Libro El Cuerpo en El Siglo XXI
Libro El Cuerpo en El Siglo XXI
Libro El Cuerpo en El Siglo XXI
Aproximaciones heterodoxas
desde América Latina
Línea de
investigación:
Estudios
Culturales
de las Artes
El cuerpo en el siglo XXI
Aproximaciones heterodoxas desde América Latina
Presentación 9
Primera parte. Cuerpos y ciudades 13
Corporeidad ritual, entre el territorio ancestral y la ciudad 14
Ángela Piñeros
El cuerpo de la ciudad y las vidas cotidianas en Bogotá 21
Marta Bustos
Ñeritudes gótico-tropicales 31
José David Arias Peñuela
Segunda parte. Cuerpos y configuraciones sociales 43
Vida resonante. Voces que transitan de lo íntimo a lo público 44
Alexandra González Álvarez, Adriana Patricia Guio Vega,
Emilia Larraondo Franco
Escuela y configuración corporal 56
Laura Angélica Rodríguez Silva
Miradas y usos del cuerpo: una narrativa del cuerpo en los inicios 64
de la cultura occidental. de la antigua Grecia al judeocristianismo
Miguel Ángel López Martínez
Cuerpo y exclusión social. En torno a la discriminación corporal 78
en el siglo XXI
Carlos Olivier Toledo
Tercera parte. Cuerpos puestos en escena 95
Técnicas monstruosas. La estandarización del movimiento danzado 96
Óscar Rojas González
Geografías del cuerpo híbrido en las representaciones del 101
teatro colombiano contemporáneo
Sandra María Ortega Garzón
Visto desde arriba. ¿Cómo pueden incidir en la perspectiva del 110
cuerpo y su relación con el entorno los dispositivos que ponen
al observador en una vista superior?
Felipe Andrés Amaya Ríos y Julieth Natalia Castelblanco Montañez
Jugrafía: procesos de un ejercicio coreográfico sobre 118
relaciones familiares que comenzó jugando en la Universidad de
Artes de Nanjing (NUA)
Parsifal David Plazas Forero
Tensiones documentales: apuntes sobre una exploración corporal 129
del dolor
Francisco Urtubia Arancibia
Cuarta parte. Cuerpos y géneros 143
El cuerpo trans como potencia creativa: prácticas no violentas 144
de resistencia
Leidy Yolima Martínez Molina
Estética política de la diferencia sexual en Colombia 152
Christian Rincón
Ser “verdaderamente mujer” para ser mujer 162
Atzin Batres Gaytán
Quinta parte. Cuerpos y salud 177
El cuerpo del otro. Vida, enfermedad y muerte. 178
Yolanda Hernández Peña y Nohora Aydée Ramírez Sánchez
Saberes sobre el cuerpo y la belleza en la venta formal y aplicación 191
de maquillaje en Ciudad de México
Andrea Carolina Urrutia Gómez
Estrategias de promoción y prevención frente al zika: cuerpo, mujer 205
y subjetividad
Vladimir Alejandro Ariza Montañez
Sexta parte. Cuerpos, tecnología y virtualidad 217
El cuerpo cyborg en RoboCop (1987) de Paul Verhoeven. 218
Aproximaciones intertextuales
Hermann Omar Amaya Velasco
El estudio del cuerpo desde el enfoque de la realidad virtual y 229
la actividad física en población en situación de discapacidad
Jorge E. Moreno e Iván D. Pinzón
Presentación
Presentación 9
disciplinas, abordan el cuerpo y las corporeidades y su lugar en nuestro conti-
nente. La manera como nos pensamos desde América Latina se traduce en una
voz colectiva producto de una experiencia y no de un simple enunciado esen-
cializante. Más allá de una cartografía de experiencias investigativas, podemos
hablar de un abanico de vectorizaciones y flujos que evidencian las maneras
como, en el orden de lo corpóreo, somos afectados. A pesar de que no toda
consciencia corporal puede ser verbalizada de manera coherente, podemos ver
a través de los diferentes capítulos indicios de las maneras como el cuerpo y las
corporeidades ayudan a definir lo que somos como latinoamericanos.
El libro titula El cuerpo en el siglo XXI. Aproximaciones heterodoxas desde
América Latina, respondiendo al proyecto que vienen realizando en red docen-
tes investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, la Facultad Popular de Bellas Artes de la
Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo, la Facultad de Artes-ASAB
de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y la Universidad San Fran-
cisco Xavier de Chuquisaca. Además de esta publicación, el proyecto lleva en
su haber la realización, hasta 2020, de diez congresos internacionales, los cua-
les han reunido notables investigadores y creadores de la región, provenientes
de diferentes campos de estudio y cuyo foco de indagación es el cuerpo, lo que
pone en evidencia la relevancia de este como objeto y medio de estudio en la
actualidad.
Ángela Piñeros1
Un grupo de los pueblos indígenas amazónicos asentados en Bogotá,
actualmente se encuentra en un proceso permanente de reconfiguración de
su realidad en un contexto completamente distinto al que les era natural y
lo que era natural es completamente desconocido para algunos de los niños,
jóvenes y adultos que han estado siempre fuera de su territorio. Saben que
son indígenas y que pertenecen a una comunidad, pero, por su conexión fa-
miliar, algunos desconocen muchas cosas de su cultura ancestral y un grupo
de mayores, adultos y también jóvenes buscan mantener viva su cultura des-
de la ritualidad de su danzar y cantar, así como desde la remembranza de sus
historias, alimentación y prácticas propias.
En este contexto, se hace necesario desarrollar una reflexión por la ma-
nera como esta comunidad indígena viene habitando la ciudad y de qué mane-
ra la ritualidad y la búsqueda por nuevas maneras de permanencia en sus há-
bitos culturales son la forma de estar y pervivir fuera de su contexto territorial.
El rito se define como una ceremonia o una costumbre, así como una se-
rie de acciones que tienen valor simbólico y que se basan en alguna creencia;
por otro lado, el origen etimológico de la palabra rito se asocia con la palabra
ritus que significa “orden establecido”, del mismo modo, formas griegas asocia-
das a la palabra rito como artus que significa “ordenanza”, ararisko que significa
“armonizar” o “adaptar”, y arthmon que se relaciona con “vínculo” o “unión”
(Segalen, 2005, p. 13).
Aparecen, entonces, unos significados que amplían y diversifican el con-
cepto de ritual, que se conectan con la posibilidad de multiplicidad de significa-
dos que puede tener el término y más aún desde una mirada contemporánea,
lo cual alimenta el desarrollo del presente análisis.
No obstante, el significado del ritual en comunidades indígenas no se
narra de un modo fragmentado, sino que hace parte de los quehaceres coti-
dianos y de la manera como se significa y se simboliza la vida, los alimentos
y en general el funcionamiento de la vida, como lo expresa la abuela Okaina
Paola Attama2, quien expresa que la ritualidad aparece en diversos momen-
tos cotidianos, así como en los momentos de danzar y cantar para encontrar-
se a compartir y recordar sus mitos e historias.
Por otro lado, desde el lenguaje teatral se encuentra en algunos autores la
relación directa entre el rito y el teatro, encontrándose la asociación inicial de
1 Actriz y pedagoga. Licenciada en Artes Escénicas de la Universidad Pedagógica Nacional. Estudiante de la Maestría en
Estudios Artísticos de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
2 Lideresa y abuela sabedora de la etnia okaina, que desarrolla procesos de recuperación cultural de los pueblos amazónicos
en la Casa de Pensamiento Indígena en Bogotá.
3 Antonin Artaud (1896-1948), actor, director y escritor francés. Propuso premisas vanguardistas para su tiempo en la rela-
ción rito y teatro en libros como El teatro y su doble.
4 Jerzy Grotowski (1933-1999), actor y director de teatro polaco. Propuso un teatro basado en la corporalidad del actor. Su
teoría y práctica se desarrolla en libros como Hacia un teatro pobre.
6 Se relaciona la noción de bios asociado al concepto de bios escénico desde la antropología teatral como un estado de presen-
cia viva y total de la corporeidad.
Referencias
Achinte, A. A. (2013). Pedagogías de la reexistencia. artistas indígenas y afrocolombianos. Tomo
I. En C. Walsh, Pedagogías decoloniales. Prácticas insurgentes de resistir, (re) existir y (re) vivir
(pp. 443-468). Ediciones Abya-Yala.
Hall, S. (2003). Pensando en la diáspora: en casa, desde el extranjero. En C. J. Editores, Heteroto-
pías: narrativas de identidad y alteridad latinoamericana (pp. 477-500). Biblioteca de Améri-
ca-Universidad de Pittsburgh.
Monsalve, L. F. (1995). El baile del muñeco. Cooperativa Editorial Magisterio.
Pavis, P. (1980). Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología. Paidós.
Segalen, M. (2005). Ritos y rituales contemporáneos. Antropología Alianza Editorial.
Marta Bustos8
8 Profesora asociada de la Facultad de Artes de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Doctora en Estu-
dios Culturales Latinoamericanos y magíster en Planeación y Desarrollo Regional de la Universidad de los Andes.
9 Consultado en https://www.un.org/development/desa/es/news/population/2018-world-urbanization-prospects.html
10 Luis López de Mesa (1884-1967), ministro de Educación en 1927 en la exposición presentada “[…] al Comité de expertos
que estudia las causas y remedios de la carestía de la vida en Colombia, y publicada para su distribución reservada al clero
y a las autoridades nacionales competentes [...]”, afirmó que “[…] un pueblo de flaca complexión, de instrucción deficiente o
de viciada educación moral, no puede hoy día sostener una nacionalidad libre en competencia irrenunciable con los que
rigen la civilización y cultura universales, ni puede, mucho menos, aprovechar para su bienestar material y ennobleci-
miento de su propia vida las riquezas del suelo en que habita” (López, 1927).
11 Solano, político, periodista y literato. Como periodista se destacó por dirigir la Revista Nueva (1905); redactar en El
Debate, La Lucha, El Sufragio (1909) y en El Diario Nacional (1912). Colaboró en Gaceta Republicana y en El Tiempo (1911).
Fundó La Patria (1913) y el semanario Sábado, en donde participó denodadamente (1943-1945). En el periódico El Espec-
tador escribió bajo el seudónimo Maitre Renard notas y artículos a lo largo de seis. Su labor como literato incluye obras
como Melancolía de la raza indígena (1929) y El alma boyacense, La situación del campesino en Colombia, y Ciudades de
Colombia publicadas en la Selección de Literatura Colombiana n.º 10 hecha por Daniel Samper Ortega bajo el título Prosas
(1937).
