Diagnostico Estrategico Area Ambiental

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DIMENSION AMBIENTAL

DIAGNOSTICO ESTRATEGICO

(DOCUMENTO FINAL)

RISARALDA, PEREIRA, JUNIO DE 2010

1|Página
INSTITUCIONES FACILITADORAS DEL PROCESO
Departamental Nacional de Planeación
Gobernación de Risaralda / Secretaria de Planeación
Corporación Autónoma Regional de Risaralda
Área Metropolitana de Centro Occidente
Alcaldía de Pereira / Secretaria de Planeación
Universidad Tecnológica de Pereira / Vice rectoría de Responsabilidad Social

COORDINADORES DEL PROCESO


MARTA ISABEL RINCON Departamento Nacional de Planeación
RAUL TRUJILLO Departamento Nacional de Planeación
DIEGO ANDRES TORO Secretario de Planeación Departamental
FERNANDO FONTAL BUENO Director de Planeación Sectorial
LUZ ESTELA OVALLE CIFUENTES Secretaria de Planeación Departamental
BLEYMIRK VARGAS PULGARIN Secretaria de Planeación Departamental

CORDINADOR DE LA DIMENSION INSTITUCIONAL Y BUEN GOBIERNO


Jorge Iván Orozco CARDER
Andrés David Drews Consultor / CARDER
Diana Lucía Gómez M. Gobernación de Risaralda / Secretaria de Planeación
Enuer Alexander Giraldo CARDER

ASESOR METODOLOGICO
OSCAR GONZALEZ VALENCIA

PARTICIPANTES
ALBERTO RIVERA CIFUENTES Secretaría de Planeación / Director Gestión Municipal
OSCAR DIEGO ACEVEDO Secretaría de Planeación
ANDRES ARANGO GALAN Secretaría Administrativa
ANDRES DAVID DREWS AMCO / Asesor
GUSTAVO MEJIA AMCO / Consultor
HERNAN ROBERTO MENESES AMCO / Asesor
CARLO VANESSA SABOGAL Alcaldía Mistrató / secretaría de Planeación
CARLOS ENRIQUE LONDOÑO
DANNY ALEXANDER FIERRO Alcaldía Guática / Secretario de Planeación
DORA SANCHEZ ESAP
FABIO DE JESUS ECHEVERRI ALVAREZ
GABRIEL CALVO Despacho del gobernador / Control Interno
HUMBERTO ZULUAGA VILLEGAS Alcaldía Santa Rosa Cabal / Secretario Planeación
JAMES SEPULVEDA O Despacho del gobernador / Control Interno
JANETH GOMEZ A.
JORGE ORREGO GÓMEZ Secretaria de Hacienda
LINA MARÍA ALZATE C. Secretaría Administrativa
LUZ STELLA TABORDA Secretaría Administrativa
LUIS ALFONSO SANCHEZ GONZALEZ Alcaldía Belén de Umbría / Secretario de Planeación

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LUZ ELENA FERNANDEZ M. AMCO
NELSON URIEL RICO Alcaldía Mistrató / Secretario de Gobierno
NUBIA DOLLY MEJIA Alcaldía Mistrató / Secretaria de Hacienda
PEDRO PABLO LONDOÑO AMCO
PT. GERMAN TANGARIFE GARCÍA Policía Nacional
ST. ELKIN MAURICIO REYES Ejercito Nacional Brigada Móvil 14
ST. LUIS EDUARDO DIAZ RAVE Policía Nacional
VICTOR HUGO MENDOZA CORREA UNISARC

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1. Antecedentes
En el año de 2008, el equipo de trabajo de la Oficina Asesora de Planeación de la CARDER
decidió promover la construcción de un Modelo de Ocupación Territorial de escala
departamental, justificado en los siguientes argumentos:

Ò No se cuenta con un referente necesario para el ordenamiento del territorio que oriente la
formulación y/o ajuste de una serie de instrumentos de planificación entre los que se
cuentan los POT y los planes sectoriales y de desarrollo municipales; que confiera
coherencia regional (al nivel departamental) a los mismos.
Ò Aunque se reconoce el valor del trabajo adelantado desde el nivel regional consignado en la
Agenda de la Ecorregión Cafetera, se considera que los referentes para el ordenamiento
territorial allí planteados son de carácter demasiado general para servir de referentes
departamentales. De todas maneras se retoman a manera de marco referencial para la
construcción del modelo.

En el 2009, la Gobernación de Risaralda comprendiendo la necesidad de adelantar este ejercicio


decidió participar en el mismo y se acordó que la CARDER se encargaría de abordar lo relativo al
área ambiental del modelo, en tanto que la Gobernación se encargaría de coordinar el trabajo
relativo a las demás áreas temáticas (como resultado de la concertación, las áreas establecidas
fueron, además de la de ambiente, la Económica; Socio-Cultural; Institucional, Buen Gobierno y
Gerencia Pública; y de Infraestructuras de apoyo, equipamientos y vivienda).

Dado que por entonces la Gobernación daba inicio al ejercicio de revisión de la Visión
Departamental, una vez confrontados los alcances de los dos ejercicios se decidió articularlos en
un solo esfuerzo. Esto implicó sin embargo que metodológicamente se diera más fuerza al
desarrollo de la visión y que la construcción del modelo de ocupación territorial no se concretara
de la manera prevista. A finales de 2009 se evidenció esta situación y se redefinieron los
mecanismos metodológicos para incorporar su elaboración como parte integral y de especial
relevancia en la elaboración de la Visión 2032.

Como resultado relevante del ejercicio conjunto en esta etapa se resalta la identificación de
factores de cambio para cada área temática y la posterior priorización de los mismos mediante
un análisis de motricidad-dependencia (método MIC-MAC). En adelante, estos factores servirán
de base para la construcción de escenarios y para confrontar las demandas generadas desde
estos a la plataforma ambiental.

1.1. La definición del Modelo de Ocupación del Departamento de Risaralda


El Modelo de Ocupación del Territorio MOT corresponde a una síntesis abstracta que se vale de
imágenes sintéticas o esquemas (mapas) que representan el mecanismo de funcionamiento
(ocupación y uso) del territorio-paisaje. En palabras sencillas, el MOT departamental
correspondería al plan de ordenamiento territorial de Risaralda.

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La lógica de articulación del modelo departamental se resume en el siguiente gráfico:

Los hechos representan situaciones que tienen especial relevancia en un nivel territorial
determinado y que son identificados y declarados como objetos de intervención por la
autoridad competente.

A cada nivel territorial corresponden una serie de hechos que tiene sentido abordar y que
afectarán a su vez a todos los niveles territoriales inferiores. La lógica de la preservación
de la integridad ecosistémica puede justificar este tipo de determinaciones en el caso
ambiental.

A partir de la declaración de los hechos territoriales se definen para cada nivel una serie
de determinantes (que se convierten en directrices o normas para los niveles inferiores)
y referentes (que se deberían tener en cuenta pero que no son de obligatorio
cumplimiento) para el ordenamiento territorial. Los hechos, determinantes y referentes
se deben recoger en los modelos de ocupación territorial de los diferentes niveles, que
en el caso de los municipios se denominan Planes (o esquemas) de Ordenamiento
Territorial.

5|Página
2. La Plataforma Ambiental del MOT: situación actual
El objetivo general del presente ejercicio en particular (a cargo de la CARDER) es el de establecer
en un primer momento, la situación actual relativa a la oferta ambiental, la demanda ambiental y
la relación correspondiente entre oferta y demanda; los procesos más dinámicos y las principales
tensiones (desarrollo histórico y tendencias) generadas con respecto al balance.

En una segunda instancia, se buscará identificar, dentro de los criterios establecidos por las
normas relacionadas con el Ordenamiento Ambiental Territorial OAT, la situación deseable, en
términos de las relaciones funcionales ecosistémicas dentro del territorio, del mejor
aprovechamiento (uso sostenible) de los recursos y del flujo de productos, bienes y servicios
ambientales; las zonas por rehabilitar o en las que se deben adelantar modificaciones en el uso
y/o manejo de los suelos.

La plataforma ambiental del MOT se concreta en un ejercicio de zonificación ambiental que se


viene adelantando por la CARDER pero que requiere de ajustes.

Una vez terminada dicha zonificación, servirá de patrón para la revisión de las restricciones y
potencialidades definidas frente a proyectos y desarrollos derivados o propuestos a partir de
diferentes iniciativas, en particular de las relacionadas con el Plan de Competitividad y proyectos
considerados como estratégicos.

2.1. El modelo conceptual para el análisis de la situación ambiental actual


El modelo conceptual para el análisis estratégico de la situación ambiental actual se resume en
el siguiente gráfico.

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BIENES Y SERVICIOS
Precipitación
ECOSISTEMICOS
Agua

(urbanos e industriales)
Ecosistemas artificiales
Relieve Bioclimas

Ecosistemas naturales
(índice de

Agroecosistemas y
escases)

DEMANDA
Temperatura

OFERTA
Suelo
(conflictos
Material Suelos de uso)
parental

Factores Bio- Fauna y Riesgo


geográficos flora

MODELO CONCEPTUAL DEL ANALISIS DE


LA SITUACION AMBIENTAL ACTUAL

La precipitación (agua proveniente de las lluvias), el relieve (alturas que varían entre los
900 metros sobre el nivel del mar hasta más de los 4000 msnm en distancias no
mayores a los 50 Km), y la temperatura (función de la insolación debida a la situación
ecuatorial del territorio y de la variación en altura) definen una serie de bioclimas.

A su vez, estos bioclimas interactúan con el material parental (las rocas y las cenizas
volcánicas en nuestro caso) y con los organismos (flora y fauna presentes en función de
diversos factores biogeográficos) dando origen a una oferta particular de suelos, de
mediana fertilidad y altamente vulnerables al deterioro. Bioclimas, suelos y organismos
definen a su vez la gama de ecosistemas naturales presentes en el territorio.

Estos ecosistemas juegan un papel protagónico en tanto que son los responsables de
generar una serie de bienes y servicios ecosistémicos o ambientales de los que depende
la supervivencia y el bienestar de la sociedad asentada en la región.

