Carlos Garcia Izquierdo

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ACADEMIA DE CIENCIAS

DE LA REGION DE MURCIA

ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS


BASADAS EN RESIDUOS ORGÁNICOS
Discurso de ingreso leído por el Académico electo

Ilmo. Sr. D. Carlos García Izquierdo

en el acto de la Sesión Solemne de su Toma de Posesión como


Académico de Número, celebrada el día 30 de octubre de 2008

discurso de contestación del Académico de Número

Ilmo. Sr. D. Antonio Cerdá Cerdá

Murcia, 2008
Todos los derechos reservados.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la Ley, cualquier


forma de reproducción, distribución, comunicación pública y
transformación de esta obra sin contar con autorización de los
titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos
mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad
intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal).

Con el patrocinio de la Dirección General de Universidades.

¤ Academia de Ciencias de la Región de Murcia, 2008


¤ Carlos García Izquierdo

I.S.B.N.: 978-84-612-6537-4

Depósito Legal: MU-2213-2008

Imprime: Compobell S.L., Murcia


Índice

Página
El suelo y su importancia 5
Calidad y salud del suelo 7
Materia orgánica del suelo como parte “viva”: 11
naturaleza y función
Actividad metabólica del suelo y su relación con la 18
calidad
Aplicaciones biotecnológicas para recuperación de 27
suelos degradados en ambientes mediterráneos:
incorporación de enmiendas orgánicas
33
Residuos y su problemática
42
Impacto ambiental derivado del reciclaje en el suelo de
los residuos orgánicos como enmienda
53
Efectos de los residuos orgánicos sobre los suelos
61
Conclusiones generales sobre la problemática del
binomio suelo-residuo orgánico
Bibliografía 69
Discurso de contestación 79
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ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS


EN RESIDUOS ORGÁNICOS

EL SUELO Y SU IMPORTANCIA
El suelo es un recurso vivo, dinámico y no
renovable, el cual está necesitado de unas condiciones
mínimas y adecuadas que le permitan llevar a cabo sin
problemas aquellas funciones suficientes para su
mantenimiento y conservación, así como para la
producción de alimentos, y para el mantenimiento de la
calidad ambiental local, regional y global (Doran et al.,
1999). Los procesos de descomposición y respiración que
suceden en él, fundamentalmente derivados de las
acciones sobre su parte viva u orgánica, tienen un papel
importante para el mantenimiento del balance entre la
producción y el consumo del CO2 de la biosfera, tanto
para el reciclaje del C atmosférico que está en forma de
CO2 como para la formación de la materia orgánica, la
cual es una reserva no solo del C atmosférico sino de
otros elementos. Las etapas esenciales de los ciclos
globales de elementos claves para la vida del suelo como
son, además del agua, el C, N, P y S se suceden en el
suelo con una cierta velocidad de reciclaje de los
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ORGÁNICOS
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mencionados elementos, y es por ello que su


disponibilidad se puede ver claramente alterada por las
diferentes formas de vida y por la constante búsqueda de
fuentes de alimento y energía (Doran et al., 1999). Así, el
suelo no solo es la base para la agricultura y para los
diferentes ecosistemas, sino que además de él depende
toda la vida del planeta. Las prácticas de manejo
convencionales como el arado, los patrones de cultivo y el
uso de plaguicidas y fertilizantes no sólo han tenido
influencia en el suelo donde se aplican dichas prácticas,
sino sobre la calidad del agua y de la atmósfera, ya que
han generado cambios en la capacidad del mencionado
suelo para producir y consumir gases como CO2, óxido
nitroso y metano (Doran y Zeiss, 2000).
Como señalan Doran y Safley (1997), el reto para
poder conseguir una vida sostenible requiere una nueva
visión, aproximaciones holísticas para el manejo de
ecosistemas y renovación de la relación entre ciencia y
sociedad. El mencionado reto se plantea frente a la
creciente demanda de alimentos, fibras, protección
ambiental y al empobrecimiento de recursos energéticos
no renovables, en una sociedad urbanizada y en
constante expansión. Para definir y asumir esa
sostenibilidad surgen como herramientas los conceptos
de salud y calidad, que se basan en las propiedades
inherentes y dinámicas de los procesos del suelo. A este
recurso no pueden ser asignados estándares de calidad
amplios, como sí sucede con el agua y el aire, ya que
existen varios factores que dificultan definir, medir y
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regular su calidad, debido a que el suelo es


inherentemente variable (Bandick y Dick, 1999).

CALIDAD Y SALUD DEL SUELO

Dentro de los estudios más avanzados de la


Ciencia del Suelo, aquellos encaminados a conocer su
calidad y salud son hoy en día prioritarios. Las
propiedades de los suelos varían naturalmente a través
del tiempo por factores que determinan su formación
como la precipitación, el material de origen, los
organismos que lo habitan, la actividad antropogénica,
etc. Dichos cambios sobre el suelo se producen de forma
prácticamente continuada, y a lo largo del tiempo de
manera imparable. Todo ello hace que todos los estudios
que se llevan a cabo sobre los suelos sean en exceso
complicados, debido a que estamos hablando de una
matriz sumamente compleja formada por una parte viva
en constante movimiento, y otra parte más mineral que se
mueve mucho más lentamente; pero ambas partes tienen
su función de manera inequívoca. En consecuencia
resultará muy complicado que exista una sola medida ya
sea biológica, física o química que sea útil para
determinar el estatus de un suelo, pudiendo a partir de
dicha medida decidir cual sería su salud y calidad (Doran,
2002).
Se puede señalar que la calidad del suelo abarca
tres componentes básicos: las características biológicas,
las físicas y las químicas; mientras que la salud está
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ORGÁNICOS
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determinada principalmente por sus características


ecológicas. Un ecosistema saludable está definido por la
integración de los ciclos de los nutrientes y flujos de
energía, y por la estabilidad y elasticidad frente a una
alteración o estrés. Sin embargo, las propiedades que se
utilizan como indicadores de calidad no necesariamente
están directamente relacionadas con la salud (van
Bruggen y Semenov, 2000). En general la respuesta de
los suelos y de los ecosistemas a una alteración tiene dos
componentes: resistencia y resilencia. La resistencia, es
la capacidad inherente del sistema para tolerar la
alteración; y la resilencia, es la capacidad amortiguadora y
la habilidad para regenerarse. Por otro lado, la
biodiversidad es una propiedad que condiciona la
capacidad de recuperación del sistema edáfico ante una
alteración y de mantener su estabilidad funcional (Griffiths
et al., 2001), hay evidencias de la relación que existe
entre los organismos que habitan en el ecosistema
(diversidad, estructura de la cadena trófica, estabilidad de
las comunidades) y la elasticidad de un salud (van
Bruggen y Semenov, 2000), pero se conoce muy poco
acerca de cómo la biodiversidad asegura la continuidad
de funciones específicas (Griffiths et al., 2001).
La calidad del suelo está determinada por
funciones simultáneas tales como sostener la
productividad de los cultivos, el mantener la calidad del
agua y del aire, y el proporcionar condiciones saludables
para plantas, animales y el hombre dentro de los límites
de un ecosistema. Por consiguiente, la calidad y salud de
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este recurso determina la sostenibilidad de la agricultura,


la calidad ambiental y como consecuencia la salud de
plantas, animales y del hombre (Doran y Safley, 1997). Al
utilizar la salud y la calidad como herramientas para
evaluar la sostenibilidad es necesario tener en cuenta las
escalas espacio temporales, las cuales dependen de las
propiedades inherentes (asociadas con los factores
formadores) y de las propiedades dinámicas (que pueden
ser afectadas por acciones humanas), ya que el recurso
suelo y los ecosistemas que soporta son dinámicos en el
espacio y el tiempo, lo cual acarrea limitaciones e
incertidumbres acerca del conocimiento que de éstos
suelos (Bastida et. al., 2008). Además, el manejo está
dirigido por metas explícitas ejecutado por políticas y
protocolos, aspectos que hay que ajustar para el
seguimiento y búsqueda de un mejor entendimiento de las
interacciones y procesos que sostienen la composición,
estructura y función de los ecosistemas.
La sostenibilidad en este contexto responde a seis de
las funciones del suelo (Doran y Safley, 1997), tres de tipo
ecológico:
(i) la producción de biomasa (comida, fibra,
energía)
(ii) la capacidad de filtrar, amortiguar y transformar
la materia, para proteger el ambiente y los
nacimientos de agua de la contaminación,
(iii) el proporcionar hábitat y ser reservorio genético
para plantas, animales y organismos que deben
ser protegidos de la extinción.
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ORGÁNICOS
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Otras tres funciones del suelo pueden relacionarse con


las actividades humanas:
(i) como medio físico que sirve de base espacial
para estructuras técnicas e industriales y
actividades socioeconómicas
(ii) ser fuente de materia prima y suplemento de
agua, arcilla, arena, grava, minerales, entre
otros
(iii) como parte de la herencia cultural al contener
tesoros arqueológicos y paleontológicos
importantes para preservar la historia de la
tierra y de la humanidad.
La calidad del suelo no es fácil de definir, pues
depende del uso que se le vaya a dar a dicho suelo
(agrícola, forestal, urbano, industrial). Una de las opciones
posibles es la que ofrecieron Doran y Parkin en 1994,
definiendo la calidad de un suelo como su capacidad para
mantener su productividad biológica, su calidad ambiental,
promoviendo además la salud de animales, plantas y el
propio ser humano. Todos los estudios recientes referidos
a la calidad del suelo y su salud indican que la temática es
sumamente complicada, ya que se necesita de la
integración de propiedades del suelo muy diversas:
físicas, químicas, biológicas y bioquímicas para establecer
dicha calidad (Papendick y Parr, 1992; Garcia et al.,
1994). Sin embargo, para poder cuantificar en lo posible la
calidad de un suelo, es necesario disponer de una serie
de parámetros que puedan reflejar los problemas de
producción en las diferentes áreas existentes, además de
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ser capaces de monitorizar cambios en la calidad


sostenible y ambiental relacionados con el manejo del
suelo.

MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO COMO PARTE


“VIVA”: NATURALEZA Y FUNCIÓN.
Debemos de tener muy claro lo siguiente: suelo y
materia orgánica constituyen un binomio que siempre
debe de ir unido, cuando se habla de calidad, salud o
sostenibilidad de un suelo. Si cuando se habla del “suelo”
no se incluye como parte esencial del mismo a su
componente “viva”, como es la materia orgánica, sólo
estaríamos tratando del sustrato litológico por ejemplo,
pero nunca del propio suelo. Y precisamente para
mantener esa “vida” del suelo, y que le dará lo necesario
para constituir a su fertilidad y productividad, hemos de
ser conscientes de que el suelo necesita fuentes de
donde obtener su energía, ya que su poder de capacidad
autófrica es muy limitado (sólo algunas algas, una pocas
bacterias y ciertas especies de protozoos pueden obtener
energía de forma autóctona). La materia orgánica que se
aporte al suelo es de donde todos los microorganismnos
del suelo obtendrán sus fuentes energéticas, y dichos
microorganismos organizaran toda la vida del suelo. La
materia orgánica que se incorpora al suelo procederá de
plantas, animales muertos o incluso restos de
microorganismos, y su composición será muy variada:
almidón, celulosa, hemicelulosa, lignina, quitina, pectina,
exoplisacáridos, proteínas, péptidos, lípidos, etc. Este tipo
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ORGÁNICOS
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de “necromasa” constituye aproximadamente el 90-95%


del total de materia orgánica.
Ya hemos señalado que la materia orgánica del suelo
procede fundamentalmente de los restos de plantas,
animales y microorganismos. De todos ellos, los restos
vegetales son la principal fuente de materia orgánica de
un suelo natural. Otras fuentes de materia orgánica,
frecuentemente obviadas, pero que pueden tener una
importancia clave sobre las propiedades del suelo
incluyen:
x los compuestos orgánicos solubles en agua y los
mucílagos exudados o excretados por la raíz, que
pueden llegar a ser del 18 al 25 % del peso total de
la planta
x los compuestos orgánicos desprendidos de la raíz
en forma volátil
x los microorganismos del suelo.
Por tanto, y teniendo en cuenta su diversa
procedencia, se puede definir la materia orgánica del
suelo como un complejo sistema de sustancias en un
estado dinámico permanente, producido por la
incorporación al mismo de residuos orgánicos,
principalmente de origen vegetal, y en menor cuantía
animal, en diferentes estados de descomposición y
evolución (Moreno et al., 2007).
La materia orgánica del suelo se suele dividir en dos
grupos: la fracción no húmica y el humus (Allison, 1973).
La fracción no húmica está constituida por residuos de
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plantas y animales más o menos alterados, la biomasa del


suelo y sustancias orgánicas de composición definida
tales como proteínas, glúcidos, aminoácidos, grasas,
ceras y ácidos orgánicos de bajo peso molecular. El
humus es una mezcla de sustancias orgánicas muy
complejas y sin composición definida, estable a la
degradación y que tiene una naturaleza coloidal. Dicha
mezcla se puede dividir a su vez, en función de su
solubilidad en álcalis y ácidos, en otras tres fracciones:
ácidos fúlvicos, ácidos húmicos y la humina (Tate III,
1987).
Como queda reflejado en el Esquema 1, la materia
orgánica que se incorpora a los suelos sufre una serie de
transformaciones en las que intervienen formas vivas y no
vivas (Doran, 2002).
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ORGÁNICOS
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Esquema 1. Transformaciones de la materia


orgánica en el suelo.

