Historia Del Merengue
Historia Del Merengue
Historia Del Merengue
Merengue musical
Localización
Datos generales
Inscripción 2016 (XL sesión)
Índice
Una de las personas más importante en el desarrollo del merengue fue el dictador Rafael
Leónidas Trujillo. Antes del reinado de Trujillo, el merengue fue asociado con las personas
del campo y los regiones rurales. Juan Francisca García trató de ampliar la popularidad del
merengue en las clases altas. En 1918, publicó el primero arreglo del merengue. En 1922,
el merengue fue tocado en un club social. Pero en ambos casos, la población alta rechazó
el merengue. En el caso del club, muchas personas salieron porque fueron enojados que
la música grosera no debió estar en su lugar elegante. Cuando Trujillo llegó al poder en
1930, el merengue todavía fue de estatua de la clase baja. Trujillo vino de una familia
campesina y le encantaba el merengue. Durante todas de las fiestas de sus campañas
tenía una orquesta para tocar el merengue. Trujillo trató de forzar la élite a escuchar al
merengue, y la élite cobró aversión a Trujillo por su origen pobre, su música grosera y su
régimen. Él quiso dar la impresión de que era refinado y culturado y para esto necesitó el
apoyo de las clases altas. Para convertir el merengue en música refinada para la élite,
ajustó la banda de Luis Albertí (músico respetado por la élite dominicana de ese momento)
en 1932 para que tocara merengue, a fin de popularizarlo. Albertí añadió la güira y la
tambora a su orquesta de jazz e incluyó el merengue en su colección de canciones,
convirtiendo al merengue en el baile nacional de la República Dominicana. La élite aprobó
a esta música culturada de Luis Albertí y al merengue.
Trujillo influyó la música entre los años 1930 a 1960 con su poder político. Él fue
responsable para el desarrollo de la música dominicana. Fundó orquestas regionales y
escuelas donde enseñar el merengue y otra música trujillista. Por otra parte, él rechazó y
suprimió la música africana y haitiana, aunque el merengue tenía unos aspectos de los
dos. El causó una división entre las dos clases de merengue, el rural y el urbano; por
consiguiente, también entre las clases sociales. Si un músico quería ser aceptado en la
RD, necesitó escribir canciones de merengue que elogiar a Trujillo y su régimen. Los
músicos que escribaron canciones que criticaron Trujillo fueron encarcelados. El merengue
perdió su voz social y política. Todos los vendedores de música necesitaron tener los
merengues Trujillistas en su tienda y todas las personas tuvieron que poseer los discos de
la música del régimen. Esta época produjo miles de merengues sobre Trujillo.
Después del asesinato de Trujillo en 1961, el merengue fue abierto políticamente y
culturalmente. El merengue continuaba siendo el baile nacional y la población amaba
todavía a los músicos del régimen, pero fue prohibido tocar los merengues trujillistas.
Después de 1961 las influencias internacionales, que fueron prohibidos durante el reinado
de Trujillo, eran responsables de la modernización e internacionalización del merengue.
Uno de las personas famosas para la modernización del merengue fue Johnny
Ventura con sus influencia del rock and roll estadounidense. Ahora, personas como Juan
Luis Guerra escriben merengues radicales con guitarras y teclados eléctricos con corte
político que no eran posible durante la dictadura. El merengue, después de la época de
Trujillo, es caracterizado por ser rápido y descarado con líricos satíricos. Volvió a ser un
método para expresar opiniones sociales y políticas.
Aunque no se sabe con certeza de donde viene el merengue, parte de la historia política y
social dominicana esta marcada por la evolución del ritmo. Personas como Rafael Trujillo,
Luis Albertí, Johnny Ventura y Juan Luis Guerra tenían una gran influencia en el desarrollo
del merengue. Durante todo de s u historia, el merengue tenía un lugar en la política, como
tener el apoyo del dictador Trujillo o para ser una voz de la población.
En la década de los 50, el merengue comienza a ser un género organizado, tal y como
demandaba la música a nivel internacional.
Joseíto Mateo hizo su debut en la industria musical en tiempos muy convulsos. Una época
difícil en la que todas las libertades públicas estaban limitadas en la República
Dominicana. Sin embargo, su carisma natural y su característico estilo a la hora de cantar
fueron determinantes para convertirse en una leyenda.
El ‘diablo Mateo’ o ‘El rey del merengue’, son motes con los que se le conoció a su paso
por los más importantes escenarios. Inició su vida artística en la era del dictador Rafael
Leónidas Trujillo, conectando inmediatamente con el público dominicano que no paraba de
bailar sus contagiosos merengues. Lo hizo en el cabaret El Tocón, ubicado a la orilla del
Río Nigua, en San Cristóbal.
