El Espiritismo en Su Mas Simple Expresion
El Espiritismo en Su Mas Simple Expresion
El Espiritismo en Su Mas Simple Expresion
EL ESPIRITISMO
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EN SU MÁS SIMPLE
EN
EXPRESIÓN
G
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EN
TI
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EL ESPIRITISMO
EN SU MÁS SIMPLE
A
EXPRESIÓN
N
TI
EN
EXPOSICIÓN SUMARIA DE LA ENSEÑANZA
G
DE LOS ESPÍRITUS Y DE SUS MANIFESTACIONES
AR
por TA
IS
Allan Kardec
IT
R
PI
1900
A
microfilme, internet, CDROM, sin previa y expresa autorización, en los términos de la
N
ley 11.723, que reglamenta los derechos de autor y conexos.
TI
ISBN edición impresa: 978-987-47546-1-5
EN
Título del original francés:
G
LE SPIRITISME À SA PLUS SIMPLE EXPRESSION
AR
(Allan Kardec; 7ª edición, 1865)
A
Traducción del original francés: Gustavo N. Martínez ST
Edición de la
I
IT
+ 54 11 - 4862 - 6314
ES
www.ceanet.com.ar - ceaespiritista@gmail.com
N
IÓ
Kardec, Allan
El espiritismo en su más simple expresión : exposición sumaria de la
AC
ISBN 978-987-47546-1-5
N
CDD 133.9
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Impreso en la Argentina
EL ESPIRITISMO EN
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SU MÁS SIMPLE EXPRESIÓN
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EN
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Reseña histórica del espiritismo
AR
TA
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Hacia 1848, en Estados Unidos de América, llamaron la aten-
IT
No porque ese objeto fuera más adecuado que otro, sino tan sólo
D
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Allan Kardec
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la izquierda, hacia una persona señalada, se paraba sobre una o dos
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patas al recibir la orden de hacerlo, producía el número de golpes
EN
solicitado, marcaba el compás, etcétera. A partir de entonces fue
evidente que la causa no era puramente física, y de acuerdo con el
G
AR
axioma según el cual: si todo efecto tiene una causa, todo efecto inte-
ligente debe tener una causa inteligente, se llegó a la conclusión de
TA
que la causa de ese fenómeno tenía que ser una inteligencia.
IS
¿Cuál era la naturaleza de esa inteligencia? Allí estaba el proble-
IT
8
El espiritismo en su más simple expresión
A
N
dedicarse a otra distracción.
TI
El fenómeno no tardó en presentarse con un nuevo aspecto,
EN
que lo apartó del dominio de la simple curiosidad. Las limitacio-
G
nes de este compendio no nos permiten hacer un seguimiento de
AR
él en todas sus fases, de modo que pasaremos directamente a lo
que ofrece de más característico, a lo que llamó la atención, sobre
todo, de las personas serias. TA
IS
Digamos previamente, y de paso, que la realidad del fenóme-
IT
ción. Los que no admiten nada más allá de la materia, los que sólo
creen en el mundo visible y piensan que todo muere junto con el
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1. Esprit fort: Incrédulo. Persona que se jacta de no adherir a las ideas aceptadas por
la mayoría, especialmente en materia de religión. (N. del T.)
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Allan Kardec
zaron con esa idea y muchos decidieron que había que aprovechar
la ocasión para ver qué es el diablo realmente. De ahí resultó que,
con excepción de una reducida cantidad de mujeres timoratas, el
anuncio de la llegada del auténtico diablo tuvo algo de excitante
para quienes sólo lo habían visto en los cuadros o en el teatro. Para
muchas personas fue un poderoso estimulante, de suerte que los
A
N
que pretendieron valerse de ese recurso para oponer una barrera a
TI
las ideas nuevas han ido contra su objetivo y, sin quererlo, se con-
EN
virtieron en agentes de propaganda tanto más eficaces cuanto más
alto gritaban. El resto de los críticos no obtuvieron mejor éxito,
G
AR
porque a hechos comprobados y a razonamientos categóricos sólo
pudieron oponer negaciones. Leed lo que han publicado; en todas
TA
partes hallaréis pruebas de su ignorancia y de la falta de una obser-
vación seria de los hechos, y en ninguna parte una demostración
IS
concluyente de su inviabilidad. Toda su argumentación se resume
IT
así: “No creo. Por lo tanto, eso no existe. Todos los que creen están
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nuestra exposición.
