Herramienta 1 Encuentro Parroquial PRESENCIAL

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1

Índice
Presentación al Párroco y su Consejo..............................................................3

I.- Cronograma de actividades, materiales y responsables..................................4

II.- Esquema temático del Encuentro................................................................7

Primer Momento

1.- Bienvenida y presentación del equipo y participantes................................7

2.- Oración meditada de Hch 6,1-7................................................................8

3.- Objetivo del encuentro............................................................................14

4.- Realidad vocacional: Proyección del Crecimiento poblacional


y eclesial 2020-2030................................................................................17

5.- Iluminación: Ante el crecimiento (poblacional) y


decrecimiento (vocacional), actuemos con discernimiento...........................22

6.-Compartir: Asimilación y cierre del primer momento...................................31

7.- Oración final...........................................................................................31

Segundo Momento

1.- Bienvenida y enlace.................................................................................32

2.- Oración inicial..........................................................................................32

3.- Dinámica: Pon al ministro en su tarea.......................................................33

4.- Documento de estudio: Carismas, servicios pastorales y ministerios laicales…

38 5.- HORA SANTA: Oración para identificar candidatos.................................49

6.- ¿Qué sigue? ¿Qué sigue? Reunión de Consejo y otras actividades


para la elección y envío de los 10 candidatos...............................................61
Presentación al Párroco y su Consejo.

Muy queridos hermanos sacerdotes y miembros de los Consejos de


Pastoral Parroquial:

Reciban un caluroso saludo en el Señor, dador de todos los dones.

Este documento es un modelo amplio e ‘ideal’ del encuentro que se invita a las
parroquias a llevar a cabo durante el mes de octubre para discernir
comunitariamente, quienes son los candidatos idóneos a iniciar la formación para
los ministerios laicales de Lectorado, Acolitado, Catequista y Ministerio de la
Caridad. Decimos que es un modelo de encuentro ideal, pues ofreceremos
también un modelo de este mismo encuentro de discernimiento, pero de o modo
VIRTUAL, para que quienes no tengan la posibilidad de hacerlo de manera
presencial. De hecho, aunque se lleve a cabo el encuentro presencial que a
continuación ofrecemos en esta Herramienta 1, conviene que los fieles y miembros
de la comunidad parroquial que no estén presencialmente, se puedan conectar el
día del encuentro virtual. El PROCESO completo de discernimiento comunitario lo
hemos dividido en tres grandes momentos, los primeros dos vividos en el
Encuentro ya sea presencial o virtual, y el tercero, se vivirá mediante una reunión
de Consejo Parroquial posterior al encuentro parroquial.

Para el proceso de discernimiento nos hemos inspirado en la pedagogía sinodal


de Hch 6, 1-7, desde la cual los apóstoles impulsaron un discernimiento
comunitario para elegir a los primeros siete diáconos:

 En el primer momento del encuentro abordaremos la realidad, desde la


crisis vocacional que estamos viviendo, misma que iluminaremos con la
Palabra, para buscar luces para una estrategia de búsqueda comunitaria de
vocaciones y ministerios, como la que delegaron los apóstoles a la
comunidad ante las quejas de desatención de las viudas de los helenistas
en las periferias;

 luego, como segundo momento, como lo hicieron los apóstoles respecto al


nuevo ministerio que habían creado, ofreceremos una catequesis acerca de
los ministerios laicales, sus tareas y perfiles, y delegaremos también como los
apóstoles lo hicieron, a la comunidad para que, en oración y
discernimiento, busquen y propongan, los nombres concretos de
candidatos y candidatas, como lo hizo la comunidad al proponer a los
primeros siete diáconos, para los cuatro ministerios e incluso, para iniciar
un proceso vocacional;

 en la reunión de Consejo, como tercer momento posterior al encuentro, el


párroco, habiendo discernido los nombres presentados en el encuentro,
habiendo discernido la propuesta de candidatos hecha por la comunidad,
él mismo seleccionará a todos los que considere idóneos, y elaborará una
lista
que presentará a su Consejo de Pastoral para que juntos, disciernan en
orden prioritario a las 10 personas que serán enviadas a la formación,
claro, con la aceptación libre de los elegidos.

Los tres momentos de este proceso pueden separarse en tres distintos días, pues cada
uno tiene duración de 2 horas. También puede hacerse en fin de semana un
encuentro de 4 horas con los dos primeros momentos y programar la reunión de
Consejo para otro día.

En cada zona pastoral hay un equipo encabezado por un diácono permanente,


que estará disponible para asesorar a cada parroquia en la organización de este
encuentro, pero, aunque podrían invitarles a impartir un tema o actividad del
encuentro parroquial, es conveniente que sea el Consejo de Pastoral o alguna
comisión parroquial designada para ello, quienes llevan a cabo este encuentro
presencial de Discernimiento Comunitario durante el mes de octubre.

El número de participantes en el encuentro lo decide cada parroquia y


dependerá tanto de sus posibilidades por la pandemia, como por tradición
pastoral. Pero es importante que en los asistentes haya representatividad de
todos los grupos, movimientos, vida consagrada, áreas y capillas.

En cada una de la actividades ofrecemos con letra cursiva, algunas indicaciones para
una mejor ejecución de éstas, pero con creatividad, ustedes pueden hacer algunos
ajustes, siempre y cuando los contenidos no sean cambiados.

Para cada Herramienta habrá un documento distinto, esta Herramienta


1 corresponde, como hemos mencionado al inicio, al Encuentro
Parroquial PRESENCIAL de Discernimiento Comunitario.

Agradecemos su esfuerzo y ánimo, pidiendo al Espíritu Santo que los nuevos y


antiguos ministerios laicales que les ofrecemos, sean de gran ayuda a las
comunidades parroquiales para acrecentar el dinamismo evangelizador desde
la ministerialidad y la sinodalidad misionera.

Atentamente:

Mons. Juan Carlos Arcq Guzmán Pbro. Israel pardo Vargas


Obispo Auxiliar de Monterrey Sub Director del Instituto
Director del Instituto para los Ministerios Laicales para los Ministerios Laicales
I.- Cronograma de actividades,
materiales y responsables.
Primer Momento
Actividad Duración Materiales Responsable
1.- Bienvenida y presentación 10’
del equipo y participantes
2.- Oración meditada de Hch 10’ Biblia, bocina y música
6,1-7 instrumental de fondo.
Cantos: Invocación al
Espíritu Santo y canto
Vocacional.
No se ocupan copias
pues se leerá la
meditación.
3.- Objetivo del encuentro. 15’
4.- Realidad vocacional: 30’ Como apoyo a este
Proyección del Crecimiento momento hay algunos
apoyos:
poblacional y eclesial 2020- Anexo 1: Video.
2030 Anexo 2:
Presentación Power
Point.
Si no se puede
proyectar, se puede foto
copiar la información y
compartirla con la
gente.
5.- Iluminación: Ante el 40’ Anexo 3: Video de
crecimiento (poblacional) y Mons. Juan Carlos Arcq
Guzmán.
decrecimiento (vocacional),
actuemos con discernimiento. Si no se puede
proyectar, se puede foto
copiar la Iluminación y
estudiarla en grupos.
Compartir: Asimilación y 15’
cierre del primer momento.
Si este momento se vive un Copia de oración para
día distinto del segundo todos los integrantes.
momento:
Oración final.
Segundo Momento
Actividad Duración Materiales Responsable
1.- Bienvenida y enlace (Si este
momento se vive un día distinto
del primer momento)
2.- Oración inicial (Si este 5 Copia de oración para
momento se vive un día distinto todos los integrantes.
del primer momento)
3.- Dinámica: Pon al 25 Copia de la Tabla de
ministro en su tarea. las 20 tareas para cada
integrante.

Anexo 4: Tareas
para pegar en pared.
Anexo 5: Tabla de
tareas.
Anexo 6:
Papeletas logos de
cada ministerio.
Anexo 7: Papeleta
con 4 logos juntos.
Anexo 8: Tabla
completa con tareas y
logos
4.- Documento de estudio: 40 Fotocopias para
Carismas, servicios pastorales todos del Documento
de Estudio:
y ministerios laicales. ‘Carismas, servicios
pastorales y
ministerios laicales’.
5.- HORA SANTA: Oración 40 Anexo 9: Boletas
para identificar candidatos. para anotar
candidatos.

6.- ¿Qué sigue? ¿Qué sigue? 10’


Reunión de Consejo y otras
actividades para la elección
y envío de los 10 candidatos
II.- Esquema temático del Encuentro.

Primer Momento
Antes del encuentro:

El Consejo de Pastoral Parroquial o el equipo asignado para organizar este


Encuentro Parroquial de Discernimiento Comunitario prevé el arreglo de las
instalaciones, la distribución de asientos con sana distancia y otras medidas de
prevención, sonido, proyector, inscripción, equipo de transmisión en vivo (en
caso de que se vea conveniente), etc.

La convocatoria en cantidad deberá ser acordado con el párroco según las


posibilidades y protocolos por la pandemia, pero hay que asegurar la
representatividad de los grupos, áreas, capillas y pastorales.

Independientemente del numero de los convocados presencialmente, si


tienen la capacidad, pueden trasmitir los espacios de asamblea en vivo,
incluyendo incluso reuniones por Zoom o alguna otra plataforma.

Este modelo de encuentro presencial puede ser adaptado a una modalidad


mixta con la creatividad y recursos de cada parroquia.

Hay que tener listos los materiales de apoyo que para cada actividad se
hayan proporcionado, mismos que se enumeran en el Cronograma de
actividades y materiales.

1.- Bienvenida y presentación del equipo y


participantes (10 minutos).
Según el número de los asambleístas cada parroquia decide el modo de
hacer la presentación: Uno por uno de los participantes que
representan a los grupos, áreas de pastoral o capillas, o bien, una
presentación grupal si son varios los integrantes de los grupos.
2.- Oración meditada de Hch 6,1-7 (10 minutos).
Indicaciones previas:

Nota: Las letras con cursivas (letra inclinada como esta), son indicaciones para
quien prepara la dinámica, no se leen en voz alta.

Preparar una bocina y música instrumental relajante.

Se invita a los participantes a dejar sus cosas en el suelo o en donde no les


distraigan, que pongan en silencio los celulares, que cierren sus ojos.

Inicio de la oración:

a) Iniciar Música de fondo.

Poner música instrumental suave de fondo durante todo el tiempo de la oración,


habrá momentos en que deberá bajarse el volumen mientras se lee un texto y se
vuelve a subir cuando se invita a los participantes a meditar en silencio.

Invitarles a hacer un ejercicio de respiración para relajarse, una, dos o tres veces.
Se puede ir guiando este ejercicio ya con música de fondo.

Quien dirige la oración invita a los participantes a relajarse, a cerrar sus ojos si
no están muy cansados y a olvidar, dejar a tras todo lo que dejaron en casa, en
la parroquia o en el trabajo.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

a) Canto de invocación al Espíritu Santo.

Se baja el volumen a la música de fondo y se pone un canto


previamente grabado o descargado de invocación al Espíritu Santo. De preferencia
que sea un canto melódico suave, evitando en este espacio música muy movida que
rompa el espíritu de oración y meditación contemplativa que se requiere para este
momento.

Acabado el canto se vuelve a poner música de fondo.

b) Lectura pausada de Hch 6, 1-7.


Es importante que el que lea, tenga buena voz y buena capacidad de lectura,
y además, si es necesario, leer con micrófono y bocina, para que se escuche
bien.

No quitar la música de fondo mientras se lee, solo bajar el volumen un poco.

Lector 1:

Dice el libro de los Hechos de los Apóstoles que “por aquellos días, al
multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los
hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia diaria. “Los
Doce convocaron la asamblea” (Hch 6,1-2a).

Lector 2:

Hoy en nuestros días, al igual que en pasaje leído, en nuestra Arquidiócesis y


parroquias, también tenemos quejas por desatención. En efecto, miles y miles de
católicos de otros estados se vienen a vivir a nuestra gran ciudad en busca de
oportunidades de trabajo. Un gran anillo periférico de nuevos asentamientos rodea
nuestra ciudad, colonias y colonias se abren cada mes a un ritmo que no podemos
alcanzar y atender pastoralmente.

También en las parroquias más establecidas, nos rebasa la capacidad de atención a


los alejados y marginados, a las periferias geográficas y existenciales, como les llama
el Papa Francisco. Son los Alejados, pobres, enfermos, migrantes, drogadictos, etc. Si
hacemos una encuesta, nos daremos cuenta de que también en nuestras parroquias y
grupos hay quejas por falta de atención. Queremos que el sacerdote resuelva
todo, esté en todo, ayude a todos. Así les pasó a los apóstoles en el pasaje que
hemos leído.

En este Encuentro Parroquial que hoy estamos viviendo, vamos a analizar la


realidad y reconocer que la atención a los más alejados y marginados no está
siendo muy buena y que muchos católicos se quejan de nuestros servicios como lo
hicieron en tiempos de los apóstoles.

Como los apóstoles, no nos cerraremos en justificaciones de todo tipo, más bien
venimos a escuchar la voz del pueblo y la voz de Dios, es fue el objetivo de la
asamblea que convocaron los apóstoles y la que hoy ha convocado nuestro
párroco. Vamos a leer los signos de los tiempos en los que Dios nos habla hoy a
su Iglesia y juntos vamos a discernir los posibles caminos y acciones para
responder a los desafíos y quejas de desatención.

¿Cuáles son hoy las quejas de desatención que escuchas en tu parroquia?

¿Con la pandemia tú te sentiste desatendido?


¿Ha rebasado la necesidad pastoral la capacidad de los sacerdotes como rebasó a los
apóstoles? ¿Serán suficientes los sacerdotes?

Subir un poco el volumen unos segundos

Lector 1:

Bajar un poco el volumen mientras se lee lo siguiente.

Continúa el libro e los Hechos de los Apóstoles diciendo que después de escuchar
las quejas de desatención, “Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos
y dijeron: ‘No está bien que nosotros abandonemos la palabra de Dios
por servir a las mesas” (Hch 6, 2).

Subir un poco el volumen unos segundos

Lector 2:

Bajar un poco el volumen mientras se lee lo siguiente.

Los apóstoles saben que su ministerio pastoral debe estar sostenido por la
oración y la predicación, pero se han llenado de tantas cosas que resolver por la
cantidad de gente que se está acercando y porque muchos misioneros han salido
a predicar a otras partes. No es que ellos no quieran encargarse de la
administración de los bienes, como lo hacían al principio; ahora ellos deben salir a
predicar por todas partes y alguien más debe asumir esta tarea.

Por eso crean un nuevo ministerio, el de los diáconos y a ellos les delegarán
algunas tareas que ya no pueden cumplir. El Papa Francisco al igual que lo
hicieron Pedro y los Apóstoles, ha re-creado tres antiguos ministerios que fueron
creados para que los Laicos, ayudaran con algunas tareas tanto al ministerio de los
obispos, como de los presbíteros. No son tareas sacerdotales, propias de ellos, son
tareas laicales de especial confianza.

Hoy también nuestro Arzobispo ha creado un nuevo ministerio, el de la Caridad.


Hemos venido a esta asamblea para conocer esos ministerios y sus tareas. Esa es la
razón de que tu párroco te haya convocado, para que te alegres por esta etapa
nueva en la vida de la Iglesia, una etapa más abierta todavía al ministerio de los
laicos puestos al frente, como aquellos primeros diáconos, de algunas tareas y
servicios pastorales.

