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4 El Derecho Ambiental en El Marco Jurídico Internacional

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4 El Derecho Ambiental en el marco jurídico internacional

4.1 El daño ambiental y el Derecho Internacional


La característica central del Derecho Internacional es su supranacionalidad, y su razón de ser obedece al particular bien jurídico
tutelado por este derecho que está constituido por los recursos naturales. Cabe preguntarnos si esta característica central del
Derecho Ambiental es además dato genético de esta moderna rama del Derecho, por un lado, hasta donde se remonta la
protección ambiental, y en el marco jurídico Internacional, por otro lado. Debemos destacar, sin embargo, que si bien el Derecho
Internacional se nutre de Tratados Internacionales, Resoluciones de Organismos Internacionales vinculantes para las partes y un
cierto número de textos no obligatorios de carácter declarativo, en materia de Derecho Ambiental las Resoluciones Obligatorias de
los Organismos Internacionales son relativamente escasas. Se suele pensar que el Derecho Ambiental Internacional es de creación
reciente. Esta es una evaluación apresurada. La conciencia Ambiental en la relación entre los Estados comenzó a gestarse a fines
del 1.800. La idea de conservar algunos recursos naturales de valor internacional nace junto con el surgimiento de la ecología como
ciencia.2
4.2 La declaración de Estocolmo. El P.N.U.M.A.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente cuya sigla es PNUMA, surge como resultado de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Humano de Estocolmo en 1972. El párrafo 6 de la Conferencia establece:
Hemos llegado a un momento en la historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor
cuidado a las consecuencias que puedan tener para el medio. Por ignorancia o indiferencia podemos causar daños inmensos e
irreparrables al medio terráqueo del que dependen nuestra vida y nuestro bienestar. Por el contrario, con un conocimiento más
profundo y una acción más prudente, podemos conseguir para nosotros y para nuestra posteridad unas condiciones de vida mejores
en un medio más en consonancia con las necesidades y aspiraciones del hombre.
La defensa y el mejoramiento del medio humano para las generaciones presentes y futuras se han convertido en meta imperiosa
de la humanidad. (Naciones Unidas, 1972, http://goo.gl/sY754u).
El PNUMA actúa como catalizador, defensor, educador y facilitador para promover el uso sensato y el desarrollo sostenible del
medio ambiente global. Mandato: Ser la autoridad ambiental líder en el mundo, que fija la agenda ambiental global, que promueve la
aplicación coherente de las dimensiones ambientales del desarrollo sostenible en el marco del sistema de las Naciones Unidas, y que
ejerce de defensor acreditado del medio ambiente global.
Misión: Proporcionar liderazgo y alentar la participación en el cuidado del medio ambiente inspirando, informando y facilitando a
las naciones y los pueblos los medios para mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las futuras generaciones. (Naciones
Unidas, s.f., http://goo.gl/235uK).
El PNUMA es la principal autoridad mundial en el área ambiental. Este programa:
 Evalúa el estado del medio ambiente mundial e identifica las cuestiones que necesitan ser objeto de cooperación internacional. 
Ayuda a formular la legislación sobre el medio ambiente y a incorporar las consideraciones ambientales a las políticas y los programas
sociales y económicos del sistema de Naciones Unidas.
 Dirige y alienta asociaciones para proteger el medio ambiente.
 Promueve conocimientos científicos e información sobre el tema ambiental.
 Desarrolla e impulsa informes regionales y nacionales sobre el estado del medio ambiente y sus perspectivas.
 Promueve el desarrollo de tratados ambientales internacionales y contribuye al incremento de las capacidades nacionales para
enfrentar estos problemas.
4.3 La conferencia de Río. El C.N.U.M.A.D. Declaración de Río sobre el medio ambiente y el
desarrollo
La Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante su resolución 44/228 del 22 de diciembre de 1989, decidió convocar a la
Conferencia de Naciones Unidas Sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), para celebrarla en junio de 1992. Entre los
objetivos más importantes de la conferencia, se encontraban los siguientes:
 Examinar los cambios en el medio ambiente desde la conferencia de Estocolmo.
 Formular estrategias mundiales y regionales para abordar los aspectos más importantes del entorno ecológico que se derivan de
los procesos de desarrollo socio económico de todos los países.
 Promover el derecho internacional ambiental y examinar la posibilidad de elaborar derechos y obligaciones para los estados en
esta esfera.
 Promover el acceso favorable de los países en desarrollo, a una tecnología ambiental racional y alentar la aportación de recursos
financieros adicionales para resolver los problemas del ambiente mundial.
 Recomendar la aportación de medidas a nivel nacional e internacional a fin de mejorar el medio ambiente, teniendo en cuenta
las necesidades de los países en desarrollo, mediante la elaboración y aplicación de políticas encaminadas a lograr un desarrollo
sostenible.
 Examinar estrategias y medidas para detener e invertir los efectos de la degradación de los ecosistemas por medio de la
intensificación de esfuerzos nacionales e internacionales.
 Promover estrategias para la acción nacional e internacional con miras a llegar a acuerdos y compromisos concretos por parte de
los gobiernos y las organizaciones intergubernamentales con respecto a las actividades definidas para hacer frente a los principales
problemas sobre el tema.
 Determinar los medios para proporcionar recursos financieros nuevos y adicionales, en particular a países en desarrollo, así como
la transferencia de tecnología apropiada con el objeto de facilitar sus labores en el combate al deterioro ambiental.
 Reafirmar que, de conformidad con la carta de las Naciones Unidas y los principios aplicables del derecho internacional, los
estados tienen el derecho soberano de explotar sus propios recursos de acuerdo con el principio 21 de la declaración de Estocolmo.
En junio de 1992 se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Medio Ambiente y Desarrollo
(CNUMAD), también conocida como la Cumbre de la Tierra. Más de 178 países participaron y como resultado se creó la Agenda 21 o
Programa 21, es un plan de acción exhaustivo que habrá de ser adoptado universal, nacional y localmente por organizaciones del
Sistema de Naciones Unidas, Gobiernos y Grupos Principales de cada zona en la cual el ser humano influya en el medio ambiente.
La convención entró en vigor en 1994. Los objetivos principales de la Cumbre de la Tierra, se focalizaron en lograr:

1
Un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y de las generaciones
futuras y sentar las bases para una asociación 5 mundial entre los países desarrollados y los países en desarrollo, así como entre los
gobiernos y los sectores de la sociedad civil, sobre la base de la comprensión de las necesidades y los intereses comunes. (Naciones
Unidas, 1997, http://goo.gl/rrLw33).
El acuerdo incluyó conceptos novedosos en el ámbito del derecho internacional, como el de responsabilidad común pero
diferenciada y el principio precautorio, que exige actuación remedial aun en ausencia de certidumbre científica absoluta respecto al
alcance del problema.
El órgano supremo de la convención es la Conferencia de las Partes, en la que están representados todos los Estados que la han
ratificado. La Conferencia de las Partes, que se reúne anualmente desde marzo de 1995, fomenta y examina la aplicación de la
convención, y, si procede, refuerza sus disposiciones. Hay dos órganos subsidiarios que asisten a la Conferencia de las Partes, uno en
materia de asesoramiento científico y tecnológico y el otro en la esfera de ejecución. En el futuro, la Conferencia podrá adoptar
disposiciones complementarias para proveer a las necesidades específicas de la convención.
Este proceso culminó en la Tercera Conferencia de las Partes celebrada en Diciembre de 1997 en Kyoto con la adopción del
Protocolo de Kyoto. En opinión de los expertos, su negociación fue la más compleja y ambiciosa de cuantas negociaciones ambientales
multilaterales se tenga memoria.
El protocolo de Kyoto cuantificó en forma diferenciada los compromisos de reducción de emisiones de los principales gases de
efecto invernadero por parte de los países desarrollados, incluidos en su Anexo B, casi coincidente con el Anexo I de la convención. En
su conjunto, dichos países deberían haber logrado en torno al 2010 una reducción del 502 % respecto a sus niveles de 1990. Este
esfuerzo representaría para los países industrializados una disminución cercana al 30 % en relación con el crecimiento esperado.
El protocolo de Kyoto incorpora algunos criterios de flexibilidad, referidos al objeto del compromiso (una canasta de seis gases o
tipos de gases, sobre la base de una equivalencia convencional), a la temporalidad (un período de compromiso de cinco años: 2008-
2012, en el que se promediarán los resultados) y tomará en cuenta tanto fuentes como suministros de gases de efecto invernadero.
Incorpora, además, tres importantes mecanismos económicos para facilitar y abaratar el cumplimiento de los compromisos de los
países industrializados, permitiendo que efectúen parte de las acciones de mitigación del cambio climático en donde les resulte más
barato hacerlo.
El protocolo de Kyoto no representa la solución del cambio climático. Es apenas el primer paso de un largo proceso de sucesivas,
complejas negociaciones y de compromisos cada vez más estrictos que abarcará, sin duda, todo el siglo XXI. Marca, sin embargo, un
hito, y constituye el único 6 acuerdo realista que podría permitir enfrentar en forma conjunta y equitativa un problema que nos
afectará a todos en medida creciente.
La ONU comenzó a trabajar en esta posterior etapa, que algunos llaman Post-Kioto, a través de las Conferencias de las Partes
(COP). Las Conferencias de las Partes (COP) constituyen el cuerpo más importante de la Convención de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático, formadas por ministros de medioambiente que se reúnen una vez al año para discutir sobre el desarrollo de la
Convención y donde se toman las decisiones de mayor importancia.
 Conferencia de Bali (COP 13), en diciembre de 2007: los países que allí se reunieron consensuaron un Plan de Acción para
alcanzar un pacto global a finales del 2009.
 14ª Conferencia de Poznan (COP 14) en diciembre de 2008.
 Conferencia de Copenhague (COP 15), en diciembre de 2009, en la que se esperaba una respuesta internacional ambiciosa y
efectiva al cambio climático.
 La última Conferencia de las Partes se celebró en Cancún (COP 16), en diciembre de 2010.
En Cancún se firmaron Los Acuerdos de Cancún, donde las Naciones reconocen que los países necesitan trabajar para mantenerse
por debajo de un aumento de temperatura de dos grados y establecieron un claro cuadro cronológico de revisión, con el fin de
asegurar que la acción mundial es la adecuada para enfrentar la realidad emergente del cambio climático.
En el año 2012 se celebró el RÍO + 20 EL FUTURO QUE QUEREMOS, a 20 años de la cumbre de Río en 1992. La importancia de este
encuentro radica en la necesidad de afianzar el compromiso y continuar con acciones concretas para un futuro sustentable, calculando
la cantidad de habitantes que habrá en 2050, a saber, cerca de 9 millones de habitantes, para erradicar la pobreza y las emisiones de
gases de efecto invernadero que han aumentado produciendo un cambio climático descontrolado.
Acompañamos en anexo la Resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU el 27 de julio de 2012 para quien desea
interiorizarse de lo debatido en este encuentro.
4.4 Tratados firmados en Río de Janeiro (O.N.G.)
4.4.1 Convención marco sobre el cambio climático global
Se denomina Convenio Marco porque sus principios deberán ser desarrollados por protocolos. La convención fue firmada por
ciento cincuenta y tres países y quedó abierta a la firma. Para su entrada en vigencia se requieren cincuenta ratificaciones. Sus
principales disposiciones son:
1. Admite que los países desarrollados históricamente han producido y producen más emisiones de gases con efecto invernadero
que los subdesarrollados, pero también que estos últimos aumentarán sus emisiones en el transcurso del desarrollo.
2. Acepta que aún existe un alto grado de incertidumbre en la información científica disponible sobre el grado y velocidad del
calentamiento.
3. Acepta la existencia de responsabilidades comunes y diferenciadas de los estados en el calentamiento, en relación a su
generación y capacidad de resolución.
4. Reitera los principios de Soberanía de los recursos naturales y de ALTERUM NON LAEDERE.
5. Reconoce el papel de la Conferencia Mundial sobre el cambio climático, la organización meteorológica mundial y el PNUMA.
6. Admite la necesidad de acceder a recursos financieros por parte de los países subdesarrollados.
7. Propicia un sistema económico internacional que satisfaga el desarrollo sostenible.
8. Proclama la necesidad de asegurar la producción suficiente de alimentos en un “plazo suficiente”.
4.4.2 Convención sobre diversidad biológica
La Convención de protección de la diversidad biológica es el proyecto que ha sido adoptado en Nairobi en 1992, a propuesta del
PNUMA. Su objetivo:
 conservar la biodiversidad;
 posibilitar el uso sostenible del medio ambiente;

2
 y repartir equitativamente los beneficios de sus componentes.
Los países subdesarrollados deben tener acceso a los recursos financieros nuevos y adicionales, y a las tecnologías relevantes para
poder adoptar y ejecutar políticas de preservación de la biodiversidad. EE.UU. se rehusó a firmar esta convención, por considerar que
no se habían cubierto numerosos aspectos esenciales como:
1. Propiedad Intelectual.
2. Transferencia de Tecnología y Biotecnología.
3. Evaluación de Impacto Ambiental Marino.
La convención fue firmada por ciento cincuenta y tres países y estuvo abierta a la firma hasta el año 1993, a partir del cual sólo se
podría adherir. Para su entrada en vigencia se requieren treinta ratificaciones o accesiones.
4.4.3 Cooperación ambiental bilateral, regional e internacional
El marco de Institucionalización de la Conciencia ambiental fue organizada por las Naciones Unidas quien, desde su creación, tuvo
el cometido de resolver los problemas más acuciantes que hay entre el ambiente y la humanidad, no lográndolo en todos los casos,
probablemente merced de las diferencias políticas y económicas que en su seno se debaten.
Los instrumentos Internacionales que se gestan a partir del PNUMA y CNUMAD dan comienzo a la protección de determinados
recursos naturales afectados por situaciones ambientales descontroladas e irracionales. Al afianzarse la doctrina y el pensamiento
ambiental, se observa que las acciones internacionales tratan de armonizar la economía con la protección de las especies y los
ecosistemas.
Los acuerdos se orientan a las soluciones globalizadoras. Ellos son el principal instrumento de las políticas ambientales
internacionales, regionales y bilaterales orientadas a los grandes acuerdos universales donde se plasman principios vinculados con el
ecodesarrollo, la economía sustentable y la cooperación ambiental entre los Estados.
4.4.4 Planeamiento
Inmediatamente después de las dos grandes Conferencias Internacionales convocadas por las Naciones Unidas y sus Convenciones,
se pone en marcha una serie de planteamientos sobre el medio ambiente referidos a determinados temas que hacen al ámbito común
de los Estados
a) Cooperación entre los Estados en el campo del Ambiente.
b) Responsabilidad Ambiental de los Estados frente al daño ambiental.
c) Creación de Instrumentos y mecanismos jurídicos internacionales para la resolución de situaciones de conflicto ambiental.
d) Disposiciones Institucionales y financieras para la cooperación internacional en lo relativo al Ambiente.
e) Desarrollo Sustentable de las economías regionales y nacionales.
f) Mejoramiento y preservación de la calidad de vida de los ciudadanos de la comunidad Internacional.
Asimismo, en la órbita internacional y particular de los países, se crean Organizaciones gubernamentales y no gubernamentales
(ONG) destinadas a tratar de paliar las consecuencias ambientales que surgen de la práctica irracional de los recursos naturales.
En esta fase, se consolidan las Organizaciones no Gubernamentales Internacionales. Por su importancia, citaré las siguientes: La
UICN (Unión Internacionales para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales). La WWF (Fondo Mundial para la
Naturaleza) y Greenpeace.
Estas instituciones, en principio, se mantienen independientes de los gobiernos de los Estados y de los partidos políticos, pero han
tenido una importante influencia en la construcción del Derecho Ambiental Internacional y Regional.
4.4.5 Instrumentos y mecanismos jurídicos internacionales
En materia de instrumentos y mecanismos jurídicos internacionales que regulan la prevención y protección del ambiente, no
podemos dejar de mencionar en primer término los Acuerdos y Tratados Internacionales que ponen de manifiesto la responsabilidad
de los Estados ante la crisis ambiental y los daños causados por la utilización de prácticas 10 contaminantes. Por supuesto, estos
tratados no son en su mayoría de carácter obligatorio, pero los Estados Miembros que los suscriben tienen un plus especial que los
lleva a tomar decisiones que sean coherentes con los acuerdos firmados.
En cuanto a la posibilidad de imponer sanciones a aquellos Estados o comunidades que no manifiestan en sus técnicas o desarrollo
controles ambientales, provocando el agravamiento de la crisis en la explotación indiscriminada de los recursos y la naturaleza,
podemos mencionar a la Corte de la Haya, como Organismo Internacional, con potestad para tomar ciertas decisiones en materia del
medio ambiente. Pero esta instancia es posterior, dado que el verdadero objetivo de los Acuerdos Regionales, Bilaterales e
Internacionales es que puedan regular sus propias situaciones de conflictos en el marco de foros y debates que permitan llevar a
decisiones consensuadas y sustentables.
4.5 Cooperación regional y bilateral: breve reseña normativa
El Mercosur se constituyó como una unión aduanera, hecho que marcó cambios fundamentales para las economías de la región.
Mercosur e Integración Regional Ambiental
 El Tratado de Asunción de 1991 se refiere en su preámbulo a la “necesidad de la preservación del medio ambiente”1 .
 En la cuenca del Plata, desde fines de la década de 1960, diversos Acuerdos entre la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay
se refieren al control de la contaminación de sus aguas y a la preservación de las mismas.
 En el tratado de la Cuenca del Plata se establecen algunos propósitos de acción conjunta entre países centrales y de la vertiente
Atlántica, mientras que en algunos acuerdos bilaterales (Tratado sobre el Río Uruguay de Argentina y Uruguay, y el Tratado de Paz y
Amistad entre Argentina y Chile) existen normas relativas a la preservación de los recursos naturales compartidos en zonas fronterizas,
aunque estas regulaciones no tienen alcance global ni abarcan el ambiente en su conjunto. Similar consideración le cabe al Tratado
Argentino Uruguayo sobre delimitación del Río de la Plata entre ambos países. 1 Preámbulo –Tratado de Asunción. Mercado Común
del Sur.
 Protocolo Específico Adicional sobre Recursos Hídricos Compartidos entre Argentina y Chile de 1971.
 Tratado entre Argentina y Chile sobre medio ambiente en 1991, seguido de un Acuerdo Parcial de Cooperación e Intercambio de
bienes utilizados en defensa y protección en medio ambiente entre Argentina y Brasil de 1992.
 Declaración de Canela de 1992 firmada por todos los presidentes del Mercosur en la que se alude a la problemática ambiental y
el desarrollo sustentable, la protección del suelo, las aguas, la atmósfera, la diversidad biológica, el comercio internacional, los residuos
y otros temas.

3
 En 1992, en una reunión del Grupo Mercado Común, se crea la Reunión Especializada del Medio Ambiente (REMA): con la
finalidad de analizar la legislación vigente en los Estados parte y proponer acciones a emprender en las distintas áreas con el objeto de
proteger el medio ambiente.  Acuerdos sobre Transporte de Mercaderías Peligrosas en el Mercosur.
 Declaración de Taranco de 1995, la que trata acerca de áreas compartidas, diversidad biológica, cambios climáticos, desarrollo
sostenible y adopción de normas ISO 14000.
 En 1995 se firma el Acuerdo Marco Regional de Cooperación Unión Europea y Mercosur.
 Declaración conjunta entre Brasil y Argentina de 1996, en donde se suscriben acuerdos bilaterales:
1) Acuerdos sobre Cooperación en aplicaciones pacíficas de la ciencia y tecnología espacial.
2) Acuerdo de Cooperación en Materia de Medio Ambiente.
3) Acuerdo de Cooperación Técnica.
4) Protocolo adicional al Convenio de Intercambio Cultural sobre Integración Educativa.
5) Memorando de Entendimientos sobre Integración Física.
6) Protocolo de intenciones sobre Integración Energética.
7) Acuerdo Complementario sobre Cooperación entre el Estado de Río Grande do Sul y la Secretaría de Ciencia y Técnica.
 Declaración de Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, 1996.
5. Tutela constitucional del ambiente
5.1 Introducción. Bases Institucionales de la tutela ambiental
El desarrollo en aumento de la actividad tecno-industrial ocasionada por la necesidad de satisfacer las demandas de una población
en aumento ha generado la problemática en materia de contaminación ambiental que constituye actualmente un motivo de creciente
preocupación de Estados y Gobiernos.
5.2 El Poder de policía en materia de protección del medio ambiente
En razón de la explosión demográfica y el descontrolado desarrollo industrial y tecnológico actual, se ha generado la necesidad de
que el estado adopte normas administrativas que regulen las actividades humanas en preservación de la ambiente, que le corresponde
en ejercicio de sus poderes de policía cuya jurisdicción le es propia a la nación y a las provincias a los fines de la protección de bienes
jurídicos, tales como la propiedad, la salud y la vida de los habitantes de la comunidad.
Con respecto al poder de policía ambiental, mucho se ha debatido sobre la distribución de ese poder entre la nación y las
provincias, sobre todo luego de la reforma de la Constitución Nacional de 1994. Asimismo, esta discusión sobre el reparto de
competencias de la nación y la provincias, ha dado origen a un verdadero caos normativo en donde coexisten leyes, ordenanzas y
reglamentos nacionales, provinciales y municipales en defensa del ambiente mediante regulaciones preventivas y represivas,
acrecentadas por la ley nacional de presupuestos mínimos que permite dictar a la nación normas de fondo y de forma con
competencia en todo el ámbito nacional. Sin embargo, el criterio que resulta de esta discusión ha buscado la armonización de las
normas estableciendo un ejercicio concurrente entre ambas jurisdicciones y apropiado del sistema de adhesión.
5.3 La reforma constitucional de 1994
5.3.1 Nuevos Derechos y Garantías. Recepción normativa del nuevo Código Civil y Comercial. Artículo 18
La reforma constitucional de 1994 ha incorporado principios universalmente admitidos como derechos humanos en lo
concerniente a la calidad de vida.
El Artículo 41 de nuestra Constitución establece que:
Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano y equilibrado…Las autoridades proveerán a la protección de
este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad
biológica, y a la información y educación ambientales2 .
Es por ello que la tutela ambiental posee rango constitucional y forma parte de los llamados nuevos derechos y garantías.
El nuevo Código Civil y Comercial unificado es un código de derechos individuales y colectivos. Se habla de la constitucionalización
del derecho privado ya que este cuerpo legal introduce en su articulado el reconocimiento de estos derechos como derechos
humanos. El anteproyecto presentado contenía una amplia regulación del tema. En la ley aprobada no se hace referencia a los
derechos individuales homogéneos (que sí estaban en el anteproyecto), pero esto no obsta -si bien hay otras interpretaciones- que
queden protegidos en este cuerpo legal. El derecho procesal deberá acomodarse para contemplar herramientas eficaces de protección
de estos derechos.
A continuación, se enumeran las normas específicas del nuevo Código sobre la materia ambiental:
El Art. 14 dispone:
Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se reconocen: 2 Art. 41 - Ley Nº 24.430. Constitución
Nacional. Congreso de la Nación Argentina.
a) derechos individuales;
b) derechos de incidencia colectiva;
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los derechos de
incidencia colectiva en general. 3
Art. 18. Derechos de las comunidades indígenas. Las comunidades indígenas reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas otras aptas y suficientes para el desarrollo humano según lo
establezca la ley, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional.4
Sobre este artículo debemos mencionar el cambio sobre lo contenido en el anteproyecto. Tal como quedó aprobada la norma,
reproduce el texto constitucional y deja, para una ley especial que a futuro el Poder Legislativo Nacional deberá sancionar, la
regulación sobre estos derechos.
Límites al ejercicio de los derechos:
Art. 240. Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio de los derechos individuales sobre los
bienes mencionados en las Secciones 1a y 2a debe ser compatible con los derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las
normas del derecho administrativo nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la
sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los
criterios previstos en la ley especial.5

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5.3.2 Distribución del poder de policía ambiental entre Nación y provincias. Competencia ambiental
La redacción del nuevo artículo 41 de la Constitución Nacional entonces pone fin a la discusión en materia de competencia en el
ejercicio del poder de policía ambiental estableciendo en forma clara la concurrencia entre ambas jurisdicciones.
El gobierno de la nación asume, en razón de lo preceptuado por esta norma mencionada supra, los poderes de policía que
corresponden a la tutela ambiental en todo el territorio de la República, y el Congreso dicta la normativa básica que establezca los
presupuestos mínimos de protección del ambiente. En concurrencia con esta atribución legislativa fundamental, las provincias a través
de sus legislaturas deben dictar las normas complementarias de aplicación en sus jurisdicciones a fin de hacer efectiva la protección
constitucional adecuándose por ello a las particularidades de cada región y del desarrollo de las mismas.
5.4 Los intereses difusos y la tutela judicial del ambiente
Los intereses difusos se caracterizan por su alcance colectivo, se erigen respecto de situaciones que comparten una masa de
sujetos en distintas escalas: local, regional y nacional. La expresión intereses difusos puede ser usada en su concepción amplia, como
comprensiva de la noción de intereses colectivos o supraindividuales, o bien como sinónimos, sin prejuicio de que siempre que se
habla de intereses colectivos se alude a intereses que tienen como portadores un grupo no ocasional, y sin que resulte siempre claro
qué características debe tener este grupo para que el interés común a los sujetos se especifique de interés difuso a colectivo.
Se sostiene que son intereses difusos aquellos que pertenecen idénticamente a una pluralidad de sujetos, integrantes de grupos,
ligados en virtud de una pretensión de goce por parte de cada uno ellos, de una misma prerrogativa.
Los intereses difusos tienen las siguientes características:
 pluralidad de sujetos;
 unidad de pretensión;
 indiferencia en relación a los derechos subjetivos;
 y debilidad de tutela judicial.
Recordemos el Art. 14 del nuevo Código que reconoce los derechos colectivos.
5.5 Diversas técnicas de defensa de los intereses difusos
Entre las diversas técnicas de acceso a la jurisdicción para la defensa de los intereses difusos se pueden citar:
1) Técnicas de Instancia Pública: son los casos en los que actúa el representante o funcionarios públicos para ejercer este tipo de
acciones como, por ejemplo, el Defensor del Pueblo.
2) El Litisconsorcio: se da cuando un grupo mancomunado de personas se asocia para litigar en común de un mismo objetivo.
3) Acciones por Asociaciones: son aquellas que se incoan cuando la ley reconoce a ciertas asociaciones representatividad de
determinados grupos sociales en la defensa comunitaria.
4) Las acciones populares: son aquellas en las cuales, en algunas jurisdicciones, les está permitido el acceso directo a tribunales a
ciudadanos aislados que invocan un interés público de goce común.
5.6 Las vías procesales de acceso a la jurisdicción
5.6.1 La acción de amparo ambiental
La acción de amparo es un remedio procesal excepcional y subsidiario, siempre que no existiese otro medio judicial más
idóneo en defensa de los derechos y garantías reconocidos por la constitución, un tratado o una ley.
La Constitución Nacional, en su art. 43, dice:
Toda Persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro remedio judicial más
idóneo, contra todo acto de autoridades públicas o particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace,
con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley (…).
En el ámbito constitucional de las provincias, la Constitución de Córdoba prescribe en su art. 53: “La ley garantiza a toda persona,
sin perjuicio de la responsabilidad del estado, la legitimación para obtener de las autoridades la protección de los intereses difusos,
ecológicos o de cualquier otra índole” 7 . La constitución de la Provincia de la Rioja establece en su art. 66: “toda persona cuya acción
pueda producir la degradación del ambiente queda obligado a tomar las precauciones para evitarla. Cualquier persona puede pedir por
acción de amparo la cesación de los casos de la violaron de estos derechos”8 . Por su parte, la constitución de la provincia de Buenos
Aires concede la acción de amparo no sólo a favor de los particulares, sino también del Estado en sentido lato contra actos de la
autoridad pública o particulares, cuando la conducta de los mismos afecte derechos individuales o colectivos, con arbitrariedad o
ilegalidad manifiesta con excepción del Habeas Corpus, procediendo siempre que no puedan utilizarse los remedios ordinarios sin
daño grave e irreparable.
Requisitos de Procedencia y Admisibilidad
Presentes tanto en la ley Nº 16.986 como en lo preceptuado por el artículo 43 de la Constitución Nacional para la procedencia del
amparo:
a) Concurrencia de arbitrariedad e ilegalidad manifiesta del acto impugnado, lo que implica que la impertinencia y el exceso
constitucional del acto sea manifiesto y derive de una legítima restricción de los derechos constitucionales, no pudiendo pretenderse
que la autoridad administrativa justifique la razonabilidad de su actuación.
b) El peligro de daño grave e irreparable que acarrearía limitar la acción del agraviado a la vía judicial ordinaria ante la inexistencia
de otro medio judicial idóneo, para la defensa del derecho cuya afectación invoca. 6 Art. 43 - Ley Nº 24.430. Constitución Nacional.
Congreso de la Nación Argentina.
c) La acción de amparo no será admisible cuando la intervención judicial comprometiera directa o indirectamente la regularidad,
continuidad y eficacia de la prestación de un servicio público o el desenvolvimiento de actividades esenciales del Estado.
d) El Art. 43 de la Constitución Nacional prescribe que deba mantenerse el requisito de que no exista otro medio judicial más
idóneo, y que mientras el accionante pueda recurrir al derecho de peticionar una medida cautelar, no corresponde que acuda al
amparo, mientras no haya un riesgo de daño inminente.
Legitimación activa
El artículo 41 de nuestra Constitución Nacional expresa el reconocimiento otorgado a todos los habitantes de gozar de un
ambiente sano y equilibrado, actualizando la cuestión de la legitimación para accionar en defensa del ambiente. La Constitución
Nacional le reconoce al afectado la posibilidad de accionar por la Vía del Amparo en defensa del ambiente, al Defensor del Pueblo, o a
las asociaciones que propendan a esos fines.