Gracias a estos servicios provenientes fundamentalmente de los ecosistemas naturales,


otros ecosistemas como los agrícolas (agroecosistemas) y los más artificializados como
las ciudades y las industrias persisten, en tanto que son grandes demandantes de
aquellos en la forma de servicios de suministro de agua, alimentos o materias primas; de
servicios de base como la formación de suelos o el reciclaje de nutrientes; de servicios
de regulación como el mantenimiento de la calidad del aire, el control de la erosión, la
purificación del agua o la regulación climática; y de servicios culturales en forma de

7|Página
beneficios intangibles para el enriquecimiento espiritual, la recreación, la generación de
identidad-pertenencia, el ecoturismo, entre otros.

Es en este contexto de oferta natural y demanda social de bienes y servicios


ecosistémicos que se establecen los conflictos ambientales; luego de una larga reflexión,
el grupo de trabajo resolvió restringir el análisis de la relación entre oferta y demanda
ambiental a cuatro variables fundamentales de alto impacto y cobertura territorial:
Ò Los ecosistemas: principales proveedores de bienes y servicios estratégicos de los
que depende la supervivencia de la sociedad.
Ò El agua: en cuyo caso el conflicto entre oferta y demanda se representa a través
del índice de escasez de agua.
Ò El suelo: referido al conflicto entre los usos potenciales o aptitud de uso (usos
permitidos) y los usos actuales (o reales); representado como conflictos de uso del
suelo.
Ò El riesgo: como el resultante de la concurrencia de una situación potencialmente
peligrosa o amenaza (en este caso equivale a la oferta ambiental) y una situación
vulnerabilidad de infraestructuras, equipamientos, viviendas o personas que se
exponen a los peligros potenciales.

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2.2. La aplicación de los sistemas de información geográfica al análisis de la
situación ambiental actual: síntesis cartográfica

Las herramientas informáticas, computadores y programas especializados de análisis geográfico


(sistemas de información geográfica o SIG) permiten la síntesis cartográfica precisa de
cantidades importantes de información relativa al territorio.

En el caso que nos ocupa, buscamos caracterizar la situación ambiental actual del departamento
para las variables definidas (ecosistemas, agua, suelo, riesgo) a través de una serie de mapas, de
tal manera que el ejercicio de análisis se haga transparente para los lectores no iniciados en el
tema y permita una síntesis espacial comprensible.

El gráfico que a continuación se muestra, representa una abstracción del ejercicio de análisis
geográfico correspondiente al balance de oferta y demanda ya mencionado.

Bioclimas

Conflictos de
uso: suelo, Ecosistemas Ecosistemas y
Precipitación agua y riesgos actuales corredores
estratégicos

Aptitud de uso

Relieve y Cobertura y
Temperatura uso actual Zonificación
Ambiental

Síntesis de
conflictos de uso Paisajes
Amenazas culturales, Densidad
Suelos ANP Vivienda rural

Donde la situación ambiental actual (recuadro morado) se representa por los mapas de:
Ò Bioclimas.
Ò Ecosistemas actuales.
Ò Amenazas naturales.
Ò Aptitud de uso del suelo (uso potencial).

9|Página
Ò Cobertura y uso actual del suelo.
Ò Síntesis de los conflictos de uso para el agua, suelo y del riesgo.
Ò Paisajes culturales y Áreas Naturales Protegidas.
Y en una segunda fase, correspondiente a la plataforma ambiental planteada a futuro
del MOT (recuadro azul) ésta recogerá información relativa a ecosistemas y
corredores estratégicos, a la aptitud de uso y a definiciones como las densidades de
vivienda rural entre otros y se sintetizará como un mapa de zonificación ambiental.

P á g i n a | 10
3. EL TERRITORIO: GEOGRAFÍA Y CULTURA
El departamento de Risaralda se localiza en la región andina, en el centro-occidente del país
(Mapa 1). Limita al norte con el departamento de Antioquia; al nororiente con el de Caldas; por el
sur con el Quindío; por el suroccidente con el Valle del Cauca; por el oriente con el Tolima; y por
el noroccidente con el Chocó.

Su territorio, con una extensión de 4140km2, comprende una franja que en dirección
noroccidente arranca en la cordillera Central (donde alcanza alturas de 4.500m en el Nevado de
Santa Isabel), a los 2000m alcanza una zona intermedia con topografía ondulada que baja al valle
del Cauca hasta los 900m y asciende nuevamente, esta vez por la vertiente oriental de la
cordillera Occidental hasta alcanzar un máximo de 4.000m (Cerro de Tatamá) para descender
finalmente por la vertiente occidental de la cordillera occidental hasta cerca de los 950m.

Está compuesto por 14 municipios (Mapa 2), de los que la ciudad de Pereira es su capital.

Mapa 1. Localización del departamento de Mapa 2. División político administrativa del


Risaralda en Colombia departamento de Risaralda

En la época precolombina, el territorio estuvo ocupado por tribus indígenas Quimbayas (al oriente
del Cauca) y de la familia Anserma (al occidente del Cauca); con el avance de la colonia
desaparecieron los Quimbayas, mientras que algunas tribus Ansermas sobrevivieron dando
origen a los resguardos de Tachiguí, Güática y Quinchía.

Para el comienzo de la República se sumaba a estas, ahora aldeas nativas, la de La Paz, en


Cerritos. Para entonces, los únicos blancos eran los misioneros y sacerdotes y los funcionarios
caucanos1.

1
Cardona Tobón, A. Páginas. Revista Académica e Institucional de la UCPR. Edición No.14. Pereira.

11 | P á g i n a
Luego sobreviene la colonización antioqueña por parte de dos grupos: uno proveniente del
suroeste que ocupó los municipios al occidente del río Cauca, y otro proveniente de Salamina y
otros distritos del sur del viejo Antioquia y que poblaron a Santa Rosa, Pereira y Marsella.

En cuanto a los afrodescendientes, Cardona Tobón2 anota: “Desde la segunda década de


este siglo los chocuanos iniciaron su penetración por el corregimiento de Santa Cecilia
en Pueblo Rico. Avanzaron hacia Pereira en calidad de sirvientes y ocupando los oficios
más humildes. Han ido ascendiendo y mejorando. El grupo cuenta con valores
extraordinarios en la Universidad y en la docencia. Es un grupo vigoroso, inteligente,
sano y con deseos de progreso. Otro grupo negro viene de Puerto Tejada y de la zona
cañera del Valle del Cauca se ha ubicado principalmente en La Virginia. Este grupo tiene
problemas como prostitución y droga”.

Hoy en día, en el departamento están representados diferentes grupos culturales y sus


manifestaciones territoriales (modos de vida y producción; formas particulares de
relacionarse con los ecosistemas naturales) se evidencian como paisajes culturales.
Estos son:

El Paisaje Cultural Cafetero, que ocupa gran parte del territorio (subregiones I y II) en sus
porciones media y alta y que ha sido asociado al Complejo Cultural Antioqueño3,
producto de la colonización antioqueña de finales del siglo XIX y principios del XX. Debe
anotarse que la región fue objeto previamente de la influencia Caucana, cuyos
representantes se encontraban en el territorio, en número reducido, cuando se dio dicha
colonización.

El Paisaje Cultural Afrorisaraldense, particularmente referido al municipio de Pueblo Rico,


en el Chocó Biogeográfico de Risaralda, vertiente occidental de la cordillera occidental
(Sub región III), asociado al Complejo Cultural Negroide o Litoral-Fluvio Minero; así
mismo con representación puntual en el municipio de La Virginia (Sub región II), antiguo
pueblo fundado por esclavos libertos.

El Paisaje Cultural Indígena, ocupado particularmente por indígenas del grupo Emberá
(Catío-Chami-Epera o Emperá), en los municipios de Mistrató y Pueblo Rico (Sub región
III).

El Paisaje Cultural Urbano, incorporado al PC Cafetero, pero con manifestaciones


particulares de otros grupos migrantes y subculturas (tribus), referido especialmente al
Área Metropolitana de Centro Occidente AMCO (conurbación Pereira-Dosquebradas y La
Virginia) así como a la cabecera de Santa Rosa de Cabal.

Migración a las ciudades con la correspondiente invisibilización y pérdida de identidad de


las minorías; conflictos territoriales entre mestizos, indígenas y afrodescendientes;

2 Op.cit.
3
Gutiérrez de Pineda, V. Familia y Cultura en Colombia. (Tipologías, funciones y dinámica de la familia.
Manifestaciones múltiples a través del mosaico cultural y sus estructuras sociales). Biblioteca Básica
Colombiana. Instituto Colombiano de Cultura. Talleres gráficos del DANE. Bogotá, 1975

P á g i n a | 12
deterioro del patrimonio cultural (transculturación); surgencia de valores desadaptativos
(vistos en la perspectiva del bien común); informalidad, son algunas de las tendencias-
problemas asociadas a la dimensión cultural del departamento.

Nuevamente referido al tema de la etnicidad, Cardona Tobón hace este particular


comentario: “Pereira es la síntesis y el compendio de Risaralda. Aquí llegan todas las
corrientes inmigratorias y aquí se amalgaman y se funden los grupos raciales. Pereira es
una ciudad triétnica pero cada vez más morena. A menos que grandes empresas
manufactureras atraigan la población blanca del norte caldense, que con Bogotá tiene a
Pereira como su segunda patria”.

Grupos étnicos presentes en Risaralda

GRUPO ETNICO

AFRO EMBERA (Catío-ChamI-Epera o Emperá)

NOMBRE Municipio de Pueblo Rico Unificado Chamí

MUNICIPIO Pueblo Rico Pueblo Rico-Mistrató

HABITANTES 1294 7126

# DE FAMILIAS 198 1168

En el mapa que se presenta a continuación, se muestran las áreas de las comunidades negras
(Paisaje Cultural Afrorisaraldense) y los resguardos indígenas (Paisaje Cultural indígena), las dos
representadas fundamentalmente en la subregión III, bajo el influjo directo del Chocó
Biogeográfico; así como las áreas priorizadas (principales y de amortiguación) por el proyecto de
Paisaje Cultural Cafetero a partir de criterios asociados a valores patrimoniales de eventual
interés global, aunque se entiende que todo el territorio del departamento, excluyendo los PC
afrorisaraldenses, indígenas y urbanos corresponderían al Paisaje Cultural Cafetero.

