Mujeres en La Edad Media

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} Profesorado para la Ed.

Primaria

Ciencia, Universidad y
Sociedad.

Profesores: Nestor Aguilar y Lucrecia Sotelo


Alumna: Ma. Belén Barro DNI37900736
Titulo: Trabajo Evaluativo N°1
Fecha de entrega: 04/11/2020

Unidad Académica San Julián


ACTIVIDAD:

Luego de haber establecido un recorrido que hilvana hechos históricos con prácticas, este trabajo
práctico tiene la finalidad de invitarlos a reflexionar sobre el proceso de construcción de
conocimiento desde el punto de vista de los sujetos de la Edad Media. Para ello deben hacer las
siguientes actividades.

1. Leer la introducción al libro: Ellas lo pensaron antes” - disponible en el aula.


a. Hacer una ficha conceptual

2. Buscar dentro del buscador de google académico dos artículos que hablen de la mujer y la
edad media.
a. Luego deben hacer una ficha de cada texto.

3. Busca la biografía de 3 mujeres de la edad media y 3 de la modernidad. Para ello debes


buscar tanto en las ciencias, como en la literatura, la vida religiosa o monárquica.

4. Escribe un breve ensayo que responda a la siguiente consigna: ¿Cuál es el sujeto de la


educación en la Edad Media? Para hacer este ensayo debes usar todos los materiales que
usamos en la materia y están dispuestos en el aula. El texto debe responder a los criterios
abordados desde el lenguaje académico.
Desarrollo:
1.

Mujeres
FEMENÍAS, Ma. Luisa (2019) “Ellas lo pensaron antes: filósofas excluidas de la memoria”.
Ediciones Lea.

“[...]en la actualidad, ya casi nadie discute la presencia de mujeres como coagentes históricos de la
producción teórica, artística y filosófica, su interlocución y su participación activa en los intereses de su
época, contribuyendo a la construcción del conocimiento y al desarrollo social.” (pág. 1)

“[…]debemos señalar las mayores restricciones que padecieron las mujeres en el acceso a la educación
en general. (…) solo algunos grupos estamentales más acomodados pudieron brindar una educación
sistemática a sus hijos.” (pág. 2)

“[…] desde la Antigüedad, hubo mujeres dedicadas a la filosofía (…) en primer término desafiaron la
condición de “inferiores”, “incapaces” o “dependientes a que las destinaba su esencia femenina.”(pág. 3)

“[…]superada la etapa de anonimato forzado, la mayoría de las mujeres firmaba con su inicial y su
apellido paterno o marital, o un pseudónimo masculino, desdibujándose su autoría” (pág. 4)

“Las mujeres llevaron a cabo un debate interesante respecto de la no – sexualización del alma” (pág. 4)

“[…] la histórica exclusión de las mujeres de las prácticas científicas o filosóficas es sólo un síntoma de
un rasgo mucho más profundo, que articula no sólo las relaciones asimétricas entre los sexo – géneros,
sino la estructura social y política en su totalidad.” (pág. 6)

“[…] esto no implica ignorar que muchos varones sufrieron censuras y persecuciones. Tampoco quiere
decir que ninguno de ellos no haya reconocido la capacidad de muchas mujeres en pie de igualdad.
Simplemente queremos señalar que, por múltiples y diversas razones, la producción de las mujeres se
ha visto opacada, negada o minusvalorada a priori, es decir, antes de que se la examinara
exhaustivamente.” (pág. 7)

“[…] es necesario revisar criterios, temas, categorías conceptuales, con el interés de incorporar el papel
que jugaron las mujeres en la dinámica social de inclusión/exclusión que les permitió (o no) abrirse un
espacio en la reflexión filosófica.” (pág. 8)

“Solo en tiempos recientes y a partir del ingreso masivo de las jóvenes a las universidades, (…) y de
ciertos planteos del feminismo, las mujeres accedieron a los métodos rigurosos y sistemáticos de la
formación filosófica, pudiendo formar una masa crítica enteramente novedosa” (págs. 8, 9)

“los textos y las acciones de esas mujeres expresan, más bien, una forma extendida de racionalidad y
un nuevo modo de enlazar los sistemas de ideas, que organizan la capacidad de examinar, criticar e
interrogarse, también, de modo novedoso” (pág. 10)
2. FICHA N°1

Fin’ amor
Rossi, Annunziata (1991) “La mujer en la baja Edad Media: matrimonio y fin amor”. Acta
Poética Vol.12. México

La tradición misógina desde el Viejo Testamento, la filosofía de Aristóteles y la Escolástica han