5
El término afectado requiere ser clarificado debidamente, ya que no remite sólo a su carácter de un derecho individual, sino al
titular de clase o sector de derechos de incidencia colectiva.
Por ello, afectado resulta ser el que, no habiendo aun sido dañado, se halla en el ámbito potencial de ser dañado, a diferencia del
damnificado, que es aquel que ha sufrido un daño. En este marco, la legitimación activa es otorgada dentro de los denominados
Derechos Colectivos, consagrados en nuestra Constitución Nacional, ya que la legitimación del titular del derecho afectado se
encuentra regulada en el primer apartado del artículo 43 (Amparo de los Derechos Individuales). Por ello, su titular no acciona en
nombre propio, sino en beneficio de todos, grupo o sector social que representa. Vale decir que se debe probar la pertenencia al grupo
afectado para interponer la acción referida.
En cuanto a la Personería Jurídica de las Asociaciones que propendan a la protección ambiental, la doctrina nacional es unánime en
la operatividad de la Acción de Amparo, por lo que es condición constitucional para que se haga lugar a la misma acreditar la
Personería Jurídica y los respectivos estatutos de donde surja la finalidad de cada Asociación.
5.6.2 Los intereses y los derechos de incidencia colectiva
Determinados formalmente los derechos básicos individuales, nos ocupamos, en el plano de lo jurídico, de las reivindicaciones
colectivas en el 19 marco de la problemática ambiental que produce el crecimiento de las nuevas tecnologías que comprometen los
derechos de las futuras generaciones. En esta materia, la doctrina, inicialmente la italiana, ha propugnado la noción de intereses
colectivos que constituye un concepto acabado y constitucionalmente categorizado. Este alcance colectivo de los derechos,
compromete intereses dignos de respeto de los distintos individuos miembros de una comunidad, más allá de sus propios intereses, de
tal manera que podría decirse de ellos que son intereses “supraindividuales”.
5.6.3 Interés difuso e interés colectivo
Se ha intentado establecer diferencias entre interés difuso e interés colectivo, ya sea en el mayor grado de organización de los
intereses en los colectivos, o según la disciplina que los considere, siendo difusos para el derecho administrativo, y colectivos para el
derecho privado.
Para parte de la doctrina que parte del criterio de que en materia ambiental se ha traspasado el límite del interés difuso para
convertirse en colectivo, considera que el derecho colectivo no sería más que un interés difuso reconocido por el derecho, al que éste
le otorga sus condiciones formales.
En una concepción amplia, los intereses difusos son comprensivos del concepto de interés colectivo o supraindividual. Siempre que
se hable de intereses colectivos se alude a intereses que tienen como portadores un ente exponencial de un grupo no ocasional, sin
que resulte del todo claro si este grupo ha de tener un aspecto organizativo, para que el interés, común a muchos sujetos, se
especifique de interés difuso a interés colectivo.
De acuerdo con todo ello, se sostiene que son intereses difusos los que pertenecen idénticamente a una pluralidad de sujetos en
cuanto integrantes de grupos, o clases de personas, ligadas en virtud de la pretensión de goce, por parte de cada una de ellas, de una
misma prerrogativa.
Los intereses difusos se traducen en colectivos, a través de un proceso de sectorización y especificación. Por ello, el interés
colectivo no es una suma de intereses individuales, sino de identidad de pretensión.
El tratamiento de los derechos colectivos en la reforma constitucional fue objeto de una discusión importante. Algunos
consideraban el reconocimiento de los intereses difusos, a los que se les otorgaba una amplia legitimación procesal para hacer efectiva
la tutela del derecho ambiental.
El concepto de derecho de incidencia colectiva, incluido en el art. 43 de la Constitución Nacional, ha sido objeto de análisis bajo dos
aspectos fundamentales. Por una parte, abandona la interpretación “evanescente” de los derechos de incidencia colectiva; y, por otra
parte, el carácter expansivo 20 que tiene referencia a la “incidencia” colectiva del derecho, produce el mismo efecto que haber
considerado lisa y llanamente los derecho colectivos, puesto que el efecto es exactamente el mismo, esto es: que los legitimados para
accionar el amparo lo hacen en nombre y con efectos generales de todo el grupo que representan.
5.6.4. Defensa jurisdiccional del ambiente
¿De qué manera el ambiente puede ser protegido?
El amparo es una vía, pero no la única, y así lo ha considerado la misma Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya que por un lado,
a partir de un amparo en el caso Mendoza, la Corte obliga a elaborar y poner en marcha un plan de saneamiento de la Cuenca
Matanza-Riachuelo, como lo veremos más adelante en su fallo de 2008; y por otro lado, en el caso Pla, vecinos de Lago Puelo que
reclamaron por la omisión de un plan interjurisdicional que protegiera el ecosistema de Parque Nacional Lago Puelo y la Reserva de
Biosfera Transfronteriza Andino Norpatagónica, contra las provincias de Chubut, Rio Negro y el Estado Nacional, sostuvo que no era la
vía pertinente y dispuso que se tramite como un juicio ordinario con amplitud de prueba, intervención de terceros, etcétera. Porque
hizo prevalecer la complejidad de la materia ambiental sobre la celeridad propia del amparo. Finalmente, en 2011 la causa de cerró por
la caducidad de instancia.
En 2006 la Corte rechazó por defecto legal la demanda por contaminación ambiental promovida contra las empresas petroleras de
Neuquén, el Estado Nacional y otros entes públicos, por no haber realizado el control necesario para evitar el daño ambiental; pero
como en la demanda no se determinó el daño concreto que atribuían a cada una de las empresas petrolíferas, ni qué vinculación tenía
el impacto negativo en el ambiente con la actividad que la concesionarias petroleras llevaban a cabo, ni cuál era el daño en términos
de certidumbre o probabilidad, una de las empresas interpuso la defensa previa por defecto legal, contenida en el Código Procesal, y la
Corte hizo lugar sin reencauzar el caso como sí lo hizo con el caso Pla.
Así también la Corte Suprema desestimó el interdicto por falta de personería, acción sumarísima que tiende a la defensa de la
posesión o de la tenencia frente a turbaciones en esas situaciones o actos de afectación en las relaciones reales, entablada en Chaco
para la protección de un bien patrimonial, integrante del patrimonio cultural de la Nación.
5.6.5 Acción de amparo ambiental y tutela de los derechos de incidencia colectiva
De acuerdo con el alcance de la Ley 16.986, el amparo tiene determinadas características:
 Consagra un amparo nacional contra los actos administrativos y de particulares.
 Cada provincia sanciona regímenes de amparo dentro de los actos que se realizan bajo sus jurisdicciones.
 No alcanza leyes generales.
 Es un remedio extraordinario ante una necesidad de urgente reparación.
 Procede contra la arbitrariedad o ilegalidad manifiesta de los actos de la administración pública.

6
 No admite la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de leyes, decretos, ordenanzas, salvo en algunos casos aislados, tal
como lo admitiera la Corte en los casos Outón y Peralta9 .
Los derechos que protegen el ambiente son tutelados por la acción de amparo de los derechos de incidencia colectiva, la que
procederá cuando el Estado o los particulares afecten el derecho a la salud o el equilibrio ambiental.
El amparo se presenta como un remedio para alcanzar en forma rápida y expedita una medida precautoria, que podría convertir en
irreparable el daño producido. Es una acción que juega como alternativa directamente operativa, principal y no subsidiaria, a través de
una técnica procedimental diferente, en trámite sumarísimo y de resultados efectivos.
5.6.6 Análisis jurisprudencial de la acción de amparo ambiental
Acción de Amparo. Objeto. Requisitos.
Cámara Nacional Civil, Sala D, 22/08/90 “Quesada, Ricardo c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
La admisión del amparo no puede descansar exclusivamente como se pretende en la demanda, en una discrepancia de criterios, a
ello se reduce la presente controversia, es decir, que no puede sostenerse únicamente en 9 Fallo Peralta. 27 de diciembre de 1990.
Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fallo completo: http://goo.gl/NQlfxI 22 la opinión favorable o en el reproche singular o
colectivo que genere, y quizás pueda merecer el proceder de la Municipalidad al talar unos árboles.
Es requisito sine qua non de procedencia de la acción de amparo la concurrencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiesta (art.11,
ley 16.986- ADLA, XXVI-C-1491- ), extremos que no se descubren en la hipótesis sometida al conocimiento del órgano jurisdiccional.
Se puede llamar gobierno a la Administración cuando actúa libremente, y “Administración”, en sentido estricto, a la que tiene por
función exclusiva ejecutar las leyes. Claro está que ésta última función administrativa se distingue de la función judicial, porque en
aquella predomina el libre criterio y, aunque lo coarten las normas jurídicas, estas no prejuzgan sus decisiones.
Existen situaciones por completo ajenas al contralor jurisdiccional, porque corresponden originarias y exclusivamente al ámbito de
la autoridad política, cuyo criterio de conveniencia en la solución no es susceptible de ser revisado en sede judicial.
Debemos considerar el famoso fallo Mendoza10, dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en julio del 2008:
En el año 2004 un grupo de vecinos presenta la demanda contra todas estas personas jurídicas: el Estado Nacional (Poder Ejecutivo
Nacional), la Provincia de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y cuarenta y cuatro (44) empresas que desarrollan
actividad industrial en las adyacencias de la Cuenca Hídrica Matanza-Riachuelo, lo que se pretende es obtener una indemnización por
los daños y perjuicios sufridos a raíz de la contaminación ambiental de dicho río y la recomposición del año al ambiente.
Es un fallo histórico, pues determinó quiénes son los responsables de llevar a cabo las acciones y obras de saneamiento de la
Cuenca Matanza Riachuelo por la altísima contaminación de la Cuenca, los plazos para ser ejecutados y la posibilidad de multar los
incumplimientos de las obras. Se nombró al Defensor del Pueblo de la Nación y a un grupo de Organizaciones No Gubernamentales
para la conformación de un cuerpo colegiado encargado de controlar el Plan de Saneamiento. A partir de este de este fallo se creó
ACUMAR la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, cuyos objetivos son:
 Mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca.
 La recomposición del ambiente en todos sus componentes.
 Prevención de daños con suficiente y razonable grado de predicción.
En 2012, La Corte consideró muy compleja la tarea, por lo que decidió dividir la tarea de seguimiento del cumplimiento de modo
transitoria del siguiente modo:
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 12 seguirá el control de los contratos que se celebren en el marco del
plan de obras de provisión de agua potable, cloacas (a cargo de AySA, ABSA ENHOSA), y del tratamiento de la basura (a cargo de
CEAMSE).
10 Fallo Mendoza. 8 de julio de 2008. Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fallo completo: http://goo.gl/odrHuC
El Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de Morón las restantes competencias atribuidas en el fallo de julio de 2008.
Otro fallo importante por lo que contiene la sentencia de la Corte sobre los intereses colectivos, es el fallo Halabi (no está referido
a una cuestión ambiental pero la doctrina de la sentencia refiere los derechos de incidencia colectiva, propia del derecho ambiental)
La sentencia dispone:
9°) Que en materia de legitimación procesal corresponde, como primer paso, delimitar con precisión tres categorías de derechos:
individuales, de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos, y de incidencia colectiva referentes a intereses
individuales homogéneos.
Que en lo referente al derecho argentino, esta Corte ha advertido en otras ocasiones que el propio texto constitucional autoriza el
ejercicio de las acciones apropiadas para la defensa de intereses colectivos con prescindencia de las figuras expresamente diseñadas
en él o en las normas procesales vigentes. Es oportuno recordar, en ese sentido que, al interpretar el ya tantas veces mencionado art.
43 de la Constitución Nacional, el Tribunal admitió que la protección judicial efectiva no se reduce únicamente al amparo strictu sensu
sino que es susceptible de extenderse a otro tipo de remedios procesales de carácter general como -en esa ocasión- el hábeas corpus
colectivo, pues es lógico suponer que si se reconoce la tutela colectiva de los derechos citados en el párrafo segundo, con igual o
mayor razón la Constitución otorga las mismas herramientas a un bien jurídico de valor prioritario y del que se ocupa en especial, no
precisamente para reducir o acotar su tutela sino para privilegiarla (Fallos: 328:1146, considerandos 15 y 16). Por lo tanto, frente a una
situación como la planteada en el sub examine, dada la naturaleza de los derechos en juego, la calidad de los sujetos integrantes del
colectivo y conforme a lo sostenido reiteradamente por esta Corte en materia de interpretación jurídica, en el sentido de que, además
de la letra de la norma, debe tenerse en cuenta la finalidad perseguida y la dinámica de la realidad, es perfectamente aceptable dentro
del esquema de nuestro ordenamiento que un afectado, el Defensor del Pueblo o determinadas asociaciones deduzcan, en los
términos del ya citado segundo párrafo del artículo 43, una acción colectiva con análogas características y efectos a la existente en el
derecho 24 norteamericano (confr. fallo referido, considerando 17 y sus citas).

7
Zeballos de Sisto, M. C. (1996). El Derecho Ambiental Internacional: esquema de evolución.
Los sombreros victorianos y el nacimiento del derecho ambiental internacional
Aunque parezca mentira uno de los primeros acuerdos de contenido ambiental tiene que ver con los sombreros adornados con
múltiples plumas que impuso la reina Victoriana. Es que las cosas de la naturaleza están entrelazadas.
También, las modas y costumbres de todas las épocas. El novísimo principio de la interdependencia ambiental parece que era
conocido en otros tiempos. En especial por los agricultores y la gente de campo.
Como ejemplo de ello, rastreando los Orígenes del derecho ambiental, he encontrado la demanda formulada, en 1868, al
Ministerio de Relaciones Exteriores del imperio Austro-Húngaro por un grupo de agricultores preocupados por la depredación de aves
insectívoras llevada a cabo por la industria del plumaje, muy desarrollada a raíz de la moda victoriana que imponía plumas a doquier.
Solicitaban al emperador Francisco José la suscripción de un tratado internacional para proteger a las aves beneficiosas de la
agricultura.
Pocos años después, en 1872, el Consejo Federal Suizo planteó la creación de una comisión internacional para la redacción de un
acuerdo de protección de aves. Todas estas inquietudes tuvieron favorable acogida en 1884 cuando se reúne la comunidad
ornitológica internacional en un congreso que se convoca en Viena. Con estos antecedentes se prepararon las bases para que en 1902
se pudiera firmar en París, uno de los primeros 2 instrumentos internacionales referido a la conservación: el ‘acuerdo internacional
para la protección de las Aves Útiles para la Agricultura’ que establece normas de conservación de fauna, prohibición de captura de
determinadas especies, y obligaciones tendientes al cuidado de nido y huevos. Los móviles que llevaron a la firma de este convenio
fueron económicos. Pero, que nacimiento especial. Entre participación ciudadana, sombreros, plumas y damiselas para proteger
recursos naturales renovables que ya están en peligro de extinción”.
“En los años posteriores, en los albores de este siglo, se firman los primeros instrumentos bilaterales y regionales. Los temas
iniciales estaban relacionados con:
1. La salud humana;
2. La utilización de sustancias contaminantes en las guerras;
3. Las condiciones ambientales de los trabajadores;
4. La navegación y explotación de algunos ríos, y;
5. La creación de parques y áreas de reserva de flora y fauna.”
“El desarrollo de esta materia en lo que va del siglo ha impulsado la firma de más de 4000 acuerdos bilaterales y numerosos y
variados acuerdos y tratados de alcance universal. El análisis de estos documentos nos muestra un proceso caracterizado por
permanentes cambios y evoluciones en la concepción de la relación sociedad-naturaleza.”
“Tal ha sido la transformación del derecho internacional en esta materia que hoy resulta imposible enumerar y explicar el
contenido y trascendencia de los acuerdos y convenciones que integran el derecho ambiental internacional actual.”
“Con el doble objeto de explicar la construcción de este derecho y de esbozar un panorama de los instrumentos multilaterales más
importantes, desde una óptica estrictamente didáctica, voy a dividir este siglo en varios periodos, que considero claros, para incluir en
cada uno de ellos a los documentos más representativos de cada época. Con ese sentido voy a considerar las siguientes etapas”. A
saber:
 Primera etapa: desde los primeros instrumentos internacionales hasta el fin de la segunda guerra mundial.
 Segunda etapa: desde 1945 hasta la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio humano (Estocolmo 1972).
 Tercera etapa: acuerdos y tratados firmados a partir de 1972.
 Cuarta etapa: la conferencia de Río de Janeiro sobre ambiente y el desarrollo (junio de 1992).
Primera etapa:
Desde los primeros instrumentos internacionales hasta el fin de la segunda guerra.
La idea base de los primeros acuerdos fue la conservación. Las preocupaciones eran de índole económica. La ecología vino
después. En esta etapa se suscribieron acuerdos y tratados regionales referidos a problemas concretos. Se los puede agrupar de la
siguiente manera:
I) Acuerdos que crean sistemas regionales para preservar fauna y flora en su estado natural. Promueven la creación
de áreas naturales.
- La “Convención Africana para la preservación de Animales, Aves y Peces de la Vida Silvestre”. Firmada en Londres el 19 de mayo
de 1900 y ratificada por Alemania, España, Francia, Italia, Portugal y el Reino Unido.
Objetivos: Preservación de la oferta comercial de trofeos de caza, marfil y pieles para el mercado internacional.
Aparece la noción de protección de especies en función de su rareza. Contempla la posibilidad de crear reservas naturales de
protección de fauna. Incluye el concepto de especie dañina. Insta a que las partes pongan en marcha programas de destrucción de
huevos de cocodrilo y víboras venenosas. –
El “Acuerdo para la Protección de las Aves Útiles para la Agricultura”. Firmado en París el 19 de marzo de 1902 por Austria, Bélgica,
Checoslovaquia, Francia, Alemania, Hungría, Holanda, Suiza, España, Polonia y Portugal.
Objetivos: prohibición de caza o captura de aves útiles para la agricultura enumeradas en un anexo. Crea obligaciones respecto del
cuidado de nidos y huevos y restricciones al comercio de aves y sus productos. –
La “Convención sobre la conservación de la Fauna y la Flora en su Estado Natural”. Firmada en Londres en 1933 por Bélgica, Egipto,
India, Italia, Reino Unido, Sudan y Portugal entre otros.
Objetivos: desarrollo de las áreas protegidas como método eficiente de protección de la fauna silvestre. Enumera en un anexo las
especies especialmente protegidas. Actualmente en vigor, aunque no tiene aplicación práctica porque fue rubricado por estados
europeos que poseían colonias en territorio africano. –
La “Convención para la Preservación de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América”.
Firmada en Washington el 12 de octubre de 1940 por la mayoría de los estados americanos.
Objetivos: Proteger y conservar en su medio ambiente natural, ejemplares de todas las especies y géneros de su flora y su fauna
indígena. Y, proteger y conservar los paisajes de incomparable belleza, las formaciones geológicas extraordinarias y los objetivos
naturales de interés estético y valor histórico. Define cuatro categorías de áreas naturales protegidas.
La Argentina ratificó con reservas el 27 de junio de 1946.
En esta etapa y sobre este tema se firmaron varios acuerdos bilaterales. Se destacan los siguientes: -

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Tratado sobre especies migratorias firmado entre Estados Unidos y el Reino Unido, en representación de Canadá, el 16 de agosto
de 1916.
Tratado para proteger aves migratorias de interés para la caza firmada entre Dinamarca y Suecia el 9 de octubre de 1931. –
Tratado referido a especies migratorias firmado entre Estados Unidos y México el 7 de febrero de 1936.
II) Tratados destinados a proteger determinadas especies
En este periodo sólo he encontrado el referido a la protección de la ballena. Sus datos son los siguientes: -
El “primer tratado ballenero internacional. Firmado en Ginebra el 24 de setiembre de 1931”. Entró en vigor el 16 de enero de 1935.
Objetivos: Protección de la ballena de barba. Este tratado fue remplazado posteriormente por acuerdos más completos hasta la
suscripción de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de las Ballenas del año 1946.
III) Acuerdos que regulan cuencas hídricas: -
La “Convención para Regular la Navegación del Río Rin”. Firmada en Mannheim en el año 1868 por el Reino Unido, Suiza, Holanda,
Alemania, Francia y Bélgica.
Objetivos: regular la navegación del Río Rin. Ha sido modificada en el año 1963 y 1969. Consta de varios protocolos adicionales. –
El “Tratado para la Reglamentación de la Pesca de Salmónidos en la cuenca del Rin”. Firmado en Berlín en el año 1885 por
Alemania, Luxemburgo, Holanda y suiza.
IV) Acuerdos que regulan el empleo de sustancias contaminantes en tiempo de guerra –
El “Protocolo para la prohibición del empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares y armas bacteriológicas”. Firmado
en Ginebra el 17 de junio del año 1925.
Objetivos: Se trata de un “acuerdo de carácter universal al cual se ha adherido la Argentina. En relación con este tema ver la
convención sobre la prohibición de utilizar técnicas que modifiquen el ambiente con fines militares y otros fines hostiles. Firmada en la
sede de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1976.
V) Acuerdos que regulan las condiciones ambientales en los lugares de trabajo –
El “Convenio relativo al empleo de la cerusa en la pintura”. Adoptado en Ginebra, en el marco de la OIT, en el año 1921.
VI) Acuerdos de alcance universal referidos a la lucha contra las epizootias
Las Epizootias, son enfermedades contagiosas que aparecen súbitamente y atacan a muchos animales de la misma especie en una
determinada comarca o región. Es un término equivalente al de Epidemia en el hombre. Se pueden considerar ejemplos incluidos en
este tipo de enfermedades: la Rabia, La Aftosa, La Durina, El Muermo y la Fiebre Porcina, entre otras.
Los “convenios para crear una oficina internacional de epizootias” firmados en París el 25 de enero de 1924. –
La “Convención Internacional para la lucha contra las enfermedades contagiosas de los animales” firmada en Ginebra el 20 de
febrero de 1935 por Yugoslavia, la U.R.S.S, Turquía, Rumania, Polonia, Bélgica, Bulgaria e Irak entre otros.
Segunda etapa:
Desde 1945 hasta la conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio humano (Estocolmo 1972)
El marco de institucionalización primaria de esta incipiente conciencia ambiental de los años cincuenta fue la Organización de
Naciones Unidas, quien desde su creación, al final de la segunda guerra, tuvo el cometido de resolver los problemas más graves que
enfrente la humanidad no lográndolo siempre, probablemente merced de las disputas políticas y económicas que en su seno se
debaten.
El papel de la UNESCO, (Organización de Naciones Unidas para la educación y la Cultura) fue de fundamental importancia en este
crecimiento institucional, que junto a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos (UICN) inicio las
Conferencias Técnicas Internacionales para la Protección de la Naturaleza, la primera de las cuales celebró, en una de las primeras
sedes de Naciones Unidas, a escasos kilómetros de la ciudad de Nueva Cork, en Lake Success, allá por el año 1949.
Las ediciones de las conferencias técnicas no se agotaron en 1949, y en su extendida trayectoria ha dedicado su atención a temas
tales como: paisaje rural, flora, fauna y su vinculación con la densidad poblacional, el problema de los insecticidas, pesticidas y
herbicidas, la erosión del suelo, las centrales hidroeléctricas, etc.
También en el ámbito de Comercio Marítimo, la Organización Marítima Consultiva Intergubernamental (OMCI), fundada en 1848
destinada a las cuestiones destinadas al transporte marítimo debió crear un Comité para la Protección del Entorno Marino ante los
constantes ataques a la naturaleza marina por el vertido de productos petrolíferos y demás contaminantes en las aguas oceánicas.
Con la Conferencia Científica de Naciones Unidas sobre Conservación y Utilización de Recursos, reunida en Nueva York en 1949, se
da el primer intento orgánico de institucionalización de la Conciencia Ambiental a nivel internacional y en el marco de la ONU.
En el año 1954 se suscribe en Londres el Acuerdo Internacional para la prevención de la contaminación por el petróleo y en 1956 se
crea la Agencia Internacional de la Energía.
Esta etapa se inicia con la constitución de las grandes organizaciones internacionales de carácter universal y la creación de sistemas
regionales y subregionales de rango internacional y concluye con dos hechos que constituyen hitos muy importantes para la evolución
de esta materia:
a) La firma de la primera convención global moderna para la conservación integral de la naturaleza (la convención Rasmar), y
b) La reunión de Estocolmo.
Los instrumentos internacionales que se gestan en esta época, en un comienzo, están destinados a proteger determinados
recursos naturales o ciertas regiones del planeta afectadas por situaciones ambientales críticas. Posteriormente, al afianzarse la
doctrina y el pensamiento ambiental, se observa que las acciones internacionales tratan de armonizar economía con protección de
especies o ecosistemas.
Los acuerdos se orientan a las soluciones globalizadoras. Ellos son el principal instrumento de las políticas ambientales
internacionales orientadas a los grandes acuerdos universales donde se plasman principios vinculados con el ecodesarrollo, la
economía sustentable y la solidaridad ambiental entre los países.
En este periodo los documentos internacionales pueden ordenarse de la siguiente manera:
I) Convenios internacionales constitutivos de organismos internacionales universales, regionales y subregionales:
• La “organización para la Aviación Civil Internacional (OACI)”. En 1994 se firma, en Chicago, la convención que crea la OACI,
organización que incide indirectamente en temas ambientales.
• La “Carta de las Naciones Unidas”. Firmada en la ciudad de San Francisco (Estados Unidos de América), el 26 de junio de 1945.
Por ella se crea el sistema internacional de las Naciones Unidas del que es parte la Argentina desde el 24 de octubre de 1945.

9
Esta organización internacional ha incidido favorablemente en el desarrollo del moderno derecho ambiental internacional. En el
marco de Naciones Unidas se gestaron las conferencias más importantes en materia ambiental y se gestionan los pocos acuerdos con
contenido vinculante existente.
El “Acta constitutivo de la FAO”
“En 1945, se firma en Quebec el acta constitutiva de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Ratificada por la Argentina. Indirectamente vinculada con la temática ambiental”.
Es de destacar el significativo vínculo existente entre una organización destinada a la agricultura y alimentación y las posibilidades
de desarrollo sustentable de las naciones.
La misión de la FAO es contribuir a construir para las generaciones presentes y futuras un mundo en el que impere la seguridad
alimentaria. La FAO está comprometida durante los próximos 15 años con sus miembros a:
1. Reducir la inseguridad alimentaria y la pobreza rural;
2. Garantizar un marco normativo y reglamentario favorable para la alimentación y la agricultura, la pesca y la actividad forestal;
(Requisitos esenciales para la conservación de la fauna, la flora y la riqueza ictícola)
3. Garantizar incrementos sostenibles del suministro disponibilidad de alimentos; (presupuesto del desarrollo sostenible)
4. Conservar y fortalecer la base de recursos naturales; generar conocimientos sobre la alimentación y la agricultura, la pesca y la
actividad forestal. –
La “Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO)”
Firmada en Londres el 16 de noviembre de 1945. Indirectamente vinculada con la temática ambiental. Ratificación Argentina por
ley 13.204.
Las organizaciones internacionales regionales
Luego de la segunda guerra mundial los estados desarrollaron políticas de integración regional. En respuesta a esta tendencia de
cooperación se crean los siguientes sistemas regionales:
1. La Organización de los Estados Americanos;
2. La Organización de los Estados Centroamericanos;
3. La Liga de los Estados Árabes y;
4. La Comunidad Económica Europea. E
stas organizaciones incidirán, a partir de la década de los setenta, en la adopción de medidas y acciones destinadas a la protección
integral del ambiente de sus países. –
“La Organización de los Estados Americanos” surge en la novena Conferencia Internacional Americana reunida en Bogotá el 30 de
abril de 1948. La carta de la Organización de los Estados Americanos fue enmendada por el Protocolo de Buenos Aires de 1967
(ratificado en la Argentina por ley 17.281) y el Protocolo de Cartagena de Indias (Colombia) del 5 de diciembre de 1985 (ratificación en
la Argentina por ley 23.617).
Esta organización, indirectamente vinculada con la temática, ha favorecido la creación de mecanismos de protección ambiental
para su región.
II) Tratados y otros acuerdos internacionales destinados a proteger o regular la explotación recursos naturales y
ecosistemas vitales ubicados en determinadas regiones del planeta
En este periodo comienzan a protegerse regiones afectadas por la explotación de alguno de sus recursos naturales. Con este
objetivo se firman acuerdos que crean sistemas para:
1) Ordenar la pesca en el océano Pacífico;
2) En el Atlántico;
3) En el Mar del Norte, y;
4) En el Mediterráneo.
5) Se organizan Comités Internacionales para regular cuencas hídricas. Por ejemplo, el del río Danubio. Su navegación fue
reglamentada por una convención firmada en Belgrano en 1948.
6) Se instaura el sistema que permitirá definir la situación del continente Antártico.
Son de interés para América Latina en general y la Argentina en particular los siguientes instrumentos internacionales:
a) Temática General:
El “Tratado Antártico”
Firmado en Washington, D.C. el 1ro. De diciembre de 1959. Ratificado por la Argentina por ley 15.802
Subscrito por los gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Noruega, la Unión del África del Sur, la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña y los Estados Unidos de América.
Desde su firma, el sistema del Tratado Antártico, fue evolucionando en cuanto al número de países que lo integran y al alcance de
sus objetivos.
Entre los objetivos iniciales del tratado figuran las medidas relacionadas “con el uso de la Antártida para fines exclusivamente
pacíficos” y “la protección y conservación de los recursos vivos”. (Art. 9 inc. 1).
Respecto de los recursos minerales de la región en la Cuarta Reunión de las Partes se adoptó la “convención para la
reglamentación de las actividades sobre Recursos Minerales Antártico”, que se anexaría a la convención. Se abrió a la firma en
Washington el 25 de noviembre de 1988, pero no entró en vigor al no alcanzar el número de estados ratificantes (negativa Francesa y
Australiana).
b) Temática ambiental propiamente dicha:
El 3 de octubre de 1991, se firmó en Madrid el Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente.
El “tratado que crea la Comisión permanente para la explotación y la conservación de los recursos marinos del Pacífico Sud”.
Firmado en Santiago de Chile en el año 1952. Esta convención fue modificada en 1954 y se firmó un protocolo accesorio en 1955.
El “Convenio internacional para la conservación de los recursos vivos del Atlántico Suboriental”. Tiene entre sus objetivos formular
recomendaciones reglamentado el tamaño de las redes de pesca; las artes y aparejos de pesca; la talla de los pescados que toda
embarcación puede tener a bordo, y el establecimiento de zonas abiertas y cerradas de explotación. La Argentina no es signataria de
este sistema. –
“El tratado de la Cuenca del Plata.” Firmado en Brasilia el 23 de abril de 1969 entre los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil,
Paraguay y Uruguay. Ratificación Argentina por ley 18.590.

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Por el presente tratado se institucionaliza el sistema de la Cuenca del Plata que tiene por principal objetivo proveer el desarrollo
armónico y la integración física de la cuenca (ver respecto a los objetivos de contenido ambiental el Art. 1er. Tratado).
III) Tratados y otros acuerdos internacionales universales y regionales destinados a proteger determinadas especies
La “convención para la reglamentación de la Caza de ballena.”
Firmada en Washington, D.C. el 2 de diciembre de 1946 por Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Dinamarca,
Francia, Islandia, India, Japón, Corea, México, entre otros estados.
Su objetivo fue disminuir la caza que oscilaba entre 7.000 a 8.000 ejemplares anualmente, lo cual puso al borde de la extinción a 30
especies de ballenas en todo el planeta durante la primera mitad del siglo XX.
Como objetivo general se planteó: Proteger a todas las especies de ballenas de la sobreexplotación y salvaguardar para las futuras
generaciones el gran recurso natural representado por estos cetáceos, a través de un sistema de regulación internacional, que
preserve y controle tanto su conservación como el comercio internacional que de ellos se hace
Entre sus objetivos específicos se encuentran:
1) Regular la comercialización de la ballena, estableciendo cuotas de captura anuales para cada país ballenero.
2) Establecer protección temporal y alternada a los diferentes tipos de ballenas que existen.
Como aspectos relevantes a tener en cuenta se puede mencionar que: Gracias a esta convención se crea la Comisión Ballenera
Internacional (CBI), en 1948, la cual tiene reuniones anuales. Entre sus logros más importantes figuran:
1. El establecimiento de la Primera Moratoria para la Caza de Ballenas (1948). La caza se limitaría a fines científicos y de
subsistencia.
2. Creación del Primer Santuario Ballenero Austral (1994), ubicado debajo del paralelo 40. Además se prohíbe la caza comercial en
esta zona. Gracias a la CBI la población de ballenas ha comenzado a recuperarse lentamente en las reservas de la Antártida, el Océano
Índico y en las costas de California, EEUU.
La “Convención para la conservación de focas antárticas”
Esta convención fue firmada en Londres por los Estados que participaron en la Conferencia sobre Conservación de Focas
Antárticas, celebrada entre el 3 y el 11 de febrero de 1972. (Ver ley 21.676 del 31/10/77 referente a la aprobación por la Argentina).
La convención se aplica al mar ubicado al sur de los 60 de latitud sur respecto de las siguientes especies:
1. Elefante marino Mironga leonina,
2. Leopardo marino Hydruga leptonyx;
3. Foca de Weddell;
4. Foca de Ross y;
5. Lobo de dos pelos Aretocephalus sp. Cuenta con la colaboración del Comité Científico para la investigación Antártica del Consejo
Internacional de Uniones Científicas (SCAR).
El “convenio para la Conservación de la Vicuña”. (Acuerdo Regional)
El mismo fue signado en La Paz el 16 de agosto de 1969 por los siguientes países: Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador.
Ratificación Argentina (ADLA XXXI-C p. 2920).
IV) Acuerdos y convenios que promueven la constitución de áreas protegidas
Como una evolución de la etapa anterior en este periodo se firman convenciones regionales y universales referidas a la
organización dentro de los países de sistemas de áreas protegidas y parques naturales. Por su importancia mencionaré las siguientes: -
La “Convención Africana para la conservación de la Naturaleza y sus Recursos Naturales”. (Se la conoce como Convención Africana)
Se firmó en Argel el 15 de setiembre de 1968, en remplazo de la Convención de Londres de 1933 mencionada anteriormente. Fue
suscrita en el marco de la Organización de Unidad Africana.
Entre sus objetivos se destacan: la conservación de especies, la creación de áreas protegidas y la conservación, uso y desarrollo del
suelo, el agua, la flora y la fauna.
Define tres categorías de áreas protegidas, a saber:
I. Parques naturales;
II. Reservas intangibles y;
III. Reservas especiales, y además introduce el concepto de manejo óptimo sostenido para los recursos faunísticos.
En esta convención ya están presentes principios abarcativos de la realidad ambiental, enfoques sistémicos y criterios vinculados al
desarrollo sostenido que luego caracterizarán al derecho ambiental internacional. –
La “Convención relativa a los humedales de importancia internacional especialmente hábitat de aves acuáticas”. (Convención
Ramsar)
Firmada en Ramsar, Irán, el 2 de febrero de 1971, crea un sistema internacional de cooperación en materia de áreas naturales que
funcionen como hábitat de aves acuáticas. Argentina es parte del sistema desde el 21 de marzo de 1991 al ratificar la convención por la
ley Nro. 23.919.
V) La protección del mar
Sobre esta materia se firmaron varios acuerdos y tratados tendientes a regular la pesca, prevenir y combatir contaminaciones,
pactar la explotación de los recursos del mar, y determinar la plataforma continental. Resalto por su utilidad los que se refieren a la
contaminación del mar por hidrocarburos.
La “Convención de Londres para prevenir la contaminación del mar por hidrocarburos”.
Firmada en el año 1954. Enmendada en los años 1962, 1969, y 1971. Ratificación Argentina por ley Nro. 21.353 del 8/7/76. –
La “Convención referida a la regulación de la pesca y la conservación de los recursos biológicos de alta mar”. Firmada en Ginebra
en 1958.
El tema del derecho del mar probablemente quedará resuelto, en gran medida, cuando entre en vigor la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar del año 1982. –
La “Convención sobre la responsabilidad civil por los daños causados por la contaminación por hidrocarburos.”
Firmada en Bruselas en el año 1969. La acompaña un Protocolo del año 1976. –
La “Convención sobre la intervención en alta mar en case de incidentes que entrañen una contaminación por hidrocarburos.”
Firmado en Bruselas en 1969. En el año 1973 se firmó un protocolo que amplía los alcances de la convención a los casos de
accidentes que ocasionen contaminaciones por otras sustanciales.
VI) Las sustancias radioactivas

