Prácticas Sexuales Taoístas - Wikie

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Prácticas sexuales

taoístas

Las prácticas sexuales taoístas (en chino simplificado, 房中术; en chino tradicional, 房中術;
pinyin, fángzhōngshù; literalmente, 'el arte chino de la alcoba'), son ancestrales prácticas
desarrolladas en la China antigua referidas literariamente como "la unión de la energía" o "la
unión de las esencias". Los practicantes suponían que llevando a cabo determinadas técnicas
de las artes sexuales podrían gozar de buena salud y mayor longevidad.
合⽓" ("La unión de las esencias"), ilustración de Chang We-Che'ng que vivió en los siglos 8 y 9, dinastía Tang.
"

Historia

Durante la dinastía Han algunas sectas taoístas mantenían relaciones sexuales como ejercicios
espirituales, llamados "héqì" ( 合⽓, "unión de energía"). Los primeros textos que han sobrevivido
son los que se encuentran en las tumbas Mawangdui. Aunque el taoísmo no se había
desarrollado completamente como filosofía en esa época, esos textos comparten notorias
similitudes con textos más tardíos de la dinastía Tang, como el Ishinpō. Las artes sexuales
posiblemente alcanzaron un hito entre el final de la dinastía Han y el final de la dinastía Tang.
Después del 1000 A.D. [CE], el puritanismo confuciano empezó a hacerse cada vez más fuerte,
de manera que en la aparición de la dinastía Qing el sexo era un tema tabú en la vida pública. La
doctrina confuciana alegaba que la separación de los sexos en las actividades sociales existía
desde hacía dos mil años, y desterró las artes sexuales. Debido al tabú que rodeaba al sexo,
existió mucha censura en la literatura de la dinastía Qing, y las artes sexuales desaparecieron de
la vida pública. Como resultado de esto, algunos textos solo sobrevivieron en Japón, y muchos
intelectuales no tuvieron conocimiento de que existió un concepto del sexo así de diferente en la
China temprana.[1]

Prácticas antiguas y medievales

⽓ 精
"Qi" ( ), fuerza vital; y "jing" ( ), esencia vital

En la base de todo el sistema de pensamiento taoísta está la idea de que el "qi ( )" forma parte ⽓
de todo lo que existe.[2] Según la medicina tradicional china, el "qi" está relacionado con otra
sustancia energética contenida en el cuerpo humano conocida como "jing ( )" (esencia vital), y 精
una vez que todo esto se ha gastado el cuerpo muere. Esta corriente de pensamiento establece
que el "jing" se puede perder de muchas maneras, pero sobre todo a través de la pérdida de
fluidos corporales. Por eso los taoístas utilizaban prácticas con las que estimular, incrementar y
conservar todo lo posible sus fluidos corporales. El fluido que era considerado como el que
contenía la mayor parte de "jing" era el semen. Por lo tanto, el pensamiento taoísta cree
conveniente la disminución de la frecuencia de la eyaculación, o incluso evitarla totalmente, con
el fin de conservar la "esencia vital".[3]

El control masculino de la eyaculación



Muchos practicantes taoístas vinculaban la pérdida de fluidos eyaculatorios a la pérdida de la
fuerza vital: pues una pérdida excesiva de fluidos originaría envejecimiento prematuro,
enfermedades y fatiga general. Mientras que algunos taoístas afirmaban que nunca se debería
eyacular, otros proporcionaban una fórmula específica para determinar la cantidad máxima de
eyaculaciones con el fin de preservar la salud.[4]

La idea general era la de limitar la pérdida de fluidos tanto como fuese posible al nivel de la
práctica sexual deseada. A medida que estas prácticas sexuales fueron transmitidas a través de
los siglos, algunos médicos han ido dando menos importancia a la limitación de la eyaculación.
Sin embargo, la "retención del semen" era uno de los principios fundamentales de la práctica
sexual taoísta.[5]

