El Maestro Del Siglo XXI Es Un Formador de Ciudadanos

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El maestro del siglo XXI es un formador de ciudadanos, capaz de leer los contextos locales y

globales que le rodean y de responder a los retos de su tiempo. Es un facilitador que

domina su disciplina y que, a través de metodologías activas, ofrece las herramientas

necesarias para que los estudiantes comprendan el mundo desde diversos lenguajes,

aprendan a vivir con los demás y sean productivos. La Revolución Educativa es

consciente de estas necesidades y de las exigencias que tiene esta visión para la

institución educativa. En esa medida, los proyectos nacionales de mejoramiento de la

calidad están encaminados a fortalecer las instituciones, los equipos de gestión que las

lideran y contribuir al desarrollo profesional docente en función de lograr los resultados

de aprendizaje de los estudiantes con los que el país se ha comprometido. Nuestro

homenaje y felicitación a los maestros del país que son hoy los maestros del futuro.

El maestro que necesita hoy Colombia es aquel capaz de convertirse en líder, en mediador entre

la comunidad y el conocimiento y que por lo tanto debe ser un ejemplo ante sus alumnos

y ante la sociedad de buen ciudadano: respetuoso de la ley, de amplias convicciones

democráticas y dotado con la actitud, los conocimientos y las herramientas necesarias

para superar el esquema centrado en la información y la memoria, que permitan

orientarlo hacia nuevos modelos de desarrollo de competencias.

Enseñar para la vida


En la época actual, cuando nos encontramos frente a las exigencias de la globalización,

preocuparse por generar una actitud frente al aprender implica, a su vez, propiciar la

estructuración de unas competencias esenciales para desenvolverse en el mundo de la

vida práctica. Dichas competencias están referidas al dominio del saber cientifico: saber

cómo piensa la ciencia y cómo se pueda crear a partir de ella; a la apropiación de unas
competencias laborales, para responder técnica y tecnológicamente a las nuevas

exigencias de producción; y a la construcción de unas competencias ciudadanas que nos

permitan vivir juntos en medio del respeto y la alteridad. Pero estas no son las únicas

acciones que puede realizar un maestro: su presencia sirve de referente para la

configuración de identidades. Todos éstos son propósitos esenciales de la política de la

Revolución Educativa.

Es evidente que el maestro está en la obligación de actualizar sus conocimientos y desarrollar de

forma constante habilidades y actitudes que le permitan responder efectivamente a los

retos, por medio del desarrollo de lo que sus estudiantes deben saber, saber hacer y ser.

Así, la formación en competencias (básicas, ciudadanas y laborales), en sus estudiantes,

es a la vez un incentivo para su desarrollo personal.

Formarse como maestro es…

 Aprender a dialogar, a comunicar, y saber lo que se enseña.

 Encontrar el espacio para descubrir el sentido de la tarea, mediante el conocimiento de

los distintos significados que históricamente ha tenido.

 Desarrollar la capacidad de oír, dialogar y aprender.

 Apropiar herramientas para analizar el entorno en el que se va a trabajar y construir unas

estrategias de acción propias.

 Desarrollar la autonomía y la responsabilidad frente al sentido de la tarea.

 Interrogarse siempre sobre el oficio y conocer a los estudiantes.


Educación Ciencia para transformar
El cambio representa, en definitiva, una oportunidad para trabajar por una educación mejor.

https://www.youtube.com/watch?v=eyVrR_Wlx4Q

Las competencias requeridas en la sociedad del conocimiento son las siguientes (adaptado de

Conference Board of Canada, 2014):

Comunicación: además de las tradicionales competencias de lectura, expresión oral y escritura

clara y coherente, son necesarias las competencias de comunicación en las redes sociales.

Estas capacidades podrían incluir crear un video de YouTube para demostrar un proceso

o hacer una presentación de ventas, llegar a través de Internet a una amplia comunidad de

personas expresando sus propias ideas, incorporar comentarios o retroalimentación,

compartir información de manera adecuada, e identificar tendencias e ideas en contextos

diversos.