Subir un poco el volumen unos segundos

Lector 1:
Bajar un poco el volumen mientras se lee lo siguiente.

El pasaje de Hechos de los Apóstoles continúa explicando algo importante, los


Doce, se dirigen a la comunidad reunida en asamblea y les dan una tarea:
“Busquen de entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del
Espíritu Santo y de sabiduría, y los pondremos al frente de esta tarea;
mientras nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la
Palabra” (Hch 6, 3-4).

Subir un poco el volumen unos segundos

Lector 2:

Bajar un poco el volumen mientras se lee lo siguiente.

‘Busquen de entre ustedes’ dicen los apóstoles, es decir, de entre la comunidad


hay personas a las que Dios llamará para asumir una tarea que, hasta ahora, era
propia de los apóstoles.

Esa es la tarea que venimos a hacer a esta asamblea parroquial, a este encuentro
vocacional ministerial. Venimos a buscar entre nosotros a personas que se hagan
cargo de los nuevos ministerios.

‘Busquen entre ustedes’, dice Pedro. Hoy nos diría: busquen entre los grupos y
servidores de su parroquia trabajadores para la viña del Señor. Quizá tu y yo
decimos: pero no hay nadie. Nadie se quiere comprometer. Pero Pedro, y sus
sucesores los obispos, así como los sacerdotes pastores de las comunidades
parroquiales en nombre de Jesús nos dicen hoy: busquen entre ustedes quien nos
ayude, el trabajo es mucho, las quejas son muchas, nosotros no podemos andar
en todos lados, no podemos descuidar la oración, la confesión, la celebración de
la Eucaristía… busquen…. Busquen entre ustedes… la cosecha es mucha… hay
gente entre ustedes lista para la cosecha vocacional.

¿Te habías puesto a pensar que la responsabilidad de buscar personas tanto para las
vocaciones como para los ministerios es una tarea de toda la comunidad?

En oración tu y yo, cada uno de nosotros como comunidad tenemos esta


encomienda, buscar de entre nosotros a los futuros sacerdotes, religiosas, religiosos,
acólitos, lectores, catequistas y ministros de la caridad.

Nuestro Arzobispo en su Sexta Carta Pastoral nos invita a unirnos todas las
parroquias y todos en cada parroquia en “una CADENA VOCACIONAL en la que
todos trabajemos (Nº 47) y nos pide hacer lo que haremos en este encuentro
parroquial: “que todos los sacerdotes reúnan a los niños, adolescentes, jóvenes y
familias de sus parroquias y comunidades… que se convierta en una gran red para
las vocaciones” (Nº 48). Eres parte de una cadena de llamados, eres llamado a
ser parte e instrumento de Dios para llamar a muchos para los ministerios
laicales y para las vocaciones de consagración.

Subir un poco el volumen unos segundos

Lector 1:

Bajar un poco el volumen mientras se lee lo siguiente.

Luego, continúa diciendo el texto de Hechos que estamos meditando: “La


propuesta le pareció bien a toda la asamblea y eligieron a Esteban, hombre
lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón,
a Pármenas y a Nicolás, prosélito antioqueno” (Hch 6, 5).

A la comunidad de los Hechos de los Apóstoles les pareció bien la propuesta y su


pusieron a buscar a personas concretas. Luego, presentan a los apóstoles a los
candidatos con el perfil requerido para las tareas planteadas. Ellos aprendieron de
Jesús a hacer eso mismo, ya que Jesús, después de orar toda una noche, llamó a los
Doce, por su nombre, llamó a personas concretas como sus más cercanos
colaboradores. Tu y yo también somos ‘llamados para llamar’, para orar, buscar y
presentar a la Iglesia, como lo hizo aquella primera comunidad, y como lo hizo el
mismo Jesús, los nombres de candidatos con el perfil requerido.

¿Qué nos parece a nosotros esta propuesta? ¿Asumiremos el reto? Mientras como
comunidad parroquial no nos parezca bien la propuesta de ser responsables en
crear una cultura y misión vocacional, la crisis vocacional y las desatenciones
pastorales seguirán creciendo.

Hoy la Iglesia nos llama a llamar, a buscar y a presentar nombres de personas


para los ministerios laicales como apoyo al ministerio de los diáconos,
presbíteros y obispos, sí, pero también a buscar y animar candidatos y
candidatas a vivir un proceso vocacional para discernir una posible vocación
sacerdotal o de vida consagrada.

Subir un poco el volumen unos segundos

Lector 1:

Bajar un poco el volumen mientras se lee lo siguiente.

Finalmente, el pasaje de Hechos concluye cuando la comunidad habiendo


cumplido su tarea, así lo dice el pasaje: “Los presentaron a los apóstoles” y,
continúa’ “habiendo hecho oración, les impusieron las manos. La Palabra de
Dios iba
creciendo; el número de discípulos se multiplicaba considerablemente…”
(Hch 6,6-7).

No somos nosotros los que llamaremos, tampoco seremos los que vamos a
decidir. Nos toca buscar y presentar candidatos. Son los sucesores de los
apóstoles los que finalmente acreditan a los posibles candidatos, y si les parece
bien, los ordenan diáconos o presbíteros, o los instituirán como Acólitos, Lectores,
Catequistas o Ministros de la Caridad.

Además, será cada persona la que de su propia respuesta al llamado.


Pero a nosotros nos corresponde llevar a cabo la tarea de hacer un
discernimiento comunitario y de presentar posibles candidatos y
candidatas.

A eso has sido convocado y hemos sido convocados cada uno de nosotros. Este
encuentro culminará cuando, habiendo hecho oración, tengamos nombres
concretos de personas con el carisma y perfil para cada uno de los ministerios y
además, ese es el gran desafío: tener nombres de adolescentes y jóvenes, mujeres y
hombres, con perfil para iniciar un discernimiento vocacional para el sacerdocio o
vida consagrada.

c) Canto vocacional.

Concluir este momento de oración con un canto vocacional escuchado o


cantado por todos con copia en mano.
3.- Objetivo del Encuentro Parroquial de
Discernimiento Comunitario (15 minutos).
En estos minutos se expondrá a grandes rasgos la razón por la que nos
han convocado hoy, el camino que vamos a seguir y qué meta, además
de una tarea esperamos lograr. Para este momento no hay una
presentación elaborada, pero quien lo comparta la puede diseñar. Sin
embargo, sugerimos que el mensaje se asimile, bien, se haga un
esquema y que el expositor lo comparta más como una Buena Noticia,
que como una información que debe compartir.

Buenos días (tardes), hermanas y hermanos, seguramente se preguntaran porqué nos


convocaron a un Encuentro Parroquial si aún estamos en tiempos de pandemia.
Seguramente deberá ser algo muy urgente, pues de otro modo hubiera sido
más fácil ‘quedarnos en casa’.

En primer lugar hemos sido convocados para hacer un ejercicio de ‘asamblea


sinodal’, es decir, para caminar juntos, orar juntos, escuchar al Espíritu Santo y de
un modo especial, la voz del Espíritu hablará a través de su Pueblo, al que cada
uno de nosotros representamos. Por eso, una asamblea o encuentro sinodal es
precisamente un espacio para que des tu palabra y podamos escucharte. Pero, ¿mi
palabra?
¿acerca de qué? ¿cuál es la razón por la qué he sido convocado? ¿cuál es la
urgencia? En efecto, hay una doble urgencia:

 La primera es una crisis vocacional grave, pues como veremos en este


encuentro, cada día son menos los jóvenes que optan por el sacerdocio o
la vida consagrada. Este año, por ejemplo, entraron únicamente 7 jóvenes
al Seminario. Es una emergencia vocacional ante la cual, todos juntos,
como nos pide nuestro Arzobispo en su VI Carta Pastoral, debemos formar
una cadena vocacional para animar las vocaciones.

 Por otro lado, hay otra urgencia, y no es precisamente una mala noticia: El
Papa Francisco, ha instituido 3 ministerios laicales, dos de ellos al servicio
de la predicación de la Palabra y la Catequesis (Lector y Catequista) y
uno al servicio de la Liturgia y la celebración de la fe (Acólito), con la
novedad de que los ha abierto también para las mujeres ya que antes, dos
de ellos eran exclusivos para varones; además, nuestro Arzobispo, ha
creado también un nuevo ministerio en nuestra Arquidiócesis de
Monterrey, que esté al servicio de la Pastoral Social (Ministerio de la
Caridad).

En este encuentro explicaremos con más detalle cuáles son las tareas de cada uno y
qué los hace diferentes de un servicio ordinario en la pastoral parroquial.
Pero, te preguntarás, ¿será un encuentro únicamente informativo? ¿no decían
que seríamos escuchados? ¿Porqué se dice que es de discernimiento
comunitario?

La razón en muy sencilla, y al ir recorriendo los momentos de este encuentro lo


irás comprendiendo mejor: Queremos hacer lo mismo que hicieron los apóstoles
ante la primer crisis y dificultades que tuvieron ellos mismos al sentir que las
tareas los desbordaban y había quejas en la comunidad por falta de más
servidores que, como ellos, se dedicaran con más tiempo y calidad, al servicio de
los más pobres, de las periferias. Nos referimos al pasaje de Hch 6, 1-7, con el
que hemos orado al inicio y que hemos meditado, el que será nuestra guía en
todo este encuentro.

Recordemos cómo se llevó a cabo esa asamblea del Hechos de los Apóstoles:

1º Hay quejas porque las periferias no son bien atendidas, ya que los apóstoles se
han llenado de tareas y tiene que delegar algunas de ellas a alguien más.

2º Crean un nuevo ministerio, el de los diáconos, como ayuda a su misión


apostólica y así no solo se atendieron bien a las personas en necesidad, sino
que, además, la Iglesia se expandió más rápidamente.

Los Apóstoles dan los criterios y el perfil, en base a las tareas que les serán asignadas,
pero piden a la comunidad que ellos, como bautizados, guiados por el Espíritu
Santo, hagan un discernimiento comunitario para buscar, de entre ellos mismos,
de la misma comunidad a los 7 candidatos, con nombre y apellido.
3º La comunidad, guiada por el Espíritu y en oración, hace esa búsqueda,
presenta a los apóstoles a las 7 personas que consideran de acuerdo al perfil y
carisma del nuevo ministerio y los apóstoles oran, y los ordenan.

Esto es lo mismo que haremos en este encuentro, al estilo de la asamblea


que convocaron los apóstoles:

1º Analizaremos el problema de la crisis vocacional, las desatenciones que hay


por falta de sacerdotes y visualizaremos cómo estaremos en 10 años en
atención sacerdotal.

2º Presentaremos los nuevos ministerios, sus tareas y perfiles, así como el numero de
personas que pueden acceder a ellos por parroquia.

3º En espíritu de oración y discernimiento comunitario, se nos encomendará a la


asamblea, a los fieles y servidores de la parroquia, así como a nuestros sacerdotes,
diáconos y consagrados, la búsqueda de candidatos a los nuevos ministerios, sí,
pero también de candidatos a la vocación sacerdotal y de vida consagrada.
Son dos las urgencias a las que responde la convocatoria a este encuentro,
responder a la crisis vocacional de una manera activa y sinodal, y al mismo
tiempo, conocer qué son los ministerios laicales, impulsarlos y discernir si éstos,
podrían ser una luz del Espíritu, una respuesta providente de Dios ante la crisis
vocacional, y, además, buscar a algunos candidatos a cada ministerio.

Concluimos invitándolos a no tener miedo a experimentar nuevos caminos de


discernimiento comunitario. En Pastoral Vocacional hemos trabajado mucho, toda
la noche, y no hemos pescado mucho. Por ello, remar mar adentro y lanzar las
redes de un modo nuevo, podría ser una nueva posibilidad, un camino, que solo al
hacerlo sabremos si viene del Espíritu. Este camino sinodal de discernimiento
comunitario la Iglesia lo practicó muchos siglos, y aunque, sin dejarlo, el camino
de búsqueda y discernimiento se le dejó más a los ministros ordenados. Hoy el
Papa Francisco nos invita a hacer a nivel universal, del 2021 al 2023, un Sínodo
acerca de la sinodalidad, sí, así es, un sínodo para reflexionar cómo debe ser una
Iglesia sinodal, en la que la voz de los laicos, sin desestimar la voz de sus
pastores, sea escuchada y valorada. En esta Asamblea Sinodal, que hemos
llamado Encuentro Parroquial de Discernimiento Comunitario queremos dar unos
pasos adelantados a esta forma sinodal de buscar caminos nuevos antes nuevos
desafíos.

Que el Espíritu Santo nos ilumine y no temamos responder a la tarea que nos será
encomendada: Buscar a los candidatos para los ministerios laicales y las vocaciones
sacerdotales u de consagración.
4.- Realidad vocacional: Proyección del
Crecimiento poblacional y eclesial 2020-2030
(30 minutos)

Este momento de la Asamblea puede ser presentado con la


información que exponemos a continuación, por medio de los
materiales que se han elaborado:

Un video, que explica de manera continua lo expuesto en este

apartado. Una presentación de Power Point.

La proyección o fotocopia de este texto Word con la información que a


continuación presentamos que es la misma que el Video y el Power
Point.

Esta actividad de la Asamblea se divide en dos momentos:

a) La exposición de los datos estadísticos.

b) Un espacio para compartir las impresiones ayudados de las


preguntas que aparecen al final de la información.
Arquidiócesis de Monterrey
Conformada por 28 de los 51 municipios del Estado de Nuevo León.
El resto de los municipios forman parte de las Diócesis de Nuevo Laredo y
Linares.

POBLACIÓN

En el 2010 la población era de 3,173,243 habitantes


En el 2020 la población aumentó a 5,411,828 habitantes
= Aumento del 60%

El crecimiento estimado del INEGI para los próximos 10 años es de un 27%


Con este crecimiento seremos

6,873,021 habitantes en el 2030

PARROQUIAS

Actualmente en la Arquidiócesis tenemos 262 parroquias, templos, santuarios y


misiones parroquiales en las que hay sacerdotes viviendo y atendiendo, sin
contar las capillas. Cada una de estas parroquias y templos atiende en promedio
a 20,000 habitantes

Para mantener el promedio de atención de una parroquia para esos


20,000 habitantes, en el 2030 ocuparíamos: 344 parroquias activas con
sacerdotes.

Eso significa que ocupamos erigir 82 nuevas parroquias en 10 años, pero:

 Se requiere erigir un promedio de 8 parroquias por año: Sin problema.


 Se requiere erigir parroquias en colonias donde no hay templo: Sin Problema
 Se requiere que los sacerdotes acepten ir a esas ‘misiones parroquiales’: Sin
problema.
 Se requieren suficientes sacerdotes: ¡Aquí si hay problema!

SACERDOTES

Actualmente (2020), contamos con la presencia de 665 sacerdotes diocesanos


y religiosos en nuestra Arquidiócesis.

Pero en parroquias, de esos 665, el 58%, es decir, 386 sacerdotes, están activos en
parroquias. De ellos, 286 son diocesanos y 100 religiosos.

