Udi Laudato Si
Udi Laudato Si
Udi Laudato Si
BENITO” D-93
CURSO: 3º AÑO
UDI: LAUDATO SE
FORMATO: ASIGNATURA
FUNDAMENTACIÓN:
“Laudato sí” es una alabanza dirigida al Creador por San Francesco de Asís en su
Cántico de las Creaturas. Este texto del s. XIII es una de las primeras manifestaciones
poéticas en italiano - llamado en esos tiempos idioma ´vulgar´ por ser hablado por el
pueblo- que mantiene totalmente intacta su frescura, potenciada hoy por la naciente
preocupación por el medio ambiente, la casa común que hay que respetar y preservar.
No nos asombra entonces que el Papa argentino se haya inspirado en el poverello de
Asís no solo por el nombre Francisco, sino también por la actitud de amor y respeto
hacia la creación en todas sus manifestaciones. En “Laudato Si´” Francisco, siguiendo
una tradición papal inaugurada por Juan XXIII, que en 1963, con su Pacem in Terris,
convocó a todos los hombres de buena voluntad, llama a todos los seres humanos a un
nuevo diálogo porque lo que está en juego es preocupación de todos. Dice Francisco:
“Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos
construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos,
porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos.”
La invitación a dialogar implica que deben oírse todas las voces, porque dialogar es
establecer palabras o discursos entre dos, razones entre dos, pero también lazos entre
dos, dado que el termino griego ʎόϒος (logos) significa, además de discurso, palabra y
razón, también lazo. El llamado al diálogo, a un nuevo diálogo, es entonces un llamado
a la unión entre los seres humanos porque lo que hay que cuidar es la casa común. San
Francisco de Asís en su Cántico de las Creaturas hace referencia a cada aspecto de la
creación llamando a la tierra, al sol, al agua, al fuego: hermana, hermano, mostrando
poéticamente cuán unida está cada creatura a la familia humana. El Papa Francisco se
hace eco de esta hermandad: “Porque todas las criaturas están conectadas, cada una
debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres nos necesitamos unos a
otros.”
Hoy la ciencia nos confirma esta intuición mística del nexo profundo entre cada
elemento de la naturaleza, por eso no podemos no asumir la responsabilidad de nuestros
actos, dado que hoy más que nunca lo que hace cada uno puede tener efectos negativos
tangibles en la vida de los demás. Estamos todos llamados a corregir nuestro modo de
relacionarnos con la naturaleza, a moderar nuestras exigencias, a tener en cuenta las
carencias de los demás, pues “Un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en
un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para
escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.” 1 Carta Encíclica
“Laudato Si´”, Papa Francisco, 2015 Es importante comprender, de la mano de
Francisco, que tratar cuidadosamente el ambiente no puede estar desligado del cuidado
hacia las personas, especialmente aquellas que sufren, sobre todo considerando que
algunos sufrimientos y carencias son efectos directos del consumismo, de la cultura del
descarte, de la despreocupación. Una vida que extrae su valor solo a partir objetos
materiales o de costumbres sofisticadas, exhibidas como símbolo de status social, está
destinada a buscar continuamente en la superficie lo que se encuentra solo en la
profundidad, y por eso mismo su deseo no tiene límite, y la búsqueda de sentido está
destinada a la frustración: “Mientras más vacío está el corazón de la persona, más
necesita objetos para comprar, poseer y consumir. En cambio, ni bien nuestras acciones
producen efectos positivos en otros, nuestra existencia cobra sentido. Parece que,
apoyándonos en alguna forma de trascendencia, salimos del individualismo y
encontramos, en las mil formas del cuidado de los demás, la energía necesaria para
seguir andando. El cuidado es la versión más humana del trato hacia los demás y hacia
la naturaleza: “El auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con
la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás.
Cuidar significa pensar en el otro, es por lo tanto accionar responsablemente; es
responsable el que elige conscientemente qué hacer y por buenas razones, buscando los
mejores efectos de sus decisiones, evitando el daño evitable, poniéndose al servicio del
bien posible.