-sancionado a la mujer a la inferioridad con respecto al hombre, determinando la autoridad
absoluta del esposo sobre la mujer. Éste podía castigarla físicamente o matarla en caso de
adulterio.
El matrimonio era concertado entre los padres de la pareja, sin tomar en cuenta la voluntad de
ambos involucrados sino los intereses de linaje y conveniencia política del lazo matrimonial. El
marido y su familia además, si querían podía romper la unión, repudiar a la esposa o
desembarazarse de ella para casarse con otra que ofreciera mejores condiciones. En este
contrato estaba excluido el amor y la amistad. Este contrato respondía a tres principios básicos, el
primer dirigido a la perpetuación del patrimonio familiar y a la reproducción que aseguraría la
continuidad del linaje y la unidad del feudo. Segundo, las ceremonias que daban amplia difusión al
matrimonio haciendo visible los derechos de la primogenitura. Y por último el rechazo a la
endogamia, a la que el sistema feudal tendía y la cuál era cuestionada y perseguida por la Iglesia
como incesto.
La iglesia buscará disciplinar la sexualidad dentro del matrimonio, que debería ser medicina para
curar la lujuria. La unión de los sexos deberá obedecer a la simple reproducción y a alejar el
placer. Sin lugar a dudas la iglesia ayudó a la mujer a soportar con resignación su estado de
productora de hijos, pero lo hizo al precio devastador de su psicología desgarrada.
Durante el siglo XII y XIII surge la concepción de la fin’ amor, o amor cortés. Esta elaboración
doctrinal parece ser la respuesta de rechazo a la institución matrimonial y ha sido el primer
acercamiento al mundo femenino aplastado por la larga tradición misógina y no exclusiva de la
tradición eclesiástica.
La fin’ amor nace y se desarrolla en medio de la pequeña nobleza de las grandes cortes creando
un nuevo modelo de comportamiento basado en la cortesía en la relación amorosa así como en
las relaciones sociales. Ésta no fue ninguna iniciativa femenina, es una invención literaria y una
creación exclusivamente masculina, materializándose en el campo de lo imaginario. Se subraya la
costumbre de esos siglos de apartar a los niños de sus madres para entrar al mundo masculino de
la guerra y las armas. Regresar a casa implicaba el trabajo de quitarles la barbarie, educarlos en
autocontrol y disciplina pero sobre todo en enfrentarlos a la mujer y canalizar sus instintos
sexuales.
La mujer entonces fue un instrumento primordial para la iniciación de una vida amorosa sublimada
que los ponía frente a la figura femenina inalcanzable, manteniéndolos alejados del matrimonio
que era una amenaza de desintegración de la estructura feudal basada en la concentración de la
tierra. En definitiva, esta poesía erótica del amor cortés reafirma la relación feudal, exalta el
vínculo sin deteriorar la estructura jerárquica de la Edad Media. La renuncia a la posesión de la
mujer es la renuncia a la posesión del feudo. La poesía al sublimar este deseo insatisfecho de la
renuncia, guía al descontento de los segundones desposeídos, que representan una amenaza
latente de disgregación para el sistema.
FICHA N°3

Actividades médicas femeninas.


