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Qué Son Las Matemáticas

1) La matemática no es una ciencia ni una filosofía, sino que posee un método y objeto de estudio propios e independientes. 2) Utiliza el método axiomático-deductivo en lugar del método científico, y sus objetos son ideas abstractas construidas por la mente humana más que fenómenos observables. 3) Aunque heredó características de la filosofía griega, la matemática se ha desarrollado de manera independiente y tiene aplicaciones concretas distintas de la especulación filosófica

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Qué Son Las Matemáticas

1) La matemática no es una ciencia ni una filosofía, sino que posee un método y objeto de estudio propios e independientes. 2) Utiliza el método axiomático-deductivo en lugar del método científico, y sus objetos son ideas abstractas construidas por la mente humana más que fenómenos observables. 3) Aunque heredó características de la filosofía griega, la matemática se ha desarrollado de manera independiente y tiene aplicaciones concretas distintas de la especulación filosófica

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¿Qué son las Matemáticas?

En apariencia, la pregunta es casi trivial para un matemático, un docente de matemáticas


o para cualquiera que esté o haya estado en relación directa con las matemáticas, ya que
si se ha tenido una visión forjada durante muchos años en esta disciplina, se ha
contestado a múltiples interrogantes y se han solucionado centenas de problemas y
ejercicios matemáticos, es de prever que se tenga una idea concreta de lo que son las
matemáticas. Sin embargo, desde una de esas posiciones anteriormente descritas, no es
ventajosa la familiaridad con este campo de estudio, ya que aunque se tenga un mayor
criterio y madurez en ideas afines, también se manejan pensamientos preconcebidos y
aprendidos, nociones quizá erráticas y dubitativas; y al comenzar a abordar la cuestión,
los que están más cerca de las matemáticas, no logran echar mano de las consideraciones
filosóficas pertinentes a ellas, y es ahí donde desaparece la aparente futilidad inicial de la
pregunta. Por mi parte, en principio quise responderla de la manera más sencilla, esto es,
buscar las acepciones más objetivas en un par de diccionarios y enciclopedias, agregar
por aquí y por allá alguna noción ya aprendida en mi familiaridad con la práctica de las
matemáticas y así completar algunas cuartillas con todo este bagaje teórico, pero preferí
sin embargo, optar por otra alternativa menos trivial.

Luego quise abordar la respuesta de muchas maneras sofisticadas, desde diversas


posturas y perspectivas filosóficas que, al fin y al cabo, constituiría todo ello un texto muy
trabajoso y barroco de formalismos, y encontré que aquella respuesta terminaría siendo
más complicada que la pregunta misma. Así que finalmente, tratando de desligarme de
mi posición de docente de matemáticas, de mi relación directa con la materia (ya
manipulada por la costumbre) y de mis propias opiniones y dudas, y quizá copiando al
célebre Descartes, llegué a cuestionar primero lo que no son las matemáticas, para así
atacar el problema desde otros flancos, yendo de lo particular a lo general, y descubrí
resultados interesantes que daré a continuación.

Pero primero, evoco una propuesta aparentemente inútil que discutió J.J. Sylvester en
torno a la diferenciación que debe hacerse entre los términos matemática y matemáticas
(que ya había defendido Descartes), que considero valiosa como preámbulo en este
texto. Sylvester postuló en 1869 a la British Association, que el término matemáticas se
reservara para las aplicaciones que ésta tenía con las ciencias fácticas, destinando el
vocablo en singular para la “ciencia” en sí, de modo más general. Así que, secundando la
premisa del matemático, sustituyo en la pregunta original la palabra matemática en lugar
de matemáticas, para tomar este campo de conocimiento como uno solo y no es sus
ramificaciones. Entonces, y a modo de una pseudo-demostración, utilizaré con cierto
rigor los contraejemplos como vía de resolución del problema en cuestión.

LA MATEMÁTICA
NO ES UNA CIENCIA

“Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas;
y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad”.