En primer lugar, la materia orgánica sufre un


proceso de descomposición hasta la formación de
compuestos orgánicos sencillos, que posteriormente se
mineralizan de forma más o menos rápida. Durante el
proceso de mineralización, la sustancia se transforma
desde una forma orgánica a una inorgánica, como
resultado de la acción de los microorganismos. El carbono
orgánico no mineralizado de forma rápida, sigue un
proceso de mineralización más lento y tras profundas
transformaciones, pasa a formar parte de la biomasa
microbiana o queda estabilizado como sustancia húmica.
La masa microbiana hace referencia a la masa de los
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microorganismos y la microfauna. Constituyen un agente


de la humificación, directamente o a través de la actividad
enzimática.
El proceso de humificación implica cambios en la
complejidad de la materia orgánica que hace aumentar su
resistencia a la biodegradación. Existen procesos de
humificación directa de compuestos orgánicos sencillos a
sustancias húmicas. El producto final, en ambos casos,
son los ácidos fúlvicos (solubles a pH ácido y básico),
ácidos húmicos (precipitables a pH ácido) y humina
(insolubles a pH ácido y básico).
Debido a la incidencia que la materia orgánica
puede tener en la actividad microbiana del suelo,
podemos clasificar a la materia orgánica como lábil y
estable. La materia orgánica lábil incluye el pool más
fácilmente mineralizable de materia orgánica, rápidamente
disponible como sustrato para el metabolismo microbiano.
Este componente de la materia orgánica está constituido
principalmente por ácidos orgánicos alifáticos,
carbohidratos, aminoácidos (y sus derivados poliméricos
como proteínas y polipéptidos), polisacáridos, lípidos y
otros compuestos orgánicos de bajo peso molecular
(Schnitzer, 1991). El beneficio de la materia orgánica lábil
del suelo tiene su origen especialmente en las fracciones
lábiles, como el C hidrosoluble o los carbohidratos
hidrosolubles, que pueden constituir una reserva
energética en el suelo y son muy utilizadas como
indicadores de calidad de suelos.
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ORGÁNICOS
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La materia orgánica estable recibe el nombre, más


comúnmente, de humus, jugando los microorganismos un
papel clave en su formación. El humus puede definirse
como una fracción de materia orgánica heterogénea, de
alto peso molecular, coloreada desde marrón a negro, y
formada a través de una serie de reacciones secundarias
de síntesis (Stevenson, 1982). Dicha materia orgánica es
el producto de la descomposición de residuos de origen
animal o vegetal (Bastida et al., 2008), y puede
encontrarse en todos los ambientes, ya sean acuáticos o
terrestres. El humus es considerado como una de las más
abundantes formas de materia orgánica presente sobre la
superficie terrestre y constituye una mezcla compleja de
una extensa variedad de compuestos de difícil definición,
caracterizados por unos pesos moleculares que oscilan
entre 700 y 300000 daltons. Está representado en su
mayor parte por sustancias polimerizadas tales como
compuestos aromáticos, polisacáridos, polímeros del
ácido urónico y compuestos fosforados. Químicamente
está constituido por un núcleo estable, con cadenas
laterales cortas o largas, de naturaleza polifenólica,
formando diferentes tipos de compuestos húmicos:
huminas, ácidos fúlvicos y ácidos húmicos. Se piensa que
la estructura más polimerizada es la de las huminas,
seguida por la de los ácidos húmicos (gran núcleo
aromático estable y pequeñas cadenas laterales), y por
último la de los ácidos fúlvicos, con un pequeño núcleo
condensado y grandes cadenas laterales.
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La materia orgánica ejerce una serie de acciones


de tipo físico, físico-químico, químico, y biológico sobre el
suelo, así como otras de naturaleza fisiológica sobre la
planta. La materia orgánica del suelo tiene un papel
fundamental en el desarrollo y funcionamiento de los
ecosistemas terrestres, determinando su productividad
potencial, de manera que el mantenimiento de un nivel
adecuado de materia orgánica en el suelo tiene una
incidencia directa sobre el desarrollo y el crecimiento
vegetal y microbiano. Las sustancias húmicas ejercen una
serie de efectos positivos sobre la germinación de las
semillas, así como sobre el sistema radicular y las partes
aéreas de las plantas, incrementando la producción
vegetal (Ayuso, 1995). El humus además produce una
serie de efectos fisiológicos en la planta, entre los que
podemos citar los siguientes: un incremento en la
absorción de agua, la estimulación de la respiración y
permeabilidad de las raíces, y la inducción del proceso de
fotosíntesis. Esta estimulación fisiológica puede proteger
a las plantas de enfermedades y plagas (Bernal-Vicente et
al., 2008).
Vista la importancia que tiene la materia orgánica
en un suelo para la funcionalidad del mismo, deberíamos
saber que es importante tanto su calidad como su
cantidad. Su calidad va a depender de los procesos que
conlleva su formación (humificación) en los suelos, y la
materia de origen que al final genera esa materia orgánica
de calidad. En lo que respecta a su cantidad, en teoría, la
materia orgánica en un suelo debería ser prácticamente
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ORGÁNICOS
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constante, con entradas (materia orgánica procedente de


restos vegetales y animales) generando humus por una
parte (humificación), y CO2 (mineralización). Cuando este
equilibrio se rompe por actuaciones negativas sobre el
suelo se produce una pérdida de materia orgánica, y por
consiguiente, pérdida de fertilidad y productividad. Hoy en
día, y con connotaciones claras sobre el cambio global y
climático que se estña dando, debemos de dar una
importancia máxima al hecho de que exista materia
orgánica en los suelos, y que los procesos de
humificación se desarrollen priorizados frente a los de
mineralización. Disponer de C fijado en un suelo, es decir,
convertir el suelo en un verdadero sumidero de C es
básico para co9ntrobuir así a un buen equilibrio, evitando
desprendimiento de CO2 a la atmósfera y mitigando en
parte el efecto invernadero.

ACTIVIDAD METABÓLICA DEL SUELO Y SU


RELACIÓN CON LA CALIDAD

De todos los parámetros que pueden contribuir a


aportar información sobre aspectos de la calidad de los
suelos, aquellos relativos a su actividad metabólica son
los que mantienen una mayor sensibilidad frente a
procesos no deseables tales como contaminación,
degradación diversa, e incluso desertificación (Garcia et
al., 1994). La componente física y química del suelo
puede considerarse muy estable en lo que a su medida se
refiere; podemos decir que son bastante “estables” en su
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valor absoluto, haciendo falta tiempo para que cambien de


forma apreciable. Por ello, pensamos que la flexibilidad
del ecosistema suelo puede ser detectado en primer lugar
por la componente biológica existente en dicho suelo;
dicha componente biológica es sin duda altamente
sensible a degradaciones incipientes. Debido a ello un
cambio en la componente biológica del suelo puede ser
considerado como una “alerta” ante un posible colapso
ambiental, permitiéndonos entonces reaccionar a tiempo
antes de que pueda ocurrir un daño irreversible en el
suelo. Sin embargo, hay que señalar que medidas como
las propuestas no resultan sencillas debido a lo
complicado que es el estudio de los microorganismos y de
sus reacciones a nivel del microhabitat, y que la medida
de un solo parámetro es difícil que pueda resultar útil y
satisfactoria como reflejo de la calidad biológica del suelo
(Nannipieri et al., 1990; Gil-Sotres et al., 1992). Indicamos
a continuación algunos aspectos implicados en la
actividad microbiana del suelo, así como sobre algunos de
los parámetros que nos permiten medir dicha actividad y a
los que nos hemos referido anteriormente, dada su
importancia en los conceptos actuales de la ciencia del
suelo.
La verdadera importancia de los microorganismos
en cuanto a su relación con la calidad de un suelo, o con
procesos de degradación o recuperación del mismo, no es
tanto conocer los tipos de microorganismos que llevan a
cabo funciones concretas, sino la actividad microbiana en
ese determinado ambiente. Para ello, parámetros de tipo
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ORGÁNICOS
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bioquímico pueden constituir un excelente punto de


partida. A continuación ofrecemos un comentario general
sobre este tipo de parámetros, comenzando por las
acciones de las enzimas del suelo y su actividad las
cuales tienen una importancia capital en todos los
estudios de actividad metabólica de suelos.

Sobre parámetros indicativos de actividad microbiana


La importancia que hoy en día está adquiriendo la
determinación de parámetros bioquímicos tales como las
actividades enzimáticas de suelos, así como de aquellos
relacionados con la biomasa microbiana, es cada vez
mayor en los estudios avanzados de la Ciencia del Suelo;
sin su ayuda sería imposible llegar a entender la
funcionalidad de dicho suelo. Su medida dará idea de la
actividad metabólica de ese suelo, y esto es esencial para
que sus funciones de manera correcta (Burns, 1982;
Garcia et al., 1997). La actividad metabólica es la
responsable en un suelo de procesos tan importantes
como los de mineralización y humificación de su materia
orgánica, los cuales incidirán a su vez sobre otra serie de
procesos donde intervienen algunos elementos
fundamentales en el suelo (C, N, P y S), así como todas
las transformaciones en que interviene la propia biomasa
microbiana de dicho suelo. Su determinación puede ser
útil en estudios que se lleven a cabo sobre suelos
naturales, donde los procesos microbianos, claves para
su conservación o su posible degradación ambiental,
pueden monitorizarse a través de parámetros de la
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 21

actividad metabólica de dicho suelo (Garcia y Hernandez,


2003; Trasar-Cepeda et al., 2000). También dichos
parámetros pueden resultar apropiados para estudios
relativos a sistemas agrícolas modernos, en particular
cuando en dichos sistemas impera un manejo ecológico y
sostenible del suelo (Canet et al., 2000). Además de lo
expuesto, la actividad metabólica que muestre un suelo se
verá afectada por problemas de contaminación y
descontaminación, pudiendo ser la mencionada actividad
un reflejo de la posibilidad de degradación de compuestos
tóxicos para ese suelo, y que pueden haber sido
adicionados al mismo antropogénicamente (Lobo et al.,
2000). En los últimos años, la incidencia que en este tipo
de parámetros tiene la adición a los suelos de gran
cantidad de materiales orgánicos de diverso origen (desde
estiércoles hasta otros materiales orgánicos considerados
de nueva generación como los lodos de depuradora), con
las connotaciones tan particulares de este tipo de
enmiendas (aporte y generación de biomasa microbiana
al suelo, contenidos a veces no deseables de
contaminantes como metales pesados, etc...), hace
también muy apetecible la determinación en esos suelos
enmendados de los mencionados parámetros, los cuales
ayudarán de forma útil a conocer el efecto que dichos
materiales orgánicos provocarán en el suelo sobre los
procesos metabólicos y su actividad microbiana en
particular (Pascual et al., 2000; Bonmati et al., 2000;
Canet et al., 2000).
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ORGÁNICOS
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Técnicas sobre la cantidad de microorganismos del


suelo (bacterias, hongos, actinomicetos, algas) pueden
responder a cambios en el mismo que sean de interés,
pero sin embargo, problemas derivados de su propio
cultivo, su dificultad como técnica analítica en sí misma, y
su enorme variabilidad espacial y temporal aconseja
precaución a la hora de su empleo. Otro tipo de técnicas
también muy interesantes ligadas al conocimiento de
grupos de microorganismos funcionales específicos
(bacterias fijadoras de nitrógeno, u hongos micorrícicos)
hay que tenerlas también presentes, si bien y como ya se
ha especificado, interesa asimismo acentuar el criterio
sobre medida de “actividad microbiana” y no sólo en las
de “cantidad microbiana”. Otras técnicas nuevas capaces
de medir la estructura y la diversidad funcional de
comunidades microbianas del suelo, tales como BIOLOG,
determinación de ADN, y por supuesto, la incorporación a
este tipo de estudios de la proteómica de suelos y la
metabolómica, consideramos por supuesto que ofrecen
nuevas e inexploradas dimensiones en el campo que aquí
se está considerando, y deberán sin duda ser tenidas en
cuenta en un futuro cercano (Ros et al., 2008). A
continuación se establece un comentario algo más
extenso sobre alguno de los parámetros de actividad
microbiana de suelos que han sido pioneros en estudios
de ciencia del suelo desde una perspectiva de conocer su
funcionalidad por encima de otras cosas (actividad
enzimática de suelos y el conocimiento de la biomasa
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microbiana del mismo), y que han demostrado su utilidad


y eficacia en este sentido (Klammer et al., 2008)

Generalidades sobre las enzimas del suelo.


