Aqleg 4 2003 - Robles
Aqleg 4 2003 - Robles
Aqleg 4 2003 - Robles
4
2003
SIGNIFER
Libros
El ejército romano según el
«Breve tratado de términos militares», de Modesto
(Modesti libellus de vocabulis rei militaris ad Tacitum Augustum)
Traducción
Mª Ángeles ROBLES
Introducción
1
Codex Vaticanus Latinus, 3551 (s. XV).
Codex Scorialensis, R-I-2 (s. XIV).
Codex Leidensis Voss. Lat., F. 59 (s. XIV).
Codex Scorialensis, O. n, 12 (s. XV).
Codex Ambrosianus, H. 37 «sup» (s. XV, primera mitad).
Codex Florentinus Ricard., 710 (s. XV, primera mitad).
Codex Vindobonensis Lichtenst., 717 (s. XV).
Codex Pragensis Univer., 152,1. D. 12 (s. XV).
«Editio princeps»: Vindelinus de Spira, Modestus de disciplina militari. Venetiis
(Biblioteca Nacional. Madrid, sign. I, 643;contiene varias obras de Cicerón), a.
1471.edd. consens., edition. praet., ed. Princ.
2
Sobre Vegecio, A.R. Neumann, voz “Publius (Flavius) Vegetius Renatus”, RE, suppl.
X, 1965, 992-1020.
3
L. Turpin de Crissé, Commentaires sur les Institutions militaires de Végèce. Par le
Comte Turpin de Crissé. Membre des Académies Royales des Sciences et Belles Lettres de
Berlin et de Nancy, Montargis, Impr. par Cl. Lequatre, 1779, III, p. 397. Sobre Turpin de
Crissé, y su error en este punto, ver, Ph. Richardot, “La réception de Végèce au XVIIIe
siècle: Turpin de Crissé”, Stratégique, nº 76 (Pensée stratégique II), 2002, notas 104-105; Id.,
Ph. Richardot, “Les éditions d’auteurs militaires antiques aux XVe-XVIIe siècles”,
Stratégique, 68, 1998, 89-90.
4
Véase a tal efecto el estudio pionero de L. Dalmasso, “La storia di un estratto di
Vegecio. Saggio sulla fortuna dell´ Epitoma rei militaris”, Rediconti Academia Nazionale
dei Lincei, II, vol. XL, 1903, 805-814. El estudio fundamental sobre la tradición manuscrita
y para la fijación del texto latino es: T. González Rolán y A. Moure Casas, “Modesti libellus
de vocabulis rei militaris ad Tacitum Augustum. (Estudio de la transmisión manuscrita y
edición crítica)”, Cuadernos de Filología Clásica 20, 1986-1987, (Homenaje al profesor L.
Rubio, I), 293-328.
5
Ver más abajo la tabla de correspondencias entre los escritos de ambos autores.
6
M. Nisard (ed.), Amien Marcellin, Jornandes, Frontin (les Stratagèmes), Végèce,
Modeste. Paris 1849. Ver p. 6544 sobre algunas divergencias entre ambas obras.
7
Autor de la conocida monografía titulada La fin de l'armée romaine (284-476), Paris
2001 (2ªed.), así como de numerosos estudios sobre el arte militar de la Antigüedad Tardía
y la Edad Media, entre los que destaca su libro: Ph. Richardot, Végèce et la culture militaire
au Moyen Âge Ve-XV siècles, Paris 1998, donde n sólo se estudia el uso y abuso de los
tratados militares antiguos en la Edad Media, sino que profundiza en la problemática de
Epítome de Vegecio y sus imitadores (entre los cual está indudablemente el autor del
Libellus, fuera Modesto o no, y con independencia de “cuándo” fuese escrito). No de menor
importancia por lo que nos concierne son sus artículos: “La réception de Végèce dans l’Italie
de la Renaissance : entre humanisme et culture technique”, Studi Umanistici Piceni, XV,
1995, pp. 195-214; “L’influence de Végèce sur la pensée militaire du XVIe siècle”,
Stratégique, 60, 1996, pp. 7-28; “Hiérarchie militaire et organisation légionnaire chez
Végèce”, en La Hiérarchie (Rangordnung) de l’Armée romaine sous le Haut-Empire, Paris,
de Boccard, 1995, 405-427. Sobre la proyección de Vegecio en la Edad Media: M. Springer,
“Vegetius im Mittelalter”, Philo 123, 1979, 85-90. J.A. Wisman, “L’Epitoma rei militaris
de Végèce et sa fortune au Moyen Âge”, MA 85, 1979, 13-31. Idem, “Flavius Renatus
Vegetius”, CTC, n° 6, 1986, 175-184. F.H. Sherwood, Studies in Mediaeval Uses of Vegetius
Epitoma Rei Militaris, Los Angeles, Univ. of California, 1980.
