Pistas para Narrar Emergencias
Pistas para Narrar Emergencias
Pistas para Narrar Emergencias
EMERGENCIAS
Hubert Gehring
Representante de la KAS en Colombia
Aunque Colombia es uno de los países que cuenta con abundantes reservas
naturales, biodiversidad climática y selvas vírgenes, escenario en el que se
podría pensar que todo va bien, también es uno de los territorios con alto
riesgo de estar expuesto a desastres naturales. Las catástrofes alteran la
vida de comunidades y territorios en muchos niveles, tanto económicos
como sociales, por lo que se hace preciso que el país conciba estrategias
para enfrentar y mitigar posibles amenazas.
Son muchos los ejemplos de catástrofes que han golpeado las regiones
colombianas y que evidencian la importancia de estar preparados, de
reconocer la responsabilidad que como sociedad se tiene al respecto.
Acontecimientos como la avalancha de Armero en 1985, el terremoto que
sacudió el Eje Cafetero en 1999 o la avalancha que en 2017 borró del mapa
una gran parte de Mocoa, le recuerdan al país la necesidad de tomar con-
ciencia y desarrollar políticas de prevención.
¡A prepararse, periodistas!
Decir que fue producto del azar no pretende de manera alguna ser despec-
tivo sino, al contrario, enaltecer ese cubrimiento inesperado porque hura-
canes, terremotos, avenidas torrenciales o inundaciones saltan sin avisar
-aunque muchos son prevenibles- y no hay medio de comunicación donde
exista un periodista con la tarea exclusiva de cubrir tragedias naturales. Lo
que sí hay son reporteros dedicados a temas de medio ambiente, sociales o
judiciales que ante una tragedia son los llamados a acudir.
Listos tal vez sí, pero ¿preparados? Esa tragedia que dejó 1.110 víctimas
fue una prueba de que no lo estaban. Aunque fueran muchas las horas de
cubrimiento del conflicto, las lágrimas derramadas ante un hecho de orden
público no se comparaban con el dolor de las víctimas de una tragedia
natural. En algunos casos no hubo sutilezas ni conocimiento, ni mucho
menos experticia.
Los retos en este tipo de cubrimiento son innumerables y más con las tec-
nologías de la comunicación actuales que llevan la información a las au-
diencias de manera inmediata. En el desastre de Mocoa, en marzo de 2017,
el tránsito de las imágenes a través de las redes sociales fue implacable
para quienes cubrían el evento, y también para el público que puede sen-
tirse saturado de información y espera que los medios de comunicación le
entreguen algo diferente, por eso es tan importante la formación.
Por eso es tan importante aplicar lo que en esta guía o manual el maestro
Javier Darío Restrepo llama deberes éticos y hacer de estos cubrimientos la
oportunidad para hablar con altura y conocimiento de los temas, al tiempo
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de que se cumple una responsabilidad social. Además, claro, del deber pri-
A veces no hay que llegar hasta allá. Con el simple ejercicio, ese de consul-
tar todas las fuentes, aquel de conocer sobre lo que se dice, el mismo donde
el rigor pesa más para ayudar a las personas damnificadas que la misma
solidaridad, la tarea puede considerarse hecha. Y jamás olvidar la premisa
de que no se trata de elegir entre ayudar a un sobreviviente o entregar do-
naciones, sino de ejercer el oficio.
Prólogo 13
Preparar, cubrir, seguir
Fernando-Alonso Ramírez
Historia periodística 21
La tragedia nos unió
Germán Arenas
Capítulo 1 29
Ética de la información sobre desastres
Javier Darío Restrepo
Historia periodística 61
La tragedia fue tener que guardar mi cámara
Hugo Mario Cárdenas
Capítulo 2 75
Prepararse, asunto de periodistas
Germán García
Capítulo 3 129
Sigue el dinero público en desastres naturales
Fabiola Torres
Historia periodística 155
El caso de Mocoa. Investigación sobre los dineros de Mocoa
Dora Montero y Hugo Cárdenas
Coautores 197
Prólogo
Preparar, cubrir, seguir
3 00 milímetros de lluvia en 25 días. Este dato que no dice casi nada a na-
Prólogo
Esta ciudad prácticamente desapareció en los años veinte del siglo pasado,
por tres incendios devastadores. Luego, los destructivos terremotos de 1962
y 1979 provocaron que se expidiera el primer Código de Construcciones
en el país con normas sismorresistentes. Además, en 1985 el despertar del
Volcán Nevado del Ruiz generó alarma primero, por la caída de ceniza,
y luego drama, por la erupción que dejó por lo menos 23 mil personas
muertas (con la aclaración de que nunca se supo el número exacto), por lo
menos mil de ellas entre Chinchiná y Villamaría, poblaciones vecinas de
esta ciudad. Poco antes se había instalado el Instituto Vulcanológico, que
monitorea la actividad de los volcanes alrededor de la región, aunque ca-
rece de un comunicador que pueda ser puente entre técnicos y periodistas
para informar mejor a la comunidad, nombramiento que hemos reclama-
do desde siempre.
Cada hecho catastrófico de los antes relatados, así como los derrumbes que
dejan víctimas año a año en la región, han hecho que esta ciudad trabajara
en temas de prevención antes que muchas en este continente. Aún no es
un sistema perfecto, pero es visto como modelo en muchas partes por sus
avances, sobre todo en monitoreo e investigación.
Eso sí, de nada sirve tener las normas, los indicadores, si no se saben usar
las herramientas. Por eso la tarea de los periodistas en este campo empieza
desde que las cosas están calmadas. Hay que entender el lenguaje técnico
y saberlo traducir a los lectores. Que se llegue al tope de los 300 milímetros
de lluvia en 25 días no es que ya todo se viene abajo, pero es el momento
de ponerse alerta.
Preparar
¿Tenemos en nuestras redacciones un plan para atender tales contingencias?
El de La Patria está dividido en cuatro colores, que se activan de acuerdo
con la gravedad de la emergencia que deba ser cubierta:
Este plan permite saber para dónde debe dirigirse cada periodista, qué
fuentes tiene asignadas, con qué reportero gráfico o cámara debe sa-
lir y en qué vehículo. Esto permite ganar tiempo y no llegar todos a la
17
Redacción para luego salir, pues en estos casos se sabe que la movilidad
Recuerdo que siempre se dijo que un aspecto que complicó más la atención
de emergencias en el terremoto de Armenia en 1999 fue porque entre los
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primeros edificios que colapsaron estaban el Cuerpo de Bomberos, el Hospital
Prólogo
Cubrir
Entendidos estos aspectos -que no deben quedar solo en protocolos sino en
capacitación y permanente diálogo sobre ellos-, a quien le corresponda la
eventualidad de cubrir una emergencia en desarrollo deberá siempre tener
claro que se da preponderancia a la información exacta. Que en este tipo de
eventos, más que en cualquier otro, no debe haber lugar a la especulación.
