Bases Conceptuales de Los Derechos Humanos

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Universidad Nacional Experimental

De los Llanos Occidentales


Ezequiel Zamora
UNELLEZ
PROGRAMA CIENCIAS SOCIALES
Ambiente la Caramuca

DERECHOS HUMANOS.
BASES CONCEPTUALES DE LOS DERECHOS
HUMANOS.

Prof. Abog. Desiree Murillo Bachiller: Briceño Karelis


Cedula de identidad: 19.517.156
Interanual

Noviembre 2021
1- Bases conceptuales de los Derechos Humanos.

Concepto de Derechos

Humanos. Características.

a- ¿QUÉ SON LOS DERECHOS HUMANOS?

Son el conjunto de derechos y libertades fundamentales para el disfrute de la vida


humana en condiciones de plena dignidad, y se definen como intrínsecos a toda
persona por el mero hecho de pertenecer al género humano.

Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser


reconocidos y garantizados por el Estado.

b- PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Son universales, por ser derechos inalienables de todos los seres humanos.

(Universales, porque son aplicables a todas las personas sin distinción alguna. No
importa la raza, el color, el sexo, el origen étnico o social, la religión, el idioma, la
nacionalidad, la edad, la orientación sexual, la discapacidad o cualquier otra
característica distintiva pues estos derechos son de y para todas y todos.
Inalienables, porque a nadie pueden cancelársele o destituírsele y, al mismo
tiempo, nadie puede renunciar a ellos, puesto que son inherentes a las personas)

Se centran en el valor igual de todos los seres humanos.

Son indivisibles e interdependientes.

(Indivisibles e interdependientes. Es decir, los derechos humanos están


relacionados entre sí de tal forma que para ejercer plenamente determinado
derecho será necesaria la intervención de otro u otros. Por ejemplo, para ejercer el
derecho a la educación es necesario acceder también al derecho a la salud y al
derecho a la alimentación. En este mismo sentido, la violación de uno de ellos
puede afectar directa o indirectamente el ejercicio de otro u otros)

No pueden ser suspendidos o retirados.

Imponen obligaciones, particularmente a los Estados y los agentes de los Estados.

Han sido reconocidos por la comunidad internacional.

Están protegidos por la Constitución y las leyes.

Protegen a las personas y a los grupos.

PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS.

Los derechos humanos han sido clasificados de diversas maneras, de acuerdo


con su naturaleza, origen, contenido y por la materia que refiere.

La denominada “Tres Generaciones” es de carácter histórico y considera


cronológicamente su aparición o reconocimiento por parte del orden jurídico
normativo de cada país.

PRIMERA GENERACIÓN.

Se refiere a los derechos civiles y políticos. Fueron los primeros que exigió y
formuló el pueblo en la Asamblea Nacional durante la Revolución francesa. Este
primer grupo lo constituyen los reclamos que motivaron los principales
movimientos revolucionarios en diversas partes del mundo a finales del siglo XVIII.

Como resultado de esas luchas, esas exigencias fueron consagradas como


auténticos derechos y difundidos internacionalmente, entre los cuales figuran:
Toda persona tiene derechos y libertades fundamentales sin distinción de raza,
color, idioma, posición social o económica.

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad jurídica.

Los hombres y las mujeres poseen iguales derechos.

Nadie estará sometido a esclavitud o servidumbre.

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o


degradantes, ni se le podrá ocasionar daño físico, psíquico o moral.

Nadie puede ser molestado arbitrariamente en su vida privada, familiar, domicilio o


correspondencia, ni sufrir ataques a su honra o reputación.

Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia.

Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

En caso de persecución política, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a


disfrutar de él, en cualquier país.

Toda persona tiene derecho a casarse y a decidir el número de hijos que desea.

Todo individuo tiene derecho a la libertad de pensamiento y de religión.

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión de ideas.

Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacífica.

SEGUNDA GENERACIÓN.

La constituyen los derechos económicos, sociales y culturales, debido a los


cuales, el Estado de Derecho pasa a una etapa superior, es decir, a un Estado
Social de Derecho.

De ahí, el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de


que los derechos sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales,
sean realmente accesibles y disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar
que implemente acciones, programas y estrategias, a fin de lograr que las
personas los gocen de manera efectiva, y son:

Toda persona tiene derecho a la seguridad social y a obtener la satisfacción de los


derechos económicos, sociales y culturales.

Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias.

Toda persona tiene derecho a formar sindicatos para la defensa de sus intereses.

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure a ella y a
su familia la salud, alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y los
servicios sociales necesarios.

Toda persona tiene derecho a la salud física y mental.

Durante la maternidad y la infancia toda persona tiene derecho a cuidados y


asistencia especiales.

Toda persona tiene derecho a la educación en sus diversas modalidades.

La educación primaria y secundaria es obligatoria y gratuita.

TERCERA GENERACIÓN.

Este grupo fue promovido a partir de la década de los setenta para incentivar el
progreso social y elevar el nivel de vida de todos los pueblos, en un marco de
respeto y colaboración mutua entre las distintas naciones de la comunidad
internacional. Entre otros, destacan los relacionados con:

La autodeterminación.

La independencia económica y política.


La identidad nacional y cultural.

La paz.

La coexistencia pacífica.

El entendimiento y confianza.

La cooperación internacional y regional.

La justicia internacional.

El uso de los avances de las ciencias y la tecnología.

La solución de los problemas alimenticios, demográficos, educativos y ecológicos.

El medio ambiente.

El patrimonio común de la humanidad.

El desarrollo que permita una vida digna.

2- Breve reseña Histórica.

El Cilindro de Ciro (539 a. C.)

Los decretos que Ciro proclamó sobre los derechos humanos se grabaron en el
lenguaje acadio en un cilindro de barro cocido.

Ciro el Grande, el primer rey de Persia, liberó a los esclavos de Babilonia, en 539
a. C.

En el año 539 a. C., los ejércitos de Ciro el Grande, el primer rey de la Persia
antigua, conquistaron la ciudad de Babilonia. Pero sus siguientes acciones fueron
las que marcaron un avance significante para el Hombre. Liberó a los esclavos,
declaró que todas las personas tenían el derecho a escoger su propia religión y
estableció la igualdad racial. Éstos y otros decretos fueron grabados en un cilindro
de barro cocido en lenguaje acadio con escritura cuneiforme.
Conocido hoy como el Cilindro de Ciro, este documento antiguo ha sido
reconocido en la actualidad como el primer documento de los derechos humanos
en el mundo. Está traducido en los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas y
sus disposiciones son análogas a los primeros cuatro artículos de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.

Desde Babilonia, la idea de los derechos humanos se difundió rápidamente por la


India, Grecia y por último a Roma. Ahí nació el concepto de “ley natural”, en la
observación del hecho de que las personas tendían a seguir, en el transcurso de
la vida, ciertas leyes que no estaban escritas, y la ley romana se basaba en ideas
racionales derivadas de la naturaleza de las cosas.

Los documentos que afirman los derechos individuales, como la Carta Magna
(1215), la Petición del Derecho (1628), la Constitución de Estados Unidos (1787),
la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos (1789),
y la Carta de Derechos de Estados Unidos (1791) son los precursores escritos de
muchos de los documentos de los derechos humanos de la actualidad.

La Carta Magna

La Carta Magna, o "Gran Carta", firmada por el Rey de Inglaterra en 1215, fue un
punto de inflexión en los derechos humanos.

Podría decirse que la Carta Magna o la “Gran Carta”, fue la influencia primitiva
más significativa en el extenso proceso histórico que condujo a la ley
constitucional actual en el mundo de habla inglesa.

En 1215, después de que el rey Juan de Inglaterra violara un número de leyes y


tradiciones antiguas con que se había gobernado Inglaterra, sus súbditos lo
forzaron a firmar la Carta Magna, la cual enumera lo que después vino a ser
considerado como los derechos humanos. Entre ellos estaba el derecho de la
iglesia a estar libre de la intervención del gobierno, los derechos de todos los
ciudadanos libres a poseer y heredar propiedades y que se les protegiera de
impuestos excesivos. Estableció el derecho de las viudas que poseían
propiedades para decidir no volver a casarse, y establece principios de garantías
legales e igualdad ante la ley. También contenía disposiciones que prohibían el
soborno y la mala conducta de los funcionarios.

