Materia Familia Certamen Dos (4,5,6,7,8)
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ATENDIENDO A SU FIJACION.
Devengados. Aquellos reconocidos por sentencia judicial y
exigibles.
Futuros. Son los que corresponden a períodos posteriores.
Generalmente esta clasificación se aprecia con relación a las
llamadas pensiones alimenticias.
Las pensiones alimenticias son las sumas o asistencias periódicas
que fija el juez para cumplir con la obligación de proporcionar
alimentos.
Se deben desde la interposición de la demanda y se pagan por
mesadas anticipadas. Artículo 331 CC.
Las pensiones alimenticias devengadas son las que corresponden
a períodos ya transcurridos (causas de cumplimiento); las futuras
son las que corresponden a partir de la resolución que las decreta
en adelante.
Las pensiones alimenticias futuras se confunden con el derecho a
pedir alimentos y por consiguiente les son aplicables las
características y las limitaciones del derecho a pedir alimentos.
CONSIDERACIONES ESPECIALES.
FILIACIÓN MATRIMONIAL.
Dice el artículo 179 que “La filiación por naturaleza puede ser
matrimonial o no matrimonial”. Y en conformidad al artículo 180, la
filiación matrimonial se produce en los siguientes casos:
Casos de filiación matrimonial art 180.
FILIACIÓN NO MATRIMONIAL.
Es la que existe fuera de los casos del articulo 179.
Así lo señala el inciso final del artículo 180, que dice: “En los demás
casos, la filiación es no matrimonial”;
A) DETERMINACIÓN DE LA MATERNIDAD.
RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO.
Se puede reconocer a cualquier clase de hijos: mayores, menores, vivos
o muertos. La ley no ha establecido ninguna limitación. El artículo 191,
al tratar de la repudiación, distingue entre el reconocimiento a un
mayor y a un menor; y el artículo 193, deja en claro que se puede
reconocer a un hijo fallecido, al comenzar expresando que “Si es
muerto el hijo que se reconoce…”.
¿DESDE CUÁNDO SE PUEDE RECONOCER A UN HIJO?
Como la voluntad del hijo no interviene para su reconocimiento, no nos
merece dudas que el padre o la madre lo pueden reconocer desde el
momento mismo de la concepción. Por cierto que el problema sólo
interesa tratándose del padre, pues si la madre fallece antes de nacer
el hijo, este último no llegará a existir.
CAPACIDAD PARA RECONOCER. Pueden reconocer válidamente los
menores adultos, que lo harán por sí solos, sin necesidad de ser
autorizados o representados por su representante legal. El artículo 262
lo dice expresamente: “El menor adulto no necesita de la autorización
de sus padres para disponer de sus bienes por acto testamentario que
haya de tener efecto después de su muerte, ni para reconocer hijos”.
CLASES DE RECONOCIMIENTO.
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CARACTERÍSTICAS DE LA REPUDIACIÓN.
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LA REPUDIACIÓN PUEDE HACERSE A TRAVÉS DE MANDATARIO.
Aun cuando la ley no contempla esta situación, no vemos inconveniente
en que pueda actuarse de este modo, pues tampoco la ley lo ha
prohibido. Creemos, eso sí, que el mandato debe cumplir las mismas
exigencias que el artículo 190 contempla para el que se da para
reconocer a un hijo, esto es, otorgarse por escritura pública y contener
facultades especiales para repudiar.
NO SE PUEDE REPUDIAR SI SE ACEPTÓ EL RECONOCIMIENTO.
El artículo 192 así lo establece: “No podrá repudiar el hijo que, durante
su mayor edad, hubiere aceptado el reconocimiento en forma expresa o
tácita (inc. 1º)”. En seguida, en sus incisos siguientes, define lo que
entiende por aceptación expresa y tácita, Señalando: “La aceptación es
expresa cuando se toma el título de hijo en instrumento público o
privado, o en acto de tramitación judicial” (inc. 2º); y
“Es tácita cuando se realiza un acto que supone necesariamente la
calidad de hijo y que no se hubiere podido ejecutar sino en ese
carácter” (inc. 3º).
Como se puede observar, estas definiciones son muy semejantes a las
establecidas para el caso de la aceptación de una herencia (arts. 1241 y
1242).
EFECTOS DE LA REPUDIACIÓN.
Los artículos 191 inc. Penúltimo y 194 reglan esta situación.
