Educar y Evangelizar en La Posmodernidad (Italo Gastaldi)
Educar y Evangelizar en La Posmodernidad (Italo Gastaldi)
Educar y Evangelizar en La Posmodernidad (Italo Gastaldi)
LA POSMODERNIDAD
■ Ybi
LA POSMODERNIDAD
BIBLIOTECA
INSTITUTO DE FORMACION DOCENTE
"D O M IN G O S A V IO "
9 de Julio 1050 - TeL 4288568
Abya-Yala
1994 .........................
o iz s r m a v a ¿o ■ . ;
r: s i W ' í DON j
Italo Gastaldi
ISBN 9978-04-047-1
EDUCAR Y EVANGELIZAR
EN LA POSMODERNIDAD Y EN LA “NEW AGE”
5
f
INDICE
INTRODUCCION
L- LA MODERNIDAD...................................................... 13
1. L - La revolución científico-técnica...................... 13
1.2. - La revolución industrial................................ 14
1.3. - La revolución cultural.................................... 15
1.4. - La revolución democrática....... .................. 16
1.5. —La fe en el progreso indefinido....................... 16
1.6. - Secularización y secularismo............. 16
1.7. - Individualismo ético y religioso.................. 17
1.8. - No olvidar los aspectos positivos.... ........... 18
2. - LA POSMODERNIDAD........................... 19
Rasgos principales de este movimiento
2. L - Crisis de la fe en el progreso........................... 21
2.2. - Crisis de la razón. Pérdida del fundamento... 22
2.3. - Rechazo de las cosmovisiones y utopías...... 23
2.4. - Disolución del sentido de la historia........ . 23
2.5. - Negación del mismo sujeto........................... 24
2.6. - Crisis aguda de la ética................................... 25
2.7. - Hiperindívidualismo hedonista.................... 26 &
2.8. - Nada de compromisos.definitivos................ 26
2.9. - En la Pm, ¿se ha vuelto a lo sagrado?........... 26
2.10. - ¿Es un fenómeno universal o sectorial?........... 27
2 .11- La Pm, ¿ha entrado en América Latina?........ 28
3. - SINTESIS....................... 30
3.1. - Rasgos y valores de la posm odem idad.... 30
3.2. - Pluralismo de valores.................................... 30
3.3. - Repercusiones culturales.............. 31
3.3.1. - El arte posmodemo....................... 32
3.3.2.- Culto al cuerpo.................................. 32
7
3.3.3.- La política en la posmodernidad....... 33
3.3.4.- La religión en la posmodernidad...... 33
8
3.2. - Sincretismo caótico......................................... 54
3.3. ” Gran inquietud y fuga hacia lo irracional..... 55
1. - ¿QUE ES EDUCACION?............................................. 61
1.1. - Es un desarrollo consciente y libre........... 61
1.2..— No coincide con la “enseñanza-aprendizaje”.. 61
1.3. ” No se reduce a “instrumentaciones técnicas" 62
1.4. ” Requiere aprendizaje; no se confunde con él.. 62
1.5. - Exige un marco referencial......................... 63
1.6. - ¿Es uña simple “preparación para la vida”?.. 63
2. - VALORES Y EDUCACION....................................... 64
2.1. - La educación, su relación con los valores.... 64
2.2. - Apreciar los valores y realizarlos................. 65
2.3. - La educación es un proceso lento................. 66 A
2.4. - Es preciso “intuir emocionalmente los
valores”............................................ 66
9
3.3.2. - Educar a quien vive centrado en el
presente.............................................. 71
3.3.3. — Educar en clima hedonista y
narcisista............................................ 73
3.3.4. - Educar en la “aldea planetària”.,. . . . . 74
3 .4 - Educar para el compromiso.. - , . . ........... .. 74
3.4.1. - Partir de là tensión “utopía-realidad” 75
3.4.2. - Bajo là guía del educador..;,...:..;;.... 75
3.4.3- Imposible... sin superar el egoísmo 76
3.4.5. - ¿Qué es la “opción fundamental”?.... 77
4. - UN PROBLEMA: EDUCACION Y
CRISTIANISMO.......................................................... 79
4.1. La educación, ¿tiene que ser cristiana?.......... 79
4.2. - ¿Cristianismo explícito o implícito?.............. 79
4.3. - Actitud del educador cristiano...................... 80
CONCLUSION................................................................................ g5
BIBLIOGRAFIA............................................................................... 96
10
INTRODUCCION
11
Confieso que a medida que avanzaba en el estudio de estos
temas, iba descubriendo lo difícil que resulta realizar una radiografía
verosímil de una sociedad como la nuestra, donde intervienen
factores tan diversos provenientes de los cuatro puntos cardinales.
He aceptado, sin embargo, el desafío, consciente de que la visión
que presento no pasa de ser un Documento de Trabajo, provisorio
y perfectamente mejorable.
EL AUTOR
12
I - DE LA MODERNIDAD A LA
POSMODERNIDAD
1.- LA MODERNIDAD
1 JEANNIERE A.„ “Qu’est-ce la modemitó?“. rev. Eludes, 1990, n° 373, pp.499 ss.
13
introdujo en el mundo de las 'Bellas Artes, y creó esa atmósfera
“humanista” que valorizó lo humano hasta hacer del hombre el
centro y el núcleo del cosmos.
La revolución científica fue provocada sobre todo por Galileo
Galilei (+1642), quien encontró la clave para interpretar correcta
mente el cosmos material y dominarlo: desmitologizó los astros
que dejaron de ser entes misteriosos que influían en los.destinos
de los hombres, desvinculó la física de la filosofía y puso a su
servicio las matemáticas, conviniéndola en ciencia autónoma y
precisa.
El artesano de ayer se convirtió en ingeniero y nació la socie
dad tecnocràtica. En esa sociedad, la razón filosófica -que buscaba el
fundamento último de la realidad- pasó a ser razón científica, razón
instrumental, como la denominó Horkheimer2 destinada a descu
brir las leyes de la naturaleza para manipularla, para dominarla.
El progreso científico-técnico nos ha llevado a crear
aparatos cada vez más complejos y sofisticados, hasta llegar a
esos “sistemas de pensamiento inerte” que son los ordena
dores. '
La informatización de la sociedad está llevando incons
cientemente a la convicción de que “todo aquello que no
puede expresarse en lenguaje de máquinas, deja de existir en
la realidad”3,
14
Los cultores de las ciencias positivas se entusiasmaron con
lo cuantitativo, lo mensurable, lo que se expresa en lenguaje
matemático; se olvidaron de que lo que no se mide importa más
que lo que se mide.
De este modo, el hombre moderno, de mentalidad pragmática
y utilitaria, se volcó a la eficacia, a “lo que rinde” y en muchos casos
se convirtió en víctima de sus propias invenciones. Se fue despre
ocupando de las razones y finalidades últimas, para centrarse en lo
puramente funcional.
Hoy ya no se pregunta el “por qué, sino el “cómo” de
las cosas y de los fenómenos. Los supertécnicos de hoy no
discuten ya de filosofía, de arte, de poesía... Se la pasan
discutiendo sobre sistemas informáticos.
“Saber, para prever, para dominar” era el lema de
Augusto Comte. Explícito o no, es el lema de la Modernidad.
4 KANT E., “¿Qué es la Ilustración? Filosofía de la Historia", F.C.E., México, 1981, p.25.
5 GERV1LLA E., “Postmodernidad y Educación", Dykinson, Madrid, 1993, p.30.
15
Babel. Nada existe sin mí. La naturaleza no hace más que
bosquejar y yo termino la obra. ¡Tierra: yo soy tu Rey!"<L
16
la “justa autonomía de las realidades terrenas”, que tienen sus
leyes propias, su valor propio, independientemente de la religión*.
La secularización hizo que retrocediera la religión como
"Institución de poder”, pero no la eliminó como vivencia personal.
Sin embargo esa vivencia, desconectada de lo institucional, se
arrojó con avidez sobre las corrientes esotéricas, la magia, la
astrología, las técnicas de meditación y perfeccionamiento síquico,
etc., y cayó en manos de gurúes y maestros formados en las más
extrañas teosofías orientales.
Sectores enteros de la realidad dejaron de depender de cri
terios religiosos y comenzaron a responder a criterios estableci
dos por la razón. Muchas tareas antes ejercidas por la Iglesia, pasa
ron a la sociedad civil (escuelas, hospitales, etc.). No por éso fueron
automáticamente antirreligiosos: la fe de las personas puede per
manecer viva y operante en un mundo que se ha hecho secular.
