John Dewey 11-12-17

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Año del Buen Servicio al Ciudadano", 

John Dewey

INTEGRANTES:
García Lozano Ana Poli
Huamán De la Cruz, Luzmila Inés

DOCENTE : Dra. Apolinario Rivera Felipa

Huacho – 2017

1
DEDICATORIA

A nuestros padres por su apoyo y ayuda


constante que hicieron posible realizar este
trabajo y así poder lograr nuestros objetivos
propuestos.

2
ÍNDICE

1.-BIOGRAFÍA.........................................................................................................5

2.-CONTEXTO HISTÓRICO, FILOSÓFICO Y PEDAGÓGICO DE JOHN DEWEY Y


LA PEDAGOGÍA PROGRESISTA................................................................................7

3.-PROPUESTAS TEÓRICAS DE JOHN DEWEY.........................................................7

4.-APORTES METODOLÓGICOS DE JOHN DEWEY..................................................8

5.-LA PROPUESTA METODOLÓGICA DE DEWEY CONSTA DE 5 FASES:...................8

6.-LA ESCUELA NUEVA: PRINCIPIOS Y MÉTODOS.................................................10

7.-EL PENSAMIENTO EDUCATIVO DE JOHN DEWEY.............................................12

7.1-Resultados..................................................................................................14

7.2-Discusión.....................................................................................................15

8.1-INICIATIVA EDUCATIVA/ESCUELA/INSTITUCIÓN CREADA.............................16

8.1-Escuela De Dewey.......................................................................................16

8.2-Reforma progresista...................................................................................19

8.3-El legado de Dewey....................................................................................21

9.-CONCLUSIONES................................................................................................23

10.-BIBLIOGRAFÍA................................................................................................24

3
INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo, es presentar el pensamiento educativo de John Dewey,


y esclarecer la manera en que aterriza en forma práctica en el aula, su método
educativo. John Dewey ocupa uno de los lugares más importantes en la
pedagogía contemporánea. La educación para Dewey debe partir de la corriente
pedagógica llamada: “Escuela activa”, que se caracteriza por fomentar la acción
del niño. Considera que el infante nace con impulsos especiales de acción, que
deben ser estimulados y desarrollados a través de la orientación y guía del
maestro. Si hacemos coincidir estos impulsos del niño con un aprendizaje que sea
interesante, significativo y estimulante; el educando actuará por sí mismo y por
ende, ganará en experiencia personal.

Para Dewey, debemos considerar a la escuela como una parte de la sociedad,


donde el aprendizaje se basa en la acción y participación del niño, que suele
actuar de manera personal y de manera social (sobre todo cuando actúa en
equipo de trabajo con el resto de sus compañeros).

Considera este pedagogo, que cuando el niño inicia sus estudios, lleva consigo
cuatro impulsos innatos: comunicar, construir, indagar, y expresarse
adecuadamente. Es labor del maestro encauzar y orientar estas inclinaciones
infantiles.

Los trabajos manuales, deben de considerarse como métodos de vida, ya que es


una forma de prepararse para que en un futuro, estos niños ya siendo
adolescentes o jóvenes, podrán ser productivos socialmente, para darle
continuidad y perpetuar la vida social.

Se puede considerar el pensamiento educativo de Dewey, como la educación por


la acción, precepto fundamental de su “Escuela experimental”.
1.-BIOGRAFÍA

Nació el 20 de octubre de 1859 en Burlington, Vermont, Estados Unidos.


Graduado en Artes en la Universidad de Vermont en 1879, se doctoró en
Filosofía en la Universidad de John Hopkins en 1884. Inició su carrera en la
Universidad de Michigan, donde enseña entre los años 1884 y 1888.
Posteriormente fue profesor en las universidades de Minnesota, Chicago y
Columbia desde 1904 hasta su jubilación como profesor emérito en 1931.

Estudió los sistemas educativos de México, China, Turquía, Japón y la Unión


Soviética. Durante su residencia en Chicago, se interesó en la reforma de la teoría
y de la práctica educativas. Contrastó sus principios educativos en la famosa
escuela laboratorio de carácter experimental, denominado Escuela Dewey,
instituido en la Universidad de Chicago en 1896.

Concibió la escuela como un espacio de producción y reflexión de experiencias


relevantes de vida social que permite el desarrollo de una ciudadanía plena.
Sostenía que lo ofrecido por el sistema educativo de su época no proporcionaba a
los ciudadanos una preparación adecuada para la vida en una sociedad
democrática.