Albert Einstein.

Aunque muchos definen la matemática como ciencia, e incluso se ha difundido y


enseñado en las escuelas y colegios como ciencia exacta y formal, y además, según se
sabe en su acepción más aceptada, “etimológicamente” dada al parecer por Pitágoras en
la época helénica como “la ciencia por excelencia” o más románticamente algo así como
“aquel conocimiento que debe ser aprendido por todos los hombres”, según el griego
mathema, que quiere decir conocimiento, entendimiento o percepción; se sabe que esta
consideración es esencialmente falsa si no se hace la observación medular necesaria que
radica en que no es posible sólo nombrar a la matemática como ciencia (entendiéndose
ésta, en sentido estricto, como un método o forma del pensamiento objetivo y de acción),
sin hacer la distinción entre las demás ciencias formales, naturales y morales en su
metodología, naturaleza y objeto de estudio. Por lo que, a mi parecer, la matemática no
es ciencia por los siguientes argumentos:

 No estudia fenómenos repetibles en un laboratorio, como sí lo hacen las ciencias


de hechos o ciencias fácticas, pues los entes matemáticos son tanto abstractos e
ideales como interpretados (según Platón y Hermite), y sólo viven en la mente
humana cuando se los piensa y evoca. Es decir, los objetos matemáticos no son
hechos físicos observables en la realidad material sino ideas y objetos construidos
a partir del intelecto humano. Si bien de estos objetos es de donde precisamente
recurren las ciencias para verter en ellas alguna aplicación o significado en sus
respectivos campos y de donde se sostienen los fácticos o empíricos para plantear
y construir sus teorías, partiendo de los procesos formales y lógicos en los que
subyace y se sustenta la matemática; no quiere decir que este significado fáctico o
empírico que se les asigna sea una propiedad intrínseca de los mismos, pues sólo
“entran” en la realidad brindada a través del lenguaje ordinario y científico para los
fines de las ciencias naturales. El objeto de la matemática en la realidad y su
metodología (aunque se discuta todavía si en principio la matemática extrajo de lo
material los modelos que luego se independizaron para llegar a ser ideales, o si
tiene la matemática alguna dosis de intuición o experiencia), es un ejercicio de la
razón pura y formal.

 No utiliza el Método Científico, sino como es sabido, el axiomático (deductivo-


hipotético). Esta distinción es vital, pues nos asegura el hecho de que en
matemática es suficiente y necesaria la deducción lógica para demostrar y probar
sus propias leyes, que en su caso específico se denominan teoremas,
universalmente válidos y no provisionales, como lo son en su mayoría las verdades
científicas. Y aunque éstas se alimenten con la rigurosidad lógica de la matemática
y tomen los objetos abstractos para aproximar y modelar la realidad de los
fenómenos de su estudio, siguen siendo perfectibles, incompletas y temporarias.
Empero el método axiomático como sistema formal (como proponía Russell) es
necesario y suficiente para el quehacer y para su propio desarrollo, sin que medie
(según Hilbert) la intuición intelectual o sensible. Tal es la diferencia abismal entre
la matemática y las ciencias que se argumenta en algunas escuelas de
pensamiento que ella es independiente, pues como ya se dijo, el sujeto y objeto de
la matemática viven en el seno mismo de ésta, en el conjunto de axiomas,
postulados, definiciones, teoremas y corolarios, y no provienen de otro sistema
distinto de la matemática misma, aunque sus múltiples disciplinas interrelacionen
sus elementos para sustentar más teorías por ende interdisciplinarias. Por tanto, la
matemática sería como una ciencia “axiomatizada” porque su objeto: la extensión
y el número, permite el empleo de este método, y en la actualidad, en la
matemática moderna, el método es quien pasa a primer plano: en lugar de ser
determinado por su objeto, es el método quien determina al objeto.

