Traducción de Simona Cerutti
Traducción de Simona Cerutti
Traducción de Simona Cerutti
Contextualizaciones
Normas y prácticas
Distancia y comparación
Culturas situadas
Un método de análisis es también un procedimiento para controlar posibles
interpretaciones. Como cualquier procedimiento de control, pauta límites a la
exploración de contextos que están muy alejados e incomunicados. El sacrificio de estos
contextos, sin embargo, ofrece ventajas que me parecen importantes. La primera es
romper un círculo lógico que tiende a limitar el análisis. El procedimiento de
“desvelamiento” del significado oculto presupone, por supuesto, que consideremos que
los actores no son conscientes de las raíces profundas de su experiencia. Esta ignorancia
solo la supone el investigador que, al no haber intentado rastrear el trabajo de selección
creativa realizado por los actores, no se ha dado ninguna forma de confirmarla o
refutarla. Sin embargo, en esta supuesta ignorancia, una consecuencia importante se
establece: nuestro pasado actúa más allá de la memoria y la intención. Los mitos nos
piensan43. Dado el procedimiento de análisis, este es inevitablemente el caso.
La segunda ventaja que presenta la reconstitución de contextos culturales a partir
de la actividad de selección de los actores, es que permite al historiador descubrir
nuevos objetos, “manufacturas” que se han producido en diferentes momentos y lugares
específicos. Y así, descubrir tradiciones culturales que no están construidas sobre textos,
antiguos o modernos y cuya génesis solamente puede entenderse mediante la
reconstitución de las relaciones entre acción y legitimación, entre culturas y
comportamientos; entre pies y cabeza. Como he dicho, esto tiene que ver con la cuestión
de la posibilidad de “ser sorprendido” en lugar de “sorprender” a los actores en su
revelación en lo que ellos suponen que desconocen.
Recientemente, me he enfrentado a un caso de creación de una tradición cultural
que surgía de procesos de elección y selección que eran “locales”, es decir, bien
ubicados en el tiempo y el espacio. Fueron comprensibles solo después de un análisis de
las acciones (no solo discursos o escritos) realizados por hombres y mujeres en los
tribunales civiles de una ciudad del Antiguo Régimen44. El procedimiento sumario se
había sido adoptado en varios tribunales fue relativamente poco costoso y en su mayoría
informal. La presencia de abogados estaba prohibida, tanto como sus alegatos, mientras
que la sentencia se basaba únicamente en las declaraciones de las partes en la
controversia. Estas últimas presentaban sus propias razones al exponer con el mayor
detalle sus acciones –la venta, la compra, el préstamo– cuya legitimidad no dependía de
su conformidad a una regla sino del hecho de haber tenido lugar en un contexto general
de consenso, “sin conflicto”. Era un procedimiento que legitimaba las prácticas sociales
como fuentes del derecho: una forma de justicia supralocal que permitía a los
comerciantes y otras personas itinerantes (pero también figuras legalmente débiles,
como viudas y menores de edad) tener acceso a un juicio equitativo basado en la
legitimidad acordada a sus meras acciones (antes que a su saber local de la ley y de las
costumbres). Este procedimiento y sus principios tienen sus raíces en una tradición muy
antigua, que se remonta al jusnaturalismo escolástico y a la concepción de la “razón
práctica” teorizada en sus obras por Tomás de Aquino. Para comprender el
funcionamiento de estos derechos así como la concepción de la justicia expresada por
tantos hombres y mujeres durante gran parte de la época moderna, fue necesario retomar
a esta tradición. Sin embargo, esta referencia estaba lejos de ser suficiente. Esa tradición
fue evocada como fuente de legitimación de acciones y demandas de justicia; al mismo
tiempo, esas mismas acciones y reivindicaciones construían un contexto en el cual la
tradición era reformulada, recreada y transformada.