La desacralización ayudó a purificar la imagen de un
Dios que maneja los fenómenos como títeres, e invitó al
hombre a ser más responsable, Pero al extremarse esta acti
tud se deslizó hacia el secularismo, que es la versión atea de
la secularización, pues corta toda relación con Dios y deja el
mundo sumergido en la inmanencia.
17
tomar el desayuno con los ojos fijos en la cotización de la.Bolsa. AI
mismo tiempo, para que la producción no se detenga se impone
convertir al hombre en una máquina de consumir.
El individualismo afectó también la vida religiosa del hombre
moderno, hizo de la religión algo privado (¡salva tu alma!), eclipsó
el compromiso social a que debiera llevar la fe y separó la economía
de las normas morales ("los negocios son los negocios”)- A lo
más, “la religión trivializada e inocua” del burgués fue instrumenta
da para mantener el orden público o el prestigio personal.
El mundo, “obra de Dios” en la Edad Media, se
convirtió en"naturaleza” (la “physis” de los griegos), simple
objeto de explotación. Ese mundo, para el burgués
modernizado “deja de ser un orden predeterminado de
antemano, al cual debemos someternos y se convierte en
objeto de la voluntad humana”0.
En adelante corresponde al hombre “producir el or
den”, un orden autónomo cuyo único respaldo es la política.
Un antropocentrismo exagerado convirtió al hombre
en la única medida y fundamento de todos los valores, sin
dependencia alguna de Dios.
18
nizadoras alienantes, que arrasan con el pasado, con las tradiciones
culturales11.
La solución es una “síntesis vital” entre la cultura tradicional
y la modernidad adveniente. En esa dirección caminan las Comuni
dades Eclesiales de Base, cuyos valores informan también el ámbi
to socioeconómico.
19
Por su parte la comunicación, la publicidad, que pasó a
primer plano (¡la TV!) se encargó de comercializarlo todo (música,
deportes, etc.) y de convertir las ciudades en maravillosas vitrinas
que, al presentar un mundo imaginario avivan el deseo y provocan
al placer y al consumismo al mundo de los espectadores pobres
que, no podiendo adquirir ofertas tan sabrosas, se sienten arrastra
dos por una incontenible ola de violencia qüe las pantallas se
encargar, de exhibir al rojo vivo.
Esta que para algunos es la Tercera Revolución Industrial,
fue también denominada la Era Postindustrial y es un aspecto de la
Posmodernidad.
El título de este movimiento - “Posmodernidad”- puede ser
ambiguo: no es sólo una sensibilidad que viene después de la
modernidad, sino que se presenta como la constatación del fracaso
de la modernidad, fracaso que provocó.una reacción existencial, un
ajuste de cuentas con el proyecto moderno. Debemos a Lyotard la
puesta en marcha del debate sobre la Pm.
El Documento de la IV Conferencia Episcopal latinoa
mericana^ resume así los caracteres de la Pm: “La Pm es el
resultado del fracaso de la pretensión reduccionista de la
razón moderna, que lleva al hombre a cuestionar tanto
algunos logros de la modernidad como la confianza en el
progreso indefinido, aunque reconozca, como lo hace también
la Iglesia1213, sus valores”.
Corriendo el riesgo de simplificar, trataremos de arrojar un
poco de claridad sobre un fenómeno social que es muy complejo y
confuso. Sólo así podremos ver cómo encarar la educación y la
evangelización en el umbral del nuevo milenio.
En general la Pm se constituye sobre la base de poner en
duda todas las certezas y logros de la Modernidad, por los fracasos
que han puesto en crisis ese movimiento, arrastrando a buena
parte de la humanidad al desencanto y al irracionalismo.
20
Veamos cuáles son los rasgos principales del fenómeno
posmoderno.
21
2.2.—El posmodemo ha perdido el fundamento.
Filosóficamente la Pm es deudora de los vitalismos que han
puesto en crisis la razón humana, a la que se rendía culto exagera
do.
Nietzsche y Heidegger ya habían cuestionado duramente el
poder de la razón, el acceso al fundamento de la realidad, las estruc
turas estables del ser; en uña palabra, habían minado el campo de
la ontología.
Al anunciar “la muerte de Dios”, Nietzsche arrojó al Super
hombre al borde del nihilismo, arrasando con los valores supre
mos15.
El hombre actual desconfía de la razón y se guía por el
sentimiento. Piensa que la metafísica y, en general, la filosofía, no
llevan a ninguna parte. Al renegar de la razón, el pensamiento
queda desfondado. Se acabaron las certezas. Nihilismo y agnosticis
mo radical. Sólo podemos alcanzar una verdad relativa a un
contexto parcial y localizado.
La razón no pasa de ser “instrumental”: sólo sirve para la
tecnocracia, para la producción y el consumo. En otras palabras, se
fue afirmando el primado de la experiencia sobre el discurso
racional. Y, en general, los momentos no-racionales o pre
racionales pasaron a ser más importantes que los racionales.
Los posmodernos rechazan la razón o dudan de ella, pero la
usan en su crítica; niegan que sea posible la verdad..., pero creen
en la verdad de lo que afirman.
Es cierto, sin embargo, que “no se han de ocultar las
fuerzas irracionales que movilizan a los seres humanos”: hay
que desenmascarar las pasiones e impulsos de poder que la
razón disfraza con un barniz de lógica”16.
22
2 . 3 - Los posmodemos no creen en las Cosmovisiones.
Lyotard rechaza lo que denomina “grandes relatos” de la
humanidad; para él son simples narraciones que se han impuesto
a base de terror, como enseña la historia. Nada de “cosmovisiones"
-dicen los posmodernos-, rechacemos esas explicaciones totali
zantes que pretenden dar una visión integrada y coherente de los
diversos aspectos de la realidad; nada de respuestas últimas porta
doras de sentido, nada de grandes proyectos, de ideologías: todas
fracasaron. Quedémonos con el “pensamiento débil”. Sólo existen
“relatos” pequeños y fragmentarios17.
Se trata de un desencanto frente al proyecto global de
la Modernidad. Desconfianza ante el racionalismo científico
(cientifismo): sólo lleva a un pragmatismo que deja insatisfe
cho al hombre total. Desconfianza ante el racionalismo
tecnológico que ha creado más problemas de los que ha
resuelto: no acortó la brecha entre la riqueza del Norte y la
pobreza del Sur. Desencanto ante el racionalismo socio-
político en el que se han desarrollado las ideologías: éstas, de
izquierda y de derecha, fracasaron y aún no asoma una
alternativa confiable18.
23
acontecimientos presentes, no permiten que la noticia dure, ni que
el destinatario reflexione sobre ¿lia.
Entramos en un “nuevo modo de sentir y experimen
tar la vida, sin memoria, sin continuidad histórica, sin futu
ro”20- Diríamos que el posmoderno se goza en lo efímero, lo
fragmentario, lo discontinuo y lo caótico.
24
piedad jurídica de los programas, etc.; en una palabra, las in
formaciones pasaron a ser “cosas entre otras cosas exis
tentes”.
Estamos en un mundo en que, además de átomos,
energía, organismos y minerales, hay información. Este
fenómeno afecta a todos los órdenes del conocimiento y de la
vida: a la cultura, a la ciencia, a la política, a las pautas de
conducta, a las experiencias personales..., y amenaza desper
sonalizar a los hombres, especialmente a los jóvenes, que
absorben rápidamente los nuevos modelos culturales; en
una palabra, amenaza convertir la sociedad en la “masa
solitaria” de que hablaba Riessmann en el “best seller” que
lleva ese título.
25
2.7.- En la Pm se da un nuevo estilo de vida.
j La corriente de pensamiento de la Pm no se detuvo en el
[ intelecto, pasó a ser una actitud vital, un “estilo de vida”. Vivir la
existencia como una sucesión yuxtapuesta de diminutos instantes
placenteros; “vivir en el vacío", sin tragedias ni apocalipsis; vivir el
encanto de estar desencantados. El único lema coherente es el
“carpe diem" de los romanos: “¡Vive en el aquí y el ahora!" No hay
metas objetivas a las qúe debamos llegar; somos viajeros sin
brújula.
En síntesis: escepticismo, pesimismo e hiperindividualismo
hedonista y narcisista. Retirarse al santuario de la vida privada,
rescatar al hombre singular, desprecupándose de la vida social y de
la militancia política. ¿Para qué comprometernos si nada es
absoluto, nada es definitivo? Narcisismo individual y eventual
mente “colectivo": ser solidario con el microgrupo de idénticos,
refugiarse en el grupo de “los iguales”. Sólo así huiremos de esta
sociedad tecnológica que corre tras la eficacia y el rendimiento.