ER
–una cestilla, una tablita o cualquier otro objeto sobre el cual fuera
FE
trazaba caracteres. Más tarde se observó que tales objetos sólo eran
O
que el Espíritu, así como ejercía una acción sobre un cuerpo inerte
para dirigirlo conforme a su voluntad, podía actuar también so-
bre el brazo o la mano para guiar el lápiz. Entonces surgieron los
médiums escribientes, es decir, las personas que escriben de manera
10
El espiritismo en su más simple expresión
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seres invisibles, del mismo modo que el microscopio había hecho
TI
posible el descubrimiento del mundo de los seres infinitamente
EN
pequeños.
G
¿Qué son esos Espíritus? ¿Qué papel desempeñan en el uni-
AR
verso? ¿Con qué objetivo se comunican con los mortales? Estas
son las primeras preguntas que se trató de responder. Pronto se
TA
supo, por intermedio de ellos mismos, que no son seres aparte en
IS
la creación, sino las almas mismas de los que vivieron en la Tierra
IT
vive siempre, y que están ahí, cerca de nosotros, que nos ven y nos
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Allan Kardec
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y el árbol de su corteza; en una palabra, de la misma manera que
TI
descartamos un traje viejo que no nos sirve más. Esto es lo que se
EN
denomina muerte.
G
Así pues, la muerte no es otra cosa que la destrucción de la
AR
envoltura densa del Espíritu: sólo el cuerpo muere, el Espíritu es
inmortal. Durante la vida, el Espíritu se encuentra, por decirlo
TA
así, oprimido por los lazos de la materia a la cual está unido, que
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a menudo paraliza sus facultades. La muerte del cuerpo libera al
IT
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El espiritismo en su más simple expresión
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vención, los Espíritus pueden expresar sus ideas. No obstante, la
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escritura les ofrece un medio completo, más rápido y cómodo. Por
EN
eso la prefieren. Así como pueden hacer que se tracen caracteres,
G
también pueden guiar la mano para que dibuje, escriba música o
AR
ejecute un fragmento musical en algún instrumento. En una pala-
bra, a falta de su propio cuerpo, que ya no poseen, los Espíritus se
TA
sirven del cuerpo del médium para manifestarse a los hombres de
IS
una manera sensible.
IT
charlos, y de ese modo pueden conversar con ellos. Otras los ven:
son los médiums videntes. Los Espíritus que se manifiestan a la
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Allan Kardec
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imaginación. No obstante, desde que la ciencia espírita ha revela-
TI
do la clave de ellos, sabemos cómo se producen y que no escapan
EN
al orden de los fenómenos naturales.
G
También se creía que los Espíritus, por el solo hecho de ser
AR
tales, debían poseer la ciencia y la sabiduría supremas, pero la ex-
periencia no tardó en demostrar que eso es un error. Entre las co-
TA
municaciones impartidas por los Espíritus, algunas son sublimes
IS
por su profundidad y su elocuencia, por su sabiduría y su moral, y
IT
revela los instintos más perversos. Así pues, es evidente que las
ES
que los Espíritus no son otra cosa que las almas de los hombres,
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la vida corporal. Por esa razón hay Espíritus de todos los grados de
bondad y de maldad, de sabiduría y de ignorancia.
D
FE
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El espiritismo en su más simple expresión
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Las instrucciones impartidas por los Espíritus de un orden ele-
TI
vado, acerca de los temas que interesan a la humanidad, así como
EN
las respuestas que dieron a las preguntas que les formulamos y que
G
han sido recopiladas y coordinadas cuidadosamente, constituyen
AR
toda una ciencia, una doctrina moral y filosófica que lleva el nom-
bre de espiritismo. Por consiguiente, el espiritismo es la doctrina
TA
basada en la existencia, las manifestaciones y la enseñanza de los Espí-
IS
ritus. Esta doctrina se halla expuesta de una manera completa, con
IT
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Allan Kardec
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N
punto que hoy podemos afirmar que el espiritismo ha obtenido el
TI
derecho de ciudadanía3.
