Informe Huevo y Gallina

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El Huevo y la Gallina

Introducción

G
abriel Gellon, biólogo y profesor argentino, nos presenta una
obra de divulgación científica, con el fin de satisfacer una larga
lista de inquietudes que rodean los campos de la biología,
microbiología y genética. A medida que el lector avance en
cada capítulo, formulara nuevas preguntas, cada vez más
complejas, y podrá estudiar el nacimiento de una célula, su
desarrollo, y sus distintas funciones y transformaciones en el
entorno que la rodea. A través de simples ejemplos, se exploraran de manera
sencilla las investigaciones, experimentos y descubrimientos que realizaron
numerosos científicos para descifrar sus incógnitas, y demostrar sus teorías.

En los párrafos siguientes, se expondrán los temas que fueron considerados como
relevantes, contenidos en los capítulos del primer tomo del autor.

En 1839 Schwann propuso que todos los seres vivos están compuestos de
unidades microscópicas repetidas, cada una con un núcleo, es decir, a esta unidad
se la denomino célula. Con el tiempo, ésta experimenta una o varias divisiones
celulares, para que luego, cada conjunto se especialice o diferencie en determinados
tejidos. Las propiedades que se les confiere a cada tejido están dadas por las
sustancias que segregan y depositan a su alrededor; entre esas sustancias
podemos encontrar distintas clases de proteínas.

El ovulo y el espermatozoide son células que, si se fusionan, producen el cigoto,