8
Publicado conjuntamente con el De magistratibus de Pomponio Leto (1425-1497):
Modesti de re militari. (Pomponii Laeti) de magistratibus Urbis et sacerdotiis et de legibus,
imp. Johann Schurener, Roma, 1474. Modesti de re militari. (Pomponii Laeti) de
magistratibus Urbis et sacerdotiis nocnon et Suetonii de grammaticis (et rhetoribus), imp.
Bartholomaeus Cremonensis et Bartholomaeus de Carlo Vercellensis, Venise, le 27 mai
1474. [Edición basada en la anterior.]
9
Flavii Vegetii Renati ... De re militari libri quatuor... Modestus de vocabulis rei
militaris, imp. Maternus Cholinus, apud Maternum Cholinum, Coloniae, 1580, f.a5-5V°.
10
Ph. Richardot, “Les éditions d’auteurs militaires”.
MODESTO VEGECIO
I, 1.2 Res militaris – sunt legioni II, 1, 5-13 (p. 34).
I, 2-3 Verum ipsi – milites probant II, 1, 2-8 (p. 35)
II Producendi vero – consuevit in bello I, 1, 26 (pp. 27-28)
III Auxiliares – principales subsidium II, 2 (pp. 36-36)
IV In omnibus – sufficere posse II, 4 (p. 38)
V Sciendum es – iussa suscipere II, 6 (pp. 39-40)
VI Tribunus maior – consequebatur annonam II, 7 (pp. 40-42)
VII Item primus – centuriones LV II, 8 (pp. 42-43)
VIII Sed legati – quotidie curabatur II, 9 (pp. 43-44)
IX Primum signum – pariter dimicabant II, 13 (pp. 46-47)
X Quaemadmodum inter – pugna deposcit II, 14 (pp. 47-48)
XI Nunc qualiter – obtinet cornu II, 15 (pp. 49-50)
XII Instructionis vero – tota pendebat III, 14 (pp. 97-99)
11
La paginación citada de la obra de Vegecio se refiere a la edición latina de Lang. El
cuadro está tomado de T. González Rolán / A. Moure Casas, loc. cit., 328. Sobre el
vocabulario vegeciano, cf. D.R. Blackmann / G. Betts, Concordantia in Vegetii opera,
Hildesheim, Olms-Weidmann, 1989.
Bibliografía
I
1. El ejército se divide en tres partes: la caballería, la infantería y la
marina. A una parte de la caballería se la denomina alas, por su
parecido con éstas, y porque en la batalla se sitúa en los flancos; otros
destacamentos (vexillationes) se les llama así por las velas o
banderines de tela que les sirven de enseña. 2. Hay otra parte de la
caballería que llaman legionaria, porque está integrada en la legión.
La infantería también está dividida en dos partes, los que sirven en la
legión y los que pertenecen a las tropas auxiliares. 3. Estos últimos
son reclutados entre los pueblos aliados o confederados. El nombre de
legión (legio) viene de elegir (legere) e indica el cuidado y la
fidelidad que se exige a aquellos que seleccionan a los soldados.
II
1. A los reclutas se les suele reunir primero en el campo (de Marte)
y luego se les ordena que desfilen uno detrás de otro, guardando el
orden de la formación, asignándoles un sitio preciso, el que les
corresponda, del que no habrán de salirse, guardando bien las
distancias entre uno y otro soldado conforme a las instrucciones.
Enseguida se les mandará volver rápidamente sobre la fila, de modo
que, al instante, la segunda fila de la formación se convierta en la
primera. 2. A una tercera voz de mando los reclutas moverán las filas
III
1. Los auxiliares que entran en combate no sólo proceden de lugares
muy distintos sino que difieren en cuanto a costumbres y disciplina;
no existe entre ellos lazo alguno de afecto, y nada hay de común en
sus leyes y su forma de utilizar sus armas. 2. Es, pues, muy difícil
alcanzar una victoria rápida con tropas que discuten antes de partir.
