Ataud en Llamas 1
Ataud en Llamas 1
Ataud en Llamas 1
y sostienen mi casa
UNIVERSIDAD DE LAS ARTES
Rectora: María Paulina Soto Labbé
Vicerrector de Investigación y Posgrado: Alfredo Palacio Paret
Ataúd en llamas
Testimonios de escritores en el Guayaquil de la pandemia
COLECCIÓN TERRITORIOS
D. R. © Universidad de las Artes
D. R. © de los autores
Septiembre, 2020 Gratitud a quienes me contaron su historia
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Índice
José Miguel Cabrera Kozisek y Lucía Moscoso Rivera Laura Nivela
Introducción............................................................................................................................................................................. 5 Cuando se quema Guayaquil, se quema una parte de nosotros......................................................................... 55
4
INTRODUCCIÓN
El método de escucharnos
E
stamos ante un libro de crónicas que no pretende ser tan solo un testi- y que a la fecha de la publicación de este libro —cinco meses después— aún no
monio de la pandemia que ha tocado la vida de todo el mundo este 2020, acaba. Hablan esas veintidós personas como habló Miguel Littín a través de la
sino que responde a una acción o acto vital para su autora, Gabriela Ruiz Agila, pluma de García Márquez, o como hablaron los sobrevivientes del desastre de
poeta y periodista quiteña, quien ejerce la crónica en medios independientes Chernóbil en la voz de Svetlana Alexiévich.
desde hace varios años con un compromiso político de resistencia a través de
la palabra. Se deben leer estos textos como una protesta frente al abandono del Dentro de este proceso se publicó una primera versión de las crónicas, bajo el
Estado y a los discursos oficiales sobre la emergencia sanitaria, discursos con título “Escritores narran al Guayaquil del COVID-19”, a principios de abril, si-
los que las historias individuales e íntimas que conforman esta obra discuten y multáneamente en la revista mexicana Pie de Página y en el diario La Hora de
se enfrentan constantemente. Son relatos que se levantan frente al silencio y a Ecuador. Hoy, La Hora ya no existe. Pero las voces quedan. Y estos relatos —que
la censura. aparecen aquí ampliados en relación a esas primeras publicaciones— cuentan
cómo ha sido puesta a prueba la dinámica de nuestras vidas, las formas de lle-
La producción de estas crónicas ha ocurrido de forma caótica, tal como hemos var la casa y el trabajo, la extrañeza frente a actividades comunes como hacer
vivido la pandemia de COVID-19. De marzo a mayo, las notas de voz, los men- las compras o sacar la basura, la relación y los roles de cuidado dentro de las fa-
sajes de texto y los correos electrónicos viajaron de ida y vuelta entre los vein- milias, por la convivencia permanente que generó el encierro, pero sobre todo
tidós escritores entrevistados y la autora, quien partió de dos preguntas tan por el temor a la muerte, que en abril de 2020 llegó a ser cinco veces más que lo
cotidianas y básicas pero tan urgentes y profundas en su momento: ¿Cómo es- que había sido en el mismo mes el año anterior.
tás?, ¿cómo está tu familia? Respuestas veloces, pausas largas, conversaciones
permanentes que se dieron entre la risa y el llanto, entre el pudor y la angustia, Lejos de ser el titular de portada de un medio sensacionalista, el nombre de esta
entre el miedo y la necesidad de hablar. Si queremos explicar una metodología, recopilación de relatos, Ataúd en llamas, compuesta por palabras que nos llevan
sería esta, la de escuchar. inevitablemente a las imágenes de una ciudad incapaz de gestionar la enorme
cantidad de cuerpos que dejó la crisis sanitaria, es más bien un homenaje a dos
Escuchar al punto de crear voces en simbiosis. Porque estas historias, escritas autores cuyos relatos nos conectan con sensaciones parecidas a las que nos ha
por Gabriela Ruiz, narran en primera persona lo que han vivido distintos poetas tocado vivir en Guayaquil: Ataúd de cartón, de César Dávila Andrade y El llano en
y narradores en Guayaquil a partir de un encierro que iba a durar dos semanas llamas, de Juan Rulfo.
6
Estas historias que se cuentan con palabras se intercalan con un relato visual.
Mientras la autora definía con sus editores los detalles de lo que sería Ataúd
en llamas, otro artista iba gestando un relato paralelo. Vicente Gaibor se dio a
la tarea de capturar con su cámara escenas del Guayaquil de la pandemia. Lo
que originalmente debían ser fotografías de soporte para estas crónicas ter-
minó por convertirse en un ensayo visual que le da un volumen distinto a esta
obra que se piensa como un registro necesario, que se entiende en construc-
ción, pues aún no hay certezas sobre el retorno a la normalidad, y que se sabe,
sobre todo, como un acto de resistencia, en un país donde hace tanta falta la
memoria.
7
COVID-19. 20 ESCRITORES EN GUAYAQUIL Ecuador. abril 2020
Leyenda N
Mapa de testimonios
de Ataúd en llamas
L
os libros marcados en este mapa
representan los sectores en los
que residen las y los escritores que
comparten sus testimonios en este li-
bro. La mayoría, como puede verse,
se encuentran alrededor del centro de
Guayaquil. Que en esa zona habite la
mayoría de estos autores no es casual.
En los últimos años, ahí se empezó a
constituir un corredor cultural a partir
de la creación de la Universidad de las
Artes, asentada en edificios que guardan
una historia de la ciudad, desde el
antiguo SRI (10 de Agosto y Pichincha),
pasando por la ex Gobernación (Aguirre
y Pichincha), o los que en su tiempo
fueron sedes del Banco de Descuento
(Pichincha y Aguirre) y la antigua Bolsa
de Valores (9 de Octubre y Panamá),
donde hoy funcionan, respectivamente,
la Biblioteca de las Artes y el Centro
de Innovación y Producción MZ14. Se
trata de un área de influencia que llega
hasta el Museo Antropológico y de Arte
Contemporáneo (MAAC) —donde acaba
el Malecón 2000 y empieza el Barrio
Las Peñas— y que se ha pensado para
impulsar una reactivación cultural a la
Mapa:
vista del río Guayas. Braulio Hidalgo y Costilla
CONDOLER
E s difícil escribir sobre lo que duele, más aún cuando el dolor está tan
cerca que el cuerpo no permite la articulación fluida de la palabra.
Por eso la escritura es un espacio de resistencia al daño, a la crueldad y a
vida más fraterna; de encontrar un lugar en el que sea posible no solo
sobrevivir, sino vivir. Estas escrituras respiran a través del deseo de
abandonar el miedo. Todos queremos abandonar el lugar del miedo.
la violencia. Un espacio de resistencia a la soledad. Los testimonios que
pueblan estas páginas son a veces balbuceos que cuentan el miedo y la Si no nos atrevemos a leer las experiencias de quienes sufren, nos ce-
incertidumbre, pero también son ruegos cargados de ternura y de ne- rramos a la posibilidad de que nuestra empatía se expanda. Aunque
cesidad. Estamos necesitados de; somos necesitados por. La condición el diccionario diga lo contrario, compadecernos no es lo mismo que
humana es la exposición desnuda de nuestra vulnerabilidad. condolernos. Compadecernos es sentir pena por otros, no con otros. Si
queremos hacer que este mundo sea un sitio más amable donde vivir,
Guayaquil se convirtió en el mes de marzo y abril en un cementerio al tenemos que dolernos con los demás. Amplificar nuestra empatía.
aire libre. Los vivos vieron a los muertos. Los muertos no fueron, en Tengamos juntos la voluntad de condolernos, de no dejar a los demás
muchos casos, tratados con dignidad. Yo estuve fuera de esas calles: solos.
apenas puedo imaginar el desgarro, la fragilidad. También es difícil
escribir sobre lo que duele cuando uno está lejos de los cuerpos que Mónica Ojeda
sufren, a ciegas, tanteando la verdad a una distancia oceánica. Cuando
Lucía Moscoso Rivera me preguntó si quería escribir el prólogo de este
compendio yo dudé. ¿Con qué derecho, me dije, si estoy en otro país,
a salvo del paisaje que la COVID-19 ha dejado en mi ciudad natal? Los
testimonios que leerán a continuación, sin embargo, me acercaron a la
verdad brutal de los que han perdido a sus seres amados y de los que
temen que sus amados mueran. La de los que tuvieron que enfrentarse
a la muerte, al clasismo, al regionalismo, a la ausencia de políticas
públicas que los protejan, a la deshumanización más extrema y a la falta
de compasión.
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GUAYAQUIL,
UNA PESADILLA
POSIBLE
Ataúd en llamas Guayaquil, una pesadilla posible
Han transcurrido tres y hasta cinco días. El gobierno dispuso llamar al La desgobernanza
ECU911 o al 171 teléfono de emergencia. No llega Medicina Legal a reali-
zar el levantamiento del cadáver.2 Nadie llega.
D esde el lunes 30 de marzo, la Secretaría de Riesgos del Ecuador em-
pezó a colocar un asterisco al pie del informe de ‘posibles muertos’
que se deben sumar a la cifra oficial de personas fallecidas. Un mes más
Los seres queridos se envuelven con sábanas, se embalan con plástico,
se colocan sobre una cama, o en el sofá en el centro de la sala. Se echa tarde cambian la metodología de conteo: se pasó de fijar la fecha de con-
cloro y cal en el piso. Nada puede contener a la muerte. El olor es nau- firmación de pruebas realizadas a mostrar la fecha de aparición de los
seabundo y los vivos temen contaminarse de la peste. «Esto es lo que síntomas en los pacientes.
tenemos que hacer ya que el gobierno no es capaz de ayudarnos», narra
Transcurridos los primeros siete días, la ministra de Salud, Catali-
una mujer que graba la escena con su teléfono móvil de forma anónima.3
Y muchos tiene que elegir entre quedarse dentro de sus viviendas o sacar na Andramuño, renunció el sábado 21 de marzo, alegando la falta de
a sus muertos a las veredas. asignación de recursos presupuestarios. Andramuño había anuncia-
do la llegada de dos millones de pruebas para COVID-19, dato que se
El fin de semana del 28 de abril se recogieron 100 cadáveres de las ca- desmintió. Fueron doscientas mil pruebas que apenas se tramitaban
sas en Guayaquil. Las temperaturas entre los 24 °C y 35 °C aceleraban para su importación. Quejas y denuncias de personal de salud pública
su descomposición. La policía, paramédicos y servicios exequiales no circulaban en las redes sobre la falta de implementos y abastecimiento
se dan abasto. Es difícil diferenciar a quienes fallecieron a causa de co- de insumos.4
ronavirus de otras enfermedades. Hay 5 356 casos confirmados de
Hasta el 1 de abril, Ecuador registró 2 758 casos confirmados por CO-
dengue en Guayas. Las escenas alimentan el miedo en la población
VID-19. La provincia del Guayas concentra el 70,4 % de los enfermos
1 Esta crónica se publicó originalmente en el portal informativo Pie de Página el 2 de abril de 2020. con 1941 casos frente a los 248 en Pichincha y 94 en Azuay, según el Co-
Se actualizaron datos y se amplió el contenido para la edición del presente libro. Los primeros mité de Operaciones de Emergencia.5 Los informes oficiales reportan 63
testimonios se publicaron simultáneamente en Pie de Página en México y diario La Hora en Ecuador el
9 de abril de 2020 bajo el título: “Escritores narran al Guayaquil del COVID-19”.
