Epistolas Paulinas
Epistolas Paulinas
Epistolas Paulinas
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quien llevó él mismo
nuestros pecados en
su cuerpo sobre el
madero, para que
nosotros, estando
muertos a los pecados,
vivamos a la justicia; y
por cuya herida
fuisteis sanados.
2
6. BIBLIOGRAFÍA
ALEXANDER, David y Pat (Compiladores), Manual Bíblico Ilustrado. Miami:
Editorial, 1985,
BARCLAY, William. El Nuevo Testamento Comentado. Varios volú menes, Bs.As.
Argentina: Ediciones La Aurora.
BONNET y SCHROEDER. Comentario del Nuevo Testamento. Varios volú menes, El
Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones.
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HALLEY, Henry. Compendio Manual de la Biblia. E.U.A.: Editorial Moody, 1953. 468
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PEARLMAN, Myer. A Través de la Biblia Libro por Libro. Miami: Editorial VIDA.
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Terrasa, Barcelona-Españ a: Editorial CLIE.
UNGER, Merril. Manual Bíblico de Unger. E.U.A.: PE., 1985. 954 pp.
©IBISEP
Propiedad intelectual del Instituto Bíblico Semipresencial, de Las Asambleas de Dios del
Perú Edició n 2011.
Edició n anterior 1990, 2001,2003,2007. La presente edició n 2010, ha sido revisada y
ampliada.
Impreso en Lima — Perú
5
ÍNDICE
PORTADA.
.............................................................................................................................................................
1
2. Cartas y epístolas.................................................................................................... 5
3. ¿Cartas o epístolas?............................................................................................... 5
4. Características de las epístolas................................................................5
4.1. Las epístolas son ocasionales…....................................................5
4.2. Las epístolas son prá cticas...........................................................6
4.3. Las epístolas son autoritativas.....................................................6
UNIDAD V 1 Y 2 CORINTIOS...................................................................... 13
Se denominan Epístolas Generales las dirigidas a un pú blico mayor que una iglesia
local (Santiago, 1,2 Pedro, 1,2,3 Juan y Judas).
Y Epístolas Paulinas son las escritas por el apó stol Pablo que, si aceptamos que é l
escribió Hebreos, suman 14 y son: Romanos, 1,2 Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito, Filemón y
Hebreos. El orden de estas epístolas en el canon del Nuevo Testamento obedece
estrictamente a su extensió n y no tiene nada que ver ni con su contenido ni con la fecha
de su producció n. En el presente curso estudiaremos las cartas paulinas segú n el orden
cronoló gico en el que fueron escritas.
2. CARTAS Y EPÍSTOLAS
Si bien es cierto que carta y epístola son términos sinó nimos, estudios realizados en
una gran cantidad de papiros antiguos han establecido que eran dos géneros literarios
diferentes.
La epístola era dirigida a muchas personas, con contenido didá ctico y de cará cter
duradero (se citan como ejemplos las colecciones de cartas de Isó crates y Plató n, ambos
discípulos de Só crates).
La carta, en cambio, era de interé s só lo para su destinatario o destinatarios.
Al igual que ahora, antiguamente las cartas tenían un formato que constaba de seis
partes. La carta del Concilio de Jerusalé n (Hch.15:23-29) es un buen ejemplo de ello:
1. Nombre del Escritor (Los apó stoles y los ancianos o hermanos”, v.23a.).
2. Nombre del destinatario (“a los hermanos de entre los gentiles que está n en
Antioquía, en Siria, y en Cilicia”. v.23b).
3. Saludo (“Salud”, v.23b).
4. Petición de oració n o acció n de gracias, no ocurre en este caso. (Un ejemplo es
“Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo...” Ro.1:3).
5. Texto (vv.24-29).
6. Saludo final y despedida (“Pasadlo bien” v.29).
Santiago y 2 Pedro cubren casi todas las formalidades de una carta (les falta el punto
6), pero no tienen destinatario específico. Son las ú nicas que pueden ser consideradas
como epístolas, es decir, fueron dirigidas a toda la iglesia.
4.1. Las epístolas son ocasionales. Es necesario tener presente que las epístolas son
del primer siglo y que son escritos ocasionales, que obedecen a problemas,
necesidades, circunstancias de sus destinatarios, quienes entendieron su contenido
pues estaban familiarizados con los asuntos en ellas tratados: “¿No os acordá is que
cuando yo estaba con vosotros, os decía esto?” (2 Ts. 2:5 cf. 1 Ts. 5:5,1,2).
7
4.2. Las epístolas son prácticas. No fueron escritas como ensayos teoló gicos (aunque
son ricas en contenido teoló gico), ni para deleitar a los amantes de la lectura (si bien es
cierto que en cuanto a estilo literario no tienen nada que envidiar a los clá sicos griegos),
sino “para enseñ ar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2
Ti.3:16,17).
A la par que los libros del Nuevo Testamento, también circularon otros escrito tales
como 1 Clemente, epístola escrita por Clemente de Roma (96 d.C.) a la iglesia de Corinto
(hay una epístola 2 Clemente, de autor desconocido y que no gozó de mayor aceptación), La
Didache (La Enseñanza de los Doce Apóstoles (c.120), La Epístola de Bernabé (c.130), y El
Pastor de Hermas (c.140), escrito por Hermas, hermano de Pío, obispo de Roma.
1
Durante la segunda mitad del siglo segundo surgieron notables maestros cristianos que enfrentaron dignamente los embates de herejías
que falsos hermanos intentaron introducir en la Iglesia. Entre ellos destacan Irinero de Lion (130-200), Clemente de Alejandría (150-
215), Tertuliano de Cártago (160-220) y Orígenes de Alejandría (185-215), todos ellos brillantes pensadores y escritores, cuyas obras
dieron estabilidad doctrinal a la Iglesia y son fuente de valiosa información acerca del desarrollo de la doctrina cristiana y de las
corrientes doctrinal erróneas que circularon en su época.
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A mediados del tercer siglo, los 27 libros del Nuevo Testamento eran conocidos y
respetados por toda la Iglesia. Sin embargo, en un primer momento no todos fueron
reconocidos plenamente.
Ninguna de ellas fue escrita con un propó sito literario, ni aun aquella de tanta
calidad como lo es la epístola de Romanos, la cual, má s que ninguna de las otras cartas,
refleja ser algo como un tratado teoló gico.
Las cartas, por lo tanto, deben ser vistas como la obra de un misionero cristiano
quien se sentía diariamente con la responsabilidad de las iglesias (cf. 2 Co. 11:28).
Algunas epístolas fueron escritas durante periodos de intensa actividad, mientras otras
son el producto de un descanso obligado, como por ejemplo, las epístolas carcelarias. No
puede pensarse que las epístolas má s antiguas fueron el producto de una larga reflexió n.
Ellas representan en contexto y en estilo, la respuesta espontá nea de los apó stoles a
situaciones que demandaban acció n y consejo inmediato.