Y que la prevención y las historias de vida y de supervivencia deben
estar en la primera línea informativa, así como aclarar a los ciudadanos si
pueden ayudar y cómo.
Seguir
Y el trabajo de los periodistas continúa. Termina la emergencia, la situación
que llevó a esa cobertura extraordinaria, y es necesario hacer seguimiento
a todo: a las personas damnificadas, a las ayudas, a los sitios que resultaron
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afectados para la emergencia. Será necesario revisar documentaciones; si
Son varios los manuales que existen, cada vez más, sobre la necesidad de
atender emocionalmente al periodista afectado, no solo de forma directa
como víctima de una tragedia, sino por las escenas que le toca ver, por las
situaciones que vive en momentos de estrés. Esto no siempre se hace, y con
el tiempo puede pasar cuenta de cobro a su salud.
la previsión nos dura lo que dura el susto. Es así, como pasar un tiempo
conviviendo con un volcán y en el que se han presentado derrumbes pero
sin mayores afectaciones, entonces se va bajando la guardia y se invierte
menos, como lo veremos en este libro. Por ello somos los periodistas, con
la obligación de mantener alerta a la comunidad sobre los riesgos que nos
amenazan, quienes debemos conocer cómo hacer informes que evidencien
este tipo de hechos.
Durante esos días la información fue por lo menos opaca sobre lo que allí
sucedía. A esto se le sumó que, por tratarse de una obra compleja, costaba
entender la jerga técnica con la que hablan los expertos y esto hizo aún
más opaca la información. Es así que nada mejor para la prevención de
emergencias que una información clara y directa que permita entender lo
que sucede. Ahí está el ejemplo de lo que no se debe hacer.
Fotografía de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Mocoa, Putumayo. Abril de 2017.
Colección Atencion Av Torrencial Mocoa, Putumayo: Sobrevuelos. Recuperado de https://bit.ly/2KRm5Be
Un reloj que había quedado como testigo mudo en medio del lodo, piedras y
palos marcaba las 11:25 de la noche, hora en que la furia de las aguas de los
ríos Mulato, Sangoyaco y de las quebradas Taruca y Taruquita destruyeron el
40 por ciento de Mocoa, en el departamento de Putumayo, Colombia.
22
A las 5:00 de la mañana y con las Días más tarde la mayoría manifes-
primeras luces del día pudimos tó que nunca soltaron sus grabado-
percibir la magnitud de la tragedia. ras ni sus cámaras.
Fue el momento para captar los pri-
meros registros fotográficos y de
Red de comunicación
video de las escenas de dolor, en-
tre una cantidad de piedras, rocas
y lodo. En los rostros se marcaba la Por cuenta de la avalancha Mocoa
tragedia. Algunas miradas eran de se quedó sin energía, sin acueduc-
personas como perdidas en el tiem- to, sin gas domiciliario y sin telefo-
po, estupefactas. Otras mostraban nía fija. El medio y bajo Putumayo
fuerza para narrar lo sucedido. igualmente se quedaron sin fluido
eléctrico, ya que la subestación
Gracias a que el servicio de inter- Junín quedó destruida.
net no se afectó, los corresponsales
de medios nacionales que tenemos Los habitantes de estos municipios
base en Mocoa logramos despachar tampoco sabían lo que había pasa-
los primeros reportes. Algunos do. La escasa información la obte-
cumplieron con su deber, a pesar de nían por las llamadas telefónicas
que vivían una tragedia personal. que hacían a familiares y amigos.
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Mi teléfono móvil repicaba de for- Ese sábado, primero de abril, la
La tragedia que nos unió
Fotografía de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Mocoa,
Putumayo. Abril de 2017. Colección Atención Av. Torrencial. Mocoa, Putumayo: Albergues
Temporales. Recuperado de https://bit.ly/2uot21r.
Capítulo 1
Ética de la información
sobre desastres
Por Javier Darío Restrepo
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Un dilema ético, sin resolver, le había aguado una buena jornada noticiosa.
Los deberes éticos aparecen, inquietantes y cuestionadores, cuando menos
se los espera, especialmente cuando las noticias tienen que ver con la vida
o la muerte de las personas en las grandes catástrofes.
Ejercicio
v
Recuerde y discuta en grupo un dilema ético que haya considerado en
el cubrimiento de un desastre.
v
Discutan la solución del dilema.
v
Busque claves de solución en esta lectura.
(Recuerde: los dilemas éticos no son entre bueno y malo. Su dificultad con-
siste en que hay que escoger entre dos términos buenos en busca de uno
mejor)
Ejercicio
v
¿Qué haría usted con un video como el que motivó esta discusión?
Otras veces son los intereses de personas o de instituciones los que hacen
ver el silencio como una solución. Es una actitud encubridora de la reali-
dad, o por un interés, o por falta de visión.
Entre los dos extremos posibles, la palabra que oculta y que estimula la pa-
sividad y la que alarma y produce miedo o pánico, el periodista -conscien-
te de su poder y de su deber- busca el justo medio, de modo que no solo
abre los ojos de la audiencia a la realidad catastrófica sino que estimula la
esperanza al mostrar y demostrar que hay posibilidades.
Consciente de ese importante papel, el periodista sabe que para que sea
eficaz, su información debe ser:
b. Debe ser, por tanto, un mensaje eficaz. Para que lo sea ha de ser riguro-
samente exacto, sin imprecisiones ni generalidades. Esto solo lo puede
ofrecer un periodista bien informado.