EN
La doctrina espírita se apoya en bases que desafían los esfuer-
G
zos de sus adversarios, quienes en mayor o menor medida se ha-
AR
llan interesados en combatirla. La prueba de ello radica en que los
ataques y las críticas no han aminorado un solo instante la mar-
TA
cha del espiritismo, hecho que la experiencia demostró y que los
IS
opositores nunca han podido explicarse. Por su parte, los espíritas
IT
ritus. No obstante, como los Espíritus no son otra cosa que las
C
almas de los hombres, dado que hay hombres también hay Espí-
ritus. El espiritismo no los descubrió ni los inventó. Si las almas
3. En el original: droit de cité. Esta locución –originaria del derecho–, suele utilizar-
se en sentido figurado, como en el caso que nos ocupa, para aludir al reconoci-
miento y la aceptación de un hecho por parte de la sociedad. (N. del T.)
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El espiritismo en su más simple expresión
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miento más completo de la naturaleza de los Espíritus, de su rol y
TI
de su manera de actuar, así como la revelación de nuestro estado
EN
futuro; en una palabra, la conformación de dicho conocimiento
G
en un cuerpo científico y doctrinario, así como sus diversas aplica-
AR
ciones. Los antiguos conocían lo principal, los modernos conoce-
mos los detalles. En la Antigüedad, el estudio de estos fenómenos
TA
era privilegio de ciertas castas, que sólo los revelaban a los inicia-
IS
dos en sus misterios. En la Edad Media, los que se ocupaban de
IT
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la luz? A través de los hechos y de su lógica, el espiritismo acude
TI
a disipar la ansiedad inherente a la duda, y devuelve la fe al que
EN
se había apartado de ella. Al revelarnos la existencia del mundo
invisible que nos circunda, y en medio del cual vivimos sin sos-
G
AR
pecharlo, el espiritismo nos permite conocer, mediante el ejemplo
de los que nos precedieron en esta vida, las condiciones de nuestra
TA
felicidad o de nuestra desdicha venideras. Nos explica la causa de
nuestros padecimientos en la Tierra, así como la manera de ali-
IS
viarlos. El efecto inevitable de la propagación del espiritismo será
IT
sus miserias, las soporta con paciencia y resignación, pues sabe que
son un medio para alcanzar un estado mejor. El ejemplo de los que
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caciones con los seres queridos que hemos perdido nos ofrecen un
C
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El espiritismo en su más simple expresión
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Desde el punto de vista religioso, el espiritismo se basa en las
TI
verdades fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma, la
EN
inmortalidad, las penas y las recompensas futuras. Con todo, es
G
independiente de cualquier culto en particular. Su objetivo consis-
AR
te en probar, a los que niegan o dudan, que el alma existe y sobre-
vive al cuerpo, y que después de la muerte sufre las consecuencias
TA
del bien y del mal que ha cometido durante la vida corporal. Esto
IS
es patrimonio de la totalidad de las religiones.
IT
cuentra también en todas las religiones, así como en todos los pue-
PI
Así pues, se puede ser católico –tanto griego como romano–, pro-
testante, judío o musulmán, y creer en las manifestaciones de los
AC
al seguir tal o cual práctica, responde: “Si creéis que es una obli-
gación para vuestra conciencia, hacedlo: Dios siempre toma en
cuenta la intención”. En una palabra: el espiritismo no se impone
a nadie. No se dirige a los que tienen fe y se sienten satisfechos con
ella, sino a la numerosa categoría de los inseguros y los incrédulos.
No se los quita a la Iglesia, pues están separados de ella moral-
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mente, en todo o en parte. Por el contrario, los hace andar las tres
TI
cuartas partes del camino para que ingresen en ella. Compete a la
EN
Iglesia hacer el resto.