Existen dos métodos para el control de la eyaculación prescrito por los taoístas. Con el fin de
evitar la eyaculación, el varón puede dejar de estimular el pene antes de alcanzar la etapa de
meseta previa al orgasmo, un método que el historiador británico Joseph Needham (1900-1995)
denominaba coitus conservatus.[6] Un segundo método consiste en la aplicación de presión en
la base del pene. Esta técnica causa una eyaculación retrógrada, en la que los taoístas creen
que el jing viaja hacia la cabeza y «alimenta el cerebro».[7]

El concepto del "jing" ( ) 精 …


Otro concepto importante de "la unión de las esencias" era que la unión de un hombre y una

mujer daría lugar a la creación de "jing" ( ), un tipo de energía sexual. En el momento del acto
sexual, se formaría el "jin", y el hombre podría transformar parte de este "jin" en "qi", y reponer su
fuerza vital. Teniendo tanto sexo como fuese posible, los hombres tendrían la oportunidad de
transformar cada vez más "jing", y como resultado obtendrían muchos beneficios para su
salud.[8]


El concepto del "yin" ( ) y el "yang" ( ) 阳 …
El concepto del yin y el yang es importante en el taoísmo, y por lo tanto también tiene una
importancia especial en el sexo. El "yang" hace referencia a lo masculino, mientras que el "yin" a
lo femenino. El hombre y la mujer eran el equivalente del Cielo y la Tierra, pero desconectados.
Por lo tanto, mientras que el Cielo y la Tierra son eternos, el hombre y mujer están sometidos a
una vida mortal.[9] Cada interacción entre el "yin" y el "yang" tenía importancia. Debido a esta
concepción, cada posición y actuación en el acto sexual tenía significación. Los textos taoístas
describen un gran número de posiciones sexuales especiales que servirían para curar o prevenir
enfermedades.[10]

El papel de la mujer

Para los taoístas, el sexo no debía solamente complacer al hombre. La mujer también debía ser
estimulada y satisfecha con el fin de beneficiarse del acto sexual. El acto sexual solo debería
ocurrir si ambas partes lo deseaban. Haciendo el sexo de esta manera, la mujer crearía más
"jing", y al hombre le sería más fácil absorber el "jing" para aumentar su propio "qi". A las mujeres
también se les daba un lugar prominente en el Ishinpō, siendo el tutor la mujer. Una de las
razones por las que se creía que las mujeres tenían una gran cantidad de fuerza era que no
perdían vigor sexual tras el coito. La mujer tenía el poder de dar vida, y no tenía que preocuparse
acerca de la eyaculación o del período refractario.

A las mujeres a menudo se les dio una posición de inferioridad en la práctica sexual. Muchos de
los textos tratan el sexo desde un punto de vista masculino, evitando la discusión de cómo el
sexo podría beneficiar a las mujeres. Los hombres eran alentados a no limitarse a una mujer,
recomendándoseles tener relaciones sexuales solo con mujeres hermosas y que no habían
tenido hijos. A pesar de que el hombre debía complacer sexualmente a la mujer, esta seguía
siendo solo un objeto.[11] En numerosos puntos del Ishinpō la mujer aparece referida como el
"enemigo"; esto era debido a que la mujer podría causar el derramamiento de semen y por
consiguiente hacer perder vitalidad al hombre. En los textos sexuales posteriores de la dinastía
Ming, las referencias a las mujeres habían perdido todo atisbo de semblanza humana y eran
denotadas como el "otro", "crisol", o "cocina" con la que cultivar la vitalidad. La importancia de
complacer a la mujer también se vio disminuida en textos posteriores.[12] La práctica fue
conocida como Caibu ( 採補), y consistía en un hombre penetrando a muchas mujeres sin
eyaculación.
Las mujeres también fueron consideradas como un medio para aumentar la longevidad de los
hombres. Muchos de los textos antiguos se dedicaron a explicar cómo un hombre podría usar el
sexo para extender su propia vida. Sin embargo, este aumento de longevidad solo era posible a
través de la absorción de las energías vitales de la mujer ("jing" y "qi"). Algunos taoístas
llamaban al acto sexual "La batalla del robo y el fortalecimiento."[13] Estos métodos sexuales
podrían estar correlacionados con los métodos militares taoístas: en lugar de asaltar
directamente las puertas del enemigo, la estrategia de la batalla consistía en una serie de fintas
y maniobras que debilitaría la resistencia del enemigo.[14]