El primero establece que “la repudiación privará retroactivamente al
reconocimiento de todos los efectos que beneficien exclusivamente al
hijo o a sus descendientes, pero no alterará los derechos ya adquiridos
por los padres o terceros, ni afectará a los actos o contratos
válidamente ejecutados o celebrados con anterioridad a la
subinscripción correspondiente”.
Al discutirse la ley se dejó constancia que la repudiación “debe tener
efectos retroactivos completos en lo que se refiere al hijo y sus
descendientes, en términos que se repute que nunca ha existido el
vínculo de filiación con quien efectuó el reconocimiento”.
De manera que, si se produce la repudiación, la calidad de heredero
legitimario que el hijo adquirió respecto de su padre o madre como
consecuencia del reconocimiento, desaparece.
La norma actual, artículo 191 inc. 5º, es diferente “la repudiación
privará retroactivamente al reconocimiento de todos los efectos que
beneficien exclusivamente al hijo o sus descendientes. Luego
tratándose del hijo o de sus descendientes la repudiación opera
retroactivamente. Por ello, “el hijo no podría pretender suceder al
padre que ha fallecido antes de que él repudiara el reconocimiento”.
No obstante –agrega Hernán Corral– “el efecto retroactivo no altera los
derechos ya adquiridos por los padres o terceros ni afecta los actos o
contratos válidamente ejecutados o celebrados con anterioridad a la
subinscripción (art. 191.5). La norma que mantiene los derechos
adquiridos por los padres no debe extenderse al derecho hereditario
que pudiere invocar el progenitor en la sucesión del hijo que reconoce,
pues en tal caso la utilidad de la repudiación en este caso se vería
seriamente mermada.
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LEGÍTIMOS CONTRADICTORES EN LA ACCIÓN DE RECLAMACIÓN DE
FILIACIÓN.
Sabemos que El Código distingue entre la acción de reclamación
matrimonial y la acción de reclamación de filiación no matrimonial.
1.- La primera está reglada en el artículo 204 que a la letra expresa:
“La acción de reclamación de la filiación matrimonial corresponde
exclusivamente al hijo, al padre o a la madre” (inc. 1º). “En el caso de
los hijos, la acción deberá entablarse conjuntamente contra ambos
padres” (inc. 2º). “Si la acción es ejercida por el padre o la madre,
deberá el otro progenitor intervenir forzosamente en el juicio, so pena
de nulidad” (inc. 3º). En el caso de la filiación matrimonial es lógico
que tenga que demandarse conjuntamente a ambos padres.
2.- La segunda tratada en el artículo 205: “La acción de reclamación de
la filiación no matrimonial corresponde sólo al hijo contra su padre o
madre, o a cualquiera de éstos cuando el hijo tenga determinada una
filiación diferente, para lo cual se sujetarán a lo dispuesto en el
artículo 208” (inc. 1º). “Podrá, asimismo, reclamar la filiación el
representante legal del hijo incapaz, en interés de éste” (inc. 2º). En
este caso la acción no la tienen los padres, pues ellos pueden
reconocer voluntariamente al hijo.}
Jurisprudencia.
La Corte de Concepción tuvo oportunidad de resolver el caso de una
abuela que fundada en el artículo 216 inciso 5º, impugnó la filiación de
una nieta no matrimonial que a la sazón tenía 8 años. La abuela alegó
tener interés actual, pues ella vivía con su hijo y compartían los gastos
de mantención, de manera que, al haber sido condenado a darle una
pensión de alimentos a la menor, fijada en $ 90.000 mensuales, ella ve
limitada la ayuda económica que le puede dar su hijo. Además, se ve
perjudicada en su sistema de salud, pues su hijo al tener reconocida
como carga a las menor la elimina a ella que, al ser mayor y enferma,
requiere de esa ayuda. Agrega también que en su condición de abuela
se puede ver enfrentada a la obligación de tener que proporcionar
alimentos a esta menor, con el perjuicio económico que ello implica.
Finalmente, sostiene que la existencia de esta nieta hará que si fallece
su hijo ella pierda los derechos hereditarios que le corresponderían en
la sucesión de su hijo. En cuanto al plazo para impugnar –recordemos
que es de un año desde que se tuvo ese interés y se pudo hacer valer la
acción– explica que se encuentra dentro de plazo porque la demanda
ha sido interpuesta dentro del año contado desde que practicado el
examen de ADN, tuvo la certeza de que la menor no era su nieta (Causa
rol 819-2006).
Fundamento del fallo.