G
Es verdad que el espiritismo combate determinadas creencias,
AR
tales como la eternidad de las penas, el fuego material del Infierno,
la personalidad del diablo, etcétera. Sin embargo, ¿no es cierto
TA
también que esas creencias, impuestas como absolutas, han ge-
IS
nerado incrédulos en todos los tiempos, y siguen haciéndolo a
IT
Dado que los Espíritus no son otra cosa que las almas, no
podemos negar a los Espíritus sin negar a las almas. Una vez ad-
AC
ducido a su más simple expresión: las almas de los que han muerto,
¿pueden comunicarse con los vivos? El espiritismo prueba mediante
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FE
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Resumen de la enseñanza de los Espíritus
A
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TI
EN
1. Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las
G
cosas.
AR
Dios es eterno, único, inmaterial, inmutable, todopoderoso, sobe-
TA
ranamente justo y bueno. Debe ser infinito en todas sus perfeccio-
nes, porque si supusiéramos que en uno solo de sus atributos fuera
IS
imperfecto, ya no sería Dios.
IT
la Divinidad.
AC
teria.
FE
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Allan Kardec
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ticia, haya eximido a unos del trabajo que ha impuesto a otros para
TI
alcanzar la perfección. Al principio se hallan en una especie de
EN
infancia, sin voluntad propia ni conciencia plena de su existencia.
G
6. Dado que el libre albedrío se desarrolla en los Espíritus al
AR
mismo tiempo que las ideas, Dios les dice: “Todos vosotros podéis
aspirar a la felicidad suprema, que alcanzaréis cuando hayáis obte-
TA
nido los conocimientos de que carecéis, y cuando hayáis cumplido
IS
la tarea que os impongo. Trabajad, pues, por vuestro adelanto. Ese
IT
vuestra conciencia”.
PI
mino más corto, que es el del bien; y otros el más largo, que es el
del mal.
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te, como los Espíritus tienen libre albedrío, no siempre las han
D
cia. Podemos decir, pues, que el bien es todo aquello que está de
N
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El espiritismo en su más simple expresión
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Con todo, los que siguen el camino del bien, dado que avanzan
TI
más rápido, tardan menos en alcanzar el objetivo y llegan a él en
EN
condiciones menos penosas.
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10. Los Espíritus encarnados constituyen la humanidad, que
AR
no está circunscrita a la Tierra, sino que puebla todos los mundos
diseminados en el espacio.
TA
11. El alma del hombre es un Espíritu encarnado. Para apoyar-
IS
lo en el cumplimiento de su tarea, Dios le ha dado como auxiliares
IT
sea esa labor, tanto mayor será el mérito en caso de que la cum-
N
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15. La vida espiritual es la vida normal del Espíritu; es eterna.
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La vida corporal es transitoria y pasajera; es apenas un instante en
EN
la eternidad.
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16. En el intervalo de las existencias corporales el Espíritu se
AR
encuentra errante. La erraticidad no tiene una duración determi-
nada. En ese estado el Espíritu es feliz o desdichado, conforme al
TA
buen o mal uso que haya hecho de su última existencia. Estudia
IS
las causas que han apresurado o retrasado su adelanto, adopta las
IT
nación, y elige por sí mismo las pruebas que considera más ade-
PI
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El espiritismo en su más simple expresión
A
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do por su adelanto moral. La Tierra es uno de esos mundos.