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En esta etapa también se suscriben acuerdos referidos al manejo de la energía nuclear, la protección de los trabajadores contra las
radiaciones ionizantes (ver ley 21.664 del 10/10/77 respecto de su aprobación en la Argentina), la responsabilidad civil en materia de
accidentes nucleares y la prohibición de utilizar armas nucleares en determinadas regiones.
Por su importancia, hay que mencionar específicamente los siguientes documentos: -
El “Tratado de prohibición de pruebas con armas nucleares en la atmosfera, en el espacio ultraterrestre y bajo el agua”.
Firmado por los Estados Unidos de América, el Reino Unido de la Gran Bretaña y la Unión de Repúblicas Soviéticas como “partes
ordinarias” en Moscú el 5 de agosto de 1963. Entro en vigor el 10 de octubre del mismo año. Argentina lo ratifico por la ley 32.340. –
El “Tratado para la proscripción de las armas nucleares en América Latina”. (Se lo conoce como tratado de Tlatelolco). 15 Fue
firmado en Tlatelolco, México, el 14 de febrero de 1967. Entro en vigor el 22 de abril de 1968.
En esta etapa, también, se crea el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que tiene sede en Viena. El tema de la
política internacional referida a la energía atómica merece, por su importancia, un capítulo aparte. Aquí me he limitado a mencionar
algunos acuerdos.
VII) Regulación de las actividades en el espacio ultraterrestre:
En respuesta a los adelantos científicos y técnicos que permitieron a la humanidad o a parte de ella explorar el espacio
ultraterrestre se firmaron varios acuerdos para regular esta nueva actividad de los estados. En especial, en temas referidos a la
responsabilidad por daños a terceros en la superficie. Ellos son: -
El “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los estados en la explotación y utilización del espacio
ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes”.
Firmado el 27 de enero de 1967, en Londres, Moscú y Washington. Ratificado por la Argentina.
El “Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre.”
Hecho en tres ejemplares, en las ciudades de Londres, Moscú y Washington el 22 de abril de 1968. - El “Convenio sobre la
responsabilidad por daños causados por objetos especiales”.
Firmado el 29 de marzo de 1972, en Washington y Moscú, y el 5 de abril, del mismo año, en Londres. Argentina lo ratifico por la ley
23.335 del 30 de julio de 1986.
VIII) La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano
Los antecedentes:
Punto clave de este proceso de institucionalización se da con la “Conferencia Internacional sobre la Utilización Racional y la
conservación de los recursos de la Biosfera”, celebrada en París durante el mes de septiembre de 1968, organizada por la UNESCO, en
colaboración con 16 Naciones Unidas, la FAO, la OMS, el Programa Biológico Internacional del Consejo Internacional de Uniones
Científicas y la UICN, con una participación de 240 provenientes de 63 países y de 90 representantes de Organizaciones
Internacionales.
La conferencia de la Biosfera insertó en el ámbito ecológico internacional el término “Boulding”, referido a la tierra concebida
como una gran nave espacial de unos 3500 millones de pasajeros, imagen que en el contexto desarrollista de la época, preocupado por
la elevación del producto bruto en forma constante, por considerarlo en índice de crecimiento por excelencia resulta bastante
revolucionaria.
Uno de los frutos más importantes de esta Conferencia fue el programa “MAB- Man and Biosphere”, organizado como programa
interdisciplinar. Se divide en cuatro fases e incluye trece proyectos de estudio.
Simultáneamente a la preparación de la conferencia de la Biosfera por parte de la UNESCO, el embajador de Naciones Unidas,
Sverker C. Amstrong, acordaba con la organización para que el tema medioambiental fuera incluido en la agenda de tratamiento de la
XXIII Asamblea General y debatido que fuera el tema en la Asamblea por resolución Nro. 2398/XXIII, se encargó al Secretario General
de la ONU que recogiera el máximo de datos posibles que ofrecieran de base fáctica para la elaboración de un plan de protección del
entorno a elaborar por el propio secretario.
U Thant, quien fuera en ese momento Secretario General de la ONU, entrego, el 26 de Mayo de 1969, un informe titulado “El
Hombre y su Medio Ambiente”, y la Asamblea decidió que la UNESCO realizara una serie de simposios regionales durante los dos
siguientes años como preparatorios de una conferencia especial a los efectos.
La preparación de la Conferencia no fue un camino fácil de recorrer atento a la desconfianza de las naciones entre sí y las intrigas
que precedieron el tratamiento del tema en cuestión, que por entonces recordamos, carecía de tratamiento institucional alguno ya sea
a nivel nacional o internacional.
Los países en vías de desarrollo y en particular las naciones del Bloque Socialista del Este de Europa condicionaron su participación
a la concurrencia oficial a la conferencia, y con plenos derechos de la República Democrática Alemana.
Finalmente la participación de países del Bloque Socialista quedo reducida a Rumania y Yugoslavia. Si participó China,
recientemente admitida como miembro de Naciones Unidas en 1981.
Sin embargo y más allá de las intrigas este – oeste producto de la confrontación ideológica de la época, quienes opusieron duras
resistencias 17 fueron los países del Tercer Mundo, que con fundado temor planteaban que no debía diversificarse la atención mundial
en el tema ambiental si ello habría de implicar un menoscabo en la atención brindada por los Organismos Internacionales a tema
alimentación y desarrollo.
Asimismo las naciones en vías de desarrollo también planteaban ya en esa época que de aplicarse objetivos ambientales a sus
procesos de extracción de recursos naturales y de producción corrían el riesgo de congelar su incipiente desarrollo, como otro
elemento contenedor del avance ambientalista.
Pese a los inconvenientes y con la participación de 1200 delegados, representantes de 110 países, se desarrolló entre el 5 y el 15
de junio de 1972, la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Estocolmo. La misma fue presidida por el Ministerio
de Agricultura Sueco Ingemund Bengtsson quedando a cargo de la Secretaria General de la Conferencia, el ex Director General de la
Agencia Canadiense para el desarrollo internacional, Maurice Strong, quien fuera uno de los principales mentores de esta conferencia.
Recompilando con la autora decimos que “… hacia fines de la década de los 60 la inter disciplina, ambiental se afianzo en el
pensamiento universal. Las amas de casa, los líderes religiosos, los inteligentes de los movimientos contestatarios y los políticos
comenzaron a entender que era necesario concebir un cambio en las relaciones con los elementos de la Tierra. Se comenzó a entender
que se podía armonizar conservación con desarrollo. A su vez algunas catástrofes ambientales de carácter universal fueron alertado a
cerca de la necesidad de crear sistemas internacionales que permitieran generar soluciones para cuestiones que excedieran los límites
de los estados”.

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La conferencia:
Como antecedente para el debate que habría de producirse en la conferencia, se presentó traducido en 10 idiomas un informe
denominado “Una sola tierra, el cuidado y conservación de un pequeño planeta”. Para el debate y las deliberaciones, la conferencia se
dividió en tres comités, y como resultado final se aprobó una declaración de 26 principios y 109 recomendaciones, con un preámbulo
relativo a la visión ecológica del mundo resumido en siete grandes principios, “Declaraciones sobre el Medio Humano”.
Como se dijo “la integran un preámbulo y 26 principios. Su preámbulo tiene una base ética.” En él se afirma que “la defensa y el
mejoramiento del 18 medio humano para las generaciones presentes y futuras se ha convertido en meta imperiosa de la
humanidad…”.
En esta reunión nace un vocablo: ECODESARROLLO. “entendido como aquel estilo que posibilita disponer de los recursos para la
satisfacción de las necesidades de la población en función de elevar su calidad de vida mediante la utilización integral de los
ecosistemas a largo plazo”.
A partir de esta conferencia se crearon organizaciones especializadas en la protección del ambiente, institucionalizándose un
programa denominado “programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente” (P.N.U.M.A), con sede en Nairobi y con vigencia en la
actualidad.
Precisamente en Nairobi, Kenia, en 1982, se celebra la conferencia de la ONU, en un intento en que esta sede se convierta en
Cumbre Oficial de la Tierra, pero lamentablemente junto a las divergencias naturales de las naciones en cuanto a protección del
ambiente se refiere, corrían tiempos de profundas divergencias oriente – occidente al compás de la denominada Guerra Fría, todo lo
cual hizo fracasar las posibilidades de acuerdo. Reunida entre el 5 al 16 de junio de 1972 con la participación de 113 países, dio como
resultado una declaración que se ha transformado en la piedra fundamental de todas las políticas ambientales futuras.
Decíamos que la Conferencia preparó un plan de acción para el medio humano con 109 recomendaciones.
Designó al 5 de junio “Día Mundial del Medio Ambiente” e instó para que en ese día los gobiernos y las organizaciones del Sistema
de las Naciones Unidas emprendan actividades que reafirmen su preocupación por la protección y el mejoramiento del medio
ambiente con miras a hacer más profunda la conciencia de los pueblos hacia el entorno humano.
La Declaración de Estocolmo no es vinculante, pero ha tenido el mérito de haber comprometido éticamente a los países que la
firmaron. Fundamentalmente está dirigida a los responsables políticos del mundo y ha unido calidad ambiental con desarrollo
económico.
Tercera parte: acuerdos tratados firmados a partir de 1972
Inmediatamente después de Estocolmo la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba, en su vigésimo séptimo periodo de
sesiones (19 de setiembre de 1972), una serie de resoluciones sobre el medio ambiente referidas a los siguientes temas:
• Cooperación entre los Estados en el campo del medio ambiente.
• Responsabilidad ambiental de los Estados.
• Creación del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
• Creación de la Secretaria del Medio Ambiente dentro del sistema de Naciones Unidas. Se decide ubicar su sede en Nairobi, Kenia.
• Disposiciones institucionales y financieras para la cooperación internacional en relativo al medio ambiente.
Luego de Estocolmo, en el ámbito particular de los países se crean organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (ONG)
destinados a tratar la cuestión. Comienza a modificarse el derecho interno de los Estados y a principios vinculados con las políticas
ambientales. Por ejemplo, en la española de 1978 (art. 45) en la peruana de 1979 (art. 118), en la chilena de 1980 (art. 23), y en la de la
República Popular China de 1978 (arts. 7, 8 y 9), entre otras.
En esta fase se consolidan las Organizaciones no Gubernamentales Internacionales. Por su importancia citaré las siguientes: la
UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales) (1948 – Fontainebleau), la WWF (Fondo
Mundial para la Naturaleza) y Greenpeace. Estas instituciones, en principio, se mantienen independientes de los gobiernos de los
Estados y de los partidos políticos, pero han tenido una importante influencia en la construcción del derecho ambiental internacional;
(con el objeto de completar distintos aspectos de esta evolución, oportunamente, voy a analizar los documentos y estrategias forjados
por estas instituciones).
Hay que destacar, dentro de esta evolución, que a diez años de la reunión de Estocolmo, por resolución del 28 de octubre de 1982,
la Asamblea General de las Naciones Unidas ratificó los principios de la Declaración de Estocolmo por intermedio de la Carta Mundial
de la Naturaleza. Se trata de un documento de tinte romántico y poco práctico que tiene el mérito de reflejar las preocupaciones
ambientales de ese momento.
Ahora bien, durante estas dos décadas los instrumentos internacionales se fueron adaptando a las ideas globalizadoras e
integradoras gestadas, en general, por la interdisciplina ambiental y, en particular, por las teorías ecodesarrollistas. Aquí se produce
una rápida modificación en la estructura de esta especialidad del derecho. He optado por clasificarlos de la siguiente manera:
I. Documentos y estrategias forjados por Organizaciones No Gubernamentales o por encargo de Organismos
Internacionales. (No forman parte del derecho internacional, pero contribuyen a su evolución).
Entre las más importantes mencionare las siguientes:
• Estrategia Mundial para la conservación
Este documento fue elaborado por UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales) con
la asesoría y el apoyo financiero del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente) y el WWF (Fondo Mundial
para la Naturaleza) en el año 1980.
La finalidad de la Estrategia Mundial de la Conservación es la de alcanzar los tres objetivos principales de la conservación de los
recursos vivos. A saber:
a) mantener los procesos ecológicos esenciales y los sistemas vitales;
b) preservar la diversidad genética, y
c) asegurar el aprovechamiento sostenido de las especies y de los ecosistemas. •
El Reporte Brundtland (Nuestro Futuro Común)
En 1983 se crea la Comisión sobre el Medio Ambiente y el desarrollo (comisión Brundtland), que elabora el informe denominado
Nuestro Futuro Común, con cuya presentación en el año 1987 se generaliza el concepto de Desarrollo Sostenible.
El informe elaborado por la Comisión sobre el medio Ambiente y el Desarrollo creada por las Naciones Unidas en 1983. Consta de
casi 400 páginas. Fue declarado bienvenido por este Organismo Internacional y se convirtió en uno de los documentos básicos para
convocar a la gran asamblea de Río de Janeiro de 1992.

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• Perspectivas ambientales para el año 2000 y más allá
Informe preparado por el PNUMA en el año 1987 como un aporte para la Conferencia de Río de Janeiro de 1992. Fue aprobado por
la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Nuestra Propia Agenda
Elaborada como seguimiento del informe de la Comisión sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Nuestro Futuro Común) por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la colaboración de
la Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA).
El informe se refiere a las estrategias a implementar en el marco regional para llegar a un desarrollo sustentable. Analiza el
patrimonio ambiental de la región y sus modalidades de crecimiento. Toca temas referidos a la miseria, la calidad de vida y el
aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
• Estrategia mundial de la conservación de la naturaleza para la última década del siglo XX
Entre los últimos documentos que se presentaron para ser discutidos por la Asamblea de Río de Janeiro de 1992, al final de esta
etapa, quiero mencionar el nuevo documento preparado por el mismo grupo de organizaciones que había elaborado la “Estrategia
mundial de la Conservación” Lleva el siguiente subtítulo: Cuidar la tierra. Estrategia para el futuro de la vida. Tiene el respaldo de más
de sesenta estados. Propone ciento treinta medidas concretas para lograr un desarrollo durable. El informe reconoce la insuficiencia
de las estrategias basadas únicamente en la conservación.
II. Tratados y acuerdos que crean organismos regionales de interés para América Latina –
El “Convenio constitutivo de la Organización Latinoamericana de Energía” (OLADE).
Firmado en Lima el 2 de noviembre de 1973 por 22 presidentes latinoamericanos. Entre ellos, el de Argentina. Crea un organismo
de cooperación, coordinación y asesoría que tiene como propósito fundamental la integración, protección, conservación, racional
aprovechamiento, comercialización y defensa de los recursos energéticos de la región.
El “Convenio de Panamá Constitutivo del Sistema Económico Latinoamericano” (SELA). –
La “Convención sobre el Instituto Interamericano de Cooperación para la Argentina”. –
Convenio consultivo de la Organización Latinoamericana de Desarrollo pesquero (OLDEPESCA).
Convenio que crea la Organización Atunera de Pacífico Oriental. Firmado en Lima el 21 de julio de 1989.
III. Tratados y convenios que impulsan la creación de áreas protegidas en territorio de los Estados –
Convención sobre la Conservación de la vida silvestre y el Medio Natural de Europa (Convención Europea). Se firma como
resultado de la Segunda Conferencia Ministerial Europea el 19 de setiembre de 1979, en Berna Suiza. Entre sus objetivos se destacan:
1. La cooperación de la conservación de la vida silvestre;
2. La protección de las especies amenazadas y vulnerables y;
3. Recomendaciones para las migratorias.
Respecto de las áreas naturales protegidas recomienda a los Estados Partes la sanción de medidas legislativas y la creación de
acciones administrativas muy precisas con el objeto de conservar las especies enumeradas en los apéndices. Requiere que en las
políticas de planeamiento y desarrollo se integren las necesidades de las áreas protegidas. Crea un mecanismo de información. –
El “Acuerdo del ASEAN para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos Naturales. (Convención Asiática)”, firmado en Kuala
Lampur, en julio de 1985, por los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Para la redacción de este
acuerdo se contó con el asesoramiento de la UICN y se trató de poner en práctica las recomendaciones de la Estrategia Mundial de la
Conservación mencionada con anterioridad. –
El “Protocolo Relativo a las Áreas y a la Flora y Fauna Silvestres Especialmente Protegidas del Convenio para la Protección y el
Desarrollo del medio Marino en la Región del Gran Caribe”.
“Este protocolo fue firmado en Kingston, Jamaica el 18 de enero de 1990. Lo he ubicado junto a los documentos referidos a áreas
protegidas porque establece interesantes directivas referidas a su manejo racional. A saber: establecimientos de áreas protegidas para
conservar, manejar y restaurar la adopción de medidas de protección; criterios a seguir cuando se debe planificar y manejar áreas;
creación de programas de cooperación; creación de un registro para la Región del Gran Caribe; y establecimiento de zonas de
amortiguación.” –
El “Convenio para la conservación de la Biodiversidad y Protección de Áreas Silvestres Prioritarias en América Central.”
Fue rubricado por los presidentes de las Repúblicas de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá,
regionales de integración económica y de cooperación en materia de medio ambiente aplicable a la zona del istmo, teniendo en cuenta
la íntima interdependencia de sus países.
Insta a los Estados Partes a cooperar con la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo; a poner en marcha dentro de sus
territorios estrategias de conservación y desarrollo, y a crear áreas protegidas fronterizas, terrestres y costeras, en especial en 11 zonas
que el mismo convenio enumera. Recomienda que se pongan en marcha Planes de Sistemas de Áreas Silvestres Protegidas. Aconseja la
creación de un Consejo Centroamericano de Áreas Protegidas que tenga la asesoría de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas.
IV. Convenios y acuerdos que tienen como principal objetivo la protección de especies de flora y fauna silvestres –
La “Convención sobre el Comercio Internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestre”. Firmadas en Washington, D.C.,
el 3 de marzo de 1973. Crea un sistema internacional destinado a regular el comercio, entre los estados, de especies amenazadas de
fauna y flora silvestre. Instituye un sistema de certificados otorgados por el estado exportador de especies, que es requerido por los
estados importadores. Se la conoce como Convención CITES. La Argentina la ratificó por Ley 22.344. –
La “Convención para la conservación de Especies Migratorias”. Firmada en Bonn, Alemania, el 23 de 1979. 24 La Argentina es parte
de esta convención desde el 21 de marzo de 1991 momento en que la ratificó por ley 23.918.
Convenios Regionales: -
El “Convenio para la conservación y manejo de la vicuña”. Firmado en Lima el 20 de diciembre de 1979. Por los gobiernos de las
Repúblicas de Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. Argentina lo ratifica posteriormente por la ley 23.582 del 20 de julio de 1988. El convenio
es continuación de la experiencia de conservación y manejo de la vicuña dado en el marco del Convenio para la Conservación de la
Vicuña mencionado con anterioridad. –
El “Convenio sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos”. Firmada en Camberra el 11 de setiembre de 1980.
Se aplica a los recursos vivos marinos antárticos de la zona situada al sur de los 60° de latitud sur y los que habitan en la zona
comprendida en la Convención Antártica. Las partes contratantes sean o no, parten el tratado Antártico; acordaron que no realizarán

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en la zona del tratado actividades que puedan perjudicar a los recursos vivos. Convinieron que la palabra conservación incluye la
utilización racional. Nuestro país suscribió inicialmente la convención y luego la ratificó por la ley 22.584.
V. La protección del patrimonio cultural
Quienes estudiamos la temática ambiental sabemos que no se puede separar el patrimonio natural del patrimonio cultural.
Siguiendo este criterio se han firmado una serie de convenciones que tiene por objeto la protección conjunta de estos dos patrimonios.
Mencionaré las más importantes. - La “Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO”. La
Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su 17° reunión celebrada
en París en los meses de octubre y noviembre de 1972, elaboro ésta convención 25 destinada a proteger patrimonios que son de
interés de la humanidad. Argentina ratificó por ley 21.836 del 6 de julio de 1978.
La presente convención considera “patrimonio natural” a los “monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y
biológicas o por grupos de estas que tengan un valor excepcional desde el punto de vista estético o científico”… “zonas que
constituyan el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas, que tengan un valor universal excepcional…” Art. 2 párrafos 1,2 y
3.
En la provincia de Córdoba en los últimos años se ha producido una revalorización de su patrimonio cultural, declarando
patrimonio cultural de la humanidad algunos importantes edificios y construcciones de valor histórico – arquitectónico inmensurable. -
La “Convención sobre defensa del patrimonio arqueológico, histórico y artístico de las naciones americanas”. Convención firmada en
Santiago de Chile el 16 de junio de 1976 en el Sexto periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos.
VI. Tratados y otros acuerdos internacionales destinados a proteger o regular la explotación de recursos naturales y
ecosistemas vitales ubicados en determinadas regiones del planeta (terrestres o marítimas).
En esta fase y para nuestra región, se destacan una serie de convenios destinados a proteger el océano Pacífico, el mar Caribe y
crear sistema de cuencas. En general estos convenios adoptan el criterio de conservación con manejo racional. En el periodo anterior
los instrumentos internacionales protegían una región casi siempre con referencia a un recurso natural. En esta etapa he observado
que los convenios adoptan principios integradores cuando se trata de proteger regiones determinadas o recursos que se explotan en
ciertos espacios (por ejemplo antes de Pacífico). Voy a mencionar los siguientes: -
El “Tratado de cooperación para el desarrollo de la cuenta Amazónica”. Firmado en Brasilia el 8 de julio de 1978 por las Repúblicas
de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela. –
El “Convenio para la Protección del Medio Marino y el Área Costera del Pacifico Sudeste.” 26 Firmado en Lima el 12 de noviembre
de 1981. El convenio determina su ámbito de aplicación siguiendo el siguiente criterio: el área marítima, la zona costera del Pacífico
Sudeste dentro de la zona de soberanía y jurisdicción hasta las 200 millas y minas allá de dicha zona, la alta mar, hasta donde la
contaminación de ésta pueda afectar a aquella. –
El “Convenio para la Protección y el Desarrollo del Medio Marino de la Región del Gran Caribe”. Firmado en Cartagena de Indias,
Colombia, el 24 de marzo de 1983. –
El “Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente”. Firmado en Madrid el 3 de octubre de 1991. Lo he
mencionado anteriormente al explicar la creación del Sistema Antártico.
Tratados bilaterales:
Por su importancia para la Argentina citaré el firmado con la República oriental del Uruguay: -
El “Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítima”. Firmado en Montevideo, el 19 de noviembre de 1973. Su principal objetivo
está vinculado con la regulación de una serie de situaciones puntuales. Desde lo ambiental interesa el Capítulo IX referido a “la
contaminación”. Arts. 47 a 56.
VII. La protección del mar
“Dije cuando analicé este tema, en la etapa anterior, que existían múltiples instrumentos sobre esta temática; adelanté que se
firmó, luego de una ardua negociación, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. (Montego Bay, Jamaica – 10 de
diciembre de 1982): Argentina la suscribió con reservas en 1984. Esta convención aún no ha entrado en vigor”. A título informativo hay
que recordar que en la Parte XII de la Convención existe una Sección dedicada a la “Protección y Preservación del Medio Marino”.
Ahora bien, también en esta etapa se firmaron acuerdos y tratados universales y regionales referidos a la contaminación del mar por
hidrocarburos y otras sustancias. Analizaré los más importantes:
Convenciones universales: -
El “Convenio sobre la Prevención de la Contaminación del Mar por Vertimientos de Desechos y otras Materias”. Abierto a la firma
el 29 de diciembre de 1972 en Londres, México, Moscú y Washington. Ratificado por la Argentina el 6 de marzo de 1979, por ley
21.947.
Convenciones regionales: -
El “Acuerdo sobre la Cooperación Subregional para combatir la Contaminación del Pacifico Sudeste por Hidrocarburos y otras
Sustancias Nocivas en Caso de Emergencia”. Firmado en la ciudad de Lima, el 12 de noviembre de 1981. Designa como depositaria de
los instrumentos a la Comisión Permanente del Pacífico Sur. Para la misma región, posteriormente, se firmaron protocolos referidos a
los siguientes temas: cooperación para combatir la contaminación por hidrocarburos y otras sustancias nocivas (Quito, 1983) la
contaminación proveniente de fuentes terrestres (Quito, 1989), y la contaminación radiactiva (Paipa, Colombia – 1989). Firmado en
Cartagena de Indias, Colombia, e, 24 de marzo de 1983, por las Partes Contratantes en el Convenio de Protección y Desarrollo de la
Región del Gran Caribe. Establece entre las partes la obligación de cooperación y la del intercambio de información.
VIII. Grandes acuerdos regionales
En esta etapa los instrumentos internacionales reflejan las nuevas tendencias que postulan el tratamiento y el manejo integral de
las cuestiones ambientales de toda una región centroamericana. Ellos son: -
El “Convenio Centroamericano para la Protección del medio Ambiente”: firmado en San José de Costa Rica el 1 de diciembre de
1989. Por medio del presente Convenio, los Estados Contratantes establecen un régimen regional de cooperación para la utilización
óptima y racional de los recursos naturales del área, el control de la contaminación, y el restablecimiento del equilibrio ecológico. (Art.
1°).
Crea la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo. - El “Convenio para la conservación de la biodiversidad y protección
de áreas silvestres prioritarias de América Central.”
IX. Los grandes acuerdos globales
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En los últimos años se firman varios acuerdos de carácter universal destinado a regular problemas ambientales transfronterizos y
globales. Aquí aparece el criterio de establecer obligaciones diferenciadas para determinados estados. Ellos son: -
La “Convención sobre la Protección de la Capa de Ozono”. Firmada en Viena en 1985 y complementada por los protocolos de
Montreal, Londres y Copenhague. El 13 de setiembre de 1989, por ley 23.724 la Argentina aprueba la convención que crea el sistema
para regular las emisiones de gases que afectan el ozono estratosférico. En igual sentido fueron ratificados los protocolos
complementarios. A su vez, las provincias han incorporado en su ordenamiento interno las normas que regulan las sustancias que
alteran la capa de ozono. –
La “Convención de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de Desechos Peligrosos y su Eliminación.” Por esta
convención, ratificada por la Argentina, se establece un sistema internacional para controlar el destino de aquellos desechos que no
son depositados en el país de producción.

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Resolución aprobada por la Asamblea General el 27 de julio de 2012

El futuro que queremos


La Asamblea General, Recordando su resolución 64/236, de 24 de diciembre de 2009, en la que decidió organizar en 2012 la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible al nivel más alto posible, así como su resolución 66/197, de 22 de
diciembre de 2011, 1. Expresa su profunda gratitud al GobiernEo y al pueblo del Brasil por acoger la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro del 20 al 22 de junio de 2012 y por prestar todo el apoyo necesario; 2. Hace
suyo el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, titulado “El futuro que queremos”,
que figura como anexo de la presente resolución.

Anexo El futuro que queremos


I. Nuestra visión común.
1. Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno y los representantes de alto nivel, habiéndonos reunido en Río de Janeiro (Brasil)
del 20 al 22 de junio de 2012, con la plena participación de la sociedad civil, renovamos nuestro compromiso en favor del desarrollo
sostenible y de la promoción de un futuro sostenible desde el punto de vista económico, social y ambiental para nuestro planeta y para
las generaciones presentes y futuras.
2. La erradicación de la pobreza es el mayor problema que afronta el mundo en la actualidad y una condición indispensable del
desarrollo sostenible. A este respecto, estamos empeñados en liberar con urgencia a la humanidad de la pobreza y el hambre.
3. Por consiguiente, reconocemos que es necesario incorporar aún más el desarrollo sostenible en todos los niveles, integrando
sus aspectos económicos, sociales y ambientales y reconociendo los vínculos que existen entre ellos, con el fin de lograr el desarrollo
sostenible en todas sus dimensiones.
4. Reconocemos que la erradicación de la pobreza, la modificación de las modalidades insostenibles y la promoción de
modalidades de consumo y producción sostenibles, y la protección y ordenación de la base de recursos naturales del desarrollo
económico y social son objetivos generales y requisitos indispensables del desarrollo sostenible. Reafirmamos también que es
necesario lograr el desarrollo sostenible promoviendo un crecimiento sostenido, inclusivo y equitativo, creando mayores
oportunidades para todos, reduciendo las desigualdades, mejorando los niveles de vida básicos, fomentando el desarrollo social
equitativo y la inclusión, y promoviendo la ordenación integrada y sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas, que
contribuye, entre otras cosas, al desarrollo económico, social y humano y facilita al mismo tiempo la conservación, la regeneración, el
restablecimiento y la resiliencia de los ecosistemas frente a los problemas nuevos y en ciernes.
5. Reafirmamos nuestro compromiso de hacer todo lo posible para acelerar el logro de los objetivos de desarrollo convenidos
internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015.
6. Reconocemos que las personas son el elemento central del desarrollo sostenible y, a este respecto, nos esforzamos por
lograr un mundo que sea justo, equitativo e inclusivo, y nos comprometemos a trabajar juntos para promover el crecimiento
económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, lo cual redundará en beneficio de todos.
7. Reafirmamos que seguimos guiándonos por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, respetando
plenamente el derecho internacional y sus principios.
8. Reafirmamos también la importancia de la libertad, la paz y la seguridad, el respeto de todos los derechos humanos, entre
ellos el derecho al desarrollo y el derecho a un nivel de vida adecuado, incluido el derecho a la alimentación, el estado de derecho, la
igualdad entre los géneros, el empoderamiento de las mujeres y el compromiso general de lograr sociedades justas y democráticas
para el desarrollo.
9. Reafirmamos la importancia de la Declaración Universal de Derechos Humanos1, así como de los demás instrumentos
internacionales relativos a los derechos humanos y el derecho internacional. Ponemos de relieve la responsabilidad que incumbe a
todos los Estados, de conformidad con la Carta, de respetar, proteger y promover los derechos humanos y las libertades
fundamentales de todos, sin distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento, discapacidad u otra condición.
10. Reconocemos que la democracia, la buena gobernanza y el estado de derecho, en los planos nacional e internacional, así
como un entorno propicio, son esenciales para el desarrollo sostenible, incluido el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el
desarrollo social, la protección del medio ambiente y la erradicación de la pobreza y el hambre. Reafirmamos que para lograr nuestros
objetivos de desarrollo sostenible necesitamos instituciones de todos los niveles que sean eficaces, transparentes, responsables y
democráticas.
11. Reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la cooperación internacional para hacer frente a los persistentes problemas
relacionados con el desarrollo sostenible para todos, en particular en los países en desarrollo. A este respecto, reafirmamos la
necesidad de lograr la estabilidad económica, el crecimiento económico sostenido, la promoción de la equidad social y la protección
del medio ambiente, aumentando al mismo tiempo la igualdad entre los géneros, el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de
oportunidades para todos, así como la protección, la supervivencia y el desarrollo de los niños hasta que hagan realidad todo su
potencial, en particular mediante la educación.
12. Resolvemos adoptar medidas urgentes para alcanzar el desarrollo sostenible. Por lo tanto, renovamos nuestro compromiso
en favor del desarrollo sostenible, evaluando los avances logrados hasta el momento y las lagunas que aún persisten en la aplicación
de los resultados de las principales cumbres sobre el desarrollo sostenible, y afrontando los problemas nuevos y en ciernes.
Expresamos nuestra firme decisión de abordar los temas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, a
saber, una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, y el marco institucional para el
desarrollo sostenible.

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13. Reconocemos que las oportunidades para que las personas influyan en su vida y su futuro, participen en la adopción de
decisiones y expresen sus inquietudes son fundamentales para el desarrollo sostenible. Recalcamos que el desarrollo sostenible exige
medidas concretas y urgentes. Solo se puede lograr forjando una alianza amplia entre las personas, los gobiernos, la sociedad civil y el
sector privado, trabajando juntos a fin de lograr el futuro que queremos para las generaciones presentes y futuras.