El «método experimental» de su pedagogía se basa en la educación de


la destreza individual, de la iniciativa y del espíritu de empresa en detrimento de la
adquisición de conocimientos científicos. Sus escritos influyeron en los profundos
cambios experimentados en la pedagogía de Estados Unidos en los inicios del
siglo XX.

Como filósofo, subrayó todo lo práctico, esforzándose en demostrar cómo las


ideas filosóficas pueden actuar en los asuntos de la vida diaria. Su planteamiento
lógico y filosófico era de cambio permanente, adaptándose a las necesidades y a
las circunstancias. El proceso de pensamiento en su filosofía es un medio de
planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se
proyecta.
Activista político, defendió los planteamientos progresistas, algunas veces
radicales, respecto de los asuntos internacionales y de los problemas económicos.
Su abundante obra se muestra en libros como Psicología (1887), La escuela y la
sociedad (1889), Democracia y Educación (1916), La reconstrucción en la
filosofía (1920), Naturaleza humana y conducta (1922), La búsqueda de la
certeza (1929), El arte como experiencia (1934), Lógica: la teoría de la
pregunta (1938) y Problemas del hombre (1946).

John Dewey falleció el 1


de junio de 1952
en Nueva York. 
2.-CONTEXTO HISTÓRICO, FILOSÓFICO Y PEDAGÓGICO DE
JOHN DEWEY Y LA PEDAGOGÍA PROGRESISTA

Desde el punto de vista socio histórico hay que tener en cuenta el peculiar
momento que vivieron los Estados Unidos, cabe destacar:

 Movilidad de las fronteras estadounidenses y la colonización de nuevos


territorios.

 Ductilidad y permeabilidad de la organización social.

 Estratificación social flexible.

 Relativización de los principios y prácticas de la herencia histórica.

 Forma de vida democrática.

3.-PROPUESTAS TEÓRICAS DE JOHN DEWEY

Desde el punto de vista epistemológico, Dewey considera que los conceptos en


los que se formularon las creencias son construcciones humanas provisionales.
Dewey critica el enfoque clásico sobre el conocimiento.

El concepto principal relacionado con la teoría del conocimiento es "experiencia".


Dewey mantiene una concepción enteramente dinámica de la persona. Lo que él
propone es la reconstrucción de las prácticas morales y sociales, y también de las
creencias.

Mantiene una posición crítica respecto a la sociedad industrial, y una distancia


enorme respecto del marxismo. La educación progresiva debemos contraponerla a
la concepción educativa tradicional. Dewey rechaza un conjunto de doctrinas
pedagógicas de variado signo:
 La educación como preparación.
 La educación como desenvolvimiento.
 La educación como adiestramiento de la facultad.
 La educación como formación.

La escuela, para Dewey, se concibe como reconstrucción del orden social, el


educador es un guía y orientador de los alumnos.

De todo esto surge el famoso Método del problema.

4.-APORTES METODOLÓGICOS DE JOHN DEWEY

Pretendía formular sobre bases nuevas una propuesta pedagógica en oposición a


la escuela tradicional y antigua. Pensaba que la nueva educación tenía que
superar a la tradición no sólo en los fundamentos del discurso, sino también en la
propia práctica. Sin embargo, no existe un método Dewey para ser aplicado.
Cuando él habla del método, lo hace a nivel abstracto, él piensa que no
existen métodos "cerrados y envasados". Dewey estima que la praxis educativa
implica un manejo inteligente de los asuntos, y esto supone una apertura a la
deliberación del educador en relación con su concreta situación educativa y con
las consecuencias que se pueden derivar de los diferentes cursos de acción.
Dewey distingue entre un método general y otro individual. El primero supone una
acción inteligente dirigida por fines, en cambio, el método individual se refiere a la
actuación singular de educador y educando.

5.-LA PROPUESTA METODOLÓGICA DE DEWEY CONSTA DE 5


FASES:

1ª Fase: Consideración de alguna experiencia actual y real del niño, en el


ámbito de su vida familiar o comunitaria.

2ª Fase: Identificación del algún problema o dificultad suscitados a partir


de esa experiencia; es decir, un obstáculo para la experiencia sobre el cual
tendremos que trabajar para intentar estudiarlo y salvarlo.

3ª Fase: Inspección de los datos disponibles, así como la búsqueda de


soluciones viables; en esta etapa, los materiales escogidos y los trabajos se
convierten en partes del programa escolar.

4ª Fase: Formulación de hipótesis de solución, que funcionará como idea


conductora para solucionar el problema planteado.

5ª Fase: Comprobación de hipótesis por la acción, pues de acuerdo con el


enfoque pragmatista, la práctica es la prueba del valor de la reflexión hecha por el
educando con objeto de resolver el problema.

