Ventilación Covid-19 ISP
Ventilación Covid-19 ISP
Ventilación Covid-19 ISP
AUTOR:
Ing. Pablo Zúñiga Moreno.
Sección Seguridad en el Trabajo.
Depto. Salud Ocupacional.
REVISIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE LA
INFLUENCIA DEL MANEJO DE LA VENTILACIÓN EN LA
TRANSMISIÓN DE COVID-19 EN LOS ESPACIOS DE
TRABAJO
1. INTRODUCCIÓN
Los años 2020 y 2021 han sido marcados por la pandemia causada por el brote de un nuevo corona-
virus, el SARS-CoV-2. Los coronavirus son una familia de virus zoonótico que pueden causar afecciones
con síntomas similares a los de un resfrío común hasta enfermedades más severas, como es el síndrome
respiratorio agudo severo. En el caso particular de la COVID-19, OMS ha informado que los síntomas aso-
ciados a esta enfermedad son frecuentemente fiebre, tos seca y cansancio físico y otros síntomas menos
frecuentes como la congestión nasal, el dolor de cabeza, la conjuntivitis, el dolor de garganta, la diarrea, la
pérdida del gusto o el olfato, en personas infectadas con este virus. Sin embargo, hay casos de personas
que desarrollan esta enfermedad y no presentan los síntomas mencionados, a los cuales se les ha deno-
minado como asintomáticos e incluso son informados en los reportes diarios emitidos por el MINSAL.
Con la información actual, se sabe que la forma de propagación y transmisión que tiene el SARS-CoV-2
es por medio del contacto estrecho con personas enfermas, es decir, haber estado a menos de uno o
dos metros de distancia o haber tenido contacto físico con alguien infectado y también por el contacto con
superficies contaminadas (fómites). En determinadas circunstancias y lugares donde se practican proce-
dimientos médicos que generan aerosoles respiratorios se indica que es posible que exista transmisión
aérea1 del virus [13]. En el último tiempo, la comunidad científica ha venido debatiendo si la COVID-19
podría propagarse mediante aerosoles generados en actividades como hablar, cantar, toser o estornudar
bajo ciertas condiciones especiales, como por ejemplo, ventilación deficiente. Esto aún continúa siendo un
campo de investigación activo [13], por lo cual en la presente nota técnica se revisan una serie de publica-
ciones que tratan el tema con la finalidad de aportar al entendimiento de los mecanismos de transmisión
del SARS-CoV-2 y de la posible influencia de la ventilación en la propagación y transmisión de este virus.
2. OBJETIVO
Informar sobre la posible influencia que tiene el manejo de la ventilación en la propagación de la CO-
VID-19 en recintos que cuenten con sistemas de ventilación.
1 En inglés se denomina airborne transmission, lo cual se traduce mejor al español como transmisión aerotransportada. Sin embargo, en
este documento se utilizará transmisión aérea para describir este fenómeno.
FIGURA N°1:
Esquematización de las formas de transmisión por contacto
Por otro lado, la transmisión aérea está definida como la propagación de un agente infeccioso cau-
sada por la diseminación de núcleo de gotas respiratorias que siguen siendo infecciosos cuando se
suspenden en el aire a largas distancias y tiempo [11], lo que no debe confundirse con la transmisión por
gotas respiratorias, ya que desde un punto de vista aerodinámico las gotas respiratorias son más grandes
que los núcleos de éstas y tienen permanencia en el aire por tiempos cortos, y por consiguiente, no viajan
largas distancias antes de caer. Una forma para estimar la permanencia de ésta en el aire es determinando
el tiempo en que se demoran en caer al suelo; por ejemplo, una partícula de un diámetro de 100 micrones
permanecerá suspendida en el aire por 5,8 segundos antes de llegar al suelo si se deja caer desde una
altura de 1,5 metros respecto de este, mientras que una de 10 micrones lo hará en alrededor de 8,2 minutos
en las mismas condiciones, como se muestra en la Figura N°2 [3]. A partir de esto se puede indicar que
mientras menor sea el diámetro de esta partícula, mayor será su tiempo de permanencia en el aire y para
que esta transmisión sea efectiva, el virus debe ser capaz de mantenerse infeccioso durante el período que
permanezca en suspensión en el aire y se aleje de la fuente de emisión bajo las condiciones ambientales
donde ocurra la propagación [3], [13].