Referencias
Bustos, M. (2015). Políticas culturales: construcciones sociales y luchas de sentido en Bogotá, 1930-
2000. Universidad Andina.
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). (2001). Colombia: Proyecciones
municipales de población por área, 1995-2005.
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. (2018). Las ciudades seguirán creciendo, sobre
todo en los países en desarrollo. https://www.un.org/development/desa/es/news/popu-
lation/2018-world-urbanization-prospects.html
Lefebvre, H. (1983). La revolución urbana. Trad. M. Nolla. Alianza.
Mejía Hernández, A. (2001). Seminario Internacional Inversión Cultural: Los Nuevos Escena-
rios. http://www.bcv.org.ve/upload/notasprensa/7.pdf
Monitor Company y Cámara de Comercio. (1996). Estudio de competitividad para Bogotá.
Pizano, L. (2003). Bogotá y el cambio. Percepciones sobre la ciudad y la ciudadanía. Iepri-Cieso; Edi-
ciones Uniandes; Universidad Nacional de Colombia.
Ruiz, M., Rubiano, N. et al. (2010). Ciudad, espacio y población: el proceso de urbanización en
Colombia. UNFPA Colombia.
Solano, A. (1929). Admirable conferencia de Armando Solano sobre los campesinos. Tipografía La
Perla.
Veeduría Distrital. (2003). Vivir en Bogotá. Boletín 8.
Žižek, S. (1997). Multiculturalismo o la lógica cultural del capitalismo multinacional. En Estudios
culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo. Paidós.
Introducción
Muchas voces gritan, muchas voces invadieron mi existencia en sueños
que parecían un momento de libertad, de supresión de un miedo que me ha
recluido dentro de mi cuerpo y me ha colmado de lamentos. Miro introspecti-
vamente en aquel espacio y siento cada una de sus presencias muertas, que me
abrazan y me protegen. Yo solo quiero expresar aquello que han marcado en
mí desde la melancolía y la lucha por ser legítimos, ser distintxs, de ser ñerxs.
Ñerologías gótico- tropicales
Cárceles, haciendas destruidas, mazmorras bajo casas de madera en el
barrio y la ciudad, se entretejen en estas líneas textuales en las que la exis-
tencia ñera se enclaustra, se encierra en su exceso, en su existencia abyecta,
diferente y monstruosamente siniestra. Debo decir que siempre que hablo (ha-
blamos) de este tema hay una ruptura en mí, en cuanto la realidad se me torna
agobiante pero a la que la ficción transforma en una mirada con mucho más de
sentido, pero no por ello menos de necesaria de subvertir.
Hablo aquí de mi vida y de las vidas con quienes conviví, y que me han
invadido mis maneras de sentir en tanto sus vidas fueron desechadas y vul-
neradas. Me es difícil no dejarme afectar por ello y no entender que eso hace
parte de mi existencia, de mi vida que decidió bloquear la noche, decidió negar
las sombras. La vida, y en este caso las nudas vidas por tomar el concepto de
Agamben (2003), son temas que competen en tanto vivimos unas biopolíticas,
es decir, un control de la vida en tanto población a la que ya no se hace morir,
sino que más bien se deja morir, es decir, necropolíticas. Vivimos entre la vida y
la muerte constantes como grandes espectáculos de alto costo. No más hay que
ver los cuerpos de jóvenes asesinadxs en barrios populares y cuán naturalizada
se encuentra la muerte de estxs.
Muertes legítimamente asesinadas que se convierten en el show alec-
cionador de la civilización. Es la vida la que hay que preservar así varixs ten-
gan que morir para que el resto subsista en condiciones de precariedad. Vidas
igualmente muertas para un sistema socioeconómico que nos carcome entre
la monotonía, el tedio y la melancolía y nos hace desangrar en llanto día a
día. Cada año con cada frustración nos hundimos en una cajeta llena de luz
que nos encandila y bloquea todo intento de apagarla, de volver a la tranquila
oscuridad.
La vida- cuerpo es el campo de análisis de la contemporaneidad, es una
necesidad para quienes vivimos en los márgenes de la ciudad, del mundo. La
vida es aquí una filosofía práctica, es filosofía corporal, inmanencias, en tanto
13 Ñerx-gótico-tropical, magíster en Estudios Artísticos de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, licenciado en
Filosofía de la Uniminuto. Docente, investigador, gestor cultural y artivista cuir y feminista.
14 Hablo de Álvaro Mutis por ser el escritor que empezó a hablar de lo gótico de tierra caliente, caracterizándose por
paisajes de decadencia y locura en su célebre novela corta La mansión de Araucaíma (1972), lo que dio pie para la denomi-
nación de gótico tropical ya en desarrollo desde algunos escritos de Andrés Caicedo y de las películas de Carlos Mayolo
y Luis Ospina.
La ñeritud mediática
Basándome en Stuart Hall (2010), definiría estereotipo como las formas
mediante las que se genera una imagen fija, prejuiciosa de algunos sujetos.
Stuart Hall analiza lo negro y muestra cómo la negritud es un estereotipo en
tanto ubica lo negro en un esencialismo racial exotizante con características
hipersexualizadas, menos civilizadas y más ligados a la naturaleza.
Por nuestra sangre oscura corre aquella bilis negra, que nos avoca cada
día a una melancolía en la que todo parece ir en decadencia, en un no futuro,
en una decepción constante para con les demás. No hay lugar, no hay un ca-
mino a pesar de que siempre se busque donde estar, donde ser queridx, donde
poder habitar, donde la vida sea vida, y no la muerte en vida que se vive colec-
tivamente.
Este sentimiento de melancolía de la otredad se torna cada vez más in-
tenso cuando sentimos el peligro próximo, el horror próximo, la muerte próxi-
ma, esta es la facultad, un poder que tienen quienes son perseguidos social-
mente, esto se logra sentir a varios metros incluso kilómetros. Por eso, y ante
15 Hablo de performativos de muerte mezclando la noción de performatividad dada por Judith Butler, en cuanto la mate-
rialización del sistema sexo/género a través del lenguaje (Butler, 2007) y la noción de muerte biopolítica dada por Achille
Mbembe.
Prensa
El Festival Ñero. (1991). El Tiempo, 16 de noviembre.
Los ñeros piden justicia. (1993). El Tiempo, 25 de septiembre.
Introducción
Esta es la experiencia de Emilia, Alexandra y Adriana, tres mujeres, ami-
gas y psicólogas que un día decidieron construir juntas. Nosotras, creadoras del
Colectivo Resonar, queremos compartir un proceso de exploración acerca del
cuerpo, la voz y el movimiento. Resonar nace de vivencias compartidas: el tea-
tro, el cuerpo en nuestra historia, el temor al expresar nuestra voz cantada, las
preguntas acerca de la relación sonido-cuerpo y el deseo por seguir aportando
a la construcción de país.
Como coincidencia, en 2017, de manera aislada pero simultánea, está-
bamos creando para expresarnos. Adriana creaba, desde distintas artes, obras
cortas con personas cercanas para celebrar su cumpleaños. Mientras tanto,
Emilia y Alexandra estaban creando un performance para poner en movimien-
to la experiencia de transformación de ser madre que llamaron DeMater (alu-
sión a Deméter, la diosa griega).
Ese año nos encontramos para explorar desde la necesidad visceral de
volver a crear y la fuerza amorosa por habitar el arte nos convocó. No tenía-
mos muy claro qué era eso que queríamos desarrollar, pero confiamos profun-
damente en la potencia de juntarnos. Además, tampoco empezábamos de cero,
cada una en este tiempo había indagado en otras prácticas y teníamos pre-
guntas particulares al respecto: Emilia desde el movimiento somático, Adriana
desde la palabra y Alexandra desde el profundo deseo de jugar y traer a la vida
de nuevo el teatro.
Estamos escribiendo este texto a tres manos después de varias reflexio-
nes y viendo lo que fue el proceso. Queremos reconocer que estas explora-
ciones fueron posibles por la constante manifestación y expresión del vínculo
seguro como terreno para la construcción de un proyecto. Con este colectivo
que nace de ese tipo de vínculo y que es consciente de él, hemos aprendido
a modular nuestras expectativas, poner nuestra voz frente a las incomodida-
des, apoyarnos, sortear las dificultades, redireccionar los tiempos y, sobre todo,
atender la naturaleza del proceso, sin forzarlo, pero tampoco dejándolo hundir.
Lo asistimos y nos acompañamos a hilarlo siguiendo su ritmo, entendiendo el
nuestro, revisando nuestro sentir paso a paso frente al proceso, planteando
metas, rectificando propósitos, ajustándonos a nuestras posibilidades de vida.
Introducción
Los estudios sobre el cuerpo se nos presentan como estrategia para la
comprensión de fenómenos inter y transdisciplinares, transitan entre los dis-
cursos estatales y la configuración de dinámicas en un tiempo y espacio coti-
diano. Al respecto, afirma Pedraza (2004):
Desde orillas distantes se invoca el cuerpo como lugar y entidad en la que
cobran vida y particular coloración procesos de construcción de la subje-
tividad y de la identidad cultural. En él se ponen en evidencia los desequi-
librios en la acumulación de capital social y simbólico, las sensibilidades
modernas y contemporáneas tienen su razón de ser y pueden ser iden-
tificadas, anida el proceso de civilización, los estilos de vida se realizan y
las diferencias de género se debaten. En fin, el cuerpo ofrece posibilidades
transversales para la comprensión de una colorida paleta de asuntos ati-
nentes a los estudios políticos, sociales y culturales, y a la dilucidación de
procesos históricos. (p. 9)
En este caso, la pregunta es sobre la vida en la escuela, específicamente
en la educación básica, con el objetivo de comprender transformaciones en los
modos como se configuran los cuerpos en esos espacios y por las interacciones
humanas que propicia ese espacio. Pregunta que nos permite por lo menos dos
tipos de acercamiento, uno desde lo que intenta homogenizarse y, otro, desde
lo que se resiste. La vida en la escuela está llena de tensiones, ninguna afirma-
ción logra capturar del todo la ebullición de situaciones que ocurren.