La Petición del Derecho (1628)

En 1628 el Parlamento Inglés envió esta declaración de libertades civiles al Rey


Carlos I.

El siguiente hito reconocido en el desarrollo de los derechos humanos fue la


Petición del Derecho, elaborada en 1628 por el Parlamento Inglés y enviada a
Carlos I como una declaración de libertades civiles. El rechazo del Parlamento
para financiar la impopular política externa del rey, causó que su gobierno exigiera
prestamos forzosos y que tuvieran que acuartelar las tropas en las casas de los
súbditos como una medida económica. El arresto y encarcelamiento arbitrarios por
oponerse a estas políticas, produjo en el Parlamento una hostilidad violenta hacia
Carlos y George Villiers, el primer duque de Buckingham. La Petición del Derecho,
iniciada por Sir Edward Coke, se basó en estatutos y documentos oficiales
anteriores y hace valer cuatro principios: (1) No se podrá recaudar ningún
impuesto sin el consentimiento del Parlamento, (2) No se puede encarcelar a
ningún súbdito sin una causa probada, (3) A ningún soldado se le puede
acuartelar con los ciudadanos, y (4) No puede usarse la ley marcial en tiempos de
paz.

La Declaración de Independencia de Estados Unidos (1776)

En 1776, Thomas Jefferson, escribió la Declaración de Independencia Americana.

El 4 de julio de 1776, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Declaración de


Independencia. Su autor principal, Thomas Jefferson, escribió la Declaración como
una explicación formal de por qué el Congreso había votado el 2 de julio para
declarar la Independencia respecto a Gran Bretaña, más de un año después del
estallido de la Guerra de la Revolución de Estados Unidos, y cómo la declaración
anunciaba que las trece Colonias Americanas ya no eran parte del Imperio
Británico. El Congreso publicó la Declaración de Independencia de varias formas.
Inicialmente se publicó como un impreso en gran formato que fue distribuido
ampliamente y leído al público.

Filosóficamente, la declaración hace énfasis en dos temas: derechos individuales


y el derecho de revolución. Estas ideas llegaron a ser ampliamente aceptadas por
los estadounidenses y también influenció en particular a la Revolución Francesa.

La Constitución de Estados Unidos de América (1787) y la Carta de Derechos


(1791)

La Carta de Derechos de la Constitución de EE.UU. protege las libertades básicas


de los ciudadanos de Estados Unidos.

Escrita en el verano de 1787 en Filadelfia, la Constitución de Estados Unidos de


América es la ley fundamental del sistema federal estadounidense y es el
documento histórico del mundo occidental. Es la constitución nacional escrita más
antigua en uso y define los organismos principales del gobierno y sus
jurisdicciones, y los derechos básicos de los ciudadanos.

La Carta de Derechos protege la libertad de expresión, la libertad religiosa, el


derecho de tener y portar armas, el derecho de reunirse y la libertad de petición.
También prohíbe la búsqueda e incautación irrazonable, el castigo cruel e inusual
y la autoincriminación obligada. Entre las protecciones legales que brinda, la
Declaración de Derechos le prohíbe al Congreso pasar ninguna ley respecto al
establecimiento de religión y le prohíbe al gobierno federal privar a cualquier
persona de la vida, libertad o propiedad sin el debido proceso legal. En casos
criminales federales se requiere de una acusación por un gran jurado, por
cualquier delito capital, o crimen reprobable, garantiza un juicio público rápido con
un jurado imparcial en el distrito en el cual ocurrió el crimen y prohíbe el doble
enjuiciamiento.

Declaración de los Derechos del Hombre

La Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos en 1789


En 1789, el pueblo de Francia causó la abolición de una monarquía absoluta y
creó la plataforma para el establecimiento de la primera República Francesa. Sólo
seis semanas después del ataque súbito a la Bastilla, y apenas tres semanas
después de la abolición del feudalismo, la Asamblea Nacional Constituyente
adoptó la Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos (en
francés: La Déclaration des Droits de l’Homme et du Citoyen) como el primer paso
para escribir la constitución de la Republica de Francia.

La Declaración proclama que a todos los ciudadanos se les deben garantizar los
derechos de “libertad de propiedad, seguridad y resistencia a la opresión”.
Argumenta que la necesidad de la ley se deriva del hecho de que “…el ejercicio de
los derechos naturales de cada hombre, tiene sólo aquellos límites que aseguran a
los demás miembros de la misma sociedad el goce de estos mismos derechos”.

