5 - Jackson - Introducción A La España Medieval

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El propósito de esta lntrodttt:t'ttttt ,t l,t


medievales ofrecer una obr;t rIr,,lnlr,,,r,,

tr orientada al examen de las trol; gt,llrlrr',


culturas de este periodo (la islírrnrr ,', l,¡ l¡rrlrrr
y Ia cristiana) en sus interpenclr,rr tolrr,',
recíprocas. Desde esta perspe(;liv, l, { i,rlrr tr,l
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Jackson estudia un espacio de nrlrvr ' ,,lllI ,., IE

cargado de acontecimientos susr:cl rlll r[,,, CL
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de interpretaciones divergentes: (I',,r lr ll I¡¡
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derrumbamiento de la monarquiir vi,,r¡1r rr l,r (\¡
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F y la invasión islámica, el esplendor r['l r ,rltl,rl,
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I de Córdoba y su desintegración en kr,, trrtlr¡,,
de Taifas, la repoblación del valle rlcl l)rlntr 1,
la génesis de Castilla, la difusión dc l,r rr,lrrtlr,r
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$ cluniacense y el camino de Santia¡1o, lr,r,,l,r
O las guerras civiles en Castilla y Arag(rrr r,lr l,r f-)
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Baja Edad Media, la expansión contcrr r,rl
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de Cataluña, el crecimiento de las órrlcrlr,',
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N mendicantes, Ios avances del antisonlilr,,rrrrr \
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desde la Peste Negra, la rendición dcl tlltro
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Alianza íÍ1"#.1"- A LA E5pAr,A FTEDTE/Ar

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GabrielJackson

Introducció n ala
España medieval

El libro de bolsillo
Literatura
NianzaEditorial
Índice

Título originaT: Tbe Making of Medieual Spain rr Prefacio


Esta obra ha sido publicada por acuerdo con Thames &
Hudson, Ltd. Londres t3 1. Los siglos de dominación islámica
Traducción de Javier F aci Lacasta
57 2. La consolidación de la España cristiana
al 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xrn
Primera edición; 1974 Lzi 4. LaBajaEdad Media: vitalidad y caos
t Q 5. Literuturay pintura en la España medieval
Tercera edición: 2015

r89 6. Las postrimerías medievales


Diseño de cubierta: Estudio de Manuel Estrada con la colaboración de Roberto
Turégano y Lynda Bozarth
Diseño de cubiena: Mmuel Estrada
Ilustración de cubierta: Juego de pelota; ilusración de las Cantigas de Santa María de
zo7 Blbliografia
Alfonso X el sabio (Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo di El Escoria.l) zt2 Lista de gobernantes
@ ACI / Bridgeman
Selección de imagen: Cados Caranci Saez

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@ 1972 Thames & Hudson, Ltd., Londres


@ Alianza Editorial, S..4., Madrid, 1914,2015
CalleJuan Ignacio Luca de Tena, 15;
28027 Madid;teléfono 91 l9l 88 88
w.aiianzaeditorial.es

ISBN: 978-84-9104-102-3
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Prefacio

Siempre he pensado que el aspecto más significativo,


con mucho, de la historia medieval de España es la
constante interpenetración de las tres culturas dife-
rentes presentes en la Península:\a islámica, Ia hebrea
y la cristiana. En ninguna otra parte del mundo ha te-
nido lugar una lucha tan prolongada, :ur,a simbiosis y
una influencia mutua tan considerable entre las tres
grandes radiciones religiosas del mundo occidental.
En una obra reducida hay que del'ar inevitablemente
de lado muchas cuestiones importantes, y de manera
consciente he preferido ocuparme de la cultura, en
vez dehacer una detalladanarración de la historia po-
lítica y diplomática. También he intentado ttazat pa-
ralelamente los principales rasgos históricos de la Es-
paña islámica y de la cristiana, enyez de concebir dos
historias <<nacionales» independientes en las dos mita-
des de 1a España medieval.
Introducción a la España medieval

Gran parte de mi trabajo de investigación fue lleva-


do a cabo durante el curso académico 1967 -68, gra-
I. Los siglos de dominación islámica
cias a una beca del <<American Council of Learned So-
cieties», y otra beca del Instituto de Humanidades me
permitió acometer la redacción durante el verano de
1970. Debo muchas ideas importantes y sugerencias
bibliográficas a varios colegas: a J. M. Lacana, de la
Universidad deZarugoza; aC.J. Bishko, de la Univer-
sídad de Virginia; a \X/illiam \ü/atson, de la MIT, y a
Guillermo Céspedes yJames T. Monroe, de la Univer-
sidad de California en San Diego.

Septiembre de 1970
LaJolla, California La conquista de España por los musulmanes se produjo
con extraordinaiarapiáez. Entre 711 y718, varias expe-
diciones sin gran coordinación entre sí, con un número
de soldados no superior a veinticinco mil, consiguieron,
con muy pocas batallas en campo abierto, conquistar
rcáalaPenínsula, a excepción de las partes más monta-
ñosas del noroeste. No conocemos con exactitud los de-
talles políticos ni militares, pero se pueden reconstruir
las líneas maestras del proceso gracias a evidencias par-
ciales. La monarquía üsigoda se había visto minada du-
rante mucho tiempo por las rivalidades familiares' Para
una considerable proporción de la población hispana, el
rey Don Rodrigo, que murió enlabatallade Guadalete,
era un usurpador y los invasores norteafricanos habían
llegado a petición de los partidarios del pretenüente le-
gítimo, Agila. Por si fuera poco, la monarquía nunca ha-
bía conseguido una total unidad política y religiosa.
Introducción a la España medieval 1. Los siglos de dominación islámica

En general, las poblaciones levantina y andaluza, y urbana, no 1legó a sentir ninguna lealtad hacia una
que habían sido las más fuertemente romanizadas y monarquía uni.ficada, ni el fuerte sentimiento de uni-
también las más influidas por la presencia bizantina, dad religiosa que hubieran podido provocar una resis-
eran cristianas atanasianas (trinitarias) y estaba muy tencia nacional frente al invasor islámico.
arraigada en ellas laidea de una rcalezahereditaria y Las tropas de Tariq y Muaa ocuparon rápidamente
fuerte. Según la tradición visigoda, 7a rcaleza habí.a las principales ciudades de Andalucía. Durante los siete
sido en un principio electiva, aunque se habían lleva- años siguientes, tanto por medios diplomáticos como
do a cabo esfuerzos considerables para establecer una milítares, fueron controlando todala Península, a ex-
sucesión hereditaria. Hasta la espectacular conversión cepción de las zonas más montañosas, escasalnente po-
de Recaredo en 587, sus reyes habían sido cristianos bladas y de poca úqrrcza Durante la década de 720, no
arrianos, y aunque en el siglo VIr España se había haciendo caso de Asturias ni de la mayor parte de Gali-
convertido oficialmente al credo católico,la corriente cia, se lanzaronmás bien aamplm su ocupación por la
ardana seguía siendo fuerte, asociada como estaba parte meridional de Francia. El punto crucial de su
con la herencia nacional de los visigodos. Desde el avancese sitúa en732,en que se produjo su derrota en
punto de vista político, ni la resistencia sueva en Gali- Poitiers frente a Carlos Martel, pero a 1o largo del si-
cia ni la vascona en los Pirineos ni el espíritu indepen- glo vru continuaron haciendo incursiones ocasionales
diente de las más antiguas ciudades hispanorromanas contra las ciudades francesas de la costa mediterránea.
de Andalucía y Levante llegaron a ser eliminadas por Larupidezde la conquista islámica debe de atribuirse
completo. principalmente a la desunión de los gobernantes visigo-
La autondad legal y administrativa de los reyes visi- dos y a la indiferencia,y aunhostilidad, de 1a gran masa
godos dependía del apoyo de los concfios de la Iglesia, de la población hispanorromana. Los invasores, por su
y los obispos que se reunían en los concilios tenían cla- parte, no intentaron alterut la sociedad que encontra-
ramente sus propias ambiciones personales y fafitüa- ron. Las ciudades hispanorromanas, apesar de su deca-
res. Da también la impresión de que se fue endurecien- dencia, y los grandes latifundios de la nobleza visígoda
do la persecución conma los judíos, que formaban el eran más ricos que 1os del Magreb. Los visigodos que
contingente mayor de las clases mercantiles y aftesanas. habían apoyado la invasión conservaron sus propieda-
Por eso, al solicitarse la intervención del califa de Da- des, y las tierras expropiadas a los partidarios de Rodri
masco, sus tropas fueron favorablemente acogidas por go fueron repartidas entre los jefes militares islámicos,
granpafie de la aristocracia dominante y por los judíos; que no introdujeron cambios inmediatos en el síste-
ylamayor parte de la población hispanomom ana, rura). ma de cultivo y que se ganaron el apoyo de la población
lntroducción a la España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

local mejorando las condiciones de la aparcería. Hubo en todas partes de las mejores tierras y de los puestos
muy poca pfopaganda y ningún tipo de presión vio_ de gobierno, pero a excepción de los beréberes, con-
lenta paru obtener conversiones. La mayor parte de taban con un escaso número de individuos. Se fue de-
las tropas norteafricanas eran semipaganas, yios jefes sarrollando un profundo espíritu de autonomía, resul-
átabes, que ya en los cincuenta años anteriores habían tado de la combinación de las rivalidades entre las
ocupado derras con grandes contingentes de cristia- élites invasoras con el profundo espíritu de soberanía
nos, eran especialmente tolerantes para con los <<pue_ local, que había lknitado la efectividad tanto del go-
blos del libro>>, judíos y cristianos, cuya religión reve- bierno romano como del visigodo. El hambre tremen-
lada y textos sagrados eran respetados por .llo, .o-o da que azotó ala España central hacia750 hizo volver
precedentes de la revelación final: la de Náy su pro_
u Áfn u a miles de beréberes.
feta Mahoma. Sin embargo, en estos cuarenta años de conflictos
Los mismos invasores musulmanes no formaban civiles y confusión administrat iv a, la conquista musul-
tampoco un todo homogéneo. Dentro de los grupos mana no corrió peligro en ningún momento. El derro-
dirigentes existían susceptibilidades mutuas entre ára_ camiento del califato omeya de Damasco y su sustitu-
bes, sirios y egipcios, y ninguno de ellos podía confiar
ción por el gobierno abasí, contribuyó de manera
con seguridad en la Tealtadde sus tropas, en su mayo_ indirecta al establecimiento de un sistema político
ría compuesras por beréberes. Más de un jefe militar, más estable en España. En el año 756llegó aBspaña
demasiado ambicioso, fue ejecutado por excederse en un inteligente príncipe omeya que había sobrevivido
el mando. EntreT)2 y755,el califa tuvo que nombrar milagrosamente a Ia matanza de su familia en Siria,
nada menos que veintitrés gobernador., pu.u España. junto con unos pocos consejeros con experiencia mi-
El viaje desde Damasco a Sevilla o Córáoba co.tub, litar y política adquirida en tiempo de los omeyas.
por término medio unos cuatro meses, y las vías de co_ Abd al-Rahman I (756-788) debió de poseer un con-
municación estaban constantemente amena zadas pot siderable magnetismo personal para transformar la
las rebeliones locales del norte de Africa. Dentro de la
dudosa ventaja que suponía su origen famlliar en una
Península, los grupos étnicos rivales se asentaron por baza política rcal. Enfrentando entre sí, con pleno
separado en las zonas escogidas por cada rno, lo, á.r_ éxito, alos diferentes y poderosos regímenes locales,
bes, en el valle del Guadalquivir; los sirios, en Grana- y combinando la «legitimidad» de sus pretensiones
da; los egipcios, en Murcia, y los beréberes en las zo- con el reclamo de una virtual independencia hispání-
nas montañosas de Andalucía y en las altiplanicies de
cabajo un régimen omeya, que sería capaz dehacer
Extremadura y del centro. Los invasores se apoderaron frente a las pretensiones cenúalizadoras del califa
t6 L7
Introducción a 1a España medieval 1. Los siglos de dominación islámica

abasí, consiguió fundar el emirato de Córdoba. La norte de Afriru y eslavos traídos de Europa oriental.
elección de esta capital se debió a su situación cen- Se había independizado económicamente de Damas-
tral con respecto a las principales ciudades de la Es- co adoptando los pesos y medidas romanos tradício-
paña islámica, ala úqueza agrícola de st binterland y nales en el comercío hispánico y acuñando sus pro-
qtizá también al número relativamente reducido de pios dinares de oro. Carecemos de estadísticas del
población cristiana. volumen de comercio del siglo VIII, pero parece que
A pesar de que en ningún momento de su reinado Córdoba desempeñó un papel predominante en las
dejaron de producirse revueltas locales, fue capaz de relaciones comerciales con Europa, dado que el siste-
poner las bases de una administración cenffal, que, ma financiero carolingio fue reformado en 780, sobre
de un modo u otro, funcionaría durante dos siglos y la base de una moneda que pesaba precisamente la
medio. En el momento de su muerte, ocurida en el mitad del dinar cordobés. Abd al-Rahman inició tam-
788, controlaba todala parte oriental de España al bién la construcción de la Gran Mezquita de Córdo-
sur de los Pirineos, a excepción de Navar ru. Hacia el ba, que ya en785 contaba con capacidad para cinco
oeste, su soberanía efectiva comprendía todas las tie- mil fieles.
rras situadas al sur del Duero. En la medida de lo po- Desde el momento de la conquista hasta casi el final
sible, fue partidario de una política de rolerancia con del siglo MIr,la España cristiana estaba reducida a dos
respecto a los diferentes grupos étnicos y religiosos e núcleos, un pequeño reino rural en las montañas astu-
intentó reconciliar a las distintas facciones que habían rianas y un reino vascón, todavía más reducido, en las
ocupado el poder durante los años de anarquía ante- proximidades de Pamplona. Los primeros reyes de As-
riores aJ.756. Sin embargo, se mosrró implacablemente turias y de Navarra eran pastores ricos y al mismo tiem-
duro cuando fracasó la conciliación. Por ejemplo, tras po jefes de grupos de guerrilla. Carccian de una ad-
derrotar una revuelt a proabasí en el año 7 63 , envió a ministración y un ejército regulares. Empleaban las
Damasco las cabezas de sus líderes conservadas en sal monedas cordobesas, bizantinas o carolingias como
y alcanfor, y se dice que el caliÍa Chafar al-Mansur ex- medidas de valo¡ pero en lapúcticatealizabantodo su
presó su inmensa satisfacción por 1a existencia de un comercio a base de trueque. Solamente una minoría del
ancho mar entre é1y el emir omeya. clero poseía rna ciefta ilusración, y toda la cultura se
Hacia el final de su reinado, Abd al-Rahman había reducía al estudio de los Padres de la Iglesia romanos y
formado un ejército profesional que constaba de unos visigodos. Alfonso I de Asturias (7)9-757) creó, por
40.000 hombres, con una oficialidad de sirios y beré- motívos políticos, una amplia faia desértica de separa-
beres y compuesto en su mayor parte de beréberes del ción entre su reino y los musulmanes. La población de
Introducción a la España medieval 1. Los siglos de dominación islámica

las antiguas ciudades romanas, como Tuy, Astorga y otorgó a Barcelona unos privilegios excepcionales: la
León, fue deliberadamente traslad ada al norte de la prestación del servicio militar solamente a su propio
cordillera cantábica. Teóricamente, la Iglesia hispana conde;la administración de su propia justicia, excep-
se mantenía unida bajo la dirección del metropolitano
to en casos de asesinato, secuestro e incendio preme-
de Toledo, pero la monarquía asturiana no veía con ditado; el no tener que acoger a otros funcionarios
agrado la subordinación a una jerarquía eclesiástica reales más que a los missi, cuyas visitas eran ocasiona-
que se encontraba bajo el dominio musulmán, y la con_
les, y la prestación del homenaje feudal al conde sin
troversia adopcionist a (unasecuela dela antigu,ahercjía necesidad depagar ninguna tasao tributo' Estos pri-
aniana) dio a AlfonsoII (791-842) la oportunidad, en vilegios fueron el comienzo efectivo de una larga tta-
795, de declarar la independencia eclesiástica frente a dición de autonomía en el gobierno interno de Ca-
la sometida iglesía visigótica. tahtña. Al mismo tiempo, el clero de todos estos
Mientras tanto, el Imperio carolingio intentaba ex_ condados estaba someddo a la disciplina del aruobís-
tenderse al omo lado de los pirineos. Una expedición pado de Narbona, y los cambios en la otganización
contra Zarugoza, en7lB, terminó en un desastte, tan_ monástica franca se extendieron ala Marca Hispáni-
to paru los cristianos de la capitalque se habían rebe_ ca. De esta manera, la naciente Catal:ui,a cayó baio la
lado ante la proximidad del ejército carolingio como órbita cultural y políticafranca,mientras que Asturias
paru el mismo ejército, que sufrió en su retirada por y Navarra mantenían su independencia y su carácter
los Pirineos una embosc ada preparuda por los nava_ más primitivo.
rros, quienes se oponían con igual atdot alas preten_ Durante los siglos Ix y x, el emirato (y desde 929 el
siones de Carlomagno que a las del emir. Ambas ori_ califato) de Córdoba fue indudablemente la organiza-
llas del Ebro permanecieron bajo control musulmán ción social dominante en la península hispánica. Esta
durante otros dos siglos, pero se establecieron peque_ sociedad se caractetizó por una singular combinación
ños principados francos en la Alta Cataluña y erlos de prosperidad económica, eficaz administración,
valles pirenaicos: Gerona, en 785;IJrgel, en7g9;pa_ prácticas políticas arbitrarias y crueles en ocasiones,
llars y Nbagorza, hacia 808, y Brrc.lonu , hacia gl2. tolerancia religiosa y racialy una constante tensión en-
Todos estos pequeños condados constituyeron en su ffe las influencias culturales orientales e hispánicas.
conjunto la <<Marca Hispánica> del Imperio carolin_ La prosperidad económica de al-Andalus, por lo que
gio. Alejados del centro del poder franco y situados en
sabemos, se basaba en una vatiadamezcla de agricul-
una frontera peligrosa, estos condados gozaron de tura, industria y comercio. En el campo de la agricul-
una considerable autonomía. por ejemplo, Carlomagno tura, los nuevos dueños introdujeron solamente unos

2l
Introducción a la España medieval t. Los siglos de dominación isiámica

cambios mínimos en el sistema de propiedad de las


tierras, sustituyendo aunaparte de la aristocracia visi_
goda por sus propios jefes militares. pero mientras
bajo el dominio visigodo el campesin adohabiasopor_
tado una condición de cuasi esclavitud, teniendo que
entregar a los señores del 50 al gO"A de las cosechas,
los musulmanes trataron a los campesinos como li-
bres, exigiéndoles solamente .rrtr" .l 20 v el5O,r/" de
sus productos. D E§ c ÓH O h\B A

Casi tan importante como esta mejora en las condi-


ciones de reparto de las cosechas fue su nueva actitud
con respecto alatierca. Los árabes, que provenían del
desierto, eran grandes amantes del agua, de los jardi-
nes y de los árboles. Tanto ellos como los norteafrica_ N fierrá de nadie c. 750'850
nos islamizados encontraron en los valles de los ríos
O 3@Kñ
andaluces el tipo de clima que en sus países sólo se po-
día encontrar en algunos oasis. La generación delos Mapa 1. España a comienzos del siglo Ix.
conquistadores era, en su mayoúa, deuna cultura in_
ferior a la de los hispanorromanos que súbitamente se Se trajeron de Oriente paruimplantar en la Península
habían convertido en sus súbditos. En el curso de los los cítricos, melocotones, plátanos, almendros e higos,
siglos x y x,7a clase dirigente de Andalucía fue adop- e igualmente importantes cultivos comerciales como
tando de manera progresiva las púcticas tanto estéti_ el algodón, Ia seda, el azafrán, el esparto, el lino, el cá-
cas como económicas del Oriente Medio, que consti_ ñamo y lalana. Al mismo tíempo, aunque los musul-
tuía el núcleo de la civilización musulmana. El trigo mánes estrictos no comían carne de cerdo, éstos se si-
era eI principal cereal producido, y aunque hubo algu- guieron criando en las mismas zonas que en Ia época
nas hambres ocasionales de dpo local como conse_ romana y visigoda.
cuencia de las guerras o de las plagas, laBspañaislá_ El Profeta había demostrado amor por 1as palomas
mica produjo en general excedentes cerealísticos. Los y las abejas, y su ejemplo fue seguido incluso por los
olivos y los bosqu es alcanzaton una extensión mayor más modestos agricultores de al-Andalus' E1 asno,
que en ningún otro momento de la historia peninsular. que procedía originariamente de Egipto, aumentó en

22
Irtrrxlrrtr.iorr rr Il l-spaña medieval 1. Los siglos de dominación islámica

glrrtkr t'orrsiclcralrle la capacidad productiva de los por las escatamuzas fronterizas con los cristianos' La
t¡rrt: l«r poscían. Se adoptaron con prontitud las mejo_ España musulmana exportaba productos textiles,
ras técnicas de irrigación del Oriente Medio y de ,."ite d. oliva y armas u Akiradel norte, a cambio de
Egipto, lo mismo que el empleo de los árboles con lo cual tenía el monopolio virtual de las importacio-
fines estéticos. Los musulmanes españoles tuvieron nes europeas de oro sudanés. Este contingente de oro
siempre en cuenta tanto los elementos económicos servía parufrnanciar el ambicioso programa de cons-
como los estéticos dentro del entorno natural, como trucciones y el constante crecimiento del ejército per-
se ve en el cuidado puesto en la elección del empla_ manente cordobés. A1 Oriente Medio se exportaba
zamiento de las casas y ventanas, pata sacaÍ el mayor aceite y oro, y a cambio la España musulmana recibía
partido posible al paisaje. Sería una exageración de_ especias, productos artesanales y manufacturas. La
cir que los musulmanes españoles amaron la natura_ España cristiana constituía en un principio un merca-
Teza con la misma intensidad que los románticos do restringido, pero se convirtió, por 1o menos desde
del
siglo xx europeo, pero no cabe duda de que valora_ finales del siglo x, en el mercado más importante tan-
ron las posibilidades que les ofrecía su enrorno. to parala industria andahza como para la reexporta-
Durante los siglos Ix y x tuvo también lugar un con_ ción de los productos suntuarios orientales'
siderable desamollo industrial: la ceúmici. los uren_ España desempeñó también un papel importante en
silios y objetos decorativos en rodo tipo de merales, el comercio internacional de la época carolingia. En
los productos de cuero, attesanía de marfiJ, muebles especial, el comercio de esclavos de la Europa orien-
y perfumes eran producidos por cientos de artesanos,
tal, muchas veces prisioneros de los ejércitos carolin-
quetrabajaban bien individualmenre, bien en peque- gios, pasaba a ffavés de la Españ a cristiana contribu-
ños grupos en las muchas ciudades de la Españ alslá- yendo ampliamente al desarrollo de Barcelona y en
mica. En la producción de tejidos, armas y colorantes menor medida al de Pamplo¡a.La esclavitud, enton-
existía una otganización merc anti. a un nivel supe_ ces como siempre, parece que hacía distínciones basa-
rior. El cristal de roca fue un descubrimiento cordo_ das en elcolor de la piel. A comienzos del siglo x, una
b¿s del siglo rx, y había minas de hiemo, mercurio y refinada esclava negra debía de costar entre 150 y 300
sal gema explotadas por capitalistas particulu.., y rá dinares, mientras que un esclavo blanco sin ninguna
por el Estado como había ocurrido en la época roma- preparación costaba unos 1.000 dinares. Los esclavos
na. El tráfrco comercial se incrementó incesantemen_ más caros eran los artesanos especializados y los can-
te, sin que se viera interrumpido, por lo que sabemos, tores, que en algunas ocasiones especiales podían lle-
por las casi constantes guemas civiles d. al_Andulm gar a superar los 10.000 dinares. LaFrancia carolingia
o

24 25
Intoducción a la España medieval
[. Los siglos de dominación islámica

tuvo una gran admiración por lavanedady


esplendor
de la economía cordobesa. También
.lmrndo musul_
mán7a admhaba. Los viajeros de los
siglos x y x pro_
cedentes.de Egipto y del Magreb
hiáeron norat la
prosperidad y el espíritu independiente
de los artesa_
nos hispanos, Ia relativa uureri.ia
de pobreza y la alta
proporción de asnos y caballos qr"
uhorrub un t ub,uf
humano.
Desde el punro de vista administrativo,
la España
musulmana estaba diüdida en unas
ffeinta circuns_
cripciones, con alteraciones especiales y
frecuentes en
aquellas que limitaban con los reinos'cristianos
del
norte. La diversidad económic a y la granimportancia
del comercio trajeron consigo d
áominio de las ciuda-
des sobre el campo, como ñabía
sucediáo en tiempos
romanos, en contraste con el sistema
feudal, predomi-
nantemente rural, que se estaba desa*ollando
al mis-
mo dempo en la vecina Francia. El
emir nombraba y
deponía a los gobernadores prorrir.ia.,
a voluntad.
Generalmenre eran elegidos átr.lo,
mábro, d" fr_
m-ilias preeminentes, enespecial
en las prou..iu, fror-
terizas, pero los emires intentaron
imp.ai, el desarro_
l" d.. todo tipo de casta gob..n*t"i y Lpl.rb* u
hombres de talento sin pñocup ur",láru
nuda de su
.."9T étnico. El linaje tenía sin embrrgo
su importan_
cia. En especial durante el
liglo x, en"que se adopta-
ron conscientemente las influencias orientales, el ori_
gen fuabe o sírio gozaba de un
considerable presrigio,
hasta_tal puntg que muchos ambicioso. Páginadeun Corán, pintado hacia el año 1000.
españoles se fabricaron genealogías
..rrr-l-rr.,
árabes. pero los

27
Introducción a la España medieval 1. Los siglos de dorninación islámica

emires, en la medida en que pudieron, mantuüeron propios templos y sus escuelas comunitarias. E inclu-
todos los altos cargos de gobierno <<abiertos al talento>> so la suma de diferentes ímpuestos que recaían sobre
y a su arbimario poder de designación. los no musulmanes en sustitución del servicio militar
El emir teníatambién un consejo aseso! compuesro se dividía entre las comunidades y era recaudada en
por una docena de visires, poco más o menos, especia_ cadauna de ellas por sus propios funcionarios.
lizados en cuestiones como las frnanzas, el comercio, Mientras, la administr ación, en especial la municipal,
la justicia, la diplomacia y la guerra. También éstos era muy capaz, el sistema político de base era extrema-
eran designados a voluntad del emir, pero no tenían damente arbitrario e inestable. Los emires tendían a
por qué ser meros comparsas. Sin embargo, los fun- acumular en sus manos todo el poder supremo tanto
cionarios que tenían un mayor grado de independen- político como religioso, y el califato, proclamado en
cia eran los cadíes, o jueces municipales, que se ocu_ 929, rro claramente un carácter césaropapista. En el
paban de todo tipo de casos relacionudo, con las Islam, como en la religión cristiana, se produjeron des-
personas, la propiedad, el comercio y los impuestos. de su aparición desviaciones heréticas que suponían
Eran elegidos teniendo en cuenta su cultura y su inte_ con frecuencia un ataqtrc tanto a la autoridad política
gridad personal; frecuentemente su función era de he- como a la religiosa. El emir Hisham I (788-796) adoptó
cho, aunque no de derecho, vitalicia, y tenían poder como doctrina oficial de la España islámica la ortodo-
suficiente como para defender a los súbdito, oidi.ru_ xia malequí. El famoso jurista árabe Malik ibn Anas,
rios de las más duras exacciones de los señores, los había sido un declarado enemigo de todo tipo de espe-
mercaderes y los altos funcionarios. culaciones filosóficas y religiosas. De manera violenta
También dependía principalmente de los cadíes el abogaba por <<un estricto respeto>> al, Coún y a la doc-
mantenimiento de la pweza de la moneda, de los pe_ trina del Profeta, y fue el creador de una tradición con-
sos y medidas, el alquiler de los puestos de los merca_ servadora, irracional y antiespeculativa, que fue em-
dos y de los locales dedicados a almacenes. La propor- pleada por Hísham y todos sus sucesores como un
ción de no musulmanes en el total de la poblaciói eru medio para afrarrrzar la autoridad real. Este predominio
probablemenre mayor que en ningún átro lugar del de la ortodoxia malequí trajo consigo, como una de sus
mundo islámico. Siguiendo las tradicion"s mrr,rlmu- consecuenci as, la rclativa pobreza de 1a literatura filosó-
nas, las comunidades cristianas y judías conservaron fica islámica en la misma España.
su propia otganización) con sus sacerdotes y rabinos. La sucesión en el emirato, a diferencia de todas las
Existían tribunales de justicia independienres para los demás altas magistraturas, era hereditaria, pero Iapri
asuntos familiares y de negocios. Administraban sus mogenitura no era imprescindible. El emir intentaba,
Inrroducción la España medieval
a
l. Los sigios de dominación islámica

en principio, disponer la sucesión en favor del más ca-


paz de sus hijos, aunque este tipo de decisiones se
veía
dificultado en gran medida por las prácricas poligámi_
cas. La ley islámica autorizaba a cadahombre ui.r..
cuatro mujeres legales y todas las concubinas que le
permitiera su nivel económico. En la desarroilaáa so-
ciedad urbana de al-Andalus, la poligamia consriruía
una forma de <<consumo visible>> desempeñado sólo
por la más altaaristocracia. pero la mayor parte de los
emires tenían varias docenas de hijos, de diferentes
madres. Una gran parte de 7a energía de los visires se
iba en aplacar o explotar las fuertes rivalidades inter-
nas de tipo familiar, y los eunucos llegaron a ser muy
importantes como espías, guardianes e intermediarios
en esta política de harén.
De las fuentes literarias árabes podemos obtener una
descripción muy detallada de las influencias persona_
les y políticas en torno ala figuradel emir Abd al_Rah_
man II (822-Bj2),gobernanre de gran inteligencia, gran
constructor y esteta e imitador consciente de la cultura
del califato de Bagdad. En el primer año de su reinado
acogló con placer en Córdoba al famoso poeta y músico
Ziryab, que había sido desterrado de Bugdaá. Ziryab
aportó una serie de conocimientos sobre cocina orien_
Detalle de un cofrecillo de marfil (hacia9l}): una persona im-
tal, perfumes, cosméticos y tejidos de seda, que hasta portante viajando con gran pompa. Uno de los pocos ejemplos
aquel momento eran casi desconocidos en esta frontera de representación de la vida humana en el arte musulmán.
occidental del Islam, relativamente poco refinada. En su
calidad de consejero principal del emir en cuesriones podían ver al soberano. Su influencia fue decisiva en la
culturales, introdujo también las formas protocolarias inmoducción de la cristalería (inventada en España) en
orientales, según las cuales sólo sus súbditos principales sustitución de los vasos de oro y plata que se habíart

31
Introducción a Ia España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

empleado anteriormente en los grandes


banquetes como una supuesta bebida medicinal. Según las cró-
oficiales. Fue él también el que eltableció
un orden nicas árabes, Tarub no sufrió ningún castigo, y de he-
determinado en los-menús, ,ápu, seguida
lr.go d.lu cho volvió a intentar sin éxito obtener la sucesión
carne, y finalmente_los dulces.3,,
poético y mu_ para su hijo durante los últimos momentos delalarga
sical marcó la tónica anistica en".áo Córáoba diunt.
ffeinta y cinco años, hasta su muerte ocurrida enfermedad del emir.
en el Una cuafiapersonalidad de gran influencia durante
a-ño 857 , y en su calidad de confidente
del emir rrro .l
derecho de acceso a las estancias reales los primeros años de reinado del emir fue el teólogo
a través de un
pasadizo secreto. ortodoxo Yahya ibn Yahya. Élhubia fomentado las
Probablemente la figura política de más re',rreltas religiosas durante el reinado de al-Hakam I
relieve en
la corte de Abd al-Rahmanll fue el 096-822). Todos los nombramientos de jueces y de
hispano_ consejeros religiosos tenían que contar con la aproba-
musulmán Abul Fath Nasr, que había ",rrr.o
jugado .rn d.r_
tacado papel en la defensa de Sevilla ción de Yahya, y qrizá se debe a su consrante labor
.*r.u los nor_ crítica sobre los funcionarios públicos el que en un
mandos en el 844. Nasr llegó a ser de facto jefe
el de reinado de treinta y cinco años fueran nombrados
todala administración de palacio y el hombÁ
cuya once cadíes en Córdoba, clfra muy aita si se tiene en
opinión era fundamentaf pamtodo aquel
qr. q,riri._ cuenta que el cargo de cadí lo desempeñaban durante
ra influir directament" robr. el emir. Lu t.r..ruhg.rru
clave fue la amante favofita del emir, largos períodos de tiempo hombres de reconocido
turrb, ulu"q*, prestigio. Dadala escasez de la documentación no se
hacía costosos regalos y diúgiapo.á^
dores, aunque no muy imaginativos.
-,, y halaga_ puede llegar a conclusiones claras sobre el exacto al-
Teníá por io me-
nos otras seis concubinas, que ejercíancierta cance de la influencia de las concubinas, de los teólo-
influen_ gos, de los eunucos o de los poetas; pero lo que es ab-
cia personal sobre éI, además de darle
hijos. pero solutamente evidente es el carácter arbitrario del
parece ser que Tarub gozaba de una
ascenáencia es_ poder en la cumbre del gobierno hispanomusulmán.
pecial, aunque no consiguió convencerle
para que Lo podía ejercer directamente un emir fuerte, junto
transmitiera la herencia del trono a su propil
hijo, en con los colaboradores libremente elegidos por é1, du-
y", q: a un príncipe de más edad nacido á. o,ru _r-
dre. Desesperada, intentó, de acuerdo rante el tiempo en que aquéllos gozasen de su favor,
con Nasr, en_ Y en el caso de un emir débil, un príncipe autontaúo
venenar al emir y a Muhammad, el presunto
herede_ o un funcionario de palacio,libre o esclavo, podia
ro. Abd al-Rahman fue prevenido ,ii.mpo
y forzó a ejercer igualmente un poder arbitrario en nombre del
Nasr a beber el veneno que el valido tehaLiuofrecido
emir.