Es pertinente resaltar que hablar del cuerpo en el siglo XXI presenta di-
ficultades metodológicas por la falta de perspectiva y objetividad que solo el
tiempo y la distancia permiten. Estos factores asumen una perspectiva de in-
mersión. Surgen a partir de considerarme docente, sumergida en diferentes
escenarios de lo educativo, lo que me ha llevado a conocer colegios, estudian-
tes, observar clases, descansos, actividades, hablar con docentes, escucharlos
defender y/o renegar de la escuela —al mismo tiempo—; todo esto en diálogo
con referentes que otorgan categorías pertinentes para pensar configuraciones
del cuerpo en la escuela hoy. Por mi experiencia estas reflexiones aplican sobre
todo a la escuela pública bogotana, lo que no le quita su valor para dilucidar
estados de la cuestión en escuelas de otras partes del país.
El documento se estructura de la siguiente manera: 1) presenta algunos
antecedentes sobre los estudios del cuerpo en relación con la escuela, que re-
flexionaron sobre el siglo XX, momento crucial en el proyecto de consolidación
17 Licenciada en Educación Artística, asesora pedagógica de la Secretaría de Educación del Distrito (SED). Estudiante del
Doctorado Interinstitucional en Educación.
20 Se hace énfasis en el carácter oficial de este informe, pues grupos de carácter comunitario y académico llevan décadas
realizando procesos de memoria y develamiento de impactos y consecuencias del conflicto armado, incluso desde antes
del reconocimiento oficial de la existencia de un conflicto armado interno.
Referencias
Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). Basta ya. Colombia: Memorias de guerra y dignidad.
Imprenta Nacional.
González, F. (2014). Poder y violencia en Colombia. Odecofi-Cinep.
Pedraza, Z. (2004). El régimen biopolítico en América Latina. Cuerpo y Pensamiento. Iberoamerica-
na, IV (15), 7-19.
Pedraza, Z. (1999). En cuerpo y alma. Visiones del progreso y la felicidad. Corcas.
Introducción
En el año 15 a. C. los pensamientos del arquitecto Marco Lucio Vitruvio
Polión sobre el ideal métrico de cuerpo humano quedaron fijadas en el papel y
pasaron a conformar la historia estética de la humanidad. Casi cinco siglos des-
pués, dichas ideas serían utilizadas en el famoso dibujo de Leonardo da Vinci,
El hombre de Vitruvio o Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano,
presentando de este modo, una parte de la perspectiva histórica de la narrativa
del cuerpo proveniente de dos épocas, la cual tomo vida en el juego del tiempo
por medio de la escritura y la lectura del texto.
Desde una perspectiva histórica y hermenéutica, se pretende reflexionar
sobre los textos que apuntaron hacia los modos de ser y de hacer del sujeto en
concreto, es decir, un ser vivo, el ser que plantea Miguel de Unamuno (2011); el
cual, es un “hombre de carne y hueso” quien desde el perpetuo movimiento nace,
come, piensa, sufre, juega, duerme y, sobre todo, muere. Este ser concreto es el
que se ubica históricamente en un escenario cultural, respondiendo a las diná-
micas del tiempo y del espacio, manejándose bajo preceptos determinados, (cos-
tumbres, usos, leyes, discursos etc.), los cuales median sus formas de relación. De
esta manera, surge el cuerpo como ser concreto, se haya en el punto fronterizo
entre el yo y el mundo, consolidándose como el centro de las dinámicas cultura-
les de las distintas civilizaciones (Corbin, Courtine y Virgarello, 2005).
21 Texto elaborado en el marco de la tesis doctoral denominada “Las prácticas corporales y la escuela. Institución, disciplina
y subjetividad”, perteneciente al Doctorado Interinstitucional en Educación (DIE) de la Universidad Pedagógica Nacional
(UPN).
22 Docente orientador de la Secretaría de Educación del Distrito; magíster en Comunicación y Educación de la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas; estudiante de tercer año del DIE de la UPN.
23 El término dualidad en este trabajo, responderá al concepto de dualismo, el cual se cree fue acuñado por primera vez por
Thomas Hyde (1700), del latín dualistas o dualiste, que hacían referencia a la filosofía de Zoroastro, que admitía dos princi-
pios divinos, uno del bien y otro del mal, que entraban constantemente en contradicción.
24 Caso contrario a las potencias orientales, las cuales basaron su desarrollo en fuertes tradiciones religiosas, que codepen-
dían económica y políticamente.
25 Dichos orígenes se reconocen como cristianismo primitivo, el cual tenía un carácter prefilosófico y prehelenista (p. 13).
27 Algunos teólogos difieren en la pronunciación del término y lo refieren como nefes (Ruiz, 1996, p. 21).
28 Aun siendo casi una traducción literal de néfesh, la psyché es una traducción insuficiente, ya que no contempla su alto
coeficiente de corporalidad.
29 Se pueden consultar las obras clásicas Perì Arjôn (Sobre los principios) de Orígenes (2015) y De moribus ecclesiae catholicae
et de moribus Manichaeorum (De las costumbres de la Iglesia católica y de los maniqueos) (2018) y De quantitate animae (De la
cuantidad el alma) (1947) de San Agustín.
Referencias
Aristóteles. (2005). Fragmentos. Gredos.
Aristóteles. (2014). Anima. Acerca del alma. Gredos.
Astey, L. (ed.). (1989). Enuma Elish (L. Astey, trad.). Universidad Autónoma Metropolitana.
Bernabé, A., Francesc, C. y Santamaría, M. (2006). Orfeo y el orfismo. Nuevas perspectivas. Biblio-
teca Virtual Miguel de Cervantes.
Corbin, A., Courtine, J.-J. y Virgarello, G. (2005). Prefacio. En A. Corbin, J.-J. Courtine y G. Virga-
rello, Historia del cuerpo (pp. 17-23). Taurus.
Dawson, C. (2010). La religión y el origen de la cultura occidental. Encuentro.
Dussel, E. (1969). El humanismo semita. Estructuras intencionales radicales del pueblo de Israel y otros
semitas. Eudeba.
Dussel, E. (1974). El dualismo en la antropología de la cristiandad. Guadalupe.
Feher, M. (1990). Introducción. Fragmentos para una historia del cuerpo humano. En M. Feher, R.
Naddaff y N. Taz, Fragmentos para una historia del cuerpo humano (pp. 11-19). Taurus.
Filón de Alejandría. (1976). Obras completas. De opificio mundi (J. M. Triviño, trad.) Universidad
Nacional de la Plata.
Introducción
Este exordio invita a un posicionamiento teórico y vivencial sobre el cuer-
po y lo corporal allende del ornamento. Con cierta frecuencia se ha establecido
un debate que versa, en términos generales, sobre la exclusión del cuerpo en
el proceso de conocimiento humano. De un modo o de otro se ha interpelado
a su inclusión po r derecho propio. Sin embargo, es cierto que, en algunos con-
textos intelectuales, académicos y clínicos las “reflexiones” en torno al cuerpo
no van más allá de meros posicionamientos clínico-burgueses. Filiaciones a un
discurso que ha llegado ya a la alcoba de la antropología, sociología, historia y
psicología, por decir lo menos.
Es necesario traer a relieve un momento de la historia que los “viejos
estudiosos” del cuerpo, da la impresión, han olvidado y los “recién nacidos o
iniciados” no conocen. Por ello su gran error radica en suponer que el debate
sobre el cuerpo y lo corporal está fincando su esperanza de triunfo en el espa-
cio terapéutico y la reconfiguración que se produzca en este. Así es como se
concluye que el fin del debate se producirá cuando se considere al cuerpo al
interior del consultorio y como parte de una cura. Por esta ingenuidad, entre
otros aspectos de ningún modo ingenuos, se produjo el boom del movimiento
psicosomático en la actualidad.
La década de los años sesenta/setenta del siglo XX ha sido el momento
en que se gestó un movimiento que resultó ser una contestación al statu quo:
En mayo de 1968, el aire de las calles de París estaba lleno de gritos co-
reando “Marx, Mao y Marcuse” y sus muros rezumaban graffitis, como el
que rezaba: “¡Abajo el estructuralismo!” (el equivalente francés de nuestro
“¡luchemos contra el sistema!”). Este impulso “posestructural” cruzó rápi-
damente el océano y no tardó rápidamente en proporcionar el fundamen-
to intelectual necesario para enfrentarse al sistema. Los cimientos poses-
tructuralistas de ese ataque hacía poco tiempo que se habían asentado en
Estados Unidos. Durante el verano anterior, el llamado “verano del amor”,
el parque del Golden Gate de San Francisco se vio invadido por el poder
30 Licenciado en Psicología de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Iztacala, Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM); maestro en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y doctor en Humanidades de la
Facultad de Medicina de la UNAM. Profesor titular en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM.
31 Posiblemente, nos encontramos ante el reto de mayor envergadura que los estudiosos de lo corporal deberemos encarar
desde ahora; trascender los preceptos que la modernidad instituyó. Estos han rebasado las fronteras de las comunidades
científicas para instalarse en el mundo cotidiano. Las verdades absolutas ya no son el fundamento de la ciencia actual;
sin embargo, habría que decir que en la vida cotidiana las verdades absolutas siguen presentes. Los espacios académicos,
religiosos, fraternales, familiares o amorosos atestiguan la existencia de Verdades que interpelan a la supremacía e impo-
sición, llegando, incluso, al asesinato de aquel que sostenga otra Verdad.
Referencias
Arnau, J. (2005). La palabra frente al vacío. Fondo de Cultura Económica-El Colegio de México.
Bastide, R. (2000). El prójimo y el extraño. El encuentro de las civilizaciones. Amorrortu.
Bauman, Z. (2019). Vida de consumo. Fondo de Cultura Económica.
Berger, P. y Luckman, T. (2003). La construcción social de la realidad. Amorrortu.
Clastres, P. (1986). De la tortura en las sociedades primitivas. En I. Agoff, El hombre. Manantial.
Fried, D. (1995). Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Argentina.
Gadamer, H. (1996). El estado oculto de la salud. Gedisa.
Heller, A. y Fehér, F. (1995). Biopolítica. La modernidad y la liberación del cuerpo. Península.
Ian, W. (1998). Anatomía del asco. Taurus.
Laín, P. (1989). El cuerpo humano. Teoría actual. Espasa-Calpe.
Le Goff, J. (2005). Una historia del cuerpo en la Edad Media. Paidós.
Lewontin, R. (1987). No está en los genes. Racismo, genética e ideología. Crítica.