Esta es la razó n por la cual las epístolas abundan en divagaciones. Puede ser
prontamente imaginarnos que Pablo escribió o dictó la mayoría de sus cartas teniendo
una variada gama de preocupaciones en su mente, ademá s de la preocupació n particular
del momento. Pero al mismo tiempo Pablo es consciente que está escribiendo con
autoridad. Sus cartas nunca dejan la impresió n de ser expresiones casuales de opinió n.
Pablo no tenía dudas acerca de có mo el camino y el pensamiento de la vida cristiana
deberían desarrollarse, y es esta convicció n lo que da poder y autoridad a sus cartas.
2
Luego de derrotar a su cuñado Licinio, Constantino se consolidó como dueño absoluto del vasto Imperio Romano (324 d.C.) y trasladó
la capital del Imperio a Bizancio (actual Estambul), a la que puso el nombre de Constantinopla (“ciudad de Constantino”). Esta decisión,
muy propio de un estadista hábil y calculador como lo fue Constantino, fue parte de su estrategia para mantener la hegemonía del
imperio y su poder personal. Constantino gobernó desde la nueva capital y estableció emperadores asociados en Roma. Más tarde, en el
año 375, Teodosio dividió el Imperio en Oriental (capital Constantinopla) y Occidental (capital Roma). Se les denominó Griego y
Latino, respectivamente, por el idioma que prevalecía en cada uno de ellos. Esta división afectó a la iglesia, pues también se dividió en
Iglesia Oriental (Griega) e Iglesia Occidental (Latina). El obispo de Roma reclamó mayor reconocimiento por ser apostólica (esta
reclamación devino en el papado), y el obispo de Constantinopla reclamó para sí el título de patriarca (que mantiene hasta la
actualidad).
9
Lo que má s puede decirse acerca de esta hipó tesis alternativa es que hasta donde
sepamos, Pablo nunca estuvo preso en É feso y que, por lo tanto, la hipó tesis es una
simple conjetura. Es menester mantener una conexió n cercana entre estas cartas, a lo
menos en el caso de Efesios, Colosenses y Filemó n, pues se encuentran íntimamente
conectadas por su contenido como tambié n por las circunstancias histó ricas de su autor.
Estas cuatro epístolas son reflexivas en tono y ello es comprensible si aceptamos que
Pablo estaba en la cá rcel. É l estaba, sin embargo, en contacto con varios camaradas
cristianos por medio de los cuales tuvo conocimiento de las necesidades de las iglesias.
Estas cartas, con la posible excepció n de Efesios, fueron enviadas al igual que las
epístolas anteriores, en respuesta a varias situaciones prá cticas: aumento de doctrinas
heré ticas, problemas de compañ erismo, problemas materiales y espirituales, las
necesidades de un esclavo fugitivo, etc., etc. Es posible, si la teoría de su origen romano
es mantenida, que Filipenses fue escrita primero y enseguida Efesios, Colosenses, y
finalmente Filemó n, pero todas má s o menos en la misma fecha.
4. EPISTOLAS PASTORALES
El cuarto grupo está compuesto de las epístolas pastorales, y ellas son 1 y 2
Timoteo y Tito. Estas tres epístolas implican que Pablo debe haber sido puesto en
libertad después del encarcelamiento de Hechos 28.
3
La Diáspora (“lo que se siembra”) se refiere a los judíos que residían fuera de Palestina y que mantenían la fe de sus mayores. Algunos
eran descendientes de los que habían sido llevados al exilio en Babilonia. Otros salieron de Palestina por diversas razones. En el primer
siglo las colonias judías estaban diseminadas en todo el Imperio Romano, en Mesopotamia y Persia y se reunían en sinagogas (“lugar de
asamblea”) para estudiar la Palabra de Dios. Debido a su contacto con la cultura griega, los judíos de la Diáspora eran menos
prejuiciados que los judíos palestinos y muchos de ellos fueron convertidos a Cristo bajo el ministerio de los primeros misioneros.
11
Esta carta ofrece abundante evidencia interna acerca de su autor. El nombre de Pablo
aparece en el saludo introductorio (1.1) y en el cuerpo de la carta (5:2). La experiencia, la
pasió n, nos parece un término má s apropiado, de Pablo, permea toda la carta. Dos
capítulos (1 y 2) son autobiográ ficos y allí encontramos una de las má s inspiradas
declaraciones que resume la esencia de la vida cristiana (2:20). La evidencia externa
también confirma que Pablo es el autor humano de la epístola. Ireneo (fines del segundo
siglo), se refiere a Gá latas como paulina. En el mismo siglo, Clemente de Alejandría y
Orígenes hacen lo mismo.
2. OCASIÓN Y FECHA
Pablo se encuentra en Antioquía hasta donde le llega informació n acerca de la
confusió n provocada por la enseñ anza de maestros judaizantes en las iglesias que é l y
Bernabé fundaron en el sur de Galacia (Hch.13 y 14). El apó stol está consciente de la
gravedad de la situació n, sabe muy bien que el cristianismo corre peligro de convertirse
en una secta judía y escribe esta apasionada carta, llamada con justicia “de la libertad
cristiana”.
La ausencia total de referencias al decreto del Concilio de Jerusalé n (Hch.15) indica que
la carta fue escrita antes de dicho evento, o sea en el añ o 49 d.C.
3. DESTINATARIO
El té rmino Galacia se usaba para referirse tanto al antiguo territorio ubicado en la
parte central de Asia Menor (actual Ankara, Turquía) habitado por las tribus gá licas
provenientes de Europa central, como a la provincia romana 4, conformada por el antiguo
territorio galo, conquistado por los romanos el 25 d.C., y extensos territorios ubicados
hacia el sur. Antioquía de Pisidia, Iconio y Listra, importantes poblaciones del sur de
Galacia, fueron evangelizadas por Pablo y Bernabé en el primer viaje misionero. Si
aceptamos que la carta a los Gá latas fue escrita antes del Concilio de Jerusalé n, la
conclusió n ló gica es que fue dirigida a las iglesias de las ciudades mencionadas.
4. CONTENIDO
El contenido de Gá latas se puede comparar a la batería pesada de un ejército. Pablo
sabe que el conflicto provocado por los maestros judaizantes no es una simple
escaramuza sino una batalla crucial de la que depende el cará cter ú nico del Evangelio de
la Gracia de Dios, mediante el cual solamente el hombre es justificado con Dios. Se trata
de un asunto de vida o muerte(eterna).
Según los maestros judaizantes, para obtener la salvación, los gálatas debían
añadir a la fe la circuncisión y los rituales de la ley mosaica (4:10,21; 5:2; 6:12-15).
Hacer esto es no solamente inú til, dice Pablo ya “que por la ley ninguno se justifica para
con Dios” (3:11), tambié n es someterse al yugo de esclavitud y ponerse bajo maldició n
(5:1; 3:10). En cambio, conforme al Evangelio proclamado por Pablo, tanto judíos como
gentiles pueden obtener la salvació n por gracia por medio de la fe en Cristo y nada má s
(5:6; 3:6-9). Los maestros judaizantes tambié n eran duchos en el uso de la vieja y a veces
rentable tá ctica de atacar al mensajero para desvirtuar el mensaje y, en salvaguarda del
mensaje que é l recibió por revelació n (1:12), Pablo defiende su apostolado (1:1, 7:12;
2:2- 10).