II. Renovación del compromiso político A.


A. Reafirmación de los Principios de Río y los planes de acción anteriores
14. Recordamos la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, aprobada en Estocolmo el 16
de junio de 1972.
15. Reafirmamos todos los principios de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en particular, entre
otros, el de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, enunciado en su principio 7.
16. Reafirmamos nuestro compromiso de aplicar íntegramente la Declaración de Río, el Programa 214, el Plan para la ulterior
ejecución del Programa 215, el Plan de aplicación de las Decisiones de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Plan de
Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo) y la Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible, el Programa de
Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo (Programa de Acción de Barbados) y la Estrategia
de Mauricio para la ejecución ulterior del Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en
desarrollo. Reafirmamos también nuestro compromiso de aplicar íntegramente el Programa de Acción en favor de los países menos
adelantados para el decenio 2011-2020 (Programa de Acción de Estambul), el Programa de Acción de Almaty: Atención de las
necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral dentro de un nuevo marco mundial para la cooperación en materia de
transporte de tránsito para los países en desarrollo sin litoral y de tránsito la declaración política sobre las necesidades de África en
materia de desarrollo y la Nueva Alianza para el Desarrollo de África. Recordamos asimismo nuestros compromisos respecto de los
resultados de todas las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas en las esferas económica, social y ambiental, incluida la
Declaración del Milenio, el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005, el Consenso de Monterrey de la Conferencia Internacional
sobre la Financiación para el Desarrollo, la Declaración de Doha sobre la financiación para el desarrollo: documento final de la
Conferencia internacional de seguimiento sobre la financiación para el desarrollo encargada de examinar la aplicación del Consenso de
Monterrey, el documento final de la Reunión Plenaria de Alto Nivel de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo del
Milenio el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, las medidas clave para seguir
ejecutando el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, y la Declaración y la Plataforma
de Acción de Beijing.
17. Reconocemos la importancia que revisten el Convenio y las dos Convenciones de Río para el fomento del desarrollo
sostenible y, a este respecto, instamos a todas las partes a que cumplan íntegramente los compromisos contraídos en virtud de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático23, el Convenio sobre la Diversidad Biológica24 y la Convención de
las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía Grave o Desertificación, en particular en
África25, de conformidad con sus respectivos principios y disposiciones, así como a que tomen medidas eficaces y concretas en todos
los niveles e intensifiquen la cooperación internacional.
18. Estamos decididos a reavivar la voluntad política y a aumentar el nivel de compromiso de la comunidad internacional para
hacer avanzar la agenda de desarrollo sostenible mediante el logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente,
incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Además, reafirmamos nuestros respectivos compromisos con otros importantes
objetivos convenidos internacionalmente en los ámbitos económico, social y ambiental desde 1992. Por consiguiente, resolvemos
adoptar medidas concretas que aceleren la puesta en práctica de los compromisos sobre desarrollo sostenible.
B. Fomento de la integración, la aplicación y la coherencia: evaluación de los avances logrados hasta el momento y las
lagunas que aún persisten en la aplicación de los resultados de las principales cumbres sobre el desarrollo sostenible, y
solución de los problemas nuevos y en ciernes
19. Reconocemos que en los veinte años transcurridos desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo de 1992 los avances han sido desiguales, incluso en lo que respecta al desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza. Ponemos de relieve la necesidad de avanzar en el cumplimiento de los compromisos anteriores. También reconocemos que
es necesario acelerar los avances hacia la eliminación de las diferencias entre países desarrollados y países en desarrollo, y crear
oportunidades para lograr el desarrollo sostenible mediante el crecimiento económico y la diversificación, el desarrollo social y la
protección del medio ambiente, y aprovechar las existentes. Con ese fin, recalcamos que sigue haciendo falta un entorno propicio en
los planos nacional e internacional, así como una cooperación internacional ininterrumpida y reforzada, especialmente en las esferas
de las finanzas, la deuda, el comercio y la transferencia de tecnología, con arreglo a lo establecido de común acuerdo, e innovación,
espíritu emprendedor, creación de capacidad, transparencia y rendición de cuentas. Reconocemos la diversificación de los agentes y
los interesados que intervienen en la búsqueda del desarrollo sostenible. En ese contexto, afirmamos que sigue siendo necesario que
todos los países, en particular los países en desarrollo, participen plena y efectivamente en la adopción de decisiones a nivel mundial.
20. Reconocemos que, desde 1992, en algunos aspectos de la integración de las tres dimensiones del desarrollo sostenible, los
avances han sido insuficientes y se han registrado contratiempos, agravados por las múltiples crisis financieras, económicas,
alimentarias y energéticas, que han puesto en peligro la capacidad de todos los países, en particular de los países en desarrollo, para
lograr el desarrollo sostenible. A este respecto, es esencial que no demos marcha atrás en nuestro compromiso con los resultados de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. También reconocemos que uno de los principales
problemas actuales de todos los países, especialmente de los países en desarrollo, es el impacto de las múltiples crisis que afectan al
mundo hoy en día.
21. Nos preocupa profundamente el hecho de que una de cada cinco personas de este planeta, es decir, más de 1.000 millones
de personas, siga viviendo en la pobreza extrema, y que una de cada siete, o el 14%, esté malnutrida, en tanto ciertos problemas de

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salud pública, como las pandemias y las epidemias, siguen constituyendo una amenaza omnipresente. En este contexto, hacemos
notar los debates en curso en la Asamblea General sobre la seguridad humana. Reconocemos que, dado que se proyecta que para
2050 la población mundial supere los 9.000 millones de personas y se estima que las dos terceras partes de esa población vivirá en las
ciudades, debemos intensificar los esfuerzos orientados a lograr el desarrollo sostenible y, en particular, la erradicación de la pobreza,
el hambre y las enfermedades prevenibles.
22. Reconocemos que hay ejemplos de progreso en materia de desarrollo sostenible en los planos regional, nacional,
subnacional y local. Observamos que los esfuerzos encaminados a lograr el desarrollo sostenible han quedado recogidos en políticas y
planes regionales, nacionales y subnacionales, y que los gobiernos han aumentado su compromiso en favor del desarrollo sostenible
desde que se aprobó el Programa 21 a través de la legislación y las instituciones, así como de la elaboración y aplicación de acuerdos y
compromisos internacionales, regionales y subregionales.
23. Reafirmamos la importancia de apoyar a los países en desarrollo en su labor para erradicar la pobreza y promover el
empoderamiento de los pobres y las personas en situación vulnerable por medios como la eliminación de los obstáculos a las
oportunidades, el aumento de la capacidad productiva, el desarrollo de la agricultura sostenible y la promoción del empleo pleno y
productivo y de un trabajo decente para todos, complementada por políticas sociales eficaces, incluso niveles mínimos de protección
social, con vistas a lograr los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
24. Expresamos profunda preocupación ante el hecho de que persisten los altos niveles de desempleo y subempleo,
especialmente entre los jóvenes, y observamos la necesidad de aplicar estrategias de desarrollo sostenible para abordar en forma
proactiva el empleo de los jóvenes en todos los niveles. A ese respecto, reconocemos la necesidad de formular una estrategia mundial
sobre la juventud y el empleo que se base en la labor de la Organización Internacional del Trabajo.
25. Reconocemos que el cambio climático es una crisis intersectorial y persistente y expresamos nuestra preocupación ante el
hecho de que la magnitud y gravedad de los efectos adversos del cambio climático afectan a todos los países y debilitan la capacidad
de todos ellos, en particular de los países en desarrollo, para lograr el desarrollo sostenible y los Objetivos de Desarrollo del Milenio y
ponen en peligro la viabilidad y la supervivencia de las naciones. Por consiguiente, recalcamos que para luchar contra el cambio
climático se requieren medidas urgentes y ambiciosas, acordes con los principios y las disposiciones de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
26. Se insta encarecidamente a los Estados a que se abstengan de promulgar y aplicar medidas económicas, financieras o
comerciales unilaterales que no se ajusten al derecho internacional o a la Carta y que impidan la consecución plena del desarrollo
económico y social, particularmente en los países en desarrollo.
27. Reiteramos nuestro compromiso, expresado en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, el Documento Final
de la Cumbre Mundial 2005 y el documento final de la Reunión Plenaria de Alto Nivel de la Asamblea General sobre los Objetivos de
Desarrollo del Milenio de 2010, de adoptar nuevas medidas eficaces, de conformidad con el derecho internacional, a fin de eliminar los
obstáculos a la plena realización del derecho a la libre determinación de los pueblos que viven bajo ocupación colonial o extranjera, ya
que siguen afectando negativamente a su desarrollo económico y social, así como a su medio ambiente, y son incompatibles con la
dignidad y el valor de la persona humana, por lo que deben combatirse y eliminarse.
28. Reafirmamos que, de conformidad con la Carta, no se entenderá que esto autoriza o alienta a que se emprenda acción
alguna que menoscabe la integridad territorial o la independencia política de algún Estado.
29. Resolvemos adoptar nuevas medidas eficaces, de conformidad con el derecho internacional, para eliminar los obstáculos y
las restricciones, fortalecer el apoyo y atender las necesidades especiales de las personas que viven en zonas afectadas por situaciones
de emergencia humanitaria complejas y en zonas afectadas por el terrorismo.
30. Reconocemos que la subsistencia, el bienestar económico, social y físico, y el patrimonio cultural de muchas personas,
especialmente los pobres, dependen directamente de los ecosistemas. Por esa razón, es esencial generar empleos e ingresos decentes
que reduzcan las disparidades entre los niveles de vida para atender mejor las necesidades de las personas y promover medios y
prácticas de subsistencia sostenibles, así como el uso sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas.
31. Ponemos de relieve que el desarrollo sostenible debe ser un proceso inclusivo y centrado en las personas, que beneficie y
haga participar a todos, incluidos los jóvenes y los niños. Reconocemos que la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las
mujeres son importantes para el desarrollo sostenible y nuestro futuro común. Reafirmamos nuestros compromisos de asegurar a las
mujeres la igualdad de derechos, acceso y oportunidades de participación y liderazgo en la economía, la sociedad y la adopción de
decisiones políticas.
32. Reconocemos que cada país se enfrenta a dificultades particulares para lograr el desarrollo sostenible y recalcamos las
dificultades especiales con que tropiezan los países más vulnerables, en particular los países de África, los países menos adelantados,
los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo, así como las dificultades específicas a que se
enfrentan los países de ingresos medianos. Los países en situación de conflicto también necesitan atención especial.
33. Reafirmamos nuestro compromiso de adoptar medidas urgentes y concretas para hacer frente a la vulnerabilidad de los
pequeños Estados insulares en desarrollo por medios como la aplicación continuada del Programa de Acción de Barbados y la
Estrategia de Mauricio, y recalcamos la urgencia de encontrar, en forma concertada, nuevas soluciones a las graves dificultades que
afrontan los pequeños Estados insulares en desarrollo, con el fin de ayudarlos a mantener el impulso logrado en la aplicación del
Programa de Acción de Barbados y la Estrategia de Mauricio y a alcanzar el desarrollo sostenible.
34. Reafirmamos que en el Programa de Acción de Estambul se reseñan las prioridades de los países menos adelantados en
materia de desarrollo sostenible y se define el marco de una alianza mundial renovada y fortalecida para ponerlas en práctica. Nos
comprometemos a prestar asistencia a los países menos adelantados en la aplicación del Programa de Acción de Estambul, así como
en sus actividades encaminadas a alcanzar el desarrollo sostenible.
35. Reconocemos que debe prestarse más atención a África y al cumplimiento de los compromisos previamente acordados en
relación con sus necesidades de desarrollo en las grandes cumbres y conferencias de las Naciones Unidas. Observamos que la ayuda
destinada a África ha aumentado en los últimos años; sin embargo, aún está por debajo de los compromisos adquiridos anteriormente.
Recalcamos que el apoyo de la comunidad internacional a los esfuerzos realizados por África para lograr el desarrollo sostenible es una
19
prioridad fundamental. A este respecto, nos comprometemos una vez más a cumplir plenamente los compromisos relativos a las
necesidades de África en materia de desarrollo acordados internacionalmente, en particular los que figuran en la Declaración del
Milenio, la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Nueva Alianza para el Desarrollo de África26, el Consenso de Monterrey, el Plan
de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo y el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005, así como en la declaración política
de 2008 sobre las necesidades de África en materia de desarrollo.
36. Reconocemos las graves limitaciones con que tropiezan los países en desarrollo sin litoral para lograr el desarrollo sostenible
en sus tres dimensiones. A este respecto, reafirmamos nuestro compromiso de hacer frente a las necesidades especiales de desarrollo
de los países en desarrollo sin litoral y a las dificultades a que se enfrentan esos países mediante la aplicación plena, oportuna y eficaz
del Programa de Acción de Almaty, como se indica en la declaración sobre el examen de mitad de período del Programa de Acción de
Almaty27.
37. Reconocemos los avances realizados por los países de ingresos medianos en lo que se refiere a mejorar el bienestar de su
población, así como los problemas de desarrollo específicos con que tropiezan en su labor orientada a erradicar la pobreza, reducir las
desigualdades y lograr sus objetivos de desarrollo, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio, así como a alcanzar el desarrollo
sostenible de una manera amplia que integre las dimensiones económica, social y ambiental. Reiteramos que la comunidad
internacional debe prestar un apoyo suficiente a esa labor en diversas formas, teniendo en cuenta las necesidades de esos países y la
capacidad de movilizar sus recursos internos.
38. Reconocemos la necesidad de adoptar métodos más amplios de medir los avances, que complementen el producto interno
bruto, con el fin de sustentar mejor las decisiones de políticas y, a este respecto, solicitamos a la Comisión de Estadística de las
Naciones Unidas que, en consulta con las entidades competentes del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones
competentes, ponga en marcha un programa de trabajo en este ámbito basándose en las iniciativas existentes.
39. Reconocemos que el planeta Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar y que “Madre Tierra” es una expresión común en
muchos países y regiones, y observamos que algunos países reconocen los derechos de la naturaleza en el contexto de la promoción
del desarrollo sostenible. Estamos convencidos de que, para lograr un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y
ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza.
40. Pedimos que se adopten enfoques holísticos e integrados del desarrollo sostenible que lleven a la humanidad a vivir en
armonía con la naturaleza y conduzcan a la adopción de medidas para restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra.
41. Reconocemos la diversidad natural y cultural del mundo y reconocemos también que todas las culturas y civilizaciones
pueden contribuir al desarrollo sostenible.
C. Participación de los grupos principales y otros interesados
42. Reafirmamos el papel fundamental que desempeñan los órganos de gobierno y legislativos de todos los niveles en la
promoción del desarrollo sostenible. Además, reconocemos los esfuerzos desplegados y los progresos realizados a nivel local y
subnacional, y reconocemos también la importante función que pueden desempeñar esas autoridades y comunidades para llevar a
efecto el desarrollo sostenible, entre otros medios, facilitando la participación de los ciudadanos y los interesados y proporcionándoles
información pertinente sobre las tres dimensiones del desarrollo sostenible, según proceda. Reconocemos además la importancia de
que todos los encargados de adoptar decisiones competentes participen en la planificación y la aplicación de las políticas de desarrollo
sostenible.
43. Recalcamos que la participación amplia del público y el acceso a la información y los procedimientos judiciales y
administrativos son esenciales para promover el desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible requiere la implicación efectiva y la
participación activa de las autoridades legislativas y judiciales regionales, nacionales y subnacionales, así como de todos los grupos
principales: mujeres, niños y jóvenes, pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales, autoridades locales, trabajadores y
sindicatos, empresas e industria, comunidad científica y tecnológica y agricultores, y demás interesados, como las comunidades
locales, los grupos de voluntarios y las fundaciones, los migrantes, las familias, las personas de edad y las personas con discapacidad. A
este respecto, convenimos en colaborar más estrechamente con los grupos principales y demás interesados y los alentamos a que
participen activamente, según proceda, en los procesos que contribuyan a la adopción de decisiones, la planificación y la aplicación de
políticas y programas que fomenten el desarrollo sostenible a todos los niveles.
44. Reconocemos el papel de la sociedad civil y la importancia de posibilitar que todos los miembros de la sociedad civil
participen activamente en el desarrollo sostenible. Reconocemos también que la mejora de la participación de la sociedad civil está
supeditada, entre otras cosas, a la ampliación del acceso a la información y a la creación de capacidad de la sociedad civil y de un
entorno propicio. Reconocemos además que la tecnología de la información y las comunicaciones facilita la circulación de información
entre los gobiernos y la población. En este sentido, es indispensable trabajar para mejorar el acceso a la tecnología de la información y
las comunicaciones, especialmente las redes y servicios de banda ancha, y cerrar la brecha digital, reconociendo la contribución de la
cooperación internacional a este respecto.
45. Recalcamos que las mujeres pueden contribuir decisivamente al logro del desarrollo sostenible. Reconocemos la función de
liderazgo de las mujeres y resolvemos promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y asegurar su
participación plena y efectiva en las políticas, los programas y los procesos de adopción de decisiones en materia de desarrollo
sostenible a todos los niveles.
46. Reconocemos que la participación activa de los sectores público y privado será indispensable para llevar a efecto el desarrollo
sostenible. Reconocemos también que la participación activa del sector privado puede contribuir al logro del desarrollo sostenible,
incluso mediante el importante instrumento de las alianzas entre los sectores público y privado. Apoyamos los marcos de políticas y
normativos nacionales que permiten a las empresas y la industria llevar adelante iniciativas de desarrollo sostenible, teniendo en
cuenta la importancia de la responsabilidad social de las empresas. Exhortamos al sector privado a que adopte prácticas empresariales
responsables, como las que promueve el Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
47. Reconocemos la importancia de la presentación de informes sobre sostenibilidad empresarial y alentamos a las empresas,
especialmente a las que cotizan en bolsa y a las grandes empresas, a que, según proceda, consideren la posibilidad de incorporar
información sobre sostenibilidad a su ciclo de presentación de informes. Alentamos a la industria, los gobiernos interesados y las
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partes interesadas pertinentes a que, con el apoyo del sistema de las Naciones Unidas, según proceda, confeccionen modelos de
mejores prácticas y faciliten la adopción de medidas en favor de la incorporación de informes sobre sostenibilidad, teniendo en cuenta
las experiencias de los marcos ya existentes y prestando especial atención a las necesidades de los países en desarrollo, incluso en
materia de creación de capacidad.
48. Reconocemos la importante contribución de la comunidad científica y tecnológica al desarrollo sostenible. Estamos decididos
a trabajar con la comunidad académica, científica y tecnológica y a fomentar la colaboración en su seno, en particular en los países en
desarrollo, a fin de cerrar la brecha tecnológica entre los países en desarrollo y desarrollados, fortalecer la conexión entre la ciencia y
las políticas y promover la colaboración internacional en materia de investigación sobre desarrollo sostenible.
49. Destacamos la importancia de la participación de los pueblos indígenas en el logro del desarrollo sostenible. También
reconocemos la importancia de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas28 en el contexto de
la aplicación de estrategias de desarrollo sostenible en los planos mundial, regional, nacional y subnacional.
50. Destacamos la importancia de la participación activa de los jóvenes en los procesos de adopción de decisiones, dado que las
cuestiones que tratamos afectan profundamente a las generaciones presentes y futuras y la contribución de los niños y los jóvenes es
indispensable para lograr el desarrollo sostenible. Reconocemos también la necesidad de promover el diálogo y la solidaridad entre
generaciones teniendo en cuenta sus opiniones.
51. Destacamos la importancia de la participación de los trabajadores y los sindicatos en la promoción del desarrollo sostenible.
Como representantes de los trabajadores, los sindicatos son importantes asociados en la facilitación del logro del desarrollo sostenible,
especialmente de su dimensión social. La información, la educación y la capacitación en materia de sostenibilidad a todos los niveles,
incluido el lugar de trabajo, son esenciales con el fin de reforzar la capacidad de los trabajadores y los sindicatos para apoyar el
desarrollo sostenible.
52. Reconocemos que los agricultores, incluidos los pequeños agricultores y los pescadores, los pastores y los silvicultores,
pueden contribuir en gran medida al desarrollo sostenible mediante actividades de producción que sean ambientalmente racionales,
mejoren la seguridad alimentaria y los medios de vida de los pobres e impulsen la producción y el crecimiento económico sostenido.
53. Observamos las valiosas contribuciones que pueden hacer y hacen las organizaciones no gubernamentales a la promoción del
desarrollo sostenible gracias a la diversidad y el arraigo de su experiencia, competencia técnica y capacidad, especialmente en las
esferas del análisis, el intercambio de información y conocimientos, la promoción del diálogo y el apoyo para llevar a efecto el
desarrollo sostenible.
54. Reconocemos que las Naciones Unidas desempeñan un papel fundamental en la promoción de la agenda de desarrollo
sostenible. A este respecto, reconocemos también las contribuciones de otras organizaciones internacionales competentes, como las
instituciones financieras internacionales y los bancos multilaterales de desarrollo, y destacamos la importancia de la cooperación entre
ellas y con las Naciones Unidas, conforme a sus respectivos mandatos, reconociendo el papel que desempeñan en la movilización de
recursos para el desarrollo sostenible.
55. Nos comprometemos a revitalizar la alianza mundial en favor del desarrollo sostenible que pusimos en marcha en Río de
Janeiro en 1992. Reconocemos la necesidad de dar un impulso renovado a nuestra cooperación en la búsqueda del desarrollo
sostenible y nos comprometemos a colaborar con los grupos principales y demás interesados para corregir las deficiencias en la
aplicación.
III. Una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza
56. Afirmamos que cada país dispone de diferentes enfoques, visiones, modelos e instrumentos, en función de sus circunstancias
y prioridades nacionales, para lograr el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones, que es nuestro objetivo general. A este respecto,
consideramos que una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza es uno de los
instrumentos importantes disponibles para lograr el desarrollo sostenible y que podría ofrecer alternativas en la formulación de
políticas pero no debe consistir en un conjunto de normas rígidas. Ponemos de relieve que una economía verde debe contribuir a la
erradicación de la pobreza y al crecimiento económico sostenido, aumentando la inclusión social, mejorando el bienestar humano y
creando oportunidades de empleo y trabajo decente para todos, manteniendo al mismo tiempo el funcionamiento saludable de los
ecosistemas de la Tierra.
57. Afirmamos que las políticas de economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza deben
guiarse por todos los Principios de Río, el Programa 21 y el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, ajustarse a ellos y
contribuir al logro de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente pertinentes, incluidos los Objetivos de Desarrollo del
Milenio.
58. Afirmamos que las políticas de economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza deben:
a) Ser compatibles con el derecho internacional;
b) Respetar la soberanía nacional de cada país sobre sus recursos naturales, teniendo en cuenta sus circunstancias, objetivos,
responsabilidades y prioridades nacionales y el margen de acción de sus políticas con respecto a las tres dimensiones del
desarrollo sostenible;
c) Contar con el respaldo de un entorno propicio e instituciones que funcionen adecuadamente a todos los niveles, la función de
liderazgo de los gobiernos y la participación de todos los interesados pertinentes, incluida la sociedad civil;
d) Promover el crecimiento económico sostenido e inclusivo, fomentar la innovación, ofrecer oportunidades, beneficios y
empoderamiento para todos y respetar todos los derechos humanos;
e) Tener en cuenta las necesidades de los países en desarrollo, en particular de los que se encuentran en situaciones especiales;
f) Fortalecer la cooperación internacional, incluido el suministro de recursos financieros y la transferencia de tecnología a los países
en desarrollo y el fortalecimiento de su capacidad;
g) Evitar efectivamente la imposición de condiciones injustificadas a la asistencia oficial para el desarrollo y la financiación;

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h) No constituir un medio de discriminar de forma arbitraria o injustificable ni una restricción encubierta del comercio internacional,
evitar la adopción de medidas unilaterales para afrontar los desafíos ambientales fuera de la jurisdicción del país importador y
asegurar que las medidas ambientales destinadas a solventar los problemas ambientales transnacionales o mundiales se basen
en el consenso internacional, en la medida de lo posible;
i) Contribuir a cerrar la brecha tecnológica entre los países desarrollados y en desarrollo y reducir la dependencia tecnológica de los
países en desarrollo, adoptando todas las medidas oportunas;
j) Mejorar el bienestar de los pueblos indígenas y sus comunidades, las demás comunidades locales y tradicionales y las minorías
étnicas, reconociendo y apoyando su identidad, cultura e intereses, y evitar poner en peligro su patrimonio cultural, sus prácticas
y sus conocimientos tradicionales, preservando y respetando los enfoques no orientados al mercado que contribuyan a la
erradicación de la pobreza;
k) Mejorar el bienestar de las mujeres, los niños, los jóvenes, las personas con discapacidad, los pequeños agricultores y los
agricultores de subsistencia, los pescadores y quienes trabajan en empresas pequeñas y medianas, y mejorar los medios de vida y
el empoderamiento de los pobres y los grupos vulnerables, en particular en los países en desarrollo;
l) Aprovechar todo el potencial de las mujeres y los hombres y asegurar una contribución igual;
m) Promover actividades productivas en los países en desarrollo que contribuyan a la erradicación de la pobreza;
n) Atender las preocupaciones que suscitan las desigualdades y promover la inclusión social, en particular los niveles mínimos de
protección social;
o) Promover las modalidades de consumo y producción sostenibles;
p) Perseverar en el empeño de superar la pobreza y la desigualdad mediante enfoques inclusivos y equitativos del desarrollo.
59. Consideramos que la implantación de políticas de economía verde por los países que tratan de aplicarlas con el fin de
efectuar la transición hacia el desarrollo sostenible es una empresa común, y reconocemos que cada país puede elegir un enfoque
apropiado de conformidad con los planes, estrategias y prioridades nacionales en materia de desarrollo sostenible.
60. Reconocemos que una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza mejorará
nuestra capacidad para efectuar una ordenación sostenible de los recursos naturales con menos consecuencias negativas para el
medio ambiente, mejorará el aprovechamiento de los recursos y reducirá los desechos.
61. Reconocemos que la adopción de medidas urgentes en relación con las modalidades de producción y consumo insostenibles,
cuando ocurran, sigue siendo fundamental para ocuparse de la sostenibilidad ambiental y promover la conservación y el uso sostenible
de la diversidad biológica y los ecosistemas, la regeneración de los recursos naturales y la promoción de un crecimiento mundial
sostenido, inclusivo y equitativo.
62. Alentamos a todos los países a que consideren la posibilidad de implantar políticas de economía verde en el contexto del
desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, de manera que se procure impulsar un crecimiento económico y una creación de
empleo sostenidos, inclusivos y equitativos, en particular para las mujeres, los jóvenes y los pobres. A este respecto, hacemos notar la
importancia de asegurar que los trabajadores adquieran los conocimientos técnicos necesarios, por medios como la educación y la
creación de capacidad, y reciban la protección social y de la salud que necesitan. A este respecto, alentamos a todos los interesados,
incluidas las empresas y la industria, a que contribuyan a ello, según proceda. Invitamos a los gobiernos a que mejoren sus
conocimientos y su capacidad estadística en lo que respecta a las tendencias, la evolución y las restricciones en materia de empleo e
incorporen los datos pertinentes en las estadísticas nacionales, con el apoyo de los organismos competentes de las Naciones Unidas
conforme a sus mandatos.
63. Reconocemos la importancia de evaluar todos los factores sociales, ambientales y económicos y alentamos a que se integren
en el proceso de adopción de decisiones, cuando las circunstancias y condiciones nacionales lo permitan. Reconocemos que será
importante tener en cuenta las oportunidades y los desafíos, así como los costos y los beneficios, de las políticas de economía verde en
el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, empleando los mejores datos y análisis científicos disponibles.
Reconocemos que la aplicación de una combinación de medidas a nivel nacional y en consonancia con las obligaciones contraídas en
virtud de acuerdos internacionales, que incluyan medidas reguladoras, voluntarias y de otra índole, podría promover una economía
verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Reafirmamos que las políticas sociales son esenciales
para promover el desarrollo sostenible.
64. Reconocemos que la participación de todos los interesados y las alianzas, las redes de contactos y los intercambios de
experiencias entre ellos a todos los niveles podrían ayudar a los países a aprender unos de otros para determinar políticas de
desarrollo sostenible apropiadas, incluidas las políticas de economía verde. Observamos las experiencias positivas de algunos países,
incluidos países en desarrollo, en la adopción de políticas de economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación
de la pobreza mediante un enfoque inclusivo, y acogemos con beneplácito el intercambio voluntario de experiencias y la creación de
capacidad en los diferentes ámbitos del desarrollo sostenible.
65. Reconocemos el poder de las tecnologías de la comunicación, incluidas las tecnologías de conexión y las aplicaciones
innovadoras, para promover el intercambio de conocimientos, la cooperación técnica y la creación de capacidad en favor del desarrollo
sostenible. Estas tecnologías y aplicaciones pueden crear capacidad y facilitar el intercambio de experiencias y conocimientos en los
diferentes ámbitos del desarrollo sostenible de manera abierta y transparente.
66. Reconociendo la importancia de vincular la financiación, la tecnología, la creación de capacidad y las necesidades nacionales
en materia de políticas de desarrollo sostenible, incluida una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación
de la pobreza, invitamos al sistema de las Naciones Unidas a que, en colaboración con los donantes y las organizaciones
internacionales competentes y a petición de los interesados, realice funciones de coordinación e información en lo que respecta a:
a) La vinculación de los países interesados con los asociados que mejor les puedan prestar el apoyo solicitado;
b) Los conjuntos de instrumentos o mejores prácticas para la aplicación de políticas sobre economía verde en el contexto del
desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza a todos los niveles;
c) Los modelos o buenos ejemplos de políticas sobre economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza;
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d) Las metodologías para evaluar las políticas sobre economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza;
e) Los mecanismos existentes o nuevos que contribuyan a este respecto.
67. Recalcamos la importancia de que los gobiernos asuman una función de liderazgo en la formulación de políticas y estrategias
mediante un proceso inclusivo y transparente. También tomamos nota de los esfuerzos de aquellos países, incluidos países en
desarrollo, que ya han puesto en marcha procesos de preparación de estrategias y políticas nacionales de economía verde en apoyo
del desarrollo sostenible.
68. Invitamos a los interesados pertinentes, incluidas las comisiones regionales de las Naciones Unidas, las organizaciones y los
órganos de las Naciones Unidas, las demás organizaciones intergubernamentales y regionales competentes, las instituciones
financieras internacionales y los grupos principales implicados en el desarrollo sostenible, a que, conforme a sus respectivos mandatos,
ayuden a los países en desarrollo que lo soliciten a lograr el desarrollo sostenible por medios como las políticas de economía verde en
el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, en particular en los países menos adelantados.
69. Invitamos también a las empresas y la industria, según proceda y de conformidad con la legislación nacional, a que
contribuyan al desarrollo sostenible y a que formulen estrategias de sostenibilidad que incorporen políticas de economía verde, entre
otras cosas.
70. Reconocemos la función de las cooperativas y las microempresas, que contribuyen a la inclusión social y la reducción de la
pobreza, en particular en los países en desarrollo.
71. Alentamos a las alianzas existentes y nuevas, incluidas las alianzas entre los sectores público y privado, a que movilicen
fondos públicos complementados por el sector privado, teniendo en cuenta los intereses de las comunidades locales e indígenas,
según proceda. A este respecto, los gobiernos deben apoyar las iniciativas de desarrollo sostenible, incluso promoviendo la
contribución del sector privado en apoyo de las políticas de economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación
de la pobreza.
72. Reconocemos la función esencial de la tecnología y la importancia de promover la innovación, en particular en los países en
desarrollo. Invitamos a los gobiernos a que, según proceda, creen marcos que fomenten la tecnología, la investigación y el desarrollo
ambientalmente racionales y la innovación, particularmente en apoyo de una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible
y la erradicación de la pobreza.
73. Ponemos de relieve la importancia de la transferencia de tecnología a los países en desarrollo y recordamos las disposiciones
en materia de transferencia de tecnología, financiación, acceso a la información y derechos de propiedad intelectual acordadas en el
Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, en particular el llamamiento a promover, facilitar y financiar, según proceda, el
acceso a las tecnologías ambientalmente racionales y los conocimientos prácticos correspondientes, así como su desarrollo,
transferencia y difusión, en particular a los países en desarrollo, en condiciones favorables, incluidas condiciones de favor y
preferenciales, con arreglo a lo establecido de común acuerdo. También tomamos nota de la ulterior evolución de las deliberaciones y
los acuerdos sobre estas cuestiones desde que se aprobó el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo.
74. Reconocemos que los esfuerzos de los países en desarrollo que deciden adoptar políticas de economía verde en el contexto
del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza deben recibir apoyo consistente en asistencia técnica y tecnológica.
IV. Marco institucional para el desarrollo sostenible
A. Fortalecimiento de las tres dimensiones del desarrollo sostenible
75. Recalcamos la importancia de fortalecer el marco institucional para el desarrollo sostenible a fin de que responda de forma
coherente y eficaz a los desafíos actuales y futuros y corrija eficientemente las deficiencias en la ejecución de la agenda de desarrollo
sostenible. El marco institucional para el desarrollo sostenible debe integrar las tres dimensiones del desarrollo sostenible de manera
equilibrada y mejorar la aplicación de medidas, entre otros procedimientos, fortaleciendo la coherencia y la coordinación, evitando la
duplicación de esfuerzos y examinando los progresos realizados en la consecución del desarrollo sostenible. Reafirmamos también que
el marco debe ser inclusivo, transparente y eficaz y debe encontrar soluciones comunes para los problemas mundiales relacionados
con el desarrollo sostenible.
76. Reconocemos que para que avance el desarrollo sostenible es fundamental que la gobernanza local, subnacional, nacional,
regional y mundial sea eficaz y represente las opiniones y los intereses de todos. El fortalecimiento y la reforma del marco institucional
para el desarrollo sostenible no deben ser un fin sino un medio de lograr el desarrollo sostenible. Reconocemos que un marco
institucional internacional mejor y más eficaz debe ser compatible con los Principios de Río, basarse en el Programa 21 y el Plan de
Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo y sus objetivos sobre el marco institucional para el desarrollo sostenible, contribuir al
cumplimiento de los compromisos contraídos en los resultados de las conferencias y cumbres de las Naciones Unidas en las esferas
económica, social, ambiental y esferas conexas, y tener en cuenta las prioridades nacionales y las estrategias y prioridades de
desarrollo de los países en desarrollo. Por consiguiente, resolvemos fortalecer el marco institucional para el desarrollo sostenible que,
entre otras cosas:
a) Promoverá la integración equilibrada de las tres dimensiones del desarrollo sostenible;
b) Se basará en un enfoque orientado hacia la acción y la obtención de resultados, teniendo debidamente en cuenta todas las
cuestiones intersectoriales pertinentes con el fin de contribuir a llevar a efecto el desarrollo sostenible;
c) Recalcará la importancia de los vínculos entre las cuestiones y problemas fundamentales y la necesidad de afrontarlos con un
enfoque sistemático en todos los niveles pertinentes;
d) Mejorará la coherencia, reducirá la fragmentación y la duplicación y aumentará la eficacia, la eficiencia y la transparencia, al tiempo
que refuerza la coordinación y la cooperación;
e) Promoverá la participación plena y efectiva de todos los países en los procesos de adopción de decisiones;
f) Hará participar a los dirigentes políticos de alto nivel, proporcionará orientación normativa y definirá medidas concretas para
promover la consecución efectiva del desarrollo sostenible, en particular mediante el intercambio voluntario de experiencias y
enseñanzas obtenidas;