Por suerte para los seres humanos, todos los errores de la cultura pueden corregirse,
especialmente a través de la apertura hacia los demás: “Siempre es posible volver a
desarrollar la capacidad de salir de sí hacia el otro. Sin ella no se reconoce a las demás
creaturas en su propio valor, no interesa cuidar algo para los demás, no hay capacidad
de ponerse límites para evitar el sufrimiento o el deterioro de lo que nos rodea. El
cuidado del medio ambiente no es simplemente una preocupación contemporánea,
alimentada por el miedo- del todo justificado, por otra parte- del agotamiento de los
recursos necesarios para nuestra vida, sino la disposición profunda y comprometida a
hacernos cargo de nuestro entorno y de las demás personas. Se trata de vivir intensa y
activamente desde la conciencia de la conexión entre el hombre y la naturaleza, de los
seres humanos entre sí. Nos dice el Papa Francisco: “La actitud básica de auto
trascenderse, rompiendo la conciencia aislada y la auto- referencialidad es la raíz que
hace posible todo cuidado de los demás y del medio ambiente. El intensificarse de la
crisis ambiental, con sus efectos deletéreos por el cambio climático, el acentuarse de las
precipitaciones o su falta, la alteración de la temperatura, y el aumento exponencial de
los desechos, nos impone encarar la necesidad de una verdadera educación para
reconstituir una alianza entre la humanidad y la naturaleza. Austeridad en el consumo,
1
Carta Encíclica “Laudato Si´”, Papa Francisco, 2015.
habilidad para la reutilización y el reciclado de los productos, y generosidad recíproca:
ahí están los criterios para educar a las nuevas generaciones, reorientando la cultura del
consumismo y del descarte hacia una del cuidado ambiental y la solidaridad
interpersonal. La familia humana necesita no solo comprender el problema que amenaza
los derechos de las nuevas generaciones, sino actuar prudentemente. Solos no podemos,
pero Dios nos sostiene, siendo este renovado esfuerzo humano una verdadera
conversión ecológica, capaz de conectarnos de nuevo entre nosotros para alabar con
nuestra conducta al Dios Creador, que ha encomendado el mundo del hermano Sol, de
la hermana Luna, del fuego, del agua, de los animales y de las personas a nuestro
cuidado. La oración nos consigue la claridad y la fuerza, la paz y el amor para dar gloria
a Dios a través de cada uno de nuestros actos de cuidado hacia los demás. Esta
invocación no deja afuera al no creyente, ni eleva más al creyente: es más bien un
compromiso continuo de plena integración, con nuestras diferencias, a pesar de ellas, a
través de ellas. Hay que caminar juntos. “Dios omnipotente, que estás presente en todo
el universo y en la más pequeña de tus criaturas, Tú, que rodeas con tu ternura todo lo
que existe derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida y la
belleza. Inúndanos de paz. Para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a
nadie. Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados de esta tierra que tanto
valen a tus ojos. Sana nuestras vidas para que seamos protectores del mundo y no
depredadores, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca
los corazones de los que buscan solo beneficios a costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, a reconocer que
estamos profundamente unidos a todas las criaturas en nuestro camino hacia tu luz
infinita. Gracias por que estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en
nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
El carácter de creaturas que tienen tanto el ser humano como el conjunto de la
naturaleza es una de las claves filosóficas que sostienen y fundamentan esta Encíclica.
Dicho de otro modo, todo lo que existe es creado por una Causa Primera Incausada.
Esta idea no es sólo un dato de fe contenido en la Revelación, sino que puede alcanzarse
también filosóficamente a partir de la finitud y contingencia de las cosas. Pero ahora nos
centraremos sobre todo en reflexionar acerca de lo que significa este carácter creatural y
lo que implica para la vida del hombre. En sentido estricto, crear es producir la totalidad
del ser de una cosa; o sea, es producir un efecto sin presuponer algo preexistente,
producirlo ex nihilo, desde la nada. Agreguemos que se trata de una causación por
voluntad. Teniendo en cuenta que sólo puede crear un Ser omnipotente e infinito,
podemos decir entonces que todo lo que existe es producido por un Dios único, personal
y trascendente. Esta simple afirmación tiene consecuencias importantísimas para
comprender el mundo y el lugar del hombre dentro de él. Sobre todo si tenemos en
cuenta tres características propias del Creador: su infinita Sabiduría, Bondad y Poder.
