Analisis Del Cuento Quien Desordena Las Rosas
Analisis Del Cuento Quien Desordena Las Rosas
Analisis Del Cuento Quien Desordena Las Rosas
ANÁLISIS LITERARIO
Los valores que encontré en el texto es el amor, un sentimiento puro que es capaz de
permanecer más allá de la muerte. Tambien se evidencia el valor de la fe, la
religiosidad, y la espiritualidad.
ALMIZCLE DEL CUARTO: Grasa con olor fuerte que había en la habitación.
ÉXTASIS: Estado de la persona que siente un placer, una admiración o una alegría tan
intensos que no puede pensar ni sentir nada más.
TÚMULO: Montículo de arena o piedras con que algunos pueblos antiguos cubrían una
tumba.
[…] Dio varias vueltas por el cuarto con el ramo de rosas antes de abandonarlo en el
altar. Luego salió al pasadizo, viró adentro y se dirigió a la pieza vecina. Yo sabía que
estaba buscando la lámpara. Y después cuando volvió […] y la vi en la claridad […].
Me pareció que la actitud de los personajes está marcada por la pérdida de un ser
querido, y la esperanza de volver a reencontrarse.
El final que propongo, es que la mujer pueda ver el fantasma, y asi haya un
reencuentro entre ellos.
Es la historia de un espíritu que desde mucho tiempo habita la casa donde vivió.
Pasado veintes años de soledad se le presenta alguien conocido. Comienzan a convivir
4
con ella. Él desde el más allá, y ella, en este mundo, sin presentir que está
acompañada, se dedica a sembrar rosas para vender y adornar el altar de los santos.
El muerto describe como es su habitación. Ahí sentado en una silla la única que
dejaron los familiares cuando hicieron el trasteo, dejando unas cuantas cosas como sus
zapatos embadurnado de barro seco tirados en el fogón apagado. Se quedaron
olvidados, así como está él sin que nadie le lleve flores al cementerio, y tenga que
hurtarlas para sentirse menos olvidado. La casa fue abandonada por sus familiares,
luego es habitada por una joven quien fue amiga cuando niño, precisamente cuando él
fallece. Él la reconoció en el momento en que llegó, ella tenía veinte años, en ese
entonces. El rememora su infancia junta a ella y el momento en que muere.
La mujer ahora tiene cuarenta años, y en la habitación tiene un altar con santos llenos
de flores, en donde el muerto huerta de rosas rojas y blanco cada domingo para llevarla
a donde reposan sus restos. Pero hace varios domingos no ha podido hurtar un nuevo
ramo. Ella ha notado que las rosas la desordenan, está alerta, pero una suave
corazonada le dice que es la brisa. Mientras, él sigue esperando que ella le dé la
oportunidad de llevar un ramo de flores a su morada, imagina cuando ella también
tenga que partir para el valle de los muertos y descubra que quien desordenaba las
rosas no era el viento sino él.