En conclusión, la matemática no es ciencia porque utiliza su propio método único, por lo


que sería un error meterla, por así decirlo, en el mismo saco con las demás fuentes de
conocimiento: las ciencias fácticas o formales y las morales o sociales, ya que posee una
exclusividad totalmente independiente de éstas en carácter y esencia.
“Las leyes de la matemática no son meramente invenciones o creaciones humanas.
Simplemente “son”: existen independientemente del intelecto humano. Lo más que
puede hacer un hombre de inteligencia aguda es descubrir que estas leyes están allí y
llegar a conocerlas”. M.C. Escher.

LA MATEMÁTICA
NO ES UNA FILOSOFÍA

“Sin matemáticas no se penetra hasta el fondo de la filosofía; sin filosofía no se llega al


fondo de la matemáticas; sin las dos no se llega al fondo de nada”.
Bordas-Desmoulin.

Pese a que la matemática fue la columna vertebral de la filosofía griega cuando formaba
tres de las partes principales del llamado cuadrivium filosófico en aquel tiempo
(geometría, aritmética astronomía y música), y que el conocimiento helénico,
alejandrino, medieval y renacentista, se centró en el estudio de estas disciplinas como
filosóficas, ahora la matemática como primogénita, ha dejado de su madre y ha hecho
vida aparte cuando ella misma ha llegado a ser madre de otras disciplinas. Heredó de su
madre, eso sí, las características que la hacen distintiva de las ciencias, como se vio antes.
Estos aspectos le dieron forma y carácter de “ciencia”, como fuente de adquisición de
conocimiento, pero meramente exacta y deductiva, pues su método axiomático fue
engendrado por la lógica aristotélica, el formalismo platónico y la deducción euclidiana.
Y aunque la matemática se la toma como parte de las ciencias formales junto con la
filosofía, se diferencia de ésta por su carácter puro y pragmático que, originado en la
abstracción de la mente humana se ha decantado en toda suerte de aplicaciones en la
realidad de los fenómenos físicos, no quedándose en el formalismo e irracionalidad del
mundo de las ideas por sí mismas, sino que tomó forma en lo concreto también.

Según la postura de Russell, la filosofía no es ciencia pues no posee objeto propio, sino
que estudia todos aquellos problemas inmaturos que no tienen todavía una categoría, es
decir, que no pueden ser tratados científicamente. Así, en el momento en que una
disciplina filosófica se separa e independiza de ella, se engendra una ciencia o un cuerpo
de conocimiento nuevo, como le ocurriera a la lógica formal, a la matemática y a la física
(llamada aún en tiempos de Newton como Filosofía Natural). Sin embargo, se dice que la
filosofía como madre de todas la ciencias, por cuanto vive y se sustenta en lo supra
racional, lo incomprensible, lo que se halla más allá de los límites de la razón; lejos de
morir por el desenvolvimiento de otras ciencias, se vigoriza y enriquece más, pues al
desprenderse las ciencias de ella, asimismo surgen casi simultáneamente disciplinas
filosóficas paralelas, como el caso de la misma matemática que durante su maduración y
aritmetización en los siglos XVIII y XIX, ha originado sus propias corrientes filosóficas
como el intuicionismo, el racionalismo, el logicismo, el formalismo, el
convencionalismo, el absolutismo, el axiomatismo, el idealismo y el platonismo; pero sin
ser la matemática sola una disciplina filosófica estricta por sí misma.

LA MATEMÁTICA
NO ES UNA RELIGIÓN

“Los números enteros son obra del buen Dios. Todo lo demás es obra del hombre”
Leopold Kronecker.

Como es sabido, en la antigua Grecia la hermandad de los pitagóricos planteaban en su


estilo de vida que “todo debe estar regido por los números y las proporciones entre ellos”
y que, como lo diría el mismo Pitágoras: “El sabio para representar a Dios escribe la
unidad. Todo son números”, también sabemos ahora que la matemática no es una
doctrina eminentemente espiritual ni religiosa, pese a que muchos hombres religiosos o
no, se reúnen en torno a ella en grupos selectos y cerrados, como cofradías intelectuales,
para rendirle culto académico y práctico. Incluso muchos otros se han pronunciado
respecto de la matemática en tonos metafísicos, asignándole carácter divino y
enunciando sentencias esotéricas, extraordinarias y de exaltación, al sorprenderse de su
fría belleza y de sus enigmas insondables.