Se resalta el hecho de que un área importante en la que se cultiva el café no cumple con los
criterios desarrollados por el proyecto de Paisaje Cultural Cafetero formulado y puesto a
consideración ante la UNESCO con la pretensión de que éste sea declarado como Patrimonio de
la Humanidad. Incluso parte del área en café corresponde a los territorios indígenas, lo que nos
aclara el hecho de que la presencia del cultivo del grano es una característica central de la
definición del Paisaje Cultural Cafetero, pero no es la única ni es suficiente; por fuera de las
consideraciones del proyecto, desde la CARDER (equipo de trabajo del MOT en la Oficina Asesora
de Planeación) se asume como parte del PC Cafetero el territorio que históricamente ha recibido
el influjo de la cultura antioqueña o de la montaña, que tradicionalmente afectó las zonas
templadas (propiamente cafeteras) y las zonas frías.

13 | P á g i n a
4. EL BIOCLIMA
El bioclima representa los cambios en la altitud y factores meteorológicos que configuran
las características físicas de una región, conformando así regiones ecoclimáticas que
pueden ser usadas para determinar límites de ecosistemas (IAvH 2004).

Para la elaboración del mapa bioclimático de Risaralda4 se incorporó información relativa


a pisos bioclimáticos (que asocia de manera implícita la elevación del terreno o relieve
con la temperatura) y del modelo de distribución de humedad (que contrasta la cantidad
de agua de las lluvias y la cantidad que se evapora y que transpiran las plantas).

De acuerdo con esto, los bioclimas se definen de acuerdo con los siguientes pisos
bioclimáticos y clases de humedad:

4
WWF-Wildlife Conservation Society-CARDER. Mapa de Ecosistemas Estratégicos. Departamento de
Risaralda. 2008.

P á g i n a | 14
Clasificación de Pisos Bioclimáticos.

Cordillera Occidental (msnm) Cordillera Central (msnm)


PISO Vertiente Vertiente Vertiente Vertiente
BIOCLIMATICO Occidental Oriental Occidental Oriental
Basal <1100 <1200 <1200 <1200
Subandino 1100-2200 1100-2200 1200 -2200 1200-2200
Andino 2200-3300 2200-3300 2200-3500 2200-3500
Páramo >3300 3300 >3500 >3500

Clasificación de la humedad

CLASE Relación ETP/ PT


Pluvial 0.125 – 0.25
Muy húmedo 0.25 – 0.5
Húmedo 0.5 – 1
Seco 1-2
Muy seco 2-4

Fuente : Zonificación agroecológica de Colombia (IGAC Y CORPOICA) en ecosistemas de


los andes colombianos
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.

Los bioclimas definidos para las tres subregiones de Risaralda se presentan en el


siguiente cuadro:

Bioclimas por Subregión. Departamento de Risaralda.

15 | P á g i n a
CLASIFICACION SUBREGION TOTAL
BIOCLIMA I II III Ha %
Paramo muy húmedo 17800,28 0,00 0,00 17800,28 5,0
Paramo pluvial 0,00 1021,97 2056,01 3077,98 0,9
Altoandino muy húmedo 0,00 4442,06 1597,32 6039,39 1,7
Altoandino pluvial 11219,49 0,00 3940,32 15159,81 4,2
Andino muy húmedo 11242,46 8002,55 6874,60 26119,62 7,3
Andino pluvial 0,00 0,00 4731,86 4731,86 1,3
Subandino húmedo 13084,77 38394,94 3594,46 55074,17 15,4
Subandino muy húmedo 54566,54 29941,94 40340,55 124849,03 34,8
Subandino pluvial 0,00 0,00 21487,67 21487,67 6,0
Basal seco 1589,55 4621,87 0,00 6211,42 1,7
Basal húmedo 27716,88 15913,79 0,00 43630,67 12,2
Basal pluvial 0,00 0,00 34419,10 34419,10 9,6

Se anota que en aquellos bioclimas clasificados como pluviales, en promedio llueve entre
cuatro y ocho veces más agua de la que se evapora, es decir, los ecosistemas allí
situados exportan agua a otros menos húmedos (el agua de los ríos) y en los bioclimas
secos, el agua que se evapora es entre una y dos veces mayor que la que cae en forma
de lluvias, por lo que depende del agua proveniente de ecosistemas de otros bioclimas
menos secos.

El bioclima predominante en el departamento es el “Subandino muy húmedo” (entre los


1100 y los 2200 msnm) presente en las dos cordilleras correspondiendo a 125.000 Ha
aproximadamente, que representan el 34,8% de la superficie y que coincide con áreas de
alta producción agropecuaria que han degradado las coberturas nativas propias de este
bioclima. Aunque está bien representado en las tres subregiones, ocupa mayores áreas
en las subregiones I y III. Se estima que hasta el año 2005 se habían perdido 71.334 ha
de las coberturas naturales presentes en este bioclima (aproximadamente 20 % del área
total del departamento)5.

El segundo bioclima en orden de importancia por su tamaño corresponde al Subandino


húmedo, que con aproximadamente 55.000 Ha representa el 15,4% del área del
departamento. Aunque a igual altura que el anterior, la humedad es cerca de la mitad.
Este bioclima está claramente mejor representado en la subregión II.

5
WWF-Wildlife Conservation Society-CARDER. Mapa de Ecosistemas Estratégicos.
Departamento de Risaralda. 2008.
 

P á g i n a | 16
El tercero y cuarto lugar corresponden a los bioclimas Basal húmedo (Subregiones I y II),
y al Basal pluvial (sólo en la Subregión III), que en conjunto suman cerca del 22% del
área del departamento. El Basal seco, deficitario en agua, cerca al río Cauca
(Subregiones I y II), ocupa sólo un 1,7% del área del departamento, pero alberga relictos
del ecosistema natural de Bosque seco, que se le considera altamente amenazado (poco
representado).

El páramo pluvial es el bioclima con menor área en el departamento (sólo 3078 ha que
representan 0.9 % del área total), pero las coberturas naturales se encuentran en muy
buen estado dado que en su mayor parte están dentro del PNN Tatamá.

Como se mencionó anteriormente, la presencia de los diferentes bioclimas, junto con la


historia biogeográfica (poblamiento del territorio por parte de las diferentes especies de
organismos) posibilita la evolución de un número importante de ecosistemas naturales,
que a su vez, y desde la perspectiva del hombre, generan toda una gama de bienes y
servicios ecosistémicos.

En la página siguiente se presenta el mapa de bioclimas del departamento de Risaralda.

17 | P á g i n a
4.1. El cambio climático: tendencias, efectos previstos y retos asociados
El cambio climático es un hecho; “el conocimiento del cambio climático global y sus
implicaciones regionales provee las herramientas necesarias para lograr que la reducción de la
vulnerabilidad sea un objetivo explícito de los procesos de desarrollo sostenible”6. El
calentamiento medio proyectado para Latinoamérica para fin de siglo varía, de acuerdo a los
diferentes modelos climáticos, de 1 a 4 °C para el escenario de emisión SRES B2 y de 2 a 6 °C
para el escenario A2 (confiabilidad media); por otra parte, la mayoría de las proyecciones de los

6
OMM-PNUMA-IPCC. Evaluación de la vulnerabilidad e impactos del cambio climático y del potencial de
adaptación en América Latina. Trabajo desarrollado a partir del capítulo 13, América Latina, de la
contribución del Grupo de Trabajo II al Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre
Cambio Climático (IPCC). 2007

P á g i n a | 18
modelos de circulación general (MCG) indican anomalías de precipitaciones relativamente
grandes (positivas y negativas) para las zonas tropicales de América Latina y menores para
Sudamérica extra tropical7.
Dentro de los efectos más importantes previstos para la América latina relacionados con
el tema del cambio climático tenemos:
Ò Los cambios en la ocurrencia de eventos climáticos extremos: la mayoría de los
estudios sobre cambios climáticos actuales indica que la frecuencia de la ocurrencia
de eventos extremos aumentará en el futuro. Muchos impactos del cambio climático
aparecerán como la resultante en el cambio de la frecuencia de ocurrencia de
eventos extremos como tormentas de viento, tornados, granizo, olas de calor,
temporales, lluvias muy intensas o temperaturas extremas de duración diversa -horas
hasta días- (OMM-PNUMA-IPCC, 2007).
Ò Los cambios en el uso del suelo: en las zonas tropicales de Latinoamérica, uno de los
principales desastres ambientales a enfrentar será la deforestación. América Latina
es responsable sólo del 4.3% de las emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero (GEI), sin embargo el 48.3% de esas emisiones proviene de la
deforestación y el cambio de uso de la tierra (UNEP, 2000). En el año 2010, las
superficies de selvas y bosques de América del Sur y América Central se verán
reducidas en 18 millones de hectáreas y 1.2 millones de hectáreas respectivamente,
para dar paso a la producción de cultivos y la expansión de la ganadería (FAO,2005).
Ò Los cambios en los ecosistemas naturales: las especies tropicales pueden ser
sensibles a pequeñas variaciones climáticas debido a que los sistemas biológicos
responden lentamente a los cambios relativamente rápidos del clima. Este hecho
podría conducir a una disminución de la diversidad de las especies (OMM-PNUMA-
IPCC, 2007). Junto con la alteración de los ecosistemas sobreviene el cambio en la
oferta de bienes y servicios ecosistémicos o ambientales.

Cambios proyectados en la temperatura y la precipitación para grandes


subregiones del Centro y el Sur de América

7
Op.cit.

19 | P á g i n a
Fuente: OMM-PNUMA-IPCC. Evaluación de la vulnerabilidad e impactos del cambio climático y del
potencial de adaptación en América Latina. 2007.

Las investigaciones de Andy Yarvis (CIAT,2008) en la cuales se utilizan los datos


climáticos regionales para “correr” los modelos climáticos mayormente reconocidos a
nivel mundial, llevaron al autor a proponer una síntesis del impacto regional
(departamental) en cuanto a los eventuales cambios de temperatura y precipitación
estimados para el año 2050.

