Derecho en Portugal

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Derecho en portugal

Portugal.- El universitario que ha terminado sus estudios de Derecho debe, en primer


lugar inscribirse como Stagiario. En Portugal, cada distrito tiene un centro de aprendizaje
profesional el cual es el responsable de la formación de los stagiarios. Este periodo de
formación se divide en dos etapas. La primera de tres meses que consiste en la asistencia
a una serie de seminarios y conferencias que organiza el propio centro de aprendizaje
profesional.

Los siguientes quince meses comprenden un aprendizaje esencialmente práctico que se


desarrolla con un Abogado que lleve, al menos, cinco años de ejercicio ininterrumpido y se
pretende el contacto con las práctica profesional diaria en el despacho, ante los tribunales
y ante otros servicios de la administración de justicia. Los Abogados en formación deben
entregar mensualmente dos trabajos jurídicos al centro de formación del que dependan
que se refieran a trabajos desarrollados en el despacho. También entregarán un trabajo
sobre deontología profesional.

El Abogado-Stagiario debe cumplir los siguientes requisitos:

Una declaración del Abogado con el que haya estado practicando, sobre su capacidad
profesional y moral.

Un certificado que acredite que el aprendizaje práctico como Stagiario ha sido satisfactorio.

Un certificado que acredite las asistencial al despacho del tutor y de los asuntos en los que
haya intervenido, sobre todo en aquellos que hayan sido judiciales.

Un informe sobre las actividades profesionales de cualquier índole desarrollada en el


despacho del tutor y firmadas por éste.

Un informe sobre las actividades desarrolladas ante los Tribunales.

Una disertación sobre deontología profesional.

Derechos y deberes de los Abogados.


El abogado, como otros profesionales, tienen ciertas responsabilidades especiales, al igual
que ciertas derechos igualmente especiales.

Mas abajo los elenco por interés propio, aun no siendo necesario.

Estos son:

SECCIÓN PRIMERA
De carácter general

39.º El deber fundamental del Abogado, como participe en la función pública de la


Administración de Justicia, es cooperar a ella defendiendo en derecho los intereses que le
sean confiados. En ningún caso la tutela de tales intereses puede justificar la desviación
del fin supremo de justicia a que la Abogacía se halla vinculada.
La defensa jurídica es una obligación profesional tanto para la Abogacía, como para los
Abogados, que se cumplirá ajustándose a normas deontológicas.
El Abogado sólo podrá rehusar su intervención en turno de oficio por causa justificada.

Art.40.º Son también deberes del Abogado:


a) Cumplir lo dispuesto en estos Estatutos, así como las decisiones de los Colegios, del
Consejo General y de la Asamblea de Decanos.

b) Residir y mantener estudio profesional en el lugar donde habitualmente ejerza su


profesión.
No obstante, podrá ejercerse la profesión en lugar distinto del de residencia, previo
cumplimiento de los correspondientes requisitos legales e incorporación al Colegio
respectivo, con designación de domicilio.

c) Comunicar al Colegio los cambios de domicilio, traslados de vecindad y ausencias que


hayan de prolongarse por más de dos meses consecutivos.

Art.41.º 1. El Abogado tiene el deber y el derecho de guardar secreto profesional.


El secreto profesional constituye al Abogado en la obligación y en el derecho de no revelar
ningún hecho ni dar a conocer ningún documento que afecten a su cliente, de los que
hubiera tenido noticia por el mismo en razón del ejercicio profesional.
2. En el caso de que el Decano de un Colegio, o quien estatutariamente le sustituya, fuere
avisado por la Autoridad judicial, o en su caso gubernativa, competente de la práctica de
un registro en el despacho profesional de un Abogado, deberá personarse en dicho
despacho y asistir a las diligencias que en el mismo se practiquen velando por la
salvaguarda del secreto profesional.

Art.42.º El Abogado, en. cumplimiento de su misión, actuará con toda libertad e


independencia, sin otras limitaciones que las impuestas por la Ley y por las normas de la
moral y deontológicas.

Art.43.º El deber de defensa jurídica que a los Abogados se confía es también un derecho
para los mismos.
En consecuencia, podrán reclamar tanto de las Autoridades, como de los particulares,
todas las medidas de ayuda en su función que les sean legalmente debidas.

Art.44.º El Abogado tiene derecho a todas las consideraciones honoríficas debidas a su


profesión y tradicionalmente reconocidas.

