecho al buen nombre que le asiste a los
aludidos, pues no son ofensivas respecto a ellos, sino que sólo dan cuenta de hechos
que actualmente están siendo investigados, sin que se pueda en éste caso prohibir
a la estudiante seguir haciéndolo, o apercibirla con medidas disciplinarias más
graves, pues de lo contrario se estaría vulnerando su libertad de expresión, pues se
trata de circunstancias que, de acuerdo con su propia experiencia, configuran los
hechos que dan lugar a la denuncia proteccional que actualmente se conoce en el
Juzgado de Familia de Puerto Montt, en la que debe adoptarse una medida que
satisfaga los estándares de justicia que se espera en un procedimiento de esa
naturaleza, respecto de todos los intervinientes.
Undécimo: Que un segundo aspecto que debe analizarse es el relativo a la
exigencia de que la estudiante sea sometida a la intervención con un nuevo
profesional, psicóloga del establecimiento educacional, sin haber escuchado su
opinión al respecto, y encontrándose sometida a tratamientos médicos por sus
médicos de confianza, quienes han sugerido suspender esas intervenciones. Tal
decisión, de acuerdo al criterio de estos sentenciadores, vulnera el principio de
autonomía progresiva de la adolescente y, por otra parte, impone una exigencia que
puede llegar afectar gravemente los derechos de la supuesta víctima, pues tal
medida puede ser constitutiva de un acto de sobreintervenciones y victimización
secundaria, sin perjuicio de vulnerar, además, el principio del interés superior del
niño y el derecho a ser oído, establecido en el artículo 16 de la Ley N°19.968, que
crea los Tribunales de Familia y la Convención sobre los Derechos del Niño , que en
su artículo 12 reconoce el derecho de los niños a expresar libremente su opinión.
Duodécimo: Que, a la luz de todo lo expuesto, las medidas que se han decidido
imponer a la estudiante y que constan en las misivas de fecha 13 y 31 de julio de
2020, son arbitrarias, pues al imponerlas no se ha tenido en consideración el contexto
en que se han emitido las expresiones y, por otra parte, también son ilegales al
infringir las normas antes señaladas, aspectos que importan la infracción de las
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garantías contempladas en el artículo 19 N°1 y 3 de la Constitución Política de la
República, por lo que deben ser dejadas sin efecto.
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CORTE DE APELACIONES DE PUERTO MONTT
11 de noviembre de 2020
VISTOS:
Comparecen en estos autos doña CLAUDIA OYARZÚN IGOR y don MAURICIO VIVAR
LUENGO, por sí y en representación de ANTONIA VIVAR OYARZÚN, todos con
domicilio en calle Almería N°1754 de la comuna de Puerto Montt; e interponen
recurso de protección en contra de la CORPORACIÓN INSTITUTO ALEMAN DE
PUERTO MONTT, representado legalmente por Gabriel Saldivia Yáñez, ambos con
domicilio en calle Bernardo Phillips N°350, comuna de Puerto Montt, por haber
incurrido en el acto ilegal y arbitrario de haber aplicado una sanción disciplinaria en
contexto escolar, con infracción a las garantías del debido proceso.
Sostienen los recurrentes que con fecha 13 de julio de 2020 el recurrido les comunicó
que se aplicaría en contra de su hija una medida formativa, consistente en la
participación en tres sesiones de reflexión y la redacción de una carta compromiso,
por haber realizado publicaciones en la red social “Instagram” en que mencionó a
estudiantes y miembros de la comunidad utilizando diversos calificativos. Señalando
que de no cumplir con las medidas presentadas y el compromiso adquirido, se
aplicarán las sanciones disciplinarias dispuestas para esa falta.
Agrega que frente a ello apelaron, señalando que se había vulnerado los principios
de un debido proceso, como se describe en el reglamento interno, que garantiza la
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presunción de inocencia, conocer los términos de la denuncia, escuchar a todos los
involucrados y que puedan presentar descargos; ya que no se les comunicó de
manera formal la existencia de una denuncia contra su hija, por lo que no fue
escuchada ni pudo presentar descargos, existiendo sólo una reunión vía remota con
el profesor jefe, quien les informó de que habían reclamos y que el Comité de
Convivencia Escolar analizaría la situación, a lo que siguió la aplicación de la sanción.