Tiempo después decidió expandir su música a niveles internacionales, en parte por la
opresión que se vivía, por lo que se estableció en Cuba, donde perteneció a la “Sonora
Matancera” y cantó junto a Celia Cruz. Después del asesinato de Rafael Trujillo el 30 de
mayo de 1961 y el fin de su dictadura, Joseíto decidió irse a probar suerte en Puerto Rico.
En 1962, Joseíto participó como vocalista en la primera gira del “Gran Combo” a Panamá,
para promocionar el disco “El Gran Combo con Joseíto Mateo”. Allí conoció a los jóvenes
cantantes Pellín Rodríguez y Andy Montañez, quienes terminaron por sustituirlo en la
agrupación puertorriqueña. Viajó además por Venezuela, Curazao y Haití, entre otros
países de Latinoamérica.
Mateo tuvo que regresar al país a “limpiar su nombre” como dijo en una entrevista de la
época. “El Gran Combo estaba muy bien conmigo, me adapté a cantar plena, bomba,
guaracha, boleros, pero después me tuve que regresar a Santo Domingo a limpiar mi
nombre. Le estaban cayendo atrás a todos los que estuvieron con Trujillo, y en la
República decían que yo era un espía y andaba huyendo”, dijo en esa época.
El primero en revolucionar el género fue Johnny Ventura, quien fuera parte de la orquesta
de Joseíto Mateo como guirero; con la formación en los inicios de los años 1960 de El
Combo Show, impregnando nuevos colores al ritmo y modernizando el género en todos los
aspectos. Esto se verifica principalmente con el surgimiento de la orquesta de "Wilfrido
Vargas y Los Beduinos", de la mano de su productor Bienvenido Rodríguez.
Con el nivel profesional del personal humano de la estructura formada por este productor,
se pudo popularizar el género entre la juventud latina de la época, que vivía el boom de
la Fania All Star en Nueva York y La Dimensión Latina de Venezuela. Cabe destacar el
estelar aporte musical que recibió el género por parte de los armadores musicales del
movimiento Beduino: Jorge Taveras, Sony Ovalle, Wilfrido Vargas y Juancho Viloria. Esta
estructura, bajo el sello de Karen Records, se convirtió en el laboratorio de lo que sería
la Época Dorada del Merengue: Los años 1980. En esta fábrica de talentos se
descubrieron los líderes futuros del merengue, ya que tanto Wilfrido como Bienvenido se
dedicaron a captar talentos y a construir agrupaciones satélites a Los Beduinos; tal es el
caso de Fernando Villalona, Bonny Cepeda y Los Kenton, este último surgido del grupo
"Los Hijos del Rey". Es en esta época que el merengue llega a su punto más alto,
caracterizado por la aparición de nuevas agrupaciones, sonidos y caracteres que llamaron
la atención gracias a sus melodiosas canciones.
Este movimiento se empezó a forjar en toda Quisqueya; al tiempo que se formaba
en Santo Domingo Wilfrido Vargas y Los Beduinos, en Puerto Rico, un grupo de jóvenes,
liderados por cuatro universitarios, formaron un pequeño grupo conocido como "El
Conjunto Quisqueya", el cual tuvo un éxito rotundo por el estilo picaresco de su grupo de
cantantes y sus arreglos sumamente modernos para su época. Mientras República
Dominicana veía la "guerra" que se desarrollaba entre dos grandes intérpretes del
Merengue como lo eran en ese momento Wilfrido Vargas y Johnny Ventura, surgió un
nuevo gigante del género, el maestro Cuco Valoy que venía de hacer en los años 1960 y
70 son montuno, guaracha y luego internacionalizó la Salsa Dominicana a lugares
insospechados.
La década de los 80 inicia con una efervescencia nacional del merengue, toda la
República Dominicana estaba inundada de orquestas de merengue y el movimiento se
expandió con fuerza a los residentes dominicanos en Nueva York, donde también se
formaron agrupaciones de primera línea que influyeron bastante en el ritmo por sus
fusiones con ritmos caribeños tales como La Gran Manzana y The New York Band.
El crecimiento de la orquesta de Cuco Valoy (los virtuosos), presentó a una joven promesa
y quien definiría el nuevo camino del merengue y le daría el impulso al boom del género en
los mediados de los 80. El Maestro Ramón Orlando Valoy, forjado en el conservatorio, se
convirtió en el principal arreglista y compositor del género, así como uno de sus más
nobles intérpretes con su Orquesta Internacional, que reunía lo más excelso del ideario
musical dominicano.