Así como los socorristas tienen claro que su objetivo es prestar ayuda a
personas que la necesitan más que nadie, y los médicos están alerta para
atender las emergencias de salud de las personas, el periodista está allí
para entregar oportuna y eficazmente la información. Esa es su tarea, aun
en casos en los que parecen excluirse, como términos incompatibles, la
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información y la ayuda. Esto sucede cuando en el incendio parece desafiar
Ética de la información sobre desastres
Entre las elecciones posibles está claro que el periodista llegó al lugar para
informar, con el objetivo de salvar vidas. Es una exigente tarea que extien-
de la acción del periodista a las tres dimensiones temporales:
• Su acción no comienza con la catástrofe que estalla, tiene que ver con el
tiempo anterior a ella;
Antes de la catástrofe
El ministro francés de desastres, Haroum Tazieff, por los años ochenta del
siglo XX, echó de menos el trabajo del Gobierno y de la prensa antes de la
catástrofe de Armero. Yendo más allá de la teoría, recordó lo ocurrido en
Costa Rica en 1954 cuando se avecinaba una erupción volcánica. Los habi-
tantes de la zona de influencia del volcán, convocados por las autoridades,
tomaron las precauciones propuestas por el propio Tazieff, de modo que
al producirse la erupción solo una persona murió. El hecho contribuyó al
agrietamiento de un mito: que las catástrofes son inevitables. Las medidas
de prevención les habían puesto un límite a los daños de la catástrofe. No
fue un caso único: en el estado de Washington (Estados Unidos) se anunció
que el volcán Monte Santa Helena estaba a punto de explotar. Científicos
y autoridades, en acción conjunta con la prensa, promovieron y llevaron
a cabo la evacuación de la zona en donde habitaban 30 mil posibles vícti-
mas. Las únicas personas afectadas fueron setenta, quienes obstinadamen-
te se negaron a abandonar sus viviendas. El trabajo de información y de
prevención, antes del evento, había salvado vidas, porque las catástrofes
pueden prevenirse.
La catástrofe
Como se ve, la clave para los procedimientos técnicos y para las relaciones
con las víctimas y con las autoridades, depende de la actitud. Una actitud
de servicio conduce a la producción de un periodismo de calidad.
.- Ese contacto con lo real no excluye una mirada a lo posible y a las opor-
tunidades que a pesar de todo se les ofrecen a las víctimas. Esta clase de
información no es usual en un periodismo que ama, por lo fáciles, las ma-
las noticias. La información que estimula la esperanza y que descubre po-
sibilidades es más laboriosa y difícil pero no menos real.
42
.- La noticia más común en los desastres es la que alrededor del llanto, la
Ética de la información sobre desastres
Ejercicio
Cuando acaba de producirse la catástrofe, cuál es el tema más importante
para el reportero:
Después de la catástrofe
Cuando la catástrofe ha pasado, los muertos han sido sepultados, los he-
ridos atendidos y los sobrevivientes encontrado refugio y ayuda, aparece
43
la crisis, en la que se manifiestan las debilidades y las fortalezas de las
Las necesidades comerciales son malas consejeras para las empresas pe-
riodísticas. En esta etapa del posdesastre las gerencias proponen nuevos
temas, de modo que la suerte de las víctimas y la prevención de eventos
catastróficos futuros, o pasan a un lugar secundario, o desaparecen de la
agenda de los medios como temas poco comerciales. A veces no es la pre-
sión comercial sino la incapacidad profesional para examinar y descubrir
en el tema sus desarrollos y para valorar el atractivo de los nuevos hechos.
Sea cual sea la razón para renunciar al seguimiento, es una falta de rigor
periodístico silenciar la etapa del posdesastre. Cuando al periodista y al
medio los mueven la solidaridad y el espíritu de servicio a las víctimas,
esta tercera etapa hace parte -y ¡en qué forma!- de su responsabilidad.
Las cifras que habíamos difundido apresuradamente, dentro del ritmo ve-
loz de nuestros informativos, a las que le habíamos dado el carácter de
acuerdos a documentos de donación, a cables, a llamadas telefónicas, car-
tas, boletines o conversaciones personales, resultaron desmentidas por los
hechos. Habíamos sumado alegremente ofrecimientos solidarios, anuncios
publicitarios, pronunciamientos de relaciones públicas y cháchara de re-
lacionistas, de modo que al final creamos la conciencia de la llegada de
enormes cantidades que pusieron a soñar a las víctimas del desastre.
En primer lugar, muchos donativos anunciados por los medios como en-
tregados, eran solo promesas que nunca tuvieron cumplimiento. En otros
casos fueron anuncios en nombre de gobiernos o de empresas que que-
rían vincular su imagen a la benéfica operación, sin voluntad concreta de
entregar la ayuda. También hubo ayudas depositadas en bancos que no
fueron reclamadas: fue el caso de los 60 millones recaudados dentro de
las Fuerzas Armadas o de un donativo de 1.600 millones de pesos de la
República Federal Alemana. Hubo extras informativos para dar cuenta del
millón de dólares donado por Austria, que nadie reclamó.
El arte de dar
En las páginas dominicales del diario colombiano El Tiempo, por esos días
del posdesastre, apareció una reflexión que puede hacer parte de un ma-
nual de recomendaciones periodísticas posdesastre.
Coincidió con esta apreciación otro periodista, Arnulfo Sánchez: “Lo que
más impacta al visitante es la actitud pasiva de los damnificados. Parece
que en la tragedia hubieran salvado la vida, pero perdido el alma” (El
Tiempo, 09-02-1986, Informe de Resurgir).
En síntesis
Una catástrofe es, así, una oportunidad para que medios y periodistas
pongan a prueba lo mejor de sí. También puede ser una deprimente suce-
sión de fracasos; por eso el estudio y la preparación de este cubrimiento
son actividades tan necesarias como la preparación de las poblaciones en
vísperas de una erupción o de una inundación.
Ejercicio
¿Por qué hacerle seguimiento a la catástrofe?:
El autocuidado
Ética de la información sobre desastres
“El hombre se plantó en el centro de la vía mientras agitaba los brazos con
un gesto definitivo: debíamos detenernos. Cuando vio el rótulo Prensa en
el vidrio panorámico del vehículo, sonrió y se dirigió a la ventanilla:
– ¿Y?
– Tengo orden de no dejar pasar a nadie. Mire: ya todo mundo está eva-
cuando porque la cosa es en serio.
– ¿Y usted?, le pregunté.
– Yo también tengo que irme… pero oiga: esto queda bajo su responsabili-
dad. Usted verá si quiere arriesgar a sus compañeros.
Allí estábamos cumpliendo ese oficio, igual que todos los días, pero esta
vez con una enorme diferencia: la historia acababa de escribir una trágica
y estremecedora página, la más terrible en siglo y medio de nuestra vida
como nación. Era, pues, imprescindible, recoger el hecho, abarcarlo en su
enorme y sombría extensión, escuchar miles de voces, contemplar incon-
tables rostros, adentrarse en un descomunal drama, descubrir qué más ha-
bía, más allá de lo obvio y elemental. Dicha tarea la enfrentó el periodismo
colombiano que, durante esos días mostró lo que era, es decir sus cualida-
des y defectos” (Restrepo, 1986, Avalancha sobre Armero, páginas 7, 8).
periodista y el de su cuerpo.