2 Diario El Universo (30 de marzo de 2020). “En el suroeste de Guayaquil queman llantas para que 4 Gabriela Ruiz Agila, (26 de marzo de 2020). “Ecuador a una semana del COVID-19”. Portal
autoridades retiren muertos”. informativo Pie de Página. México.
3 En la semana del 31 de marzo de 2020, varios videos circularon en redes sociales donde se apreciaba 5 Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias. Informes de Situación e Infografías – COVID -19
la quema de un mueble y prendas de vestir junto a mascarillas y guantes. – desde el 29 de febrero del 2020. Ecuador. Disponible en: https://www.gestionderiesgos.gob.ec/
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Ataúd en llamas Guayaquil, una pesadilla posible
fallecidos en Guayas de un total de 98. En abril, Ecuador fue el segundo miedo también se apoderó de la alcaldesa conociendo de la muerte de la
país en América Latina con mayor número de casos. paciente cero en Guayaquil.
Un parte de la ciudad está guardando cuarentena. Pero otra parte está «¡El virus más grande es el miedo!»
muriendo en sus casas. Cuerpos en las veredas. Cuerpos en las calles. No
hay quien retire los cuerpos, y es esta la otra emergencia sanitaria:
Las familias deambulan para que los atienda o los reciba un hospital pú-
L a paciente cero a quien se le diagnóstico COVID-19 provino de Madrid.
Ingresó a una clínica particular de Babahoyo, en la provincia de Los
Ríos, sin saber que tenía el virus. Al complicarse sus problemas respira-
blico donde ya no hay camas. Les cierran las puertas. Los dejan afuera. torios fue trasladada a Guayaquil. Una fiesta de bienvenida para la mi-
En camionetas, salen enfermeros a ponerles oxígeno. Las puertas están grante que regresó de España el 14 de febrero fue la ocasión que propició
cerradas. Las clínicas particulares están cerradas. Pero aquí la solución el contagio. La noticia se dio a conocer por el gobierno el 29 de febrero y
no es dejar que se mueran fuera de las clínicas. La gente llama al número para entonces ya eran 28 los casos confirmados en Ecuador. Su familia fue
que le dieron y nadie contesta. Y si contestan, les cierran y si no los dejan aislada en el primer cerco epidemiológico. Sin embargo, la paciente cero
esperando. Por último, no llegan nunca a hacerles las pruebas. ¿Hay o no de 71 años y su hermana de 33 murieron.7 Otros familiares de las occisas
hay pruebas suficientes? manifestaron que, tras ser infectados, se curaron por sus propios medios.8
Esas fueron las declaraciones de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Vite- El sábado 29 de febrero, Barcelona jugó contra Liga de Portoviejo sin pú-
ri.6 Una alcaldesa enferma de COVID-19 que administra la ciudad desde blico. El miércoles 4 de marzo del 2020, Barcelona y el Independiente
la cuarentena. del Valle jugaron por Copa Libertadores en el estadio Monumental Isidro
Romero Carbo. Aproximadamente veinte mil personas concurrieron al
Su último acto administrativo fue impedir el aterrizaje de un vuelo hu- estadio. ¿Fue un foco de infección? Perdió Barcelona 3 a 0. Perdió Gua-
manitario en el aeropuerto internacional José Joaquín de Olmedo. El yaquil. El ministerio de Gobierno había suspendido los eventos masivos
vuelo desde Madrid no pudo llegar a recoger pasajeros. Cynthia Viteri en Guayaquil desde el 29 de febrero después de darse a conocer el primer
ordenó el bloqueo de la autopista con el estacionamiento de camionetas. caso de COVID-19.
Siendo mujer, la han tachado de histérica. Su argumento se sustentaba
7 Bella Lamilla Rodríguez fue reconocida por las autoridades de salud como la paciente cero del COVID-19
en que Madrid es de las capitales más afectadas por COVID-19. Quizá el
en Ecuador. Se la internó en el hospital del Guasmo y su familia confinada a la cuarentena obligatoria.
Bella murió el 14 de marzo de 2020. La ministra de Salud, Catalina Andramuño, señaló que se trataba de
6 El municipio de Guayaquil, a través de sus redes sociales, notificó el 19 de marzo de 2020 que la casos importados desde el extranjero.
alcaldesa dio positivo para COVID-19. 8 Primicias. “‘Nos curamos por nuestros propios medios’, dice paciente recuperada de COVID-19”.
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Ataúd en llamas Guayaquil, una pesadilla posible
«¡El virus más grande es el miedo! Pero no nos vencerá. El país debe conti- los niños y con qué frecuencia si son quienes más padecen enfermedades
nuar», justificó Pedro Pablo Duart, gobernador del Guayas, la autorización respiratorias, estomacales y de piel? Asimismo la Isla Trinitaria, Sergio
del evento. La ministra de Gobierno, María Paula Romo, apoyó la medida Toral, el Guasmo, por mencionar algunas.
declarando que luego de las consultas a la Ministerio de Salud y organis-
mos especializados, «se autorizan los eventos masivos en Guayaquil». No ocurre así en un sector como Samborondón, que presenta 165 casos
confirmados por COVID-19. A manera de leyenda urbana, se rumora que
Días más tarde, Guayas se militarizó como zona de seguridad. Y el gobierno la celebración de una gran boda en medio de la declaratoria de pandemia
nacional tomó el control sobre ella. El presidente Lenín Moreno anunció la fue uno de los puntos de contagio entre los pudientes invitados y la clase
restricción de movilidad en Ecuador que rige desde el martes 17 de mar- trabajadora que sirvió en el evento.10 Lo cierto es que las autoridades can-
zo, a fin de cumplir el Aislamiento Preventivo Obligatorio.9 Tras el creci- celaron 5 bodas el 14 de marzo en Samborondón y fiestas de graduación en
miento de casos, Moreno imputó en el caso guayaquileño: «No puede ser hoteles de la ciudad. La referencia al hecho muestra una añeja pugna entre
posible que de las 220 pruebas del coronavirus realizadas en las últimas clases que viene cargada de racismo y discriminación hacia los pobres.
horas, 162 sean positivas, es decir el 74 %. ¡Basta de irresponsabilidad!».
A tan solo pasos del Malecón 2000, el gran atractivo turístico del puerto
La pobreza es ofensiva principal, los desarrollos inmobiliarios esconden detrás suyo el colorido
de las favelas. Para algunos, es una pequeña réplica de Miami. Llena de
14
Ataúd en llamas Guayaquil, una pesadilla posible
El que no sale a vender, no come yor. La mortandad revive otros episodios tristes en la historia de
Guayaquil: incendios, los ataques piratas y las pestes. En 1842,
E n Guayaquil, solo el 50 % de la población tiene empleo adecuado, 3 % la fiebre amarilla dejó 2 454 muertos. 12 Y se sabe que la represión
está en el desempleo, y refiere la tasa más grande de subempleo a contra la huelga de obreros del 15 de noviembre de 1922 contra el
nivel nacional: 18,9 % según estadísticas del INEC. Son más de doscien- gobierno de José Luis Tamayo, terminó arrojando a los cadáveres al
tas mil personas que viven de las ventas que realizan al día. El que no sale río Guayas. 13 La masacre se refiere en la novela Las cruces sobre el
a vender, no come. agua del escritor guayaquileño Joaquín Gallegos Lara.
A la hora del noticiero vespertino, la campaña #QuédateEnCasa se repi- En el hospital de Los Ceibos, cadáveres se observan apilados en bodegas
te por televisión abierta. Un hombre en guayabera blanca y pantalones y junto a pacientes. De esta y otras historias similares dan cuenta los vi-
cortos juega tenis en una cancha y pide: #QuédateEnCasa. Miss Ecuador deos que circulan en las redes sociales.14 Las publicaciones son censura-
2019 publica en su cuenta Instagram que está enferma de coronavirus. das porque fomentan la desinformación y una campaña de desprestigio
Los rostros de famosos personajes de la pantalla chica desfilan en las contra el gobierno. Los videos y fotos no se pueden subir y compartir en
salas de sus casas: rubios y delgados, fornidos y estilizados. Ruegan que Facebook mientras el servicio de Inteligencia mapea usuarios dentro y
los pobres se queden en su casa. fuera del Ecuador. El buscador de datos en redes censurará contenido
relacionado al tema porque, claramente, el Protocolo para la Manipu-
La enfermedad ha alcanzado a los más visibles: el alcalde de Samboron- lación y Disposición Final de Cadáveres con Antecedentes y Presunción
dón, Juan José Yúnez, también enferma. El vicealcalde de Salitre, Jorge COVID-19 Extrahospilatrio no se cumple.15 Los muertos aparecen tira-
Orlando, muere con sospecha de COVID-19; cinco alcaldes contagiados
en Guayas y el prefecto, exestrella del equipo de fútbol Barcelona, Carlos
12 Freddy Avilés Zambrano (28 de marzo de 2020). “La fiebre amarilla en Guayaquil: la historia de
Luis Morales, está en cuarentena.
una epidemia que hace 178 años causó 2 454 muertos”. Diario El Universo.
13 Un aumento salarial y la aplicación de la ley de la jornada de 8 horas (1916) eran parte de los
La Metrovía atraviesa la ciudad como una criatura azul y fantas- reclamos. Trabajadores ferroviarios iniciaron una huelga a la que se sumaron obreros de la compañía
de luz, los transportistas de Carros Urbanos, obreros del astillero, entre otros.
magórica que conduce enfermos al hospital, y enfermeras a sus 14 El 05 de abril de 2020, la embajada de Ecuador en Egipto invitó a revisar la posición oficial del gobierno
casas. 11 Pronto funcionará el Centro de Aislamiento para personas ecuatoriano respecto a la proliferación de noticias falsas en redes sociales. En ese comunicado se explica
que el gobierno gestionó créditos publicitarios con Facebook. Disponible en: https://twitter.com/
contagiadas por COVID-19 en la antigua Clínica Enrique Sotoma- EmbajadaEcuEGY/status/1246858676729712643?s=20. Periodistas como Hubel Onofre denuncian la
imposición de un cerco informativo y digital para dar cobertura a la tragedia de Guayaquil.
11 El gobierno del municipio de Guayaquil dispuso la creación de 7 nuevas rutas de transporte público 15 Ministerio de Salud Pública del Ecuador. Protocolo para la Manipulación y Disposición Final de
masivo integradas por 30 unidades, para movilizar a los funcionarios del sector de la salud y a la Cadáveres con Antecedentes y Presunción COVID-19 Extrahospilatario. MTT2-PRT-004 [Versión 4.0].
ciudadanía en general que necesiten transportarse entre hospitales de Guayaquil y sus hogares. Disponible en: https://www.salud.gob.ec/
15
Ataúd en llamas Guayaquil, una pesadilla posible
dos junto a los contenedores de basura.16 Esta pesadilla es más fácil ne- El gobierno ofreció entierros dignos para enterrar a los muertos.20 Hasta
gar que atender. el 26 de marzo la policía elaboró una lista de más de 450 cadáveres por
recoger, y 550 casos de fallecimiento reportados en hogares. De 1400 ca-
Ataúd de cartón para los pobres dáveres solo se pudieron sepultar 600, admitió Jorge Wated. En cuestión
de semanas, Guayaquil llenó 14 contenedores con los cuerpos de los fa-
16
Ataúd en llamas Guayaquil, una pesadilla posible
por lo tanto, no pudieron recibir sepultura ni fueron dignos de duelo.22 no», sentenció el vicepresidente Otto Sonnenholzner.24 Al cierre de este
La Fiscalía investiga el manejo de cadáveres en los hospitales Teodoro reporte, la provincia del Guayas registra 13 097 casos confirmados
Maldonado Carbo, Guasmo Sur y Los Ceibos. El Comité Permanente de (53,2 % del total nacional) y 1238 muertes por COVID-19. El 20 de
Defensa de Derechos Humanos en Guayas hace lo propio documentando mayo pasará de semáforo rojo a amarillo y el toque de queda irá desde
el robo de pertenencias a los enfermos o fallecidos, así como los casos de las 21h00 hasta las 05h00. ¿Volverán los guayaquileños a desafiar a la
desaparición de cadáveres. Al 24 de abril, el Comité reunió la historia muerte?
de 11 familias que no los encontraban.23
Guayaquil es una ciudad de vértigo y ruido. Sí, hay música en la calle.