La Primera Convención de Ginebra (1864)

El documento original de la primera Convención de Ginebra en 1864 promovió el


cuidado de los heridos de guerra.

En 1864, dieciséis países europeos y varios países de América asistieron a una


conferencia en Ginebra, por la invitación del Consejo Federal Suizo, y por la
iniciativa de la Comisión de Ginebra. La conferencia diplomática se llevó a cabo
con el propósito de adoptar un convenio para el tratamiento de soldados heridos
en combate.

Los principios más importantes establecidos en la Convención y mantenidos por


las últimas Convenciones de Ginebra estipulan la obligación de proveer atención
medica sin discriminación a personal militar herido o enfermo y de respetar el
transporte y el equipo del personal médico con el signo distintivo de la cruz roja
sobre fondo blanco.

Las Naciones Unidas (1945)


Cincuenta naciones se reunieron en San Francisco en 1945 y fundaron la
Organización de las Naciones Unidas para proteger y promocionar la paz.

La Segunda Guerra Mundial se había librado violentamente de 1939 a 1945, y al


aproximarse el fin, las ciudades de toda Europa y Asia yacían en ruinas
humeantes. Millones de personas murieron, millones más quedaron sin hogar o
morían de hambre. Las fuerzas rusas se acercaban, rodeando los restos de la
resistencia alemana en la bombardeada capital de Alemania, Berlín. En el
Pacífico, los infantes de Marina de Estados Unidos todavía estaban luchando con
las fuerzas japonesas atrincheradas en islas como Okinawa.

En abril de 1945, delegados de cincuenta naciones se reunieron en San


Francisco, llenos de optimismo y esperanza. La meta de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Organización Internacional era crear un organismo
internacional para promover la paz y evitar guerras futuras. Los ideales de la
organización se establecieron en el preámbulo al Acta Constitutiva que
propusieron: “Nosotros, la gente de las Naciones Unidas, estamos decididos a
proteger a las generaciones venideras del azote de la guerra, la cual dos veces en
nuestra vida ha producido un sufrimiento incalculable a la humanidad”.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)

La Declaración Universal de los Derechos Humanos ha inspirado a muchas otras


leyes sobre los derechos humanos y a tratados por todo el mundo.

Para 1948, la nueva Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se


había apoderado de la atención del mundo. Bajo la presidencia dinámica de
Eleanor Roosevelt (viuda del presidente Franklin Roosevelt, defensora de los
derechos humanos por derecho propio y delegada de Estados Unidos ante la
ONU), la Comisión se dispuso a redactar el documento que se convirtió en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Roosevelt, a quien se atribuyó
la inspiración del documento, se refirió a la Declaración como la Carta Magna
internacional para toda la humanidad. Fue adoptada por las Naciones Unidas el 10
de diciembre de 1948.
3- Roles y responsabilidades en la protección de Derechos Humanos.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) es la


entidad máxima indicada para el resguarde a la dignidad humana. Cuya
responsabilidad es promover y resguardar estos ideales universales.

El mundo ha puesto su confianza en este vigilante internacional. Entre las áreas


temáticas prioritarias sobre las que trabaja esta dependencia se encuentran: el
fortalecimiento de los mecanismos internacionales de derechos humanos, el
combate de la impunidad y reforzamiento de la rendición de cuentas, la promoción
de la igualdad y el Estado de Derecho, la incorporación de las garantías
universales a los planes de desarrollo y a la esfera económica internacional, la
ampliación del sistema democrático como forma de gobierno para las naciones, la
creación de dispositivos que alerten de forma temprana sobre la posible violación
a los derechos humanos y por supuesto, la protección de estos derechos en
situaciones especiales de conflicto, violencia e inseguridad.

La ACNUDH trabaja en fortalecer el programa de derechos humanos que ejecuta


las Naciones Unidas a través de diversos órganos ejecutores, a quienes les presta
especial apoyo y en ese sentido sus actividades están estrechamente vinculadas
con las ejercidas por sus asociados.