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g) Promoverá la conexión entre la ciencia y las políticas mediante evaluaciones científicas inclusivas, transparentes y con base empírica,
así como el acceso a datos fiables, pertinentes y oportunos en las esferas relacionadas con las tres dimensiones del desarrollo
sostenible, basándose en los mecanismos existentes, según proceda; a este respecto, fortalecerá la participación de todos los países
en los procesos internacionales de desarrollo sostenible y en las actividades de fomento de la capacidad, especialmente de los países
en desarrollo, en particular para que puedan realizar su propia supervisión y evaluación;
h) Aumentará la participación y la intervención eficaz de la sociedad civil y demás interesados pertinentes en los foros internacionales
sobre la cuestión y, a este respecto, promoverá la transparencia y la participación amplia del público y las asociaciones en la labor
encaminada a lograr el desarrollo sostenible;
i) Promoverá el examen y balance de los progresos relacionados con el cumplimiento de todos los compromisos contraídos en materia
de desarrollo sostenible, incluidos los relacionados con los medios de ejecución.
B. Fortalecimiento de los mecanismos intergubernamentales para el desarrollo sostenible
77. Reconocemos que para abordar mejor los problemas mundiales urgentes que obstaculizan el desarrollo sostenible tiene
importancia vital disponer de un sistema multilateral eficaz, inclusivo, transparente, reformado y fortalecido, reconociendo la
universalidad y el papel central de las Naciones Unidas y reafirmando nuestro compromiso de promover y fortalecer la eficacia y
eficiencia del sistema de las Naciones Unidas.
78. Recalcamos la necesidad de fortalecer la coherencia y la coordinación en todo el sistema de las Naciones Unidas, asegurando
al mismo tiempo la rendición de cuentas apropiada a los Estados Miembros, entre otros medios, aumentando la coherencia de la
presentación de informes e intensificando los esfuerzos de cooperación emprendidos en el marco de las estrategias y los mecanismos
interinstitucionales existentes para avanzar en la integración de las tres dimensiones del desarrollo sostenible en el sistema de las
Naciones Unidas, incluso mediante el intercambio de información entre sus organismos, fondos y programas, y también con las
instituciones financieras internacionales y demás organizaciones competentes, como la Organización Mundial del Comercio, conforme
a sus mandatos respectivos.
79. Ponemos de relieve la necesidad de mejorar el marco institucional para el desarrollo sostenible y aumentar su eficacia, y que
el marco debe regirse por las funciones específicas requeridas y los mandatos pertinentes, corregir las deficiencias del sistema actual,
tener en cuenta todas las consecuencias pertinentes, promover las sinergias y la coherencia, tratar de evitar la duplicación y eliminar
superposiciones innecesarias en el sistema de las Naciones Unidas, reducir las cargas administrativas y aprovechar los mecanismos
existentes.
Asamblea General
80. Reafirmamos el papel y la autoridad de la Asamblea General en los asuntos mundiales de interés para la comunidad
internacional, como establece la Carta.
81. También reafirmamos la posición central que ocupa la Asamblea General en su calidad de principal órgano de deliberación,
adopción de políticas y representación de las Naciones Unidas. Así pues, pedimos a la Asamblea que siga integrando el desarrollo
sostenible como elemento clave del marco general de las actividades de las Naciones Unidas y que trate adecuadamente el tema del
desarrollo sostenible al establecer su agenda, incluso mediante diálogos periódicos de alto nivel.
Consejo Económico y Social
82. Reafirmamos que el Consejo Económico y Social es uno de los principales órganos encargados del examen de políticas, el
diálogo sobre políticas y la formulación de recomendaciones sobre cuestiones de desarrollo económico y social, así como del
seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y un mecanismo central para la coordinación de las actividades del sistema de
las Naciones Unidas y la supervisión de los órganos subsidiarios del Consejo, en particular sus comisiones orgánicas, y para el fomento
de la ejecución del Programa 21 mediante el fortalecimiento de la coherencia y la coordinación en todo el sistema. Reafirmamos
también el importante papel que desempeña el Consejo en la coordinación general de los fondos, programas y organismos
especializados asegurando la coherencia entre ellos y evitando la duplicación de mandatos y actividades.
83. Nos comprometemos a fortalecer el Consejo Económico y Social, conforme al mandato que prescribe la Carta, como uno de
los órganos principales encargados del seguimiento integrado y coordinado de los resultados de todas las grandes conferencias y
cumbres de las Naciones Unidas en las esferas económica, social, ambiental y esferas conexas, y reconocemos que puede contribuir
decisivamente a integrar las tres dimensiones del desarrollo sostenible de forma equilibrada. Aguardamos con interés el examen de la
aplicación de la resolución 61/16 de la Asamblea General, de 20 de noviembre de 2006, relativa al fortalecimiento del Consejo.
Foro político de alto nivel
84. Decidimos establecer un foro político de alto nivel de carácter intergubernamental y universal que aproveche los puntos
fuertes, las experiencias, los recursos y las modalidades de participación inclusiva de la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible, y que
posteriormente reemplace a la Comisión. El foro político de alto nivel realizará el seguimiento de la aplicación de los planes de
desarrollo sostenible y evitará la coincidencia de tareas entre las estructuras, los órganos y las entidades de una manera eficaz en
función de los costos.
85. El foro de alto nivel podría:
a) Proporcionar liderazgo político, orientación y recomendaciones para el desarrollo sostenible;
b) Mejorar la integración de las tres dimensiones del desarrollo sostenible de manera holística e intersectorial en todos los
niveles;
c) Constituir una plataforma dinámica para el diálogo periódico y para hacer balance y establecer la agenda con el fin de
promover el desarrollo sostenible;
d) Tener una agenda específica, dinámica y orientada a la acción que tenga debidamente en cuenta los problemas nuevos y en
ciernes relacionados con el desarrollo sostenible;
e) Seguir y examinar los progresos realizados en el cumplimiento de los compromisos relativos al desarrollo sostenible
enunciados en el Programa 21, el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, el Programa de Acción de Barbados, la
Estrategia de Mauricio y los resultados de la presente Conferencia, y, según proceda, los de otras cumbres y conferencias de las

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Naciones Unidas, incluidos los de la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados29, así como
sus respectivos medios de aplicación;
f) Alentar la participación de alto nivel de los organismos, fondos y programas de todo el sistema de las Naciones Unidas e invitar
a participar, según proceda, a otras instituciones multilaterales financieras y de comercio y a los órganos creados en virtud de
tratados, en el marco de sus respectivos mandatos y de conformidad con las normas y disposiciones de las Naciones Unidas;
g) Mejorar la cooperación y la coordinación de las políticas y los programas de desarrollo sostenible en el sistema de las Naciones
Unidas;
h) Promover la transparencia y la ejecución mejorando aún más la función consultiva y la participación de los grupos principales y
demás interesados pertinentes en el plano internacional a fin de utilizar mejor sus conocimientos especializados, al tiempo que
se mantiene el carácter intergubernamental de las deliberaciones;
i) Promover el intercambio de mejores prácticas y experiencias relacionadas con la labor encaminada a lograr el desarrollo
sostenible y, con carácter voluntario, facilitar el intercambio de experiencias que incluyan los éxitos, los desafíos y las enseñanzas
obtenidas;
j) Promover la coherencia y la coordinación de las políticas de desarrollo sostenible en todo el sistema;
k) Fortalecer la conexión entre la ciencia y las políticas mediante el examen de la documentación, reuniendo información y
evaluaciones dispersas, incluso en forma de informe mundial sobre el desarrollo sostenible, a partir de evaluaciones existentes;
l) Mejorar la adopción de decisiones con base empírica a todos los niveles y contribuir a fortalecer la creación de capacidad para
recopilar y analizar datos en los países en desarrollo.
86. Decidimos poner en marcha un proceso intergubernamental de negociación abierto, transparente e inclusivo en la Asamblea
General con el objetivo de definir el formato y los aspectos organizativos del foro de alto nivel, con miras a convocar el primer foro de
alto nivel al comienzo del sexagésimo octavo período de sesiones de la Asamblea. También tendremos en consideración la necesidad
de promover la solidaridad intergeneracional en favor del desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las necesidades de las
generaciones futuras, e incluso invitando al Secretario General a que presente un informe sobre la cuestión.
C. El pilar ambiental en el contexto del desarrollo sostenible
87. Reafirmamos la necesidad de fortalecer la gobernanza ambiental internacional en el contexto del marco institucional para el
desarrollo sostenible a fin de promover la integración equilibrada de las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo
sostenible, así como la coordinación en el sistema de las Naciones Unidas.
88. Nos comprometemos a fortalecer la función del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente como principal
autoridad ambiental mundial que establece la agenda mundial en favor del medio ambiente, promueve la ejecución coherente de los
aspectos ambientales del desarrollo sostenible en el sistema de las Naciones Unidas y actúa como defensor autorizado del medio
ambiente mundial. Reafirmamos la resolución 2997 (XXVII) de la Asamblea General, de 15 de diciembre de 1972, en que se estableció
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y las demás resoluciones que refuerzan su mandato, así como la
Declaración de Nairobi sobre el papel y el mandato del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, de 7 de febrero de
199730, y la Declaración Ministerial de Malmö, de 31 de mayo de 200031. A este respecto, invitamos a la Asamblea a que en su
sexagésimo séptimo período de sesiones apruebe una resolución que fortalezca el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente y eleve su nivel de la siguiente manera:
a) Estableciendo la composición universal del Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, así como otras medidas para reforzar su gobernanza, capacidad de respuesta y rendición de cuentas a los Estados
Miembros;
b) Dotándolo de más recursos financieros, que sean seguros, estables y suficientes, con cargo al presupuesto ordinario de las
Naciones Unidas y las contribuciones voluntarias, para que pueda cumplir su mandato;
c) Aumentando la influencia y la capacidad del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para cumplir su mandato
de coordinación en el sistema de las Naciones Unidas fortaleciendo su participación en los principales órganos de coordinación de
las Naciones Unidas y empoderándolo para dirigir la labor de formulación de estrategias del sistema de las Naciones Unidas sobre
el medio ambiente;
d) Promoviendo una sólida conexión entre la ciencia y las políticas, sobre la base de los instrumentos, las evaluaciones, los grupos y
las redes de información internacionales existentes, incluidos los informes de la serie “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial”,
como uno de los procesos establecidos para reunir información y evaluaciones y así facilitar la adopción de decisiones informadas;
e) Difundiendo y compartiendo información sobre el medio ambiente con base empírica y concienciando al público sobre las
cuestiones fundamentales, así como sobre nuevas cuestiones ambientales;
f) Creando capacidad en los países y apoyando y facilitando el acceso a la tecnología;
g) Consolidando gradualmente las funciones de la sede en Nairobi, así como fortaleciendo su presencia regional, a fin de ayudar a los
países que lo soliciten a aplicar las políticas ambientales nacionales, colaborando estrechamente con otras entidades competentes
del sistema de las Naciones Unidas;
h) Asegurando la participación activa de todos los interesados pertinentes al utilizar las mejores prácticas y los modelos de las
instituciones multilaterales pertinentes y estudiar nuevos mecanismos para promover la transparencia y la participación efectiva de
la sociedad civil.
89. Reconocemos las importantes contribuciones de los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente al desarrollo
sostenible. Reconocemos también la labor iniciada para mejorar las sinergias entre los tres convenios sobre los productos químicos y
los desechos (Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación,
Convenio de Rotterdam sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo Aplicable a Ciertos Plaguicidas y Productos
Químicos Peligrosos Objeto de Comercio Internacional y Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes
Alentamos a las partes en los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente a que consideren la posibilidad de adoptar otras
medidas relacionadas con estos y otros grupos de cuestiones, según proceda, para promover la coherencia de las políticas en todos los
niveles, mejorar la eficiencia, reducir las superposiciones y duplicaciones innecesarias y mejorar la coordinación y la cooperación entre
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los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente, en particular el Convenio y las dos Convenciones de Río, así como con el sistema
de las Naciones Unidas sobre el terreno.
90. 9Destacamos la necesidad de seguir examinando periódicamente el cambiante entorno de la Tierra y sus efectos sobre el
bienestar de los seres humanos, y en este sentido acogemos con beneplácito iniciativas como el proceso de Perspectivas del Medio
Ambiente Mundial, cuyo objetivo es reunir información y evaluaciones del medio ambiente y crear capacidad nacional y regional para
facilitar la adopción de decisiones informadas.
D. Instituciones financieras internacionales y actividades operacionales de las Naciones Unidas
91. Reconocemos que el desarrollo sostenible debe ser tenido en consideración debidamente por los programas, fondos y
organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas y por las demás entidades competentes, como las instituciones
financieras internacionales y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, de conformidad con sus respectivos
mandatos. A este respecto, los invitamos a que sigan reforzando la incorporación del desarrollo sostenible en sus respectivos
mandatos, programas, estrategias y procesos de adopción de decisiones, a fin de apoyar a todos los países, en particular a los países en
desarrollo, en sus esfuerzos por lograr el desarrollo sostenible.
92. Reafirmamos la importancia de ampliar y fortalecer la participación de los países en desarrollo en los procesos de adopción
de decisiones y establecimiento de normas en el ámbito económico internacional y, a este respecto, tomamos nota de las importantes
decisiones recientes sobre la reforma de las estructuras de gobernanza, las cuotas y los derechos de voto de las instituciones de
Bretton Woods, a fin de que reflejen mejor la realidad actual y aumenten la participación, con voz propia, de los países en desarrollo, y
reiteramos la importancia de la reforma de la gobernanza de esas instituciones para que sean más eficaces, dignas de crédito,
responsables y legítimas.
93. Pedimos que las tres dimensiones del desarrollo sostenible se sigan incorporando en el sistema de las Naciones Unidas, y
solicitamos al Secretario General que informe a la Asamblea General, por conducto del Consejo Económico y Social, sobre los
progresos realizados en este sentido. También reconocemos la importancia de que se fortalezca la coordinación de las políticas en las
principales estructuras de la Secretaría de las Naciones Unidas, y pedimos que así se haga, a fin de asegurar la coherencia de las
actividades de apoyo al desarrollo sostenible en todo el sistema, garantizando al mismo tiempo la rendición de cuentas a los Estados
Miembros.
94. Invitamos a los órganos rectores de los fondos, programas y organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas
para el desarrollo a que estudien las medidas apropiadas para integrar las dimensiones social, económica y ambiental en todas las
actividades operacionales del sistema de las Naciones Unidas. También ponemos de relieve que para lograr los objetivos de desarrollo
convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio, es fundamental que aumenten las contribuciones
financieras al sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo, y, a este respecto, reconocemos que existen vínculos que se refuerzan
mutuamente entre el aumento de la eficacia, la eficiencia y la coherencia del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo, la
obtención de resultados concretos de la asistencia prestada a los países en desarrollo con miras a erradicar la pobreza y lograr el
crecimiento económico sostenido y el desarrollo sostenible.
95. Ponemos de relieve la necesidad de fortalecer las actividades operacionales en favor del desarrollo organizadas sobre el
terreno por el sistema de las Naciones Unidas de manera que se ajusten bien a las prioridades nacionales de desarrollo sostenible de
los países en desarrollo. A este respecto, ponemos de relieve que los principios y las características fundamentales de las actividades
operacionales de las Naciones Unidas que se establecen en las resoluciones pertinentes de la Asamblea General constituyen el marco
general de todas las cuestiones relativas a las operaciones de las Naciones Unidas de asistencia para el desarrollo sobre el terreno.
Reconocemos la importancia de fortalecer la coordinación del sistema de las Naciones Unidas y aguardamos con interés recibir los
resultados de la evaluación independiente de la iniciativa “Unidos en la acción”.
96. Exhortamos al sistema de las Naciones Unidas a que gestione mejor los servicios y las operaciones, teniendo en cuenta las
prácticas de desarrollo sostenible, aprovechando las actividades emprendidas y promoviendo la eficacia en función de los costos, de
conformidad con los marcos legislativos, en particular el reglamento financiero y la reglamentación financiera detallada, rindiendo
cuentas al mismo tiempo a los Estados Miembros.
E. Niveles regional, nacional, subnacional y local
97. Reconocemos la importancia de la dimensión regional del desarrollo sostenible. Los marcos regionales pueden
complementar y facilitar la traducción efectiva de las políticas de desarrollo sostenible en medidas concretas a nivel nacional.
98. Alentamos a las autoridades regionales, nacionales, subnacionales y locales, según proceda, a que elaboren estrategias de
desarrollo sostenible y las utilicen como principales instrumentos para orientar la adopción de decisiones y la labor encaminada a
lograr el desarrollo sostenible a todos los niveles, y, a este respecto, reconocemos la importancia de integrar los datos y la información
social, económica y ambiental, así como la de analizar y evaluar eficazmente la aplicación de medidas, en los procesos de adopción de
decisiones.
99. Alentamos a que se adopten medidas a nivel regional, nacional, subnacional y local para promover el acceso a la información,
la participación del público y el acceso a la justicia en los asuntos ambientales, según proceda.
100. Ponemos de relieve que las organizaciones regionales y subregionales, incluidas las comisiones regionales de las Naciones
Unidas y sus oficinas subregionales, pueden contribuir decisivamente a promover la integración equilibrada de las dimensiones
económica, social y ambiental del desarrollo sostenible en sus respectivas regiones. Recalcamos la necesidad de apoyar a esas
instituciones, especialmente a través del sistema de las Naciones Unidas, en la puesta en marcha y ejecución eficaces de la labor
encaminada a lograr el desarrollo sostenible, así como la de facilitar la coherencia institucional y la armonización de las políticas, los
planes y los programas de desarrollo pertinentes. En este sentido, instamos a esas instituciones a que den prioridad al desarrollo
sostenible creando capacidad, elaborando y aplicando acuerdos y arreglos regionales, según proceda, e intercambiando información,
mejores prácticas y enseñanzas obtenidas de una forma más eficiente y eficaz, entre otros medios. También acogemos con beneplácito
las iniciativas regionales e interregionales en favor del desarrollo sostenible. Además, reconocemos la necesidad de vincular
eficazmente los procesos mundiales, regionales, subregionales y nacionales para promover el desarrollo sostenible. Alentamos a que

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se fortalezca la capacidad de las comisiones regionales de las Naciones Unidas y sus oficinas subregionales para que puedan ayudar a
los Estados Miembros en la labor encaminada a lograr el desarrollo sostenible.
101. Subrayamos la necesidad de planificar y adoptar decisiones de forma más coherente e integrada a nivel nacional, subnacional
y local, según proceda, y, con ese fin, exhortamos a los países a que refuercen las instituciones nacionales, subnacionales o locales, o
los órganos y procesos pertinentes de múltiples interesados, que promueven el desarrollo sostenible, según proceda, en particular que
coordinen las cuestiones de desarrollo sostenible y posibiliten la integración efectiva de las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
102. Acogemos con beneplácito las iniciativas regionales e interregionales de desarrollo sostenible, como el Green Bridge
Partnership Programme, en el que pueden participar voluntariamente todos los asociados.
103. Recalcamos la necesidad de garantizar el compromiso político a largo plazo con el desarrollo sostenible teniendo en cuenta
las circunstancias y las prioridades nacionales, y, a este respecto, alentamos a todos los países a que tomen las medidas necesarias
para lograr el desarrollo sostenible.
V.Marco para la acción y el seguimiento
A. Esferas temáticas y cuestiones intersectoriales
104. Reconocemos que para cumplir el objetivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, que
consiste en renovar el compromiso político en favor del desarrollo sostenible, y para abordar los temas de una economía verde en el
contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y del marco institucional para el desarrollo sostenible, nos
comprometemos a tratar de corregir las deficiencias que aún persisten en la aplicación de los resultados de las principales cumbres
sobre el desarrollo sostenible, afrontar los problemas nuevos y en ciernes y aprovechar las nuevas oportunidades adoptando las
medidas enunciadas más adelante en este marco para la acción, con apoyo en forma de medios de aplicación, según proceda.
Reconocemos que los objetivos, las metas y los indicadores, incluidos, cuando corresponda, los indicadores que tengan en cuenta las
cuestiones de género, son útiles para medir y acelerar los progresos. Además, hacemos notar que es posible impulsar la aplicación de
las medidas enunciadas más abajo si se comparte de manera voluntaria la información, los conocimientos y la experiencia.
105. Erradicación de la pobreza 105. Reconocemos que, a tres años de que concluya el plazo previsto para alcanzar los Objetivos
de Desarrollo del Milenio en 2015, si bien en algunas regiones se ha progresado en la reducción de la pobreza, ese progreso no ha sido
uniforme y en algunos países sigue aumentando el número de personas que viven en la pobreza, constituyendo las mujeres y los niños
la mayoría de los grupos más afectados, especialmente en los países menos adelantados, en particular, en África.
106. Reconocemos que el crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo de los países en desarrollo es un requisito
imprescindible para erradicar la pobreza y el hambre y alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. A este respecto, ponemos de
relieve que las iniciativas nacionales de los países en desarrollo deben apoyarse en un entorno que contribuya a ampliar las
oportunidades de desarrollo de esos países. Ponemos de relieve también la necesidad de atribuir la máxima prioridad a la erradicación
de la pobreza en la agenda de las Naciones Unidas para el desarrollo, haciendo frente a las causas profundas y a los desafíos de la
pobreza mediante estrategias integradas, coordinadas y coherentes en todos los niveles.
107. Reconocemos que promover el acceso universal a los servicios sociales puede contribuir de manera importante a la
consolidación de los beneficios ya logrados en materia de desarrollo y a la consecución de otros nuevos. Para erradicar la pobreza y
contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es esencial disponer de sistemas de protección social que encaren y
reduzcan las desigualdades y la exclusión social. En este sentido, alentamos enérgicamente a que se emprendan iniciativas dirigidas a
mejorar la protección social para todos.
Seguridad alimentaria y nutrición y agricultura sostenible
108. Reafirmamos nuestros compromisos relativos al derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos, suficientes y
nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación adecuada y con el derecho fundamental de toda persona a no padecer
hambre. Reconocemos que la seguridad alimentaria y la nutrición se han convertido en un desafío mundial apremiante y, a este
respecto, reafirmamos también nuestro compromiso de aumentar la seguridad alimentaria y el acceso de las generaciones presentes y
futuras a alimentos suficientes, sanos y nutritivos, en consonancia con los cinco Principios de Roma para la seguridad alimentaria
mundial sostenible, aprobados el 16 de noviembre de 200935, especialmente en favor de los niños menores de 2 años, y mediante
estrategias de seguridad alimentaria y nutrición nacionales, regionales y mundiales, según proceda.
109. Reconocemos que una parte considerable de los pobres del mundo vive en zonas rurales y que las comunidades rurales
desempeñan un papel importante en el desarrollo económico de muchos países. Ponemos de relieve la necesidad de revitalizar los
sectores de la agricultura y del desarrollo rural, especialmente en los países en desarrollo, de modo que sean sostenibles desde los
puntos de vista económico, social y ambiental. Reconocemos la importancia de que se adopten las medidas necesarias para atender
mejor las necesidades de las comunidades rurales, entre otros medios, aumentando el acceso de los productores agrícolas, en
particular los pequeños agricultores, las mujeres, los pueblos indígenas y las personas que se encuentran en situaciones vulnerables, a
los créditos y otros servicios financieros, los mercados, los regímenes seguros de tenencia de la tierra, la atención de la salud, los
servicios sociales, la educación, la capacitación, los conocimientos, y las tecnologías apropiadas y asequibles, en particular para el
regadío eficaz, la reutilización del agua residual tratada y la captación y el almacenamiento de agua. Reiteramos la importancia que
reviste el empoderamiento de las mujeres de las zonas rurales como agentes fundamentales para mejorar el desarrollo agrícola y rural,
la seguridad alimentaria y la nutrición. Reconocemos también la importancia de las prácticas agrícolas tradicionales sostenibles, como
los sistemas tradicionales de suministro de semillas, sobre todo para muchos pueblos indígenas y comunidades locales.
110. Observando la diversidad de condiciones y sistemas agrícolas, resolvemos aumentar la producción agrícola sostenible y la
productividad a nivel mundial, en particular mejorando el funcionamiento de los mercados y los sistemas de comercio y fortaleciendo
la cooperación internacional, sobre todo en favor de los países en desarrollo, mediante el incremento de la inversión pública y privada
en la agricultura sostenible, la ordenación de la tierra y el desarrollo rural. Las principales esferas que requieren inversión y servicios de
apoyo son las prácticas agrícolas sostenibles; la infraestructura rural, la capacidad de almacenamiento y las tecnologías conexas; las
actividades de investigación y desarrollo en materia de tecnologías agrícolas sostenibles; el fomento de las cooperativas y las cadenas
de valor agrícolas fuertes; y el fortalecimiento de los vínculos entre los medios urbano y rural. También reconocemos que es necesario

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reducir considerablemente las pérdidas posteriores a la cosecha y otras pérdidas y desperdicios de alimentos en toda la cadena de
suministro de alimentos.
111. Reafirmamos la necesidad de promover, potenciar y apoyar una agricultura más sostenible, comprendidos los cultivos, el
ganado, la silvicultura, la pesca y la acuicultura, que mejore la seguridad alimentaria, erradique el hambre y sea económicamente
viable, al tiempo que conserva las tierras, el agua, los recursos genéticos vegetales y animales, la diversidad biológica y los ecosistemas
y aumenta la resiliencia al cambio climático y a los desastres naturales. También reconocemos la necesidad de mantener los procesos
ecológicos naturales que sustentan los sistemas de producción de alimentos.
112. Destacamos que es necesario mejorar los sistemas de producción pecuaria sostenible, incluso mediante planes de riego y
ordenación de los pastizales mejorados, que estén en consonancia con las políticas, las leyes y los reglamentos nacionales, sistemas
mejorados de ordenación sostenible de los recursos hídricos y medidas para erradicar las enfermedades de los animales y prevenir su
propagación, reconociendo que los medios de vida de los agricultores, incluidos los pastores, y la salud del ganado están
interrelacionados.
113. También destacamos el papel decisivo de los ecosistemas marinos saludables y la pesca y la acuicultura sostenibles en la
seguridad alimentaria y la nutrición, así como en la creación de medios de vida para millones de personas.
114. Resolvemos adoptar medidas para mejorar la investigación agrícola, los servicios de extensión, la capacitación y la educación
con el fin de aumentar la productividad agrícola y la sostenibilidad de la agricultura mediante el intercambio voluntario de
conocimientos y buenas prácticas. Resolvemos también mejorar el acceso a la información y a los conocimientos técnicos y prácticos,
incluso mediante las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, que ofrecen a los agricultores, pescadores y
silvicultores la posibilidad de elegir entre diversos métodos de lograr una producción agrícola sostenible. Pedimos que se fortalezca la
cooperación internacional en materia de investigación agrícola para el desarrollo.
115. Reafirmamos la importante labor y el carácter inclusivo del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, en particular su
función de facilitar las evaluaciones iniciadas por los países sobre la producción sostenible de alimentos y la seguridad alimentaria, y
alentamos a los países a que consideren debidamente la posibilidad de aplicar las Directrices voluntarias sobre la gobernanza
responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional, formuladas por el
Comité. Tomamos nota de los debates sobre la inversión agrícola responsable que están teniendo lugar en el marco del Comité, así
como de los principios para una inversión agrícola responsable.
116. Destacamos la necesidad de hacer frente a las causas profundas de la excesiva inestabilidad de los precios de los alimentos,
incluidas sus causas estructurales, en todos los niveles, y de gestionar los riesgos derivados del alza y la excesiva inestabilidad de los
precios de los productos básicos agrícolas y sus consecuencias para la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial, así como
para los pequeños agricultores y los pobres de las zonas urbanas.
117. Subrayamos que es importante disponer oportunamente de información correcta y transparente para tratar de contrarrestar
la excesiva inestabilidad de los precios de los alimentos y, a este respecto, tomamos nota del Sistema de Información sobre los
Mercados Agrícolas, con sede en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, e instamos a las
organizaciones internacionales, las entidades del sector privado y los gobiernos participantes a que aseguren la difusión pública
oportuna de productos de información de calidad sobre los mercados de alimentos.
118. Reafirmamos que un sistema de comercio multilateral de carácter universal, basado en normas, abierto, no discriminatorio y
equitativo promoverá el desarrollo agrícola y rural en los países en desarrollo y contribuirá a la seguridad alimentaria mundial.
Instamos a que se adopten estrategias nacionales, regionales e internacionales para promover la participación de los agricultores,
especialmente los pequeños agricultores, incluidas las mujeres, en los mercados comunitarios, nacionales, regionales e
internacionales.
Agua y saneamiento
119. Reconocemos que el agua es un elemento básico del desarrollo sostenible pues está estrechamente vinculada a diversos
desafíos mundiales fundamentales. Reiteramos, por tanto, que es importante integrar los recursos hídricos en el desarrollo sostenible
y subrayamos la importancia decisiva del agua y el saneamiento para las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
120. Reafirmamos los compromisos contraídos en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo y en la Declaración del
Milenio de reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento y
de elaborar planes de ordenación integrada y aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, asegurando el uso sostenible de esos
recursos. Nos comprometemos a hacer efectivo progresivamente el acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento para
todos, por ser necesario para lograr la erradicación de la pobreza y el empoderamiento de las mujeres y para proteger la salud de los
seres humanos, y a mejorar significativamente la ejecución en todos los niveles, según proceda, de la ordenación integrada de los
recursos hídricos. En este sentido, reiteramos nuestro compromiso de apoyar esos esfuerzos, especialmente en favor de los países en
desarrollo, mediante la movilización de recursos de todas las fuentes, la creación de capacidad y la transferencia de tecnología.
121. Reafirmamos nuestros compromisos relativos al derecho humano al agua potable y el saneamiento, que ha de hacerse
efectivo gradualmente en beneficio de nuestra población, respetando plenamente nuestra soberanía nacional. Resaltamos también
nuestro compromiso con el Decenio Internacional para la Acción “El agua, fuente de vida”, 2005-2015.
122. Reconocemos que los ecosistemas desempeñan una función esencial en el mantenimiento de la cantidad y la calidad del
agua y apoyamos las iniciativas de protección y ordenación sostenible de esos ecosistemas emprendidas dentro de las fronteras
nacionales de cada país.
123. Subrayamos la necesidad de adoptar medidas para hacer frente a las inundaciones, las sequías y la escasez de agua, tratando
de mantener el equilibrio entre el suministro y la demanda de agua, incluidos, según proceda, los recursos hídricos no convencionales,
y la necesidad de movilizar recursos financieros e inversiones en infraestructura para los servicios de abastecimiento de agua y
saneamiento, de conformidad con las prioridades nacionales.
124. Destacamos que es necesario adoptar medidas para reducir considerablemente la contaminación del agua y aumentar su
calidad, mejorar notablemente el tratamiento de las aguas residuales y el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos y reducir
las pérdidas de agua. Destacamos que para lograr esos propósitos se necesita asistencia y cooperación internacionales.
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Energía
125. Reconocemos el papel fundamental de la energía en el proceso de desarrollo, dado que el acceso a servicios energéticos
modernos y sostenibles contribuye a erradicar la pobreza, salva vidas, mejora la salud y ayuda a satisfacer las necesidades humanas
básicas. Destacamos que esos servicios son esenciales para la inclusión social y la igualdad entre los géneros y que la energía es
también un insumo clave para la producción. Nos comprometemos a facilitar la prestación de apoyo para que obtengan acceso a esos
servicios los 1.400 millones de personas de todo el mundo que actualmente no disponen de ellos. Reconocemos que el acceso a esos
servicios es indispensable para el logro del desarrollo sostenible.
126. Ponemos de relieve que es necesario tratar de resolver el problema del acceso a servicios energéticos modernos y
sostenibles para todos, en particular para los pobres que no pueden costearlos ni siquiera en los casos en que están disponibles.
Ponemos de relieve también que es necesario adoptar nuevas medidas para mejorar esa situación, incluso movilizando recursos
financieros suficientes, de manera que en los países en desarrollo se puedan proporcionar servicios de ese tipo que sean fiables,
asequibles, económicamente viables y social y ambientalmente aceptables.
127. Reafirmamos nuestro apoyo a la aplicación de políticas y estrategias nacionales y subnacionales, basadas en las
circunstancias y las aspiraciones de desarrollo de cada país, utilizando una matriz energética apropiada para satisfacer las necesidades
de desarrollo, incluso mediante un mayor uso de fuentes de energía renovables y otras tecnologías de emisiones bajas, el uso más
eficiente de la energía, la mayor utilización de tecnologías energéticas avanzadas, incluidas tecnologías menos contaminantes de
aprovechamiento de los combustibles fósiles, y el uso sostenible de los recursos energéticos tradicionales. Nos comprometemos a
promover los servicios energéticos modernos y sostenibles para todos por medio de iniciativas nacionales y subnacionales, como las de
electrificación y difusión de soluciones sostenibles para la cocción de los alimentos y la calefacción, incluso realizando actividades de
colaboración para compartir las mejores prácticas y adoptar políticas, según proceda. Instamos a los gobiernos a que creen entornos
propicios que faciliten la inversión de los sectores público y privado en tecnologías menos contaminantes que sean pertinentes y
necesarias.
128. Reconocemos que mejorar la eficiencia energética, aumentar la proporción de energía renovable y usar tecnologías menos
contaminantes y de alto rendimiento energético son elementos importantes para el desarrollo sostenible, incluso para hacer frente al
cambio climático. Reconocemos también la necesidad de adoptar medidas de eficiencia energética en la planificación urbana, la
construcción de edificios y el transporte, en la producción de bienes y servicios y en el diseño de productos. Reconocemos además que
es importante promover los incentivos a la eficiencia energética y la diversificación de la matriz energética y eliminar los desincentivos
pertinentes, incluso fomentando las actividades de investigación y desarrollo en todos los países, entre ellos los países en desarrollo.
129. Observamos que se ha puesto en marcha la iniciativa del Secretario General sobre la energía sostenible para todos, que se
centra en el acceso a la energía, la eficiencia energética y las energías renovables. Todos estamos resueltos a trabajar con el fin de que
la energía sostenible para todos se convierta en realidad, y ayudar así a erradicar la pobreza y avanzar hacia el desarrollo sostenible y la
prosperidad mundial. Reconocemos que las actividades que vienen realizando los países en torno a cuestiones más amplias
relacionadas con la energía revisten gran importancia y se les asigna prioridad en consonancia con los problemas, la capacidad y las
circunstancias particulares de cada país, incluida su matriz energética.
Turismo sostenible
130. Ponemos de relieve que el turismo bien concebido y bien gestionado puede hacer una contribución importante a las tres
dimensiones del desarrollo sostenible, tiene vínculos estrechos con otros sectores y puede crear empleo decente y generar
oportunidades comerciales. Reconocemos la necesidad de apoyar las actividades de turismo sostenible y la creación de capacidad
conexa que permitan crear conciencia ambiental, conservar y proteger el medio ambiente, respetar la fauna y la flora silvestres, la
diversidad biológica, los ecosistemas y la diversidad cultural, y aumentar el bienestar y mejorar los medios de vida de las comunidades
locales apoyando las economías locales y el medio humano y natural en su conjunto. Pedimos que se preste más apoyo a las
actividades de turismo sostenible y de creación de capacidad en esa esfera en los países en desarrollo a fin de contribuir al logro del
desarrollo sostenible.
131. Alentamos el fomento de las inversiones en el turismo sostenible, incluidos el ecoturismo y el turismo cultural, lo cual puede
consistir, entre otras cosas, en crear empresas pequeñas y medianas y facilitar el acceso a recursos financieros por medios como las
iniciativas de microcréditos para las comunidades pobres, indígenas y locales de zonas con gran potencial ecoturístico. A este respecto,
subrayamos la importancia de establecer, en caso necesario, directrices y reglamentos apropiados, de conformidad con las prioridades
y leyes nacionales, para promover y apoyar el turismo sostenible.
Transporte sostenible
132. Observamos que el transporte y la movilidad son esenciales para el desarrollo sostenible. El transporte sostenible puede
intensificar el crecimiento económico y mejorar el acceso. Con el transporte sostenible se logra una mejor integración de la economía a
la vez que se respeta el medio ambiente. Reconocemos la importancia de la circulación eficiente de personas y mercancías y del acceso
a sistemas de transporte ambientalmente racional, segura y asequible como medios de mejorar la equidad social, la salud, la resiliencia
de las ciudades, los vínculos entre las zonas urbanas y las rurales y la productividad de las zonas rurales. Así pues, tenemos en cuenta
que la seguridad vial forma parte de nuestros esfuerzos por lograr el desarrollo sostenible.
133. Apoyamos el desarrollo de sistemas de transporte sostenibles, entre ellos los sistemas de transporte multimodal que sean
eficientes desde el punto de vista energético, en particular sistemas de transporte público, combustibles y vehículos no contaminantes,
así como sistemas de transporte mejorados en las zonas rurales. Reconocemos que con miras a promover el desarrollo sostenible es
necesario impulsar un enfoque integrado de la formulación de políticas sobre los servicios y sistemas de transporte en los planos
nacional, regional y local. Reconocemos también que al establecer sistemas de transporte de tránsito sostenibles se deben tener en
cuenta las necesidades especiales de desarrollo de los países en desarrollo sin litoral y de tránsito. Reconocemos además la necesidad
de prestar apoyo internacional a los países en desarrollo en ese ámbito.
Ciudades y asentamientos humanos sostenibles

