Este documento discute cómo pensar una escuela mejor y los desafíos que enfrenta la educación. Propone que la pregunta clave no es qué tipo de educación necesita la sociedad, sino qué sociedad queremos y qué educación deberíamos construir. También destaca la importancia de aprender a aprender, aprender a vivir juntos y adquirir competencias relevantes para el siglo XXI.
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Este documento discute cómo pensar una escuela mejor y los desafíos que enfrenta la educación. Propone que la pregunta clave no es qué tipo de educación necesita la sociedad, sino qué sociedad queremos y qué educación deberíamos construir. También destaca la importancia de aprender a aprender, aprender a vivir juntos y adquirir competencias relevantes para el siglo XXI.
Título original
resumenn Cap 5 El ABC de la pedagogía Silvina Gvirtz
Este documento discute cómo pensar una escuela mejor y los desafíos que enfrenta la educación. Propone que la pregunta clave no es qué tipo de educación necesita la sociedad, sino qué sociedad queremos y qué educación deberíamos construir. También destaca la importancia de aprender a aprender, aprender a vivir juntos y adquirir competencias relevantes para el siglo XXI.
Este documento discute cómo pensar una escuela mejor y los desafíos que enfrenta la educación. Propone que la pregunta clave no es qué tipo de educación necesita la sociedad, sino qué sociedad queremos y qué educación deberíamos construir. También destaca la importancia de aprender a aprender, aprender a vivir juntos y adquirir competencias relevantes para el siglo XXI.
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Cap 5 El ABC de la pedagogía Silvina Gvirtz, Silvia Grinberg, Victoria Abregú
¿Cómo pensar una escuela mejor?
Con respecto a los debates acerca de la direccionalidad que deben asumir las instituciones educativas, atendiendo a los cambios sociales, a las crisis sociales y educativas que las atraviesan. Es interesante en lugar de la pregunta ¿Qué tipo de educación necesita la sociedad?, más bien dirigir la pregunta a ¿Qué sociedad queremos? Y por tanto ¿Qué educación deberíamos construir?.
Los cambios y las crisis en la sociedad implican también un cambio en la escuela. La
educación como práctica social que se desarrolla en el presente opera en una doble dirección pasado futuro.: los procesos educativos siempre están trabajando entre los relatos del pasado (normas, conocimientos, valores, tradiciones) y las apuestas al futuro. Cuando el presente está en crisis y la incertidumbre define las formas en que se vislumbra el futuro, la institución y su propia misión entran en crisis. Tedesco, hacía referencia a dos ejes indispensables para que la sociedad apunte a educar. Ellos son: 1. Aprender a aprender: no solo implica que la escuela distribuya saberes sino también de garantizar que los estudiantes se apropien de esos saberes y sean capaces de resolver problemas como personas autónomas.
2. Aprender a vivir juntos: es decir, formar ciudadanos democráticos,
preocupados por el prójimo, con vocación inclusiva y responsabilidad social. La escuela tiene que formar ciudadanos comprometidos, trabajadores inteligentes, consumidores críticos, ciudadanos responsables, autónomos y con proyectos. Para ello es necesario un sistema educativo dinámico, que se focalice en los saberes y valores socialmente significativos, ante una sociedad actual que necesita de capacidades complejas y un cambio permanente. Aprender a aprender, aprender a vivir juntos, adquirir competencias que se ajustan a los requerimientos del nuevo siglo, son los desafíos de la escuela de hoy.
¿Cómo empezar el camino?