El análisis detallado del funcionamiento de los procesos, así como la
reconstitución de los intereses (no solo económicos) de los diversos protagonistas
involucrados (el público de la corte, así como los abogados y magistrados), han sido
operaciones esenciales para comprender no únicamente el uso que se hace de una
tradición cultural, sino también la forma en que es recreada. De hecho, durante esos
años, el jusnaturalismo escolástico se entrelazó con otras tradiciones culturales, cuyo
acercamiento parece altamente improbable para el historiador de las ideas. El contexto
en el que el procedimiento sumario había podido disfrutar de un nuevo éxito era el de
una crítica al formalismo del procedimiento judicial, que se torna extremadamente
virulento en el Piamonte en la primera mitad del siglo XVIII.
La tradición del derecho natural había sido movilizada de ese modo en oposición
a la formalidad legal y los abusos de poder de los abogados. Al mismo tiempo, sin
embargo, la referencia se hace constante a una tradición aparentemente diferente hasta
incompatible con la primera, aquella del empirismo de Bacon que se manifestaba, en el
ámbito jurídico, en el rechazo a priori de las doctrinas jurídicas a favor de la
investigación empírica sobre las características de cada caso particular. Así, e
inesperadamente, el pensamiento escolástico y el empirismo baconiano coexistieron
creando una “tradición cultural” que no habría encontrado ningún rastro en la historia
del pensamiento jurídico. Un contexto político y social particular (compuesto por la
voluntad de un gran número de hombres y mujeres para presentar su propio caso en la
justicia y para resolver sus disputas “brevemente”, “sin el ruido” de los abogados, así
como por luchas internas en la comunidad de abogados) había conducido a la creación
de una tradición cultural específica. En este caso, no nos hemos encontrado ante una
forma de manipulación de los recursos culturales existentes, ni a las operaciones de
mero bricolaje de las ideas pensadas por otros. El entrelazamiento de la acción y de las
legitimaciones había producido una forma cultural genuinamente original.
Veo en esta investigación una contribución al proyecto micro-histórico de
construcción de una historia cultural e intelectual que, finalmente, es singular y
localizada. Una historia donde la distancia entre la cabeza y los pies no se establece a
priori, y donde lo que prevalece es lo “maravilloso” despertado en el investigador por
las extraordinarias habilidades creativas de las personas que constituyen sus objetos de
análisis.
**
Simona Cerutti, “Histoire pragmatique, ou de la rencontre entre histoire sociale et histoire culturelle” en Tracés.
Revue de Sciences humaines, 15, 2008, pp. 147-168. Traducido del francés por Miguel Ángel Ochoa.
11
Este artículo es un primer paso en una investigación en curso que he seguido en los últimos años sobre la naturaleza
de la documentación histórica. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar mi gran deuda intelectual con
Giovanni Levi y Carlo Ginzburg y, para honrar la memoria de Edoardo Grendi.
22
El primer autor, que yo sepa, que ha señalado explícitamente este problema es Alberto Banti, “ Storie e microstorie:
L’histoire sociale contemporaine en Italie” en Genèses, Nro. 3, mars, 1991, pp. 134-147; la existencia de estas dos
“almas” se habría manifestado claramente cuando apareció el ensayo de Carlo Ginzburg, “Spie. Radici di un paradigma
indiziario” en Rivista d i storia contemporanea, 7, 1978, pp. 1-14, una versión ampliada fue publicada con el mismo
nombre en Aldo Gargani (a cura di), Crisi della ragione. Nuovi modeli rapporto tra sapere e attività umane, Torino,
Einaudi, 1979, pp. 1-30, finalmente ese texto quedó incluido y publicado en español en Carlo Ginzburg, Mitos,
emblemas e indicios. Morfología e historia, Barcelona, Gedisa, 1999, pp. 138-175 [N. del T]; véase también Edoardo
Grendi, “Ripensare la microstoria?” en Quaderni Storici, Vol. 29, (2), Nro. 86, 1994, pp. 530-549, Jacques Revel,
“Micro-analisi e costruzione del sociale” en Quaderni Storici, vol. 29 (2), Nro. 86, 1994, pp. 539-549.