Aprendizaje independiente: esto significa asumir la responsabilidad de identificar lo que

necesita saber y el lugar dónde encontrar ese conocimiento. Este en un proceso continuo

en los trabajos basados en el conocimiento, porque el conocimiento está en constante

cambio. No me refiero específicamente al conocimiento académico, aunque éste también

está cambiando, podría ser aprender a utilizar un equipamiento nuevo, una nueva manera

de hacer una tarea, o encontrar a las personas idóneas que puedan realizar un trabajo.

Ética y responsabilidad: que son necesarios para construir la confianza (que es particularmente

importante en las redes sociales informales) pero también porque permite hacer una
diferencia en un mundo donde hay muchos jugadores, así como un mayor grado de

confianza en los otros para lograr sus propios objetivos.

Trabajo en equipo y flexibilidad: si bien muchos trabajadores del conocimiento trabajan en

forma independiente o en pequeñas empresas, dependen en gran medida de la

colaboración y el intercambio de conocimientos con otras personas de otras

organizaciones relacionadas pero que son independientes. En las empresas pequeñas, es

esencial que todos los empleados trabajen juntos, compartan la misma visión y se ayuden

entre ellos. En particular, los trabajadores del conocimiento necesitan saber cómo trabajar

colaborativamente virtualmente y a distancia, con sus colegas, clientes o socios. El

conocimiento colectivo, la resolución de problemas y la implementación requiere de un

buen equipo de trabajo y de la flexibilidad para realizar tareas y resolver problemas que

escapen al concepto puro de trabajo pero que son un componente esencial para alcanzar

el éxito.

Pensamiento crítico, creativo, original, estratégico y de resolución de problemas: de todas

las competencias necesarias en la sociedad del conocimiento, estas son algunas de las

más importantes. Las empresas dependen cada vez más de la creación de nuevos

productos, nuevos servicios y nuevos procesos para mantener bajos los costos y aumentar

la competitividad. Las universidades en particular siempre se han enorgullecido por la

enseñanza de dichas competencias intelectuales, pero las clases multitudinarias y la

transmisión de información, sobre todo a nivel de grado son opuestas a esta suposición.

Además, no es sólo en las posiciones más altas de gestión que se requieren estas

competencias, en los puestos comerciales en particular se requiere cada vez más de un

perfil que pueda resolver problemas en lugar de seguir procedimientos, lo que tiende a ser
más automatizado. Todos los que realicen trabajos con el público necesitan ser capaces

de identificar las necesidades y encontrar las soluciones apropiadas.

Competencias digitales: la mayoría de las actividades basadas en el conocimiento dependen de

la tecnología. Sin embargo, la cuestión clave es que esas competencias deben estar

relacionadas con el área del conocimiento en que se realiza la actividad. Esto significa,

por ejemplo que los agentes inmobiliarios precisan saber cómo utilizar los sistemas de

información geográfica para identificar tendencias de ventas y precios en diferentes

ubicaciones geográficas; los soldadores precisan saber cómo utilizar PC para controlar

los robots que examinan y reparan tuberías; los radiólogos necesitan saber cómo utilizar

las nuevas tecnologías que “leen” y analizan las imágenes obtenidas por resonancia

magnética. Por este motivo, el uso de la tecnología digital debe integrarse y evaluarse

según las características del área de trabajo.

Gestión del conocimiento: ésta es tal vez una de las competencias más afectadas. El

conocimiento no sólo está cambiando rápidamente con las nuevas investigaciones, los

nuevos desarrollos y la rápida difusión de las ideas y las prácticas a través de Internet,

sino que también las fuentes de información están aumentando, con una gran variabilidad

en la fiabilidad o validez de la información. Por lo tanto, el conocimiento que un

ingeniero aprende en la universidad puede rápidamente tornarse obsoleto. Hay tanta

información ahora en el área de la salud que es imposible para un estudiante de medicina

dominar todos los tratamientos con medicamentos, los procedimientos médicos y las

ciencias emergentes como la ingeniería genética, incluso dentro de un programa de ocho

años. La destreza clave en una sociedad basada en el conocimiento es la gestión del

conocimiento: cómo encontrar, evaluar, analizar, aplicar y difundir información, dentro


de un contexto particular. Es una destreza que los estudiantes necesitarán luego de su

graduación.

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