El incremento de fallecidos en Guayas es inusitado frente a las 3 771 “I shot the sheriff” de Bob Marley reverbera en un parlante como un
muertes que registró en el mismo periodo en 2019. Son más de 6 700 pigmento grotesco del pavimento que se extiende hasta el Estero Sala-
muertes en 15 días en Guayas al 16 de abril de 2020; 13 337 defuncio- do. ¿Podrán creerlo si esta historia la cuenta un narrador que diferencia
nes entre el 1 de marzo y el 30 de abril según cifras del Registro Civil. la realidad de la ficción? Aquí los testimonios de los sobrevivientes a las
Las obras de ampliación de los cementerios María Canals en el Suburbio políticas públicas que condenaron a muerte a su población en medio de
Oeste y en Pascuales perturba a los vecinos que aseguran llegar día tras una de las pandemias que con mayor dolor recordará la humanidad.
día más muertos.
22 El gobernador de la provincia del Guayas, Pedro Pablo Duart, denunció en la Fiscalía el presunto
incumplimiento de los protocolos para la manipulación de los cadáveres.
23 Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) y la Fundación Acción
Igualitaria. Desde el 14 de abril habilitó el Registro de personas fallecidas extraviadas en hospitales 24 Javier Montenegro (22 de marzo de 2020). “Sonnenholzner sobre el Coronavirus: Si no cooperan,
del Guayas. Email: cdh@cdh.org.ec tendremos que decidir a quién salvar y a quién no”. Diario Expreso. Ecuador.
17
G abriela Ruiz Agila (Quito, 1983). Investigadora en prensa, estudios
migratorios y derechos humanos. Docente. Es licenciada en comu-
nicación por la UCE, Ecuador, administración pública y magíster en po-
líticas públicas por la UABC, México. Colabora como articulista y cronis-
ta para diversos medios impresos y electrónicos. Premios: primer lugar
en Premio Nacional de Periodismo Eugenio Espejo (Ecuador, 2017); se-
gundo lugar en el Concurso Nacional de Poesía Ismael Pérez Pazmiño
(Ecuador, 2016); primer lugar en Crónica del Cincuentenario organizado
por la UABC con Relato de una foránea (México, 2007). Más de su trabajo
en el blog Madame Ho.
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EL OLOR
PUTREFACTO
DEL ESTERO
Ataúd en llamas María Paulina Briones: El olor putrefacto del Estero
1 La azitromicina es un antibiótico que se utiliza para tratar ciertas infecciones bacterianas como María Paulina Briones (Guayaquil, 1975). Gestora cultural, directora de la Editorial
bronquitis, neumonía, otitis y algunas enfermedades de transmisión sexual. Es uno de los fármacos Cadáver Exquisito y docente en la Universidad de las Artes. Autora de Tratado de los bordes
que han utilizado en países como Italia, Francia y España para bajar la carga viral a los infectados
por coronavirus. En Ecuador es de venta libre, aunque no debe ser tomado sin prescripción médica. o cercenación del estero (Rastro de la Iguana, 2016). Premio de Poesía Ismael Pérez Pazmiño
La venta, durante el mes de marzo, se ha disparado en la mayoría de farmacias de Guayaquil y Quito. 2016. Dirige el Centro Cultural Casa Morada.
21
César Eduardo Galarza
LAS NOTICIAS
DE MI MADRE
Ataúd en llamas César Eduardo Galarza: Las noticias de mi madre
L a noche del 31 de marzo ha sido la más larga desde que vine a casa de
mi madre a pasar la cuarentena. Ella, al igual que yo, vive sola. Bue-
no, no tan solos. Ambos tenemos gatos. Ella, uno blanco rollizo llamado
carritos desinfectados, las perchas llenas, las verduras frescas. Las y los
cajeros, en contra de lo usual, estaban abiertos a conversar y comentar
las vivencias del día. Al final de la primera semana, la gente se embarga-
Ringo, y yo un par de gatos manchados, llamados Benedict y Mayumi. ba de miedo.
Me instalé con ambos en casa de mi madre el día lunes 16 de marzo alre-
dedor del mediodía. En las noches he experimentado picos de bienestar de pocas horas. El
sueño me llega pasada la medianoche. No temí lo peor pero sí tuve una
A partir de las 16h00 empezó a regir el toque de queda para la provincia ligera melancolía que me hizo pensar en mi pasado reciente y en algunas
del Guayas. Soy guayaquileño, tengo 38 años y siempre he vivido en esta personas. Tengo dos hijas de 19 y 17 años. Están pasando la cuarentena
ciudad. junto a su madre, Gilda. Hablo poco con ellas, pero trato de conversar
con mi exesposa todos los días para tener noticias y apoyarnos. Cuando
Hace un par de años tuve bronquitis alérgica y, además, padezco pso- le conté de mi malestar, Gilda vino a visitarme al día siguiente trayendo
riasis desde hace 5 años. Mis defensas siempre están disparadas. Solía consigo un nebulizador y una medicina expectorante.
fumar. La primera semana de cuarentena presenté síntomas de influen-
za: fiebre leve, molestias en la garganta, dolor muscular en las piernas Anoche circularon dos videos que hoy censuraron en las redes sociales. Se
y mucho cansancio. Hice gárgaras con limón y sal, tomé paracetamol y ven decenas de cadáveres en el piso, pasillos, camas, camillas, bodegas,
dormí mucho. cuerpos empaquetados en el hospital de Especialidades Teodoro
Maldonado Carbo (HTMC), al sur de Guayaquil. El área de emergencia
Evito los carnavales. El fin de semana anterior al inicio de la cuarentena de ese hospital fue cerrada el 4 de abril para desinfección. El olor era
me sorprendió un aguacero en la calle. Empecé a tener molestias con insoportable. El gobierno creó una Fuerza de Tarea Conjunta para
los bronquios, tos y flema. Hacia el fin de semana me recuperé bastante recoger cadáveres en Guayaquil. Informaron el 5 de abril que realizaron
y pude acompañar a mamá al mercado. En la puerta dejaban entrar en 1350 levantamientos, 528 cadáveres en domicilios y hospitales solo en
grupos de diez personas una vez que otras diez salieran con sus compras. una semana.
Ya adentro, las distancias y las precauciones pasaban a segundo plano.
El hermano mellizo de mi madre, mi tío Alfonso, de 62 años, fue diag-
Todos llevábamos una prisa mal disimulada, de esa que obnubila y nosticado de dengue (la otra pandemia de esta ciudad) y de COVID-19.
hace que te quedes sin adquirir algunas de las cosas que habías tenido Ingresó al hospital del IESS en Los Ceibos. Durante su hospitalización,
en mente. El personal se esforzaba por mantener los manubrios de los las noticias que recibió mi madre confirmaban el colapso en los centros
24
Ataúd en llamas César Eduardo Galarza: Las noticias de mi madre
hospitalarios: médicos trabajando a presión, espacios abarrotados, autoridades no han podido determinar las causas de todas las muertes.
falta de insumos, capacidad de acción rebasada. «Regrese pasando un Me pregunto: ¿puedes respirar bien? Creo que esa es la principal preocu-
día, a las 8h00 para recibir noticias» —dijeron. Y mucho dolor e incer- pación que se tiene en este encierro. ¿Quién sigue yendo a los hospitales
tidumbre. Un par de videollamadas del tío, comunicándose por medio públicos?
de señas y recibiendo oxígeno, llenaron de esperanzas a mi madre.
Correspondencia: 31/03/20 - 22/04/20
Mi tío Alfonso falleció el 6 de abril. En el hospital IESS Los Ceibos nos
pidieron 600 dólares para sacar el cadáver de la morgue. Primero dijeron
que tardarían 20 días en dar a conocer el lugar de sepultura. En el trans-
curso de las horas, se retractaron. No nos cobrarán. El cuerpo de mi tío
fue ‘procesado’ y trasladado por el municipio de Guayaquil al cemente-
rio Ángel María Canals del Suburbio Oeste.
Días más tarde, mi hija mayor, Elisa, tuvo una hemorragia oral. Es la
abandera de su colegio. Debido al caos sanitario del país, su mamá de-
cidió internarla en una clínica privada para salvar su vida. Los ahorros
que reunimos para sus estudios universitarios los usaremos para pagar
la atención médica. Acudimos también a nuestros amigos. Los gastos
serán elevados.
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MEDIA DOCENA
DE PÉSAMES AL DÍA
Ataúd en llamas Clara Medina Rodríguez: Media docena de pésames al día
Estoy en total aislamiento, porque esa es la disposición de las autorida- Es difícil guardar la calma, pero lo intento. Guayaquil es una ciudad de
des y porque conmigo vive mi madre anciana, quien forma parte de la eternos recomienzos. Esta tragedia supondrá también un renacimiento.
población más vulnerable al coronavirus. Redoblo los cuidados. Un renacimiento de renovadoras ideas y de otras formas de convivencia
social. Se deben sepultar las grandes desigualdades y carencias que se
No salgo para nada. Mis días transcurren entre algún oficio doméstico, han hecho tan dolorosamente visibles con el coronavirus.
lecturas, escritura, noticieros, llamadas telefónicas y redes sociales. En
Facebook leo a diario que mis amigos dan el adiós a sus padres, a sus tíos, Correspondencia: 31/03/20 - 02/05/20
a sus abuelos, a sus primos. A tanta gente querida. Desde hace más de una
semana he escrito alrededor de media docena de pésames cada día. Ayer
llegué casi a 10. No es que la gente antes no se muriera. Se moría, sí, pero
no tanta al mismo tiempo. Dar un pésame era una rareza, no algo cotidia-
no. Hoy mucha gente está de luto en Guayaquil. La ciudad bullanguera y
alegre está silenciosa. Sus habitantes están enfermos de tristeza.
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PIDO PERDÓN
POR ESCRIBIR
DESDE EL PARAÍSO
Ataúd en llamas Juan Carlos Cucalón: Pido perdón por escribir desde el paraíso
D esde que vivo en Salinas hace tres años, me levanto a las 4h30.