2 Este término puede también encontrarse como “gotículas” en español. Sin embargo, RAE indica que la palabra gotícula se emplea como
un tecnicismo en el ámbito médico, por lo que en la presente nota se tratará como “gotas respiratorias” (Fuente: https://twitter.com/
raeinforma/status/1279689449975226370?lang=es)
FIGURA N°2:
Comparación de los tiempos de asentamiento de las partículas en aire en reposo [3]
De acuerdo con OMS, las gotas respiratorias emitidas por una persona son normalmente de tamaño en-
tre 5 y 10 micrómetros y de acuerdo con la evidencia, la propagación de la COVID-19 se genera principal-
mente por el contacto con gotas infectadas en este rango de tamaño cuando existe contacto estrecho entre
la persona infectada y el huésped susceptible. Por otro lado, también se indica la existencia de núcleos de
gotas respiratorias, que serían aerosoles con diámetro menor a 5 micrómetros formados por la deseca-
ción de gotas de mayor tamaño [14]. Los núcleos de gotas que tienen una menor cantidad de organismos y
material seco (no agua) pueden permanecer suspendidas en el aire, aumentando su potencial a viajar largas
distancias [4]; no obstante, para que pueda darse la transmisión aérea de una enfermedad o infección, la
carga de patógenos debe tener potencial de infectar en estas condiciones, por lo que es un mecanismo para
aquellos microorganismos que son resistentes a la desecación y que utilizan las vías respiratorias de un
huésped como puerto de entrada [4]. Ejemplos de patógenos de transmisión aérea son los que causan la
tuberculosis, el sarampión e influenza.
gotitas respiratorias pequeñas [5]. Además, en el ámbito de la salud, se utiliza este concepto para describir
gotas respiratorias producidas a partir de procedimientos tales como intubación o broncoscopías [5]. Por
otra parte, en el ámbito de los riesgos químicos, los aerosoles se definen como un conjunto de pequeñas
partículas, sólidas o líquidas, suspendidas en el aire, cuyo diámetro puede variar desde los 100 micrones
hasta un rango igual o menor a 0,01 micrón, como son, por ejemplo, polvos, nieblas o humos [2]. Estas
acepciones del término aerosol han producido cierta confusión debido a que se ha entendido que la presen-
cia de aerosoles significa por sí misma la transmisión aérea del virus; pero, debe tenerse en cuenta que para
que exista transmisión aérea las gotitas deben ser de diámetros pequeños, núcleos de gotas, y contener una
carga de micoorganismos capaz de producir la infección [13].
También puede producir confusión el hecho que en el ámbito de la salud pública se utiliza el término
aerotransportado (airborne) para describir cualquier tamaño de partícula capaz de viajar a través del aire,
lo que en el caso de gotas respiratorias, puede incluir tanto a aquellas que están cerca de la fuente como
las que se han movido más allá [5]. Sin embargo, en el área de estudio de las enfermedades infecciosas,
aerotransportado se reserva específicamente para describir infecciones que pueden transmitirse mediante
la exposición a pequeñas gotas y partículas infecciosas suspendidas en el aire que contienen patógenos
activos y viajan largas distancias desde la fuente y durante tiempos prolongados [5].
Un aspecto importante que debe ser considerado para entender mejor el mecanismo de transmisión
aérea y el comportamiento de las gotas en el aire, es que éstas se componen de una fase líquida (agua) y
una sólida (principalmente material orgánico), en donde se alojan los patógenos como los virus. Cuando
las gotas son emitidas y expuestas al medio ambiente es normal que ocurra la evaporación del agua pre-
sente, dejando el material seco suspendido. Por ejemplo, núcleos de gotas con diámetros de 100 micrones
(0,1 mm) se ha encontrado que evaporan en 1,7 segundos, y otras de diámetros de 50 micrones (0,05 mm)
en 0,4 segundos [4]. Sin embargo, en presencia de proteínas como por ejemplo esputos, mucosa y serum,
la evaporación y desecación de las gotas será mucho más lenta, asentándose más rápido y resultando en
una cantidad menor de núcleo de gotas con potencial de viajar por el aire [4].