Las actividades enzimáticas en suelos han sido
ampliamente estudiadas en los últimos 50 años, como así
lo reflejó Skujins en 1978. Su importancia fundamental
radica en que el funcionamiento de los ecosistemas no se
puede entender correctamente sin la participación de los
procesos enzimáticos (Overbeck, 1991), ya que las
enzimas determinan el “pattern” de gran parte de las
transformaciones químicas que se producen en el suelo.
Durante los últimos 30 años, muchos investigadores han
revisado el interés de las enzimas del suelo (Burns, 1982;
Nannipieri, 1994). Un libro clave para el estudio de la
Enzimología del Suelo fue publicado por Skujins en 1978,
en el que se recoge el origen, rango, cinética e historia de
las enzimas del suelo, e incluye temas tan actuales como
la interacción de las enzimas y diversos agroquímicos, su
significado, y aspectos metodológicos de dichas enzimas
del suelo. Con las enzimas del suelo se puede establecer
categorías según su función: hidrolasas, oxidoreductasas,
liasas y transferasas (Skijins, 1978; Gianfreda y Bollag,
1996). Las enzimas del suelo más estudiadas son las
oxidoreductasas (en particular, deshidrogenasas,
catalasas y peroxidasas), y las hidrolasas (sobre todo
invertasas, proteinasas y ureasas); menos estudios se
han llevado a cabo sobre otras enzimas del tipo
transferasas o liasas. Una parte de las enzimas del suelo
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ORGÁNICOS
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son sin duda extracelulares siendo liberadas durante el


metabolismo y muerte celular; otras son intracelulares,
formando parte de la biomasa microbiana. Por ultimo,
existen las enzimas inmovilizadas que son las que pueden
mantener un nivel constante y estable de actividad
enzimática en el suelo, independiente de la proliferación
microbiana y de las formas usuales de regulación de la
síntesis y secreción de enzimas. Este tipo de enzimas
inmovilizadas pueden permanecer unidas a coloides
minerales (como la arcilla) u orgánicos (como las
sustancias húmicas), siendo muy resistentes a procesos
de desnaturalización (Ladd, 1978). Todo ello indica que es
difícil extraer las enzimas del suelo y es por ello que se
estudian indirectamente midiendo su actividad.
Las actividades enzimáticas del suelo se han
sugerido como prioritarias dentro del conjunto de
indicadores, debido a su relación con la biología del suelo
ya que su presencia depende directamente de la continua
liberación al ambiente llevada a cabo por los organismos
que habitan en el ecosistema (Burns, 1982), y además
están relacionadas con funciones ecológicas como la
producción de biomasa, la remediación de contaminantes
y la conservación de ecosistemas. Las actividades
enzimáticas pueden ser usadas como parte del conjunto
de herramientas necesarias para asignar sostenibilidad,
son de fácil determinación (a pesar de la dificultad
añadida de no existir métodos estándares) y responden
rápidamente al manejo del recurso suelo (Pascual et al.,
2000).
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Las enzimas del suelo pueden considerarse útiles


para monitorizar cambios en las actividades microbianas
(Sinsabaugh, 1994). Ofrecen información sobre la
capacidad potencial del suelo para llevar a cabo
reacciones específicas, las cuales son importantes en el
ciclo de nutrientes (Garcia y Hernandez, 2003; Ros 2000;
Leirós et al., 2000.; Trasar-Cepeda et al., 1999.). La
importancia concreta que en todo este ámbito tienen las
oxidorreductasas o las hidrolasas implicadas en el ciclo
del C, N, P y S es de suma importancia en los suelos.

Generalidades sobre la biomasa microbiana de un


suelo y su medida.

La primera característica que llamó la atención


sobre la biomasa microbiana fue su relativo gran tamaño,
comprendido entre el 1 y 3% de la materia orgánica total
del suelo (Powlson et al., 1987). A pesar de representar
un pequeño porcentaje dentro del “pool” de la materia
orgánica, son los componentes más activos del mismo.
Por definición, son parte del carbono orgánico y del
conjunto de nutrientes (Insam, 1990) e incluye
microorganismos muy diferentes (bacterias, hongos,
levaduras, algas, protozoos, etc.). El carbono y el
nitrógeno de la biomasa microbiana puede utilizarse de
forma más efectiva que la materia orgánica en general, o
el carbono orgánico total en particular, como indicador de
las variaciones sufridas en la calidad de un suelo, ya que
responde de forma más rápida y sensible a los cambios
que se puedan producir en el mismo (degradación,
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 26
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

contaminación, usos del suelo etc.). Así, las medidas a


corto plazo de la biomasa microbiana pueden marcar la
tendencia de la materia orgánica a largo plazo (Powlson
et al.,1987). También se ha empleado como índice de
comparación entre sistemas naturales y degradados
(Ross et al.,1982).
Dentro de las medidas de parámetros relacionados
con la biomasa microbiana del suelo, la medida del
adenosin-5-trifosfato (ATP) también constituye es un
método útil para estimar la cantidad de biomasa
microbiana. El ATP es un compuesto común en todos los
seres vivos, su misión principal es la de actuar como
molécula energética, utilizado en todos los procesos
celulares bien como coenzima o como substrato (Alef,
1991). Este parámetro se muestra correlacionado con
otras estimaciones de biomasa microbiana, tanto en
suelos sin enmendar (Garcia et al., 1997), como en suelos
enmendados con sustratos no estabilizados (Ocio y
Brookes, 1990).
Con relación asimismo a la biomasa microbiana de
un suelo, un parámetro ampliamente utilizado para medir
la actividad microbiológica en dicho suelo es la respiración
microbiana, la cual puede ser determinada mediante el
desprendimiento de CO2 o el consumo de O2. La
degradación de materia orgánica es una propiedad de
todos los microorganismos heterótrofos y el
comportamiento de dicha descomposición se ha utilizado
comúnmente para indicar el estado biológico de los suelos
(Nannipieri et al.,1990). La medida del desprendimiento
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 27

de CO2 se ha empleado para estimar la biomasa


microbiana del suelo que realmente es activa (West et
al.,1987). La medida de respiración del suelo en presencia
de productos potencialmente tóxicos empleados en
agricultura, puede permitir evaluar los daños causados
por estos productos sobre las funciones fisiológicas de los
suelos (Nannipieri et al.,1990). La determinación del
desprendimiento de CO2 también es útil para conocer el
efecto de determinadas variables sobre la oxidación de la
materia orgánica in situ, pero en ningún momento puede
indicar qué sustrato orgánico en particular esta siendo
catabolizado.

APLICACIONES BIOTECNOLÓGICAS PARA RECU-


PERACIÓN DE SUELOS DEGRADADOS EN
AMBIENTES MEDITERRÁNEOS: INCORPORACIÓN DE
ENMIENDAS ORGÁNICAS
En condiciones naturales, el suelo tiende a un
estado de equilibrio tras un lento proceso de formación
denominado edafogénesis. El suelo en estas condiciones
de máxima evolución se encuentra más o menos cubierto
por una vegetación que le aporta una cantidad progresiva
de materia orgánica y nutrientes contribuyendo a
mantener e incluso mejorar su estructura, al tiempo que le
sirve de protección frente a procesos degradativos de
erosión. Puede decirse entonces que los suelos
mantienen una calidad adecuada, y realizan todas sus
funciones de manera correcta.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 28
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

El equilibrio que alcanzan los suelos puede verse


perturbado por diversas acciones, entre las que
indudablemente merece la pena destacar las antrópicas.
La agricultura en concreto, puede (cuando se producen
usos indebidos o abusivos de los suelos) perjudicar
enormemente la calidad de los mismos, provocando que
el suelo alcance niveles de dicha calidad mucho menor
que los que mantienen los suelos naturales. En suelos del
área mediterránea sometidos a clima semiárido, los
efectos negativos que el manejo agrícola inadecuado
puede causar sobre su calidad se ven agravados por
factores ambientales propios de esta región, tales como el
sustrato litológico o el clima (Diaz, 1992). Otro aspecto a
destacar, y que incide en los procesos de degradación de
un suelo, es la introducción de un determinado
contaminante en el mismo, bien de forma accidental, bien
por abusos de agroquímicos (pesticidas, Bernal-Vicente et
al., 2008).
Podemos resumir diciendo que tanto la agricultura
intensiva realizada en gran parte de los suelos del área
mediterránea, como el empleo agrícola de terrenos
marginales propensos a la degradación ambiental y poco
aptos para el cultivo, así como los fenómenos de
contaminación de suelos que por desgracia son bastante
frecuentes, están forzando al empleo de técnicas
inadecuadas de manejo para poder mantener la
producción, dando lugar a una perdida de la calidad y por
tanto de la fertilidad de estos suelos; esta pérdida de
productividad puede desembocar en el abandono de los
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 29

suelos al no ser rentables económicamente. Como


resultado, nos encontramos con extensas áreas de
terreno que presentan síntomas severos de degradación
mostrando una reducción de su cubierta vegetal, lo cual
está estrechamente relacionado con la escasez de
materia orgánica de estos suelos (Garcia et al.,1996).
En zonas como la del sudeste español, con un
régimen climático semiárido, la progresiva degradación
que sufre afectará de forma primordial a la vegetación que
soporta, estos suelos, es decir, a la autóctona del lugar de
que se trate. Si dicha vegetación desaparece, los suelos
quedan entonces desprovistos de su principal barrera
contra la degradación y erosión, y dichos procesos
comenzarán a instalarse de forma predominante. Como
parece lógico, la pérdida de cubierta vegetal conllevará
una pérdida de materia orgánica en el suelo al no existir
entradas de carbono por vía natural (aportes vegetales), y
también se producirá la pérdida de nutrientes como el N y
el P. Todo ello dificultará sin duda el establecimiento de
los ciclos biogeoquímico de los elementos en el suelo,
incidiendo negativamente sobre las condiciones biológicas
del mismo. Si hemos señalado en el apartado anterior la
enorme importancia que para el equilibrio natural de un
suelo tiene el contenido en el mismo de la materia
orgánica, hemos de decir que muchos de los suelos
mediterráneos como los situados en el levante español
carecen de la suficiente materia orgánica para mantener
su fertilidad y productividad, y conseguir que dichos
suelos aumenten su contenido para que sean un soporte
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 30
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

idóneo para una vegetación estable, es una necesidad.