La integridad mental
El duro espectáculo del sufrimiento de las víctimas, las rudas condicio-
nes en que desempeña su trabajo, la conciencia permanente de peligros
presentes y posibles son factores que ponen en riesgo el equilibrio emo-
cional del periodista; por tanto, es útil prever circunstancias posibles
como estas
a. Ser testigo del sufrimiento de las víctimas: padres que perdieron a sus
hijos; personas menores de edad que quedaron huérfanas; ancianos a
los que el desastre dejó solos; mujeres embarazadas que perdieron a su
hijo, o aterradas ante la posibilidad de dar a luz en estas circunstancias;
la persona herida que grita su dolor; padres que lloran mientras buscan
al hijo desaparecido. Son variadas y múltiples las formas que asume el
sufrimiento y de las que el periodista es a la vez testigo y notario. En al-
gunos casos tendrá que enfrentar el dilema: ¿qué hacer? ¿Voy en ayuda
del sufriente, o sigo en mi tarea de informar? ¿Qué es primero: la ayuda
física del momento, o la información?
f. Los errores atentan contra ese equilibrio y, como los desastres, los
errores no se anuncian. Es doloroso el enfrentamiento con alguien del
equipo de trabajo o con los jefes en la redacción cuando desaparecen la
voluntad de encontrar soluciones, o la verdad, y emerge la voluntad de
imponer a toda costa la propia opinión. Es un error, en efecto, apasio-
narse hasta el punto de sacrificar los hechos o la honestidad; también es
un error perder una fuente o un contacto por falta de modales o de cui-
dado. También es un error que molesta la falta de criterio para valorar
los hechos y personas, necesarios para una información completa. Le
hacen daño al equilibrio emocional estos y otros errores posibles, que
pueden prevenirse.
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g. Este cuidado de la mente y del espíritu aconseja un sabio tratamiento
Ética de la información sobre desastres
La integridad física
Parecerán las recomendaciones que se registran a continuación, unos con-
sejos de mamá solícita ante la inminente partida de un hijo. Ese cuidado
amoroso de la madre es una referencia apropiada para observar los detalles
de esta otra forma de protección del periodista que cubre una catástrofe.
55
Diría la madre
Tener a una persona que funcione como punto de apoyo, que sepa siempre
adónde va, la fecha estimada de regreso, que sepa a quién debe avisar en caso
de emergencia.
El periodista debe contar con un kit básico para primeros auxilios. Tener al
día identificación de la empresa, cédula personal, tarjeta de vacunación, licen-
cia de conducir, pasaporte”.
Ø Tener claro cuáles son las condiciones climáticas de la zona adonde se dirige,
para saber qué tipo de ropa debe llevar.
Ø Si viaja a zonas selváticas, debe vacunarse contra la fiebre amarilla, fiebre tifoi-
dea y tétanos, se sugiere contra la influenza. Las vacunas deben ser aplicadas
10 días antes de viajar a la zona. La Cruz Roja presta ese servicio.
Ø Todos los civiles que, por motivos de su trabajo tienen que desplazarse a zonas
de conflicto deben tener en cuenta que la tensión nerviosa puede menoscabar
sus fuerzas. Por tal motivo, se recomienda mantener un buen estado físico y
descansar lo necesario, así haya tenido trabajo urgente.
Ejercicio
Referencias
Form W.y Loumis C., (1956), The persistence and emergence of social and cul-
tural system in disaster. Am Social Rev 180.185.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
“La morgue era un caos, era como con un tono sepia que daba un am-
ver amontonar enseres. Cantidades biente de mayor incertidumbre y
de personas muertas y otras des- desolación. La cicatriz era enorme.
esperadas llorando y preguntando
por sus familiares. La confusión era Varios de sus colegas periodistas
total. En ese momento eran cerca de recuerdan cómo ese día Carlos
las 3:30 de la madrugada y mi celu- corría desde el primer minuto
lar se había descargado”. Poco des- por entre piedras y lodo, entre
pués el sol empezaba a asomarse las ruinas rescataba a personas
por entre las mismas montañas que que imploraban ayuda y desente-
escupieron el deslave, y la ciudad rraba las historias de esos héroes
colorida del día anterior amanecía anónimos que surgen siempre en
67
circunstancias trágicas. Carlos, y cubriendo la tragedia, luego me
Reportero gráfico Carlos Álvarez en la fotografía. Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal
‘Avalancha Mocoa’.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
había plata, no había más qué hacer len tres o cuatro informes y de eso
y para trabajar con un canal nacio- no se puede vivir”, recuerda con la
nal era muy difícil porque aquí no nostalgia viva.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
Fotografía de Carlos Álvarez . Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Archivo personal ‘Avalancha Mocoa’.
Prepararse, asunto de
periodistas
Por Germán García Barrera
Daniel Innerarity
76
Este capítulo estará orientado a contextualizar sobre los desastres, las ca-
tástrofes y las emergencias ocasionadas por fenómenos naturales o me-
teorológicos extremos o por comportamientos inusuales de ríos o laderas
que en muchos casos son exacerbados por la intervención humana o por
imprevisiones en las políticas de desarrollo de los territorios.
Siempre listos
a) la exageración,
La explosión fue tan grande que habría tomado una fuerza tres mil
veces mayor que otras erupciones destacadas de la historia, como la
fatal erupción del Monte de Santa Helena. Hay estudios que asegu-
ran que con el paso de los años y tras varios proyectos de investiga-
ción se han encontrado restos de esta explosión en lugares como el
sur de la India, algo que nos hace ver la magnitud del suceso.
Las crónicas trágicas de este tenor son numerosas, así como sus millares
de víctimas. En la memoria trágica de la humanidad están consignados
cientos de sucesos que, pese al dolor y llanto provocados, han servido para
el estudio de los comportamientos de la tierra y del clima. Además, para
comprender el peso y las consecuencias que acarrea la compleja relación
entre el hombre y la naturaleza, especialmente cuando esta se ha funda-
mentado en la explotación irracional de los recursos.
80
De una cronología titulada Las 31 peores catástrofes naturales de la historia re-
Prepararse, asunto de periodistas
ciente, compilada por Andrés Viveros Villarreal y Luis Carlos Padilla (2015)
para el portal de DeLaUrbe Digital, de la Universidad de Antioquia, selec-
cionamos diez:
Tales consideraciones dan pie para proponer las definiciones que ofrece
Villalibre, 2013, en la revisión histórica y bibliográfica ya referida.