Luego agregaron que hay una falta de contextualización de la sanción, toda vez que
su hija estaría atravesando por un difícil momento emocional por situaciones de
abuso por parte de compañeros, dificultades con relación con pares y pérdida de
vínculos afectivos, lo que debió considerarse.
Como argumento subsidiario, sostuvieron que la relación de los hechos en virtud del
cual se aplica la sanción es vaga e imprecisa, lo que no permite encuadrarla dentro
de un tipo sancionatorio del reglamento escolar. Agrega que tampoco se describe
cómo la supuesta difusión de conceptos menoscabaron a miembros de la
comunidad escolar. Finalmente, sostuvieron que la supuesta falta atribuida a su hija
no se condice con una calificación de muy grave, toda vez que no existe el maltrato
reiterado que requiere la norma y, en la descripción de los hechos, tampoco se refiere
dicha reiteración.
De dicha apelación recibieron respuesta del recurrido con fecha 31 de julio de 2020,
quien señaló que hubo un primer hecho que fue puesto en conocimiento de los
recurrentes, quienes refirieron que iban a tomar medidas; y luego, un segundo hecho
denunciado, lo que les fue notificado por el profesor jefe citándolos a audiencia,
siguiendo el protocolo del reglamento interno. Luego, se realizó un consejo del
comité de convivencia escolar para analizar lo sucedido, analizando la existencia de
una primera “funa”, por la que no fue sancionada. Luego, frente a una segunda
actuación similar, se revisó que existía un compromiso previo. También se consideró
la nueva licencia médica de la estudiante, por lo que se decidió establecer medidas
formativas. Dado lo anterior, concluyeron que se aplicaron los procedimientos del
reglamento, que se consideró situación de salud de la estudiante y que por lo mismo
no aplicaron las sanciones que sugiere el reglamento interno, por lo que no
acogieron la apelación.
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Así, entiende que ambas resoluciones adolecen de ilegalidad y arbitrariedad, por
cuanto se aplica una sanción del manual de convivencia a una conducta, que además
de no estar claramente delimitada, habría ocurrido fuera del contexto escolar o de
actividad del establecimiento, cuando su actividad disciplinaria solo puede recaer en
hechos que tengan una vinculación objetiva con el plantel, ya sea determinada por
la actividad o el lugar, por lo que habría un exceso de atribuciones. Suma a lo
anterior, que las resoluciones que se impugnan no contienen fundamentos respecto
de la forma en que se satisfacen las exigencias que contempla el reglamento para
que resultare procedente ejercer las atribuciones que prevé respecto de los hechos
que se ha dado cuenta, fuera del recinto escolar, en el entorno de esparcimiento
privado de los involucrados.
Así las cosas, entiende que se ha vulnerado la garantía de un debido proceso, por
cuanto se le ha aplicado una consecuencia jurídica que no resulta aplicable a los
hechos descritos y, en segundo lugar, ha sido sancionado por hechos propios de la
competencia de tribunales de justicia, constituyéndose el recurrido en una comisión
especial.
Por lo anterior, solicita que se acoja el presente recurso, ordenando dejar sin efecto
las misivas sancionatorias de fecha 13 de julio y 31 de julio de 2020 ordenando la
omisión de cualquier registro del establecimiento de la aplicación del acto que por
esta vía se impugna, con costas.
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pagados, reconoce la autonomía del Instituto Alemán de Puerto Montt para dictar
las normas que sean necesarias para su buena organización y funcionamiento,
comprendiendo entre ellas la potestad para regir sus destinos, normar la conducta
de sus miembros y velar por la sana convivencia al interior de su establecimiento.