Las cuerpos de auxiliares siempre se suman a las legiones en las
batallas, en calidad de tropas ligeras; no constituyen la principal
fuerza de choque, pero sí se les considera un refuerzo muy útil.
IV
1. En todos los tratados de historia militar puede leerse que cada uno
de los cónsules no se enfrenta a un enemigo numeroso con más de dos
legiones, reforzadas por los auxiliares que actúan por los flancos. Se
confiaba plenamente en la fuerza y en la disciplina de estas dos
legiones a la hora de emprender cualquier batalla.
V
1.Cada legión debe estar compuesta de diez cohortes. La primera
cohorte está por encima de las demás en cuanto a prestigio y al
número de soldados, que son elegidos entre los hombres de más
fuerza y los que tienen formación de letras. 2. Esta cohorte toma bajo
su protección el águila, que representa siempre la enseña principal del
ejército romano y es la que precede a toda la legión, también toma
bajo su protección las imágenes del emperador; todos veneran estas
imágenes como si fueran señales presentes de la divinidad. Se
compone de 1105 soldados de infantería y de 142 jinetes acorazados
y se le llama cohorte miliaria.3.Ésta es la cabeza de la legión; la
primera línea de batalla comienza a formarse por ella, cuando va a
comenzar el combate. La segunda cohorte se compone de 560
soldados de infantería y 66 jinetes, se le llama cohorte quingenaria.
La tercera cohorte se compone de manera similar, de 560 soldados de
infantería y 66 jinetes; en esta última están los más vigorosos y
experimentados, ya que se sitúan en el centro de la primera línea de
batalla. La cuarta cohorte se compone de 555 soldados de infantería
y de 66 jinetes. 4. La quinta cohorte se compone de 555 soldados de
infantería y 66 jinetes; sin embargo requiere soldados valerosos
porque se coloca a la izquierda así como la primera a la derecha. 5. La
sexta cohorte se compone de 555 soldados de infantería y 66 jinetes.
Se debe formar principalmente con la flor de la juventud, ya que la
sexta cohorte se coloca en la segunda línea de batalla, después del
águila y las imágenes. La séptima cohorte se compone de 565
soldados de infantería y de 66 jinetes. 6. La octava cohorte se
compone de 565 soldados de infantería y 66 jinetes; también ésta
misma precisa hombres decididos, porque se coloca en el centro de la
segunda línea. La novena cohorte se compone de 565 soldados de
infantería y 66 jinetes.7. Esta última también acostumbra a tener
buenos soldados, porque así la décima cohorte se coloca a la izquierda
en la segunda línea de batalla como la sexta a la derecha. Estas diez
1. Sciendum est enim in una legione decem cohortes esse debere. Sed prima
cohors reliquas et numero militum et dignitate praecedit; nam genere atque
institutione literarum viros electissimos quaerit. 2. Haec enim suscipit
aquilam12, quae praecipuum signum in Romano est semper exercitu et totius
legionis insigne, et imagines imperatoris; has enim imagines tanquam divina
et praesentia signa singuli venerantur. Habet pedites mille CV, equites
loricatos CXXXII, et appellatur cohors milliaria. 3. Haec caput est legionis; ab
hac cum pugnandum est prima ecies incipit ordinari. Secunda cohors habet
pedites DLX, equites LXVI, et appellatur cohors quingentaria. Tertia cohors
similiter habet pedites DLX, equites LXVI; sed in hac cohorte tertia validiores
et probati milites, qui in media acie consistant. Cohors quarta habet pedites
DLV, equites LXVI. 4. Cohors quinta habet pedites DLV, equites LXVI; sed
quinta cohors strenuos desiderat milites, quia sicut prima in dextro ita quinta
in sinistro ponitur cornu. Hae quinque cohortes in prima acie ordinantur. 5.
Sexta cohors habet pedites DLV, equites LXVI. In prima quoque enucleati
ascribendi sunt iuniores, quia in secunda acie post aquilam et imagines cohors
sexta consistit. Cohors septima habet pedites DLV, equites LXVI. 6. Cohors
octava habet pedites DLV, equites LXVI; sed et ipsa animosos desiderat viros,
quia in secunda acie consistit in medio. Cohors nona habet pedites DLV,
equites LXVI. Cohors decima habet pedites DLV, equites LXVI. 7. et ipsa bonos
consuevit accipere bellatores, quia sicut in secunda acie sexta dextrum ita
decima sinistrum possidet cornu. Iis decem cohortibus legio plena fundatur
quac habet pedites VI millia CV, equites DCCXXVI. Minor itaque numerus ar-
matorum in unaquaque legione non esse debet; maior autem consuevit esse et
non tantum unam cohortem sed etiam alias milliarias, si fuerit iussa, suscipere.