El otro 42%, es decir, 279 sacerdotes, están en otros servicios o una casa de reposo.
Algunos de estos 297 son maestros en seminarios, casas de formación religiosa,
colegios y universidades; otros más estudian en Roma o en otra parte; otros más,
por su edad ya no ejercen y están en una casa de reposo; otros, por su carisma,
son destinados a servicios diocesanos, nacionales o internacionales.

Si contamos actualmente, para atender a las 262 parroquias y templos,


únicamente con 386 sacerdotes activos. Eso significa que tenemos en promedio,
1.5 sacerdotes por parroquia (en alguna hay uno, en otras dos o más).

Conclusión 1: La cosecha es mucha, y los obreros son pocos, pero estamos saliendo
adelante.
Proyección para el 2030.

De los 286 sacerdotes diocesanos activos, el 31%, de ellos, es decir, 89 en el


2030 estarán inactivos, pues tendrán 75 años o más.

286-89= 197 sacerdotes diocesanos activos en el 2030

Y esto, en caso de que ninguno fallezca o deje el ministerio: 100% improbable.

Si las congregaciones religiosas mantuvieran para el 2030 los 100 de sacerdotes que
hoy atienden parroquias: 197 diocesanos + 100 religiosos = 297 sacerdotes

En los próximos 10 años, de acuerdo al número actual de seminaristas, en caso


de que no se salga ninguno, se ordenarán en promedio 6 sacerdotes diocesanos
por año, lo que suma 60 nuevos sacerdotes.

297 + 60 = 357 sacerdotes activos en el 2030

Si la población crece en 10 años un 27%, para los 6,873,021 habitantes,


con sus necesarias 344 parroquias y templos, y con los 357 sacerdotes activos,
tendríamos en el 2030 un promedio de 1.03 sacerdotes por parroquia.

Si para el 2030:
 Algunas congregaciones, por falta de vocaciones, retiran apoyo a
algunas parroquias,
 Algunos sacerdotes, se enferman y quedan imposibilitados de ejercer,
 Algunos otros fallecen
 Algunos otros dejan el ministerio,

¡El mismo número de bajas será el numero de parroquias sin sacerdote!

En los siguientes años, iremos en ‘caída libre’, teniendo que dejar sin sacerdote
una parroquia tras otra. ¿Qué hacer?
Municipios estables y municipios en explosivo crecimiento.

Municipios ESTABLES ya poblados y atendidos pastoralmente con suficientes


parroquias. La mayoría ya no crecerán en los próximos 10 años y otros
seguirán disminuyendo en población. Observen el número de parroquias por
municipio.

ESTABLES 2010 2020 % diferencia Nº de


Parroquias

San Nicolas 443,273 412,199 -7.01% 25


Guadalupe 679,006 643,143 -5.14% 32
Monterrey 1,13550 1,142994 3.05% 91
San Pedro 122,659 132,169 7.32% 10
Allende 32,593 35,289 8.27% 3
Santiago 40,469 46,784 15.80% 4
Apodaca 523,370 656,464 25.43% 19
Escobedo 357,937 481,213 34.44% 17
Santa Catarina 168,955 306,322 81.30% 12
Juárez 256,970 471,523 83,49% 16

Municipios en RÁPIDO CRECIMIENTO poblacional no suficientemente atendidos


pastoralmente, con pocas parroquias y sacerdotes: ‘Nuevas periferias geográficas’.

RÁPIDO 2010 2020 % diferencia Nº de


CRECIMIENTO Parroquias

Cadereyta 86,445 122,337 41.52% 6


Zuazua 55,219 102,149 85.01% 2
Salinas Victoria 32,660 86,766 165.66% 2
García 143,668 397,205 176.47% 6
Cienega de Flores 24,526 68,747 180.30% 3
El Carmen 16,092 104,478 549.25% 3
(y Abasolo) 2,791 2,974 7%
Pesqueria 20,843 147,624 608.27% 4

Si observamos bien, en estos municipios se concentrará el crecimiento de la


Ciudad y compraremos el número de parroquias en cada uno, en relación a los
municipios estables.

Conclusión 2: La cosecha será mucha y los obreros muy, muy, muy pocos.
¿Qué podríamos hacer ahora para
atender el crecimiento en los próximos
10 años?

Plan a) No crear las 82 nuevas parroquias que se necesitan por el crecimiento


en los municipios en ‘explosión’ poblacional.

Si así lo hacemos, nos quedamos con las 262 actuales, y con los 357 sacerdotes
activos que suponemos habrá en el 2030, tendríamos 1.36 sacerdotes por
parroquia.

¿Es la solución? Noooooo, pues colonias y colonias de los nuevos


asentamientos quedarían sin atención.

Plan b) Erigir nuevas parroquias en la periferia y cerrar parroquias en el


área metropolitana donde hay muchas. ¿Es la solución?

Noooooo, pues ¿cómo dejar a esas comunidades vivas y organizadas


pastoralmente sin sacerdotes?

Plan c) DISCERNIMIENTO COMUNITARIO: Orar, escuchar la Palabra de Dios, ver


los signos de los tiempos y descubrir cuál es el plan de Dios en este momento de
nuestra historia.

Momento de compartir y dialogar:

¿Será la solución orar mucho para lograr llenar de muchísimos futuros sacerdotes
el seminario?

¿No será que nos falta ‘buscar’ en nuestras parroquias a candidatos y colaborar
con Dios haciendo un valiente y discernido llamado a los jóvenes?

¿Qué papel ocuparán los diáconos permanentes en esta nueva etapa? ¿Podrán
ellos suplir a los sacerdotes?

¿Será el tiempo de los laicos y habrá pasado ya en la Iglesia el tiempo de


los sacerdotes? ¿Caminaría una Iglesia sin ministros ordenados?

¿Qué hacer? ¡Señor, danos luz!


5.- Iluminación: Ante el crecimiento (poblacional) y
decrecimiento (vocacional),
actuemos con discernimiento (40 minutos).
La presente iluminación puede ser expuesta a modo de tema, pero
también, dentro de los materiales, se ofrecerá un Video con la
exposición de esta iluminación por Mons. Juan Carlos Arcq Guzmán. Se
podría proyectar para ser vista.

De no ser posible ninguna de las dos opciones mencionadas, se podría


imprimir y estudiar en de manera individual o por grupos.

O bien, invitar a alguien que exponga la iluminación.

Enlace con la realidad.

La presente iluminación se comprenderá una vez que, previamente, se ha


presentado la información estadística del crecimiento poblacional y el
decrecimiento de vocaciones sacerdotales en la Arquidiócesis de Monterrey.

 Ante el crecimiento poblacional y una posible situación de desatención


nos preguntamos: ¿Qué hacer para multiplicar las vocaciones
sacerdotales y de consagración? ¿Necesitamos muchos más sacerdotes?

 Algunos sugerirán que orar más, para pedir muchos, muchos, muchos y
muy muy muy santos sacerdotes es la prioridad y el único camino.

 Otros quizá sugieran que multipliquemos los diáconos permanentes


como solución a la crisis y así atenderemos las periferias en crecimiento.

 Para algunos más, la solución podría estar en dar un cambio


revolucionario, para convertirnos en una Iglesia de laicos sin necesidad de
sacerdotes, como de hecho lo propuso Lutero.

Todas estas soluciones son parciales o erróneas: la primera parecería ser muy
tradicionalista, con tinte ‘clericalista’, en la que se piensa que la evangelización en
la Iglesia depende únicamente y exclusivamente de los sacerdotes, pero la historia
de la Iglesia nos enseña que cuando eso sucede, es decir, que cuando se
‘sacerdotaliza’ la pastoral, visión en la que toda acción y decisión gira desde los
clérigos, la Iglesia se estanca, debilitando la fuerza del laicado y la vida
consagrada; la segunda opción desemboca en una Iglesia ‘diaconal’, pero la
historia también nos enseña que
empoderar más de la cuenta a los diáconos, condujo a una especie de ‘sindicato’,
por lo que el diaconado permanente fue un tiempo suspendido; la tercera opción,
de una Iglesia de laicos, sin ministros ordenados, tampoco responde a dos mil
años de historia y a la misma voluntad de Jesucristo y, de hecho, en nuestra
historia eclesial sí hemos tenido momentos en que algunos laicos con poder
político y económico, llegaron a controlar y manipular a papas, obispos y
sacerdotes con fines nada evangélicos. ¡No volvamos a cometer este error del
‘laicalismo’!

Parece que estamos en una encrucijada de la historia, por ello, por ahora, lo
más sensato es, ponernos en oración, sí, pero también en discernimiento
comunitario para preguntarle al Señor cuál es su voluntad y cómo ser fieles a la
Tradición de la Iglesia en la que la comunión fraterna y participación sinodal de
ministros ordenados, consagrados y laicos, ha sido siempre una respuesta ante las
diversas crisis.

En la ‘memoria’ de la historia de la salvación, en la que se inserta la historia de


Iglesia y en la que descubre una fuente de sabiduría, encontramos respuestas a los
desafíos actuales, ya que la práctica pastoral de Jesús y de la Iglesia de tiempos
de los apóstoles que aprendieron a evangelizar como Él, tenemos un paradigma a
seguir y practicar. Cuando vemos un futuro incierto y nos sentimos desorientados,
debemos mirar al pasado, para recordar y redescubrir cómo Dios se ha
manifestado, cómo respondió la Iglesia primitiva, guiada por los apóstoles ante
grandes desafíos; luego, en el presente, discernir en oración, a la luz de la Palabra
y de los nuevos desafíos, los signos de los tiempos en los Dios nos está hablando;
finalmente, como parte de un mismo ejercicio de búsqueda de lo que Dios nos
dice, mirar al futuro para hacer nuestros los sueños de Dios sobre su Pueblo, para
soñar, en nuestro caso que tenemos una crisis de vocaciones, con una nueva
‘primavera vocacional’, como la llama nuestro Arzobispo en su VI Carta Pastoral.
En concreto, iremos al pasaje de Hechos de los Apóstoles donde se eligen a los
primeros siete diáconos y trataremos de extraer de este proceso de
discernimiento, la pedagogía llevada a cabo, para abordar las ‘crisis’ de
desatención de una población que crece y crece, en la que los sacerdotes, ya no
se dan a basto.

1.- Situación de crisis o desatención.

Leer Hch 6, 1-7

En Jerusalén, la gran Ciudad Santa, donde residían y pastoreaban a la Iglesia los


mismos apóstoles, se dio un gran ‘crecimiento poblacional’, en el numero de
creyentes: ‘se multiplicaban el número de los discípulos’ dice Lucas: “Por aquellos
días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos,
porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia diaria” (Hch 6,1).
En concreto, la desatención se da hacia las viudas de los cristianos helenistas, que
venían de pueblos y ciudades griegas y que se habían establecido, algunos
temporal y otros permanentemente, en Jerusalén. Las viudas de los
judeocristianos, en cambio, sí eran bien atendidas. Los helenistas serían hoy los
católicos que provienen de otros lugares, con diversas culturas y modos de
expresión de una misma fe, que a veces al llegar a una gran ciudad con un
catolicismo con estilo y cultura ‘norteña’ y emprendedora, los que vienen del
campo y se pueblos, se sienten extraños, aunque tengan una misma fe. De hecho,
los ya asentados en la ciudad, vemos a veces con desconfianza prácticas de
religiosidad popular y costumbres de los católicos que vienen del sur y centro del
país, llegándolos a juzgar de ‘católicos a su manera’ o de ‘supersticiosos’, lo que
nos lleva a excluirlos, cuando en el fondo, muchas veces son gente de más fe y
entrega, de más fidelidad a la Iglesia que nosotros. Así pasó en Jerusalén entre
cristianos helenistas y cristianos judíos llamados judeo-cristianos. En el pasaje de
Hechos, la comunidad helenista comenzó a crecer a un ritmo acelerado, lo que
provocó que fueran desatendidos por los mismos apóstoles quienes, hasta el
momento, coordinaban casi toda la acción pastoral. En nuestra Arquidiócesis, al
igual que en Jerusalén, tenemos un anillo periférico con un crecimiento poblacional
en explosión, cada año llegan miles y miles de personas del sur y centro del país,
la mayoría católicos y muchos de ellos, como hemos afirmado, gente de mucha fe,
devoción e incluso, con experiencia de servicio en sus comunidades parroquiales
de origen. Hoy se está multiplicando en nuestra Arquidiócesis el número de los
discípulos ‘helenistas’. ¿Es este un problema o una oportunidad?

Jesús, afirma el evangelio, recorría ciudades y pueblos evangelizando y al ver a las


multitudes cansadas y abatidas como ovejas sin pastor, se compadecía de ellas y
exhorta a sus discípulos a pedir al Dueño de los campos, que envíe trabajadores,
no a sembrar, sino a ‘cosechar’, ya que, ‘la cosecha es mucha y los obreros pocos’
(cfr. Mt 9, 35-39). En otro pasaje del evangelio se nos dice que, habiendo
dialogado Jesús con la mujer samaritana y sorprendido por la fe y esperanza de
ella y su gente, que, aunque desorientados como ovejas sin pastor, esperaban con
fe, al igual que los judíos, la llegada del Mesías, Jesús dice a sus discípulos: “Alcen
sus ojos y vean los campos, que blanquean ya para la cosecha’ y luego añade: ‘Yo
les he enviado a cosechar donde ustedes no se han fatigado, otros se fatigaron y
ustedes aprovechan su fatiga’ (Jn 4, 35b.38).

El gran crecimiento poblacional se parece a esos campos listos para cosechar


frutos de fe, que otros antes que nosotros sembraron, frutos ministeriales y
vocacionales pues el Espíritu Santo en nuestras parroquias y en las periferias de
nuevos asentamientos urbanos procedentes de otros estados del país, ya ha
sembrado carismas y servicios, que bien pueden llegara a ser ministerios
instituidos, y seguramente, también ha sembrado semillas de vocación sacerdotal
y de vida consagrada en numerosos jóvenes. Si vemos la realidad de otro modo a
como Jesús la veía, es decir, si la vemos sin fe, con prejuicios y con pesimismos
diremos: ‘¡No hay nadie que se comprometa!’ o bien, ‘¿De donde sacaremos laicas
y laicos para los ministerios de Lector, Catequista, Acólito y Ministro de la
Caridad?’. Pero si
alzamos la mirada veremos que no partimos de cero, nos daremos cuenta con
una mirada de fe, como la de Jesús, que los campos ya están listos para la
cosecha. El texto Juan dice literalmente que, los campos, están ‘listos para la
siega’ (v.35).
¡Atención! SIEGA con ‘S’ es distinto a CIEGA con ‘C’. La primera significa ‘cosecha’,
la segunda ceguera, es decir, incapacidad para ver. Tenemos que dejar de ser
‘CIEGADORES’, es decir, personas que por falta de fe, nos quedamos encerrados
en nuestras crisis y como guías ciegos (Lc 6,39-42), estamos convencidos que no
hay vocaciones, que nadie quiere servir, que nosotros somos los únicos
comprometidos. Estamos mas bien llamados por Jesús a volvernos ‘SEGADORES’,
para alzar la mirada con fe y lograr ver los campos listos para la ‘siega’, campos
en la ciudad y sus parroquias establecidas, y frutos en la periferia donde abundan
los helenistas, frutos de trabajo que otros sembraron. De no ver esos frutos y no
ser cosechados, corren el riesgo de ‘caerse’ o de ser ‘devorados’ por las aves y
animales.