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134. Reconocemos que las ciudades que hayan sido bien planeadas y construidas, incluso aplicando enfoques integrados de la
planificación y la gestión, pueden fomentar sociedades sostenibles desde los puntos de vista económico, social y ambiental. A este
respecto, reconocemos la necesidad de aplicar un enfoque holístico del desarrollo urbano y los asentamientos humanos que incluya
viviendas asequibles e infraestructura y priorice la mejora de los barrios marginales y la renovación urbana. Nos comprometemos a
trabajar para mejorar la calidad de los asentamientos humanos, incluidas las condiciones de vida y trabajo de los habitantes tanto de
las zonas urbanas como de las rurales en el contexto de la erradicación de la pobreza, de manera que todas las personas tengan acceso
a los servicios básicos y a la vivienda, así como la posibilidad de desplazarse. Reconocemos también la necesidad de conservar, según
proceda, el patrimonio natural y cultural de los asentamientos humanos, revitalizar los distritos históricos y rehabilitar los centros de
las ciudades.
135. Nos comprometemos a promover un enfoque integrado de la planificación y construcción de ciudades y asentamientos
urbanos sostenibles, incluso apoyando a las autoridades locales, concienciando a la población y aumentando la participación de los
residentes de las zonas urbanas, incluidos los pobres, en la adopción de decisiones. Nos comprometemos también a promover políticas
de desarrollo sostenible que apoyen la prestación de servicios sociales y de vivienda inclusivos; condiciones de vida seguras y
saludables para todos, especialmente los niños, los jóvenes, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad; transporte y
energía asequibles y sostenibles; el fomento, la protección y el restablecimiento de espacios urbanos verdes y seguros; agua potable y
saneamiento; una buena calidad del aire; la generación de empleos decentes; y la mejora de la planificación urbana y de los barrios
marginales. Además, apoyamos la gestión sostenible de los desechos mediante la aplicación del concepto de las “3 erres” (reducción,
reutilización y reciclado). Subrayamos que es importante que en la planificación urbana se tengan en cuenta la reducción del riesgo de
desastres, la resiliencia y los riesgos climáticos. Reconocemos los esfuerzos que despliegan las ciudades para lograr el equilibrio entre
el desarrollo y las regiones rurales.
136. Ponemos de relieve la importancia de aumentar el número de regiones metropolitanas y ciudades que aplican políticas de
planificación y diseño urbanos sostenibles para responder con eficacia al crecimiento previsto de la población urbana en los próximos
decenios. Observamos que la planificación urbana sostenible se enriquece con la participación de múltiples interesados y la utilización
plena de información y datos desglosados por sexo, en particular sobre tendencias demográficas, distribución de ingresos y
asentamientos informales. Reconocemos que las administraciones municipales pueden desempeñar una importante función al
establecer una visión de las ciudades sostenibles, desde el inicio del proceso de planificación de las ciudades hasta la revitalización de
ciudades y barrios antiguos, incluso mediante la aprobación de programas de eficiencia energética en la gestión de edificios y el
desarrollo de sistemas de transporte sostenibles y adaptados a las condiciones locales. Reconocemos también que la planificación de
zonas de uso mixto es importante, así como alentar la movilidad por medios de transporte no motorizados, lo que incluye el fomento
de infraestructuras para peatones y ciclistas.
137. Reconocemos que las asociaciones entre ciudades y comunidades tienen una función importante en la promoción del
desarrollo sostenible. A este respecto, destacamos la necesidad de fortalecer los mecanismos o las plataformas de cooperación, los
acuerdos de asociación y otros instrumentos de aplicación existentes para llevar adelante la ejecución coordinada del Programa de
Hábitat36, con la participación activa de todas las entidades competentes de las Naciones Unidas y con el objetivo general de alcanzar
el desarrollo urbano sostenible. Además, reconocemos que sigue siendo necesario que se hagan contribuciones financieras suficientes
y previsibles a la Fundación de las Naciones Unidas para el Hábitat y los Asentamientos Humanos a fin de asegurar la aplicación
oportuna, eficaz y concreta del Programa de Hábitat en todo el mundo.
Salud y población
138. Reconocemos que la salud es una condición previa, un resultado y un indicador de las tres dimensiones del desarrollo
sostenible. Sabemos que solo se podrán lograr los objetivos del desarrollo sostenible cuando no haya una prevalencia alta de
enfermedades debilitantes transmisibles y no transmisibles y las poblaciones puedan alcanzar un estado de bienestar físico, mental y
social. Estamos convencidos de que las medidas sobre los determinantes sociales y ambientales de la salud, tanto para los pobres y
vulnerables como para toda la población, son importantes a fin de crear sociedades inclusivas, equitativas, económicamente
productivas y sanas. Pedimos que se haga plenamente efectivo el derecho de todos a disfrutar del más alto nivel posible de salud física
y mental.
139. Reconocemos también la importancia de la cobertura sanitaria universal para fomentar la salud, la cohesión social y el
desarrollo humano y económico sostenibles. Nos comprometemos a reforzar los sistemas de salud para proporcionar una cobertura
universal equitativa. Pedimos que todos los agentes pertinentes participen en una acción multisectorial coordinada a fin de atender
urgentemente las necesidades de salud de la población mundial.
140. Ponemos de relieve que el VIH y el SIDA, la malaria, la tuberculosis, la gripe, la poliomielitis y otras enfermedades
transmisibles siguen siendo motivo de gran preocupación mundial y nos comprometemos a redoblar los esfuerzos para lograr el acceso
universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relativos al VIH y eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH, así
como a renovar y fortalecer la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales desatendidas.
141. Reconocemos que la carga y la amenaza que representan las enfermedades no transmisibles a nivel mundial constituyen uno
de los principales obstáculos para el desarrollo sostenible en el siglo XXI. Nos comprometemos a reforzar los sistemas de salud para
proporcionar una cobertura equitativa y universal y promover el acceso asequible a la prevención, el tratamiento, la atención y el
apoyo relacionados con las enfermedades no transmisibles, en especial el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las
enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. También nos comprometemos a establecer políticas nacionales multisectoriales
para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles o reforzar las existentes. Reconocemos que reducir, entre otras
cosas, la contaminación de la atmósfera y el agua y la causada por los productos químicos tiene efectos positivos en la salud.
142. Reafirmamos el derecho a aplicar plenamente las disposiciones del Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad
intelectual relacionados con el comercio (Acuerdo ADPIC)37, la Declaración de Doha sobre el Acuerdo ADPIC y la salud pública, la
decisión del Consejo General de la Organización Mundial del Comercio, de 30 de agosto de 2003, relacionada con la aplicación del
párrafo 6 de la Declaración de Doha39, y, cuando concluyan los procedimientos formales de aceptación, la enmienda al artículo 31 del

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Acuerdo ADPIC, que otorgan flexibilidad para la protección de la salud pública y, en particular, para promover el acceso universal a los
medicamentos y alentar a que se preste asistencia a los países en desarrollo a este respecto.
143. Pedimos una mayor colaboración y cooperación a nivel nacional e internacional para reforzar los sistemas de salud
aumentando la financiación de la sanidad, la contratación, el perfeccionamiento, la capacitación y la retención del personal sanitario,
mejorando la distribución y el acceso a fármacos, vacunas y tecnologías médicas seguros, asequibles, efectivos y de calidad, así como la
infraestructura sanitaria. Apoyamos el papel de liderazgo de la Organización Mundial de la Salud como autoridad rectora y
coordinadora de la labor internacional en materia de salud.
144. Nos comprometemos a tener sistemáticamente en consideración las tendencias y proyecciones demográficas en nuestras
estrategias y políticas de desarrollo nacional, rural y urbano. Mediante una planificación orientada al futuro, podemos aprovechar las
oportunidades y hacer frente a los desafíos asociados con el cambio demográfico, entre ellos la migración.
145. Pedimos que se apliquen plena y efectivamente la Plataforma de Acción de Beijing y el Programa de Acción de la Conferencia
Internacional sobre la Población y el Desarrollo y los resultados de sus conferencias de examen, incluidos los compromisos relativos a
la salud sexual y reproductiva y la promoción y protección de todos los derechos humanos en este contexto. Ponemos de relieve la
necesidad de proporcionar acceso universal a la salud reproductiva, incluida la planificación de la familia y la salud sexual, y de integrar
la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales.
146. Nos comprometemos a reducir la mortalidad materna e infantil y mejorar la salud de las mujeres, los jóvenes y los niños.
Reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad entre los géneros y la protección de los derechos de las mujeres, los hombres y los
jóvenes a tener control sobre las cuestiones relativas a su sexualidad, incluido el acceso a la salud sexual y reproductiva, y decidir
libremente respecto de esas cuestiones, sin verse sujetos a la coerción, la discriminación y la violencia. Trabajaremos activamente para
asegurar que los sistemas de salud proporcionen la información y los servicios sanitarios necesarios para atender la salud sexual y
reproductiva de la mujer, en particular para lograr un acceso universal a métodos de planificación de la familia modernos, seguros,
efectivos, asequibles y aceptables, ya que ello es fundamental para la salud de la mujer y para promover la igualdad entre géneros.
Promoción del empleo pleno y productivo, el trabajo decente para todos y la protección social
147. Reconocemos que la erradicación de la pobreza, el empleo pleno y productivo un trabajo decente para todos, así como la
integración y la protección sociales están relacionados entre sí y se refuerzan mutuamente, y que deben crearse entornos propicios
para promoverlos en todos los niveles.
148. Nos preocupan las condiciones del mercado laboral y la gran escasez de oportunidades de trabajo decente, en especial para
las mujeres y los hombres jóvenes. Instamos a todos los gobiernos a que afronten el desafío mundial que representa el empleo de los
jóvenes mediante la elaboración y aplicación de estrategias y políticas que proporcionen a los jóvenes de todo el mundo acceso a un
trabajo decente y productivo, ya que en los próximos decenios tendrán que crearse trabajos decentes para asegurar el desarrollo
sostenible e inclusivo y reducir la pobreza.
149. Reconocemos la importancia que tiene la creación de empleo mediante el desarrollo de infraestructuras sociales y
económicas sólidas, efectivas y eficientes y de la capacidad de producción, así como mediante la inversión en ellas, para lograr el
desarrollo sostenible y un crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo. Exhortamos a los países a que refuercen la
inversión en infraestructura para el desarrollo sostenible y acordamos prestar apoyo a los fondos, programas y organismos de las
Naciones Unidas para ayudar en la asistencia y la promoción de las medidas de los países en desarrollo, en particular los países menos
adelantados, al respecto.
150. Reconocemos la importancia de la creación de empleo mediante la aprobación de políticas macroeconómicas orientadas al
futuro que promuevan el desarrollo sostenible y conduzcan a un crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo, aumenten
las oportunidades de empleo productivo y promuevan el desarrollo agrícola e industrial.
151. Ponemos de relieve la necesidad de aumentar las oportunidades de empleo y de obtención de ingresos para todos, en
especial para las mujeres y los hombres que viven en la pobreza, y, a este respecto, apoyamos los esfuerzos nacionales por
proporcionar nuevas oportunidades de empleo a los pobres de las zonas rurales y urbanas por medios como el apoyo a las empresas
pequeñas y medianas.
152. Reconocemos que los trabajadores deben tener acceso a la educación, la adquisición de competencias, la atención de la
salud, la seguridad social, los derechos fundamentales en el trabajo, la protección social y jurídica, incluidas la seguridad y la salud en el
trabajo, y oportunidades de trabajo decente. Los gobiernos, los sindicatos, los trabajadores y los empleadores tienen un papel que
desempeñar en la promoción del trabajo decente para todos, y todos deben ayudar a los jóvenes a tener acceso a las competencias
necesarias y a oportunidades de empleo, en particular en los sectores nuevos y emergentes. Las mujeres y los hombres deben tener el
mismo acceso a oportunidades para adquirir competencias laborales y disfrutar de protección laboral. Reconocemos la importancia de
una transición justa, que incluya programas para ayudar a los trabajadores a adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado
laboral.
153. También reconocemos que el trabajo no estructurado sin remunerar, realizado principalmente por las mujeres, contribuye
de manera sustancial al bienestar humano y al desarrollo sostenible. En este sentido, nos comprometemos a trabajar para lograr
condiciones de trabajo seguras y decentes y acceso a la protección social y la educación.
154. Reconocemos que pueden generarse oportunidades de trabajo decente para todos y creación de empleo mediante, entre
otras cosas, inversiones de los sectores público y privado en innovaciones científicas y tecnológicas, obras públicas para restablecer,
regenerar y conservar los recursos naturales y ecosistemas, y servicios sociales y comunitarios. Nos alientan las iniciativas
gubernamentales destinadas a crear empleo para los pobres en el restablecimiento y la ordenación de los recursos naturales y los
ecosistemas, y alentamos al sector privado a que contribuya a lograr un trabajo decente para todos y a crear empleo para hombres y
mujeres, en particular para los jóvenes, por medios como las asociaciones con empresas pequeñas y medianas y cooperativas. A este
respecto, reconocemos la importancia de las medidas que tienen por objeto promover el intercambio de información y conocimientos
sobre el trabajo decente para todos y la creación de empleo, incluidas las iniciativas sobre empleo en el sector ecológico y los
conocimientos conexos, y facilitar la integración de los datos pertinentes en las políticas económicas y de empleo nacionales.

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155. Alentamos a que se compartan las experiencias y mejores prácticas sobre la manera de resolver el alto nivel de desempleo y
subempleo, en particular entre los jóvenes.
156. Destacamos la necesidad de dar protección social a todos los miembros de la sociedad, fomentar el crecimiento, la
resiliencia, la justicia social y la cohesión, incluso para los que no están empleados en el sector regulado de la economía. En este
sentido, alentamos firmemente a que se emprendan iniciativas nacionales y locales dirigidas a proporcionar un nivel mínimo de
protección social a todos los ciudadanos. Preconizamos un diálogo mundial sobre las mejores prácticas para los programas de
protección social que tenga en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible y, en este sentido, hacemos notar la
Recomendación núm. 202 de la Organización Internacional del Trabajo relativa a los pisos nacionales de protección social.
157. Exhortamos a los Estados a que promuevan y protejan de manera efectiva los derechos humanos y las libertades
fundamentales de todos los migrantes, sea cual sea su estatus migratorio, en especial los de las mujeres y los niños, y se ocupen de la
migración internacional mediante la cooperación y el diálogo a nivel internacional, regional o bilateral y un enfoque integral y
equilibrado, reconociendo las funciones y responsabilidades de los países de origen, tránsito y destino en la promoción y protección de
los derechos humanos de todos los migrantes, evitando aplicar enfoques que puedan aumentar su vulnerabilidad.
Océanos y mares
158. Reconocemos que los océanos, los mares y las zonas costeras constituyen un componente integrado y esencial del
ecosistema terrestre y son fundamentales para mantenerlo, y que el derecho internacional, reflejado en la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar, constituye el marco jurídico de la conservación y el uso sostenible de los océanos y sus recursos.
Destacamos la importancia de la conservación y el uso sostenible de los océanos y mares y sus recursos para el desarrollo sostenible,
en particular debido a su contribución a la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico sostenido, la seguridad alimentaria, la
creación de medios de vida sostenibles y trabajo decente, así como de la protección de la diversidad biológica y el medio marino y las
medidas para hacer frente a los efectos del cambio climático. En consecuencia, nos comprometemos a proteger y restablecer la salud,
productividad y resiliencia de los océanos y ecosistemas marinos, mantener su diversidad biológica, promover su conservación y el uso
sostenible para las generaciones presentes y futuras y aplicar efectivamente un enfoque ecosistémico y el enfoque de precaución en la
gestión, de conformidad con el derecho internacional, de las actividades que tengan efectos en el medio marino para obtener
resultados en las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
159. Reconocemos la importancia de la Convención sobre el Derecho del Mar para hacer avanzar el desarrollo sostenible y su
adopción casi universal por los Estados, y, a este respecto, instamos a todas las partes a que apliquen plenamente las obligaciones que
les incumben en virtud de la Convención.
160. Reconocemos la importancia de aumentar la capacidad de los países en desarrollo para poder beneficiarse de la conservación
y el uso sostenible de los océanos y los mares y sus recursos, y, a este respecto, ponemos de relieve la necesidad de cooperar en las
investigaciones científicas marinas a fin de aplicar las disposiciones de la Convención sobre el Derecho del Mar y los resultados de las
principales cumbres sobre el desarrollo sostenible, así como de que se transfiera tecnología, teniendo en cuenta los criterios y las
directrices de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental para la transferencia de la tecnología marina.
161. Apoyamos el proceso ordinario de presentación de informes y evaluación del estado del medio marino a escala mundial,
incluidos los aspectos socioeconómicos, establecido bajo los auspicios de la Asamblea General, y aguardamos con interés que concluya
su primera evaluación integrada del estado del medio marino a nivel mundial para 2014 y el examen posterior a cargo de la Asamblea.
Alentamos a que los Estados examinen las conclusiones de la evaluación a los niveles apropiados.
162. Reconocemos la importancia de la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina fuera de las zonas de
jurisdicción nacional. Observamos la labor que está realizando bajo los auspicios de la Asamblea General el Grupo de Trabajo Especial
Oficioso de Composición Abierta encargado de estudiar las cuestiones relativas a la conservación y el uso sostenible de la diversidad
biológica marina fuera de las zonas de jurisdicción nacional. Basándose en la labor del Grupo de Trabajo Especial Oficioso de
Composición Abierta, y antes de que finalice el sexagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General, nos comprometemos
a abordar urgentemente el tema de la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina fuera de las zonas de
jurisdicción nacional, en particular, a adoptar una decisión sobre la elaboración de un instrumento internacional en el marco de la
Convención sobre el Derecho del Mar.
163. Observamos con preocupación que la salud de la diversidad biológica de los océanos y los mares se ve afectada
negativamente por la contaminación marina, incluidos los detritos marinos, en especial los plásticos, los contaminantes orgánicos
persistentes, los metales pesados y los compuestos nitrogenados, procedentes de varias fuentes marinas y terrestres, entre ellas las
actividades navieras y las escorrentías. Nos comprometemos a tomar medidas para reducir la incidencia y los efectos de esa
contaminación en los ecosistemas marinos por medios como la aplicación efectiva de los convenios pertinentes adoptados en el marco
de la Organización Marítima Internacional y el seguimiento de las iniciativas pertinentes, como el Programa de Acción Mundial para la
protección del medio marino frente a las actividades realizadas en tierra, así como a adoptar estrategias coordinadas con tal fin. Nos
comprometemos también a tomar medidas, para 2025, basadas en los datos científicos reunidos, al objeto de lograr una reducción
significativa de los detritos marinos y de ese modo prevenir los daños en el medio costero y marino.
164. Observamos que las especies exóticas invasivas representan una amenaza significativa para los ecosistemas y recursos
marinos y nos comprometemos a aplicar medidas a fin de prevenir la introducción de especies exóticas invasivas y gestionar sus
efectos adversos para el medio ambiente, incluidas, según proceda, las adoptadas en el marco de la Organización Marítima
Internacional.
165. Observamos que el aumento del nivel del mar y la erosión costera suponen una seria amenaza para muchas regiones
costeras e islas, en particular en los países en desarrollo, y, a este respecto, exhortamos a la comunidad internacional a que aumente
sus esfuerzos por hacer frente a esos problemas.
166. Pedimos que se apoyen las iniciativas para hacer frente a la acidificación de los océanos y los efectos del cambio climático en
los ecosistemas y recursos marinos y costeros. A este respecto, reiteramos la necesidad de trabajar colectivamente para prevenir una
mayor acidificación de los océanos, así como para aumentar la resiliencia de los ecosistemas marinos y las comunidades cuyos medios

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de vida dependen de ellos y apoyar las investigaciones científicas marinas, la vigilancia y observación de la acidificación de los océanos
y los ecosistemas especialmente vulnerables, en particular mediante una mayor cooperación internacional al respecto.
167. Destacamos nuestra preocupación por los posibles efectos ambientales de la fertilización de los océanos. En este sentido,
recordamos las decisiones sobre la fertilización de los océanos adoptadas por los organismos intergubernamentales competentes y
decidimos seguir ocupándonos con la mayor cautela de la fertilización de los océanos, de conformidad con el principio de precaución.
168. Nos comprometemos a intensificar nuestros esfuerzos para cumplir el objetivo acordado en el Plan de Aplicación de las
Decisiones de Johannesburgo de mantener o restablecer para 2015 las poblaciones de peces a niveles que puedan producir el máximo
rendimiento sostenible con carácter urgente. En este sentido, nos comprometemos también a adoptar urgentemente las medidas
necesarias para mantener o restablecer todas las poblaciones al menos a niveles que puedan producir el máximo rendimiento
sostenible, con el fin de alcanzar esos objetivos lo antes posible, con arreglo a sus características biológicas. Para lograrlo, nos
comprometemos a elaborar y aplicar urgentemente planes de ordenación basados en datos científicos, incluso mediante la reducción
o suspensión de las capturas y el esfuerzo de pesca de manera acorde con el estado de las poblaciones de peces. Nos comprometemos
también a reforzar las medidas para gestionar las capturas incidentales, los descartes y otros efectos adversos producidos por la pesca
en los ecosistemas, incluso eliminando las prácticas pesqueras destructivas. Nos comprometemos además a reforzar las medidas para
proteger los ecosistemas marinos vulnerables de efectos adversos significativos, en particular mediante el uso efectivo de evaluaciones
de los efectos. Esas medidas, incluidas las tomadas por conducto de las organizaciones competentes, deben realizarse de conformidad
con el derecho internacional, los instrumentos internacionales aplicables, las resoluciones pertinentes de la Asamblea General y las
directrices de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
169. Instamos a los Estados partes en el Acuerdo de 1995 sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar de 10 de diciembre de 1982 relativas a la conservación y ordenación de las poblaciones de peces
transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios43 a que lo apliquen plenamente y, de conformidad con la Parte VII del
Acuerdo, reconozcan plenamente las necesidades especiales de los Estados en desarrollo. Además, exhortamos a todos los Estados a
que apliquen el Código de Conducta para la Pesca Responsable44 y los planes de acción internacionales y las directrices técnicas de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
170. Reconocemos que la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada priva a muchos países de un recurso natural crucial y sigue
representando una amenaza persistente para su desarrollo sostenible. Volvemos a comprometernos a eliminar la pesca ilegal, no
declarada y no reglamentada, como se indica en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, y a prevenir y combatir esas
prácticas, en particular mediante las siguientes medidas: elaborar y aplicar planes de acción nacionales y regionales de conformidad
con el Plan de acción internacional para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura; aplicar, de conformidad con el derecho internacional,
medidas efectivas y coordinadas por los Estados ribereños, los Estados del pabellón, los Estados rectores del puerto, las naciones
fletadoras y los Estados de nacionalidad de los propietarios reales y otros que realicen actividades de pesca ilegal, no declarada y no
reglamentada o las apoyen, identificando los buques que realicen esa pesca y privando a los culpables de los beneficios derivados de
ella, así como mediante la cooperación con los países en desarrollo para determinar sistemáticamente las necesidades y crear
capacidad, incluido el apoyo para los sistemas de seguimiento, control, vigilancia, cumplimiento y aplicación de la ley.
171. Exhortamos a los Estados que hayan firmado el Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto destinadas a prevenir,
desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura a que aceleren los procedimientos de ratificación para que pueda entrar prontamente en vigor.
172. Reconocemos la necesidad de que en las organizaciones regionales de ordenación pesquera haya transparencia y rendición
de cuentas. Reconocemos las medidas ya adoptadas por las organizaciones regionales de ordenación pesquera que han realizado
exámenes independientes del desempeño y exhortamos a todas las organizaciones regionales de ordenación pesquera a que hagan
periódicamente tales exámenes y publiquen los resultados. Alentamos a que se apliquen las recomendaciones de los exámenes y
recomendamos que se aumente su amplitud con el tiempo, según sea necesario.
173. Reafirmamos el compromiso que asumimos en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo de eliminar las
subvenciones que contribuyen a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y la capacidad de pesca excesiva, teniendo en cuenta
la importancia de este sector para los países en desarrollo, y reiteramos nuestro compromiso de concluir disciplinas multilaterales
sobre las subvenciones a la pesca que den efecto a los mandatos del Programa de Doha para el Desarrollo y de la Declaración
Ministerial de Hong Kong de la Organización Mundial del Comercio para hacer más estrictas las normas sobre las subvenciones en el
sector pesquero, incluso prohibiendo determinadas modalidades de subvenciones a la pesca que contribuyen a la capacidad de pesca
excesiva y la sobrepesca, reconociendo que la negociación sobre las subvenciones a la pesca en la Organización Mundial del Comercio
debe incluir un trato especial y diferenciado, apropiado y efectivo para los países en desarrollo y menos adelantados, teniendo en
cuenta la importancia del sector para las prioridades de desarrollo, la reducción de la pobreza y las cuestiones relativas a los medios de
subsistencia y la seguridad alimentaria. Alentamos a los Estados a que aumenten la transparencia y la presentación de informes sobre
los programas existentes de subvenciones a la pesca por conducto de la Organización Mundial del Comercio. Teniendo en cuenta el
estado de los recursos pesqueros, y sin perjuicio de los mandatos ministeriales de Doha y Hong Kong sobre las subvenciones a la pesca
o de la necesidad de concluir esas negociaciones, alentamos a los Estados a que eliminen las subvenciones que contribuyen a la
capacidad de pesca excesiva y la sobrepesca y se abstengan de introducir nuevas subvenciones de esa índole o de prorrogar o reforzar
las existentes.
174. Instamos a que para 2014 se determinen e integren estrategias que presten mayor asistencia a los países en desarrollo, en
particular a los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, para que aumenten su capacidad nacional de
conservar, gestionar de manera sostenible y hacer efectivos los beneficios de la pesca sostenible, en particular mediante un mayor
acceso a los mercados de los productos pesqueros de los países en desarrollo.
175. Nos comprometemos a observar la necesidad de asegurar el acceso a las pesquerías y la importancia del acceso a los
mercados por parte de los pescadores que se dedican a la pesca de subsistencia, la pesca a pequeña escala y la pesca artesanal, así