5. CARACTERÍSTICAS
Gá latas se destaca por cuatro características principales:
c) Revela los diversos aspectos del fruto del Espíritu (5:22-23) y un listado de las obras de
la carne (5:19-21).
4
El imperio Romano dividió sus posesiones en provincias. Había dos clases de provincias: Las senatoriales y las imperiales. Las
primeras eran aquellas cuyos gobernadores, llamados “procónsules”, eran designados por el Senado romano, sujetos a la aprobación del
emperador. Acaya, Macedonia, Asia, Chipre y Creta fueron provincias senatoriales. Las provincias imperiales estaban bajo la
autoridad directa del emperador y estaban gobernadas por un representante personal de éste. Panfilia, Galacia, Cilicia y Siria fueron
provincias imperiales. Las provincias más pequeñas eran gobernadas por un “procurador”. Judea fue una provincia procuratorial bajo la
vigilancia de Siria. Era común que grupos de ciudadanos romanos se afincaran en una ciudad la cual era llamada “colonia”, como fue el
caso de Filipos.
12
7. BOSQUEJO
I. Introducción: 1:1-9
A. El saludo de Pablo dirigido a los Gá latas, 1:1-5
B. el motivo de la epístola: su abandono del Evangelio, 1:6-9.
II. La Autoridad de Pablo y la autenticidad de su mensaje: 1:10-2:21
A. El Evangelio de Pablo que le fue revelado por Cristo, 1:10-24
B. El Evangelio de Pablo reconocido por los otros apó stoles, 2:1-10.
C. El Evangelio de Pablo reivindicado frente a la contemporizació n de Pedro, 2:11-21
III. El Camino de la Salvación: 3:1-4:31
A. La salvació n en Cristo es por fe, no por obras, 3:1-14
B. La salvació n en Cristo es por la promesa, y no por la ley, 3:15-22
C. Aquellos que confían en Cristo son hijos, no esclavos, 3:23-4:7
D. Protesta del apó stol Pablo, 4:8-20
E. Aquellos que confían en la ley son esclavos y no hijos, 4:21-31
IV. La Senda de la Libertad: 5:1-6:10
A. La libertad no debe perderse por el legalismo, 5:1-12
B. La libertad no debe abusarse mediante el libertinaje, 5:13-26
C. La libertad debe expresarse mediante el servicio, 6:1-10.
V. Posdata
Vida de sacrificio en contraste con el legalismo, 6:11-18.
PRIMERA TESALONICENSES
1. AUTOR
La paternidad literaria de esta epístola es incuestionable desde que en ella se consigna
el nombre de Pablo y muchas referencias personales corroboradas por el relato de
Hechos (1:1; 2:18; 2:2, cf. Hch.16:19 y ss.). La evidencia externa es igualmente
concluyente, fue incluida en la lista del hereje Marció n5 y en el fragmento Muratorio.
2. OCASIÓN Y FECHA
Luego del Concilio de Jerusalé n (Hch.15), Pablo inicia su segundo viaje misionero en
compañ ía de Silas (o Silvano). Salen de Antioquía y pasan por Siria, Cilicia, Derbe y
Listra, en donde se les une Timoteo (Hch.15:40-16:3). De allí se encaminaron al noreste,
a la provincia de Asia, pero Dios los hace cambiar de planes y los envía a la provincia de
Macedonia (Hch.16:6-12), y predican en Filipos (Hch.16:12-40), luego pasan por Anfipolis
y Apolonia y llegan a Tesaló nica, ciudad principal de Macedonia, en donde desarrollan un
breve pero fructífero ministerio, pues en tres semanas establecen una hermosa
congregació n.
Judíos residentes en Tesaló nica provocan un tumulto y los misioneros salen para Berea
(Hch. 17:1-10). De allí Pablo só lo viaja a Atenas, sus compañ eros se le unirá n luego (Hch.
17:13-15). Poco despué s Timoteo va a Atenas y Pablo lo envía a Tesaló nica para
confirmar y exhortar a los nuevos creyentes (3:1-5) y é l baja a Corinto, capital de la
provincia de Acaya (Hch. 18:1-18), en donde Timoteo le busca para entregarle el informe
acerca de la iglesia en Tesaló nica. Es a partir de este informe que Pablo escribe a los
tesalonicenses, posiblemente dentro de los primeros seis meses de haber fundado la
iglesia, en el añ o 51 d.C.
3. DESTINATARIOS
Tesaló nica era una ciudad portuaria bañ ada por el mar Egeo, situada a 160 kiló metros
al suroeste de Filipos, quedaba en la Vía Ignacia, importante ruta comercial terrestre.
Capital de la provincia de Macedonia, esta metró poli tenía en su heterogé nea població n
una comunidad judía de donde salieron los primeros convertidos de la diná mica iglesia
tesalonicense (Hch. 17:1-4). A esta iglesia escribe Pablo.
4. CONTENIDO
5
Marción, hijo del obispo de Sinope (Ponto), afirmaba que el Dios-Creador del Antiguo Testamento era inferior al Dios- Padre revelado
en Cristo. Su rechazo del Antiguo Testamento alcanzaba a todos los escritos apostólicos de carácter judío. Fue a Roma (144 d.C.) donde
logró varios adeptos, pero su enseñanza fue rechazada por la Iglesia. Hizo una lista, la más antigua que se conoce, de los libros del
Nuevo Testamento, es el fragmento Muratorio (170 d.C.) de procedencia romana. Este documento se llama así porque Luis Antonio
Muratori lo publicó por primera vez en Italia en el año 1740. Contiene todos los libros del Nuevo Testamento, excepto Hebreos,
Santiago y 3 Juan. La segunda carta de Pedro aparece con ciertas dudas.
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Algunas de las enseñ anzas de Pablo, la segunda venida de Cristo p.e., no habían
sido bien entendidas y muchos pensaban que los cristianos fallecidos no participarían de
las glorias del inminente retorno del Señ or; Pablo les da una palabra de aliento (4:13-18)
y una exhortació n (5:1-11) sobre el particular. Algunos de ellos todavía estaban envueltos
en prá cticas inmorales y el apó stol les recuerda lo que ya les había enseñ ado, que la
santidad es la voluntad de Dios para todos sus hijos (3:13; 4:1-8; 5:23,24). Les escribe
con el mismo amor y ternura que les prodigó cuando estuvo entre ellos (2:7, 8:17-20; 3:1-
10).
5. CARACTERÍSTICAS
Mencionamos cuatro características:
a) Es un hermoso testimonio del poder transformador del evangelio de nuestro Señ or
Jesucristo.