Tomo un café y en cinco minutos organizo mi trabajo en la pantalla
del computador. Me dedico a escribir.
fesar que, detrás de todas estas muertes, está la preocupación por mi
mamá, una mujer de 85 años. Sara del Campo tiene un corazón delicado
con una válvula de titanio y tres bypass. Sara del Campo ha sobrevivido
a tres neumonías en estos últimos años y estoy seguro de que el coro-
Hay días que, según la marea de la playa, me levanto muy tempranito navirus le vale tres atados de verde.
para ir a nadar. Mañana, por ejemplo, la marea va a estar baja. Iré a las
8h00, cuando empiece a subir, para tomar un baño. Podré seguir yendo Ella es la que recibe estas noticias de muerte y me las cuenta por la ma-
en los próximos días mientras la marea vaya creciendo más y más. ñana cuando la llamo o ella me habla por teléfono. En un momento dado
comentábamos las noticias que mostraban algo fuera de proporción.
No tiene ninguna importancia lo que yo sienta. Fui educado en la tradi- ¿Era cierto? Mi mamá vio las fotos de un ‘pocotón’ de muertos metidos
ción y costumbres de una familia guayaquileña de 200 años. Y a pesar de en un vagón y no le importó nada. Pero cuando vio una esquina del Su-
que yo me sienta un hombre de mundo que se fue a los 17 años del Ecua- burbio Este y recordó la casa donde vivía la costurera, su reacción fue
dor, soy un guayaquileño. otra: el espanto. Vio que una familia sacaba un muerto de su vivienda y
lo quemaba sobre un mueble doméstico. Le pedí que por favor dejara de
Al principio de marzo, cuando supimos que el virus empezó a extender- ver noticias porque yo también veo fotos y reconozco las calles y hasta a
se, era previsible su llegada hasta aquí. El 16 de marzo fue mi cumplea- los personajes.
ños y no vino nadie de quienes me prometieron visita. Al poco tiempo,
mi buen amigo Pablo Ordoñez me informaba de la muerte de tres amigos Mi mamá llama solo para saber si yo estoy bien. Viví la adolescencia con
cercanos y menores a mí. Eso me impactó. Pero fue el lunes 27 de abril alergias, rinitis, problemas pulmonares. Tuve un enfisema. Ahora que
cuando murió el suegro de mi hermana, por cáncer, que el círculo de la vivo en la playa he superado ese problema. Mientras ella se va a dormir
muerte empezó a cerrarse a un nivel muy personal. Luego me enteré del con la convicción real de que puede irse a dormir y no despertar, se pre-
fallecimiento de dos familiares Cucalón, lejanas en consanguinidad. Y el ocupa por mí aunque nunca lo dice. Sara del Campo está aterrorizada
jueves 30 de abril murió mi prima Maritza, un ícono familiar. Todas ellas porque me enferme de esta huevada. Al principio los muertos eran dis-
por el virus. tantes, pero ahora son la familia.
No pude asistir a las despedidas. Entiendo por qué me afecta. La infan- Mi prima Maritza se hizo más cercana a mí cuando murieron mi papá y
cia y adolescencia que viví en Guayaquil están llenas de los recuerdos mi abuela. Me cuidó cuando era niño. Fue la primera sobrina de mi mamá.
de estos seres, de vínculos permanentes con la familia. Pero debo con- Era la de los postres en la familia. Tenía una pastelería y heladería que
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Ataúd en llamas Juan Carlos Cucalón: Pido perdón por escribir desde el paraíso
se llamaba La Dolce Vita. Me enteré de su muerte por un mensaje de mi Cuando me dio el derrame estaba recuperándome en la clínica. Había
hermana. «Esto no se lo puedes decir a mi madre» —se lo pedí. Eran las salido del coma. Hablaba. Miraba. Estaba hemipléjico. Todas las mañanas
11 a.m. y ya había llamado a mamá. Urdí una forma de contarle la noticia. tenía una sesión de acupuntura y magnetología. Pero a partir de eso, caí
«Llama a mi mami y dile que estoy preocupado por Maritza» —apelé a en un sueño hipnótico en el que veía a un corazón de Jesús que giraba
mi hermana. Y en esta lógica, mamá llamó a Maritza. Atendió el teléfono sobre mi frente y se partía en dos. Estos dos pedazos de corazón no
de la muerta, su hija Graciela. En la videollamada, mamá vio a su sobrina derramaban sangre sino fuego. Yo permanecí con los ojos cerrados hasta
llorando, que gritaba y decía «¡No!», dejando clara la pesadumbre de su que ambas partes se volvieron a reunir. En adelante, mi recuperación fue
muerte. Tres días antes, mi prima Maritza pasó por la casa de su amiga cada vez más rápida. Me tomó un año de rehabilitación volver a ser yo.
Inés para dejarle algunos helados y unas pastillas
Esta circunstancia de arrojo hacia la muerte ha sido una constante en mi
«¡Mamá, ni tú ni yo somos pendejos! Sabemos lo que está pasando» —le vida. Yo sé que la muerte está aquí al lado. ¿Qué puedo hacer? Nada más
dije en una escena extraña donde lo que cuentas se repite dos o tres ve- que vivir.
ces. Te lo dices tú. Te lo reitera la realidad. Después, fantaseas. ¡Me han
pasado tantas cosas! —evalué sarcásticamente— que si yo muriera de Hay una buganvilia inmensa que le da la vuelta al frente de toda la
coronavirus sería un acto ridículo. casa. Tengo un patio grande. Dirijo mi mirada a mis plantas, las mimo.
Nuevas plantas he sembrado y les echo agua. Y cocino. Cuando voy a
Tres son los episodios de cercanía a la muerte: sobreviví a una caída de la playa converso con los pulperos. Ellos cuidan la poza de agua entre
dos metros y medio de alto, al desprenderse una losa disimulada por las rocas donde hago rehabilitación de mi pierna herida. Los pulperos
bejucos sobre una cisterna. Los bomberos llegaron a tiempo y no perdí no pararon de trabajar durante la cuarentena. Fueron ellos quienes me
tanta sangre; si no, habrían sacado a un muerto. Debieron operarme la contaron que el 8 de abril se cerró y militarizó el puerto pesquero de
pierna dos veces en 2018. Hace 13 años, el mismo año en el que gané el Santa Rosa. Me dijeron que murieron 91 personas por COVID-19 en un
premio Pablo Palacio (2007), tuve un derrame cerebral. Estuve en coma solo fin de semana.
cuatro días. En un accidente de auto íbamos seis personas, nos volca-
mos y tuve que ayudar a bien morir a un ‘man’ fuera del auto. Yo tenía Por las mañanas sigo llamando a mi madre. No quiero regresar a Guaya-
solo 16 años. Así también estuve junto a mi abuela y a mi padre cuando quil. El puerto se acabó cuando me fui a los 17 años. Guayaquil se reduce
murieron. a mi familia. Pero Guayaquil, esa enorme ciudad de «gente malcriada
que no sabe hacer cola» está dentro de mí. A un guayaquileño no puedes
A la epidemia le digo: «¡Venga!». decirle «quédate en casa». Mucho menos cuando empiezas a llegar por
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Ataúd en llamas Juan Carlos Cucalón: Pido perdón por escribir desde el paraíso
la ruta del Estero a las 14va, 16va, 18va. Ahí viven cinco personas en un
cuarto de cinco metros cuadrados.
Juan Carlos Cucalón (Guayaquil, 1963). Narrador y tallerista literario. Primer lugar en IX
Bienal del cuento ecuatoriano Pablo Palacio en 2007; primer lugar en el XI Premio Nacional de
Literatura Dr. Luis Félix López en 2009 con el compendio de cuentos Surcos obtusos (CCE, 2011).
La portada original propuesta por el autor fue censurada.
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GUAYAQUIL
ES UNA QUINCEAÑERA
CON EL DEDO PODRIDO
Ataúd en llamas Francisco Santana: Guayaquil es una quinceañera con el dedo podrido
Guayaquil se viste bonito. Se pone todas las luces. Se pone bella y per-
fecta. Pero tiene un gran problema. Tiene el dedo del pie podrido. Se Francisco Santana (Guayaquil, 1968). Cronista. Ha trabajado como albañil, diseñador,
redactor creativo, periodista y bartender. Autor de los libros Historia sucia de Guayaquil
(Cadáver Exquisito, 2012); Ecuador escondido: Crónicas (Earth Pact, 2013) y La piel es un veneno
1 Fragmento tomado de Historias del encierro: “Una moneda para sobrevivir”, publicado en el Diario
Extra, 03 de marzo de 2020. (La Caída, 2020).
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MI PEQUEÑO
ACTO DE REBELDÍA
Ataúd en llamas Alice Goy-Billaud: Mi pequeño acto de rebeldía
C reo que estoy en la etapa de aceptación. Puede ser que minimice las
cosas. La primera semana fue para mí de terror y de angustia. El día
en que caí en cuenta de que me iba a quedar sola con el silencio de mis
pensamientos, lloré mucho. Varios días. Tampoco provocaba salir.
Me agarraba un pánico por tocar cualquier cosa. Ni a mi jardín iba por mie-
do de que los niños hubieran tocado mi puerta o pisado algo de saliva. Em-
pecé algo que hago solo cuando viajo: un diario. Lo es después de todo, un
viaje. Me vino en francés. Hasta ahora no había puesto palabras en español.
¿Cómo llamarlo? ¿Confinamiento? ¿Espacio vacío? ¿Tiempo a salvo?
Intento no opinar en público. Sé que hay gente que sufre. Amigos han
perdido a seres queridos. Me agarra la angustia de que esto no acabe
nunca, de no volver a verlo, de no volver a comer cangrejo, de que bailar
sea solo un recuerdo.
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UN CADÁVER
TIRADO EN LA ESQUINA
Ataúd en llamas Nicolás Esparza: Un cadáver tirado en la esquina
En octubre los policías nos golpearon. La primera vez que salí con Azael fue El lunes 31 de marzo salí a comprar alimentos sin avisar a nadie. La no-
un viernes y fuimos a la Avenida 9 de Octubre, nos vieron y nos ‘cayeron a che anterior había tenido una discusión con mi novio. Me pagaron por un
palos’. Sentíamos pánico. Después, las veces que decidimos salir para en- trabajito de edición que hice y fui al banco por esos 20 dólares. Nunca me
frentarlo, nos teníamos que convencer el uno al otro diciendo: «abandona preparé para la cuarentena. Nunca nada me habría preparado para lo que vi.
el miedo». Era un poco hacer el recuento de acciones afirmativas: Ya voy
Un cadáver tirado en la esquina de Roca y Pedro Carbo. Una cinta amarilla
comiendo. Tengo algo para atenuar el efecto del gas pimienta. Tengo otro
con la palabra ‘peligro’ rodeaba lo que parecía una escena del crimen. Salía
cambio de ropa. Ya mandé una foto por si acaso no me encuentran. Avisé
del cajero. Lo primero que pensé fue que esta era una estrategia de disua-
que voy a salir.
sión para evitar que la población saliera de sus casas. Pensé que me pedirían
el número de cédula para entrar al supermercado. Entonces caminé de lar-
Hemos vivido el encierro. Hemos vivido la clandestinidad. El 28 de abril
go para ver y decir ‘no’. Me va a agarrar la policía y no va a pasar nada.
cumpliré el primer aniversario con mi novio. La coyuntura nos obliga a vivir
una felicidad impuesta.
