Reporte de Lectura La Guerra de Los Mundos

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LA GUERRA DE LOS MUNDOS- Herbert George Wells

La llegada de los marcianos 

En el siglo XIX, toda la humanidad desconocía de muchas cosas como futuristas,


mucha gente estudiada pero nadie supuso que los mundos más viejos del
espacio fueran fuentes de peligro para nosotros, o si pensó en ellos, fue sólo
para desechar como imposible o improbable la idea de que pudieran estar
habitados.
El personaje principal es un escritor de ciencia y vive a las afueras de Londres,
en Inglaterra. Todo el mundo estaba despreocupado de lo que podía ocurrir
fuera del planeta Tierra hasta que llegó el día que desde Marte surgieron unas
amenazadoras manchas de gas que se acercaban rápidamente hacia la Tierra. 
Esas manchas parecían cilindros que nadie sabía, antes de ello nadie se
preocupaba por la situación extraterrestre.
El personaje habla de que vio en el cielo una luz, se acercaba a la tierra.

La estrella fugaz

Tiempo después de ver esa paz y tranquilidad en el cielo, un astrónomo Ogilby,


tuvo un encuentro o supo de un proyectil que calló al a tierra.
Había caído muy cerca del observatorio donde trabajaba. Al principio toda la
gente creyó que se trataba de un meteorito o que era cualquier cosa menos algo
relacionado a extraterrestres.
Todo tenía o era semejante a un cilindro o capsula con características
anormales de lo que comúnmente podría caer del cielo, dentro interior había
criaturas vivas, eran extraterrestres, lo mas probable, ya que se oía un ruido en
su interior.
Al ver lo que sucedía y lo que escuchaba salió corriendo asustado del lugar y fue
a ver a su amigo Henderson, un periodista londinense. Ambos volvieron al lugar
del proyectil, pero allí el ruido había cesado. Pensaron que lo que estaba o lo
que se escuchaba habían muerto  y fueron a buscar ayuda, era un caso muy
extraño pero nadie les creía, algunos pensaban que estaban locos por inventar
tales cosas.

En el campo comunal

el cilindro extraterrestre que había caído, estaba solo cuando se fueron pero al
regresar había 20 personas que rodeaba el poso, tiempo después centenares de
personas rodeaban el objeto, algunos jugaban.
El protagonista se acercó para ver lo que sucedía y dio fin al juego de los demás.
La masa cilíndrica estaba cerrada y nadie sabía como abrirla. Todos tenían un
conocimiento muy vago, el protagonista se va del lugar pero los diarios ya
comenzaban a publicar que habían recibido un mensaje: “se recibe un mensaje
de marte”.
Esto al ver que el campo tenía un aspecto descomunal, un grupo de científicos
observaban el objeto, la gente curiosa se acercaba y para ello pusieron
banderillas para evitar que se acercaran al lugar, aun se oían gritos pero al ver
que el grosor era realmente grande lo que pensaban que los ruidos podían ser
gritos muy fuertes pero con la cubierta ocultaba algo de lo que sucedía.

Se abre el cilindro

La multitud estaba en el lugar, un muchacho que estaba por ahí calló al pozo, El
protagonista volvió al lugar tras descansar.
La gente seguía en el lugar, solo estaba para ver que sucedía , esperando ver
salir algo del objeto o que algo pasara.
Poco después la gente vio cómo el cilindro se abría, la gente muy asustada que
se corrieron.
De inmediato apareció́ otra de las criaturas en la sombra profunda de la boca
del cilindro. para dejar salir a unos marcianos parecidos a pulpos gigantes.
Todo el mundo corrió para ponerse a huir y esconderse de las criaturas, el joven
que había caído, que desapareció, algunos piensan que fueron los marcianos los
que se los llevaron.. 