I. Salutación 1:1
II. La situación de la Iglesia, 1:2-10
A. Cará cter de la Iglesia, 1:3
B. Elecció n de la Iglesia, 1:4-7
C. Reputació n de la Iglesia, 1:8-10
III. Relaciones de Pablo con la Iglesia, 5:1-5:11
A. El problema de la moralidad sexual, 4:1-8
B. La recepció n de Pablo por los Tesalonicenses, 2:13-16
C. La preocupació n de Pablo por la Iglesia, 2:17-3:10
D. La oració n de Pablo por la Iglesia, 3:11-13
IV. Los problemas de la Iglesia, 4:1-5:11
A. El problema de la moralidad sexual, 4:1-8
B. El problema de la conducta social, 4:9-12
C. El problema de la condició n de los muertos, 4:13-18
D. El problema de los tiempos y las ocasiones, 5:1-11
SEGUNDA TESALONICENSES
1. AUTOR
En el segundo siglo, Ireneo, Policarpo, Ignacio y Justino reconocieron esta carta como
paulina. A principios del siglo tercero el reconocimiento era universal. Es citada en el
fragmento Muratorio.
2. OCASIÓN Y FECHA
La situació n de la iglesia tesalonicense parece ser la misma que motivó la primera
carta. Probablemente el enviado con dicha carta regresó con informes que indicaron a
Pablo que el error acerca de la segunda venida del Señ or era má s grave de lo que parecía
y estaba afectando seriamente el buen testimonio de la iglesia. Pablo aun se encuentra en
Corinto y escribe nuevamente a los creyentes tesalonicenses. Lo hace dos o tres meses
después de haber escrito la primera carta (fines del 51 o inicios del añ o 52 d.C.).
14
3. DESTINATARIOS
Los creyentes de Tesaló nica (Ver Primera Tesalonicenses).
4. CONTENIDO
Los tesalonicenses habían aceptado la enseñ anza erró nea segú n la cual el día del
Señ or ya había comenzado (es muy probable que tomaron como señ al de ello la
persecució n que estaban sufriendo) (1:3-7). Parece ser que esta enseñ anza nociva estaba
fundamentada en “visiones”. “profecías”y una carta, supuestamente escrita por Pablo
(2:2). Esta situació n sirvió de pretexto a algunos creyentes ociosos y desordenados, ¿los
visionarios y “profetas” de esta enseñ anza?, que con su parloteo crearon mayor desorden
(3:6-12). Pablo corrige ené rgicamente tanto la enseñ anza erró nea como la falta de los
desordenados. El día del Señ or no vendrá , escribe el apó stol:
I. Salutación, 1:1,2
II. La bienaventurada esperanza en medio de la persecución, 1:3-12
A. Acció n de gracias por el crecimiento, 1:3,4
B. Explicació n del propó sito, 1:5
C. Resultados de la bienaventurada esperanza, 1:6-10
D. La oració n de Pablo, 1:11-12
III. Explicación de los acontecimientos, 3:1-17
A. Tranquiliza los á nimos alarmados, 2:1,2
B. Predice la apostasía, 2:3-7
C. El anticristo revelado, 2:8-12
D. Se recomienda conservar una actitud llena de fe, 2:13-17.
IV. Exhortación a mantener buena voluntad, 3:1-15
A. Para orar, 3:1-3
B. Para trabajar, 3:6-15
UNIDAD V 1 Y 2 CORINTIOS
PRIMERA CORINTIOS
1. AUTOR
La carta afirma ser obra de Pablo (1:1; 16:21 cf.1:12-17 y 3:4-6,22). La paternidad
paulina de esta epístola nunca ha sido seriamente cuestionada. Clemente de Roma la cita
por nombre cuando escribe a los Corintios (95 d.C.).
2. OCASIÓN Y FECHA
Segú n 16:8, 19, Pablo escribió la carta en É feso, en donde permaneció tres añ os
(Hch.19:8,10; 20:31), en lo que fue su tercer viaje misionero. Anteriormente Pablo había
escrito a los corintios amonestá ndoles sobre el comportamiento inmoral de algunos
15
La misma iglesia le envía una delegació n (16:17) con una carta en la que le piden
orientació n sobre diversos asuntos (7:1; 8:1; 12:1; 16:1). Seguramente los miembros de
dicha delegació n dieron a Pablo informació n acerca de otros problemas que estaban
afectando a los corintios (6:1; 11:2-16; 11:17-34, p.e.). A todo ello Pablo responde con
esta epístola. La fecha aproximada es 55 d.C.
3. DESTINATARIOS
Luego de ministrar en la provincia de Macedonia (Hch. 16 y 17), Pablo tuvo una breve
estadía en Atenas (Hch. 17:16-43) y luego pasó a Corinto, ciudad capital de la provincia
de Acaya (Hch.18:1). Estraté gicamente ubicada en la franja de tierra que divide a los
mares Egeo y Adriá tico, Corinto fue un centro comercial floreciente y su població n
representaba a las principales razas y culturas de su tiempo.
PROBLEMÁTICA TEXTO
Divisiones y contiendas 1:10-13
Incesto 5:1-13
Litigios entre creyentes 6:1-11
Inmoralidad sexual 6:12-20
Abuso de la libertad cristiana en cuanto lo caps. 8 y 10
sacrificado a los ídolos
Desorden en el culto caps. 11 y 12
Abuso de los Dones espirituales, etc. caps. 11 y 12
7. BOSQUEJO
I. Salutación, 1:1-9
II. Respuesta al informe recibido “por los de Cloé”, 1:10-6:20
A. Las facciones antagó nicas, 1:10-3:32
B. Pablo defiende su ministerio, 4:1-21
C. Censura sobre la inmoralidad, 5:1-13
D. Censura sobre los que recurren a los tribunales civiles, 6:1-11
E. Argumentos contra el libertinaje, 6:12-20.
III. Contestación a las preguntas contenidas en la carta de los corintios, 7:1-16:9
A. Acerca del matrimonio, 7:1-24
B. Acerca de las vírgenes, 7:25-40
C. Acerca de lo sacrificado a los ídolos, 8:1-11:1
D. Problemas acerca del culto, 11:2:34
E. Los Dones Espirituales, 12:1-14:40
F. La resurrecció n del cuerpo, 15:1-58
G. Las ofrendas, 16:1-9
SEGUNDA CORINTIOS
1. AUTOR
La evidencia interna confirma la paternidad paulina de esta carta. Hay en ella pasajes
biográ ficos que la relacionan con 1 Corintios, Hechos y Romanos (cf. 1 Co.1:14;
Hch.19:29; Ro.16:1,2,21,23). Por otro lado, Policarpo e Ireneo, en el segundo siglo, la
citan como paulina y así aparece en el fragmento muratorio (c.170).
2. OCASIÓN Y FECHA
Luego de escribir 1 Corintios, Pablo continuó ministrando en É feso hasta que el
escá ndalo provocado por el sindicato de fabricante de templecillos de la diosa diana lo
obligó a abandonar la ciudad (Hch.19:23-20:1). Algunos pasajes como 12:14 y 13:1-2,
parecen sugerir que Pablo realizó una segunda visita a Corinto, ocasió n en la que fue
agraviado por algunos creyentes (2:5; 7:12).