Contra la homogeneidad que impone la racionalidad formal,
una sociedad posmoderna debiera constar de infinitas microcolec-
tividadeS heterogéneas.
26
dar un sentido único y totalizante a la vida sería, como tantos otros,
un “metarrelato" y, como tal, un engaño manipulador.
j Sin embargo la Modernidad y la Pm no han destruido la
religión, pero sí han posibilitado la deserción masiva de las grandes
religiones institucionalizadas, para dar paso a una proliferación de
movimientos religiosos y para-religiosos de todo tipo. Asistimos
al “boom” del esoterismo. “El frío programador de la computadora
se hace místico en sus horas libres"23.
Coexisten, hoy, una secularización avanzada con un
nuevo resurgir de lo religioso, desde sus formas paganas
hasta las manifestaciones del conservadurismo integrista y
del fanatismo.
Volveremos sobre el tema al abordar el fenómeno de la
“New Age".
27
vista personal sobre la Pm. Dice, entre otras cosas: “Moder
nidad y Posmodernidad: el mismo perro con distinto collar”.
Si la Modernidad era “compulsión consumista y búsqueda
del placer al precio que fuere”, la Pm se ha empeñado en
“mudar el nombre sin mudar la realidad”. H oy-añade este
Profesor- nos propone tres actitudes ya históricamente
probadas en el pasado:. “Veneración de lo epicúreo, instala^
ción en el paréntesis (provisionalidad) y entronización del
consenso (pacto social)”. Señala también Carlos Díaz “la
decadencia del humanismo como filosofía” y “la irrelevancia
de Dios para la vida de los hombres”. Todo esto coincide con
“un olvido o marginación de la memoria histórica cristia
na”2425.
Como vemos, se trata de un fenómeno polifacético difícil de
evaluar. Lo cierto es que todos, quien más quien menos -sobre
todo desde los años 60 en adelante- han recibido el impacto de esta
nueva sensibilidad cultural, cada vez más influyente.
28
-
29
los movimientos “importados”: debieran criticarlos e incul
turarlos.
30
Lo primero que salta a la vista es un gran pluralismo de
valores, una caótica proliferación de valores y antivalores, como
consecuencia de la filosofía relativista propia de la Pm. Nada hay
absoluto. Todo vale, la lista de valores será siempre inacabada.
Gervilla los agrupa en esta forma:
- “Ante el desencanto de la razón y la pérdida del
fundamento surgen valores como: el pluralismo y la diversi
dad, fragmentación, pensamiento débil, desorientación, es
cepticismo, secularización, tolerancia, lo “light"...
-De la incredulidad ante los grandes relatos y la
disolución del sentido de la historia, nacerán valores como: la
liberación, desconfianza, agnosticismo, pasotismo, humor, lo
cotidiano y superficial, las pequeñas historias...
-El esteticismo y la fragmentación moral generan los
valores de la afectividad y el sentimiento, el placer, narcisis
mo, novedad, aculpabilidad”28.
Estos valores son hijos del relativismo, del presentismo (lo
inmediato, lo momentáneo) y del hedonismo, de los cuales hemos
hablado.
28 GERVILLA. E., o.c., p.65 ss. - Los posmodernos pretenden vivir una estética sin ética.
El maquiavelismo, p.ej., sacrifica la ética (justicia) a la estética (amabilidad). Viola
de ese modo la jerarquía de valores. ____ ,
IN ST IT U T O D E F O R M A C IO N D O C E N T E
" D O M I N G O _ S A V |D ' -
A título de ejemplo, señalaremos algunos sectores de la
cultura actual afectados por el feñómeno de la Pm.
32
combatir. También es legítimo el placer que brinda el alimen
to, el sexo, no buscado por el placer mismo, sino como
estimulo para las funciones vitales o como resonancia gozosa
del acto sexual.
33
emocional y antiintelectualista, que se agota en “¡aleluya y gloria a
Dios!”. “Una religiosidad alejada de la Iglesia-Institución... carente
de confianza en sus líderes", divorciada de la cultura.
En los tiempos del Syllabus la jerarquía eclesial renegó
de la cultura moderna; hoy corre peligro de perder el tren de
la Pm, porque la Iglesia-Institución “es un tinglado qtie no va
con la marcha juvenil”. Es cierto que la gente se entusiasma
con la figura de Juan Pablo II, “pero se desentiende de sus
enseñanzas... sobre todo en materia sexual y familiar”33,
i' Como ya se lamentaba Pablo VI, “la ruptura entre el evange-
j lio y la cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro
1tiempo”3435.
33 Ibid.pp. 102-110
34 PABLO VI, encíclica “Evangelii Nuntiandi".
35 LARRAIN R., o.c., p.13.
34
Ya sabemos lo que piensa la Pm. Trataremos de responder
sintéticamente. ' ¡fí
35
contenido como su jerarquía cambian según las personas y las cul
turas. Los valores cobran o pierden fuerza de acuerdo con el nivel
cultural de las personas, con la capacidad que tienen de apreciarlos.
Para coordinar la visión subjetivista (sico-social) y la objeti-
vista (metafísica), Gervilla arriesga esta definición: “El valor es lo
bueno, real o ideal, deseado o deseable para la persona y/o la
sociedad”37.
Podríamos expresar lo mismo de otra manera:
36
una atmósfera emocional que conmueve las fibras más íntimas de
nuestro ser.
Por eso Max Scheler habla de “intuición afectiva o emocional”
de los valores. Según él las cosas sensibles son percibidas, los con
ceptos son pensados, pero los valores son sentidos39. No los perci
bimos exclusivamente con los sentidos, ni los apreciamos fría
mente con la inteligencia: sintiendo, amando, odiando, estimando?
prefiriendo... es como captamos los valores.
39 SCHELER MAX, “El formalismo en la Etica y la Etica material de los valores”, Rev.
de Occidente, Madrid, 1941, parte la., cap. 2, a).
37
c) “Y en la cúspide de esa jerarquía hallaríamos finalmente
los valores espirituales, que abarcan al hombre en su totalidad,
como son los morales y los religiosos”1».
Podemos notar también, a propósito de la clasificación de los
valores, que existe una polaridad en el reino de los valores: todo
valor se acompaña de un “contra-valor” o “disvalor”. Por eso pode
mos hablar de valores positivos y valores negativos: bueno-malo,,
bello-feo, justo-injusto, santo-profano, sano-enfermo, barato-caro,
etc.
Sin caer en el relativismo es indiscutible que la
jerarquización de los valores, dada su relación esencial con el
hombre, depende de la “cosmovisión”, de la visión global del
universo y de la vida, de cada persona y de cada grupo social.
38
una ñor-, pero no actos moralmente buenos..., como no es
moralmente buena la lluvia que fecunda la tierra, ni
moralmente malo el rayo que mata a un hombre.
Los valores morales afectan al nivel práctico de la acción
humana libre, no al nivel teórico, artístico, técnico, etc. A estos
valores morales el hombre debe ajustar su acción si quiere
realizarse como persona.
Los valores éticos suscitan la experiencia de la obligación, se
nos imponen como “necesarios” para nuestra humanización y nos
comprometen. Solicitan nuestra adhesión y, paradojalmente, si los
aceptamos nos liberan. “Ellos nos marcan el sendero de la ascen
sión a la que estamos llamados desde lo más insondable de nuestro
ser”41. “Dime lo que estimas como valioso y te diré quién eres”,
decía Spranger.
41 LABAKE J.C., “El hombre, la libertad y los valores", Bonum, Buenos Aires, 1989, p.77,
n°117.
42 KANT E.. “Fundameniación de la metafísica de las costumbres", Espasa-Calpe, Mad
rid, 1963, p.83.
39
ceridad, son virtudes, actitudes positivas frente a “lo verda
dero”, que es un valor intelectual.
40
no existiera yo sería el único que piensa y no tendría por qué
ajustarme a norma alguna: sería yo quien crea los valores -
como concluye J.P. Sartre.
Profesamos una ética que, en su último fundamento es
teónom a..., convencidos, por otra parte, de que todas las éticas se
aferran a un “dios”, y lo escriben con mayúsculas: será el Deber, el
Valor, la Prosperidad Social, el Bien del Pueblo, la Raza, la Nación, el
Desarrollo, etc., etc. Todos confiesan, por lo menos implícitamente,
que sin un Absoluto pierde la moral su consistencia y se vuelve
relativa. Proponen valores, traducidos en leyes, pero se quedan en
“lo penúltimo”.