32
JJ
Introducción a la España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

Los cristianos del norte, al igual que los


historiado_
res del siglo XrX, como Reinh uiaOirye El emirato estuvo constantemente sacudido por ios
Ignace Gold_
ziher,y los actuales historiadorer d. ú España conflictos entre Córdoba y otras ciudades lejanas, y
musul_
mana, quedaron fascinados por esta combinación cntre las élites étnicas y la población hispánica. En
de
elevada-cultura y de inestabilidad política, todo el tiempo que duró el emirato (756-929) apenas
caracterís_
tica de los reinos musulmaner. Errn los emires transcurrieron veinte años sin una revuelta militar de
quie_
nes, con un espíritu discriminatorio, patrocin importancia. Los principales focos de rebelión fueron
ubuÁ rc_
dos los aspectos del arte las ciudades fronterizas, Mérida, Toledo y Zarugoza, y
y d, ii
tecnología. Se
mostraron tolerantes y flexibles con las ampliaJcomu- los puertos costeros, como Málaga y Almería. Y aque-
nidades mozárabes (cristianas) y judías llos conflictos, consecuencia de la tensión existente
de srs ciuda_
des. Actuaban de manera rcfinada en entre los nativos hispanos y los árabes, sirios o egip-
sus relaciones
diplom-áticas y comerciales con Europa, cios, podían llegar a implicar a la población cristiana,
Bizancio y el
norte de Áfricu. Al igual que en r"d;L, aliada natutal, en tales casos, de sus hermanos hispa-
sociedades
ricas de la épocapreindustrial, era muy grande no-musulmanes. Durante los dos siglos y medio que
el nú_
mero de esclavos; no obstante, hubo .r]duuo, siguieron a la conquista, una gran mayoría de la po-
inteli_
gentes que llegaron a ejercer ras más blación situada al sur del Duero y del Ebro se convir-
altas funciones
administrativas, artísticas y científicas, y los tió al Islam. Sin duda, una de las rer,rreltas mejor do-
emires te-
nían muchos menos prejuicios en cuestiones cumentadas del siglo Ix, la de los mozárabes de
religiosas
y étnicas que la mayú parte de los gobernantes Córdoba (hacia 850-859), se debió en gran parte ala
de
nuestros días. desesperación con que una culta minoria mozátabe
veia el constante retroceso religioso y cultural de su
, Al mismo dempo, su poder político y religioso abso_
luto y la oportunidad (no siempre restringida) comunidad. Aunque los cristianos y judíos podían
de vivir practicar libremente su culto, los insultos públicos
en medio de una irrefrenable sánsualidadlconmibuye_
ron a la exisrencia de prácticas políticas contra Alá estaban castigados con la muerte. Un pe-
arbitraúis e
incluso crueles. El sadismo, la iorturu y queño grupo de mozárabes eligió voluntariamente el
el asesinato
fi,eron_métodos políticos normales, u lo, martirio al insultar en público al Profeta. El emir se
.rul., ,. r._ mostró remiso a la horu de imponer las penas de
hasta con orgullo algunos pá.-r, amibuidos
!::."
diferentes gobernantes y que se mencionan
a
muerte, pero se vio obligado a hacerlo antelareacción
claramen-
te en todas las obras históricas fuabessin {anática de las masas urbanas musulmanas y como
ningún tipo
de reproche. consecuencia de este abierto desafío a su autoridad,
tanto política como religiosa. El obispo de Córdoba
34
35
Introducción a la España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

defendió alos mártires, pero la Iglesia mozárabe en su


llegasen a poder competir con la gran supremacíaeco-
coniunto se opuso al movimiento como contrario
a los nómica y cultural de Córdoba, los reinos cristianos
intereses de la comunidad cristiana. y durante
el go- cxperimentaron, sin embargo, un gran avance en su
bierno de Muhammad I (g52-gg6) se produjo lu .ár_
poder, población, conciencia de su propia dignidad y
versión masiva de los cristianos cordobeses, como
en el alcance de sus objetivos futuros. Hacia74}, N-
consecuencia del fracaso de este movimiento en pro
fonso I de Asturias había retirado deliberadamente la
del martirio.
población del alto valle del Duero hacia los montes
Durante el siglo rx llegaron a estar perfectamente
. cántabros. Un siglo más tarde, Ordoño I (850-866) y
definidos los límites dela zona controirdu por el Is_
Alfonso III (866-910) repoblaron varias ciudades im-
Iam en España. La población siguió siendo bilingüe
portantes en la línea de los valles del Duero y del Ar-
y el romance fue la lengua familiar incluso de la
Áa_ lanzón: Tuy, Astorga, Orete y Amaya en el año 854,
yor parte de la población islamizada. Atnque fue
León en eI856, Cea en e1875, Coimbra y Sahagún en
descendiendo el número de cristianos, los que que_
el 880, Burgos en el 884, Zamoru en el B9i y Toro en
daban eran en su mayor parte comerciantes y
artesa_ el 900. En León y Astorga, los artesanos mozárabes
nos, lo cual les confería una influencia mayor de
la que habían emigrado de al-Andalus colaboraron con
que cabía esperar por su número. Cristianos
e hispa- los montañeses gallegos y astures en la reparación de
nomusulmanes hicieron causa común en el inteito
muchas antiguas casas romanas. En lalínea del Duero
de resistir al proceso de orientali zación, tanto cultu_
y sus afluentes, una serie de campesinos libres obtu-
ral como política, llevado a cabo. El emir Abd al_
vieron tiemas del rey por el procedimiento conocido
Rahman III (912-961) tuvo que aplastar revuelras lo_
como presura, por el que se obtenía un título de pro-
cales persistentes durante los prim"ros veínte
años piedad a cambio de la roturación y puesta en cultivo
de su gobierno. Su proclamaciá, .o-o caliira en
929 de las tierras. Para proteger sus propias fronteras, los
obedeció, al menos en gran parte, a la urgente nece_
gobernantes musulmanes fundaron o repoblaron, ha-
sidad de hispanizar su gobierno pu.u ,.J.rqr llizar a
cia el año 860, Madrid, Salamanca,Badajoz, Tudela y
sus propios súbditos musulmanes.
Calatrava. Dentro de los reinos cristianos, las condi-
El constante crecimiento demográfico que tanto la
ciones políticas adquirieron una estabilidad suficiente
España cristiana como la musulmana ."p..i-.rturo,
y la economía agraia un grado de prosperi dad capaz
durante los siglos IX y X trajo como .on*.rr.r. ia
una de sostener la existencia de grandes dominios familiares
atención creciente, pacificay militar a un tiempo, a las
y monásticos en Galicia y Asturias. La tradición ecle-
zonas fronterizas, relativamente despobladar.
Sin qr. siástica visigoda se conservó gracias a los monjes, que

36
37
Introducción a la España medieval 1. Los siglos de dominación islámica

ilr¿lnefa que el contacto militar con los musulmanes


cra esporádico. Pero a lo largo del Arlanzón, en las
l)roximidades de Burgos y del Alto Ebro, cerca de
llaro y Miranda, el contacto con la España islámica
cra constante. El Alto Ebro estaba poblado por prós-
1;eros propietarios rurales musulmanes bajo la sobera-
rría de los Banu Qasi de Zaragoza, y el mismo valle del
río era 7a ruta de peneración preferid a paralas incur-
siones musulmanas hacia el norte. En esta zona no
existían ni grandes latifundios agrícolas ni monaste-
rios con grandes propiedades; y tampoco se instala-
ban en ella los artesanos ni los cultos sacerdotes mozá-
Ca¡{llo de Peñafiel; fue construido en el siglo rabes. La frontera militar de la España altomedieval
x y reconstruido
en 1307. era una especie de «salvaje Oeste>> en miniatura, que
ejercía una aúacción sobre los aventureros, los hom-
bres combativos que preferían vivir en medio del peli-
guardaron las obras de San Isidoro y
escribieron co_ gro y la incomodidad a someterse a las jerarquías esta-
mentarios sobre ellas. A_l mismo tiempo blecidas. Enla zona existían abundantes castillos, por
fueron afir_
mando su independencia tanto frente
u Tol"do .o_o lo que más tarde se llamaría <<Castilla>, Los que se asen-
frente a Roma, rcforuando insistentemerrte
el .rlto , taron en ella fueron los duros montañeses del País
Santiago, que se inició con el presunto
descubrimien_ Vasco, los que con más violencia se habían opuesto a
to, hacia 820, del sepulcro de Santiago.l
Muyor., .r, laromanización y más tarde habianluchado contra vi-
lugar,cercano a lo que luego ..riu §*rirgo
de Com_ sigodos y francos para conservar su independencia.
postela.
Eran pequeños campesinos que buscaban su indepen-
De manera casi imperceptible se fue dencia tanto frente a León como a Córdoba, y que
estableciendo
una significativa diferenciación social
enúe las provin_ sólo se mantenían fieles a sus condes locales.
cias noroccidentales, León, Asturias
y Galiciapor una Con muy pocas influencias de las culturas mozárabe
parte, y el diminuto condado de Castilla
por otra. En ylatina crearon su propia poesía popular, que produjo
los confines occidentales del Duero,
| ,i rt.r. de esre una impronta particular en toda la evolución de la len-
úo,la densidad de población seguía ,i.rdo gua castellana. Una parte importante de esta poesía
escasa, de

¡8 39
Introducción a la España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

popular nos ofrece una versión legendaria de la vida


de Saldaña, se rebeló contra Ramiro en94),y fue cap-
de un gran aventurero, tanto por sus hazañas militares
turado y encerrado en prísión; en945 obtuvo la liber-
como pof su matrimonio, llamado Fernán González,
tad, pero solamente mediante un juramento de fideli-
La leyenda le ha convertido en el fundador virtual de
dad y su renuncia a las tenencias regias. En cierto
Castilla, y en el máximo exponente, junto con el Cid,
modo, el nuevo conde de Castilla debió de perder po-
de sus virtudes más características. La investigación
pularidad, y hacia 9 47 F ernán G onzález había recup e-
histórica ha limitado tanto su importancia piácticu
rado sus antiguos títulos; para fortalecer la alianza fa-
como su tallamoral,pero los rasgos que se vislumbran
miliar, casó a su hija Urraca con el heredero de Ramiro,
de su obra en el momento presente son de gran im_
convirtiéndose de esta manera en suegro del futuro
portancia parala comprensión de la políticaáe la Es_
rey Ordoño III (951-956).
paña del siglo x.
Su posición como elmás poderoso consejero políti-
El padre de Fernán Gonzálezera uno de los muchos
jefes locales que se habíanarogado co, y qtizá como el magnate que poseía más tierras en
el título de <<con_ el reino de León, provocó los celos de su suegra Toda,
des>>, mediante la fundación de una ciudad
fronteriza, y las luchas por el trono que debilitaron de manera tan
en este caso la deLaru. Murió en 916, y la madre de
fuerte al reino de León desde 951 sólo pueden enten-
Fernán consiguió conservar la posesión del castillo y
derse a laluz de estas complicadas rivalidades famllia-
sus pretensiones legales hasta que su hijo legó a la
res. Ramiro llhabía tenido dos hijos de madres dife-
mayoúa de edad. 8n929, Fernán Gonzálezse convir_
rentes: Ordoño, cuya madre era una princesa gallega,
tió en el legítimo conde deLaru.Haciaesta época lle_
y Sancho, hijo de Urraca,hija de Toda. El matrimonio
vó a cabo un matrimonio muy ventajoso desde el pun_
de Ordoño con la hija de Fernán González (también
to de vista político con Sancha, una de las hijas áe la
llamadalhraca) parece indicar que en 951,|a influen-
reina Toda de Navarra y viuda del rey de León, Ordo_
cia del conde castellano dominaba en León, excluyen-
ño II. Durante la décad a de 930 fue uno de los princi_
pales jefes militares al servicio de Ramiro II de León
do qrizáIanavana. Las relaciones entre Ordoño, su
(931-951) y obtuvo el título de conde esposa y su padre político no fueron muy cordiales
de Castilla en durante su breve reinado, y ni Fernán González ni su
compensación por sus servicios, junto con el favor
hija pasaron mucho tiempo en León; al morir inespe-
rcil. Hacia 940 se enfrentó con Ramíro, según parece
radamente Ordoño en956 no dejaba heredero.
por su pretensión de ser nombrado conde de Mon_
Esta muerte dio a Toda la oportunidad, largamente
zón. El dtulo pasó ala familia rival de los Ansúrez.
esperada, de restablecer la influencianavanaen León.
Tras aliarse con otro conde descontento, Diego Muñoz
Sancho, hijo segundo de Ramiro, el heredero lógico

47
Inroduccíón a la España medieval 1. Los siglos de dominación islámica

aunque no indiscutible, era su nieto. casaf a su hija con tres herederos al trono de León y
Fernán González
intentó oponerse a los planes d.
,,, _J.. politica cá_ Navarra.
sando rápidamente a su hija viuda El papel desempeñado por la reina Toda y por el ca-
.on ,r, primo del
rey m-uerro, al que intentó que lifa encierra también enseñanzas parula comprensión
la noblezagdi.gu y t.o_
nesa le reconociera como Ordoño
IV La reina Tod.a de la historia castellana del síglo x y de su legendario
formó una coalición contra el, .o-prota conde. Toda, reina madre de Navarra, eclipsó en todo
por Nava_
rra, Córdob a, la famiia Ansúrez (.ond.,
.iuA., j. momento a su hijo García Sánchez, y fue la figura po-
castilla) y un secror importante ¿.
il lítica clave de la España cristiana durante los años que
En eL959 fue atacado a un tiempo po.iropm ".tl.ra reonesa.
de Cór_ van desde eL930 alg7O. Sus hijas estuvieron casadas
doba por ei sur, y de Navarru po..i*.. con los más importantes magnates de Asturias y Gali-
Crpturudo y
hecho prisionero en pamplonr, f*llilrrdo cia. Adernás de ser suegra de Fernán Gonzá7e2, fue
tras fir_
mar un nuevo pacto,con la temible también tía abuela del califa Abd al-Rahman III y
reina, por el que se
comprometía a ayudar a su nieto abuela de Sancho, hijo menor de Ramiro II, quien a la
Sancho-(hijo ¿. nu_
miro il) a conquistar el üono de León, muerte de Ordoño III en 956 se vio súbitamenre con-
con lo que
abandonaba a su suerte a su nuevo vertido en heredero de1 trono. No pudo conseguir el
yerno Ordoño IV.
Mienrras ranro, su esposa (Sancha,
iU^ árToda)había reconocimiento inmediato de Sancho, porque, entre
muerto, por lo que rápidamente se otras razones, el infortunado joven eratan obeso que
casó con offa he¡e_
derunavana,lJraca,hrja del r"y Cu..iu no podía montar a caballo, por lo que no podía gober-
S ánchez.En
el año 962, suinfortunaáo y.."o nar solo entre súbditos atléticos y no muy dóciles.
O.Jonl IV murió en
Córdoba, donde había sido r".ibido Toda pidió ayuda a su sobrino el califa, solicitando
umablemente
por. e_l califa, quien contesró que su médico personal, el famoso Hasday ben Sha-
con buenas palabras a su
petición de ayuda militar para reconq.riitu. prut, tratase a1 príncipe. Hasday, que era también un
leonés. Fernán González,ri.-pr"
.l trorro
pril. *fi.iro, casó gran lingüista y diplomático, que conocía perfecta-
{":":y_? a su hija lJrruca (viuáa a. Orao¡o III y Or_ mente el átabe, hebreo, griego y romance, marchó a
doño IV)-con el príncipe Sancho Pamplona a instancias de su soberano. Impuso condi-
Abarca, heredero al
trono de Navarra. En el momento
de ru itl.r,., o.,.r_ ciones humillantes ala reina, entre otras que el prínci-
rrida hacia.el 970, dejabaúas de pe tendría queviajar a Córdoba para el tratamienro y
,i muy aven_
turera, en la que se había enemistado ""u "iál que León rindiera algunos castillos fronterizos. Ella,
y reconciliado
en dos ocasiones con 1os monarcas sin embargo, aceptó y en 958 pasó algunos meses en
r.inuntes, hrbí,
hecho dos ventajosos matrimonios
yhrbíu .onseguido Córdoba. Mientras Hasday reducía la obesidad de su

42 43
Introducción a la España medievaJ
1. Los siglos de dominación islámica

nieto mediante una dieta vegeta riana,Tod,apreparó


alianza-miitar que derrotó u'f..."¿.r'Co
la La dominación cordobesa sobre la Península duran-
nzálezy colo_ te el siglo x se apoyaba sobre todo en su economía di-
có, en 959, a Sancho en el ffono
de León. versificada, que continuó su expansión sobre las lí-
Nuestros conocimientos específico,
personajes mencionados_en los
*b.. todos los neas antes citadas. Ni la inestabilidad política, ni los
párrafosanteriores pro_ peligros africano o cristiano afectaron a su economía,
ceden de unos cuantos do.o.r*to,
t.gJ", y de las re_ ya que por su población, su volumen comercial, por
ferencias personales en las crónicrr
l.oiom y cordobe_ su eficacia y prestigio militar y navd. (a jtzgar por las
sas. A través de ellos, algunos
aspectos de la sociedad embajadas y por la importancia internacional de su
del siglo x aparecen muy nítidos.
io, reino.
del norte y numerario), el califato representó el apogeo musul-
Ios condados recién fundados ," gob.rrrUan
como mán en España. Sin embargo, Córdoba, a pesar de su
propiedades familiares. Las afnnzaslatimoniales
de- prosperidad económica y su sistema administrativo al-
sempeñaban yn papel importante,
y las duras luchas tamente desarrollado, no consiguió una auténtica es-
entre las familias eran debida s tanto'aque
el principio tabilidad política. Así, Abd al-Rahman III se vio obli-
de.la primogenitura no estaba ur.
fir-ám.rte estable_ gado a pasar los primeros veinticinco años de su
cido como a Ia inexistencia de ,rru .,rdrrinisffació»>,
aún rudimentaria, que pudiera
reinado sometiendo las revueltas que surgieron en las
suaüzar los períodos de montañas andal:uzas y en 1as siempre inquietas provin-
transición y proteger a los príncipes
débilLs. M,rj.;; cias fronterizas de Mérida, Toledo y Zarugoza. Des-
auto¡itarias podían detentar propiedades
y cargos en pués de conseguir un firme control sobre sus estados,
nomb¡e de sus hijos, y su sexo no
limitaba d. rágu.r; intentó acabt de una yez para siempre con el poder
manera su influencia política. Córdoba
do_inuü l, de las grandes familias árabes, cuyo prestigio se había
Península. desde el prrio de vista
.dtrá fera también acrecentado un siglo antes, bajo la dominación del
ra potencra mrlltarmente más
fuerte,'^o^iru
aunque las coali- emir orientalizante Abd a1-Rahman II. Abd al-Rah-
ciones cristianas dirigidas por
un de td7a, man III afirmó su plena independencia con respecto a
comoRamiro II, podían ftenat e incluso
derrotar a ve_ Bagdad al adoptar en el año 929 el título de calÍa.
ces a los ejércitos cordobeses.
El callfa J.r.mp.arbu Sustituyó a los funcionarios de ascendencia oriental
con frecuencia el papel de árbi*o
lo, por hispánicos y eslavos, maniobra que le ayudó al
".r
tos entre los reinos cristianos. A juzgar ".rt.rrtu_i.rr_
por los matri- mismo tiempo a reducir el papel de la aristocracia ára-
monios y por la activtdad dipiomáticá
, d)luimpresión be, a apelar al orgullo de los hispanomusulmanes y a
fe
que^el anragonismo religiáso_
des;;;;t, un papel ocupar altos puestos con hombres que sólo le debie-
insignificante en las alianzÁpokticas.
ran el poder a él y no a sus antecesores.

44
45
Int¡oducción a Ia España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

Su energía y capacidad de decisión le permitieron


ser, en gran medida, su propio primer propios recursos personales parula conservación de
ministro. Tam_
bién designó a su hered.ro, .l prin.ip. las mezquitas y la financiación de la caridad pública.
al_Hakam, más
de diez años antes de su También fue una cuestión política importante en todo
-r.rt., .o, lo que evitaba
momento e1 mantenimiento de relaciones cordiales
peligrosas rivalidades sucesorias; delegó
en su hijo
muchas responsabilidades, con lo qr".i con sus comunidades cristiana y judia y los fastuosos
futuro califa
adquirió una considerable experi"n.i, recibimientos a las embajadas de las grandes poten-
Acre- cias cristianas: Bizancio, los normandos y los imperios
centó el prestigio del propio monarca,";.crtiva.
perfeccionan_
do mucho más el protácoio de lr.ortá franco y sajón. En cuanto a los reinos del norte penin-
io qr. impre_
sionó vivamente a todos los gobernadores sular, el califa mantuvo relaciones casi constantemen-
provinciales
y embajadores extranjeros, a quienes te cordiales con la reina Toda de Navarra, y altenóla
se permit ía, tras
besar protocolariament. guerra y la diplomacia en sus relaciones con León y
,t.r-"lo, arrast;arse hasta el
estrado delcalifa. "l Castilla, dando preferencia, cuando e1lo era posible, a
En definitiva, el régimen se apoyaba en la fuerua los procedimientos diplomáticos.
_
desnuda. Más de un tercio d" lo, .normes Un factor de considerable importancia en el gran
ingresos es_
tatales se empleaba en el mantenimiento prestigio que el califato disfrutó enre sus vecinos del
de In ejérci_
to permanente de 100.000 hombres. Las norte fue 1a reputación alcanzadapor la medicina islá-
úopas ;legi_
das de la guardia de palacio esraban consdr;idas mica. Ya a comienzos del siglo X, todos los ratados
p;r griegos de medicina de importancia, que se conserva-
mercenarios leoneses y francos, y por eslavos
del este
de Europa, gentes que no podíantener ban todavía, habían sido traducidos en Damasco,
ningún tipo de
lazo sentimental con la pollación, pr"do.rrirruntemen_ Bagdad o El Cairo, y el conocimiento de estos trata-
te hispanomusulmana, de la capi,til. El grueso dos se había difundido por el norte de Africa y por al-
de las Andalus. La lectura de Ga1eno difundió la idea de que
tropas estaba formado. por berébe rcs Jrganizados
y la enfermedad es curable, pero los mismos textos esta-
alojados de forma qr. lá, resros de lazos
tribales de_
saparecieran. ban, sin embargo, plagados de errores y supersticio-
Raza y religión no tuvieron importancia nes. Los médicos árabes (a diferencia de los europeos
en la elec_
ción_por el califa, de forma personal y arbitraria, anteriores al Renacimiento) practicaban la diseccíón,
de
los altos funcionarios militares y ciüles. aunque sus esquemas anatómicos y sus textos se limi-
Co-o medio tasen a repetir los emores del venerado Galeno, igno-
para conservarlafrdelidad religiosa
de la gran mayoía
de sus súbditos, el cakfa rando las consecuencias extraídas de sus propias di-
ostento"samente sus
"mpLó secciones.

46
Introducción a la España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

_Mucha mayor importancia que el conocimiento de Alavez,los datos que tenemos en relación con un
Galeno tuvo la erudición acumulada en todo
el grupo de médicos distinguidos nos permiten apreciar
Oriente en cuestiones botánicas y farmacológicas,
que éstos habían superado con mucho la mera prácti-
reunida y empleada por los médicos de todas
ü, .._ ca de la higiene y la farmacología. Rhazes, el médico
ligiones que vivían en regiones bajo suprem acia
islá_ de la corte de Bagdad (865-925), fue un agudo obser-
mica. El ruibarbo y el sulfato de sodio, áe origen
chi_ vador que puso en ridículo laidea,muy extendida en-
no, se empleaban como laxantes y el opio era un
tre los contemporáneos, de que el análisis de orina
narcótico perfectamente conocido. Se usÁa el
ácido sewía para diagnosticarlo todo. Ncanzí gran fama
tánico para controlar la diarcea y las pequeñas
úice- por haber distinguido perfectamente el sarampión de
ras intestinales. También se empleabr.omo
antídoto las viruelas, éxito más importante de lo que un lector
para los venenos metálicos y alcalinos, y
se aplicaba moderno pueda pensar, pues el sarampión era una en-
igualmente a las llagas de la piel. El eméiico
tirtarc y fermedad casi tan mortífera como las viruelas. Fue él
las sales de antimonio se emple aban conftael
anqui- también quíen populaúzó, aunque no debió ser quien
lostoma; ingeridas en pequeñas dosis, se creía que
lo inventase, el empleo de tripas de animales parulas
expulsaban los diversos parásitos internos
al hacer sutufas.
vomitar al paciente, para eltratamiento de todo
tipo Muchos de los médicos más famosos fueron tam-
de síntomas internos se prescribían otras muchas
bién cirujanos. De hecho, aunque los árabes consi-
p]a1ta9, entre las que cabe citar el clavo, pimienra,
guieron más prestigio por sus técnicas médicas que
almizcle, ámbal jengibre chino, ,r.,
-or., da, al_
canfor y nueces de betel. No tenemos datos que
por las quirúrgicas, no hicieron entre ambos tipos de
nos procedimientos la profunda distinción que fue carac-
permitan valorar 7a efrcacia de tales tratamientos,
terística de Europa, donde, hasta finales del siglo
pero debió de existir una dosis considerabl"
d. .rr.u_ X\rIII, los barberos actuaron como cirujanos, con gran
ción psicológica de los dolores , apafie de la mera_
detrimento paru el desarrollo de una medicina cientí-
física_. Tanto por la tradición griegacomo
3:nt:
laindia,se dio gran importancia, h Éigiárr. personal
por fica. El médico cordobés Abulcasis (muerto en 1011)
confesó que el retraso de las técnicas quírúrgicas ára-
y a una dieta equilibrada, y las planta,
urt", mencio- bes se debia a Ia falta tanto de estudios anatómicos
nadas sirvieron sin duda paru aLrk el apetito
cuando como galénicos. Llevó a cabo con éxito operaciones
se había perdido, contribuyendo de ,si.a
mun-,ru ulu de fístulas, bocio, cálculos hepáticos, hernias y de di-
recuperación natural del paciente cuya enfermedad
latación aneúal. En la curación de las heridas intestí-
no había podido diagnosticarse.
nales, muy frecuentes enffe los soldados, unía los labios

+8
Intoducción a la España medievaJ
1. Los siglos de dominación isiámica

de la. herid a y apricaba grandes


hormigas. También sumas en la formación de una biblioteca de
practicó la ffepanación, operación 400.000 vo_
d" ferforación del lúmenes e hizo importantes ampliaciones a la Gran
cráneo paru aliviar la presión
prodr.i-d-, por los tumo_ Mezqutta, debido tanto a su piedad personal como
res, y recomendaba la cauteúzación a
en .l ,ruru_i..rto motivos de política famüar. Se habla de su cólera ante
de la apoplejía y epilepsiu,
,ri-;;; J, .i*giu, en ca_ el abandono genetalizado de las prohibiciones coráni-
sos de grandes hemorragias.
cas sobre el consumo del alcohol, pero no intentó
el porcentaje de éxitos obtenido ter-
r\Dulcasls en sus operaciones por minar con los prósperos viñedos de sus súbditos, ya
^#Í^.:::
empleo sorprendente de las
de ffepanación, ni aoar al que estos habtiNt sustituido el vino por un licor
de in_
h.;ü;; de la cauteri_ ferior calidad hecho con higos. En lás cargos más rele_
zación. parece clato, a juzgar
po. írrrá.iones medie- vantes, al-Hakam tenía a dos hombres encumbrados
vales, que algunos r...r rrI.r"o.
¡on capaces de soportar dolores
.ffi.iorraes
fue- por su propio mérito: al-Mushafy, que procedía
de una
qr. rrádi. ha tenido modesh famüaberéber de Valencia, ysu principal ge-
que sufrir desde el descubrimi.nr"
á. i, ,nesresia mo_ neruJ,,llamado Ghalib, un antiguo esclavo manumitiáo.
d.,-u.-Er suponer que algunos d.lou pr.i"mes
9.
cobrarían Ia sarud, pr.s d. re_ La muerte de al-Hakam provocó una grave crisis
i"" -lr.ll sus médicos
habrían quedado desacreditad...
política. Sólo había tenido dos hijos, ,no d" los cuales
gran cantidad de conocimientos
D;;;;e haber una había muerto muy niño, mientras que el segundo,
int"itiuo, y empíricos Hisham, era un muchacho enfermizá de once años.
que no aparecen reflejados
en los heterogéneos docu_ Unos ocho meses antes de su muerte, el cakfa,que es_
mentos. Simplemente carecemos
de la documenta- taba ya enfermo sin remedio y había entregado la
ción necesaria paru alcanzar re_
gencia a su hermano menor al-Mugira, reunió
sobre la reputación de Ia
mediÁ"nu "J*ulión completa a los
iüár"r^islámi_ principales funcionarios de palacio para hacerles pres_
cas. Pero es indudahle que
duranr"^
para ser tratados por Ios "irigi. x ilegaban
médicos .ordáb...,
tar un juramento de fidelidad al presunto heredero,
el
prínci_ príncipe Hisham. Pero en la España musulmana,
pes y hombres adinerado. Io
de todo .ioJ¿.rre euro_ mismo que en la cristiana, no era posible contemplar
p"o,-y el trabajo de estos médicos .or.titryo
Ias glorias culturales del
una de ya Ia sucesión tranquila de ,n mr.hacho débil.
Aigu_
califato. nos eunucos de palacio intentaron, sin su consenti_
. EI hijo y sucesor de Abd al_Rrhmun, al-Hakam II miento, nombrar califa aal-Mugira. por orden del que
(961-926), continuó
en general l^ p"ir¡.^-Vlos
dos adminisrrarivos de su padre. méto- de hecho era el principal consejero, al-Mushafu
elin-
É;;";r.ácrer
me_ fortunado joven regente fue asesin ad,o pan ganntizar
nos enérgico, más intelectual
y religioro. CurtO grandes la sucesión de Hisham II (976-100».

51
Introducción a la España medieval
1. Los siglos de dominación islámica

Los primeros agentes del acceso de Hisham


fueron que no se atrevió a deponer a Hisham o le satisfacía
su propia madre, una mujer vascona llanada
Subh, y plenamente el ejercicio de un poder dictatorial sin re-
su tutor y consejero político, Ibn Abi Amia al qr.r. po,
ner que asumir el título de califa. Se granjeó una gran
comodidad le llamaremos desde ahora por
el nombre popularidad aboliendo algunos impuesros particular-
que más tarde adoptaúa, al-Man rr,..ál
Vicrorioso». mente odiados, efectuando una purga en la biblioteca
Teniendo en cuenta que al-Mansur sería el
virtual dic_ de al-Hakam y por sus apariciones, cuidadosamente
tador de la España islámica durante más de veinte
escenificadas, como <<colaborador>> en la edificación
años, vale la pena señalar las etapas de su
camer a poli_ de las obras de ampliación de la Gran Mezquita.
gica. En 967, debido a la influencia directa de Subh,
Aunque se produjeron frecuentes complots contra é1,
había sido nombrado tutor de los príncipes y
después a veces encabezados por Subh, que había poco a
jefe de la ceca. Durante los años
,igri"rt., consiguió poco llegado a odiar a su antiguo protegido y amante,
el control absoluto de la policía de
[alacio y ejerció el al-Mansur gobernó en Córdoba desde 981 hasta su
puesto de intendente general .n Áfric, durante
una muerte, ocurrida en 1002.
de las campañas del general Ghatib. En975pasó
inspector general de las tropas mercenarias
a ser A causa de sus razias casi anuales contra el norte,
acantona- al-Mansur adquirió una reputación muy negativa en
en Córdoba; duranre sus años de jefe de la
-das ceca, la historiografía cústiana, y Lévi-ProvenEal, princi-
había amasado una fortuna suficiente .á-o pur,
.orr_ pal historiador moderno de la España islámica, ha
truirse su propio palacio y hacer ostentosos regalos
a calificado sus campañas como <<Guerra santa>>. IJna
miembros imporrantes del harén rcaly alos principa-
vez más,1as pruebas que tenemos son muy escasas,
les dirigentes militares.
pero parecen indicar que no hubo por su parte un fa-
Al morir al-Hakam, se alió con Mushafy y Subh
natismo religioso en su modo de tratar las cuestiones
para conseguir la sucesión de su pupilo
de once años, militares o personales. Siguió habiendo ropas cris-
Ii*r*,y era quien mandaba.l gr"po que esmangu_
ló al regente al-Mugira. Con todalegrrijud
tianas enroladas en las unidades de élite del ejército
entre 97 6 cordobés en tiempo de al-Mansu¡ lo mismo que con
y 978, y probablemente anres y después de
estas fe_ los gobernantes anteriores. En 98L, en que libró la
chas, fue el amante de Subh urf .oÁo el adminisma_
batalla decisiva contra su suegro Ghalib, en el ejér-
dor de los bienes de su hijo y el encargado de
su edu- cito de este último frgwaban tropas castellanas al
cación. E;n978 casó con lahijade Gháfib, y
en 9g1 se mando del conde Garci Fernández, ffopas navarras
había convertido ya en dueño, civil y miliiar,
del esta- mandadas por un hijo del rey Sancho Garcés II y tro-
do al eliminar a Mushafy y Ghatib. ño ,rb.-os
si es pas leonesas enviadas por el rey Ramiro II. por tanto,

52
Introducción a 1a España medieval
1. Los siglos de dominación isiámica

había soldados cristianos en ambos ejércitos, y la


ayuda oficial prestada a Ghalib por los príncipes del
tumba de Santiago y al monje que la custodiaba. En
general, los datos dispersos que tenemos sobre aI-
norte estuvo claramente motivada por consideracio-
nes derivadas del <<equilibrio de poderes>>: de la con-
Mansur indican que sus móviles principales erun la
búsqueda de poder personal y de botín para sus ro-
veniencia de evitar que un dictador, potencialmente
pas; pero una incursión contra Santiago proporcio-
agresivo, llegase a controlar los recursos del estado
naba alavez una perfecta oportunidad de humillar a
más poderoso de la Península.
los cristianos del norte en su totalidad y de conseguir
En los años 984 y 987, al-Mansur proporcionó a
el favor de los elementos más fanáticos, en el terreno
Bermudo II de Galicia las tropas que le permitieron
conservar su trono frente a las pretensiones de los no-
religioso, de Córdoba. La masa urbana de Córdoba
nunca fue tan tolerante como sus gobernantes y de-
bles locales rebeldes. En 989 atacó a Castilla, debido
al apoyo que el conde Garci Fernández presraba ala bió de acoger con gran regocijo la presencia de los
prisioneros cristianos que transportaban el botín,
rebelión contra su padre de uno de los hijos de al-
Mansur. Uno de los matrimonios de al-Mansur tuvo
muy importante tanto por su valor material como
lugar con lahija del rey Sancho Garcés II de Navarra. simbólico. La toma de Santiago debió de agradar
también a los teólogos ortodoxos malequíes, aunque
Cuando en992 su suegro )legó aCórdoba para visitar
éstos no eÍanya tan poderosos ahora como lo habían
a su hija y yerno, fue alojado y agasajado en el palacio
personal de al-Mansur, al-Zahfu.a; reprendido por sus sido en el siglo Ix.
ocasionales deserciones a la histórica alianza entte
Al morir al-Mansur en 1002 se cumplían casi 300
años de dominación económica, militar y política del
Córdoba y Pamplona, recibió licencia para besar el
Islam en la Península. En ningún momento había al-
suelo al compárecer antela presencia de su yerno y
canzado este poder tanta relevancia como en la se-
para besar la mano de su nieto musulmán. F-n 993, el
gunda mitad del siglo X. Pero, tras esta apaúencia,la
dictador cordobés casó con una princesa leonesa,
realidad era que ni Córdoba te¡ia tanta fuerza ni los
cuya conversión no nos consta y que, de todas formas,
después de su muerte volvió aLeón y se hizo monja.
reinos cristianos eran tan débiles como indicaban
De la misma forma, cuando se produjo el saqueo de la
los acontecimientos militares y dinásticos de la épo-
ca. Después de 1002, el califato se desintegú úpi-
ciudad de Santiago por las rropas cordobesas en 997 ,
damente y se inaugutó tna nueva época, en la que
éstas se sirvieron de prisioneros leoneses encadenados
para transportar las campanas de la catedral a Córdo-
Ia España musulmana conservó su supremacía eco-
ba. También, y por orden del dictador, se resperó la
nómica y cultural, pero también en la que la Espa-
ña cristiana consolídó su poder militar y comenzó a

55
Introducción a la España medieval

desamollar sus instituciones políticas y sociales. Con 2. La consolidación de la EsPaña


ello se disiparon todas las posibilidades existentes
enme los siglos vrrr y x de que toda España llegase a
cristiana
formar parte, de un modo estable, del mundo islá-
mico.

La rápida desintegración del callfato durante la déca'


da que siguió a la muerte de Almanzor alteró de modo
decisivo la conformación política de la Península. En
al-Andalus, el siglo XI fue la época de los llamados rei-
nos de talfas ('partido'), gobernados por dinastías his-
panomusulmanas, beréberes o eslavas' De 1os reinos
próximos alaEspaña cristiana, los más importantes
fueron los de Zarugoza, Toledo y Badaioz. Más al sur,
los principales reinos de taifas fueron los de Sevilla,
Granada,Almería y Denia. La decadencia de Córdo-
ba, que permitió la formación de las talfas, faciitó
también el progreso político y la expansión de los rei-
nos cristianos del norte. Las figuras que ostentaron la
dirección política son, sin duda, Sancho el Mayor
(1000-1015) y su hijo Fernando I (1035-1065), pero
los principados de Galicia, León, Castilla, Aragón y
C ataluña conservaron celosamente su independen cia

S6
I¡troducción a la España medieval
2. La consolidación de la España cristiana

dorada a los estados cristianos, rudos pero cada vez


con mayor potencial demográfico y militar. A imita-
ción de lo que había hecho Sancho el Mayor, desarro-
llaron un sistema tributario mediante el cual los esta-
REINO
dos musulmanes pagaban cantidades anuales fijas en
oro pataconseguir de esta manera la <<protección>> mi-
t}a,o,,^
f)1r
)rqr3:"í
j=+-tu^DfY:[É^u.¡_".,
litar de sus vecinos del norte.
Hacia mediados del siglo xI,los príncipes cristianos
habian llegado entre sí a unos acuerdos territoriales,
por los que, por ejemplo, Zarugoza pagaba sus tribu-
tos a Castilla, Toledo aLeónyBadaiozy Sevilla al rei-
no de Galicia. Este sistema áelas parias ('tributos') hizo
que ya hacia 1,020 hubiesen llegado al norte grandes
sumas de oro y convirtió alaBspaña cristiana en uno
de los tres centros de prosperidad financiera en Euro-
pa, junto con el norte de ltaliay Flandes. Pero mien-
M¿p¿ 2. Los reinos de taifas ras el hundimiento del califato
tras en estas dos últimas zonas fueron las manufactu-
de Córdoba (101 i).
ras y el comercio las que produjeron el flujo de oro, en

y sus potenciales pretensiones de conseguir la prima- España la adquisición del preciado metal se debió casi
cía dentro de los territorios cristianos.
exclusivamente a los tributos impuestos al industrioso
A pesar de su descentralizacióny de las luchas inter- sur. Los caballeros cristianos adquirieron atmas,
^t-
maduras, equipo para su caballeúa pesada y artículos
nas, Ia España musulmana conservó el mismo alto ni-
de lujo. Los monasterios compraron tierras y pagaron
vel de actividad económica que en el siglo x. Como es
lógico, la decadencia de Córdoba, la principal poten- los servicios de los aftesanos y constructores musul-
manes. Durante este siglo, la España cristiana desa-
cia territorial, debió de contribuir al aumento de la
prosperidad de Sevilla, Almería y Denia, derivada del rrolló algunas de sus tradiciones características que no
sólo iban a influir sobre toda la Reconquista, sino tam-
comercio ylapkatería. En cualquier caso, esta combi-
nación de prosperidad económicay dedebilidad mili- bién sobre elcarácter posterior del imperialismo espa-
tar de los reinos de taifas ofreció una oportunidad ñol en América: la preferencia por las inversiones en
tierra en lugar de en el comercio y Ia industria; la idea
l8 59
Introducción a la España medieval 2. La consolidación de la España cristiana

de que el trabajo manual era aptopiado parulos mu_ Corona, inrodujo los métodos agrícolas y de explo-
sulmanes, judíos o indios, mienrai que tá función de tación forestal franceses, fortaleció 7a rcgla benedic-
los españoles era la de gobernar, y la formu de conse_ tina con su especial énfasis en el trabajo manual y
guir riquezas mediante tributos basados en la superio_ concienció al clero hispano de las diferencias que
ridad militar. poco a poco se habían ido desamollando a lo largo
Esta expansión y prosperidad se vieron acompaña_ de los siglos entre las formas visigoda y romana de
.
das por un proceso de europeiz ación.Entre los siglos Ios servicios eclesiásticos.
wII y X, los diminutos reinos cristianos se habían visto Con Fernando I y Alfonso VI (1065-1109), Castilla
o bien físicamente aislados de Europa o demasiado se convirtió en el principal poder dinástico, susritu-
preocupados por el poderío de Córdoba para presrar yendo a Navara y aLe6n, y ambos soberanos conti-
atención a Europa. Los puntos centrales de la con_ nuaron la política europeizante de Sancho el Mayor.
ciencia de la España cristiana fueron Toledo y Santia_ En 1064, bajo los auspicios de Alejandro II, se predi-
go, y no Roma. Todo esto cambió de manera radical có la primer a Cruzada peninsular pat a tomú Barbas-
durante el siglo x. Sancho el Mayor estableció unos tro. El sucesor de Alejandro, Gregorio VII (que tam-
contactos regulares con la curia roman ay prcconizóla bién había luchado contra el emperador alemán
adopción de la regla benedictina .n los monasterios Enrique IV por la cuestión de la investidura episco-
de Navarra y en los reinos occidentales, donde se_ pal), insistió mucho en la necesidad de la adopción en
guían siendo predominantes las tradiciones visigodas.
toda España del rito romano. Se vio apoyado en sus
Los catalanes, cuya vida religios ahabíagirado .r, tor_ esfuerzos por Constanza,la esposa borgoñona de A1-
no al aruobispado de Narbona desde lÁ tiempos de fonso VL EI mismo rey, aunque procuraba mantener
Carlomagno, enviaron ahora embajadas regulares a buenas relaciones con Roma y en 1077 había doblado
Roma. Fue también en Cataluña donde se iundaron su subsidio antal ala orden de Cluny, buscaba sin em-
los primeros monasterios cluniacenses, y por una de_ bargo un compromiso en favor de sus muchos súbdi-
cisión deliberada de Sancho se les ofreció establecerse tos castellanos y leoneses, profundamente apegados a
también en Navara y Castilla. El rasgo fundamental las tradiciones visigodas.
de la reforma cluniacense, desde su aplrición en el Al imponerse en Ia década de 1080 en rodos los rei-
si_
glo x en Francia, era la dependencia directa de sus nos de Alfonso el rito romano, la España del centro y
monasterios de Roma, y no de los señores feudales lo_ del oeste perdieron contacto con el Antiguo Testa-
cales. En el norte de España, su advenimiento fortale_ mento, del que las masas visigodas conocían conside-
ció las relaciones con Roma tanto del clero como de la rables partes, y también con los escritos visigodos, por
Introducción a la España medieval 2. La consolidación de la España cristima

la Peña (1090). Al final de su reinado, toda la jerarquía


cclesiástica era francesa , y la mayor parte de los obis-
l)os eran cluniacenses. El soberano animó a los mo-
nasterios para que establecieran colonias de burgue-
ses cerca de ellos, aütorizí también la concesión de
cartas de exención de tributos reales para estos bur-
gueses y faclitó la nacionalización de inmigrantes
franceses e italianos. Carecemos de información espe-
cífr.ca acerca de la población de las nuevas ciudades,
pero se sabe, por ejemplo, que Jaca, fundada e¡ 1077 ,
teníaunapoblación de unas 2.000 personas en 711-7 y
que el 78'A de ellas era de origen francés.
Alfonso combinó la política de signo europeísta con
una renovada preocupación hacia la tradición de San-
tiago, según la cual los restos mortales de Santiago el
Mayor, uno de los doce apóstoles, habían sido trasla-
dados de forma milagrosa desde los Santos Lugares a
la remota ciudad de Galicia en que fueron descubier-
tos a comienzos del siglo Ix. Entre 1075 y 1,095 (fecha
esta última en que Urbano II convocó la primera Cru-
zada hacia 1os Santos Lugares) se llevaron a cabo
Fernando I de Castilla. Rerrato estiliza_ construcciones de grandes puentes e importantes me-
do procedente de un manuscrito ilus_
joras en el Camino de Santiago. Se fundaron colonias
trado del siglo xrr.
de mercaderes franceses, próximas entre sí, para aten-
der las necesidades de los peregrinos que llegaban a
medio de los cuales se había transmitido la herencia Pamplona desde Toulouse o Narbona, y luego, atrave-
cultural isidoriana de generación en generación desde saban el norte de España por Logroño, Burgos, Ca-
hacía unos cuarocientos años. Alfonso VI fue tam- rrión de los Condes, León y Lugo.
bién quien introdujo la reforma cluniacense en los Mientras tanto, la España musulmana, aunque polí-
grandes monasterios de Sahagún (1.079) y SanJuan de ticamente fragmentada, conseguía no sólo pagar enor-