En los ú ltimos capítulos (10-13), Pablo hace una apasionada defensa de su ministerio,
no porque se sienta herido en su amor propio, sino porque es un deber para con Dios,
pues fue El quien lo comisionó como apó stol a los gentiles, por consiguiente, vindicar su
ministerio es vindicar la soberanía y la gracia divina.
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5. CARACTERÍSTICAS
Mencionamos tres características de esta epístola:
a) Es la má s personal y apasionada de todas las cartas escritas por Pablo. En cada
rengló n se siente el palpitar del corazó n del siervo de Dios.
7. BOSQUEJO
UNIDAD VI ROMANOS
1. AUTOR
La introducció n (1:1), el estilo inconfundible de Pablo y su relació n con 1 Corintios
(16:13; 1 Co.1:14) declaran la paternidad paulina de Romanos. Ireneo (siglo segundo) la
cita como paulina y así aparece en todas las listas canó nicas.
2. OCASIÓN Y FECHA
Pablo escribió esta carta desde Corinto, en las postrimerías de su tercer viaje
misionero, luego de recolectar fondos en las iglesias de Macedonia y Acaya para los
creyentes pobres de Jerusalé n (Ro.15:25-27; 2 Co.8:1-5). El apó stol se proponía llevar
dichas ofrendas a sus beneficiarios y luego a viajar a Españ a y de paso visitar la iglesia
en Roma (Ro.15:28;29; Hch.19:21). La fecha probable es el 56 o 57 d.C. La menció n de
Febe en 16:1, parece indicar que ella fue la portadora de esta carta.
3. DESTINATARIOS
La imperial ciudad de Roma estaba ubicada en la costa occidental de Italia a orillas del
río Tibet y era el centro del mundo conocido en el primer siglo. Segú n la tradició n fue
fundada el añ o 753 a.C. por Ró mulo y Remo, y en sus inicios fue un reino pequeñ o que
merced a la civilizació n que le fue impartida por sus conquistadores etruscos (siglo VI
a.C.), inició un proceso de expansió n y desarrollo hasta convertirse en el gran imperio
romano, cuyos dominios se extendieron desde el Atlá ntico en el Oeste hasta el río
Eufrates en el Este, y desde Bretañ a en el Norte hasta el desierto de Sahara en el Sur.
En Roma había una colonia judía de aproximadamente 30,000 personas que vivían en
cuatro barrios y tenían 13 sinagogas. Muchos de estos judíos, también prosélitos, se
convirtieron a Cristo en Jerusalén (Hch.2:10), y llevaron el mensaje a Roma. Es muy
probable que a éstos se agregaron otros convertidos en las diversas provincias (16:4,5),
formando así la congregació n a la que Pablo escribe desde Corinto, en el añ o 57 d.C.
4. CONTENIDO
Si bien es cierto que Romanos es la má s sistemá tica de todas las cartas escritas por
Pablo, es igualmente cierto que no fue escrita como un tratado teoló gico. Como todas las
cartas, Romanos atiende a una necesidad, en este caso se dirige a una congregació n
llamada a ministrar en la ciudad má s importante y compleja del mundo en el primer
siglo, para alcanzarle una presentació n didá ctica de la necesidad, naturaleza y
consecuencias de la justificació n por fe provista por Dios en Jesucristo y accesible al
hombre a travé s del Evangelio, “poder de Dios para salvació n a todo aquel que
cree”(1:16).
c) Expone má s clara y completa la enseñ anza acerca del pecado, como transgresió n
personal de la ley de Dios (3:9-31), y como tendencia inherente a la naturaleza del
hombre caído (5:12-21; 7:1-25).
d) La gloria del Evangelio está en el hecho que revela e imparte la justicia de Dios y
establece la paz entre el hombre creyente y Dios (1:16-17; 5:1).
6
El gobierno del Imperio Romano se caracterizó por la paz y el orden, producto de una mezcla de una “libertad controlada”, un poder
militar omnipresente y una legislación férrea. A muchos de los pueblos vasallos el Imperio les permitía conservar sus costumbres, sus
leyes y hasta sus propios gobernantes, a cambio de sumisión al César y acatamiento de las leyes romanas impuestas para mantener el
orden. Todo intento de rebelión era rápida y cruelmente aplastada por el omnipresente ejército romano. La “pax romana” daba sólo dos
alternativas: sumisión o prisión (o muerte). Sin embargo, la “pax romana” tenían un “contrapeso” (por lo menos en la ciudad de Roma);
el “pan y circo” (pensiones a una legión de funcionarios públicos y a desocupados y espectáculos multitudinarios) que el gobierno
romano podía costear con los ingentes recursos provenientes de los impuestos y tributos pagados por sus pueblos vasallos (p.e. había un
impuesto para los viejos solterones).
19
7. BOSQUEJO
4. CONTENIDO
20
Esta brevísima carta es pura dinamita. Presenta el poder de Dios (Dynamys Ro.1:16)
en acció n; poder que derriba todas las barreras espirituales, culturales, raciales, sociales,
que alienan y dividen a los hombres, para crear una nueva sociedad, la Iglesia, “donde no
hay griego ni judío, circuncisió n ni incircuncisió n, bá rbaro ni escita, siervo ni libre, sino
que Cristo es el todo, y en todos” (Col.3:11). Cuando Pablo pide a Filemó n que reciba a
Oné simo “como hermano amado” está dinamitando la base misma de la ominosa
institució n de la esclavitud, institució n que era parte de la estructura de la sociedad
romana (tambié n de la judía).
Y Pablo obra conforme a la ley, la ley romana que confería a Filemó n derechos casi
absolutos sobre la persona y vida de su esclavo Onésimo, la ley mosaica que establecía la
restitució n de lo defraudado por Onésimo, pero sobre todo, Pablo actú a bajo la ley de
Cristo (v.9), en virtud de la cual Filemó n sí podría recibir a Onésimo como “hermano
amado”.
5. CARACTERÍSTICAS
Esta epístola tiene tres características principales:
a) Es un extraordinario testimonio de la manera có mo el cristianismo enfrentó
instituciones injustas como el esclavismo con “armas... poderosas en Dios para la
destrucció n de fortalezas” (2 Co.10:4).
b) Presenta un ejemplo de sustitució n redentora cuando Pablo se identifica con Oné simo
(vv.17,19).
c) La forma como trata Pablo a Onésimo (v.10, cf. v.20) es una demostració n de la
fraternidad cristiana, producto del amor de Dios, que sobrepasa todas las barreras
sociales y raciales.
6. TEMA CENTRAL
El perdó n como expresió n del amor cristiano (v.12).
7. BOSQUEJO
COLOSENSES
1. AUTOR
La evidencia interna certifica la paternidad paulina de esta carta (1.1) (En cuanto a su
relació n con Filemó n, ver comentario de dicha carta). Por otro lado, escritores como
Ireneo, Clemente de Alejandría y Tertuliano la reconocieron como paulina.