El rayo calórico

Mientras tanto, después e ver a los marcianos, la gente se escondía entre


matorrales pero seguían ahí de curiosos. Al parecer no sucedía nada.
Llegó gente del pueblo que se unió al grupo. Nadie se percataba de lo que
sucedía.
Eran bestias horribles, eso decían algunas personas asustados. De repente
surgieron unos rayos invisibles que quemaron todo lo de alrededor.
El miedo que me dominaba no era un miedo racional, sino un terror pánico, no
sólo a causa de los marcianos, sino también debido a la tranquilidad y el silencio
que me rodeaban. Tal fue su efecto, que corrí llorando como un niño. La mayoría
de gente murió, pero el protagonista sobrevivió y huyó.

El rayo calórico en el camino de chobham 

Los marcianos mataban a las personas, mataban al as personas con un rayo.


Nadie podía identificar el tipo de rayo, se dice que eran como cuarenta personas
qeudaron tendidas en el suelo algunas personas lograron sobrevivir.
Gente que no se encontraba en el lugar en el momento de la catástrofe se acercó
por curiosidad, creían que era solo una broma.
Pero los marcianos volvieron a salir el pánico volvió a surgir pronto al ver que
los marcianos se acercaban y seguían matando a cualquier persona, sin respetar
nada.
No todos escaparon; dos mujeres y un niño fueron aplastados y pisoteados,
quedando allí abandonados para morir en medio del terror y la oscuridad, era
un caos la situación.

Cómo llegué a casa?

El protagonista menciona que no recordaba nada cuando huía, no sabía como es


que lo hizo pero si recuerda cuando chocó con arboles y tropezar entre los
brezos. La situación comenzaba a ponerse mas tenso, el terror estaba por todos
lados.
Una ola de calor estaba de un lado para otro, pensaba el protagonista en
quitarse la vida con tal de no estar en el lugar o estar en la situación. El
protagonista huyó desconcertado y quizá traumado del lugar.
Al llegar al pueblo mas cercano intentó explicar a las personas pero le tomaron
por loco y se rieron de él, nadie creía.
Cuando llegó a casa le contó todo a su mujer, dejándola impresionada por lo
ocurrido, ella trató de calmarlo.
Traía grabado en su cabeza, luego cenó pero aquella fue su ultima cena
civilizada en un periodo de muchos días extraños y terribles. 

La noche del viernes 

El protagonista mencionó de tras de todo había algo de todo lo extraño y


maravilloso que ocurrió́ aquel viernes fue el encadenamiento de los hábitos
comunes de nuestro orden social con los primeros comienzos de la serie de
acontecimientos que habrían de echar por tierra aquel orden.
La gente no dio importancia ni tan solo a la aparición del cilindro y seguía con
su vida normal. Como si nada pasara.
Muchas personas habían oído hablar del cilindro y lo comentaban en sus
momentos
de ocio; pero es seguro que el extraño objeto no produjo la sensación que habría
causado o algo de preocupación.
Handerson envió un telegrama a Londres describiendo la abertura del proyectil.
fue considerado como una invención, y después de telegrafiar pidiendo que lo
ratificara sin obtener respuesta, nadie quizo publicar nada.

Comienza la lucha

El protagonista menciona que el sábado había quedado grabado en su memoria


como un día de incertidumbre. Por la mañana el lechero estaba como si nada
ocurriera.
Comenzó como a anunciar de que los matarían si no escapan.
Aquel día mientras se encontraba con su esposa tomando el té esuchó un
estruendo que provenía del campo.
La parte superior de la torre había desaparecido y los techos del colegio daban
la impresión de haber sido víctimas de una bomba de cien toneladas.
El ejército estaba planteando qué hacer con los marcianos. No se sabía si iban a
atacar o a esperar.
Los marcianos atacaron primero. Los cañones del ejército no tenían nada que
hacer contra el rayo abrasador de los marcianos. Vista la situación, el
protagonista fue a casa y alquiló un caballo para sacar a su mujer del pueblo y
que estuviera seguro de los marcianos.
Cuando volvió a mirar hacia atrás, mientras escapaba, la segunda colina había
ocultado ya el humo negro.

