APENDICE B Las Competencias Del Liderazgo

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APÉNDICE B

Inteligencia emocional

Las competencias del liderazgo

CONCIENCIA DE UNO MISMO

• Conciencia emocional de uno mismo. Los líderes que poseen una elevada
conciencia emocional están en contacto con sus señales interiores y reconocen el
modo en que sus sentimientos les afectan y acaban influyendo en su rendimiento
laboral. Son personas que también están en contacto con los valores que les guían y
que, muy a menudo, pueden ver la imagen global de una determinada situación
compleja e intuir así el curso de acción más adecuado. Los líderes emocionalmente
conscientes de sí mismos suelen ser sinceros y auténticos y son capaces de hablar
abiertamente de sus emociones y de expresar con convicción la visión que les guía.

• Valoración adecuada de uno mismo. Esta competencia permite al líder reconocer


sus fortalezas y sus debilidades y reírse de sí mismo. Este tipo de líder es capaz de
aprender las cosas que deben mejorar y admite de buen grado la crítica y el
feedback constructivo. La valoración adecuada de uno mismo también posibilita
que el líder sepa cuándo debe pedir ayuda y dónde debe centrar su atención para
cultivar nuevas habilidades del liderazgo.
• Confianza en uno mismo. El conocimiento preciso de sus capacidades permite que
el líder pueda apoyarse en sus fortalezas. Este tipo de líderes sabe asumir tareas
complejas. Son personas que suelen tener una fuerte sensación de presencia y de
seguridad que les ayuda a destacar en el seno de un grupo.

AUTOGESTIÓN

• Autocontrol. Los líderes que poseen la capacidad de autocontrol emocional saben


gestionar y encauzar adecuadamente sus emociones e impulsos perturbadores. Uno
de los rasgos distintivos de esta competencia es que proporciona al líder la
serenidad y lucidez necesaria para afrontar una situación estresante y le permite
permanecer imperturbable ante situaciones realmente críticas.

• Transparencia. Este tipo de líderes encarna de un modo práctico sus valores. En


este sentido, la expresión sincera de los propios sentimientos, creencias y acciones
posibilita la integridad. Son personas que no tienen dificultades en admitir
abiertamente sus errores y que no pasan por alto la conducta poco ética, sino que se
enfrentan abiertamente a ella.

• Adaptabilidad. Este tipo de líderes puede hacer frente a situaciones muy diversas
sin perder la concentración ni la energía y se encuentran a gusto en medio de las
inevitables ambigüedades características de cualquier organización. Son personas lo
suficientemente flexibles como para afrontar los nuevos retos, se adaptan
rápidamente a los cambios y no tienen problemas en cambiar de opinión cuando así
lo exigen los nuevos datos o realidades.

• Logro. Los líderes que poseen este tipo de competencia tienen elevadas ambiciones
personales que les impulsan continuamente a mejorar ellos mismos y a buscar el
modo de que sus subordinados también puedan hacerlo. Son personas pragmáticas
que no tienen empacho alguno en ponerse objetivos difíciles y mensurables y que
también son capaces de calcular los riesgos para que sus objetivos sean alcanzables
y merezcan la pena. Un rasgo distintivo del logro consiste en estar siempre
aprendiendo —y enseñando— el modo de hacer mejor las cosas.

• Iniciativa. Los líderes que poseen un alto sentido de la eficacia —es decir, que
poseen lo necesario para controlar su propio destino— son excelentes en esta
competencia. Son personas que no esperan que las oportunidades se les presenten,
sino que las aprovechan o las crean. Son líderes que no vacilan en dejar de lado la
burocracia o las reglas cuando lo consideran necesario para mejorar las
posibilidades futuras.

• Optimismo. Los líderes optimistas saben afrontar las circunstancias adversas,


considerándolas más como una oportunidad o un contratiempo que como una
amenaza. Este tipo de líderes contempla los aspectos positivos de los demás y, en
consecuencia, espera lo mejor de ellos. Su visión de la «botella medio llena» les
lleva a considerar positivamente los cambios que les deparará el futuro.

CONCIENCIA SOCIAL

• Empatía. Los líderes empáticos son capaces de conectar con un amplio abanico de
señales emocionales, lo cual les permite experimentar —aunque sea de un modo
tácito— las emociones que siente una persona o un grupo. Son líderes que saben
escuchar con atención y comprender la perspectiva de los demás. La empatía
también posibilita que el líder se lleve bien con personas procedentes de sustratos o
culturas distintas.

• Conciencia organizativa. Los líderes que poseen una aguzada conciencia social son
capaces de detectar las relaciones de poder y de comprender las redes sociales que
subyacen y configuran una determinada organización. Este tipo de líderes sabe
comprender las fuerzas subyacentes que operan en el seno de una organización, así
como las reglas tácitas que determinan las relaciones entre sus integrantes y los
valores que les guían.
• Servicio. Los líderes con una elevada capacidad de servicio saben
generar el clima emocional adecuado para establecer una buena
relación con el cliente o con el consumidor. Son personas capaces de
garantizar la satisfacción del cliente y con las que puede contarse
cuando se las necesita.

GESTIÓN DE LAS RELACIONES

• Inspiración. Los líderes que saben inspirar a los demás alientan la


resonancia y saben movilizar a sus empleados en torno a una visión
convincente o un objetivo compartido. Son personas cuyo ejemplo
resulta notablemente inspirador y que saben articular una sensación de
objetivo común más allá de las tareas cotidianas convirtiendo, de ese
modo, al trabajo en algo sumamente estimulante.

• Influencia. Los indicadores del poder de influencia de un líder van


desde la capacidad de adaptarse a cada interlocutor hasta saber
rodearse de las personas y la red de apoyo clave para llevar a la
práctica una determinada iniciativa. También son personas
comprometidas y sumamente persuasivas en la dirección de un grupo.

• Desarrollo personal de los demás. Este tipo de líderes muestra un


interés genuino por sus subordinados y sabe comprender sus objetivos,
sus fortalezas y sus debilidades. También saben dar un feedback
oportuno y constructivo y son excelentes mentores y coaches
naturales.

• Catalizar el cambio. Los líderes que pueden catalizar el cambio son


capaces de reconocer la necesidad de cambiar, poner en cuestión el
statu quo y situarse a la vanguardia del proceso de cambio. También
suelen ser buenos y convincentes abogados del cambio frente a la
oposición y saben encontrar el modo de superar las barreras que
obstaculizan el cambio.
• Gestión de los conflictos. Los líderes que mejor gestionan los
conflictos son capaces de sacar partido de todas las situaciones,
comprenden los diferentes puntos de vista y saben el modo de articular
un ideal común que todos puedan suscribir. Son personas que saben
sortear los conflictos, reconocer los sentimientos e ideales de todos los
implicados y encauzar la energía en la dirección del ideal compartido.

• Trabajo en equipo y colaboración. Los líderes capaces de trabajar en


equipo generan una atmósfera de colaboración amistosa y son un
modelo de respeto, utilidad y cooperación. Son personas que saben
conjugar el compromiso activo y entusiasta con el esfuerzo común y,
en ese sentido, construir una identidad colectiva y alentar el esprit de
corps. Son personas capaces de invertir tiempo en el establecimiento y
consolidación de relaciones que van más allá de las meras obligaciones
laborales.

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