2. OCASIÓN Y FECHA
Al igual que Filemó n, Filipenses y Efesios, Colosenses fue escrita desde la cá rcel
(4:18). Epafras, pastor de la iglesia en Colosas (1:7-8; 4:12) viajó a Roma para visitar a
Pablo y a la vez informarle de los problemas que estaban afectando a los Colosenses. La
angustia de Epafras (4:12-13) mueve al anciano apó stol a escribir a una congregació n que
no conoce personalmente (2:1) pero que es motivo de su oració n intercesora (1:9-14).
Segú n Filemó n 23, Epafras fue encarcelado en Roma por lo que Pablo envió la carta con
Tíquico y Onésimo (4:7-9). Fecha probable, añ o 62 d.C.
3. DESTINATARIOS
Colosas era un villorrio en el hermoso valle del Lico, en la regió n Frigia, 160 Kms. al
Este de É feso. Colosas y las cercanas Laodicea y Hierá polis (4:13) formaron una
federació n productora de vinos y tejidos de lana. Pablo no visitó la regió n por lo que se
presume que las congregaciones en esos lugares fueron establecidas por convertidos en
É feso, durante el poderoso ministerio de Pablo; allí (Epafras, Arquipo, Filemó n). Es
notorio que la iglesia de Colosas estaba conformada mayormente por gentiles.
4. CONTENIDO
21
I. Salutación, 1:1,2
II. La preeminencia de Cristo en nuestras relaciones personales, 1:3-2:7
A. En los contactos personales, 1:3-8
B. En la presentació n personal, 1:9-23
C. En el propó sito personal, 1:24-2:7
III. La preeminencia de Cristo en la doctrina, 2:8-3:4
A. La falsa filosofía va contra Cristo, 2:8-15
B. El falso culto va contra Cristo, 2:16-19
C. El falso ascetismo va contra Cristo, 2:20-3:4
IV. La preeminencia de Cristo en la ética, 3:5-4:6
A. En los preceptos negativos: “Dejad...”, 3:5-11
B. En los preceptos positivos: “Vestíos...”, 3:12-17
C. En las relaciones familiares, 3:18-4:1
D. En lo general, 4:2-6.
7
El sincretismo (“coalición de dos adversarios contra un tercero”) es la mezcla de ideas (filosóficas o religiosas) con la Palabra de Dios.
El sincretismo causa debilidad y confusión en la iglesia y puede degenerar en herejía. En el caso de Colosas era una mezcla de ideas
filosóficas y supersticiones paganas con la verdad del evangelio. En nuestros días es común un sincretismo de cuestiones culturales e
ideológicas con el evangelio. El sincretismo siempre resta autoridad a la Palabra de Dios.
22
3. DESTINATARIOS
Hay suficientes razones para suponer que Efesios es una carta-circular dirigida a
varias congregaciones. No incluye los acostumbrados saludos personales, lo que es muy
significativo siendo que Pablo había pasado má s de dos añ os en É feso (Hch.19:8,10). Es
igualmente significativo que no trata ningú n problema específico, sea doctrinal o
pastoral. Es probable que haya sido dirigida a las iglesias de la provincia de Asia de las
cuales la de É feso era la principal (cf.1:9-11).
4. CONTENIDO
Efesios es el Apocalipsis (“revelació n”) de la Iglesia. Los primeros tres capítulos nos
presenta a la Iglesia sentada (señ al de autoridad) en los “lugares celestiales” (esta
expresió n ocurre cuatro veces en esta secció n: 1:3;1:20;2:6 y 3:10). La Iglesia es elegida
“en Cristo” (1:4-6), está sentada juntamente con El en “lugares celestiales” (1:3,20;2:6), es
el Cuerpo de Cristo (1:23) y juntamente con El cumple el propó sito redentor del Padre (1:7-
10), quebrantando el poder del “príncipe de la potestad del aire” (2:2) y proclamando la
reconciliació n mediante la cruz (2:14-16). En suma, ¡la multiforme sabiduría de Dios es
revelada por la Iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales! (3:10). Los
siguientes tres capítulos (4-6) muestran el “andar digno” (4:1) de la Iglesia en los “lugares
terrenales”, en la comunidad cristiana (4:1-32), en los á mbitos sociales, familiares y
laborales (5:1-6:9), vistiendo toda la armadura de Dios (6:10-20).
5. CARACTERÍSTICAS
Destacan las siguientes cuatro características:
a) Es el escrito de mayor riqueza eclesioló gica en toda la Biblia.
b) La palabra “misterio” (Griego=mystérion=“escondido”, “secreto”) (ocurre 7 veces) indica
la naturaleza del contenido de la epístola: “que por revelació n me fue declarado el
misterio”(3:3).
c) Es la ú nica epístola que muestra claramente el aspecto có smico del propó sito eterno de
Dios8 (1:10) y el lugar de la Iglesia en el cumplimiento del plan divino.
d) Declara que la gloria de la Iglesia está en su relació n con Cristo (la expresió n “en
Cristo” ocurre 36 veces).
6. TEMA CENTRAL
La singularidad de la Iglesia (3:10).
7. BOSQUEJO
I. Introducción, 1:1,2
II. La Constitución de la Iglesia, 1:3-14
A. Por el Padre, 1:3-6
B. Por el Hijo, 1:6-12
C. Por medio del Espíritu Santo, 1:13,14
III. Una oración para que la Iglesia sea consciente, 1:15-23
A. De la esperanza de su llamamiento, 1:15-18a
B. De la herencia que le corresponde entre los santos, 1:18b
C. De la grandeza del poder que hay a su favor, 1:19
D. De la jefatura de Cristo, 1:20-23
IV. La creación de la Iglesia, 2:1-10
A. Su material: De los hijos de ira, 2:1-3
B. Su medio: Por gracia, 2:4-9
C. Su propó sito: Para buenas obras, 2:10
8
El propósito de Dios es “reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los
cielos, como las que están en la tierra” (Ef.1:10). Tiene que ver con toda su creación; incluye la redención de los seres humanos y de
todas las cosas (Col.1:20), es decir, de todo lo que ha sido afectado por el pecado (Ro.8:19-21). Ver Col.1:20; Ef. d1:20-23; 2 Co. 5:17-
21.
23
FILIPENSES
1. AUTOR
É sta es la má s personal de las cartas de Pablo dirigida a una iglesia. Clemente de
Roma (90 d.C.) e Ignacio (110) la citaron como paulina.
2. OCASIÓN Y FECHA
Pablo estuvo en prisió n cuando escribió a los Filipenses (1:7,13) y las expresiones
“todo el pretorio” (1:13) y “los de la casa de César” (4:22) indican que escribe desde Roma,
probablemente el añ o 62 d.C. Es evidente la cá lida relació n entre Pablo y los filipenses.
Entre otras cosas, los filipenses apoyaron econó micamente al apó stol (4:15-16; 2
Co.11:9). Dicho apoyo, muy significativo al principio, cesó durante un tiempo, pero fue
reanudado (4:10) cuando los filipenses enviaron a Roma a Epafrodito, portador de una
generosa ofrenda de amor para Pablo (4:18). En esta ocasió n el apó stol escribe esta carta
cuyo espíritu es de acció n de gracias y gozo, y la envía con Epafrodito (3:25-30).
