La Revolución Urbana
La Revolución Urbana
La Revolución Urbana
LA REVOLUCIÓN URBANA
Introducción
El lento desarrollo de la colonización agrícola de la Baja Mesopotamia, la especialización de
las producciones artesanales, el desarrollo del comercio y la función de los templos,
desembocó finalmente en lo que conocemos como la «revolución urbana», término acuñado
en un principio por el arqueólogo Gordon Childe.
La economía redistributiva
Para explicarlo de la forma más sencilla y simplificada posible, podríamos decir que la
colonización agrícola de la Baja Mesopotamia produjo una consecuencia directa y totalmente
lógica: el aumento de la productividad agrícola. Este aumento tuvo otras consecuencias
derivadas. Entre ellas, la obtención de suficientes excedentes alimentarios para garantizar
que se produjera la especialización artesanal que ya hemos visto.
Y con estos cambios se van creando dos cosas muy importantes. Por un lado, el inicio
paulatino de una economía redistributiva. Por otro lado, el inicio de una concentración
demográfica en torno a los templos, pasando entonces de unas simples aldeas de pocos
habitantes a unas ciudades donde se da la interacción entre distintos grupos humanos
internos, o con comunidades humanas cercanas. Además, contemporáneamente a esto se
produce el origen e invención de la escritura cuneiforme.
El origen de la ciudad
Antes, durante el neolítico y parte del calcolítico, la gente se agrupaba en aldeas que tendían
a ser homogéneas. Aun así, había algunas diferencias de grado, ya que existían algunas
familias que eran más ricas o numerosas que otras. Del mismo modo, no todas las aldeas eran
igual de prósperas o grandes. El primer gran paso de esta revolución urbana fue cuando estas
pequeñas aldeas quedaron relegadas solo a las tareas de producción de alimentos. De
manera que los artesanos especializados se habrían marchado a las zonas circundantes a los
templos. Esta migración daría forma a las primeras poblaciones protourbanas.
Ahora bien, hay una gran diferenciación entre un templo y un palacio. El templo es el lugar
en el que se realizan actividades de culto a una divinidad, un sitio al que acude la gente cada
cierto tiempo. En cambio, el palacio es la residencia en la que vive el jefe de esa
comunidad humana con sus allegados, como su familia y una pequeña corte. Sin embargo,
también comparten algunas características: en ambos sitios se llevan a cabo actividades
administrativas, y se acumulan los excedentes alimentarios en los que se basa la economía
redistributiva.
Texto resumen para Historia 1
Además, ambos complejos arquitectónicos también tienen en común el hecho de que son la
sede en la que se encuentran los domicilios de talleres artesanales, oficinas de escribas que
desarrollaban la escritura cuneiforme, y archivos en los que se guardaban las tablillas escritas
para la administración.
Texto resumen para Historia 1
Demografía en Mesopotamia
La formación complementaria de las dos realidades de las que hemos hablado (aldeas
productoras de alimentos y centros protourbanos con templo y palacio) se fue deteriorando
a medida que se desarrollaban los segundos, que veían como sus poblaciones crecían mucho
en detrimento de los primeros. De tal modo, el mapa mesopotámico fue configurándose con
una dimensión comarcal de tal forma que existieron tres elementos básicos: una ciudad
capital, sede del poder político y de la mayor parte de las funciones especializadas; unos
cuantos centros regionales periféricos; y un gran número de aldeas tributarias.