Liotard, P. (2001). El ideal perdido. El bricolaje corporal. En Cuerpos a medida. El Correo Unesco.
Lipovetsky, G. (2008). La sociedad de la decepción. Anagrama.
35 Maestro en Arte Danzario con énfasis en Danza Teatro y estudiante activo de la Maestría en Estudios Artísticos de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Referencias
Fuenmayor, V. (2004). Técnicas del cuerpo y técnicas de la danza. La Otra Facultad, 1 (1).
Kappler, C. (1993). Monstruos, demonios y maravillas a fines de la Edad Media. Martins Fontes.
Pedraza, Z. (2004). Régimen bio político en América Latina, cuerpo y pensamiento social. http://
www.iai.spkberlin.de/fileadmin/dokumentenbibliothek/Iberoamericana/ 15-pedraza.
pdf Rev15-01 1/9/04
Torrano, A. (2015). La monstruosidad. En G. Canguilhem y M. Foucault, Una aproximación al
monstruo biopolítico. Ágora, 34 (1), 87-109.
Valverde, J. (2011). El gesto analógico. Una revisión de las “técnicas del cuerpo” de Marcel Mauss.
Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad, 3 (7), 75-87.
36 Este capítulo nace de una investigación actual sobre “el cuerpo enemigo” derivada de la tesis doctoral realizada en 2018
sobre Las representaciones animales de lo político en el teatro colombiano contemporáneo.
37 Investigadora, actriz y directora de teatro, doctora en Estudios Teatrales de la Universidad Autónoma de Barcelona, ma-
gíster en Dirección y Puesta en Escena de Teatro Shakesperiano de la Universidad de Exeter, Inglaterra, maestra en Artes
Escénicas y licenciada en Lenguas Modernas de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Profesora de planta de
la Facultad de Artes ASAB de la UDFJC.
Referencias
Ahumada, J. C. (2014). Hienas beben brandy. Proyecto 7 Pecados.
Ahumada, J. C. (2017, 19 de junio). A propósito de Hienas beben Brandy. (S. Ortega, entrevistador).
Bogotá.
Bhabha, H. (2002). El lugar de la cultura. Manantial.
Butler, J. (2006). Vida precaria. El poder del duelo y la violencia. Paidós.
Castoriadis, C. (1977). El imaginario social instituyente. Zona Erógena 35, 1-9.
Castoriadis, C. (1987). The imaginary institution of society. The MIT Press.
Chanady, A. (1999). La hibridez como significación imaginaria. Revista de Crítica Literaria Latinoa-
mericana, 265-279.
Chevalier, J. (1986). Diccionario de los símbolos. Herder.
De la Garza, M. (1995). Aves sagradas de los mayas. Facultad de Filosofía y Letras y Centro de Es-
tudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Derrida, J. (2010). Seminario La bestia y el soberano (2001-2002) (vol. I). Manantial.
Introducción
Una mirada construye el mundo que cada cual percibe, acerca a esa po-
sible realidad que cambia y afecta constantemente nuestro cotidiano, ya que el
entorno está construido de un sinnúmero de imágenes que establecen y confi-
guran nuestra forma de relacionarnos con este. Desde hace un tiempo, lo que
consideramos una realidad ha cambiado con los dispositivos electrónicos. Des-
de el momento de su creación, estos irrumpen en la forma en que observamos
el mundo y algunos se convierten en un elemento indispensable de vigilancia.
Se entiende aquí que estos dispositivos electrónicos han tomado un gran pro-
tagonismo en la actualidad y han empezado a mediar la relación del sujeto con
su entorno, con lo otro y con el otro, que, por lo demás, ya no solo es un entorno
cercano o un sujeto a la vista de nuestra mirada general, sino que permite el
acceso a lugares antes impensables o a observaciones desde perspectivas diver-
sas; en cierta medida, incidiendo en la construcción de nuestra forma de ver y
entender el mundo, marcando una experiencia interesante tanto para el que
observa, como para el que es observado.
Es así, como se intuye que, cuando los dispositivos electrónicos determi-
nan nuestra forma de mirar y marcan la perspectiva desde la que observamos
o se nos observa, las dinámicas relacionales entre sujetos y espacio se ven alte-
radas, pues, al proponer otra forma de mirar, se desencaja la mirada que el ser
humano ha utilizado desde siempre como única opción ante sus limitaciones
naturales. Ahora el plano de observación es mucho más amplio y la tecnología
nos ofrece un lugar de privilegio en cuanto a la capacidad de observación que
nos extienden estos dispositivos.
Si bien las posibilidades de perspectivas que nos ofrece la tecnología son
múltiples y variadas, sería difícil pretender abarcarlas todas en este momento,
por lo cual, en el presente capítulo buscamos compartir con el lector nuestro
interés y nuestras reflexiones, sobre el estudio de la incidencia que pueden
tener sobre nuestra forma de mirar aquellos dispositivos tecnológicos que le
han permitido al hombre acceder a una vista desde arriba, es decir una vista en
picado o lo que en el cine se entiende como “la vista de Dios”.
Ver desde arriba ya no hace referencia al sujeto que se encuentra en una
posición física y tampoco a la posibilidad de unos cuantos privilegiados; se trata
más bien, de la tecnología, que se ha extendido bastante y, hoy en día, resulta
más accesible, permitiendo a más personas la perspectiva desde arriba. El ob-
servador ya no es un simple espectador, sino que puede interactuar desde su
38 Estudiantes de décimo semestre del Pregrado en Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Distrital Francisco José de
Caldas, Facultad de Artes ASAB.
Por otro lado, desde el punto de vista espacial, lo que está arriba (a menos
que estemos hablando de un ser con capacidad para volar o levitar) siempre
está mediado, es decir que para llegar del punto de referencia superior a uno
inferior necesita tener algo en el medio, en este caso, el dispositivo que lo per-
mite. Si hablamos específicamente del género humano, para llegar hasta arriba
por supuesto necesitamos un medio, y a través del tiempo hemos producido un
sinnúmero de estos no solo para llegar hasta “arriba”, sino para ir cada vez más
alto de que los ojos permiten ver.
Alcanzar una posición superior ha sido parte de la historia del desarrollo
humano, desde la “conquista de las montañas” escalando y explorando territo-
rios, pasando por la mítica Torre de Babel, construyendo torres y rascacielos,
pasando por aviones, aeroplanos y cohetes, hasta satélites, cámaras de vigilan-
cia y drones.
Vale la pena señalar que, dentro de estas construcciones arquitectóni-
cas, se ven involucrados los sistemas de creencias de determinada cultura; por
ejemplo, las edificaciones griegas y romanas hallaron en el análisis del cuerpo
humano lo que llaman un sistema de geometría corporal que “era utilizada para
imponer orden en el mundo que gobernaban como conquistadores imperiales
y constructores de ciudades. De esta manera, los romanos combinaron el deseo
de mirar y creer con el mandato de mirar y obedecer” (Sennett, 1994). Así, pues,
las edificaciones occidentales no solo existen con propósitos prácticos, sino que
se emplean también como expresiones del poder humano, por lo que la búsque-
da de altura, de posicionarse en el “arriba” se corresponde con una búsqueda
Esta reflexión nos abrió las puertas a pensar sobre qué otras accio-
nes y entornos hemos mecanizado, además de plantearnos la posibilidad de
cómo podemos vernos afectados nosotros mismos con algo tan sencillo como
un cambio en el medio, en este caso, transitar sobre burbujas de aire, a la vez
que este cambio a medida que se repite puede normalizarse.
En realidad, lo que hemos normalizado ha sido un sistema entero, ob-
jetos y formas de ver el mundo fabricadas por los propios seres humanos, de
manera que todo aquello que vemos hace parte de lo que somos. Formamos
parte de un circuito tan amplio que abarca las experiencias que tenemos con
nuestros sentidos, los lenguajes utilizados interactúan haciendo cada imagen
única, trasladándonos a mundos imaginarios, donde nosotros somos los acto-
res y ejecutores de esa exquisitez de lenguaje visual.
Hay ocasiones en que nos gusta cambiar de rol y nos ponemos en lugares
distintos, bien sea por curiosidad o cualquier otro motivo. Algo como esto fue lo
que sucedió cuando llevamos a cabo “desde adentro”. Este es un ejercicio reali-
zado en 2017 cuando pusimos a filmar una cámara de video tipo GoPro dentro
de gavetas, cajones, cajas, casilleros y bolsos que más adelante se abrirían y
como resultado quedaba la grabación de estos contenedores cuando abiertos
desde un punto de vista que simula ser el del objeto guardado. Debido a las ca-
racterísticas del dispositivo GoPro, como su pequeño tamaño, gran capacidad
de almacenamiento y calidad de grabación, un video como este pudo ser regis-
trado en lugares que antes parecían imposibles.
Referencias
Frías, R. B. (2013). Ojos bien abiertos. El lenguaje de las imágenes en movimiento. Fondo Editorial
Universidad de Lima.
Jiménez, J. L. (2014). Arte panóptico: control y vigilancia en el Arte contemporáneo. Universidad de
Granada.
Julna. (2018). Zoom. https://www.youtube.com/watch?v=0tSODnEBiuc&t=6s
López, S. R. (2015). Del campo de batalla a las calles: el derecho a la intimidad en la era de los
drones. Revista Derecho del Estado, 181-199.
Santiago Arcas, J. F. (2003). Perspectiva para principiantes. Arco Editorial.
Sennett, R. (1994). Carne y Piedra: El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental. Alianza.
Fotografía 1. Ejercicio coreográfico A, Ivan Dubovenko (2019) - Fuente: archivo del autor
Reporte de caso
Este estudio incluye los elementos estructurales de un ejercicio de coreo-
grafía sobre relaciones familiares, una composición estructurada en el juego que
sirvió como un recurso principal para este estudio, así como un trabajo que se
realizó para el público. La identificación de esta investigación-creación de danza
abstracta con cuerpos precursores de la creación de danza en colaboración.
Esta investigación es un estudio de caso que explora una experiencia en-
carnada de coreografía sobre relaciones familiares. Como educador de arte y
artista de danza capacitado, el autor ha asumido el papel de investigador y
coreógrafo de danza, y esta experiencia se ha convertido en el tema de este
estudio de investigación. Se lanzó y se llevó a cabo en la Universidad de Ar-
tes de Nanjing (NUA), en China, en un proyecto de doce horas de duración
denominado “Traductores de movimientos”, en colaboración con un grupo de
ocho estudiantes de danza de investigación de pregrado para hacer una pieza
de danza. Este proyecto fue el caso de investigación del cual se presenta una
narrativa biográfica en la sección de hallazgos y discusión de este documento.
