El Nuevo Testamento: Introducción
El Nuevo Testamento: Introducción
El Nuevo Testamento: Introducción
El nuevo testamento está formado por 27 libros escritos, estos 27 libros de dividen en
cuatro grupos:
• Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los primeros 4 son sinópticos.
• Cartas Paulinas (Cartas de San Pablo): Romanos, I y II de Corintios, Gálatas,
Efesios, Filipenses, Colosenses, I y II de Tesalonicenses, I y II de Timoteo, Tito
y Filemón.
• Cartas Católicas (Cartas Generales): Hebreos, Santiago, I y II de Pedro, I, II y
III de Juan, Judas
• Históricos: Hechos de los Apóstoles. El libro habla de la fundación de la iglesia
cristiana y la expansión del cristianismo.
• Profético: Apocalipsis. Pertenece a otro género llamado apocalíptico y es de
carácter profético.
C
ontexto histórico. La obra de Mateo nos sitúa en la segunda ge-
neración cristiana. Durante varias décadas, después de la muerte
y resurrección de Jesús, sus seguidores forman un grupo más –los
«nazarenos»– dentro de la gran familia religiosa judía de fariseos, saduce-
os, zelotas, esenios y otros. Conviven con los demás grupos entre tensio-
nes, tolerancia, indiferencia o sospecha. No faltan amagos y brotes de
persecución. Así, hasta el año 70 en que sobreviene la catástrofe de Judea
y Jerusalén, con la destrucción del Templo, en la guerra de los judíos con-
tra los romanos.
De las ruinas materiales y la crisis espiritual emerge un grupo fariseo
que unifica poderosamente la religiosidad bajo un férreo y normativo ju-
daísmo, excluyendo cualquier tipo de pluralidad religiosa. De este modo,
el rechazo a los cristianos o nazarenos cobra más intensidad hasta hacer-
se oficial en el sínodo judío de Yamnia (entre el año 85 y 90). Los judíos
MATEO 1508
cristianos son excluidos formalmente de la sinagoga y deben comenzar a
caminar solos.
C
ontexto histórico. La obra de Lucas nos sitúa en la segunda ge-
neración cristiana. Los cristianos se van asentando y expandien-
do cada vez más dentro del mundo romano, aunque son vistos
frecuentemente con recelo y sospecha. Urge, pues, presentar el ideal cris-
tiano como un ideal apto e inofensivo para la sociedad romana, como
una práctica religiosa que puede subvertir el mundo no con la violencia
de las armas ni de las guerras, sino con la fuerza del Espíritu que ya está
actuando y que va convirtiendo muchos corazones al Señor Jesús. Por
otro lado, en la medida que se radicaliza la ruptura entre la Iglesia cris-
tiana y la Sinagoga judía, va surgiendo en las comunidades cristianas cier-
to rechazo a la historia de salvación precedente, y es necesario resaltar
1615 LUCAS
aquello que une el cristianismo con el judaísmo. Éste es, quizás, el con-
texto en que Lucas escribe su evangelio.