33
Alberto Banti, “Storie e microstorie…”, Op. Cit.; la distinción entre “historia académica” e “historia narrativa”
proviene del famoso ensayo de Stone: Lawrence Stone, “The Revival of Narrative: Reflections on a New Old History”
en Past & Present, Nro. 85, nov., 1979, pp. 3-24.
44
Alberto Banti, “Storie e microstorie…”, Op. Cit.
55
Carlo Ginburg – Carlo Poni, “Il nome e il come: scambio ineguale e mercato storiografico” en Quaderni Storici, Nro.
40, 1070, pp. 181-190.
66
Simona Cerutti, “Normes et pratiques, ou de la légitimité de leur opposition” en Bernand Lepetit (ed.), Les formes de
l’expérience. Une autre histoire sociale, Paris, Albin Michel, 1995, pp. 127-149.
77
Edoardo Grendi, “E. P. Thompson e la ‘cultura plebea’” en Quaderni Storici, vol. 29 (1), 1994, Nro. 85, pp. 235-248.
88
Carlo Ginzburg, I benandanti. Stregoneria e culti agrari tra Cinquecento e Seicento, Torino, Einaudi, 1966.
99
Edward P. Thompson, “Anthropology and the discipline of historical context” en Midland History, Nro. 1, 1972, pp.
41-55. Una colección de ensayos de Thompson fue publicado por Grendi en 1981 y publicada como uno de los
primeros volúmenes de la serie Microstorie de Einaudi.
1010
El subrayado me pertenece: Edward P. Thompson, Customs in Common, London, Merlin Press, 1991, p. 350.
1111
Edward P. Thompson, Op. Cit., pp. vii-xxxvi.
1212
Edoardo Grendi, “E. P. Thompson e la ‘cultura plebea’” en Op. Cit., p. 241.
1313
Louis Assier-Andrieu, Le droit dans les sociétés humaines, Paris, Nathan, 1996, pp. 188 y ss.
1414
Harvey Kaye J. and Keith McClelland (ed.), E. P. Thompson. Critical Perspectives, Philadelphia, Temple
University Press, 1990; William H. Sewell Jr., “How classes are made: critical reflections on E. P. Thompson’s theory
of working class formation” en Harvey Kaye J. and Keith McClelland (ed.), E. P. Thompson…, pp. 50-77; Simona
Cerutti, “Processus et expérience: individus, groupes et identités à Turin au xvii e siècle” en Jacques Revel (ed.), Jeux
d’échelles. La micro-analyse à l’expérience, Paris, Gallimard, 1990, pp. 161-186.
1515
Maurizio Gribaudi, Itinéraires ouvriers. Espaces et groupes sociaux à Turin au début du XXe siècle, Paris, EHESS,
1987; Simona Cerutti, La ville et les métiers. Naissance d’un langage corporatif (Turin, 17e-18e siècles), Paris,
EHESS, 1990.
1616
En este punto del método véase: Simona Cerutti, “Processus et expérience: individus, groupes et identités à Turin au
xviie siècle” en Jacques Revel (ed.), Op. Cit.
1717
Ibídem.
1818
La distinción emic / etic ha sido establecida por el lingüista Kenneth Pike a partir de los sufijos de las palabras
fonéticas y fonémicas. En el debate antropológico, esta distinción designa dos estrategias de análisis diferentes: el
enfoque emic está fundado en las categorías y el lenguaje de los actores; el enfoque etic, sobre las categorías del
investigador Kenneth L. Pike, Language in Relation to a Unifi ed Th eory of the Structure of Human Behavior,
Glendale, Summer Institute of Linguistic, 1954-1960. Ginzburg ha sido el primero en llamar mi atención sobre esta
distinción. Sobre el debate antropológico, ver Marvin Harris, “History and signifi cance of the emic/etic distinction” en
Annual Review of Anthropology, Nro. 5, 1976, pp. 329-350, pero también Jean-Pierre Olivier de Sardan, “Emique” en
L’Homme, Nro. 147, 1998, p. 151-166.