De ahí nuestro interés en incrementar dicho contenido de
materia orgánica en los suelos, manteniendo como
estrategia la adición a dichos suelos de materia orgánica
exógena (basada en enmiendas generadas con residuos
orgánicos, en muchos casos).
Podemos aprovechar el hecho de tener que
introducir materia orgánica en el suelo, con la necesidad
de incorporar biomasa microbiana a los suelos
degradados, tan necesitados de ella; el objetivo será
reactivar todos los procesos llevados a cabo por los
microorganismos. Deberíamos pues de buscar
biotecnologías que permitan adicionar al suelo
“bioenmiendas”, capaces de aportar los beneficios de la
materia orgánica, además de servir como inóculo de
biomasa microbiana al suelo. Hasta ahora, el aporte de
materia orgánica a los suelos sometidos a cultivo se venía
realizando por medio de los estiércoles y las turbas. Pero
tanto una como las otras, cada vez son más escasas y
costosas, lo que ha hecho necesaria la búsqueda de
nuevas fuentes de materia orgánica para los suelos, a
poder ser de bajo costo y fácil acceso (Banegas et al.,
2007).
Un modo de mejorar la fertilidad de los suelos
degradados, y en concreto de mejorar su actividad
microbiana, es como se ha indicado con anterioridad,
aportar a dichos suelos materia orgánica exógena, pero
siempre que dicha materia orgánica pueda ser
considerada “JOVEN” (Díaz, 1992; García y Hernández,
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 31

2003). Con ello queremos decir que debe de contribuir a


aportar materia orgánica lábil en cantidad suficiente como
para activar el desarrollo de las poblaciones microbianas
existentes en el suelo, sin llegar a producir efectos
adversos en el mismo. Los residuos urbanos de origen
orgánico son muy apropiados para llevar a cabo la
mencionada labor. Sus características determinan que se
comporte bien desde un punto de vista físico (aumenta la
porosidad del suelo), que contribuya a mejorar el aspecto
nutricional del suelo, y en particular, su materia orgánica
lábil es sumamente beneficiosa al actuar como un
catalizador para los microorganismos, consiguiendo así
mejorar claramente la fertilidad potencial del suelo, y con
ello los ciclos biogeoquímicos de los elementos más
importantes.
Hasta hace pocos años, el empleo de turbas y
estiércoles eran las fuentes naturales para introducir
materia orgánica en el suelo (enmiendas orgánicas), y
mantener con ello un adecuado equilibrio que permitiese
conservar así mismo su fertilidad. Sin embargo, debido a
la mecanización del ganado de una parte, y a la escasez
de turbas por otra, ya no es factible en zonas como el
sudeste español recurrir a las fuentes de materia orgánica
tradicionales.
Teniendo en cuenta lo anterior, y con ánimo de
buscar una alternativa eficaz a la búsqueda de nuevas
fuentes de materia orgánica para ser adicionadas a los
suelos, se puede hoy en día proponer diversos residuos
orgánicos entre los que podemos citar a algunos de
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 32
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

origen animal como los estiércoles, así como de origen


urbano y entre ellos los lodos EDAR (lodos generados en
el tratamiento de aguas residuales urbanas) o incluso la
fracción orgánica de residuos domésticos, junto a otros
residuos orgánicos procedentes de la agricultura o de la
industria agroalimentaria, pueden constituir una adecuada
fuente de materia orgánica para suelos (Banegas et al.,
2007). Pero como ahora se indicará, este empleo no
debe ser en ningún caso aleatorio, sino que se debe
realizar conociendo claramente qué material orgánico es
el que tenemos, y en qué condiciones debe ser usado
para no originar problemas en lugar de beneficios.
Si conseguimos poder reciclar con éxito algunos
residuos orgánicos en el suelo (siempre que dicho
reciclaje se desarrolle de forma adecuada, sin riesgo
alguno para nuestros suelos), estaremos consiguiendo un
doble objetivo: Por una parte, se consigue una eliminación
racional de materiales como los residuos, los cuales
pueden ser muy problemáticos de no conseguir esa
eliminación; Por otra, si en el suelo actúan como una
adecuada fuente de materia orgánica, podremos
recuperar la fertilidad perdida en suelos sometidos a
procesos de degradación. Indudablemente, también
existen desventajas derivadas fundamentalmente de su
mal uso y de algunos contaminantes que pueden
incorporar, lo que podría conducir de no tener precaución
y control, a impactos negativos sobre el suelo donde se
propone reciclar estos materiales.
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 33

RESIDUOS Y SU PROBLEMÁTICA

Dentro del contexto anterior y como parte


integrante de los ecosistemas, se encuentran, como
hemos comentado, todos los residuos generados. Dichos
residuos constituyen un elemento básico de nuestra
sociedad al que no podemos, por ahora, renunciar ya que
toda actividad humana o industrial los está generando. No
decimos con ello que deba de existir un conformismo
sobre la propia generación de residuos, ya que debe ser
prioritario para las sociedades del futuro conseguir su
reducción en lo posible. Pero sí hemos de ser conscientes
de que hoy por hoy, hay que convivir con ellos, y por tanto
todos estamos obligados desde una perspectiva social a
darles la salida más adecuada posible. Se trata pues de
considerar a los residuos que generamos como un
constituyente de nuestra propia actividad, y asumir
nuestra responsabilidad sobre los mismos.
El gobierno español, para determinar las
prioridades y criterios para la gestión de residuos en
España, promulgó la Ley 10/98 de 21 de abril, de
Residuos. Consecuentemente, estas prioridades y
criterios están derivados de la política de la Unión
Europea en materia de residuos y, en particular, de lo
contenido en la Directiva 91/156/CEE, relativa a Residuos.
El Programa de Acción de la Unión Europea “Hacia un
Desarrollo Sostenible”, establece la estrategia de gestión
de residuos, señalando una jerarquía de opciones de
gestión, de acuerdo al siguiente orden de prioridad:
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 34
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

1 Reducción.
2 Reutilización.
3 Recuperación de materiales.
4 Valorización energética.
5 Eliminación cuando las anteriores no son posibles.

Residuos y Subproductos, según Ley 10/98

El concepto de producto está íntimamente asociado


a los bienes o servicios cuya producción, puesta en el
mercado y venta es uno de los principales objetivos de
una actividad económica dada. En función de este
objetivo la empresa organiza su estructura productiva,
comercial, etc. Identificar aquellos materiales que tienen la
consideración de productos es relativamente fácil en
cualquier sector del sistema económico en general y, por
supuesto, en el sector agrario en particular. No ocurre
igual cuando se intenta identificar materiales calificables
como subproductos o residuos, pese a que las
definiciones de ambos términos son bastantes precisas.
Así, subproducto se puede considerar como aquel
bien o servicio (en definitiva “producto”), cuya producción
y comercialización no es el principal objetivo de la
empresa donde se “produce”. Este concepto unido a la
consulta del término utilizado en ingles, by-product,
establece como más correcto y clarificador el término
“producto secundario”, para identificar dicho tipo de
materiales (Loehr, 1977).
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 35

Por su parte, la definición de residuo cada vez es


más precisa en su contenido u ámbito de aplicación. La
larga experiencia derivada de la aplicación de la
terminología contenida en la política y la normativa de la
UE en materia de residuos, unida a la promulgación de la
Ley 10/1998, aconseja la utilización de la definición de
residuos establecida en el apartado “a” del artículo 3 de
dicha Ley para identificar ese tipo de materiales. Dicha
definición es la siguiente:

Residuo: “Cualquier sustancia u objeto del cual su


poseedor se desprenda o del que tenga la obligación de
desprenderse, en virtud de las disposiciones vigentes”.

Tipos de Residuos

Podemos clasificar los diversos residuos existentes


(Tabla 1) en los siguientes grandes grupos: agrícolas,
forestales, ganaderos, industriales y residuos urbanos,
considerando dentro de estos últimos a los residuos
sólidos urbanos (basuras urbanas domésticas) y lodos de
depuradora. Algunas de las características de los residuos
son:

x Residuos agrícolas: tienen un uso sumamente válido,


siendo lo más destacable su utilización en alimentación
animal, producción de alcoholes y aceites, su empleo
como cama para el ganado y como materia prima en las
industrias papeleras.

x Residuos forestales: han constituido durante años la


fuente energética más importante. Los principales
residuos proceden de la elaboración de la madera
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 36
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

(corteza, serrín y viruta). El principal uso que se le daba


era como combustible. Actualmente, un considerable
porcentaje se dedica a la fabricación de conglomerados.

x Residuos ganaderos: están formados por una gran


variedad de materias orgánicas sólidas y líquidas, en las
que se incluyen compuestos procedentes de la digestión y
actividad biológica del animal, restos de su alimentación y
otros materiales arrastrados por las aguas de lavado.

x Residuos industriales: tanto por su heterogeneidad en los


procesos de generación como por las dificultades para su
clasificación y valoración, constituyen de todos los tipos
de residuos el más incontrolado (Lobo, 1985). Se define
como residuo industrial cualquier material pastoso, sólido
o líquido, resultante de un proceso de fabricación,
transformación, consumo o limpieza, que no se
aprovecha. Estos residuos se podrían clasificar en
inorgánicos y orgánicos. Estos últimos son muy
interesantes desde el punto de vista de su aplicación
agrícola. Engloban fundamentalmente, materias
procedentes de industrias agroalimentarias.
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 37

Tabla 1. Cuantificación de los distintos tipos de residuos.

Tipo de Residuos Mill. Tm/año %


Total
Domésticos. 12,80 4,70
Lodos de Depuradora. 10,00 3,67
Escombros de derribos 22,00 8,07
Total de Residuos Urbanos 44,80 16,43
y similares

Residuos Inertes o asimilables


a urbanos. 12,00 4,40
Residuos tóxicos y peligrosos. 1,80 0,66
Total de Residuos 13,80 5,06
Industriales.
70,00 25,68
Residuos de minería y
cantería 17,00 6,24

Residuos Forestales. 35,00 12,84

Residuos Agrícolas. 62,00 22,74


30,00 11,01
Residuos de la actividad de 92,00 33,75
cría.
Residuos de mataderos. 272,60 100,00
Total Residuos Ganaderos.

TOTAL

Problemática de los residuos orgánicos

La evolución de la sociedad ha llegado, en el momento


actual, a un modelo de vida basado en un constante
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 38
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

incremento del consumo. La consecuencia inmediata es


hacer frente a una serie de subproductos derivados de su
propio comportamiento que ponen en entredicho la
continuidad de dicho modelo. Todo quehacer humano,
todos los procesos industriales, tienen una gran influencia
sobre el medio ambiente. Evitar esta incidencia es
realmente difícil, ya que esto equivaldría a renunciar a
toda actividad, tanto humana como industrial (Costa et al.,
1991; Garcia et al., 1997). Por tanto, es necesario tomar
conciencia de esta situación y actuar en consecuencia,
tratando de poner en práctica las medidas necesarias
para evitar su empeoramiento.
La preocupación por la protección del medio
ambiente en los países occidentales figuró entre las más
importantes inquietudes hasta hace pocos años. Pero en
la década de los 80, problemas tan graves para la
sociedad en desarrollo como el paro y la inflación y, en
general, crisis económicas, desbancan a la anterior. Lo
que resulta paradójico es que cuando se ha llegado a
tomar conciencia verdadera del problema que pueden
suponer los residuos y se empiezan a vislumbrar
soluciones técnicas adecuadas, es cuando más
impotentes se encuentran las economías.
La generación de residuos ha existido desde
siempre. Los desechos de animales y plantas
contribuyeron al sostenimiento de la vida de los
ecosistemas desde un principio y el hombre, por su
actividad, continuamente los está produciendo. Sin
embargo, el constante incremento de las tasas de
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 39

generación de los mismos ha originado en muchos casos


la ruptura del equilibrio entre la biosfera y las actividades
humanas (Costa et al., 1991).
Son varias las circunstancias que han contribuido a
que el problema se haya tratado de resolver de forma
inmediata y con resultado positivo. Entre éstas podemos
citar las siguientes:
a) La protección ambiental, una de las tareas en que está
comprometida la sociedad actual. Su objetivo es
detener el progresivo deterioro del medio en que
vivimos, fruto de un desarrollo desordenado, egoísta y
de una explotación totalmente incontrolada de los
recursos ambientales y naturales. Los depósitos
incontrolados de los residuos urbanos, debido a su alto
contenido en sustancias putrescibles, producen olores
molestos al fermentar. Además, producen humos
nocivos y son fácilmente autoinflamables. Existe el
riesgo de contaminación de las aguas, tanto
superficiales como subterráneas, con el consiguiente
peligro para la salud. Todo esto lo podemos considerar
como "un verdadero impacto negativo sobre el medio
ambiente".
b) Otro aspecto a tener en cuenta es el agotamiento de
los recursos naturales no renovables que, junto al
elevado nivel de consumo en los países desarrollados,
puede conducir a una gran escasez de los mismos a
medio o corto plazo.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 40
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