Estos impactos regionales se sintetizan de manera gráfica en el siguiente mapa:

Cambios estimados en temperatura y precipitación para los departamentos de Colombia


(Yarvis, 2009)

P á g i n a | 20
Los pronósticos obtenidos, basados en modelos, y que implican cierto grado de
incertidumbre, se sintetizan para Risaralda de la siguiente manera:

Ò Aumento de temperatura de 0.8oC en 2020, y 2.2oC en 2050, equivalente éste último a 440m
de desplazamiento del clima hacia tierras más altas (Pereira con el clima de La Virginia).
Ò Incremento en la variación de temperaturas durante el día: noches más frías, medios días
más calientes.
Ò Tendencia hacia más lluvia (100mm al año, equivalente a un 5,2%).
Ò En términos de los retos asociados al cambio climático se plantean para la región, a nivel
general, los siguientes:
Ò Definir e implementar estrategias que permitan a la sociedad en su conjunto
adaptarse creativamente a los cambios ambientales, productivos y sociales
asociados al cambio climático.
Ò Apropiar recursos económicos (generar divisas) provenientes del aporte
regional al proceso de mitigación del cambio climático, mediante la
implementación de mecanismos de desarrollo limpio (MDL) u otros esquemas
semejantes.

21 | P á g i n a
5. LOS ECOSISTEMAS
Un ecosistema es un sistema natural que está formado por un conjunto de organismos vivos y el
medio físico con el que se relacionan. Es una unidad compuesta de organismos interdependientes
que comparten el mismo hábitat. En el trabajo realizado para la CARDER por la Fundación Mundial
para la Vida Silvestre WWF8, Mapa de Ecosistemas Estratégicos del Departamento de Risaralda,
se asumieron como unidades ecosistémicas o ecosistemas, las coberturas presentes en el
departamento y clasificadas mediante el método de Corine Land Cover.

Beneficios derivados de los ecosistemas


La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de 2005 define los Bienes y Servicios Ambientales
(o ecosistémicos) como “los beneficios que la sociedad recibe de los ecosistemas”, y los
clasifica en cuatro grupos:
Ò Servicios de Base o de Apoyo: formación de suelos, ciclos de nutrientes y producción
primaria.
Ò Servicios de Suministro o Aprovisionamiento: productos que las personas obtienen
directamente de los ecosistemas, tales como alimentos, agua, combustibles, fibras, madera,
recursos genéticos.
Ò Servicios de Regulación: los obtenidos de la regulación de los procesos de los ecosistemas,
tales como el mantenimiento de la calidad del aire, regulación climática, control de la
erosión, purificación del agua, regulación de enfermedades.
Ò Servicios Culturales: beneficios intangibles que las personas obtienen de de los ecosistemas
mediante el enriquecimiento espiritual, el desarrollo cognitivo, la reflexión, la recreación y
las expresiones estéticas; entre otros recreación, ecoturismo, estéticos, de inspiración,
educacionales, sentidos de identidad y pertenencia a un lugar, y herencia cultural.

5.1. Ecosistemas naturales


Los ecosistemas naturales corresponden a aquellos que se establecieron en la región como
resultado de los procesos de migración y posterior competencia entre las diferentes especies, de
acuerdo con las posibilidades de bioclima, relieve y suelos que ofrece el territorio y que no han
sido intervenidos de manera significativa por el hombre. Entre estos tenemos:
Ò Ecosistemas de bosques:
ƒ Bosque basal (húmedo, pluvial y seco)
ƒ Bosque subandino (húmedo, muy húmedo y pluvial)
ƒ Bosque andino y altoandino (muy húmedo y pluvial)
ƒ Bosque de páramo (muy húmedo y pluvial)
Ò Páramos (muy húmedo y pluvial)
Ò Lagunas, humedales y ríos.

5.2. Ecosistemas intervenidos


Estos corresponden a los ecosistemas que han sido intervenidos por el hombre en mayor o
menor medida; entre estos tenemos:

8
WWF-Wildlife Conservation Society-CARDER. Mapa de Ecosistemas Estratégicos.
Departamento de Risaralda. 2008.
 

P á g i n a | 22
Ò Ecosistemas agropecuarios (agroecosistemas); que incluyen cultivos y pasturas
para la ganadería.
Ò Plantaciones forestales.
Ò Ecosistemas urbanos e industriales (artificializados).

5.3. Ecosistemas estratégicos y corredores ambientales


Ecosistemas estratégicos son aquellos sin los cuales el territorio pierde la capacidad
mínima de abastecimiento continuado de los bienes y servicios ambientales necesarios
para la producción y reproducción social dentro del territorio.

Por su parte, se entiende por corredor ambiental una franja o porción alargada de terreno
que presta o debe prestar uno o varios servicios ambientales estratégicos; que conecta
ecosistemas de singular valor; realza las condiciones paisajísticas, culturales o de
recreación; amortigua el impacto de ciertas actividades asociadas a usos intensivos del
suelo; permite la estabilización de taludes o riberas como parte del proceso de mitigación
del riesgo u orienta la reconversión de usos (modos de producción y de vida) hacia otros
ambientalmente más amigables; y que es reconocida o declarada con el propósito de
garantizar una mayor integridad ecosistémica dentro del territorio.

Existe una primera aproximación a una definición de ecosistemas estratégicos para el


departamento fruto del trabajo del WWF; pero ésta se remite fundamentalmente a la
variable de diversidad ecosistémico-biológica; y no incorpora una mirada funcional
centrada en los bienes y servicios ecosistémicos, ni revisa el tema de la conservación
del patrimonio cultural. Estos elementos deben ser retomados en la definición de la
propuesta de zonificación ambiental que constituirá la Plataforma ambiental para el MOT
acordado.

5.4. Situación actual de los Ecosistemas en Risaralda


Los ecosistemas mayormente representados hoy en día en el departamento
corresponden a los ecosistemas naturales (bosques, páramo, y lagunas) que suman
cerca de 175.500 Ha (49 % del total del área); en segundo lugar tenemos los
agroecosistemas o ecosistemas agropecuarios con un total aproximado de 173.500 Ha
(48,4 % del total del área), lo que representa sin lugar a dudas frente a otros
departamentos, una situación positiva en relación con la oferta de bienes y servicios
ecosistémicos.

Ecosistemas actuales de Risaralda por subregiones (reclasificado de WWF)

23 | P á g i n a
SUBREGION (Ha)
ECOSISTEMAS RECLASIFICADO WWF I II III TOTAL Ha %
Nieve 68,78 0 0 68,78 0,02
Ecosistemas de Paramo 13053,04 1010,9 1940,24 16004,18 4,46
Ecosistemas de Bosque 42563,62 24918,05 91712,36 159194,03 44,39
Lagunas 363,65 3,24 0 366,88 0,10
Afloramiento Rocoso 356,07 0 3,65 359,72 0,10
Plantacion forestal 3336,44 1099,98 83,3 4519,72 1,26
Ecosistemas Agropecuarios 73463,45 74836,07 25221,8 173521,32 48,39
Zonas urbanizadas 3988,17 462,18 80,54 4530,9 1,26
Zona  minera 26,76 8,7 0 35,46 0,01
358600,99 100,00
Fuente: CARDER, 2010 (con base en WWF-CARDER 2008)
En la subregión I la relación en área entre los ecosistemas naturales mencionados y los
agroecosistemas es de 0,76; de 0,34, la más baja, en la subregión II y de 3,7, la más alta, en la
subregión III. Pese a esto último, en el mapa de ecosistemas actuales que se anexa a
continuación, se observa el impacto que sobre los procesos de colonización y deforestación
asociada a estos ha tenido la apertura de las vías de penetración en la subregión III (carreteras
Pueblo Rico-Chocó y Mistrató – Santa Cecilia/Pueblo Rico), constituyéndose en la subregión más
amenazada, pese a ser la que mayor proporción de ecosistemas naturales representa.

Las zonas urbanizadas con aproximadamente 4.500 Ha, representan sólo el 1,26 % del área del
departamento, de las cuales cerca de 4000 Ha (1,11 %) corresponden a la subregión I y son
responsables de la alta demanda sobre los bienes y servicios ecosistémicos.

Las plantaciones forestales con especies foráneas de rápido crecimiento corresponden a


ecosistemas cuyo impacto sobre el balance hídrico y de nutrientes, así como sobre la fertilidad y
salud del suelo puede ser alto y están pobremente representadas en el territorio, con sólo 4.519
Ha (1,26 % del área del departamento) de las cuales cerca de 4.000 están en la subregión I. Esto
no contradice el alto potencial ambiental para la actividad forestal que presenta el departamento,
siempre y cuando se utilicen especies apropiadas al tipo de oferta presente.

P á g i n a | 24
5.5. Tendencias y retos asociados a la gestión de los Ecosistemas Estratégicos

En cuanto a los ecosistemas, las principales tendencias se pueden resumir así:

Frente a lo que ha ocurrido en los últimos 20 años, la incorporación de nuevas áreas a la


conservación se desacelera;

Las áreas bajo protección, y en particular las incorporadas al sistema de áreas


protegidas del departamento adelantarán actividades definidas en los planes de manejo,
aunque las fuentes de recursos requeridas para tal fin no son suficientes para garantizar
su total ejecución.

Algunos ecosistemas boscosos seguirán siendo objeto de deterioro (por extracción


selectiva de maderas finas) y/o de tala, en particular en la subregión III.

El reconocimiento del valor estratégico de los ecosistemas y la valoración de los Bienes


y Servicios Ambientales derivados de estos permitirán priorizar las intervenciones.

25 | P á g i n a
Mejor conocimiento de la situación, mejoras en la pedagogía ambiental y mayor
compromiso de las comunidades, en particular de la comunidad educativa.

Se adelantarán esfuerzos importantes por sanear los conflictos de uso en los


ecosistemas estratégicos del departamento.

Algunos ecosistemas se transforman, desplazan e incluso desaparecen (páramos) por


efectos del cambio climático.