1919
Pietro Costa, Iurisdictio. Semantica del potere politico nella pubblicistica medievale (1100-1433), Milano, Giuffre,
1969; Paolo Grossi, L’ordine giuridico medievale, Bari, Laterza, 2000; Angelo Torre, Il consumo di devozioni.
Religione e comunità nelle campagne di Ancien Régime, Venise, Marsiglio, 1995.
2020
Albert Ogien, “Decrire ou expliquer: notes sur une mauvaise querelle de methode” en Werner Ackermann et al.
(ed.), Décrire: un impératif? Description, explication, interprétation en sciences sociales, Paris, EHESS, 1985, T. 1, pp.
78-100.
2121
Harold Garfinkel and Harvey Sacks, “On formal structures of practical actions” en Theoretical Sociology, J.
McKinney et E. Tyriakin ed., New York, Appleton Century Crofts, 1970.
2222
Alain Cottereau, “Justice et injustice ordinaire sur les lieux de travail d’après les audiences prud’hommales” en Le
Mouvement social, Nro. 141, 1987, pp. 25-59; Alain Cottereau, “Théories de l’action et notion de travail. Notes sur
quelques difficultés et quelques perspectives” en Sociologie du travail, Nro. 94, 1994, pp. 73-89. Ver
también L’économie des conventions, el número especial de la Revue économique, Nro. 40 (2), 1989; Les conventions,
el número especial de Réseaux, Nro. 62, novembre-décembre 1993. Ver en varios volúmenes de la colección Raisons
pratiques (EHESS), que han sido consagrados a las relaciones entre acción y legitimación, en particular el Nro. 1, 1990
(Les formes de l’action) y el Nro. 3, 1992 (Pouvoir et légitimité).
2323
Un análisis cercano a aquel de la economía moral de Thompson: Renata Ago, “Ruoli familiari e statuto giuridico”
en Quaderni Storici, Vol. 30 (1), Nro. 88, 1995, pp. 111-133.
2424
Renata Ago, “Popolo e papi. La crisi del sistema annonario” en Subalterni in tempo di modernizzazione. Nove studi
sulla società romana nell’Ottocento, Milano, Franco Angeli, 1985, pp. 17-47.
2525
Carmen Beatriz Loza, “De la classifi cation des Indiens a la refutation en justice (Yucay, Andes peruviennes, 1493-
1574) ” en Histoire et mesure, Vol. XII (3/4), 1997, pp. 361-386. Sobre las fuentes y sus reclamos de legitimidad:
Enrico Artifoni e Angelo Torre (ed.), “Erudizione e fonti. Storiografi e della rivendicazione” en Quaderni Storici, Vol.
31 (3), Nro. 93, 1996; Angelo Torre, Il consumo di devozioni…
2626
Marc Bloch, Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien, Paris, Armand Colin, 1949.
2727
Luc Boltanski, L’Amour et la Justice comme compétences, Paris, Metailie, 1990. Ver también Isabelle Thireau et
Wang Hanssheng (eds.), Disputes au village chinois. Formes du juste et recompositions locales des espaces normatifs ,
Paris, MSH, 2001.
2828
Renata Ago, “Ruoli familiari e statuto giuridico” en Op. Cit.
2929
Ibídem.
3030
Simona Cerutti, Procedura sommaria. Pratiche e ideali di giustizia in una società di Ancien Régime (Torino, XVIII
secolo), Milano, Feltrinelli. 2003.
3131
Louis Quere, “Le tournant descriptif en sociologie” en Current Sociology, Vol. 40, Nro. 1, 1992, pp. 139-165.
3232
Bartolomé Clavero, “Historia y antropología. Por una epistemología del derecho moderno” en Joaquín Cerdà y
Ruiz-Funes et Pablo Salvador-Coderch (eds), Seminario e historia del derecho y derecho privado. Nuevas técnicas de
investigación, Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona, 1985; Antonio M. Hespahna, Panorama historico da
cultura juridica europea, Lisboa, Cosmos, 1999.
