NEUROCISTICERCOSIS

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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA

DE CHIMBORAZO
FACULTAD DE SALUD PÚBLICA
ESCUELA DE MEDICINA

CÁTEDRA:
Neumología

DOCENTE:
Dr. Alejandro Bermúdez

ESTUDIANTE:
Karla Edith Arias Rivera

NIVEL:
Séptimo

PARALELO:
“A”

TEMA:
NEUROCISTICERCOSIS
NEUROCISTICERCOSIS

1. CONCEPTO

La cisticercosis es una enfermedad parasitaria causada por la larva de la Taenia


solium. La enfermedad se desarrolla en los seres humanos después de la ingestión de
huevos procedentes de las heces de un portador de la tenía (contaminación fecal-
oral). Las larvas se adhieren a tejidos como los músculos y el cerebro, formando
cisticercos (quistes) y cuando los cisticercos se localizan en el cerebro, la infección
se llama neurocisticercosis.

El ser humano se infecta al comer carne mal cocinada, sobre todo de cerdo, al beber
agua contaminada por huevos de tenia o por malas prácticas higiénicas.

2. EPIDEMIOLOGÍA

La neurociticercosis es la infección parasitaria más frecuente del Sistema Nervioso


Central. Afecta a 50 millones de personas por año y causa 50 000 muertes por año a
nivel mundial.

La cisticercosis es endémica en prácticamente todos los países en vías de desarrollo


con excepción de los países musulmanes, que no consumen cerdo. Su transmisión
mantiene una estrecha relación con la contaminación fecal del suelo con heces
humanas. Esta parasitosis se encuentra en África, Asia y Latinoamérica, en donde
México y Brasil son los países que presentan las tasas más altas en el continente
americano. En los últimos años la incidencia de esta infección ha aumentado en los
países desarrollados debido a la inmigración proveniente de las áreas endémicas.
3. ETIOLOGÍA

Los seres humanos son los hospedadores definitivos y los cerdos los hospedadores
intermediarios de T. solium, que es la solitaria del cerdo. El humano es huésped
intermediario cuando ingiere accidentalmente los huevecillos por el agua o
alimentos contaminados o por la vía ano-mano-boca.

Ciclo del parásito

La Taenia solium es una de las 8 especies de céstodos que infectan a los humanos.
Está compuesta por un escólex y un cuerpo con cientos de proglótides. El ciclo de
vida de este parásito tiene 3 fases: huevo, larva y adulto. El embrión hexacanto
(quistes de larvas de paredes delgadas) mide de 10 a 20 mm de largo y contiene un
escólex invaginado (cabeza de la larva). El quiste, que tiene una pared rica en
glicoproteínas, contiene un líquido claro en esta etapa, que se enturbia tras la muerte
del parásito.

La Taenia adulta mide de 2 a 4 metros y vive en el intestino delgado de los humanos


donde se adhiere a su pared mediante un escólex. El ser humano excreta los
huevecillos a través de las heces y contaminan el agua y la tierra. Estos son
ingeridos por el cerdo y en su intestino liberan oncosferas que en los tejidos del
cerdo se convierten en cisticercos. El humano se contagia de taeniasis cuando
ingiere carne de cerdo contaminada, cruda o mal cocida y la larva del parásito crece
con predilección en varios órganos: músculo estriado, ojo, cerebro y tejido
subcutáneo.