Durante la tormenta

Leatherhead está a unas doce millas de Maybury Hill. El aroma del heno
predominaba
en el aire cuando llegamos a las praderas de más allá́ de Pyrford, y en los setos
de ambos lados del camino veíanse multitudes de rosas silvestres, estaban algo
retirado del campo donde estaban los marcianos.
La esposa del personaje guardó silencio durante el viaje y la vio preocupada.
Trató de tranquilizarla diciéndole que los marcianos estaban condenados a
quedarse en el pozo a causa de su pesadez y que lo más que podían hacer era
arrastrarse apenas unos
metros fuera del agujero.
Cuando llegó dejó a su mujer en una casa con sus parientes. Volvió a Maybury a
devolver el carruaje, pues había prometido devolverlo al dueño.
Al regresar se encontraba en medio de la oscuridad se tropezó conmigo un
hombre y me hizo retroceder. El pobre individuo profirió un grito de terror,
saltó hacia un costado y echó a correr antes que me recobrase yo lo suficiente
como para dirigirle la palabra.
Una tormenta tan fuerte complicó mucho las cosas, le costó mucho ascender la
cuesta. Me acerqué a la cerca de la izquierda y fui agarrándome a los postes para
poder subir.
Pero, a la entrada del pueblo, vio como un tercer cilindro llegaba a la Tierra, y
como una especie de trípode metálico gigante con tentáculos iba arrasando todo
lo que le rodeaba, y se acercaba hacia él. Huyó hacia su casa, y por el camino se
encontró al dueño del carruaje muerto. Al final logró refugiarse en casa. 
No hacía más que pensar en los monstruos metálicos y en el cadáver aplastado
contra la cerca. Me acurruqué allí́ con la espalda contra la pared y me
estremeció violentamente.
Parte 2.

Desde la ventana  

Una vez ya escondido el personaje se da cuenta que tenía mojado sus pies,
formándose charcos de agua. Mientras estaba en la casa observaba un
panorama descomunal, muchas cosas ya no existían, como por ejemplo las
torres del colegio oriental.
Estando en la ventana se puso a analizar y decir: “y éste era el mundo en el que
había vivido tranquilamente durante años y ahora era un caos total.”
Los que quedaban vivos se ocultaba en zanjas, sótanos
En su casa vio como un soldado Llegó un soldado a la casa que se escondía y
juntos bebieron y comieron. Antes el soldado se había escondido en un caballo
muerto por largo tiempo, espiando de vez en cuando. Terminando de comer
subieron al estudio. En ello pudo ver que todo estaba vuelto cenizas. Ya no ardía
fuego, donde antes eran llamas, ahora eran columnas de humo.
Todo lo que había visto era devastador. Decía que les había eliminado en un
momento. Las máquinas gigantes de los marcianos arrasaban todo. Los pueblos
eran destruidos al paso de los gigantes de acero. Lo que dejaban era muerte y
desolación.

La destrucción de Weybridge y shepperton

Cuanto pasó todo, decidieron que la casa no era el mejor lugar, pensaron que la
casa no sería el mejor lugar para permanecer y salieron con dirección a
Leatherhead.
Por el camino veían casas parecían abandonadas. En el camino vieron a un grupo
de tres cadáveres carbonizados por el rayo calórico, por todos lados encontraron cosas
que había dejado caer la gente mientras escapaban del lugar: un reloj, una chinela,
una cuchara de plata y otros objetos por el estilo.
En el trayecto no soplaba y reinaba un silencio. Hasta los pájaros callaban, nada se
escuchaba. Después de cierto tiempo de caminar, se escuchó ruidos de cascos y entre
los cascos se encontraron, eran soldados. Al parecer eran los primeros hombres que
encontraban.
Los personajes que aparecieron enseguida, eran muy optimistas al conversar con el
personaje principal a pesar de todo lo que sucedía.
Al continuar su camino se encontraban con más gente, en esta ocasión fueron mujeres
y niños
Más adelante, en camino hacia Weybridge y al otro lado del puente, había un número
de reclutas que estaban haciendo un largo terraplén, tras del cual vieron más cañones.
Al otro lado del Támesis, excepto en los lugares donde llegaban las embarcaciones,
todo estaba tranquilo, algunos hacían bromas entre ellos.
De pronto llegaron los marcianos, arrasando todo a su paso. En total eran cinco
máquinas de acero las que se acercaron, pero uno de los marcianos fue
alcanzado por una granada, dio en el blanco en la misma cara del monstruo.
En la explosión una ola enorme de agua en ebullición corrió hacia el personaje. Dio un
grito de dolor, y escaldado, medio ciego y aturdido salió para llegar a la orilla. Se
puede decir que el personaje iba estuvo a punto de morir.