De igual manera, parte de las labores fuertes de la oficina son las acciones que
desempeña junto a los gobiernos, parlamentos, tribunales, instituciones
nacionales, la sociedad civil, organizaciones regionales e internacionales para
fomentar mecanismos que protejan las garantías universales a cualquier escala y
conforme con todas las normativas particulares.

La oficina dará prioridad a los casos más urgentes de violaciones a los derechos
humanos, específicamente a aquellos que pongan en peligro inminente la vida de
las personas. Entre sus reglamentos también se establece que prestará atención
por igual al cumplimiento de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos
y sociales.

La medición de los resultados de su trabajo también forma parte importante de su


administración, por lo que destina esfuerzos en evaluar el impacto de los
beneficios sustantivos que, a través de su labor, han sido recibidos por individuos
y pueblos en el mundo.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos centra su trabajo en
tres dimensiones:

Establecimiento de normas.

Supervisión del trabajo realizado.

Aplicación en el terreno.

Para lograrlo ofrecen asesoría especializada en materia de derechos humanos a


gobiernos, instituciones nacionales e internacionales y organizaciones no
gubernamentales en el desempeño de sus funciones.

El financiamiento de la oficina depende en un porcentaje del presupuesto ordinario


de las Naciones Unidas y el resto proviene de contribuciones voluntarias de los
estados miembros y de otros donantes sensibles a la temática.

Estas garantías universales son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.


Están contemplados en la ley y garantizados por ella, a través de figuras legales
como tratados, el derecho internacional consuetudinario, los principios generales y
otras fuentes del derecho internacional.

Con estas regulaciones se establecen las medidas que tienen que tomar los
gobiernos frente a determinadas situaciones, a fin de promover y proteger los
principios y las libertades fundamentales de los individuos o grupos.
El principio de universalidad es de las cualidades más importantes de esta
proclamación, pues dispone que todos los Estados tienen el deber —
independientemente de sus sistemas políticos, económicos y culturales— de
promover y velar por la salvaguarda de estas garantías. En ese sentido todos los
Estados han ratificado al menos uno de estos instrumentos legales y 80% de ellos
lo han hecho con cuatro o más de los principales tratados de derechos humanos,
según datos de la ONU.

4- El papel del Estado en la protección de los Derechos Humanos.

Son obligaciones nacionales e internacionales por las que un Estado se


compromete a reconocer, respetar y hacer efectivos los derechos humanos, y a tal
efecto, dar cuenta sobre ello a la comunidad internacional, sin que dicha situación
deba considerarse como una violación a la soberanía nacional o al principio de no
intervención, pues se tratan de derechos que por su importancia y trascendencia
atañen a todos los seres humanos y comprometen a la comunidad internacional.
Ejemplo: “Cuando en Venezuela se decreta un estado de excepción y no se
notifica de ello a la comunidad internacional a través del Secretario General de la
ONU, se violan las obligaciones del Estado en materia de DDHH”.

Artículo 23 de la CRBV: “Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos


humanos, suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y
prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas sobre su
goce y ejercicio más favorables a las establecidas por esta Constitución y la ley de
la República, y son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás
órganos del Poder Público”.

Artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: “(1) Cada uno de
los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar
a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su
jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social. (2) Cada Estado Parte se compromete a adoptar, con arreglo a sus
procedimientos constitucionales y a las disposiciones del presente Pacto, las
medidas oportunas para dictar las disposiciones legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos los derechos reconocidos en el presente
Pacto y que no estuviesen ya garantizados por disposiciones legislativas o de otro
carácter. (3) Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete
a garantizar que: a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el
presente Pacto hayan sido violados podrá interponer un recurso efectivo, aun
cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en ejercicio
de sus funciones cualquiera otra autoridad competente prevista por el sistema
legal del Estado, decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal
recurso, y desarrollará las posibilidades de recurso judicial; c) Las autoridades
competentes cumplirán toda decisión en que se haya estimado procedente el
recurso”.

El derecho a la protección que brinda el Estado frente a amenazas contra la


seguridad pública en un marco de respeto a los derechos humanos se encuentra
garantizado en el artículo 55 de la Constitución venezolana que dispone que:

Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado, a través de los
órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que
constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las
personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus
deberes. La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los programas
destinados a la prevención, seguridad ciudadana y administración de emergencias
será regulada por una ley especial. Los cuerpos de seguridad del Estado
respetarán la dignidad y los derechos humanos de todas las personas. El uso de
armas o sustancias tóxicas por parte del funcionariado policial y de seguridad
estará limitado por principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y
proporcionalidad, conforme a la ley.