Dewey mostró un excelente sentido práctico para planificar y desarrollar un


currículum integrado de las ocupaciones (actividades funciones ligadas al medio
del niño), incluyendo previsiones de desarrollo del programa en ciclos temporales
cortos.
"Una inspección cuidadosa de los métodos que han sido permanentemente
exitosos en la educación formal revelará que su eficiencia depende del hecho que
ellos vuelven a la situación que causa la reflexión fuera del colegio en la vida
ordinaria. Le dan a los alumnos algo que hacer, no algo que aprender; y si el hacer
es de tal naturaleza que demanda el pensar o la toma de conciencia de las
conexiones; el aprendizaje es un resultado natural."

John Dewey decía que el aprendizaje a través de experiencias dentro y fuera del
aula, y no solamente a través de maestros, es vital.

Él proponía que se plantaran a los niños actividades guiadas cuidadosamente por


el profesor, que estuvieran basadas tanto en sus intereses como en sus
capacidades. Dewey contribuyó a crear una pedagogía funcional y dinámica.
6.-LA ESCUELA NUEVA: PRINCIPIOS Y MÉTODOS

Podemos identificar cuatro principios generales del movimiento de la escuela


nueva:

 Respeto a la personalidad del educando o el reconocimiento de que éste debe


de disponer de libertad.
 Admisión de la comprensión funcional de la acción educativa desde el punto de
vista individual y social.
 La comprensión del aprendizaje simbólico en situaciones de la vida social
 Se asume la variabilidad de la característica de cada individuo de acuerdo a la
cultura familiar y la pertenencia a grupos de vecindario, de trabajo, de
recreación y de religión.

Cabe mencionar que estos principios sirven de marco de referencia general a


cinco métodos activos de educación más conocidos y de mayor difusión, no
obstante que estamos conscientes de las apreciables diferencias que existen entre
éstos en cuanto a sus principios específicos y fundamentos didácticos. Tales
métodos son: el método de Montessori, el método Decroly, el método de los
proyectos de Dewey, el método de “trabajo libre por grupos” de Cousinet, y los
“métodos” de Freinet.
Al método Montessori se le denomina el método de la pedagogía científica, en
cuanto se basa en la observación objetiva del niño y la experimentación de éste
como premisas de trabajo de los docentes. Tres principios destacan en este
método: en primer lugar, a partir de una posición vitalista, se asume la libertad
como necesidad de expansión de la vida y no como necesidad de adaptación
social; en segundo término, se concibe que la libertad ha de identificarse con la
actividad para el trabajo, a contracorriente de la educación para la pasividad o la
sumisión; por último el respeto a la individualidad, pues se considera que no se
puede ser libre sin personalidad propia, sin la afirmación del carácter individual.
El método Decroly es igualmente considerado como la expresión de la pedagogía
científica, por basarse en la observación y experimentación sobre la forma natural
del aprendizaje espontáneo de los niños. Sus principios los resume Filho (1964)
en los siguientes términos: en cuanto a los fines de la educación, es pragmatista;
pre-domina una concepción biológica de la evolución infantil, en la que
fundamenta la exigencia de la enseñanza individualizada a partir de la clasificación
de los educan-dos; es activista en los procedimientos recomendados; privilegia la
globalización de la enseñanza, al hacer énfasis en la integración de actividades en
la dinámica del trabajo escolar desarrollada mediante centros de interés.
El método de los proyectos, cuya fundamentación teórica fue elaborada por John
Dewey, parte del principio esencial de que la vida, con toda la riqueza de sus
aspectos de acción, pensamiento y sentimiento, debe ser llevada al seno de sus
clases, en unas condiciones que permitan al alumno realizar un trabajo personal
libremente escogido y libremente ejecutada, mediante una enseñanza orientada
por proyectos que sean percibidos y comprendidos como tales por los educandos.
El método de Cousinet, es concebido para desarrollar una forma de socialización
en sintonía plena con las exigencias del libre desarrollo del niño. “El trabajo en
grupo constituye un medio tanto de formación intelectual como de educación
social” (Debesse, 1967, p. 14). Sus principios básicos consisten en: la libertad, el
trabajo por grupos, y las posibilidades de actividad.
Finalmente, con los métodos y las técnicas de Freinet se reivindica, a
contracorriente del intelectualismo de la educación tradicional, el ensayo
experimental, el proceso de tanteo, en cualquiera de las etapas de desarrollo de la
vida humana en general, incluidos los procesos de aprendizaje, cuya base remite
a la acción, a formas vitales favorables a la exploración, a un medio ambiente
estimulante y facilitador (Palacios y otros, 1984). Por esto último, se dice que uno
de los principios básicos de dichos métodos y técnicas consiste en la educación
por el trabajo, el cual equivale a cultura salida y emanada de la actividad laboriosa
de los propios niños, a una ciencia hija de la experiencia, a un pensamiento
continuamente determinado por la realidad. (Palacios, 1984, p. 99).
7.-EL PENSAMIENTO EDUCATIVO DE JOHN DEWEY