Se desarrolla un uso más eficiente de los Bienes y Servicios Ambientales derivados de


los ecosistemas estratégicos, mediante la agregación de valor, la estructuración de
Cluster de BSA, y la incorporación de éstos a nuevos mercados.

En términos de los retos tenemos:

Ò Desarrollar mecanismos de adaptación al cambio climático que minimicen su


impacto sobre los ecosistemas naturales y en particular sobre los estratégicos.

Ò Desarrollar nuevos mecanismos financieros para la conservación.

Ò Consolidar un sistema de corredores ambientales que articulen los ecosistemas


estratégicos.

Ò Adelantar procesos de reconversión productiva acordes con los objetivos de


conservación.

Ò Proveer de modos de vida sostenibles a las comunidades, asociados a la generación


y puesta en valor de los Bienes y Servicios Ambientales.

Ò Consolidar un modelo de gestión territorial fundamentado en alianzas entre actores (Bosque


Modelo) y acorde con un Modelo de Ordenamiento Territorial departamental e incluso
supradepartamental.

Ò Desarrollar la creatividad y las capacidades de investigación y desarrollo requeridas para


consolidar una economía soportada en la generación de BSA.

Ò Incorporar exitosamente el conocimiento científico y tradicional en un proceso de


ecoalfabetización de alcance general, que transforme nuestra cultura.

Ò Consolidar una marca territorial en la que se resalte la particularidad de nuestros ecosistemas


y la manera de protegerlos e intervenirlos.

P á g i n a | 26
6. EL AGUA
6.1. La oferta hídrica
El departamento de Risaralda es privilegiado en términos de la oferta de agua; está
sujeto a la influencia de dos fenómenos climáticos de escala macroregional: masas de
aire húmedo provenientes del Océano Pacífico y la selva tropical lluviosa del Chocó
Biogeográfico y masas de aire húmedo provenientes del Amazonas al oriente. Igualmente
está sujeto a un fenómeno regional, representado por masas de aire cálido y más seco
originadas en la depresión del río Cauca.

Estos fenómenos, condicionados por los cambios estacionales de la zona de


convergencia intertropical interactúan con los principales accidentes topográficos del
territorio, las cordilleras oriental y occidental, determinando en gran medida la
distribución de las precipitaciones.

Esta situación hace que se presenten dos marcadas tendencias: la vertiente occidental
de la cordillera occidental recibe los mayores valores de precipitación, que alcanzan
5.000 mm anuales, mientras que la vertiente oriental presenta una humedad que varía de
alta a baja en la medida en que nos aproximamos de occidente a oriente hacia el río
Cauca, donde se registran los valores más bajos de precipitación, inferiores a 1.800 mm
al año. Algo similar ocurre con la vertiente occidental de la cordillera central, cuya
humedad varía de alta a baja al aproximarse al Cauca de oriente a occidente. El promedio
de precipitación para el departamento es de 3.000 mm al año.

Para cuantificar la oferta hídrica a nivel territorial se requiere medir la cantidad de lluvia
que cae y las fuentes que abastecen el área en cuestión, mediante observaciones diarias
(series) realizadas en sitios estratégicos o de interés (estaciones hidrológicas y
meteorológicas), y determinar entonces la variación sistemática de los principales
parámetros considerados para su análisis, en el tiempo.

Igualmente deben considerarse para el análisis de la oferta, las facilidades de


almacenamiento que permitan suplir deficiencias temporales de los períodos secos
(reservorios) y las de distribución del agua (canales y/o acueductos) que resuelvan las
deficiencias espaciales de agua.

El análisis completo de la oferta de agua debe especificar territorialmente, además de las


condiciones de cantidad, las de calidad del recurso. Las condiciones de calidad de la
oferta se relacionan con los requerimientos de calidad de los diferentes tipos de uso
(demanda).

Finalmente, para calcular la oferta neta de agua es preciso sustraer la cantidad de agua
entendida como caudal mínimo remanente o ecológico que se define como el caudal
requerido para el sostenimiento del ecosistema, la flora y la fauna de una corriente de
agua. El IDEAM ha adoptado como caudal mínimo ecológico un valor aproximado del
25% del caudal medio mensual multianual más bajo de la corriente en estudio.

27 | P á g i n a
Precipitación (promedio anual en milímetros)

6.2. La demanda
La demanda hídrica se calcula a partir de los requerimientos de suministro asociados a los usos
doméstico, agrícola, pecuario, industrial y para el sector de servicios.

6.3. El índice de escasez


Se le define como la relación porcentual entre la demanda de agua del conjunto de actividades
sociales y económicas con la oferta hídrica disponible, luego de aplicar factores de reducción por
calidad de agua y caudal ecológico9.En otras palabras, el índice de escasez representa la
demanda de agua que ejercen es su conjunto las actividades económicas y sociales para su uso
y aprovechamiento frente a la oferta hídrica disponible (neta)10.

9
IDEAM. Metodología de Cálculo del Índice de Escasez. Rivera H.G., Marín, R., Vanegas, R. Bogotá, 2004.
10
Una vez realizadas las respectivas mediciones, cálculos y análisis con respecto a la oferta hídrica neta y a
la demanda, se calcula el índice de escasez a partir de la siguiente expresión matemática:
Ie=Dh/OhxFrx100, donde Ie: índice de escasez en porcentaje; Dh: demanda hídrica en metros cúbicos (m3);

P á g i n a | 28
PROYECCIONES DE POBLACIÓN MUNICIPALES POR ÁREA. DANE, INDICE DE ESCACEZ DE
AGUA SIGOT
POBLACIÓN  POBLACIÓN  POBLACIÓN 
Municipio Ind. de Escacez
TOTAL CABECERA RESTO
Apía 18100 7652 10448 10,01‐20 Medio
Balboa 6343 1832 4511 1,01‐10 Minimo
Belén de Umbría 27737 12959 14778 1,01‐10 Minimo
Dosquebradas 187153 178200 8953 20,01‐50 Medio Alto
Guática 15584 3887 11697 1,01‐10 Minimo
La Celia 8693 3418 5275 1,01‐10 Minimo
La Virginia 31571 31007 564 20,01‐50 Medio Alto
Marsella 22164 12235 9929 1,01‐10 Minimo
Mistrató 15578 4090 11488 0‐1 No significativo
Pereira 454291 381153 73138 10,01‐20 Medio
Pueblo Rico 12505 3019 9486 0‐1 No significativo
Quinchía 33459 8004 25455 1,01‐10 Minimo
Santa Rosa de Cabal 70934 58010 12924 1,01‐10 Minimo
Santuario 15541 7032 8509 1,01‐10 Minimo

De los 14 municipios de Risaralda, dos presentan un índice de escasez calculado para un


año seco (2000) como no significativo (Mistrató y Pueblo Rico); siete tienen un índice de
escasez mínimo (Guática, Quinchía, Santuario, La Celia, Balboa, Marsella y Santa Rosa
de Cabal); dos un índice de escasez medio (Apía y Pereira); y dos un índice de escasez
medio alto (La Virginia y Dosquebradas).

Se resalta el hecho de que salvo Apía, los municipios con más restricciones de agua
corresponden a los de mayor población, con mayor dinámica poblacional o proyecciones
de desarrollo.

6.4. Tendencias y retos asociados a la gestión del agua


En cuanto a las tendencias relacionadas con la disponibilidad del recurso agua tenemos:

Ò Crecimiento importante de la demanda particularmente en Pereira, Santa Rosa,


Dosquebradas y La Virginia, asociado al aumento de la población y al crecimiento de
las actividades económicas.
Ò Mejoramiento en la capacidad administrativa del recurso a diferentes niveles.
Ò Disminución de pérdidas.
Ò Mayor conciencia sobre el cuidado del agua, mayor ahorro.
Ò Desarrollo de alternativas de provisión de agua (fuentes subterráneas, cosecha de
aguas lluvias).

Oh: oferta hídrica superficial neta en metros cúbicos (m3); Fr: factor de reducción por calidad del agua y el
caudal ecológico; 100: para expresarlo en porcentaje.

29 | P á g i n a
Ò Avances significativos en el saneamiento de las corrientes hídricas del departamento,
en particular de las grandes ciudades.
Ò Disminución en la contaminación por agroquímicos, asociada a una reconversión de
los sistemas productivos hacia otros ambientalmente más amables y a la aplicación
de Buenas Prácticas de Producción (y/o manufactura o manejo).
Ò Alteraciones significativas de la oferta de agua asociadas al fenómeno de cambio
climático.

En cuanto a los retos:

Ò Desarrollar un sistema regional integrado de provisión de agua.


Ò Adaptarnos a los requerimientos asociados al cambio climático, de abastecimiento en épocas
secas y a la protección de infraestructuras de captación, conducción y potabilización en
épocas de lluvia.
Ò Garantizar el acceso a agua de calidad por parte de todos los ciudadanos de la región.
Ò Conservar efectivamente los ecosistemas estratégicos asociados al recurso agua (páramos –
en cuanto el clima permita su persistencia-, bosques alto andinos, zonas forestales
protectoras de las riberas).
Ò Valorar y rescatar los humedales del departamento.
Ò Mejorar significativamente la calidad de los datos relativos al balance hídrico y al clima a una
mayor escala (estaciones meteorológicas e hidrológicas, sistemas automatizados de
monitoreo, sensores remotos) y nuestra capacidad de análisis de los mismos.
Ò Adaptar los modos de vida de la región a la disponibilidad alternante de agua.
Ò Incorporar la gestión eficiente del agua en la cultura.
Ò Eliminar los conflictos de uso del suelo asociados a los ecosistemas estratégicos proveedores
y/o reguladores del bien-servicio agua.

P á g i n a | 30
7. EL RIESGO FRENTE A DESASTRES NATURALES
El riesgo, entendido como la probabilidad de ocurrencia de un desastre natural (más
adelante se discute esta definición), es una función directa de dos variables: la amenaza
y la vulnerabilidad.

7.1. Las Amenazas Naturales


La amenaza se define como la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno, sea de origen
natural o generado por el hombre, que tenga la potencialidad de producir daños y
pérdidas en un contexto social, temporal y espacial determinado. Las amenazas se
clasifican en naturales, socionaturales y antrópicas.