VI
1. El tribuno mayor es designado por medio de una epístola sacra, por
voluntad del emperador. El tribuno menor se nombra por sus méritos.
12
aliquam (en Moure & Casas).
VII
1. El primer astado que llaman ahora ducentarius dirigía dos
centurias, es decir, a 200 hombres. El princeps de la primera cohorte,
dirigía una centuria y media, es decir a 150 hombres. Así pues, son
diez centuriones los que dirigían la primera cohorte, a quienes los
antiguos concedieron grandes beneficios y un gran reconocimiento,
para que todos los demás soldados de la legión se esforzasen en
VIII
1. Los legados del emperador elegidos entre los viri praetorii eran
enviados al frente de los ejércitos; las legiones y todas las tropas
auxiliares les obedecían, tanto en la paz como en caso de guerra; se
sabe que varones con buenas cualidades militares recibían el mando
de la legión en lugar de éstos con el título de praefectus pro legato,
dirigiendo no sólo dos legiones, sino un número mayor. 2. El
praefectus legionis era propiamente el responsable de la legión y tiene
el privilegio de acompañar a los centuriones de mayor rango. En
ausencia del legado como si lo reemplazara desempeñaba sus
funciones. Los tribunos, los centuriones y los restantes soldados
cumplían sus órdenes ya de realizar guardias ya de ponerse en
marcha. 3. Reciben de él el santo y seña del emperador. Si el soldado
cometía algún crimen, por delegación del praefectus legionis era el
tribuno quien lo castigaba. Éste tenía la responsabilidad de las armas
de todos los soldados, igualmente de los caballos, de las ropas y de la
annona. Se ocupaba diariamente de la disciplina, del castigo y de los
ejercicios tanto de la infantería como de la caballería legionaria.
IX
1. La insignia principal de toda la legión es el águila, que lleva el
aquilifier. Los draconarii llevan al combate los dracones en cada una
de las cohortes. Los antiguos, sabedores de que una vez que comienza
el combate crece el desorden y la confusión en los los puestos y filas
del ejército en orden de batalla, para evitar esta situación, dividieron
las cohortes en centurias y establecieron un estandarte para cada
centuria, de forma que se leía en aquel estandarte el nombre de la
cohorte o centuria, para que los soldados al mirarlo y leerlo, no se
apartaran de sus compañeros ante cualquier tumulto. 2. Además de
esto los centuriones que ahora llaman centenarii llevan corazas de
guerra y penachos en los cascos, para que fueran reconocidos más
fácilmente por los suyos; todas estas tácticas propician dirigir cada
una de las tropas de forma que se evite la confusión al seguir todos los
soldados tanto su estandarte como también al centurión que llevaba
la señal en el casco. Las mismas centurias son distribuidas
nuevamente por grupos de diez soldados en tiendas, de forma que los
diez soldados que cohabitan en la misma tienda obedecen por así
decirlo a un decenario, que es el jefe de la tienda. Contubernium se
llamaba manípulo, porque los soldados que pertenecen a la misma
tienda después de darse la mano luchaban uno al lado del otro.
1. Primum signum totius legionis est aquila, quam aquilifier portat. Draco-
nes etiam per singulas cohortes a draconariis feruntur ad proelium. Sed
antiqui, qui sciebant in acie commisso bello celeriter ordines aciesque tur-
bari atque confundi, ne hoc posset accidere, cohortes in centurias diviserunt
et singulis centuriis singula vexilla constituerunt, ita ut ex qua cohorte vel
quota esset centuria in illo vexillo literis esset ascriptum, quod intuentes vel
legentes milites, in quemvis tumultum a contubernalibus suis aberrare non
possent. 2. Centuriones insuper, qui nunc centenarii vocantur, nimirum
bellicosas loricas transversis cassidum cristis, ut a suis facilius noscerentur,
habebant; quique singulas gubernare iusserunt catervas, ut nullus existeret
error cum cuncti milites sequerentur non solum vexillum suum sed etiam
centurionem qui signum habebat in galea. Rursus ipsae centuriae in
contubernia divisae sunt, ut decem militibus sub uno papilione degentibus
unus quasi praeesset decanus, qui caput contubernii nominantur.