íT
41
II.- LA “NEW AGE”, UTOPIA DE LA
POSMODERNIDAD
46 Editorial Troquel, Bs. As., 2a, edic., 1991. Vendió 500.000 ejemplares sólo en Estados
Unidos, y fue traducido en 7 idiomas.
47 LA CIVILTÀ CATTOLICA, “New Age, un nuevo reto para el Cristianismo’’, editorial
de la revista, n° 142, abril de 1991, pp, 541-552.
44
Pues bien, lo que se observa en el ámbito subatómico ü e r S
validez universal. El hombre está emparentado con ese Universo*
es de la misma familia. El mismo Dios es la dinámica autoorganizá-
dora del cosmos. Todo es “UNO”, todas las distinciones se borramt
alma y cuerpo, sujeto y objeto, Dios y mundo, consciente e
inconsciente, cielo y tierra.
“La materia es una gran vibración energética espiritual
que va transformando todo el mundo: todo lo conecta incons
cientemente y todo lo dirige hacia un fin más alto y subli
me”«-
Todo está en perpetuo cambio. En todos los procesos evolu
tivos hay un impulso divino que responde al sueño de unidad la
tente en el hombre. Todo el Universo es un ser viviente espiritual
emanado de la divinidad, donde cada parte es una imagen de la
totalidad (“holismo”).
Como vemos, la “Nueva Era” acaba por forjar una cosmolo
gía de carácter mítico. La Tierra (GEA) es toda ella un sistema, un
único organismo vivo y espiritual.
Advirtamos ya desde ahora -contra esta concepción
“holística”- que lo que vale en el campo de la física y de la
biología, no se puede convertir en un esquema general para
interpretar la realidad, no se puede transformar en una con
cepción del mundo y de la vida, sin cometer una extrapola
ción que llevará automáticamente a nivelar las diferencias
existentes entre los diversos ámbitos de la misma realidad.
¿Dónde queda, por ejemplo, la libertad humana, fundamento
de la responsabilidad y de la dignidad del hombre? El sujeto,
el yo, se disuelve en un “tejido de interacciones”4849.
45
todos los hombres, en el cual están depositadas las experiencias de
la humanidad desde los orígenes.
Para acceder a esas experiencias, debemos desarrollar el
hemisferio cerebral derecho, el del conocimiento sintético y luego,
tras este período de re-educación, mediante técnicas especiales
podemos penetrar en el “yo profundo”. Ese “yo profundó” es
DIOS mismo. Por eso, bajando al fondo de nosotros mismos
podemos encontrar a Dios y divinizarnos.
Como el “yo profundo” coincide con Dios, no puede existir el
pecado. Y aunque existiera, si damos un paso en falso será auto
máticamente reparado en la próxima reencarnación, que se encar
gará de eliminar los “karmas” 0= las imperfecciones) de las vidas
pasadas. Así los reencarnacionistas superan (?) la cruda realidad de
la muerte.
En este contexto tampoco es necesaria la Redención: el
hombre y el cosmos evolucionan inevitablemente hacia una
perfección creciente, que culminará en la fusión con la
divinidad.
50 ESOTERISMO (del griego “esoterikos") significa ‘io que es interno'’, "lo que está ocul
to”. Para tener acceso al conocimiento esotérico se recurre hoy más a la sicología que
a la astrología.
51 “ICHTHUS" (= pez) resulta de las iniciales de Iesous CHristós, THeou, Uiós, Soler
(Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador).
45
1.4. - La “New Age” apunta a la edificación de un mundo
unificado y fraterno. El viejo mundo llegó a su fin. Las religiones
tradicionales ya no servirán para nada. Buscamos “lo universal”,
iAl diablo con las restricciones de los viejos dogmas, con una mo
ral caduca, con instituciones esclerotizadas que se esfuerzan por
sobrevivir! Buscamos una sabiduría global, más universal, accesi
ble a todos, fundada sólidamente en la ciencia y puesta al servicio
de un mundo unificado y fraterno. Hay que reencantar este mundo
desencantado.
Las religiones orientales, construidas más sobre la experien
cia que sobre la razón y la autoridad, son las que pueden concretar
este sueño de unidad primitiva y de fusión.
El taoismo chino, por ejemplo, nos muestra que las
dos fuerzas contrarias: el “yin” femenino, vago, pasivo,
seductor, introvertido..., y el "yang" masculino, claro, acti
vo, creativo, extrovertido, exigen un equilibrio que conduce a
la paz interior.
47
vibrar con la Naturaleza y acabará por fundirnos en la GAIA, la
diosa de la Tierra, tras un largo procesó‘de reencarnaciones.
Ya no será un edad dura, belicosa, masculina y cristia
na, sino una edad dulce, ecológica, femenina y post-cristiana,
en la cual la “mística" reconciliará todos los opuestos. $u
símbolo será el arcoiris de paz.
48
“Aquarius y Jesús afirman que el poder es individual, que la
felicidad es individual, que el Reino de los Cielos es individual, que
la fuente de abastecimiento es individual, que la curación es indi
vidual”54.
Como vemos, se trata de un individualismo que desco
noce la solidaridad, el influjo negativo de los pecados sociales.
Cada uno es el único autor de su vida y de su realización.
“Eres tú mismo quien se salva, aunque para hacerlo tengas
que servirte de las fuerzas cósmicas”, nos dice la “New
Age”55.
54 Cf. TREVISAN L., "Aquarius. La Nueva Era llegó”, Cristal, Buenos Aires, 1991, p.54
55 DANEELS Card., “Cristo o Acuario”, Carta Pastoral del Arzob, de Malinas, Bruselas,
1990. Cf. Rev. Cristerio, Bs. As., 27-VI-1991, conclusión.
56 El “holismo" designa la unidad tlltima de todas las cosas: de Dios y el Universo. Un
conocimiento de tipo esotérico se encarga de trascender la dicotomía “sujeto-objeto"
en el acto de conocer.
57 Cit. por KEHL M., “Nueva Era, frente al cristianismo”, Herder, Barcelona, 1990, pp.24-
25.
49
De ahí la importancia de “conspirar” juntamente con
otros, que ya han sido “iluminados”, a fin de que esta “nueva
conciencia” de grupo vaya penetrando en la sociedad y la
transforme. El lema lo da la Dra. Ferguson: “¡Piensa global
mente, actúa localmente!”
50
: - i,: ' •
51
La “Nueva Era" tiene también un carácter mesiánico:
sus corifeos, cada uno a su manera, mencionan un “fin de la
historia”, un fin catastrófico o feliz, según sean pesimistas u
optimistas quienes lo pronostican.
2- VISION SINTETICA
52
propia esencia divina y de su unidad orgánica con el universo y
con los demás.
Los medios para la realización personal van des
de los masajes y las técnicas de concentración, hasta el
“channeling", es decir, el contacto (?) con entidades de
mundos superiores.
59 Me LUHAN M., "La comprensión de los medios como extensión del hombre”, Diana,
México, 1989, p,27.
60 GONZALEZ CARVí\JAL L., “Educar en un mundo posmoderno", o.c.p. p. 246
53
9
3- REPERCUSION DE LA POSMODERNIDAD EN LA
DIMENSION RELIGIOSA
61 Cf. GONZALEZ CARVAJAL L., “Retrato espiritual del hombre de hoy", en rev. Vida
Nueva. n° 1826, 25 -1 - 1992, p. 30.
54
bre le devolvió con la misma moneda”, es decir, proyectó en
él las preocupaciones, deseos y aspiraciones de la sociedad y
la cultura en que vive. Es lo que está sucediendo en la Pm.
En la modernidad era malo no creer en Dios, pero ahora es
peor creer en cualquier cosa: cabala, horóscopos, teosofía, carto
mancia; “Nuestro mundo -decía el cardenal francés Lustiger- no
está desacralizado, al contrario, está saturado de ídolos y de fantas
mas divinizados (...) La denuncia profètica y apostólica de los
ídolos es más actual que nunca”62.
Se trata de una vuelta a lo sagrado neutro, no-personal,
sincretista, no-trascendente, que se traduce en superstición, pitoni
sas, videntes, magos, amuletos, esoterismo... y otros sucedáneos
de la religión. En ese clima todos los movimientos religiosos son
iguales: son formas culturales, más o menos folclóricas.