5- Diferencia entre violaciones de los Derechos Humanos y delitos.

Delito: Este un concepto básicamente nacional (aunque en las últimas décadas


proliferan también delitos internacionales como el blanqueo de dinero o
terrorismo), pero que se bifurca en dos conceptos básicos; delitos en el ámbito
civil y delitos en el ámbito penal.

Generalmente, para ser considerados como tales, suelen ser cometidos por
particulares, solos o en grupo (por ejemplo, el delito de terrorismo) y deben estar
tipificados en el ámbito penal. La forma de castigar estas infracciones puede ser
de cárcel o por medio de multa, y hay circunstancias que atenúan o agravan estas
penas

Violación de derechos humanos La diferencia fundamental con los delitos es


que las violaciones de derechos humanos son cometidas siempre por acción,
omisión o falta de diligencia por parte de funcionarios del estado, y son parte
jurídica vinculantes para un tribunal cuando el estado ha ratificado la Convención
o Pacto Internacional correspondiente a dichos derechos. Ayuda, por supuesto
para su aplicación, que estas violaciones de derechos humanos estén también
tipificadas en el Código Penal.

Desde el año 1948, en que se promulga la Declaración Universal de Derechos


Humanos, se ha creado todo un cuerpo de Declaraciones, Pactos y Convenciones
y Protocolos que hacen que los derechos humanos, y su violación, no sean sólo
una cuestión nacional sino también universal, a diferencia del concepto de delito
que es, primordialmente, una cuestión nacional.

6- El papel de la Sociedad Civil en la Protección de los Derechos Humanos.


La sociedad civil es el espacio cívico que se crea por la fuerza de las propias
acciones ciudadanas libres y autónomas, tanto individuales como colectivas,
para avanzar en intereses compartidos a nivel local, nacional, regional o
internacional.

La sociedad civil es el espacio cívico que se crea por la fuerza de las propias


acciones ciudadanas libres y autónomas, tanto individuales como colectivas,
para avanzar en intereses compartidos a nivel local, nacional, regional o
internacional). Esta fuerza de la sociedad civil,

1. Es una fuente de recursos éticos, cívicos y políticos, de los que se apropia la


sociedad para poner límites, desafiar y resistir a las distintas formas de
imposición y abuso de poder en contra de las personas, grupos y sectores;
2. Genera nuevas relaciones con los poderes públicos y mecanismos para ejercer
una genuina soberanía democrática y hacer valer la voluntad de los
ciudadanos como el sustento de la legitimidad del Estado y asiento
permanente de las decisiones públicas;
3. Desarrolla una capacidad social actora, que contribuye a resolver problemas
sociales relevantes y a propiciar cambios en modelos y la eficacia del
desarrollo económico, social y político, en diálogo y debate con gobiernos,
sectores privados e instancias internacionales.

A través de los movimientos de la sociedad civil, se ha logrado la proclamación de


numerosos tratados, convenciones y declaraciones internacionales que recogen
las exigencias de un orden social justo, donde todas las personas puedan ejercer
sus derechos. Muchos grupos y organizaciones de la sociedad civil han
surgido motivados por violaciones de los derechos humanos, exigen el fin de su
vulneración y reclaman instrumentos jurídicos que protejan a la ciudadanía.
Al hablar de sociedad civil nos referimos a la diversidad de formas asociativas y de
organización que se constituyen entre particulares para los más variados fines,
desde la defensa de intereses corporativos hasta el desarrollo de proyectos de
interés social o para la participación política más allá de los mecanismos
electorales y la incidencia en las políticas públicas con fines de aportar a la
construcción de la sociedad y a la orientación estratégica de sus procesos. La
sociedad civil expresa la riqueza de voluntades que dan vida a la dinámica social y
que también con frecuencia entran en conflicto. Pero es precisamente en esos
conflictos y su procesamiento que se construyen las políticas públicas. 

