El Alma
El Alma
El Alma
El alma eso tan especial que nadie ve, pero que está dentro de nosotros, la esencia
inmaterial que define la individualidad y la humanidad de la persona . Suelen decir, cuando
el alma es transparente, se ve lo que hay por dentro de las personas. Es por eso que dicen,
los ojos son el reflejo del alma. Cuando el alma es negra, se vuelve esquiva, oculta,
peligrosa, porque da una imagen en el espejo que no se corresponde con la realidad. Por
muchas negaciones que puedan realizarse a una afirmación como ésa, lo cierto es que
parece responder a una profunda necesidad metafísica. Ciertamente, el alma es una idea
demasiado abstracta, que exige algún tipo de materialización, de concreción, de
localización. Así, el alma (el espíritu, la esencia de lo que somos, lo que nos constituye
como seres singulares, únicos y valiosos) pasaría de invisible a visible, de espiritual a
físico, de interior a exterior, de ignorado a comprensible.
Por eso debemos realizarnos las siguientes preguntas: ¿Qué dificultades trae hoy
todas estas concepciones filosóficas y religiosas acerca del alma y el cuerpo? ¿Cuál es el
concepto del cuerpo en contraposición con la idea de alma? ¿Es el cuerpo una realidad y el
alma una idea? ¿A dónde va el alma cuando morimos?
“No tengo otra ocupación sino esa de persuadiros a todos, jóvenes y viejos, para que cuidéis menos
Para Platón el cuerpo es una cárcel para el alma porque entiende que el cuerpo y el
alma son dos realidades mezcladas, tanto por su naturaleza como por su origen. El cuerpo
es de naturaleza material, pertenece al mundo sensible, es compuesto, mudable, partitivo,
mortal. El alma es de naturaleza espiritual, se relaciona y pertenece al mundo perceptible,
se asemeja a lo divino, es simple inmortal.
La unión entre alma y cuerpo es provisional. El cuerpo es una cárcel para el alma,
por eso, mientras el alma permanece unida al cuerpo anhela liberarse de las ligaduras que la
atan a lo sensible y retornar a su origen inicial, cuando convivía con las ideas en el mundo
inteligible.
Dios formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra. Sin embargo, ese cuerpo no
tenía vida. Solo estaba formado, sin vida. Entonces Dios “sopló aliento de vida, y fue el
hombre un alma viviente”. El alma es lo que da vida al cuerpo, sin alma el cuerpo está
muerto.
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser viviente”.(Génesis 2:7)
A donde va nuestra alma cuando muere la persona, según la teoría filosófica como
lo expone Sócrates, para él el alma se asemeja a lo divino, lo inteligible, lo indisoluble, es
este el motivo por el cual después de la muerte sólo podrán acercarse a los dioses aquellas
personas que filosofaron toda su vida, y cuya alma abandonó el cuerpo sin ninguna de sus
impurezas; porque el cuerpo es mortal sensible, cambiante y disoluble. El alma además es
infinita. Está presente desde antes nuestro nacimiento, y sigue viva después de la muerte.
En la vida diaria práctica y concreta se suele decir que una persona no tiene alma o
es desalmada cuando no actúa con bondad, con solidaridad, realiza actos crueles o
malvados, aunque también puede usarse para personas indiferentes y egoístas.
Ser una persona en pleno uso de su alma no significa sólo ser humano sino ser una
persona bondadosa, respetuosa y solidaria con los demás seres vivientes.