63
Introducción a Ia España medieval 2. La consolidación de la España cristiana

mes cantidades de ofo a sus <<protectores>> cristianos, la proclamación de los reinos de taifas fue en gran me-
sino también mantener un tipo de economía muy su_ tlida una revolución antiárabe. Ninguna de las nuevas
perior al de los reinos del norte. Artesanos especiali- rlinastías era de origen árabe, y durante el siglo x se
zados,la mayor parte de ellos mozárabes, producían produjo una reacción general contra las influencias
artículos metálicos, de joyetia, de vidrio, armas y pro- orientales en el campo de la cultura y de la filosofía. Fue
ductos textiles, altamente cotizados en el norte d. Er- un momento de una extraordinaria floración intelec-
paña y en Francia. Los mejores caballos, perros de tual, comparable en muchos aspectos con la de Alema-
cazayhalcones procedían también de al-Andalus. Los nia en el siglo xx. Así como la combinación de nume-
caminos carccían de seguridad, pero las posadas y ba_ rosas soberanías locales, de la prosperidad económica,
ños públicos proporcionabanunas formas de confoft, cl mecenazgo cultural por parte de la Corona y üna
cocina y experiencias sensuales desconocidas en el reacción patriíticaestimularon el desarrollo cultural de
norte. No existía un sistema de educación pública, pero Alemania, también las rivalidades políticas y culturales
la burguesía y la burocracia civil disf¡utaban de una de muchas tartas y la reacción contra la influencia cul-
cultura bilingüe: Ios aspecros religiosos, filosóficos, tural del Oriente Próximo estimularon la cultura nacio-
científicos yla diplomacia con el este se trataban enára- nal de al-Andalus. Los príncipes se disputaban entre sí
be, mientras que la lengua vernácula se usaba en la vida los servicios de los mejores músicos, poetas, diplomáti
cotidiana y en la economía y comercio locales; la poesía cos y cronistas. Una de las principales formas de poesía
se servía de ambas lenguas. era el panegírico, que iba dirigido al príncipe y que ce-
Según Ias noticias de los viajeros musulmanes pro- lebraba su sabiduría, su magnanimidad, su valoq su
cedentes de Oriente, la gente de al-Andalus disfruta- perspicacia en la elección de sus poetas y, por supuesto,
ba de un nivel de vida superior al de la del norte de su generosidad ala hora de recompensar sus versos.
Afriru o de la península irábiga; todo el mundo po- El tema más corriente de la poesía era el amor en sus
seía un asno, la libertad de las mujeres era mayor (la másvariadas formas: el heterosexual y eI homosexual,
obligación de cubrirse el rostro con el velo era menos el sensual y el platónico, el sofisticado y el inocente, el
estricta) y existía una toleran cia mayot con respecto a satisfecho y el frusffado. Un extremado refinamiento
las importantes comunidades cristian a y judía. de lenguaje y de imágenes, junto con una escasa es-
Bajo el cakfato,la aristocracia árabehabía conserva- pontaneidad (una especie de tradición eufuística), ca-
do su poder político, aunque cadavezestaba más ame- ructerizaban a la poesía compuesta en árabe clásico.
nazada por las familias beréberes, eslavas y nativas de Las imágenes más prosaicas, los ritmos y las emocio-
al-Andalus. El hundimiento del régimen de Córdoba y nes se expresaban en romance. Resulta muy difícil, e

6+ 65
Inroducción a la España medieval 2. La consolidación de la España cristiana

ineütablemente arriesgado, hacer generulizaciones so_


bre un esrilo de forma de vida a paltir de las fuentes li_
t:1afla.s. Sin embargo, leyendo la poesía hispanoárabe
del siglo x se adiüna enre la clase culturalmente diri_
gente una especie de aburrimiento y cinismo generali-
zados, un deseo de sensaciones sexuales nuevas y
una
forzada y vana agudezaverbal. Thmbién se celebra
con
frecuencia labelTezade los jardines, poniéndose énfasis
especial en Ia remodelación humana del paisaje, más
bien que en la pura belleza dela naturaleza.
Desconocemos casi por completo la actitud de los
cristianos del siglo xI con respecto a la sofisdcada cul_
turaliteraña y la vida social de las aristocracias de los
reinos de taifas. Pero es evidente que los monarcas
cristianos sentían la tentación, derivada de su propia
superioridad militar y de la crecienre presión d. lo.
pequeños campesinos, pastores y clérigos ansiosos
de
una Cruzada, de extenderse hacia el sur, y sustitui¡
en
último término, el sistema tributario po,l, conquista
directa. Una ilusffación de todos esto-s problemas nos
viene dada por la vida de las dos personalidades más
Alfonso VI. Ilustración de un manuscrito
salientes y de las que tenemos una información más
delsigloxl
detallada: la del rey Alfonso yI y la de su aún más
fa_
moso vasallo, Rodrigo Díaz deVivag el Cid (apelativo
procedente dei término árabe Sidi,,señor,). los siglos siguientes, ambos hermanos comenzaron casi
Alfonso era el segundo hijo de Fernando I. Como tal inmediatamente a disputarse la posesión de toda la he-
había heredado León en 1065, ya que Casrilla, que ya rencia. Entre 1065 y 1072, A-lfonso fue derotado dos
se
consideraba la más importante posesión delaáinásúa, veces por los ejércitos castellanos, cuyo alférez eru el
había recaído en su hermano mayor Sancho. AI iguj Cid. Alfonso había vivido en calidad de refugiado po-
que había sucedido antes y sucedería repetidamentá lítico en Badajozy en Toledo,yhabíacontinuado, con
en

67
Introducció¡ a la España medieval
2. La consolidación de la España cristiana

la ayuda de su hermanalJÍÍaca, conspirando contra su


gado en la ciudad, y califr,cándose de <<Emperador de
hermano, Al morir este último de manera misteriosa
las dos Religiones>>. AI mismo tiempo, sin embargo,
efi 1072, Alfonso reclamó sus derechos al trono de
alaráeaba de la imbatibilidad de sus ejércitos, hablaba
Castilla, pero su reconocimiento como soberano legíti-
con desprecio de los príncipes de taifas en general y
mo sólo se produjo tras prestar un juramento, tomado
exigiaun aumento de los tributos o el gobierno directo
por el Cid, de que no había estado implicado en abso-
sobre los reinos de Zarugoza, Sevilla y Granada. Los
luto en la muerte de su hermano Sancho. Una vez uni-
príncipes, amenazados, se sentían impotentes paraha-
ficados los reinos de Castilla y León y rras someter con
cer frente a Alfonso en el terreno militar. De ahí que
facilidad a su tercer hermano que reinaba en Galicia,
tuvieran que plantearse cuá de las dos alternativas que
Alfonso dirigió toda su atención al reino taifa de Tole-
se les ofrecían consdtuiúatnmal menor: bien aceptar
do. Eran varios los factores que hacían de Toledo un
el gobierno directo de Alfonso o bien pedir auxilio a
objetivo lógico de la expansión territorial cristiana.
los poderosos principados norteafricanos.
Existía \na gtan masa popular mozárabe y unalarga
El norte de Africa había sido unificado hacía poco
tradición de revueltas contra los emires y califas de
tiempo por una poderosa átnastia beréber piadosa y
Córdoba. Dom*inaba el valle dei río Tajoyla ganadetía
puritana: la de los almorávides. Se trataba de fanáticos
trashumante cristiana de este siglo había coTonizado,
musulmanes con un desconocimiento casi total de las
lenta pero incesantemente, las tierras esteparias situa-
culturas oriental o hispánica. Haciaellos miraban como
das entre Talnea del Duero, frpntera en el siglo x, y el
salvación los teólogos malequíes, que todavía eran po-
Tajo. Dentro de ia ciudad existían dos grupos rivales
líticamente poderosos en Andalucía, aunque su autori-
con poder parecido, uno parridario del rey taifade Ba-
dad religiosa hubiera sido minada en alto grado por la
dajozy otro de Alfonso. Entre 1080 y 1085, este último
cultura casi pagana de las taifas. El temor hacia Alfon-
protestó por el pago de los tributos en moneda deva-
so, la presión de los jefes malequíes y la falta de otra aI-
luada; convirtiéndose en pofiavoz de las quejas, reales
ternativa militar obligaron a los reyes de taifas, dirigi-
o imaginarias, de la comunidad mozárabe, puso a la
dos por al-Mutamid de Sevilla, a enviar una embajada
cíudad un cerco intermitente y llevó a caboprofundas
al austero rey almoráüde, Yusuf. Este último no mos-
incursiones en Andalucía.
traba ninguna prisa por acudir en ayudade sus corrom-
En 1085 Alfonso entró en la ciudad, ofreciendo ge-
pidos hermanos, por quienes mosffó, en su manera de
nerosas condiciones de autonomía alas comunidades
tratarlos, un cierto desprecio personal, Pero al año si-
musulmana y mozárabe, concediendo un período de
guiente, en 1086, mandó a la Península un ejército ex-
vida transitorio al rito visigodo, profundam ente arrai-
perimentado y de gran movilidad, cuyo paso a través

68
69
Introducción a la España medieval
2. La consolidación de la España cristiana

de toda Andalucía obligó a Alfonso alevantarel


sitio de derrotó al rey cristiano de Aragón, así como a los de
Zarugozay a apresurarse a defender su frontera
del sur. los reinos musulmanes rivales de Lérida y Valencia.
En un corto encuentro cerca de Bad.ajoz, la caballería
Parece que también se ofreció a conquistar el reino
almorávide destrozó inesperadamenr; aj ejército de
cris_ Valencia para el rey de Zarugoza. No participó
tiano mediante un ataque de flanco, y el rey Alfonso en la
a toma de Toledo por los crisrianos y tampoco iyudó
duras penas pudo salvar su vida. al
monarca en el breve sitio que Alfonso puso a Zarugo-
Sin embargo, estabata)J,ano tuvo consecuencias
de_ za, ni cuando éste marchó apresuradamente
cisivas militares o políticas. yusuf volvió al sui a
u Áfticu, y hacer frente a los almorávides. A partir del poema
Alfonso continuó lanzando incursiones d" ,uqr.o épi_
amenazando a los reinos de taifas con Ia
i co que lleva su nombre y de algunas referencias
aisla-
conquista. das que hay en las crónicas, se deduce que el Cid
Aunque resulte imposible conocer con exactitud no
sus tuvo ningún tipo de reparo en ponerse al servicio de
planes, Alfonso debió de contar con el
Cid para refor_ reyes musulmanes. Lo que hizo fue acomodar
zar su propia fuerza militar. Las relaciones su estilo
entre am- de vida a la próspera economía y al estilo cultural que
bos habían cambiado mucho con el tiempo.
El Cid le podía proporcionar el rico Levanre español.
habia-sido el jefe principal (alférez) de los ejércitos Laúni_
ca limitación que puso a su oportunismo fue
castellanos en riempos de Sancho IIyhabíatomado el evitar
el un enf¡entamiento directo con el rey de Castilla.
juramento que permitió el acceso
al trono de Alfonso Tras su pequeña derrota enBadajoz,Alfonso buscó
en 1072. También desempeñó varias misiones _
diplo_ de nuevo la reconciliación con et ói¿. Además, Alca_
máticas en nombre de Alfonso y éste, buscando
una dir, el gobernante impuesto por él en Toledo, se con_
reconciliación duradera con tan temible vasallo,
Ie ha_ fesó incapaz de controlar la ciudad y AJfonso lo
bía ofrecido a su sobrina úas-
Jimena en matrimonio. ladó al trono de Valencia, afortunadamenre vacante.
En 1081, el Cid había dkigido, sin autonzación,una
Según parece, ofreció al Cid el puesto de protector y
incursión contra Toledo, por lo que sufrió el
desderro, recaudador de tributos de este rico reino, en cuyos
y durante los cinco años siguient.r, ,lr,
relaciones con asuntos yahabía intervenido el Cid cuando .rt.ruá
Alfonso fueron, por lo menos, ambiguas. Aunque ul
ha_ servicio de1 rey de Zarugoza. Sin embargo, el Cid no
bía juado no tomar nunca Iu. ,rmrJ contra su
rey, se ayudó a Alfonso en la reanudación de la lucha conrra
puso al servicio del rey deZarugoza, cuyo principado
los almorávides, y Alcadi¡ contando con la llegada
era mibutario de Castilla y .ryo, territorios de
eran codi_ éstos, suspendió sus pagos tributarios al Cid.
ciados por los diferentes principados aragoneses
y ca_ En estas circunstancias, el Cid decidió, hacia 1090,
talanes. A7a cabezade los ejércitos del relide
Zxugozu apoderarse de Valencia por su propia cuenta. El reino

7o
7L

H
Introducción a Ia España medieval 2. La consolidación de la España cristiana

cristiano de Barcelona y el musulmán de Létida, alia- del siglo xr. La España cristiana estaba en expansión
dosde Alcadir, pidieron aqdaa Alfonso VI para ha_ tanto demográfica como militar. Sus caudillos confia-
cer frente a su ambicioso vasallo exiliado. De la misma ban en su nueva fuerza y ambicionaban adquirir ri-
maneÍa que el Cidhabíahuido siempre de las hostili_ quezas y tener poder. Podían conseguir riquezastanto
dades directas contra Alfonso, trrrrbié, éste negó la en forma de pagos tributarios como a través de la con-
ayuda militar a los enemigos del Cid, Hacia 10i4, el quista directa. Sí bien Alfonso VI había favorecido la
Cid tenía la fircrza suficiente como para derrotar a inmigración de burgueses de Francia, él y todos los
Barcelona yLériday arrcbatar la misma Valencia a los gobernantes cristianos del siglo pensaron más en la
almorávides. Al igual que había hecho Alfonso en To_ explotación de la economía musulmana que en el de-
ledo en 1085, el Cid ofreció condiciones generosas a sarrollo de un sistema económico en las tierras del
la ciudad conquistada: conservación del gobierno mu_ norte. Su actítud ante el refinamiento musulmán era
nicipal anterior, protección de los bienerl" los que no ambigua. Apreciaban la gran calidad de las manufac-
se mostrasen hostiles al nuevo gobierno, tolerancia
re_ turas y de los artículos suntuarios, así como los servi-
ligiosa, ningún aumento tributario y el empleo de ffo_ cios de los artesanos musulmanes; practicaban el con-
pas de guarnición mozárabes en vez de castellanas. cubinato, aunque seguramente no hasta los límites
Sin embargo, la necesid ad de pagar a su ejército rras que lo hacíala aristocracia de los reinos de taifas; y de-
cuatro años de ardualucha, le llevó pronto a confiscar fendían, sin embargo, orgullosamente sus rudas virtu-
propiedades agrarias y urbanas. Irritado además por des masculinas frente a una culturaliteruna que eran
las continuas conspiraciones contra su gobieÁo, incapaces de apreciar.
rcemplazó las fopas mozárabes de guarnición denfto Bajolainfluencia de Roma y de sus propios eclesiás-
de la ciudad por mopas cristianas. No dudó en tortu_ ticos, predicaron la Cnnada, que favorecía sus con-
rar y quemar a todo musulmán rico al que podía acu_ quistas territoriales, y adoptaron el rito romano. Pero
sar de traición. Aunque él debía d" ,.,lndif.renre
en en aras del mantenimiento de la unidad política inter-
cuestiones de religión, nombró a un obispo cluniacen_ na, autorizaron algunas excepciones y demoras en
se, imbuido del espíritu deCruzaday puiuel que
la to_ este proceso de paso al rito romano. Para contrarres-
leruncia era un defecto y no una virtud. De este modo tarla agresividad psicoTógica de los papas, mejoraron
consiguió mantenerse en Valencia hasta su muerte, e hicieron propaganda sobre la ruta de peregrinación
ocurrida en 7099. a Santiago. Mientras tanto, los reinos de taifas, ricos,
Las vidas de Alfonso VI y del Cid sirven para ilus_ tolerantes y militarmente débiles, quedaban atrapados
tÍar una serie de importantes características generales entre la creciente agresividad de los reyes cristianos y el
Introducción a la España medieval 2. La consolidación de 1a España cdstiana

poder en aumento de los primarios y fanáticos almo_ Durante el siglo siguiente, hablando en términos ge-
rávides. Debido quizátanto a los eriores políticos nerales, ni los gobernantes musulmanes ni los cristia-
de
Aifonso VI como a las depredaciones d" t, ejércitos nos pudíeron consolidar los recursos que poseían po-
cristianos, tuvieron que pedir ayudaal norte de África tencialmente. Los almorávides precisaron unos quince
para equilibrar la siruación de la península. años para afrrmar su soberanía por toda el área de los
LalTamada a los almorávides era una abiertaconfe- reinos de taifas. Para someter a Grunada fue preciso
sión de debilidad, y como tal fue entendída por yusu_f. pructicar el terrorismo contra la población de la ciu-
La intervención de Yusuf, que pronto se dio cuenta dad y asesinar a los principales oponentes, mienffas
de
la impotencia de los reyes de taifas, aunque estaba que Sevilla fue saquead a en LOgl . Luego fueron some-
algo
intimidado por su elevada civlización, en la penínsulla tidas sucesivamente Murcía, Denia, Badaioz y Valen-
se produjo con lentitud. De carácter brusco,
con poca cia, y las élites locales saborearon, en la medida de
cultura y un desconocimiento casi total del árabe, se sus fuerzas,la autoridad de los almorávides. Los con-
apoyó en las clases inferiores musulmanas por su
digni_ quistadores consiguieron sin embargo un caluroso
dad sencilla, su austeridad religiosa y su antiintelectua_ apoyo popular merced a una política de bajos impues-
lismo. Aunque su procedímlento de actuación parecía tos, de relativo establecimiento de «la 1ey y el orden>>,
muy directo, era también capaz detorturar ymuir. ffas la gran inestabilidad del siglo anterior, y de dure-
d.._
pués de una recepción cortesana. Contaba con genera_ za con respecto a los judíos y mozátabes, muchos de
les capaces, que le estaban fielmente subordinádos, y los cuales emigraron hacia eI norte en el período al-
gozaba de gran prestigio entre los teólogos
-ul"q,ri., morávide.
ortodoxos. Consideraba a los cristiano, Á-o infieles y Como muchos grupos ffibales primitivos anteriores,
pensaba que sus víctimas taifas merecían su suerte. los almorávides fueron absorbidos rápidamente por la
De
esta manera, la invasión almoráüde, aunque avanzada cívlizaciín que habían conquístado. Hacia
cortó mo_
mentáneamente la expansión cristiana, constituyó 1120, su supremacía estaba ya amenazada en Marrue-
tam_
bién rrna derrota psicológica y cultural paru ell.lrm cos, y en LL47 habíanperdido el poder tanto en el nor-
.r_
pañol. La combinación de *u proprlanda oficial te de África como en España. Los nuevos conquistado-
en
pro de la Cruzada,procedente del norte, y del fanatismo res, que consiguieron durante medio siglo unificar todo
a-lmorávide en el suq proporcionó , h, el mundo islámico desde Egipto a Andalucía, eran los
furt., en lucha,
en el tránsito al siglo xrl, una animadversión religiosa almohades, una tribu ortodoxa, fanáticamente mono-
mucho más acentuada que en las décadas posteriores teísta, origin aña de las montañas del Atlas. Su supe-
a
7a caida del ca-lifato.
rioridad en la lucha contra los almorávides radicaba

74
Introducción a ia España medieval
2. La consolidación de 1a España cristiana

principa-lmente en su mayor vigor físico, pero también


habian adoptado libremente los tipos recientes de fru-
defendieron que estaban llevando a cabo una guerra
tas, los tintes, las diversas clases de cereales y gramí-
santa contra los descendientes de yusuf, a quienes
acu_ neas. También, en la Córdoba del siglo x, unos pocos
saban de profesar una hesía cuasicristiani,hasta
afrr- eruditos habían conocido 1os tratados matemáticos y
mar que los atributos diünos eran incompatibles con la
gramaticales especializados. Sin embargo, la difusión
sencillez de la esencia divina.
del interés por la f,losofiay elarte persas, por la filosofía
Desde el punto de vista cultural, la victoria de los al-
y la medicina griegas, el conocimiento profundo del ál-
mohades tuvo su importancia, ya que ellos reconocían
gebra y de las ecuaciones de raíces irracionales, las tra-
la supremacía espiritual de Bagdaá y úajeronconsigo
ducciones a gran escala y los estudíos filosóficos com-
aEspañala filosofía yla ciencia orientales, qr" drrÁ_
parativos de la literatura persa, griega y fuabe fueron
te los dos siglos largos de califato y reinos de taifas ha_
mucho mayores en el siglo xI bajo los auspicios de los
bían estado ausentes del país. Las partes más orienta_
almohades de 1o que habían sido desde los tiempos de
les de la cultura hispanomusrlmánu habían sido la
Abd al -Rahm an II (822 -85 2) . En parte se debió a 1a me-
poesía y el arte. F-l zéjel, el arco en forma de herradura
jora en las comunicaciones, pero también a la nueva ac-
(de origen visigótico, pero que encontró
gran desarro_ titud de los gobernantes, para los que Egipto, Túnez y
llo y variedad entre los arquitectos musulmanes), y Ia
Marruecos eran subdivisiones más importantes dei
decoración en tejidos y baldosas muesttan unas cuali_
mundo musulmán que la propia Ardalucía.
dades artísticas peculiares y únicas en al-Andalus. Las
Como consecuencia de esto, sin embargo, la cultura
pretensiones de independencia de los Omeyas, prime_
de la España musulmana de1 siglo XII fue mucho me-
ro como emires (756-929) y luego como califas (929-
nos original que la de los tres siglos anteriores. Las
hacia 1010) , y más tarde los florecientes reinos de tai_
historias generales de la Edad Media mencionan siem-
fas habían impulsado conscientemente esta originali_
pre a los grandes cordobeses del siglo XII: Averroes
dad. Al mismo tiempo, la orrodoxia malequí y el aisla_
(1126-1198) y Maimónides (1135-t204). El primero
miento político-geo gráfrco con respecto u lo, centros
fue médico del califa almohade Abu Yakub I, y uno de
del mundo islámico habíanlimitadá h influencia de la
los grandes comentadores musulmanes de Aristóteles.
filosofía y de la ciencia orientales.
Fue desterrado de Córdoba en dos ocasiones, y tanto
En las ciudades cosmopolitas, como Bagdad, Damas_
sus métodos médicos como su filosofía derivaban de
co y El Cairo, las rcalizaciones cu_ltural., Áá, originales
tradiciones no muy originales del Oriente Medio.
tuvieron lugar en los campos de Ia botáni.a, h uJ.ono-
Maimónides, aunque nacido en Córdoba, sufrió el an-
mía, las matemáticas y la gramática. En al_Andalus se
tisemitismo de la época almohade, y prefirió pasar
Z6
Introducción a la España medieval 2. La consolidación de la España cristiana

toda su vida de adulto en Egipto. Como médico, se Su matrimonio, celebrado en 1109 y seguido, al poco
mantuvo en la línea escasamente experimental de re- tiempo, por la muerte del anciano rey, coincidió con
verencia a Galeno, aunque daba consejos llenos de ,.r, i.o'r"ltu generuJizada de los campesinos y los bur-
sentido común acerca de una dieta mode ruda, del flueses aragoneses. Los primeros
reclamaban un alige-
ejercicio y de la vida sexual. Los almohades llevaron a ramiento de sus servicios con respecto a los señores'
cabo una ampiia política de edificaciones, como lo de- Los segundos se negaban a pagar un tributo suple-
-".rt^.io por la Pascua y exigían el control de la
muestra la rápida construcción del puerto de Gibral_ Co-
tarhacia 1160,la de la Giralda de Sevilla y de la gran rona, en vez del monástico, sobre los bosques, los vi-
mezquita de Marrakesh. Pero en el siglo xI,la España ñedos y los molinos. El clero rural protestabalzmbién
islámica fue solamenre un apéndice cultural del lslam contra los privilegios económicos de los monasterios
oriental. cluniacenses. La rer,'uelta se extendió por el territorio
En el norte cristiano, el siglo xII se caracterizó en ge_ castellano-leonés a través del camino de Santiago' En
neral por la desunión política y por el triunfo d.1o, ambos reinos, las fuerzas nobiliarias y el clero se agru-
intereses económicos de los grandes latifundistas y del paron en torno alJnaca,mientras que los campesinos
clero frente a los de la burguesía. Alfonso VI se había y brr.grr.r". lo hacían en torno a Alfonso' Los nobles
casado cinco veces, pero su único heredero varón, na- consiguieron una anulación pontificia del matrimonio
cido de la princesa Zaida,hija del rey Mutamid de Se- (Urraca y Alfonso eran primos segundos), y en los
villa, murió luchando frente a los almorávides en años 1116 y 1lL7 varias bulas papales ordenaron a los
1108. El acdvo rcy teniados hijas, habidas de sus dos burgueses la devolución de todas las tierras confiscadas
esposas francesas. La mayor, fJrtaca, se casó con Rai- por ellos a los monasterios en los cinco años anteriores'
mundo de Borgoña, y su hijo tlegó a reinar con el No se pueden calcular con exactitud los periuicios eco-
nombre de Alfonso yII (1126-1157). La más joven, nómicos que ocasionó la derrota de la burguesía ur-
Tetesa, se casó con Enrique de Borgoña, y su hijo, Al- bana, pero el resultado claro de la contienda, entre
fonso Henriques, llegaría a ser el fundador del reino i ir)9 ; fifi, fue el triunfo de la Iglesia y de sus aliados
independiente de Portugal. latifundistas frente a los campesinos y mercaderes,
Raimundo de Borgoña murió también anres que su muchos de los cuales eran recientes inmigrantes fran-
suegro, por lo que en un esfuerzo de última hora por CCSCS.
unificar los reinos de Castilla y de Aragón, Alfonso VI A lo largo de todo el siglo xII,los nobles y el clero de
de Castilla unió en matrimonio a su hija viuda con Al- Castilla y de León fueron desarrollando de una mane-
fonso I «El Batallador>>, rey de Aragón (11.02-1134). ra constante la cría del ganado lanar y la exportación

78 79
Introducción a la España medieval
2. La consolidación de la España cristiana

de la lana. Las ciudades costeras


cantábricas fueron
repobladas para ocuparse del romance y del romance al latín. Este doble proceso au_
comer.io lrn..o; lalana
castellana consiguió.compedr mentabalos riesgos de errores, especialmente en aque-
frrro.rbt._.rrte en el llos casos en que el árabese basaba a suvezen un texto
mercado interio¡ inglés y, .,
_".ro. _.¿iau, penet;
en los mercados flamencos. original griego. Sin embargo, fue a través de esta escue_
En las ..giárr., navarru y
riojana ctecían el üñedo y la de Toledo como Europa adquirió sus primeros cono_
..r.¿,-.n una zona d.e
"l
clima templado y de gr^i ail"ru"rr*¿. cimientos, aunque imperfectos, de los tratados átabes
que los aragoneses iban
A medida sobre filosofía, gramátíca, astronomía y medicina. Los
progresiva_
menre por el valle del Ebro,"*t.ndié;il;. valores y energ¡a del clero dirigente cluniacense deca_
adquirían tierras J. ..gr_
dío en las que buscaban l, ..nrr""iJra'a" yeron pronto de manera muy profunda, pero su espíri_
,,r, cultiva_ tulattrizante, promomano y de Cruzadifue recogido
dores musulmanes en calidad
á. a.p*aientes bien por otra orden francesa, imbuída de un profundo i"n-
t¡arados por ia nueva clase
di.ig"";. :;;tiana. En las tido de disciplina, la de los cistercienses.
costas oriental y occidental
de la península, nrr..lo_
na, Tortosa y Lisboa se iban Al igual que la orden de Cluny, la del Cister ob_
.orrrri.tl.rrjo rápidamen-
te en centros comerciales, impulsados servaba la regla benedictina y defendía la autoridad
por latecaden_ de la jerurquia romana frente a la tendencia de los
cia del poder naval musulmán
y;;rT, constantes príncipes a convertir la Iglesia local en una especie de
progresos económicos y demográficos
del sur de Fran_ posesión famtliar. Pero al contrario que la orden de
cia y del norte de España.
Estás kneas económicas vi_
gentes en el siglo XII tuvieron Cluny, la organización cisterciense concedí a gran au_
consecuencias de gran
alcance en ia hisroriu d. tonomía al abad denmo de cada convento. Los cister_
E.punr,-i, anti_
burguesa de Castiila; fu "iárr.ión
-ryo, iot;;r** en general,
cienses se instalaban en el campo e iban roturando de
hacia los súbditos mrrrlmrn.., maneta metódica y experta los bosques y desecando
1., Á"ieiares, por los pantanos. Esta habilidad pata mejorar las derras
parte de la Corona de Aragón;
y tu ori.rr,rción bur_
guesa y comercial de portugal les hizo extraordinariamente valiosos en un momento
y de Cataluña.
Las influencias eur de crecimiento demográfrco y de expansión territo_
ces as, siguie.or ri.,
ffi
glo. En Toledo se creó una
.,1'r"l', I ;X#::T:l |1t-
úal.Una serie de monasterios situados en Galicia, en
Castilla occidental y en Portugal son testimonio de la
imporra"iJ.*"a, de t¡a_
ducrores, bajo el patrocinio ampliación de la frontera de las tierras puestas en cul_
d.] ,.r;blr;; ;uniacense
Raimundo (11.24-1151). fu, ,ruáu.;ffi, tivo de la España crisriana durante el siglo XIr. Sus
se rcaliza_ monasterios fueron mayores y de organi zación más
ban normalmenre en dos .rrpr,
,"."riJ*i.l e.ub. ,l compleja que los del siglo anrerior. Además de la iglesia

8r
Intoducción a la España medieval
2. La consolidación de la España cristiana

y el refectorio habituales, se distinguían por


la adi_
ción de claustros separados, talleres dormitorios
f, que
concedían una ciefiaintimidad a los monjes.
San Ber_
nardo, el fundador de Ia orden, había tenido i ,o"rooo I
un gusto :",'r'l io",*"
especial por la belleza narural, por la poesía | -lgjl
nrrr'rd oe
y l, .orr_ GAltct^l 6 t'/
templación interior, lo mismo q,r. por.l trrbr;o
ausre-
ro. Sea o no acertado atribuir a su influencia { I,
personal la O CASTILLA
elección de los emplazamientos de los frilir:r":,ffi
monasterios, lo
cierto es que los cistercienses construyeron
sus casas
en lugares de gran bellezanatural,en
Áedio de aguay
árboles, y con sus dormitorios orientados ' a. -SeguraL '-
de manera v.*,1a' 1o-
a¡dut¿¡

que se pudiera gozar delabellezadel


hermoso paisaje.
-{o#t']: I'j
En este punto concreto, mostraron ra misma
sensibiri-
dad estética hacia el paisaje que los constructores
de
villas árabes en Andalucía-
Ala vez que los monasterios rurales ponían tierras
en cultivo y cristianizaban los t"*itorio, occidenta-
les, relativamente primitivos, los almohades
Mapa 3. España a la muerte de Alfonso VII (1157) .

amena_
zaban con un retroceder de las nuevas
fronteras esta-
blecidas Extremadura y Portugal. En este período se convir-
.en dempos de Alfonso VI. Siguiendo el tieron también en ricos terratenientes y ganaderos.
espíritu de Cruzada caracterísdco de la o.á.r,
y para A mediados del siglo XII, la España cristiana esraba
afrontar esta concreta amenaza militar, .l
,bád a.l ya formada por las tres unidades políticas que perdu-
monasterio cisterciense de Fitero convocó
en 115g rarian en tiempos modernos: Portugal, Castilla y Ara-
una Ctuzada paru recuperar Calatrava;
su iniciativa gón-Cataluña. Alfonso VI había casado a Teresa, su
desembocó en la consrirución, entre 11L0
y 11g0, de
tres entidades monásticas de caballeros hija ilegítima, con Enrique de Borgoña, y le había
concebidas
para defender las fronteras frente al Islam: otorgado el condado de Portugal. Su hijo, Alfonso
las de Ca_
laffava, Alcántaray Santiago. Durante casi Henriques, había resistido pertinazmente a todos los
cien años,
hastala culminación de la Reconquista del esfuerzos de su primo Alfonso VII para conseguir el
siglo xur,
defendieron las fronteras de la M"r.tu sur, reconocimiento de su soberanía sobre Portugal. En
en Castilla,

8z
83
Introducción a la España medieval 2. La consolidación de la España cristiana

1139 se proclamó rey, pidió el apoyo papal, tomando ambos países. León se diferencíaba de Castilla en que
eltítulo de <<vasallo de la Santa Sede» y recibió el apo- aqtélhabía afirmado antes su soberanía, y por el dife-
yo diplomático de los cistercienses. Desde ese mo- rente grado de influencia cultural mozárabe;pero entre
mento, Portugal se convirtió virtualmente en un reino ambos reinos no existía una frontera natural o cultural
independiente, y llegó a serlo oficialmente tras el reco- clara. Navarruy Aragín eran pequeños reinos monta-
nocimiento en lI79 por el papa Nejandro IIL ñosos vertidos a ambos lados de los Pirineos, cuyas
En el caso de Aragón,la muerte de Alfonso I el Ba- fronteras y grupos de poblaciónvaiaban de acuerdo
tallador en 1134 habia abierto una crisis dinástica. con el poder de cada monarca, y con las vicisitudes bé-
Este rey, profundamente religioso, murió sin herede- licas en el sur de Francia y en el norte de España. Cata-
ros dejando sus dominios a las órdenes de San Juan y luña eru la circunscripción con más personalidad, con
del Temple. Pero los almohades amenazaban con re- su propio idioma y sus contactos prolongados, políticos
conquistar todo el valle del Ebro, y Alfonso VII de y culturales con Francia. Pero también sus fronteras se
Castilla estaba dispuesto a reclamar como propio el alteraban con frecuencia, y entre los síglos Ix y )CI, estas
reino. En tales circunstancias, la nobleza aragonesa fronteras no fueron realmente naturales o lingüísticas,
presionó al hermano menor del Batallador, el monje ni del lado francés ni a lo largo de la costa mediterrá-
Ramiro, a subir al trono. Ramiro volvió al mundo, se nea. Ni el mapa físico de la Península lbérica, ni la con-
casó y desposó a su hija niña, Petronila, con el conde sideración detalTada de su historia politica durante la
Ramón Berenguer IV de Barcelona. De esta manera, temprana Edad Media nos pueden dar razones lógicas
el reino montañoso de Aragón quedó unido al conda- paruIa aparición de los reinos de Portugal, de Castiila y
do, comercialy agrícola, de Barceiona, fórmándose el de Aragón- C ataluña como estados principales. Tampo-
reino de Aragón-Cat aluña. co debe olvidarse que Navarra siguió siendo hastal5I2
Pero ni la eneryladesplegada por Alfonso Henriques, un reino frecuentemente independiente, ni que León se
ni la fortuna matrimonial del exmonje Ramiro ni los volvió asepatar de Castilla entre 1158 y lD\.
errores políticos de Alfonso VII de Castilla sirven para En cuanto a los objetivos de la Reconquista, que
explicar esta división tirpartita de la PenÍnsula. Ningu- ahora se llevaba a cabo con gran denuedo, los ffes rei-
na de 1as primitivas unidades pokticas de la España nos se pusieron de acuerdo de antemano sobre sus
cristiana había tenido fronteras narurales ni lingüsti respectivas jurisdicciones. Los tratados sucesivos de
cas. Galicia y Portugal formaban una unidad lingüísti- Tudillén ( 1 1, 1 ), Cazorla (1.17 9) y Nmizra (1244) defr.-
ca, pero hacia 71,40 el río Miño se convirtió en una nieron claramente las esferas respectivas de Castilla y
frontera, que ha permanecido desde entonces, entre de Aragón: Andalucía y 7a mayor parte del reino de