En esta época de gloria del merengue otros dos arreglistas jóvenes que marcaron la
modernización del género: Bonny Cepeda, creativo egresado del conservatorio y Manuel
Tejada también con una fuerte preparación académica, dominaron con su estilo toda la
época dorada y fueron los productores musicales de las principales orquestas de
merengues dominicanas y extranjeras.
En el último tercio de la década dorada, la base rítmica del merengue sufre un cambio de
la mano de Ramón Orlando quien lo simplifica musicalmente (lo bautiza, "merengue a lo
maco", siendo popularizado por "Los Hermanos Rosario") y es cuando surge la Coco
Band que, con un merengue rítmicamente más rico y de una estructura musical sencilla,
logra un auge extraordinario en la juventud dominicana que demandaba un nuevo
esquema musical del género, que se había caracterizado por llevar, mediante
adaptaciones, baladas populares internacionalmente, a ritmo de merengue. Este nuevo
estilo de merengue al estilo Coco Band se caracterizó por presentar una lírica
fundamentada en los refranes populares dominicanos, por lo que su expansión externa fue
limitada. Paralelamente, y bajo el auspicio o por la influencia de creativos como Jossie
Esteban (con su orquesta La Patrulla 15) y Ringo Martínez, surgieron agrupaciones
en Puerto Rico que generaron en la isla una fiebre que desplazó en gran medida el
merengue dominicano, ya que presentaban un estilo de lírica más comercial e
internacional como Caña Brava, Zona Roja, Las Nenas de Ringo y Jossie, Chantelle, Los
Sabrosos del Merengue, Manny Manuel y el Grupo Manía; de este último, surgió la figura
internacional del género Elvis Crespo.
Algunos de los artistas más destacados del género son: Johnny Ventura, Juan Luis Guerra
y 440, Milly, Jocelyn y Los Vecinos, Cuco Valoy, Wilfrido Vargas, Fernando
Villalona, Sergio Vargas, Aramís Camilo, Los Hermanos Rosario, Carlos Alfredo, Toño
Rosario, Orquesta Internacional, Conjunto Quisqueya, La Gran Manzana, Benny Sadel "El
Cacique", Dionis Fernández & El Equipo, El Zafiro, Bonny Cepeda, Pochy Familia & su
Coco Band, Eddy Herrera, Los Kenton, Héctor Acosta, José Peña Suazo y La Banda
Gorda, Rubby Pérez, Sandy Reyes, Kinito Méndez, Rikarena, Oro Sólido, The New York
Band, Limit-21, Sin Fronteras, Klibre, Jossie Esteban & la Patrulla 15, Grupo Manía, Elvis
Crespo, La Mákina, Olga Tañón y Milly Quezada esta última mejor conocida como la Reina
del Merengue, siendo ellas las mujeres con más proyección internacional de este género a
partir de la década de los 90 y principios de 2000.
Por otra parte pero no menos importante encontramos también el merengue hip-hop, el
cual se inició en la década de los años noventa. Este subgénero nacido a partir del
merengue tuvo una gran oleada de fanáticos y seguidores, la mayoría de ellos jóvenes. El
merengue hip-hop tuvo como principales protagonistas a las agrupaciones “Ilegales”,
“Sandy y Papo” y “Proyecto Uno”, entre otras. Estos nuevos colores musicales fueron
introducidos bajo la conceptualización musical de los maestros Víctor Waill y Manuel
Tejada, los principales ideólogos de esta evolución que aún se mantiene viva en algunas
partes del mundo.
A partir del año 2000 Toño Rosario (anterior líder de la agrupación Hermanos Rosario)
protagoniza otro cambio en la estructura rítmica del merengue creando la bases para el
nacimiento del merengue de Calle, Urbano, pakipá O Mambo. Esto ocurrió al popularizarse
un intro de sus fiestas en vivo llamado Alegría. Esta variante consiste en la simplificación
de los acordes y patrones del piano (tumbao), característicos en el merengue tradicional.
Con esta simplificación del ritmo, Con la expansión de la música digital y de los programas
de computación para música, surgen unos exponentes de un merengue electrónico en los
barrios marginados de Santo Domingo que aceleraron el ritmo asemejándolo al ritmo de
las comparsas del carnaval de los barrios llamado Alibabá. En esta fase lideraron el
movimiento dos exponentes de este merengue barrial: Moreno Negrón y Omega. Al final,
se destaca principalmente Omega como Líder Indiscutible. El surgimiento de Omega
constituye la expresión más básica y simple de la evolución musical del género, lo que
muchos llamarían involución; ya que llevó la lírica a un nivel de expresión violenta y sin
filtro, imponiendo un estilo de grabación en vivo, sin los elementos fundamentales de
sonido, requeridos para una grabación comercial. Otros que también surgieron durante la
época, se mencionan "Amarfis, Juliana O'Neal, Julian Oro Duro, Tulile y El Capitán Ortiz.