Es verdad que el trabajo evangelizador es aún mucho y necesitamos obreros para


cosechar, por eso hay que orar al Dueño de los campos que llame y envíe muchos
candidatos a la vocación sacerdotal, a la vida consagrada y a los ministerios
laicales. No veamos como un problema el crecimiento, aunque haya quejas por
desatención, especialmente si una gran mayoría es gente con fe y sed de Dios,
con deseo de atención pastoral y, además, de colaborar como servidores,
ministros e incluso de responder a un llamado vocacional para toda la vida.

2.- Solo tenemos 12 apóstoles, más, ¿qué es eso para tanta gente?
¡Busquen entre ustedes!

Ante el crecimiento explosivo de las primeras comunidades y la desatención


pastoral de las periferias, los apóstoles convocan una asamblea y plantean el
problema a la comunidad de los discípulos, para hacer, sinodalmente, un
discernimiento comunitario. Ellos como pastores tienen claridad de su vocación y
misión de estar al frente de la Iglesia, pero saben también que deben caminar
junto con los fieles, como les enseñó Jesús, como hermanos, eso es lo que
significa sinodalidad:

“Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: ‘No está bien que
nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto,
hermanos, busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu
Santo y de sabiduría, y los pondremos al frente de esta tarea; mientras nosotros
nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra” (Hch 6, 2-4).

Los apóstoles que, hasta ahora han estado al frente de la caridad y


administración de los bienes, sobrepasados por sus tareas, pondrán alguien más al
frente de esos servicios. Priorizan con claridad lo que ellos deben hacer en primer
lugar, y delegarán a alguien más, como colabores cercanos, algunas tareas
importantes para el bien de la comunidad.
Ante la crisis vocacional y la escases de sacerdotes, antes de preguntarnos cuántos
más necesitamos para atender las parroquias, hay que preguntarnos si no habrá
alguna tarea que hoy hacen los sacerdotes y que, la podrían delegar a algunos
laicos, no solo como ayudantes de segunda categoría, sino que, en virtud de su
bautismo y de su liderazgo pastoral respaldado con buen testimonio, ‘ponerlos al
frente’ de esas tareas, como lo hicieron los apóstoles. Ante el explosivo
crecimiento y el gran número de ‘helenistas’ en las periferias hoy diríamos:

 ‘No está bien’ que los sacerdotes, tan escasos, hagan ellos solos todas las
tareas en la evangelización y atención pastoral.
 No está bien que donde no hay sacerdote, no se tenga una
celebración dominical de la Palabra.
 No está bien que la atención de las periferias geográficas y existenciales
queden sin atención por no haber sacerdotes, mientras otros ‘pastores’ los
congregan en nuevas agrupaciones religiosas y los conducen a abandonar la
Iglesia.
 ‘No está bien’ que los sacerdotes dejen de confesar por estar abrumados
en administración, construcción y otras tareas que pueden hacer los
laicos.
 ‘No está bien’ que queramos que el sacerdote sepa todo, resuelva todo,
ande en todos lados.

La propuesta de los apóstoles no fue duplicar de 12 a 24 el número de apóstoles,


aunque en un futuro, sus sucesores los obispos, sí se multiplicarían, pero por todo
el mundo y no en una sola ciudad. Los apóstoles no se multiplican en Jerusalén,
más bien ejercen lo que llamamos la ‘MINISTERIALIDAD’ que no es otra cosa, que
buscar los carismas que el Espíritu ya ha suscitado en la comunidad, carismas
encarnados en personas concretas llenas del Espíritu Santo y buen testimonio, con
experiencia en el servicio.

¿Qué nos dice este modo de actuar de los apóstoles ante la crisis? ¿Qué nos dicen
los ‘signos de los tiempos’ de la ‘crisis vocacional’ y del explosivo ‘crecimiento
poblacional’, ¿qué nos dice el ‘signo de los tiempos’ del resurgir de los laicos, que
poco a poco se han involucrado más y más en la misión evangelizadora de la
Iglesia? ¡Dios nos está hablando! El laicado ya ha asumido su misión
evangelizadora predicando, catequizando, apoyando en las celebraciones
litúrgicas e incluso celebrando la Palabra los domingos donde no hay presbíteros
disponibles, y también, el laicado ha asumido ya un liderazgo en el servicio de la
caridad. Los carismas ya están, ahora solo falta reconocer, ponerlos al frente de
las tareas más urgentes e instituirlos púbicamente como ministros laicos, para
que sean, como aquellos primeros diáconos, cercanos colaboradores de los
obispos, presbíteros y diáconos, sirviendo en las periferias geográficas y
existenciales. Jesús nos dice: ¡La cosecha es mucha! ¡Alcen la mirada! Y también nos
dice: ¡Busquen entre ustedes!
 ¡Sí! Hay que buscar personas concretas, para que en los próximos años, estén
al frente, como ‘ministros ordenados’ de las nuevas parroquias que
necesitamos crear;

 ¡Sí! Hay que buscar a laicas y laicos a quienes el Espíritu ya ha ungido,


para ‘ponerlos al frente’ de las nuevas tareas misioneras que se delegarán
a los Lectores, Catequistas, Acólitos y Ministros de la Caridad, para ser
enviados a atender periferias geográficas y existenciales desatendidas
pastoralmente, en nuestras propias parroquias y en la zona en crecimiento
explosivo, a adonde el sacerdote e incluso los diáconos, no alcanzan a
llegar.

Los apóstoles crean un nuevo ministerio que da respuesta al crecimiento para


una mejor atención, deciden que sean por el momento, solamente siete diáconos,
además, dan un perfil concreto de idoneidad que los candidatos deben tener:
‘hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría’. Pero aquí está
quizá la novedad y una posible luz para nosotros hoy: Los apóstoles no eligen
ellos mismos a los candidatos, renuncian a la tentación del individualismo y
clericalismo que los haría sentirse los únicos llenos del Espíritu Santo y capaces
de buscar vocaciones; por ello delegan a la comunidad de creyentes, a los
discípulos, a los fieles que forman la comunidad, la búsqueda de candidatos para
las vocaciones y ministerios. ¡Eso es lo que haremos en este proceso de
discernimiento comunitario! Buscar entre nosotros a los futuros sacerdotes,
consagrados y ministros laicos.

Ante los signos de los tiempos que nos interpelan, tanto del crecimiento
poblacional, como las pocas vocaciones, nuestro Arzobispo, en su VI Carta
Pastoral, nos invita a realizar una búsqueda comunitaria: “En estos tiempos…
sufrimos una crisis vocacional, reflejada en pocos seminaristas, religiosas, religiosos,
matrimonios por la Iglesia y un aumento considerable en los divorcios y
separaciones… los invito a unirnos en una CADENA VOCACIONAL en la que
todos trabajemos… que todos los sacerdotes reúnan a los niños, adolescentes,
jóvenes y familias de sus parroquias y comunidades … que se convierta en una
gran red para las vocaciones” (Nº 47-48).

3.- La elección y envío de los 7 helenistas a las periferias.

Nos dice el texto de Hechos de los Apóstoles que,

“La propuesta le pareció bien a toda la asamblea y eligieron a Esteban, hombre


lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a
Pármenas y a Nicolás, prosélito antioqueno. Los presentaron a los apóstoles y,
habiendo hecho oración, les impusieron las manos.” (Hch 6,5-6).

Hemos propuesto a los párrocos que, como pastores de sus comunidades,


convoquen, como lo hicieron los apóstoles, en la modalidad que la pandemia de
Covid-19 lo permita, a un ‘encuentro de discernimiento comunitario’, a modo de
asamblea, al estilo de la que estamos tomado de modelo cuando los apóstoles, con
la comunidad, disciernen los candidatos al diaconado. Este proceso incluye una
catequesis acerca de qué y cuáles son los ministerios laicales, así como los perfiles
requeridos para identificar a las personas que, de hecho, el Espíritu Santo ya ha
ungido con el carisma, que es el fundamento de un ministerio concreto en relación
a la Palabra, la Caridad y la Liturgia.

En este proceso de discernimiento, la comunidad, habiendo hecho oración y


conociendo con claridad los perfiles y tareas de cada ministerio, propondrá a su
párroco, de modo secreto, los nombres concreto de mujeres y hombres, de
quienes consideren más identificados con el perfil y tareas de cada uno de los
ministerios laicales; luego, el párroco, como nos pide la normativa de la
Conferencia Episcopal Mexicana, convocará a su Consejo de Pastoral Parroquial
para hacer, en relación a los candidatos idóneos propuestos por la comunidad, un
último discernimiento: “Corresponde al párroco presentar al obispo diocesano los
candidatos a los ministerios, después de un oportuno y atento discernimiento,
para lo cual será necesario que consulte, de manera discreta y respetuosa, a los
clérigos de la parroquia y laicos, especialmente los miembros del Consejo Pastoral
Parroquial” (Normativa CEM para Lectorado y Acolitada Prot. N. SE2/21).

Una vez que la comunidad presenta a los apóstoles los nombres de las personas a
las que buscó para el nuevo ministerio, los apóstoles aprobando la propuesta, les
imponen las manos, ordenándolos diáconos en una ceremonia pública. Nosotros
haremos algo parecido, y una vez que el párroco ‘discierna’ si de todos los posibles
candidatos hay alguien que por su situación familiar, personal, laboral o de fe,
considera que no es el momento de promoverlo a un ministerio laical o proceso
vocacional, por esta ocasión no lo incluirá de la lista de candidatos idóneos y con
disponibilidad; luego, el párroco los presentará al Consejo de Pastoral y eligiendo
al número de candidatos indicado, después de hablar con ellos para hacerles el
llamado, si aceptan, sus nombres serán presentados el obispo.

Nuestra Arquidiócesis, en un proyecto elaborado en conjunto entre los


secretariados de las pastorales básicas: Catequesis, Liturgia y Social, así como con el
Departamento de Misiones y el Instituto Diaconal, ofrecerá un camino de formación
en 25 centros distribuidos en todas las zonas pastorales, en los que deberán asistir
los candidatos y candidatas a los ministerios laicales elegidos en las parroquias.
Pero hemos limitado el cupo de los posibles candidatos únicamente a 10 personas
por parroquia.

Los apóstoles indicaron que deberían ser elegidos 7, un número preciso. Hoy
nuestra Iglesia de Monterrey también pone un número: 10. ¿Porqué limitado?
Porque enviar masivamente a muchas personas impediría un serio y sincero
discernimiento. Además, la creación de los ministerios laicales no anula los
servicios ordinarios de todos los laicos. Estos nuevos ministerios se crean para
‘ponerlos al frente’ de proyectos a favor de las periferias parroquiales o
diocesanas, con una
entrega más generosa y disponibilidad para ser enviados no a dónde es más fácil,
o a donde más les gusta, sino, a donde el Espíritu Santo los envíe a través de la
Iglesia, mediante el discernimiento de su párroco u obispo.

De las 10 personas que se elijan, deberán ser 2 para cada uno de los 4 ministerios.
¡Pero las matemáticas no son precisas! ¿No hay acaso un error? ¿No serían 8
personas? ¡Es correcto! Los números no dan, y la razón es la siguiente: Además de
enviar 8 personas, 2 para cada uno de los 4 ministerios, quienes, unos vez
instituidos seguirán sirviendo en su parroquia, los invitamos a hacer una ofrenda y
enviar a otras 2 personas, independientemente de que ministerio sean, que
tengan disponibilidad misionera para ser destinarlos a servir como apostolado de
Domingo, en los nuevos asentamientos urbanos en las periferias de la
Arquidiócesis. Ellos o ellas se formarán en el centro de su zona pastoral, pero su
proyecto pastoral lo hará no para ponerlo en práctica en su parroquia, sino en las
periferias y de hecho, comenzará a hacer allá su apostolado desde el inicio de su
formación. Los que se queden en su parroquia, también harán un proyecto
pastoral para las periferias parroquiales. Hay que incluir los 4 ministerios en los 8
que se envíen. No se pude enviar, por ejemplo, a 10 lectores, o a 10 acólitos;
tiene que enviarse 2 por cada uno de los 4 ministerios, con equidad entre mujeres
y hombres, pero, además, les pedimos que en los que envíen, haya también
jóvenes, adultos y adultos mayores.

Conclusión.

La asamblea vivida en Hechos de los Apóstoles para discernir los nombres de los
nuevos diáconos, no tardó en dar frutos, pues se afirma en el último versículo
que: “La Palabra de Dios iba creciendo; el número de discípulos se multiplicaba
considerablemente” (Hch 6,7).

El nuevo ministerio de los 7 diáconos no solo fue de gran ayuda para los apóstoles
en el servicio de la Caridad, su principal tarea, sino que, además, éstos se
volvieron misioneros incansables, como se da testimonio de Esteban y Felipe, que
ejercieron el ministerio de la Palabra proclamando el Kerigma y bautizando a los
nuevos creyentes de las periferias, como el eunuco de Cándese. Esteban fue el
primer mártir cristiano, coronando su vida y dando testimonio de que este nuevo
ministerio era un gran don para la Iglesia.

Creemos que los nuevos ministerios laicales que en cada parroquia queremos dar
a conocer y promover, con un exigente discernimiento, nos ayudarán a encontrar
a personas llenas del Espíritu Santo, que aman a Cristo, dispuestas incluso a dar la
vida completa, como esteban y dispuestos a ir a las periferias como Felipe. La
respuesta del Espíritu, al menos en aquél primer momento de la historia de la
Iglesia, no fue la de multiplicar el número de apóstoles, sino que, con conciencia
de ministerialidad, éstos delegaron algunas tareas a otros miembros de la
comunidad, los pusieron al
frente de esas tareas evangelizadoras y de atención pastoral, y gracias a ello, se
multiplicó el número de discípulos. Lo que de allí siguió lo sabemos por la historia
de la Iglesia, muy pronto los apóstoles, habiendo organizado las comunidades de
Jerusalén, salieron cumpliendo el mandato del Señor, por todo el mundo a
predicar el evangelio, su principal tarea y a donde quiera que fundaban nuevas
comunidades, multiplicaban, ahora sí, el numero de sucesores suyos, creando el
ministerio de los obispos, de los presbíteros, manteniendo en de los diáconos,
pero, además, reconociendo el carisma de muchos laicos quienes en estrecha
colaboración con los apóstoles, compartían auténticos ministerios al servicio de la
Palabra, la Caridad y la Celebración de la fe, los sacramentos y especialmente la
Eucaristía.

Si bien es cierto que necesitamos seguir orando por muchos y muy santos
sacerdotes, así como por muchas y muy santas personas a la vida consagrada,
también es cierto que, mientras salimos de la crisis vocacional en la que estamos
y aprendemos lo que Dios nos dice por medio de ésta, también es cierto que,
como los apóstoles, la solución a la atención no está en tener suficientes
sacerdotes, para que haya al menos 2 ó 3 en las 83 nuevas parroquias de 20,000
habitantes que ocuparemos en 10 años. Por ahora la luz que nos el texto de
Hechos que nos ha guiado, es que con la colaboración de diáconos y ministros
laicos, como brazos derechos de los sacerdotes, y éstos en colaboración con todos
los servidores, podemos implementar proyectos evangelizadores y de atención
pastoral que den, a futuro, frutos de nuevas vocaciones.
6.- Compartir: Asimilación y cierre del primer momento
del encuentro (15 minutos).
En este momento es importante compartir las luces que la realidad y la reflexión
nos han dado a los que participamos en el encuentro de discernimiento vocacional.