Contubernium autem manipulus vocabatur ab eo quod coniunctis manibus
pariter dimicabant.
X
1. Del mismo modo que la infantería se divide en centurias y
manípulos, la caballería lo hace en turmas. Una turma tiene 32 jinetes.
El título de decurión se le da a quien la dirige. La centuria es dirigida
por un centurión bajo un único estandarte; de la misma manera la
turma es dirigida por un decurión, bajo un único estandarte. 2. Se
debe elegir como centurión a un hombre fuerte y de gran estatura, que
lance con pericia y fuerza la jabalina y las demás armas arrojadizas;
de la misma manera se debe elegir como decurión, para ponerlo al
frente de la turma, a un hombre sobre todo de gran habilidad corporal,
para que acorazado y con todas sus armas pueda con gran admiración
de todos, subir al caballo, cabalgar lo más valerosamente que pueda,
utilizar con pericia el venablo, lanzar las flechas con la mayor
habilidad posible e instruir a su escuadrón de caballería, igualmente
llamado turma, en todas las maniobras que una batalla exige.
XI
1. Mostraré ahora con el ejemplo de una legión, cómo se ha de formar
el orden de batalla, si la lucha fuera inminente. Esta disposición del
orden de batalla se utilizará en muchas más ocasiones, si las
circunstancias lo exigieran: la caballería se coloca en las alas; la
infantería comienza a formarse por la primera cohorte en el lado
derecho; la segunda cohorte se coloca a continuación de ésta. 2. La
tercera cohorte se coloca en el centro de la línea de batalla; la cuarta
se coloca a su lado. La quinta cohorte toma el lado izquierdo. A los
ordinarii y al resto de los principales que luchaban en primera línea,
delante y alrededor de los estandartes, se les llamaba principes. 3.
Esta primera línea constituía la infantería pesada; tenían cascos,
corazas, grebas en las piernas, escudos, espadas que llaman spathae
y puñales que llaman semispathae, cinco plumbatae colocadas en la
parte cóncava del escudo que lanzan en el primer ataque; también
tenían dos armas arrojadizas, un más grande compuesta de un hierro
en forma de flecha, de cinco uncias de longitud y engastada en un asta
de cinco pies y medio, que llamaban pilum y ahora verutum. 4. Se
sabe que tanto la primera línea formada por los principes como la
segunda formada por los hastati utilizaban las mismas armas. La sexta
cohorte se colocaba en la segunda línea en el lado derecho; la séptima
se unía a ésta. La octava ocupaba el centro, seguida de la novena. La
décima cohorte tiene el flanco izquierdo en la segunda línea.
XII
1. La norma en la organización del ejército es: el primer orden,
formado por soldados experimentados y curtidos en la lucha, aquellos
que antes llamaban principes. El segundo orden lo forman soldados
protegidos con corazas, además de excelentes soldados con arma-
mento ligero, jabalinas y lanzas. 2. Quisieron que hubiese una
distancia intermedia de seis pies entre un orden y otro para tener
espacio suficiente para avanzar o retroceder en la lucha; de este modo
las armas arrojadizas son lanzadas con más fuerza, puesto que hay
espacio para saltar y correr. Estos dos órdenes lo forman hombres de
una edad y experiencia de tal madurez que inspiran confianza;
también forman parte de la infantería pesada. 3. Estos hombres deben
actuar compactos como un muro, y no deben retroceder ante el
enemigo ni perseguirlo, para no romper el orden, sino hacer frente a
los enemigos o hacer que se den a la fuga, con firmeza en el combate.
El tercer orden pertenece a la infantería ligera con sus jóvenes
arqueros y sus buenos honderos que antes llamaban ferentarii. 4. El
cuarto orden está formado por soldados provistos de ligeros escudos,
de jóvenes arqueros y de soldados dispuestos a hacer uso de dardos
o de martiobarbuli que llaman plumbatae; este orden forma parte de
XIII
1. Todos los signarii o signiferi, aunque pertenecen a la infantería,
iban provistos de corazas más pequeñas y de cascos cubiertos de
pieles de oso para causar miedo a los enemigos. Los centuriones
tenían corazas y escudos, y sobre los cascos de hierro ponían
penachos plateados para que fueran reconocidos más fácilmente por
los suyos.