4. FISIOPATOLOGÍA

La apariencia macroscópica del cisticerco varía según su localización en el sistema


nervioso central:

 Los cisticercos viables miden en promedio 10 mm y suelen alojarse en sitios


con alta irrigación como la corteza cerebral o los ganglios basales
 En las cisternas subaracnoideas los quistes pueden llegar a medir hasta 50
mm ya que no tienen la limitación de crecimiento que existe en el
parénquima cerebral. Estos cisticercos han perdido sus escolex y están
compuestos por varias membranas que le dan su nombre de forma racemosa.
 Las lesiones ventriculares suelen ser únicas, atadas al plexo coroideo, o
flotando libremente. Allí pueden bloquear el tránsito del líquido
cefalorraquídeo por la ependimitis granular y producir hidrocefalia.
 Otras localizaciones en el sistema nervioso central incluyen el espacio
subdural, la región selar, el parénquima cerebral, el ojo y la médula espinal

Los cisticercos en el Sistema Nervioso Central inducen a cambios inflamatorios


leves en el tejido circundante (estado vesicular), seguido de un estado coloidal que
es un indicador de éxito en el tratamiento cisticida o en la respuesta inmunológica
del huésped. Posteriormente se transforma en un cisticerco no viable, en el estado
granular nodular, y finalmente queda en el estado calcificado.

5. MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La Neurocisticercosis puede cursar de forma asintomática en un 50% de los casos.


Los signos y síntomas son inespecíficos y en zonas endémicas suele confundirse ya
que puede simular a cualquier trastorno neurológico. Las manifestaciones clínicas y
su severidad se relacionan con el número de cisticercos, su volumen y localización,
así como con la respuesta inmune del organismo. Existen 4 tipos de presentación de
los quistes de cisticercos en el sistema nervioso central: meníngea (variedad
racemosa), parenquimatosa (quistes múltiples o solitarios), ventricular (usualmente
solitario) y mixto.

La mayoría de los pacientes sintomáticos se presentan entre los 15-40 años de edad,
sin predilección por el sexo o la raza. Los hallazgos clínicos más frecuentes incluyen
la epilepsia (en el 70 % de los casos), hipertensión intracraneal, encefalitis,
meningitis y dolores de cabeza. Sin embargo, también pueden aparecer síntomas
como confusión, desconexión con la gente y el ambiente circundante, problemas de
equilibrio y acumulación excesiva de líquido en el cerebro (hidrocefalia). Esta
enfermedad puede conducir a la muerte.

6. DIAGNÓSTICO

Para establecer el diagnóstico de Neurocisticercosis es importante los antecedentes


epidemiológicos en pacientes de zonas endémicas, en viajeros que han estado en
esas áreas, o en personas que convivan con éstos y sobre todo la expresión clínica
(epilepsia, cefalea, deterioro cognitivo, focalidad neurológica). También
contribuyen al diagnóstico los métodos auxiliares de laboratorio y gabinete.

 Estudios de neuroimagen

La TAC y la RM son métodos diagnósticos que permiten visualizar el número,


la localización de los quistes y su fase evolutiva. Son imprescindibles en el
diagnóstico de la Neurocisticercosis y en su manejo, para analizar la necesidad
de tratamiento médico y/o quirúrgico y para valorar la eficacia de la terapéutica
realizada. Se considera como criterio definitivo de Neurocisticercosis una
imagen de un quiste con escólex.
En la RM se detectan mejor los quistes vesiculares de pared fina, pero con el
uso de técnicas especiales ya que pueden pasar desapercibidos. En el estado
coloidal se aprecia edema perilesional con realce de contraste. Las lesiones
nodulares-granulomatosas pueden tener realce o captación difusa del contraste.
Mientras que en la TAC se ven mejor las lesiones calcificadas.

 Diagnóstico inmunológico

El mejor metodo serológico es el EITB “Enzyme-linked Inmunoelectrotransfer


Blot” que detecta anticuerpos contra antígenos glicoproteicos específicos del
parásito. EITB es más fiable en suero que en LCR y no tiene reacciones
cruzadas con otros cestodos. Su especificidad en suero es del 100% y su
sensibilidad del 98% siempre que existan dos o más parásitos vivos en el SNC;
pero pueden dar falsos negativos en lesiones únicas o calcificadas. Un test
EITB negativo no descarta NCC y un test EITB positivo puede acontecer en
casos de cisticercosis sin afectación del SNC.