39 Licenciado en Educación Artística de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y magíster en Coreografía de
Nanjing University of Arts (NUA).
Referencias
Ailshire, J. y Burgard, S. (2012). Relaciones familiares y problemas de sueño entre los adultos
de EE. UU.: Examinar las influencias del contacto y la calidad de las relaciones. Estados
Unidos de América. Revista de Salud y Comportamiento Social 53(2), 248-262.
Anderson, J. (2010). Mundo de la danza: danza moderna. Editores de la Casa de Chelsea.
Bhatia, G. (2012). Un estudio de la relación familiar en relación con la inteligencia emocional de
los alumnos de nivel secundario. India. Revista Internacional de Publicaciones Científicas y
de Investigación, 5 (4), 378-390.
Cremer, D. (2017). La encarnación de la danza: yo, valores e identidad convergentes. La enseñanza de
la danza como un viaje personal. (Tesis doctoral). Universidad de Hawái, Estados Unidos.
Dong, J. (2007). Danza china contemporánea. Nueva Estrella Imprenta.
Dykstra, P. A., Lietbroer, A. C., Kalmijn, M., Knijn, G. C. M., Komter, A. E., Mulder, C. H. (2000).
Relaciones familiares: los lazos que unen. Un programa de investigación sociológica y demográ-
fica. Dutch University Press.
Emmons, H., Bourgerie, S., Denton, C. y Kacher, S. (2012). El cuaderno de química de la alegría.
Nuevas Publicaciones de Harbinger.
Kloetzel, M. y Pavlik, C. (2009). Site dance: coreógrafos y el atractivo de espacios alternativos.
Universidad de Florida.
Legg, J. (2011). Introducción a las técnicas de danza moderna. Princeton Book.
Luciani, J. (2007). Auto coaching. John Wiley & Sons.
Mederos, K. y Proudfit, S. (2013). Creación colectiva en la performance contemporánea. Palgrave
Macmillan.
Naranjo, M. (2011). El práctico libro electrónico de la historia de la danza contemporánea. Contempo-
rary-dance.org
Nettl-fiol, R. y Vanler, L. (2011). La danza y la técnica de Alexander: explorando el eslabón perdido.
Universidad de Illinois.
41 Si bien su construcción fue anterior, Luis XIV fue quien convirtió aquel lugar en hospital en el año 1656 “para el encierro
de los pobres mendigos de París” (Pérez Rincón, 1998, p. 48). Tan solo cinco años después, en 1661 Luis XIV dio pie a la
profesionalización del ballet con la creación de la Academia Real de Danza. Me parece interesante esta coincidencia en el
contexto de la monarquía francesa como maneras institucionalizadas de gestión del cuerpo.
43 Moscoso (2011) pone énfasis en que la idea de dolencias bajo el umbral perceptual ya se encontraba presente en la psico-
logía experimental, en la filosofía (mencionando a Nietzsche y Schopenhauer) la fisiología y la psiquiatría, y que luego el
psicoanálisis clasificó la dolencia inconsciente en dolores psicogénicos, neuróticos y psicóticos (p. 265).
44 Claudia Araya Ibacache y César Leyton Robinson describen una carta emitida por el médico chileno Germán Greve a su
colega Augusto Orrego Luco, en la cual Greve indica que es Charcot el impulsor del uso de electricidad estática en la medi-
cina, especialmente, en pacientes con histeria. Explican también que al mismo tiempo George M. Berd utilizaba corriente
eléctrica como tratamiento para la neurastenia (colapso del sistema nervioso por estrés).
45 Las aseveraciones, problemáticas y debates en torno a la categoría de trauma cultural están abordadas en Ortega (2011,
pp. 17-59).
46 “La cultura de la danza ha modelado diversas autoridades externas (señales de los profesores, espejos, imitación del movi-
miento) validando y definiendo los principios del éxito. Mientras muchas prácticas de danza, particularmente aquellas que
se encuentran dentro de las formas occidentales clásicas del ballet y de las técnicas de la danza moderna, han adoptado el
modelamiento visual para elucidar y comunicar la forma y el patrón del cuerpo ideal, la somática tiende a adoptar inme-
diatamente el uso de la experiencia verbal, cinestésica y propioceptiva en la definición de la forma” (Batson y Schwartz,
2017, p. 195).
[...] deberá abrir nuevos espacios para revisar y equilibrar los parámetros
y supuestos de evaluación del alumno en la enseñanza formal, pauteados
todavía por una visión cuantitativa, de notas y eficiencia que no están pau-
tados en su proceso, y los descubrimientos individuales en su camino, sea
como educador, intérprete-creador, investigador en el arte escénico y en
la actuación fuera de las academias formales de enseñanza, para encon-
trar el lugar de la voz ante ciertas comunidades y propiciar que ese sujeto
habite su cuerpo. (p. 221)50
Tensiones documentales
Tensiones documentales constituye una investigación transdisciplinaria,
independiente, autogestionada y de sitio específico, que ejercita la rememora-
ción estética de experiencias de dolor psíquico por medio de la intersección de
estrategias visuales, sonoras y de movimiento. El grupo creativo lo integro con
Cora Pérez Vergara, estudiante de teoría de la música y performer de la Uni-
versidad de Chile, Lucas Núñez Saavedra, esteta, artista visual de la Pontificia
Universidad Católica de Chile (PUC) y encargado de comunicaciones en el Cír-
culo de Estudiantes Viviendo con VIH+ (CEVVIH), Juan Diego Rivas Espinosa,
diseñador teatral de la Universidad de Chile, y Matías Marambio de la Fuen-
47 Respecto a esto, Francisca Morand (2016) refiere que “[...] [u]na vez que un patrón anterior se hace consciente, creando
además la voluntad para modificarlo, es importante que el sistema nervioso reintegre el hábito modificado a nivel in-
consciente. Para ello se requiere identificar las funciones sensomotoras necesarias, de modo de adquirir las habilidades
motrices que correspondan a la nueva destreza” (p. 234).
48 “La amnesia sensomotora es un estado provocado (la mayoría de las veces), y es el resultado condicionado de la repetición
constante o de condiciones de estrés mantenidas por largo tiempo. Cuando ello ocurre, hay partes de los músculos que ya
no sienten ni se pueden controlar, poniéndose rígidos e inmovilizándose. El aprendizaje somático es un procedimiento a
largo plazo que permite darse cuenta y acceder al control voluntario de la musculatura” (Morand 2016, p. 234).
49 Con esta expresión me refiero al trato del cuerpo y de la psiquis por parte de los profesores hacia el estudiantado. Para un
comentario respecto a esta problemática véase Hurtado, y Alcaíno (2018, pp. 238-239).
Estrategias estéticas
La exploración corporal tuvo su punto de partida en mis aproximaciones
al sistema de fundamentos Bartenieff con Francisca Morand García-Huido-
bro y body mind centering con Sonia Araus Vilches. Los sistemas somáticos son
un conjunto de prácticas y discursos educativos que tienen como finalidad el
desarrollo de una conciencia corporizada (esto es, la superación de la división
cultural de cuerpo y mente) a través del movimiento y el descanso alternados,
promoviendo herramientas para la regulación propioceptiva y para el bienes-
tar físico-emocional en relación con el medio. En el marco de este proyecto, la
somática es un conducto a través del cual reconozco determinados patrones
automatizados en mi corporalidad: la tensión muscular y la respiración dis-
continua, las cuales interpreto como emanaciones psíquico-materiales de mis
experiencias en el mundo. Las experiencias de violencia, tanto de los fenóme-
51 La exploración desarrollada en torno a la conexión dedos-escápula fue presentada posteriormente en una evalua-
ción del ramo Técnicas y Teorías Contemporáneas II, impartido por la profesora Sonia Araus durante el segundo
semestre de 2018.
52 Tomo esta idea de Araya (2017, p. 120) que sin embargo problematiza los límites de la comunicabilidad del dolor (enten-
dido como horror) a partir de casos judiciales coloniales.
53 “Marc Angenot (2010) señala que la hegemonía discursiva ‘solo es un elemento de una hegemonía cultural más abarcado-
ra, que establece la legitimidad y el sentido de los diversos «estilos de vida», de las costumbres, actitudes y «mentalidades»
que parecen manifestar’ [...]. Define la hegemonía discursiva como el ‘conjunto complejo de las diversas normas e impo-
siciones que operan contra lo aleatorio, lo centrífugo y lo marginal, indican los temas aceptables e, indisociablemente, las
maneras tolerables de tratarlos e instituyen la jerarquía de las legitimidades’” (Stolkiner, 2013).
El foco fue instalado por Juan Diego en la parrilla que disponía la sala
del museo, y alrededor, en conjunto con Lucas, colgaron los tableros con hi-
los de caña transparente a diferentes distancias del suelo. Durante la semana
de exhibición, y ante el público asistente, el equipo intervino y profundizó el
material visual, de sonido y movimiento. El resto del tiempo los artefactos eléc-
tricos se mantuvieron apagados. La muestra final fue convocada para el vier-
nes a las 17 horas, instancia en la que el grupo de personas asistentes rodeó la
instalación performativa durante aproximadamente 15 minutos. Al apagar la
luz ambiental, la iluminación cenital suave y cálida se posó levemente sobre la
documentación y permitió un juego de luces y sombras que resaltó el trabajo
muscular. Finalizada la presentación se abrió el espacio para comentarios y
recomendaciones.
54 Respecto a las técnicas de tortura véase en Villa Grimaldi (s. f), Formas de tortura. https://villagrimaldi.cl/historia/for-
mas-de-tortura/
Referencias
Ahmed, S. (2015). La política cultural de las emociones. Universidad Nacional Autónoma de México.
Ahmed, S. (2019). La promesa de la felicidad. Una crítica cultural al imperativo de la alegría. Caja
Negra Editora.
Aldunate, V. (2017). Borderlain: relatos desde un feminismo lesbiano y resentido. Subalterna Edicio-
nes.
Aquino, H. (2016). El método Feldenkrais como estrategias para paliar trastornos profesionales.