MORAL DE CALATRAVA, Paloma (2013) “La mujer cerrada: la impotencia femenina en la
Edad Media y el peritaje médico-legal de las parteras”. Departamento de Enfermería.
Universidad de Murcia. España
La importancia del coito en la formación del matrimonio cristiano y las consecuencias para quienes
no pudieran cumplir con la deuda carnal fueron definitivamente establecidas en 1234 cuando se
concluyó con las leyes de la Iglesia encargadas por el Papa Gregorio IX. En este compilado se
decretó que la incapacidad para cumplir con el débito conyugal sería una de las principales causas
para anular el matrimonio.
Cuando una mujer era acusada de no ser físicamente capaz de cumplir con sus obligaciones
maritales, un grupo de mujeres tenían que inspeccionar el cuerpo de la esposa buscando signos
de virginidad. Las llamadas “mujeres cerradas” solo tenían dos posibilidades: ingresar a un
convento y renunciar a la vida sexual o abrir sus zonas íntimas con el propósito de formalizar el
matrimonio.
En la Edad Media se desarrollaron dos discursos sobre quién debía ejecutar este procedimiento: la
partera o el cirujano. Aquí nos encontramos con que la exclusión de las mujeres de la institución
universitaria y de las organizaciones para el ejercicio medico favoreció que éstas se transmitieran
oralmente los conocimientos lo que provocó sospechas y recelos sobre la legitimidad de los
métodos que utilizaban. A partir del siglo XIII la medicina y la legislación eclesiástica trato de
circunscribir las actividades sanitarias femeninas a la obstetricia, excluyéndolas de la ginecología.
Aunque la medicina y la cirugía desarrollaron procedimientos para solventar la clausio matricis, la
Iglesia daba al matrimonio la opción de separarse, sin obligar a las mujeres cerradas a someterse
a la intervención quirúrgica. Para ello, la eclesiástica exigió que un grupo de mujeres llamadas
matronas, realizara el examen pericial. Este término que se utilizó para designar a las actividades
médicas femeninas está íntimamente ligado al campo semántico de mujer y madre.
El derecho canónico se vio paulatinamente obligado a emplear palabras que aclararan qué
requisitos debían cumplir las mujeres que ejercían estas labores de peritaje. Hay que tener en
cuenta que las mujeres no pudieron acceder a la educación formal, lo cual impedía que las
matronas o parteras fueran reconocidas como profesionales. Por este motivo la Iglesia consideró
crucial que las mismas tuviesen una fama honorable. Pero incidir en su sabiduría llamándolas
obstetras habría sido otorgarles categoría profesional ajena a una práctica formalmente reglada.
Médicos y cirujanos subordinaron sus funciones y trataron de soslayar su falta de instrucción
formal empelando términos diversos, siendo las universidades de medicina perpetuadoras de esta
práctica misógina.
3) Christine de Pizan (Venecia, 1364 – Monasterio de Poissy, hacia 1430) EDAD MEDIA:
Filósofa, poeta humanista y escritora. Su padre fue astrologo real, alquimista y físico de
Carlos V. Christine fue exitosamente educada en forma autodidacta, y aprendió a hablar francés,
italiano y latín. Su conocimiento del latín le abrió las puertas del mundo de los clásicos, y pudo
acceder al campo privado de los varones ilustres: la teología, la filosofía, las ciencias. En 1380 a
sus 15 años se casó con Étienne du Castel secretario de la corte real. No fue un matrimonio
pactado, como tantos otros de aquel momento. Ella le quiso sinceramente y con él tuvo tres hijos. 
Al fallecer su marido decidió mantener a su familia siendo una escritora profesional. Hubo
un momento en que se la llegó a demandar judicialmente en cuatro tribunales de París con el fin de
negarle el patrimonio que había comprado su marido. Mucho de su trabajo contenía información
biográfica detallada, algo inusual en esa época. Sus primeros poemas y baladas de amores
perdidos transmitían la tristeza de su prematura viudez, y se hicieron populares de inmediato.
Escribió defendiendo el derecho de la mujer a ser considerada un ser humano con conciencia,
sensibilidad y cabeza para pensar. Estaba convencida de que si se educaba a la mujeres de la
misma manera que a los hombres, ellas podrían tener las mismas facultades que ellos, incluso en
el terreno científico y jurídico, aunque ella reconocía que unas serían más inteligentes que otras,
pero, a fin de cuentas, lo mismo pasa con el sexo masculino.
Christine estaba devastada por las hostilidades con Inglaterra y la guerra de los 100 años,
por lo que en 1418 se trasladó a vivir en un convento. Fue contemporánea de la líder militar Juana
de Arco, quien convenció al rey Carlos VII de expulsar a los ingleses de Francia. A ella dedicó una
de sus últimas obras, “Canción en honor de Juana de Arco”. Se desconoce la fecha exacta de su
fallecimiento pero se cree que alrededor del año 1430.

Hidelgarda de Bingen (16 de septiembre de 1098 Alemania – 17 de septiembre de 1179)