Art.45.º 1. Para la protección de sus derechos, los Abogados podrán hacer uso de cuantos
remedios o recursos establece la vígente legislación sujetándose al régimen jurídico
presente para cada uno de ellos.
2. Si el Letrado entendiere que no se le guarda el respeto debido por el Fiscal, compañero
contradictor u otra persona, podrá intervenir haciéndoselo presente al Juez o Tribunal para
que por éste se ponga el remedio adecuado.

SECCIÓN SEGUNDA
En relación con el Colegio y con los demás colegiados.

Art.46. Son deberes del Abogado:

a) Estar al corriente en el pago de sus cuotas colegiales y soportar todas las


contribuciones económicas de carácter fiscal, corporativo o de cualquier otra índole a que
la profesión se halle sujeta, levantando las cargas comunes en la forma y tiempo que legal
o estatutariamente se fije, cualquiera que sea su naturaleza.
A tales efectos, se considerarán cargas corporativas todas las impuestas por el Colegio
cualquiera que sea su clase, así como también las del Consejo General y Mutualidad
General de Previsión de la Abogacía.
b) Denunciar al Colegio todo acto de íntrusísmo que llegue a su conocimiento, así como
los casos de ejercicio ilegal, tanto por no colegíacíón como por hallarse suspendido o
inhabilitado el denunciado.

c) Guardar, respecto a los compañeros de profesión, las obligaciones que se deriven del
espíritu de hermandad que entre ellos debe existir, evitando competencias ilícitas y
cumpliendo los deberes corporativos.

d) Denunciar al Colegio a que pertenezca, o por el que esté habilitado para una actuación
concreta, los agravios que surjan en el ejercicio profesional, o los que presencie que
afecten a cualquier otro colegiado.

Art.47.º Son derechos de los Abogados:

a) Participar en la gestión corporativa y, por tanto, ejercer el derecho de petición, el de voto


y el de acceso a los puestos y cargos directivos.
El voto de los colegiados ejercientes tendrá doble valor que el de los no ejercientes.

b) Aquellos otros, que le confieran los Estatutos de cada Colegio.

c) Recabar y obtener del Colegio y, en su caso, del Consejo General, la protección de su


licita libertad de actuación.

SECCIÓN TERCERA
En relación con los Tribunales

Art.48.º Son obligaciones del Abogado para con los órganos jurisdiccionales, la probidad,
lealtad y veracidad en cuanto al fondo de sus declaraciones o manifestaciones y el respeto
en cuanto a la forma de su intervención.

Art.49.º Los Abogados comparecerán ante los Tribunales con traje, corbata y zapatos
negros, camisa blanca y vistiendo toga y, potestativamente, birrete, sin distintivos de
ninguna clase.
En la apertura de Tribunales, tomas de posesión, recepciones y demás actos oficiales
solemnes, así como ante cualquier Tribunal o Autoridad en que haya de hacer valer su
condición, el Decano llevará vuelillos en su toga, si le correspondiere, así como la medalla
con el emblema del Colegio, que también podrán ostentar los demás miembros de la Junta
de Gobierno.
Los Abogados no estarán obligados a descubrirse mas que a la entrada y salida de las
Salas a que concurran para las vistas y en el momento de tomar la venia para informar.

Art.50.º 1. Los Abogados ínf'ormarán sentados ante los Tribunales de cualquier


jurisdicción, teniendo delante de sí una mesa.
Los asientos se colocarán dentro del estrado, al mismo nivel en que se hallen instalados
los del Tribunal ante quien inf'orman, situándolos a ambos lados de la mesa que el
Tribunal ocupe de modo que no den la espalda al público.
2. El Letrado actuante podrá designar un compañero en ejercicio que le auxilie o sustituya
en el acto de la vista o juicio o en cualquier otra diligencia judicial.
3. Los Abogados que se hallen procesados o encartados y se defiendan a sí mismos o
colaboren con su defensor usarán el traje profesional y ocuparán el sitio establecido para
los Letrados.

Art.51.º En los Tribunales se designará un sitio, separado del público, con las mismas
condiciones del señalado para los Abogados actuantes, a fin de que puedan ocuparlo los
demás Letrados que, vistiendo el traje profesional quieran presenciar los juicios y vistas
públicas.
Art.52.º Si el Abogado actuante considerase que la Autoridad, Tribunal o Juzgado coartase
la independencia y libertad necesaria para cumplir sus deberes profesionales, o que no se
le guardase la consideración debida al prestigio de su profesión, podrá hacerlo constar así
ante el propio Juzgado o Tribunal y dar cuenta a la Junta de Gobierno. Dicha Junta, si
estima fundada la queja, remitirá los antecedentes de lo actuado al Consejo General de la
Abogacía, para que este Organismo adopte los acuerdos precisos al debido amparo del
prestigio de la profesión.

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