3333
Ver Quaderni Storici, Nro. 88 (1), abril 1995; Nro. 89 (2), agosto 1995; Nro. 101 (2), 1999.
3434
Simona Cerutti, “Pragmatique et histoire. Ce dont les sociologues sont capables” en Annales ESC, Année 46, Nro. 6,
1991, pp. 1437-1445.
3535
Carlo Ginzburg, “Microstoria: due o tre cose che so di lei” en Quaderni Storici, Nro. 86 (2), 1994, pp. 511-539.
Entre sus trabajos más recientes véase: Carlo Ginzburg, No Island is an Island. Four Glances at English Literature in a
World Perspective, New York, Columbia University Press, 2000; Carlo Ginzburg, Rapporti di forza. Storia, retorica,
prova, Milano, Feltrinelli, 2000; Carlo Ginzburg, “‘Your country needs you’: a case study in political iconography” en
History Workshop Journal, automne, pp. 1-22.
3636
“En la evidencia etnográfica –directa o reelaborada– de rituales de transgresión funeraria, la distinción entre estos
niveles de interpretación está lejos de ser clara”. Al mismo tiempo, el papel de la comparación se vuelve esencial: “A
través de la comparación, se hace posible, en principio, reconstruir un significado que no es menos auténtico que el
encarnado en la experiencia vivida. Esto último no se reduce a la experiencia consciente ni a lo que dejó rastros en los
documentos”. Carlo Ginzburg, “Saccheggi rituali. Premessa a una ricerca in corso” en Quaderni Storici, Nro. 65 (2),
1987, p. 630. Con posterioridad el historiador italiano profundiza la temática en Carlo Ginzburg, Storia notturna. Una
decifrazione del sabba, Turin, Einaudi, 1989.
3737
Las diferentes concepciones de la experiencia constituyen un importante campo de confrontación. He encontrado en
V. Turner y E. Bruner reflexiones muy ricas de las posiciones expresadas por W. Dilthey. Lo discutí en un trabajo mío.
Victor W. Turner and Edward M. Bruner (ed.), The Anthropology of Experience, Urbana, University of Illinois Press,
1986; Simona Cerutti, “Le ‘linguistic turn’ en Angleterre. Notes sur un débat et ses censures” en Enquête, Nro. 5, 1997,
p. 125-140.
3838
Carlo Ginzburg, Occhiacci di legno. Nove riflessioni sulla distanza, Milan, Feltrinelli, 1998.
3939
Para justificar esta afirmación, Anderson se refiere a una cita de Celine encontrada al comienzo de El queso y los
gusanos: “Todo lo que es interesante está sucediendo en las sombras” (p. 223). La primera versión de este ensayo se
publicó en italiano en la revista Micromega, con una respuesta de Ginzburg que simplemente confirma la interpretación
de Anderson, refiriéndose al proverbio: “El significado de las cosas nunca está en su superficie”. Perry Anderson,
“Nocturnal enquiry: Carlo Ginzburg” en Perry Anderson, A Zone of Engagement, Londres, Verso, 1992, pp. 207-229;
Carlo Ginzburg, “Buone vecchie cose o cattive cose nuove” en Micromega, Nro. 3, 1991, pp. 225-229.
4040
Al respecto leer el prefacio de Carlo Ginzburg, Rapporti di forza… Op. Cit.
4141
Carlo Ginzburg, No Island is an Island…
4141
¿Corresponde al “demonio de los orígenes” o a la “obsesión embriogénica”? Para usar los propios términos de Marc
Bloch.
4242
Luc Boltanski Luc et Laurent Thevenot, Les économies de la grandeur, Paris, PUF, 1987.
4343
Carlo Ginzburg, “‘Your country needs you’: a case study in political iconography” en Op. Cit.
4444
Simona Cerutti, Procedura sommaria..., Op. Cit.