La concepción educativa de John Dewey la define el propio autor como “aquella


reconstrucción o reorganización de la experiencia que da sentido a la experiencia
y aumenta la capacidad para dirigir el curso de la experiencia subsecuente” (citado
por Germán López Noreña). Definición de la educación del pedagogo
norteamericano en la que resaltan los conceptos de la experiencia, la
reconstrucción, la reorganización y la capacitación para continuar en el ejercicio de
la experimentación. Educación, que desde este enfoque es concebida por él en la
perspectiva multidisciplinar, y siendo entre otras la neurobiología, la psicología, la
moral y la social. (P. Fermoso; 1976).

Dewey propone a la escuela como una mini comunidad, en la que el niño vive más
que aprende. La escuela debe de ser capaz de conservar la esencia de la vida en
comunidad que el niño tiene fuera de ella y sobre esa vida crear sus métodos.
Estos deben de ser principalmente activos, emerger del ambiente diario y tener un
carácter lo más espontáneo posible. Por medio de las actividades manuales se
permite la reproducción por parte de la escuela de las manifestaciones esenciales
de los individuos y se logra que las personas se puedan incorporar a la vida social.
La materia del conocimiento no debe subordinarse a razones teóricas abstractas
sino que debe estar al servicio de la vida, por lo tanto para él, todo pensamiento y
conocimiento debe ser posible de aplicación, por lo tanto debe ser práctico.
Dewey afirmaba que los niños no llegan a la escuela como limpias pizarras
pasivas en la que los maestros pudieran escribir las lecciones de la
civilización. Cuando el niño llega al aula “ya es intensamente activo y el cometido
de la educación consiste en tomar a su cargo esa actividad y orientarla” (Dewey
1899, pag.41). Cuando el niño empieza su escolaridad, lleva en sí “cuatro
impulsos innatos el de comunicar, el construir, el de indagar, y el de
expresarse de forma más precisa que construyen los recursos naturales, el
capital para invertir, de cuyo ejercicio depende el crecimiento activo del niño”
(Dewey 1899, pag 30). El niño lleva también consigo intereses y actividades de su
hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe la tarea de utilizar “esta
materia prima” orientando las actividades hacia “resultados positivos” (Mayhew y
Edwards, 1966, pag. 41).

La pedagogía de Dewey requiere que los maestros realicen una tarea


extremadamente difícil, que es “reincorporar a los temas de estudio la experiencia
“(Dewey, 1902, pag, 285). Los temas de estudio al igual que todos los
conocimientos humanos, son productos de los esfuerzos de hombre por resolver
los problemas que su experiencia les plantea.

Para los simpatizantes de la educación tradicional, estos conocimientos deben


imponerse simplemente al niño de manera gradual, determinada por la lógica del
conjunto abstracto de certezas. Pero presentado de esta forma, ese material tiene
escaso interés para el niño, y además, no lo instruye sobre los métodos de
investigación experimental por los que la humanidad ha adquirido este saber.

Como consecuencia de ello, los maestros tienen que apelar a motivaciones del
niño que no guardan relación con el tema estudiado, por ejemplo, el temor del niño
al castigo y a la humillación, con el fin de conseguir una apariencia de aprendizaje.

En vez de imponer de esta manera la materia de estudio a los niños (o


simplemente dejar que se las ingenien por sí solos, como aconsejaban los
románticos), Dewey pedía a los maestros que integraran la psicología en el
programa de estudios, construyendo un entorno en el que las actividades
inmediatas del niño se enfrenten con situaciones problemáticas y las que se
necesiten los conocimientos teóricos y prácticos de la esfera científica, histórica y
artística para resolverlos.

En realidad, el programa de estudios está ahí para recordarle al maestro cuales


son los caminos abiertos al niño en el ámbito de la verdad, la belleza, el bien y
para decirle “les corresponde a ustedes conseguir que todos los días existan las
condiciones que estimulen y desarrollen las facultades activas de los alumnos.
Cada niño ha de realizar su propio destino tal como se revela a ustedes en los
tesoros de las ciencias, el arte, y la industria. (ibid, pag, 299).