Mi encuentro con el cura

Después del momento incomodo, los marcianos se retiraron a su posición


normal.
La intensión era llegar a Londres, si no hubiesen destruido a uno de los
mounstruos, seguramente no hubiesen continuado su camino.
Herido y agotado, el protagonista se dirigió a un lugar seguro. El personaje llegó
al lugar pero no estaba recuperado de todo. Se encontró con un cura había
cierta confusión con pero el el cura le dijo que nada ha terminado, todo seguía
igual o peor, Todo destruido. ¡La iglesia! La reconstruimos hace apenas tres
años. ¡Desaparecida! ¡Aplastada! ¿Por qué? Otra pausa y volvió a hablar como si
hubiera enloquecido.
Con una serie de preguntas que se hacían los dos, no comprendían todo aún
viendo lo que pasaba.
Cuando paró, se le acercó un vicario, gritando que era el final. Pero él le explico
que la guerra todavía no había acabado. Debían continuar hacia el norte.

En Londres

El protagonista relata lo que su hermano hizo y quien era, cuenta cómo su


hermano está viviendo la guerra  en Londres. En otro relato de estos
acontecimientos he leído que el domingo por la mañana «se sobresaltó todo
Londres ante las noticias de Woking». A decir verdad, no había nada que
justificara frase tan extravagante. Muchos de los habitantes de Londres no
oyeron hablar de los marcianos hasta el pánico del lunes por la mañana.
Nadie sabía y los que sabían tardaron un tiempo en comprender plenamente el
significado de los telegramas que publicaban los diarios del domingo.
La mayoría de los habitantes de Londres no lee los diarios de ese día, no tenían
ni la menor idea de los acontecimientos relacionados a los marciano.
Los medios de comunicación como lo es los periódicos iban poco a poco
anunciando lo que pasaba en la guerra.
Cuando se enteraron de cómo eran las máquinas marcianas a la gente le entró
muchísimo miedo y los ejércitos se prepararon para la batalla.
Después de tener más información, la gente compraba más los periódicos para
leerlos. Sucedió lo que se esperaba. Llegó el día en que llegaron a Londres, un
policía daba gritos de ¡Llegan los marcianos!, activando todo tipo de alarmas,
lanzando una especie de gas  que acababa con la vida de quien lo inhalaba,
llamado humo negro. no podían hacer nada para derrotar a los marcianos, el
desorden se apoderaba una vez más en la ciudad.

Lo que sucedió en surrey

La situación cada vez se complicaba cada vez más y los trípodes gigantes de
hierro no paraban de destruir. Los marcianos no avanzaron unidos, sino a una
distancia de milla y media uno de otro, y se comunicaron por medio de aullidos, como
el ulular de una sirena, eso era como la indicación para atacar y destruir. A los
monstruos se les lanzaba granadas. Un marciano que fuera derribado salió muy
despacio de su capuchón y se puso a reparar el daño sufrido. El ejército hacía todo lo
que podía con sus granadas y sus armas, pero los daños a los monstruos no les
hacia nada de daño.
El protagonista huyó con el cura al ver a uno de los marcianos acercarse con
dirección a ellos.
Un cilindro que llegó a la tierra, como que si los marcianos se hubiesen decidido
tirar todo. El humo se esparcía  por todos los sitios, flotaba de manera densa, y
acababa con cualquier ser. Cuando no podían utilizar el rayo abrasador,
utilizaban este humo.
La actitud de todos era diferente; el humo negro, que avanzaba rápidamente y
se elevaba ennegreciéndolo todo para caer luego sobre sus victimas; los
hombres y caballos, velados por el gas, corriendo desesperados para ir a caer al
fin;
Todos caían al suelo. Y luego, la noche y la muerte, el vapor ocultaba a los
muertos. El ejército decidió no seguir atacando, ya que les parecía una pérdida
de tiempo, y la gente huía. 
El éxodo en londres