Se pueden hacer pequeños grupos para compartir o bien, en un plenario general se


invita a que espontáneamente alguna personas compartan las luces que han
tenido.

7.- Oración final si este primer momento se vivirá


en un día distinto al segundo momento.
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a
nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.

Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta.


Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.

Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras


acciones se guíen por prejuicios y falsas consideraciones.

Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino


de la verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforzemos
por alcanzar la vida eterna.

Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar,


en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.
Segundo Momento (Encuentro)
Recordemos que este momento puede ser vivido en un día distinto al
primer momento, por ello, las primeras dos actividades son opcionales.

1.- Bienvenida y enlace con el proceso de asamblea


vivido en el primer momento.

Esta actividad se omite si el segundo momento se vive el mismo día que


el primer momento.

2.- Oración inicial (5 minutos).


Esta actividad se omite si el segundo momento se vive el mismo día que
el primer momento.

Se puede imprimir o proyectar la siguiente oración que ha sido


elaborada para pedir por el Sínodo acerca de la Sinodalidad que ha
convocado el Santo Padre.
Oración
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a
nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.
Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta.
Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras
acciones se guíen por perjuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la
verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforzemos por
alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el
Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.
3.- Dinámica: Pon al ministro en su tarea (25 minutos)
Esta dinámica tiene como objetivo tener un conocimiento básico, de
manera didáctica, de las tareas de cada uno de los cuatro nuevos
ministerios. Se hará mediante un juego de competencia entre cuatro
equipos.

Cada ministerio es identificado con un logo propio y cada uno tienes algunas
tareas propias. Se puede ambientar el salón parroquial con los cuatro logos, al
menos del tamaño de una cartulina cada uno, e incluir abajo, al ministerio que
representan, como los que a continuación presentamos:

Caridad Lector Catequista Acólito

Desarrollo de la dinámica:

La competencia consiste en lograr relacionar las diferentes tareas que tendremos


colocadas en una pared, con el ministerio laicale correspondiente; acólito, catequista,
lector y ministerio de la caridad.

Cada uno de los 4 ministerios tiene muchas tareas, hemos elegido para esta
dinámica únicamente 4 tareas por ministerio que consideramos las más
representativas. Son tareas específicas de cada uno, es decir, que no le corresponde a
otro hacerla. Además, incluimos 4 tareas comunes de un Ministro Laico,
independientemente si es Lector, Acólito, Catequista o Ministro de la Caridad.

Pasos a seguir:

1er Pegar en la pared las tares de los 4 ministerios (Anexo 4).

Se pegarán por separado las 20 tareas:


4 tareas específicas de cada uno de los 4 ministerios (4x4=16 tares).
4 tareas que son comunes a los 4 ministerios (4x1= 4 tareas)
Total: 20 tareas: 16 especificas + 4 comunes
Estas 20 tareas se pegarán en el siguiente orden y dejando frente a cada tarea un
lugar para colocar frente a cada tarea, el logotipo de cada una. Al inicio de la
dinámica así aparecerán pegadas únicamente las 20 tareas sin logotipos:

1.- Distribuye la 6.- Apoya en la 11.- Promueve cursos 16.- Está disponible
Sagrada Comunión a elaboración de bíblicos populares en para servir
los fieles, materiales catequéticos las periferias. diocesanamente mas
especialmente en la virtuales. allá de su propia
Eucaristía dominical. parroquia.

2.- Anima y 7.- Ayuda y facilita el 12.- Ofrece y hace 7.- Anima al pueblo de
acompaña los acceso a los accesible su carisma y Dios a participar en las
procesos de educación sacramentos, siendo servicio en las lecturas y le capacita
en la fe. asesor y gestor de periferias. para hacerlo con
trámites y requisitos. buena dicción, tono,
claridad .
3.- Proclama la 8.- Lidera , coordina y 13.- Promueve y 18.- Busca y capacita
Palabra de Dios en la dirige pastorales, anima los procesos de nuevos catequistas en
Asamblea Litúrgica. comunidades y grupos. catequesis infantil las comunidades de
parroquial. misión.
4.- Promueve la 9.- Anuncia como 14.- Celebra los 19.- Coordina con
comunión y misionero el mensaje Domingos la Palabra Caritas el apoyo en
participación con de Salvación a quienes de Dios con casos de enfermedad,
otros ministerios y el aún no lo conocen. comunión en colonias marginación y
pueblo de Dios. o barrios donde no pobreza.
hay capilla o misa
dominical.
5.- Se encarna en la 10.- Diagnostica la 15.- Diseña proyectos 20.- Visita enfermos
comunidad y la sirve, realidad para descubrir pastorales que y les lleva comunión,
respetando la realidad las necesidades que integran: Asistencia, busca prepararlos a la
y cultura de pobreza. tienen las personas en Promoción humana confesión y unción.
las periferias. y Transformación
Social.

2º Paso: Formar los equipos.

a) Para esta dinámica se requiere la participación de algunos voluntarios, divididos


en 4 equipos.
b) Para organizarse mejor, cada equipo nombrará un coordinador que les ayude a
organizarse.
c) Si hay muchas personas en el encuentro parroquial, los que no queden en
los equipos serán espectadores.

3er Paso: Leer e identificar en equipo las tareas con los ministerios.

c) A cada miembro se le entregará una copia de la tabla de arriba donde


vienen las 20 tareas sin especificar cuál corresponde a cada ministerio
(Anexo 5).
d) Dialogarán para discernir cuál tarea corresponde a cada uno de los
cuatro ministerios. Pueden hacer anotaciones en su hoja.
e) Tendrán este paso únicamente 5 minutos.
Nota: A las personas que no participan en los 4 equipos, se les puede repartir una
copia para que hagan ese ejercicio en grupos espontáneos, aunque no participen
en el concurso.

4º Paso: Ponle la tarea al ministro.

f) Se pondrá, frente a las tareas pegadas en la pared, una mesa con papeletas
de los logotipos de los 4 ministerios. Las papeletas estarán revueltas y
volteadas hacia abajo. Habrá 4 papeletas por ministerio (Anexo 6).
Además, hay cuatro papeletas que incluyen los 4 logos juntos (Anexo 7):

4 papeletas 4 papeletas 4 papeletas 4 papeletas 4 papeletas

g) Se toca la campana y pasa un integrante del primer equipo:


a. elige una papeleta al azar, la voltea,
b. la muestra su equipo y a todos los encuentristas,
c. dice en voz alta que ministerio le toco
d. se dirige a la pared y pega frente a alguna de las 4 tareas
que correspondan a ese ministerio.

h) Tiene únicamente 20 segundos para colocar la papeleta con el logo frente


a la tarea.

Por ejemplo:

1.- Distribuye la 6.- Apoya en la 11.- Promueve cursos 16.- Está disponible
Sagrada Comunión a elaboración de bíblicos populares en para servir
los fieles, materiales catequéticos las periferias. diocesanamente mas
especialmente en la virtuales. allá de su propia
Eucaristía dominical. parroquia.

i) Quien dirige la dinámica, revisa su hoja con la tabla completa que


incluye tareas y ministerio correspondiente.

j) Si el participante del equipo 1 asignó correctamente la tarea, es un


punto para ese equipo. Alguien aparte va llevando la cuenta de los
puntos.

k) El que dirige la dinámica lee en voz alta la tarea y el ministerio al que le


corresponde, para que todos los que están en el encuentro lo tengan
más claro.
l) Si no se colocó la papeleta del ministerio correctamente frente a la tarea,
el que dirige despega la tarea y la pega en la pared, lejos de todas las
tareas. Por ahora no explica cuál es la correcta.

m) Así sucesivamente, pasa el equipo 2, luego el 3 y el 4. Cada equipo tiene


5 oportunidades.

n) Una vez que han pasado todos los equipos, se menciona el equipo ganador
y el que dirige va tomando cada una de las tareas que no fueron bien
asignadas y que están pegadas en un lugar aparte en la pared. La lee en
voz alta, pregunta a todos los participantes si saben a qué ministerio
corresponde y luego, la coloca en el lugar correcto. Así hasta terminar de
pegar en su lugar cada una de las tareas que no fueron correctamente
asignadas.

Anexo 8: Tabla completa con tareas y ministerios:

ACÓLITO CATEQUISTA LECTOR COMÚN


1.- Distribuye la
6.- Apoya en la 11.- Promueve cursos 16.- Está disponible
Sagrada Comunión a
elaboración de bíblicos populares en para servir
los fieles,
materiales catequéticos las periferias. diocesanamente mas
especialmente en la
virtuales. allá de su propia
Eucaristía dominical.
parroquia.

CATEQUISTA ACÓLITO COMÚN LECTOR


7.- Ayuda y facilita 7.- Anima al pueblo
2.- Anima y el acceso a los 12.- Ofrece y hace de Dios a participar
acompaña los sacramentos, siendo accesible su carisma en las lecturas y le
procesos de educación asesor y gestor de y servicio en las capacita para hacerlo
en la fe. trámites y requisitos. periferias. con buena dicción,
tono, claridad .
LECTOR COMÚN CATEQUISTA CATEQUISTA
3.- Proclama la 13.- Promueve y
Palabra de Dios en 8.- Lidera , coordina y anima los procesos 18.- Busca y capacita
la Asamblea dirige pastorales, de catequesis infantil nuevos catequistas en
Litúrgica. comunidades y grupos. parroquial. las comunidades de
misión.
COMÚN LECTOR ACÓLITO CARIDAD
9.- Anuncia como
4.- Promueve la 14.- Celebra los 19.- Coordina con
misionero el mensaje
comunión y Domingos la Palabra Caritas el apoyo en
de Salvación a quienes
participación con de Dios con casos de enfermedad,
aún no lo conocen.
otros ministerios y comunión en colonias marginación y
el pueblo de Dios. o barrios donde no pobreza.
hay capilla o misa
dominical.
CARIDAD CARIDAD CARIDAD ACÓLITO
5.- Se encarna en la 10.- Diagnostica la 20.- Visita enfermos
comunidad y la sirve, realidad para descubrir 15.- Diseña proyectos y les lleva comunión,
respetando la las necesidades que pastorales que busca prepararlos a la
realidad y cultura de tienen las personas en integran: Asistencia, confesión y unción.
pobreza. las periferias. Promoción humana
y Transformación
Social.
5º Paso: Reflexión de cierre de dinámica.

h) Quien dirige la dinámica despega cada una de las 4 cartulinas con los
logotipos de cada ministerio que se pusieron como adorno y las pega
alrededor de una cruz previamente puesta en la pared, a un lado del lugar
donde estaban las tareas. Así, la cruz queda dividiendo los 4 ministerios:
Uno arriba a la izquierda, otro arriba a la derecha, otro abajo a la izquierda
y otro abajo ala derecha.

i) Le pide al equipo 1 que pase y despegue las 4 tareas del ministerio de


catequista y las traslade a la cruz, junto al logo, las lee en voz alta y las
pega; luego el equipo 2 pasa y hace lo mismo con las tareas del Lector; el
equipo 3 con las tareas del Acólito y el 4 con las tareas del Ministro de la
Caridad.

j) Pasan todos a sus lugares y quien dirige, o el sacerdote hace esta breve
reflexión:

Hermanos, hermanas, los ministerios laicales no son una tarea fácil. Miremos las
tareas que llevarán sobre sus hombros. Todos llevamos cargas, todos tenemos
una cruz en los hombros, pero quien sea llamado a un Ministerio Laical, lejos de
que sea un puesto de honor, cargará sobre sí la responsabilidad de ayudar a los
obispos, presbíteros y diáconos, a cargar con esas tareas, especialmente en las
periferias parroquiales y diocesanas, según sea el caso. En las periferias geográficas,
en lugares no atendido o periferias existenciales, con grupos de personas como
migrantes, indigentes, presos, etc.

Ponemos las tareas en la cruz, porque un Ministerio Laical es precisamente eso, un


servicio, un trabajo duro que no hace un patrón, es el trabajo del obrero, del
siervo, del esclavo del Señor. Por ello, ser Ministro Laico no es un premio, sino un
llamado de parte de Dios para que, algunos, sean capacitados y enviados a servir
de una manera más estable, comprometida, dedicando más tiempo, como
colaboradores cercanos del diácono, presbítero o el obispo en algún proyecto
pastoral.
4.- Documento de estudio: Carismas, servicios
pastorales y ministerios laicales (40 minutos).
Esta actividad se hará por pequeños grupos de entre 5 y 10 personas.
Cada participante debe tener a la mano una copia del documento, un lápiz, pluma
o marca texto.

Se sentarán en círculo, nombrarán un moderador que será responsable que la


dinámica de estudio se haga de acuerdo a las instrucciones:

Instrucciones:

a) Leer con serenidad el documento y hacer una pausa de un minuto, al


concluir cada uno de los aparatados 1 al 4.

b) Durante la pausa de un minuto, cada uno subraya alguna frase que le


llame la atención.

c) Mientras se leen estos 4 apartados, no se deben hacer comentarios de


ningún tipo.

d) Se pueden turnar la lectura de manera voluntaria las personas que


deseen leer, pero aclarar que no se debe forzar a nadie a leer pues
algunos podrían batallar con la vista a falta de lentes.

e) Al terminar de leer los 4 apartados, se tendrá un momento para


compartir siguiendo estas indicaciones:

a. Comentar únicamente lo que subrayamos y nos llamó la


atención, evitando aprovechar el momento para dar una charla.

b. Todos deben ser muy breves y tienen una sola oportunidad


para compartir, no se puede volver a hablar.

c. Tampoco se puede forzar a nadie a hablar, pero el moderador irá


dando la palabra a cada uno y cuando alguien se extienda, le
hará saber que el tiempo se consume y que aún faltan más
personas de compartir.
Carismas, servicios pastorales y ministerios laicales
1.- Los ministerios laicales: ¿Honor merecido o servicio de entrega
hasta dar la vida?

“Por aquellos días, se fue Jesús al monte a orar y se pasó la noche en oración con
Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de entre ellos, a
los que llamó apóstoles… después, designó el Señor a otros setenta y dos
discípulos y los envío por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y sitios a
donde él había de ir. Y les dijo: ‘la cosecha es mucha y los obreros pocos. Rueguen
pues al dueño de los campos que envíe obreros a su cosecha” (Lc 6, 12-13; 10, 1-
2).

En este pasaje que hemos leído, queda claro que Jesús llama y elige de entre
todos los discípulos a algunos, primero a los doce, luego a los setenta y dos. Hay y
sigue habiendo más discípulos, pero Jesús después de orar y discernir la voluntad
de su Padre, los ‘distingue’ con un llamado personal a ser sus colaboradores más
cercanos. Pero al llamarlos y distinguirlos de entre los demás discípulos, no lo hace
para darles un puesto de honor que se merecen por ser los mejores, como ellos en
algún momento lo pensaban. En efecto, en una etapa del camino discutieron quien
de ellos era el más importante y el mayor (cfr Lc 22,24), a lo que Jesús responde
que su elección no es como la de los poderosos del mundo que escalan en puestos
oprimiendo a los de abajo, sino, más bien, su llamado es para ser como Él, que
está a la mesa como un sirviente (cfr Lc 22,27) y que esta abajo, ya que, además
de servir la mesa, lava los pies de aquellos a los que sirve (cfr Jn 13, 1-15). Y
cuando expresamente la madre de Santiago y Juan le pide a Jesús un cargo
importante para sus dos hijos, Jesús les pregunta: “¿Pueden beber al cáliz que yo
voy a beber?’ a lo que ellos responden: ‘Si podemos’” (Mt 20, 20-21).