Empero, la matemática no puede considerarse en ningún sentido como dogmas


religiosos (según la postura cartesiana), como una doctrina moral o como un estilo de
vida espiritual, aunque muchos sientan en ella una aproximación sublime a la belleza y la
amen como a una convicción o fe y la sigan con cierto fanatismo enfermizo, pues no se
conoce alguna doctrina en la que se vincule la una con la otra como una sola, desde la
secta hermética de Pitágoras o la numerología subyacente de la cábala de los judíos. Si
bien es cierto muchos se has referido a la matemática de manera especial, dotándola de
divinidad excelsamente en algunas expresiones y frases ahora célebres, constituyen
ideologías aisladas de varios pensadores que así lo quisieron ver, como se enuncian en
los siguientes aforismos:

 “Dios se regocija en los números impares”,Virgilio.


 “Dios siempre hace geometría”, Platón.
 “Dios siempre aritmetiza”, Carl Gustav Jacobi.
 “…excelsas, supremas, excelentísimas, incomprensibles, inestimables,
innumerables, admirables, inefables, singulares…, que corresponden por
semejanza al Dios mismo”, Luca Pacioli, refiriéndose a las cifras decimales del
número pi.
 “El gran Arquitecto del mundo empieza ahora a revelarse como un matemático
puro”, James Jeans.
 “Las matemáticas son una gimnasia del espíritu y una preparación para la
filosofía”, Isócrates.
 “Las series divergentes en su totalidad son invención del diablo”, Niels Abel.
 “Las matemáticas convierten lo invisible en visible”, Keith Devhin.
 “Las matemáticas son el lenguaje con que Dios ha escrito el universo”, Galileo
Galilei.
 “Según Dios calcula se va creando el mundo”, Liebniz.
 “… a saber, puesto que la forma de todo el universo es la más perfecta y, de hecho,
está diseñada por el creador más sabio, nada ocurrirá en el mundo sin que salga a
relucir, de alguna manera, una regla máxima o mínima”, Leonhard Euler.
 “(Newton)…quien con vigor mental casi divino, fue el primero en demostrar los
movimientos y formas de los planetas, las trayectorias de los cometas y el flujo de
las mareas”, Epitafio a Isaac Newton.
 “Sabemos que la naturaleza se describe con la mejor de todas las posibles
matemáticas porque Dios la creó”, Alexander Polyakov.

 “Parece que uno de los rasgos fundamentales de la naturaleza es que las leyes
físicas fundamentales se describen en términos de una teoría matemática de gran
belleza y poder, para comprenderla se necesita una norma muy elevada en
matemáticas… Uno quizá pudiera describir la situación diciendo que Dios en un
matemático de orden muy elevado, y que Él usó matemática muy adelantada al
construir el universo”, Paul Dirac.
Por otro lado, el vínculo más importante que se puede encontrar entre temáticas tan
disímiles como lo son la matemática y la religión es lo que, evocando lo sucedido durante
los periodos de más apogeo en la historia de la matemática, cuando florecían de las
mentes brillantes los descubrimientos que la fundamentan se puede comprobar: la
motivación primera de esos grandes científicos y matemáticos provino de la admiración
a las Escrituras, su fe en Dios y de sus profundas creencias cristianas, como es el caso de
Copérnico, Descartes, Galileo, Kepler, Liebniz, Newton, Pascal, entre otros. Pero por
otra parte, hubo también episodios lamentables durante esta historia en los que entraron
en conflicto la razón incipiente y la religión dominante; como lo fue la injusta acusación y
posterior condena de Galileo en 1633 por la inquisición romana, o mucho antes, la
muerte trágica de la matemática alejandrina Hipatia, a manos de una secta cristiana en el
siglo V d.C. Sin embargo, lejos de ser una religión o un conjunto de dogmas y doctrinas
religiosas, puede decirse que la matemática es un lenguaje universal que unifica a las
naciones y lenguas en un solo sentir, donde los hombres la admiran y se llenan de ella;
doquiera que se la topen los fanáticos, académicos, profesores, estudiantes o aficionados
a los números y formas.