Lo que gobernaba era el miedo, el terror y nada podían hacer, sólo huir, los medios de
transportes habían sido advertidos del peligro a la medianoche del domingo, y los
trenes se llenaban con rapidez, mientras que la gente luchaba con salvajismo por
conseguir espacio en los vagones, la demanda de la gente por huir hacia que todo se
tornará más difícil.
Una mujer que estaban en total desorden atacando a otra persona en ese momento el
hermano del personaje principal se hizo cargo de la situación al instante, lanzó un
grito y corrió hacia el lugar en que se desarrollaba la lucha. Uno de los hombres
desistió de sus intenciones y volvióse hacia él. Al ver la expresión del otro, mi hermano
comprendió que era inevitable una pelea, y como era un pugilista experto, lo atacó
inmediatamente, derribándolo contra la rueda del vehículo. Todo para mantener o
tratar de tranquilizar las cosas,
El personaje relata como la gente huía del lugar y cómo su hermano también lo
hizo para ponerse a salvo.
Los monstruos seguían arrasando ciudades y todo el mundo quería salir de
Inglaterra, El terror incontrolable de la población había imposibilitado la entrada en
las terminales. Así que la escapada fue muy dificultosa debido a la gran cantidad
de gente que pretendía irse del lugar. 

El thunder child
 
Si los marcianos hubiesen tenido el único, el lunes habrían podido aniquilar a
toda la población de Londres. Los marcianos se extendían lentamente por los
condados vecinos. Los cilindros marcianos iban llegando a la Tierra, el ataque
continua. Los barcos eran los principales medios para que la gente escapara.
Todos iban hacia el mar, como si quisieran impedir la huida de las numerosas
embarcaciones que se hallaban entre Foulness y el Naze.
A pesar de que la maquinaria del barco funcionaba a todo vapor, y de la espuma
que levantaban las ruedas a su paso, no logró alejarse con suficiente velocidad.
El pequeño barco se internó en el mar y los acorazados se alejaron en dirección
a la costa, la cual se hallaba ahora oculta por una nube contaminada.
La gente huía en barco para ponerse a salvo de los invasores, ya que toda
Londres había sido invadida por las criaturas.
PARTE 3 Libro segundo: la tierra en poder de los marcianos 
APLASTADOS:

 El personaje seguía escondido con el vicario, huyendo de la destrucció n


causada por el humo negro.
 De todo lo acontecido el se sentía preocupado por su esposa, imaginó lo peor
para su esposa. Este veneno había acabado muchas personas, y por el camino
no había má s que cadá veres. Después de huir, consiguieron refugiarse en una
casa.
 El cura se veía razonable y ya no estaba tan dispuesto a seguir al personaje
principal de la historia.
 Cuando el cura vio que e iba el personaje principal decidió seguirlo.
 Los dos continuaron su camino, al igual que ellos de asustados tenían la
impresió n de que muchas de las casas seguían ocupadas por sus atemorizados
dueñ os, los cuales no se atrevían a huir.
 A lo lejos avistamos a un grupo de tres personas, que corrían por una calle
transversal en direcció n al rio.
 De pronto, a lo lejos la gente corría, el pueblo estaba ardiendo.
 Todos estaban tan aterrorizados que no nos atrevimos a seguir adelante.
 El monstruo seguía matando a todo lo que se cruzaba en su camino.
 Todos se mantenían refugiados pero como a las once de la noche recobraron
valor para salir de nuevo.
 Pero de repente el quinto cilindro marciano aterrizó sobre sus cabezas y el
protagonista quedó en el suelo inconsciente. Todo alrededor estaba destruido
los suelos y arrasó con todo otra vez.