Inmediatamente Jesús les aclara que, si bien han recibido un llamado de entre muchos,
es el Padre quien, en sus planes, concede u otorga los servicios en la comunidad
de creyentes. Ante la pregunta de si podrán beber el cáliz que el beberá, les asegura
que en efecto, sí lo beberán (cfr Mt 20, 23). Pero ese cáliz, lo sabemos, es el
sufrimiento y la muerte, fruto de una entrega de fidelidad al Padre, al pueblo de
Dios y de una entrega generosa hasta dar la vida por amor ‘hasta el extremo’ (cfr
Jn 13,1). Jesús llama a los Doce, a los Setenta y dos, como colaboradores más
cercanos, pero al llamarlos por su nombre, ha pasado la noche en oración y el
Padre, que asigna los lugares de servicio, le ha mostrado a quiénes ubicará en cada
servicio según su carisma. Un carisma es un don que el Espíritu Santo da todos por el
bautismo y la confirmación, a los miembros del Cuerpo de Cristo, sean o no servidores.
Los carismas se ejercen en la vida ordinaria, como servicio en el mundo, al servicio
de la fe. La misión principal de los laicos, es precisamente servir y amar a Dios y al
prójimo, en donde viven, estudian o trabajan. Los carismas también se ejercen en
los apostolados y servicios pastorales de la Iglesia.
Los servicios en la Iglesia nacen de los carismas y, al igual que en tiempos de Jesús,
los servicios no se limitan a los Doce apóstoles y a los Setenta y dos, ya que la
necesidad de sembrar y cosechar frutos de fe, ya que eso es evangelizar, es enorme y
sobre pasa las fuerzas de unos cuantos. Por ello a los Doce, a los Setenta y dos y a
nosotros, nos invita Jesús a pedir al dueño de los campos que llame y envíe más
trabajadores y servidores. Aunque todo bautizado está llamado a servir, en la
práctica pastoral, se ha llamado ‘SERVIDORES’ a quienes colaboran con alguna
responsabilidad en la Iglesia. De entre los servidores, la Iglesia como lo hacía
Jesús, después de orar y discernir, elige y llama a algunos como de ellos como
‘MINISTROS’. La palabra ‘ministro’ o ‘ministerio’ también significa servicio, pero
en la Iglesia, recibir un ministerio, significa que la persona es llamada a ‘beber del
cáliz’ que Jesús ha bebido, para una entrega de la vida más exigente, al servicio de
la evangelización y con disponibilidad a ser enviados más allá de nuestro lugar de
servicio, a las periferias del mundo, a los marginados, a lugares de riesgo, a donde
nadie ha llegado aún o a donde muchos no pueden o quieren ir. Un fiel que sirve a
Dios en la vida diaria, no es menos que un ‘servidor’ que tiene algún cargo en una
parroquia; un ‘servidor’ no es menos que un ‘ministro’. Si Jesús ‘distingue’ a
algunos de entre muchos, como hemos dicho, es para ponerlos al servicio de los
demás: El ministro es un servidor de servidores y el servidor está al servicio de
todo fiel.

De entre los ministerios en la Iglesia, distinguimos el ministerio ordenado, que


la Iglesia lo confiere mediante el sacramento del Orden (diáconos, presbíteros y
obispos), y el ministerio laical, que el obispo diocesano confiere en una
ceremonia pública a un fiel laico, mujer o varón, de manera más estable, para
servir, desde su parroquia o en otro lugar de la Diócesis. El ministerio laical no es
un apostolado pasajero, por lo que antes de conferirlo, se debe hacer un atento
discernimiento y se debe garantizar antes, que la persona está disponible para un
servicio más estable y dedicado; por otro lado, como será instituido públicamente,
debe ser una persona “llena del Espíritu Santo, de buena fama y sabia” (cfr Hch
6,3). Es importante lo que las Orientaciones para los Ministerios Laicales del
Episcopado Mexicano nos aclaran: “Todo ministerio es un servicio, pero no todo
servicio es un ministerio” (OML Pág 48).

¿Qué es lo que distingue a un ministerio de un servicio? Además de el compromiso


más estable de servicio y entrega, el que es llamado a un ministerio laical instituido
para estar al frente en tareas de coordinación, lo hará en estrecha colaboración
con la jerarquía, ya que los ministros laicos, son fieles y cercanos colaboradores de
los diáconos, presbíteros y obispos: «Los laicos también pueden ser llamados de
diversos modos a una colaboración más inmediata con el apostolado de la
Jerarquía, al igual que aquellos hombres y mujeres que ayudaban al apóstol Pablo
en la evangelización, trabajando mucho por el Señor» (Lumen Gentium, 33). Ser
un brazo derecho del párroco, es una característica de esta cercana colaboración de
un ministro laico con la jerarquía. Pero, al ser alguien de confianza, como San Juan
Diego a quien la Virgen le llama ‘mi embajador muy digno de confianza’, puede ser
enviado a trabajar como representante de la Iglesia en comunidades misioneras,
grupos o pastorales. Por ello,
es alguien maduro en su fe, bien formado y con un testimonio de vida que le ha
dado autoridad moral. Un ministerio no se implanta en una persona, ni se busca
como una meta nueva en la vida pastoral, mucho menos como un premio que un
pastor otorga a un laico o laica por amistad. Los ministerios nacen primero como
carismas que da el Espíritu Santo, que se ejercen mediante algún servicio, por lo
que la comunidad eclesial, busca esos frutos de servicio que están ya floreciendo
en una persona concreta, los reconoce y le instituye oficialmente como ministro.
Por ello la importancia de esta afirmación: ‘Los ministerios hacen la comunidad y la
comunidad discierne los ministerios que otorga el Espíritu Santo’
(Orientaciones para los Ministerios Laicales, CEM Pág 34).

2.- Nuevos y antiguos ministerios laicales.

Hay dos grandes grupos de ministerios laicales: los ‘instituidos’, que tienen
reconocimiento universal, en toda la Iglesia, y los ministerios ‘reconocidos’ por el
obispo en su diócesis o por todos los obispos a nivel nacional. El Concilio Vaticano
II y el Magisterio posterior, como Ministeria Quiaedam de Pablo VI, animó a las
Conferencias Episcopales Nacionales a impulsar los ministerios laicales instituidos y
reconocidos. Hasta hace poco, solo teníamos dos ministerios laicales instituidos: el de
Lector y el de Acólito, mismos que eran otorgados exclusivamente a varones, de
manera temporal previamente a la ordenación diaconal o presbiteral. El 10 de
enero de 2021, en la fiesta del Bautismo del Señor, el Papa Francisco nos
sorprende al publicar el documento Spiritus Domini, como Montu Propio (Ley
eclesial), en el que abre ambos ministerios de Lector y Acólito también a las
mujeres, y además, para tanto para ellas, como para los varones, ambos ministerios
adquieren un carácter más estable, es decir, se da una sola vez y en adelante, para
muchos años e incluso, toda la vida, aunque no sea obligatorio hasta la muerte
como el Matrimonio o el sacramento del Orden. Unos meses después, ese mismo
año, el 10 Mayo, el Santo Padre nos vuelve a sorprender instituyendo, en el Montu
propio Antiquum Ministerium, un nuevo y a la vez antiguo ministerio: el de
Catequista. Tenemos así tres ministerios instituidos. En nuestra Arquidiócesis,
nuestro Arzobispo, habiendo consultado a su Consejo Episcopal, ha decidido crear
en nuestra Iglesia particular de Monterrey, el Ministerio Laical de la Caridad.

Los carismas, servicios y ministerios, brotan como de una fuente de agua viva de
nuestro Bautismo y bajan como fuego que enciende la pasión por la evangelización
como gracia de nuestra Confirmación. Después de recibir el agua del bautismo, en
el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, el ministro que nos bautizó,
pidió a Dios que nos ungiera con el crisma de la salvación, para que fuéramos
incorporados a su pueblo, para siempre, como miembros de Cristo Sacerdote,
Profeta y Rey (cfr Ritual del Bautismo). Fuimos ungidos in persona Christi, lo que
significa que el que nos ungió realmente fue Jesús mismo, llenándonos de su
Espíritu, para que como Él lo hizo, sirvamos al pueblo de Dios, desde la triple
misión de anunciar la Palabra (Profeta), ejercer la caridad (Rey servidor) y abrir las
puertas de la gracia mediante la
celebración litúrgica de nuestra fe, ofreciendo en la misión evangelizadora nuestras
propias vidas, como ofrenda agradable al Padre (Sacerdote).
En la Iglesia, todos los servicios se engloban en tres pastorales básicas que se originan
en el triple ministerio de Cristo: Profética (Predicación y catequesis), Litúrgica
(oración-celebración) y Social (Caridad-compromiso social). El ministerio de Lector
y el Catequista, se insertan en la Pastoral Profética o Catequética; el Acólito en la
Pastoral Litúrgica y el ministro de la Caridad en Pastoral Social.

3.- Tentaciones y riesgos ante los nuevos ministerios:

La apertura de los nuevos y antiguos ministerios laicales que deseamos impulsar


en nuestra Arquidiócesis, por más que aclaremos que no son privilegios que deben
buscarse para sobresalir por encima de los demás, es posible que, aún sin darnos
cuenta, de no ser elegidos nos sintamos menos y de sí serlo, nos sintamos más.

Primer riesgo: Menospreciar mi identidad bautismal.

No hay mayor título que ser hijo de Dios. ¡Tú lo eres por el bautismo! Recordemos
que Jesús en su bautismo se pone en la fila entre prostitutas y pecadores para ser
bautizado sin privilegios, como uno más del pueblo. El Padre lo ve así, de hombro
a hombro con sus hermanos y por eso dice con orgullo: ‘¡Este es mi hijo amado!’
(Cfr Mt 3,17). En el desierto Satanás dos veces lo tienta tratando de hacerle dudar
su identidad y espiritualidad de ‘hijo amado’ cuando le dice: ‘Si en verdad eres hijo
de Dios’… convierte las piedras en pan, con privilegios, y lánzate desde lo alto del
templo en Jerusalén, que se te note que eres el Hijo cuando los ángeles no dejen
que te caigas. Además, lo lleva a un monte alto y le ofrece que él solo, puede
conquistar todo, haciendo a un lado a los demás, sobresaliendo y llevándose todo
el mérito. Pero Jesús rechaza esos privilegios, y es fiel a su opción por encarnarse
en la realidad del pueblo, como lo vivió desde que nació. En este sentido, afirma la
Carta a los Hebreos que Jesús aún siendo el único santo y eterno Sacerdote ‘no se
avergüenza de llamarnos hermanos” (Hb 2,11).

Segundo riesgo: Reclamar el derecho de antigüedad.

Puede ser que algunos laicos y laicas, como le puede suceder también a los
ministros ordenados, con el tiempo se sientan dueños de la parroquia, el grupo,
capilla o área pastoral en la que llevan muchos años sirviendo. Jesús elige a personas
con antigüedad en el servicio, como Simeón y Ana, para ser los primeros en
proclamar la Buena Nueva en el Templo como ‘Lectores’, pero ellos, no eran de los
que se sentían con derechos, ni ocupaban los lugares de honor en el Sanedrín,
eran gente sencilla, de oración y con una vida de entrega fiel en su servicio de
oración, como Acólitos. Jesús también convocó gente nueva como Mateo y
Magdalena, recién convertidos y afirmo que: ‘el vino nuevo se pone en odres
nuevos’ (cfr Mt 9,17). Un ministro laico puede ser joven, adulto o de la tercera
edad, pero nunca debemos elegir a alguien que por antigüedad, se siente con
derecho al puesto y le gusta el poder, mandar, que humilla
a la gente, que ve desde arriba, arrogante y grosero. ¡Esperaríamos que en las
parroquias no hubiera gente así! Pero las hay. ¡La antigüedad no da el derecho a
aspirar a los ministerios laicales! ¡Solo el testimonio probado de una vida
entregada a Dios y a los hermanos sin privilegios! También pueden ser ministros
quienes tienen muchos años sirviendo, siempre y cuando sean auténticos servidores
que saben bajarse a lavar los pies, a servir las mesas y que ven a Cristo en los más
pobres y pequeños, los que nada nos dan a cambio y por los que desean entregar
la vida gratuitamente.

Tercer riesgo. Secuestrar los ministerios en Templos de puertas cerradas.

Una vez que vence las tentaciones en el desierto, el Espíritu lo conduce a la


misión, pero antes, en y en la Sinagoga de Nazaret (Cfr. Lc 4, 16 ss), ungido por el
Espíritu Santo, es enviado a ‘proclamar a los pobres la Buena Nueva (Pastoral
profética) y liberar al cautivo, dar la vista al ciego (Pastoral Social) y proclamar un
tiempo de gracia, que ‘hoy’ se hace realidad en la asamblea que ora y busca en la
Palabra la voluntad de Dios (Pastoral Litúrgica). El ministerio no es para encerrarlo
en la Sinagoga, por ello cuando les dice que es envido a las ovejas perdidas, como
los profetas Elías y Eliseo, y no a ellos que son las 99 o el hermano mayor del hijo
pródigo, se enfurecen y tratan de matarle. Pero Jesús simplemente abre las
puertas y sale hacia las periferias, a las que entregará su vida en servicio
evangelizador y misionero.

A quiénes sean llamados a los ministerios laicales, el Espíritu Santo los ungirá, no para
Amontonarlos en la parroquia o en el altar en torno al sacerdote, aunque también
lo hagan, como Jesús que seguirá sirviendo en las sinagogas y el Templo. El
Espíritu los ungirá y enviará a las periferias a servir a aquellos que están lejos. Por
ello:

 No necesitamos ministros Acólitos de lujo, amontonados en torno al altar,


peleando turnos para estar ‘arriba’; lo que sí necesitamos es ministros que
adoren el misterio eucarístico y el misterio de Cristo encarnado en el que sufre,
amor que los mueva a salir a acercar y facilitar el acceso a la vida
sacramental a los que están lejos.

 No necesitamos ministros Catequistas y Lectores que, creyéndose más


preparados, humillen y condenen a la gente sabia y sencilla del pueblo, con
gran fe y que creen juzgan ignorante; lo que sí necesitamos son hermanos que
con sencillez y sabiduría deseen llevar la Buena Nueva a los marginados en
quienes reconocen una gran fe, aunque a veces desorientada.

 No necesitamos ministros de la Caridad que aspiren hacer negocio con los


donativos destinados a los más pobres, lo que sí necesitamos son ministros que
compartan su vida y den gratuitamente su vida al servicio de los más
pobres y excluidos desde una pastoral social incluyente y participativa.
No debemos olvidar que las multitudes hambrientas nos esperan afuera, en las
periferias parroquiales y diocesanas, periferias pobladas por personas de fe, pero que
están cansadas y abatidas como ovejas sin pastor (cfr Mt 9), gente que tiene
hambre de la Palabra, así como necesidad de ser sanados y liberados de sus
males, personas con sed de la gracia de los sacramentos, de los cuales muchas veces
los hemos excluido por cierta burocracia y en algunos casos, abuso en los cobros.
Cuando piensen en posibles candidatos a cualquiera de los cuatro ministerios,
piensen en personas que tienen pasión por servir a los más alejados, a los más
pobres, servidores que no se quedan encerrados y temerosos, sino servidores
siempre dispuestos a ser enviados a las periferias geográficas y existenciales. En
nuestra Arquidiócesis, ese es el toque distintivo de los ministerios laicales.