84 8S
Introducción a la España medieval

Murcia quedaron paruCastiTa, mientras que Vaiencia,


las Baleares y Alicante se arribuyeron a Aragón. Hubo
3. Las conquistas y la síntesis
acuerdos semeiantes entre Castilla y Portugal que del siglo xltt
asignaron el Algarve para Portugal. Nada mejor que
estos tratados para darnos una idea de la extraordina-
ia confr,anza, \a capacidad de organización a largo
plazo,la psicología imperial y la combinación de las
tradiciones de Cruzada por un lado y de imposición
de tributos por otro, vigentes en la España cristiana en
7a Nta Edad Media . La incapacidad para establecer la
unidad denúo de sus propios dominios remasó, pero
nunca puso en serio peligro, el ffiunfo final de la Es-
paña y Portugal cristianos sobre las provincias, aún
prósperas y populosas, gobernadas por los almohades. Hasta los últimos años del largo reinado de Alfon-
so VIII de Castilla (tl59-t2t4) no pudieron los ejér-
citos cristianos conseguir una victoria importante so-
bre los musulmanes. La reanudación de la rivalidad
entre León y Castilla (los dos reinos tuvieron monar-
cas diferentes entre 1158 y 1,230) impidió al rey caste-
llano llevar a cabo una movilización de todo el poder
militar del norte, y tras su espectacular derrota frente
a los almohades en Alarcos, en 7L95, ios demás sobe-
ranos cristianos formaron ocasionales alianzas diplo-
máticas en su contra. Pero en el año 1212 un gran ejér-
cito cristiano, que comprendía ffopas francesas y de
todos los reinos peninsulares, llevó a cabo tna Cruza-
da predicada como tal por elpapalnocencio III. En la
batalTa de Las Navas de Tolosa, en uno de los pasos
principales que ponen en contacto la Meseta de Castilla
la Nueva con el valle del Guadalquivir, los cristianos

8t
Introducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xut

destrozaron literalmente al ejército almohade. Debido Los protagonistas principales de las conquistas del
a las grandes sequías de los años siguientes, y quizá siglo xrn fueron Fernando III de Castilla (L2I7 -1252)
también ala gran hediondez y epidemias producidas y de León desde l23O,yJaime I de Aragóny Cataluña
por los miles de cadáveres insepultos, los cristianos no (1213-1276). Ambos monarcas llegaron al rono tras
procedieron a una inmediata ocupación de las ciuda- minorías turbulentas. Ambos eran hombres de una
des conquistadas,pero a la muerre de Alfonso VIII en gran capacidad y energía, centrados en la idea de la
121,4, estaba abieto ya el camino para la conquista prosecución de la Reconquista (en el sentido psicoló-
cristiana de todo al-Andalus. gico a que nos acabamos de referir), con capacidad
Los historiadores han discutido largamente acerca de para inspirar confranzaen su direccióny paru colabo-
si los espectaculares avances cristíanos del siglo xtu de- rar entre sí en el reparto de <<esferas de influencia>> en-
bían de ser calificados como <<conquista> o como <<re- tre sus reinos respectivos. El papel desempeñado por
conquist»>. Al-Andalus, densamente poblada, urbani- las tropas catalanas fue algo inferior al de las castella-
zada y otientadahacia la civlización oriental, tenía muy nas por dos razones fundamentales: por los compro-
poca semejanza conla Andalucía visigótica que los ejér- misos catalanes en el sur de Francia, donde había
citos musulmanes habían conquistado en7lt. En este muerto Pedro II de Aragón en 1273, en defensa de la
sentido, los cristianos realmente <<conquistaron» al-An- causa albigense en labatalla de Muret; y en segundo
dalus. Además, con la excepción de la segunda mitad lrgat, ala gtanentrega de Cataluña a las empresas co-
del siglo )o, durante los reinados de Fernando I y 41- merciales y de navegación por el Mediterráneo.
fonso VI, nunca antes del siglo >ou pudieron los monar- El desastre de Las Navas de Tolosa provocó ense-
cas cristianos haber tenido un propósito concreto de guida una revolución política en al-Andalus. Los his-
l7egar a dominar todala Península. Pero las crónicas panomusulmanes nativos siempre habian odiado el
medievales conservaron el recuerdo de los tiempos ro- gobierno impuesto por los afrícanos' Laúnicajustifi-
manos y visigodos, la mayor parte de la población de cación de la duración de este gobierno, superior a un
Andalucía hablabaun dialecto romance, y la Iglesia ha- siglo, había sido la debilidad de las fuerzas musulma-
bía conseguido su firme propósito de inculcar en la po- nas para contener el avance cristiano' Pero una vez
blación de los reinos del norte laideade que toda la pe- que los almohades tampoco pudieron ya defender
nínsula debía de estar bajo el gobierno cristiano. Tanto Andalucía contra los invasores del norte, no había por
la conciencia histórica vigente en el siglo )ilrl como la qué tolerar el gobierno aimohade. Hacia 1220 tn ie{e
situación étnica y lin^gtística permiten calificar como llamado Ibn Hud, vástago de una granfamliahispa-
<<reconquista> este avance cristiano. nomusulmana de Zaragoza, fue deponiendo uno a

8g
Inrroducción a la España medieval 3. Las conquistas y1a síntesis de1 siglo xn

uno a todos los gobernadores provinciales almohades. poder de Fernand o en 1246 debido a un acuerdo, por
Sin embargo, careciendo de poder suficiente como q,r" un protegido musulmán del rey castellano pasó
para constituir un reino absolutamente independien-
"l .á. ,.y á" Gránud, .La iltima gran ciudad, Sevilla,
u
te, se hizo tributario de Fernando III, de la misma ma- fue conquistada en !248 tras un difícil asedio, en el
nera que los reyes de taifas dei siglo xI lo habían sido que se emplearon fiteruas navales traídas desde las
de Alfonso VI. Por una serie de tratados firmados en- costas ,uniábrirut, rodeando Portugal, que bloquea-
tre L224 y 1236, Fernando obtuvo grandes sumas de ron la desembocadura del Guadalquivir, cortando el
dinero, y llegó a un acuerdo parala ocupación pacifrca aprovisionamiento desde Afticu' Mientras tanto, en
de unas cuantas ciudades andaluzas por parte de los 1)29, unuexpedición ¡aval catalana se había apode-
cristianos. rado de Mallorca, en l2)8 t¡ eiército arugonéshabía
El tiunfo de Ibn Hud coincidió con el momento en puesto sitio y tomado Valencia y, en el mismo año, los
que FernandoIII alcanzíla potestad plena en el reino porrrgr.r.r, previamente de acuerdo con Castilla,
de León. Había heredado el trono a la muerte de su habian tomado Tavita, completando así la conquista
padre, en 12)0,y había necesitado unos cuantos años del Algarve. Con ello, p^rtit áe L248, solamente el
^
paru pacifrcar su nuevo dominio. Fernando, que más r"ino J. Grunadapermanecía en poder de los musul-
tarde sería canonizado, estaba profundamente imbui- manes. Su existenc ia favorccía a Castllla, ya que Gra-
do por la psicología de Cruzada. Las crónicas dicen nada le pagabaun gran tributo y servía como refugio
que mató y sometió a torturas a muchos herejes, y una atodala plbhcion musulmana expulsada de sus ho-
vez que hubo conseguido el poder absoluto en Casti- gar", ha.ia otras zonas de los antiguos dominios
lla y en León, su gran ambíción fircrcalizar la conquis- almohades.
ta de toda Andalucía. Sus exigencias ala ciudad de La úpida ocupación militar de Andalucía,llevada a

Córdoba resultaron inaceptables para Ibn Hud. Por .abo sólo treinta años, planteó a sus conquistadores
"n problemas políticos y económicos' Habían
ello en 1236Fenando puso sitio, con éxito, ala anti- Íemendos
gua capitil. de1 califato. Sus propios partidarios depu- conquistado unos territorios densamente poblados, con
sieron a Ibn Hud al no poder defender la ciudad, y un complejo sistema económico, tanto rural como urba-
ningún otro jefe musulmán fue capaz de dirigir una .ro, p"ro carecían completamente de una artesanía de
resistencia unificada. metales, pieles y tejidos, así como de los conocimientos
Fueron más los problemas logísticos y de población sobre botánica y sistemas de irrigación necesarios para
que las dificultades militares los que decidieron el rit- mantener el funcionamiento de esta economía' Su men-
mo posterior de la conquista cristiana. Jaén cayó en talidad de soldados les llevaba a esperar la recompensa

9t
Introducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xn

musulmanes provocó una terrible decadencia de toda


la economía urbana de la España del sur. La conse-
cuencia inmediata fue el odio de estos refugiados po-
líticos, la mayoúa de los cuales se contaban entre los
elementos más productivos y capaces de ia población,
y que se vieron en este momento empujados hacia el
reino de Grunada, ya muy superpoblado.
La dureza de la situación económica, junto con el
desplazamiento de la población de los cenrros urba-
nos, provocó el rápido estallido de una revuelta en el
campo. En la década de 1260, Alfonso X de Castilla
ñ ¡-,0
ool (1252-1284) yJaime I de Aragón se vieron obligados a
expulsar ala mayoúa de Úabajadores musulmanes de
sus tierras andaluzas y murcianas , fotzándoles a emi-
F-.T**- grar alnorte de Af¡cuo a Granada.Lafaltade esta
mano de obra agrícola especializadahizo que las tie-
Mapa 4. La Reconquista en el siglo Xil. rras antes dedicadas al cereal y los frutales se mansfor-
masen en tierras de explotación ganadera. Al mismo
tiempo, muchos de los soldados cristianos que habían
a sus hechos
de armas, y muchos consideraban
su vida recibido granjas durante los veinte años anteriores
como una emigración permanente del volvieron a emigrar al norte de España, vendiendo sus
duro clima de
la Meseta castellana. En los primeros propiedades a bajo precio a las órdenes militares y a
ti"mpos, ffas la
conquista-, las prósperas granias musulmanas
pasaron los jefes guerreros, que eran ya los más grandes terra-
a manos de propietarios cristianos, que
po- tenientes de la Andalucía cristiana. De esta época da-
der vivir de sus beneficios sin rener "rp.rÁu.
población que las trabajaba. De las
i,r. á..ptu, ar ala tan los grandes latifundios característicos del sur de
ciuáud-"r, po, España desde mediados del siglo xu.
contrario, se expulsó a los habitantes
musulmrn'"r, .,"l Se siente una inevitabie inclinación a comparar esra
parte como medida de seguridad militar
y en parre gran reconquista andaluza del siglo Xm con la con-
para conceder bienes raíces alos soldados quista de América en el siglo xw. En ambos casos, las
conquista_
dores. Esta expulsión de los artesano,
| ,rr...ud.... fuerzas cristianas, bajo ladirección castellana, mosrraron
Inmoducción a la España medieval
3. Las conqüstas y la síntesis del siglo xu

una energía increíble, un gran valor militar y ünamez- la ciudad, pero gran parte de los caballeros hubiera
cla de espíritu de Cruzada y de afán deenriquecimien-
preferido dejarla en manos de los musulmanes, some-
to. El oro conseguido en Las Navas constituyó el pun- tiéndola a cargas tributarias temporales envez de go-
to de partida de las especulaciones bancarias del rey bernada directamente. En cualquier caso, no se pro-
Sancho el Fuerte de Navara, de igual manera que el
dujo una expulsión de población en tan gran escala, ni
oro de los incas acrecentó la fortuna de los banqueros tampoco en Valencia se constituyeron esos enormes la-
alemanes de Carlos V. Los bienes raíces urbanos de
tifundios. Por el conrario,la Corona distribuyó las ca-
México y Cuzco que sobrevivieron a la invasión del Si- sas una por una, junto con un huerto, una viña y una
glo xvt fueron distribuidos enffe los conquistadores,
cantidad de tiera que oscilaba ente los tres y los doce
al igual que las casas de Baeza, úb.da, Jaény Sevilla
acres. En Valencia, como en el valle del Ebro, los habi-
en el siglo xru. En ambos casos, los conquistadores se
tantes musulmanes conservaron su posición de artesa-
repartieron del mismo modo las propiedades agrarias nos urbanos y de agricultores, sometidos a señores
y la población que las trabajaba. Pero el carácter de la
cristianos. Las unidades de tiema fueron mucho meno-
población sometida y el sistema económico eran muy
res que en Andalucíay se conservó en mucho rnayor
diferentes. Los musulmanes de Andalucía estaban en grado que en las provincias conquistadas por Castilla
una situación mucho más avanzada que los cristianos,
el nivel técnico y, por tanto, la prosperidad tradicional.
tanto en agricultura como en artesanía urbana, y la Pero mucho más significativo que el gran contraste
densidad de población de Andalu cía erumuy superior
existente enffe los métodos castellanos y aragoneses
ala de Castilla y León, mientras que en el siglo xvl, los
resulta el que la España cristiana no fuera capaz de asi-
españoles conquistaron en América tierras con una
milar de verdad sus rápidas conquistas militares lleva-
densidad de población muy inferior a la andaluza y das a cabo entre 121,2 y 1248. Hasta 1ó09, en que Feli-
con una economía y tecnología mucho menos desa_ pe III expulsó a los moriscos, la soberanía cristiana no
rlollada que ia de los conquistadores. quedó firmemente asentadaen las zonas rurales ymon-
Los musulmanes de Valencia y Alicante, territorios tañosas del sur, y aún hoy día,laeconomía andaluzano
pertenecientes a la Corona de Aragón-Cataluña, su-
se ha recuperado completamente de los grandes desca-
frieron también una explotación económica, aunque labros que sufrió en el siglo xn.
no se produio un trasiego de población tan importan-
Sin embargo, apafin del siglo >mt las formas políticas,
te. La Crónica de Jaime l nos refi.ere cómo los ejércitos sociales y culturales dominantes en España han sido las
del rey no deseaban de modo unánime ocupar Valen- yla capacidad de esta sociedad cristianapara
cristianas,
cia. Los clérigos y los cruzados querían apoderarse de
explorar, adoptal asimilar o rcchazar diferentes aspectos

94
Inroducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xl

de las culturas islámica y judnha determinado el carác_


ter de la civiización española por lo menos hasta me_
diados del siglo Xvr[. Inclus ola civtTización de la Espa-
ña actual está influida por esta rica herencia medieval
compuesta de elementos cristianos, hebreos e islámi_
cos. Por ello vale la pena ana)nar con cierto detalle tanto
los componentes aislados como su mutua interacción de
esta herencia medieval.
En los estados cristianos de comienzos de la Recon-
quista predominaba el esquema social tripartito de di_
visión entre los que hacen la guerra, los que rczan y los
que trabajan 7a úena. A pesar de sus fronteras per_
meables, de sus luchas dinásticas internas y de la esca_
sa importancia de la vida trbana, se desarrollaban en
ellos de manera gradualinstituciones políticas de ca-
rácter constitucional y con reparto del poder. Todas
ellas eran monarquías laicas en las que los reyes no Un rey recibe el homenaje de sus vasallos. IlusÚación de un
sólo respetaban, sino que incluso impulsaban la auto_ manuscrito de fines del siglo xrv.
ridad temporal de los monarcas. Al ser los clérigos la
única clase letrada de la socied ad, gozaban dé una
gran influencia en su calidadde consejeros y diplomá_ funciones políticas y militares. Aunque afirmasen go-
ticos, influencia que se vio increm entadapor su papel bernar por la Gtacia de Dios, nunca pretendieron ser
como transmisores de los métodos agrarios y de cons_ partícipes de la Divinidad, y sus súbditos nunca se
ffucción vigentes en Francia. postraron ante ellos en las audiencias reales. En cam-
Pero era muy clara la distinción entre la autoridad bio, el callfay 1os más pretenciosos de los reyes de taí-
soberana religiosa y la temporal, por lo que esros reyes fas eran en teoría, y a veces también en la práctica, los
cristianos nunca fueron objeto de algo semejante a un árbiffos suprernos de todos los asuntos religiosos y
culto imperial. Su autoridad dependía del grado de le- políticos. Los reyes cristianos se comportaron siempre
gitimidad de sus derechos sucesorios y de la capaci_ como hijos obedientes de la Iglesia y reconocieron
dad y energia desplegada en el cumplimiento de sus unos límites legales a su poder temporal. A diferencia

g6
Introducción a la España medieval
3. Las conquistas y 1a síntesis del sigio xnt

también de las prácticas musulmanas, las monarquías


elección de alcaldes y jueces recaía, unas veces, en los
cristianas se encaminabanhacia el reconocimiento de
propios vecinos, otras era el rey quien hacíala designa-
la primogenitura como regla sucesoria. pero esto no
ción y en ocasiones se combinaban ambos sistemas.
evitó que se produjesen frecuentes guerras civiles en_
Los detalles vanabanen cada fuero, y resulta imposible
tre los herederos al Úono, aunque en cierto modo la
saber con seguridad hasta qué punto el gobierno de las
situación fue en los reinos cristianos menos inestable
cíudades respondía a las prescripciones legales, pero
que en los musulmanes, en los que podían disputarse
existía una clara tendencia hacia un gobierno legal con
el trono, con igual derecho, un número ilimiüdo de
división de poderes y definiciones explícitas de dere-
hijos de diferentes madres.
chos y jurisdicciones.
Las condiciones de laidade ffontera y la relativa es-
Los comienzos de las instituciones parlamentarias
casez demogtáfrca permitieron la conquista de dere-
datantambién de finales del siglo xtr.La primera reu-
chos legales por parte de las clases sociales rnenos favo_
nión de Cortes de que tenemos noticia tuvo lugar en
recidas. En el siglo )ot los siervos de los antiguos reinos
León en 1188, y en ella estuvieron representados de
de Galicia, León, Navarra y Aragón üeronáevada su
modo independiente la nobleza, el clero y los munici-
condición, mientras que apenas existía la servidumbre
pios. Hacia mediados del siglo xIII, se celebraban reu-
entre los rudos y tenaces campesinos castellanos. Las
niones de Cortes en León, Castilla, Aragón y Catalu-
mujeres conservaban el derecho de propiedad de sus
ña. Los reyes las convocaban a voluntad pata votat
propias dotes, y con frecuencia administraban los bie_
subsidios, y a menudo se servían tanto de los gobier-
nes territoriales de sus maridos durante sus ausencias
nos municipales como de las Cortes para ganarce al
en la guerra. El gran énfasis puesro por la Iglesia en la
estamento burgués y contramestar la influencia pre-
monogamia, que contrastaba con las instituciones so_
dominante de los nobles en la polític a nacional. Tam-
ciales del Islam, implicaba la igualdad legal, y en algu_
bién en el siglo XIII los municipios crearon sus propias
nos casos ptáctica, entre los sexos. para ocupar y repo_
milicias (Hermandades en Castiila, Comunidades en
blar sus territorios en expansión, los reyes otorgrbun
Aragón) para colaborar (u oponerse) con los ejércitos
documentos legales (fueros), a los fundadores d. nu._
del rey, de los grandes nobles o de las órdenes milita-
vas ciudades. En ellos se incluía siempre el derecho
a la res. La consolidación pacifrca de tales instituciones
constitución de un concejo ciudadano con jurisdicción
colaboraba a la formación de un gobierno constitu-
sobre toda el átearural ci¡cundante, que controlaba los
cional, con una base de poder muy amplia. Los en-
impuestos y la milicia locales, con derecho de admi_
frentamientos y conflictos jurisdiccionales entre ellos
nistración de justicia y con libertad de domicilio. La
hicieron brotar la constante tensión política y el estado
g8
Introducción a Ia España medieval
3. Las conquistas y 1a síntesis del siglo xnt

endémico de guera civil que carucfefizdTos siglos me- Barcelona se convirtió en uno de los grandes empo-
dievales. Este sentido de participacíón política, junto rios comerciales y navales del Mediterráneo. Llegó a
con la favorable situación económica producto de la ser prácticamente una ciudad-estado, gobernada por
expansión, debió de contribuir de manera sustancial a una oligarquía de ricos burgueses que no concedió
la energía exraordinaria de los reinos cristianos. En una representatividad rcal alas clases urbanas infe-
estos largos siglos en que se alternaron las situaciones riores ni al campesinado circundante, hasta que la
de convivencia con las de conflicto con al-Andalus, revolución social del siglo xv les obligó a rcalizar
uno de los principales logros de la España crisriana concesiones.
fue el desarrollo de unas formas pokticas más demo- A comienzos del siglo xIII, antes de 1a meteórica
cráticas, estructuradas constirucionalmente y menos conquísta de Andalucia y del litoral levantino, había
arbitrarias que las vigentes en la España rnusulmana. en Castilla unos tres millones de habitantes, y medio
Pero los factores militares y económicos actuaron millón aproximadamente en el reino de Aragón. La
como poderosa cortapisa de las corrientes constitu- conquista de Andalucía supuso para Castilla un incre-
cionales. Ya en el siglo >m se habían cedido a las órdenes
mento de unos 300.000 (10%). Con Ia ocupación del
militares los territorios fronterizos de Extremadura y reino de Valencia, Aragón vio su poblacíón súbi-
Castilla la Nueva, y sus grandes dominios funcionaban tamente incrementada en unas 150.000 personas (un
como entidades independientes. En este mismo siglo, 30oA),lamayoría de los cuales eran musulmanes. Des-
el expansivo reino aragonés experimentó un gran au- pués de 1270 -es decir, después de las rer,rreltas cam-
mento de su población tanto rural como urbana en la pesinas que provocaron Ia deportación de miles de
región del valle del Ebro, y en ningún momenro se musulmane" u Afuiru o al reino de Granada-, la po-
pensó en dar una representatividad a los musulmanes,
blación musulmana de Valencia y Murcia seguía re-
aunque los señores cristianos les otorgasen con fre- presentando aproximadamente el20Y" del total. En
cuencia una condición económica relativamente favo- tales circunstancias quedaba fuera de lugar la implan-
rable. La tradición foral síguió estando muy anaigada tación de fueros munícipales al estilo del norte o la re-
en las provincias montañosas del norte, Asturias, Na- presentación en Cortes. Las mejores tierras andaluzas
vaffay Alto Aragón, y en 1a Meseta de Castilla la Vie- se otorgaron a los jefes militares, y tales concesiones
ja, regiones en que la autonomia local y la igualdad
constituyeron la base de los grandes latifundios gana-
social se veían favorecidas por la inexistencia de deros o cerealísticos predominantes desde entonces
población musulmana y por el aislamiento geográfi- en esa parte de España. En Murcia y Valencia, los fun-
co. En la costa oriental de la Península,la ciudad de
dios eran de menor extensión, pero la existencia de
100
101
Introducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xn

una gfan mayoúa musulmana suponía una amenaza Hubo algunos inmigrantes franceses, sobre todo en el
constante para el gobierno cristiano. Hablando en tér- siglo xu, pero en general su asimilación fue muy úpida
minos generales, en las demas conquístadas durante por tener la misma religión y un idioma y formas de
los siglos XII y Xrrr la organización militar, el espíritu vida muy parecidos.
de Cruzada. una economía ganadera (en Exffemadu- En la vertiente meridionaL dela cordillera cantábica
ra, Castillala Nueva y algunas parres de Andalucía), o y en toda la Meseta de León y Castilla laYiela existía
una economía agraúabasada en el trabajo de una cas- una sociedad de pastores y agricultores. Las ciudades
ta sojuzgada (valle del Ebro, Valencia y Murcia) fue- eran muy pequeñas, pero jugaban un papel muy impor-
ron factores que, combinados con un sentimiento de tante en el proceso de ampliación y repoblación de la
superioridad crisriana, impidieron el desarrollo de un frontera. Gozabande una gran autonomía, garantizada
constitucionalismo rudimentario como el del norte de por los fueros otorgados por los monarcas para conffa-
España. rrestar la influencia de la nobleza. Casi toda su produc-
La estructura socia-l sufrió alteraciones sustanciales ción artesanal y su comercio estaban en manos de mo-
en diferentes partes de los territorios de los dos grandes zárabes o judíos. Las ferias comerciales que se reunían
y
reinos, Castilla Aragón. Consideremos primero el anualmente en las principales ciudades tenían más im-
caso de Castilla. En el norte están situad as Galicia y la portancia que las mismas manufacturas elaboradas en
cordillera cxttábica, provincias húmedas y con gran León y Castilla en la introducción de los <<bienes de
cantidad de arbolado. En ellas predominaban los pe- consumo>> en esta región.
queños campesinos, leñadores y pescadores que vivían Más al sur, las zonas de Toledo, Badaioz y La Man-
en pequeñas comunidades relativamente aisladas. Las cha estaban dominadas por las órdenes militares, con
peregrinaciones a Santiago y el comercio de exporta- sus grandes dominios fronterizos dedicados a la cúa
ción de lana alnglaterra y Flandes servían para poner a de ganado vacuno ylanar.La antigua ciudad de Tole-
estas regiones en contacto con el mundo exterior. Los do, en la que habia ahoru una importante escuela de
monasterios, en su mayoúacistercienses, difundían en- ffaductores, y gue contaba con grandes barrios mozá-
tre sus inmediatos vecinos las influencias culturales rabe, judío y musulmán, era centro de una vida cos-
francesas y románicas. Pero en términos generales, la mopolita, artística e intelectual superior a la de 1as
población de estas regiones llevaba una üda radicio- otras ciudades de la Meseta. Si exceptuamos Toledo,
nal, tranquila y muy independiente de una comunidad los horizontes culturales eran reducidos, como en el
a otra. Existía una gran homogeneidad de población y norte, pero las diferencias económicas y sociales entre
eran muy pocos los mozárabes, judíos o musulmanes. los grandes y pequeños propietarios resultaban mayores,

t02 ro3
Introducción a la España medieval .1. Las conquistas y la síntesis del siglo xn

mientras que el poder de las órdenes militares impe- que se limitaran a gobernarlos y explotarlos. Siguie-
díalaformación de una elemental democracia. Final- ron una política semejante en su expansión hacia Va-
mente, en Andalucía, a frnes del siglo )ilI la tierra es- lencia y por la costa mediteffáflea, de forma que el rei-
taba muy concentrada en manos de una nueva nobleza no de Aragón tuvo en la Edad Media una proporción
aparccida en el período de conquista úpida. Las ex- de población musulmana,tütto agrria como urbana,
pulsiones masivas de población musulmana habían muy superior ala de Castilla.
hecho decaer tanto la vida de las ciudades como la Mientras tanto, Barcelona, y en menor grado Torto-
economía agtaúa, pero seguían existiendo importan- sa, se fueron convirtiendo en importantes centros co-
tes comunidades musulmafias y judías, que conferían merciales. La región costera catalanahabía sido desde
a la socieda d andahza una fisonomía diferente ala de el comienzo de la dominación islámica el pasillo natu-
ambas Castillas. ral que comunícaba, comercial y culturalmente, a al-
También en los territorios de la Corona de Aragón Andalus con Europa occidental, La Iglesia catalana
existían grandes contrastes. Los valles pirenaicos del había estado bajo la jurisdicción del arzobispo de
Alto Aragón y de las regiones montañosas de Cataluña Narbona. Ni el rito mozárabe, ni los fueros típicos de
estaban habitados por una sociedad de pequeños las zonas fronterizas, ni las órdenes militares habían
campesinos, tradicionalista, aislada y relativamente efercido aquí nínguna influencia. El idioma se parecía
homogénea. Tenían un contacto más estrecho con más al provenzal que al castellano, y en Cataluña se
Francia que las comunidades de Galicia y León, pero generulizaron las formas francesas de propiedad f.a-
por lo demás su esffuctura y formas de vida eran muy miliar de la tierra y de organizació¡ mercantil. En el
semejantes. En su expansión hacia el sur y el este, a lo siglo xrr había surgid o ya una burguesía autóctona de
largo del Ebro, se convirtieron en señores de una po- gran fiterza. Las navegaciones catalanas úvalizarcn
blación musulmana con una gran especialización, que con las de las ciudades italianas y adquiríeron una im-
había rcgado y cultivado esre valle durante cuaro si- portancia creciente en el comercio con los puertos
glos. La escasez numérica de los cristianos, el compro- norteafricanos. ,{1 conquistar Mallorca en 1229,Ios
miso de sus recursos políticos y militares en el sur de catalanes expulsaron de ella a los campesinos musul-
Francia y el estar acostumbrados a la proximidad físi- manes e instalaron en sus tierras a veteranos de la mis-
ca de la comunidad musulmana (al no existir una lla- macampaña. Como en el caso de Andalucía,los riesgos
nura amplia y vacía entre las ciudades montañosas y el militares típicos de la frontera, junto con la necesidad
valle del Ebro) pueden ser facrores que expliquen que de recompensar a los soldados y marineros, obligaron
los aragoneses no expulsaran a los musulmanes, sino a la expulsión.

105
Introducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo ru

El resultado social de este variado proceso evolutivo belicosas energías hacia las luchas internas. La noble-
es que la Corona de Aragón albergó, por lo menos, za, apoyándose en sus funciones militares , exigía la
tres tipos de sociedades muy diferentes: una tradicio- exención tributaría y el monopolio de las funciones de
nal, cristianay agraúa, en el norte; otra próspera, con- gobierno, envez de compartirlas con la insignificante
siderablemente urbanizada, en la que una minoría y despreciada burguesía. Habia que ocuparse de la ven-
cristiana dominaba a una mayoría musulmana, en eI ta delalana, de la conservación de los bosques y de las
Bajo Ebro y en la costa levantina, y en 1a costa catala- tierras áelabranza, del cuidado de los grandes reba-
na, finalmente, una sociedad agresiva, comercial y ma- ños, del abastecimiento de armas, de la organizaciín
rinera, con muy pocos musulmanes, y con la única de las ferias comerciales y de la importación y pago de
burguesía dígna de tal nombre que había en España. los artículos de lujo. También había que saber aproxi-
A pesar de que la población y el territorio de Aragón madamente los bienes disponibles en las diferentes
y Cataluñaeran mucho más pequeños que los castella- partes del país, había que recaudar los impuestos y ne-
nos, las Cortes eran independientes en Atagón, Cata- gociar con naciones que no hablaban castellano.
luña y Valencia. EIlo es consecuencia tanto del carác- Para llevar a cabo todas estas funciones, salvo en la
ter extremadamente heterogéneo de las propiedades ciudad-estado de Barcelona, ambos reinos tuvieron
de la Corona como de la inferior energía militar de que recurrir con frecuencia a los judíos. Vicens Vives y
una rcal,eza que estaba muy comprometida en ia polí- Nadal, hasta el momento autores de los mejores traba-
tica francesa y que tenía que otorgar un estatus de ciu- jos sobre áemografía, dan una cifra de unos 200'000 ju-
dad-estado ürtualmente independiente a Barcelona y díos en el año 1391 (momento en que empezaron las
a st hinterland. grandes persecuciones y las conversiones forzadas) y
Los gobiernos de ambos reinos carecíande suficien- calculan en 100.000los judíos incorporados a Castilla
te información y del personal adecuado para gobernar con la conquista de Andalucía. Por el conffario, el gran
sus dominios heterogéneos. Además, ambos tenían historiador ju&oYitzhak Baer ha comprobado que en
que hacer frente a constantes luchas dinásticas. Ara- las listas de impositores castellanos correspondientes a
gón estaba muy comprometído en los asuntos france- 1290 solamente aparecen ).600 familias judías someti-
ses y mediterráneos. La aspiración de Castilla era con- das a impuesto en todo el reino, 1o que indicaría que el
quistar el norte de Africa y absorber a Portugal. número máximo de judíos castellanos sería de unos
Cuando se completó la reconquista militar de la Pe- 20.000; teniendo en cuenta que la población de Castilla
nínsula, con la deliberada excepción de Granada, las era seis veces superior alade Aragón y Catalttña1untas,
grandes familias y las órdenes militares canalizaron sus y generulnando estas cifras, obtendríamos un total de
ro6 ro7
Introducción a la España medieval 3. Las conquístas y la síntesis del siglo rcu

unos 22.000 judíos parutodaEspaña. Junto a esto, y si- con una autonomía interna considerable en lo relativo
guiendo a Bae¡ prácticamente no había judíos en las oJ.pago de impuestos, justicia, sanidad pública, regula-
ciudades anáaluzas al producirse su conquista hacia ciones comerciales, etc. Los soberanos de los pequeños
1240. Vicens y Nadal piensan también que la población reinos cristianos de los primeros tiempos medievales
española casi se dobló desde finales del siglo XII hasta imitaron estas prácticas islámicas, y desde ios primeros
comienzos del xv, pasando dei a 6 millones de habi- momentos, las aljamas de León, Castilla, Navarra, Ara-
tantes la castellana y de 500.000 a 1.000.000Ia arugo- gón y Cataluña control aban la administración interior
nesa. Concluyendo, como parece ruzonable, que tam- de sus pueblos y eran colectivamente responsables de
bién la población judía se dobló, no alcanzaríamos a los impuestos asignados por la Corona.
explicar el gran salto existente entre la cifra de 20.000 Mientras se mantuvo la tolerancia del gobierno
y la de 200.000. Además, conviene recordar que tanto islámíco, la gran mayoria de los judíos hispánicos vi-
las cifras manejadas por Vicens-Nadal como por Baer vieron en al-Andalus. Pero apaftir de 1100Ia intole-
son de validez muy discutible, Por tanto, cualquier va- runcia de almorávides y almohades, junto con el gran
loración cuantitativa que se haga aportará más confu- crecimiento económico de los reinos cristianos, fo-
sión que claridad. Lo importante es que los judíos mentaron la emigración judía hacia el norte de Espa-
desempeñaron un papel en la España medieval muy ña. Cuando conquistó Toledo (1085), Alfonso VI ha-
superior a su número, papel que podemos conocer y, bía confirmado sus prerrogativas de autonomía a las
en parte, explicar. comunidades mozárabe, musulmanay judía de la ciu-
Las comunidades judías habían existido en Levante dad. En el siglo XrI,los nuevos monarcas cristianos de
y Andalucía por lo menos desde 1os primeros tiempos la región del valle del Ebro y del Levante valoraron y
romanos. Los visigodos las habían perseguido, y en protegieron las funciones desempeñadas por musul-
conjunto, entre 711 y 1100,Ios judíos habían preferi- manes y judíos. En Castilla laYieja y en el norte, los
do ia dominación musulmana. Los emires y califas judíos fueron objeto de cierta hostilidad, como <<ex-
cordobeses y los reyes de taifas mantuvieron, casi sin ffanjeros>> y <<bribones urbanos>>, en medio de una po-
excepción, una política tolerante en relación con los blación de austeros campesinos, pero podían tener
<<pueblos del libro>>, es decir, judíos y cristianos, cuyas propiedades inmuebles y ejercer cualquier oficio sin
religiones se consideraban como escalones interme- restricciones de ningún tipo.
díos hacia la revelación final que había sido transmiti- Las ocupaciones de los judíos eran, en proporción,
da a Mahoma. El derecho musulmán consideraba a de carácter más urbano que las de los cristianos, pero
judíos y cristianos como comunidades independientes, teniendo muy en cuenta este <<en proporción>> para no

r09
Introducción a la España medieval .3. Las conquistas y la síntesis del siglo xr

caer en un prejuicio muy extendido, incluso en nues- cristianos. La migración de los judíos andaluces hacia
tros días. Los oficios habituales, según los regismos de el norte durante el siglo xII y comienzos del xIII se pro-
las aljamas, eran los de tejedo¡ curtidor, zapateto, tin- dujo en medio de grandes tensiones sociales, dado que
torero, carpintero, herrero, guamícionero, peletero y éstos, provenientes de un mundo muy urbanizado y ci-
alfarero. Los fueros municipales hacen también men- vlizado, calificaban de patanes a sus correligionarios
ciones específicas a tierras poseídas por o arrendadas del norte. Algunos ricos judíos andaluces, cuyos servi-
a judíos. Los soldados profesionales judíos eran relati- cios eran especialmente valiosos para los reyes debido
vamente pocos, pero las comunidades judías instala- a su familiaridad con las cuestiones políticas árabes y
das en tieras monásticas o de órdenes militares ocu- musulmanas, quedaron con frecuencia exentos de la
paban con frecuen ciafortalezas fronterizas y pagaban jurisdicción legal y de las responsabilidades fiscales co-
menos impuestos a cambio de prestaciones militares, lectivas de las allamas locales. Como es lógico, estos
al igual que los cristianos. Las diferencias sociales privilegios provocaban una gran envidia. Los rabinos
dentro de las comunidades judías eran menos profun- del norte de España se oponían tarnbién con vehemen-
das que entre los cristianos, ya que carccían de una cia ala influencia intelectual de Maimónides, objetan-
nobleza hereditaría y de una casta militar. do que el racionalismo de stt Guía de perplejos rni¡aba
Las formas de vida de las comunidades judías eran la fe de los ortodoxos.
sobrias y austeras, como las de sus vecinos castellanos. Alfonso X fue el primer soberano de una Castilla
Los matrimonios se celebraban a muy temprana edad que se extendía desde la costa cantábúca hasta el ex-
y no iban precedidos de un noviazgo romántico. Las tremo sur de Andalucía, y mostró un gran interés ha-
disposiciones sobre el divorcio eran menos liberales cia las ffes comunidades religiosas, Su suegro Jaime I
que las del Talmud. Se castigaba el adulterio de diver- de Aragón tuvo parecido interés por sus súbditos de
sas formas, y existían muy pocos hijos ilegítimos. Los las tres religiones, alrgual que casi todos sus descen-
señores estaban obligados a casarse con sus concubi- dientes en el siglo xIV. Este interés se debía tanto a su
nas, y la poligamia, aunque permitida, era poco fre- tolerancia personal como a una necesidad política. Se-
cuente. Al igual que en Ia España cristiana, la violencia gún las concepciones legales europeas, aligual que en
privada, a pesar de la severidad de las leyes y prohibi- las musulmanas, las comunidades religiosas consti-
ciones, era muy grande. tuían organismos independientes que debían obe-
En contraste con la España cristiana, la comunidad diencia a un mismo rey, pero que no estaban enlaza-
apoyaba decidídamente la educación, y el grado de das entre sí por ningún tipo de sentimiento <<nacionaL>.
cultura era muy superior entre los judíos que entre los Los judíos *minoría muy reducida que no llegó a