La epidemiología de la COVID-19 indica que la mayoría de las infecciones por SARS-CoV-2 son pro-
pagadas por contacto estrecho y no por vía aérea, ya que los datos disponibles indican que la propagación
del virus ha sido como la mayoría de otros virus respiratorios comunes, siendo el mecanismo principal la
transmisión por gotas respiratorias al encontrarse a una distancia corta (menor a dos metros, por ejemplo);
adicionalmente, no hay evidencia de propagación del virus a personas lejanas o que ingresan a un espa-
cio horas después de la presencia de una persona infectada [5]. No obstante, a continuación se revisan
diversos estudios científicos que han aportado antecedentes que se refieren a la potencial propagación del
SARS-CoV-2 a través del aire y, por lo tanto, plantean la duda sobre si la COVID-19 podría ser o no una
enfermedad de transmisión aérea:
4.1. El Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indica que hay ejem-
plos documentados en los cuales el virus pudo haber sido transmitido a largas distancias y tiempos,
pero estos casos generalmente han involucrado la presencia de una o más personas infectadas emi-
tiendo gotas por un tiempo prolongado (>30 minutos a muchas horas) en un espacio cerrado, lo que
hace suponer que se acumuló en el ambiente una cantidad de virus suficiente como para causar infec-
ción en personas que estuvieron a una distancia mayor a dos metros o que entraron a esos espacios
después de que las personas infectadas salieron [5]. Según CDC las circunstancias en que puede
darse la transmisión del SARS-CoV-2 en forma aérea son las siguientes [5]:
• Espacios cerrados dentro de los cuales tanto la persona infectada como la susceptible se en-
cuentran al mismo tiempo o cuando la susceptible ingresa al lugar poco después de que la perso-
na infectada salió de este.
específico, para proveer protección tanto a los pacientes como al personal de salud [8]. Esto toma mucha
relevancia para minimizar o eliminar el riesgo de transmisión de infecciones dentro de estos recintos.
La ventilación contempla el recambio del aire viciado por aire limpio, mejorando las condiciones
ambientales existentes al interior de los recintos ventilados al diluir contaminantes emitidos por las per-
sonas, principalmente olores desagradables, además del control de la temperatura y humedad, por medio
de equipos acondicionadores de aire. La ventilación es realizada por Unidades Manejadoras de Aire
(UMA), que toman aire del exterior, lo acondicionan térmicamente y lo inyectan al interior a través de
difusores, ubicados normalmente a nivel de techo3. En la mayoría de los casos, con fines de mejorar la
eficiencia energética del sistema, parte del aire se recircula, como se muestra en la Figura N°3.
FIGURA N°3:
Unidades Manejadoras de Aire (Ejemplo Oficinas)
3 Con el fin de mejorar las condiciones al interior de un recinto, el aire externo se debe acondicionar térmicamente, filtrar de material
particulado producto de la contaminación y en algunos casos, se trata la humedad; antes de inyectarlo al interior del recinto.
FIGURA N°4:
Esquematización de los diferenciales de presión
La ventilación general en lugares como oficinas o afines se diseña principalmente en función del nivel
de ocupación proyectado, de modo que con el caudal de aire externo inyectado se pueda evitar las posi-
bles molestias causadas por los olores de efluentes corporales, no siendo tan importante aspectos como
el patrón de flujo o los diferenciales de presión entre los recintos [3]. En los centros hospitalarios, por el
contrario, existen áreas como las de aislamiento de infectados, donde el diseño de la ventilación debe con-
siderar en especial las diferencias de presión entre los recintos con la finalidad de disminuir la contamina-
ción cruzada entre las distintas salas4. ASHRAE declara haber encontrado pruebas convincentes de que la
implementación de una antesala con una adecuada configuración y funcionamiento es un medio eficaz para
mantener los diferenciales de presión y crear contención en las habitaciones de un hospital [3], [14] y [15].