86
“Desastre: Amplia y casi completa ruptura de todos los procesos
Prepararse, asunto de periodistas
Esta instancia del gobierno nacional, a través del Comité Nacional para el
Conocimiento del Riesgo, produjo el documento Terminología sobre Gestión
del Riesgo de Desastres y Fenómenos Amenazantes (2017). Este define el riesgo
como un proceso social construido en el tiempo por la sociedad (Ver defi-
niciones en la sección de Palabras Clave).
89
Decreto 4147 de 2011. Creó la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo
de Desastres (UNGRD).
La Ley 1523 de 2012 la integran ocho capítulos, los cuales definen princi-
pios, conceptos, estructura, funciones y organización del SNGRD. También
describe los instrumentos de planificación para la gestión del riesgo en los
90
niveles nacional, departamental y municipal, los sistemas de información
Prepararse, asunto de periodistas
Fuente: Tomado de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (2016)
Meta No. 5. Reducir los daños causados por desastres en los servicios de agua
potable en el decenio 2015-2025 respecto del período 2005-2015.
¿Estamos en riesgo?
Prepararse, asunto de periodistas
A ello se suma que la tasa de muertes por desastres en los países de in-
gresos bajos es mayor que en los países desarrollados. De acuerdo con
las cifras aportadas por el DNP, 1,1 millones de muertes por desastres se
produjeron en países de bajos ingresos en los últimos 15 años. El índice
advierte que “mientras los sismos generan más muertes, las inundaciones
y los deslizamientos acumulan mayores pérdidas en infraestructura y po-
blación afectada”.
El DNP concluyó que el 29 por ciento del territorio nacional (32,6 millones
de hectáreas) tiene las condiciones más críticas de amenaza ante fenóme-
nos hidrometeorológicos. El porcentaje de amenaza por región está distri-
buido así: Andina 35,2 por ciento, Orinoquia 23,1 por ciento, Pacífico 18,2
por ciento, Caribe 12 por ciento y Amazonía 11,5 por ciento.
96
Gráfica 2. Amenaza: Resultados. Hectáreas
Prepararse, asunto de periodistas
También se estableció que siete departamentos tienen más del 50 por cien-
to de su población expuesta a amenazas hidrometeorológicas. Ellos son
Cundinamarca, Arauca, Cauca, Boyacá, Caldas, Casanare y Tolima. Y 26
municipios tienen a toda su población expuesta a inundaciones, movimien-
tos en masa o flujos torrenciales. El top 10 de esta clasificación la integran:
Sasaima, Cundinamarca
Muzo, Boyacá
Nocaima, Cundinamarca
Maripí, Boyacá
Bochalema, Norte de Santander
Buenavista, Boyacá
Pandi, Cundinamarca
Pamplonita, Norte de Santander
Armenia, Antioquia
Durania, Norte de Santander
proceder frente a situaciones que implican riesgos para la vida de las per-
sonas, pérdida o afectación de sus bienes y medios de subsistencia, dete-
rioro o destrucción de las infraestructuras de servicios esenciales, se insiste
en el entrenamiento previo de las salas de redacción para emprender una
cobertura rigurosa.
Conocer cómo están preparadas las alcaldías, las gobernaciones y las en-
tidades de socorro para responder a eventualidades provocadas por fenó-
menos naturales o situaciones asociadas, por ejemplo, al inadecuado desa-
rrollo urbanístico o a la construcción de edificaciones en la ronda de ríos,
quebradas o pendientes, es un campo informativo hacia el cual los medios
de comunicación pueden y deben orientar su mirada. Algunas preguntas
clave que se puede hacer un periodista son:
99
La primera tiene que ver con entender que “las características del proce-
so de desarrollo municipal definen en su gran mayoría las condiciones
de riesgo, el cual induce los desastres, los que a su vez frenan y retrasan
el proceso de desarrollo mismo” (Sistema Nacional para la Prevención y
Atención de Desastres, 2010).
En consecuencia “se reconoce (…) que los desastres no son naturales, y que
por el contrario existen factores políticos, sociales y culturales que inciden
en el grado de vulnerabilidad de los individuos al momento de enfrentar y
recuperarse de la ocurrencia de un evento físico”.
Las conclusiones a las que han llegado los académicos y sus indagaciones
han permitido comprobar, en primer lugar, que la tierra es un planeta vivo
que vibra, que se expresa, que se acomoda, que se transforma y que nos
obliga a entender la importancia de conocerla, de convivir y de adaptarnos
a su particular forma de ser, de moverse, de gruñir y de comunicarse. Sí, es
verdad, la tierra nos habla y debemos aprender a entenderla.
Las imágenes del desastre de Mocoa, del 31 de marzo de 2017; las que aún
conservamos de la erupción del volcán Nevado del Ruiz y de la posterior
avalancha que arrasó con Armero el 13 de noviembre de 1985; o las de ríos
y quebradas que entre 2010 y 2011 protagonizaron una de las más severas
olas invernales de la historia reciente de Colombia, evidencian que mu-
chas tragedias se hubieran podido evitar.
¿Pero, cómo impedir que un desastre natural cause estragos? Esta sigue
siendo una pregunta recurrente y la primera respuesta es que los desastres
no son naturales. Terremotos, avalanchas, inundaciones, incendios
forestales, sequías, heladas, etc. son fenómenos naturales que al sucederse
provocan radicales transformaciones en el paisaje e impactos de magnitudes
diversas sobre la tierra, las vidas de los individuos y sus familias, sus hábitos
y rutinas, las edificaciones, los servicios públicos y la movilidad.
Los riesgos de este tipo y sus consecuencias tienen que ver, además, con la
manera en la que los percibe la sociedad. Desde la academia se han estudiado
las características de la relación entre el ser humano, sus dioses y las emergen-
cias desencadenadas por eventos naturales u otros en los que ríos y montañas
presentan comportamientos inusuales producto de fenómenos antrópicos.
Fuente: Tomada del Sistema Nacional para la Prevención y Atención de Desastres, (2010), Guía
Municipal para la Gestión del Riesgo.