4.- Búsqueda orada de candidatas y candidatos.

Como en el pasaje de Hechos de los Apóstoles que hemos meditado en la reflexión


inicial de este encuentro de discernimiento comunitario (cfr Hch 6, 1-7), el Papa
Francisco y en nuestra Arquidiócesis nuestro Arzobispo, ante la gran necesidad de
colaboradores para servir mejor, nos han lanzado la iniciativa de implementar los
ministerios laicales, y al mismo tiempo, como también lo hicieron los apóstoles,
nos delegan a la comunidad para que en oración y búsqueda sincera de la
voluntad de Dios, hagamos un discernimiento comunitario, como Jesús que pasó la
noche en oración, para encontrar, identificar a los posibles candidatos a los
ministerios laicales, con nombre y apellido, con carisma y con el perfil propio para
cada ministerio. Tenemos que levantar la mirada y ver la cosecha de frutos que
algunos hermanos y hermanas nuestros, están ya dando en los servicios
relacionados con la Palabra, Liturgia y la Caridad.

Para facilitar este discernimiento, les ofrecemos los perfiles y tareas para cada uno
de los cuatro ministerios, para que oren y pidan luz para que el Señor les inspire
nombres de personas que creen, podrían ser los candidato o candidatas a cada uno
de los ministerios. Pero les pedimos que lo hagan en oración, delante de Dios y que
mientras oran, si vienen algunos nombres a su mente para los diversos ministerios,
los anoten, si creen en verdad que esa persona se identifica con el perfil deseado.

Luego, como se les indicará, depositarán de manera secreta, los nombres ante el altar,
para dejarlo en manos de Dios. Nuestro párroco, pastor de la comunidad, tiene la
encomienda, de discernir si alguno de los candidatos propuestos, por razones que
solo él sabe, no está por ahora en el tiempo y momento de iniciar la formación.
Luego, nuestro párroco, presentará los nombres de los candidatos idóneos ante
Consejo de Pastoral parroquial, para que en oración, disciernan y elijan de entre
los candidatos propuestos por la comunidad, los 10 que consideren disponibles y
por el momento, más idóneos. Si ellos aceptan después de una entrevista con el
párroco, la lista de los candidatos será lista presentada al Arzobispo, dando fe de que
se ha hecho un serio y prudente discernimiento.
5.- Tareas perfil y carisma de los candidatos y candidatas a los
ministerios laicales.

cernimiento. Sin embargo, si la parroquia que organiza el Encuentro lo ve conveniente y dispone de otros 20 minu

I.- Perfil COMÚN de los candidatos y candidatas a los 4 ministerios.

1. Es un persona que, por su testimonio de vida y servicio, tiene autoridad


y respeto entre los miembros de la comunidad.
2. Sabe trabajar en equipo, tiene facilidad para convocar y trabajar con
diversas personas sin ser excluyente.
3. Busca la unidad de la comunidad y evita las intrigas y divisiones.
4. Le gusta y está disponible para servir a los más alejados y marginados,
buscando siempre el modo de que la gente alejada se acerque.
5. Tiene buena relación con los sacerdotes y diáconos, así como con
los coordinadores de los grupos y capillas.
6. Es una persona que, por sus situación familiar y laboral, tiene
disponibilidad para ofrecer un servicio más estable, dedicando un poco
más tiempo al servicio.
7. Es una persona que no anda ‘de flor en flor’, sino que, asume
compromisos, los cumple, no huyendo de su responsabilidad y cuando es
movido por la autoridad competente, lo aceptan con docilidad y obedece.

II.- Perfil ESPECÍFICO y tareas de los candidatos y candidatas al


ministerio de:

LECTOR
Tareas:

1. Proclama la palabra de Dios en la asamblea litúrgica.


2. Anuncia como misionero el mensaje de salvación a quienes aún
lo desconocen
3. Promotor de cursos bíblicos populares en las periferias.
4. Celebra la Palabra en colonias y comunidades donde no es posible
la eucaristía dominical.
5. Anima al pueblo de Dios a participar en las lecturas y le capacita
para hacerlo con buena dicción, claridad, tono, gestos apropiados,
etc.
6. Inicia los procesos de evangelización kerigmática, abriendo brecha, en
comunidades nuevas o antiguas no atendidas.
7. Canaliza a la gente que ha vivido un kerigma a los procesos
parroquiales de catequesis, haciendo equipo con el Ministerio de la
Catequesis.

Perfil y carisma:

a) Muestra conocimiento y amor por la Sagrada Escritura.


b) Gusta y practica de la oración con la Palabra de Dios.
c) Capaz de transmitir con sencillez, sabiduría y profundidad, la
verdad contenida en la Sagrada Escritura.
d) Sabe inculturar (adaptar) el mensaje en el lenguaje de la gente.
e) Tiene claridad en las verdades de la fe Católica y al mismo
tiempo prudencia para saber dialogar con hermanos de otras
confesiones.
f) Se distingue por su espíritu misionero y evangelizador, con gusto y
experiencia de llevar la Palabra de Dios a los más alejados, en
retiros, misiones, visiteo, etc.

CATEQUISTA.
Tareas:

1. Anima y acompaña de forma organizada y sistemática los procesos de


educación en la fe que lleven a las personas conocimiento más profundo
de la persona y del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo
2. Asesora y colabora en la formación permanente de los catequistas.
3. Busca y capacita nuevos catequistas en las comunidades de misión.
4. Promueve y anima los procesos de Catequesis infantil parroquial.
5. Promueve y acompaña procesos de iniciación cristiana para
adolescentes, jóvenes y adultos en vinculación con Pastoral Juvenil y
Familiar.
6. Asesoran y acompañan a a las personas para facilitar los procesos de trámites
y papelería en coordinación con la oficina parroquial.
7. Apoya en la creación y elaboración de materiales catequéticos virtuales.

Perfil y carisma:

a) Conoce el Catecismo de la Iglesia y las Sagradas Escrituras sabe como


trasmitirla
b) Tiene facilidad para conducir en el conocimiento y amor de Dios
c) Sabe acompañar en el proceso de la fe
d) Le gusta estar en formación y actualización continua
e) Tiene facilidad para convocar
f) Comparte al Señor en su vivir.
g) Persona de fe, coherente, que frecuente los sacramentos, orante,
h) Sabe escuchar, responsable.
i) Lleva al encuentro de Jesús a cualquier persona con palabras y con
su testimonio.
j) Capaz de comprometerse con la comunidad cristiana para formar, educar
y conducir a los niños jóvenes o adultos en su proceso de fe.
k) Hombre y mujer audaz propicia el desarrollo integral de la persona.

ACÓLITO.
Tareas y funciones:

1. Participan de un modo más comprimetido en las celebraciones litúrgicas de


la Iglesia.
2. Distribuyen la sagrada comunión a los fieles especialmente en la Eucaristía
dominical.
3. Celebra los Domingos la Palabra de Dios con Comunión en colonias
y barrios donde no hay capilla o misa dominical.
4. En las colonias y barrios de misión anima a la gente a participar en horas
santas y celebraciones litúrgicas
5. Ayuda a facilitar el acceso a los sacramentos s, siendo asesor y gestores de
trámites y requisitos.
6. Visita enfermos y les lleva la comunión, buscar prepararlos a la confesión
y unción y acompaña sus familias.
7. Celebran exequias y acompañar procesos de duelo en equipo con
los Lectores.

Perfil y carisma:

a) Amor a la Eucaristía: participación dominical.


b) Espiritualidad de servicio (lavar pies):
c) Gusto y conocimiento básico de la liturgia
d) Amor al Pueblo de Dios y sensibilidad ante su religiosidad y necesidades
e) Espiritualidad oblativa (de entrega) y contemplativa del misterio eucarístico.
f) Conocimiento y respeto de los lugares y objetos sagrados.
g) Pasión y disposición por la misión en periferias y por hacer accesible
la presencia sacramental de Cristo.
h) De preferencia que haya sido o sea ministro extraordinario de la comunión.
Ministro de la CARIDAD
Tareas y funciones:

1. Se encarna en la comunidad y la sirve, respetando la realidad y cultura de


pobreza.
2. Diagnostica la realidad para descubrir las necesidades que tienen las
personas en las periferias.
3. Diseña proyectos pastorales que integren la Asistencia, Promoción Humana,
y Transformación social.
4. Acompaña y se coordina con Cáritas u otros organismos, en el apoyo a
casos de personas en situaciones de pobreza, enfermedad, marginación,
etc.
5. En equipo con catequesis infantil, gestiona proyectos en apoyo a situaciones
particulares de los niños del catecismo.
6. En colaboración con los Acólitos da seguimiento a los casos de personas
enfermas que requieren apoyo temporal o permanente.
7. Promueve la participación de la parroquia en las pastorales diocesanas que
sirven a los presos, enfermos, adultos mayores, migrantes, etc.

Perfil y carisma:

a) Muestra un amor a la Palabra y a la Eucaristía


b) Se identifica con el pobre descubriendo en él, el rostro de Cristo
c) Posee una sensibilidad especial, a manera de tocar las heridas de los más
necesitados
d) Tiene un trato amable, alegre, tierno y desinteresado
e) Capacidad de elaborar un proyecto con metas, objetivos y programas
f) Capacidad para trabajar en equipo
g) Posee inteligencia emocional para las relaciones humanas.
5.- HORA SANTA:
Oración para identificar candidatos (40 minutos).
1.- Material que se va a utilizar:

Cada persona deberá llevar su documento de estudio, y tenerlo abierto en el


apartado 5.-Tareas perfil y carisma de los candidatos y candidatas a los
ministerios laicales.

Una copia de la Boleta para Identificar los 4 Ministerios Laicales

Un lápiz o pluma.

Explicación del objetivo de este momento de oración.


Se tendrá una caja a modo de urna, adornada con algún signo de los ministerios
laicales, con una abertura para que se depositen las boletas en el momento que
se indique.

Ocuparemos bocina para reproducir los cantos, aunque la parroquia podría llevar u
coro y cantarlos en vivo. Los cantos pueden ser cambiados, buscando que se
adecuen al momento y tema reflexionado.

2.- Explicación del objetivo e intención de la Hora Santa.

Estamos viviendo un Encuentro Parroquial de Discernimiento Comunitario, como


se explico al inicio, cuyo objetivo es buscar e IDENTIFICAR de entre nosotros, así
como lo hizo la asamblea de Hch 6,1-7, a los candidatos a los nuevos ministerios.

Pero todo ejercicio de discernimiento implica oración, como Jesús que pasó la
noche orando antes de llamar a los Doce. Se trata de preguntarle a Jesús, a
quienes ha elegido Él para los ministerios y ponernos a su disposición como
instrumentos de búsqueda.
Por ello, una vez que hemos comprendido qué y cuales son los nuevos ministerios
y sus tareas, en esta Hora Santa, pediremos al Señor que su Espíritu nos guíen en
esta búsqueda.

Decimos IDENTIFICAR porque el Espíritu Santo ya ha ungido a algunos


hermanos nuestros con el carisma de cada ministerio, de hecho, ya tienen
experiencia y además, un perfil concreto. Por ello, lo que haremos en oración, y
que se puede prolongar los días posteriores a este Encuentro, es buscar e
identificar de entre nosotros, a los candidatos a los cuatro ministerios.

Durante la oración se nos irá guiando en cómo hacer este discernimiento.


Nuestro párroco, con las sugerencias que le hagamos, haré él también, como
pastor de esta comunidad, su discernimiento.

3.- Monición Inicial:

Hermanos reunidos en este ejercicio de asamblea parroquial, nos preparamos


para tener un encuentro con Jesús Sacramentado. Avivemos nuestra fe y confianza
en su presencia Eucarística.

Pidamos humildemente la gracia de su Espíritu para dirigir a Él nuestra alabanza y


adoración, así como nuestra búsqueda de los candidatos a los ministerios laicales.

Presentemos a Él nuestros gozos y esperanzas, preocupaciones y sufrimientos por las


necesidades de la parroquial, por la crisis vocacional, por por nuestros sacerdotes
tan llenos de cargas.

Él que dijo, Vengan a mí, tomen mi yugo, que mi carga es ligera’, nos comprende
y viene en nuestra ayuda. Pongamos a sus pies nuestros miedos especialmente ante
esta tarea que se nos encomienda de buscar de entre nosotros a los candidatos a los
ministerios. Nos reconocemos frágiles, por eso, pidámosle la luz y sabiduría para
cumplir esta encomienda con fe.

4.- Exposición Del Santísimo (Sacerdote o Diácono).

CANTO: (BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS)


https://www.youtube.com/watch?v=M80MyMw6HN8

EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA SEA POR SIEMPRE BENDITO Y


ALABADO. R: EL CORAZON AMOROSO DE JESÚS SACRAMENTADO.
HAGAMOS UN ACTO DE FE, ESPERANZA Y
CARIDAD. PADRE NUESTRO…..
AVE
MARIA…
GLORIA…
ADOREMOS Y DEMOS GRACIAS EN CADA INSTANTE Y
MOMENTO R: AL SANTÍSIMO Y DIVINISIMO SACRAMENTO.

Lectura de Lucas 6, 12-13


“Por aquellos días, se fue al monte a rezar y se pasó la noche orando a
Dios. Cuando se hizo de día, llamo a sus discípulos y eligió doce de entre
ellos.”

ORACION:
Estamos hoy aquí ante tu presencia Señor.
Para pedirte luz y sabiduría ante la tarea de búsqueda que nos encomiendas.
Eres un Dios bueno, y grande es tu amor para con nosotros y sabemos que
seguramente ya has ungido con los carismas necesarios para los cuatro ministerios a
hermanos de la comunidad. Danos un corazón humilde y sencillo, capaz de
discernir tu voluntad e identificar los rostros de estos hermanos nuestros.
Amén.

CANTO: (Que bien se esta aquí Señor) https://www.youtube.com/watch?


v=Zup8lz1nybI

5.- Reflexión Meditada e identificación de candidatos:

MINISTERIO DEL LECTOR

a) Lectura de Hechos 8, 26-31.34-35

Lector 1:

“Un ángel del Señor se presento a Felipe y le dijo : Dirijete hacia al sur, por el
camino que baja de Jerusalén a Gaza; no pasa nadie en estos momentos. Felipe
se levantó y se puso en camino. Y justamente paso un Etíope, un eunuco de
Candences, reina de Etiopía, un alto funcionario al que la reina encargaba la
administración de su tesoro. Había ido a Jerusalén a rendir culto a Dios y ahora
regresaba, sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.