110 111
Introducción a 1a España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo ut

supera! según los cálculos más optimistas, el4%o dela su trabajo habitual desde tiempo atrás como artesanos
población- eran casi una propiedadpivada de la Co- y agricultores. También participaron en la reconquista
rona. El rey protegía esta propiedad il.igual que cual- de Andalucía, siendo recompensados con casas y tie-
quier otra; recíprocamente, en cualquier revuelta ar- rras como los demás participantes cristianos. Pero la
mada contra el rcy,los rebeldes atacaban a los judíos Cruzada albigense francesa yla apafición de las órde-
como una forma de ataque al,mo¡arca. nes mendicantes provocaron una nueva corriente de
Dejando aparte su utilidad corno propiedad de la Co- intolerancia en el seno mismo de la lglesia. EI papa
rona, los judíos eran los intermediarios natos entre la Inocencio III y sus sucesores multiplicaron sus adver-
España musulmana y la cristiana. La educaciín judaica tencias a los reyes de Aragón y de Castilla en conma de
implicaba con frecuencia el dominio tanto del árabe los judíos, mientras que los frailes dominicos exigían
como dei castellano, y muchos judíos tenían relacíones repetidamente su conversión en masa. Pero la toleran-
familiares en ambos lados. Y 1o que quizáfuera más im- cía era para los reyes cristianos tanto una tradición
portante: a nivel intuitivo y orul,la cultura judía sirvió como una exigencia, y por ello, a la vez que hacían
como intermeüaúa entre la musulmana del sur y la concesiones verbales e incluso legales ante las presio-
cristiana del norte. Los judíos se asemejaban a los cris- nes de la Iglesia militante, en general siguieron sir-
tianos por la importancia concedida ala monogamia, viéndose de funcionarios judíos y protegiendo a las
por su preocupación en evitar los matrimonios mixtos, comunidades judías existentes.
por la valoración dada ala laboriosidadyla sobriedad, Fue quizá en el campo de las finanzas en el que los
y por la rnayor dignídad que otorgab an alam:ujer en las judíos prestaron servicios más valiosos a los monarcas
leyes y en las costumbres. Su semejanza con los musul- cristianos. También en este punto es imprescindible
manes ruücaba en su civilización urbana, su habi]idad comprender todo el contexto del problema, olvidando
como artesanos, sus especulaciones filosóficas y sus las enraizadas tradiciones antisemíticas basadas en Ia
preocupaciones científicas e intelectuales. La actitud de ignorancia y en énfasis erróneos. La Iglesia prohibía el
algunos elementos eclesiásticos y el gran fervor religio- préstamo con interés entre los cristianos, y el Talmud
so producido por las cruzadas constituían un peligro contiene similares disposíciones para los judíos en re-
latente de persecución, pero en los siglos >« y )ilIlos ju- lación con sus correligionarios. Pero judíos y cristia-
díos de laBspaña cristiana no sufrieron discriminacio- nos podían prestarse dinero unos a otros. Tanto los
nes legales de ningún tipo. judíos como los crístianos y musulmanes solían cons-
Durante el srglo >m dominaron tendencias conffadic- tituir sociedades para hacer inversiones y explotar los
torias. Por una pafie,Iamayoúa de judíos continuaron beneficios de sus negocios sin incurir en <<usura>>. Era

712 113
Introducción a ia España medieval 1. Las conquistas y la síntesis del sigio mr

también habitual en aquellos casos en que un hombre impuestos eran judíos, pero no por deseo del rey, sino,
de negocios debiera irremisiblemente prestar dinero a como el mismo rey manifestaba con frecuencia, porque
un correligionario el que un cristiano sirviese de co- los crístianos no se prestaban pata esta ocupación tan
rredor en un empréstito entre judíos, y que un judío peligrosa e impopular. Algunos testimonios fragmenta-
hiciese lo propio si se trataba de un empréstito entre rios (que sin embargo coinciden unos con oros) pare-
cristianos. cen probar que las comunidades judías pagaban una
Existía :una clara conciencia de la necesidad de los proporción muy alta de todos los impuestos recauda-
préstamos a interés. El interés, comparado con los ín- dos por los reyes de Castilla y Aragón. Por ejemplo, las
dices modernos, era usurario. En el siglo XIII, las Cor- listas impositivas de la Corona de Aragón en el año
tes de Barcelona fijaron el máximo en un 2OoA, y en 1294 ndicanque los judíos pagaron el 22'/. del total de
tiempos de Alfonso X de Castílla el índice máximo los impuestos recogidos -los judíos no debían llegar al
llegó al 3)Y".Esta diferencia en cuanto a los índices )-4'A de Ia población total-; tampoco se registran en
se debe al mayor desarollo comercial de Cataluña las listas impuestos especiales, como los satisfechos
frente a Castilla, pero la carencia de un sistema mone- para misiones diplomáticas, viajes y matrimonios rea-
tario estable, de caminos seguros o de vías de navega- les, etc.
ción y de garuntias legales en caso de robo son facto- Las transacciones financieras originaron otras for-
res que explican la cuantia de estos porcentajes en mas de contactos sociales entre cristianos y judíos.
comparación con los intereses bancarios modernos. Los judíos eran frecuentemente padrinos y testigos de
También los cristianos, incluso los clérigos, prestaban bautismo de sus socios cristianos, mientras que los
dinero con interés, así que, ni la práctica del présta- cristianos hacianlo mismo en las circuncisiones y ma-
mo ni las tasas elevadas eran catacterísticas distinti- trimonios judaicos. En las ciudades pequeñas, d.igual
vas de los judíos. que entre las familias ricas, un judío y un cristiano ac-
Las órdenes militares y los grandes magnates terrate- tuaban coniuntamente como notarios en los contratos
nientes se servían frecuentemente de los judíos parula de negocios y testamentos. Los matrimonios mixtos se
supervisión económica y financiera de sus grandes lati- hicieron cadavezmás frecuentes a partir del siglo xIIt
fundios. Los reyes, a1 carecer de una organización inter- entre las familias ricas de ambas comunidades, a pesar
na de sus frnanzas,practicaban el arrendamiento de los de la oposición de las autoridades religiosas y de la
impuestos, sistema por el que se encargaba a un parti- gente sencilla de ambos grupos.
cular la percepción de los impuestos en nombre del rey La prosperidad de los judíos españoles fue aumen-
a cambio de una comisión. Muchos arrendatarios de tando y sus relaciones económicas y personales con

1t4 115
Inmoducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis de1 siglo xu

los cristianos fueron cada vez más estrechas, pero en su trato a los judíos andaluces con los cristianos'
nunca se sintieron completamente seguros. A finales Pero se trataba de una política, en el mejor de los ca-
del siglo XrII, las incursiones fronterizas de los almo- sos, poco consistente. En Murcia, donde habia tna
hades fueron atribuidas a las intrigas judías y se pro- comunidad musulmana numerosa e inquieta y donde
dujeron ataques conra sus aljamas. Al morir en 72jO podría haber utilizado la colaboración de la comuni-
Alfonso IX de León, la resisrenci a a la rctnhficación daáltdia,no permitió a los judíos la residencia en el
de León y de Castilla fue acompañada por araques bario cristiano de la ciudad. En su reinado se dispu-
contra los judíos, a los que se acusaba de apoyar el sieron restricciones legales a las relaciones económi-
centralismo castellano. La politica de los monarcas cas entre cristianos y judíos, si bien no se intentó im-
del siglo XIII fue vacilante. Jaime I de Aragón siempre poner su estricto cumPlimiento.
se consideró amigo de los judíos y monarca tolerante Uno de los grandes funcionarios civiles que tuvie-
e ilustrado. Cuando conquistó el reino de Valencia, ron los reyes del siglo xtiI, Salomón lbnZaáok de To-
otorgó a los judíos importantes concesiones en el co- ledo, recaudó en nombre de Fernando III el tributo
mercio de granos, aceite y ganado, autoizándoles a de Granada y fue el jefe de los recaudadores de im-
conservar su propio barrio en la capital. Los agriculto- puestos de Alfonso X. A su muerte, en !273, todos
res judíos levantinos, lo mismo que los cristianos, te- ius bienes, inmuebles y muebles fueron confiscados y
nían siervos musulmanes. La conversión al cristianismo entregados a Ia catedral de Sevilla. Pero no fue una
era uno de ios procedimientos de emancipación de es- deshonra duradera. El hijo de Salomón, Isaac, cono-
tos siervos. El rey atendió las reclamaciones de los se- cido en Castilla como D. Zag de la Maleha, ocupó
ñores judíos parafrenar los esfuerzos proselitistas de la también el cargo de jefe de recaudadores de impues-
Iglesia y dificultar estas manumisiones. Pero en 1254 (el tos. Pero al perderse los ingresos de la Corona duran-
mismo año en que Luis IX de Francia, que acababa de te la guerra civil enre Alfonso X y su hiio, el futuro
volver dela Cntzada, expulsó a los judíos y canceló to- Sancho IV, el rey vio en ello una traición judía. Así, en
das las deudas hacia ellos)Juime I confiscó en nombre 1278 ordenó aD.Zagla entrega de una gran suma de
de la Corona las deudas contraídas con Ios judíos ara- dinero alas fuerzas de Alfonso sitiadas en Algeciras,
goneses, <<por la salvación de nuestra a)fia>r, y para cas- Las tropas del príncipe Sancho se apoderaron de
tigar las abiertas violaciones de los edictos reales. todo el dinero y Alfonso hizo prisioneros a todos los
También Alfonso X de Castilia se consideró amigo judíos arrendatarios de impuestos en Castilla. El mis-
de los judíos, concedió tieras, casas y molinos a los ju- mo Zag murió ahorcado, y un grupo de ricos iudíos
díos toledanos en la repoblación de Sevilla, y equiparó sevillanos fue retenido en calidad de rehenes hasta

r16 Lt7
Introducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xu

que se recaudase la suma de 4.380.000 maravedíes traducción del Antiguo Testamento a1 castellano, que
(cantidad que doblaba las contribuciones anuales en cierto modo se había convertido en el idioma de su
que se recaudaban normalmente de todas las aljamas vida espiritual, mientras que los cristianos seguían em-
de Castiila). Con toda seguridad, niJaime I ni Alfon- pleando sólo el latínparaesas funciones'
so X consideraron contradictoria su política. No sen- El impulso que los judíos dieron al castellano como
tían sino admiración y amisrad hacia estos judíos que vehículo intelectual, unido a sus conocimientos de
se comportaban como fieles súbditos y contribuían fuabe y hebreo, les convirtieron en los mejores cola-
de manera señalada a la prosperídad de sus dominios, boradores de un monarca muy interesado en poner
pero, como la Iglesia repetía constantemente, no se al alcance de sus súbditos y en su propia lengua to-
podía confiar plenamente en los judíos, y un rey res- das las obras cultas. Los eruditos, compiladores y
ponsable del bíenestar material y espiritual de las tres editores judíos desempeñaron un papel comp aruble
comunidades religiosas debía castigar severamente al de los philosophes franceses del siglo XVIII. Tradu-
cualquier transgresión. jeron al castellano las principales obras fuabes de as-
Aparte de sus importantes funcíones económicas, tronomía, matemática,botánica,medicina y filosofía'
los judíos de la corte de Alfonso X desempeñaron un Las famosas Tablas alfonsíes fueron elaboradas por
papel fundamental en la vida literaria e intelectual es- dos astrónomos judíos, que dedicaron su obra al rcy,
pañola. Entre los judíos de la España crístiana no prediciendo que su reinado se consideraría el princi-
hubo figuras origínales durante el siglo xIIr, pero pio de una nueva era, del mismo modo que los grie-
transmitieron a Castilla y Aragón toda la herencia de gos habían iniciado su cronología en el reinado de
las culturas islámica y hebraica que había florecido en Alejandro y los romanos en el de César. Se trajo a
al-Andalus desde los siglos rx al xr[. Alfonso X era un Castilla a sabios franceses e italianos para traducir
gtan amante de la astron omía y de las ciencias aplica- las principales obras latinas y colaborar en la elabo-
das, así como de la historia, en la medida en que ésta ración dela Grande e General Estoria, que fue la pri-
pudiera contribuir alamayor gloria de Castilla y arc- mera historia nacional publicada en una lengua ver-
forzar su ambición de convertirse en emperador del nácula europea. Como ha señalado Américo Castro,
Sacro Imperio. También estaba versado en Derecho el castellano se convirtió, debido a esta acción de Al-
romano, en especial porque era un arma válida para fonso X y de los judíos de su corte, en el vehículo na-
la codificación de los heterogéneos fueros y paru enal- tural de una elevada cultura intelectual que combi-
tecer el prestigio yla autondad de la monarquía frente naba las herencias islámica, judaica y de la Europa
a la nobleza local. Los judíos habían hecho ya una romano-germánica.
Introducción a la España medieval 3. Las conquistas y la síntesis del siglo xtr

aunque había algunas de ladrillo. Se caracterizaban por columnas era obru con frecuencia de mudéjares y no
sus muros espesos y consistentes, sus naves bajas y sus de artistas franceses, y testimonia la creciente confian-
campanarios cuadrados. Las columnas de piedra del in- za dela España cristiana en sí misma y su capacidad
terior estaban decoradas con esculturas pintadas con es- para emplear los servicios y adoptar los estilos de sus
cenas de la Biblia y de la vida de Cristo y de los sanros. súbditos musulmanes.
Las primeras iglesias románicas se construyeron en Ca- E1 tercer elemento clave de esta síntesis mencionada
taluña y Navarra, y desde allí, alo largo del siglo >rn se es el estilo mudéiar. Los mudéjares eran los musulma-
extendieron rápidamente por todo el norte de España, nes que vivían bajo dominación cristiana. A partir del
siguiendo ei camino de Santiago. siglo xlt fueron numerosos en el valle del Ebro y com-
El segundo estilo importante, que data de finales del ponían una gran parte de la población de todos los te-
siglo xII, está representado por la arquitectura cister- iritorios adquiridos por Castilla y Aragón en el siglo
ciense, muy característica, en la que se combinaban el xI[. Tras la caída del califato se produjo un gran rena-
arco apuntado y las naves altas típicas del gótico fran- cimiento arquitectónico en los reinos de taifas. Muy
cés contemporáneo con los elementos románicos Úa- pocos monumentos de este estilo sobrevivieron a la
dicionales. Las comunidades cistercienses eran más Reconquista, pero un edificio como 1a NiafeúadeZ,a-
amplias que las cluniacenses. Las iglesias tenían espe- ragozaes un índice claro de que las técnicas de los di-
sos muros exteriores, ábsides de estilo románico y una seños geométricos y florales, así como la afiesanía e¡
elevada nave central, cuyas columnas de apoyo care- madera, metal y cetámica, alcanzó un nivel superior
cían normalmente de decoración escultórica, bien por en el siglo xI que en la Córdoba del siglo x. Los prín-
motivos de economíay rupidez de construcción, bien cipes locales musulman es rivalizaban entre sí por las
por carecer de los canteros imaginativos con que ha- construcciones arquitectónicas, del mismo modo que
bía contado Cluny. Se ha repetido con frecuencia que 1o hacían como mecenas de Poetas.
los cistercienses eran contrarios a las esculturas de Los nuevos príncipes cristianos dispusieron súbita-
motivos bíblicos a causa de su austeridad espiritual, mente, a muybajo precio, de estos habilísimos artesanos
pero la verdad es que sus edificios no carecen de de- musulmanes. El estilo mudéjar -de una gran suntuosi-
coración y de sensibilidad estética. En muchos de dad en la construcción de residencias reales, como el
ellos, las puertas y los techos están lujosamente escul- palacio de María de Padilla en Tordesillas o el Ncázar
pidos en madera, y en sus claustros hay con frecuencia de Sevilla-, era sin embargo sencillo y de inspiración re-
hileras de dobles columnas, muy finas, bellamente de, gional en la construcción de pequeñas iglesias y modes-
coradas. Este trabajo de artesonado y decoración de tas residencias. En muchas iglesias pequeñas de Aragón

t22 123
Introducción a la España medieval

se combinó la construcción en ladrillo con el estilo ar-


quitectónico románico. La arquitectura de ladrillo mu-
4. LaBaja Edad Media: vitalidad
déjar destacaba, como la primitiva escultura islámica, y caos
por la belfeza de líneas y proporciones, así como por el
frecuente empleo de arcos ciegos, que servían d. d".o-
ración y rompían las superficies rectangulares de los
muros y torres románicas. Los artesanos mudéjares fa_
bricaban también puertas y techos esculpidos, paredes
y suelos de baldosines de colores, muebles con adornos
escultóricos, ricos tejidos y cerámicas de lujo, de acuer-
do con el gusto y ñqueza de los clientes. El bajo precio
de los materiales y de la mano de obra, así como l^ gr^n
adaptabilidad del ladrillo a casi todas las necesidádes
arquitectónicas del momento colaboraron a la úpida Los dos últimos siglos de la Edad Media españoIa,
difusión del estilo mudéjar y a su gran variedad y iuru- desde finales del xuI hasta finales del xv, se caracteri-
ción. A 1o largo de la Castill a y el Aragón de nuesrros zaran pof una vitalidad económica y cultural, pero
días puede apreciarse labellezay variedad de esta sín- también por una inestabilidad política que frecuente-
tesis de los estilos románico, cisterciense y mudéjar, for- mente degeneró en guerras civiles. Esta vitalidad eco-
mando un sincretismo que no se a)canzó en oüos mu- nómica fue general en todo el Mediterráneo y en Euro-
chos aspectos de la üda cultural hispánica. pa occidental. Entre los siglos VIII y >o el Islam había
dominado el Mediterráneo, Europa se había visto muy
aislada de África y Oríente, con excepción de las rela-
ciones económicas y comerciales que mantenía con al,-
Andalus. LasCruzadas, entre otras cosas, fueron lama-
nifestación de una nueva vitalidad, de una expansión
demográfica , y más tarde económica, de Europa a par-
tir del siglo >4. Las cruzadas a Tierra Santa, y en un gra-
do menor aunque también considerable la Reconquista
de la Península lbérica, exigieron el trasiego de grandes
contingentes humanos. Este transporte de hombres a

125
Introducción a la España medieval 4. La Baja Edad Media: vitalidad y caos

Anatoliay Palestina se vio posibilitado por la revolución


comercial del none de ltalia, y el comercio con el Orien-
te Próximo impulsó el desarrollo posterior de esta revo_
lución comercial, no sólo en Italia, sino también en las
costas del sur de Franci ay Cataluña. y en las ciudades re_
nanasy flamencas.
La revolución comercial del siglo xu trajo consigo el
desarrollo, tanto numérico como en poder económico,
de una burguesía urbana autónoma. En Italia, debido a
la debilidad del poder cenrral y a los enfrentamienros
entre el Papado y el Imperio, las grandes ciudades
como Venecia, Florencia y Génova se convirtieron en
repúblicas independienres, soberanas y oligárquicas.
Las ciudades de Borgoñ a, Francia y Aragón-C uinlrñu,
aunque recibieron un considerable grado de autono-
mía por medio de concesiones y privilegios de los reyes,
Matrimonio de Ramón Berenguer IV con Petronila. Ilustración
permanecieron bajo la soberanía de éstos. En el desa_
del árbol genealógico del monasterio de Poblet.
mollo de las ciudades y en el renacimiento del comercio
mediterráneo, la Corona de Aragón desempeñó un pa_
pel mucho más importante que la castellana. por ello tadición como
de Valencia. Barcelona teniaunalarga
debemos empezar por Aragón a-l referirnos a la historia intermediaria comercial entre Córdoba y el sur de
económica de la España bajomedieval. Francia. La Iglesia catalanahabía estado sometida a la
El reino de Aragón-C ataluñafue el resukado de una jurisdicción del arzobispo de Narbona. Grandes con-
unión puramente dinástica, procedente del matrimo_ tingentes de comerciantes y campesinos franceses
nio celebrado en 7737 del conde Ramón Berenguer IV se habían asentado en Cataluña durante los siglos xr
de Barcelona con Petronlla, hija del rey Ramiro de y XII, y Barcelona apoyaba con armas y dínero las cam-
Aragón. Ambos pueblos hablaban idiomas diferentes, pañas del rey aragonés en Languedoc. En el siglo xrn,
tenían leyes distintas y sus Cortes eran independien_ sin embargo, la Corona aragonesa desvió su atención
tes, pero les unían intereses políticos comunes en el hacia el Mediterráneo. Pedro II murió en 1,213 enla
sur de Fruncia y en la reconquista del valle del Ebro y batalla de Muret, cerca de Toulouse. Sus sucesores,

tz6 127
Introducción a la España medieval
La Baja Edad Media: vitalidad y caos

Jaime I y Pedro III (127 6-1285) dedicaron su arención


más que de los derechos y privilegios emanados del
a la expansión mediterránea, como lo demuestran los
hechos siguientes: conquista de Mallorc a en 1230; documento real. Los ingresos que obtenía por sus im-
puestos municipales superaban a los de laCorona.La
toma de rr/alencia enl238;ffatadode Corbeil enl25g:,
por el que se renunciaba a las pretensiones temitoria- ciudad obtenía además capitales a base de emisiones
de obligaciones, y de este modo su deuda consolidada
les en Francia; colaborución con Castilla enla década
de L260 en la conquista de Murcia; conquisra de Sici_ se convirtió no sólo en una fuente suplementaria de
lia en 7282; conquista de Menorca en l2-g6,y primera capitalen circulación, sino también de beneficios para
los obligacionistas.
ocupación de Cerdeña en1297.
Entre finales del siglo xlr y mediados del xv, Barce_ Como es lógico,la ciudad, apafte de su gran comer-
lona fue, sin discusión, la ciudad española más impor- cio, era foco de un importante tráfico terrestre y cen-
tante y una de las más desracadas del MediterráÁeo, tro manufacturero. Había que traer desde distancias
compitiendo con Génova y Florencia en volumen co_ superiores a los 80 kilómetros el trigo, aceite, vino,
productos lácteos y maderu, así como el hierro de los
mercial y potencia conjunta de sus flotas mercante y
de guerra. La ciudad era prácticamente autónoma Pirineos. La industria textil tuvo un temprano desa-
y gozaba de un privilegio real emanado del rey arago_ rrollo. En el siglo xIV Barcelona producía ya atmas,
nés. El <<Consejo del Ciento», elegido .ntre lu iltu hierro forjado, productos textiles y de cuero. Fabrica-
burguesía y renovable en su composición al estilo de
ba todo lo necesario paru el equipamiento de los bar-
cos: planchas de madera templada, mástiles, aparejos,
una corporación moderna, se ocupab a de la frjación y
velas, anclas, clavos, así como carretas y arneses, nece-
recaudación de impuestos, de los precios de los artí-
sarios para el transporte de sus productos manufactu-
culos alimenticios básicos, de la conservación de los
rados. Sus artesanos esmban agrupados en guildas que
c.aminos, almacenes y dársenas, así como de las playas
de.atraque (ya que no existían aún los puerros prote_
protegían los intereses profesionales de cada grupo
gidos con malecones). La ciudad era el centro de la bajolasupervisión del gobierno municipal. El ingreso
zona nnil, circunvecin a. E7 capital comercial provenía en estas corporaciones estaba regido por normas es-
de los beneficios agrarios y de las ventas de tieras, del
rictas. El aprendizaje de los plateros se prolongaba
aumento del valor del suelo urbano y del comercio de durante seis años, el de los sastres y carpinteros duran-
grandes distancias que la ciudad llevaba a cabo. Esta te cuaffo y el de los pañeros durante tres.
independencia virtual de Barcelona fue el resultado Junto con Génova, Barcelona fue en los siglos xtII
y XIV el mayor centro de construcción de barcos. En la
de su gran poder financiero y de su comercio exterior,
ciudad se construían barcos de 4 toneladas y de 30 pies
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Introducción a la España medieval 4. LaBaiaBdadMedia: vitalidad y caos

de largo paru el comercio de cabotaje; de 20 a 50 to- y en segundo, la de tribunal que resolvía los pleitos en-
neladas para el recorrido triangular Barcelona-Va- ffe los mercaderes y armadores de todas las nacionali-
lencia-Mallorca, y barcos entre 100 y 900 toneladas dades con sede en la ciudad. En esta segunda función
(con un promedio enre 250 y 500) para el tráfrco fue creado un código marítimo que llegó a eiercer una
con el norte de Afriru y el Oriente Próximo. Eran gran influencia en todo el Mediterráneo' Se crearon
barcos mixtos, de vela y con remos, construidos en consulados semejantes en Valencia en 1283 y en Ma-
madera y pintados con colores chillones, con mucha llorca en 1.343. Mallorca tuvo también gran importan-
frecuencia en franjas rojas y amarillas, propias del cia por su escuela de cartógrafos judíos, que elaboraron
antiguo condado de Barcelon a. Salían de los astille- Ios portulanoi mapas que mostraban con mucho deta-
ros con maromas, velas y anclas de repuesto. Su ve- lle la forma de las costas y que indicaban las rutas entre
locidadpunto de crucero estaba entrelos 12y 15 nu- los puertos principales.
dos, tardando unos veinte días en el frecuente Los barcos de la Corona de Aragón llevaban a cabo
trayecto entre Mallo rca y Túnez, y unos treinta entre una enorme variedad de expediciones comerciales. A
Barcelona y Cerdeña. lo largo de la costa catalana transportaban el coral de
En Barcelona tuvieron también gran fuerua las insti- la Costa Btava, el trigo de Tortosa, en la desemboca-
tuciones diplomáticas y legales. En las ciudades musul- dura del Ebro, la leña, el carbón de leña y la maderu
manas del norte de Africa se consiguieron concesiones procedentes de las playas cercanas alas zonas bosco-
extraterritoriales (alfondigos), con iglesia, panadería, sas y, por supuesto, el pescado. Por las costas de Lan-
hospedería, baños, almacenes y cementerio. Un cónsul, guedoc transportaban estos mismos productos, y ade-
facultado para actuar en nombre de todos los ciudada- más pieles, cueros, productos textiles y especias. En
nos de la Corona de Aragón, gobernaba en cada alÍ6n- realidad, el lucrativo comercio de especias hacia el sur
digo. Originariamente era el rey quien nombraba a los de Francia estuvo en manos catalanas hasta bien en-
cónsules, pero a partir de 1266 fue el gobierno munici- trado el siglo xv. Transportaban también el vino de
pal de Barcelona el que rcñzabaesta designación. El fa- Borgoña, cuya calidad se incrementó durante la resi-
moso Consulado del Mar tuvo también su origen en la dencia de los papas en Aviñón en el siglo xIV, y que
Barcelona del siglo xrI. En 1257 los prohombres de fue sustituyendo a los vinos aragoneses en los merca-
Barcelona constituyeron la <<Universidad de los pro- dos locales.
hombres de riber»> para proveer a la custodiay reparu- Más lejos, intercambiaban productos textiles catala'
ción de las playas de atraque. Pronto adquirió dos fun- nes y coral por trigo siciliano y plata sarda. Nápoles, a
ciones básicas: en primerhsgarlade cámarude comercio Ia saz1nla mayor ciudad de Europa, era un mercado

131
Introduccíón a ia España medieval 4. La Baia Edad Media: vitalidad y caos

fundamental tanto parulos tejidos catalanes como para 1380 y 1440, los mercaderes de la Corona de Aragón
el trigo siciliano que llegaba en naves aragonesas. Bar- comerciaron con esclavos procedentes tanto de las cos-
celona ivalizaba con Génova, casi en igualdad de con- tas del norte de Ñn u como de las del mar Negro. En
diciones, en el tráfico de cabotaje a 1o largo del oeste de esta época no había una distinciín claruentre comercio
Italia. No consiguió, sin embargo, participar en el co- y pirateria. A finales del siglo )c[r/, los barcos catalanes,
mercio bizantino. Al mismo tiempo, en el siglo >«v do- genoveses y venecianos se atacaban unos a otfos en su
minaba también el tráfico marítimo de Egipto y de va- abierta competencia por el comercio de especias y es-
rios pequeños principados musulmanes de la costa clavos con el Oriente Próximo, hecho que durante el
septentríonal africana: Túnez, Bugía y Tremecén. A es- siglo xv contribüría en gran medida a la recuperación
tas regiones traía paños catalanes, cetámica,pieles, pro- de la poten cia naval musulmana. Pero en el momen-
ductos de cuero y de cordelería; muchas de estas mer- to de su mayor prosperidad y éxito diplomático, los
cancías atravesaban el Sahara y llegaban hasta el Sudán. mercaderes aragoneses dominaron con facilidad el co-
Así como el oro del Sudán había constituido la base del mercio de dos importantes sectores del Mediterráneo
numerario de oro del califaro, también llegó a ser la occidental: el pequeño espacio marítimo que limitaban,
base de la moneda catalanaen el siglo >ov. por el norte, Mallorca, Ibiza y la costa levantina y que
En teoría, estaba prohibido el comercio con los mu- se extendía desde Algeciras hasta Ceuta, en la costa
sulmanes. Tras la conquista musulmana de SanJuan de africarta, y el amplio cuadrilátero comprendido entre
Acre en 1.291., el papahabíapromulgado una bula pro- Cerdeña, Sicilia, Túnezy Bugía. La conquista de Sicilia
hibiendo el comercio de armas, artículos alimenticios y por Pedro el Grande ylashazañas de las compañías ca-
barcos bajo pena de excomunión. El rcy aragonés tuvo talanas en el Peloponeso apuntalaron el comercio cata-
que acordar entonces con Roma la constitución de un lán en estas regiones.
tribunal especial para conceder dispensas a los merca- Finalmente, los mercaderes catalanes y valencianos
deres de la Corona,la mal catalogabalas funciones de tuvieron una importante participación en el comercio
este tribunal como una forma suplementaria de im- atlántico. Transportab an alnglatena y Flandes lana, es-
puesto. Los reyes se beneficiaron también con tratados, taño, carne de cerdo salada y esparto. A lo largo del si-
como el firmado por Jaime II con el bey de Tijnez en glo xv los productos agrarios valencianos (narunias,
1301, según el cual la mitad del montante de los dere- gtanaáas,uvas, avellanas, nueces, almendras y azaftán)
chos aduaneros recaudados en Túnez por el comercio fueron cadavezmás cotizaáos en el norte de Europa. A
de los aragoneses debía de volver al tesoro aragonés. A cambio,los mercaderes traían tejidos ingleses y flamen-
finales de la Edad Media, en especial enffe los años cos, superiores en calidad a los españoles, y arenques

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Introducción a la España medieval 4. LaBaiaEdadMedia: vitalidad y caos

del Báltico. Tenían importantes colonias mercantiles en


de la religiosidad y de Ia vida intelectual de España.
Sevilla, Lisboa y Brujas. En términos generales, la curva Tras la ocupación de Andalucía, estaba constituida por
del volumen del tráfico fue creciendo hasta 1i81, fecha cuatro unidades muy diferentes geográfica y social-
del comienzo de la crisis de la economía europea; per- mente: la cordillera cantábúcay la costa norte, escasa-
maneció oscilante entre 1J81 y 1.427, y luego fue des- mente poblada y dedicada a una economía de aprove-
cendiendo durante el resto del siglo xv. chamiento de bosques, a la pesca y la navegaciín;
Con frecuencia se invocan, como razones de la de- Galicia,León y Castilla laYieia, de climas y caracterís-
cadencia económica de la Corona de Aragón, el au- ticas agrícolas variados, pero semejantes en cuanto que
mento de la competencia italiana,Ta pirateúay 1a cri- tenían una sociedad muy conservadora, apoyada en las
sis de la bancay del sistema de inversiones catalanes a
tres fuerzas tradicionales del soldado, el sacerdote y el
partir de L427 . Sean cuales fueren las razones de esra labriego, y muy apegadaa sus fueros municipales; Cas-
decadencia, uno de los más desafortunados factores tllalaNueva, La Mancha y Extremadura, en la amplia
en la formación del Imperio español en América fue, Meseta azotada por el viento, en las que predomina-
sin duda,la coincidencia del descubrimiento del Nue- banla ganadeúalanar y las órdenes mílitares, y que in-
vo Mundo con la decadencia navaly comeicial arago- cluían un sector mudéiar importante, tanto entre las
nesa y con el triunfo de los intereses económicos ge- clases productivas del campo como en las ciudades, y
noveses, florentinos y flamencos. finalmente, Andalucía, de clima semi tropical, y donde
También la economía dela Corona de Castilla ex- una numerosa población musulmana estaba sometida
perimentó un importante desamollo durante los dos ala nueva aristocracia terrateniente.
últimos siglos medievales. La revolución comercial A lo largo y ancho de este inmenso y vaúado territo-
no tuvo en ella tanta significación como en ltalia, rio, la agricultura seguía siendo primitiva, con una
Aragín-Catahtña y Flandes. Apenas existía una bur- producción limitada a la subsistencia, a excepción de
guesía resuelta y agresiva, capaz deluchar con cierto las zonas vecinas a las principales ciudades: Burgos,
éxito contra el poder político de la noblez a, y amante Toledo, Sevilla. Durante el siglo xIV, se desarrolló en
del comercio, la inversión, los beneficios y la expan- algunas zonas una pequeña industria artesanal: astille-
sión económica, y que considerase estas actividades ros en Santander y Sevilla; minería de mercurio cerca
como una forma de vida tan honrosa y aventurera de Almadén; armas y cerámica en Toledo, y jabón en
como la vida de un soldado o un cruzado. Pero la po- Andalucía. En Salaman ca y Zamorase producían tam-
blación de Castilla era unas seis veces superior ala de bién paños debaia calidad para los mercados locales y
Aragón. Habiadirigido la Reconquista,y etael centro para los portugueses,

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Introducción a la España medieval 4. LaBajaBdadMedia: vitalidad y caos

Pero por encima de todo, la economía de la Castilla provocó Ia fundación del puerto de Bilbao en el 1300.
bajomedieval dependía de la producción y exporra- Como consecuencia del transporte de lalana,los bu-
ción de lalana. Al mismo tiempo que se producía una ques castellanos participaron también en el tráfico cos-
revolución comercial en el norte de Italia y en Catalu- tero a lo largo del golfo de Yizcayay del occidentefuan-
ñ.a, en Castiila se llevaba a cabo una auténtica revolu- cés, transportando fletes de pieles, armas toledanas y
ción lanera. A finales del siglo xrrr,la expansión terri- paños ingleses y flamencos. Ya en 1257 había en Brujas
toúal habia incrementado enormemente la zona de representantes de la Corona de Castilia, y aunque en el
pastos disponible. El incremento demográfico de Es- siglo >orr todavtafue más numerosa Ia colonia catalana
paña y Europa occidental produjo un aumento de la que la castellana, durante el xv los mercaderes castella-
demanda de paños, y como consecuencia de la cre- nos superaron a los catalanes en Flandes, y a comienzos
ciente prosperidad, un mayor número de gente podia de este siglo los barcos castellanos llevaban también sus
adquirir más y mejores paños. Inglatera había sido Ia fletes de pieles y lanahastaValencia, Mallorca e Italia.
gran proveedora de lana durante el siglo anterior, La inestabilidad política y los prejuicios antiburgue-
pero su comercio lanero sufrió las consecuencias de ses de la gran mayoúa de la aristocrucia y de los ecle-
las constantes guerras continentales. Mientras tanto, siásticos frenaron en gran medida el desarrollo de la
poco antes de 1100 había sido introducido en Anda- economía española, tanto atagonesa como catalana.
lucía el carnero merino norteafricano, muy robusto, Sólo se puede escribir la historia sobre Ia base de los
consiguiendo un cruce de gran calidad con las espe- testimonios escritos, pero el historíador tiene con de-
cies nativas. masiadafrecuencia la frustrante sensación de que aque-
Debido a la coincidencia de tan variados factores, llo que puede describir de manera más concretay más
Castilla se convirtió a comienzos del siglo )«v en la detalladano fue en su momento lo más importante, Así
principal potencia exportadora de lana de calidad. Una tenemos abundante documentación sobre los enfrenta-
poderosa oryurizaciín de ganaderos, la Mesta, autori- mientos doctrinales y la luchas abiertas por el poder en
zadapor Nfonso X en"l"2TS,supervisaba la producción el seno de la lglesia, y nuestra información acerca de los
y controlaba las derras de pastos y las rutas de trashu- personajes regios, sus ambiciones y sus defectos, es
mancia. Este comercio de exportación favorcció la grande; en cambio muy poco sobre los mercaderes bur-
prosperidad de los astilleros y puertos santanderinos galeses, los armadores de barcos santanderinos, los fa-
en el norte, y de Sevilla en el sur. Impulsó el rápido de- bricantes de armas de lujo toledanos y los mineros del
sarrollo de pequeños puertos ya existentes, como Cas- mercurio de Almadén, y nuestra información sobre al-
tro Urdiales, Laredo y San Vicente de la Barquera, y gunas de las grandes familias que disponían de fortunas

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Introducción a la España medieval 4. LaBalaBüdMedia: vitalidad y caos

situación de guerra civil, y que lentamente fueron


mansformando la España pluralista de Alfonso X y
e Isabel'
Jaime I en la intolerante España de Fernando
La fortuna había sonreído a ambos reinos con largos
y prósperos reinados en la Reconquista del siglo xur:
Fernando III (1277' 1252 ) y Alfons o X (1252 -1.284) en
Castilla, y JaimeI (L2L3'1276) en Aragó¡-Catalttñ'a'
Esto no quiere decir que en estos reinados no hubiese
problemas internos. Fernando III tuvo que sofocar
una revuelta leonesa antes de que fueran reconocidos
sus derechos de soberanía sobre este trono' y tanto
ostrol Alfonso como Jaime se enfrentaron a repetidas ame-
nazas nobiliarias. Pero durante los cincuenta añ,os an-
teriores a Ia revuelta de Sancho IV conra su padre,
.Tleñcen á."""".""".."."".""."".....ñ¡mx-
ambos reinos habian disfrutado de una razonable es-
tabilidad interna, y habian mantenido excelentes y
Mapa 5. Lavida económica y artística de España. fructíferas relaciones entre sí.
Sin embargo , a partir de finales del siglo XIII los pro-
blemas sucesorios debilitaron repetidamente la autori-
muy superiores a las de las Coronas castellana o ata- dad real en ambos reinos. En 1275, el hijo y heredero
gonesa es relativamente escasa. Por ello puede afir- de Alfonso, Fernando de la Cerda, murió cuando iba a
marse que escribir la historia de la España bajome- hacer frente a una incursión benimerín en Andalucía.
dieval ocupándose solamente de los reyes y sus cortes De acuerdo con las reglas estrictas de la primogenitura,
equivaldría a escribir la historia de Estados Unidos el hijo de este último, todavía niño, era el heredero al
como una serie de presidencias, con sólo pequeñas trono, y dado que no se preveía que el anciano Alfonso
referencias al papel desempeñado por los Rockefe- viviera veinte años más, Castilla se enfrentaba alpro-
ller, Guggenheim y los grandes magnates de los ferro- blema de una regencia. Algunos nobles, opuestos a las
carriles y del acero. Teniendo en cuenta esta desafor- tendencias centtalizadoras y autoritarias de Alfonso,
tunada limitación, se pueden dar algunas indicaciones aprovecharon la oportunidad paru úatar de imponer
sobre los factores que provocaron la inestabilidad y la la estricta tradición visigoda y <<elegir>> como heredero