3. DESTINATARIOS
Filipos, ciudad principal de Macedonia Oriental, debe su nombre a Filipo II de
Macedonia, padre de Alejandro Magno quien vivió allí desde 358 a.C. Estaba ubicada a 14
Kms. del mar Egeo, sobre la Vía Ignacia la gran carretera que unía el Bó sforo con el
Adriá tico en direcció n a Roma. Era una colonia romana (Hch 6:12) y sus habitantes
poseían la ciudadanía romana (Hch.16:21).
Pablo presenta a Timoteo y Epafrodito como ejemplos de tal estilo de vida (2:19-30).
Pablo concluye con una arenga final y se pone como ejemplo a imitar por los filipenses (4:1-
9), y les agradece su generosa ayuda (4:10-20).
5. CARACTERÍSTICAS
Mencionamos cuatro características de esta carta:
a) Apela al corazó n de todo cristiano, particularmente al corazó n del ministro, en cuanto
a lo que debe ser la meta de su vida (Cristo) y la motivació n de todo lo que hace (amor).
7. BOSQUEJO
24
I. Salutación, 1:1,2
II. Acción de gracias y oración por los Filipenses, 1:3-11
III. Para Pablo el vivir es Cristo, 1:12-4:1
A. Su encarcelamiento ha facilitado la propagació n del Evangelio, 1:12-18
B. Una decisió n difícil: Quedarse o partir, 1:19-26
C. El significado de “vivir en Cristo”, 1:27-2:30
D. La excelencia de conocer a Cristo, 3:1-11
E. Necesidad de crecimiento, 3:12-16
F. Contraste entre los enemigos y los amigos de la cruz, 3:17-4:1
IV. Exhortaciones finales, 4:2-23
A. El ruego por la unidad y la paz, 4:2-9
B. Testimonio final y agradecimiento por ofrendas de amor, 4:10-20
C. Saludos y bendiciones, 4:21-23
a) Cuando escribió 1 Timoteo y Tito, Pablo no estaba en la cá rcel (Tit.3:12), pero estaba
preso cuando escribió 2 Timoteo (2 Ti. 1:8,16,17), y esperaba el final de su carrera (2 Ti. 4:6-
8).
b) Segú n las cartas pastorales, Pablo visitó Macedonia (1 Ti.1:3), Creta (Tit.1:5) y Troas (2
Ti. 4:13), viajes que no concuerdan con el relato de Hechos. Por consiguiente, es claro que
Pablo gozó de un período de libertad (Ro. 15:21), Colosas (Flm. 22) y Filipos (Fil.2:24). Lo
que si es seguro es que estuvo en Creta en donde dejó a Tito (Tit. 1:5) y ¿estando en
Mileto (2 Ti.4:20)?, encargó a Timoteo el cuidado de la iglesia de É feso (1 Ti.1:3). Es muy
posible que de Mileto haya pasado a Troas (2 Ti. 4:20) y de allí a Macedonia, en donde
escribió la primera carta a Timoteo (¿desde Filipos?), en el añ o 64 d.C.
3. DESTINATARIO
Natural de Listra (actual Turquía), de madre judía y padre griego (Hch.16:1), Timoteo
(griego=“temeroso de Dios”) fue compañ ero y colaborador muy querido del apó stol Pablo
(Fil.2:19-22). Pablo le trata como hijo (2 Ti.2:1; Fil.2:22) y se presume que se convirtió al
Señ or en la primera visita del apó stol a Listra (Hch.14:8-23). Su rá pido crecimiento
espiritual le granjeó el cariñ o y el respeto de la iglesia de Listra (Hch.16:2) y fue ordenado
al ministerio por el presbiterio (cuerpo de ancianos) de dicha iglesia (1 Ti.4:14). No
obstante su juventud, Pablo le encomendó el cuidado de la iglesia en É feso (1 Ti.1,3) y le
escribe para darle indicaciones para el cumplimiento de su delicada misió n.
4. CONTENIDO
Las indicaciones del viejo maestro al joven discípulo tienen que ver primero con la
persona de Timoteo como ministro de Dios (1:18,19; 3:15; 4:12,14-16) su autoridad es
espiritual y no debe fundarse ni en el encargo de Pablo ni en su posició n de pastor sino
en su ejemplo como hombre de Dios, pues só lo a partir de su condició n de irreprochable
25
podía “mandar” (1:3) y gobernar la iglesia del Señ or. Luego Pablo instruye al joven obrero
sobre la oració n y el orden en la adoració n a Dios (cap.2), los requisitos que deben llenar
los oficiales de la iglesia (cap.3); la apostasía (4:1-6); el cuidado de las viudas y la relació n
fraternal de los diferentes grupos de la iglesia (cap.5: y 6).
5. CARACTERÍSTICAS
Tienen cuatro características principales:
a) Presenta un hermoso ejemplo de la forma personal y afectuosa que un ministro
experimentado puede ¿o debe? ayudar a un ministro principiante.
b) Enseñ a claramente que la base del ministerio cristiano es la conducta ejemplar del
ministro, que se conduce dignamente en la casa de Dios (3:5).
I. Salutación, 1:1,2
TITO
1. AUTOR
Pablo. (Ver comentario sobre 1 Timoteo).
2. OCASIÓN Y FECHA
Como ya hemos visto, luego de sufrir dos añ os de carcelería en Roma (Hch.28:30),
Pablo tuvo un período de libertad durante el cual desarrolló un intenso trabajo (ver
comentarios sobre 1 Timoteo). Después de ministrar juntos en la isla de Creta, Pablo se
trasladó a Macedonia y dejó a Tito al frente de la naciente congregació n por ellos
establecida en la isla (1:5, cf.1 Ti.1:3). La carta fue escrita por Pablo en tiempo cercano a
la primera carta que envió a Timoteo, probablemente desde el mismo lugar, en el añ o 64
d.C.
3. DESTINATARIO
Tito formó parte del grupo de compañ eros que gozaron de la mayor confianza de Pablo
(2 Co.2:12,13; 7:6). De origen griego (Gá .2:3), fue enviado de Pablo a Corinto para atender
el asunto de las ofrendas para los creyentes pobres de Jerusalén (2 Co.8:6; 12:18). Se
presume que el nombre de Tito no aparece en Hechos porque fue hermano de Lucas y que
26
c) La sana doctrina y las buenas obras son elementos constitutivos de la vida cristiana
agradable a Dios (3:8,14).
6. TEMA CENTRAL
La vida cristiana se expresa en buenas y piadosas obras (3:8).