1. Omnes autem signarii vel signiferi quamvis pedites sint, loricas minores
accipiebant et galeas ad terrorem hostium ursinis pellibus tectas. Centu-
riones vero habebant cataphractas et scuta et galeas ferreas transversis et
argentatis cristis, ut facilius agnoscerentur a suis.
XIV
1. Se debe saber, y conviene recordar de todos modos, que una vez
que se iniciaba el combate, la primera y la segunda líneas
permanecían inamovibles. Los triarii también permanecían quietos en
sus lugares. La infantería ligera, los ferentarii, sagitarii y los
funditores, provocaban a los enemigos colocándose delante de ellos.
Si los enemigos podían darse a la fuga, les seguían; si eran obligados
a ceder por la fuerza o número de los enemigos, volvían a sus líneas
y se colocaban detrás de ellos. 2. En este momento la infantería
pesada retomaba el combate y como si fuera un muro de hierro, por
así decir, luchaban primero a distancia con armas arrojadizas, después
XV
1. Por miedo a que los soldados en la confusión del combate perdieran
de vista a sus compañeros, sus escudos iban señalados con las marcas
identificativas de cada una de las cohortes. Además de esto se escribía
el nombre de cada soldado en el anverso, añadiéndose la cohorte o
centuria donde estaba. 2. Se ve por estas acciones que una legión bien
organizada, es como una plaza invencible, por llevar consigo misma
a cualquier lugar, las cosas necesarias para el combate y no temer la
llegada repentina del enemigo; también por fortificarse rápidamente
con la fosa y la empalizada en medio del campo.
XVI
1. La legión tiene además tubicines, cornicines y bucinatores. Los
tubicines convocan a los soldados para el combate y dan la señal de
nuevo de retirada. Cuando los cornicines dan la señal se ponen en
movimiento no los soldados sino las enseñas a que éstos están obliga-
dos a seguir. 2. Por tanto los tubicines tocan cuando los soldados van
a salir sin enseñas, a realizar cualquier trabajo, pero tocan los
cornicines cuando salen los estandartes. Los soldados de la flota dan
el nombre de bucinatores a los que dan la señal al ejército con el
cornu. Esta sonido es la señal del mando supremo, pues se usa cuando
está presente el emperador o cuando se castiga con la muerte al
soldado; esto sólo puede hacerse siguiendo las leyes imperiales. 3.
Los soldados se ponen en marcha, cuando la tuba convoca a realizar
las guardias nocturnas o las guardias exteriores, a mover a las tropas
a cualquier trabajo o, a realizar incursiones en el exterior. Los
soldados cesan en sus trabajos cuando la tuba suena por segunda vez.
El cornu suena cuando las enseñas se ponen en marcha, o cuando se
desea que se detentan en la marcha. 4. Todas estas señales deben
seguirse en todos los ejercicios y desplazamientos, para que, así, los
soldados estén más entrenados en el combate y obedecer cuando el
general manda luchar, detenerse, seguir al enemigo o volver.
Indudablemente el ejército debe estar acostumbrado a todo aquello
que le va a ser útil en la batalla.
cornu ducunt exercitum. Hoc insigne videtur imperii, quia classicum canit
Imperatore praesente vel cum in militem capitaliter animadvertitur; hoc
enim ex Imperialibus legibus fieri necesse est. 3. Sive ergo ad vigilias vel
agrarias faciendas sive ad opus aliquod vel ad cursionem campi exeunt
milites tubicine vocante operantur, rursus tubicine admonente cessant. Cum
autem moventur signa aut iam mota figenda sunt, cornicines canunt. 4.
Quod ideo omnibus exercitiis, et processibus custoditur, ut in ipsa pugna
facilius obtemperent milites, sive eos pugnare sive stare sive sequi vel redire
praecipiunt duces. Siquidem ratio manifesta est semper in acie debere fieri
quod necessario faciendum videtur in proelio.