En el caso de Risaralda las amenazas más importantes, son:

Amenaza sísmica (con origen en terremotos): Las subregiones I y II de Risaralda se


encuentran localizadas dentro de la zona de muy alta sismicidad del país, en tanto que la
subregión III se encuentra en zona de alta sismicidad (una categoría más abajo); por otra

31 | P á g i n a
parte, el estudio de mitigación del riesgo sísmico para la ciudad (CARDER, 1997)
reconoció tres posibles fuentes sismogénicas con potencial influencia sobre ésta:

Ò Una fuente (falla geológica) a menos de 25 km de distancia y a una profundidad


entre 10 y 20 km, causante de sismos equivalentes al que afectó el Eje Cafetero el
25 de enero de 1999.
Ò Una fuente profunda, correspondiente a la zona Wadatti - Benioff, localizada bajo las
cordilleras Occidental y Central, a una profundidad de 100 km, responsable de
sismos como los ocurridos el 30 de julio de 1962, 23 de noviembre de 1979 y 8 de
febrero de 1995.
Ò La tercera fuente es lejana y corresponde a la zona de subducción frente a la línea
de costa del Pacífico, que generaría fenómenos equivalentes al sismo del 31 de
enero de 1906, con una distancia epicentral de la Ciudad de Pereira del orden de los
200 km, aproximadamente.

En resumen, la amenaza sísmica es la de mayor cobertura territorial y de mayor potencial


de daño a la que se expone la sociedad risaraldense. En el mapa que se adjunta se
representan las fallas geológicas propias de la región; estas evidencian la complejidad de
la situación sísmica regional.

Amenaza por deslizamientos (o remociones en masa): en segundo lugar y relacionada


con la condición montañosa del territorio (pendientes pronunciadas); con el tipo de
suelos presente (en gran medida cenizas volcánicas); con la pluviosidad (lluvias
abundantes y frecuentes o mal distribuidas); y en menor medida por el uso del suelo
(suelos descubiertos), la amenaza por deslizamientos es de gran importancia, de manera
tal que un 70 % del área del departamento se encuentra bajo amenaza muy alta (33% del
área total en la subregión III, 23 % en la subregión II y 14 % en la subregión I). Siendo alta
en un 25 % del área departamental, donde las pendientes son menos pronunciadas
(21,75% del área total en la subregión I, 2,86 % en la subregión II y sólo 0,21 % en la
subregión III); en áreas menores la amenaza por deslizamientos es media, en las
porciones planas del páramo en el PNN Nevados (1,65 % del área del departamento) en
la subregión I y baja en la planicie o terraza aluvial baja de los ríos Risaralda y Cauca
(3,17 %), en las subregiones II y I. Debe aclararse que la amenaza aumenta cuando los
suelos se saturan de agua (luego de lluvias copiosas y/o muy frecuentes) y que
eventualmente puede verse afectada por la ocurrencia de sismos, configurando una
amenaza compuesta o mixta.

Grado de amenaza por Remoción en Masa

GRADO DE AMENAZA POR REMOCION EN SUBREGION (Ha)


MASA SIGOT (2003) I II III TOTAL Ha %
Muy Alta 50694,46 83325,36 118272,21 252292,03 70,35
Alta 77995,73 10248,38 769,80 89013,91 24,82
Media 5930,03 5930,03 1,65
Baja 2600,02 8765,54 11365,55 3,17
Fuente: SIGOT (2003)

P á g i n a | 32
Amenaza por vendavales: aunque no han sido suficientemente estudiados, aparentemente se
hacen más frecuentes los eventos relacionados con aguaceros torrenciales acompañados por
fuertes vientos, con un potencial de daño significativo aunque no generalizado (localización muy
puntual).

Amenaza por inundaciones torrenciales y lentas: por las características montañosas y climáticas
del departamento, existe una probabilidad importante de que se produzcan inundaciones de
carácter torrencial o avenidas originadas en aguaceros torrenciales, frecuentemente
acompañadas por lodos, rocas y otros materiales de arrastre resultado de la ruptura de “diques”
accidentales ocasionados por derrumbes o deslizamientos sobre el cauce.

Amenaza volcánica: Dentro de la subregión I, en particular la población de las partes


altas de Pereira y Santa Rosa de Cabal, se encuentra bajo amenaza del volcán Nevado de
Santa Isabel, ya sea por el efecto de flujos piroclásticos (zona más próxima), como por
el efecto sísmico asociado y eventual generación de derrumbes (deslizamientos en
masa) y avalanchas por represamiento de los ríos. La posibilidad de que se presenten
lahares prácticamente ha desaparecido con el deshielo al que el nevado se ha sometido,
fruto del calentamiento climático.

Otras amenazas que no se analizan en el presente documento y que corresponden a


amenazas de origen socionatural (en las que el hombre interviene) o francamente
antrópico (ocasionadas directamente por el hombre) son:

33 | P á g i n a
Ò Amenaza por incendios forestales;
Ò Amenaza tecnológica: fugas y/o derrames de hidrocarburos e incendios asociados a
los mismos.
Ò Amenaza por terrorismo.

Vulnerabilidad Social

La vulnerabilidad se plantea como una medida (inversa) de la capacidad que tiene un


grupo social particular para resistir y/o recuperarse (resiliencia) del impacto de un evento
potencialmente dañino.

La construcción del riesgo


Por otra parte, a partir de la década pasada, el riesgo se ha definido como la
probabilidad de que ocurra un desastre y se le evalúa en términos de las pérdidas y de
los daños físicos, económicos, sociales y ambientales que se podrían presentar si se
desencadenara dicho desastre11.

Sin embargo, esta definición surgida particularmente del crisol de investigadores cuyo
foco de atención ha sido preferentemente el de los desastres naturales, a pesar de que
en su momento significó un importante avance conceptual, ha generado
fundamentalmente dos sesgos que más tarde se convirtieron en camisa de fuerza para el
tratamiento del tema.

El primero se relaciona con el hecho de que se da protagonismo de primera línea al desastre,


entendiendo éste generalmente como un evento de gran intensidad y afectación espacial que
involucra pueblos enteros.

11
Definición retomada de Omar Darío Cardona, y otros investigadores, documentos de LA RED (Red
Latinoamericana de Estudios Sociales en Prevención de Desastres).

P á g i n a | 34
Aunque al concepto de desastre admite diferentes lecturas, para el común de las personas se
pierde de vista la perspectiva de la afectación individual o grupal, relacionada con eventos de
baja intensidad que ponen en tela de juicio la viabilidad (sostenibilidad) de un grupo social
determinado. No queda claro tampoco el hecho de que independientemente del grado de
intervención de factores físicos, geológicos o climáticos, dichos eventos siempre son de carácter
social, en cuanto que tanto en los orígenes (decisiones que hacen más o menos vulnerables a las
comunidades) como frente a la afectación (capacidad de respuesta y recuperación) son
determinantes los comportamientos de los grupos sociales. Sin embargo, aún hoy hay quienes
hablan de desastres naturales !

El segundo de los sesgos se deriva de la dificultad para estimar las pérdidas sociales y
ambientales eventualmente implicadas. La tendencia general apunta a aplicar el instrumental
desarrollado por la economía hacia la valoración económica de daños, lo que deja de lado una
serie de elementos de difícil o imposible valoración, que sin embrago pueden jugar un papel
decisivo en términos de supervivencia de un grupo. Cuánto vale la pérdida de una red de
solidaridad, de los referentes culturales, de los contactos, del conocimiento médico tradicional,
por ejemplo?

En vista de lo anterior, podemos reorientar la definición del riesgo hacia una más acorde con
nuestras necesidades y que derive menos hacia los sesgos mencionados; podemos definir el
riesgo como la probabilidad de que un grupo social determinado (a diferentes niveles de análisis)
vea afectados sus medios de vida de manera significativa, comprometiendo negativamente su
capacidad de interacción con el medio (natural, económico, social o político)12.

En términos prácticos, la manera menos complicada de abordar el tema del riesgo en su


dimensión social comunitaria es hacerlo desde la perspectiva de las viviendas en riesgo. En este
caso se le clasifica como riesgo mitigable (que es posible intervenir de alguna manera para
disminuirlo, ya sea por la vía de la intervención de la vulnerabilidad o de la amenaza) y como
riesgo no mitigable, cuando no es posible por razones económicas o técnicas llevar el nivel de
riesgo a un nivel “aceptable”, en cuyo caso la opción es la reubicación de las viviendas.

Ahora bien, teniendo en cuenta que el riesgo es altamente dinámico, se presenta una dificultad
grande para mantener actualizados los inventarios de viviendas en riesgo.

También es importante anotar que en algunos casos el riesgo se constituye por razones
de la localización de las viviendas en zonas de alta peligrosidad (que se configuran
entonces en amenazas) como ocurre frente a las amenazas por deslizamientos e
inundaciones, mientras que en otros casos, como sucede frente a la amenaza sísmica,
intervienen además de los factores de sitio (localización frente a una fuente sismogénica
y condiciones del suelo), factores constructivos (capacidad estructural de sismo
resistencia).

12
En términos de la Teoría de Sistemas, “disminuyendo los grados de libertad”.

35 | P á g i n a
RISARALDA, SUBREGIONES. VIVIENDAS EN RIESGO NO MITIGABLE
MUNICIPIO VIVIENDAS VIVIENDAS CENTROS TOTAL
URBANAS RURALES POBLADOS
DISPERSAS
SUBREGIÓN I
PEREIRA
DOSQUEBRADAS 1688
SANTA ROSA DE C. 7 105 112
MARSELLA 5 12 45 62
Subtotal 1862
SUBREGIÓN II
APIA 52 52
SANTUARIO 31 14 45
LA CELIA 7 16 19 42
BALBOA 0
LA VIRGINIA 700 700
BELEN DE UMBRIA 50 39 10 99
GUATICA 12 12
QUINCHIA 33 33
Subtotal 750 84 10 844
SUBREGIÓN III
MISTRATO 16 16
PUEBLO RICO 17 32 103 152
Subtotal 17 48 103 168
TOTAL 869 167 293 2997
Fuente: CREPAD Risaralda, 2010

En los municipios de Guática, Quinchia, Balboa, Mistrató y Santa Rosa no se han


actualizado los inventarios de Viviendas en Zona de Riesgo, por lo que no se relacionan
las viviendas a reubicar en su zona urbana. Según anota el CREPAD Risaralda, las
viviendas en riesgo no mitigable de la Virginia (aproximadamente 700), se encuentran
en proceso de reubicación y el MAVDT ya aprobó los subsidios correspondientes; en
la actualidad se gestiona la adquisición del lote por parte de la alcaldía.