EDAD MEDIA:
Fue una santa, compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, polímata,
abadesa, mística, líder monacal y profetisa alemana.1 Conocida también como la sibila del Rin y la
profetisa teutónica. Fue la menor de 10 hijos y por eso fue considerada como el diezmo para Dios,
entregada como oblata y consagrada desde su nacimiento a la actividad religiosa, según la
mentalidad medieval.
De esta manera, fue dedicada por sus padres a la vida religiosa y entregada para su
educación a la condesa Judith de Spanheim, quien la instruyó en el rezo del salterio, en la lectura
del latín, en la lectura de la Sagrada Escritura y en el canto gregoriano. Cuando Hildegarda cumplió
catorce años, ambas se enclaustraron en el monasterio de Disibodenberg.
«La sibila del Rin», como también se le conocía por sus habilidades adivinatorias, estuvo
lejos de ser una religiosa más; sino que se convirtió en una de las personas con
mayor influencia moral, social y política; siendo muy apreciada entre reyes y papas.
A diferencia de otras personas destacadas en la Historia, Hildegarda comenzó a producir su
obra a una edad tardía –dada la baja esperanza de vida de aquel momento- cerca de los 40
años. 
A pesar de que Hildegarda tomó los hábitos y nunca tuvo experiencias de carácter
sexual, fue la primera persona que abogó por la liberación sexual femenina. Para ello se
abrazó a sus investigaciones médicas y científicas, en las que afirmó que las mujeres  sienten
placer al igual que el hombre.
Fue Abadesa hasta su muerte, el 17 de septiembre de 1179. Fue sepultada en la iglesia de
su convento de Rupertsberg. Sus restos permanecieron allí hasta 1632 cuando los suecos lo
incendiaron y destruyeron en la Guerra de los 30 Años. Incluso después de muerta, sus restos
viajaron hasta su convento de Eibingen, donde sus reliquias se custodian hasta hoy. Además una
gran privilegiada, pues a ninguna otra mujer se le permitió predicar en iglesias e incluso en plazas
públicas. Sin duda, es una de las figuras femeninas más trascendentes de la Baja Edad Media.

Juana de Arco (1419-1431, Francia) EDAD MEDIA:


Fue una joven campesina que es considerada una heroína de Francia por su papel durante
la fase final de la Guerra de los Cien Años. Juana afirmó haber tenido visiones del Arcángel Miguel,
de Santa Margarita y de Catalina de Alejandría, quienes le dieron instrucciones para que ayudara a
Carlos VII y liberara Francia de la dominación inglesa en el período final de la Guerra de los Cien
Años.
En 1429, Juana de Arco, bajo órdenes divinas, dirigió el ejército de más de cinco mil
hombres que le confió el heredero francés a la victoria en Orleans. Este hecho permitió que Carlos
VII fuera coronado de manera simbólica como rey de Francia en Reims.
En esta última batalla, el 24 de mayo de 1430, fue capturada por el duque de Borgoña.
Tiempo después fue vendida al ejército inglés para que fuera procesada.
Juana de Arco fue trasladada a Ruán y juzgada por un tribunal eclesiástico. El juicio por
herejía al que fue sometido Juana de Arco tuvo motivaciones políticas. Según la ley eclesiástica, el
obispo Pierre Cauchon carecía de jurisdicción sobre el caso, pues debía su nombramiento a su
apoyo partidista a la Corona inglesa, que financió el juicio. El bajo nivel de las pruebas presentadas
también violó las reglas inquisitoriales. Al abrir el juicio de todos modos, el tribunal también violó la
ley eclesiástica al negarle a Juana el derecho a un asesor legal.
Durante este proceso, la joven francesa declaró que las voces que oía procedían de los
santos y de Dios. Sin embargo, el tribunal la acusó de brujería y afirmó que las voces a las que
hacía referencia eran del diablo.
Sumado a esto, la herejía solo era un delito castigado con pena de muerte si la ofensa se
realizaba más de una vez. Debido a que el tribunal buscaba acabar con la vida de Juana,
prepararon una acusación por delito de travestismo. Juana aceptó usar ropa femenina cuando
abjuró, lo que creó un problema porque hasta entonces había usado en prisión ropa de soldado,
según dijeron después algunos miembros del tribunal. La ropa de hombre se podía abrochar de tal
manera que disuadía a los guardias de intentar una violación por la dificultad de arrancarle las
prendas.
El 30 de mayo de 1431, con unos 19 años, Juana de Arco murió quemada en la hoguera de
la plaza de Ruán. Una vez muerta, los ingleses desparramaron brasas para exponer su cuerpo
carbonizado y que así nadie afirmara que había escapado con vida. Después quemaron sus restos
dos veces más para reducirlos a cenizas y evitar que se recogieran como reliquias, tras lo cual
arrojaron sus restos al río Sena. Juana finalmente fue beatificada en 1909 y canonizada en 1920,
convirtiéndose en la patrona de Francia y en símbolo de la unidad nacional.