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Introducción a la España medieval 4. La Baja Edad Media: vitalidad y caos

del mono al hiio menor de Alfonso, Sancho. Esta acti- Al morir Alfonso XI en 1150 deiaba como heredero
tud provocó una situación de guerra civil intermitente oficial a Pedro, el hiio de su esposa portuguesa'Tenia
que duró ocho años, en los que Alfonso el Sabio pidió también hijos bastardos, fruto de sus amores con Leo-
ayrtda aFru¡ciaen defensa de su nieto (hijo de Blanca, nor de Gtzmán. Según parece, el heredero legítimo,
hija de San Luis), pero fue depuesto formalmente por Pedro el Cruel (1350-Ú69), participó en el asesinato
unas Cortes celebradas en 1.282 y pasó los últimos me- de Leonor en !351,y en adelante, todo su reinado es-
ses de su vida negociando \a ayuda de los benimerines, tuvo dominado por la gueta civil con sus hermanos
el gran enemigo contra el que su hijo Fernando se dis- bastardos, Enrique, conde áeTrustámara, y Fadrique,
ponia a luchar en el momento de su muerte. Mientras maestre de la Orden de Santiago. Tanto por la fierza
tanto, Sancho se presentaba como defensor de las pre- de las circunstancias como por sus convicciones per-
rrogativas nobiliarias tradicionales. Después de la sonales, Pedro aparccía ahora como el campeón de la
muerte de Alfonso en 1284, Sancho tardó ocho años monarquía cenfializaday legítima. Le apoyaba el mis-
en llegar a ejercer un control efectivo sobre Andalucía; mo grupo nobiliario que había acogido favorablemen-
tuvo que dominar además una rebelión enme sus mis- te la codificación hecha por Alfonso X de Derecho ro-
mos partidarios, opuestos a que un judío, Abraham de mano, y los esfuerzos de Alfonso XI por ponerla en
Barchilón (de Barcelona), ocupase el cargo de recau- práctica.También tuvo el respaldo de la pequeña bur-
dador principal de impuestos. guesía castellana y, al igual que sus predecesores, se
El mismo Sancho murió tuberculoso en 1296, áe- sirvió de recaudadores de impuestos judíos' Enrique
jando un hijo de nueve años, que pudo conservar el de Trastáman, d.igual que Sancho setenta años antes,
trono durante los cinco años de guerra civil subsi- era el campeón de las tradiciones descentralizadotasy
guientes merced a la energia de su madre, María de germánicas dentro de la nobleza castellana, y se sirvió
Molina. En 1300, este niño, que contaba ya catorce del arma del antísemitismo, aunque mismo tenía
é1
años, fue declarado mayor de edad y comenzó arcinar sangre judía por parte de su madre, Leonor. Inglaterra
con el nombre de Fernando IV. Murió a su vez en y Francia intervinieron en la guerra civil; la primera
73L2, dejando un hijo pequeño. Hasta 1)25, en que id" -urr..u inútil y a un precio muy alto) en favor de
Alfonso XI, que contaba quince años, fue declarado Pedro y la segunda en defensa de Enrique' Esta gue-
mayor de edad, tres grandes nobles enfrentados entre rra civii terminó con el asesinato de Pedro a manos de
sí ocuparon Ia regencia. Alfonso era un joven enérgico Enrique en1369.
y capaz, pero hasta 1337 no pudo terminar las repeti- La dinastia Trastámaru gobernó en Castilla desde
das revueltas de los antiguos regentes. ú69 a t474.Pampoder pagatlas deudas contraídas

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4. LaBaiaEdadMedia: vitalidad y caos
Introducción a la España medieval

durante la grerra civil y afirmar su legitimidad, los dos mujer tuvo otro hijo, Alfonso, que murió a los catorce
primeros reyes tastámara, Enrique II (1369-1179) y años en circunstancias misteriosas, y una hija, Isabel,
futura reina, cuyo matrimonio con Fernando traio
Juan I (1379-1390), entregaron alanobleza una parle
de los ingresos de la Corona. Juanfalló en su intento de consigo la unión dinástica definitiva entre Castilla y
conqüstar Portugal. Enrique III (1390-1.406), tras una Ar agón, y cuya gr an v alía política consiguió fi nalmen-
turbulenta minoría, consiguió recuperar para la Coro- te imponer el orden interno en Castilla.
na, en los últimos años de su corto reinado, algunas de Enrique IV es uno de los reyes castellanos menos
las fuentes de ingresos cedidas por su padre y abuelo. cono.iáos y más calumniados. Los cronistas reales del
El reinado de Juan fI (1406-1.454) se inició con la re- siglo xv desempeñaban la función de crear determi-
gencia de su inteligente tío Fernando de Antequera. El nadas imágenes que catactetiza a las empresas de rela-
rey eÍa un hombre inteligente, pero falto de carácter. ciones públicas del siglo )cx;por eso,los cronistas reales
Desde los ocho años estuvo bajo la tutela de don Ñumo de Isabel, que quizá adtniraba¡ alarcina, pero que sa-
de Luna, bastardo de una ricafamlia de conversos ara- bíanademás que sus cabezas dependían de su interpre-
goneses. Desde su proclamación de mayoúa de edad, tación de los comienzos del reinado, enturbiaron la
en 1419, don Álvaro de Luna fue el detentador del ver- imagen de Enrique fV. Debía de ser un hombre grande,
dadero poder ejecutivo de la monarquía. Las guerras p.rudo y carente de gracia, amante dela caza y de los
civiles fueron una constante del reinado, y en ellas las vestidos moros. Tenía sentido poktico, pero no com-
alianzas de la nobleza y castellana cambia- partialos sentimientos antisemíticos y antimusulmanes
^ragonesa
ron frecuentemente; el denominador común de estas d" ,rrs súbditos castellanos. Su corte estaba llena de in-
alianzas venía dado por la enemistad entre los partida-
telectuales judíos y conversos, muchos de los cuales lle-
rios de don Álvaro y los de los Infantes de Aragón, vabanel pelo largo y lucían vestidos multicolores'
primos de Juan IL Don Auaro consiguió repetidas, Enrique tenía también una guardia de palacio mora
(como varios de sus predecesores), sobre la que co-
aunque difíciles, victorias hasta 1453, año en que fue
detenido por orden real y ejecutado bajo la acusación rrían rumores habituales de prácticas homosexuales'
de brujería. El débil monarca sólo vivió un año tras la Al nacerJuana,lahija de Enrique,las Cortes la acep-
muerte de su valido, al que había traicionado ante las taron como legítima heredera, pero algunos años más
presiones de la nobleza anticonversa. tarde los partidarios de su hermanastro menor, Alfon-
so, hicieron circular el rumor de que el verdadero pa-
Juan II se había casado dos veces. De su primer ma-
trimonio tuvo un hijo, Enrique, que fue rey con el dre deJuana no era el rey, sino su favorito don Beltrán
nombre de Enrique I\l (1454-1.474).De su segunda de la Cueva. Después de todo, Enrique llevaba seis

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Introducción a la España medieval 4. LaBala&dadMedia: vitalidad y caos

años casado antes del nacimiento de su hija. Tenía popuiares y la sucesión al trono. Con la ocupación del
contactos con judíos y otros infieles, y el ascenso de reino de Valencia porJaime I y la disribución entre sus
don Beltrán en la corte había sido misreriosamente rá- jefes militares de las prósperas explotaciones agrarias
pido. Enriqtehabía herido además los sentimientos musulmanas, se creó la misma rivalidad entre una no-
de sus súbditos más racistas al asentar una colonia bleza antiguay otÍa nueva que provocó en Castilla su
mudéjar cerca de Toledo. Los enemigos de don Bel- yerno Alfonso X. En 1265 prometió no promover a na-
ffán intentaron desacreditarle -y con ello desacredi- die más al rango nobiliario en el reino de Valencia. Su
tar al rcy- mediante este rumor sobre la ilegitimidad hijo Pedro, por su matimonio con Constanza,hiia áel
deJuana. A lo largo de la década de L46O,una serie de rey Manfredo de Sicilia, amplió sus intereses dinásticos
escaÍamuzas constantes estuvieron a punto de desem- en la política mediterránea. Tanto Pedro III como su
bocar en una situación de guerra civil abierta. La no- hijo Alfonso III (1285'1291) estuvieron absorbidos por
blezatradicionalista y antisemira apoyó a Alfonso has- la conquista de Sicilia y Menorca. Lanoblezaaragonesa
ta su muerte, y más tatde a Isabel, mientras que las aprovechó estos problemas de política exterior de los
fuerzas burguesas, más pluralistas, apoyaban a Enri- reyes para presionar y obtener concesiones políticas en
que. Este úItimo negoció unapazen condiciones desfa- favor de su estamento. Pedro III confirmó los antiguos
vorables (el tratado de los Toros de Guisando), en !468, fueros de Aragón, y Alfonso III tuvo que firmar en
por el que se comprometía a divorciarse de su esposa, 1288 un documento, forzadopor la unión de la nobleza
declarar ilegítima a su hijaJuana y reconocer como he- atagoflesa,en el que se comprometiaano actuat contra
redera al trono a su hermanastra Isabel. El matrimonio ningún noble sin el consentimiento de las Cortes y sin
de Isabel con su primo segundo Fernando, celebrado al confirmación por parte delJusticia, cuya función espe-
poco tiempo, garuntizó la unión dinástica de los reinos cífrca eta proteger ala nobleza frente a la autoridad
'N (Ú)6-1387),
de Castilla y Aragón. Los cronistas oficiales de Isabel, real. Sesenta años más arde, Pedro
Hernando del Pulgar y Pedro Mártir, exageran cons- tras una guera civil contra la nobleza aragonesa y va-
tantemente la circunstancia de la ilegitimidad deJuana, lenciana, abolió las concesiones de Alfonso III. Pero in-
cambiando las fechas y suprimiendo cualquier prueba cluso un monarca tan imperialista y resuelto como él
contradictoria. El historiador actual Orestes Feraruha tuvo que aceptar la anaigadaestructura política de sus
expuesto esta campaña prcpagandística que estigma- estados, según la cual Aragón, Catalttña y Valencia te-
tizó aJuana con el apodo de «la Beltraneja». nían Cortes independientes y códigos legales propios.
La Corona de Aragón tuvo que afrontar problemas La expansión mediterránea representó una grave
semejantes provocados por la nobleza,los prejuicios complicación para los problemas dinásticos internos de

L44 L45
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Introducción a la España medieval


4. LaBaiaEdadMedia: vitalidad y caos

la Corona de Aragón. Durante la mayor parte del pe- consolidar la separación de las Coronas de Mallorca y
ríodo comprendido entre1285 y l374,las islas Baleares Sicilia, aunque ambas estaban sometidas en cierto
y la proüncia de1 Rosellón (con capital, en Perpiñán) modo a Aragón y gobernadas por príncipes pertene-
formaron el reino independiente de Mallorca, goberna- cientes ala ünastia aragonesa. La posesión de Sicilia y
do por alguno de los hermanos, sobrino o primo del rey la conservación, a muy alto precio, del lejano y poco se-
de Aragón-Cataluña. También Nápoles y Sicilia consti- guro ducado de Atenas provocaron situaciones bélicas
tuyeron una herencia dinástica independiente, tal como con 1a dinastía angevina y con el Papado. Por si ftrera
estaban antes de la conquista, a finales del siglo xII. En poco, se produjeron intermitentes luchas navales y es-
esta región, los descendientes del Conquistador libra- catarflJzaspitáticas con Pisa, Génova y con algunas po-
ron una dwa batalla con la dinastía angevina, cuyas tencias musulmanas.
pretensiones sobre Sicilia eran apoyadas por el papa En 1410, con la muerte sin heredero de Martín I se
Martín IV El papa excomulgó a Pedro ItrI en un inútil extinguió Ia dinastía que había reinado en Aragón
intento por impedir la conquista aragonesa de Sicilia, y desde el matrimonio del conde catalánRamón Beren-
a lo largo del siglo >«v la presencia aragonesa en esta guer IV con Petronila, en II)7 . Las diferentes Cortes
isla fue una de las más importantes cuestiones dentró no se pusieron de acuerdo para elegir un candidato
de la complicadapolítica del Papado de Aviñón. único para el trono vacante. Uno de los principales
La conquista de Sicilia y Cerdeña suministró ala Co- pretendientes era el conde de Urgel, al que apoyaban
rona de Aragón una gtan cantidad de caballeros, cuyas los Luna -Iafan{ia más poderosa de Aragón-,yla
energías guerreras había que encauzar en posteriores burguesía cata\ana. El otro gran candidato era Fer-
expediciones. Estas energías, a pafik de 7305, encon- nando de Antequera, miembro de Ia familia Trastáma-
traron calrtalizaciín en diversas aventuras en Grecia y ruy tío del rey de Castilla, aún niño,Juan II. Fernando
Bizancio que culminaron con la conquista del ducado había adquirido un gran prestigio político en sus años
de Atenas, que estuvo sometido a la Corona de Sicilia de regente durante la minoría de Juan II y una elevada
desde 1326 a 1388. reputación militar al conquistar Antequera a los mu-
Sin entrar en detalles concretos de tipo militar y polí sulmanes. Ambos pretendientes, el conde de Urgel y
tico, se puede ver, sin embargo, la complejidad de la lu- Fernando de Anteque n, podían aducir parecidas pre-
cha interna por el poder dentro del lmperio mediterrá- tensiones de parentesco con el fallecido Martín I, pero
neo aragonés durante el siglo >ov. Había tensiones el Trastámara era mucho más rico y estaba mejor relacio-
históricas no resueltas entre los reinos originarios de nado que el conde. Finalmente se ofreció a Fernando
Aragón, Cataluña y Valencia. Se intentó establecer y la Corona de Aragón por parecidas razones que ha-
746 r47

,I I
!r
Introducción a la España medieval 4. LaBaiaBdadMedia: ütalidad y caos

bían llevado a Enrique II al trono castellano: su valía Al morir Alfonso V, las posesiones familiares fueron
personal, su energía y el apoyo de la pequeñanobleza oficialmente divididas, heredando Ferrante, hijo bas-
conservadora junto con el de una granparte de la bur- tardo de Alfonso, la Corona de Sicilia, y su hermano
guesía de conversos. meno! Juan, la Corona de Aragón. La situación fami-
El corto reinado de Fernando de Antequeru (L412- liar de Juan II de Aragón (1455-1479) eru también
1.416) fue sólo en parte positivo para Atagón Por un compleia. Tenía dos hijos procedentes de dos matri-
lado contribuyí alasolución definitiva del cisma papal, monios diferentes. El primogénito era Carlos, prínci-
cisma que había envenenado la vida política aragonesa pe de Viana, que por ser hijo de Blanca de Navarra,
durante medio siglo. Su acceso al trono atrajo hacia era el heredero de las Coronas de Navarra y Aragón.
Aragón parte de la riqueza castellana, en un momento Su segundo hijo era Fernando, cuya madre eruJtana
en que las fortunas barcelonesas empezaban avactlar, Enríquez, hija del poderoso y rico Fadrique Enríquez,
pero, por otro lado, nunca consiguió la adhesión de las alrnirante de Castilla. Fernando fue siempre el favori-
Cortes de Cataluña, consagró sus mayores esfuerzos a to, en primer lugar por las importantes conexiones de
la obtención para sus hijos de altas dignidades y matri- su familia materna y luego por el propio reconoci-
monios favorables y dedicó alapaafrcación de su nue- miento paterno de 1a superior habilidad política de su
vo reino una gran parte de los ingresos procedentes de segundogénito.
los impuestos castellanos, que en principio estaban des- La preferencia deJuan por su segundo hijo y por los
tinados ala Cruzada contÍa los musulmanes. Su hijo intereses familiares trastámaras provocó una larga y
primogénito, Alfonso V el Magnánimo (1416-t458),n- dura guerra civil. Era costumbre en la Corona de Ara-
vadió en 1420laisla de Córcega, sin haber llegado a so- gón, aunque no fuese jurídicamente preceptivo, que el
lucionar sus diferencias con las Cortes de los tres rei- rey nombrase a su hijo primogénito «lugarteniente>> en
nos. Prefirió vivir en Nápoles, donde se convirtió en un Catoluña.En t460, al intentar marginar Juan II a su
mecenas de las artes generoso y apreciado. Su esposa, hijo primogénito Carlos en favor de Fernando, que
Maúa, gobernó en calidad de regente sobre fuagón y contaba ocho años, la provincia abrazó, por motivos
Cataluñaen los difíciles años del declive económico de patrióticos y constitucionales,la causa del príncipe de
Barcelona. Mientras tanto, su hermano menorJuan, ca- Yiana. El desgraciado príncipe murió en 1,461,, y el in-
sado con Blanca de Navarra, gobernaba este pequeño tento de Juan de nombrar gobernadora aJuanaEnú-
reino y diigialas campañas de los Trastánam castella- qtrcz,la madre de Fernando, desembocó en una dé-
nos y. aragoneses contra el favorito dei rey castellano, cada de revolución y guerra civil. El viejo patriciado
don Á1varo de Luna. urbano, apoyado por una gtan pafie de los artesanos y

148 L49
F
Introducción a la España medieval 4. La Baja Edad Media: vitalidad y caos

pequeños comerciantes de Barcelona, dirigió la revuel- Los mudéjares destacaban especialmente como ex-
ta contraJuan; éste se vio apoyado por la granmayoúa pertos campesinos, albañiles y arquitectos' Una gran
de los campesinos acomodados, mientras que la noble- proporción de los recaudadores de impuestos, médi-
zay elclero se enconuaban divididos. La intervención .or, fr.-u.éuticos e intérpretes eran judíos' Pero en
francesa contribuyó al debilitamiento de la posición los siglos xIV y xv creció una ola antisemita, que es-
económica y política dominante de Cataluña, si bien tuvo claramente relacionadatanto con el crecimien-
Juan II, haber sido el vencedor, hizo conce-
a pesar de to económico como con las guerras civiles del perío-
siones políticas en favor de los intereses catalanes. do. Todos los reyes, las grandes familías nobiliarias,
El rasgo más característico de la historia aragonesa, como los Laruy los Haro, los ricos arzobispados y las
tan brevemente resumida, es la gran dispersión de ener- órdenes militares se servían de los judíos como in-
gías que se observa: los enfrentamientos constituciona- tendentes de sus fondos y de sus inversiones' Es cier-
les y de <<estado>> en el interior y entre Arag6n, Valen- to que la minoría cultivada se enorgulle cía áe su to-
cia, Cataluña, el Rosellón, Sicilia, Cerdeña, Nápoles y lerancia. Raimundo Lulio (muerto en l)15), el gran
las islas Baleares; las aventuras mfitares en Grecia y el sabio y escritor mallorquín, conocía el fuabe mejor
norte de Aftica; las rivalidades comerciales y piráticas que el latín, y estuvo influido tanto por los sufís mu-
ju-
dominantes en el Mediterráneo; los altibajos de la pros- sulmanes como por Maimónides y otros filósofos
peridad mercantil de Barcelona,Yalencia, Mallorca y díos y árabes de pensamiento aristotélico' En su Li-
Nápoles. Este derroche de energías es comparable al de bro áel gentil y los tres sabios, representantes de las
los españoles en el Nuevo Mundo en el siglo xw, pero tres religiones, islámica ,ltdaica y cristiana, exponen
las divisiones dinásticas y la posibilidad de que los pue- sus creencias a un pagano inteligente' Es evidente ia
blos sometidos tuüeran que pedir el apoyo francés, ita- intención del autor de que el pagano termine por es-
liano o musulmán paru contrarrestar a la Corona de coger la cristiana, pero el debate queda inconcluso y
Aragón, provocaron una inevitable debi]idad en el Im- ,in qrr" se llegue a ninguna decisión' Don Juan Ma-
perio mediterráneo aragonés de los siglos )flI, )trv y xv. nuel, sobrino de Alfonso X y uno de los regentes du-
Durante estos dos siglos de gran vitalidad econó- rantelaminoría de Alfonso XI, calificab ^ a su médi-
mica y de turbulencias políticas, judíos y mudéjares co judío de amigo íntimo y digno de toda su confianza'
continuaron, en gran medida, desempeñando el mis- Los médícos eran también con frecuencia rabinos, y
mo papel del siglo xtII. Ambas comunidades pro- su función se asemejaba más ala de los psiquiatras
veían a las ciudades castellanas y aragonesas de arte- modernos que a la de los médicos propiamente di-
sanos, fabricantes de paños, zapaterosy metalúrgicos. chos. Así se comprende que, por su gran cultura y

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150
7r
Introducción a la España medieval
4. La Baja Edad Media: vitalidad y caos

por su habilidad profesional, llegasen a ser los confi-


la Iglesia presionó a las Cortes parala aprobación de
dentes lógicos de unos pacientes sensibles, ricos y
leyes resrictivas de las actividades de los judíos y
neuróticos.
exigiendo que sus vesddos fuesen diferentes. La te'
Pero estas relaciones tenían otta catamás desfavora-
petición constante de esta legislación indica que no
ble. Raimundo Lulio hizo esfuerzos considerables para
resultaba más efr,caz que las prohibiciones modernas
convertir a los judíos aragoneses. Sus sermones no tie-
del alcohol o la marihuata, y es también digno de
nen el tono amable de sus escritos filosóficos, y la ver-
destacar que las mismas Cortes atacatanla influencia
daderu base de su tolerancia era su íntima conciencia
de los clérigos en el gobierno y en lasfinanzas con la
de superioridady la convicción de que la conversión
misma duteza con que protestaban contra la influen-
terminaría por producirse. Los sentimientos de Don
cia de los judíos.
Juan Manuel hacia su médico judío se podrían hallar en Sin embargo, la situación general de los judíos se
más de un noble culto, pero 1o que permitía que estos
fue deteriorando a 1o largo del siglo xIV' Al igual que
hombres <<confiasen>> en los judíos erala dureza de las
su antecesor del mismo nombre, Alfonso XI (1312-
luchas dinásticas y la debilidad de los judíos, casra pe-
ú50), protegió en los primeros años de su reinado a
queña en número y por definición inferior.
los administradores e intelectuales judíos, pero tam-
Los más encarnizados enemigos de los judíos eran
bién se sirvió de ellos como chivos expiatorios, y cedió
las nuevas órdenes mendicantes. Hacia 1240 se orde-
a las presiones para la celebración de «polémicas>> for-
nó a los judíos y musulmanes de la Corona de Ara-
zadas con los frailes. En 1348 promulgó un conjunto
gónla asistencia a los sermones de dominicos y ftan-
de nuevas leyes por las que se prohibía a judíos y mu-
ciscanos. Se organizaron polémicas públicas, en las
sulmanes el préstamo con interés o el ejercicio de la
que los rabinos discutían con los frailes. Muchas de
función de recaudador de impuestos. Estas leyes fue-
estas polémicas, como la celebrada en Barcelona en
ron elaboradas siguiendo el modelo de la legislación
1267 y que duró cuatro días, tuvieron que ser sus-
inglesa de medio siglo antes, pero mientras los ju-
pendidas, a pesar de la protección de la Corona, de-
díos habían sido expulsados oficialmente de Inglate-
bido a las amenazas de violencia popular contra unos
rra, en Castilla se les animaba ala permanencia, ala
rabinos que defendían su fe con demasiado éxito.
compra de tierras y a emprender actividades comer-
Sabios dominicos, con algunos conocimientos de he-
ciales, mientras se les prohibía el préstamo de capi-
breo y arameo, examinaron también las ediciones
tales. Estas leyes eran una concesión tanto a las pre-
disponibles del Talmud, y eliminaron de ellas todas
siones eclesiásticas como a las de la opinión pública
las alusiones al Mesías. A lo largo de esros dos siglos,
expresada en las Cortes. La necesidad de los servicios
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L53
4. LaBaiaBdaáMedia: vitalidad y caos
Introducción a la EsPaña medieval

El factor individual que probablemente influyó más


adminisrativos de los judíos seguía siendo tan grande
en el aumento del antisemitismo fue la peste negra'
que las mismas Cortes castellanas pidieron en 1351'la
Entre la crartaparte y la mitad de Ia población de Eu-
revocación de esta legislación.
ropa occidentÁ, y también de la española, pereció
Samuel Halevi fue el iefe de los recaudadores de im-
lo, efectos de esta variedad de la peste bubónica
puestos en tiempos de Pedro I el Cruel (D50-D69), ^rt"
que se extendió por el continente en L)48'F,l carácter
hi;o d. Alfonso, y también miembro de su consejo pri-
Áu.irro de esta mortalidad trajo consigo un hundi-
vado, junto con dos cristianos, y embajador en Portu- El robo
gal. Samuel alcanzí gran renombre como constructor -i.rr,o completo de Ia autoridad constituida'
y la histeria se conürtieron en manifestaciones co-
á" ,tu sinagoga en Toledo, su ciudad natal' Pero en
rrientes, las tierras no se cultivaban, los negocios
se
l)60 o 1)6l,por razones todavíaoscuras, fue deteni- los impuestos' El res-
desatendían y no se recaudaban
do y trasladado a Sevilla , capitd,de Pedro, donde mu-
tablecimiento de Ia vigilancia policial, y de los servi-
rió torturado. La Corona confiscó su gran fortuna, dos
cios de la corte y notáriales, tardó por 1o menos
compuesta de oro, plata, tieras en el valle del Talo y años que siguie-
años en producirse. Durante los diez
unos 80 esclavos musulmanes. Algunos de sus parien-
rcn u 7í48,1a escasez de mano obra cuadruplicó los
tes y offas prominentes famiiias judías continuaron en y
salarios, arruinando a muchos señores pequeños
el servicio del rey. de campesi-
creando al mismo tiempo una nueva clase
En la guerra civil entre ambos hermanastros, Enri- de
nos acomodados y u-bi.io,o' que se beneficiaron
que de irustáman acusó repetidamente al gobierno de hacerse con las
Ia oportunidad, sin precedentes,
áe Pedro de estar hipotecado a los judíos' Al apode-
tierras de sus vecinos fallecidos'
rarse de Burgos, Palencia y Toledo, impuso pesadas
Desde la predicación de la primera Cruzaáa' afrna'
contribuciones a las comunidades iudías' Pero siguió un
les del siglo xr, el antisemitismo había constituido
empleando judíos en su propia administraciín, argu-
factor básico en Europa. En Alemania, en el norte
de
y.t do Ia imposibilidad de encontrar otros funciona-
Francia y en el Próximo Oriente habian tenido lugar
rios civiles cualificados y justificándose' en contraste mo-
matanzasde iudíos' En menor escala' también en
con su hermano, con la afirmación ante las Cortes de
mentos de tensión durante 1a Reconquista se habían
que ningún judío formab a parte de su consejo priva-
pto¿".i¿" linchamientos de judíot, qtlo en general'
áo. En ia década de 136O,las tropas inglesas aliadas
urrt.. d. 1348, los judíos habían sufrido en España
de Pedro y las francesas aliadas de Enrique llevaron a
menos vejaciones que en otros lugares de la cristian-
cabo en varias ocasiones grandes mataflzas enffe las judíos
dad occiáental. Todo el mundo culpaba a los
comunidades judías de las ciudades.
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154
Introducción a la España medieval 4. LaBalaEáadMedia: vitalidad y caos

de la difusión de la peste negra, y en el caos general ataques de los campesinos. Pero el gobierno, a pesar de
que se produjo entre 1348 y I35l fueron abundantes sus intenciones, no pudo refrenar el fanatismo religioso
las revueltas antijudías. En las décadas de 1160 y 1370 del áombre de la calle>> castellano, y fueron igualmen-
se reprodujeron algunos otros brotes menores de la te destruidos los disritos judíos de Burgos y de otras
epidemia. Si los unimos a la guerra civil, las acciones ciudades del norte.
de los soldados franceses e ingleses y la depresión eco- En Aragón, a pesar de la actitud clara del reyJuan I
nómica de 1381, podemos encontrar la explicación a y de su hermano el infante Martín, ocurrieron hechos
que el «pueblo menudo>> castellano culpase a los semejantes. El 9 de julio fue incendiada la aljama de
judíos de sus sufrimientos, reales y aparentemente Valencia por una muchedumbre capitaneada por sol-
inexplicables. dados castellanos que esperaban ser transportados a
En t378 Ferrán Mafiinez, archidiácono de Écija, co- Sicilia, El rey escribió ufla catta de reconvención a su
menzó la predicación de violentos semones antijudai- hermano Martín, pero éste no pudo controlar al po-
cos. Fue reconvenido por su superior inmediato, el ar- pulacho. Cataluña se enorgullecía de su larga tradi-
zobispo de Sevilla, Barroso, pero a la muerte de éste en ción de tolerancia, y de hecho había acogido a muchos
1390 ocupó temporalmente el cargo de administrador refugiados judíos que huían de las persecuciones del
de la diócesis de Sevilla. Exigió la demolición de todas sur de Francia durante los cincuenta años anteriores'
las sinagogas de la ciudad y animó a los campesinos a Pero a principios de agosto, fueron asesinados en Bar-
expulsar a los judíos de sus pueblos. La comunidad ju- celona varios cientos de judíos por ffopas que iban a
día solicitó la intervenciín regia, pero en Castilla había ser embarcadas para Sicilia. Los sentimientos antise-
comenzado una incierta minoría al morir el reyJuan I. mitas debieron de ser fuertes enme la población local,
El4 de junio fue saqueado el barrio judío; varios cien- pues en el otoño de l39l se produjeron ataques arma-
tos de judíos murieron ese día, miles de ellos se convir- dos y asaltos a los barrios iudíos de Barbastro, Lérida
tieron rápidamente al cristianismo y un número inde- ylaca.El conde de Ampurias dio refugio en su castillo
terminado de mujeres y
niños fue vendido a los a los judíos de Gerona, y los campesinos sitiaron el
ffaficantes de esclavos musulmanes. Hacia el20 de ju- castillo. EnZarugoza, capital del reino, lafierua dela
nio ocurrió 1o mismo en las comunidades judías de monarquía impidió los motines,y enTanagona, resi-
Córdoba y Toledo. La regencia, desde Segovia, escribió dencia de la más antigua sede arzobispal del reino de
cattas a los funcionarios de las ciudades de Castilla la Aragón, los ataques fueron de poca importancia. La
Vieja recordándoles con gran insistencia que los judíos Corona reaccionó enérgicamente, no sólo porque los
pertenecían a la Corona y debían ser defendidos de los judíos le eran de gran valor, sino también porque estas

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VT

I¡troducción a la España medievai 4. LaBajaEdadMedia: vitalidad y caos

revueltas escondían, junto con el antisemitismo, pro- Uno de estos intelectuales, que no era ni rico ni po-
testas de tipo social en general. En algunas ciudades líticamente influyente, fue Abner de Burgos, más tar-
se ejecutó a unos cuantos jefes, pero en general, en de conocido con el nombre cristiano de Maesffo Al-
1392, el restablecimiento del orden fue acompañado fonso de Valladolid. Abner tuvo, al parecer, sueños y
del perdón a los amotinados. pesadillas durante veinticinco años, en los que sintió
Durante el siglo xIV se incrementaron en gran me- la actciante necesidad de convertirse. En 1320 hizo
dida las conversiones al cristianismo de 1os elemen- pública su conversión en un libro llamado Las Gue-
tos de la intelectualidad y la aristocrucia judía. La rras del Señot del que sólo se conservan fragmentos
documentación es demasiado escasa para hacer ge- que manifiestan un gran odio hacia el Talmud y Ma|
netalizaciones y, como es lógico, han existido fuertes mónides; alaban el determinismo y laiáea de predesti
sentimientos enÚe los eruditos tanto judíos como nación de San Pablo y San Agustín, y recogen la admi
cristianos que han escrito sobre esta cuestión. Pero es ruciónhaciala ardiente llama del misticismo cristiano
evidente que esta tendencia apareció con indepen- medieval. Para defenderse de los ataques de sus anti-
dencia de los acontecimientos catastróficos como la guos correligionarios, Alfonso invocaba el ejemplo de
peste negra o los pogromos de 1391, y que las prime- Abraham, que encontró su nueva fe y abandonó su
ras conversiones de intelectuales fueron absoluta- hogar alaeáad de cincuenta y dos años.
mente sinceras. En los felices días de Alfonso X, a Setenta años más tarde, offo ¡atwal, de Burgos, esta
mediados del siglo XIII, parecía que estaba surgiendo vez un vástago de una afitig.uay rica familia de recauda-
una era de completa tolerancia y simbiosis entre las dores de impuestos, abandonó la comunidad fudía.
tres comunidades religiosas. Los traductores y fun- Salomón Halevi, que contaba cuarenta años, y que re-
cionarios civiles judíos sentían un profundo agradeci- presentaba a Castilla como diplomático en la corte
miento hacia el rey, y estaban claramente influidos francesa, decidíó en L390 o D9l convertirse al cristia-
por un entorno cristiano que no les consideraba pros- nismo, siendo bautizado en Burgos con el nombre de
critos. Muchos espíritus profundamente religiosos Pablo de Santa Ma{ta. A su vuelta aParís, donde fue a
rcchazaban la idea de que los judíos eran el único estudiar Teología, se hizo amigo del cardenal Pedro de
pueblo escogido; eran conscientes del reto que repre- Luna, que en 1394 fue elegido papa con el nombre de
sentaba el pensamiento cristiano para la noción ju- Benedicto XIIL Pablo pronunció discursos antijudíos
daica del Mesías, y podían llegar a preferir la teología en Aviñón e intentó infructuosamente que Juan I de
cristiana al Talmud, tortuoso en su legalismo, o al frío Aragón promulgase leyes restrictivas paru su reino. En
racionalismo de Maimónides. 1396 faenombrado canónigo de la catedral de Burgos,

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4. LaBajaBdadMedia: vitalidad y caos
Introducción a la España medieval

y más tarde fue capellán de EnriqueIIL A la muerte de estas leyes no llegaron a ser totalmente respetadas,pero
éste, colaboró en la regencia de su hijo Juan II, y en en esta ocasión estaban sancionadas por el gobiemo
1415 fue nombrado obispo de Burgos. red,y apoyadas por un converso de gran prestigio.
Pablo de Santa Maúaconstituye un ejemplo dramáú- Mienmas tanto, había muerto Martín I de Aragón en
co, aunque de ningún modo raro, de converso judío I4I0 y,tras un interregno de dos años, Ia elección para
que llegó a ser un poderoso y celoso perseguidor de ju- el trono había rccaido en Fernando de Antequera.
díos. Cooperó activamente con San Vicente Ferrer en Fernando había gobernado en Castilla desde 1.406 a
sus esfuerzos por eliminar las comunidades judías de 1410 en calidad de regente de su sobrinoJuan II. Su
Castilla. Durante los primeros años de la regencia de elección al trono aragonés se debió en gran medida al
fuerte apoyo que le prestó San Vicente Ferrer, quien
Juan II, San Vicente Ferrer recorrió las ciudades cas-
tellanas exhortando a los judíos a la conversión volun- deseaba convertir a los judíos aragoneses tanto como
taria. N mismo tiempo, con los campesinos que le se- a los castellanos. Era un personaje de gran influencia

guían, atefforizaba a los judíos irrumpiendo en las en la corte de Benedicto XIII, que en su calidad de
<<antipap»> en el cisma de la Iglesia de Roma, habíafi-
sinagoga, proclamando su conversión en iglesias cris-
jado su residencia en Tortosa. Como miembro de una
tianasy expulsando a los judíos de sus casas cuando te-
níanlamala suerte de poseer propiedades en el centro famlia de conversos y en cuanto papa que había hui-
o en las cercanías de las ciudades cristianas. Presionó do de Aviñófi para salvar lavida, y que no era recono-
sobre la Corona para conseguir la promulgación de cido en Frunciani en ltalia, Benedicto tenía un interés
nuevas leyes restrictivas, dictadas en 1"412, por las que especial en demostrar su autoridad personal y la orto-
se prohibía a los judíos ser recaudadores de impuestos
doxia de su fe. Además, fue un gran defensor en Espa-
o desempeñar cualquier otro cargo de gobierno. Las ñ,a dela tradición jurídica romana, y dicha tradición
comunidades supervivientes (que habian escapado a la acentuaba la importancia de una autoridad ínica y
destrucción de I39l) perderían su tadicional estatus cenúalizada tanto en 1o secular como en 1o religioso.
municipal independiente. Vicente, contando con el San Vicente Ferer y Benedicto planeaban, pues, una
apoyo total del obispo Pablo, intentó crear una situa- campaña conjunta paru la conversión de los judíos.
ción de auténtico apartbeid. Se obligaba a los judíos a Creyeron contar también con el apoyo de Fernando
dejar crecer sus cabellos, llevar barba y vestir de modo de Antequera, que les debía a ambos su elevación al
diferente. Fueron confinados en áreas determinadas, y trono aragonés.
los médicos, mercaderes o artesanos judíos no podrían El médico personal de Benedicto XIII era un judío
tener clientes cristianos. Como en tiempos anteriores, llamado Joshua Halorki, al que convirtió San Vicente

r6o
r6r
4. La Baja Edad Media: ütalidad y caos
Introducción a la EsPaña meáieval

la me-
Los judíos prolongaron la polémica esperando
Por mu-
enl"4t2.ConelnombreCristianodeJerónimodela
antologia diación a., farror de Fernando de Antequera'
ál.riu r., Halorki recopiló con rapidez .Ü.na que cho que debiera el trono a Benedicto, tendría
que estar
falsificados'
;;*to. jrduico., dglnos de ellos de int.rá.ado por la prosperidad de su reino y por la dis-
aceptaban a Crísto táo tl Mesías' En noviembre ;;;i.ió" -o.tr^du po r rcdalalglesia, con excepción de
las co-
1lii,-g,.n dicto invitó solemnemente a.todas ia española, a terminar con la situación cismática y
que envlaran una re-
munidades judías de Aragón a urrpau, al pontÍfice romano' De hecho, Fernando
ne-
Torto-
p't.*"ir.ioá d. ,,' eruditos a la corte papal de de
de 141-4' Vidal
;;Jrb, .o., lo, judíos, y a comienzosfamoso
que probase
sa para participar en un <<debate>> ñen Benevist de Ía CavoJle{ra,el más de los de-
verdadera era la cris-
manera definitiva que la religión legados judíos, se convirtió al cristianismo' reingresan-
en ene-
tianayno la iudía. Las sesiones inauguraron
se
á5 .l'r.*icio del rey con el nombre de Gonzalo de
cardenales vesddos
ro de 141-J, ante una asamblea de tu
"r,
C*^:loi". La polémica de Tortosa se clausuró ofi-
apo-
J...i". Halorki anunció que su demo-stración secon ci- cialmente en t4l5 con la promulgación de una
serie de
ilustrado
uuriu'rnun silogismo, profusamente leyes antijudías semeiantes a las de Castilla
-
áe 7412'
ffiJ'T,,,"dl ho-ure en quien se cumplieron Út ,no más tarde, el cambio de los personajes clave
"l profecías se
iá¿u, tu, profecías es el Mesías; estas El hizo vaúar la situación política' El tolerante y culto
..r-pli"ro. en Jesús; por tanto'Jesús es el Mesías' durante Alfonso V sucedió a su padre Fernando en el trono
á;bo]á se prolángó,.á" *odo intermitente' d. RrugOr. Juan II de Castilla accedió alamayoria áe
se desarrollaron
un año entero. Las primeras sesiones ils" ánvirtió en uR monatca amante
de la cul-
las últimas se introdujo
de forma oral, mieniras que en "dud, enemigo de cualquier fanatismo; también el
;;r;';
desde
el procedimiento escrito' Los iudíos-estuvieron pupu d". Roma, Martín V, era un hombre dulce
,t p.i".ipi" a la defensiva,y enabril los representantes """"á
y tol"runte.Con Ia acción coniunta de estos tres per-
forzados y posibie-
papales presentaron testiÁonios' .onr;.. se derogaron la mayor parte de las leyes pro-
'-É"," ásificados, según los cuales algunos sabios iu- Pero
mrrlgada, por inspiración de San Vicente Ferrer'
venida del Mesías'
díos habían ,."ptudo"l' verdadera tu pÉt" ,rrbrnu ,e oponía a esta detog aci6ny' de todas
fulminacio-
Mientras tanto, Vicente Ferrer lanzabasus foi-rr, los pogromos de 1191 y los acontecimientos
aragonesas y Fer-
nes en las sinagogas de las ciudades áe Mt¿'Mi 6 hubiun resquebraj ado completamente
y la violencia de sus
nando, molesto ante su fanatismo lafirmezade las comunidades judías de ambos reinos'
y Zaru-
pr"iááti.t, intentó hacerle predicar en Tortosa Las conversiones masivas de judíos de finales
del
soza. ciudades con minoríaimás
cultas que podrían re-
sermones'
siglo xtv hicieron aparecer un grupo social nuevo'
i."rru, el efecto melodramático de sus
163
Introducción a la EsPaña medieval 4. LaBajaEdadMedia: vitalidad y caos

carente de un estatus legal específico y de coherencia mutuamente. El establishment judío, compuesto por
espiritual: los llamado s conuersos o cristianos nuevos' Ios rabinos, notarios y oficiales de las aljamas, nunca
Só1o un pequeño número de conversiones fue conse- había visto con buenos ojos los matrimonios mixtos, y
cuencia á" rm prto cambio de opiniones intelectuales en esos momentos su postura fue aún más cetada:ha-
y religiosas. Un número mayor indicaba un cambio cían pesquisas sobre la genealogia, las relaciones so-
,.o-ádrti.io, abierto y escéptico, ante una nueva si- ciales y profesionales de sus correligionarios. Al mis-
tuación de hecho: el sentimiento antijudío se afirmaba mo tiempo, algunos conversos se convirtieron en celo-
en España, y los judíos podían salvar no sólo la wda, sos perseguidores de sus antiguos correligionarios,
sino iambién sus características y su gran tradición mientras que otros confiaban, por el contrario, en que
cultural convírtiéndose al cristianismo' La mayotia áe unas concepciones racionales, escépticas o simple-
las conversiones, sin embargo, en especial entre artesa- mente humanas pudieran rcstañ,ar las heridas y permi-
nos y pequeños comerciantes, fueron consecuencia de tirles desempeñar un papel positivo de intermediarios
,, -i"dá aúoz.Dehecho, alolargo del siglo xv,los entre las comunidades cristiana y judía. Esta gran pro-
conversos siguieron desempeñandolas mismas fun- porción de conversiones y de matrimonios mixtos
judíos
ciones dentrá de la sociedad española que los provocó la obsesión dela limpieza de sangre. Éstaha-
en los siglos anteriores. La Corona, la aristocracia
y la bía sido una cuestión importante en el seno de la clase
alta burgue sía aceptaton de buena gana esta aparente dirigente de la España musulmana durante el emirato
solucióri al problema judío. Las grandes familias de y el califato, y la revuelta de los grupos étnicos antiá-
conversos, lls Luna, los Guzmán y los Enríquez, áe- rabes había sido un factor decisivo de la desintegra-
tentaron altos cargos eclesiásticos y políticos' Eran ción del califato. De igual modo, Iapureza de sangre
frecuentes las sátiras literarias y los chistes festivos so- iba a convertirse en un criterio político importante en
bre la sangr eitdíaque corría por las venas de muchas la España de fines del siglo xv hasta bien entrado el si-
importantes familias del reino. La di¡astíaTrasrámaru glo X\TI, pero durante el período central de la Edad
prá."díu de la amant e fuáía de Alfonso XI, y el prín- Media muy pocas personas, a excepción de los ecle-
.ip" F".nrrrdo, marido de Isabel, era hijo de una con- siásticos cristianos y los rabinos, se habían preocupa-
versa, Juana Enríquez' do por controlar los matrimonios mixtos. Cuando a
P".o la, conveisiones masivas no eliminaron los mediados del siglo xv surgió la noción de <<pureza de
prejuicios racistas de los cristianos viejos castellanos' y sangre>> como una exigencia para determinados car-
i.,á p.orro.ó la división de la antigua comunidad ju- gos, tanto el gobierno real como la Iglesia \a rechaza-
áia e¡ dos facciones, que se odiaban y despreciaban ron enérgicamente, pero poco a poco, entre L467 y

]64 t65
Introducción a la EsPaña medieval

1547 divercas órdenes religiosas y capítulos


, catedrali 5 , Literatura y pintura
cios la aceptaron, y se convírtió en una característica en la España medieval
básica de la sociedad española de los siglos xvt y xv['
Al mismo tiempo, a partit de t39l,las diezmadas co-
munidades judías y la nueva casta de conversos vivió
oscilando enffe el oportunismo y el terror.