XVII
1. Cuatro jinetes y cuatro soldados elegidos de cada una de las
centurias, realizan la guardia nocturna. Puesto que resulta imposible
que uno permaneciera en vela en su puesto todo el tiempo, las
guardias se dividen durante la noche en cuatro turnos, para que se
pueda descansar alternativamente, de forma que la vigilancia no dure
necesariamente más de tres horas durante la noche. El toque de tuba
marca el inicio de las guardias y el de cornu anuncia el relevo después
de cumplir el turno
XVIII
1. Cuando se establece la línea de batalla de la infantería, la caballería
se coloca en los flancos, de manera que todos los soldados
acorazados y los lanceros se coloquen junto con la infantería, y los
arqueros o los que no llevan coraza, queden lejos: La caballería por
su gran fuerza, debe proteger los flancos de la infantería y los
acorazados ligeros (levis armatura) por su rapidez y destreza deben
romper y desordenar los flancos de los enemigos. 2. El general debe
saber qué tipo de caballería conviene que se oponga a los drungi, es
XIX
1. Los elefantes asustaban a los hombres y caballos en el combate, a
causa de las dimensiones de sus cuerpos, por el horrible sonido que
emiten y por la novedad de su aspecto. El rey Pirro fue el primero que
los introdujo contra el ejército romano en Lucania. Después Aníbal
utilizó a un gran número de estos animales en África; el rey Antíoco
los utilizó en Oriente y Yugurta en Numidia. 2. Se ingeniaron
diversos tipos de tácticas para defenderse de ellos. Un centurión en
XX
1. La mejor táctica y que lleva en gran medida a la victoria, es que el
general tenga en reserva a lo más escogido de la infantería y
caballería con sus lugartenientes, comandantes y tribunos sin puesto
fijo, a unos en las alas y a otros en el centro de la línea de batalla, para
que intervengan rápidamente y ocupen los puestos vacíos, si el
enemigo va tomando terreno, por miedo a que traspase la línea de
batalla y para que con arrojo, ahoguen el atrevimiento del enemigo.
2. Los lacedemonios fueron los primeros que adoptaron esta táctica,
los imitaron los cartagineses y los romanos, y después lo practicaron
siempre. Esta es la mejor táctica, pues el ejército en orden de batalla
debe perseguir o alcanzar sólo esto: rechazar al enemigo o
dispersarlo. Si se requiere la formación táctica en cuña o en tenaza, se
deberá formar con la retaguardia, de manera que la línea de batalla se
ha de establecer dejando la formación en cuña y en tenaza para la
retaguardia. La línea de batalla se organiza mejor con un gran número
de soldados, pues si se empieza a cambiar de sitio a los soldados,
cundirá el desorden. Si no hay una gran cantidad de soldados, es
mejor que la línea de batalla sea corta, de forma que se sitúen un gran
número de soldados en la retaguardia.
XXI
1. Cuando un espía enemigo recorre a escondidas el campamento, a
todos los soldados se les manda que permanezcan en sus tiendas
durante el día. 2. Cuando se sabe que tu estrategia la conocen los
enemigos, te conviene cambiarla. Es difícil que permanezca oculto lo
que llega a conocimiento de muchos. Deliberad qué se debe hacer con
muchos y qué se va a hacer con pocos y los más fieles, o mejor
todavía contigo mismo.
XXII
1. Tú, emperador invicto, me mandaste instruirme en estos preceptos
del arte militar, dispersos en distintos libros de autores, para que no
surja el malestar por que haya un número grande de soldados, o surja
la desconfianza por que sean pocos.
1. Hace Martii operis praecepta per diversos auctorum libros dispersa, Im-
perator invicte, mediocritatem meam abbreviare iussisti, ne vel fastidium
nasceretur ex plurimis vel plenitudo fidei deesset in parvis.
XXIII
1. Neque enim degeneravit in hominibus Martius calor nec defectae sunt te-
rrae quae Lacedaemones, quae Athenienses, quae Marsos, quae Samnites,
quae Pelignos, quae ipsos progenuere Romanos. Nonne Epiri armis plu-
rimum aliquando valuerunt? 2. Nonne Macedones ac Thessali superatis
Persis usque ad Indiam bellando penetrarunt? Dacos autem et Mysios et
Thraces inter bellicosos semper fuisse manifestum est, ut ipsum Martem
fabulae apud eos natum esse confirment. 3. Longum est, si universarum
provinciarum vires enumerare contendam, cum omnes in Romani imperii
ditione consistant. 4. Sed longa securitas pacis homines, partim ad
delectationem otii, partim ad civilia traduxit officia; ita cura exercitii
militaris primo negligentius agi, postea dissimulari, ad postremum olim in
oblivionem perducta cognoscitur.