Mary Astell (1666-1731, Inglaterra) EDAD MODERNA:


Nació en el seno de una familia conservadora y monárquica. Su condición de mujer le
impidió acceder a la educación formal, pero tuvo la suerte de contar con un tío, Ralph Astell, pastor
anglicano, quien le enseñó matemáticas, filosofía y lenguas modernas.
Convencida de la importancia que tenía la formación intelectual para las mujeres, Mary
Astell luchó toda su vida por reivindicar una educación femenina que estuviera a la altura de la
masculina. Estaba convencida que el desarrollo cultural de la mujer era lo único que les
garantizaba la libertad de elección. Debían convertirse en seres autosuficientes e intelectuales para
poder realizar trabajos productivos. Sus ideas no se quedaron solamente en el papel.
Escribió Some Reflections Upon Marriage en 1700. Un punto importante de la argumentación de
Astell era que para que una mujer pudiera acceder a un casamiento saludable era preciso que
primero recibiera una educación. Respondió a los críticos alentando a las mujeres en buscar el
matrimonio sobre la base de la amistad en vez de motivadas por la necesidad y el orgullo.
Mary hizo una propuesta de creación de una facultad universitaria para mujeres dedicada a
la futura reina Ana de Inglaterra, y en 1709 fundó una escuela de caridad para niñas en Chelsea.
Es destacada por crear un precedente que sería seguido por otras mujeres: el de la mujer
instruida que escoge vivir sola y en relación con otras mujeres, y en qué el deseo de saber toma
cuerpo.
El 11 de mayo de 1731, cuando llevaba ya muchos años retirada de la vida pública, Mary
Astell murió de cáncer de mamas. 

Anne Finch (1631-1679, Londres) EDAD MODERNA:

Fue una filósofa inglesa del siglo XVII de la escuela platónica de Cambridge, desde
muy temprana edad ya tuvo una educación muy culta, aprendiendo idiomas como latín y griego. De
las pocas mujeres que tuvo acceso a una educación científica formal, y siendo muy joven, se
interesó por los trabajos de los filósofos y teólogos contemporáneos. John, su hermano mayor,
animaba a la joven en su formación, y le presentó entonces a quien era su maestro: Henry More
Con veinte años, Anne se casó con Edward, primer conde de Conway, ambos muy
interesados en la filosofía. Estudió la cábala y el cuaquerismo. Se convirtió a esta creencia en 1647
y transformó su casa en un centro de reunión para los cuáqueros, que eran perseguidos en
Inglaterra.
Introdujo el concepto de mónada, pues a partir de éste elemento trata de explicar la
formación del universo y los seres que habitan en él, todo a partir de la creación de Dios. También
trata temas sobre la moralidad, la cual está determinada por la fe y según los valores religiosos; El
dualismo y el materialismo.
Finch murió el 18 de febrero de 1679 debido a la enfermedad crónica relacionada con las
recurrentes migrañas que sufrió toda su vida.

Elizabeth Blackwell (1821-1910, Gran Bretaña) EDAD MODERNA:


Luego de un incendio en la fábrica familiar, la familia Blackwell se muda a EEUU, donde tras
la muerte de su padre deciden Hanna Lane, Elizabet y sus dos hermanas mayores, Anna y Marian,
acoger huéspedes y abrir en Cincinnati una escuela privada destinada a educar señoritas.
Años más tarde, en 1842, Elizabeth se traslada a Henderson, en Kentucky, para trabajar como
maestra pero la joven se encontró con actitudes racistas que colisionaban con su convicción
abolicionista y no tardaron en llevarla a dejar su puesto para mudarse a Carolina.
Su interés en la carrera de la salud comenzó como consecuencia de la muerte de una
amiga, que le confesó que de haber podido acudir a una médica mujer quizá no hubiese esperado
tanto para solicitar ayuda profesional. Elizabeth solicitó el acceso a todas las escuelas de medicina
de Nueva York y Filadelfia sin éxito, mientras tanto, empezó a estudiar anatomía bajo la dirección
de Jonathan M. Allen. Fue en Geneva Medical College, en el estado de Nueva York donde ante la
sorprendente petición, decidieron someter el caso a la votación del resto de estudiantes, con la
condición de que no sería admitida si uno solo de los alumnos mostraba desacuerdo. En el fondo,
estaban seguros de que sería rechazada. Casi como una broma, y convencidos de que ganaría el
“no” o de que la candidata terminaría por desistir en su empeño, todos los estudiantes votaron que
“sí” y Elizabeth fue admitida.
La joven inglesa estaba decidida sin embargo a lograr su objetivo y, poco a poco, consiguió
demostrar su valía en las aulas. Y con creces. En febrero de 1849 el Buffalo Medical Journal
publicaba su tesis, centrada en el tifus. Ese mismo año se convertía en la primera mujer en
graduarse en medicina en EE. UU. Para reafirmar su logro lo hizo además a la cabeza de su
promoción.
Como parte de su formación, Elizabeth trabajó en el área de obstetricia y en la maternidad
de La Maternité parisina. En noviembre de 1849, mientras atendía a un bebé con conjuntivitis
neonatal, la joven se contaminó su propio ojo izquierdo. La infección fue tan grave que le quedó
inutilizado, discapacidad que frustró su ambición de convertirse en cirujana. Luego de este
accidente muy pocos pacientes deseaban visitar el consultorio de Blackwell y tampoco encontraba
trabajo en hospitales o dispensarios médicos.
Eso la impulsó a crear ella misma un pequeño dispensario en una zona pobre de la ciudad
de Nueva York junto con otra doctora y su hermana Emily Blackwell, que también se había recibido
como médica en 1853. El primer centro asistencial fundado por Blackwell creció y se convirtió en la
Enfermería de Nueva York para Mujeres y Niños Indigentes (1857). Tras esto Elizabeth viajó por
Gran Bretaña para presentar algunas charlas y se convirtió en la primera mujer en ingresar al
Registro Médico nacional.
Tres años antes de su deceso Blackwell sufrió una caída que la había dejado prácticamente
inválida. Falleció el 31 de mayo de 1910 en Hastings, Inglaterra. La médica contaba con 89 años y
al momento de su muerte tuvo un accidente cerebro vascular que paralizó la mitad de su cuerpo.
A lo largo de su carrera, Elizabeth Blackwell batalló por el derecho de la mujer a la
educación y sus convicciones sociales, que le llevaron, por ejemplo, a pelear contra la esclavitud y
la prostitución y defender la educación sexual de los jóvenes.