que, a través de disociaciones; poblaciones de células se reacomodan y modifican
las forma del futuro embrión. Otra manera de dar forma al organismo en desarrollo
es la muerte celular localizada.
Todos los procesos que dan forma a un embrión u organismo en desarrollo se
denominan procesos morfo genéticos. Estos procesos están regidos por los genes.
Cada gen contiene instrucciones para producir proteínas particulares en las regiones
y momentos adecuados.
Los tejidos deben activar una sección de las instrucciones y mantener las otras
inactivas. Según su tipo celular, ocupan un lugar preciso en la anatomía general de
cada animal, con lo que existen ciertas proteínas reguladoras que se encargan de
hacer copias (o no hacerlas, dependiendo el caso) de las instrucciones contenidas
en los genes. Estas proteínas están reguladas a su vez por un gen de jerarquía
superior, llamado gen regulador maestro, que activa a los demás genes para que
entren en acción; para que eso ocurra, este gen debe ser activado en el lugar
apropiado.
Todas las células tienen en sus membranas una serie de antenas o receptores que
miran hacia el exterior, preparados para recibir señales químicas. Estas antenas son
responsables de conectar el interior y exterior de la célula.
Cada célula de nuestro cuerpo es expuesta a las hormonas, las cuales envían
señales hacia los receptores correspondientes para realizar una actividad
determinada; también sufren cambios en respuestas al medio inmediato que las
rodea, algunas señales externas pueden traducirse en modificaciones permanentes.
Existen dos mecanismos para la diferenciación celular: la primera es la
comunicación celular entre los vecinos, y la segunda es la división celular asimétrica.
Esta última es responsable de que los cigotos se transformen en estructuras
altamente diversas, aumentando su complejidad.
Para estudiar posibles los fenómenos naturales en el desarrollo, es posible
observar posibles desviaciones, e investigar que sucede cuando las condiciones se
alteran de alguna forma.
La existencia en la naturaleza de transformaciones homeóticas significa que existe
un orden en que las instrucciones para construir un animal están organizadas, estas
transformaciones aparecen cuando la subrutina para un determinado elemento no
puede llevarse a cabo; en estas condiciones el programa básico sigue igual pero
luce distinto.
Si una mutación produce una transformación homeotica entonces esa mutación es
un defecto en un gen que controla la identidad de alguna identidad anatómica. Una
manera de estudiar el proceso de desarrollo podría ser buscar mutaciones en
distintos animales. Cada uno responderá a un defecto en un gen y así se podría ir
identificando cada uno de los genes necesarios para el desarrollo; para luego
estudiarlos con detenimiento.
La ausencia de ciertas proteínas, así como su presencia en lugares no adecuados
conducen a cambios profundos por activación o inactivación inapropiada de genes.
Los genes homeoticos no son los únicos reguladores maestros que controlan
grandes estructuras anatómicas; es fundamental que los genes reguladores de otros
tipos se enciendan donde corresponde y permanezcan apagados donde no.
Se denominan territorios celulares a los grupos de células que tienen en su interior
una proteína reguladora. El patrón de estos territorios puede ser generado por
células que se comunican con la siguiente.
Una célula ubicada en el extremo izquierdo, emite una señal que solo alcanza a
sus vecinas inmediatas. La siguiente célula a la derecha recibe la señal y cambia de
identidad, y, como consecuencia produce una segunda señal que induce el cambio
en la célula que sigue. Estas interacciones inductivas pueden propagarse
numerosas veces.
Si una proteína reguladora está distribuida asimétricamente en una célula con altas
concentraciones en un extremo, al dividirse cada célula hija recibirá una
concentración diferente de la “madre”. Hay genes que se encienden por altas
conglomeraciones y otros por medianas o bajas; esto se traduce en células con
distintas identidades.
Cada unidad celular posee en sus membranas distintos receptores que responden
de distinta manera a concentraciones diferentes, de esta manera, cada célula posee
una identidad diferente en su interior.
Si cambiamos la secuencia regulatoria de una proteína, el “dibujo” del gen
cambiaria. Al establecerse un patrón se determinan que células harán que en qué
lugar, determinando la forma y estructura del organismo.
El huevo fecundado o cigoto al principio tiene un solo núcleo, este se divide varias
veces dentro de la célula, para luego migrar hacia la periferia de esta. Se forman los
tabiques entre las células y el embrión pasa a ser un sistema con muchas células
individuales.
Si una mutación interfiere con el desarrollo, es muy posible que este se detenga y
el embrión no llegue a término. Esto sirvió a los genetistas para descifrar el
programa de desarrollo temprano, identificando genes a partir de mutaciones y
analizándolos y ordenándolos para ver como escriben el programa.
Se descubrió que las mutaciones no solo tienen origen en el cigoto, sino que los
genes maternos también definen ciertas anomalías, a estos se los denominan
“genes de efectos materno”.
Las células de un embrión tienen un destino en el desarrollo. Este puede ser “fijo” o
“flexible”, dependiendo si es modificable por el entorno de la célula.
Los primeros territorios de los vertebrados aparecen por una combinación de
ambos mecanismos.
Para determinar si los destinos fijos están en etapas más tardías del desarrollo o
dependen de nuevos eventos de comunicación entre células, investigadores
realizaron una serie de experimentos y descubrieron que, si algunas células de un
tipo determinado son injertadas en un entorno nuevo, pueden establecer una
comunicación con sus nuevos vecinos y adaptarse al tejido correspondiente. Otras
células, al establecer una comunicación, actuaban por su cuenta y “reclutaban”
células del receptor a su alrededor y las reprogramaban para cumplir su misma
función.
A la región de este segundo grupo se lo llamo “El Organizador”, el cual es una
fuente de importantes mensajes químicos, que son recibidos e interpretados de
manera distinta por diferentes territorios de las células.
Por último, ciertas proteínas presentes en organismos animales dan la oportunidad
a la experimentación e investigación para regenerar órganos a su voluntad, por
medio de células en cultivo. Dichos cambios ya han comenzado a ocurrir, los
investigadores intentan “construir” organismos con genes individuales prevenientes
de otro ser vivo. Lamentablemente, aun no ha sido posible cambiar toda una recta
genética.

Conclusión
A través de este ejemplar de divulgación científica, llegamos a la conclusión de que
los tejidos son conjuntos de células del mismo tipo o muy parecido y sus
características están dadas por las sustancias que las células segregan y depositan
a su alrededor.
El Huevo y la Gallina, intenta explicar el desarrollo celular de un organismo, desde
la formación de la célula, complejizando su estructura, hasta convertirse en un
embrión completo.
Para facilitar la lectura y comprensión, la obra incluye desde ejemplos con objetos
simples como banderas, hasta relatos sobre experimentos con distintos seres vivos,
incluyendo bacterias, ranas, moscas, y huevos de gallina, etc. Gracias a estas
investigaciones que Aristóteles y numerosos investigadores han llevado a cabo, han
demostrado al mundo de la biología del desarrollo que la evolución es un proceso
constante en la naturaleza.

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