El tiempo y el lugar

En el texto Beneficios para la salud de la alcoba ("Fangzhong buyi", 房中補益) se indica que
determinados momentos eran mejores que otros para el coito. Una persona debería evitar tener
relaciones sexuales en la luna llena o en los cuartos, ni en los días en que se registraran fuertes
vientos, lluvia, niebla, frío o calor, truenos, relámpagos, oscuridad sobre el cielo y la tierra,
eclipses solares o lunares, arco iris y terremotos. Tener relaciones sexuales en estos tiempos
dañaría el espíritu de un hombre y haría que las mujeres se enfermasen. Los niños concebidos
en estos tiempos serían locos, estúpidos, malos o tontos; mudos, sordos, cojos o ciegos; sin
piedad filial y violentos.

También era importante seleccionar el día correcto para el coito si una persona deseaba tener
hijos. Después del período de una mujer, el primer, tercer y quinto día eran los mejores. Si en
estos días el hombre eyaculaba después de la medianoche, el niño sería probablemente varón.
Si se deseaba una niña, el hombre debería eyacular en el segundo, cuarto o sexto día después
del cese de período de la mujer.

El lugar del acto sexual también era importante. Los amantes deberían evitar el resplandor del
sol, la luna o una estrella, el interior de los templos, la proximidad a templos, pozos y letrinas,
estufas, y la cercanía de tumbas o ataúdes.

Siguiendo estos preceptos se suponía que la descendencia de la familia sería buena, sabia y
virtuosa. En cambio, si los preceptos no eran seguidos, la descendencia sería maligna y
finalmente la familia se extinguiría.[15]
Longevidad e inmortalidad …

Algunas sectas taoístas de la dinastía Ming creían que una manera en que los hombres podían
lograr longevidad era teniendo relaciones sexuales con vírgenes, en particular vírgenes jóvenes.
Libros sexuales taoístas, tales como el Hsuan Wei Hshin ("imágenes mentales de los misterios y
sutilezas de las técnicas sexuales") y San Feng Tan Cheueh ("instrucciones de Zhang Sanfeng de
alquimia fisiológica"), escritos , respectivamente, por Zhao Liangpi y Zhang Sanfeng (que no
debe confundirse con el semimítico Zhang Sanfeng que vivió en un periodo anterior), llaman a la

mujer compañero sexual ding ( ) y recomendaban relaciones sexuales con vírgenes
premenárqicas. Zhao Liangpi llega a la conclusión de que la ding ideal es una virgen
premenárqica de poco menos de 14 años de edad y que las mujeres mayores de 18 años
deberían ser evitadas.[16] Zhang Sanfeng fue más allá y dividió a las ding en tres categorías: la
categoría más baja sería la de mujeres de entre 21 y 25 años de edad; la categoría intermedia, la
de mujeres vírgenes menstruantes de entre 16 y 20 años de edad; y la categoría más alta
correspondía a vírgenes premenárquicas de 14 años de edad[17]

De acuerdo con Ge Hong, un alquímico taoísta del siglo cuarto, "aquellos que buscan la
'inmortalidad' debe perfeccionar los elementos esenciales absolutos. Estos consisten en
atesorar el "jing", hacer circular el "qi" y el consumir la gran medicina."[18] Las artes sexuales
tienen especial consideración por el primer precepto, atesorar el "jing". Esto es en parte debido a
que el ahorrar el "jing" suponía el enviarlo hacia el cerebro. Con el fin de enviar el "jing" al
cerebro, el varón tenía que abstenerse de la eyaculación durante el acto sexual. De acuerdo con
algunos de los taoístas, si esto se hacía, el "jing" viajaría por la columna vertebral y nutriría el
cerebro en lugar de dejar el cuerpo debilitándolo. Ge Hong también establece, sin embargo, que
es una locura creer que la sola realización de las artes sexuales basta para alcanzar la
inmortalidad y que algunos de los antiguos mitos sobre las artes sexuales habían sido
malinterpretados y exagerados. De hecho, las artes sexuales tenían que ser practicadas junto
con alquimia para conseguir mayor longevidad. Ge Hong también advirtió que estas prácticas
podrían ser peligrosas si se hacían de forma incorrecta.[18]