Este nuevo modelo educativo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, modificó el


concepto antiguo de la pedagogía tradicional basado en los aspectos
memorísticos, verbalistas, enciclopedistas y pasivos, en los cuales el maestro es
el centro y la guía de la educación.

Dewey, a través de su Escuela Experimental, inició una serie de reformas


pedagógicas cuyo elemento fundamental es centrar el proceso de
enseñanza-aprendizaje en el alumno para darle mayor prioridad a la
actividad e interés del educando en conexión con los aspectos científicos y
experimentales, evitando volver a la enseñanza tradicional basada en el
centralismo del maestro, la memorización y la pasividad educativa.

Finalmente podemos decir que de acuerdo a John Dewey, la primera


responsabilidad de la escuela es invitar a la curiosidad natural y la actividad del
niño, y dirigir éstos hacia la investigación de materias de interés. De aquí nace la
filosofía del aprendizaje experiencial, pues toda auténtica educación se efectúa
mediante la experiencia. El aprendizaje experiencial es activo y genera cambios
en la persona y en su entorno, transformando los ambientes físicos y sociales.

7.1-Resultados

El método educativo de Jhon Dewey, es de tipo pragmático. Como filósofo, formó


parte de la corriente pragmatista, representada por el filósofo y psicólogo Williams
James. Como pedagogo, Dewey se considera como un férreo opositor de la
educación tradicionalista, verbalista, memorística y enciclopédica. Por lo que
instituye un método educativo basado en la acción, la estimulación de los
intereses del niño, y la libertad para las actividades, permitiendo la cooperación
grupal de los estudiantes para realizar proyectos educativos.

Considera que una sociedad democrática, justa y equilibrada, repercute


directamente en la educación, ya que ésta forma parte de un proceso social que
enriquece a la sociedad misma. Considera también que la democracia va más allá
que una sola forma de gobierno. Para Dewey, la educación no sólo es un proceso
para la preparación de la vida, si no la educación es la vida en sí misma. Por lo
tanto los alumnos, deben de vivir dentro de las aulas y la escuela, como viven en
la sociedad, incluso, tratando de mejorarla.

7.2-Discusión

El pensamiento educativo de John Dewey, pertenece a la corriente llamada:


“Escuela Nueva o Activa”, cuyo objetivo se centra en el fomento a la actividad, el
respeto a la libertad del niño y la flexibilidad en el aprendizaje. Esta línea educativa
es compartida por otros educadores de la talla de: Montessori, Freinet, Freire,
Cousinet, y Decroly, entre otros.

Dewey estuvo en contra de la enseñanza tradicional, caracterizada por el método


memorístico, verbalista, y enciclopédico, basado fundamentalmente en el manual
escolar que se considera de acuerdo a éste método, como el pilar básico en el
cual gira el proceso de enseñanza-aprendizaje.

A contracorriente de éste método educativo acartonado, rígido y ortodoxo, emergió


la llamada: “Escuela Activa o Escuela Nueva”, cuya característica principal, es
la flexibilidad, la libertad, la actividad, el respeto al niño y a su interés personal,
además de la permisividad para formar grupos de trabajo.

Dewey, considera a la escuela como una minicomunidad (Escuela experimental),


en la que el niño a través de actividades manuales, despliega todas sus
potencialidades; y partiendo de una determinada actividad como pivote principal,
desarrolla otras. Por ejemplo: en la construcción de la maqueta de una granja, al
realizar en grupo esta actividad, a los niños se les enseña y reafirma
conocimientos relacionados con: la escritura, las matemáticas, el cálculo, la
geometría, el dibujo, la historia, etc. Además de permitirles a los alumnos,
enfrentarse a problemas prácticos que requieren al inicio soluciones empíricas,
pero conforme se da el avance las soluciones se convierten en científicas. Estas
actividades enriquecen el aprendizaje y van dotando al niño de experiencias de
primera mano.

Finalmente podemos considerar que el método de proyectos de John Dewey, es


una aportación muy importante a la corriente educativa de la “Escuela activa” que
ha dejado una importante influencia en la educación contemporánea.

 8.1-INICIATIVA EDUCATIVA/ESCUELA/INSTITUCIÓN CREADA

8.1-Escuela De Dewey

“La escuela” que declaró John Dewey en el año 1896, es la única forma de vida
social que es directamente experimental. Llegó a Chicago con una idea bastante
buena de la especie de “laboratorio escolar” que quería empezar.