La sentencia que estamos comentando, acogió la demanda fundándose
en el principio del interés superior de la menor y de su derecho a
conocer su verdadera identidad, estimando que al acoger la demanda
se protegían mejor estos valores, pues resultaba menos dañino para la
menor “saber ahora –que tiene 8 años– que quien figura como su padre
no lo es y no más tarde, en plena adolescencia en que se producen
generalmente problemas de identidad e inseguridad, tanto más cuando
los hechos ya son de público conocimiento”.
INTERPOSICIÓN CONJUNTA DE LAS ACCIONES DE IMPUGNACIÓN Y DE
RECLAMACIÓN.
Se refiere a esta materia el artículo 208 del Código Civil: “Si estuviese
determinada la filiación de una persona y quisiere reclamarse otra
distinta, deberán ejercerse simultáneamente las acciones de
impugnación de la filiación existente y de reclamación de la nueva
filiación”. “En este caso, no regirán para la acción de impugnación los
plazos señalados en el párrafo 3º de este Título”. Esta norma genera el
problema de determinar si es posible que se acoja una de las acciones y
se rechace la otra. El profesor
Corral sostiene que en tal caso “el juez no puede aceptar una acción y
rechazar la otra, sino que debe fallar, o acogiendo ambas acciones o
rechazándolas también conjuntamente. Ello con el objeto de evitar que
el hijo pudiera quedar sin filiación determinada en el caso que se acoja
la impugnación y se rechace la acción de reclamación de
paternidad” (“Determinación de la filiación y acciones de estado en la
reforma de la Ley Nº 19.585”, p. 55).
Compartimos esta opinión porque, en caso contrario, se podría prestar
para el fraude. En efecto, aquel padre que ve que la acción de
impugnación ha caducado podría obtener con algún amigo que dedujera
ambas acciones, demandándolo a él de impugnación y al hijo de
reclamación de paternidad para quedar dentro del artículo 208, a
sabiendas que la de reclamación de paternidad no podría ser acogida.
EL PADRE BIOLÓGICO DE UN HIJO NO MATRIMONIAL PUEDE IMPUGNAR
LA FILIACIÓN DE SU HIJO CUANDO LA MADRE Y SU ACTUAL MARIDO
LO RECONOCIERON COMO HIJO DE ELLOS (CON LO QUE PASÓ A TENER
FILIACIÓN MATRIMONIAL DE ACUERDO A LOS ART 180 Y 184).
Para ello, de conformidad al artículo 208, debe deducir conjuntamente
la acción de impugnación de la filiación existente y de reclamación de
la nueva filiación. Esto nos parece claro, sin embargo, en cierta
oportunidad, se sostuvo que “el padre biológico no tiene derecho a
reclamar el carácter no matrimonial de la filiación del hijo concebido o
nacido durante el matrimonio de la madre con un tercero, pues su
interés no puede pasar por encima de la presunción pater is est”.
La Corte Suprema dejó en claro que el padre biológico podía impugnar
la filiación en este caso, con forme al artículo 208, porque esa
disposición “se aplica tanto al supuesto que la filiación ya determinada
fuere matrimonial como no matrimonial, ya que la disposición no hace
ninguna distinción y, además, porque toda vez que el legislador ha
querido aplicar una institución o una norma sólo a un tipo de filiación,
lo que es excepcional, lo ha dicho expresamente” (C. Suprema, 5 de
mayo de 2005, causa rol 1.325-2004, Salabarrieta con Kozak).
¿CÓMO JUEGA LA POSESIÓN NOTORIA EN ESTA MATERIA?
Veíamos recién el caso de la abuela que demandó la impugnación de la
filiación de su nieta, que al momento de interponer la demanda ya
tenía más de 8 años. Pues bien, durante todo ese tiempo el padre le
dio a esta menor el trato de hija, por lo que la parte demandada bien
pudo defenderse alegando que la menor había adquirido la calidad de
hija por haber operado la posesión notoria. Nos parece que pudo
hacerlo pidiendo reconvencionalmente que se declarare que era hija de
quien la había reconocido por haber operado a su respecto la posesión
notoria, atendido el hecho de que por más de 5 años el padre le dio el
trato de hija y que se cumplían las demás exigencias del artículo 200
del Código Civil (nombre, trato y fama), requisitos, que de haber hecho
este planteamiento, naturalmente, tendría que haber probado.
¿PUEDE EL PADRE QUE RECONOCIÓ A UN HIJO DEMANDAR
POSTERIORMENTE LA IMPUGNACIÓN DE ESA PATERNIDAD?