Tipos de Cuidado Parental para Inprimir
Tipos de Cuidado Parental para Inprimir
Tipos de Cuidado Parental para Inprimir
También los machos cuidan de sus descendientes, aunque en la mayoría de los casos
no es así, o no tanto como las hembras. En los peces, es muy frecuente el cuidado
exclusivo por los machos (cuidado paternal), en las aves el cuidado suele ser
biparental, mientras que entre los mamíferos son principalmente las hembras las que
cuidan de los hijos, aunque también haya excepciones en las que los padres cuidan de
las crías (un 6%). Entre los primates, las especies en las que los machos participan con
algún tipo de cuidado llegan al 49%. Quién participe en el cuidado y en qué medida es
siempre el resultado de un compromiso entre los intereses de machos y hembras por
dejar al otro la responsabilidad en el cuidado mientras se busca una nueva
reproducción (véase el apartado siguiente). Cuando la fertilización es interna, los
machos pueden abandonar en busca de otras parejas y dejar a las madres casi toda la
carga. Si, además, la gestación es prolongada, buena parte del cuidado lo está
poniendo ineludiblemente la madre durante la gestación. Cuando las crías tienen que
mamar, las madres se encuentran en una situación inescapable de cuidado, incluso
durante meses, en los que no pueden volver a quedarse preñadas de nuevo. Los
machos siempre tienen las de ganar en este conflicto... si pudieran estar seguros de su
paternidad. Sin embargo, las hembras usan sus propias estrategias como realizar una
buena elección de entre los machos, favorecer la competición entre éstos, incluso, una
vez apareadas, favorecer la competición. En estos casos, los machos alcanzan el
compromiso de vigilar a la pareja ante competidores, incluidos potenciales
infanticidas, por lo que permanecerán junto a las hembras después de la cópula y
durante buena parte del periodo de dependencia de las crías.
Mucha gente piensa que en el reino animal, los padres no tienen una importancia fundamental
en la cría. Es decir, el macho busca a la hembra, copulan, tienen la descendencia, y luego las
crías al poco tiempo se buscan la vida. Realmente esto se da en algunas especies animales, con
más o menos sacrificio por parte de los padres. A pesar de ello, también se sabe que lo que
prima en el reino animal, es la supervivencia de la especie, y para ello mantener la
descendencia a salvo. En este tema hablaremos, del gran cuidado que llega a tener un padre o
una madre sobre sus crías, con un par de ejemplos que me llaman mucho la atención.
Para empezar, hablaré de los pulpos. En general, los machos fecundan a la hembra mediante
su tercer brazo (que realmente es un órgano copulador), introduciéndolo en la cloaca de la
hembra, e inyectando en él el esperma. Una vez hecho esto, el macho deja de tener
importancia en el cuidado parental de la descendencia. La hembra deposita una enorme
cantidad de huevos (unos 150.000) colgados en racimos en alguna cueva y permanece en dicha
cueva hasta que eclosionan, aproximadamente un mes, exclusivamente oxigenando la cueva y
protegiéndola de depredadores. Pero el verdadero y triste sacrificio de la madre, es que nada
más eclosionar los huevos, la madre sale de la cueva al fin, y a los pocos minutos muere. La
hembra de los pulpos protege a su progenie sacrificando su propia vida para sacarlos
adelante.
Zorro: El zorro rojo es un cuidador nato, se ocupa no solo de sus crías, sino que vela por su
supervivencia, alimenta a su familia, madre e hijos, durante los primeros tres meses. Este
padre busca alimento cada 4-6 horas para toda su familia y además es quien enseña a
las crías a cazar y sobrevivir.
Las especies de pollos y vacas están domesticadas hace cientos de años, así que criarlas en
'cautiverio' no les afecta en lo más mínimo porque se han adaptado a vivir bajo
nuestro cuidado
Los pandas.
La serpiente.
Pingüino emperador.
Caballitos de mar.
Monos búho.
Lobo.
Zorro rojo.
Bagre.
La relación entre el gasto parental y los beneficios que recibe cada cría es diferente ya
que depende de la cantidad de crías y los recursos deben dividirse entre ellas, y la
parte del presupuesto que recibe cada una decrece con el número de crías. Sin
embargo, cuando el cuidado parental se dirige a la camada en conjunto, el número de
crías influye poco en los beneficios que recibe cada una, al menos hasta cierto número
de crías a partir del cual el beneficio para cada una podría comenzar a disminuir.
Las hienas moteadas parecen tolerar ataques fratricidas de una cría a otra. Depositan
los recién nacidos en una cueva, seguros depredadores y libres de la supervisión de
materna. Dentro de la cueva, las crías se atacan y luchan para alimentarse, antes de
los dos meses puede resultar en la muerte de uno.
Quizás las hienas ganan eficacia cuando una cría extremadamente saludable y fuerte
elimina a otra menos saludable, especialmente si existe poca comida. El vencedor tiene
más probabilidad de ser exitoso reproductivamente y ocupar un lugar alto en la
jerarquía.