Referencias

1. Van Gulik (1961), preface


2. Robinet (1997), p. 7

3. Wile (1992), p. 6.

4. Wile (1992), p. 92.

5. Wile (1992), pág. 46.

. Needham, Joseph (1983), p. 199.

7. Wile (1993), pág. 20.

. Wile 1992, p. 6.

9. Wile (1992), p. 85.

10. Wile (1992), p. 28.

11. Wile (1992), p. 102.

12. Wile (1992), p. 45.

13. Wile (1992), p. 11.

14. Wile (1992), p. 14.

15. Wile (1992), p. 118.

1 . Fangfu (1991), p. 56.

17. Taoism and Sex (http://www2.hu-berlin.de/sexology/GESUND/ARCHIV/SEN/CH23.HTM#b1-T


AOISM%20AND%20SEX) Archivado (https://web.archive.org/web/20130523194332/http://
www2.hu-berlin.de/sexology/GESUND/ARCHIV/SEN/CH23.HTM) el 23 de mayo de 2013 en
Wayback Machine. Human Sexuality: An Encyclopedia. Retrieved on 2009-01-11

1 . Wile (1992), p. 24.

Bibliografía

Textos contemporáneos

Frantzis, Bruce. Taoist Sexual Meditation. North Atlantic Books, 2012.

Chang, Jolan. The Tao of Love and Sex. Plume, 1977.


Chang, Stephen T.. The Tao of Sexology: The Book of Infinite Wisdom. Tao Longevity LLC, 1986.

Chia, Mantak and Maneewan. Cultivating Female Sexual Energy. Healing Tao, 1986.

Chia, Mantak and Michael Winn. Taoist Secrets of Love. Aurora, 1984.

Chia, Mantak and Maneewan. The Multi-Orgasmic Couple. HarperOne, 2002.

Hsi Lai. The Sexual Teachings of the White Tigress: Secrets of the Female Taoist Masters.
Destiny Books, 2001.

Needham, Joseph. Science and Civilization in China, 5:2. Cambridge: Cambridge University,
1983.

Reid, Daniel P. The Tao of Health, Sex & Longevity. Simon & Schuster, 1989.

Robinet, Isabelle. Taoism: Growth of a Religion (Stanford: Stanford University Press, 1997
[original French 1992]). ISBN 0-8047-2839-9

Van Gulik, Robert. The Sexual Life of Ancient China: A Preliminary Survey of Chinese Sex and
Society from ca. 1500 B.C. till 1644 A.D. Leiden: Brill, 1961.

Ruan Fangfu. Sex in China: Studies in Sexology in Chinese Culture Plenum Press, 1991.

Wik, Mieke and Stephan. Beyond Tantra: Healing through Taoist Sacred Sex. Findhorn Press,
2005.

Wile, Douglas. The Art of the Bedchamber: The Chinese Sexual Yoga Classics including Women's
Solo Meditation Texts. Albany: State University of New York, 1992.

Zettnersan, Chian. Taoist Bedroom Secrets, Twin Lakes, WI: Lotus Press, 2002.

James W. McNeil. Ancient Love Making Secrets The Journey Toward Immortality
www.sexforhealth.net, www.littlenineheaven.com

Textos clásicos

Fangzhong buyi ( 房中補益) Beneficios de alcoba
Ishinpō

Enlaces externos
Fangzhong buyi ( 房中補益) (http://ctext.org/wiki.pl?if=gb&chapter=228570) "Beneficios de
alcoba" (en chino), texto de Sun Simiao (孫思邈), dinastía Tang.

Datos: Q8986877

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