 Análisis de LCR

Se debe hacer, siempre que no exista contraindicación, una analítica de LCR,


más aún en zonas endémicas para descartar otras patologías, en especial la
tuberculosis. En pacientes con quistes intraparenquimatosos el LCR puede ser
normal.

7. TRATAMIENTO

El tratamiento de la Neurocisticercosis se basa en el grado y tipo de afectación del


SNC: número, localización y estadio de los quistes.

 Tratamiento antiparasitario

La neurocisticercosis se trata con albendazol (15 mg/kg/día por ocho a 28 días)


o prazicuantel (50 a 100 mg/kg/día divididos en tres dosis por 15 a 30 días). En
pacientes con múltiples lesiones puede ser más eficaz una combinación de
albendazol y prazicuantel (50 mg/kg en tres dosis divididas por día).

En vista del potencial de una respuesta inflamatoria al tratamiento, los


pacientes se vigilan de forma escrupulosa y se administran dosis elevadas de
corticosteroides.

 Tratamiento sintomático

Es muy importante y no debe ser diferido. El tratamiento de la epilepsia


causada por Neurocisticercosis no difiere de otras formas similares de epilepsia
secundaria. Si se va a realizar tratamiento antiparasitario hay que asociar el
tratamiento anticonvulsivante y mantenerlo hasta al menos seis meses después
de la resolución de la lesión. La retirada del tratamiento de la epilepsia no se
recomienda en pacientes con múltiples quistes. El tratamiento preventivo de la
epilepsia no está justificado en pacientes con NCC que no han tenido
convulsiones y que no requieren otras medidas terapéuticas.

 Tratamiento quirúrgico
Sus indicaciones principales son1-4, 40: el tratamiento de la hidrocefalia con
sistemas de derivación, el tratamiento de la HTE grave que precise
descompresión, la extirpación de quistes gigantes, la resección de quistes
ventriculares (ventriculocisternotomía, neuroendoscopia) y el tratamiento de la
compresión medular en la NCC espinal.

8. PRONÓSTICO

Con un tratamiento adecuado la evolución de la Neurocisticercosis


intraparenquimatosa tiene un curso favorable, con degeneración de los parásitos y
formación de nódulos calcificados residuales. Cuando el parásito se localiza en el
espacio subaracnoideo o en los ventrículos, la morbi-mortalidad es mayor, por el
crecimiento del parásito, la aracnoiditis, el bloqueo de la circulación de LCR, la
hidrocefalia y otras complicaciones.

9. BIBLIOGRAFÍA

1. Vera S. Harrison - Principios de Medicina Interna (19 Ed.) Vol. 2.pdf. [citado 11
de mayo de 2020]; Disponible en:
https://www.academia.edu/38213579/Harrison_-
_Principios_de_Medicina_Interna_19_Ed._Vol._2.pdf

2. Herrera W, Herrera M, Baumgartner M. NEUROCISTICERCOSIS Y


TRASTORNOS NEUROPSIQUIÁTRICOS. Revista Cúpula. [Internet]. [citado
18 jun 2020]:8. Disponible en:
binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v22n1/art1.pdf

3. Fernández-Rodríguez R, González-Fernández C, Deltell JG. Neurocisticercosis:


una enfermedad que no debemos olvidar. Galicia Clínica. [Internet]. 2016
[citado 18 jun 2020] :7. Disponible en:
https://galiciaclinica.info/PDF/45/1016.pdf

4. Vol6-5-1977-7.pdf [Internet]. [citado 18 de junio de 2020]. Disponible en:


http://www.bvs.hn/RHP/pdf/1977/pdf/Vol6-5-1977-7.pdf
5. neurocisticercosis [Internet]. [citado 21 de junio de 2020]. Disponible en:
http://www.facmed.unam.mx/deptos/familiar/atfam81/neurocisticercosis.html

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