LA MATEMÁTICA 
NO ES UNA POLÍTICA

“Cultivad asiduamente la ciencia de los números, porque nuestros crímenes no son más
que errores de cálculo”. Pitágoras

La evidencia de la historia confirma que en ciertas ocasiones los hechos sociales y


políticos influenciaron en gran medida la invención y la propagación del conocimiento
matemático. Como ejemplo podemos mencionar la reclusión voluntaria a la que se
sometió Descartes mientras participaba de las revoluciones de su tiempo y que lo llevó a
crear la filosofía moderna y la novedosa relación entre las curvas geométricas y las
cantidades algebraicas que ahora conocemos como Geometría Analítica. También,
puede decirse que el mismo Newton se valió involuntariamente de su poder de
eminencia en la cátedra de la Universidad de Cambridge y de sus lazos políticos como
presidente de la Royal Society en 1703, caballero de la Reino en 1705, como miembro del
Parlamento y gobernador de la Casa de la Moneda Británica, para que sus monumentales
propuestas científicas y matemáticas se propagaran con mayor credibilidad y aceptación.
Por otro lado, la matemática ha sido el punto de discordia entre dos bandos por ejemplo
cuando los pitagóricos enfrentaron su crisis del pensamiento por causa de las ideas de los
sofistas eleáticos y sus paradojas contra el infinito. Hecho que fue la primera gran disputa
intelectual en el mundo matemático de la Grecia antigua. Años más tarde los conflictos
políticos privaron a la historia de mentes insustituibles como es el caso de Arquímedes,
que fue muerto por un soldado romano en condiciones por demás injustas. Ya en la
modernidad, tomó lugar la increíble historia del precoz Galois, quien profundamente
deprimido por las presiones políticas a las que fue sometido su padre hasta el punto del
suicidio, además de la frustración de que por absurda burocracia no pudiera ingresar a la
Escuela Politécnica luego de múltiples ocasiones. Galois se ve inmiscuido en una
revolución contra el rey Luis Felipe en 1831 y luego en un complot para ser asesinado
luego de estar recluido en la cárcel por su participación subversiva. Sin embargo toda esta
opresión política que vivió este joven e 21 años no terminó por hacerlo desfallecer en sus
intentos por brindar in invaluable aporte a la matemática moderna, pese a que
lamentablemente no fue comprendido en su tiempo.

También la matemática ha contribuido a la guerra en algunas ocasiones, pues por


ejemplo, la invención de las catapultas arquimedianas ayudó al poderío creciente del
imperio romano en sus batallas. Ya en el renacimiento, la trigonometría y la geometría
contribuyeron al cálculo de trayectorias y curvas de los proyectiles, y en el siglo XX, el uso
de la geometría elíptica de Riemann por Einstein en su teoría de la relatividad, desviaron
el curso de la carrera armamentista de los países con más poder hacia las armas
nucleares. La Teoría de Números fue utilizada en la encriptación de mensajes cifrados en
la Primera Guerra Mundial por los soviéticos y alemanes, luego, más tarde aparecerían
los satélites y el GPS con la ayuda de la trigonometría. Por otra parte, los aportes de los
matemáticos John Von Newmann y John Nash a la estrategia militar, a las relaciones
diplomáticos y a las conflictos mercantiles, mediante la Teoría de Juegos.