Pero también hay una vuelta sana a lo sagrado, que se
encauza en las grandes religiones tradicionales. La Iglesia ca
tólica, entre ellas, ha puesto en marcha la “nueva evangeliza-
ción” que trata de inculturarse, teniendo en cuenta, entre
otros, los valores de la posmodernidad.
55
uno tiene “su verdad”. Que cada cual se sirva el plato que le agrade.
La época de la ley ha terminado: “ama y’haz lo que quieras”.
El racionalismo moderno era inhumano; pero ¿es
humana esta fuga hacia lo irracional que aflora en prácticas y
cultos esotéricos, donde todo es sentimiento y mística, in
sustancial? ¿Es humano pensar que, al margen de nuestras
decisiones, nos arrastra fatalmente el dinamismo del
Universo?
El supermercado esotérico que hoy triunfa significa una
regresión respecto a las grandes religiones como el Budismo, el
Islam, el Hinduismo...
56
“media verdad”. No es cuestión de abandonar la fe para echarse en
brazos de la credulidad, actitud tan difundida hoy.
57
cuas juveniles, encuentros, etc., en que la guitarra, las diná
micas, la convivencia... a veces*interesan más que el men
saje evangélico. Un cristianismo descafeinado, con Navi
dades, bautizos, bodas... “ceremonias”!, en las que el valor
social, la fiesta o las vacaciones, pesan mucho más que lo es
trictamente religioso.
La Pm. proclamó el entierro de las “utopías”. Con las demás,
queda enterrada la “utopía del Reino de Dios", ese ideal inalcanzable
en esta tierra, que llegará a su plenitud en el más allá y nos sirve de
estímulo a los que tenemos fe en el Plan de Dios sobre el hombre y
el mundo. La Pm es una versión secularizada del Reino de Dios. De
ser don gratuito pasó a ser fruto de la “autocreación cósmica”.
65 LIPOVETSKY G,, "Le crépuscule du devoir. L’étique indolore des nouveaux temps dé
mocratiques", Paris, Gallimard, 1992, p.15. Cf. la crltica de CORTINA ORTS A., "El
Neoîndividualismo: una ética indolora para unos, dolorosa para los mâs”, en Diâlogo
FilosôOco, 1993, n° 27, pp.343 ss.
58
En el ámbito de la afectividad, la Pm genera la revolu
ción sexual, la búsqueda del placer “a como dé lugar”. Todo
esto frena los esfuerzos de autodominio y autosuperación,
dificulta la abnegación, retarda el proceso de maduración
afectivo-sexual, vuelve al hombre más vulnerable.
59
1
III.- EDUCAR EN LA POSMODERNIDAD
62
Un aprendizaje educativo tiende a formar al hombre en los
valores éticos, personales y sociales. Son éstos los que le confieren
sentido a la vida considerada globalmente. Si el hombre quiere
realizarse, alcanzar la plenitud, lograr la felcicidad, tiene que sumer
girse en una atmósfera de realidades valiosas -el amor, la libertad,
la justicia, la solidaridad...-, tiene que respirar esa atmósfera y
ajustar su actividad a esas realidades, porque ellas son las que
encauzan una acción creadora.
63
í
2 VALORES Y EDUCACION
64
“neutralidad” escolar, muchos sistemas educativos estatales pier
den de vista los valores: libertad, justicia, igualdad, respeto por los
demás, tolerancia, solidaridad, etc. En esa forma dejan automáti
camente de ser neutrales, porque ya han optado por otros valores:
por una sociedad tecnocrática, laicista, unidimensional, roboti-
zante...
Cada sistema educativo incorpora inevitablemente una
visión del hombre, del mundo, un proyecto de sociedad y un
“para qué” del saber. Esa concepción marcará el propósito, el
contenido y la estructura misma de la educación.
65
El descubrimiento, la incorporación y la realización
de los valores positivos, constituyen tres pilares básicos de
la obra educativa. “La clave del hombre es trascendente. Los
valores son la clave del hombre”68.
66
3 - COMO EDUCAR EN LA POSMODERNIDAD
70 Cií. por GONZALEZ CARVAJAL L., articulo de Selecciones de Teología o.c., p. 248.
67
merecen ser vivenciados, de los valores, que comprometen la for
mación. La tarea no es fácil, toda vez que los jóvenes están inmer
sos en la nueva sensibilidad, donde ha desaparecido lo universal y
lo permanente y donde reina un relativismo axiológico y cultural
acelerado, de fuertes repercusiones educativas. “Educar en una
cultura cambiante es educar para la constante readaptación”, índica
el Profesor Fermoso, “so pena de producirse un desfase entre la
vida real y la vida escolar"?*. Esto exige de los educadores un “ojo
clínico” para descubrir el “bien” allí donde asoma, y saber propo
nerlo sin nunca declararse satisfecho. “Se hace camino al andar”.
68
realidad existente, sometiendo a análisis los valores que las distin
tas opciones ofrecen”72.
Teniendo en cuenta el triple núcleo axiológico que la
caracteriza, educar en la Pm
- es educar en un ambiente relativista: relativismo del ser, de
la razón y del valor;
- en un estilo de vida centrado en el presente, en lo
momentáneo, en lo cotidiano;
- y en una generación sociológica individualista, hedonista y
narcisista.
Y, al emprender la tarea educativa en esta atmósfera posmo-
derna, no olvidar que la educación siempre ha de humanizar,
haciendo a la persona más valiosa en su dimensión individual y
social73.
69
de otra manera que por la fuerza de la misma verdad”74. Si la verdad
dialogante caracteriza al educador, sin pretenderlo se prepara al
educando a convivir en una sociedad pluralista y democrática.
Hay que sustituir el “pensamiento débil” por el “pen
samiento humilde”. El diálogo es la única alternativa a .la
intolerancia y al relativismo. No hay que abandonar la razón,
pero “una razón que incluya también en su proceso lo otro,
lo distinto de la razón (lo que puede describirse, mediante los
conceptos de naturaleza, cuerpo, imaginación, sentimiento,
vida, estética, trascendencia, utopía, etc.)”... “a fin de hacer
justicia a la realidad en todas sus dimensiones”. Sin embargo,
hay que estar alertas: no hay que abordar con el sentimiento
“lo que es realmente accesible a la razón y factible para ella”75.
Frente a la propuesta de la “New Age” hay que advertir
que solo propone ciertos valores de armonía y unidad, que acaban
por traducirse en irenismo confuso y sospechoso. La “New Age"
invita a un “aprender por aprender” sin evaluar la verdad y la
bondad de los contenidos que inevitablemente habrán de aflorar
exigiendo una seria evaluación para ver si realizan o deterioran a la
persona.
Por otra parte es ilusorio pensar que la humanidad “por sí
sola", sin otro “dios" que el propio yo, podrá dar el salto cualitativo
que sueñan los nuevaeristas.
La Dra. Aixalá, al concluir uno de sus discursos sobre
el tema, exclama: “ ¡Qué superhombre es este que los
nuevaeristas proponen, capaz de sobrellevar la soledad, el
dolor, el sufrimiento, la ancianidad, la muerte... y trocarlos
en arm onía!”76. Y allí mismo muestra la ingenuidad de
quienes juran que se llegará a la paz y a la inmortalidad a
través de sucesivas reencarnaciones...
Insistimos en la necesidad de proponer valores, sin olvidar
que el protagonista de la educación es el educando. “La educación
70
tiene que estar centrada en el educando, tiene que estar en función
de la persona concreta a que está destinada. El docente actúa de
agente secundario, como instrumento que facilita y ordena el
aprendizaje del alumno y ambos siguen la pauta objetiva de la cien
cia”^.
Se trata de “edúcere”, de sacar a luz, actualizar las posibili
dades del educando, prestarle una ayuda para que moldee su
personalidad -no en forma anárquica- y se convierte en arquitecto
de su propio destino.
Pero, contra lo que piensa la “New Age”, “previamente ha de
precisar a qué tipo de perfección se adscribe y cómo la realiza. Sus
decisiones tienen un sentido en el que subyace una imagen ideal de
hombre, y un modelo de persona personalizada”7778. Aquí juega su
papel la persona del educador.
77 FORMENT E.t “El ser personal, fundamemo de la educación", en Varios, “El concepto
de persona”, o.c., pp. 76-77.
78 ROMAN PEREZ M-, “La realización personal del yo educable’1, en Varios, “El
concepto de persona”, o.c., p. 113.
