Canoa

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Andrés Gómez Licona

Resumen
Canoa: Memoria de un hecho vergonzoso (1975)
CONACINE / STPC

“Consiste en que, dentro de la masa, el individuo adquiere, por el sólo hecho del
número, un sentimiento de poder invencible que le permite entregarse a instintos
que, de estar solo, habría sujetado forzosamente”
Le Bon

La película se muestra a modo de un falso documental narrando los hechos


ocurridos en la madrugada del 15 de septiembre de 1968 en el pueblo San Miguel
Canoa, en donde cinco jóvenes empleados de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla (BUAP) con la intención de escalar el volcán La Malinche, son
brutalmente linchados y asesinados por la gente del pueblo la cual se encuentra
dominada por el reflejo y la sugestión.

La información que circulaba en esa época tenía el propósito de identificar al


pensamiento comunistas como una amenaza y enemigo de la nación, negando la
oportunidad de escuchar sus ideas y propuestas, con esta premisa eran juzgados
los estudiantes que participaban en el movimiento del 68 por parte del gobierno y
los medios de comunicación, siendo esta la idea implantada a la gente del pueblo a
través del sacerdote, el cual también tenía el control del servicio público de San
Miguel Canoa relevando a las autoridades municipales.

“El Testigo” es un personaje que nos muestra como los medios pueden ser
usados para manipular la información que se nos entrega, aclarando lo que dice el
narrador distante inicial respecto al pueblo, al mismo tiempo nos devela la influencia
que ejerce en algunas personas, provocando así el linchamiento de los trabajadores
de la BUAP.

Las razones de este hecho tienen una explicación utilizando la psicología de


las multitudes teniendo en cuenta que son las personas las que contribuyen a
estructurar los estímulos a los que se enfrentan porque pueden utilizar herramientas
desarrolladas históricamente, siendo las formaciones histórico-sociales, los
productos más complejos de la psiquis colectiva.

Cualquier idea, sea científica, religiosa, filosófica o artística, interviene el


siguiente mecanismo de contagio para su propagación, la idea entra en la fase de
difusión total. La opinión la acepta enseguida, adquiere una fuerza penetrante y sutil,
crea una manera de atmosfera mental, un modo general de pensar; así, la nueva
idea cristaliza en todas las conciencias, palpita en todas las producciones de una
época. Entonces la idea ha triunfado y ha entrado en los dominios del sentimiento,
donde se mantendrá por largo tiempo al abrigo de cualquiera.

Las creencias religiosas han constituido siempre el principal elemento de la


vida de los pueblos, los acontecimientos históricos más importantes han sido los
precedentes del nacimiento y de la muerte de los dioses. Con una idea religiosa
nueva nace necesariamente una civilización, por tal motivo el sacerdote al dar un
discurso advirtiendo una invasión comunista, el pueblo relaciona a los trabajadores
con la Universidad, la Universidad a los estudiantes y a los estudiantes con el
movimiento comunista, iniciando así una acción social impulsiva con características
de una multitud.

La eficacia y frecuencia de la sugestión varían al tenor del temperamento y


de la educación de los individuos. El proceso impulsivo propiamente colectivo es la
sugestión social o contagio, consistente en el influjo que mutuamente ejercen los
individuos reunidos, tendiendo cada uno a pensar y obrar al tenor que los demás
piensan y obran. Todo grupo social, transitorio o permanente, tiende a unificarse en
uno o varios aspectos de la vida psíquica, acabando cada individuo por ser, en los
respectivos aspectos, lo que los demás son. Las respuestas de cada individuo al
mismo estimulante se avivan con las respuestas análogas de los demás, y se
debilitan con la censura callada o ruidosa.

De las condiciones mentales: hay dos muy influyentes, la ignorancia y el


miedo. La sociedad ignorante se mueve impulsivamente a merced de los instintos,
reflejos y sugestiones. Iguales efectos produce el miedo, aquel estado del ánimo
que turba la razón, paraliza la voluntad y entrega al hombre a merced de los
impulsos.

Cuando aquella multitud se pone en movimiento; desde el instante en que se


ubica el objetivo, la sugestión llegada a su máximo grado de intensidad se
apodera como soberana de la conciencia de todos y surge un nuevo ser social: la
multitud. El individuo desaparece; pierde la facultad de pensar y de deliberar, la
conciencia y la voluntad; deja de ser persona, transformándose en instrumento
ciego de las ideas que le sugieren los demás; los actos que ejecuta no son suyos,
son de la multitud.

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