LO QUE VIMOS DESDE LAS RUINAS

 Una vez recuperados por el golpe y de todo lo que aconteció , el vicario y el


protagonista vieron como el cilindro había destrozado parte de la casa, y
aunque el peligro ya había pasado los ruidos y la vibració n continuaban
persiguiendo a la gente.
 De la cual la gran parte ya no era má s que escombros, justo donde calló el
monstruo, estaba enterrado.
 Los marcianos eran seres muy extrañ os, el protagonista los observa ó y se fijó
en la tremenda diferencia con los humanos. 
 Había una má quina que excavaba en el lugar del cilindro y el personaje se
interesó , parecía como una arañ a metá lica, Sus movimientos eran tan rá pidos,
complejos y perfectos, que al principio no la tomé por una má quina, a pesar de
su brillo metá lico.
 Veían todo y las diferencias del monstruo.
 Los marcianos –comentaban- no tenían ropa alguna, el protector brilloso y
metá lico era su vestimenta.

LOS DIAS DE ENCIERRO

 De nuevo los monstruos aparecían, eso hizo que la gente y el personaje se


escondiera en un lavadero.
 La comida empezaba a escasear entre las ruinas en las que se refugiaban el
vicario y el personaje.
 A medida que pasaban los días, su completa falta de cuidado y de
consideraciones para el mismo personaje que creció su malestar malestar y
peligro que, a pesar de no agradarme el método, tuve que apelar a las
amenazas y, al fin, a los golpes.
 Los marcianos seguían en el crá ter trabajando, parecían no abandonar el lugar.
 Después de todo el marciano que trabajaba desapareció detrá s del montó n de
polvo y por un momento reinó el silencio. Después se elevó un grito terrible en
la noche y el gozoso ulular de los marcianos.
 Las maquinas al parecer se reparaban para seguir destruyendo.
 El tiempo pasaba y ambos seguían metidos allí y aú n se oían las detonaciones

LA MUERTE DEL CURA

 Durante los días que estuvieron atrapados en aquel lugar, al personaje se le


ocurrió una idea, al regresar con el cura, pudo darse cuenta que el cura
apoderaba de los víveres cuando el protagonista no le veía.
 Luego volvía de pronto a recordar el alimento de que yo le privaba y se
ponía a llorar, pedir y, al fin, a amenazar.
 Finalmente él decidió hacer un reparto justo para evitar las discusiones y
para evitar que el cura se tomara todo.
 Pero aun así el cura no dejaba de robar comida así que el protagonista lo
golpeó y dejá ndolo tendido en el suelo.
 Una de las má quinas marcianas entró en el lugar causando destrozos.
 El protagonista esperó escondido a que se fuera, solo era cosa de esperar,
tuve que esperara varios días para que el personaje pudiese salir y
continuar su camino.

EL SILENCIO

 Volvió a salir de su escondite cuando los marcianos abandonaron el


lugar y tenía que asegurar la puerta de comunicació n entre la cocina y el
lavadero.
 Seguía encerrado en aquel lugar y salió el personaje lentamente de
aquel lugar, entre la hierba y se paró .
 Veía para todos lados, para ningú n lado habían marcianos. pero ya no
quedaban provisiones.
 Siguieron pasando los días hasta que al final los marcianos ya no
estaban.
 Las casas que estaban alrededor se habían desplomado pero ninguno
estaba quemada como los anteriores.
 Consiguió salir de los escombros y en la superficie ya no quedaban
marciano alguno. Y al fin a un lugar donde había o el aire era libre.

DESPUES DE QUINCE DIAS

 Contento de haber salido de aquel agujero el protagonista miró el lugar, allí se


quedó sin pensar en el peligro.
 Esperaba lo pero pero el personaje tenía frente a él un paisaje de otro planeta.
 En ese momento experimentó la emoció n de que va má s allá de los hombres.
 Pero esta idea extrañ a se borró de mi mente tan pronto se hubo presentado y
no pensé́ ya en otra cosa que no fuera satisfacer mi hambre de tantos días
 Mientras el seguía su camino.
 Allí́ cambiaba la escena. Lo extrañ o y poco familiar convertías en la ruina de lo
conocido. En algunos lugares parecía haber pasado un cicló n, y al avanzar un
centenar de metros encontré́ espacios en perfectas condiciones; casas con sus
persianas y puertas cerradas, como si sus dueñ os se hubieran ido por un día o
estuvieran durmiendo en el interior.
 En algunos lugares todo estaba cubierto de una extrañ a hierba de color rojizo.
Pero el terreno parecía calmado.
 Continuó su camino pensando dó nde podrían estar los marcianos. É l supuso
que estarían destruyendo otras ciudades porque allí no había ni rastro de
humano,
 El lugar a donde llegó no había nada, estaba vacío ni hombres ni tampoco
marcianos. 