Esta situación, combinada con la crisis del Disco por las quiebras de las casas disqueras
con la aparición de la música digital; el auge del género reguetón, el acomodamiento de
los líderes tradicionales del ritmo, fue sacando del mercado internacional y del gusto de los
jóvenes al merengue.
Paralelamente, en el último tercio de la década del 2000, en Puerto Rico y Venezuela
surgen exponentes jóvenes que apuestan el merengue de letras románticas con fusiones
del tipo Meren-house similares a las realizadas por grupos como Ilegales en los 90: Rakin
& Ken Y, Chino y Nacho, algunos apoyados en arreglistas dominicanos como Richy Peña.
Estos exponentes, que fusionaron el ritmo con géneros urbanos,junto a la constante labor
musical de Juan Luis Guerra, mantuvieron el merengue presente en el mercado
internacional.
El merengue se logró adaptar a la cultura de otros países como Argentina -donde se
fusionó con el cuarteto, creando un subgénero llamado El Merenteto (merengueto o
Cuarterengue). Hay dos teorías de como este sub-género se creó: algunos apuntan a la
introducción de los instrumentos de viento por parte del grupo cuartetero Chébere; la otra
se le atribuye al cantante Jean Carlos de origen dominicano, peró la mayoría de los grupos
cuarteteros siguen tocándolo ya sea de forma conjunta con cuarteto tradicional
como Carlitos "La Mona" Jiménez o Damian Córdoba, o grupos que solo cantan Merenteto
o simplemente Merengue como la Banda XXI, siendo populares en Argentina sobre todo
en la Provincia de Córdoba. También
en Honduras, Colombia, Venezuela y España (especialmente en la Islas Canarias) existen
agrupaciones musicales con repertorio de merengue.
Otro país que adoptó el merengue dominicano a su estilo fue Chile, en este país el
merengue se comenzó a popularizar a mediados de los años 1980 gracias primero a la
visita de Johnny Ventura al festival de Viña 1984 logrando una gran recepción por parte del
público, a esto se sumarían las versiones realizadas por la orquesta Pachuco y la
Cubanacan de merengues que eran éxito en el extranjero, esta orquesta ralentizó el ritmo
para lograr un ritmo más cercano al pueblo chileno, llegó a tal la popularidad de esta
banda que en 1986 fueron invitados al Festival de Viña, a fines de dicha década la llegada
de éxitos merengueros de Wilfrido Vargas y Juan Luis Guerra consolidan este ritmo en ese
país.
En la cuna del Merengue, República Dominicana, actualmente existe un nuevo resurgir del
ritmo, de la mano de un exponente joven llamado Alajazá, que ha logrado fusionar el
Merengue Urbano, el Merengue Tradicional y el Trap, llamándolo Mamwalli. Esta
modalidad consiste en reducir la velocidad del merengue urbano (Popularizado por
Omega), enriquecer la participación del piano y el bajo con improvisaciones, incluir un
patrón de güira similar el patrón rítmico del Trap, utilizar letras románticas, bien elaboradas
y con buena interpretación. Esta variable ha alcanzado fama luego de la adaptación de un
trap al merengue: "Mi forma de Ser" del exponente de trap y reguetón Farruko, quien
apoyó la versión realizando un remix junto al merenguero. Dicha versión se ha convertido,
a la fecha, en el merengue que, en el menor tiempo, ha tenido la mayor difusión a nivel
mundial.
Mención aparte merece el tecnomerengue, fusión de merengue con sonidos caribeños y
electrónicos creado en Venezuela en los años ochentas y que se hizo popular
en Latinoamérica en los noventa y aún, en pleno siglo XXI, es muy popular en países
como Colombia.
Internacionalmente, en la actualidad, el merengue es el ritmo latino que más se fusiona y
se adapta a las nuevas tendencias rítmicas juveniles ya que, usando como patrón el
merengue hip hop y el tecnomerengue, ambos subgéneros de los años 90´s, se le ha
impregnado vitalidad y nuevos matices que aseguran su propia vigencia generación tras
generación. También está llegando a diferentes países no americanos
como España o Japón.