En el año 1894 le dijo a su esposa Alice Chipman: “Hay una imagen de una
escuela que crece en mi mente todo el tiempo, una escuela donde alguna
actividad constructiva real y literal será el centro y la fuente de todo el asunto, y de
la cual el trabajo debe estar siempre creciendo en dos direcciones, los cambios
sociales de ese sector constructivo y el contacto con la naturaleza a los que
abastece con sus materiales.” (Dewey, 1894).

John Dewey propuso una escuela que mantenga “el trabajo teórico en contacto
con las demandas de la práctica” como el componente más esencial de un
departamento de pedagogía, “el nervio de todo el sistema”. En enero de 1896la
Escuela Laboratorio de la Universidad de Chicago abrió sus puertas, pronto se
conoció como la “Escuela Dewey”, las hipótesis que se desarrollaron eran las de la
psicología funcional de Dewey y la ética democrática.

En el centro del plan de estudios de esta escuela, existía lo que Dewey


denominaba la 'ocupación', es decir, “un modo de actividad por parte del niño que
reproduce, o corre paralela a algunos de los trabajos realizados en la vida social”
(Dewey, 1899, p. 92). Divididos en grupos de edad de once años, los estudiantes
persiguen una variedad de proyectos centrados en particular, ocupaciones
históricas o contemporáneas.

Los niños más pequeños en la escuela, que fueron 4 y 5 años de edad, participan
en actividades que les es familiar de sus hogares y barrios: cocina, costura y
carpintería.

A los 6 años construyen granjas con bloques, donde hay plantado de trigo y
algodón, se procesa y se transporta su cosecha al mercado.

Los niños de 7 años de edad, estudian la vida prehistórica en cuevas de su propia


invención.

Mientras que sus vecinos de 8 años, centraron su atención en la labor de los


navegantes fenicios, en Robinson Crusoe y aventureros, como Marco Polo,
Magallanes y Colón. La historia y la geografía local ocupaban la atención de los
niños de 9 años de edad.

El trabajo de los grupos de los niños de mayor edad es menos estricto, centrado
en períodos históricos particulares (aunque la historia sigue siendo una parte
importante de sus estudios) y se centra más en los experimentos científicos de
anatomía, electromagnetismo, economía política, y la fotografía.

Las actividades profesionales señalaron, por un lado hacia el estudio científico de


los materiales y procesos implicados en su práctica y por otro hacia su papel en la
sociedad y la cultura.

Por lo tanto, el enfoque temático de ocupaciones no se basaba solo en un manual


de capacitación e investigación histórica, sino también para el trabajo en
matemáticas, geología, física, biología, química, lectura, arte, música e idiomas.

La Escuela Dewey fue útil en el campo de pruebas para la psicología funcional y


su
Pragmatismo, pero fue aún más importante como expresión de su ética y teoría
democrática. Dewey tuvo bastante éxito en la creación de una comunidad
democrática en su Escuela Laboratorio.

Los niños compartieron la planificación de sus proyectos y la ejecución de estos se


ha caracterizado por una división cooperativa del trabajo, en el que los roles de
liderazgo se rota con frecuencia. Por otra parte, la comunidad democrática se
fomentó no sólo entre los alumnos de la escuela, sino también entre los adultos
que trabajaban allí. Dewey se mostró muy crítico ante la falta de escuelas que
permitan a los maestros participar en las decisiones que afectan a la conducta de
la educación pública.

La comunidad precursora de Dewey duró muy poco y resulta irónico que su fin se
debiera a la lucha por el control de la Escuela experimental por parte de los que
trabajaban en ella.

Dewey y sus maestros no eran los dueños del “taller”; éste pertenecía a la
Universidad de Chicago. En 1904, el Presidente Harper se puso a favor de los
maestros y administrativos de una escuela fundada por el Coronel Francis Parker
(que se había fusionado con la Escuela de Dewey en 1903), resentidos por haber
sido incorporados a la “Escuela del Sr. y la Sra. Dewey” y que temían que Alice
Dewey decidiese prescindir de sus servicios.

Cuando Harper despidió a Alice, Dewey dimitió y casi en el mismo momento


aceptó un puesto en la universidad de Columbia, donde permaneció hasta el final
de su larga carrera.

La pérdida de la Escuela experimental dejó el campo libre para que otros


interpretaran, aplicaran, y a menudo deformaran, las ideas pedagógicas de
Dewey, que se quedó sin un extraordinario instrumento para concretizar sus
ideales democráticos.
8.2-Reforma progresista

Aunque no volvió a tener nunca una escuela propia, Dewey continuó siendo un
crítico activo de la educación norteamericana durante el resto de su vida
profesional. También se aventuró en el extranjero para apoyar los esfuerzos
reformistas en el Japón, Turquía, México, la Unión Soviética y China, país donde
quizás tuvo una mayor influencia. Llegó a China en 1919, en vísperas de la
aparición del Movimiento del “Cuatro de Mayo” y fue cálidamente acogido por
muchos intelectuales chinos que, como dijo un historiador “asocian estrechamente
el pensamiento de Dewey a la noción misma de modernidad” (Keenan, 1977, pág.
4).