EL HOMBRE DE PUTNEY HILL

 El protagonista siguió su camino para ver si podía encontrar a alguien y se


encontró con el hombre que había entrado en su casa buscando refugio uno
de los días de la batalla.
 Al llegar a la casa entró como si nada, no registró todas las habitaciones en
busca de alimento hasta que, ya a punto de renunciar, encontré́ , al fin, un
pan roído por las ratas y dos latas de ananá s en conserva. La casa ya había
sido saqueada.
 Al revisar la casa se encontró con mas comida.
 Era un día muy agradable en la casa, tenía paz y tranquilidad pero algo raro
sentía después de todo.
 Poco después me volví ́ con la extraña impresión de que alguien me observaba
y descubrí algo acurrucado entre un matorral cercano.
 Al encontrarse en esta situació n los dos, ambos sabían que es lo que ocurría
pero juntos comenzaron el diá logo y éste le puso al día de todo lo que había
pasado y empezó a contarle planes para lograr que todo volviera a ser como
antes.
 Fueron a la casa de Putney Hill y comenzaron a trabajar en un plan que
tenía pensado el soldado y era Tenemos que inventar una clase de vida en
la que los hombres puedan medrar y multiplicarse y estén seguros de poder
criar a sus hijos.
 El protagonista abandonó ese lugar para seguir por su cuenta y encontrar el
mismo la informació n que buscaba. 

LA CIUDAD MUERTA
 Mientras avanzaba se encontró a un hombre, Le cubría por completo el polvo
negro y estaba vivo, pero se encontraba completamente borracho.
 El hombre solo decía maldiciones, y cuando se acercó , el hombre intentó atacar
al personaje.
 El protagonista abandonó el lugar donde se encontraba con el soldado,
mientras avanzaba, ascendía y descendía diferentes caminos y se encontraba
con diferentes panoramas, hasta llegar a parís.
 Una vez llegó , contempló lo que pasaba, el caos gobernaba en aquel logar,
varios marcianos estaban por la zona, y no había nadie má s que ellos, no había
nada de humanos.
 También el personaje vio a varios marcianos estaban muertos en el suelo. La
explicació n a esto era que los marcianos, en su planeta, sobrevivían sin
bacterias y al llegar a la Tierra y ponerse en contacto con ellas morían ya que
no eran inmunes.

LOS RESTOS

 Finalmente los marcianos fueron muriendo de uno por uno.


 Después de uno por uno se dieron cuenta de la derrota marciana.
 Cuando se fueron enterando del descubrimiento. Las campanas de las iglesias,
que enmudecieron quince días antes, empezaron a tocar a vuelo y resonaron
en toda Inglaterra. Hombres en bicicletas, flacos y desaliñ ados, corrían por
todos los caminos comunicando a gritos la noticia. ¡Y los alimentos! Desde el
otro lado del canal, del mar del Norte y del Atlá ntico llegaban ya cargamentos
de trigo, pan y carne. Todos los barcos del mundo parecían dirigirse a Londres
en aquellos días.
 Las bacterias estaban acabaron con ellos y no se volvió a ver a ninguno. Todo
volvió a ser poco a poco como antes.
 La gente volvía pero el personaje no se sentía bien, ya que en un principio
pensó que había perdido a su mujer.
 Comenzó la bú squeda de su mujer, fueron trayendo provisiones a Londres ya
que nada quedaba por allí.
 El personaje creía que todo se había acabado pero cuando decidió ir a su casa,
allí se encontró con su mujer, y su primo. Todo había terminado al fin, al
parecer las ciudades comenzaban a recuperarse.

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