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como las mujeres pescadoras, los pueblos indígenas y sus comunidades, en particular en los países en desarrollo, especialmente los
pequeños Estados insulares en desarrollo.
176. Reconocemos también las importantes contribuciones económicas, sociales y ambientales de los arrecifes de coral, en
particular para las islas y otros Estados ribereños, así como la gran vulnerabilidad de los arrecifes de coral y los manglares a efectos
como los producidos por el cambio climático, la acidificación de los océanos, la pesca excesiva, las prácticas pesqueras destructivas y la
contaminación. Propugnamos la cooperación internacional para conservar los ecosistemas de los arrecifes de coral y los manglares y
hacer efectivos sus beneficios sociales, económicos y ambientales, así como facilitar la colaboración técnica y el intercambio voluntario
de información.
177. Reafirmamos la importancia de las medidas de conservación basadas en zonas geográficas, incluidas las zonas marinas
protegidas, de conformidad con el derecho internacional y sobre la base de la mejor información científica disponible, como
instrumento para la conservación de la diversidad biológica y el uso sostenible de sus componentes. Hacemos notar la decisión X/2,
adoptada en la décima reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, celebrada en Nagoya
(Japón), del 18 al 29 de octubre de 2010, en la que se acordó que para 2020 el 10% de las zonas marítimas y costeras, especialmente
aquellas de particular importancia para la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas, se conservasen por medio de sistemas
de zonas protegidas administrados de manera eficaz y equitativa, ecológicamente representativos y bien conectados y otras medidas
de conservación eficaces basadas en zonas geográficas
Pequeños Estados insulares en desarrollo
178. Reafirmamos que los pequeños Estados insulares en desarrollo siguen constituyendo un caso especial para el desarrollo
sostenible debido a sus singulares aspectos vulnerables, como su pequeño tamaño, el alejamiento, la limitada base de recursos y
exportaciones y la susceptibilidad a los problemas ambientales mundiales y las conmociones económicas externas, que incluyen una
amplia gama de efectos del cambio climático y desastres naturales potencialmente más frecuentes e intensos. Observamos con
preocupación que en el examen quinquenal de la Estrategia de Mauricio se llegó a la conclusión de que los pequeños Estados insulares
en desarrollo han avanzado menos que la mayoría de los demás grupos de países, o incluso han sufrido retrocesos desde el punto de
vista económico, especialmente en lo que respecta a la reducción de la pobreza y la sostenibilidad de la deuda. El aumento del nivel
del mar y otros efectos adversos del cambio climático siguen representando un riesgo significativo para los pequeños Estados insulares
en desarrollo y sus esfuerzos por lograr el desarrollo sostenible; en muchos casos representan la amenaza más grave para su
supervivencia y viabilidad, y en algunos incluso la pérdida de territorio. También seguimos preocupados porque, si bien los pequeños
Estados insulares en desarrollo han logrado progresos en las esferas del género, la salud, la educación y el medio ambiente, sus
progresos generales en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio han sido desiguales.
179. Pedimos que continúen y aumenten las medidas para prestar asistencia a los pequeños Estados insulares en desarrollo en la
aplicación del Programa de Acción de Barbados y la Estrategia de Mauricio. También pedimos que aumente el apoyo del sistema de las
Naciones Unidas a los pequeños Estados insulares en desarrollo al objeto de que puedan hacer frente a los numerosos problemas
actuales y en ciernes a que se enfrentan para lograr el desarrollo sostenible.
180. Sobre la base del Programa de Acción de Barbados y la Estrategia de Mauricio, pedimos que en 2014 se celebre la tercera
conferencia internacional sobre los pequeños Estados insulares en desarrollo, reconociendo la importancia de las medidas
coordinadas, equilibradas e integradas con el fin de abordar los desafíos para el desarrollo sostenible a que se enfrentan los pequeños
Estados insulares en desarrollo, e invitamos a la Asamblea General a que en su sexagésimo séptimo período de sesiones determine las
modalidades de la conferencia.
Países menos adelantados
181. Acordamos aplicar efectivamente el Programa de Acción de Estambul e integrar plenamente sus esferas prioritarias en el
presente marco para la acción, cuya aplicación amplia contribuirá al objetivo general del Programa de Acción de Estambul de lograr
que la mitad de los países menos adelantados cumplan los criterios para quedar excluidos de la lista de países menos adelantados a
más tardar en 2020.
Países en desarrollo sin litoral
182. Invitamos a los Estados Miembros, en particular los asociados para el desarrollo, las organizaciones del sistema de las
Naciones Unidas y demás organizaciones internacionales, regionales y subregionales competentes, a que sigan acelerando la puesta en
práctica de las medidas específicas correspondientes a las cinco esferas de prioridad convenidas en el Programa de Acción de Almaty y
las enunciadas en la declaración sobre el examen de mitad de período del Programa de Acción de Almaty de forma más coordinada, en
particular para construir, mantener y mejorar sus instalaciones de transporte y almacenamiento y otros servicios relacionados con el
tránsito, así como para encontrar rutas alternativas, concluir las conexiones que falten y mejorar la infraestructura de comunicaciones
y energía a fin de facilitar el desarrollo sostenible de los países en desarrollo sin litoral.
África
183. Si bien reconocemos que se han hecho algunos progresos en el cumplimiento de los compromisos internacionales
relacionados con las necesidades de desarrollo de África, ponemos de relieve que siguen existiendo problemas importantes para lograr
el desarrollo sostenible del continente.
184. Exhortamos a la comunidad internacional a que aumente su apoyo y cumpla los compromisos de llevar adelante medidas en
esferas fundamentales para el desarrollo sostenible de África y acogemos con beneplácito los esfuerzos de los asociados para el
desarrollo a fin de reforzar la cooperación con la Nueva Alianza para el Desarrollo de África. Acogemos con beneplácito también los
progresos realizados por los países africanos para mejorar la democracia, los derechos humanos, la buena gobernanza y la gestión
económica racional, y los alentamos a que continúen sus esfuerzos en tal sentido. Invitamos a todos los asociados para el desarrollo de
África, en particular a los países desarrollados, a que presten asistencia a los países de África para fortalecer su capacidad humana y
sus instituciones democráticas, de conformidad con sus prioridades y objetivos, con miras a impulsar el desarrollo de África a todos los
niveles, en particular facilitando la transferencia de la tecnología que necesiten los países africanos, con arreglo a lo establecido de
común acuerdo. Reconocemos los esfuerzos continuados de los países de África por crear entornos propicios para el crecimiento

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inclusivo en apoyo del desarrollo sostenible, y la necesidad de que la comunidad internacional haga esfuerzos constantes a fin de
aumentar la corriente de recursos nuevos y adicionales destinados a la financiación para el desarrollo procedentes de todas las
fuentes, públicas y privadas, nacionales y extranjeras, en apoyo de esos esfuerzos para el desarrollo de los países de África, y acogemos
con beneplácito las diversas
Iniciativas regionales
185. Alentamos a que se emprendan medidas regionales coordinadas para promover el desarrollo sostenible. A este respecto,
reconocemos que se han tomado medidas importantes para promover el desarrollo sostenible, en particular en la región árabe,
América Latina y el Caribe, y la región de Asia y el Pacífico, por conducto de los foros pertinentes, entre ellos las comisiones regionales
de las Naciones Unidas. Si bien observa que siguen existiendo problemas en varias esferas, la comunidad internacional acoge con
beneplácito esas actividades y los resultados ya logrados y pide que se emprendan medidas a todos los niveles para su ulterior
desarrollo y aplicación.
Reducción del riesgo de desastres
186. Reafirmamos nuestro compromiso con el Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las
naciones y las comunidades ante los desastres50, y pedimos que los Estados, el sistema de las Naciones Unidas, las instituciones
financieras internacionales, las organizaciones subregionales, regionales e internacionales y la sociedad civil aceleren la aplicación del
Marco de Acción de Hyogo y la consecución de sus objetivos. Pedimos que se aborde la reducción del riesgo de desastres y el aumento
de la resiliencia ante los desastres con un renovado sentido de urgencia en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza, y, según proceda, se integren en las políticas, los planes, programas y presupuestos a todos los niveles y se tengan en cuenta
en los futuros marcos pertinentes. Invitamos a los gobiernos de todos los niveles, así como a las organizaciones subregionales,
regionales e internacionales competentes, a que asignen recursos suficientes, oportunos y predecibles para la reducción del riesgo de
desastres a fin de aumentar la resiliencia de las ciudades y las comunidades ante los desastres, según sus propias circunstancias y
capacidad.
187. Reconocemos la importancia de los sistemas de alerta temprana como parte de una reducción efectiva del riesgo de
desastres a todos los niveles para reducir los daños económicos y sociales, incluida la pérdida de vidas humanas, y, en este sentido,
alentamos a los Estados a que integren esos sistemas en sus estrategias y planes nacionales de reducción del riesgo de desastres.
Alentamos a los donantes y la comunidad internacional a que aumenten la cooperación internacional en apoyo de la reducción del
riesgo de desastres en los países en desarrollo, según proceda, mediante asistencia técnica, transferencia de tecnología, con arreglo a
lo establecido de común acuerdo, creación de capacidad y programas de capacitación. Además, reconocemos la importancia de hacer
evaluaciones amplias de los peligros y los riesgos y del intercambio de conocimientos e información, en particular información
geoespacial fidedigna. Nos comprometemos a realizar evaluaciones y crear instrumentos de reducción del riesgo de desastres, así
como a reforzar los existentes, de manera oportuna.
188. Destacamos la importancia de fortalecer los vínculos entre la reducción del riesgo de desastres, la recuperación y la
planificación del desarrollo a largo plazo, y pedimos que se emprendan estrategias más coordinadas y amplias que integren
consideraciones relativas a la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático en las inversiones públicas y
privadas, la adopción de decisiones y la planificación de las medidas humanitarias y de desarrollo a fin de reducir los riesgos, aumentar
la resiliencia y proporcionar una transición más fluida entre el socorro, la recuperación y el desarrollo. A este respecto, reconocemos la
necesidad de integrar la perspectiva de género en la elaboración y ejecución de todas las fases de la gestión del riesgo de desastres.
189. Pedimos que todas las partes interesadas pertinentes, incluidos los gobiernos, las organizaciones internacionales, regionales
y subregionales, el sector privado y la sociedad civil, adopten medidas apropiadas y efectivas, teniendo en cuenta las tres dimensiones
del desarrollo sostenible, en particular mediante el fortalecimiento de la coordinación y cooperación para reducir la exposición al
riesgo a fin de proteger a las personas, la infraestructura y otros bienes nacionales de los efectos de los desastres, en consonancia con
el Marco de Acción de Hyogo y todo marco de reducción del riesgo de desastres posterior a 2015.
Cambio climático
190. Reafirmamos que el cambio climático es uno de los mayores problemas de nuestro tiempo y expresamos profunda alarma
porque las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando en todo el mundo. Nos preocupa profundamente que todos
los países, en particular los países en desarrollo, sean vulnerables a los efectos adversos del cambio climático y ya estén
experimentando mayores efectos, entre ellos sequías persistentes y fenómenos meteorológicos extremos, aumento del nivel del mar,
erosión costera y acidificación de los océanos, que amenazan todavía más la seguridad alimentaria y las medidas para erradicar la
pobreza y lograr el desarrollo sostenible. Así pues, ponemos de relieve que la adaptación al cambio climático representa una prioridad
mundial inmediata y urgente.
191. Recalcamos que la naturaleza mundial del cambio climático requiere la cooperación más amplia posible de todos los países y
su participación en una respuesta internacional efectiva y apropiada, con miras a acelerar la reducción de las emisiones mundiales de
gases de efecto invernadero. Recordamos que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático dispone que las
partes deben proteger el sistema climático en beneficio de las generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de
conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades. Observamos con grave
preocupación el importante desfase que existe entre el efecto agregado de las promesas de mitigación para el año 2020 hechas por las
partes en lo que respecta a las emisiones anuales mundiales de gases de efecto invernadero y la trayectoria que deben seguir las
emisiones agregadas para que haya una buena probabilidad de mantener el aumento de la temperatura mundial media por debajo de
2ºC, o 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales. Reconocemos la importancia de movilizar financiación de fuentes diversas,
públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, incluidas las fuentes de financiación innovadoras, para apoyar medidas de mitigación
nacionales apropiadas, medidas de adaptación, desarrollo y transferencia de tecnología y creación de capacidad en los países en
desarrollo. En este sentido, acogemos con beneplácito la creación del Fondo Verde para el Clima y pedimos que se ponga en
funcionamiento lo antes posible para poder establecer rápidamente un proceso de reposición adecuado.

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192. Instamos a las partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y las partes en su Protocolo
de Kyoto51 a que cumplan plenamente sus compromisos y las decisiones adoptadas en el marco de esos acuerdos. A este respecto,
aprovecharemos los progresos logrados, en particular en el 17° período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención y
el séptimo período de sesiones de las Conferencia de las Partes en calidad de Reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto,
celebrados en Durban (Sudáfrica), del 28 de noviembre al 9 de diciembre de 2011.
Bosques
193. Resaltamos los beneficios sociales, económicos y ambientales que tienen los bosques para las personas y las contribuciones
de la ordenación sostenible de los bosques a los temas y al objetivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible. Apoyamos las políticas intersectoriales e interinstitucionales que promuevan la ordenación sostenible de los bosques.
Reafirmamos que la amplia gama de productos y servicios que proporcionan los bosques crean oportunidades para hacer frente a
muchos de los problemas más acuciantes del desarrollo sostenible. Pedimos que se realicen mayores esfuerzos para lograr la
ordenación sostenible de los bosques, la reforestación, la restauración y la forestación, y apoyamos las medidas para enlentecer,
detener y revertir efectivamente la deforestación y la degradación forestal, entre ellas la promoción del comercio de productos
forestales obtenidos lícitamente. Observamos la importancia de las iniciativas en curso, como la reducción de las emisiones derivadas
de la deforestación y la degradación de los bosques en los países en desarrollo, y el papel de la conservación, la ordenación sostenible
de los bosques y el aumento de las reservas forestales de carbono en los países en desarrollo. Pedimos que se aumenten los esfuerzos
para reforzar los marcos de gobernanza de los bosques y los medios de aplicación, de conformidad con el instrumento jurídicamente
no vinculante sobre todos los tipos de bosques a fin de lograr la ordenación sostenible de los bosques. Con ese propósito, nos
comprometemos a mejorar los medios de vida de los pueblos y las comunidades creando las condiciones necesarias para que efectúen
una ordenación sostenible de los bosques por medios como el refuerzo de la cooperación en los ámbitos de las finanzas, el comercio,
la transferencia de tecnologías ambientalmente racionales, la creación de capacidad y la gobernanza, así como la promoción de la
tenencia segura de la tierra, en particular en lo que respecta a la participación en la adopción de decisiones y el reparto de beneficios,
de conformidad con la legislación y las prioridades nacionales.
194. Pedimos que se aplique urgentemente el instrumento jurídicamente no vinculante sobre todos los tipos de bosques y la
declaración ministerial de la serie de sesiones de alto nivel del noveno período de sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre los
Bosques con ocasión de la inauguración del Año Internacional de los Bosques
195. Reconocemos que el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, con su composición universal y mandato amplio,
desempeña un papel vital en el planteamiento de las cuestiones relativas a los bosques de manera holística e integrada y en la
promoción de la coordinación de políticas y la cooperación a nivel internacional para lograr la ordenación sostenible de los bosques.
Invitamos a la Asociación de Colaboración en materia de Bosques a que mantenga su apoyo al Foro y alentamos a los interesados a que
sigan participando activamente en los trabajos del Foro.
196. Destacamos la importancia de integrar los objetivos y las prácticas de ordenación sostenible de los bosques en las políticas y
la adopción de decisiones económicas, y, con tal fin, nos comprometemos a trabajar junto a los órganos rectores de las organizaciones
que forman parte de la Asociación de Colaboración en materia de Bosques para integrar, según proceda, la ordenación sostenible de
todos los tipos de bosques en sus estrategias y programas.
Diversidad biológica
197. Reafirmamos el valor intrínseco de la diversidad biológica, así como los valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos,
científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la diversidad biológica y el papel primordial que desempeña en el
mantenimiento de ecosistemas que prestan servicios esenciales y son cimientos fundamentales para el desarrollo sostenible y el
bienestar humano. Reconocemos la gravedad de la pérdida mundial de diversidad biológica y la degradación de los ecosistemas y
ponemos de relieve que socavan el desarrollo mundial y afectan a la seguridad alimentaria y la nutrición, el abastecimiento de agua y
el acceso a ella, y la salud de los pobres del medio rural y de los pueblos de todo el mundo, incluidas las generaciones presentes y
futuras. Esto resalta la importancia de conservar la diversidad biológica, reforzar la conectividad del hábitat y aumentar la resiliencia de
los ecosistemas. Somos conscientes de que los conocimientos tradicionales, innovaciones y prácticas de los pueblos indígenas y las
comunidades locales aportan una contribución importante a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica y su
aplicación más amplia puede impulsar el bienestar social y los medios de vida sostenibles. Reconocemos que a menudo los pueblos
indígenas y las comunidades locales son los que más directamente dependen de la diversidad biológica y los ecosistemas, y, por tanto,
con frecuencia son los más inmediatamente afectados por su pérdida y degradación.
198. Reiteramos nuestro compromiso con el logro de los tres objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica y pedimos que
se emprendan medidas urgentes para enlentecer, detener y revertir efectivamente la pérdida de diversidad biológica. En este
contexto, afirmamos la importancia de aplicar el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y alcanzar las Metas de Aichi
para la Diversidad Biológica, aprobadas por la Conferencia de las Partes en el Convenio en su décima reunión.
199. Observamos la aprobación del Protocolo de Nagoya sobre acceso a los recursos genéticos y participación justa y equitativa en
los beneficios que se deriven de su utilización al Convenio sobre la Diversidad Biológica, e invitamos a las partes en el Convenio sobre
la Diversidad Biológica a que ratifiquen el Protocolo o se adhieran a él a fin de que pueda entrar en vigor lo antes posible.
Reconocemos el papel del acceso a los recursos genéticos y la participación en los beneficios que se deriven de su utilización para
contribuir a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, la erradicación de la pobreza y la sostenibilidad ambiental.
200. Acogemos con beneplácito la estrategia de movilización de recursos en apoyo del logro de los tres objetivos del Convenio
sobre la Diversidad Biológica, incluido el compromiso de aumentar sustancialmente los recursos procedentes de todas las fuentes en
apoyo de la diversidad biológica, de conformidad con las decisiones adoptadas en la décima reunión de la Conferencia de las Partes.
201. Apoyamos que se incorpore la consideración de los efectos y beneficios socioeconómicos de la conservación y el uso
sostenible de la diversidad biológica y sus componentes, así como los ecosistemas que proporcionan servicios esenciales, en los
programas y las políticas pertinentes de todos los niveles, de conformidad con la legislación, circunstancias y prioridades nacionales.
Alentamos a que se hagan inversiones, mediante incentivos y políticas apropiados, que apoyen la conservación y el uso sostenible de la

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diversidad biológica y la restauración de los ecosistemas degradados, en consonancia y armonía con el Convenio sobre la Diversidad
Biológica y las demás obligaciones internacionales pertinentes.
202. Acordamos promover la cooperación y las asociaciones internacionales, según proceda, y el intercambio de información, y,
en este contexto, acogemos con beneplácito el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica 2011-2020, cuyo
propósito es alentar a que todas las partes interesadas participen activamente en la conservación y el uso sostenible de la diversidad
biológica, así como promover el acceso a los recursos genéticos y la participación justa y equitativa en los beneficios que se derivan de
su utilización, con miras a vivir en armonía con la naturaleza.
203. Reconocemos el importante papel que desempeña la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas
de Fauna y Flora Silvestres, acuerdo internacional situado en la intersección entre el comercio, el medio ambiente y el desarrollo que
promueve la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, debe contribuir a obtener beneficios tangibles para los
habitantes locales y asegura que ninguna especie que vaya a ser comercializada a nivel internacional esté amenazada de extinción.
Reconocemos los efectos económicos, sociales y ambientales del tráfico ilícito de fauna y flora silvestres y la necesidad de tomar
medidas más firmes respecto de la oferta y la demanda. A este respecto, ponemos de relieve la importancia de una cooperación
internacional efectiva entre los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente y las organizaciones internacionales competentes.
También destacamos la importancia de establecer la lista de especies sobre la base de criterios convenidos.
204. Tomamos nota del establecimiento de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y
Servicios de los Ecosistemas e invitamos a que comience prontamente su labor a fin de que proporcione la mejor información
disponible para la elaboración de políticas sobre diversidad biológica y ayude de ese modo a los encargados de la adopción de
decisiones.
Desertificación, degradación de la tierra y sequía
205. Reconocemos la importancia económica y social de una buena ordenación de la tierra, incluido el suelo, y en particular su
contribución al crecimiento económico, la diversidad biológica, la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria, la erradicación de la
pobreza, el empoderamiento de las mujeres, las medidas para hacer frente al cambio climático y el aumento de la disponibilidad de
agua. Destacamos que la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía son problemas de dimensión mundial que siguen
suponiendo un serio desafío para el desarrollo sostenible de todos los países, en particular los países en desarrollo. También
destacamos los problemas particulares que esto representa para África, los países menos adelantados y los países en desarrollo sin
litoral. En este sentido, expresamos nuestra profunda preocupación por las consecuencias devastadoras de la sequía y la hambruna
cíclicas en África, en particular en el Cuerno de África y la región del Sahel, y pedimos que se tomen medidas urgentes a corto, mediano
y largo plazo en todos los niveles. 206.
206. Reconocemos la necesidad de que se tomen medidas urgentes para revertir la degradación del suelo. Por ello, procuraremos
lograr un mundo con una degradación neutra del suelo en el contexto del desarrollo sostenible. Esto debe servir para catalizar recursos
financieros de diversas fuentes públicas y privadas.
207. Reafirmamos nuestra determinación, de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación, de tomar medidas coordinadas a nivel nacional, regional e internacional para vigilar, globalmente, la degradación de la
tierra y restaurar las tierras degradadas en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Resolvemos apoyar y fortalecer la aplicación
de la Convención y el marco y plan estratégico decenal para mejorar su aplicación (2008-2018)55 por medios como la movilización de
recursos financieros suficientes, predecibles y oportunos. Observamos la importancia de mitigar los efectos de la desertificación, la
degradación de la tierra y la sequía, en particular mediante la preservación y el desarrollo de los oasis, la restauración de las tierras
degradadas, la mejora de la calidad del suelo y de la ordenación de los recursos hídricos, a fin de contribuir al desarrollo sostenible y la
erradicación de la pobreza. En este sentido, reconocemos la importancia de las asociaciones e iniciativas para salvaguardar los recursos
terrestres y alentamos a que se establezcan. También alentamos a que se trabaje en la creación de capacidad, los programas de
extensión de la formación y los estudios e iniciativas científicos encaminados a aumentar la comprensión y concienciar sobre los
beneficios económicos, sociales y ambientales de las políticas y prácticas de ordenación sostenible de la tierra.
208. Destacamos la importancia de seguir desarrollando y aplicando métodos e indicadores racionales, socialmente inclusivos y
basados en datos científicos para vigilar y evaluar el grado de desertificación, degradación de la tierra y sequía, así como la importancia
de las medidas que se están emprendiendo para promover las investigaciones científicas y fortalecer la base científica de las
actividades destinadas a hacer frente a la desertificación y la sequía de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas de
Lucha contra la Desertificación. A este respecto, tomamos nota de la decisión adoptada por la Conferencia de las Partes en la
Convención en su décimo período de sesiones, celebrado en la Ciudad de Changwon (República de Corea) del 10 al 21 de octubre de
2011, de establecer un grupo de trabajo especial, teniendo en cuenta el equilibrio regional, para debatir cuestiones concretas relativas
a la prestación de asesoramiento científico a las partes.
209. Reiteramos la necesidad de cooperar mediante el intercambio de información sobre el clima y meteorológica y los sistemas
de pronóstico y alerta temprana relacionados con la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía, así como sobre las
tormentas de polvo y arena, a nivel mundial, regional y subregional. En este sentido, invitamos a los Estados y a las organizaciones
competentes a que cooperen en el intercambio de la información y los sistemas de pronóstico y alerta temprana conexos.
Montañas
210. Reconocemos que los beneficios derivados de las regiones montañosas son esenciales para el desarrollo sostenible. Los
ecosistemas montañosos desempeñan un papel crucial al proporcionar recursos hídricos a una gran parte de la población mundial; los
ecosistemas montañosos frágiles son especialmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, la deforestación y la
degradación de los bosques, el cambio del uso de la tierra, la degradación del suelo y los desastres naturales; y los glaciares de
montaña de todo el mundo están retrocediendo y disminuyendo de grosor, lo cual tiene efectos crecientes en el medio ambiente y el
bienestar humano.
211. Reconocemos también que las montañas a menudo albergan a comunidades, incluidos pueblos indígenas y comunidades
locales, que han desarrollado usos sostenibles de los recursos. Sin embargo, con frecuencia esas comunidades están marginadas; en

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consecuencia, destacamos que se necesitarán esfuerzos continuados para hacer frente a la pobreza, la seguridad alimentaria y la
nutrición, la exclusión social y la degradación ambiental de esas zonas. Invitamos a los Estados a que aumenten las medidas de
cooperación con una participación efectiva e intercambio de experiencias de todos los interesados pertinentes, mediante el
fortalecimiento de los arreglos, acuerdos y centros de excelencia existentes para el desarrollo sostenible de las montañas, así como el
estudio de nuevos arreglos y acuerdos, según proceda.
212. Pedimos que se hagan mayores esfuerzos para conservar los ecosistemas montañosos, incluida su diversidad biológica.
Alentamos a los Estados a que adopten una visión a largo plazo y enfoques holísticos, en particular mediante la incorporación de
políticas específicas para las montañas en las estrategias nacionales de desarrollo sostenible, que podrían incluir, entre otras cosas,
planes y programas de reducción de la pobreza en las zonas montañosas, particularmente en los países en desarrollo. En este sentido,
pedimos apoyo internacional para el desarrollo sostenible de las montañas en los países en desarrollo.
Productos químicos y desechos
213. Reconocemos que una gestión racional de los productos químicos es fundamental para la protección de la salud humana y el
medio ambiente. Reconocemos también que la creciente producción y usos mundiales de productos químicos y su prevalencia en el
medio ambiente exigen una mayor cooperación internacional. Reafirmamos nuestro objetivo de conseguir para 2020 una gestión
racional de los productos químicos durante todo su ciclo de vida y de los desechos peligrosos de manera que se minimicen los efectos
adversos significativos en la salud humana y el medio ambiente, como se indica en el Plan de Aplicación de las Decisiones de
Johannesburgo. Reafirmamos también nuestro compromiso con un enfoque de la gestión racional de los productos químicos y los
desechos a todos los niveles que responda de manera efectiva, eficiente, coherente y coordinada a las cuestiones y problemas nuevos
y en ciernes, y alentamos a que se hagan mayores progresos en los países y regiones a fin de resolver las deficiencias en el
cumplimiento de los compromisos.
214. Pedimos una aplicación y fortalecimiento efectivos del Enfoque estratégico para la gestión de los productos químicos a nivel
internacional como parte de un sistema robusto, coherente, efectivo y eficiente para la gestión racional de los productos químicos
durante todo su ciclo de vida, que incluya una respuesta a los problemas en ciernes.
215. Nos preocupa profundamente que muchos países, en particular los menos adelantados, carezcan de capacidad para
gestionar racionalmente los productos químicos y los desechos durante todo su ciclo de vida. Se necesitan medidas adicionales para
reforzar la labor dirigida a aumentar la capacidad por medios como las asociaciones, la asistencia técnica y mejores estructuras de
gobernanza. Alentamos a los países y las organizaciones que han hecho progresos para lograr el objetivo de una gestión racional de los
productos químicos para 2020 a que presten asistencia a otros países mediante el intercambio de conocimientos, experiencias y
mejores prácticas.
216. Encomiamos el aumento de la coordinación y cooperación entre los convenios sobre productos químicos y desechos, a saber,
el Convenio de Basilea, el Convenio de Rotterdam y el Convenio de Estocolmo, y alentamos a que continúe la coordinación y
cooperación reforzadas entre ellos y con el Enfoque estratégico para la gestión de los productos químicos a nivel internacional.
Tomamos nota de la importante función que desempeñan los centros regionales y de coordinación del Convenio de Basilea y los del
Convenio de Estocolmo.
217. Encomiamos las asociaciones existentes entre los sectores público y privado y pedimos que continúen y que se establezcan
asociaciones nuevas e innovadoras entre el sector industrial, los gobiernos, las instituciones académicas y otros interesados no
gubernamentales dirigidas a aumentar la capacidad y la tecnología para la gestión ambientalmente racional de los productos químicos
y los desechos, incluida la prevención de los desechos.
218. Reconocemos la importancia de adoptar un enfoque basado en el ciclo de vida y de seguir elaborando y aplicando políticas
para lograr un uso eficiente de los recursos y una gestión de los desechos ambientalmente racional. En consecuencia, nos
comprometemos a seguir reduciendo, reutilizando y reciclando (las 3 erres) los desechos y a aumentar la recuperación de energía
procedente de desechos con miras a gestionar la mayor parte de los desechos mundiales de manera ambientalmente racional y,
cuando sea posible, utilizarlos como recurso. Los desechos sólidos, como los desechos electrónicos y los plásticos, plantean problemas
particulares que se deben abordar. Pedimos que se elaboren y apliquen políticas, estrategias, leyes y reglamentos nacionales y locales
amplios sobre la gestión de los desechos.
219. Instamos a los países y demás partes interesadas a que adopten todas las medidas posibles para prevenir la gestión irracional
de los desechos peligrosos y su vertido ilícito, en particular en los países con una capacidad limitada para tratar esos desechos, de
manera acorde con las obligaciones que incumben a los países en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes. En este
contexto, acogemos con beneplácito las decisiones pertinentes adoptadas en la décima reunión de la Conferencia de las Partes en el
Convenio de Basilea, celebrada en Cartagena de Indias (Colombia), del 17 al 21 de octubre de 201158.
220. Reconocemos la importancia de hacer una evaluación basada en datos científicos de los riesgos que representan los
productos químicos para el ser humano y el medio ambiente y de reducir la exposición humana y ambiental a los productos químicos
peligrosos. Alentamos a que se desarrollen alternativas ambientalmente racionales y más seguras a las sustancias químicas peligrosas
en los productos y procesos. Con tal fin, alentamos, entre otras cosas, a que se hagan evaluaciones sobre el ciclo de vida, se difunda
información, se amplíe la responsabilidad de los productores, y se fomente la investigación y el desarrollo, el diseño sostenible y el
intercambio de conocimientos, según proceda.
221. Acogemos con beneplácito el proceso de negociación en curso relativo a un instrumento mundial jurídicamente vinculante
sobre el mercurio a fin de hacer frente a los riesgos que representa para la salud humana y el medio ambiente, y pedimos que se
procure que las negociaciones concluyan con éxito.
222. Reconocemos que la eliminación gradual de las sustancias que agotan la capa de ozono está dando como resultado un
aumento rápido del uso y la liberación al medio ambiente de hidrofluorocarbonos, que pueden contribuir considerablemente al
calentamiento mundial. Apoyamos una eliminación gradual del consumo y la producción de hidrofluorocarbonos.
223. Reconocemos que la financiación sostenible y suficiente a largo plazo es un elemento fundamental de la gestión racional de
los productos químicos y los desechos, en particular en los países en desarrollo. En este sentido, acogemos con beneplácito el proceso
consultivo sobre opciones de financiación respecto de los productos químicos y los desechos, iniciado para examinar la necesidad de
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intensificar la labor encaminada a aumentar la prioridad política que recibe la gestión racional de los productos químicos y los
desechos y la mayor necesidad de financiación sostenible, predecible, suficiente y accesible para la labor relativa a los productos
químicos y los desechos. Aguardamos con interés las próximas propuestas del Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente, que se examinarán en la Conferencia Internacional sobre la Gestión de los Productos Químicos y en el 27º
período de sesiones del Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se celebrará en
Nairobi del 18 al 22 de febrero de 2013.
Consumo y producción sostenibles
224. Recordamos los compromisos asumidos en la Declaración de Río, el Programa 21 y el Plan de Aplicación de las Decisiones de
Johannesburgo relativos a la producción y el consumo sostenibles, y, en particular, la solicitud que figura en el capítulo III del Plan de
Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo de alentar y promover la elaboración de un marco decenal de programas. Reconocemos
que para lograr el desarrollo sostenible mundial es indispensable efectuar cambios fundamentales en la manera en que las sociedades
consumen y producen.
225. Los países reafirman los compromisos contraídos para eliminar los subsidios perjudiciales e ineficientes a los combustibles
fósiles, que alientan a consumir excesivamente y socavan el desarrollo sostenible. Invitamos a otros a que consideren la posibilidad de
racionalizar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles mediante la eliminación de las distorsiones del mercado, incluidas la
reestructuración de los sistemas tributarios y la eliminación gradual de los subsidios perjudiciales, cuando existan, para que se pongan
de manifiesto sus efectos ambientales, y que esas políticas tengan plenamente en cuenta las necesidades y condiciones particulares de
los países en desarrollo, a fin de reducir al mínimo los posibles efectos adversos en su desarrollo, de manera que se proteja a los
pobres y las comunidades afectadas.
226. Adoptamos el marco decenal de programas sobre modalidades de consumo y producción sostenibles59 y resaltamos que los
programas incluidos en el marco son voluntarios. Invitamos a la Asamblea General a que en su sexagésimo séptimo período de
sesiones designe un órgano compuesto por representantes de Estados Miembros para que tome las medidas necesarias a fin de que el
marco entre en pleno funcionamiento.
Minería
227. Reconocemos que los minerales y los metales hacen una gran contribución a la economía mundial y las sociedades
modernas. Observamos que las industrias mineras son importantes para todos los países con recursos minerales, en particular los
países en desarrollo. Observamos también que la minería ofrece la oportunidad de impulsar un desarrollo económico de base amplia,
reducir la pobreza y ayudar a los países a lograr los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, cuando se gestiona de manera efectiva y adecuada. Reconocemos que los países tienen el derecho soberano a
explotar sus recursos minerales de conformidad con sus prioridades nacionales y una responsabilidad en cuanto a la explotación de los
recursos, según se describe en los Principios de Río. Reconocemos también que las actividades mineras deben reportar los máximos
beneficios sociales y económicos y hacer frente de manera efectiva a los efectos ambientales y sociales negativos. A este respecto,
reconocemos que los gobiernos necesitan una gran capacidad para desarrollar, gestionar y reglamentar sus industrias mineras en
interés del desarrollo sostenible.
228. Reconocemos la importancia de que existan marcos jurídicos y reglamentarios, políticas y prácticas sólidos y efectivos para el
sector minero, que generen beneficios económicos y sociales e incluyan salvaguardias efectivas para reducir los efectos sociales y
ambientales y conservar la diversidad biológica y los ecosistemas, incluso con posterioridad a las actividades mineras. Exhortamos a los
gobiernos y las empresas a que promuevan un aumento continuo de la rendición de cuentas y la transparencia, así como la eficacia de
los mecanismos existentes pertinentes para prevenir las corrientes financieras ilícitas derivadas de actividades mineras.
Educación
229. Reafirmamos nuestro compromiso con el derecho a la educación, y, a este respecto, nos comprometemos a fortalecer la
cooperación internacional para lograr el acceso universal a la educación primaria, en particular para los países en desarrollo.
Reafirmamos también que el acceso pleno a una educación de calidad de todos los niveles es una condición esencial para alcanzar el
desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la igualdad entre los géneros, el empoderamiento de las mujeres y el desarrollo
humano, así como para cumplir los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los Objetivos de Desarrollo del
Milenio, y lograr la plena participación de las mujeres y los hombres, en particular de los jóvenes. A este respecto, destacamos la
necesidad de asegurar la igualdad de acceso a la educación para las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, las comunidades
locales, las minorías étnicas y las personas que viven en zonas rurales.
230. Reconocemos que las generaciones más jóvenes son las encargadas de custodiar el futuro, así como la necesidad de una
mejor calidad de la educación después del nivel primario y el acceso a ella. Por tanto, resolvemos mejorar la capacidad de nuestros
sistemas educativos a fin de preparar a las personas para tratar de lograr el desarrollo sostenible, en particular mediante una mayor
capacitación de los docentes, la confección de planes de estudio relativos a la sostenibilidad, la elaboración de programas de
capacitación que preparen a los estudiantes para emprender carreras en ámbitos relacionados con la sostenibilidad, y un uso más
efectivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones para mejorar los resultados del aprendizaje. Pedimos una mayor
cooperación entre los centros docentes, las comunidades y las autoridades en las medidas para promover el acceso a una educación de
calidad en todos los niveles.
231. Alentamos a los Estados Miembros a que promuevan la conciencia sobre el desarrollo sostenible entre los jóvenes, entre
otros medios, promoviendo programas de educación no académica de conformidad con los objetivos del Decenio de las Naciones
Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014).
232. Ponemos de relieve la importancia de que haya una mayor cooperación internacional para mejorar el acceso a la educación
mediante, entre otros procedimientos, la consolidación y el fortalecimiento de la infraestructura educativa y el aumento de la
inversión en educación, en particular a fin de mejorar la calidad de la educación para todos en los países en desarrollo. Alentamos a
que se realicen intercambios y asociaciones internacionales en materia de educación, incluida la creación de becas para ayudar a lograr
los objetivos mundiales de educación.