Las convicciones democráticas de Dewey también le hicieron participar en


controversias con gran número de educadores “progresistas”, incluso con algunos
que se consideraban fieles adeptos suyos.

Atacó a los “progresistas administrativos”, que abogaban por programas de


educación profesional en los que él veía una enseñanza de clase que hubiera
convertido a las escuelas en un agente aún más eficaz para la reproducción de
una sociedad antidemocrática.

“El tipo de educación profesional que me interesa no es el que adapta a los


trabajadores al régimen industrial existente; no amo suficientemente ese régimen”.
En vez de ello, a su juicio, los norteamericanos debían tender hacia “un tipo de
educación profesional que en primer lugar modifique el sistema laboral existente y
finalmente lo transforme” (Dewey, 1915, pág. 412).
Asimismo, Dewey siguió distanciándose de los progresistas románticos centrados
en el niño, y en el decenio de 1920, en una declaración pública de inhabitual
brusquedad, calificó este método de “realmente estúpido”,porque se limitaba a
dejar que los niños siguieran sus inclinaciones naturales” (Dewey, 1926,pág. 59).
Finalmente, en el decenio de 1930, se opuso incluso a los partidarios radicales del
“reconstructivismo social”, cuyo pensamiento quizás estaba más próximo al suyo
propio, cuando propusieron recurrir a programas de “contra-adoctrinamiento” para
oponerse a una enseñanza encaminada a legitimar un orden social opresor. A su
juicio, la contra propaganda que querían llevar a cabo los radicales demostraba
una falta de confianza en la fuerza de sus convicciones y en la eficacia de los
medios por los que, era de suponer, habían llegado a adquirir esas convicciones.

Nadie les había adoctrinado para llegar a las conclusiones acerca de los defectos
de la sociedad capitalista, sino que las habían alcanzado mediante “un estudio
inteligente de las fuerzas y condiciones históricas y actuales” (Dewey, 1935, pág.
415).

Las críticas de Dewey contra otros reformadores solían recibirse con cortesía,
pero apenas si convencieron. Pocos lo siguieron en el camino para “salir de la
confusión educativa” que proponía. Para la mayoría de educadores, constituía una
amenaza demasiado grande contra los métodos y las asignaturas tradicionales. Al
mismo tiempo, sus consecuencias sociales eran demasiado radicales para los
abanderados de la eficiencia científica, y no lo suficientemente radicales para
algunos partidarios de la reconstrucción social. Aunque abogaba en favor de un
programa de estudios revolucionario basado en los impulsos e intereses de los
niños, respetaba demasiado la tradición y las asignaturas como para satisfacer a
los románticos. Así, como dijo el historiador Herbert Kliebard “a pesar de su
estatura intelectual, su fama internacional y los múltiples honores que se le
rindieron, Dewey no tuvo suficientes discípulos para hacer sentir su impacto en el
mundo de la práctica educativa” (Kliebard, 1986, pág. 179).

De haber continuado Dewey creyendo que el maestro era “el anunciador del
verdadero reino de Dios” quizás se hubiera sentido más triste de lo que sentía al
ver que sus argumentos pedagógicos caían en saco roto. Después de la Primera
Guerra Mundial, las escuelas dejaron de ser el punto central de su actividad. Con
una visión menos ingenua de la función de la escuela en la reconstrucción social,
Dewey ya no situaba el aula en el centro de su idea reformadora. Lo que antes
había sido el medio fundamental de la democratización de la vida norteamericana,
se convirtió en uno de los medios decisivos, pero de importancia secundaria en
comparación con otras instituciones más abiertamente políticas. Dewey reconocía
ahora más claramente que la escuela, al estar inextricablemente vinculada con las
estructuras de poder vigentes, constituye uno de los principales instrumentos de
reproducción de la sociedad de clases del capitalismo industrial, y que por
consiguiente era muy difícil transformarlas en un agente de reforma democrática.

Los esfuerzos por convertirlas en medio impulsor de una sociedad más


democrática tropezaron con los intereses de los que querían conservar el orden
social existente. Los defectos de la escuela reflejan y mantienen los defectos de la
sociedad en su conjunto, los cuales no pueden corregirse sin luchar por la
democracia en toda la sociedad. La escuela participará en el cambio social
democrático únicamente “si se alía con algún movimiento de las fuerzas sociales
existentes” (Dewey, 1934,pág. 07). Al contrario de lo que antes Dewey solía
considerar, no puede constituir el vehículo que permita evadirse de la política.