4) Ensayo:

¿Cuál es el sujeto de la educación en la Edad Media?

Introducción:

Si pensamos en la época que más nos atrae seguramente la Edad Media, esté entre ellas.
Una época llena de intrigas y transformaciones que trajeron el cambio que supuso en una sociedad
pasar del dominio de los romanos a la época Renacentista. Eso es la Edad Media, el periodo más
largo de la historia, que supuso la base de lo que hoy somos, de nuestras creencias y en gran
parte, de nuestra forma de pensar. Un periodo en el que pasamos de una tierra plana, llena de
grandes monstruos marinos, a conocer que la tierra era redonda y los monstruos, simplemente no
existían. Uno de los hechos más importantes que sucedieron en la Edad Media, en cuanto a la
educación se refiere, fue la creación de las primeras universidades. El término universidad se
deriva del latín universitas magistorum et scholarium, que aproximadamente significa “comunidad
de profesores y académicos”. La ilustración introducirá luego otros significados, asociando esta
palabra con la idea de universo.
Pero, ¿Quiénes eran los afortunados que tenían acceso a esta institución? Aunque las
mujeres no estaban excluidas del sistema escolar medieval la educación estaba prácticamente
dirigida a los varones. El enseñar a las mujeres a leer y escribir era un tema que creaba mucha
polémica y como la educación estaba tan ligada a la iglesia, esta institución contribuyó a limitar aún
más las oportunidades educativas a las mujeres.

Muchas veces se les prohibió el uso de la palabra y la pluma, pero en los casos que
pudieron entrar a universidades, produjeron obras que disputaron problemas teóricos de sus
respectivos contextos históricos, entablando debates con colegas varones. Como dice Christine de
Pizán “Si fuera habitual mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método,
como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las
artes y las ciencias tan bien como los hombres”.

Desarrollo:

Cuando hablamos de Edad Media, hablamos de un período histórico que abarca desde el
siglo V hasta el siglo XV. Diez siglos de historia que comienza con la caída del Imperio Romano de
Occidente, en el año 476 d.C. y que se da por finalizado a finales del siglo XV, en 1492, con el
descubrimiento de América. Famosa por sus importantes acontecimientos históricos, en los cuales
tanto el inicio como el final de este período estuvieron marcados por grandes cambios culturales,
políticos, educativos, religiosos, sociales y económicos, convirtiéndose en uno de los períodos más
fascinantes de la historia. El paso de la edad antigua a la edad media, no fue algo inmediato sino
que se desarrolló de modo gradual ya que hubo una transición progresiva de los diversos ámbitos.
Vistos de forma resumida, podemos detallar que desde lo económico, se sustituye el modelo de
producción esclavista por un modelo de producción feudal. Desde lo social, desaparece la
ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales. Surgen los feudos, y aparecen
los burgueses. La pirámide de relaciones tiene una base en los siervos y campesinos y ubica a la
nobleza, la iglesia y los reyes en la punta del triángulo. Sobre la ideología y cultura, tiene lugar la
sustitución de la cultura clásica por el teocentrismo cristiano o musulmán.