71
, e
72
3.3.3 —Educar en una generación sociológica individua
lista, hedonista y narcisista.
Ya sabemos que este es el clima de la Pm: respira una moral
provisional, sin nada estable y definitivo. Una sensibilidad que da
primacía al sentimiento, a la afectividad y al placer y rinde culto al
cuerpo. Estos son valores positivos mientras no se exageren hasta
mutilar la razón.
Se impone la necesidad de reconciliarse con los sentimientos.
Seamos sinceros: “la. realidad de un objeto la medimos por el eco
que despierta en la esfera afectiva”82. Lo que nos resulta del todo
indiferente es como si no existiese. Nuestro conocimiento es
“sensintelectual”, como ha puesto de relieve X. Zubíri.
Sin rendir culto desmedido al cuerpo, es preciso superar el
dualismo del cuerpo-cárcel, enemigo del alma. Y reconciliarse con la
sexualidad que, bien administrada, es un manantial de felicidad.
Otro tanto digamos del hedonismo narcisista y del individua
lismo.
En la educación “hay que integrar el placer y el esfuerzo, la
diversión y el compromiso, lo permanente y lo pasajero, el sexo y
el amor”83. Hoy, en que el placer sin esfuerzo está al alcance de la
mano, el hombre tiene mayor posibilidad de enviciarse. El
consumo de la droga y el alcoholismo lo revelan.
“¿Por qué los ríos van torcidos?” -se preguntaba
Lincoln. Y él mismo respondía: “Porque siguen la línea de
menor resistencia”. Se debilita la voluntad y la libertad... que
tanto ansian los jóvenes.
El individualismo, a su vez, encierra al hombre en sus
propios límites y le impide crecer, toda vez que el hombre se
realiza en la entrega a los demás. Los individualistas no pueden
lograr ni ese mínimo de consenso moral necesario para la
convivencia.
82 lbid.,p. 250.
83 GERV1LLA E„ o.c., p. 178.
73
En conclusión, no podemos quedarnos con un modelo educa
tivo basado en el relativismo, en el presente y en el individualismo
hedonista-narcisista.
f
84 USLAR PIETRI A., “La oLra educación", N° dominical de “El Nuevo Día", Caracas,
8-VI11-1993.
74
3 .4 .1 - En cierto sentido uno no nace persona, sino que se va
haciendo persona: su vida es “programática”, “proyectiva”. El
hombre, a diferencia de los animales, es el único ser que se siente
irrealizado, insatisfecho..., y es también el único que tiene
capacidad para superar las barreras de sus limitaciones.
Experimenta una tensión entre la utopía (el ideal) y la reali
dad; tiene la experiencia amarga de un “déficit” existencial, y el deseo
ardiente de superar esa distancia entre lo que es y lo que desea ser.
El choque de la utopía con la realidad se vuelve insufrible
cuando ve que esa realidad pos moderna en que viye es la negación
palmaria de lo que él sueña, cree y aspira a realizar. No puede
resignarse a que las cosas sean como son y no puedan ser de otra
manera.
Entonces, como una reacción comprensible frente a la
realidad corrupta y deshumanizante surge la indignación primero
y luego la urgente necesidad de un compromiso. Nos referimos a
los jóvenes todavía no deteriorados por los vicios.
Pero si estos jóvenes que reaccionan no se sienten acom
pañados, animados, dinamizados..., muy pronto también ellos
comenzarán a vivir a la deriva, en esa indefinición permanente que
les propone la Pm, en esa dispersión vulgarizante y anónima, que
renuncia a tener “forma”. Se irán diluyendo en una multitud sin
nombre y sin rostro, e irán a engrosar el montón de los
“cualquiera”. Vivirán una existencia banal, inautèntica.
75
¿Cómo? Generalmente con el trato delicado y paciente a las
personas”85.
76
Al crear al hombre, Dios se ha constituido en el Tú del
hombre, y lo es, lo quiera o no lo quiera el hombre. Sí el hombre
no lo toma en cuenta, Dios no cesa por ello de existir; pero hay
motivos para preguntarse sí el hombre no ha cesado de ser
hombre. “La muerte de Dios” va siempre, tarde o temprano, acom
pañada de la “muerte del hombre”, de la destrucción de los valores
humanos más auténticos.
La existencia personal queda frustrada si uno absoluti-
za una realidad contingente cualquiera: el dinero, la ideología
de un partido, la ciencia, la técnica, la raza... Lo mismo dígase
de una civilización construida por el hombre: si es “unidi
mensional” -tecnocrática, por ejemplo-, acaba por sofocar al
hombre y destruirlo, aún físicamente.
77
Hacer la “opción fundamental” es’embarcarse en un proyecto
existencial o fundamental de vida, es decir, el proyecto que una
persona quiere realizar en el futuro, realizando determinados
valores que dan sentido a la propia vida.
No hay que confundir ese proyecto con la carrera o
profesión que uno elige; es algo más profundo, que afecta al
ser integro del hombre, incluso la misma profesión. Según
su “opción fundamental”, por ejemplo,.un-medico comerciali
zará la medicina... o hará de ella un servicio a sus hermanos.
La “opción fundamental” no es un acto concreto, más impor
tante que los otros, que se sobreañade a los otros, o que precede las
elecciones libres. Es una orientación dinámica, radical, que se da a
un nivel más profundo que el del “libre albedrío”. Es como el
“alma” de todos los actos cotidianos: los anima desde dentro. Se
expresa en actitudes básicas y se concretiza en actos. .
Las elecciones de cada día serían caóticas, absurdas,
inhumanas, sin esa orientación totalizante, profunda, estable,
espontánea... en la que uno se expresa enteramente, con
todo lo que quiere ser en este mundo y delante de Dios. “En
lo sucesivo ese hombre no podrá ya tomar ninguna otra
decisión, sin preguntarse antes si es o no coherente con su
opción fundamental”87.
No es algo que se improvise o se realice en forma fulmínea:
es hija de una larga gestación en el tiempo. Y, para comenzar,
requiere cierta madurez. No se puede realizar antes de la adolescen
cia; pero se viene preparando desde la infancia. Es una tarea de toda
la vida, sujeta a marchas y contramarchas, y a muchos actos que
se sustraen a la influencia de la “opción".
Cualquier educador adivinará cuál es su tarea en las distintas
etapas que señala la Sicología Evolutiva; y nadie podrá negar que
esta tarea se ha vuelto más difícil en el mundo posmoderno en que
vivimos.
87 GONZALEZ CARVAJAL L., "Esta es nuestra fe", Santander, 1989, 6a. edición, p, 225.
78
4 . - U N PROBLEM A: E D U C A C IO N Y C R IS T IA N ISM O
A"
4.1 - Las reflexiones que preceden suponen que el educando 1
sea creyente o, por lo menos, admita una ética firme im p lícita- /
mente respaldada por el Absoluto. “Si Dios no existe -c|ecía Sartre-1
todo está permitido”... y la educación queda desfondada. Pero queda
por responder una pregunta: “La educación, ¿tiene que ser
cristiana?”
La educación no puede prescindir del “hombre histórico”.
Sabemos que el hombre es fruto de una larga evolución, que es
-como diría Teilhard de Chardin- “la obra maestra de la potencia
organizadora del cosmos”. Con la “hominización", con la aparición
del fenómeno humano, la evolución, asumida por el hombre, se
transformó en historia (personal y comunitaria). Ahora bien, los
cristianos creemos que esa historia, por un gesto gratuito de Dios,
de hecho es Historia de Salvación: una serie progresiva de interven
ciones de Dios, cuya cima es Cristo, a través de las cuales Dios va
ofreciendo a los hombres la participación de su misma vida divina,
de su misma felicidad..., y los hombres van respondiendo a esa
llamada, en un diálogo dramático que comenzó con el amanecer del
mundo y está en marcha todavía.
Según la revelación cristiana, el hombre está destinado a
vivir sobrenaturalmente una vida que debe conducirlo a un fin
último trascendente.
79
sobrenatural del hombre tiene un valo.r universal y se aplica a
todos los hombres, antes y después de la venida de Cristo89.
Pero hay una dificultad: de hecho, la mayoría de los hombres
no conocen este Proyecto de Dios sobre el hombre y el mundo, sin
culpa alguna (en general). Para ellos, ¿no hay posibilidad de llegar a
la verdadera educación?