c) También hay que señalar que, debido a los cultivos


intensivos, al incremento del número de las cosechas
y al uso, a veces abusivo, de los fertilizantes
minerales, se está provocando un notable desequilibrio
entre los componentes de los suelos agrícolas, lo cual
requiere para su normalización de nuevos aportes de
materia orgánica. En este aspecto, los residuos
orgánicos desde el punto de vista de su
aprovechamiento agrícola, pueden desempeñar un
papel muy importante (García et al., 1992).
Es evidente por tanto que, mediante el reciclaje de
residuos a través del aprovechamiento de sustancias
contenidas en ellos, o bien de su transformación en otras,
se puede contribuir a aliviar los problemas planteados,
disminuyendo las dificultades de su eliminación, y
facilitando un mejor aprovechamiento de los recursos
naturales.
De entre todos los tipos de residuos orgánicos que hoy
en día se generan, los residuos de origen urbano
presentan una de las incidencias más significativas. Se
producen diariamente, y de forma puntual, lo cual es una
particularidad que les hace merecedores de un
tratamiento especial entre todo el conjunto de residuos
existentes (García, 1990). Además, su vertido
incontrolado da lugar a un tipo de contaminación que
difiere de la generada por emisiones gaseosas o líquidas.
Su principal característica es la agresión a la estética del
entorno y la ocupación desordenada del terreno,
inutilizándolo para otros usos. Además, presentan una
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 41

característica particular y es su facilidad para transferir al


medio otras formas de contaminación. Aun cuando el
residuo que más problemas parece plantear es el de
origen doméstico, conviene indicar que, en volumen, su
cantidad es similar al de los residuos industriales, pero
con la salvedad de que para estos últimos es obligación
de las empresas que los generan el retirarlos de forma
adecuada, mientras que para los primeros esta obligación
recae en los municipios.
De los residuos que se producen, son los urbanos los
que hoy en día interesan más de manera particular.
Generalmente, se entiende por residuos urbanos los
generados por cualquier actividad en los núcleos de
población o en sus zonas de influencia. La naturaleza de
dichos residuos es muy variada debido a la diversidad
tecnológica e industrial que se centra en torno a las
ciudades. En la ciudad de Murcia, y para hacernos una
idea del problema que estamos tratando, se generaron
alrededor 1,45 Kg/habitante día de este tipo de residuos
durante el año 2006.
Se pueden citar como residuos urbanos los siguientes:
9 Fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos
de origen doméstico: en este grupo también se
pueden incluir los procedentes de mataderos,
mercados de alimentación, comercios, centros
sanitarios, obras, etc. La fracción orgánica de estos
residuos puede ser reciclada para su uso como
enmienda orgánica de suelos, tanto frescos como
compostados.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 42
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

9 Lodos de depuradora generados en plantas de


tratamiento de aguas fundamentalmente urbanas:
son subproductos generados durante el
mencionado tratamiento, de aspecto pastoso y con
elevado contenido en materia orgánica.

IMPACTO AMBIENTAL DERIVADO DEL RECICLAJE


EN EL SUELO DE LOS RESIDUOS ORGÁNICOSCOMO
ENMIENDA
La utilización de la fracción orgánica de los
residuos, tanto en agricultura como en programas de
recuperación de suelos degradados, puede ser de interés
debido, por una parte, a que es un modo de aprovechar la
elevada proporción de materia orgánica, rica en macro y
micronutrientes que contiene; por otra, supone una vía
racional de eliminación de dichos residuos, con el
consiguiente beneficio medioambiental, siempre que dicho
uso se realice de forma eficaz y controlada. Como
característica principal está la liberación de nutrientes de
forma gradual en función de la progresiva mineralización
de la materia orgánica presente en los residuos,
manteniendo así la fertilidad del suelo (Ayuso et al.,
1996).
Sin embargo, el reciclado de estos materiales en el
suelo puede provocar un impacto ambiental negativo si no
se emplean de manera adecuada, debido a la presencia
en ellos de compuestos tóxicos. Principalmente cabe
destacar el mal olor, aporte de metales pesados,
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 43

microorganismos patógenos, exceso de nutrientes y


deficiencia o demanda de los mismos y salinidad.

x Metales Pesados. Los metales pesados pueden formar


parte de la composición de los residuos urbanos,
principalmente en los lodos, en función, sobre todo, de la
procedencia y origen de los mismos. La importancia de
éstos a la hora de evaluar las posibilidades de utilización
de estos residuos viene dada por su posible acumulación
en el suelo y su absorción y almacenamiento en los
tejidos de las plantas, quedando así incluidos en la
cadena alimentaria de los animales y del ser humano. El
grado de peligrosidad de los metales pesados va ligado a
dos propiedades principales como son su toxicidad y su
persistencia (Moreno et al., 2007; 2008).
La incidencia contaminante de los metales
pesados, existentes o incorporados al suelo, depende en
gran medida de la movilidad que presentan en el mismo.
El pH es uno de los factores primordiales en este sentido
ya que la movilidad de los metales aumenta en general, a
medida que el pH disminuye. Los valores limites de
metales pesados en suelos enmendados con lodos o
composts, así como en los propios residuos, están en
proceso de revisión por la Unión Europea, y serán cada
vez menores, lo que puede hacer más restrictivo el uso
como enmiendas de materiales orgánicos con contenido
metálico fuera de norma. En la Tabla 2 se indican algunos
rangos de metales pesados encontrados en uno de los
residuos orgánicos de origen urbano que se pueden
reciclar en los suelos como enmienda orgánica (lodos de
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 44
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

depuración de aguas urbanas), y que son de los residuos


más propensos a contener dichos metales pesados.

Tabla 2 . Rango de los metales pesados presentes


en los lodos de depuradora.
Metales pesados Rango Medi
(mg/kg) a
Cadmio 1.0-34 4.3
Cobalto 11-
14
2490
Cromo 10-
785
90000
Cobre 48-
909
17000
Manganeso 18-
909
7100
Níquel 2-5300 217
Plomo 13-
520
26000
Zinc 101-
2194
49000
Fuente: Zufiaurre et al., 1998

x Microorganismos Patógenos. Desde el punto de vista


agrícola es un factor importante a tener en cuenta, puesto
que es interesante conocer la cantidad de
microorganismos y su capacidad de supervivencia, con el
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 45

fin de prever las posibles contaminaciones por ingestión


de partes comestibles de plantas que hayan podido estar
en contacto con los lodos (Wong y Lai, 1996). La
supervivencia en el suelo de patógenos es muy variable,
puesto que va desde pocos días a varios años. Los
principales tipos de patógenos presentes en residuos
orgánicos, en particular en los urbanos y en aquellos de
origen animal, son:
1. Virus de diferentes tipos (Hepatitis, Adenovirus y
Entero virus). Estos pueden llegar a ser muy
peligrosos, aunque se presentan en número
más bien reducido.
2. Bacterias pertenecientes a distintos géneros
(Salmonela, Shigela, Mycrobacterium, Vibrio,
Pseudomonas, Klebsiella y Escherichia), tomada
esta última, por convenio, como organismo
indicador.
3. Protozoos.
4. Hongos.
5. Nematelmintos y platelmintos.
La presencia de patógenos en ciertos residuos
condiciona su aplicación. Por ello, es necesario realizar
procesos de acondicionamiento que permitan controlar y
eliminar este riesgo de contaminación por patógenos
(Tabla 3). Existen diversas metodologías para sanear
desde este punto de vista los residuos orgánicos: secado
térmico, estabilización con cal, otros procesos de
estabilización como el compostaje etc.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 46
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

De todos modos, la supervivencia va a depender


de distintos factores como son la temperatura, humedad,
cantidad de materia orgánica del suelo, luz, así como del
tipo de suelo, puesto que la movilidad de bacterias,
parásitos y virus a través del suelo, depende de su textura
y del grado de saturación. Sin embargo, las partículas del
suelo disminuyen la movilidad, puesto que retienen
bacterias por filtración y los virus pueden quedar
adsorbidos por los coloides del suelo, aumentando su
tiempo de supervivencia.

x Sustancias tóxicas. Consideramos sustancias tóxicas


a aquellos compuestos orgánicos tales como
hidrocarburos aromáticos policiclicos (PAHs), bifenilos
policlorados (PCBs), pesticidas fosforados, fenoles y otros
compuestos orgánicos que deban ser considerados como
tóxicos. La legislación Española no incluye limitaciones
especificas con respecto a este tipo de sustancias
presentes en los lodos, aunque si existe la legislación que
regula el vertido al suelo de sustancias consideradas
peligrosas (Ley 10/1998 de residuos). Los materiales
originales de origen urbano cuentan también con
sustancias tóxicas o fitotóxicas más lábiles que las aquí
indicadas; este tipo de sustancias deben desaparecer del
producto con los sistemas de estabilización que pueden
ser aplicados.
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 47

Tabla 3. Condiciones de operación para una


efectiva reducción de patógenos.

Proceso de
Condiciones de operación
estabilización
Pasteurización Mínimo de 30 minutos a más de 70ºC.
Compostaje -
Tratamiento
Al Menos 30 minutos a mas de 180ºC.
Térmico
Digestión
anaerobia Mínimo de 12 días a 35±3ºC
mesófila
Digestión
Al menos 10 días a una temperatura
anaerobia
entre 55-60ºC.
termófila
Estabilización Adición de cal hasta pH>12, suficiente
química para que no disminuya durante 2 h.
Radiación ȕ Más de 1Mrad.

Aunque son numerosos los compuestos orgánicos,


potencialmente tóxicos, identificados en algunos de los
residuos orgánicos aquí considerados, y en particular en
los lodos derivados de la depuración de aguas urbanas,
éstos se encuentran generalmente en pequeñas
cantidades, siendo su persistencia, en determinados
casos, bastante elevada. Los plaguicidas son los
componentes más frecuentes. Una relación de sustancias
tóxicas localizadas en residuos orgánicos se expone en la
Tabla 4. Muchos de ellos se metabolizan en mayor o
menor grado a su paso por el proceso de depuración y es
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 48
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

por ello que quedan muchas veces en los lodos.

Las principales razones por la que estos


compuestos se consideran tóxicos son debidas a su baja
solubilidad en agua, así como a que son poco
biodegradables. Su bioacumulación dentro de la cadena
alimentaria debida a su gran afinidad lipídica, podría
causar efectos negativos en animales e incluso en el
propio hombre. Estos compuestos tienen tres tipos de
reacciones por las que pueden salir del medio:
biodegradación, degradación química y fotoquímica. La
biodegradación es bastante lenta y se produce muy a
largo plazo. En el suelo, se puede llegar a producir una
degradación química que implicaría procesos hidrolíticos y
oxidativos (Moreno et al., 2007).

Contaminan Razón de Importancia


te

Generalmente hidrocarburos clorados. Se encuentran


Plaguicidas
a través de la cadena alimentaria

Usados en transformadores eléctricos, pinturas,


Bifenilos
plásticos, insecticidas y otros productos industriales.
policlorados
Solubles en grasas y sujetos a biomagnificación.

Alifáticos Usados en extintores de incendios, refrigerantes,


halogenado plaguicidas y en propulsores de sprays. Pueden dañar
s el sistema nervioso central y el hígado.
Usados principalmente como disolventes de
Éteres polímeros plásticos. Cancerígenos potentes.

Usados en la producción del PVC y termoplásticos.