La Edad Media puede dividirse en dos grandes momentos, en un primer momento tenemos
la Alta Edad Media, que abarca los siglos V a X. Se trata del momento de auge del feudalismo o
modo de producción feudal, con una producción basada en una mano de obra servil y centrada en
los Señoríos, quienes acaparan las funciones propias del estado, como legislar, imponer impuestos
y administrar justica. La tierra adquiere importancia económica siendo la agricultura la base de la
economía feudal. Políticamente es un momento de descentralización del poder, en el que los
Reyes tienen muy poco poder efectivo. Luego tenemos la Baja Edad Media, que comienza a inicios
del siglo XI y llega hasta mediados del siglo XV. Este es un momento de reapertura, donde
lentamente vuelven a ganar importancias las ciudades y las actividades comerciales, surgiendo un
nuevo grupo social: la burguesía. Es el momento en que empiezan a desarrollarse las primeras
transformaciones que luego llevarán en la edad Moderna al surgimiento del sistema capitalista,
abriendo paso también al Renacimiento.

Si nos desviamos hacia la educación en esta época, los motivos del nacimiento de las
universidades son diversos. En un principio la universidad era comprendida como un intento de
superar la tutela que la Iglesia ejercía frente a los asuntos del mundo. Otro motivo importante fue la
necesidad de crear un gremio para cuidar los intereses de maestros y alumnos. En 1154 el
Emperador Federico reconoce formalmente la existencia de estos gremios, concediéndoles
derechos e inmunidades como la libre circulación para estudiar o la inmunidad ante las represalias.
Gracias a esta carta, nace la primera universidad occidental, la Universidad de Bolonia, famosa por
ser la primera en tener estudios universalmente reconocidos y estatutos propios.

Las universidades medievales eran comunidades que, aunque tenían como principal función
la enseñanza, también se dedicaban a la investigación y producción del saber, generando
vigorosos debates y polémicas. De este modo la universidad es concebida como institución donde
se discute y se difunde el saber, consagrando formas de enseñanza y educación que dan
oportunidad al estudiantado de escribir, leer, indagar, escuchar, etc. Todo esto se refleja en las
crisis en que estuvieron envueltas durante la lucha por su autonomía y por las intervenciones que
sufrieron por parte de ambos poderes: el político de reyes y emperadores y el eclesiástico de
papas, obispos y órdenes religiosas. También se registran luchas contra el poder comunal y los
burgueses se irritan al comprobar que la población universitaria escapa de su jurisdicción.

Los principales lugares de estudios fueron las escuelas monacales y las urbanas. Las
primeras estaban situadas en los monasterios y en ellas se preparaban a los alumnos para la vida
religiosa. Normalmente constaban de dos escuelas, la interior, que era únicamente para los futuros
monjes, y la exterior, que preparaba a los futuros sacerdotes. Por otro lado, las escuelas urbanas
eran asistidas por jóvenes nobles que pronto serían jóvenes burgueses y para ingresar a las
mismas debía rendirse un examen eliminatorio.

Los estudios eran prácticamente los mismos en las distintas escuelas. Estos constaban de
gramática, lógica y retórica (trívium) y más tarde geometría, astronomía, aritmética y música
(cuadrivium). En las escuelas normalmente había tres niveles: en el de la iniciación se aprendía a
leer, escribir, conocimientos básicos de latín y textos bíblicos; en el estudio de artes –cuadrivium-
se añadía el trivium, y en el nivel superior se aprendían las escrituras con comentarios de orden
histórico y teológico.
Todas estas materias eran enseñadas por medio de la escolástica, es decir, por la
comprensión de la fe cristiana a través de la filosofía, para intentar lograr un acuerdo entre fe y
razón. Tomás de Aquino fue el máximo representante de la teología dominica y de la escolástica en
general.

Un profesor impartía las clases leyendo en voz alta y comentando los textos mientras los
alumnos tomaban apuntes. Los estudiantes debían memorizar los escritos para poder reproducirlos
y discutirlos con un sentido crítico, demostrando que los habían comprendido. Las prácticas eran
escasas, primando el conocimiento teórico de las materias. Los exámenes estaban reglamentados,
tenían lugar cuando el estudiante pretendía conseguir un título. El más básico, era el de bachiller,
seguido por el magíster, que daba derecho a ser profesor de cualquier universidad de la
Cristiandad. El doctorado más breve era el de Artes (entre 4 y 6 años) y estaba vinculado a la
enseñanza. El de Medicina exigía unos 10 años, el de Derecho duraba entre 12 y 13 años,
mientras que, el más largo era el de Teología, que obligaba a estudiar un mínimo de 15 años.