Los desastres que cobran vidas, que destruyen pueblos y ciudades, que
arrasan redes eléctricas, de acueducto y de alcantarillado, que golpean con
intensidad sus fuentes de ingresos, son el resultado de la manera como se
han planificado los territorios y se ha concebido el acceso a la riqueza que
no es necesariamente sinónimo de progreso y bienestar, sino de destruc-
ción y avasallamiento.
de ladera para que familias enteras puedan subsistir en las goteras de las
grandes ciudades, conlleva una directa afectación a ecosistemas frágiles y
una exposición peligrosa a las amenazas que se ciernen sobre un entorno.
Allí hay mucho por investigar. El periodismo está llamado a indagar so-
bre lo que está pasando con la planificación de la gestión del riesgo, sobre
la destinación y adecuada administración de los recursos para su cono-
cimiento y reducción y sobre aquellos que se dirigen a la atención de las
víctimas y a la reparación de los daños.
Desde 2012 Colombia cuenta con una Política Nacional de Gestión del
v
Riesgo de Desastres que orienta el accionar de autoridades nacionales,
departamentales y municipales en cuanto al conocimiento y reduc-
ción del riesgo y la preparación para la atención de desastres.
http://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/
costo-de-los-desastres-de-origen-natural-en-colombia/37528
110
2. Colombia, un país expuesto a desastres como
Prepararse, asunto de periodistas
http://www.elpais.com.co/colombia/un-pais-expuesto-a-desastres-como-el-de-mo-
coa-por-vulnerabilidad-al-cambio-climatico.html
http://www.lavanguardia.com/internacional/20170901/43946913167/erup-
cion-volcan-krakatoa-tsunamis-sumatra-java.html
111
4. Los mayores desastres naturales del siglo
https://eacnur.org/es/actualidad/noticias/emergencias/
los-mayores-desastres-naturales-del-siglo-xxi
http://www.elcolombiano.com/colombia/colombia-tragedias-mas-gran-
des-en-la-historia-IB3113864
112
6. Las consecuencias del desastre nuclear de
Prepararse, asunto de periodistas
Chernóbil
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/
las-consecuencias-del-desastre-nuclear-de-chernobil_10304/2
113
7. Armero, 30 años de una tragedia
http://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/news/2010/November/
los-muertos-por-chern-bil-supe/
114
Referencias
Prepararse, asunto de periodistas
Campos, A.; Holm-Nielsen, N.; Díaz, C.; Rubiano, D.; Costa, C.; Ramírez,
C.; Dickson, E. (2012), Análisis de la gestión del riesgo de desastres en
Colombia. Un aporte para la construcción de políticas públicas. Bogotá,
Banco Mundial.
Colombia, Congreso de la República, Ley 1523 (24, abril, 2012), “Por la cual
se adopta la política nacional de gestión del riesgo de desastres y se
establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y
se dictan otras disposiciones”. Recuperado de: http://www.alcal-
diabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=47141
cristina.pdf
Atención Putumayo
Por Dora Montero Carvajal
Fotografía de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Mocoa, Putumayo. Abril de 2017.
Colección Atencion Av Torrencial Mocoa, Putumayo: Sobrevuelos. Recuperado de https://bit.ly/2KRm5Be
Laura Montoya en la fotografía. Mocoa, Putumayo. Abril 2017. Fotografía tomada de Facebook.
126
Laura Montoya en la fotografía. Mocoa, Putumayo. Abril 2018. Fotografía tomada de Facebook.
“Por esas cosas digo que no me equi- ingeniera o abogada, no hubiera te-
voqué de profesión, porque si fuera nido ese instinto de documentar”.
128
Atención Putumayo
Pocas veces los periodistas prestamos atención a las causas profundas que
agravan los efectos de un desastre. Nos ocupamos de los sucesos y no tanto
de los procesos que son los que condicionan la marcha de las operaciones
antes, durante y después de un fenómeno natural. Sin embargo, estamos
obligados a mejorar nuestros enfoques y cobertura, ya que los desastres se
han hecho cada vez más frecuentes en la región y sus costos están crecien-
do. En su reporte N.° 20, de mayo de 2017, la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia (Unicef) advierten que la ocurrencia de desastres aumentó 3,6
veces en medio siglo. Mientras que en 1960 hubo un promedio de 19 de-
sastres por año, en la primera década de este siglo ese promedio se elevó a
68 fenómenos anuales.
Por eso, en este capítulo, se abordan experiencias que sirven como refe-
rentes para mejorar nuestras líneas de investigación periodística sobre el
manejo del dinero público destinado a la gestión de desastres naturales; se
identifican las prácticas corruptas en la industria de la construcción -cuyos
mortales efectos se reflejan en momentos de crisis-; y se desarrollan casos
que representan el buen uso de herramientas tecnológicas para elevar el
rigor y el alcance de una cobertura en estos contextos.
131
Otro desastre natural que evidenció el alto costo que paga un país por el
olvido de las acciones de prevención ocurrió en Colombia a comienzos de
2017. Durante la madrugada del sábado 1 de abril, una avalancha afectó 36
barrios de Mocoa, capital del departamento del Putumayo, al surocciden-
te del país. Las torrenciales lluvias provocaron el desbordamiento de tres
ríos: Mocoa, Mulato y Sangoyaco, lo que derivó en una inmensa masa de
132
lodo que destruyó viviendas, puentes y todo tipo de infraestructura de las
Sigue el dinero público en desastres naturales
Este informe técnico habría sido una oportunidad para que los medios
examinaran el tipo de acciones de prevención que se realizaban en la zona,
cuál era el presupuesto de Mocoa para evitar y mitigar desastres naturales
y quién administraba esos recursos. Sin embargo, hubo una mínima cober-
tura sobre este problema. Los medios tampoco consultaron el tantas veces
ignorado Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Mocoa, una
herramienta que orienta el uso del suelo para un desarrollo sostenible de
cada ciudad.
134
Pistas para narrar emergencias. Periodistas que informan en zonas de desastres
135
136
Sigue el dinero público en desastres naturales
En México:
En Perú:
Esta es la razón por la que los periodistas deben prestar fundamental aten-
ción a las contrataciones que se ejecutan por esta vía, y hacer seguimien-
to, pues se han encontrado casos en los que se aprovecha la declaratoria
de Urgencia Manifiesta para hacer por esta vía contratos que nada tienen
139
que ver con la emergencia o que se firman meses después de superada la
Sin embargo, el manejo del dinero del Fonden no estuvo libre de las som-
bras de la corrupción. Este fondo también contempló la entrega de un bono
de reconstrucción a las personas damnificadas, pero el dinero no llegó a
todas, según una investigación del portal Mexicanos contra la Corrupción
y la Impunidad (Gómez y Castillo, 2018, enero 15). Los reporteros tuvie-
ron acceso a un informe de la Procuraduría General de la República y la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores que advertía un problema de
clonación de tarjetas bancarias y el desvío de 3,6 millones de dólares. El
equipo identificó que se duplicaron los nombres de algunos damnificados
que no habían recibido un bono, quienes fueron entrevistados para el in-
forme periodístico.