Esteres de
Pueden ser teratogénicos y mutagénicos en
ftalato
concentraciones bajas.
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 49

Aromáticos Usados en la manufactura de productos químicos,


monocíclico explosivos, tintes y pigmentos, así como disolventes
s fungicidas y herbicidas. Depredadores del sistema
(exceptuand nervioso central y pueden dañar los riñones y el
o fenoles, hígado.
cresoles y
ftalatos)
Usados principalmente como intermediarios en la
producción de polímeros sintéticos, materiales
Fenoles colorantes, pigmentos y en disolventes fungicidas y
herbicidas. La toxicidad aumenta con el grado de
cloración

Hidrocarbur Usados como materiales colorantes, intermedios


os químicos, plaguicidas, herbicidas, fuel y gasolinas.
aromáticos Cancerígenos.
policíclicos
Usadas en la producción de compuestos químicos
Nitrosamina
orgánicos y caucho. Cancerígeno potente en
s
animales.
Tabla 4. Principales contaminantes orgánicos presentes en los lodos.
Fuente: Nayler y Loehr, 1984

Además, estos compuestos orgánicos pueden


fijarse a componentes del suelo, pudiendo temporalmente
quedar inactivos, ello podría repercutir en la propia
degradación de la estructura del suelo, por alteración de
sus componentes fijadores (arcillas y materia orgánica).

x Demanda o Exceso de Nutrientes. La aplicación de


algunos residuos orgánicos al suelo puede producir una
competencia por determinados nutrientes entre los
microorganismos y las plantas, además de una posible
lixiviación de los nitratos hacia los acuíferos.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 50
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

x Salinidad. Los residuos urbanos, especialmente si han


sido compostados, pueden presentar un elevado
contenido de sales, lo que puede influir negativamente
sobre el sistema suelo-planta al ser utilizadas como
enmiendas del suelo: disminuye la capacidad de
germinación de las semillas, inhibe el crecimiento de las
plantas y puede empeorar la estructura del suelo. Por ello,
cuando estos productos se aplican al suelo, la
problemática de la salinidad que introducen en el mismo
debe ser considerada y tenida en cuenta para estimar la
dosis de aplicación.

Saneamiento de residuos orgánicos mediante su


estabilización (Compostaje).
Los materiales orgánicos como los residuos
orgánicos contienen, como hemos indicado, sustancias
fitotóxicas, y materia orgánica lábil a veces en exceso,
capaz de provocar en ocasiones en el suelo un aumento
exagerado de actividad microbiana que podrá derivar en
una competencia entre los microorganismos y la planta
por algún nutriente como el nitrógeno. Tampoco hay que
olvidar que los residuos orgánicos de origen urbanos, en
particular los lodos de depuración, también incorporan
microorganismos patógenos no deseables. Todos estos
aspectos, derivados de ser materiales orgánicos no
estabilizados, son subsanables si se realizan adecuados
procesos de estabilización de dichos materiales
orgánicos. Los procesos de compostaje son, actualmente,
los más empleados para conseguir la mencionada
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 51

estabilización. El paso del material por distintas fases:


fase de mineralización (fase mesófila y fase termófila) y la
fase de maduración, conseguirá, sin duda, destruir las
sustancias fitótoxicas y los microorganismos patógenos,
garantizando su saneamiento, y originando, a su vez, una
materia orgánica más estable y humificada y útil para ser
empleada como fertilizante orgánico en los suelos (Garcia
et al.,1992). El saneamiento aludido debe de considerarse
prioritario e imprescindible cuando el uso del enmendante
orgánico sea en agricultura.
Los procesos de compostaje son, actualmente, los
más empleados para conseguir la mencionada
estabilización. El compostaje se define como un proceso
biooxidativo controlado en el que intervienen numerosos y
variados microorganismos, que requiere una humedad
adecuada y sustratos orgánicos heterogéneos en estado
sólido, implica el paso por una etapa termófila y una
producción temporal de fitotoxinas, dando al final como
productos de los procesos de degradación: agua, dióxido
de carbono y una materia orgánica estabilizada, libre de
sustancias fitotóxicas y dispuesta para ser usada. El paso
del material por distintas fases: fase de mineralización
(fase mesófila y fase termófila) y la fase de maduración,
consigue destruir las sustancias fitótoxicas y los
microorganismos patógenos, garantizando su
saneamiento, y originando, a su vez, una materia orgánica
más estable y humificada útil para ser empleada como
enmienda orgánica en los suelos (García et al.,1992).
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 52
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

En este proceso se distinguen por tanto dos fases:


la primera de mineralización de la fracción orgánica, en la
que la actividad microbiana es máxima debido a la
abundancia de compuestos fácilmente biodegradables y
en la que se destruye gran parte de la materia orgánica
lábil. La segunda fase es de maduración o estabilización
del material, en la que la actividad de los microorganismos
es menor, predominando la humificación, con reacciones
de policondensación y polimerización y en la que se forma
un producto similar al humus que se conoce con el
nombre de compost.
El compostaje precisa de un control para conseguir
un producto final apto para su uso como enmendante
orgánico. Los parámetros que se deben controlar durante
el proceso son:

x Humedad: es uno de los principales factores a


controlar ya que, si es excesiva, el agua desplazara al aire
de los espacios intersticiales y se desencadenará una
fermentación anaerobia. Si por el contrario la humedad es
baja, cesa la actividad microbiana. Los niveles óptimos de
humedad se sitúan entre el 40-60%.

x Temperatura: su variación controla la sucesión de


distintas poblaciones microbianas. La temperatura
máxima que se debe alcanzar son 70ºC, temperatura a la
que se destruyen los microorganismos patógenos y
semillas de malas hierbas.

x Aireación: su importancia es clara por tratarse de un


proceso de fermentación aeróbia y se consigue mediante
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 53

el volteo periódico de las pilas o insunflando de aire


forzado. En ausencia de aire se obtiene un material no
aceptable y una liberación de malos olores.

EFECTOS DE LOS RESIDUOS ORGÁNICOS SOBRE


LOS SUELOS

De forma general, la adición de enmiendas


orgánicas puede influir positivamente en las propiedades
físicas del suelo (Stevenson, 1982; Roldán et al., 2003),
mejorando su estructura, incrementando la formación y
estabilidad de agregados, y la capacidad de retención
hídrica del suelo. Este hecho disminuye la escorrentía,
evitando el lavado de nutrientes, y mejora el desarrollo
vegetal (Bastida et al., 2007). La actividad microbiana se
verá positivamente influenciada por el mayor contenido de
fuentes de energía y nutrientes en el suelo, aumentando
su desarrollo y actividad, lo que tendría efectos positivos
sobre el crecimiento vegetal (Figura 2). De esta manera,
se cierra un ciclo de fertilidad en el suelo.
La mejora en las propiedades físicas, incrementará
el desarrollo vegetal (que a su vez aporta restos
orgánicos), influyendo positivamente en la microbiología
del suelo. A más largo plazo, el desarrollo vegetal afecta
positivamente a la estructura del suelo: las hifas y
mucílagos de hongos son en gran parte responsables de
la formación de microagregados. De manera más
específica, algunas de las propiedades que pueden verse
mejoradas con la aplicación a nuestros suelos de
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 54
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

enmiendas orgánicas de calidad, se exponen a


continuación:

Enmienda Mejora
orgánica propiedades
físicas del suelo

Materia orgánica Mayor desarrollo


y sustratos vegetal
biodegradables

Desarrollo y
actividad microbiana

Figura 2. Efectos de la adición de materia orgánica en


el suelo

a) Efecto sobre las propiedades fisicas


Uno de los efectos más característicos que provoca
la enmienda con este tipo de residuos es la mejora de las
propiedades físicas del suelo. La materia orgánica de los
residuos orgánicos considerados como enmiendas,
cuenta con una densidad muy baja, y por tanto, cuando
dichos residuos son incorporados a un suelo, se reduce
su densidad aparente, lo cual puede ser atribuible tanto a
la baja densidad de estos productos como a su tendencia
a aumentar el espacio poroso. La adición de residuos
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 55

orgánicos influye positivamente sobre la formación y


estabilidad de los agregados en el suelo (Lax et al., 1994),
aunque este efecto disminuye con el tiempo a medida que
se mineraliza la materia orgánica incorporada. El aumento
detectado en suelos enmendados sobre los agregados
estables es fundamental para que mejore la productividad
y fertilidad de suelos, en particular cuando éstos se
encuentran sometidos a climas semiáridos, y severos
procesos degradativos (Roldán et al., 2003). La riqueza
en materia orgánica de los residuos orgánicos y su
carácter coloidal mejora el balance hídrico del suelo, al
aumentar la capacidad de retención hídrica, lo que
permite al suelo resistir mejor los períodos de sequía
(Hortensine y Rothwell, 1972). Este hecho es
particularmente de interés en zonas deficientes en agua,
con escasez de lluvia, y que necesitan almacenar agua en
el suelo para evitar sequías permanentes.
b) Efecto sobre las propiedades fisico-quimicas
Los residuos orgánicos al ser incorporados al suelo
ejercen un efecto tampón debido a la presencia de iones
Ca+2 y de sales básicas (Hernando, 1988). La capacidad
de cambio catiónica aumenta en suelos tratados con
materiales orgánicos. Cualquier enmienda que potencie la
formación de humus, producirá un aumento significativo
de ésta ya que el humus posee una capacidad de cambio
catiónica que es de 3 a 6 veces superior a la de las
arcillas del suelo (Moreno et al., 2008). Según Schnitzer
(1978) del 20 al 70% de la capacidad de cambio catiónica
de muchos suelos es causada por el humus. Díaz (1992)
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 56
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

observó que la capacidad del suelo para retener cationes


aumentaba sensiblemente con la dosis de material
orgánico adicionado. Sin embargo, otros autores
(Hernando, 1988) observaron que al incorporar otro tipo
de material como los compost de basuras el aumento era
menor.
Consideración aparte merece la influencia que una
enmienda orgánica tiene sobre la conductividad eléctrica
de un suelo. Muchas de las enmiendas que proceden de
residuos orgánicos contienen cantidades apreciables de
sales, las cuales pueden repercutir negativamente en los
suelos donde se adicionen, contribuyendo en algunos
casos a su posible salinización. Estos efectos están
teniendo cada vez más importancia
c) Efecto sobre las propiedades químicas
Con la adición de enmiendas orgánicas (fracción
orgánica de residuos) al suelo se produce un incremento
en el contenido de materia orgánica. Este incremento
dependerá de las características del suelo, de la dosis de
material orgánico y de la forma y frecuencia de aplicación
(Hortensine y Rothwell, 1972; Moreno et al., 2007).
Respecto al efecto de estos materiales sobre el contenido
y formas de sustancias húmicas del suelo, la información
existente es escasa. Adani y Tambone, (2005) indicaron
que la incorporación de compost de residuos sólidos
urbanos tiende a aumentar ligeramente el contenido de
huminas y de ácidos húmicos de un suelo pardo, disminu-
yendo el contenido de ácidos fúlvicos. Hernando (1988)
observó que estos materiales, incorporados en el suelo,
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 57

incrementaban ligeramente los porcentajes de nitrógeno e


hidrógeno de los ácidos húmicos, así como su relación
E4/E6, lo que implicaría su menor tamaño de partícula y de
peso molecular. Los residuos orgánicos urbanos
aumentan los contenidos en macro y micronutrientes del
suelo, debido a que éstos se presentan en cantidades
importantes en los citados residuos (Ayuso et al., 1996).
Estos materiales aportan el nitrógeno y fósforo
mayoritariamente en forma orgánica mientras que el resto
de macronutrientes son aportados en forma inorgánica. La
eficacia de estos residuos como fertilizantes depende de
diversos factores tales como el tipo de suelo y tipo de
cultivo, existiendo una gran controversia respecto a esto
(Gallardo-Lara y Nogales, 1987). A pesar de ello, estos
autores mantienen que las enmiendas orgánicas supone
una ventaja de los residuos orgánicos frente a los
fertilizantes inorgánicos es el ser una fuente gradual de
nutrientes.
d) Efectos sobre las propiedades microbiologicas y
bioquimicas
El aporte de residuos orgánicos, como enmienda
orgánica, al suelo favorece el incremento de la población
microbiana, debido a la mejora de las propiedades físicas.
Como se ha comentado anteriormente, la enmienda
orgánica crea un microhábitat muy adecuado para el
desarrollo de diversas poblaciones microbianas, y de su
actividad (Garcia et al., 2005; Ros et al., 2008), y a la
disponibilidad de una fuente de carbono fácilmente
biodegradable. Este aumento se traduce a su vez en un
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 58
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