Luego procede a referir los hechos que dieron origen a la Resolución Exenta
N°2020/PA/10/0310 de 8 de septiembre de 2020 de la Superintendencia de
Educación, remitida a estos autos por solicitud de la recurrente, que guardan relación
con la denuncia planteada por los recurrentes a esa instancia en que se reprocha a
mi representada una presunta negativa a investigar , por hechos que ubicarían a la
hija de los recurrentes , como víctima respecto de hechos en el contexto de un abuso
sexual presuntamente ocurrido en el mes de noviembre de 2019, y que, en forma
coetánea se habría verificado la reacción de la afectada en redes sociales, con
características de autotutela que originó otra denuncia de los padres de esos
menores .
Luego, procede a referirse a la materia del presente recurso, refiriendo que el Comité
de Convivencia ha ajustado su proceder al reglamento, realizando un compromiso
frente al primer caso de publicaciones por parte de la recurrente, y con fecha 9 de
julio de 2020, procedió a aplicar una sanción disciplinaria por la reiteración del hecho,
según el Manual de Convivencia y Reglamento Interno 2020, siendo la conducta
calificada de muy grave, aplicando las medidas formativas referidas por los
recurrentes. Concede que lo anterior fue apelado y resuelto de la forma ya referida
también en el recurso de protección.
Dado lo anterior, señala que el presente recurso debe ser rechazado, en primer lugar
por extemporáneo, ya que entiende que el acto contra el cual se data del 31 de julio
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de 2020 y el recurso se interpuso con fecha 31 de agosto de 2020, por lo que habrían
transcurrido 31 días desde el acto que se impugna.
En tercer lugar, refiere que los recurrentes ya han manifestado que no cumplirán con
las medidas pedagógicas, y no disponen de los medios compulsivos para hacerlas
efectivas.
Por todo lo anterior, solicita el rechazo del presente recurso, con costas.
PRIMERO: Que, tal como se ha venido sosteniendo por esta Corte, el recurso
de protección de garantías constitucionales establecido en el artículo 20 de la
Constitución Política de la República, constituye jurídicamente una acción cautelar
destinada a amparar el legítimo ejercicio de las garantías y derechos preexistentes
que en esa misma disposición se enumeran, mediante la adopción de medidas de
resguardo o providencias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la
debida protección del afectado ante un acto u omisión arbitrario o ilegal que prive,
perturbe o amenace dicho ejercicio.
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existencia de una acción u omisión reprochada; b) que se establezca la ilegalidad o
arbitrariedad de esa acción u omisión; c) que de la misma se siga directo e inmediato
atentado (privación, perturbación o amenaza) contra una o más de las garantías
constitucionales invocadas y protegibles por esta vía; y d) que la Corte esté en
situación material y jurídica de brindar la protección.
Así, existe una norma de orden público, en tanto regula la admisibilidad de este
procedimiento, que establece el plazo dentro del cual ha de promoverse esta clase
de acción y las diversas circunstancias que pueden gatillar el inicio de su cómputo.
Tal acto data del 31 de julio de 2020 y fue informado a la recurrente las 21:07 horas
del mismo día, a través de su casilla electrónica y bajo la referencia “responde
apelación”, como consta en el documento acompañado por dicha parte en folio 18.
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De la revisión del expediente digital, consta que el presente recurso de protección
fue presentado el día 31 de agosto de 2020, que corresponde al día 31º corrido,
contado desde la fecha de expedición y remisión de aquella segunda misiva.
Dado que la recurrente reconoce las fechas de emisión y comunicación de ese último
acto que reprocha, y también la fecha de su comunicación, sin que se hubiese
planteado ni acreditado alguna circunstancia que le hubiera impedido conocer de él
en aquella fecha, conforme al artículo 1º del Auto Acordado ya referido, el plazo de
interposición del presente recurso expiró el día 30 de Agosto de 2020.