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233. Resolvemos promover la educación para el desarrollo sostenible e integrar ese desarrollo de manera más activa en la
educación después del Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible.
234. Alentamos firmemente a las instituciones educativas a que consideren la posibilidad de adoptar buenas prácticas de gestión
de la sostenibilidad en sus centros y comunidades, con la participación activa de, entre otros, estudiantes, profesores y asociados
locales, y de enseñar el desarrollo sostenible como componente interdisciplinar integrado.
235. Subrayamos la importancia de prestar apoyo a las instituciones educativas, en particular a las de enseñanza superior de los
países en desarrollo, para que realicen investigaciones y logren innovaciones en favor del desarrollo sostenible, en particular en la
esfera de la educación, y elaboren programas de calidad e innovadores, incluida la formación en capacidad y conocimientos
empresariales, formación profesional, técnica y vocacional, y aprendizaje durante toda la vida, dirigidos a remediar las deficiencias en
materia de aptitudes y avanzar en la consecución de los objetivos nacionales de desarrollo sostenible.
Igualdad entre los géneros y empoderamiento de las mujeres
236. Reafirmamos el papel fundamental de las mujeres y la necesidad de lograr su participación y liderazgo plenos y en pie de
igualdad en todos los ámbitos del desarrollo sostenible, y decidimos acelerar el cumplimiento de nuestros respectivos compromisos en
este sentido, que figuran en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer60, así como el
Programa 21, la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing y la Declaración del Milenio.
237. Reconocemos que, a pesar de los avances logrados en materia de igualdad entre los géneros en algunos ámbitos, el potencial
de las mujeres para colaborar en el desarrollo sostenible, contribuir a este y beneficiarse de él como líderes, participantes y agentes de
cambio no se ha hecho plenamente efectivo debido, entre otros motivos, a la persistencia de las desigualdades sociales, económicas y
políticas. Apoyamos que se asigne prioridad a las medidas para promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las
mujeres en todas las esferas de nuestras sociedades, incluida la eliminación de las barreras para su participación plena y en pie de
igualdad en la adopción de decisiones y la gestión a todos los niveles, y ponemos de relieve el impacto de la fijación de objetivos
concretos y la aplicación de medidas de carácter temporal, según proceda, para aumentar sustancialmente el número de mujeres en
puestos de liderazgo, con el objetivo de lograr la paridad entre los géneros.
238. Resolvemos aprovechar el potencial de las mujeres como impulsoras del desarrollo sostenible por medios como la
derogación de las leyes discriminatorias y la eliminación de las barreras formales, a fin de asegurar el acceso a la justicia y el apoyo
jurídico en condiciones de igualdad, la reforma de las instituciones para garantizar la competencia y capacidad relativas a la
incorporación de la perspectiva de género en la actividad general, y la formulación y adopción de enfoques innovadores y especiales
para hacer frente a las prácticas no reguladas y dañinas que obstaculizan la igualdad entre los géneros. En este sentido, nos
comprometemos a crear un entorno propicio para mejorar la situación de las mujeres y las niñas en todas partes, especialmente en las
zonas rurales y las comunidades locales, así como entre los pueblos indígenas y las minorías étnicas.
239. Nos comprometemos a promover activamente la recopilación, el análisis y el uso de indicadores que tengan en cuenta las
cuestiones de género y datos desglosados por sexo en los marcos de políticas, diseño de programas y supervisión, de conformidad con
las circunstancias y capacidad nacionales, a fin de cumplir la promesa de alcanzar el desarrollo sostenible para todos.
240. Estamos comprometidos con la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres en la adopción de decisiones políticas y
económicas y la asignación de recursos, así como a eliminar los obstáculos que impiden a las mujeres participar plenamente en la
economía. Resolvemos emprender reformas legislativas y administrativas que otorguen a la mujer iguales derechos que los hombres a
los recursos económicos, incluidos los relativos al acceso a la propiedad y el control de la tierra y otros bienes, al crédito, a la herencia,
a los recursos naturales y a la tecnología nueva apropiada.
241. Estamos comprometidos a promover la igualdad de acceso de las mujeres y las niñas a la educación, los servicios básicos, las
oportunidades económicas y los servicios de salud, incluida la atención de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, y a asegurar el
acceso universal a métodos modernos, seguros, eficaces, asequibles y aceptables de planificación de la familia. En este sentido,
reafirmamos nuestro compromiso de aplicar el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo y
las medidas clave para seguir ejecutando ese Programa de Acción.
242. Reconocemos que la igualdad entre los géneros y la participación efectiva de las mujeres son importantes para la adopción
de medidas eficaces en todos los aspectos del desarrollo sostenible.
243. Apoyamos la labor del sistema de las Naciones Unidas, en particular la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de
Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), en la promoción y el logro de la igualdad y el empoderamiento de las
mujeres en todos los aspectos de la vida, incluso con respecto a los vínculos entre la igualdad de género y el empoderamiento de las
mujeres y la promoción del desarrollo sostenible. Apoyamos la labor de ONU-Mujeres en la dirección, coordinación y promoción de la
rendición de cuentas del sistema de las Naciones Unidas a este respecto.
244. 244. Invitamos a los donantes y las organizaciones internacionales, incluidas las organizaciones del sistema de las Naciones
Unidas, así como las instituciones financieras internacionales, los bancos regionales y los grupos principales, incluido el sector privado,
a que integren plenamente los compromisos y las consideraciones sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y
garanticen la participación de las mujeres y la incorporación eficaz de la perspectiva de género en la adopción de decisiones y el ciclo
completo de programación. Los invitamos a que apoyen los esfuerzos de los países en desarrollo para integrar plenamente los
compromisos y las consideraciones sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y garantizar la participación de las
mujeres y la incorporación efectiva de la perspectiva de género en su adopción de decisiones y planificación, presupuestación y
ejecución de programas, de conformidad con la legislación, las prioridades y la capacidad nacionales.
B. Objetivos de desarrollo sostenible
245. Recalcamos que los Objetivos de Desarrollo del Milenio son una herramienta útil para centrarse en la consecución de logros
concretos de desarrollo como parte de una concepción y un marco amplios del desarrollo que rijan las actividades de las Naciones
Unidas al respecto, el establecimiento de prioridades nacionales y la movilización de las partes interesadas y los recursos en favor de
objetivos comunes. Por tanto, seguimos firmemente comprometidos con su consecución plena y oportuna.

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246. Reconocemos que la formulación de objetivos también podría ser útil para la puesta en marcha de medidas concretas y
coherentes sobre el desarrollo sostenible. Reconocemos también la importancia y la utilidad de un conjunto de objetivos de desarrollo
sostenible, basados en el Programa 21 y el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, que respeten plenamente todos los
Principios de Río, teniendo en cuenta las diferentes circunstancias, capacidad y prioridades nacionales, se ajusten al derecho
internacional, se basen en compromisos ya contraídos y contribuyan a la plena aplicación de los resultados de todas las grandes
cumbres en las esferas económica, social y ambiental, incluido el presente documento final. Los objetivos deben guardar relación con
las tres dimensiones del desarrollo sostenible y sus interrelaciones e incorporarlas de forma equilibrada, y deben ser coherentes con la
agenda de las Naciones Unidas para el desarrollo con posterioridad a 2015, e integrarse en esta, lo cual contribuiría al logro del
desarrollo sostenible e impulsaría la labor conexa y la integración del desarrollo sostenible en el sistema de las Naciones Unidas en su
conjunto. La formulación de estos objetivos no debe desviar la atención ni los esfuerzos de la consecución de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio.
247. También recalcamos que los objetivos de desarrollo sostenible deben estar orientados a la acción, ser concisos y fáciles de
comunicar, limitados en su número y ambiciosos, tener un carácter global y ser universalmente aplicables a todos los países, teniendo
en cuenta las diferentes realidades, capacidad y niveles de desarrollo nacionales y respetando las políticas y prioridades nacionales.
También reconocemos que los objetivos deben guardar relación con ámbitos prioritarios para lograr el desarrollo sostenible, y
centrarse en ellos, bajo la orientación del presente documento final. Los gobiernos deben impulsar la labor conexa, con la participación
activa de todos los interesados, según proceda.
248. Resolvemos establecer un proceso intergubernamental inclusivo y transparente sobre los objetivos de desarrollo sostenible
que esté abierto a todas las partes interesadas con el fin de formular objetivos mundiales de desarrollo sostenible, que deberá acordar
la Asamblea General. Se establecerá un grupo de trabajo abierto, a más tardar al iniciarse el sexagésimo séptimo período de sesiones
de la Asamblea, que estará compuesto por treinta representantes, designados por los Estados Miembros y procedentes de los cinco
grupos regionales de las Naciones Unidas, con el objetivo de lograr una representación geográfica justa, equitativa y equilibrada. En
primer lugar, el grupo de trabajo abierto decidirá su método de trabajo, incluidas las modalidades para asegurar la plena participación
de los interesados y expertos pertinentes de la sociedad civil, la comunidad científica y el sistema de las Naciones Unidas en su labor, a
fin de que proporcionen diversas perspectivas y experiencias. El grupo de trabajo abierto presentará a la Asamblea en su sexagésimo
octavo período de sesiones un informe que incluirá una propuesta de objetivos de desarrollo sostenible para que esta los examine y
adopte las medidas adecuadas.
249. El proceso debe ser coordinado y coherente con los procesos relacionados con la agenda de desarrollo con posterioridad a
2015. La aportación inicial a la labor del grupo de trabajo abierto correrá a cargo del Secretario General, en consulta con los gobiernos
nacionales. Con el fin de que el proceso y la labor del grupo de trabajo abierto reciban apoyo técnico, solicitamos al Secretario General
que asegure todas las aportaciones y el apoyo necesarios del sistema de las Naciones Unidas para esta labor por medios como el
establecimiento de un equipo interinstitucional de apoyo técnico y grupos de expertos, según sea necesario, con todo el
asesoramiento pertinente. Se presentarán informes periódicos a la Asamblea General sobre la marcha de los trabajos.
250. Reconocemos la necesidad de evaluar el progreso hacia la consecución de los objetivos y de establecer metas e indicadores
conexos, teniendo en cuenta las diferentes circunstancias, capacidad y niveles de desarrollo nacionales.
251. Reconocemos la necesidad de disponer de información global, integrada y con base científica sobre el desarrollo sostenible.
En este sentido, solicitamos a los órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas que, conforme a sus respectivos mandatos,
apoyen a las comisiones económicas regionales en la labor de reunir y compilar las aportaciones nacionales para contribuir a este
esfuerzo mundial. Además, nos comprometemos a movilizar recursos financieros y crear capacidad, particularmente para los países en
desarrollo, a fin de llevar a término esta empresa.
VI. Medios de ejecución
252. Reafirmamos que los medios de ejecución señalados en el Programa 21, el Plan para la ulterior ejecución del Programa 21, el
Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, el Consenso de Monterrey y la Declaración de Doha sobre la financiación para
el desarrollo son indispensables para lograr que los compromisos de desarrollo sostenible se traduzcan de manera plena y efectiva en
resultados tangibles de desarrollo sostenible. Reiteramos que cada país debe asumir la responsabilidad primordial de su propio
desarrollo económico y social y que nunca se insistirá lo suficiente en la importancia del papel que desempeñan las políticas, los
recursos y las estrategias de desarrollo nacionales. Reafirmamos que los países en desarrollo necesitan recursos adicionales para el
desarrollo sostenible. Reconocemos la necesidad de lograr una movilización importante de recursos procedentes de diversas fuentes y
el uso eficaz de los fondos con el fin de promover el desarrollo sostenible. Reconocemos que la buena gobernanza y el estado de
derecho en los niveles nacional e internacional son esenciales para un crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo, el
desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y el hambre.
A. Financiación
253. Exhortamos a todos los países a que prioricen el desarrollo sostenible en la asignación de recursos, de conformidad con las
prioridades y necesidades nacionales, y reconocemos la importancia fundamental de aumentar el apoyo financiero de todas las
fuentes para el desarrollo sostenible de todos los países, en particular de los países en desarrollo. Reconocemos la importancia de los
mecanismos financieros internacionales, regionales y nacionales, incluidos los que son accesibles para las autoridades subnacionales y
locales, con el fin de ejecutar programas de desarrollo sostenible, y pedimos que se establezcan o fortalezcan. Las nuevas asociaciones
y las fuentes innovadoras de financiación pueden servir de complemento de las fuentes de financiación para el desarrollo sostenible.
Alentamos a que se sigan examinando y utilizando, junto con los medios tradicionales de ejecución.
254. Reconocemos la necesidad de lograr una movilización importante de recursos procedentes de diversas fuentes y el uso eficaz
de los fondos con el fin de prestar un apoyo sólido a los países en desarrollo en sus esfuerzos por promover el desarrollo sostenible,
incluida la adopción de medidas con arreglo a los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible y
para lograr los objetivos de desarrollo sostenible.

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255. Convenimos en establecer un proceso intergubernamental bajo los auspicios de la Asamblea General, con el apoyo técnico
del sistema de las Naciones Unidas y en consulta amplia y abierta con las instituciones financieras internacionales y regionales
competentes y demás partes interesadas. El proceso evaluará las necesidades de financiación, examinará la eficacia, la coherencia y las
sinergias de los instrumentos y marcos existentes y valorará las iniciativas adicionales, con miras a preparar un informe en que se
propongan opciones sobre una estrategia efectiva de financiación para el desarrollo sostenible a fin de facilitar la movilización de
recursos y su aprovechamiento efectivo en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible.
256. Llevará a cabo este proceso un comité intergubernamental que integrarán treinta expertos designados por los grupos
regionales, con una representación geográfica equitativa, y cuya labor concluirá en 2014.
257. Solicitamos a la Asamblea General que examine el informe del comité intergubernamental y tome las medidas adecuadas.
258. Reconocemos que es crucial que se respeten todos los compromisos relacionados con la asistencia oficial para el desarrollo,
como los contraídos por numerosos países desarrollados de alcanzar, para 2015, el objetivo de dedicar el 0,7% del producto nacional
bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países en desarrollo, así como el objetivo de dedicar entre el 0,15% y el 0,20% del
producto nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países menos adelantados. A fin de cumplir los calendarios
convenidos, los países donantes deben tomar todas las medidas necesarias y apropiadas para elevar la tasa de desembolsos de ayuda
hasta cumplir sus compromisos actuales. Instamos a los países desarrollados que aún no lo hayan hecho a que hagan más esfuerzos
concretos para alcanzar el objetivo de dedicar el 0,7% del producto nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países
en desarrollo, incluida la meta específica de dedicar entre el 0,15% y el 0,20% del producto nacional bruto a la asistencia oficial para el
desarrollo de los países menos adelantados, de conformidad con sus compromisos. A fin de aprovechar los progresos logrados en la
labor de garantizar que la asistencia oficial para el desarrollo se utilice eficazmente, destacamos la importancia de la gobernanza
democrática, una mayor transparencia y rendición de cuentas y la gestión orientada hacia los resultados. Alentamos encarecidamente
a todos los donantes a que establezcan, cuanto antes, calendarios indicativos móviles que ilustren cómo piensan alcanzar sus metas,
de conformidad con sus respectivos procesos de asignación presupuestaria. Destacamos la importancia de movilizar un mayor apoyo
nacional en los países desarrollados para el cumplimiento de sus compromisos por medios como la sensibilización pública, facilitando
datos respecto de los efectos de la ayuda sobre el desarrollo y demostrando resultados tangibles.
259. Acogemos con beneplácito el aumento de las iniciativas dirigidas a mejorar la calidad de la asistencia oficial para el desarrollo
y a ampliar su repercusión en el desarrollo. Reconocemos también la necesidad de mejorar la eficacia de las actividades de desarrollo,
aplicar más enfoques basados en los programas, utilizar los sistemas nacionales para las actividades gestionadas por el sector público,
reducir los gastos de transacción y mejorar la rendición de cuentas mutua y la transparencia, y, en ese sentido, exhortamos a todos los
donantes a que desvinculen la ayuda en la mayor medida posible. Haremos que el desarrollo sea más eficaz y previsible
proporcionando a los países en desarrollo información periódica y oportuna sobre el apoyo previsto a mediano plazo. Reconocemos la
importancia de las iniciativas de los países en desarrollo para reforzar el liderazgo en su propio desarrollo, las instituciones nacionales,
los sistemas y la capacidad de sus países a fin de asegurar los mejores resultados en favor de un desarrollo efectivo, colaborando con
los parlamentos y los ciudadanos en la formulación de esas políticas e incrementando los intercambios con las organizaciones de la
sociedad civil. También debemos tener presente que no existe ninguna fórmula válida para todos los casos que garantice la eficacia de
las actividades de desarrollo. Es preciso tener plenamente en cuenta la situación particular de cada país.
260. Observamos que la estructura de la ayuda ha cambiado significativamente en la década actual. Nuevos proveedores de ayuda
y enfoques de asociación innovadores, que usan nuevas modalidades de cooperación, han contribuido a aumentar el caudal de
recursos. Además, la interacción de la asistencia para el desarrollo con la inversión privada, el comercio y los nuevos agentes de
desarrollo ofrece nuevas oportunidades para ayudar a movilizar recursos privados. Reiteramos nuestro apoyo a la cooperación Sur-Sur,
así como a la cooperación triangular, que aportan recursos adicionales muy necesarios para la ejecución de los programas de
desarrollo. Reconocemos la importancia, las diferencias históricas y las particularidades de la cooperación Sur-Sur y destacamos que
ese tipo de cooperación se debe considerar como una expresión de solidaridad y cooperación entre países, basada en experiencias y
objetivos comunes. Ambas formas de cooperación contribuyen a una agenda de desarrollo que se ocupa de las necesidades y
expectativas particulares de los países en desarrollo. También reconocemos que la cooperación Sur-Sur complementa, pero no
sustituye, la cooperación Norte-Sur. Reconocemos la función que ejercen los países en desarrollo de ingresos medianos como
proveedores y destinatarios de cooperación para el desarrollo.
261. Invitamos a las instituciones financieras internacionales a que, conforme a sus respectivos mandatos, sigan proporcionando
recursos financieros, incluso a través de mecanismos específicos para la promoción del desarrollo sostenible y la erradicación de la
pobreza en los países en desarrollo.
262. Reconocemos que es crucial que aumente la coherencia y la coordinación entre los diversos mecanismos e iniciativas de
financiación relacionados con el desarrollo sostenible. Reiteramos la importancia de que los países en desarrollo puedan acceder de
manera estable y previsible a una financiación suficiente, procedente de todas las fuentes, para promover el desarrollo sostenible.
263. Reconocemos que los graves desafíos financieros y económicos actuales de alcance mundial entrañan la posibilidad de dar al
traste con años de arduo trabajo y con los avances realizados en relación con la deuda de los países en desarrollo. Reconocemos
también la necesidad de ayudar a los países en desarrollo a asegurar la sostenibilidad de la deuda a largo plazo con políticas
coordinadas para fomentar la financiación, el alivio y la reestructuración de la deuda, según proceda.
264. Destacamos la necesidad de que las actividades operacionales del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo cuenten
con una financiación suficiente, así como la necesidad de hacer que la financiación sea más predecible, eficaz y eficiente, como parte
de esfuerzos más amplios para movilizar recursos nuevos, adicionales y predecibles a fin de alcanzar los objetivos que hemos
establecido en el presente documento final.
265. Reconocemos los importantes avances logrados en los últimos veinte años por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial en
la financiación de proyectos ambientales, acogemos con beneplácito los importantes procesos de reforma que el Fondo ha llevado a
cabo durante los últimos años, pedimos que se sigan perfeccionando y alentamos al Fondo a que adopte medidas adicionales,
conforme a su mandato, para hacer más accesibles los recursos a fin de atender las necesidades de los países respecto del
cumplimiento a nivel nacional de sus compromisos internacionales en materia de medio ambiente. Apoyamos que se sigan
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simplificando los procedimientos y la asistencia a los países en desarrollo, en particular con respecto a ayudar a los países menos
adelantados, África y los pequeños Estados insulares en desarrollo a acceder a los recursos del Fondo, y que mejore la coordinación
con otros instrumentos y programas dedicados al desarrollo ambientalmente sostenible.
266. Destacamos el carácter prioritario de la lucha contra la corrupción y las corrientes financieras ilícitas, tanto a nivel nacional
como internacional, y que la corrupción constituye un gran obstáculo para la movilización y asignación eficaces de recursos y desvía
recursos de las actividades que son fundamentales para la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y el desarrollo
sostenible. Estamos decididos a adoptar medidas urgentes y enérgicas para seguir luchando contra la corrupción en todas sus
manifestaciones, lo cual requiere instituciones fuertes a todos los niveles, e instamos a todos los Estados que aún no lo hayan hecho a
que consideren la posibilidad de ratificar la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción61, o adherirse a ella, y empiecen a
aplicarla.
267. Consideramos que los mecanismos de financiación innovadores pueden contribuir positivamente a ayudar a los países en
desarrollo a movilizar recursos adicionales para financiar el desarrollo con carácter voluntario. Dicha financiación debe ser un
complemento, y no un sustituto, de las fuentes tradicionales de financiación. Si bien reconocemos los considerables avances logrados
en materia de fuentes innovadoras de financiación para el desarrollo, pedimos que se amplíen las iniciativas actuales, según proceda.
268. Reconocemos que un sector privado dinámico, inclusivo, que funcione bien y sea social y ambientalmente responsable es un
instrumento útil que puede contribuir de manera decisiva al crecimiento económico y a reducir la pobreza y promover el desarrollo
sostenible. Con el fin de fomentar el desarrollo del sector privado, seguiremos aplicando marcos normativos y reglamentarios
nacionales adecuados, en consonancia con la legislación interna, a fin de alentar las iniciativas públicas y privadas, incluso en el ámbito
local, promover un sector empresarial dinámico y eficiente y facilitar el espíritu empresarial y la innovación, en particular entre las
mujeres, los pobres y los grupos vulnerables. Trabajaremos para mejorar el crecimiento y la distribución de los ingresos por medios
como el aumento de la productividad, el empoderamiento de las mujeres, la protección de los derechos laborales y el sistema
tributario. Reconocemos que la función apropiada de los gobiernos en relación con la promoción y regulación del sector privado
variará de país a país, dependiendo de las circunstancias nacionales.
B. Tecnología
269. Ponemos de relieve la importancia de la transferencia de tecnología a los países en desarrollo y recordamos las disposiciones
relativas a la transferencia de tecnología, la financiación, el acceso a la información y los derechos de propiedad intelectual convenidas
en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo, en particular su llamamiento a promover, facilitar y financiar, según
proceda, el acceso a las tecnologías ambientalmente racionales y los conocimientos prácticos correspondientes, así como su
desarrollo, transferencia y difusión, en particular a los países en desarrollo, en condiciones favorables, incluidas condiciones de favor y
preferenciales, con arreglo a lo establecido de común acuerdo. Asimismo, tomamos nota de la evolución de los debates y acuerdos
sobre estos temas desde la adopción del Plan de Aplicación.
270. Destacamos la importancia de que todos los países tengan acceso a las tecnologías ambientalmente racionales, los nuevos
conocimientos y los conocimientos prácticos y especializados. Destacamos también la importancia de la cooperación en la innovación,
la investigación y el desarrollo tecnológicos. Convenimos en estudiar modalidades, en los foros pertinentes, para mejorar el acceso de
los países en desarrollo a las tecnologías ambientalmente racionales.
271. Subrayamos la necesidad de crear entornos propicios para el desarrollo, la adaptación, la difusión y la transferencia de
tecnologías ambientalmente racionales. En este contexto, observamos la importancia de la inversión extranjera directa, el comercio
internacional y la cooperación internacional en la transferencia de tecnologías ambientalmente racionales. Nos comprometemos a
promover la inversión en ciencia, innovación y tecnología para el desarrollo sostenible en nuestros países, así como mediante la
cooperación internacional.
272. Reconocemos la importancia de fortalecer la capacidad científica y tecnológica nacional para el desarrollo sostenible. Ello
puede ayudar a los países, especialmente los países en desarrollo, a desarrollar sus propias soluciones innovadoras, investigaciones
científicas y nuevas tecnologías ambientalmente racionales, con el apoyo de la comunidad internacional. A tal efecto, propugnamos la
creación de capacidad científica y tecnológica, a la que contribuyan y de la que se beneficien tanto hombres como mujeres, por medios
como la colaboración entre instituciones de investigación, universidades, el sector privado, gobiernos, organizaciones no
gubernamentales y científicos.
273. Solicitamos a los organismos competentes de las Naciones Unidas que determinen opciones para crear un mecanismo de
facilitación que promueva el desarrollo, la transferencia y la difusión de tecnologías limpias y ambientalmente racionales, entre otros
medios, evaluando las necesidades tecnológicas de los países en desarrollo, así como las opciones para atender esas necesidades y la
creación de capacidad. Solicitamos al Secretario General que, sobre la base de las opciones que se definan y teniendo en cuenta los
modelos existentes, formule recomendaciones a la Asamblea General, en su sexagésimo séptimo período de sesiones, sobre el
mecanismo de facilitación.
274. Reconocemos la importancia de los datos basados en la tecnología espacial, el seguimiento in situ y la información
geoespacial fidedigna para la formulación de políticas, la programación y las operaciones de proyectos de desarrollo sostenible. En este
contexto, observamos la relevancia de la cartografía mundial y reconocemos los esfuerzos desplegados para elaborar sistemas
mundiales de observación del medio ambiente, por ejemplo, por la red de información Eye on Earth y mediante el Sistema Mundial de
Sistemas de Observación de la Tierra. Reconocemos la necesidad de apoyar a los países en desarrollo en la labor destinada a reunir
datos ambientales.
275. Reconocemos la importancia de fortalecer la capacidad internacional, regional y nacional para evaluar investigaciones y
tecnologías, especialmente en vista del rápido desarrollo y posible despliegue de nuevas tecnologías que puedan tener también
efectos negativos no previstos, en particular sobre la diversidad biológica y la salud, u otras consecuencias imprevistas.
276. Reconocemos la necesidad de facilitar la adopción de decisiones normativas bien fundadas en temas de desarrollo sostenible
y, en este sentido, fortalecer la conexión entre la ciencia y las políticas.
C. Creación de capacidad
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277. Ponemos de relieve la necesidad de crear mayor capacidad para el desarrollo sostenible y, en este sentido, pedimos que se
fortalezca la cooperación técnica y científica, incluidas la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur y la cooperación triangular. Reiteramos la
importancia de que se desarrollen los recursos humanos, incluida la capacitación, el intercambio de experiencias y conocimientos
especializados, la transferencia de conocimientos y la asistencia técnica para la creación de capacidad, lo cual entraña fortalecer la
capacidad institucional, incluida la capacidad de planificación, gestión y seguimiento.
278. Pedimos que prosiga la ejecución rigurosa del Plan estratégico de Bali para el apoyo tecnológico y la creación de capacidad,
aprobado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
279. Alentamos a que científicos e investigadores, hombres y mujeres, de países desarrollados y en desarrollo participen en los
procesos relacionados con la evaluación y el seguimiento mundiales del medio ambiente y el desarrollo sostenible, y estén
representados en ellos, con el propósito de fortalecer la capacidad nacional y la calidad de la investigación para los procesos de
adopción de decisiones y formulación de políticas.
280. Invitamos a todos los organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas y demás organizaciones internacionales
competentes a que apoyen a los países en desarrollo y, en particular, a los países menos adelantados en la creación de capacidad para
desarrollar economías inclusivas en que los recursos se aprovechen de manera eficiente por medios como: a) El intercambio de
prácticas sostenibles en diversos sectores económicos; b) La mejora de los conocimientos y la capacidad para integrar la reducción del
riesgo de desastres y la resiliencia en los planes de desarrollo; c) El apoyo a la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur y a la cooperación
triangular para facilitar la transición hacia una economía en que los recursos se aprovechen de manera eficiente; d) La promoción de
asociaciones entre el sector público y el privado.
D. Comercio
281. Reafirmamos que el comercio internacional es un motor del desarrollo y el crecimiento económico sostenido, y reafirmamos
también el papel fundamental que pueden desempeñar un sistema comercial multilateral universal, basado en normas, abierto, no
discriminatorio y equitativo, así como una liberalización real del comercio, para estimular el crecimiento económico y el desarrollo en
todo el mundo, lo cual beneficia a todos los países, independientemente de las etapas de desarrollo en que se encuentren, a medida
que avanzan hacia el desarrollo sostenible. En este contexto, seguimos centrando nuestros esfuerzos en lograr avances en la labor
relativa a una serie de cuestiones importantes, como los subsidios que distorsionan el comercio y el comercio de bienes y servicios
ambientales.
282. Instamos a los miembros de la Organización Mundial del Comercio a que redoblen sus esfuerzos para alcanzar una conclusión
ambiciosa, equilibrada y orientada al desarrollo del Programa de Doha para el Desarrollo, a la vez que se respetan los principios de la
transparencia, la inclusión y la adopción de decisiones consensuada, con el fin de fortalecer el sistema de comercio multilateral. Para
participar eficazmente en el programa de trabajo de la Organización Mundial del Comercio y aprovechar plenamente las
oportunidades de comercio, los países en desarrollo necesitan la asistencia y una mayor cooperación de todos los interesados
pertinentes.
E. Registro de los compromisos
283. Acogemos con beneplácito los compromisos asumidos voluntariamente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Desarrollo Sostenible y a lo largo de 2012 por todos los interesados y sus redes para poner en práctica políticas, planes, programas,
medidas y proyectos concretos encaminados a promover el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Invitamos al
Secretario General a que recopile esos compromisos y facilite el acceso a otros registros similares en un registro en Internet. La
información de ese registro relativa a los compromisos debe ser plenamente transparente y accesible al público y actualizarse
periódicamente.

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