Transporte
• Pago por acceso a recursos de ayuda o a beneficiarios
Administración de activos
• Uso privado de vehículos sin autorización
• Desvío de combustible
Recursos humanos
• Parcialidad en la selección del personal
• Conflictos de interés
Finanzas
• Operaciones con fondos en efectivo
• Contabilidad irregular
• Manipulación de auditorías
142
• Fraude en el pago de salarios y en los reclamos
Sigue el dinero público en desastres naturales
En Colombia:
En Perú:
En México:
Una importante alerta fue pasada por alto. Se trató de un completo estudio
elaborado por los ingenieros mexicanos Eduardo Reinoso, Miguel Jaimes
y Marco Torres (Reinoso, Eduardo, 2012), quienes advirtieron lo siguiente
ocho años antes del terremoto de septiembre: durante la revisión de 150
edificios de la Ciudad de México, todos construidos después de 2004, se
identificó que el 90 por ciento no cumplió con los estándares oficiales.
En varios casos, los edificios revisados ni siquiera tenían los documentos
esenciales de planos para inspeccionarlos por completo.
Fact-checking colectivo
Una iniciativa ciudadana que organizó y corroboró información para faci-
litar la ayuda a las personas y zonas afectadas por el terremoto del 19 de
septiembre de 2017 en México es un buen referente del uso de la tecnolo-
gía y las redes sociales en una emergencia humanitaria. Transcurridas las
145
primeras horas del sismo, muchos voluntarios estaban listos para prestar
#ReconstrucciónCiudadana19s
Cinco meses después del sismo del 19 de septiembre, existían fondos para
la reconstrucción de Ciudad de México, pero ese dinero no llegaba a la
gente que lo necesitaba. Desde la publicación el 1 de diciembre de 2017
de la Ley para la Reconstrucción, Recuperación y Transformación de la
Ciudad de México hasta la fecha, hay pocos avances para la reconstruc-
ción. Por eso el movimiento hizo pública la siguiente declaración:
• Por eso, pedimos a nuestras diputadas y diputados que voten por las
reformas para la #ReconstrucciónCiudadana19s, y que contemplen lo
siguiente:
OpenStreetMap (https://www.openstreetmap.org/):
Ushahidi (https://www.ushahidi.com/)
Periodismo dron
Referencias
Cabral, Ernesto (2017, marzo 19), “Las Terribles Cifras del Niño
Costero”, Lima, OjoPúblico, en: http://ojo-publico.com/401/
las-terribles-cifras-del-nino-costero-nivel-nacional
2009fiscon.nsf/8A46882D8473D2D40525774D00577023/$FILE/
INFORMEFORSUR.pdf
La República (2007, septiembre 27), “SIS pagó 2.2 millones de soles en ex-
ceso por la compra de raciones de alimentos”, Lima, en: https://
larepublica.pe/politica/243268-sis-pago-22-millones-de-soles-en-
exceso-por-la-compra-de-raciones-de-alimentos
Melo García, Luiyith (2011, junio 13), “La mitigación de la ola invernal le
está costando mucho al país”, El País, Cali, en: http://www.elpais.
com.co/valle/la-mitigacion-de-la-ola-invernal-le-esta-costando-
mucho-al-pais.html
153
Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, MCCI, (2017), “La mul-
uy/sistema-de-informacion/recursos/
El caso de Mocoa
Por Dora Montero Carvajal y
Hugo Mario Cárdenas López
Fotografía de Hugo Mario Cárdenas. Mocoa, Putumayo. Abril 2018. Archivo personal.
L a cifra parecía acorde con las ne- Esta concesión público priva-
El caso de Mocoa
De los proyectos que sí hacen par- Agregó que la gran desazón con el
te de la reconstrucción de la capital Conpes 3904 es que no corresponde
de Putumayo, los Solarte tienen a a las necesidades de la ciudad. “Nos
cargo la reconstrucción del puente metieron el gol de la vía 4G que vale
vehicular sobre el río San Antonio, casi la mitad del Conpes y que no
que comunica a Mocoa con el cen- impacta directamente al municipio.
tro del país, por un valor de $16.100 Son menos de $500.000 millones de
millones, aunque no han logrado inversión real y debieron destinarse
cierre financiero y la obra no arran- unos $3 billones porque se habla de
caría este año, por lo que continua- reubicar el Sena, la terminal de trans-
rá operando el puente provisional portes, la cárcel, la plaza de mercado
que instaló el Ejército Nacional. y algunos barrios en zona de riesgo”.
Fotografía de Hugo Mario Cárdenas. Mocoa, Putumayo. Abril 2018. Archivo personal.
170
Otra inocentada que dejan al des- de acuerdo con la información por
El caso de Mocoa
cubierto las respuestas de los dife- usted suministrada, toda vez que
rentes organismos a los derechos el cuadro por usted suministrado
de petición es que se prometió en- hace parte de las actividades a de-
tregarle a Mocoa, como si se tratara sarrollar dentro del objetivo 5 del
de proyectos nuevos, programas o Conpes”, con el cual se busca, se-
inversiones que hacen parte de las gún el ICBF, mejorar el nivel socioe-
actividades misionales de institutos conómico y de calidad de vida de
o entidades descentralizadas. los habitantes del municipio para
reducir la pobreza y la desigualdad.