Los datos de Pereira y Dosquebradas corresponden a inventarios propios, realizados


por el mismo municipio.

7.2. Tendencias y retos asociados a la gestión del riesgo


Frente al tema del riesgo, podemos decir que la tendencia general es que aumente la
población bajo riesgos de diferentes orígenes. Particularmente, por dos razones
fundamentales: la primera es el aumento dramático de la vulnerabilidad social asociada
al crecimiento y traslado (desplazamiento) de la población, que con frecuencia impone
demandas extras a la sociedad que la “acoge” y que resulta asentada en zonas
residuales, poco valoradas y sujetas a la influencia de peligros variados; y la segunda
asociada a las transformaciones climáticas que ocasionan numerosos eventos de

P á g i n a | 36
intensidad y frecuencias aparentemente crecientes, que sumados a la exposición social
en aumento consolidan el riesgo.

En cuanto a los retos tenemos:


Ò Diseñar e implementar un Plan Regional Integral de Gestión del Riesgo Sísmico:
ƒ Incorporar la actualización del código de sismo resistencia a la construcción.
ƒ Reforzar las estructuras vitales y estratégicas.
ƒ Actualizar y ampliar los estudios de microzonificación sísmica.
Ò Fortalecer el sistema de respuesta a emergencias y desastres.
Ò Profundizar en el conocimiento y monitoreo de las amenazas naturales y de la evolución del
riesgo; implementar sistemas de alertas tempranas y de seguimiento y control a los
asentamientos informales en zonas de amenaza y a las zonas liberadas mediante reubicación
de viviendas.
Ò Propiciar una cultura de gestión del riesgo y de autocuidado o autoprotección.
Ò Incorporar eficazmente los criterios de la gestión del riesgo en los POTs.
Ò Adelantar programas de reubicación de viviendas bajo riesgo no mitigable.
Ò Desarrollar instrumentos de transferencia del riesgo (propiciar el aseguramiento de la
infraestructura productiva y reproductiva –viviendas-).

37 | P á g i n a
8. EL SUELO
El suelo es el resultado de una larga interacción entre numerosos factores de orden
geológico (tipo de rocas y minerales presentes), climático (humedad, temperatura,
insolación y vientos), biológico (presencia de diferentes tipos de organismos) y cultural
(usos pasados y actuales).

Hasta hace relativamente poco se le consideró como una entidad fundamentalmente


inerte, pero hoy se le reconoce como una entidad compleja (ecosistema) en la que la
vida (a su interior y sobre éste) constituye un factor fundamental. El suelo es el sustrato
que sostiene y alimenta las plantas, de las que derivan gran parte de los bienes y
servicios ecosistémicos que permiten la supervivencia de la sociedad.

8.1. La Aptitud de uso o uso potencial del suelo

La aptitud de uso o uso potencial del suelo es una medida de la capacidad que este
tiene para acoger diferentes coberturas y hacerlas productivas en el largo plazo (de
manera sostenible). Existen diferentes métodos para estimar la aptitud de uso del suelo,
pero todos ellos hacen referencia a factores tales como la estructura, la fertilidad, la
pendiente y el clima.

Aquí se retoma el ejercicio realizado en la CARDER a partir de la metodología de Guy


Parade que representa los usos potenciales, e incluye información relativa a desde qué
uso (actual) deben ser reconvertidos.

Del cuadro síntesis que se presenta a continuación, en el que se resumen los usos
potenciales del suelo se resalta el hecho de que un 65,4 % del área del departamento
tiene un uso potencial de Protección absoluta, siendo el área mayor bajo este uso
potencial la de la subregión III (97.448 Ha), seguida por la subregión I (78.115 Ha). En
segundo lugar en términos de potencialidad tenemos el Bosque productor protector con
un área también significativa, de 45.274 Ha (12,6 % del total del área) de las que 20.063
Ha corresponden a la subregión II, 19.967 Ha a la subregión III y 5.244 Ha a la subregión
I.

En contraste, el potencial en área para los cultivos limpios (que dejan expuesta un área
importante del suelo) sólo corresponde en todo el departamento a 4.138 Ha
aproximadamente (1,15 % del total del área), con 2.134 Ha en la subregión II (0,6 % del
total), 1.691 Ha en la subregión I (0,6 % del total) y escasas 312 Ha en la subregión III
(0,09% del total).

Los cultivos semilimpios (que exponen menor área del suelo) tienen un área potencial de
26.388 Ha, que equivalen al 7,36 % del área total del territorio, repartidas así: 25.006 Ha
en la subregión I (6,97 % del total), 1341 Ha en la subregión II (0,37 % del total) y tan
solo 312 Ha en la subregión III (0,01% del total).

P á g i n a | 38
Uso potencial del suelo (síntesis)
Subregión
USO POTENCIAL DEL SUELO ÁREA (Ha) Porcentaje I II III
Proteccion absoluta 234682,38 65,44 78115,66 59118,62 97448,06
Bosque productor protector 45274,51 12,63 5243,55 20063,34 19967,63
Bosque comercial 673,78 0,19 673,78 0,00 0,00
Sistema silvopastoril 13602,22 3,79 3614,45 9825,33 162,44
Sistema silvoagricola 8060,24 2,25 1196,97 5753,27 1110,00
Cultivos densos 24825,42 6,92 20722,82 4102,60 0,00
Cultivos semilimpios 26388,01 7,36 25006,13 1341,16 40,72
Cultivos limpios 4137,62 1,15 1691,30 2133,96 312,36
Urbano 954,13 0,27 954,13 0,00 0,00
TOTAL 358598,32 100,00 137218,79 102338,27 119041,21

Los cultivos densos (que prácticamente no dejan expuesto el suelo) por su parte, tienen un área
potencial de 24.825 Ha, que equivalen al 6,92 % del área total del territorio, repartidas así: 20.723
Ha en la subregión I (5,78 % del total), 4103 Ha en la subregión II (1,14 % del total) y ninguna Ha
en la subregión III.

En cuanto a arreglos que incorporan árboles a los cultivos (agroforestales) el departamento tiene
un potencial de 8.060 Ha (2,25% del total del área) en sistemas silvoagrícolas repartidas así:
1.197 Ha (0,33 % del total) en la subregión I, 5.753 Ha (1,6%) en la subregión II y 1110 Ha
(0,31%) en la subregión III. Y en sistemas silvopastoriles (árboles y pastos) para la ganadería,
13.602 Ha (), repartidas así: 3.614 Ha (1 %) en la subregión I, 9.825 Ha (2,74 %) en la subregión II
y 162 Ha (0,05 %) en la subregión III.

Finalmente, llama la atención que el uso potencial de suelo de Risaralda para Bosque comercial
corresponde únicamente a 674 Ha, que corresponden al 0,19 % del total del territorio, todas
representadas en la subregión I.

En resumen, el área potencial para los bosques (protección absoluta, protección-producción y


comerciales) suma 280.631 Ha (78,26% del territorio); para los sistemas agroforestales suma
21.662 Ha (6 % del territorio); y para los cultivos (sin árboles) 55.351 Ha (15,4% del territorio).
Esta situación de gran restricción a la agricultura tradicional hace necesario justificar a fondo la
propuesta de fundamentar el desarrollo del departamento en la agroindustria, como una de las
tres líneas prioritarias. Todo apunta a que de desarrollarse la agroindustria en el departamento,
esta tiene que estar asociada a un tipo de producción en la que predominen los sistemas
agroforestales y se apliquen masivamente los principios de la agroecología o permacultura.

Tanto en el mapa que se presenta a continuación como en el cuadro completo de usos


potenciales que le acompaña se representan los usos potenciales y los usos a partir de los cuales
éstos deben ser reconvertidos.

39 | P á g i n a
P á g i n a | 40
Uso potencial del suelo (cuadro completo)
Subregión
USO POTENCIAL DEL SUELO ÁREA (Ha) Porcentaje I II III
Proteccion absoluta 25778,49 7,19 18515,99 6677,48 585,00
Bosque comercial/Proteccion absoluta 2551,82 0,71 1001,94 224,72 1325,16
Bosque productor protector/Proteccion absoluta 177796,24 49,58 51256,16 36315,47 90224,60
Cultivos densos/Proteccion absoluta 10245,01 2,86 2907,85 6117,83 1219,33
Cultivos limpios/Proteccion absoluta 4727,55 1,32 741,71 3985,84 0,00
Sistema silvoagricola/Proteccion absoluta 3920,75 1,09 147,39 1815,54 1957,82
Sistema silvopastoril/Proteccion absoluta 9662,51 2,69 3544,63 3981,74 2136,15
Subtotal 234682,38 65,44 78115,66 59118,62 97448,06
Bosque productor protector 9116,71 2,54 0,00 7557,51 1559,20
Proteccion absoluta/Bosque productor protector 36157,81 10,08 5243,55 12505,83 18408,43
Subtotal 45274,51 12,63 5243,55 20063,34 19967,63
Bosque comercial 231,19 0,06 231,19 0,00 0,00
Proteccion absoluta/Bosque comercial 442,59 0,12 442,59 0,00 0,00
Subtotal 673,78 0,19 673,78 0,00 0,00
Sistema silvopastoril 8214,10 2,29 2387,38 5664,28 162,44
Proteccion absoluta/Sistema silvopastoril 5388,12 1,50 1227,07 4161,05 0,00
Subtotal 13602,22 3,79 3614,45 9825,33 162,44
Sistema silvoagricola 7567,75 2,11 1196,97 5753,27 617,51
Proteccion absoluta/Sistema silvoagricola 492,49 0,14 0,00 0,00 492,49
Subtotal 8060,24 2,25 1196,97 5753,27 1110,00
Cultivos densos 24656,64 6,88 20722,82 3933,81 0,00
Proteccion absoluta/Cultivos densos 168,79 0,05 0,00 168,79 0,00
Subtotal 24825,42 6,92 20722,82 4102,60 0,00
Cultivos semilimpios 26286,31 7,33 24904,43 1341,16 40,72
Proteccion absoluta/Cultivos semilimpios 101,70 0,03 101,70 0,00 0,00
Subtotal 26388,01 7,36 25006,13 1341,16 40,72
Cultivos limpios 4137,62 1,15 1691,30 2133,96 312,36
Subtotal 4137,62 1,15 1691,30 2133,96 312,36
Urbano 954,13 0,27 954,13 0,00 0,00
TOTAL 358598,32 100,00 137218,79 102338,27 119041,21

Resalta de este cuadro el hecho de que prácticamente el 58% del área del territorio debe ser
incorporada desde otros usos al de Protección Absoluta; cerca del 50% del total del área a partir
del Bosque Protector Productor, 2,86% desde los Cultivos densos, 1,32% desde los Cultivos
limpios y 2,69% desde los Sistemas silvopastoriles (en ganadería).