Cuando estuve a unos cuantos metros del cuerpo no supe qué hacer. Quise
salir corriendo. Me daba miedo pasar por donde había transitado esa per-
Toda mi vida he sido profesor de inglés y español en primaria y secundaria.
sona. ¿El próximo seré yo? No pude ver si era una persona. Solo pensé que
El modelo de educación es conservador aunque digan que no lo es. Y que el
necesitaba comida y huir. Me formé en la fila del supermercado. La gen-
profesor es un ejemplo, y que te pueden buscar en redes. ¿No se dan cuenta
te tomaba fotos. Hablaban entre ellos. Yo no pude. Me daba miedo abrir la
que un maestro es un ser humano que tiene posición política y que afecta boca, y de repente estornudar y ser el blanco del miedo.
a los demás? Las empresas no admiten la diferencia. Llevo un año desem-
pleado. Dejé mis estudios en la universidad privada. Me pregunto con qué El cajero que me atendió me dijo que nunca había visto que alguien muriera
me identifico. Son los afectos. desmayado. ¿Le dio un infarto? El cadáver estaba cubierto con una manta
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Ataúd en llamas Nicolás Esparza: Un cadáver tirado en la esquina
azul, pero dejaba ver que el cuerpo traía puesto un reloj, una camisa y un
pantalón de tela. Entonces no era un mendigo. Era un señor.
Sigo afectado. Fui al mercado y me emocionó ver gente. Me dio miedo tam-
bién. Sé que somos diferentes. Mientras mi novio está rodeado de familia,
yo estoy solo. Mientras yo tengo una gran necesidad de hablar, él quiere
estar solo. No tengo nada que reprochar. Es un mes sin tocar a nadie. Sin dar
una mano. Sin dar un beso. Extraño mucho escucharlo comer. Le pido que
me envíe audios comiendo.
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GUAYAQUIL,
LA CIUDAD SUMERGIDA
Ataúd en llamas Jéssica Zambrano Alvarado: Guayaquil, la ciudad sumergida
Augusto Itúrburu (40 años) era una de esas personas con las que no se Nos decían que sus pulmones se recuperaban, que se mantenía en el hos-
necesita hablar demasiado para practicar un código común. Compartía- pital por oxígeno. La familia presumía que Augusto estaba bien, aunque su
mos el café de las mañanas. Augusto fue un periodista deportivo des- novia presintiera que no. ¿Quién le pidió a Augusto que se quedara ahí por-
tacado en la redacción. Fue elegido por los compañeros para presidir el que afuera no había medicamentos ni atención médica? Imagino que Au-
Comité de Trabajadores de Medios Públicos. Fue muy trabajador. gusto quería salir porque seguro le molestó no saber qué pasaba en realidad.
Hace dos meses había muerto su madre. Sabía que eso iba a pasar y dijo Un viernes alguien nos dijo que no era así, que su cuadro era complicado.
que estaba fuerte. Solo una semana después de que regresó al diario tras Preguntamos una, dos, tres veces. Todos los pronósticos eran reserva-
el duelo, enfermó. Lo vi. Me acerqué a su puesto a conversar. En esos días dos. ¿Cómo es posible reservarse el derecho a la vida?
circulaba el rumor de que podrían cerrar el diario. Empezaba a toser y me
dijo: «¡No te acerques! Estoy enfermo». Al siguiente día faltó y llegó la No queríamos creerlo. Quisimos creer que se iba a mejorar hasta que el
emergencia sanitaria. miércoles 15 de abril a las 14:00 murió. Y no solo murió, le robaron sus
cosas. Cuando pidieron de vuelta sus pertenencias como reloj, anillo, bi-
El deterioro de su estado de salud lo llevó a ser internado 28 días en el lletera y celular, dijeron que quemaron todo. En el hospital dijeron que
hospital general norte del IESS-Los Ceibos. Nos decían que mejoraba. las pertenencias de pacientes de COVID-19 se incineraban. La cuenta
Nosotros pensamos que estaba listo para salir de esta. Le envié un audio bancaria de su padre, que Augusto manejaba con una tarjeta de débito
de Ángela Arboleda del compendio de cuentos titulado Sueños súbditos, con la que ingresó al hospital, estaba en cero. El último débito lo hicieron
grabados durante la cuarentena en Guayaquil. Le envié el quinto cuento mientras su hermano Nelson iba a recoger su cadáver. Su padre, un jubi-
que hace referencia a dos hijos de un rey, uno tonto y otro brillante. El lado que había decidido no revisar más su celular por la tristeza, recibió
tonto se dedicó a seguir al jardinero. «Cuentan que sembró un enorme por ahí las notificaciones de retiro de su cuenta.
campo de gladiolos y trigo pero a nadie le importó».
Mientras me llegaba la noticia de muerte de Augusto tenía que cerrar
Le quitaron el celular porque un día se levantó para constatar que había las páginas del periódico, contar la historia de Ángela Arboleda, alguien
médicos en el hospital. Él había leído en twitter que los enfermos en el que nos cuenta cuentos para poder dormir, aunque el presente quiera
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Ataúd en llamas Jéssica Zambrano Alvarado: Guayaquil, la ciudad sumergida
querernos metidos en otra cosa, aunque las fronteras sean reales y los Al levantarme trato de hacer una tabla de CO2 para tolerar ese gas que a
discursos autoritarios que nos ponen en orden con ciertas decisiones veces el cuerpo no tolera tanto. De CO2 se llena nuestro cuerpo cuando
parecen inverosímiles y más desoladores que la ficción. no recibe oxígeno. Traigo puesta la pinza sobre mi nariz antes de coci-
nar. Mi cuerpo me dice: ¡puedes hacer esto!
Hace unos días también murió Andrés, el esposo de la prima de mi mamá.
Falleció por COVID-19. Mi mamá me contó que él mismo entró al hospi- Quiero volver al agua, pero Guayaquil se siente como sumergida des-
tal, como fue el caso de Augusto. Lo internaron el sábado y el lunes falle- de hace tiempo. Nos dicen: «esto es el progreso». La ciudad de las pile-
ció. Es impactante saber que una persona que se está tratando en casa, va tas, de la rueda moscovita, de las esculturas de bronce con personajes
al hospital y en dos días muera. Dos días después, la prima de mi mamá ‘caricaturescos’, de rejas que prohíben informales, necesitaba verse a
pudo contar que su esposo había muerto. sí misma, sin fantasías. Y duele. Hemos estado viviendo en una burbuja.
Y todas son ideas superficiales que promueven la inequidad. ¿Por qué
Debe haber un lugar en el cual podamos sobrevivir. dejamos sumergir nuestras ideas en frases chauvinistas de un Guayaquil
independiente o madera de guerrero?
Es impresionante como funciona nuestro cuerpo, nuestro cerebro, cómo
el control de la respiración puede darnos paz. No estar consciente de ello Cuando veo por la ventana hay un helicóptero con la patrulla encendi-
nos arruina. Hace un año murió mi tía de cáncer, y mi mamá me contaba da y las ambulancias pasan. Medicina legal también pasa. Y un hombre
que antes de morir, su hermana Jacqueline trató de tomar aire y se fue. levanta ataúdes para trepar en un camión, como de esos que recogen la
basura, pero limpio, sin música y con letras verdes que dicen la ‘paz’ y
Entreno apnea hace dos años, un deporte extremo que tiene como base el algo más…
control de la respiración. El último año me enfoqué en competición. Fre-
La aspiración de un Miami chiquito, de una ciudad adoquinada con el
cuentaba la alberca con un equipo. Es diferente aguantar la respiración
edificio más alto. Se destruyeron el estero y el manglar. ¿Y ahora de qué
en el agua que hacer apnea en seco. Es como si el agua te comprimiera
nos sirve? Así como el apnea me ayudó a ser consciente de mi cuerpo, es-
los órganos para que el oxígeno fluya. Aguantar el aire en la tierra es un
pero que Guayaquil se dé cuenta de que estuvo sumergida y que necesita
proceso mental que puede implicar meditar. Llega un momento en que
recibir y procesar oxígeno.
tu cuerpo pide respirar y empiezas a tener contracciones. No sé cómo se
siente parir, pero creo que es así.
Correspondencia: 31/03/2020 - 10/05/2020
Practicar es un momento para mí, para desconectarme y dejar de traba- Jéssica Zambrano Alvarado (Guayaquil, 1991). Periodista y editora de Cartón Piedra, sección
jar. Al día me aguanto la respiración varias veces ahora en mi habitación. cultural en Diario El Telégrafo.
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GUAYAQUIL
ESTÁ HUÉRFANA
DE AUTORIDADES
Ataúd en llamas Carlos Luis Ortiz: Guayaquil está huérfana de autoridades
Su día a día transcurre ahora dentro del departamento, ordenar la casa y Correspondencia: 31/03/2020 - 04/04/2020
jugar con mi hermana. Al lado vive mi hermano mayor y ayuda a hacer las
compras (cubierto hasta la cabeza) cumpliendo las medidas impuestas
por el gobierno. El tema está alterado en el centro de Guayaquil, donde
prolifera sobre todo la indigencia. Caminas por 9 de Octubre o Boyacá
y hay indigentes. Muchos son adolescentes que consumen hache. Las
autoridades municipales no les han prestado la atención debida. Ellos
siguen viviendo en los soportales. Están propensos de contagiarse con
COVID-19.
De lo que ves en la televisión, muchas cosas son reales y otras están so-
bredimensionadas. Lo real es que hay muertos. Lo real es que hay cadá-
veres en las calles por falta de abastecimiento en los centros de salud.
Guayaquil está huérfano de autoridades. La gente está haciendo lo que
puede.
Carlos Luis Ortiz (Alausí, 41 años). Poeta, comunicador y profesor universitario. Autor de El
Guayaquil es una ciudad dividida por clases sociales. Es visible solo un niño alucinado, premio único en el II Festival de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño 2009; Lírica
cincuenta por ciento. La ciudad es un puerto donde hay intercambio co- existencial para vagabundos (2011); Biografía del espejismo (Gobierno Autónomo de la Provincia
mercial desde antes de la República y su trabajo es libérrimo. El trabajo de Pichincha, 2013); Memoria y vértigo (Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 2016).
50
ESTA NOCHE
DE INCUBACIÓN
PULMONAR
Ataúd en llamas Luis Carlos Mussó: Esta noche de incubación pulmonar
mis viejos, muertos en 2018 y 2019, Luis Carlos y Aurora. Exhalo recono- El cielo de Guayaquil, la ciudad que recordará en octubre el bicentenario
ciendo que no habrían resistido el trance. de su independencia política, se encapota parcialmente por los gallinazos.
Voy de la hamaca al escritorio y de ahí a la cocina. Cuando los lúcidos griegos emprendían un proyecto (guerra, fundación
de colonias) se sumergían en la boca oscura del oráculo. El de hoy es la
Cada día doy el pésame a mis conocidos. Se fueron el médico compañero ciencia médica, que trabaja contra reloj.
de colegio, el profesor que te enseñó a leer y escribir cuando tenías cinco
años. Pienso que les debo este texto. Edipo sabe al fin que la tragedia reside en el vínculo con sus padres; el
parricida gobierno ecuatoriano cercenó un importante porcentaje del
Me limpio la mirada. presupuesto en salud pública. Es, en gran parte, responsable de que esta
noche eclipse la economía y la existencia de un pueblo.
En las calles de Guayaquil recostaron, sin moneda alguna, a los muertos
Tragedia la que escribió Sófocles; tragedia la que vivimos. Esta partida no
afuera de sus casas.
termina; la reina muerte es dama que señorea en el tablero que habitamos.