¿Y qué pasaba con las mujeres? ¿Dónde aparecen? Las ideas acerca de la mujer en la
Edad Media fueron fomentadas por clérigos y por castas con poderes económicos que veían a la
mujer como un objeto de decoro, siendo subordinadas al interés de la tierra. Estas clases
establecerían un marco legal para la mujer, darían determinado concepto al matrimonio, dado que
eran favorables a la idea de colocar a la mujer junto al hombre, ya que ésta no podía estar
completa sin un hombre y su fin era el de procreación y educación de la prole. El concepto de
matrimonio y la legalidad dada a la mujer no consideraban a la misma como un individuo completo,
era catalogada por su sexo y por lo tanto inferior al varón.

Por una parte, existían diferentes realidades dependiendo de la situación de la mujer, la


cual, podía ir desde la mujer noble, la campesina y la monja, o incluso, la prostituta, siendo la
primera de ellas la única que podía gozar de grandes privilegios y la que, si fuese posible, podría
alcanzar un mayor reconocimiento. Aunque, dicho reconocimiento no le permitiese intervenir en
política ni en otros asuntos ya que, no podían expresarse libremente ni opinar, ya sea en su estado
de casadas, solteras o viudas, porque pertenecían al padre, al esposo o al hijo.

A pesar de esta visión, no consiguió la Iglesia, ni tampoco la Aristocracia, silenciar a todas


las mujeres, algunas de ellas pertenecientes a clases medias urbanas, se hicieron notar a partir del
siglo XII, momento en el que comienzan a desarrollarse el comercio y las ciudades. Hubo un grupo
de mujeres que se organizaron y crearon una orden espiritual en la que aceptaban viudas,
huérfanas y solteras. Estas mujeres, llamadas beguinas, realizaban tareas que no les eran
permitidas realizar al lado de un hombre, como copiar libros, instruir niñas, cuidar enfermos o
enseñar a leer latín. Estas increíbles mujeres son consideradas el primer grupo feminista de la
historia, pues rehuían las órdenes de los hombres, que en aquella época eran los que regían todo
lo relacionado con la política y la religión. Eran damas muy capacitadas intelectualmente; Hicieron
muchas obras, tanto espirituales como poéticas, lo que lleva a los historiadores a afirmar que eran
mujeres mentalmente por encima de la media. Además, comenzaron a adquirir un cierto poder
hasta el punto que muchas mujeres crearon sus propios beguinajes. Lastimosamente las
denuncias de herejía las frenaron.

Conclusión:

Esto no implica ignorar que muchos varones no hayan reconocido la capacidad intelectual
de las mujeres, pero lastimosamente la producción y el estudio del género femenino se ha visto
opacado, negado o minusvalorado antes que se lo examinara. Los textos y acciones de esas
mujeres expresan una forma extendida de racionalidad y un nuevo modo de enlazar los sistemas
de ideas, que organizan la capacidad de examinar, criticar e interrogarse de forma novedosa.

El mayor y más importante aporte que realizaron las mujeres durante la edad media fue la
de desafiar su condición de inferiores, incapaces y dependientes y luchar así contra la opresión y el
patriarcado. Todas ellas reflexionaron sobre las relaciones entre sexos, los modos diferenciados de
educación, las reglas socio-culturales, la salud, las matemáticas y la astronomía, entre otras
disciplinas. Fueron artesanas, artistas, pensadoras, escritoras, mecenas, administradoras de
diversos derechos y poderes y hasta regentes de territorios, pero apenas se habla de ellas.

Es de vital importancia crear conciencia y mostrar a las nuevas generaciones cómo a lo


largo de toda la Edad Media las mujeres desempeñaron papeles clave en la vida privada y pública
de sus respectivos entornos, siendo sujetos relevantes en la construcción histórica de las
sociedades antiguas y de las identidades y relaciones de género. Resaltar que fueron parte
indispensable en la transmisión de la cultura tal y como hoy la conocemos, y que han sido
luchadoras y constructoras del feminismo tal como lo conocemos. Sus luchas han abierto las
puertas para que hoy, la mujer sea fuerte e independiente aunque tristemente, algunas hoy, aún
vivan entre sombras y no gocen de los mismo derechos y libertades que el hombre en muchos
puntos del planeta.

Barro, Ma. Belén


DNI 37900736
Bibliografía:

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- LE GOFF, Jacques (1985) “Los intelectuales en la Edad Media”. Editorial Gedisa. Págs. 71 – 115.
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- KROTSCH, Pedro (2001) “Educación Superior y Reformas Comparadas”. Cuadernos Universitarios


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- https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-02-23/mary-astell-filosofia-feminista-siglo-
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- https://curaraveces.wordpress.com/2017/03/08/elizabeth-blackwell-la-primera-mujer-medico/
(Elizabeth Blackwell)

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