incremento de las enzimas y metabolitos en el suelo. Una


enmienda orgánica como las propuestas, aporta al suelo
una enorme cantidad de sustratos, capaces de fomentar
la síntesis de una gran diversidad de enzimas,
fundamentalmente del tipo hidrolítico (Moreno et al., 2007;
Tejeda et al., 2007). Las enzimas son responsables de la
mayor parte de las reacciones que intervienen en los
procesos de mineralización e inmovilización de los
nutrientes en el suelo y por tanto están en relación con la
disponibilidad de los mismos para la planta (Perucci,
1990). Algunos de los metabolitos liberados por los
microorganismos (tipo vitaminas y/o aminoácidos, etc.) o
moléculas de bajo peso molecular procedentes de la
mineralización de la materia orgánica pueden influir de
forma positiva y directa sobre el crecimiento vegetal.
También es importante indicar que parte de estas
enzimas quedarán protegidas de la degradación e
inactivación, al quedar inmovilizadas por la fracción
húmica de la materia orgánica incorporada, mediante
formación de complejos tipo enzima-humus (Dick y
Tabatabai, 1992; Ceccanti y Garcia, 1994).
Además de lo señalado, interesa advertir que los
aportes orgánicos al suelo conlleva la entrada en el
mismo de una gran variedad de microorganismos, los
cuales a la fuerza deben de incidir en la cantidad y
actividad de las poblaciones microbianas. Sin embargo,
un aspecto a tener presente es que dichos aportes no
deben suponer desde ningún punto de vista, ni por
supuesto, a lo largo del tiempo post-aplicación, un riesgo
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 59

para la biodiversidad microbiana del suelo (Klammer et


al., 2008; dicho riesgo podía venir motivado por las
sustancias tóxicas que puedan incorporarse al suelo y que
afecten negativamente a una serie determinada de
microorganismos, o que alienten un desequilibrio
microbiano debido al hecho de introducir ciertos sustratos
implicados exclusivamente en un determinado proceso
(Bastida et al., 2007, 2008).
La capacidad que tienen las enmiendas orgánicas
de aportar un cierto efecto biocontrol (o biopesticida),
debido a que intervienen sobre algunos microorganismos
patógenos del suelo (Bernal-Vicente et al., 2008; Cayuela
et al., 2008), es hoy en día de gran interés, y es el
resultado de un acción biológica directamente implicada
con la mencionada enmienda.

EFECTOS SOBRE LAS PLANTAS


Existen gran cantidad de trabajos de investigación,
cuyos resultados demuestran que la aplicación de los
lodos residuales urbanos produce una mejora en el
rendimiento agrícola. Así se ha constatado que los suelos
enmendados con lodos residuales y estiércol animal
mejoran el crecimiento y producción de cultivos vegetales
(Moreno et al., 2008) y de plantas ornamentales. Este
efecto positivo puede deberse tanto a la propia mejora
física que se consigue sobre el suelo (mejora de su
capacidad de retención hídrica, porosidad, estabilidad de
agregados, etc.), como a ciertos compuestos que
incorpora la enmienda, y que se encuentran en su parte
orgánica (compuestos de tipo fitohormonal), los cuales
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 60
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

pueden actuar como promotores del crecimiento vegetal.


En este sentido, las sustancias húmicas que se introducen
en el suelo junto con la mencionada enmienda orgánica
también pueden mostrar un efecto positivo frente a los
rendimientos vegetales (Ayuso et al., 1996).
Sin embargo, tampoco faltan las excepciones en
este mismo sentido. De hecho, aplicaciones continuadas
de lodos procedentes de depuradoras de aguas
residuales urbanas, empleados como enmienda orgánica,
sobre las tierras de cultivo pueden producir una
acumulación de metales pesados a niveles tóxicos para
las plantas (Moreno et al., 2007). La acumulación de
metales pesados en los cultivos puede suponer además,
un riesgo para la salud humana. Este hecho ha llevado a
imponer límites sobre la cantidad y frecuencia de la
aplicación de los lodos sobre las tierras de cultivo, tal y
como se describió en el apartado de riesgos del empleo
de algunos residuos orgánicos sobre los suelos.
En general, el aumento de concentración de un
elemento potencialmente tóxico en los tejidos de plantas
que crecen en suelos donde se aportan algunas
enmiendas como los lodos cargados de este elemento, no
suele ser proporcional a la cantidad de elemento añadido.
Las diferentes especies vegetales y aún sus distintas
variedades difieren en la tolerancia a estos elementos.
Suelen acumularse con preferencia en las hojas, tallos,
raíces y más en los tejidos viejos que en los jóvenes. Por
el contrario, las semillas los concentran en menor
proporción (Costa et al., 1991).
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 61

CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LA


PROBLEMÁTICA DEL BINOMIO SUELO-RESIDUO
ORGÁNICO

Premisas a tener en cuenta

La problemática que se plantea, en la actualidad en


relación a los residuos urbanos de origen orgánico,
principalmente a los residuos urbanos (basuras
domésticas) y lodos de depuración urbana, pasa por dar a
estos materiales la salida racional más coherente,
conjugando tanto los aspectos técnicos, como el medio
ambiental y el economíco-social. De no hacerlo, la
acumulación incontrolada de estos subproductos causaría
focos de infestación no admisibles bajo ningún concepto
(Costa et al., 1991).
Cuando una ciudad moderna trata de enfocar el
problema de sus residuos de una manera racional debe
plantearse varias soluciones: desde la incineración de los
residuos orgánicos (con o sin recuperación de energía),
pasando por su traslado a vertedero controlado (tema
éste que dejará de tener validez para una gran parte de
los residuos orgánicos en el futuro, debido a las
legislaciones europeas que se avecinan), hasta el
reciclado en el suelo de este tipo de materiales. Pero no
es sólo la mencionada problemática creada en torno a los
residuos orgánicos, fundamentalmente de origen urbano,
animal, agrícola o agroindustrial lo que nos preocupa.
Existe un problema añadido que afecta a gran parte de los
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 62
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

suelos del área mediterránea, y en particular a las zonas


del sudeste español: la degradación y desertificación que
existe en muchos de esos suelos, debido
fundamentalmente a acciones antrópicas agresivas que
se han producido durante años, y a la adversa
climatología existente (clima semiárido) en estas zonas.
Todo ello conduce a una paulatina disminución de la
fertilidad natural de los suelos, siendo un factor clave en la
degradación que se está produciendo en los mismos su
escaso nivel de materia orgánica (Garcia et al., 1996;
1997). Puesto que en amplias zonas del sudeste español,
escasean las fuentes de materia orgánica tradicional
(turbas y estiércoles), interesa plantearse la posibilidad de
aunar las dos problemáticas mencionadas (Residuos y
Suelos), con la finalidad de intentar resolver ambas. La
solución pasaría por emplear como fuente de materia
orgánica para los suelos aquella contenida en los residuos
urbanos de origen orgánico, consiguiendo de este modo,
por una parte, mejorar la fertilidad de estos suelos, y por
otra, eliminar racionalmente los residuos mediante su
reciclado en los mismos.
Es por ello que cuando hace años se empezó a
considerar todo el conjunto de alternativas existentes para
dar salida a ciertos residuos orgánicos, su reciclado en el
suelo se consideró como la más lógica “a priori”. Y en ello
se volcaron nuestros esfuerzos: conseguir que esos
residuos se convirtiesen en un RECURSO para mejorar la
calidad de nuestros suelos.
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 63

Situación actual

Interesa hacer ahora una serie de advertencias que


hay que tener presentes para poder establecer algunas
conclusiones sobre la temática que aquí se está
exponiendo. Cuando nosotros argumentamos que
pretendemos emplear, como fuente de materia orgánica
para los suelos, la contenida en los residuos urbanos
como las basuras domésticas, nos estamos refiriendo a
la fracción putrescible que queda después de eliminar,
bien por recogida selectiva, bien en planta de tratamiento
y reciclado, inertes como metales, plásticos, vidrio, papel,
cartón, etc. En la misma línea, cuando hablamos de usar
lodos de depuración urbana nos referimos a aquellos
originados en las plantas de tratamiento de aguas de
procedencia exclusivamente ( o muy mayoritariamente)
urbana, no industrial. Es fundamental por tanto eliminar
inertes, los cuales no van a producir ningún efecto
favorable en el suelo al no formar parte de materia
orgánica putrescible, y por supuesto, evitar la
problemática de compuestos indeseables que puedan ser
incorporados a ciertos lodos industriales. Hay que indicar
pues de manera inequívoca que los materiales de partida
que pueden constituir una adecuada fuente de materia
orgánica para los suelos, deben de ser materiales
originales de calidad, y no un residuo orgánico obtenido
de forma inadecuada.
Además de lo indicado, existen otros factores,
capaces también de generar problemas en los suelos o
cultivos cuando se adicionan enmiendas orgánicas
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 64
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

basadas en residuos orgánicos como los aquí


mencionados, y son todos aquellos derivados de su
elevado contenido en materia orgánica fresca (no
estabilizada), con un exceso a veces de sustancias
fitotóxicas y materia orgánica lábil, capaz de provocar en
el suelo competencia entre microorganismos y planta por
algún nutriente, como el nitrógeno, Tampoco hay que
olvidar que pueden existir problemas de microorganismos
patógenos no deseables, así como mal olor. Todos estos
aspectos, derivados como hemos dicho de ser materiales
orgánicos frescos, son subsanables si se realizan
adecuados procesos de estabilización de dichos
materiales orgánicos. Los procesos de compostaje son,
actualmente, los más empleados para conseguir la
mencionada estabilización. El paso del material por fases
mesófila, termófila y de maduración consigue sin duda
destruir sustancias fitótoxicas y microorganismos
patógenos, garantizando su saneamiento y originando a
su vez una materia orgánica más humificada y útil para
ser empleada como fertilizante orgánico en los suelos
(Banegas et al., 2007). El saneamiento aludido debe de
considerarse prioritario e imprescindible cuando el uso de
una enmienda orgánica sea en agricultura.
Llegados a este punto deberíamos de decir con
claridad lo siguiente: cuando los materiales orgánicos no
resulten contaminados con inertes, o bien con otros
contaminantes inorgánicos u orgánicos tipo metales
pesados, PCB`S, etc., y sean sometidos a adecuados
procesos de estabilización de su materia orgánica, podrán
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 65

ser empleados en agricultura o rehabilitación de suelos


como enmendantes orgánicos sin ningún riesgo, y con los
beneficios consabidos que reporta al suelo toda adición
de materia orgánica:

x Mejora de las propiedades físicas del suelo.


x Aumento de los contenidos de materia orgánica y
nutrientes.
x Clara mejora de su fertilidad biológica y bioquímica.
x Como consecuencia de su empleo se consigue una
calidad del suelo adecuada para que éste sea un soporte
de vegetación estable.
Consideramos básico, en primer lugar, ser
conscientes de que las enmiendas orgánicas debe ir
encaminadas a mejorar la calidad del suelo donde se
adicionan, y nunca a ser un método encubierto de
eliminación irracional de residuos. Es necesario partir de
materiales de calidad. Es por ello que todas las políticas
tendentes a mejorar recogida selectiva en basuras, con
una buena separación de la fracción orgánica sin
contaminantes, así como a la obtención de lodos de
depuración urbana sin contenidos metálicos, hay
necesariamente que apoyarlas e incentivarlas. De esta
forma, no existirá conflicto alguno desde el punto de vista
medioambiental para su empleo.
En segundo lugar, consideramos que las
legislaciones deben de acometer con destreza las nuevas
situaciones que se pueden originar de utilización masiva
de enmiendas orgánicas no tradicionales, en concreto
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 66
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

sobre la base de residuos orgánicos de origen urbano.


Dicha legislación ha de ser consciente de que el uso de
estas enmiendas puede ser continuado, y que por tanto,
debe considerarse de interés establecer la detección de
contaminantes que no se habían tenido en cuenta hasta
ahora, a fin de que se ponga coto a los mismos (residuos
de plaguicidas, etc.). En la temática concreta de metales
pesados, lo ideal sería que no existiesen dichos metales;
pero si los hay, convendría quizás marcar valores más
restrictivos en lo que respecta a su contenido total, y
obligar, así mismo, a la determinación de fracciones
extraíbles, más representativas de la potencial
peligrosidad del paso a la planta de dichos elementos.
Además de existir una legislación sobre los
residuos orgánicos que pueden ser reciclados en el suelo
como enmie3ndas orgánicas, también existen normativas
respecto a las dosis permitidas en función del nivel de
metal pesado y tipo de suelo (Real Decreto 1310/1990 de
20 de Octubre). Y es aquí donde interesa hacer hincapié
en el aspecto del control. Las administraciones
correspondientes deben de tomar parte activa, y regular
con exactitud los controles que sean precisos, y quién los
debe de realizar, para que su empleo no suponga riesgo
alguno en el tiempo.