1 Geovanni Battista, obispo auxiliar de Guayaquil, debido a la prohibición de realizar las procesiones
La ronda del helicóptero controla el toque de queda con su paneo en de Semana Santa, a causa de la emergencia sanitaria, el Viernes Santo (10 de abril) subió a un
helicóptero con una imagen pequeña del Cristo del Consuelo, una custodia dorada y acompañado de
picado; esta vez se le ha incorporado la bendición arzobispal con una un sacerdote, para repartir la bendición desde el aire, a toda la ciudad.
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CUANDO SE QUEMA
GUAYAQUIL, SE QUEMA
UNA PARTE DE NOSOTROS
Ataúd en llamas Laura Nivela: Cuando se quema Guayaquil, se quema una parte de nosotros
P ara mí Año Nuevo es la peor fiesta del año. Le tengo un disgusto muy
grande a los monigotes que tradicionalmente se queman en las ca-
lles. Intento comprender el porqué.
parados. No podemos ir a un hospital. Mis padres no tienen seguro mé-
dico. Y cuando mi madre enfermó, mi papá no quería decir cuál era su
estado de salud. Fiebres de más de 42 y 45 grados aquejan el cuerpo de
mi madre en intervalos de ocho horas. Al pasar de los días, la vi des-
Reviso la historia de Guayaquil y es una historia de incendios y pestes. mejorar. Cansada. Débil para levantarse de la cama. Con diarrea. Pensé
Fiebre amarilla. Tuberculosis. Gripe española.1 que era dengue.
Y ahora ¿quema de cadáveres en las esquinas infectados por coronavi-
Mi papá habló con una doctora que al conocer los síntomas le dijo que
rus? Es como si el Gran Incendio de Guayaquil de principios del siglo XXI
podía tratarse de COVID-19. Ninguno de nosotros se hizo la prueba.
hubiera reaparecido y no se extinguiera.2 Es como si los guayaquileños
Papá perdió el olfato. La doctora le recetó una lista de pastillas que
creyeran que el fuego nos puede ayudar. Freud dice que cuando contem-
se están usando para combatir la fiebre y la diarrea: azitromicina,
plamos y vemos quemar cosas, queremos quemar lo que sentimos.
colufase (nitazoxanida) y muchísimo suero oral. Durante cinco días
¿Qué arde en Guayaquil cuando se ha quemado?, ¿qué se enciende cuan- debes tomar una colufase cuando te levantas. Después de almorzar
do los monigotes crujen en el año nuevo? Hay muchísimo ruido viendo una azitromicina, y después de merendar otra colufase. La ingesta de
hogueras. Hay el ánimo de resurgir. ¿Ves la llama en su verdadero poten- este cóctel farmacológico te marea, te provoca taquicardia, te hace ver
cial?, ¿entiendes que puede tragarte? cosas, te vuelve loca.
Durante los primeros 45 días de pandemia por COVID-19, Guayaquil Antes de la cuarentena, vivía cerca de la casa de mis papás. Acostum-
tiene diez mil muertos. Estamos en nuestras casas totalmente desam- braba desayunar con mamá. Decidí mudarme cuando noté un cambio
de color en su piel. Ya no era colorada o amarilla. Era gris. No comía.
1 La fiebre amarilla azotó a Guayaquil en 1842. Para ese entonces en la ciudad había alrededor de 13 000
habitantes, la peste se llevó 2454 de ellos y se registraron más de 8000 contagiados. En 1918 llegó al Me decía: «Ya me quiero morir, Laura». Tomé mis cosas para estar
Ecuador la gripe española, un año después las autoridades del país afirmaron que la epidemia había sido junto a ella. Dormí a su lado. Me desperté al mismo tiempo. No me
controlada, pero para eso tuvieron que cerrar las instituciones educativas y las actividades públicas. La
tuberculosis, en cambio, no tiene una fecha de aparición en Guayaquil. Conocida también como 'peste despegué.
blanca' o 'mal de vivir', es una de las primeras enfermedades humanas de las que se tiene constancia y
fue, sobre todo durante el siglo XIX, responsable de un sinnúmero de muertes. Ahora es menos común
y existen diversos tratamientos para afrontarla. Cuando convivimos con alguien infectado por COVID-19 sabemos que
2 El Gran Incendio se produjo entre el 5 y 6 de octubre de 1896. En 48 horas el fuego destruyó el centro
nos vamos a infectar. Es como si un cuerpo se convirtiera en un planeta
norte de Guayaquil. Humeantes escombros se veían arder en 80 cuadras donde las cenizas calientes se
negaban a ceder. 1200 casas consumidas, y 25 000 personas sin hogar. Los reportes cuentan que el aire ácido o en una bomba de tiempo. No sabemos cómo nos afectará pues el
sofocante provocó un huracán. Los afectados fueron el alto comercio y los edificios más altos, donde se
concentraba la vida.
virus actúa en cada cuerpo de manera diferente.
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Ataúd en llamas Laura Nivela: Cuando se quema Guayaquil, se quema una parte de nosotros
Cuando el virus afectó mi cuerpo, mi lengua hervía y sentía dolor en los Mi papá consideró cavar una tumba para mi madre en el patio. No ha-
riñones. Tuve grandes náuseas. Mi piel olía a arcilla recién mezclada. bía dinero para enterrarla. Solo cuando ella se recuperó me lo confesó,
Tuve fiebre. un hombre fuerte que trabaja en los puertos. Maneja tráileres. Renunció
porque ahí ya había bastantes muertos.
Si muero habré tomado galones de suero oral por gusto. Si muero no ha-
brá cuerpo que resista más el sol, ni que vea las sonrisas de las conver- Hace apenas dos días mi mamá recuperó el color normal de piel. Hoy se
saciones ajenas, ni que sueñe con objetos rojos o escaleras en medio de levantó con ganas de hornear pasteles como Hestia, la diosa griega que
la selva, ni que vea las calles inundadas después de la lluvia o que llore al domina el fuego, que da calor y vida a los hogares. Simplemente empezó
amanecer desde un techo. No habrá manos para jugar y ver al despertar. a buscar chocolate. Reunió todo el chocolate que pudo. Batió. Sacó los
Ni pies que estudiar cada vez que vea hacia abajo. Cuando esté muerta no moldes que había en la casa. Revolvía sustancias, líquidos, hasta lograr
veré nada, solo tendré un ligero dolor de cabeza donde recibí un golpe o la masa. Horneó sin parar. El olor a chocolate es el mejor olor que hay en
donde pedí un beso, donde alguna vez tuve memoria, donde alguna vez casa. Comí un pedazo de torta hirviendo.
pasó la mano mi madre.
Mi papá se llama Pablo Nivela y tiene 49 años. Mi mamá se llama Carmen
¿Pagar un hospital? Un tanque de oxígeno cuesta entre 300 y 1000 dó- Guaranda y tiene 51. Es la mujer que domina el fuego que se come todo.
lares. ¿Cómo la movilizo?, ¿cómo conseguir dinero? Tantas preguntas Da luz y protección.
frente a algo que es inminente.
Mientras los hombres y las mujeres contemplan las llamas del año nuevo
Empecé a escribir un diario el 17 de marzo. Escribí: «Tengo miedo de o la de las esquinas en esta cuarentena, ¿a qué renuncian? Podrían extin-
que mi mamá muera y no pueda hacer nada al respecto». Recuerdo ir guir el fuego —incluso con el agua de su propio cuerpo— pero eligen no
en el auto junto a mi mamá, escuchando a Avril Lavigne, fumando, hacerlo. Cuando se quema Guayaquil, se quema una parte de nosotros.
insultando a la gente. Su fase rebelde cuando yo era pequeña. Tuvi-
mos tantas discusiones mientras crecía. Pero cuando entré a la UArtes, Correspondencia: 09/04/20 - 06/05/20
se convirtió en la persona que me tomaba de la mano y quería pasar
el tiempo conmigo. Nunca ha sido mi antagónica. Es el reflejo de mi Laura Nivela (Guayaquil, 1998). Actualmente estudia Literatura en la Universidad de
transformación. Ha hecho posible mi vida: comida, techo. Me cuida las Artes. Forma parte del equipo de la revista Tangente de dicha universidad. Ha publi-
porque quiere. En momentos difíciles, era ella cuidándome a mí, o yo cado “Vehículos amatorios”, en la antología Tela de araña, muestra de textos y pre-textos
cuidándola a ella. (Rasguño, 2017).
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Tatiana Landín
DESPEDIDA
SIN ABRAZOS
Ataúd en llamas Tatiana Landín: Despedida sin abrazos
Extraño caminar. Desde que vivo en Quito, camino más. Antes de la Tatiana Landín (Guayaquil, 1985). Periodista. Licenciada en Comunicación social mención
cuarentena, un día sábado podía caminar hasta dos horas de ida y de Literatura de la Universidad Católica de Guayaquil. Becaria de la maestría en Estudios de la
cultura mención Género y cultura de la Universidad Andina Simón Bolívar.
vuelta a casa. Veo la puerta que permanece cerrada y me hace sen-
tir culpable. Sé que hay tanta gente que debe salir a trabajar, buscar
alimentos, medicinas. Hoy vemos la desigualdad social en todos los 1 Blanca Moncada (05 de abril de 2020). Diario Expreso. Disponible en: https://www.expreso.ec/guayaquil/
sentidos. testimonios-covid-19-virus-les-robo-despedida-8570.html
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Diego Zaldumbide
UN ESCRITOR
NO LE TEME AL SILENCIO
Ataúd en llamas Diego Zaldumbide: Un escritor no le teme al silencio
Mis padres son dos personas con discapacidad. Mi mamá sufre de artritis
reumatoide y toma medicamentos que deprimen el sistema inmunoló-
gico. Y mi papá tuvo una operación hace unos meses atrás. Mi papá sufre
de ansiedad.
63
Andrés Emilio León
Pero luego es mi turno, y mientras Sonia trabaja, yo me siento con Correspondencia: 31/03/2020 - 21/04/2020
Matías frente al teclado MIDI para jugar con las melodías, y jun-
tos, vamos probando una a una, cuál quedaría mejor en una canción.
Todo se graba: lo que él toca con sus deditos y lo que yo improviso
con los míos. Esos audios sirven de base para, en las noches, sumar-
le guitarras, bajos e intentos de voces que luego son enviadas como
borradores a mis hermanos musicales de la vida, esperando que todo
crezca.
Pero hoy no podemos grabar mucho. A las 19h00 tenemos una sorpresa.
Cuando Sonia nos alcanza en el comedor, se encuentra a 23 personas en
una videoconferencia que están listas para cantarle el feliz cumplea-
ños. Todo es un maravilloso desastre en el que se mezclan los audios,
pero también las emociones, y Sonia conversa con sus amistades más
cercanas que están muy presentes y pendientes en aquel cumpleaños a
distancia.
Antes de soplar las velas Sonia cierra los ojos y pide un deseo. Se toma
su tiempo y hasta parece que la imagen se ha congelado por alguna mala
conexión del Internet. Ella de seguro pide lo mismo que todos hoy por
hoy en Guayaquil… y en el mundo.