El enfoque de derechos humanos aporta a las organizaciones de la sociedad civil


un marco desde el cual encontrar un lenguaje y un criterio de justicia común y una
herramienta para la incidencia política. Si bien el Estado tiene determinadas
prerrogativas para decidir las políticas, estas deben estar en función de la
realización de los derechos de todas las personas, de la especial atención a las
situaciones de vulnerabilidad y vulneración de derechos y a la reducción de las
brechas de desigualdad. Las organizaciones de la sociedad civil tienen por lo tanto
un rol fundamental en el control ciudadano del cumplimiento de las obligaciones
del Estado correlativas a los derechos humanos. 

Pero el rol de la sociedad civil trasciende esta función de control, porque en gran
medida los movimientos de defensa de los intereses de los más débiles,
postergados o vulnerados en su dignidad humana, constituyen el motor de
transformación social y de institucionalización del marco ético, político y jurídico de
los derechos humanos. Las luchas históricas por el reconocimiento de igual
dignidad e igualdad de derechos han tenido en organizaciones de la sociedad civil
su principal fuerza instituyente. Por supuesto también sus resistencias. 

La perspectiva de los grupos en situación de vulnerabilidad no constituye el punto


de partida ya que esté debe ser el de la construcción de la igualdad de derechos y
la identificación de los problemas de no realización de derechos. No obstante, el
diálogo del Estado con las organizaciones que reivindican derechos de grupos
específicos resulta de mucha utilidad para la adopción de un diagnóstico, en la
medida en que ayuda a volver visibles fenómenos invisibilizados, a comprender
las causas estructurales del problema y a pensar las respuestas pertinentes. Para
incorporar el enfoque de derechos humanos en las políticas públicas se debe
analizar además, las debilidades del Estado por las que no logra proteger de una
lesión o no logra hacer efectiva la satisfacción de niveles esenciales de derechos
en todas las personas o producir un avance de realización de derechos. También
aquí la mirada crítica de las organizaciones de la sociedad civil ayuda a identificar
las carencias y los mecanismos que deben transformarse.

El relacionamiento entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil


constituye una asociación necesaria para el desarrollo del enfoque de derechos
humanos en las políticas públicas. Los procesos de construcción de las políticas
públicas deben ser el resultado de procesos colectivos de deliberación sobre los
asuntos públicos, y por ello en los diferentes momentos del proceso de
elaboración de las políticas debe habilitarse procesos participativos. Las opiniones
planteadas en las instancias consultivas deben ser tomadas en cuenta. La
decisión en última instancia continúa siendo una prerrogativa del Estado pero éste
debe informar sobre lo planteado en las instancias de participación y de qué forma
fue considerado o por qué motivos se decidió de otro modo. El momento de la
rendición de cuentas debe tener una particular relevancia ya que vuelve visible la
globalidad y la importancia de todo el proceso y de la institucionalidad que lo
sustenta. El proceso de construcción de políticas públicas con enfoque de
derechos humanos es al mismo tiempo un proceso de construcción de ciudadanía,
que reinstala la centralidad de la política entendida como el ocuparnos
colectivamente de los asuntos públicos. 
El enfoque de derechos humanos ordena la discusión sobre cuáles son las
condiciones de la dignidad humana que deben ser garantizados a todos. Esta
discusión, que es una discusión política, es la que se ha ido respondiendo con las
conquistas de las luchas sociales por la dignidad humana, y que aún hoy se sigue
discutiendo. Sobre todo, sigue discutiéndose sobre la definición más precisa de
cuáles son los contenidos de cada derecho. ¿Qué es lo que no debe ser
lesionado? ¿Cuáles son las prestaciones a las que todos deben acceder? Por
ejemplo, cuáles son las prestaciones de salud o de seguridad social a las que
todas las personas tienen el derecho a acceder. ¿O cuáles son las protecciones a
la integridad de las personas? Por ejemplo, la extensión que debe tener la jornada
laboral o la prohibición de la prostitución. ¿O de la integridad del ambiente? Por
ejemplo, en las regulaciones de la contaminación ambiental o la explotación de
recursos naturales. En definitiva, se trata de decidir si determinados bienes son
bienes fundamentales a no ser lesionados o a ser brindados como prestaciones, o
si son mercancías. La disputa por definiciones de este tipo es decisiva respecto a
qué tan igualitaria o desigual será la sociedad que estamos construyendo.  

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