ASHRAE indica que aunque se reconoce ampliamente la propagación potencial de patógenos infeccio-
sos por el aire, sigue existiendo incertidumbre respecto a la importancia relativa de las diversas vías de
transmisión de la enfermedad, como la aérea, por gotas respiratorias, por contacto directo o indirecto, o por
medios multimodales (combinación de mecanismos) [3].
No obstante, los sistemas de distribución de aire, filtración y ventilación tienen el potencial de limitar la
transmisión del patógeno por el aire y, por lo tanto, romper la cadena de infección [3]. En este sentido, los
sistemas tienen efecto en lo siguiente:
• La ventilación por dilución y los diferenciales de presión no influyen significativamente en la transmi-
sión a corto alcance. En cambio, la propagación de pequeños aerosoles infecciosos incluyendo núcleo
de gotas resultantes de la desecación puede verse afectada por los patrones de flujo de aire en los
espacios y en particular, por aquellos patrones en los alrededores de la fuente [3].
• El control de las condiciones ambientales, en términos de humedad y temperatura, podría influir en
la supervivencia del microorganismo ya que la literatura sugiere que la supervivencia más desfavo-
rable de microorganismos se produce con una humedad relativa entre 40% y 60% [14], en adición
4 Por ejemplo, habitaciones de hospitalización, UCI, UTI, quirófanos, entre otros.
a que estudios muestran que humedades relativas por debajo del 40% se asocian con factores que
incrementan las infecciones [17]. Por otra parte, desde un punto de vista termodinámico, en espacios
demasiado secos (humedad relativa baja) y con una temperatura lo suficientemente alta facilita la
desecación de gotas respiratorias de mayor tamaño para dar lugar a los núcleos que son aerosoles de
menor tamaño, por lo que la presencia de vapor de agua en el aire mantendría rehidratada la gota [3].
• La aplicación de filtrado de partículas de alta eficiencia (filtros HEPA) contribuye a reducir la carga de
aerosoles en al aire, mediante la retención de éstos. De esta forma, se evita el transporte de agentes
infecciosos de una zona a otra, sobre todo en aquellos sistemas HVAC que recirculan aire para la in-
yección5. Sin embargo, la filtración no eliminará totalmente el riesgo de transmisión de las partículas
del aire porque hay otros factores además de la concentración de aerosoles infecciosos que contribu-
yen a la transmisión de enfermedades [3].
7. CONCLUSIONES
7.1. No hay resultados concluyentes que indiquen transmisión aérea o por aerosol del SARS-CoV-2 en
condiciones donde no haya procesos que generen aerosoles, requiriéndose muchas más investigacio-
nes dadas las posibles implicaciones de la transmisión por esta vía [13]. Por esta razón es que OMS
no reconoce la transmisión aérea como mecanismo principal de contagio de la COVID-19.
7.2. En función de lo anterior, la evidencia no indica si el uso de sistemas de aire acondicionado aumenta el
riesgo de propagación del SARS-CoV-2; sin embargo, no se puede asegurar que tenga nula influencia
en la propagación del virus [3].
7.3. La ventilación general no es el método de control principal para minimizar la propagación y transmi-
sión de la COVID-19, debido a que este mecanismo no es tan satisfactorio para el control de riesgos
para la salud como lo es la ventilación localizada [2] u otra medida más adecuada, como por ejemplo,
la utilización de elementos de protección personal adecuados (mascarillas quirúrgicas, protección
facial y ocular), mantener una distancia recomendada y una higiene de manos constante.