Andrés Emilio León (Guayaquil, 1978). Comunicador enfocado en el desarrollo de campañas
públicas y sociales. Fue tallerista de Miguel Donoso Pareja e integrante del Grupo Cultural
Sonia se queda con sus invitados virtuales conversando y yo me lle- Buseta de Papel. Escribe cuentos y hace música. Descartable (Casa de la Cultura Ecuatoriana,
vo a Matías para jugar un poco con el balón. Patea durísimo nuestro 2017) es su primera novela.
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RUEGO POR QUE
DEJEN DE SONAR
LAS AMBULANCIAS
Ataúd en llamas María Cecilia Velasco: Ruego por que dejen de sonar las ambulancias
Fui por alcohol y guantes a la farmacia de la esquina, diagonal a la Bi- Este país tan pequeño tiene que reencontrarse a través de una ciudada-
blioteca de las Artes, y la mujer que solía venderme agua en los buenos nía que frene a los corruptos. Debemos empezar de nuevo una vida más
recientes tiempos me preguntó si estaba bien. fraterna.
He recordado que justo antes de venir acá, en Quito, un connotado escri- Correspondencia: 05/04/2020 - 09/04/2020
tor me dijo que era yo la única persona en el mundo que declaraba que le
gustaba Guayaquil. Y creo que mucho de lo que siente cierta intelectua-
lidad quiteña se expresaba en ese asombro.
Y sí, aun con su ruido y su desorden, esta ciudad me gusta. Tal vez desde
la infancia, con los cuentos de mi abuela y su vida breve en el puerto,
y luego en algún viaje, cuando Margarita me hizo ver las iguanas en el
parque.
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EL APOCALIPSIS
SE ENSAÑÓ
CON GUAYAQUIL
Ataúd en llamas Cristian Avecillas: El apocalipsis se ensañó con Guayaquil
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Ataúd en llamas Cristian Avecillas: El apocalipsis se ensañó con Guayaquil
leños que sobrevivan estarán tan agotados de llorar a sus muertos que
ya nadie recordará la libertad que nos confirió el poeta Olmedo, porque
cuando todo se trata de vida o muerte ya no hay idealismo posible, no
hay poesía posible, salvo sobrevivir.
Cristian Avecillas (Quito, 1977). Poeta, actor y dramaturgo. Fundador del Grupo Teatromiento.
Autor de Funeraria Travel, Premio Latinoamericano de Dramaturgia 2009. Su obra Todos los
cadáveres soy yo obtuvo mención de honor en el Premio Casa de las Américas 2008. Obtuvo el
Premio Nacional de Poesía César Dávila Andrade, 2008, con el libro Ecce Homo II.
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LA COLMENA VACÍA
Ataúd en llamas Siomara España: La colmena vacía
El jueves 2 de abril, Rodrigo Pesántez Rodas agonizaba. Durante una se- Desde que ingresé a la Universidad de Guayaquil y pude asistir a clases
mana recorrió clínicas y hospitales con asfixiante tos. Ningún hospital con el maestro Rodrigo Pesántez —autor del libro Presencia de la mujer
quiso recibirlo. «No hay cama», dijeron. Quienes lo acompañaron en ese ecuatoriana en la poesía (1960)— sentí una empatía por su vocación con
periplo de hospitales fueron Fernando Magallanes y José Baidal. El único la estilística y la poesía. Entre sus alumnos están Sonia Manzano, Jorge
médico que le pudo atender le mandó a hacer una radiografía y a aplicar- Velasco Mackenzie, Dalton Osorno, Aminta Buenaño y tantos otros.
se unos sueros con vitaminas. Le diagnosticaron un problema pulmonar,
pero lo enviaron a casa. Rodrigo necesitaba esos sueros. De camino a su casa por la vía Terminal-Pascuales, los pensamientos
se hacían enjambre: mi madre y sus problemas cardíacos; mi padre y su
Entonces fui al centro de la ciudad, a la distribuidora farmacéutica usual melancolía; mi hermana de paseo en New York; mi hija Paula en
donde creí que tendría más oportunidades de conseguirlos. Colas in- Buenos Aires. ¿Tenía miedo de contagiarme? Olvidé esa posibilidad. El
mensas. Largas horas. Mientras hacía fila observaba a la gente. Sentía toque de queda inicia a las 14h00. Estaba un poco ida. Solo quería ayudar
la prevención de que alguien me tocara. Intentábamos guardar la debida a salvarle la vida.
distancia entre nosotros. Había gente que usaba capucha o abrigo y eso
en Guayaquil, una ciudad calurosa, es algo increíble. Estábamos todos ¿Quién podrá aplicar un suero? En medio de la conmoción, una vecina
ahí por una razón importante. Dijeron que hubo desobediencia. Lo que doctora se compadeció. El suero no fue suficiente. La administración
yo vi fue una gran necesidad de buscar medicamentos y comida. de oxígeno tampoco ayudó. Rodrigo no lograba respirar. A las 23h00 y
sin ninguna asistencia médica, moría Rodrigo el poeta, mi maestro, mi
Hubo un momento en que una mujer evangelista citó en voz alta Las Escri- mentor, mi amigo.
turas. En medio de mi desesperación y el deseo de que la fila avanzara, las le-
tanías proféticas del Apocalipsis reverberaban con el calor del día. A las 6h00 Dos días antes habló con sus hijas que viven en Quito. Estuvo casado con
el termómetro marcaba 24 °C y al medio día, 33 °C entre un cielo totalmente la poeta Ana María Iza. Murió tranquilo. Él supo que estaba enfermo de
despejado y después parcialmente nublado. Su voz era la única flecha que in- gravedad. Hizo lo que debía: despedirse. En sus últimos momentos tuvo
terrumpía el silencio. «Viene el final de los tiempos. ¡Arrepiéntanse!». Nadie el sueño de la muerte. Vio a su madre y le habló como si la tuviera cerca,
se atrevió a decir nada. Es el silencio que hemos vivido muchos en estos días. me confió Fernando Magallanes.
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Ataúd en llamas Siomara España: La colmena vacía
Enjambre. Recuerdo el soneto de “La colmena vacía” escrito por Rodri- Alguna vez se le presentó la oportunidad de dar una conferencia en la cá-
go: «buscan el alero del ombligo / la astilla de la carne que se aleja». tedra de poesía hispanoamericana. Se arriesgó a desentrañar el poema
Rodrigo sonríe en una foto hecha en las alturas del Cajas. «Este flaco “Los heraldos negros” de César Vallejo desde la pragmática, la semánti-
Rodrigo / desprovisto / de neurastenia, / callos, / y virtudes, / dice cosas ca, la retórica. A partir de ese momento, quedó contratado como maestro
absurdas / que no entienden / los señores que editan / las palabras». Sus y dictó cursos en Columbia University y en la Universidad de Minneapolis.
cenizas esperan por ser repartidas entre el mar de Olón en la provincia
de Santa Elena y el río Guayas. No hay médicos para levantar informes mortuorios. Los ciudadanos do-
cumentan y denuncian la angustia de cientos de muertos insepultos. Las
Cada vez que regreso a casa me doy cuenta de que tengo que bañarme, familias tienden a sus muertos en las veredas y esquinas, en el solar va-
desinfectar las prendas, asear todo. El sábado y domingo que siguieron cío por el terror a contagiarse. Pestilencia y descomposición mientras
fueron de silencio. la indolencia y el poco raciocinio bailan al son de la banda en una boda
pelucona en Samborondón.
Hicimos un homenaje para Rodrigo en la Universidad de las Artes el 4 de
febrero. Le entregamos una placa al mérito como investigador y crítico lite- Mi hermana me dice que a su amigo ‘el gordo’ le están buscando desde
rario. En nuestra última conversación me contó que quería escribir el libro hace 15 días en morgues y hospitales de la ciudad. Dos semanas de dolor
100 mujeres poetas del Ecuador. Ése era su plan. «¡Vamos a hacer un libro a de cabeza y tos apabullante. Mis hermanas y mi hija Paula se preocupan
dos manos, señora bonita!» —me dijo. Quería hacer un estudio de la última y me llaman sin cesar.
centuria de producción literaria en el Ecuador hecha por mujeres.
Siempre con David, riego las plantas y, a veces, barro las hojas del ár-
Mi primer poemario, Concupiscencia (2007), tiene su prólogo. El maestro bol de mango. Pienso en un poema largo como la levedad de ellas y su
me decía: «Siomara, estos sonetos están chuecos». Riguroso. Crítico. Le fragilidad de tiempo. Guardo la mascarilla, me baño y continúo con el
agradezco. En los últimos tiempos de visita en su casa grabamos audios teletrabajo en jornadas interminables. Un poema largo se gesta en mi
de sus conversaciones con David, mi esposo, quien se especializa en do- cabeza. Tengo miedo de escribirlo.
cumentales de artes y artistas. Habíamos planeado empezar la produc-
ción de un documental biográfico a mediados de marzo. Correspondencia: 30/04/2020 - 11/05/2020
Siomara España (Paján, 1976). Poeta, ensayista y crítica literaria. Su obra ha aparecido en
Rodrigo, a sus 82 años, era un hombre lúcido. Acababa de lanzar el Pa-
varias antologías de poesía ecuatoriana e hispanoamericana. Es autora de varios poemarios
norama del ensayo en el Ecuador (CCE, 2017). De la historia de Rodrigo como Concupiscencia (El Ángel Editor, 2007); Jardines en el aire (Mar Abierto, 2013); Construcción
debe contarse que se fue del país siendo muy joven. Vivió en la España de los sombreros encarnados / Música para una muerte inversa (Polibea, 2016); Vigilia (2018). Ha
franquista. Difundió la literatura ecuatoriana con traducciones al inglés desarrollado los proyectos de investigación El Canon: Escritoras y vidas dentro y fuera del canon y El
cuando vivió en Estados Unidos. amorfino. La cultura popular ‘montuvia’ de la costa ecuatoriana.
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Amanda Pazmiño
UN ESTADO
DE QUIETUD
Ataúd en llamas Amanda Pazmiño: Un estado de quietud
miento, hay una sensación de libertad que se puede respirar. El andar se A nosotras nos gustaba dialogar de lo verdaderamente importante junto
va forjando en el viento del trópico nocturno, igual de libre. Las plantas a El Estero. Quizá no importe nunca el lugar, pero en esta ocasión estoy
crecen de manera feroz incluso en los inviernos. Muchos diálogos me en Quito. Imagino que ella y yo volvemos al Estero y le cuento que mi
unen a la ciudad. padre está enfermo.
Cerca de la casa de la abuela de mi mejor amiga está El Estero. Hace mu- El insomnio a veces regresa. Van pasando los días de descanso inter-
chísimo calor. Antes las personas podían bañarse ahí. Ahora mismo se mitente. Estamos a la espera de un nuevo examen para confirmar su
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Ataúd en llamas Amanda Pazmiño: Un estado de quietud
Amanda Pazmiño Torres (Quito, 1993) Escritora y docente de Inglés y Literatura. Primer
premio Nacional de Poesía Ileana Espinel Cedeño 2019. Su poesía consta en las antologías
Metáforas de un cuerpo (Dadaif Cartonera, 2014) y Alma Adentro (El Conejo, 2018). Publicó
Recorrido de abismo (Despertar, 2017), plaqueta de poesía.