Respondemos que explícitamente no; pero como “el Espíritu
Santo, por caminos no conocidos, obra en el corazón de todos, los
hombres para hacerlos participar del misterio pascual”90, creemos
que toda educación es, por lo menos implícitamente una educación
“cristiana”, y que fuera de ésta no existe verdadera educación.
De ahí que no es correcto colocar “explícitamente” la
exigencia sobrenatural en la definición de educación. Restringiría su
campo de aplicación, cuando en realidad debe abarcar a todos los
hombres.
En cambio, el imperativo moral de la ética natural sí, es
accesible, en alguna medida a todos los hombres de todos los tiem
pos; y cuando dicho imperativo es seguido con fidelidad y constan
cia, conduce al hombre a su fin último, incluso sobrenatural91.
El pagano, entonces, también es educado, ya que sus
acciones morales lo conducen al Fin Uliimo. Por qué y cómo
esas acciones morales pasan a ser sobrenaturales y salví-
ficas, es competencia de la Teología.
80
sino de ese Dios que, en Jesús de Nazareth, le ha revelado su
Proyecto sobre el hombre y el mundo, que le ha invitado a
construir el Reino, ese estilo de vida en que cada uno considera al
otro como hermano, porque todos se saben hijos de un mismo
Padre.
Hemos señalado la importancia que tiene el compromiso, la
“opción fundamental”, en la tarea educativa. El cristiano entiende
también el compromiso como una “opción de fe”, que no solo le
lleva a abrirse al otro -cualquiera que sea- sino que lo invita a una
“opción preferencial por los más necesitados”. Solo entonces podrá
decir que acepta plenamente el Plan del Padre, porque sigue a un
Jesús que se despojó de su rango, “se hizo uno de tantos” (Fp 2,7)
y corrió la misma suerte de los pobres. Por eso mismo “Dios lo
exaltó sobre todo" (v.9).
En eso consiste -diría L. Boff- “pro-seguir la obra de
Jesús, per-seguir su causa” y, por este camino, “con-seguir
su plenitud”: la plena autorrealización.
No es otro el trabajo que los educadores cristianos están
llamados a realizar en medio de los jóvenes.
El convertirse en apóstol no resta absolutamente nada a la
tarea educativa; antes bien, “la salvación, lejos de deshumanizar al
hombre, lo perfecciona y ennoblece, lo hace crecer en humanidad.
La evangelización es, en este sentido, educación”. “La educación
resultará más humanizadora en la medida en que más se abra a la
trascendencia, es decir, a la Verdad y al Sumo Bien”92.
81
IV.- EVANGELIZAR EN LA
POSMODERNIDAD Y
EN LA “NEW AGE”
94 P1ÑERA B., "El reencantamiento de la vida", edil. Los Andes, Santiago de Chile, 1993,
pp.3(MO,
84
Esas experiencias, si son legítimas, no los alienará en una
espiritualidad desencarnada, sino que los acercará al Dios de ios
pobres y los llevará al compromiso por la justicia.
95 GARRALON J., “La pastoral juvenil ante el reto de la ‘nueva religiosidad’ y las sectas",
en Misión Joven, abril, 1993, n° 195, p. 30.
96 CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, “Lineas pastorales para la Nueva
Evangelización", Buenos Aires, Pascua de 1993, 32.
85
cuerpo, el sentimiento, el deseo..., y que se les abra el horizonte de
un nuevo estilo de vida. Quieren sentirse acogidos dentro de un
grupo de puedan llamar “suyo”. Como muchos carecen de rela
ciones personales y sus amigos se reducen al televisor y a los
juegos electrónicos, necesitan vitalmente refugios “personalizados”
donde puedan ser alguien para alguien.
Por otra parte, como entraron en crisis las creencias religio
sas, las ideologías políticas y los valores tradicionales, los jóvenes
buscan un líder -guía y modelo al mismo tiempo- que les señale
en qué creer y esperar, que les dé seguridad y fe, que les proponga
ideales y les anuncie la verdadera salvación.
Nuestra actitud tiene que ser acogedora. En la Iglesia hay que
formar grupos juveniles y, más ampliamente, com u n id ad es
sanas y cálidas, en que haya hermandad, solidaridad, asistencia,
personalización; en que las personas sean escuchadas y tomadas
en serio. Comunidades misioneras, no cerradas en sí mismas, en
las que los seglares se sientan comprometidos.
Esas comunidades juveniles necesitan distintivos para uni
formarse e identificarse, necesitan ritos, símbolos, lenguajes corpo
rales, incorporados incluso a la liturgia eclesial; necesitan una
“mística”, ese algo gratuito que escapa a la razón, pero abre a la
trascendencia...
Y es preciso que todo esto lo perciban como “propio”, como
característico de uir grupo de “elegidos” distinto del resto de los
jóvenes..., no para vivir como “sectas”, sino para insertarse como
“iglesia doméstica” en la comunidad local y en la Iglesia universal.
¿No es la Iglesia una comunidad de comunidades?
86
liberación y la defensa de los oprimidos: “una liberación que
se va realizando en la historia, la de nuestros pueblos y la
nuestra personal y que abarca las diferentes dimensiones de
la existencia: lo social, lo político, lo económico, lo cultural y
el conjunto de sus relaciones”97. La Nueva Evangelización
supone la "opción preferencial por los pobres”, asumiendo
su potencial liberador.
Fracasado el socialismo mal encarado, la Iglesia, sobre
todo con las Comunidades de Base, pasa a ser la única insti
tución o movimiento histórico dispuesto a escuchar el cla
mor de los pobres y abrirles una perspectiva de esperanza.
- Debiéramos cuestionarnos: “¿Capacitamos eficazmente
a los laicos, a fin de que puedan satisfacer el hambre de Dios, con
lenguajes y gestos realmente significativos para nuestros contem
poráneos?”98. ¿Promovemos en esas comunidades la “libertad de
los hijos de Dios”? Los posmodernos desconfían de las “normas
éticas”, sienten alergia por la palabra “ley”. “Ustedes son de Cristo
^ l e s diría San Pablo-: déjense guiar por el Espíritu” (Ga 5,16 ss).
Lo que define al cristiano es “la fe que actúa mediante el
amor" (Ga 5,6). “Ama y haz lo que quieras” -decía el gran
Aurelio Agustín. Aunque, para no irnos al otro extremo,
necesitamos añadir: “Pero no digas que amas para hacer lo
que quieras”99.
87
integrar todo lo negativo de la vida, porque más allá del Viernes
Santo brilla la Pascua de Resurrección.
La sensibilidad posmoderna y el optimismo de la “Nueva
Era”, nos invitan a recuperar las dimensiones festivas de la f^, a
sentir y expresar la alegría de sabernos salvados, a evitar un
moralismo fastidioso, cargado de preceptos y prohibiciones, a no
deformar la esperanza cristiana con visiones aterradoras.
El joven necesita convertir el tiempo libre en tiempo
de re-creación y novedad, de encuentro y de diálogo, de
servicio voluntario y gratuito a los demás..., y no permitir
que la sociedad de consumo programe todas sus actividades
lúdicas y no le deje otra libertad que la de elegir... ¡quien lo va
a explotar!
El Domingo, día “del Señor”, debiera ser un espacio
privilegiado para descubrir a Dios eclipsado, quizás, durante
una semana enloquecida; descubrirlo en la vida propia, en los
demás, en las maravillas de la naturaleza y, sobre todo, en la
Eucaristía, esa Pascua del Señor que irrumpe en nuestro
tiempo y lo transforma.
88
Es peligroso retirarse, no aceptar las diferencias, y
atrincherarse en un nuevo fundamentalismo para defender lo
que sobrevive en la fe de los cristianos. Cerrarse equivale a
capitular ante la complejidad del mundo moderno en
continua transformación y convenirse en una secta. Como
“la promoción de la unidad responde a la misión íntima de la
Iglesia”100, ésta tiene algo que ofrecer a la tendencia “holística”
que hemos detectado en la “New Age”.
Está bien acentuar la trascendencia divina, su lejanía
“supramundana"; pero sin olvidar que “en Dios vivimos,
nos movemos y existimos” (San Pablo) y que su amor está
presente en todas las cosas, sobre todo en el hombre, como
decía San Agustín: “más presente a mi yo, de lo que yo estoy
presente a mí mismo”.
89
“debió aceptar vivir en una mundo pluralista, compitiendo
con otras religiones no siempre de espíritu ecuménico”101.
Es positivo el diálogo de cada religión con las demás, el
reconocer verdades comunes y compartir preocupaciones, como la
preocupación ecológica, la preocupación por el sentido del hombre
y por el destino de la técnica, y condividir grandes proyectos de paz
para la humanidad.