Así, aunque la matemática no es política, ha estado ligada a ésta durante la historia en


incontables sucesos relevantes, donde ha dado sus aportes a la guerra sin proponérselo, y
podría ser considerada, aunque no tenga relación directa ni afinidad idealista con la
obtención del poder de los hombres, como socialista en esencia, pues no hace distinción
de clases sociales, sin embargo capitalista en el sentido que impulsa la evolución de la
tecnología y el poder económico cuando se le ha encontrado alguna aplicación. Lo que sí
se puede decir con certeza, es que la matemática es la gran revolucionaria de la
humanidad.
LA MATEMÁTICA
NO ES UN DEPORTE

“Quien sólo haya hecho ejercicios de matemáticas sin haber resuelto ningún problema,
es igual a quien sabe mover las piezas del ajedrez sin haber jugado nunca un verdadero
juego; lo real en matemáticas es participar en el juego”.
Stephen J. Turner

Pese a que indiscutiblemente, la actividad matemática requiere altas dosis de disciplina,


preparación, esfuerzo, práctica y perseverancia, lo que se resume en la frase: “El éxito es
99% transpiración y 1% inspiración”, el quehacer matemático es en esencia acción
mental. Si bien es cierto existen certámenes y olimpiadas matemáticas, rompecabezas,
juegos de azar, juegos de estrategia, problemas interesantes y hasta una teoría de juegos
basada en la probabilidad matemática; estos ejemplos de competitividad constituyen
sólo una muestra del afán lúdico de la naturaleza del hombre de ejercicio y constancia
deportiva. Considerando la mente humana como un músculo, la matemática sería el
ejercicio por excelencia y el deporte máximo para su desarrollo, pues el estudio paulatino
de esta disciplina ejercita las áreas del cerebro que ninguna otra lo haría, por cuanto es el
cuerpo de conocimiento esencial y único que necesariamente constituiría el centro de
toda actividad mental como el conjunto de competencias básicas que todo ser humano
maduro intelectualmente o no, debería tener en su carrera de vida. La matemática forma
parte indisoluble en el perfeccionamiento del intelecto humano al ser la única disciplina
que provino de la mente y vive en la mente del hombre, haciéndole diametralmente
distinto de cualquier otro ser vivo, por cuanto lo hace razonar ( cogito ergo sum).
Clasifiquemos entonces los aportes del estudio de la matemática como materia
indispensable en el desarrollo normal de un individuo:

 Fin Práctico. Las matemáticas contribuyen al desenvolvimiento intelectual


práctico en todas las áreas de la vida. Es muy probable que alguien que no conozca
los elementos y nociones básicos de la matemática, no pueda desempeñarse
óptimamente en áreas que la requieran de forma práctica. Ejemplo de ello es el
comercio, la preparación de un presupuesto familiar, la aplicación de la regla de
tres, el cálculo de porcentajes, la medición, el ahorro de dinero, las transacciones
bancarias, entre otras actividades cotidianas. Todos los conocimientos adquiridos
en la educación formal elemental (primaria y secundaria) son útiles para la vida
cada día y muchos de ellos se aplican rutinariamente incluso sin darnos cuenta.

 Fin Instrumental. La preparación académica en los ciclos III y IV del sistema


educativo, es la antesala de la formación profesional en una universidad para la
mayoría de las carreras que se imparten en la actualidad. Todo este cuerpo de
conocimientos específicos constituyen los cimientos indispensables para la
formación profesional, por lo que sin esta experiencia, sería casi imposible
desempeñarse de la mejor manera en alguna profesión, por más alejada que esté
de los números, las variables y las medidas. Más aún, las carreras que son
eminentemente matemáticas en sus currículos como: las ingenierías, las carreras
de administración, las ciencias exactas, las de educación, las del área de finanzas y
comercio, las tecnológicas y las del área de informática; no podrían vivir sin el
estudio formal de una o varias disciplinas matemáticas.

