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El Cultivo de Ajo

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El Cultivo

de Ajo

Autor: Equipo Editorial INTAGRI


La producción de ajo tiene un gran potencial económico en México, ya que el ajo
se ha convertido en un cultivo de alto valor para la exportación, principalmente a
países europeos. Para poder cubrir la demanda del mercado es muy importante
la calidad del bulbo, por lo que se deben tener en cuenta ciertas consideraciones
en el cultivo para obtener producciones rentables.
Época de
siembra
El ajo es una planta que necesita temperaturas frescas y días
cortos durante las primeras etapas de su ciclo vegetativo,
para favorecer el desarrollo de las hojas. Al final del ciclo
necesita de temperaturas cálidas y días largos, para promo-
ver el desarrollo del bulbo. Por esta razón se recomiendan las
siembras entre los meses de septiembre y octubre.
El rendimiento y la calidad del ajo están asociados con el
tamaño de la semilla utilizada, por ello se aconseja separar
los dientes por tamaño; además de tener en cuenta la sani-
dad, peso, forma, color y firmeza que tienen. Es indispensa-
ble comenzar a desgranar los bulbos cinco días antes de la
siembra para evitar el vaciado de los dientes por perdida de
humedad, que pueda provocar la reducción del poder ger-
minativo de los mismos. Es recomendable utilizar los dientes
de tamaño grande y mediano, mientras que los chicos se
deben sembrar por separado. Cuando la siembra va a ser
mecánica es conveniente clasificar la semilla de acuerdo al
tamaño del diente para calibrar la sembradora.

Figura 1. Ajo germinado


Foto: Intagri.
Establecimiento
del cultivo
El ajo se puede sembrar en surcos o en camas, con diferentes anchuras; lo que
dependerá de la población por hectárea y el método de riego que se empleará.
En superficies pequeñas que fluctúan entre 1 y 3 ha, la sie mbra generalmente se
efectúa de forma manual, donde debe contemplarse la posición de las semillas.
La semilla debe colocarse con el pie hacia abajo para facilitar su germinación,
evitar la deformación de los bulbos y pérdidas en la producción.

Fertilización
El cultivo tiene dos etapas, la primera Si en la producción de ajo el riego es por
corresponde al crecimiento de la planta y la gravedad, es conveniente al menos tres
segunda a la formación del bulbo. En los épocas de fertilización. La primera debe ser
primeros meses el objetivo de la fertiliza- previa a la plantación, la segunda en la
ción debe ser incrementar el vigor de la primera escarda y la tercera antes de la
planta, que posteriormente determinará el formación de bulbos. En riego por goteo, la
potencial de rendimiento. Los últimos dos aplicación de la dosis de fertilizante puede
meses del desarrollo, la nutrición debe estar ser de manera continua, desde antes de la
enfocada al incremento de peso, tamaño y siembra hasta el inicio de la formación del
calidad del bulbo; por lo que es indispensa- bulbo.
ble asegurar que los nutrientes estarán Es conveniente realizar, de forma previa a la
disponibles para el cultivo. siembra, un análisis químico del suelo para
conocer su fertilidad, que permita ajustar la
fertilización según la demanda del cultivo
Riego
El manejo del agua es uno de los factores Cuando se utiliza el riego por gravedad, la
más importantes a considerar para la siembra se puede realizar en seco. El
obtención de altos rendimientos y bulbos primer riego se aplica procurando que el
de buena calidad. Es común que en la pro- agua moje lentamente por trasporo y
ducción de ajo el riego sea mediante siste- evitando que rebase el nivel del surco. Pos-
mas de goteo o por gravedad. El principio teriormente, según sean las condiciones
básico del riego por goteo es mantener climáticas y de textura del suelo, de 5 a 10
una humedad acorde a la demanda de la días después del primer riego se debe apli-
planta, tratando de conservar la humedad car el segundo riego para uniformar la ger-
aprovechable en un 60 %. minación y facilitar la emergencia de las
plántulas. Los riegos posteriores pueden
aplicarse con intervalos de 15 a 20 días,
para mantener la humedad disponible al
60 %. Cuando las temperaturas comiencen
a elevarse los riegos deberán de ser más
frecuentes, reduciendo los intervalos a 8
días. El último riego se debe de realizar 15
o 20 días antes de la cosecha para evitar
tener pérdidas en la calidad de los bulbos
por agrietamiento.

Figura 2. El último riego del ciclo es indispensable


para evitar agrietamientos en el bulbo.
Foto: Intagri
Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2021. El Cultivo de Ajo. Serie Hortalizas, Núm. 25. Artículos técnicos de
INTAGRI. México. 3 p.

Literatura consultada
-INIFAP. 2016. Cultivo de Ajo. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrico-
las y Pecuarias. 12 p.
-Valenzuela, C. P.; Nuñez, M. H. . Ajo. CIRNO- Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales Agricolas y Pecuarias. 8 p.
-Castellanos, J. 2020. Fertirriego en el Cultivo de Ajo. Diplomado Internacional de
Fertirriego, Intagri.
-Silva, G.; Victor, M. 2006. Evaluación del Rendimiento y Calidad de Cultivares de Ajo
Colorado Fertirrigados con Nitrogeno. Revista de la Facultad de Ciencias Agrarias.
33:2, 37-48.

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