E1 lector del presente libro habrá llegado ya ala con-


clusión de que la España medieval tuvo una vida inte-
lectual y afiística pujante. Durante los siglos de domi-
nio musulmán se escribieron importantes obras en los
campos de la teología, el derecho, la astronomía, la
botánica y las matemáticas. La traducción de manus-
critos persas, hindúes y griegos había enriquecido el
patrimonio cultural aúbigoy atestiguado el eclecticis-
mo, 1a tolerancia y la capacidad de asimilación de la
cultura musulmana. En al-Andalus se escribió una re-
frnada poesía lírica en lengua fuabe y una poesía po-
pular tanto en átabe como en romance. Es sígnifica-
tivo que, en contraste con la literatura castellana y
catalana posterior, no hubo una producción dramáti
ca con caracteres realistas, diferenciados e individua-
lizados. En la España musulmana sehabía producido
también un desarrollo extraordinario de las radiciones

L67
5. Literatura y pintura en 1a España medieval
Introducción a la EsPaña medieval

el tabaio del metal' el personaje históricamente identificable, al contrario de


artesanales, especialmente en
ios héroes de las sagas nórdicas e incluso dela Chanson
.r..o, los proáuctos textiles, el marfrl' lamaáeruyla
de Roland.El poema se puede caltfrcar de biografía no-
,.riÁir^,y d. r.ru, formas arquitectónicas que llega-
y velada. Las referencias ala acttaciín política y militar
ron a ser a un tiempo espaciosas, dignas' estéticas
del Cid, así como a las relaciones con Alfonso VI, son
perfectamente integradas en el paisaie' Estas tradicio-
a en su mayor parte históricas.Lanarración de las rela-
,r., urqrit".tónicas y artesanales fueron transmitidas
mozá- ciones con sus subordinados, corl su esposa y conJeró-
la Espána cristiana por medio de los artesanos
desarrollo nimo, obispo cluniacense al que llunó aValencia, son
tr¡.t y mudéjares, y dr;un:zu'onun
-^i^rti, amplio
verosímiles aunque no directamente demostrables' La
del síglo ,o, los artesanos del norte de
""tt"
grprnr. La laLor de Alfonso X y de sus traductores historia de los matrimonios desgraciados de sus dos
hijas es probablemente legendaria, pero quizá estétan
p..-iriA la difusión a finales del siglo xrl] de los libros
Iátifi.o, y frlosóficos. La influencia áelapoesía ará' ..r.u d.la verdad poética como muchos de los deta-
lles de las novelas y películas contemporáneas basadas
Arrurro-árr." primitiva se hizo sentir más en el terre-
en el de la en la biografía de personajes históricos.
,ro ¿l h canción popular y juglaresca que
y artes En cuJquier caso, es mucho más importante el espí-
tradición crita.Laaiquitectura, la escultura las
ritu del po"-, que la cuestión del grado de exactitud'
decorativas de finales de la E'dad Media constituyen
del románi- Escrito hacia 1.140, unos cuarenta años después de la
una síntesis de una admirable flexibilidad
muerte del Cid, nos cuenta unafeltzhistoria, que se ini-
- gótico cisterciense Y mudéjar'
co,
cia con el destierro injusto del Cid y su estafa a dos
úí*os a describir la aparición de la poesía en len-
artísticas que prestamistas judíos, y termina con la total reconcilia-
gua romance y de la pintura, dos formas
un liór, .on Alfonso VI y con el matrimonio de sus hijas
áutu., d. comienzos del siglo xlt y que alcanzaron
con príncipes de Navarra y Aragón. En todo momento'
gran desarollo en España apartft de.entonces'
"-i, p.i".ipal obra liieraria en castellano que nos ha el poeta magnifrcasu energía, su valor militar y su caris-
-u, upr".iráo por sus soldados y por los mismos
súb-
[.guáo r, á Prr*o d.e Mío Cid' Elpoema natala
vida
como he- ditos tbtenidos por la conquista. Nos ofrece la imagen
;;;. heroico noble de segunda fila' que' de un Cid generoso y afectuoso con su famtliay amigos,
a Alfonso
mos visto antes (págs' 66-72),sirvió primero
por poco y rebosante de humor y de buen gusto. El poeta mues-
VI y más tarde fue desterrado por é1' y que
,rr m gran sentido jurídico, insiste en la obediencia del
ti.ápo arcebató Valencia a los almorávides en 1094'
Cid a su soberano, a pesar de las injusticias que sufrió
La evidencia documental sobre el Cid es 1o suficien-
con resignación. Nos presenta Ia superioridad moral de
Lrr"rr,. amplia como para saber que se trata de un
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r68
-v
5. Líteratura y pintura en la España medieval
Introducción a la España medieval

nuestro héroe sobre la nobleza hereditaria y su capaci- significado. La asonancia le confiere una calidad mu-
dadparuhacer frente a todos los embates de la vida. El sical, mientras que la irregularidad de los versos evita
Cid lleva a cabo complicadas alianzas y negociaciones, el ritmo monótono' Los diálogos, como las descrip-
pero no muesffa dudas hamletianas y conserva siempre ciones, son tan concisas como dramáticas' Aunque la
buena conciencia de sus actos y de los de sus amigos. composición del poema áata de 11,40,lacopia más an-
Aun buscando abiertamente las conquistas ylaiqueza, tigua que se conserva es de 1107. Por tanto, latradi'
tiene la seguridad de que su causa personal es la de la ción oral popula¡ que conservó su texto durante más
justicia y coincide con la voluntad divina. Sus plantea- de siglo y medio, dío al poema parte de su belleza,
mientos racionales y legales están en relación con la simplicidad, ritmo y acento del lenguaje. De este modo,
guema y con su posición económica y social, y no con .I forma de Mío Cid iniciauna tradición de profunda
cuestiones teológicas y con la ideología delaCruzada y espontánea colaboración entre los escritores profe-
contra los infieles. En conjunto, este pequeño noble, in- sionales y el pueblo llano, tradíción que llegó a consti-
teligente, valiente y triunfador, es el gran héroe popular tuir uno de-los elementos fundamentales tanto del
castellano, de un pueblo que se habíaformaáo en torno drama del siglo de Oro como de lanalrativa y poesía
a una difícil frontera, que tuvo que iniciar su expansión de los tiempos modernos.
para poder sobrevivir y que se vio obligado a afirmarce La obradel primer gran poeta lírico castellano, Gon-
desde el punto de vista político, tanto frente al Islam zalo deBerceo (hacia 1200-1265) es casi un siglo poste-
como frente al prestigio tradicional del más antiguo rei- rior al Poema de Mío Cid. Berceo fue monje, y pasó
no cristiano de León. toda su vida en el reducido confín del monasterio de
Pero el Poerna de Mío Cid no debe ser reducido a su San Millán de la Cogolla. Situado en medio de las co-
tema centraly ala gran significación simbólica de su linas de La Rioja, el monasterio de San Millán de la
héroe. Maravillan su energía dramática y su belleza, Cogolla se abre a un paisaje placentero: campos de ce-
tanto por su calidad literaúa como por la ptreza de r"ule, qu" alternan con huertas y bosques, en medio de
sonido. Las frases descriptivas sirven al mismo tiempo un clima templado y con abundante agua' Su proximi-
paru catacterizat alos personajes y para marcar el rit- dad al. Camino de Santiago debió de ofrecer al poeta
mo de la ¡arración E1 verso tiene un ritmo variable, abundantes oportunidades de hablar con los peregri-
oscilando entre 11 y 17 silabas por verso. La alteman- nos y oír noticias relativas al mundo exterior' Conviene
cia de una acentuación fuerte y débil en el mismo me- recordar que vivió durante las décadas de la reconquis-
dio verso hace más efectista su lectura, y en la mayor ta victoriosa de Andaluciay Levarte, que era contem-
parte de los casos sirve para dar más relevancia al poráneo de Fernando III, deJaime I (el Conquistador),

17r
L70
5. Literatura y pintura en la España medieval
Introducción a Ia EsPaña medieval

de Alfonso X (el Sabio) de Castilla, de San Luis y de encanto es comparable más a las composiciones pri-
\X/agner' Se
Santo Tomás de Aquino. La xtya fue, por tanto' una meras de Mozart que a las de Beethoven o
vida tranquila que transcurrió en un bello emplazamien- proponía con sus versos distraer e instruir a un tiem-
to geográfico y estuvo llena de conversaciones relatívas po, y aspiraba a ser comprendido por el pueblo' To-
a grandes acontecimientos y grandes pensamientos' áu, .r, descripciones y narraciones están hechas en
Berceo fue un especialista de la traducción en verso un tono cándido, ¡attraly fác[,, y su sentido del hu-
de originales latinos al romance. Se considerabaunju- mot attancala sonrisa más que la carcaiaáa abierta' Es
glar, iompositor y recitador de versos ante grandes correcto sin afectación. Hay también en él momentos
áuditorioi, pero sus temas básicos fueron las vidas de de gran inspiración poética, y es el primer ejemplo,
los santos más que lashazañas de héroes legendarios' .opirdo luego por muchos poetas españoles, de fu-
Sr Vida de Santo Domingo está copiada palabru por sión afortun ada delos elementos mundanos y popula-
palabrade una biografía en lengua latina que databa res con el éxtasis místico'
áe 1090. La de San Millán está también basada en do- Por tanto, a mediados del siglo xII existía yauna épi
cumentación latina, a la que añ,adió su conocimiento cay tn poesía narrativa escritas en castellano ,ylaobta
personal del paisaje y la historia locales' Al mismo de Berceo fue muy conocida y apreciada incluso en
ii.*po, es perfectamente consciente de sus limitacio- vida del poeta. Pero la primera poesía <<romántic»>,1í-
,r", .o*o latinista. Escribió en unos versos cuidadosa- rica e intimista que conocemos en la España cristiana
mente medidos, estilo conocido con el nombre gené- fue escrita en galaico-portugués. El florecimiento de la
rico de mester de clerecía por haber sido creado y Tirica gaLaicase produjo entre finales del siglo ru y me-
empleado por poetas religiosos. Las estrofas constan diados del >ov, época de la que se conservan unos 2'000
de cuatro versos, y éstos tienen de 1,4 a 15 sflabas, dos poemas. Laiáeaamorosa como protagonista de la poe-
acentos fuertes y dos débiles por verso, y el mismo rit- sía penetró en España de manos de los poetas proven-
mo en toáalaestrofa. Fueron concebidos para ser re- zales que recorrían el Camino de Santiago y que resi-
citados más que contados, y en manos de Berceo re- dían en la corte del príncipe borgoñón Enrique,
fundador del reino de Portugal. Los trovadores pro-
presenta una forma de versificación mucho más
,.porrdu y menos dramáticaque la que hallamos en el venzales áiúgiansus versos ta¡to a altas damas, inacce-
Páe*a de Mío Cid. Mtchos críticos latachan de mo- sibles, como a ingenuas campesinas. En una sociedad
nótona, y es cierto que la mayoúadel lenguaje y de las más sofisticada, como la francesa, eran más corrientes
imágenes empleadas son convencionales, pero en los poemas de amor platónico dedicados a nobles da-
mi opinión, su música verbal es deliciosa, aunque su mas, pero en una sociedad más rudimentatia, como la

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172
Introducción a la EsPaña medieval
5. Literatura y pintura en la España medieval

Sus versos eran más largos que los de| zéiel, y la rcla-
del noroeste de España,los poemas líricos estaban de-
ción entre ellos era más asonántica que rítmica. Ras-
dicados con más frecuencia a pastoras y beldades de al-
dea. Unos poemas amorosos, característicos de Galicia,
gos característicos del cossante etanlaconstante repe-
eran las cafitigas de amigo, poemas de amor cantados tición de versos próximos y los ligeros cambios en las
por muchachas a sus enamorados, o a amantes ausentes frases clave de un verso a otro. Ambas formas presen-
o muertos; Estos poemas cantan el amor ala natwo)e- taban unafl exibilidad mucho may ot, tanto de vo cabu-
za, asi como el amof a hombres y mujeres. Muestran lario como de ritmo, que el mester de clerecía castella-
una sensibilidad especial para las emociones juveniles, no. Debió de haber razones subconscientes de tipo
y la incertidumbre e inseguridad de los sentimientos político y psicológico por las que, en el siglo xIII, la
adolescentes, recién despertados. Se mueven en una at- i.rgu castellana resultaba vehículo apropiado parala
mósfera de una melancolía amable, y a veces narcisista, prosa culta, parula poesía religiosa o épica, pero no
en un ambiente que resume muy bien lapalabra sauda'
paru las tiernas emocíones amorosas. De todos mo-
de, que aún hoy sigue siendo un término clave en toda áos, lu primera poesía amorosa de la España medieval
Ia cultura poética y musical de los pueblos portugués y se escribió en lengua gallega, y hasta el siglo xv no se

brasileño. adaptaron al castellano estas formas flexibles y emo-


Estos poemas amorosos en lengua galaicase compo- ciones líricas.
(c.1280-c' 1150), fue
nían en dos formas fundamentales: e7 zéjely el cossan- Juan Ruiz, arcipreste de Hita
te. El zéjel era una composición de origen hispano- el primer gran exponente de una poesía castellana lai-
átabe,formada por dos o tres estrofas de pocos versos, ca y esdlísticamente variada. Teniendo como pers-
unidas por un rcftán o esribillo de una o dos líneas' pectiva acontecimientos posteriores como la Inquisi-
Se danzaban y cantaban en las calles de las ciudades ción y la Contrarreforma, resulta una deliciosaironia
que Juan Ruíz fuera un clérigo, y todo el que quiera
de al-Andalus. Había muchos zéieles bilingües, y es
probable que muchos de los cristianos del norte que comprender el verdadero espíritu ecuménico y hu-
los escuchaban no entendieran el vocabulario aúbigo mano de la cultura medieval española en su momento
o romance en que estaban compuestos. Pero debieron de esplendor debe tener en cuenta este hecho. El ar-
de adquirir con facilidad una cierta sensibilidad pata cipreste vio transcurrir su vida a unos 40 kilómeffos
esta forma afiistica, del mismo modo que muchos al este de Alcalá de Henares, en e1 centro de la Mese-
americanos son grandes aficionados ala 6peruitaliana ta castellana, y cerca de Segovia, la ciudad regia. Co-
sin saber una sola palabra de italiano. El cossante era nocemos de é1 un gran libro, elLibro del Buen Amor,
un tipo de música y de baile de probable origen pagano, colección de poemas narrativos y líricos, unidos por

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174
5. Literatura y pintura en la España medieval
Inuoducción a la EsPaña medieval

un hilo casi autobio gráfi.co. Se ha discutido demasia- ritmo real que le imprime es mucho más variado y li-
do sobre la autenticidad de todas las aventuras sexua- gero. Tan variados como sus formas son sus temas:
les que el arcipreste describe en primera persona. Lo aventuras amorosas en todos los niveles sociales; con-
juglares y via-
más verosímil es que se trate de una autobiografía no- versaciones con estudiantes, mendigos,
jeros de todas clases. Yo considero su actitud emocio-
velada, aligual que el Poema de Mío Cid es una bio-
grafianovelada, pero debió de tener algunas experien- nal típicamente hispánica. La vida paru él está llena
cias semejantes a las que cuenta, ya que su tono es d" dr-r*rs, conflictás y frusÚaciones' Pero hace fren-
te con enetgíaa estos caprichos del destino' Acepta
la
demasiado realista y vívido como para tratarse de ex-
periencia de segunda mano. Y además, en su calidad desgracia cán estoicisrÍro,tratacon ironía los fracasos
de clérigo, debió de escuchar muchas confesiones Jt, p....cución de mujeres, pero sigue respetando
",
1o, gátd", sentimientos humanos' Estas actitudes
que añadió a su acervo de <<material válido» y los au-
ditorios medievales estaban acostumbrados a las reci- ,"rlirtu, y esta cruda y. dramática expresión de los
taciones trovadorescas en primera persona de aven- sentimientos impiden el desasosiego y resentimiento
turas ajenas. Juan Ruiz empleó la misma forma de internos, qr'r" ll.uun al hombre moderno a las consultas
versificación que Berceo: estrofas de cuatro versos y psiquiátricas. Resulta, al mismo tiempo, difícil calibrar
versos de un promedio de L4 sílabas, sin variación rít- it a.*." de la influencia del arcipreste' El Marqués de
mica en las estrofas. Se trata dela cuaderna uía, vet Santillana y otros pocos poetas del siglo xv conocieron
su obra, pero su amplia difusión en España no tuvo
lu-
sión menos solemne y de uso más generalizado del
mester de clerecía (por ser usado por clérigos). El ar- gar hastJmediados del siglo xx' Por su fogosidad' por

cipreste escribió también himnos en versos de ocho .r.ono.i-iento y amorhaciael pueblo sencillo' por
a un
sílabas, con variados esquemas rítmicos, picantes zé- su humor chispeante y su gran vida nos recuerda
gran-
jeles dentro de la tradición hispanoárabe, y serrani- Cervantes o a un Galdós, o a cualquiera de los
llas, composiciones cortas y festivas en versos de seis des genios literarios que han sabido retr^tar la vida
o siete sílabas, que tenían como tema escenas de amor interior del pueblo esPañol.
en el monte agreste con pastoras de rudos y variados De características completamente diferentes a las
temperamentos. El denominador común más claro del arcipreste fue su contemporáneo D' Sem Tob de
en su tratamiento de las formas de versificación es el Carrión (muerto hacia l34O)' Sem Tob escribió tanto
en hebreo como en castellano, y era un oponente
pú-
tono coloquial inmediato que sabe imprímir a todos
blico del judío recién convertido Abntr de Burgos' Su
los convencionalismos poéticos. Y aunque métrica-
obralincaestá dedicada al príncipe Pedro, el futuro
mente su cuaderna sea la misma que la de Berceo, el
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r
Introducción a 1a España medieval 5. Literatura y pintura en la España medieval

es el primer poeta castellano que muestra un interés


por la cultura, por la instrucción filosófica y por la
áiscusión. Como judío español del siglo xIV, su hori-
zonte intelectual se extendía desde Burgos hasta el
Oriente Medio, a través de Andaluciay del norte de
Afuira. Apenas conocía el mundo latino rnedieval. El
caso particularmente claro de Sem Tob puede gene-
rulizarce a todo el pensamiento y literatura de la Es-
paña cristiana en el siglo xIv, mucho más influido por
ia herencia islámica que por la europea occidental'
Por ejemplo, taflto Raimundo Lulio como Juan Ruiz
muestran, en su estilo y su visión del mundo, influen-
cias aúbigas más fuertes que las latinas'
Los rornances, cuyos primeros ejemplos datan de la
guerra civil de \a áécada de 1360 entre Pedro el Cruel
y su hermanastro Enrique de Trastámara, constituyen
Ll r'ilti*o elemento importante de la poesía medieval
castellana. Se trata de baladas de longitud variable,
compuestas pof versos asonantes octosílabos, y conce-
El Marqués de Santillana en actitud orante. bidoi para ser cantados. Parecen proceder más de un
medio rural que urbano o cortesano, y eran obra de
rey Pedro el Cruel, que había dado ya considerables poetas aislados, si bien sufrían una espontánea revisión
muestras de actitud amistosa haciala comunidad ju- el .rrro de su transmisión oral. Como el Poema de
"n
Mío Cid, son exponente de la fusión entre un arte ya
día. Sem Tob cantab alabelleza de la naturaleza con
el mismo entusiasmo de los poetas galaicos, pero sin elaborado y las expresiones populares' Su tema normal
la misma necesidad de acudir a procedimientos na- es la guerra, o sus efectos sobre quíenes permanecen
rrativos para expresar esos sentimientos. Escribió en sus hogares y tienen que soportar el paso de las tro-
poemas amorosos de carácter sensual, con más ternu- pas. Son de un profundo realismo y de gran fuerza
ra y melancolía que los de Juan Ruiz y con claras re- Áramática, y carecen de metáforas complejas' Suelen
miniscencías de la poesía galaica' Más concretamente, mostraf una actitud benevolente ante los enemigos

L78 179
5. Literatura y pintura en la España medieval
Introducción a la EsPaña medieval

derrotados (casi siempre musulmanes), están despro- interior. Sus grandes preocupaciones eran la muerte,
vistos de prejuicios religiosos o étnicos y normalmente el sentimiento de culpa por el amor sensual y la inse-
no hacen juicios morales sobre los acontecimientos guridad ante la verdadera natualeza de sus emocio-
descritos. Al igual que en elPoerna de Mío Cid o enla nes. Su poesía constituye un esfuerzo filosófico por
obra del arcipreste, en ellos la víáa se presenta como hacer inteligibles sus complejos sentimientos. Emplea
una sucesión de episodios dramáticos. Vivir como es largas y complicadas metáforas, y en general todo su
debido implica el sentimiento profundo de las cosas y estilo poético contrasta violentamente con el talante
la acl;rnción enérgica en cualquier causa con indepen- directo, exhuberante y lleno de vida de la poesía cas-
dencia de que se gane o se pierda. El romance, que tellana antes citada.
tuvo su épocade auge entre 1J60 y el reinado de Fer- Mientras, como hemos visto, los principales poetas
de la España medieval fueron gallegos o castellanos,los
nando e Isabel, es el reflejo directo de la vitalidad, la
grandes pintores fueron en su mayoria catalartes,valen-
inocencia yla gran simpatía del pueblo español.
Las más importantes obras de la literatura cataTana cianos o andaluces que trabaiaron en el reino de Ara-
están escritas en prosa: las obras filosóficas de Ramon gón-Cataluña. Las primeras obras pictóricas importan-
Llutl (Raimundo Lulio) ylaCrónica de Ramón Munta- tes de la España medieval son los frescos de los muros
ner sobre la expansión medíterránea' Las influencias y ábsides de las iglesias románicas de los Pirineos cata-
provenzales y del Languedoc en la Aita Edad Media, y lanes. Los temas y la iconografía proceden claramente
de los mosaicos bizantinos, pero 1a técnica de pintura al
las italianas en el sigio xv debieron de dificultar la crea-
ción de un lenguaje poético específicamente catalán. fresco, en la que se pinta sobre una capa de atgamasa
El único poeta, al menos de los que tienen una obra húmeda, era un modo más rápido, batato y flexible de
conocida, comparable en categoría a Berceo o al arci- decorar una grarrsuperficie. El trabajo debía de hacerse
preste, es Ausias March (1391'1459). March era un en dos fases sucesivas: en la primera se pintaba el fon-
cortesano que al parecer <<fue demasiado lejos>> en un do, a base de colores fuertes y brillantes, como el ama-
asunto amoroso ilícito, y que por ello fue expulsado rillo, ocre, rojo y az,i;luego, en una segunda capa frna
del servicio real en 1429 y pasó 1os treinta años restan- de yeso, el artista añadnlos trazos lineales y los detalles
tes de su vida en sus grandes propiedades, cazanda, decorativos. La velocidad con que se desarrollaba el
haciendo el amor y escribiendo. Su poesía, en cierto trabajo en la técnica del fresco facútaba al artista aisla-
modo como la de John Donne, se caracteriza pot el do la expresión de su visión personal.
ffemendo esfuerzo intelectual que tealiza paru captat Desde el punto de vista artístico, los frescos más
todos los matices, delicados y complicados, de su vida impresionantes del románico catalán son los de San

r8o r8r
V

lntroducción a la EsPaña medieval 5. Literatura y pintura en 1a España medieval

Clemente de Tahull, terminados probablemente en el


año tI23 y trasladados a comienzos de este siglo al
museo de arte catalán de Barcelona' Destaca en ellos
el cuidadoso empleo arquitectónico de los muros y
bóvedas curvas, Iafitmeza de los trazos exteriores, la
suntuosidad de los paños que cubren a las figuras hu-
manas, lafuerua del colorido y la profunda vida, ener-
gía y penetrante mirada del Cristo Pantocrátor. Des-
conocemos hasta qué punto el arte catalán del siglo
xt sufrió la influencia islámica de al-Andalus. Al pros-
cribir las normas religiosas islámicas -y las judaicas-
la representación de la Divinidad, el arte decorativo
islámico de las mezquitas tiene un carácter totalmente
abstracto. En Ia cerámica y telas, sin embargo, apane-
cen pájaros y otros animales, diseñados dentro de una
amplia gama de estilos muy naturalistas y fantásticos.
En los frescos de Tahuil se adivina una cierta influen-
cia del arte islámico en los toros, distorsionados pero
reconocibles, que son sin duda el claro antecedente de
los toros retorcidos pintados más tarde por Picasso en
stt Guernica.
IJna característica llamativa de la mayoría de los
murales catalanes del siglo XII es la relativa complejí-
dad de los detalles de fondo; así, en el entarimado
Detalle del fresco de la bóveda de San Clemente de Tahull'
geométrico pintado bajo la ftania de leyendas, en los
temas botánicos o zoológicos de la decoración de las
columnas, o en el óvalo que circunda la figura del superficie, y este rasgo característico del arte musul-
Pantocrátor. La decoración de las mezquitas y pala- mán pudo influir en los pintores camlanes de frescos'
cios musulmanes se caructeñzaba, sobre todo, por el La impresión general que nos dan los frescos de Ta-
empleo de un dibujo muy detallado que cubría toáaIa hull es de una gran ímaginación cread ot a, gr andeza en

rBz r83
5. Literatura y pintura en la España medieval
Introducción a la EsPaña medieval

gran maestría decorativa con los vestidos y los paños y


el diseño, gran dominio técnico del medio, y capacidad
de asimilación de todos los precedentes bizantinos,
á, ,, .upr.idad de sugerencia sin acudir a pequeños
detalles (.o*o muestra con la máxima claridad su
franceses e hispanoárabes. Durante los siglos >oI y >lII,
Adoración de los Magos).
se decoraron con frescos del mismo estilo muchas igle-
punto Contemporáneos y algo posteriores a la obra de Fe-
sias aragonesas, llegando esta influenciahastaun
tan occidental como Berlanga de Duero, en Castilla la
.r.r Bassu son los numerosos e interesantes murales y
altares, decorados también al óleo, de las iglesias góti
Vieja. Pero en general, esta técnica pictórica no produ-
jo innovaciones y no nos ha llegado ninguna muestra de cas construidas en el siglo XIV. En la segunda mitad
del siglo se extendió rápidamente la influencia italia
superior, y aun semejante, calidad a las pinturas de Ta-
na, en especial la de la escuela sienesa, y fue positiva-
hull en ll23 (véasemapa de lapág.138).
mente asimilada por pintores de categoría, aunque sin
El siguiente hito importante de la pintura española
una gran originalidad, como los hermanosJaime y Pe-
1o marca Ia obra de Ferrer Bassa (c. 1285'D4B).Bassa
dro S.rru y Luis Borrasá. En el siglo xv, la influencia
debió de tener una gran personalidad' Su larga y acci-
flamenca fue la dominante, tanto en Atagín como en
dentada vida incluye una sentencia de muerte por
Castilla; Luis Dalmau (muerto en 1463) estudió con
asalto criminal en !)l5,vatios indultos por parte del II de Castilla,
rey Jaime II de Aragón, y el desempeño de misiones Jan van Eyck en Brujas, en t43l;Juan
diplomáticas para el rey Pedro IV, que le nombró pin-
,no d. cuyos pintores favoritos era Roger van der
tWeyden, fue un entusiasta y entendido mecenas artís-
toi d. corte. La única obra que de é1 nos ha quedado
tico;yJaime Huguet, el más importante pintor catalán
es la serie de murales del convento de las monjas cla-
de finales del siglo xv, fue en muchos aspectos discí-
risas de Pedralbes, cerca de Barcelona. Se trata de
pulo de Van der \Weyden. La decoración de las cate-
pinturas al óleo, y no al ftesco, que representan el pri-
mer ejemplo conocido de esta técnica aplicada a los
árd", de Toledo y León, así como la de los palacios de
los grandes nobles castellanos, fue encargada a artistas
muros; al parecer Bassa se sirvió de un ingrediente
italános y flamencos. Los pintores españoles del pe-
completamente desconocido que ha retardado en
ríodo, como el Maestro de Sopetrán, el Maestro de
grarr medid a el agrietamiento y desvanecimiento del
Avila y Fernando Gallego, muestran unas influencias
óleo. Representan escenas de la vida de Cristo. Por su
predominantemente fl amencas.
representación figurativa y su capacidad para plasmar
El artista más destacado de todo el siglo xv fue Bar-
un sentido del volumen y del peso pudo tener una
tolomé Bermejo (muerto en 1498), de origen andal:uz,
cierta influencia de Giotto, pero su gran originalidad
y cuyas principales obras fueron hechas para clientes
queda patente en la expresión de los rostros, en su
185
184
5. Literatura y pintura en la España medieval
Inroducción a la España medieval i

con profund attisteza al Cristo muerto' En el tormen-


toso paisaie del fondo, detrás de la figura de SanJeró-
nimo, aparecen un palacio y un molino de viento, de-
licadamente pintados y llenos de luz' Derás del
arcediano Desplá aparece una ciudad gótica, y en el
portal de una casa de piedra una campesina observa
lrrnqrilamente la escena del Calvario. Todo el cua-
dro ti"rr" esa granáeza arquitectónica y la úqrueza de-
corativa procedentes de la centenaria tradición hispa-
nofuabe, y que alcanzará su máxima perfección en la
obra de El Greco. Posee toáala intensidad emocio-
nal de la expresión, la calidad dramática y la domi-
nante preocupación religiosa que caracteúzan a la
Españá de finales del xv y que pasarían al arte y ala
literatura del Siglo de Oro'
Desde luego, resulta esencial el reconocimiento de
la continuidad y el carácter asimilador del desarrollo
de la literatura y Ia pintura de la España medieval'
Geopolítica e institucionalmente, se puede considerar
Bartolomé Bermejo, Piedad. Catedral de Barcelona. .o*o .rrru unidad lógica el período comprendido en-
treT l! y 1492,desde la invasión árabehastael final de
la Reconquista y el descubrimiento de América, pero
catalanes. Ent49O, el arcediano Luis Desplá le encar- desde
"l frnto de vista artístico y literario, la unidad
gó la ejecución de su magnífic a Piedad de la catedral más lógica seríalaformada por el período comprendi-
de Barcelona. En primer plano, una Virgen Matía do entre el año 1100 y el 1700. En la primera de estas
austera y llorosa tiene en sus brazos el cadáver rígido fechas se ve a la España cristiana comenzando a asimi-
de su Hijo crucificado. Un San Jerónirno turbado, lar la tradición atistica y arquitectónica de al-Anda-
pero tranquilo, observa la escena en un lado, mien- lus, así como los inicios literarios en un idioma que es
ffas lee un texto sagrado. En la otra esquina aparcce claramente el antecedente del castellano moderno' Con
arodillado el arcediano Desplá, sin afeitar, y mirando la composición del Poema de Mío Cid y los primeros

r86 187
Introducción a la España medieval

frescos catalanes se observan los poderosos comien- 6. Las postrimerías medievales


zos de una madición literaria y pictórica autóctona. A
partir de ese momento y durante seis siglos la cultura
española muestra unos rasgos constantes: la impor-
ta¡cia de la tradición artesanal,la granhabilidad en el
trabajo de materiales variados, el gran desarrollo de la
arquitectura y de la decoración externa, las influencias
intelectuales arábigas y judaicas, la tensión enrre la or-
todoxia y la heterodoxia, entre el autoritarismo y el
pluralismo, y la simbiosis entre los elementos cons- 1

cientemente artísticos y los populares; en resumen, to-


dos los rasgos que constituyen el denominador común
y que han dado su sello peculiar alo que conocemos
como arte y literatura española clásica. Una rer,'uelta contra las presiones señoriales en aumento
fue la mantenida por los payeses de rer¡,tensa catalanes,
cuidadosamente anafizada por el más importante histo-
riador español del siglo )o{, el desaparecido Jaime Vi
cens Vives. La remensa era el precio en dinero que te-
nían que pagar los campesinos a sus señores hereditarios
para ser autorizados a abandonat la tiena. En parte se
impuso parufrenar eléxodo de los campesinos a las ciu-
dades. A mediados del siglo xv se había convertido en el
odiado símbolo de las numerosas cargas con las que la
nobleza terrateniente oprimía al campesinado. Al mis-
mo tiempo,la subida de los precios ylas pretensiones de
elevación del nivel de vida impulsaron a los nobles a una
percepción más estricta de estas cargas que en los siglos
anteriores. Los campesinos acusaron no sólo este au-
mento real en los pagos en dinero, sino también la humi
llación que significaba el tener que comprar legalmente