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Ataúd en llamas Solange Rodríguez: Padre, qué afortunada soy que hayas muerto hace un año
Padre, qué afortunada soy de que hayas muerto hace un año y yo no haya Correspondencia: 31/03/2020 - 10/04/2020
tenido que identificar tu cuerpo entre una pila de fundas oscuras sin
Solange Rodríguez Pappe (Guayaquil, 1976). Escritora. Autora de varios libros de relatos como
nombre, removiendo etiquetas para ver si te encontraba. Qué bueno que
Tinta Sangre (Gato Tuerto, 2000); El lugar de las apariciones (2007); Balas perdidas, Premio Joa-
nadie te extravió. Qué suerte he tenido de no haber visto cómo tu cuerpo,
quín Gallegos Lara 2010; La primera vez que vi un fantasma (Candaya, 2017). Recibió el Premio
tu amado cuerpo que amaba la belleza, empezaba a descomponerse ante
Matilde Hidalgo por sus 20 años de trayectoria académica en el área de Artes Literarias.
mis ojos. Hubiera tenido que cubrirte con una sábana de cuadros para no
verte o sacarte avergonzada de la casa. Qué bendecida soy, padre, por
1 El Eternauta es una historieta de ciencia ficción creada por Héctor Germán Oesterheld y
no colocarte en un frágil ataúd de cartón por el que deba dar las gracias Francisco Solano López. Publicada en Hora Cero Semanal desde 1957 a 1959, narra la invasión
o de que seas ceniza, como jamás quisiste. alienígena a la Tierra mediante una tormenta de nieve tóxica que acaba con la mayor parte de la
población, y la resistencia de sobrevivientes en Buenos Aires.
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Steph Apolo
ESTAMOS
APRENDIENDO A MIRAR
Ataúd en llamas Steph Apolo: Estamos aprendiendo a mirar
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Ataúd en llamas Steph Apolo: Estamos aprendiendo a mirar
Nosotras no tenemos presupuesto para ayudar a papá a costear una titución pública hizo el cobro sin importar la emergencia en la que
prueba de COVID-19. Tampoco nos atendieron en el Ministerio de Sa- estamos. Rabia.
lud Pública. Para ayudar a papá, la familia se organizó. En la familia hay
algunos médicos. Contactamos con mis primos y preguntamos. Uno de En esos días, un video que el gobierno difundió con el título “Ataú-
ellos es médico en Estados Unidos y está atendiendo a pacientes enfer- des para generar pánico”, el 7 de abril, desmentía a los vecinos de la
mos de COVID-19. Gracias a una consulta en línea pudo conocer los sín- Martha de Roldós. Linda Cáceres describía el abandono de un ataúd en
tomas de papá. El médico dijo que posiblemente se trataba de COVID-19 la esquina de su casa, ubicada en la 23 y la R (de lado de la 29). Dicen
y se comprometió a darle tratamiento. que fueron los propios policías que, tras llevarse el cuerpo del sector,
dejaron el ataúd. Una Fuerza de Tarea Conjunta atiende la emergencia
Sabiendo que el contexto en Estados Unidos y en Ecuador no permi- mortuoria.
tía hacer pruebas y conocer de inmediato los resultados, le recomendó
alta hidratación y paracetamol. Cosas que le ayudaron a sostener por un Buscamos la ayuda del médico de mi mamá. Le envié una nota de voz ex-
tiempo, pero luego tuvo una gran decaída. Fue alarmante verlo desme- plicándole el estado de mi papá. Nosotras no queríamos ir a un hospital
jorar porque él no es un hombre enfermo. porque sabíamos que no habría atención. Porque no hay camas. Porque
el sistema de salud está colapsado. Intentamos retrasar todo lo posible la
Mi papá tiene 61 años. Lleva apenas unos meses dedicado al taxismo. Es necesidad de un hospital.
chofer profesional. Es electromecánico. Vive solo. ¿Cómo llevarle comi-
da? Estamos en pleno toque de queda. No tenemos auto. Pedimos coo- Conversé muchas veces con el doctor de mi mamá. Yo percibo la medici-
peración de nuestra familia para que actúe en red. Atendimos a papá a na desde una forma más integral porque también estoy enferma. Es mi
través de ayuda y más ayuda. Le hicimos llegar comida creyendo que corazón y las emociones que han pasado a manifestarse en un plano fí-
tendría fuerzas para cocinar. No podía hacerlo. Cuando empeoró y estu- sico. Mi cuerpo, mis enfermedades, son la prueba de que debemos hablar
vo muy mal, pasó dos días sin comer. de la salud y la medicina.
No teníamos cómo comunicarnos más que por el celular. Eso fue lo «Si lo creen conveniente, medíquenlo en casa» —respondió el médico,
más desesperante. Debimos esperar básicamente que despertara enviándonos el protocolo de atención con el detalle de cómo se toman
y nos respondiera. Esperar que nos diera una luz de que está bien. las medicinas. «¿Cómo está su corazón?». Me habló de la urgencia de ha-
¿Qué hacer? Los tíos de Cuenca depositaron dinero en mi cuenta al cerle un electrocardiograma al corazón de papá. La mezcla de medicinas
que está vinculado el préstamo estudiantil. Al día siguiente, la ins- es muy agresiva para el corazón.
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Ataúd en llamas Steph Apolo: Estamos aprendiendo a mirar
Papá estaba muy asustado. 17 días con síntomas. Sentía que iba a perder
la vida. Papá es una persona cargada de mitos sobre la ciencia. Cree en la
medicina alternativa y muchas veces nos recetó cloruro de magnesio para
los huesos. En una nota de voz decía: «Disculpen por no responder antes.
Acabo de despertar. Me quedé dormido cuando se me pasó la desespera-
ción». A lo largo de mi vida, vi a mi papá una o dos veces enfermo.
Sé que vivo una realidad particular. Tengo mis posturas políticas. Soy
crítica. Mi entorno también es así. Espero que haya un despertar de la
conciencia política, afectiva, emocional, sobre la importancia que tie-
nen los cuidados colectivos. Espero y deseo un malestar suficientemen-
te fuerte que nos haga cambiar. Siento que asistimos a una fiesta de
pueblo donde la alcaldía es el prioste. Es una gran feria con maquillaje.
Pero cuando regresamos a nuestras casas hay miseria. La fiesta se acabó
cuando empezó la COVID-19.
Steph Apolo (Guayaquil 1992). Artesana, educadora popular, poeta y activista. Cocreadora de
Dadaif Cartonera y el colectivo de acción literaria El Último Jueves. Relacionada con el arte ca-
llejero y el arte-activismo, sus textos aparecen en Cerrado Por Reparaciones (Dadaif Cartonera,
2012), Desembarco Poético Pleamar 2 (Cadáver Exquisito, 2013), 8 Poetas Ahorita (2014) y 90 Re-
voluciones, antología de poesía de escritores nacidos en los noventa (Mecánica Giratoria, 2015).
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LA CUARENTENA
NO NOS IMPACTA
Ataúd en llamas Marcela Noriega: La cuarentena no nos impacta
Mi compañero empezó —«por evitar contagios de cualquier cosa»— a La necesidad espiritual es gigante y yo hago este trabajo porque estoy
salir a la calle con mascarilla cuando nadie más lo hacía. Le miraban raro. preparada para hacerlo. Lo hago desde una compasión infinita por mí
Lo cierto es que sentíamos cómo cada día aumentaba la densidad de la misma. Porque me veo a mí misma en cada persona y le tiendo una
energía en la calle, tanto que al regresar nos sentíamos tan agotados que mano a mi yo del pasado en cada respuesta que doy. Es un trabajo que
dormíamos algunas horas para recuperar las fuerzas. Algo oscuro palpi- voluntariamente me ofrecí a hacer antes de encarnar. Muchas personas
taba en el ambiente. que tienen esta misión de sostener espiritualmente a los demás en las
épocas más duras somos conscientes de que vinimos a hacer esto. Por
Yo sentía la muerte en las calles. En las últimas semanas nos recluimos eso no tengo hijos, ni compromisos, ni me interesan los bienes mate-
aún más. Vimos cómo el evento se iba acercando, hasta que nos rodeó a riales. Para lograrlo, uso las herramientas de autoconocimiento que he
todos. La otra señal fue que, durante todo un día, en nuestra ventana se estudiado, la introspección, la meditación y la escritura, y las pongo al
posó una mariposa café. La mariposa vino a decirnos que la transforma- servicio de todos. Mientras dure esta transición estoy en servicio per-
ción estaba cerca. Al día siguiente se declaró el toque de queda. manente.
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Ataúd en llamas Marcela Noriega: La cuarentena no nos impacta
Y hago las cosas de la casa: cocino, limpio, lavo la ropa a mano tam- decisión individual tomada de antemano por el alma. Sin muerte o sin
bién como una práctica espiritual. Practico meditación, canto, hago transformación no hay evolución. Sé que a la mayoría le cuesta —vivir
tai-chi y ejercicios de respiración. Y hablo con mi madre también a en cuarentena—, pero también sé que el mundo no podía seguir como
diario. estaba.
Económicamente, nos ha ido mejor que antes. Mauro y yo sabíamos Correspondencia: 31/03/2020 - 12/05/2020
que el sistema financiero basado en billetes podía derrumbarse,
así que alrededor del 70 % de mis ingresos por los talleres de
escritura que hice los últimos meses, los invertí en comprar oro y
en traer de Alemania una máquina para producir oro coloidal, 1 una
tecnología que mi compañero conoce. Él ya hacía plata coloidal
(antiviral), así que desde el inicio de la emergencia sanitaria las
ventas aumentaron. Además, una semana antes de la cuarentena,
una persona en Suiza, con quien habíamos hablado para hacer un
libro, nos hizo un giro como adelanto. Sentí eso como una señal de
que algo grande pasaría.
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Gustavo Calderón
JUGAR
A VENCER 1
1 Los testimonios, hasta aquí recogidos, han sido producto de varias
conversaciones con los escritores. Esa ha sido la metodología general
para esta publicación. Gustavo Calderón escribió el presente texto como
registro de la primera salida del confinamiento el 13 de marzo de 2020, y
lo envió como respuesta a la entrevista.
Ataúd en llamas Gustavo Calderón: Jugar a vencer
E
la escoba, el trapeador, el arenero, el dic- mpiezo por cortar la masa que gol-
tador, ellos lo saben, no podemos enga- peé dos días antes, y permaneció en
ñarnos. No es la mirada hacia la nada sino el horno como si del infierno se tratase,
de dónde venimos y hacia dónde vamos. al fin y al cabo, hay que aprender la téc-
nica de Wim Hof, a vivir en todas partes,
enfrentar al destino, tomar al ciervo por
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Ataúd en llamas Gustavo Calderón: Jugar a vencer
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† Rodrigo Pesántez Rodas poeta
† Oswaldo Vergara músico
† Elio Armas Valencia fotógrafo
† Vicente Borbor Suárez bailarín
† Nino Cassanello Layana médico
† Nora Guerrero escritora y bailarina
† Leonardo Vicuña Izquierdo ensayista
† Charles García Plúas escritor
† Pepe Luque Medina caricaturista
† Jessica Cerezo productora audiovisual
† Augusto Itúrburu Carabajo periodista
† Giovanni Coppiano payaso
† Jorge Manzano Vela científico
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Esta publicación es una coedición entre Mecánica Giratoria Hay palabras que se salvan de la ceniza
y la Universidad de las Artes del Ecuador, palabras-ramas del tiempo que habitan
bajo su sello editorial UArtes Ediciones. y después de este permanecen
porque cuentan nuestra
Guayaquil – Ecuador historia
Publicación Digital