TI
20. Puesto que Dios es soberanamente justo y bueno, no con-
EN
dena a sus criaturas a castigos perpetuos por faltas temporarias. En
G
todo momento les ofrece medios para progresar y reparar el mal
AR
que hayan podido cometer. Dios perdona, pero exige arrepenti-
miento, reparación y retorno al bien. De modo que la duración
TA
del castigo es acorde a la persistencia del Espíritu en el mal. Por
IS
consiguiente, el castigo sería eterno para aquel que permaneciera
IT
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Allan Kardec
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23. Si el alma no ha vivido antes, entonces ha sido creada al
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mismo tiempo que el cuerpo. Con base en este supuesto, el alma
EN
no podría tener ninguna relación con las almas que la han prece-
G
dido. En ese caso, nos preguntamos cómo es posible que Dios,
AR
que es soberanamente justo y bueno, la haya hecho responsable de
la falta cometida por el padre del género humano, mancillándola
TA
con un pecado original que no ha cometido. Por el contrario, si
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afirmamos que el alma trae consigo, al renacer, el germen de las
IT
acerca del pecado original una explicación lógica que todos pueden
ES
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El espiritismo en su más simple expresión
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y los idiotas? Dado que no tienen conciencia alguna del bien y
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del mal, tampoco son responsables de sus actos. ¿Acaso Dios sería
EN
justo y bueno si hubiera creado almas estúpidas para condenarlas
G
a llevar una existencia miserable, sin compensación alguna? Ad-
AR
mitid, por el contrario, que las alma del cretino y del idiota son
Espíritus castigados en cuerpos que no tienen condiciones para
TA
expresar su pensamiento, dentro de los cuales se encuentran como
IS
lo estaría un hombre fuertemente amarrado, y entonces ya no en-
IT
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Allan Kardec
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29. El espiritismo, que actualmente es mejor comprendido,
TI
añade, para satisfacción de los incrédulos, la evidencia a la teoría.
EN
Demuestra el porvenir con hechos patentes. Afirma, en términos
G
claros y sin equívocos, lo que Cristo dijo mediante parábolas. Ex-
AR
plica las verdades que habían sido ignoradas o falsamente interpre-
tadas. Revela la existencia del mundo invisible o de los Espíritus, e
TA
inicia al hombre en los misterios de la vida futura. Viene a comba-
IS
tir el materialismo, que constituye una rebelión contra el poder de
IT
través de los que han vivido antes. Al hacer evidente lo que estaba
oscuro, pone fin a las interpretaciones erróneas, y habrá de reunir
AC
sus leyes son las mismas para todos. Por último, el espiritismo se-
ñala el advenimiento de la era de los tiempos predichos por Cristo
D
FE
y los Profetas.
31. La causa de los males que afligen a los hombres en la Tierra
N
O
5. Véase San Mateo, 17:10 y ss. San Juan, 3:2 y ss. (Nota de Allan Kardec.)
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El espiritismo en su más simple expresión
Respetarán los derechos de cada uno y harán que reine entre ellos
la concordia y la justicia.
32. No obstante, ¿cómo destruir el egoísmo y el orgullo, que
parecen innatos en el corazón del hombre? El egoísmo y el orgullo
están en su corazón porque los hombres son Espíritus que han se-
guido desde el principio el camino del mal, y han sido exiliados en
A
N
la Tierra para que reciban el castigo por esos mismos vicios. Tam-
TI
bién ahí reside su pecado original, del que muchos de ellos no se
EN
han despojado. Por medio del espiritismo, Dios acude a formular
G
un último llamamiento a la práctica de la ley que Cristo enseñó:
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la ley de amor y caridad.
33. Dado que la Tierra ha llegado a la época señalada para
TA
convertirse en una morada de paz y felicidad, Dios no quiere que
IS
los Espíritus malos que se encuentran encarnados en ella conti-
IT
A
N
TI
EN
35. El objetivo esencial del espiritismo es el mejoramiento de
G
los hombres. Sólo hay que buscar en él aquello que pueda favore-
AR
cer el progreso moral e intelectual.
36. El verdadero espírita no es el que cree en las manifestacio-
TA
nes de los Espíritus, sino el que aprovecha la enseñanza que ellos
IS
imparten. De nada sirve creer, si la creencia no nos permite dar
IT
del prójimo.
40. Las aflicciones que se experimentan en la Tierra son reme-
dios para el alma. La salvan para el porvenir, así como una cirugía
dolorosa salva la vida del enfermo y le devuelve la salud. Por eso
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Allan Kardec
A
con la vida del cuerpo. En cambio, es un absurdo para quien tiene
N
fe en el porvenir.
TI
43. El hombre suele ser el artífice de su propia desdicha en este
EN
mundo. Si se remontara hasta la fuente de sus infortunios, descu-
G
briría que la mayoría de ellos son el resultado de su imprevisión,
AR
de su orgullo, de su avidez y, por consiguiente, de su infracción a
las leyes de Dios.