Por la infinita Sabiduría del Creador sabemos que todo lo que existe está bien hecho.
Sigue un plan inteligente, un orden lógico, aunque no siempre nuestra lógica humana
pueda captarlo completamente. Por su infinita Bondad tenemos la certeza que las
fuerzas interiores de cada creatura, su naturaleza, sus tendencias más profundas, la
orientan hacia su plenitud y perfección. Por su infinito Poder entendemos que nada
escapa a esta ordenación inteligente y bondadosa. Algunas consecuencias: - Si las cosas
fueron pensadas y queridas, entonces tienen un camino de realización. La esencia de
cada cosa es justamente ese camino de realización. - Si el hombre es creado, también
tiene una esencia; sólo que tiene libertad: puede seguirla o no. - Las normas morales no
son sino las exigencias de nuestra esencia o naturaleza para realizarse (no robar, no
matar, no mentir, etc.) - Muchos planteos de hoy pretenden que la libertad humana no
tenga límites; y esto es imposible. No sólo moralmente sino también físicamente. - La
libertad humana no puede consistir en elegir todo; es un dato de nuestra experiencia que
no elegimos todo. Nuestra libertad es limitada. Nuestro fin objetivo no lo decidimos
nosotros: está grabado en nuestra naturaleza. Lo que podemos hacer con nuestra libertad
es, primeramente, aceptarlo o rechazarlo, y luego, elegir los medios para alcanzarlo. -
Por su inteligencia y su voluntad, el hombre está convocado a colaborar con la obra de
la creación. Ciencia y técnica son, entre otros, los medios que tiene para hacerlo. Pero si
su intervención va en contra del orden de las cosas, en vez de perfeccionarlas termina
por constituir un obstáculo para su mejor desarrollo, o incluso una amenaza para su
subsistencia. - Las grandes discusiones éticas de hoy: homosexualidad – contracepción
– fecundación artificial – incluso los temas ecológicos (la contradicción entre “respetar
la naturaleza” y no aceptar leyes naturales) no se resuelven sino desde una comprensión
profunda de la idea de creación y de sus consecuencias para la vida del hombre y su
relación con la naturaleza.
PROPOSITO:
Educarnos como comunidad para hacer realidad una ecología integral y tomar
conciencia de lo que le esta pasando a nuestra casa comun
OBJETIVOS:
General
Conocer la encíclica “Laudato Si”, y la exhortación apostólica “Querida
Amazonía” para fortalecer nuestro compromiso con el cuidado de la casa común
y con las comunidades y pueblo originarios.
Específicos
CONTENIDOS
EJES :
1-Lo que le está pasando a nuestra casa:
Contaminación y cambio climático. La cuestión del agua. Pérdida de biodiversidad.
Deterioro de la calidad de vida humana y degradación social. Inequidad planetaria. La
debilidad de las reacciones. Diversidad de opiniones.
ACTIVIDADES:
RECURSOS
- Plataforma Institucional
EVALUACIÓN
CRITERIOS:
BIBLIOGRAFÍA:
Del docente
Biblia Católica. (2012). El Libro del Pueblo de Dios. Buenos Aires: Paulinas.
Catecismo De La Iglesia Católica. (2000). Buenos Aires: CEA.
Francisco, Papa. (2020). Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonía”.
Disponible en:
http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-
francesco_esortazione-ap_20200202_querida-amazonia.html (última consulta
28/03/2020).
Francisco, Papa. (2015). Laudato sí. Carta encíclica sobre el cuidado de la casa
común. Buenos Aires: Ágape. Disponible en:
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-
francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html (última consulta 28/03/2020)
De los estudiantes