r88 189
6. Las Postrimerías medievales
Introducción a 1a EsPaña me&eval

enfrentaron a las exacciones señoriales, y los ayunta-


a emígtñ de los fundos' Tanto Alfonso V
se
su derecho Corona en su lucha
;;;i;r" II ." iubi* mostrado predispuestos a la -i.*o, buscaron el apoyo de laLos campesinos y la
urbano de contra una nobleza turbulenta'
ÁoU.i¿r, de la remensa, pero el patriciado conjunta a
conveftido tam- burguesía urbana ofrecieron una resistencia
Barcelona, cuyos miembros se habían los cam-
los iobles ganaderos cuyos rebaños invadían
iá." grandls terratenientes, apoyó a la nobleza en su pos cultivaáos. También eran presa de un.creciente
re-
campe-
lucha pJr impedir sl aligeramien-to de las,cargas eco-
del comercio me- sentimiento contra los conversos, cuya sltuaclon
sinas. Al mismo tiempo,la decadencia cargos
relaciones nómica era muy próspera y ocupaban elevados
d;;tá"." de BarcelÁn ahabiaendurecido las en clases no te-
artesanado urbano y la eclesiásticos y .irril.t. La estratifcación
de la oligarquía mercandl con el pero se
nía mayor ngrdezque en la guerra civil catalana'
mano de obra no esPeciÑzada' guerra
vieron com- puede aceptar, como premisa general-queen la
Los problemas económicos y sociales se herma-
iirril".r,r"ios partidarios de Enrique IV y de su
pli.ri.;-;"r conflictos de tipo dinástico y regional' es-
nastra Isabel, io, grrpot más pluralistas tolerantes
y
hemos visto an-
L,r, la d¿ád a de !460, cuando, como que los más or-
tuvieron de parte de Enrique, mientras
t.t tpag.. 749-150),la oligarquía merc¿ntil de Barce- todoxos y tradicionalistas apoyaron a Isabel'
Enrique
lonu ,. l"rruntó contra Juan II, apel6 al
pueblo mane-
con una
catalán' v durante los había tenido una hija, Juana' en su matrimonio
;;;;;i ^t-u del putriotismo princesa portuguesa, pero una positiva campaña de di-
ái., uño, de guerra civil que siguieron' todas las clases iumr.iór, convenció a mucha gente de la impotencia
sociales estuvieron divididas acetca
de la cuestión re-
alinearon' á.1."y y de que la princesa erahiia de un favorito' D'
gional. De este modo, algunos señores se
Belrán-de la Cueva. Isabel dudaba entre un matrimo-
iunto con sus enemigot á"
tlu'", los remensas' del
la
señores los
y nio portugués o aragonés, y de su elección dependía
iu¿o ¿.t rcy aragonés, mientras que otros oriá.rtu.ión de Castilla hacia el Atlántico o hacia
en favor de la f"t*,
campesinos mái pobres se declararon
.l lrt.dit"ttaneo. Al mismo tiempo su herencia al rono
il;;;á""cia de Catahtña' Del mismo modo' algu- castellano estaba completamente en el aire
y sus cuali-
,o, io"r.rderes y artesanos antepusieron el naciona-
dades políticas estaban aún ínéditas'
lismocatalánaSuSinteresespragmáticos'yotrosSe Crurdo en 14691a obstinada princesa Isabel se casó
la unidad na-
II, invocando
plti"."" ¿.1 lado de Juan
con su primo Fernando, ninguno de los-partidos
en li-
.iorul de Aragón y iataluñ,ay apoyando la inteligente de la sucesión'
tigio disponía de seguridades acetc^
política económica del reY'
pEro .r, iql qlrubelheredó sin violencias la corona de
' iu-bi¿r, Castilla, como Aragón, fue escenario de una a su padre
su hermano , y en L479 Fernando sucedió
g;.u civil durante laáécadade 1460' Los campesinos
191
190
Introducción a la EsPaña meáieval

de
a los conversos promocionando una nueva clase
en Aragón y Cataluia. Súbitamente se convirtió en cui-
funcionarios civiles, los llamados letrad'os, extraídos
p"íibif íduá rruL la unión definitiva, bajo los dos dadosamente de familias de cristianos viejos'
""r
prio., de la casa Trastámara, de los reinos de Aragón
cinco También apoyaron a la Santa Hermandad, una espe-
y Crrtillu, gobernados por separado durante los frrrzipolicial federal formada por voluntarios
por guerras civiles cie de
,iglo, urr,.iiores y rr.ráidot ambos y organizaáa por los ayuntamientos para su propia
drrante la maYor Parte del siglo >w' p.otI..ión drriunt.las guerras civiles' Fernando e Isa-
Tanto Fernando como Isabel poseían una inteligen-
y valiente' tel corrtrolaron las activídades de la Hermandaáatra-
cia destacada. Fernando era habilidoso, frío y
los prínci- vés de un delegado regio, el obispo de Cartagena'
muy hábil en sus manejos diplomáticos con
tanto el clero como la nobleza y las ciudades fueron
pes europeos y con unas cualidades bastante destaca-
la obligadas al pago de impuestos para su mantenimien-
ám .otná jefe militar, demostradas en la década de t;.íuH"rmanáud perseguía a los bandidos' a los di-
grr.*u d" órrnudu . Carccíade sentimentalismo e idea- sidentes políticos y a los <<vagos>> de todo tipo'
La
ñ..o. En su condíción de monarca preocupado por la pena de Árr..r", aplicadapor medio de una descarga
inte-
lealtad y prosperidad de sus súbditos, su máximo el
económicos áe fl..hus, era el castigo normal para delitos como
rés residía enla justicia y en los problemas robo y la rebelión (cuya ca-
inquietudes' que incendio premeditado, el
y financieros. Isabel tenía mayores lificación concreta era difícil de precisar)' Sus miem-
hasta las
ibun d.sd" Ia música y la cultura humanista bros compartían con Isabel los sentimientos de auto-
.r.rtlorr", políticas y económicas, pero era también justificación típicos de los campesinos, artesanos y
los
víctma d. ,r, gru, fanatismo relígioso, y compaftía soldados cristianos viejos, los <<hombres olvidados>>
viejos
prejuicios casiiacistas de sus súbditos cristianos
áe Ia ardía Edad Media española' La rcina se sirvió
ilu.iu 1o, judíos, conversos y mudéjares' Femando con-
de ellos en su lucha contra Ia alta nobleza, así como
..*O toá h soberanía sobre Aragón, y ambos gober- para intimid ar alas clases medias <<desafectas>> en
po-
nabanconjuntamente sobre Castilla'
fue tencia, en concreto los judíos y conversos'
El principat objetivo político de ambos monarcas
La actuación económica de los Reyes Católicos ten-
el aianzamiento de su autoridad y el apuntalamiento dió también a dar impulso al desarrollo de las clases
de la posición económica de la Corona' En Castilla' medias. Unificaron los pesos y medidas y crearon
una
d"rt*y.ro, los castillos de los nobles levantiscos y re- unidad monetaria segura, el excelente, de valor equi
.,rp.ráron para el dominio real muchas tierras e ingre- valente al ducado veneciano' Impulsaron las mejoras
,o, p.o."d.ntes de impuestos enajenados porJuan II
y
reinos
con respecto en los caminos y puertos, y eliminaron de sus
Enrique fV. Aminoraron su dependencia
193
L92
la EsPaña medieval
6. Las Postrimerías medievales
Intoducción a

asoladoras incursiones cada primavera y otoño. Las co-


genoveses, y éstos habían sido los grandes rivales
se-
unifica- linas del reino de Granada estaban jalonadas de fortale-
Zrilur.. d.lás catalanes' El único elemento de
zas depiedra, ylos reyes tuvieron que traer especialistas
ción económica entre ambos reinos fue la existencia
en artillería alemanes e italianos, que empleaban unos
de una moneda común. Tampoco quebraron los
Re-
cañones capaces delanzar proyectiles, de piedra y me-
yes Católicos el poder económico de la nobleza'Re-
tálicos, de un tamaño desconocido hasta entonces en
forruron u p.opiu autoridad política, pero al final de
las guerras europeas. La exigencia de construir nuevos
su reinado iu Áobl"ru poseía o conffolab a áitecta'
caminos y puentes que pudiesen soportar el peso de la
mente el97 % de las tiemas españolas, y de ese 97 "A
artille{taretrasó el avance. Una bula papal, declarando
tn 45Y, aproximadamente pertenecía a los obispa-
oficialmente la Cntzada, los sentimientos caballerescos
áor, .upít,rlos catedralicios y a la pequeña nobleza
co- hacialagran reina y las iustas y banquetes ceremoniales
ciudadána, mientras el 52"/" aproximadamente
o latifundios' La que se celebraban en los largos intervalos entre las cam-
rrespondía a los grandes señoríos
el po- pañas elevaron el entusiasmo de la nobleza.
.orrr".r".r.ia general de su polític afite rcforzar
poli- Los banqueros italianos y flamencos, así como los
der de uqrella purte de la nob\eza que apoyab a
los elementos de judíos y conversos españoles, hicieron grandes em-
ticamente a la Óoronu, y favorecer a
de préstitos de dinero. Los reyes ofrecieron generosas
la clase media y .urrrp.rinu que poseían el estatuto
cristianos viejos, siempre que sus intereses no entra-
iondiciones de rendición, prometiendo la libertad
de de cultos y la perduración del derecho musulmán en
sen en conflicto co., 1o, de los grandes ganaderos
el gobierno local. Pero en la práctica, su actuación
ovejas.
reyes, Isabel debía de ser Ia más <<com- no tuvo nada de generosa' Durante los tres meses de
D. ,-bo,
asedio a la ciudad de Málaga, en 1487, quemaron a
prometid»> d"td. el punto de vista.ideológico' Tras
numerosos conversos y torturaron hasta la muerte
Ir.g".ut el control reul robtt lanoblezay alcanzar el
de una base de opinión pública favorable al
res- a los cristianos renegados. El financiero judío de la
"oó. deci- Corona Abraham Senior tuvo que pagr un rescate
trbll.i*i.t to de <<1a ley y el orden>>, mostró su
España de 20.000 doblas para salvar de la venta como escla-
sión de culminar la Reconquista territorial de
y limpiar ambos reinos de herejes y judíos' La guera vos en Aftica a 4501t:díos. Después de la toma defi-
nitiva de la ciudad, un tercio de la población se inter-
á. Grurrudu ocupó toáala década de 1481 a 1491'Un
ejército compuesto por unos-30'000 hombres' espe-
cambió con prisioneros cristianos del norte de
Afrira, otro tercio fue vendido como esclavos y mu-
.iul-"rrr. adi"rtradát en la destrucción de cultivos'
chos cientos fueron distribuidos entre la nobleza y
molinos de grano y reservas de agua, llevaba a cabo
L97
rg6
Introducción a 1a EsPaña medieval 6. Las postrimerías medievales

otros soberanos amigos; 100 guerreros musulmanes Languedoc, a comienzos del siglo XIII, se creó una In-
convertidos al cristianismo fueron destinados a la quisición papal, dominada sobre todo por los frailes
guardia papal,la rcina de Nápoles recibió un regalo dominicos, para terminar con la hereiía albigense.
áe 50 mujeres y la reina de Portugal otro de 30' Muchos fugitivos de esta persecución religiosa se ha-
La defensa militar granadina fue obstinada, y a menu- bían instalado en Aragón, por 1o que la Inquisición pa-
do desesperadamente valiente. Las relaciones entre el palhabia funcionado también en este reino. Pero los
mundo ciistiano y el musulm án a frnales del siglo xv, reyes áragoneses del siglo xIn y de los dos siglos si-
centradas cadavezmás en torno a fanáticos conflictos guientes se resistieron tenazmente ala implantación
fronterizos o píráticos, tenían como características ge- de la Inquisición, prefiriendo otra política más tole-
nerales las promesas generosas, el comportamiento rante hacia los judíos, musulmanes y conversos de am-
cruel y la deportación y esclavitud de poblaciones ente- bas religiones.
ras. Por ello, los Reyes Católicos pudieron justificar En Castilla no había habido motívos paruIaimplan-
siernpre su conducta alegando el trato soportado por taciínde la Inquisición hasta el período de las conver-
los cáutivos cristianos .l ,rort" de Africa. Aunque la siones masivas, entre 1)9I y 1.416. Don Avaro de
"., resultado final se conocía de Luna, favorito deJuan II y converso, pensó emplear la
guerra durase diez años, el
ár,.-urro. El problema logístico más importante era el Inquisición para destruir el poder de los numerosos
de hacer frente d.pago de las tropas españolas y de los conversos aliados con la nobleza en oposición a su
especialistas extranjeros, así como frnanciat la cons- propio poder personal. En 1451. se dirigió al papa Ni
trucción de caminos y puentes,las hostilidades del ase- colás V pidiendo autorizaci1n para detentar el poder
dio y las justas reales. inquisitorial. El consentimiento papal llegó justamen-
La rcina Isabel encontró el remedío perfecto para te después áela caida de don Alrrato en 145), y ni el
solucionar tanto sus problemas financieros como sus siguiente rey castellano, Enrique IY ni sus hombres
preocupaciones religiosas mediante la fundación de de confianza pensaron nunca en utiizat este poder'
,n, inrtitr.ión destinada a desempeñar un papel de- Esta inacción inquisitorial molestaba especialmente al
cisivo en el mundo hispánico durante los tres siglos ftalle ftanciscano Alonso de Espina, un converso que
siguientes: la Inquisición. En la España del sigio xv escribió y difundió tratados antijudíos desde su pues-
se conocía perfectamente el funcionamiento y la im- to de rector de la Universidad de Salamanca.
portancia de los tribunales inquisitoriales, tribunales Al poco tiempo de su acceso al trono, el.papaSixto fV
presionó a Isabel parula implantación de la Inquisi-
lr. .o-probabanla ortodoxia religiosa mediante un
procedimiento secreto y el empleo de torturas' En el ción papal en Castilla. La respuesta de los reyes fue una

198 r99
Introducción a la España medieval 6. Las Postrimerías medievales

petición secreta, en 1478, para constituir una Inquisi- acusado. Los testimonios de los parientes sólo podían
ción castellana. Las negociaciones duraron varios me- emplearse contra el acusado, pero no en su defensa'
ses, y al término de éstas el papa concedió no sólo el Los judíos, musulmanes y el personal de servicio no
control real paru la nueva Inquisición, sino también podían declarar afavor del acusado, y cuando se le ab-
el nombramiento real de los obispos castellanos. La pu- solvía, sufría una amonestacíón solemne por haber
blicidad de tales noticias sumió en la confusión a la atraido la atención de los informadores. La Inquisi-
amplia y rica comunidad de conversos de Sevilla. Mu- ción real acitaba casi como un estado dentro del es-
chos regidores municipales buscaron refugio en las tado. Los inquisidores tenían derecho a alojamiento
tierras de nobles amigos, acrecentando con ello las sos- gratuito y estaban exentos de impuestos locales, así
pechas de la reina sobre la lealtad de los refugíados y como de la jurisdicción de los tribunales seculares y
de 1os que les acogían. Un pequeño brote epidémico de los eclesiásticos. En conjunto, el carácter secreto del
sirvió para preparur a la opinión pública paruIa pú- procedimiento, su autonomía, la protección de la Co-
mera serie de muertes. rona y el recurso a los peores prejuicios de los igno-
El primer á uto de fe se celebró en Sevilla en febrero rantes y supersticiosos bastab an para sumir en el te-
de 1481. Según el testimonio del cronista de la corte rror a todos cuantos no estaban absolutamente segu-
Hernando del Pulgar, también converso, enla década ros de su ortodoxia religiosa y de su ascendencia como
de 1480 fueron quemados unos 2.000 herejes. Las de- cristianos viejos. La atmósfera de Sevillahacia 1.480
tenciones, cuando era posible, se hacían en secreto. Se era sólo comparable ala dela Alemania nazi o la Rusia
foruaba alasfamlias al silencío y se confiscaban inme- soviética en la época de las sangrientas purgas de
diatamente las propiedades del sospechoso, que de Stalin.
este modo quedaban disponibles parafrnanciar el cos- La Inquisición, aJ. aphcarse especialmente a los con-
te del proceso y subvencionarla guerra de Granada. versos, produjo un retraso en e1 proceso de conversión
Se presionaba alas víctimas para confesar de plano to- de los judíos españoles. Pero para los principales
das sus prácticas judaicas y denunciar a todas aquellas inquisidores -que en muchos casos, como en el de
personas conocidas que era verosímil hiciesen las mis- Torquemada, eran conversos-, el principal enemigo
mas prácticas.La tortura era el procedimíento para eran los judíos, y su gran problema político era cómo
comprobar laverucidad de las alegaciones de demen- relacionar a los judíos de forma inexorable con los
cia o de inocencia, así como para completarla confe- crímenes de los conversos. En junio de 1490, un tal
sión. Se mantenían en secreto los nombres de los tes- Benito Garcia, cristiano desde hacía treinta y cinco
tigos de cargo, que no podían ser intemogados por el años, fue detenido en Astorga cuando volvía de una

20t
V
Introducción a la España medieval 6. Las postrimerías medievales

peregrinación a Santiago. Se le encontró una hosda recientemente la reconquista de Grunada,insistió en el


consagrada en su equipaje.Enlos seis días que duró la cumplimiento estricto del decreto. Fernando dio su
tortura dio los nombres de cinco conversos y dos judíos consentimiento como cosoberano en Castilla, pero los
que habían participado con él en el asesinato ritual de judíos no fueron oficialmente expulsados de Aragón
un niño cristiano. Confesó que mediante el uso mágico hastalallegada al trono de su nieto Carlos V'
del coruzón del niño y delahostia consagrada, intenta- Todo hombre ruzonable que admire las altas cuali-
ban provocar la muerte por ataques de locura de todos dades políticas de Isabel encuentra dífícil explicación
los cristianos, para así poder apoderarse los judíos de a la destrucción por la reina, precisamente en los años
sus bienes. No se había informado de la desaparición de mayor poder y prosperidad, de una gran parte de
de ningún niño en el pueblo de La Guardia, nillegó a los mejores recursos humanos de Castilla. Una expli-
falta4 perc el inquisidor general, el fraile dominico cación simple, pero importante, dada al problema es
Tomás de Torquemada, dio una gran publicidad a las la de su fanatismo, que incluía laiáea delaptxezaru-
confesiones, y en 1491, se rendía ya culto al Santo Niño cial en sus razonamientos. La reina tenía además per-
de La Guardia. (Todavíahay una ermira cerca de Oca- fecta conciencia de las consecuencias económicas y
ña, al sur de Madrid, que puede visitar cualquiera.) sociales de su política. En su carta al. embajador papal
Torquemada aprovechó este incidente para presio- en la que se defendía de las duras críticas lanzaáas
nar sobre los reyes en favor de la expulsión de los ju- contra la Inquisición y que habían impresionado al
díos de sus reinos. Durante la guerra de Granada,los mismo papa, decía: <<He provocado grandes calami-
monarcas habian recibido empréstitos de judíos y se dades y despoblado ciudades, campos, provincías y
habían servido de ellos como recaudadores de im- reinos, pero he actuado así por amot a Cristo y a Su
puestos, al igual que hicieron todos los reyes castella- Santa Madre. Mienten y calumnian los que afrrman
nos y aragoneses anteriores. También, como sus ante- que he actuado por amor al dinero, pues nunca he to-
cesores, habím promulgado leyes antijudías que sin cado ni un solo maravedí de los bienes confiscados a
embargo enlapráctica se cumplían sólo a medias. Por los muertos. Por el contrario, se han empleado para
ello, los judíos se resistían a creer que había llegado el educar y dar dotes matrimoniales a los hijos de los
final cuando Isabel firmó los decretos por los que sólo condenados>>.
les dejaba dos alternativas: la conversión o la expulsión. Pero sería absurdo atribuir a las emociones persona-
Intentaron unavez más, como en anteriores ocasíones, les de un gobernante toda una política tan coherente
conmutar el duro decreto por pagos en metfico. Pero como el establecimiento del Santo Oficio y la expulsión
la rcina, segura de su volunad y tras haber terminado de los judíos. El antisemitismo había ido en aumento en

2rJ2
Introducción a la España medieval 6. Las Postrimetías medievales

España desde la época de la peste negra, a mediados fueron un factor ocasional y secundario, pero todos los
del siglo >«V. Los acontecimientos de los años L39L a reyes dudaron de la lealtad de los judíos y musulmanes
1416 habian creado el problema de los conversos, sin convertidos, y se mostraron dispuestos a sacrificar los
<<solucionar» el problema jtdío. A lo largo del siglo xv, intereses económicos e intelectuales españoles en aras
el pueblo castellano había identificado progresivamen- de la necesidad dominante de alcanzat una omodoxia
te a judíos y conversos con la odiada nobleza. En medio religiosa, que fuera una manifestaciínde la unidad po-
del ataque genenlizado conma la gran influencia eco- lítica. Los emires y califas de los síglos x y x, y los re-
nómica y cultural de los conversos, la opinión pública yes cristianos desde el siglo XIII hasta mediados del xv
había aplaudido la actuación de la antisemita Herman- habian intentado consolidar regímenes pluralistas,
dad y de su antisemita rcina. Para los cristianos viejos, con tres comunidades religiosas diferentes bajo un
el hundimiento económico de la comunidad de los con- mismo poder político dinástico, pero estos intentos
versos paru frnanciar la conquista de Grunada y la ex- habíanáesembocado en guerras civiles o en revueltas
pulsión de los judíos, con la exigencia de dejar sus bie- sociales, tanto en el siglo xt en al-Andalus como en el
nes de valor, eran procedimientos justificados de siglo xv en Castilla y Aragón. Daba,pues, la impresión
restituir a Castilla cuanto habían robado los judíos y d. qre en España no podía haber un gobierno pacifr'-
conversos durante muchos años. co si éste no se asentaba sobre la unidad religiosa'
Con una ípticamás general de todo el proceso histó- El año áe l492tuvo una importancia extraordinaria en
rico medieval, un soberano castellano o aragonés po- la historia de Castilla: al mismo tiempo se terminó la Re-
dría muy bien haberse hecho la siguiente pregunta: conquista, se expulsó a los judíos y se descubrió Améri-
¿era posible convertir en una sola nación a todos los va- ca. Castilla contraio drásticamente sus recursos econó-
riadísimos materiales humanos de España? ¿Cabía es- micos e intelectuales en el preciso momento en que
perar el establecimiento de unas leyes y costumbres vá- estaba a punto de convertirse en una potencia mundial'
lidas para los ganaderos y soldados castellanos, para los Volvió definitivamente la espalda oJideal del pluralis-
navegantes cántabros y andaluces, para los campesinos mo cultural en el mismo momento en que lba a amphar
y artesanos mudéjares, para los financieros, médicos o su gobierno a comunidades indias de muy diferentes
cartógrafos judíos y conversos? La respuesta debió de est;dios culturales. Por fortuna paralahumanidad, los
ser, y no sólo para Isabel, sino también para todos sus gobernantes españoles no consiguieron imponer Ia uni-
sucesores hasta finales del siglo x\Tl: quizá, pero sólo áad religiosa y cultural que pretendían. Con los men-
sobre la base de una estricta unidad religiosa. En la Es- guados medios de coacción física y de conrol intelec-
paña de los siglos xVI, XVII y x\TII,los prejuicios raciales iual de q.re se ha dispuesto hasta el siglo >o{, era imposible
r
Introducción a 1a España medieval

contener las energías culturales de un gran pueblo. Los Bibliogr afíax


frailes y hombres de negocios conversos alcanzaton
una gran importancia en el Nuevo Mundo, lejos del
centro de la ortodoxiaforzada. Dentro de la misma Es-
paña, tanto los cristianos viejos como los nuevos resls-
tieron el espíritu de la Inquisición y crearon corrientes
de pensamiento heterodoxo, que conserváron gran
parte del pluralismo medieval. Y la misma tensión en-
tre las fuerzas de la represión y de los prejuicios, por un
lado, y las de Ia forma de vida típicamente hispánica,
abiefta, cándida, alegre y enérgica, por otro, colaboró
en la creación de las glorias literarias y artísticas del Si
glo de Oro español.
Entre las historias generales que contienen capítulos valiosos
sobre la Edad Media, hay que destacar: ALIAMIRA, R.: Hzi-
toria de España y de la ciuilización española, Barcelona, Ed.
Gili, 1906,4 vols. LIVERMORE, H.: AHistory of Spain,Lon-
dres, Allen and Unwin, 1966.
Altamira ha sido el historiador español más importante del pri-
mer tercio del siglo actual; sus juicios son abiertos y moderados. La
obra de Livermore es especialmente útil debido a sus concisos y
concienzudos resúmenes de cuestiones políticas e institucionales.
La obru de VICENS VIVES y NADAI OLLER, Historia
econónryica de España (Barcelona, Ed. Vicens Vives, 1.u ed. en
1955 y sucesivas ediciones) constituye el único trabaio general
de valor sobre la historia económica española.

o Esta bibJiogr ñahte rcáactada por G. Jackson para la edición inglesa


del libro, por 1o que menciona en primer término las obras esc¡itas o
traducidas al inglés. Para una biblio grafia más completa puede verse J.
A. GARCÍA DE CORTAZAR, La época medieual (Historia de Es-
paña fJfaguara, tomo II, AlianzaEd:totia7, Madrid, 1973). N. del T.)
Introducción a la España medieval Bibliografía

El libro de Roger B. MERRIMAN, The Rise of the Spanish obra de Henry C. LEA, A History of the Inquisition of Spain
Envpire, vol. l, Tbe Middle,4,ges (Nueva York, Mac Millan, (Nueva York, Mac Millan, L906-1 ,4 vols') es clásica tanto por
1918), sigue siendo muy útl. para la historia institucional y di- la investigación efectuada como por sus conclusiones' Un estu-
nástica. dio reciente muy bueno es el de Henry KAMEN,The Spanish
Laobrade A. R. NYKL, Hispano-ArabicPoetry and its Rela- Inquisition (Londres, §üeidenfeld and Nicolson, tg65). La
tions utith the Old ProaenEal Troubadours (Baltimore, J. H. obra de Jacques LASSAIGNE, La peinture espagnole. De fre*
Furst Co., L946), co¡tiene valiosas raducciones y notas histó- ques romanes au Greco (tomo VI de la col' <<Peinture, Couleur
ricas, aunque sea discutible lavalidez de la tesis que su título Histoire>>, Genéve, Skha, 1952) contiene tanto hermosas re-
sugiere. James T. MONROE, en su libro The Risála of lbn Gar- producciones en color como acertados comentarios.
cía and Fiue Refutations (University of California Press, 1969), Existen dos breves pero brillantes interpretaciones de la His-
aclara los conflictos étnicos del período de los reinos de taifas. toria de España: la de P. VILAR, Histoire de I|Espagne (Pairs,
LaJewish Publication Society of America ha patrocinado dos P.ll.F., L947, col. <<Que sais-je?), y la de J' VICENS W\fES,
excelentes obras de investigación: la de A. A. NEUMANN,Tbe Aproxirnación a la Historia de España (Barcelona, Sa1vat, 1970)'
lews in Spain... During tbe Middle Ages (Fladelfra, L921.,2 La mejor historia general de la Edad Media españolahasta
vols.), y la de Yitzhak BAER A History of the Jeus in Christian t2L2 esla de Luis G. de VALDEAVELLANO: Ifistoria de Es'
Spain (Ftladelfra, 196I y L966,2 vols.). La obra de Américo paña (Madrid, Revista de Occidente ,1955,2 vols'). De gtarTva'
CASTRO, La realidad. histórica de España (México, 1966, 3.^ lor también, por sus numerosas ilustraciones, detalladas notas a
ed., 479 págs.) se apoya en exceso en fuentes de tipo literario y pie de página y la especial relevancia que concede a la historia de
valora excesivamente la importancia de sus análisis, por otra Aragón y Cataluiason los dos primeros volúmenes delaHisto'
parte muy lúcidos, de las influencias islárnica y yudía. El libro ria de España de Ferrán SOLDE\{LA (Barcelona, Ltiel,1959 y
de H. J. CHAYTOR,,4 History of Aragon and Catalonia (Lon- l9Q). En la gtanobra colectiva eütaáapor MENÉNDEZ PI-
dres, Methuen, l9)3), es muy útil en cuestiones políticas e ins- DAL,Historia de España(Madrid, Espasa Calpe), los voh' fV y
titucionales, y el de Evelyn S. PROCTER, Alfonso X of Castile Y, Españ.a musulrnana 71"1-1031, constituyen una traduccíón,
(Oxford Clarendon Press, 195 1), se ocupa sobre todo de cues- con excelentes notas e ilustraciones de la obra de E. LÉ\|[-
tiones culturales. Robert I. BURNS, en stt Tbe Crusader King- PROVENQAL, Histoire de lEspagne rnusulmane (París-Le-
donu of Valencia (Haward University Press, 1967,2 vols.), da yden, 1950'fi). El vol. \I, España Cristiana 771-1038, sigue
especial relevancia a los problemas de la frontera, en el siglo siendo el más completo en lo relativo a historia política y religio-
xIII, entre la España cristiana y la islámic4 y Thomas F. sa. La obra de R. P. DOZX, Histoire des Musulmans d'Espagne
GLICK, en su obra titulada lrrigation and Society in Med.íeaal (editada por L.-Provengal, Leyden, 1932,y de cuya primera edi-
Valencia (Harvard University Press, 1970), estudia con detalle ción existe una traducción española, Historia de los musulmanes
los famosos tribu¡ales de aguas. El poder económico de los Madiá, Calpe,
de España hasta la conquista de los almoráuides,
grandes propietarios de ovejas y vacas ha sido estudiado porJ. L920,4 vols.) sigue siendo la mejor obra de conjunto sobre la
KLEIN en The Mesta (}{award University Press, 1920). La España musulmana, combinándose en ella el entusiasmo y pers-
Bibliografía
Introducción a 1a EsPaña medieval

hay que señalar:


oítico más que han significado una profunda renovación'
picaciadel gran historiador holandés con el análisis Aragón y los estados del nor
Á. vrÁirn og RoS,La Corona de
.ridrdoro d" lu, frr..rt., de su discípulo francés' Oras obras
de

gran valor sobre el período islámico son: Henrí PERES'


La poé' i i, Afr¡ro(Barcelona, ts51), v C' E' DUF.OaIRCQ'IlEspasne
';r;;lr;,
et le Masbrib aux XIIIénae et XIVéme siécles (París'
sie andalouse en árabe classique (París, Adrien-Maisonneuve'
t953);8. GARCÍA GÓN|EZ, Poemas arábigo-andaluces (Ma -
P.U.F.,1966).
Juan de
d.id, Pl,-rrur.o, l93O); A. PRIE'TO VIVES, Los reyes
de tatfa a;;. arte medieval español, son obras importantes: Arte Hieá-
(Madrid, Centro de Estudios Flistóricos, t926)' y Henri TE-
c;;;;";, MARQUÉs »P rozova, Historia d el
1l;OF[' A' E I
E' C
. ¡ rr, t.l Z (g^r rrlonu, S alv at, 19)5) ; CAMPS
RRASSE, Iilslam d'Espagne (París, Plon, 1958)' Labor' L935) ' y Henri
un arte románico en España (Barcelona, Ed'
Las obras de Claudio SANCHEZ ALBORNOZ,España' Áge (Patís'FayaÁ' 1966)'
1962'2 vols') y TERRASSE, LEspagne d'u Moyen
enigma histórico (Bs. Aires, Ed' Sudamerícana, sociales
españolas (México' rrr.rJurrr.rrt¿.. pá.u1u .o-prensión de las revoluciones
Estud.ios sobre las instituciones rnedieaales base de la España de los Reyes
por á"i riglo xv y d. la situación de
D.F. 1965), son indispensables tanto por sus datos como ¿;;í;;; á cuaro obras del dituntoJ' \{CENS VIVES'Juan
primera está teñida
las interpretaciones contenídas, si bíen la lli Á*i¿"(Barcelona, 195)),Historia uíttca de la aida y de reina-
-io
de antisemitismo' Contienen útil información sobre los
dife- (Zatagoza' l96L)' Historia las
l¿ d., f r'**tdo II de Aragón
-rr*rnro,
rentes grupos religiosos y nacionales las obras-siguientes: (Bircáona' Instituto <derónimo Zurita>>'
Aly MAZA- 'ii,ilii en el siglo nt
,1, quitld.irnne d.is ,nusulmans a'u l¡aoyen áge' de
I' DE LAS
*
i nt ,tgt; Els Trastirnares (Barcelona' Teide' t956);
(París, Hachette, t95l); Los mudéjares, de Ilauénetnent d'Isabelle
UÉifV a^bí¿rlu ob.u de Orestes FERRAM,
';";r-;;;fr;;París,
en
CAGIGAS (Madrid, Escelicer' 1948,2 vols'),y Les franEais Albin Míchel, 1958)' lisera revisión del es-
(Pa{ts, P'U'F'' 1949)' de nombre deUn pleito
Espagne au Xlérne et XIIénqe siécles i"Á. .ti*-¿
-irn**" publicado en español con el
MaTceI DEFOURNEAUX' muchos trabajos impor-
twt^Áríd, l94il.Hay también
Obras partícularmente importantes parala comprensión
de di- t"
;; il;h*..rt. han aparecido ltYttT especializadas'
ferentes aspectos de la Reconquista son: MENENDEZ PIDAL' (Madrid)' Bulletin Hispani'
entre las que destacan: Al-Andalus
La Espana- del Cid. (Maátid, Editorial Plutarco'
L929' y muchas
qr, (nori.uux), Hispania (Madrid), Spanische Forschungen der
posteriores revisadas)' J' M' LACARRA
(editor)' (Minster, §lestfalen) y Cuadernos de Histo'
o,.u, [jaies Cesrlbchaft
"di.iorr.s pah,7'atagoza' I95l'
La Reconquistaispañok y la repoblación dcl ria de EsPaña (Buenos Aires)'
de Seuilla, Madrid' t95t' 2 Hay finalmente que señalar que muchos
de los historiadores
J. GONZALÉ2, Repartirnento
de la Reconquis- numerosos artículos y libros
,rot. UUtCt MIMNDA, Las grandes batallas antes citados han escrito otros
(Madrid' Instituto de Estu- en la España medíeval:
ta d.urante las inttasiones africanas ;;;;." leer todos los interesados
Lévi-ProvenEal' Ramón Me-
dios Africanos, 1956). Á-é.i.o Casro,J. M'Lacatra,E' y
reino rnoz' F ett án Soldevila
Obra pionera sobre las instituciones de gobierno del .,"nd"r-pldai, Ciurdio S ánchez-Albo
d. A.^gán fue la de Ludwig KLÜPFEL, Verualtungsgeschi- J. Vicens Vives.
(Ber
chte dei Konigreicbs Aragon zu Ende des 13' Jahrhunderts
recientes'
lín, Kohlhammer, 1915). Como estudios económicos

210
Inroducción a la España medieval
Lista de gobemmtes

REYES ESPA ñOLES [1000-1285)

Sancho lll de Navarrl y Castilla, 1000-1035

Beyes de Castilla y León Reyes de Navarra Reyes de Aragón

García
1035-1065, 103S1054
Ramiro I
de León, 1032-65 1035.1 063

Sancho tt de Óast¡lta, l065-72 García


t-
Sancho lV Hamón
I

I
de Galicia Sancho Bamírez
1054-76
de Aragón, 1063-94,
de Navarra,
constanzaT o'"ti8uy'l,l? León Jimena Muño'
I 107Sg4
Bamiro

I
I
I de Castilla. 1072-110s J =
-- l=lg,
I
I
García.Ramírez
1 134-50
Pedro I
de Aragón
y Navarra
Alfonso I
de Aragón
y Navarra
,JilsllH:ft'i,o,J.!l:.¿'t?ilul r.il.,--i-¡n,¡q,u I
I094-l t02 1102-1134

(anutadtJ
Alfonso
rlUllT
|
Bere¡gusl¿ cl6
I
Alfonso Enríquez
de Borgoñr Saneho Vl
1 150"94
I
Bamón
-;- I
Berenquer
Petronila
lly-az
t t¿o-cr I
1126-s7 oarcerona
Barceóna de portugál de Barcelona I
I Sancho Vtl Blaica de
I I 50.1 162 I
1194-1234
t tv+-tzó4 -;-Teobaldo
I ChamnaSne
| I

üF.iiilflT:,t:",,".,.#]*#,,:urracado
- de 1157'88 Teobaldo I I

tt
LeÓn'
J r.¡uiir.
1r57-5's
[
Portusal
1234-53 Alfonso tl
I 1 62-96
I

I
11sB-1214 tngtaterra Teobaldo ll Enrique I
|

rl
I 1253-70 1270-74
María de + Pedro 1l Alfonso
Urraca, c, Montpellier I 1196-12f3 de Provenza
con Alfonso ll I
de Portugal Juana I
1274-1305
Jaime I
Fernando lll
de Castilla, 1217.52,
1215-26 Ramón

- de León, 1230.52 ¡ Berenguer


I de Provenza
I Pedro lll
Alfonso X 1276-85
1252.94

2L3
Inroducción a la Fspaña r¡iedieval Lista de gobernantes

GOBERNANTES DELPERÍODO

R¡ws or, Asrunr¿s Rer,¡s os LsóN Eunrs r¿cauFAS oMEYAS DE CóRDoBA

Alfonso I 739-751 Ordoño II Abd al-Rahman I 756-788


Fruela I 757 -168 (hijo de Alfonso III) 914-924 Hisham I 188-796
Alfonso II (el Casto) 79t-842 Ramiro II 93r-95t al-Hakam I 796-822
Ramiro I 842-850 Ordoño III 95t-956 Abd al-Rahman II 822-852
Ordoño I 850-866 Sancho I 956-966 Muhammad I 852-886
Alfonso III (el Magno) 866-910 al-Mundhir 886-888
Fernán González Abdallah 888-912
(Conde de Castilla) hacia 910-970 Abd al-Rahman III 912-96t
al-Hakam II 961-976
Hisham II 976-t009

al-Mansur (Almanzor)
(dictador en Córdoba) hacia 967 -1002

Reyes de taifas 1009-1090

Almorávides t090-tt47

Almohades LL47 -t212

2r5'.
Inroduccíón a la España medieval Lista de gobemantes

CA§A BEAL DE AHAGON (1276.1516)

I
lsabel, Jaime ll Federíco lll
casada con Dionis 1291-1327 = de Sicilia
de Portugal

Teresa : lv:t2)
(1) Alfonso Leonor de
d'Entenza | 1327-36 Castilla
I

ll
Jatme, de
María (1) Pedro IV:[2) Leonor de Portugal
conde de Navarra 1336'87
Urgel
Leonor de Sicilia

I
Juan I de-Leonor Juan I Martín I
1387-r395 I 395.141 0

Fernando I: Leonor de
1412-16 Alburquerque

I
Alfonso V I
141 6-58 María: Juan ll
¿_ de Castilla
)6
)e.
)á-
)l
¡o
Férrante I Juana : Ferrante tl:lsabel
Fernando de Ca§tilla
de Nápoles de NáPoles 14?9-1516 1474-1504

217
Introducción a la España medieval Lista de gobemantes

GASA REAL DE CASTILLA (1252-1504)

Alfonso X :
1252-84

I I María de Molina
Fernando : Blanca Beatriz, §anclo lV :
de la Cerda de rrancia casada con
Alfonso III de Poñugal
I
,.J;I]IJN'O
,e la cerda
|
BIanca
I

I
Al{onso Xl É María

llegítimo
I
Enr¡que Il de Trastámara

Fernando I
1390.1406 I h¡ja de ¿uán de Aragón
Constanza,
ae cante 1412.16
casada con
Juan de Gante
I
I

María de:(1) ll [2):lsabel


Juen de Portugal
Arasón I r¿oo.s¿ :(21

lr
Juana
I de Araoón de Aragón I EnrÍquez
r 4t SS:B i 458-79 Catalina, casada
con Enrique lll
Enrique IV lsabel u
1454-74 1474-1504 =r.rnln¿o
de Aragón
1479-1 5l 6

2t8 2t9

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