7. BOSQUEJO
I. Salutación, 1:1-4
II. Instrucciones para la corrección de las deficiencias en la iglesia de Creta, 1:5-16
A. Requisitos de ancianos y obispos, 1:5-9
B. advertencias contra influencias judaizantes, 1:10-16
III. Instrucciones para la enseñanza y ministración al pueblo de Dios, 2:1-15
A. Para los ancianos y ancianas de la congregació n, 2:1-5
B. Para los jó venes, 2:6-8
C. Para los esclavos, 2:9,10
D. La relació n natural entre la salvació n y la é tica personal, 2:11-15
IV. Instrucciones acerca del comportamiento de los creyentes en el mundo, 3:1-15
A. Responsabilidades cívicas y sociales de los creyentes, 3:1,2
B. Testimonio del poder transformador de Dios, 3:3-7
C. Consejos finales, 3:8-11
D. Peticiones personales finales, 3:12-15.
SEGUNDA TIMOTEO
1. AUTOR
Pablo (ver comentario de 1 Timoteo).
2. OCASIÓN Y FECHA
É sta es la ú ltima y la má s conmovedora de las tres cartas pastorales. Fue escrita en
circunstancias muy diferentes a las de los dos anteriores (1 Timoteo y Tito) (Tito 3:12).
Ahora, Pablo está encarcelado y sufre penalidades como si fuera un malhechor (1:16;2:9).
Mayor es su sufrimiento causado por el abandono de los amigos (1:15) só lo Lucas
permanece a su lado (4:11) y el apó stol anticipa su propia partida (4:6-8,18). Pero el viejo
guerrero está dispuesto a pelear hasta el ú ltimo instante de su vida y empuñ ando
27
3. DESTINATARIO
Timoteo, hijo espiritual de Pablo y fiel ministro del Evangelio de Jesucristo (1:2;2:1;
1:4,5) (Ver comentario 1 Timoteo).
4. CONTENIDO
Pablo entrega a Timoteo, cual legado de amor, sus ú ltimas instrucciones. El anciano
tutor reconoce la sinceridad y fidelidad de su discípulo y le anima a seguir sus pisadas
(cap.1); le recuerda que el servicio cristiano demanda la totalidad de su ser y de sus
capacidades (le anima mediante una triple comparació n: con el soldado, con el atleta y
con el labrador) (cap.2); le advierte acerca del advenimiento de tiempos peligrosos debido
a hombres perversos con apariencia de piedad y la necesidad de persistir en la enseñ anza
de las Sagradas Escrituras (cap.3). El capítulo cuatro es quizá el pasaje má s cargado de
emociones y sentimientos, propios de un gigante espiritual. El anciano varó n de Dios
concluye su epístola con una declaració n de confianza victoriosa y de adoració n a su
Señ or (4:18).
5. CARACTERÍSTICAS
a) Contiene las palabras finales y dignas de un hombre que durante 35 añ os sirvió con
integridad a Dios y afectó profundamente la historia de la humanidad.
7. BOSQUEJO
I. Introducción, 1:1-5
A. Saludos, 1:1,2
B. Acció n de gracias, 1:3-5
II. Primer encargo, 1:6-18
A. Avivar el don, 1:6,7
B. Estar dispuesto a sufrir, 1:8-10
C. El ejemplo de Pablo, 11,12
D. Retener la verdad, 1:13,14
E. La situació n presente de Pablo, 1:15-18
III. Segundo encargo, 2:1-13
A. Debe ser fuerte, 2:1
B. Debe comunicar el mensaje a hombres fieles, 2:2
C. Triple ejemplo: Un soldado, un atleta y un agricultor, 2:3-7
D. Jesucristo, la inspiració n para la firmeza, 2:8-13
IV. Tercer encargo, 2:14-3:17
A. Debe evitar conversaciones y controversias inú tiles, 2:14-26
B. Advertencias sobre la apostasía que se acerca, 3:1-9
C. Perseverar en la fe, 3:10-17
V. Cuarto encargo, 4:1-8
A. Debe predicar la Palabra, 4:1-5
B. La confesió n triunfante de Pablo, 4:6-8
VI. Recomendaciones finales, 4:9-19
UNIDAD X HEBREOS
1. AUTOR
Al igual que 1 Juan, esta epístola no consigna el nombre de su autor. Su estilo
literario es de lo má s depurado y el autor tiene un dominio profundo de la Septuaginta, la
versió n griega del Antiguo Testamento9, lo que hace suponer que es un judío de habla
griega. Desde antiguo se citan los nombres de Bernabé, Apolos y Pablo, como posibles
autores de esta carta. ¿Qué indicios nos da la misma carta? Es evidente una estrecha
relació n de larga data del autor con sus lectores, le preocupa el estado espiritual de ellos
(5:12, cf.1 Co.3:2), y abriga la esperanza de volver a verlos (13:19) en compañ ía de
Timoteo (quien ha recuperado su libertad luego de un tiempo de encarcelamiento) (13:23).
Posiblemente se encontraban en Roma, la figura del coliseo romano (12:1) puede ser
significativo en este caso. Ademá s, la primera noticia acerca de la existencia de esta carta
viene de Roma, en donde, como ya hemos visto, era ampliamente conocida antes del 95
d.C.
4. CONTENIDO
Tal como su autor dice, la carta es “la palabra de exhortació n” (13:22) dirigida a un
grupo de cristianos de buen testimonio en el pasado (6:10; 10:32) que se encuentran en
una peligrosa situació n de estancamiento espiritual, agravada por la persecució n
desatada contra ellos (12:3,4), pero provocada por la negligencia (2:1) y la indiferencia
(5:11; 10:25). Tal situació n podía generar en ellos “un corazó n malo de incredulidad para
apartarse del Dios vivo”. Frente a este peligro, el escritor los exhorta a reafirmar su
confianza en Jesucristo, “el autor y consumador de la fe” (12:2).
Jesú s es mayor que los profetas (1:1-3), mayor que los á ngeles (1:4-2:18), mayor que
Moisés (3:1-19), mayor que Josué (4:1-16), y mayor que Aaró n (5:1-10:18). Só lo en El está
la “salvació n tan grande” que ellos han descuidado peligrosamente. Fuera de El no hay
ninguna esperanza de salvació n.
5. CARACTERÍSTICAS
a) Su estilo literario es sobresaliente.
b) Es el libro del NT que hace má s referencia y aplicació n del Antiguo Testamento.
c) Su profunda y variada cristología es descollante en toda la Biblia.
d) Contiene el principal capítulo de la Biblia sobre la fe.
e) Advierte con suma severidad sobre la apostasía espiritual.
9
La versión griega del Antiguo Testamento es conocida con el nombre de Septuaginta (o su abreviatura en números romanos LXX),
debido a una leyenda según la cual Ptolomeo II Filadelfo, Rey de Egipto, ordenó a setentidos ancianos hebreos que tradujeran al griego
el Antiguo Testamento, cada uno en forma independiente, trabajo que realizaron en setentidos días, en Alejandría, Egipto. Lo cierto es
que ésta traducción es el resultado de un proceso que pudo durar más de un siglo y que concluyó a mediados del segundo siglo a.C.
También es conocida como la versión de Los Setenta. Esta versión fue ampliamente citada por el Señor Jesús y los escritores bíblicos.
29