TA
44. La oración es un acto de adoración. Orar a Dios es pensar
IS
en Él, acercarse a Él, ponerse en comunicación con Él.
IT
45. El que ora con fervor y confianza es más fuerte contra las
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plegaria, mientras que cierran los ojos ante sus propios defectos.
ER
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El espiritismo en su más simple expresión
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no sólo aliviar, sino también disminuir sus padecimientos.
TI
50. Ore cada uno según sus convicciones y del modo que crea
EN
más conveniente, pues la forma no es nada y el pensamiento lo
G
es todo. Lo esencial es ser sincero y tener intenciones puras. Un
AR
pensamiento bueno vale más que muchas palabras, que se parecen
al ruido de un molino, y en las que el corazón está ausente por
completo. TA
IS
51. Dios ha hecho hombres fuertes y poderosos para que sean
IT
por Dios, y muchas veces recibe el castigo en esta misma vida, sin
PI
materiales son más dignos de lástima que de envidia, pues hay que
N
7. Véase San Lucas 14: 11 y 18:14; San Mateo 23:12. (N. del T.)
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Allan Kardec
A
N
que hay caridad en los pensamientos, las palabras y las acciones.
TI
Caritativo en los pensamientos es el que se muestra indulgente
EN
para con las faltas del prójimo. Caritativo en las palabras, el que
G
no dice nada que pueda dañar a sus semejantes. Caritativo en las
AR
acciones, el que ayuda a su prójimo en la medida que sus fuerzas
lo permiten.
TA
57. El pobre que comparte un pedazo de pan con alguien más
IS
pobre que él, es más caritativo y tiene más mérito ante Dios que el
IT
dos vosotros sois hermanos, porque Dios os llama a todos hacia Él.
AC
Así pues, tomaos de la mano, sea cual fuere vuestro modo de ado-
rarlo, y no os maldigáis unos a otros, pues el anatema constituye la
ER
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El espiritismo en su más simple expresión
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CARIDAD NO HAY SALVACIÓN.
TI
____________
EN
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¡Incrédulos! Vosotros, que os reís de los Espíritus y os burláis
AR
de los que creen en sus manifestaciones, reíos también, si os atre-
véis, de esa máxima que ellos vienen a enseñar y que constituye
TA
vuestra propia salvaguarda, porque si la caridad desapareciera de
IS
la faz de la Tierra los hombres se destrozarían mutuamente, y tal
IT
ingenio suficiente para darnos algo nuevo” (frase aguda, que más
de un crítico sostiene). ¡Tanto mejor! Si esa moral es anticuada,
N
significa que es válida para todas las épocas, y que los hombres son
O
C
35
Allan Kardec
“Creed que aquellos a los que llamáis muertos están más vivos que
vosotros, porque ven lo que no veis y oyen lo que no oís. Recono-
ced, en los que vienen a hablaros, a vuestros parientes, a vuestros
amigos y a todos los que habéis amado en la Tierra, y que creíais
perdidos para siempre. ¡Desdichados los que creen que todo acaba
con el cuerpo, pues su desengaño será cruel! ¡Desdichados los que
A
N
hayan faltado a la caridad, pues padecerán lo que hayan hecho
TI
padecer a los otros! Escuchad la voz de los que sufren, que vienen
EN
a deciros: Sufrimos porque hemos ignorado el poder de Dios y hemos
dudado de su misericordia infinita. Sufrimos por nuestro orgullo, por
G
AR
nuestro egoísmo y nuestra avaricia, así como por todas las pasiones
malas que no hemos sabido reprimir. Sufrimos por todo el mal que
TA
hemos hecho a nuestros semejantes al olvidarnos de la caridad”.
IS
¡Incrédulos! Decid si una doctrina que enseña estas cosas es
IT
36
Índice
A
N
TI
EN
Reseña histórica del espiritismo ........................................ 7
G
Resumen de la enseñanza de los Espíritus ......................... 21
AR
Máximas extraídas de la enseñanza de los Espíritus ........... 31
TA
IS
IT
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