7.4. En recintos de salud donde se debe interactuar con pacientes contagiados, el manejo de la ventilación
evita que los agentes de riesgos de infección se dispersen hacia otras áreas y se produzca contamina-
ción cruzada. Sin embargo, la protección del personal de salud se mejora en la medida que se controla
en la fuente (la persona infectada) la propagación de gotas respiratorias y núcleo de gotas, ya sea por
medio de la aplicación de ventilación localizada o alguna separación física que contenga las partículas
emitidas y evite que éstas alcancen a la persona que está asistiendo, como por ejemplo al ejecutar
procesos de intubación de pacientes infectados con COVID-19 que requieren de ventilación mecánica.
5 En el caso de recintos hospitalarios en que se traten pacientes con COVID-19 positivo, no debe hacerse uso de la recirculación de aire.
8. RECOMENDACIONES
8.1. Para mitigar el riesgo de contagio de la COVID-19, se recomienda seguir las medidas de contención
que ha dispuesto el Ministerio de Salud de Chile y la Organización Mundial de la Salud, las cuales se
refieren a (y no se limitan):
• Uso de mascarillas.
• Lavado frecuente de manos.
• Distanciamiento físico.
• Mantener ventilación en lugares cerrados.
8.2. No desactivar el funcionamiento de los sistemas de ventilación HVAC, debido a que no está probado que
esta medida contribuya a la reducción del riesgo de propagación del SARS-CoV-2 y transmisión de la
COVID-19; además, frente a la probabilidad de que el virus pueda permanecer en pequeños aerosoles, la
constante ventilación de recintos cerrados evita la acumulación de estas partículas en estos ambientes.
8.3. Evitar o minimizar la recirculación de aire tanto en recintos hospitalarios como en ambientes laborales
como oficinas o afines.
8.4. Si bien la filtración de alta eficiencia (filtros HEPA) puede contribuir a mitigar la propagación de ae-
rosoles infecciosos, la implementación de estos está destinada para aquellos lugares laborales que
califican como áreas limpias o biolimpias. Desde un punto de vista técnico, los filtros HEPA son una
resistencia al flujo de aire importante, por lo que los sistemas de ventilación y unidades manejado-
ras de aire deben contar con etapas de prefiltrado, con la finalidad de capturar y retener partículas y
aerosoles de origen químico, además de una unidad de impulsión que sea capaz de manejar dichas
resistencias. Por lo tanto, su uso se limita principalmente a recintos de salud y no a lugares como
oficinas, centros comerciales u otros lugares de gran afluencia de público.
8.5. En lugares fuera del ámbito hospitalario, como oficinas o similares, en caso que no se cuente con un
sistema mecanizado que tome aire externo, se puede ventilar de forma natural el lugar antes de iniciar
la jornada laboral. Adicionalmente, en la medida de lo posible, el mantener puertas y ventanas abiertas
permite que el aire fluya al interior del lugar; no obstante, se debe indicar que este tipo de ventilación
está supeditada a las condiciones ambientales externas, principalmente relacionado con la tempera-
tura6, por lo que podría generar molestias en invierno y verano desde el punto de vista del confort
térmico, lo que no daría cumplimiento al artículo 32 del Decreto Supremo N°594 del MINSAL. Por lo
tanto, se debe considerar la factibilidad de implementar sistemas de manejo de ventilación en este tipo
de lugares laborales.
9. DEFINICIONES
9.1. Contacto estrecho: El Ministerio de Salud de Chile define las siguientes situaciones:
• Haber mantenido más de 15 minutos de contacto cara a cara, a menos de un metro, sin mascarilla.
• Haber compartido un espacio cerrado por 2 horas o más, en lugares tales como oficinas, trabajos,
reuniones, colegios, entre otros, sin mascarilla.
• Vivir o pernoctar en el mismo hogar o lugares similares a hogar, tales como hostales, internados,
instituciones cerradas, hogares de ancianos, hoteles, residencias, entre otros.
• Haberse trasladado en cualquier medio de transporte cerrado a una proximidad menor de un metro
con otro ocupante del medio de transporte que esté contagiado, sin mascarilla.
6 Considerar otras fuentes como por ejemplo ruidos, olores y contaminantes ambientales que pueden resultar molestos para los ocupantes
del lugar.
11. REFERENCIAS
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