Nuances: Estudos sobre Educação, 27 (1), 203-224. DOI: https://doi.org/10.14572/nuances.
v27i1.4388
Araya, A. (2017). Maltrato: el cuerpo sufriente de los “indios” ante los ojos y oídos del rey. Me-
ridional. Revista Chilena de Estudios Latinoamericanos, (8), 97-126. DOI: 10.5354/0719-
4862.2017.45397
Araya, C. y Leyton, C. (2009). Atrapados sin salida: terapias de shock y la consolidación de la psi-
quiatría en Chile, 1930-1950. Nuevo Mundo Mundos Nuevos. DOI: 10.4000/nuevomun-
do.52793
Bainbridge, B. (2014). Sensing, feeling and action. The experiential anatomy of body-mind centering
(3.ª ed.). Contact Editions.
Introducción
Pensar el tema del cuerpo implica pensar el tema del poder. Esto quie-
re decir que en cada cuerpo se encarna una posibilidad de ejercicio de este.
Un poder corporeizado que se enfrenta a métodos de sujeción y posibilidades
otras de existencia. En consideración a lo anterior, este capítulo se encarga de
sopesar las posibilidades actuales de apropiación trans y experiencia de las
corporeidades desde la resistencia noviolenta frente a los devenires actuales
que afronta la población trans en el contexto de Bogotá. Para ello analizará en
primera instancia la construcción de algunos de los discursos anatomopolíti-
cos vigentes frente a la existencia de corporeidades trans. En segundo lugar,
mostrará algunos de los procesos de resistencia que se dan desde comunidades
y colectivos trans y, finalmente, presentará algunas reflexiones frente a los
retos y posibilidades del cuerpo trans como potencia creativa en el marco de la
resistencia noviolenta.
Dinámicas de dominación y resistencia anatomopolíticas en el contexto trans
Pensar el tema del poder involucra, como lo señala Rauber (2000), ir más
allá de la visión tradicional del poder como dominación, pues las dinámicas
de la sociedad de hoy llevan a replantearlo como una conquista que construye
nuevas formas de poder, en las que surge un “desarrollo de las conciencias, de
las culturas, y con múltiples formas encaminadas a la transformación global de
la sociedad en cuestión” (p. 4) y, por tanto, en las que se hace necesaria la con-
solidación de una hegemonía popular para resistir y replantear las dinámicas
sociales, culturales y políticas que perpetúan procesos de dominación.
Dentro de la construcción de colectividades que hace parte de dichos
procesos de conquista, se puede situar a la población trans (transexual y trans-
género), en la que se identifican mecanismos de resistencia ante las formas
institucionalizadas y binarias de configurar el cuerpo y la subjetividad; a su vez
los procesos de resistencia conllevan a prácticas de poder que desde la creativi-
dad y la construcción ética, estética y política, posibilitan el reconocimiento de
identidades emergentes que en palabras de Guattari (2006) permitan “romper
con esa máquina de producción de personas individualizadas y de división bi-
naria de los sexos” (p. 98). Sin embargo, comprender otras formas de existen-
cia requiere en primer lugar reconocer los mecanismos en que el cuerpo y la
subjetividad son dominados, en una forma tradicional de poder arriba-abajo
reflejado en la anatomopolítica.
55 Licenciada en Educación Básica con énfasis en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital Francisco
José de Caldas (UDFJC). Estudiante de la Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria de la UDFJC.
Referencias
Butler, J. (1999). El género en disputa. Paidós.
Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). (2015). Aniquilar la diferencia: Lesbianas, gays,
bisexuales y transgeneristas en el marco del conflicto armado colombiano. CNMH; Uariv;
Usaid; OIM.
De Sousa Santos, B (2001). Los nuevos movimientos sociales. OSAL: Observatorio Social de América
Latina, (5), 177-188.
Fernández, A. N. (2011). La teoría del Estado y del poder en Antonio Gramsci: claves para des-
cifrar la dicotomía dominación-liberación. Nómadas Revista Crítica de Ciencias Sociales y
Jurídicas, 29 (1), 245-264.
Foucault, M. (1999). Las mallas del poder. Estética, Ética y Hermenéutica, 3, 235-254.
Guattari, F. (2006). Cartografías del deseo. Editora Vozes.
Higuera, S. G., Vargas, J. C. C. y Vargas, V. R. S. (2011). La resistencia social: una resistencia para
Christian Rincón56
57 Aceleración de la vida urbana mediante la formación de discursos en torno a la movilidad. Piénsese en la llegada de los
primeros automóviles, la gestión del espacio mediante la construcción de cercas y divisiones que ayudaban a dinamizar
las relaciones sociales y las políticas públicas destinadas al control más fluido de la apariencia. El nuevo modelo de ciudad
toma como referencia a Nueva York en el emplazamiento de redes de comunicación y puntos articulatorios del comercio
y la política.
Hay, a saber, otro tipo de publicaciones periódicas que tenían como obje-
tivo poblacional otras formas de feminidad, y cuyo propósito era construir la
diferencia sexual a partir de las nuevas configuraciones estéticas que estaban
atravesando los cuerpos en la primera mitad del siglo XX. Ya desde finales del
siglo XIX, con la publicación de la Biblioteca de señoritas, surgió en el circuito
editorial colombiano una serie de textos literarios relacionados con la mujer y
sus intereses. De este modo, comenzaron a circular textos eróticos y otros más
ambiciosos en los que se narraba la vida de la mujer en primera persona, pero
firmados por lo general con seudónimos masculinos. Ahora bien, con la inmi-
nente modernización de la mujer, los textos que comienzan a circular tienen
un tinte mucho más político en el que se explicita el origen obrero de las ma-
dres y su adhesión a estructuras de trabajo mucho más concretas. En 1938, por
ejemplo, apareció uno de los textos más acogidos y de mayor interés académico
para analizar las relaciones entre los discursos emergentes marxistas en el país
y la relación que se establece entre las esferas pública y privada. De este modo,
se publica La cartilla del hogar, modelo obrero por iniciativa de mujeres obreras
con el auspicio de la Alcaldía de Bogotá y que tenía dentro de sus ilustraciones
mujeres felices y hombres anónimos. Los dibujos eran realmente básicos, pues
no había un propósito estético, a menos no directo, sino que se concentraba en
la producción espacial y económica de los cuerpos.
Referencias
Ariza, V. (2012). Atar a la sociedad: adolescencia, riesgo y población en la primera mitad del siglo XX.
(Tesis de grado), Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
Cáceres, M. J. (1936). La adolescente femenina en Colombia. Universidad Nacional de Colombia.
Carrillo, H. (2005). La noche es joven: la sexualidad en México en la era del sida. Océano
Cartilla del hogar. (1938). Archivos de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Castro Gómez, C. (2009). Tejidos oníricos. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Concha, J. (1918). Libro azul. The Library of Congress.
Cromos. (1921). Revista Semanal Ilustrada. Archivos de la Biblioteca Nacional de Colombia, y Bi-
blioteca Luis Ángel Arango. Sin título en el registro - sin autor fichado – vol. 4. # 15, p. 34
Jiménez López, M-. (1920). Degeneración de la raza colombiana.
La Patria. (1923). 6 de noviembre. Sin registro oficial - vol. 43. #32, p. 48.
Periódico el Tiempo. (1932). Archivos de la Biblioteca Nacional de Colombia. Cosas del común.
autor: editorial El Tiempo, vol. 54, p. 78.
Revista Jurídica de la Universidad Nacional. (1921). Archivos de la Biblioteca Nacional de Colombia.
Revista de Salud y Sanidad. (1940). Archivos de la Biblioteca Nacional de Colombia, Bogotá.
Vampa, C. (2013). El arte colombiano a través de la prensa bogotana de 1910 a principios de 1941,
Bogotá. Ministerio de Cultura; Universidad de los Andes.
Introducción
Ya no se sabe a ciencia cierta si aún existen mujeres, si existirán siempre, si hay que de-
searlo o no.
58 Artículo derivado de la ponencia originalmente titulada De la misoginia liberal y su temor a la radicalidad. Un acercamiento
a la irreconciliabilidad de las teorías del feminismo radical y lo trans, presentada en el IX Congreso Internacional El Cuerpo en
el Siglo XXI. Aproximaciones heterodoxas desde América Latina
Conclusiones
Aunque en teoría estemos muy listos para criticar al género y ser disiden-
tes de él, existen muchas formas de hacerlo. Ni hacerlo desde lo trans, ni desde
Referencias
Banco Interamericano de Desarrollo (IDB). (s. f.). Muxes: el tercer sexo de México. IDB. https://
www.iadb.org/es/mejorandovidas/muxes-el-tercer-sexo-de-mexico
Butler, J. (2002). II. Críticamente subversiva. En R. Mérida Jiménez, (ed.), Sexualidades transgre-
soras, una antología de estudios queer. Icaria.
Casa de América. (2019, 24 de junio). Amaranta Gómez Regalado. https://www.youtube.com/
watch?v=S6H8R2u-9Iw
Casa de América. (2019, 19 de junio). Nuevas narrativas de participación de las identidades de
género indígenas, Amaranta Gómez Regalado. https://www.youtube.com/watch?v=Nt-
6jVj_KxN0
De Beauvoir, S. (1999). El segundo sexo. J. García Puente (trad.). Sudamericana.
Gall, N. y Mattio, E. (2017). Biopolítica y dispositivo de la sexualidad: una revisión de las críticas
feministas. Boletín Onteaiken, 24.
Pons Rabasa, A. y Garosi, E. (2016). Trans. en E. Alcántara y H. Moreno (coord.), Conceptos clave
en los estudios del género. PUEG-UNAM.
Synowiec, O. (2018). Quiénes son los muxes, el tercer género que existe en el sur de México: “Hay
hombres y mujeres, y hay algo en medio”. (s. l.): BBC Travel https://www.bbc.com/mundo/
vert-tra-46374110
Wittig, M. (2006). El pensamiento heterosexual y otros ensayos. J. Sáez y P. Vidarte, (trad.). Egales.
Žižek, S. (2010). En defensa de la intolerancia. J. Eraso Ceballos y A. Fernández (trad.). Diario Pú-
blico.
Introducción
Ante todo queremos plantear que esta reflexión nace de un homenaje a
nuestros seres queridos, surge de nuestra experiencia personal sobre la mane-
ra como amamos sus cuerpos y como fuimos testigos de su decadencia, de su
enfermedad y de su muerte, las cuales estuvieron mediadas por una cantidad
de factores, desde la ideología subyacente sobre la enfermedad y la muerte,
las perspectivas científicas y también los aparatos tecnológicos que de alguna
manera nos extrañaron en momentos de una relación más esencial al final de
sus vidas.