El movimiento religioso de la Pm ¿no es “un reto para todo
lo que el Cristianismo no ha sabido hacer?”. El ansia de crear
nuevos mitos, que se observa en la “Nueva Era", ¿no se debe a que
“nuestro” Cristianismo actual no se muestra ya capaz de hacer
vivir sus grandes ideales?102.
90
enfrentar sus problemas y sus misterios. Desgraciadamente se
mueve en el modelo relacional imperfecto de un patrón todopodero
so y un devoto necesitado. La fuerza salvífica del patrón se suele
concentrar en una imagen -de Cristo o de algún santo- alrededor de
la cual se celebra la fiesta de su salvación con una alegría tan
desbordante que desentona con la pobreza cotidiana. Con todo, la
fiesta refleja la esperanza del pobre y del oprimido, esperanza de
justicia y liberación, siempre abierta al “milagro” y a lo inesperado.
Es una manera de vivir la vida cristiana, muy encarnada en la cul
tura de la pobreza.
El contexto precientífico en que vive el pueblo sencillo
explica las desviaciones a la superstición, la magia, el fatalis
mo, el fetichismo, el ritualismo... y otros “ismos” que
amenazan deformar su relación con Dios.
Estos errores se irán superando con la “evangelización
interna del sistema” y con el avance de la cultura urbano-
industrial.
Aquel “religiosismo alienante que solía pedir al cielo
una respuesta que Dios quiere que brote de la tierra, se fue
transformando lentamente: pasó a ser expresión de protesta
e impulso de liberación. Las raíces de la protesta se hunden
en los valores evangélicos que respaldan la dignidad personal
y la hermandad solidaria del cristiano. Ante la modernización
e industrialización global que se pretendió imponerle desde
1945 (sin reparar en los costos sociales y ecológicos que
significaban) el pueblo reaccionó críticamente respaldado por
una religiosidad popular revalorizada.
91
nológico (postindustrial) tarde o temprano barrerá con las inter
pretaciones precientíficas de la realidad y cambiará los estilos de
vida tradicionales integrados en la religiosidad popular, que no
dejarán de acusar el impacto.
Hemos visto que la Pm, a pesar de sus errores., nos recuerda
la prioridad de la vida humana sobre el imperialismo absoluto de la
razón, la cual debe quedar normada por los valores universales de
la libertad, la igualdad y la fraternidad. Teniendo en cuenta esa
característica, nos inclinamos a ver cierta sintonía de la Pm con la
religiosidad popular.
En ésta, “la fe se hace experiencia de devoción (...), resalta la
dimensión estética y festiva de la vida y abre al hombre a lo
inesperado del futuro, es decir, al “milagro”. No es pesimista ante
los problemas inevitables de la vida, sino optimista sobre el
misterio profundo de la vida, en el que cree firmemente. No se
pregunta si existe Dios, sino que espera siempre su inesperada y
salvífica manifestación”, etc.106.
Pero ya sabemos que los valores de la religiosidad popular
no están exentos de riesgos. No se trata de eliminar el catolicismo
popular, sino de evangelizarlo más profunda y radicalmente,
resaltando en el Evangelio ciertas zonas opacadas por el racionalis
mo de ayer..., sin caer, por supuesto, en vitalismos románticos y
hedonistas.
La Pm del catolicismo popular de nuestros pobres se
encuentra todavía recargada de ignorancias científicas, pero es
profundamente humana, ética y esperanzada.
El Reino seguirá avanzando por caminos inesperados.
Convenientemente evangelizado, el pueblo hallará la síntesis
entre la experiencia de Dios y la participación activa, abierta y
solidaria, con todos los sectores de la sociedad.
92
11. - La actitud dialogante no debe olvidar el discernimiento
crítico para no caer en un irenismo de m ala ley, en nombre de la
plena armonía que sueña la “New Age". No hay que ilusionarse
con ponerlo todo bajo un común denominador. Nunca faltarán ten
siones. Pero no todas serán negativas (Ga 2,11).
A los que no ven la incompatibilidad entre las prácticas de la
“Nueva Era” y la fe católica, hay que mostrarles claramente la
oposición de nuestra fe al núcleo central de Acuario, para evitar un
sincretismo práctico que acabe por eliminar la vivencia cristiana.
El cristiano de mañana deberá saber por qué es
cristiano y no budista, por qué sostiene la resurrección y no
la reencarnación, por qué es teísta y no teósofo; ya no podrá
contentarse con la fe del carbonero.
107 En KEHL M., o. c., pp. 73-100 hallará el lector un amplio desarrollo de lo que
sintetizamos en este número.
93
- P o r ú l t i m o , la m e ta de n u e s t r a b ú s q u e d a de la sa lv a c ió n es
el e n c u e n t r o a m o r o s o c o n el a m o r p e r s o n a l d e D io s y n o u n a
a u t o r r e d e n c i ó n lo g r a d a a través d e u n a a u t o e x p e r i e n c i a c ó s m ic a o
e x p e r ie n c ia “ t r a n s p e r s o n a l ” , p o r p r o f u n d a q u e sea. Se o lv id a n a q u í
las fu e rz a s d e s tr u c to r a s de la n a tu r a le z a y de la lib e rta d h u m a n a , e l
d o n g r a t u i t o de la G r a c ia y la n e c e s id a d q u e tie n e el h o m b r e d e l
a m o r d iv in o q u e p e r d o n a .
“N o s h ic iste S e ñ o r p a ra T i - d e c í a A u re lio A g u s t í n - e in q u ie to
e s ta r á n u e s t r o c o r a z ó n m i e n t r a s n o d e s c a n s e e n T i ” . C u a l q u i e r
o tra e s p e r a n z a se q u e d a en “lo p e n ú l t i m o ”.
La C o s m o v i s i ó n C r i s t i a n a a c t ú a c o m o i n s p i r a d o r a d e las
c o n v i c c i o n e s y m o t i v a c i o n e s b á s ic a s d e la e x is te n c ia y a b r e u n a
p e r s p e c tiv a firm e de e s p e r a n z a a n te “lo d e f in itiv o ” .
94
C O N C LU SIO N
“A n te la P m , in s ta la d a e n la f in itu d y e n lo p r i v a d o , q u e ha
s u s t i t u i d o el m ito del f u t u r o p o r el m ito del p r e s e n te y ha ta p o n a d o
y ro to el s e n tid o d e la H isto ria , h e m o s de r e c o r d a r q u e c a m in a m o s
h a c ia “u n c ie lo n u e v o y u n a tie r r a n u e v a , g a r a n t i z a d o s p o r la
R e s u r r e c c ió n de j e s ú s ”108.
Y a n t e el e s f u e r z o u t ó p i c o de la “N u e v a E r a ” p o r a b r i r de
n u e v o p e r s p e c t i v a s d e f u t u r o q u e d e s p i e r t e n la e s p e r a n z a y el
d e se o de p a r tic ip a r a c tiv a m e n te en u n a e m p r e s a p o r la c u a l valga la
p e n a q u e m a r la v id a , n o s c o n v e n c e m o s s i e m p r e m á s de q u e la
h u m a n i d a d n e c e s ita u n a fu e r te d o sis de o p t i m i s m o . . . a fia n z a d o e n
algo q u e le confiera validez a la existencia.
El c r is tia n o s a b e q u e el p e s i m i s m o en el P la n d e D io s n o
tie n e s e n tid o : se a b r e a la e s p e r a n z a q u e b r o ta de la fe; c re e e n la
eficacia del a m o r g r a tu ito ; n o cae e n la r u t i n a , v ita liz a las o b r a s
e n v e je c id a s ; tr a ta de ll e n a r c o n e n t u s i a s m o la h o r a q u e p a sa ;
n e u tr a liz a su s a n g u s tia s c o n la fiesta y el g u sto de vivir y, m á s allá
d e las id e o lo g ía s y d e las c o n t r o v e r s i a s d o m é s t i c a s , c e n t r a su
m e n sa je en lo esencial.
108 COLOMER J., “Postmodernidad, fe cristiana y vida religiosa”, en rev. Sal terrae, mayo
de 1991, n° 5, pp. 419-420.
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f
BIBLIOGRAFIA
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Terrae, Santander, 1992.
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Aires, 1989. “El problema actual de la educación", ibid., 1986.
LOPEZ QUINTAS A., “El conocim iento de los valores", Verbo Divino,
Estella (Navarra), 1989.