 Fin Formativo. Este fin es quizá el más importante de los anteriores pero el menos
conocido y comprendido por la mayoría, pues se refiere al área cognoscitiva de un
individuo, por ende intangible para determinar concretamente en sus alcances.
Trata del conjunto de habilidades, competencias y aptitudes que el estudiante de
matemáticas obtiene sin percatarse, generadas por el ejercicio constante y el
desarrollo paulatino de las destrezas y capacidades matemáticas, como lo son:
capacidad de abstracción, orden y aseo, discernimiento en la resolución de
problemas de la vida hallando la solución más lógicamente o probabilísticamente
acertada al eliminar o descartar las menos adecuadas, rigor científico, orientación
espacial, ordenamiento y clasificación de ideas y pensamientos, capacidad de
asociación, cromática, localidad, estimación de peso y resistencia, temporalidad,
sonido, lenguaje, comparación, causalidad, memoria, capacidad de análisis y
síntesis, deducción e inducción, selección, capacidad de desenvolvimiento en las
artes (música, pintura, escultura, dibujo, literatura); entre muchas otras
aplicaciones directas e indirectas que el estudiante de matemáticas adquiere a
medida que le sean familiares los conceptos y objetos matemáticos, sus
aplicaciones y su lenguaje.

El estudio de la matemática no es para cualquiera, aunque no haya necesariamente que


poseer virtudes intelectuales envidiables o ser dotado de una mente prodigiosa para
poder asimilarla, pues si se tiene disciplina, agallas, deseos de superación y sobre todo,
una actitud positiva, de acercamiento y gusto por ella; sin duda forjará una relación sana
y provechosa para su espíritu y cuerpo, como lo haría cualquier deporte.
LA MATEMÁTICA
NO ES UN ARTE

“Dondequiera que haya un número está la belleza” Proclo

Aunque muchos consideran a la matemática como todo un arte por la belleza de sus
proposiciones, relaciones, aplicaciones y resultados; además de la singularidad de su
carácter abstracto, estético y casi perfecto, no es posible encasillarla en esa categoría.
Muchas aplicaciones ha encontrado la matemática en sus múltiples caras. Ya lo
evidenciaba Pitágoras con su contribución maravillosamente práctica que figura en la
ejecución de cualquier instrumento musical solo o en el conjunto de una orquesta. Se
trata del fundamento matemático que se esconde detrás de la escala musical en su
relación con los números racionales a la armonía. Sin duda un descubrimiento
trascendental y por demás interesante de la matemática en sus aplicaciones
insospechadas en medio de la naturaleza de las cosas humanas; quizá sólo comparable a
lo que siglos más tarde de apoderaría de la arquitectura y de las artes plásticas, cuando
Leonardo Da Vinci, dentro de su extraordinaria inventiva e imaginación (así como los
artistas Seurat y Morian), relacionó la geometría con su arte, haciendo uso de la llamada
proporción áurea en sus obras maestras como la Mona Lisa, y recapitulando lo que ya los
egipcios y griegos habían descubierto y aplicado en sus monumentales obras
arquitectónicas, como las pirámides de Gizeh y El Partenón, respectivamente. Luego en
la actualidad, trasladando esta divina proporción a la escala métrica relativa a la
anatomía humana, Le Corbusier decantaría en su obra El Modulor, algo que ya Da Vinci
en su Hombre de Vitrubio comprobaría y aplicaría en su tiempo, como un amate
obsesionado con la búsqueda de pautas que relacionaran no sólo la anatomía humana y
la arquitectura, sino con la estructura armónica propia de la naturaleza. Y es que uno de
los grandes misterios de la belleza de la matemática se encuentra en un número
irracional y enigmático, al parecer llamado por él como el número de oro, que viene dado
por (letra griega Phi, al parecer en honor a Fibonacci). Este número se

encuentra inverosímilmente en la naturaleza, desde una concha de nautilus, en el


crecimiento y distribución de las hojas en un tallo, en la anatomía de los insectos, en la
reproducción de los conejos, hasta en la molécula de ADN. En la actualidad se utiliza el
rectángulo dorado en el diseño industrial, como es el caso de las dimensiones de las
tarjetas de crédito, las postales, las fotografías y de algunos libros, pues se dice que ese
rectángulo es la figura más satisfactoria estéticamente al ojo humano. Las figuras
geométricas poseen también una maravillosa estética, sincronía y simetría, como en los
sólidos platónicos, los pentágonos y los hexágonos, además por supuesto, del círculo,
catalogada por Platón como la figura geométrica perfecta.