Para entender las distintas versiones sobre el significado del cuerpo y su
trascendencia histórica, es necesario revisar cómo a lo largo del tiempo han
existido algunas tendencias que, si bien han sufrido transformaciones, tam-
bién es cierto, aún tienen influencia en nuestra manera de ver nuestros cuer-
pos y los de los otros. Los cuerpos que no se ajustan a los ideales o prototipos
propuestos por la economía, o los cuerpos en decadencia por algún tipo de en-
fermedad, los cuerpos de los ancianos o los cuerpos de otras especies.
Hasta finales del siglo XIX el cuerpo era tenido en cuenta de manera ac-
cesoria, bien fuera como objeto de alabanza, de admiración, de explotación en-
tre otras, pero no había sido visto como objeto de reflexión ni análisis histórico
epistemológico, hecho que tan solo se vino a dar de manera muy importante a
partir de finales de este siglo, época en la cual se le aprecia de manera integral
como cuerpo y espíritu. En el siglo XX, el psicoanálisis mostró cómo “el incons-
ciente habla a través del cuerpo” (Courtine, 2006). De tal manera, el cuerpo
tuvo importancia en la construcción de la subjetividad. Para Husserl, de acuer-
do con Courtine, se constituyó en el inicio de todo tipo de significados y, más
tarde, según el autor, para Merleau-Ponty, el cuerpo se constituyó en la encar-
nación de la conciencia apoyo de la concepción del mundo a través del tiempo y
el espacio. También a lo largo del siglo XX, los defensores de teorías biologicis-
tas y culturalistas estuvieron enfrentados en cuanto a las explicaciones sobre
las diferencias entre humanos; por una parte, los biologicistas planteaban una
secuela de aspectos hereditarios, genéticos y raciales que explicarían las dife-
rencias y similitudes de las culturas; por otra parte, los culturalistas o desbio-
logizadores de los antropólogos culturalistas atribuían una mayor influencia
tanto a los aspectos educativos como al entorno (Harris, 2000).
66 Antropóloga, magíster en Planeación y desarrollo, Ph. D. en Geografía, docente titular de la Universidad Distrital Fran-
cisco José de Caldas (UDFJC).
Referencias
Acuña, A. (2001). El cuerpo en la interpretación de las culturas. Boletín Antropológico ,
1 (51), 31-52.
Aguilar, M., Dorantes, P. y Ortega, P. (2010). Muerte y subjetividad: reflexiones a propósito de la
formación de los profesionales en salud. Revista CES Psicología, 3 (1), 83-98.
Allouch, J. (1995). Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca. Edelp.
Bateson, G. (1991). Pasos hacia una ecología de la mente. Carlos Lohle Planeta.
Buñuel, A (1994). La construcción social del cuerpo de la mujer en el deporte. REIS, 68, 97-116.
Courtine, J. J., Corbin, A. y Vigarelo, G. (2006). Historia del cuerpo (III). El siglo XX. Taurus.
Espinel, G. (2020). La sociología del cuerpo. www.monografías.com
Fernández, C. (2014). El simbolismo social del cuerpo: Body art. Revista de Antropología Experi-
mental, 14, 301-317.
Garza, A (2017). La muerte del otro. Andamios, 14 (33).
Harris, M. (2000). Teorías sobre la cultura en la era posmoderna. Crítica.
Heller, A. (1982). Teoría de los sentimientos. Fontagrama.
Le Breton, D. (2002). La sociología del cuerpo. Ediciones Nueva Visión.
Ramírez, N. (2017). La expansión del sujeto. Una historia de vida. Publicia.
Yourcenar, M. (1984). Memorias de Adriano. Traducción de J. Cortázar. Sudamericana.
68 Antropóloga peruana, doctora en la UAM-Iztapalapa y magíster en Antropología Visual de la Pontificia Universidad Ca-
tólica del Perú. Investigadora enfocada en temas de cuerpo y género. Feminista, con experiencia activista en salud sexual
y reproductiva, así como en neurodiversidad.
69 Sinónimo de maquillista. Profesional dedicado a servicios pagos de aplicación de maquillaje, se usa en ciertos casos para
distinguirlos de otros trabajadores.
70 En mi investigación, las incursiones etnográficas fueron hechas en las alcaldías de Álvaro Obregón, Benito Juárez, Co-
yoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.
Resultados
Normas estéticas
Gino71 nos preguntó: “Nosotros tenemos color uniforme en el rostro y
queremos que se vea todo de un solo color sin diferencias entre la cara y el cue-
llo ¿verdad?”. Con ello, da por sobreentendido que quienes éramos audiencia de
un evento sobre maquillaje concordábamos con ciertas normas estéticas, como
la de una piel “uniforme”. Un segundo componente es la diferencia del color del
rostro con el resto del cuerpo. Ello fue frecuentemente mencionado, pues los
entrevistados señalaban que su clientela les consultaba sobre el asunto y gene-
ralmente tenían ideas “erróneas” sobre el modo de elegir el color de productos
para la piel.
Otro factor era la proporción del rostro. Este concepto fue abordado por
los interlocutores al explicar cómo hacían la aplicación de maquillaje. José ex-
plicaba que la distribución de la cara que buscaba lograr era un “rostro ova-
lado” para hacer ciertas partes de la cara como la mandíbula y la frente más
delgadas. Según Kevin, la morfología de la cara es uno de los puntos clave en
la formación estética. Él rehusó la teoría que todas las formas de cara72 pue-
den ser agrupadas en un número pequeño de tipos. La tarea del maquillista es
justamente detectar las diferencias morfológicas y adaptar sus conocimientos
a los rostros sobre los que maquillará. Aun así, señaló que el rostro ovalado es
el menos trabajoso y sigue estando más próximo a la forma “ideal” según pará-
metros actuales en la industria. Estos comentarios aluden a la visión calculable
de belleza que se origina en la Grecia antigua, que según Eco (2010 [2004])
entiende que cada parte del cuerpo está en relación por medio de mediciones
geométricas y donde la materialidad del cuerpo entero es idealmente ajustada
a proporciones numéricas.
72 Clasificaciones nativas respecto a la morfología existente en la clientela y en normas estéticas que recrean proporciones
de partes del cuerpo ideales.
73 Aplicación completa de maquillaje acompañada de una sesión de preguntas. En ciertos casos, se pide replicar a los asis-
tentes la apariencia realizada. En la mayoría de empresas los dictaban maquillistas invitados.
74 Regla de sección triangular de forma prismática, el cual tiene graduaciones de diversas escalas en cada una de sus caras.
Herramienta empleada para medir el rostro y sus partes.
75 Estilos y divisiones en la forma de emplear el maquillaje que se clasifican por su finalidad y contexto.
76 Sinónimo de contorno. Técnica de maquillaje proveniente del teatro, donde se alteran superficialmente los ángulos y la
morfología del rostro por medio de pigmentos claros y oscuros. Esta técnica después se empleó en la comunidad drag de
Estados Unidos para emular la cara de una mujer cisgénero. En los noventa, el maquillista Kevyn Aucoin lo popularizó en
la industria de la moda (Aucoin, 2000), y en los últimos años se ha difundido a través de celebridades y redes sociales en
su versión drag.
77 Sinónimo de makeup-no-makeup, en que la aplicación de maquillaje no haga evidente que la persona lleva puestos pro-
ductos con y sin color en la cara.
78 Sustancia que sirve de medio para conducir propiedades en la piel, cuyo principal ingrediente es oleoso y deja una ligera
película sobre el cutis.
79 Granos de la córnea de 1 a 3 milímetros, que se localizan en la abertura del conducto pilosebáceo. Cuando persisten o
empeoran, pueden provocar que se desarrollen granos (La Roche Posay, 2019).
80 Huella de movimiento repetitivo en la piel que forma pliegues en esta. Con el tiempo, pueden volverse arrugas.
81 Coloración distinta a la del tono de la piel, por sobreproducción de melanina o traumatismo capilar (La Roche
Posay, 2019).
84 Producto cosmético que sirve para colocar brillo en determinadas áreas del rostro humano.
86 Sustancia grasa de consistencia pastosa y suave que se coloca sobre la piel y se disuelve con mayor lentitud que los fluidos,
sueros y aceites.
88 Artículo de maquillaje que se emplea para simular el tono del color y unificarlo en las áreas deseadas.
89 En este caso, envase plano con agujeros donde se encuentran pigmentos para maquillarse.
90 Enfermedad cutánea que se caracteriza por la aparición de manchas blanquecinas debidas a una deficiencia de
pigmentación.
91 Coloración distinta a la del tono de la piel, sobre la producción de melanina o traumatismo capilar (La Roche Posay, 2019).
92 Forma en que se presenta la superficie del artículo de maquillaje o su aplicación en la piel, la cual produce una sensación
táctil y/o visual.
Conclusiones
Las intervenciones en el cuerpo que ocurren por medio del maquillaje
reflejan cómo se conceptualiza la belleza, y que no existe una única versión del
sector cosmético: cada actor (maquilladores, vendedores, la misma clientela)
intervienen en su (re)definición. La presentación de la persona proyecta valo-
res y adscripciones que permiten la aceptación o el rechazo social. Frente a ello,
preferencias estéticas locales que circularían no se generan necesariamente en
contraposición a la estratificación de la estética desde el sector estudiado, sino
que funciona como un elemento complementario hacia una forma de definir y
materializar la belleza. Estas se alimentan de sistemas de creencias y prácticas
que tienen una situación actual subordinada, pero no por ello dejan de ser so-
cial e históricamente notables.
Todo ello se da dentro de la suposición declarada por los interlocutores
de que el cuerpo es suficientemente maleable para reflejar ideales y normas
estéticas. Las distintas tecnologías que rodean al sujeto globalizado contem-
poráneo enfatizan su particularidad visual, y es en el rostro donde se marca
“la singularidad del individuo y señalarla socialmente” (Le Bréton, 2010, p. 50)
pero que a la vez se tipifica y se emplea como herramienta de estigmatización.
