GIMENO El Derecho de Familia y Nuevos Paradigmas

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El derecho de familia y los nuevos

paradigmas
Por Jorge Osvaldo Giménez (*) (Especial para "Río Negro")

Edición 1 Octubre ; 1998

Bajo el propósito de tan amplio cometido, tal como el análisis de los nuevos paradigmas que
han de preocupar al derecho de familia en los umbrales del próximo siglo, se realizó en la
ciudad de Mendoza durante los días 20 a 24 de septiembre el X Congreso Internacional de
Derecho de Familia, organizado por la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad de
Mendoza y el gobierno de Mendoza.

En el marco de sus deliberaciones se reunió la más calificada doctrina del derecho


continental europeo, tal como los profesores Francois Chabas y Michael Grimaldi, de Francia,
Michele Sesta, titular de la cátedra de la Universidad de Bolonia, Italia, los españoles Luis
Diez Picaso, José Luis de Los Mosos, Diego Espín Cánovas, Encarna Roca Trías, los
académicos Norbert Losing, de Alemania, y Numo De Salter Cid, de Portugal. De igual forma,
estuvo representada la totalidad de América latina así como la mejor doctrina nacional con la
presencia de profesores como Andorno, Méndez Costa, Belluscio, Zannoni, Borda,
Grossman, Bossert, Bidart Campos, Rivera, Roitman y muchos otros que contribuyeron con
sus aportes al logro de las que fueron luego las recomendaciones de este trascendental
evento académico.

La metodología de trabajo nucleó a sus participantes en cuatro comisiones que abordaron


el análisis y debate de los principios jurídicos de la familia de nuestros días, el niño como
sujeto de derecho a partir de su interés superior en las distintas instituciones jurídicas, el
régimen económico de la familia y las diversas formas familiares.

La preferencia de le numerosa concurrencia que trajo cada grupo de trabajo permitió


advertir que, más allá de la preocupación por reafirmar la actitud declarativa en favor de los
modernos principios que se insinúan como reguladores el fenómeno familiar posmoderno, los
distintos modelos de familia actuales así como el régimen económico que de ellos surge,
revelaron que tanto en Europa como en América la trasformación de la realidad familiar como
agrupamiento primario y natural ya reclama la atención del jurista y del legislador. Así, se
aceptó que el concepto de "crisis" no implica la desaparición ni destrucción de la familia sino
su trasformación, desde que los cambios sociales consolidan nuevas formas familiares que
merecen ser contempladas por cl ordenamiento jurídico y la jurisprudencia anticipativa.

El contenido de la llamada "familia ensamblada" aparece ya definitivamente aceptado


aunque limitado al originado en una unión posterior a una separación, divorcio o viudez. y
fundada en un nuevo vínculo matrimonial, cuando ambos cónyuges tuvieren hijos de un
vínculo anterior categoría sociológica que tiene como finalidad encuadrar el objeto de estudio
y promover su visibilidad en el ámbito institucional y científico, y en tales avances aparecen
sugeridos nuevos términos como "padre o madre a fin" e "hijo afín", en consideración al
parentesco de afinidad que une a estas personas en la mayor parte de las legislaciones. La
postura mayoritaria de los ponentes estuvo orientada a reconocer como fenómeno también
de indiscutible existencia social la proliferación de las uniones de hecho, recomendando que
a efectos de asegurar el cumplimiento de los elementales principios de solidaridad y
cooperación familiar se regulen por la ley los efectos de estas uniones, fundamentalmente en
países como el nuestro, en cuyos ordenamientos legales se mantiene una posición
históricamente abstencionista.

Los nuevos paradigmas familiares bajo cuya realidad fue convocado este congreso, no
dejaron afuera una temática por demás conflictiva y opinable: tal la de las uniones
homosexuales, de las que se dijo sobre la conveniencia de una regulación aplicable a la
convivencia de personas del mismo sexo, con apoyo principal en la no discriminación, así
como en el derecho a la identidad y orientación sexual de cada persona, recomendando el
estudio interdisciplinario para determinar el alcance de los efectos jurídicos que
correspondería otorgarles a estas uniones. Concluyente fue la posición dirigida a excluir toda
posibilidad de conceder la guarda, tutela o adopción dirigida a excluir toda posibilidad de
conceder la guarda, tutela o adopción de menores en favor de dos personas del mismo sexo,
como también el acceso a las técnicas de reproducción humana asistida. Todo sin perjuicio
de reconocer los derechos de los niños criados por parejas del mismo sexo, para asegurarles
el goce de derechos asistenciales y patrimoniales, sin que ello importe la regulación de tal pa-
reja como forma de asegurar esos derechos en favor del menor.

En la órbita de los derechos patrimoniales familiares, se avanzó en nuevas formas de


protección frente a situaciones de crisis como el divorcio, agresión de acreedores o
fallecimiento de uno de los integrantes de la pareja. Así, se pensó en extender la regulación
amparante también a bienes muebles como el ajuar familiar, con subsistencia a ulteriores
nupcias. Se rescató el valor como medio idóneo del fideicomiso para proteger los intereses
de los menores y de los incapaces, afirmando que tal instituto no es de por sí vulneratorio del
régimen de la legítima sucesoria ni de la ganancialidad de la sociedad conyugal, resultando
las acciones de colación, reducción, preterición o fraude los medios idóneos del
ordenamiento para evitar su eventual violación.

Resultó también de aceptación casi unánime, siendo la más calificada oposición la del Dr.
Belluscio, la derogación de todo impedimento a celebrar contratos entre cónyuges. El
concurso y la quiebra de uno de los cónyuges fue especial materia de tratamiento, con in-
teresantes conclusiones sobre las diferentes alternativas posibles frente al proceso universal
de liquidación patrimonial, sea que los efectos se analicen desde la persona del otro esposo
así como de terceros.
En lo personal y en el ámbito de las nuevas responsabilidades familiares, propugné el
reconocimiento de un crédito personal en favor del hijo menor conviviente que con el fruto de
su trabajo extrafamiliar contribuyera a la satisfacción de las cargas familiares que la ley pone
en cabeza de los padres, exigible al tiempo de la disolución de la sociedad conyugal y
cuantificable con los parámetros de la equidad, lo que mereció ser considerado como una
variable por reactualizar el rol que desempeña cada miembro de la familia en el cumplimiento
de sus responsabilidades, teniendo en miras el principio de solidaridad qué expresa y da
sentido a la comunión del grupo familiar, tal como reza la décimaprimera de las conclusiones
de la comisión número uno. Si el derecho de familia resulta el receptor con que la ciencia
jurídica primero y la ley después traducen las formas que la sociedad humana acepta para
regular el fenómeno natural de la familia como vehículo de la sexualidad y la convivencia
estable, este congreso ha sido un medio por demás eficaz para revisar la realidad social
familiar de nuestro tiempo, sea en Latinoamérica como en Europa continental, a la luz de sus
nuevos paradigmas, e intentó vislumbrar los marcos regulatorios que aparecen oportunos en
los tiempos de esta posmodernidad.
(*) Profesor de Derecho Civil, Facultad de Derecho, Universidad Nacional del Comahue.

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