Que este plazo, regulado expresamente como “fatal”, produce un efecto preclusivo
para el caso del no ejercicio de la acción, y no puede verse alterado en su cómputo
por lo que indica el artículo 26.3 del Manual de Convivencia, invocado por la parte
recurrente durante la vista de esta causa, pues ésta constituye una norma cuya
eficacia y aplicación se limita al procedimiento previsto en dicho Manual, sin que
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pueda extenderse su aplicación a un procedimiento de índole jurisdiccional, ni alterar
las reglas que sobre la tramitación y admisibilidad del presente recurso ha venido a
regular el Auto Acordado, en su artículo 1º.
De esta forma, y dado que a la fecha en que fue presentado este recurso de
protección ya había transcurrido íntegramente el plazo de 30 días corridos, en
relación a las dos misivas que pide dejar sin efecto, corresponderá desestimarlo.
El acta de tal entrevista, acompañada a los autos y no cuestionada, evidencia que los
recurrentes tomaron conocimiento de haber incurrido su hija en una conducta de
indisciplina escolar, que era susceptible de mejoramiento y que no justifican,
atribuyéndola a una represalia o respuesta frente a hechos graves previamente
padecidos por ella; acordándose en esa reunión evitar sanciones de índole
disciplinario y aceptar en su lugar otras de carácter “formativo”. Dicha acta contiene
acuerdos del establecimiento y los apoderados recurrentes, dadas las repercusiones
que la “funa” que motivó ese procedimiento significó para aquelllos jóvenes contra
quienes se dirigió, dentro de los cuales los actores asumen el compromiso de no
permitir que se produzca “otra funa”.
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De esta manera, el Comité de Sana Convivencia Escolar ha operado con anuencia y
participación de los recurrentes, reconociéndose previo a este recurso como un ente
válido para imponer la adecuación del comportamiento escolar, y con el cual les era
posible adoptar compromisos vinculantes para ambas partes.
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y la redacción de una carta compromiso de no volver a incurrir en las faltas. En
apreciación de estos sentenciadores, dichas medidas se orientan a evitar futuras
reiteraciones de la conducta que afectó la convivencia escolar.
Que, sin que implique desatender aquellos reclamos y denuncias que formularon los
recurrentes contra la recurrida, relativos a no haber adoptado medidas de protección
ante hechos que se encontrarían en investigación, ocurridos durante el año escolar
2019 y que habrían afectado emocionalmente a la hija de los recurrentes, con la
especial gravedad de afectar o poner en riesgo su indemnidad sexual según refiere
aquel procedimiento contencioso, ello no obsta a que la recurrida adopte medidas
tendientes a resguardar la convivencia escolar afectada por aquellas situaciones de
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“funa” entre sus alumnos, aun cuando constituyeran respuestas o represalias frente
a esos otros hechos que imputa.
Lo anterior fue acordado con el voto en contra del ministro don Jorge Pizarro
Astudillo, quien fue de la opinión de acoger el presente recurso por los motivos que
a continuación se señalan:
Así, siendo que la misiva de fecha viernes 31 de julio de 2020 se envió por correo
electrónico de la misma fecha, debe entenderse que fue notificada con fecha lunes
3 de agosto de 2020 (ya que el mismo reglamento establece como días hábiles de
lunes a viernes en su punto 26.1), por lo que el recurso fue interpuesto dentro del
plazo establecido por el auto acordado.
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2° Que, en cuanto al fondo del asunto, de lo señalado por el recurrente y lo
informado por el recurrido, y de los antecedentes acompañados por ambos, es
posible concluir que no existe una descripción de los hechos que se subsumen en el
tipo infraccional en virtud del cual se aplica la sanción a la hija de los recurrentes,
faltos de todo sustento probatorio (no se hace referencia específica a ninguno de
ellos), por lo que en consecuencia no aparecen fundamentos que puedan justificar
decisión alguna y afectando así los intereses de la recurrente y especialmente de la
menor.
Comuníquese y devuélvase.
Pronunciado por la Segunda Sala de la C.A. de Puerto Montt integrada por Ministro
Jorge Pizarro A., Fiscal Judicial Mirta Sonia Zurita G. y Abogado Integrante Christian
Lobel E. Puerto Montt, once de noviembre de dos mil veinte.
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