En principio, es necesario identificar los puntos en crisis, comprender que la cuestión no radica solamente en cambiar los métodos de la enseñanza, porque esto implicaría cuestionar la escuela misma. Es importante enseñar a utilizar información y no repetirla de memoria. Una enseñanza a partir de la pregunta, con un saber que no está acabado, que no hay una única verdad. De esta forma los ubicamos frente a la incertidumbre que se que se presenta cuando las verdades no están cerradas. Por ejemplo, el hipertexto1 como nueva lógica de la escritura es el dispositivo más claro de esta no finitud, del carácter de proceso y de construcción del conocimiento y por tanto, de esa incertidumbre. Romper con la tradición del libro instituido no solo permite imaginar otras formas de acumulación del saber, también obliga a utilizar nuevos modelos autovalidantes y nos arroja a un contexto denegociaciones interminables, de referencias cruzadas y nos ponen frente de la diversidad. La pedagogía tiene un desafío, tanto en su práctica como en su teoría, de deprenderse de esa idea instrumental del saber, de la cual se derivan las recetas para la acción. Estamos frente a un nuevo paradigma, organizado en torno a las tecnologías de la información y de la comunicación. Según Bruner, los cambios más relevantes que enfrenta la educación se relaciona con lo siguiente: El conocimiento deja de ser lento, escaso y estale; La escuela deja de ser el único canal de contacto del el conocimiento; La palabra del profesor y el texto escrito dejan de ser los soportes exclusivos de la comunicación educacional; Las tecnologías tradicionales del proceso educativo están dejando de ser las únicas disponibles para enseñar y aprender. La educación ya no se identifica, exclusivamente, con el ámbito estado-nación e ingresa en la esfera de la globalización. En este escenario nos damos cuenta de que es necesaria otra escuela: igual en su función genuina, diferente en su forma de llevarla adelante. Los temas por incluir en la agenda de políticas de mejora son muchos pero hay dos propuestas privilegiadas para pensar una escuela diferente: El lugar de las nuevas tecnologías en la escuela: Las nuevas tecnologías se tornan necesarias, se imponen sobre la escuela y la atraviesa, es imposible desconocerlas. Las nuevas tecnologías ocupan un lugar fundamental comoestrategia de mejoramiento escolar, siempre y cuando su implementación responda a criterios pedagógicas y didácticos claros, que su inclusión favorezca la cultura del pensamiento, que atraviese las situaciones de enseñanza y aprendizaje reales, y no se convierta en una innovación en sí misma, desarticulada del resto de las actividades escolares. Las nuevas tecnologías cumplen tres funciones fundamentales dentro de las instituciones escolares:
1- Se convierten en herramienta para ser utilizadas en las áreas curriculares. Se
transforman en un instrumento didáctico más, combinándolas con todas las herramientas disponibles para favorecer los procesos de enseñanza aprendizaje. Entendiendo que la computadora es un medio y no un fin en sí mismo.
2-Formar usuarios críticos e inteligentes, capaces de discernir lo relevante de lo
superfluo, que puedan transferir esa formación adquirida en la escuela a su vida cotidiana y en su futuro. 3-Forman a los sujetos en competencias cognitiva, si se les enseña a convertirse en usuarios activos y no en simples ejecutores de lo diseñado por otros. Cuestionando de lo que se les dice y examinando la nueva información en relación con otras para construir así nuevas estructuras de pensamiento. La incorporación de las nuevas tecnologías como herramientas de mejoramiento de calidad dependerá de una propuesta didáctica que las incluya. La tecnología no es la causa del cambio, sino un instrumento que puede ser usado como agente de cambio. Es decir, las tecnologías en sí mismas no garantizan calidad, pero si están bien utilizadas, cumplen un rol fundamental para logar una formación de calidad de las generaciones futuras. Revisar la relación entre la educación y el trabajo. Hacia los años ochenta la educación se pensaba como una credencial para acceder a un puesto de trabajo y salvo contadas situaciones, no era necesario realizar cursos de perfeccionamiento. La escuela en tiempos de movilidad social ascendente y de pleno empleo, funcionó como un trampolín que permitió que diferentes sectores sociales accedan a puestos importantes. En el presente la escuela funciona como un paracaídas: evita una caída rápida (movilidad social descendente) o amortigua el descenso. Si bien el desempleo afecta a toda la población, es menor en el caso de los sectores sociales con mayores credenciales educativas.
En este sentido, la formación educativa no debería limitarse a un momento
determinado sino a un proceso continuo que abarca tanto el período de la niñez, como el de la juventud y el de la adultez.
En este marco, la noción de formación continua ha adquirido especial importancia
cuando se piensa en la educación, y es uno de los temas que configura la agenda educativa en estos años. promueve entre docentes y alumnos se basa en la flexibilidad y la adaptabilidad, el mensaje es que estos sujetos no tienen el poder para construir su propio futuro.
Es necesario que la escuela recupere el rol como protagonista de campo y como
espacio de invención de un futuro mejor. La escuela deberá repensar que cambios es necesario y positivo incorporar y frente a cuales cambios debe funcionar como agente contracultural, en el sentido de ofrecer a los alumnos otras perspectivas y opciones diferentes de las que la sociedad os impone, casi sin darnos cuenta.