Para ello el Departamento Nacional “Cabe resaltar que los recursos para
de Planeación realizó un barrido este Conpes hacen parte del mismo
con varias entidades para consultar presupuesto del ICBF distribuidos
el monto de las inversiones proyec- en la ley de presupuesto vigencia
tadas para Mocoa en los próximos 2017, por lo que no corresponden
cinco años, independientemente de a ingresos adicionales, y la proyec-
que se hubiera registrado la avalan- ción de dichos recursos (2018-2022)
cha, y puso esos valores a sumar también son parte del mismo pre-
como parte del proyecto de recons- supuesto que es distribuido en el
trucción. Así se ha ilusionado a los marco de gastos de mediano plazo
mocoanos con las inversiones que para ICBF”, respondió la entidad a
se prometen a través de entidades las preguntas enviadas por CdR.
como el Sena, la Escuela Superior
de Administración Pública (ESAP), Lo que sí hizo la oficina central del
el Instituto Geográfico Agustín ICBF con la regional de Putumayo
Codazzi (IGAC) o el Instituto fue modificar algunos contratos de
Colombiano de Bienestar Familiar aportes con la ampliación de cupos
(ICBF), entre muchos otros, a los destinados a atender la emergencia
que nunca se les asignó un rubro originada por la avenida torrencial
extraordinario para atender los he- del 31 de marzo de 2017 y brin-
chos posteriores a la avalancha. dar atención prioritaria a la niñez,
los jóvenes y las familias en este
Al consultar al ICBF sobre esa in- municipio.
versión, aseguró: “Es importante
hacer claridad en que el ICBF no ha Otro trabajo que sumaron como
suscrito ningún contrato específi- aportes a la reconstrucción de
co ni expreso que haga parte en lo Mocoa es el del Instituto Geográfico
contenido en el documento Conpes Agustín Codazzi (IGAC). A su
para la reconstrucción de Mocoa, nombre figuran tres estudios sobre
171
uso de la tierra, actualización catas- social en Mocoa, sino que calcula-
Fecha, Ciudad
Señor:
*Nombre
*Cargo
*Dirección
*Ciudad
Respetuoso saludo,
1• Copia de todos los contratos, incluidos cada uno del otrosí, que fir-
mó la entidad a su cargo en el marco de la emergencia económica, social
y ecológica declarada por el Gobierno Nacional para brindar la atención
VALOR EST. EN
ACTIVIDAD ENTIDAD RESPONSABLE MILLONES DE
PESOS
Atentamente,
Periodista
CC:
Tel:
182
Referencias
El caso de Mocoa
Derechos de petición
*Carlos Parra Dussán, director general del Instituto Nacional para Ciegos
(INCI).
*Coldeportes
Lecciones de Hidroituango*
Por Fernando Ramírez
“Si había fallas al inicio, cómo será al final”. Así advirtió Bibiana
Ramírez, periodista y fotógrafa para los medios Prensa Rural y el
Semanario Voz, desde 2014, lo que podría venir con la construcción de
Hidroituango, una presa en el bajo Cauca antioqueño que produciría el 17
por ciento de la energía que consume Colombia. Aunque de esta represa se
empezó a hablar desde hace cincuenta años apenas en 2010 inició su cons-
trucción, en el segundo río más importante de Colombia, y desde abril de
2018 la obra se encuentra en emergencia, poniendo en riesgo a por lo me-
nos 100 mil personas.
186
cer con la gente, que se quejó por- con ayudas, hecho que los colegas
que la comida siempre era la misma del medio internacional se pusie-
y a veces olía mal. Pudo comprobar ron a registrar de inmediato.
que en carpas para cuatro personas
dormían hasta nueve. Por ejemplo, en los albergues les
decían que no les permitían tener
El mismo gobernador de Antioquia, televisor con el argumento de que
Luis Pérez Gutiérrez, acusó a era para no alarmar con lo que in-
EPM de ocultar información y pi- formaban los medios. La gente ya
dió que se dijera la verdad sobre estaba alarmada, al tener que aban-
Hidroituango. Bibiana cree, como donar sus propiedades.
muchos otros, que por redes socia-
les se replican informaciones que
no son verídicas y sin contrastar, Dos realidades
pero está convencida de que eso no
se resuelve ocultando información
o censurando a los medios. La periodista explica que en la zona
de la emergencia se presentaron
Más tarde intentaron recorrer otros dos realidades, una, aguas arriba,
albergues. Había que pedir permi- y otra, aguas abajo. “Aguas arriba
so en el Puesto de Mando Unificado eran barequeros y pescadores que
(PMU), pero no se lo concedieron. vivían en las playas que tiene el río,
“En un albergue la gente se dio de ahí sacaban el oro con una batea
cuenta de que no nos dejaban en- y lo vendían en municipios como
trar, entonces salió para denunciar Sabanalarga, Toledo, Ituango, San
lo que vivían. Nos dijeron que sí Andrés de Cuerquia. EPM censó,
dejaban entrar a RCN, Caracol y pero no en el río, sino en los cas-
Teleantioquia, pero cuando estaban cos urbanos. Algunos recibieron
llegando ayudas hacían recreación indemnización, pero no la mayoría
con los niños, pero no entrevista- que se resistía a salir, pues solo sa-
ban a nadie ni mostraban las con- ben barequear. Los intentaron des-
diciones en que estaban. Más tarde alojar en muchas ocasiones, pero
todos los albergues se militarizaron volvían”.
e intimidaron a los afectados por
nuestra presencia”. Ella cuenta que el 28 de abril de 2018,
día de la inundación prematura, a
Bibiana cuenta cómo vio a dos pe- los barequeros los despertó el agua
riodistas de CNN entrar al albergue bajo sus camas. En Sabanalarga
191
unas 600 personas tuvieron que sa- represa para pasar a Ituango. “El
volver este año. EPM les ofrece un torias y el río. Muchos lloraron,
millón quinientos mil pesos para otros, sin saber leer, se quedaron
que paguen arriendo, alimentación, un buen rato mirando las imáge-
estudio y cubran sus necesidades. nes. Después hicieron una lectura
La mayoría no está de acuerdo, no colectiva, eso anima para seguir
les alcanza, además porque no les contando, la gente agradece que su
están entregando la suma que dije- historia se publique, que el mundo
ron, sino un millón cien mil pesos. pueda darse cuenta de la realidad”.
Coautores
Coautores
Dora Montero
Fabiola Torres
Los retos en este tipo de cubrimiento son innumerables y más con las
tecnologías de la comunicación actuales que llevan la información a las
audiencias de manera inmediata. Por eso es tan importante aplicar lo que
en esta guía el maestro Javier Darío Restrepo llama deberes éticos, y hacer
de estos cubrimientos la oportunidad para hablar con altura y conoci-
miento de los temas, al tiempo de que se cumple una responsabilidad
social. Además, claro, del deber primario de investigar en medio de la tra-
gedia y posterior a ella.
Así, entregar a los periodistas herramientas para cubrir los desastres con
algo más de pericia fue la motivación de Consejo de Redacción para pro-
ducir esta guía, posible gracias al apoyo de la Fundación Konrad Aden-
auer Stiftung y de la Pontificia Universidad Javeriana.
Dora Montero
Presidenta de Consejo de Redacción
ISBN: 978-958-59512-8-0