A través del rostro, se expresa la alteridad mediante lo sensible y a la vez esta
puede ser negada si no es reconocida (Lévinas, 1987 [1961], p. 216). En países
antes colonizados, el rostro fue y es utilitario en la institución de un modelo
político y racial, donde el reconocimiento de los miembros de la nación pasa por
que estos encarnen dicha abstracción. Éste aun funciona “como huella de un
pasado presente inscrito en un cuerpo sujeto a escudriñamiento racial y étnico”
(Zapata, 2014, p. 13).
Dentro del contexto investigado hay valores que se imponen por el tras-
fondo histórico, político y racial de la industria cosmética como la salud y la
juventud. Aquello que representa salud se establece mediante un proceso en
Introducción
Entre 2015 y 2017 el virus del zika (ZIKV), transmitido por los vectores
Aedes aegyptus y Aedes albopictus, tuvo una importante difusión en el país. Se
trata de una enfermedad transmitida por vector (ETV) emergente que desde
su llegada se ha establecido en buena parte del territorio. La mayoría de los
casos se identificaron en la región Caribe, territorio que por sus condiciones
climáticas de trópico húmedo ha facilitado la rápida adaptación y reproducción
de los vectores responsables de su transmisión. No obstante, su propagación
no se limitó a dicha región, sino que se ha extendido a las zonas centro y sur,
favorecido por la movilidad de la población.
De acuerdo con las autoridades de salud pública, por el desconocimien-
to sobre el alcance de los efectos de la enfermedad en los pacientes, el zika
fue catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS y la Organiza-
ción Panamericana de la Salud (OPS) como una emergencia de salud pública
de importancia internacional (ESPII); definición que se dio por las presuntas
consecuencias que podría traer el zika en las mujeres embarazadas, pues se
había encontrado una tendencia entre las mujeres infectadas y el nacimiento
de niñas y niños que presentaban afectaciones en su sistema nervioso, además
de trastornos neurológicos como la microcefalia. Dicha situación dio pie a la
movilización de acciones inmediatas concertadas a nivel mundial para preve-
nir o controlar la propagación internacional de una enfermedad. Dichas con-
diciones, junto a evidencia que señala que la infección se puede propagar por
otras vías, como la transmisión sexual (Cucunubá , 2016), han favorecido que
el fenómeno del zika sea más complejo —en comparación al chikunguña o el
dengue— y hayan sido objeto de pánico o “ansiedad social” (Van Loon , 2002).
Adicionalmente, en el zika, al no existir vacuna, ni contar con tratamien-
tos específicos, buena parte de las medidas del sistema de salud —tanto a ni-
vel nacional, como de los actores locales— se ha enfocado en las campañas de
comunicación y de prevención; estas tienen entre sus diferentes objetivos la
divulgación de la información sobre el virus y las afecciones asociadas a la en-
fermedad, así como la generación de cambios conductuales que favorezcan la
93 Este capítulo presenta algunas reflexiones derivadas del estudio de caso de La formación para la salud, que realizamos
junto a las investigadoras Juliana Robles y Mariana Calderón en el marco del proyecto de investigación Prácticas forma-
tivas por fuera de la escuela, y cuyos principales resultados se exponen en el documento “La biopedagogización de las
personas, las comunidades y el medio ambiente: análisis del programa CAZ como experiencia de control y prevención del
Zika en Colombia” [en publicación]. Dicho proyecto de investigación es desarrollado por el grupo de investigación Gobier-
no, Subjetividad y Prácticas de Sí (GOSI) de la Universidad Nacional de Colombia con el apoyo de Colciencias.
95 Sobre la configuración de la mujer como responsable moral del hogar véase Sáenz y Salcedo (2020).
97 Los mensajes claves que se van a caracterizar cuentan con diferentes recursos semióticos que incluyen textos, imágenes,
mapas, lengua escrita, etc. Por lo que para Haquin (2016): “el abordaje multimodal del discurso responde a la toma de con-
ciencia de que en los textos siempre se produce un diálogo entre recursos semióticos, lo que requiere de una ampliación de
la noción de alfabetización”
Referencias
Introducción
El primer estimulador cardiaco (pacemaker) fue introducido en un cuerpo
humano en 1958; los implantes cocleares, que permiten a algunos sordos la in-
corporación de sonido o simplemente mejorar su agudeza auditiva, fueron in-
ventados y probados en la década de 1960; retinas artificiales han sido ya testa-
das en personas con debilidad visual; el cerebro humano es incluso susceptible
de ser estimulado electrónicamente a través de aparados llamados “pacemaker
cerebral”, los cuales son empleados para tratar algunos problemas neuronales;
las prótesis biónicas destinadas a personas con miembros inferiores amputa-
dos son ahora aparatos sofisticados que se integran perfectamente al cuerpo
humano.
En este universo de invenciones tecnológicas es donde se ubica nuestro
texto. La reflexión obedece a una inquietud investigativa de naturaleza antro-
pológica que aspira incorporarse al debate acerca de la relación hombre-má-
quina. De forma concreta, nos interesa profundizar en las implicaciones y
transformaciones de la identidad humana ocasionadas por la implementación
de dispositivos tecnológicos en el cuerpo.
El fenómeno no es reciente, de hecho, podría argumentarse que las
primeras prótesis humanas fueron las piedras afiladas empleadas por el Homo
habilis para cortar carne. A juicio personal, la cuestión central consiste en
averiguar si el empleo de la tecnología tiene implicaciones en la naturaleza
humana, si bien es cierto que el cuerpo humano es una composición orgánica
y funcional, ¿qué ocurre cuando en su interior se le introduce un elemento
externo, de naturaleza artificial? ¿Existe acaso una naturaleza exclusivamente
humana? ¿La fusión de un organismo vivo y de la técnica representa realmente
la condición para nuevas formas de vida?
Cyborg es un término que sintetiza esta relación; su etimología proviene
de la conjugación de dos palabras inglesas: cyber (cibernético) y organism (orga-
nismo). Un cyborg parece remitirnos a una especie de oxímoron, en el sentido
de que se trata de una criatura que acoge en su interior dos entidades opuestas:
órganos vivos y mecanismos artificiales, es una mezcla de elementos orgánicos
y dispositivos tecnológicos que parecen encontrar una armonía para mejorar
las condiciones de un ser vivo.
Cyborg representa una oportunidad de comprender lo humano y su rela
ción con la técnica. En 1948, en su libro Cibernetics: Or control and communica-
98 Licenciado y maestro en Filosofía por la Universidad de Guadalajara. Doctor en Arte y Cultura por la Universidad de
Guanajuato. Profesor universitario y diseñador de cursos en línea en el Sistema de Universidad Virtual de la Universidad
de Guadalajara.
99 Snow Crash fue publicada por primera vez en Estados Unidos en junio de 1992.
100 La traducción es mía. El texto original es este: “La culture ignore dans la réalité technique une réalité humaine […]
L’opposition dressée entre la culture et la technique, entre l’homme et la machine, est fausse et sans fondement ; elle ne
recouvre qu’ignorance ou ressentiment. Elle masque […] une réalité riche en efforts humains et en forces naturelles, et qui
101 Ph. D. en Fisioterapia, director del Programa de Fisioterapia de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud
(FUCS), Bogotá, Colombia.
102 Magíster en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), Bogotá,
Colombia.
Resultados
Conclusiones
En general, la VR proporciona un medio poderoso para aumentar los ni-
veles de interacción ambiental en un entorno altamente controlado y de ma-
nera estructurada. La característica vital de la realidad virtual es que es inte-
ractiva. Dentro del mundo virtual el usuario tiene una consecuencia a la que
debe adaptarse en términos de procesos mentales y comportamiento.
Los procesos de fisioterapia deben ser permeados para la construcción
subjetiva de la realidad en la que se establecen los procesos de limitación, dis-
función y discapacidad en las personas que permitan a partir de la tecnología
en salud favorecer los procesos de emancipación de la actividad física para pro-
mover los estilos de vida saludables desde el componente sujeto- cuerpo.
La aplicación de RV a pacientes con daño cerebral ofrece una forma úni-
Referencias
An, C. M. y Park, Y.H. (2018). The effects of semi-immersive virtual reality therapy on standing
balance and upright mobility function in individuals with chronic incomplete spinal cord
injury: A preliminary study. Journal of Spinal Cord Medicine, 41(2), 223-229. DOI:10.1080
/10790268.2017.1369217
Aznar-Díaz, I., Trujillo-Torres, J. M. y Romero-Rodríguez, J. M. (2018). Estudio bibliométrico so-
bre la realidad virtual aplicada a la neurorrehabilitación y su influencia en la literatura
científica. Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud, 29(2),1-10.
Bates, J. (1991). Virtual reality, art, and entertainment. School of Computer Science and College
of Fine Arts Carnegie Mellon University. Pittsburgh, PA-USA.
Cáceres-Rodríguez, C. (2004). Revisión teórica sobre el concepto de discapacidad. Una revisión
de las propuestas de la OMS. Revista Electrónica de Audiología, 2, 1-4.
Cano, R. (2018). Breve historia de la realidad virtual. Espacio Visual Europa (EVE). https://evemu-
seografia.com/2018/03/30/breve-historia-de-la-realidad-virtual/ CDC Centers for Di-
sease Control and Prevention. (2010). Healthy People 2010: Physical Activity and Fitness.
https://www.cdc.gov/nchs/data/hpdata2010/hp2010_final_review_focus_area_22.pdf
Chang, Y. J., Kang, Y. S. y Huang, P. C. (2013). An augmented reality (AR)-based vocational task
prompting system for people with cognitive impairments. Research in Developmental
Disabilities, 34(10), 3049-3056. DOI: 10.1016/j.ridd.2013.06.026
Charpentier, P. y Aboiron, H. (2000). Classification internationale des handicaps. Encyclopédie Mé-
dico-Chirurgicale. Editions Scientifiques et Médicales Elsevier SAS.
Chen, Y., Fanchiang, H. C. y Howard, A. (2018). Effectiveness of virtual reality in children with
cerebral palsy: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials.
Physical Therapy, 98(1), 63-77. DOI:10.1093/ptj/pzx107
De Léséleuc, E, Pappous, A. y Marcellini, A. (2009). La cobertura mediática de las mujeres de-
portistas con discapacidad: análisis de la prensa diaria de cuatro países europeos durante
los Juegos Paralímpicos de Sydney 2000. Apunts. Educación Física y Deportes, 97, 80-88.
Dębska, M., Polechoński, J., Mynarski, A. y Polechoński, P. (2019). Enjoyment and intensity of