8.3-El legado de Dewey

La filosofía de la educación de Dewey fue objeto de un fuerte ataque póstumo


durante el decenio de 1950 por parte de los adversarios de la educación
progresista, que le hicieron responsable de prácticamente todos los errores del
sistema de enseñanza pública norteamericano.

Aunque sus consecuencias reales en las escuelas de los Estados Unidos fueron
bastante limitadas y los críticos conservadores se equivocaron al asimilarlo a los
progresistas, a los que el propio Dewey había atacado, se convirtió en un cómodo
chivo expiatorio para los “fundamentalistas”, preocupados por la disminución del
nivel intelectual en las escuelas y por la amenaza que esto suponía para una
nación que se encontraba en guerra fría contra el comunismo.
Como escribieron dos historiadores de esa época, después del lanzamiento del
satélite espacial ruso Sputnik “el creciente murmullo contra el sistema educativo se
convirtió en un estruendo ensordecedor.

Todos gritaron el Presidente, el Vicepresidente, almirantes, generales,


sepultureros, tenderos, limpiabotas, contrabandistas, agentes inmobiliarios,
estafadores– lamentándose porque nosotros no teníamos un pedazo de metal en
órbita en torno a la tierra y achacando esta tragedia a los siniestros Deweyitas que
habían conspirado para que el pequeño Johny no aprendiera a leer” (Miller y
Nowak, 1977, pág. 254).

Desde el decenio de 1950, variaciones sobre este tema vuelven a alimentar


debates periódicos acerca de la situación de la educación pública norteamericana,
y cada nueva campaña favorable a una vuelta a los “principios básicos” va
acompañada de los consabidos ataques contra Dewey (como un reciente libro de
moda de A. Bloom y E.D. Hirsch) empeñándose en presentar a Dewey como un
rousseauniano romántico (Bloom, 1987, pág. 195; Hirsch, 1987,págs. 118 a 127).

Digamos para concluir que, aunque tal vez haya en cada distrito escolar
norteamericano por lo menos un maestro de la enseñanza pública que ha leído a
Dewey y que trata de enseñar siguiendo sus principios, sus críticos han exagerado
su influencia.

Su legado reside menos en una práctica que en una visión crítica. La mayoría de
las escuelas están lejos de ser esos “lugares supremamente interesantes” y esas
“peligrosas avanzadillas de una civilización humanista” que él

Hubiera querido que fuesen (Dewey, 1922, pág. 334). Sin embargo, para los que
quisieran que fueran precisamente eso, la obra de Dewey sigue siendo una gran
fuente inspiradora.
9.-CONCLUSIONES

La propuesta pedagógica de Dewey, está basada en lo social, ya que pretende


llevar a la práctica una educación democrática que impulse una transformación
social, por ello la escuela debe ser el germen de la modificación y del
perfeccionamiento del entorno.

Para Dewey, la educación no debe fundamentarse en el verbalismo, lo


memorístico, lo rígido, y lo enciclopédico, ni debe supeditarse al uso exclusivo del
manual escolar. Considera que la educación debe fomentar la acción y libertad del
niño, respetando sus intereses y permitiendo la actividad grupal, todo esto como
un proceso que enriquece el desarrollo personal y social del educando.

Estas acciones educativas, orientadas y facilitadas por el maestro, le permiten al


niño una cierta independencia para tomar decisiones y un mayor interés para
realizar una determinada tarea, tanto en forma individual como en grupo,
consolidándose el proceso de enseñanza-aprendizaje.
10.-BIBLIOGRAFÍA.

MORALES DE LAS CASAS ELENA MARIBEL. Enfoque tradicional vs. Enfoque


contemporáneo de la didáctica. Universidad Latina de Panamá.
www.monografias.com

MARTÍNEZ RAFAEL. El concepto educativo de John Dewey..

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cuela Nueva.. www.eumed.net

DEWEY JOHN. La escuela y el progreso social (1988). Traducción castellana de


Domingo Barnés. Boletín del Instituto libre de enseñanza, 8 de marzo de 2006.

CANO RIVERO CLAUDIA GEORGINA. John Dewey y su pedagogía de la acción..


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CEBALLOS ÁNGELES. La escuela tradicional. www.universidadabierta.edu.mx

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www.slideshare.net John Dewey. Libro, experiencia y educación.

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