Se anota que esta metodología está siendo reemplazada por otra en la que se incorpora como
criterio central la categoría de clases agrológicas desarrollada por IGAC y establecida mediante el
acuerdo 3600

8.2 Cobertura y uso actual del suelo


SUBREGION  TOTAL (Ha)
CLASIFICACION DE USO Y COBERTURA DEL
I II III
SUELO (2006)
Ha %  Ha % Ha % Ha %
Bosques 44910,36 12,52 25626,73 7,14 95398,75 26,60 165955,50 46,27
Pastos 41077,47 11,45 31682,75 8,83 20578,86 5,74 93359,37 26,03
Cultivos semipermanentes o permanentes 32005,88 8,92 43893,84 12,24 2711,73 0,76 78632,62 21,92
Areas sin uso agropecuario y/o forestal 4741,64 1,32 422,23 0,12 70,78 0,02 5236,09 1,46
Cultivos semestrales o anuales 888,01 0,25 104,10 0,03 68,18 0,02 1060,56 0,30
Vegetacion natural arbustiva 13594,72 3,79 605,90 0,17 213,72 0,06 14418,30 4,02
Explotaciones agropecuarias confinadas 2,14 0,00 3,73 0,00 0,00 0,00 5,87 0,00
TOTAL 137220,23 38,26 102339,28 28,53 119042,01 33,19 358668,31 100,00

41 | P á g i n a
Del análisis de uso y cobertura del suelo (2006) se resalta el hecho de que la cobertura
más importante correspondía entonces a bosques, con 165.955 Ha (46,27% del área
total del departamento), siendo mayor en la subregión III con 95.399 Ha y en segundo
lugar la subregión I con 44.910 Ha; en tanto que la subregión II es la que menor
cobertura boscosa presentaba.

La segunda cobertura en importancia con aproximadamente 93.300 Ha correspondía


para entonces a pastos (26% del área total), de las cuales 41.000 Ha se localizaban en la
subregión I (11% del total) y 31.700 Ha, en la subregión II (8,83% del total); esto en gran
medida corresponde a un cambio reciente en el uso del suelo a raíz de la crisis cafetera
de los años 90, cuando una parte importante del área en café pasó a pastos (ganadería).

Mientras que 78.600 Ha (22% del total) correspondían a cultivos semipermanentes o


permanentes (café y caña de azúcar entre otros), con una muy baja representación en la
subregión III. Estos tres tipos de coberturas representaban cerca del 95% del área total
del departamento.

Los cultivos transitorios (semestrales o anuales) representaban entonces tan solo 1.060
Ha (0,3% del total), lo que evidencia nuestra fragilidad en términos de seguridad-
soberanía alimentaria, de las que 888 Ha (0,25% del área total) se encontraban en la
subregión I, 104 Ha (0,03% del total) en la subregión II y sólo 68 Ha (0,02% del total) en
la subregión III.

P á g i n a | 42
8.3 Conflictos de uso del suelo
El mapa de conflictos de uso del suelo representa el grado de disconformidad entre la vocación o
uso potencial del suelo y el uso actual del mismo. Se califica como severo, moderado, leve y sin
conflicto, y sintetiza la problemática ambiental asociada al ordenamiento territorial en lo relativo a
los suelos.

SUBREGION (MUNICIPIOS) TOTAL
TIPO DE CONFLICTO
I II III
DE USO DEL SUELO
Ha % Ha % Ha % Ha %
Severo 2419,81 0,67 893,78 0,25 1029,27 0,29 4343,79 1,2
Moderado 44226,06 12,33 49070,42 13,68 22000,02 6,14 115322,51 32,2
Leve 52741,21 14,71 28465,43 7,94 27476,42 7,66 108705,71 30,3
Sin Conflicto 37831,71 10,55 23908,70 6,67 68535,50 19,11 130293,12 36,3
TOTAL 137218,79 38,27 102338,32 28,54 119041,21 33,20 358665,13 100,0

Es importante anotar que en conflicto severo de uso del suelo había para la época13 del análisis
solamente 4.343,8 Ha, que corresponden a un 1,2% del área del territorio, con 2.419 Ha (cerca de

13
El análisis corresponde al 2006, pero los datos son anteriores (2003)

43 | P á g i n a
la mitad) en la subregión I; en segundo lugar se ubicaba la subregión III con 1029 Ha (0,29% del
total del área); y en la subregión I, en tercer lugar, el conflicto severo se presentaba en 894 Ha
(0,25% del total).

Mientras que en conflicto moderado se tenían 115.322 Ha que correspondían a un 32% del área
total del territorio. El área más importante con este tipo de conflicto (moderado) correspondía a la
subregión II con cerca de 49.000 Ha (14% del total), seguida por la subregión I con 44.200 Ha
(12% del total) bajo este grado de conflicto. Finalmente, la subregión III presentaba para entonces
bajo conflicto moderado 22.000 Ha (6% del área total).

Cerca del 67% del área del departamento (aproximadamente 239.000 Ha) se encontraban con
conflicto leve o sin conflicto, lo que representa una situación relativamente buena, frente a lo que
se da en otros contextos, incluyendo el nacional.

Como se verá más adelante, tan importantes como las cifras derivadas de un corte particular en
el tiempo, son las derivadas del análisis multitemporal que ponen de manifiesto las tendencias y
retos relacionados con el cambio de coberturas y uso del suelo.

P á g i n a | 44
8.4 Tendencias y retos asociados a la gestión del suelo

ANALISIS MULTITEMPORAL DE USO Y COBERTURA DEL SUELO CON BASE A LOS USOS DE LOS 
AÑOS 1997 A 2006.
Cambios en el uso y cobertura del suelo del año 1997 a 2006 Ha %
BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES ‐ BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES 148404,13 41,26
BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES ‐ TERRITORIOS AGRICOLAS 19754,65 5,49
BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES ‐ TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS 95,27 0,03
TERRITORIOS AGRICOLAS ‐ BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES 30870,20 8,58
TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS ‐ BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES 1067,21 0,30
TERRITORIOS AGRICOLAS ‐ TERRITORIOS AGRICOLAS 152189,80 42,32
TERRITORIOS AGRICOLAS ‐ TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS 1431,42 0,40
TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS ‐ BOSQUES Y AREAS SEMINATURALES 1067,21 0,30
TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS ‐ TERRITORIOS AGRICOLAS 1060,53 0,29
TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS ‐ TERRITORIOS ARTIFICIALIZADOS 3713,69 1,03
359654,10 100,00

Mediante un análisis multitemporal que contrasta los usos de 1997 frente al los
establecidos en 2006 se encuentra que el 41% del territorio (148.408 Ha) permaneció
durante el periodo bajo el uso de Bosques y Áreas Seminaturales.
Un 5,52 % del total del territorio (19.850 Ha), que estaba bajo este uso de Bosques y
Áreas Seminaturales en 1997 pasó en 2006 a otros usos, especialmente agrícolas. En
tanto que un 9,18% del territorio (33.005 Ha) que estaba bajo otros usos en 1997, pasó
en el 2006 a tener uso de Bosques y Áreas Seminaturales.

Lo que significa un crecimiento en el periodo del uso en cuestión de un 3,66 %; es decir, una tasa
promedio de crecimiento de este uso dentro del periodo del 0,4% anual.

Sin embargo, se estima que el ritmo al que se definen nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP)
se reducirá sustancialmente en el futuro inmediato, fundamentalmente por razones económico
financieras y de gestión, a pesar de que la diferencia entre el área en uso actual en bosques y
vegetación natural arbustiva (que ronda el 50% del área total del departamento), y el área en uso
potencial de Protección Absoluta y Bosque Protector Productor (68 % del total) se acerca al 18%
del área del territorio.

Por otra parte, no se espera que el ritmo de deforestación (en particular en la subregión III)
disminuya rápidamente.

Retos asociados a la gestión del suelo


Entre los retos asociados a la gestión del suelo en el futuro tenemos los siguientes:

Ò Desarrollar instrumentos de gestión y financieros que hagan viable el cambio de usos del
suelo y de modos de producción a otros de menor impacto ambiental (reconversión
productiva, agendas sectoriales).
Ò Detener el proceso de deforestación en la Subregión III.

45 | P á g i n a
Ò Desarrollar sistemas de asentamientos más sustentables (ciudad compacta) y los
instrumentos requeridos para ello.
Ò Garantizar a nivel regional los suelos demandados para vivienda de interés social.
Ò Evitar la degradación del paisaje, en particular por alteraciones de la morfología y coberturas
naturales del terreno durante los procesos de urbanización y construcción de
infraestructuras.
Ò Asegurar la incorporación de los determinantes y referentes ambientales de orden
departamental y local definidos por la CARDER en la revisión de los POT del 2011 y hacer
seguimiento eficaz a la incorporación de las metas de aquellos en los planes de desarrollo y
a su ejecución.

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