Asimismo, ya en nuestro tiempo y con la ayuda de la computación, se crean imágenes


multicolores de increíbles similitudes con objetos y paisajes, en la llamada geometría
fractal de Mandelbrot y Julia. El matemático y artista M.C. Escher también imprimió a
sus grabados imposibles y absurdos un carácter matemático. El filósofo Roger Penrose
creó un mosaico que se creía imposible, compuesto por baldosas de cinco lados, también
en proporción áurea. Pero tal vez una de las más maravillosas creaciones de la
abstracción matemática dentro de sí misma lo constituye una fórmula que encierra
armonía, belleza y misterio, y es la famosa identidad de Euler dada por , que

relaciona los cinco números más importantes de la matemática con tres operaciones
fundamentales y la igualdad, en una elación casi imposible, con números aparecidos en
diferentes épocas de la historia y en teorías independientes unas de otras, lo que
resumiría un anónimo con la siguiente interrogante: “¿Qué puede ser más místico que un
número imaginario interaccione con números reales para producir nada?”.

Incluso la matemática ha dado origen a obras literarias como en Lewis Carroll


(seudónimo del matemático Charles Lutwidge Dogson, quien hizo importantes aportes a
la lógica moderna) en su Alicia en el país de las Maravillas, Fibonacci con sus recreativas
soluciones a problemas matemáticos a modo de cuentos, así como en su tiempo Omar
Khayyam, matemático árabe de quien se conocen algunos versos. Ya en la actualidad, se
han publicado diversas obras literarias narrativas que con ingenio y excelencia literaria
acercan al lector común al mundo de las matemáticas, como lo son: El hombre que
calculaba de Malba Tajan, El diablo de los números, El hombre anumérico, El tío Petros y
la Conjetura de Goldbach, El Teorema del loro, entre otros textos. Asimismo el sétimo
arte ha puesto en la pantalla múltiples obras cinematográficas que contienen en su trama
a la matemática, como Pi: faith in chaos, A beautiful mind, Stand and Deliver, Good Will
Hunting, Proof, The Cube, entre muchas otras, asi como la serie de television Numb3rs.
Así muchos se han maravillado de esta conexión inverosímil con la matemática y el arte,
y más allá, en la naturaleza, como si el Arquitecto del universo que en Su sabiduría,
utilizó geometría en su diseño, como lo resume Kepler: “La geometría existía antes de la
creación. Es coeterna con la mente de Dios... la geometría ofreció a Dios un modelo para
la creación... la geometría es Dios mismo”.
En conclusión, evidenciando todos estos aspectos de la realidad humana y al cotejarlos
con la matemática, podría haber fracasado en la búsqueda original de aquella, sin
embargo, aunque la matemática no es ciencia, filosofía, religión, política, deporte o arte;
tiene un poco de todos ellos, pues se derrama en todos estos campos del saber humano,
siendo parte de la materia prima de ellos; al mismo tiempo que la matemática tiene
características de cada uno, pero a su manera, es decir, no es ciencia pero se comporta
como una; no es filosofía pero posee su rigor y altivez; no es religión pero alimenta el
espíritu humano; no es política pero une a las naciones en torno a su poder, sus leyes y su
lenguaje; no es deporte pero desarrolla disciplina y fortalece el músculo humano por
excelencia; y no es arte pero proviene del ingenio del hombre y posee una sorprendente
belleza.

"(La matemática)… es la ciencia de la que nunca sabemos a qué nos referimos ni si lo


que decimos es cierto”. Bertrand Russell

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