El Espíritu dijo a Felipe: acercate a ese carro y quédate pegado a su lado. Y


mientras Felipe corría, le oía leer al profeta Isaías. Le pregunto: ¿Entiendes lo que
estás leyendo? El etíope contesto: ¿Cómo lo voy a entender si no tengo quien me
lo explique? En seguida invito a Felipe a que subiera y se sentara a su lado.
El etíope pregunto a Felipe: dime por favor, ¿A quién se refiere el profeta? ¿A si
mismo u otro? Felipe empezó a hablar y a anunciarle a Jesús partiendo de este
texto de la Escritura.”
b) Lectura guiada del apartado 5 del documento de estudio el perfil y tareas
del ministerio de Lector.

Lector 2: Hermanos, sigamos atentamente la lectura del perfil y tareas del


ministerio laical de Lector, y al leer, seguramente se vendrá a su mente algún o
algunos nombres.

El lector va guiando la lectura de manera pausada.

c) Oración

Lector 1:

Señor haz que estemos abiertos a tu Espíritu.Que tengamos la disposición


de acercarnos con nuestros hermanos que necesitan escuchar tu palabra.
Tantos hermanos nuestros que tienen hambre de tu Palabra y son tan pocos los
que ayudan a que sea mejor comprendida. Mueve nuestro corazón a que
deseemos sentarnos con nuestros hermanos a meditar tu palabra llena de
vida.Señor ayudanos a ser instrumentos para llamar. Muestranos como comunidad
parroquial a quienes has elegido para este ministerio de LECTOR. Amén

d) Identificar algunos nombres y anotarlos.

Lector 1: Hermanos, ahora en su papeleta donde viene el Ministerio de


Lector, anoten, si, han pensado en algún hermano o hermana de la
comunidad que se identifica con el perfil y tareas de este ministerio.

e) Canto.

Mientras los participantes hacen su discernimiento, se puede acompañar este


momento con un canto, como fondo, pero sin distraerlos de su trabajo.

CANTO:
(MENSAJERO DE LA PAZ)
https://www.youtube.com/watch?v=_Y7LvsJbs2I

MINISTERIO DEL ACOLITO:

a) Lectura de Números 3,5-9. 11-12

Lector 1:

“En aquellos días, el Señor le dijo a Moisés: “Convoca a la tribu de Leví y ponla a
la disposición del sacerdote Aarón; estarán a su servicio y al de toda la comunidad
en lo referente al culto, en la tienda de reunión, y cuidarán de todos los objetos
de la misma. Aparta a los Levitas y asígnalos al servicio de Aarón y de sus
descendientes”. “Yavé dijo a Moisés: He elegido a los levitas de entre los demás
hijos de Israel, en lugar de todos los primogénitos de israel, de los que abren el
seno materno: los levitas serán, pues, para mí.”

b) Lectura guiada del apartado 5 del documento de estudio el perfil y tareas


del ministerio del ACÓLITO.

Lector 2:

Hermanos, sigamos atentamente la lectura del perfil y tareas del ministerio laical
de Acólito, y al leer, seguramente se vendrá a su mente algún o algunos
nombres.

El lector va guiando la lectura de manera pausada.

c) Oración

Lector 1:

Señor solo tú eres digno de toda gloria y alabanza. Concédenos humildad y


sencillez para servirte en el altar, y así contribuir con bondad y alegría, revelar la
grandeza del misterio pascual de tu hijo Jesús. Señor ayudanos a ser instrumentos
para llamar.Muestranos como comunidad parroquial a quienes has elegido para
este ministerio de ACOLITADO.Amén

d) Identificar algunos nombres y anotarlos.

Lector 1: Hermanos, ahora en su papeleta donde viene el Ministerio de


Acólito, anoten, si, han pensado en algún hermano o hermana de la
comunidad que se identifica con el perfil y tareas de este ministerio.
e) Canto.

Mientras los participantes hacen su discernimiento, se puede acompañar este


momento con un canto, como fondo, pero sin distraerlos de su trabajo.

( Ya no eres pan y vino) https://www.youtube.com/watch?


v=bKdbZRNX6m0

MINISTERIO DE LA CARIDAD:

a) Lectura de Isaías 58, 1. 5-11

Lector 1:

“Esto dice el Señor: “Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la voz
como trompeta. ¿Acaso es este el ayuno que me agrada? ¿Es ésta la
mortificación que yo acepto del hombre: encorvar la cabeza como un junco y
acostarse sobre saco y ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor? El
ayuno que yo quiero de ti es éste: que rompas las cadenas injustas y levantes los
yugos opresores; que liberes a los oprimidos y rompas todos los yugos; que
compartas tu pan con el hambriento y abras tu casa al pobre sin techo; que
vistas al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu
luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino a la
justicia y la gloria del Señor cerrará t marcha. Entonces clamarás al Señor y te
responderá
Lo llamarás y te dirá ‘Aquí estoy’.”

b) Lectura guiada del apartado 5 del documento de estudio el perfil y tareas


del ministerio de la CARIDAD.

Lector 2:
Hermanos, sigamos atentamente la lectura del perfil y tareas del ministerio laical
de la Caridad, y al leer, seguramente se vendrá a su mente algún o algunos
nombres.

El lector va guiando la lectura de manera pausada.

c) Oración

Lector 1:

Señor concédenos la gracia de tener un corazón generoso, siempre abierto al


amor de nuestros hermanos más necesitados. Enséñanos amar como tu amas, a
perdonar como tu perdonas. A desprendernos de nosotros mismos, para darnos
en plenitud como Tú Señor lo haces con nosotros. Gracias Señor por tu gran
amor. Permíteme escuchar tu voz en lo más profundo de mi corazón, ayúdame a
descubrir donde quieres que te sirva. Aquí estoy que tu siervo, escucha.

Señor ayudanos a ser instrumentos para llamar. Muestranos como


comunidad parroquial a quienes has elegido para este ministerio de la
CARIDAD. Amén

d) Identificar algunos nombres y anotarlos.

Lector 1: Hermanos, ahora en su papeleta donde viene el Ministerio de la


Caridad, anoten, si, han pensado en algún hermano o hermana de la comunidad
que se identifica con el perfil y tareas de este ministerio.

e) Canto.

Mientras los participantes hacen su discernimiento, se puede acompañar este


momento con un canto, como fondo, pero sin distraerlos de su trabajo.
( AMAR ES ENTREGARSE)
https://www.youtube.com/watch?v=pN8bis31Pa0
MINISTERIO DE CATEQUESIS:

a) Lectura de Lc 24, 15-17. 19.21. 25-32

Lector 1:

15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y


caminó a su lado; pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. Él
les dijo: «¿De qué discuten por el camino?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el
Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de
todo el pueblo … Nosotros esperábamos…

Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los
profetas! ¿No era necesario el Cristo padeciera eso para entrar que así en su gloria?»,
empezando por Moisés y continuando por todos los profetás, les explicó lo que
había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo,
ademán de seguir adelante. Pero ellos le rogaron insistentemente: «Quédate con
nosotros, porque atardece y el día ha declinado.» Entró, pues, y se quedó con
ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y
sè lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él
desapareció de su vista. Se dijeron uno a otro: No estaba ardiendo nuestro
corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?»

b) Lectura guiada del apartado 5 del documento de estudio el perfil y tareas


del ministerio de CATEQUISTA.

Lector 2:

Hermanos, sigamos atentamente la lectura del perfil y tareas del ministerio laical
del Catequista, seguramente se vendrá a su mente algún o algunos nombres.

El lector va guiando la lectura de manera pausada.

c) Oración

Lector 1:

Dios cuenta contigo:


Sólo Dios puede dar la fe, pero tu puedes dar tu testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza, pero tú puedes dar confianza a tus
hermanos. Sólo Dios puede dar el amor, pero tú puedes enseñar a otros a
amar.
Sólo Dios puede dar la paz, pero tú puedes sembrar la unión.
Sólo Dios puede dar la fuerza, pero tú puedes sostener al que
cae. Sólo Dios es el camino, pero tú lo puedes indicar a otros.
Sólo Dios es la luz, pero tú la puedes hacer brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida, pero tú puedes despertar en los otros el deseo de vivir.
Sólo Dios puede realizar lo que parece imposible, pero tú lo podrás hacer
posible. Sólo Dios podría bastarse a sí mismo, pero Él prefiere contar contigo.

Señor ayudanos a ser instrumentos para llamar. Muestranos como


comunidad parroquial a quienes has elegido para este ministerio del
CATEQUISTA. Amén

d) Identificar algunos nombres y anotarlos.

Lector 1: Hermanos, ahora en su papeleta donde viene el Ministerio de


Catequista, anoten, si, han pensado en algún hermano o hermana de la
comunidad que se identifica con el perfil y tareas de este ministerio.

e) Canto.

Mientras los participantes hacen su discernimiento, se puede acompañar este


momento con un canto, como fondo, pero sin distraerlos de su trabajo.
(UN VASO NUEVO)
https://www.youtube.com/watch?v=9Vm4SMNPwkk

VOCACIÓN SACERDOTAL Y VIDA CONSAGRADA:


a) Lectura de Lc 5, 1-11

Lector 1:

“Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba a su alrededor para


oír la palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los
pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subiendo a una de
las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y,
sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.Cuando acabó de hablar,
dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echen sus redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro,
hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu
palabra, echaré las redes.» Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de
modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de
la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las
dos barcas que casi se hundían.

Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de


mí,Señor, que soy un hombre pecador. Pues el asombro se había apoderado de
él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo
mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.»
Llevaron a tierra las barcas y, dejándo lo todo, le siguieron”

b) Lector 2:

Hermanos, hermanas, aún nos falta dar el último y quizá el más importante paso
de este proceso de asamblea comunitaria para buscar a los que el Señor llamará,
no solo a los ministerios laicales, sino a una vocación de consagración de toda la
vida en el sacerdocio o bien en la vida consagrada femenina o masculina.

En una voleta aparte de los 4 ministerios, anota los nombres de algunos


adolescentes o jóvenes, en quienes veas signos de una vocación sacerdotal o de
vida consagrada. Este discernimiento no es fácil, pero sabemos que entre
nosotros, hay que buscar las vocaciones, y esta asamblea también tiene ese
objetivo.

Nuestro sacerdote hará también en relación a ellos su discernimiento y llamará a


quienes de la lista que le proporcinemos, vea que es un buen momento para
plantearle la posibilidad de hacer un proceso vocacional. Será un largo camino
este discernimiento, pero tu oración y tu búsqueda, será un gran instrumento
para que en tu parroquia, se haga esa cadena vocacional a la que nos incita
nuestro Arzobispo.

c) Oración

Lector 2:

Señor, danos tu luz, este es el mayor desafío. Hemos trabajado mucho por las
vocaciones y los sacerdotes cada día son menos. Los que ingresan al seminario, cada
año son muchos menos. Nuestras redes están vacías. Muéstranos si tú están
llamando a alguien, que seamos instrumentos de tu garcia. Que no temamos
proponerles a algunos jóvenes el don de la vocación y los desafiemos a hacer un
proceso vocacional. Señor, no queremos manipular a nadie, pero somos
demasiado respetuosos y es posible que por miedo, no nos hemos decidido a
plantear esta posibilidad.
Muestranos Señor si hay alguien en nuestra comunidad parroquial, con
vocación sacerdotal o de vida consagrada.

d) Identificar algunos nombres y anotarlos.

Lector 1: Hermanos, ahora en su papeleta donde viene Vocación Sacerdotal o de


consagración, anoten, si, han pensado en algunos jóvenes, mujeres u hombres de la
comunidad, a quienes vean signos vocacionales.

e) Canto vocacional.
Mientras se hace este ejercicio, se puede poner un canto vocacional.

6.- Entrega de boletas.

Monición: Hermanas y hermanos, es probable que falten aún muchos


más candidatos o candidatas a los ministerios laicales y a las vocaciones
sacerdotal y de consagración, por ello los días que siguen a este
Encuenstro de discernimiento comunitario, si el Espírtiu nos ilumina,
podemos seguir proponiendo candidatos o candidatas.

Ahora, en oración, llevemos esas boletas ante el Señor, como una


ofrenda y dejemos que Él, con nuestra ayuda y la de nuestro párroco,
llame a los que en su voluntad, ya ha elegido.

En este momento se pasa a depositar las boletas en la caja o canasta


asignada para ello.

Hay que recogerlas al final y entregarlas a nuestro párroco.

7.- Oración final.

Te damos gracias Señor porque nos amas mucho,


Te damos gracias porque somos preciosos a tus ojos y siempre nos miras con
amor Te pedimos por toda tu iglesia reunida en torno a Ti.
Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y Diáconos.
Te pedimos por todas las vocaciones sacerdotales y misioneras.
Reunidos en tu nombre, te pedimos nos llenes del Espíritu Santo, para que en
esta asamblea parroquial nos ayudes a discernir a quienes llamas al servicio de
estos ministerios laícales.
Gracias Señor por que nos llamas a llamar.
Amen.
NOS DISTE EL PAN DEL CIELO.
R: QUE CONTIENE EN SI TODO DELEITE.
Señor nuestro, Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial
de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y
tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu
redención. A ti oh Virgen María te honramos y te veneramos
Te imploramos que nos acojas en tu manto maternal
Que nos enseñes a ser dóciles a la voz de Dios.
A ser humildes y sencillos, como tu madre nuestra.
Ayúdanos a ser fieles y valientes en el seguimiento de tu hijo
Jesús. Gracias Padre bueno, porque escuchas nuestras suplicas y
oraciones. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen.

BENDICION CON EL SANTISIMO


℟: Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero
Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo
Corazón. Bendita sea su
preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa madre de Dios, María
Santísima. Bendita sea su Santa e Inmaculada
Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y sus
santos. CANTO:
(CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES)
https://www.youtube.com/watch?v=aJmbdPB91TE
6.- ¿Qué sigue? Reunión de Consejo y otras
actividades para la elección y envío de los 10
candidatos (10 minutos).
Para concluir este Encuentro Presencial de Discernimiento Comunitario es
importante informar a los participantes lo que se hará con los nombres que se
han proporcionado y el medio para entregar algunos nombres más:

a) La entrega de las boletas ha sido secreta y no debe decirse a nadie a quienes


anotaos en nuestra boleta. Es un secreto ante Dios.

b) A nuestro párroco se le entregarán las boletas con los nombres que


han propuesto.

c) Él, lo revisará y si ocupa ayuda de alguna persona de su confianza, lo


solicitará, para separar los nombres de cada ministerio y las que se
refieren a las vocaciones. Si lo ve conveniente, puede quitar de la lista
algunos nombres, ya que muchas veces hay razones de salud, situación
familiar u otra, por las que el sacerdote considere que no es por ahora el
momento de iniciar la preparación a los ministerios laicales.

d) En una reunión de Consejo de Pastoral, el párroco presentará los nombres


de los candidatos y los ordenarán de modo prioritario, es decir, anotando a
los que consideren que conviene darles por ahora la oportunidad, eso de
acuerdo al número que nos permiten enviar a nivel diocesano a los centros
de formación (10 personas máximo).

Nota: Para la reunión de Consejo de Pastoral, se ha elaborado una


Herramienta (Nº 3) donde se explica la metodología que se llevará a
cabo.

e) Luego, llamará a esa personas para ver su disponibilidad y libre aceptación


de participar en la formación, y de aceptar, los contactará con el diácono y
equipo del centro ubicado en su zona pastoral para presentarse en el día y
hora programado para una sesión de información y posteriormente para la
inscripción e inicio de la formación.
f) Antes de iniciar la formación, se sugiere que en la parroquia se celebre
una Misa de envío de los candidatos.

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