Nuestra postura es totalmente abierta al USO


RACIONAL (nunca un uso arbitrario) de nuevas fuentes
de materia orgánica que puedan ser adicionadas a los
suelos con garantía. En este sentido, aquellas de origen
urbano, o las que sin serlo cumplan los condicionantes de
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 67

no contaminación expuestos con anterioridad, pueden


constituir un conjunto de enmiendas orgánicas
económicas, así como una base para:

a) Una adecuada Agricultura Sostenible, donde el empleo


de fertilizaciones orgánicas permita un menor consumo de
fertilizantes minerales, así como de otros agroquímicos
debido a su efecto como biocontrol.

b) Estrategias contra la degradación y desertificación de


suelos, permitiendo así la conservación de un recurso
natural clave para el mantenimiento de la vida.
Como CONCLUSION de todo lo aquí se ha
expuesto, queremos dar un SI CON CONDICIONES al
reciclado en el suelo de materiales orgánicos diversos
(como los de origen urbano). Su empleo nunca debe
ofrecer problemas para los suelos donde se adiciona, y
mucho menos constituir riesgo alguno para plantas,
animales y hombre. Su uso debe por tanto ofrecer
garantías suficientes en el sentido anteriormente
mencionado. Por ello proponemos tener presentes las
siguientes consideraciones para un adecuado empleo de
este tipo de materiales orgánicos:
„ Mejorar decididamente los procesos de generación de
residuos orgánicos, en particular los de origen urbano,
con el fin de procurarles la mejor calidad, y por tanto la
menor contaminación posible en compuestos indeseables
como inertes, metales pesados, etc. Políticas de
recogidas selectivas para las basuras urbanas y de
separación de efluentes (urbanos e industriales) en el
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 68
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

caso de lodos en las plantas de depuración de aguas, así


como la eliminación de riesgos en general para cualquier
residuo orgánico que quiera ser reciclado en el suelo,
deberían de ser mayoritariamente apoyadas.
„ Necesidad de realizar análisis de control de calidad
más exhaustivos que los que actualmente se exigen, para
aquellos residuos orgánicos que vayan a ser reciclados en
el suelo.
„ .Rechazo claro para ser reciclados en el suelo de todos
aquellos residuos orgánicos que no generen un claro
“beneficio” al suelo y a su funcionalidad, y por supuesto,
rechazo de todos aquellos que puedan originar en los
suelos donde se adicionan riesgos de contaminación a
corto, medio y largo plazo.
„ Realización, en particular cuando su empleo sea en
agricultura, de procesos de estabilización para el
saneamiento de estos materiales orgánicos, bien
ejecutados y controlados.
„ Necesidad de ofrecer información concisa, tanto sobre
las características de los residuos que pueden ser
empleados como enmendantes de suelos, como de sus
formas de empleo.
„ Obligatoriedad de establecer controles de seguimiento
coherentes, eficaces, y sobre todo reales, sobre aquellos
suelos que son enmendados, ofreciendo las
recomendaciones oportunas al usuario de este tipo de
productos.
CARLOS GARCÍA IZQUIERDO 69

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79

Discurso de contestación a cargo del


Académico de Número

Ilmo. Sr. D. Antonio Cerdá Cerdá


ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 80
ORGÁNICOS
___________________________________________________________
81

En primer lugar quiero expresar mi agradecimiento


y satisfacción a la Academia de Ciencias de la Región de
Murcia por tener la oportunidad de contestar y glosar los
méritos científicos del Prof. García Izquierdo en su
incorporación como miembro numerario a nuestra
Academia de Ciencias. El Prof. García Izquierdo es un
científico que, para mí, ha tenido un enorme mérito, por su
gran vocación investigadora, por su entusiasta dedicación
la seriedad de sus trabajos. Inicia su contacto con el
mundo de la ciencia, ya licenciado en Ciencias Químicas,
como ayudante de investigación en la Estación
Experimental de Zonas Áridas de Almería (EEZA),
perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), donde permanece dos años. Durante
este tiempo entra en contacto con la problemática
existente en muchos de nuestros suelos del Levante
español: la falta de productividad relacionada con su baja
fertilidad y contenido en materia orgánica, así como la
necesidad de emprender acciones para protegerlos y
conservarlos para futuras generaciones. Es aquí donde se
inicia su interés por el conocimiento científico del suelo
como microcosmos y como soporte y sustentador de la
vegetación. Es este uno de los problemas de
investigación fundamentales en un país como España,
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 82
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

donde la extrema aridez, la erosión y la falta de suelo de


calidad son factores limitantes y, sin embargo, la
agricultura no sólo es un sector económico importante,
sino también estratégico para la producción de alimentos.

Su incorporación en el año 1984 al Centro de


Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS), en el
Departamento liderado por el Prof. Costa, supone la
afirmación definitiva de su vocación investigadora. Desde
mi punto de vista el Prof. Costa, ejemplo de humanidad,
profesional cualificado y gran referencia científica, ha
tenido un papel decisivo en la formación y aptitud del Prof.
García Izquierdo por el conocimiento de la importancia de
la materia orgánica en los suelos. En un suelo agrícola la
proporción de materia orgánica es generalmente
pequeña, aunque muy dinámica y necesaria para la
génesis del mismo, ya que favorece su granulación, su
capacidad de retención de agua y es fuente de energía y
de vida para los seres vivos que pueblan el suelo (plantas,
microorganismos, insectos, anélidos, etc., de manera que
la mayor parte del S y N se encuentran en forma orgánica.

El Prof. Costa y su equipo de colaboradores


estaban involucrados en la necesidad de acometer de
forma decidida actuaciones sobre nuestros suelos,
muchas veces sometidos a procesos de erosión,
83

degradación y desertificación, para lograr su protección


como recurso natural. Las mencionadas acciones
pasaban por incrementar los contenidos en materia
orgánica de calidad para contrarrestar dichos procesos y
mejorar su fertilidad y productividad. Sus objetivos de
investigación se centraban en los procesos
biotecnológicos de bajo coste, útiles para sanear
enmiendas orgánicas no tradicionales, formadas a partir
de residuos orgánicos de diferente origen, convirtiéndolas
así en materia orgánica útil para esos suelos. Esto
convertiría a los mismos en adecuados soportes de una
vegetación estable, repercutiendo en una mejora en la
producción y rendimientos de las plantas allí instaladas.
Se vislumbraba ya en esa época la necesidad de abrir
camino hacia lo que hoy llamamos SOSTENIBILIDAD.

La obtención de materia orgánica de calidad a base


de “sanear” diversos residuos orgánicos (desde aquellos
procedentes de residuos de ciudad, como lodos de
depuración de aguas residuales o la fracción orgánica de
basuras domésticas, hasta otros de origen animal o
agroindustrial), y convertirlos, mediante adecuados
procesos biotecnológicos de bajo coste (compostaje), en
verdaderos “subproductos”, ya que dejan de ser residuos
al adquirir un valor como enmienda de suelos. Con este
trabajo se propuso considerar los beneficios de un
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 84
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

binomio: conseguir materia orgánica para mejorar la


fertilidad de nuestros suelos y que dicha materia orgánica
sea generada a partir de residuos orgánicos, con el
beneficio ambiental que supone darles una salida racional,
coherente y no contaminante. Todo este “macroobjetivo”
de investigación se materializó en su Tesis Doctoral,
leída en la Universidad de Murcia a finales de los 80.

Los resultados obtenidos, en los que se combina la


investigación básica con la aplicada, sirvieron para tratar
ciertos residuos orgánicos generados en nuestros
sistemas de producción, previo saneamiento con
biotecnologías siempre de bajo coste, convirtiendo dichos
residuos en subproductos útiles como enmiendas
orgánicas que pueden ser reciclados en los suelos sin
riesgo para los mismos. Todo su trabajo aportó también
información válida para las administraciones locales,
regionales, estatales y europeas sobre la utilidad de estas
acciones, fomentando la opción de reutilizar los residuos
orgánicos de forma medioambientalmente correcta, para
que después adicionándolos al suelo sirvieran para frenar
los procesos degradativos y de desertificación.

El Prof. García Izquierdo, una vez realizada su


Tesis Doctoral, en su afán de seguir profundizando en el
conocimiento de cómo la vida que hay en el suelo influye
85

en los procesos beneficiosos de la materia orgánica, llevó


a cabo una estancia posdoctoral de un año y medio de
duración en el CNR de Pisa (Italia). Esta estancia le sirvió
para especializarse en aspectos de ciencia básica
encaminados a la enzimología de suelos, con el objetivo
de explicar las ventajas de las acciones que entonces se
proponían (adición a los suelos de enmiendas orgánicas
de calidad, y los efectos que se derivan de esta
estrategia). Ello le permitió estudiar y dar a conocer
aspectos tan interesantes como el efecto de la adición de
materia orgánica sobre la fijación de carbono en el suelo
(y el resultado sobre la disminución de su salida a la
atmósfera como CO2, mitigando así el efecto
invernadero), o su efecto sobre los ciclos de nutrientes y
la verdadera funcionalidad del suelo. Esta estancia le
supuso también dominar tecnologías muy punteras dentro
de la Ciencia del Suelo, tales como la genómica y la
proteómica, así como la enzimología de suelos, capaces
de dar respuesta a los efectos que se esperan cuando se
realizan acciones como las propuestas, en el ámbito del
conocimiento de la funcionalidad del suelo a través de su
biodiversidad microbiana funcional, así como la
interacción entre las poblaciones y sobre todo con las
plantas que se cultivan sobre el mismo.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 86
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

Después de su regreso al CEBAS-CSIC, el Prof.


García comenzó a formar su propio grupo de
investigación en Enzimología y Biorremediación de
Suelos y Residuos Orgánicos, centrándose su actividad
en profundizar en el conocimiento de la materia orgánica y
en la búsqueda de nuevas fuentes, su tratamiento y
reciclado en el suelo con fines agrícolas o de recuperación
de suelos. El Grupo, compuesto por 18 personas, entre
personal investigador, técnico, así como personal en
formación pre y posdoctoral, tiene carácter pluridisciplinar
(biólogos y químicos) e internacional, habiendo participado
en proyectos de investigación en los diferentes Programas
Marco de la UE en el área de Agricultura y Medio Estudio
de la Materia Orgánica.

La producción científica del Grupo ha tenido desde


sus comienzos un importante carácter cualitativo y
cuantitativo, siendo un grupo pionero en España en esta
línea de investigación, abordando también aspectos como el
estudio de bioindicadores, de procesos de degradación,
de contaminación (dosis ecológica) y biorremediación de
suelos, así como uso de enzimas como indicadores de
cambios de sustratos en la transformación de materiales
orgánicos, en procesos de bioestabilización de materiales
orgánicos de nueva generación (en particular aquellos de
origen urbano), mediante tecnologías de bajo coste, en
87

bioquímica y microbiología de suelos y materiales


orgánicos, en actividad microbiana como bioindicador de
calidad de suelos, así como el uso de materiales
orgánicos en agricultura orgánica y ecológica, con
especial relación a sus efectos como biopesticida sobre
ciertos microorganismos patógenos. También ha
abordado estrategias para combatir procesos de
degradación y desertificación del suelo mediante la
adición de enmiendas orgánicas (materiales orgánicos de
nueva generación) al mismo y estudio de los efectos
sobre su calidad y productividad sostenible, así como
sobre la fijación del C.

El trabajo y la trayectoria científica e investigadora


del Prof. García Izquierdo ha permitido alcanzar grandes
logros validando una brillante carrera profesional. Dentro
del CSIC ha pasado por las escalas de Científico Titular e
Investigador Científico, llegando en el año 2003 a
Profesor de Investigación, máximo escalafón profesional
dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC).

El componente aplicado de su investigación y su


relación directa con los problemas reales le ha permitido
realizar contratos de investigación, en los que
desarrollado la transferencia tecnológica de su
investigación a empresas de la importancia de REPSOL
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 88
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

PETROLEO, FERROVIAL-CESPA, EMUASA o


FERTIBERIA.

Además de los mencionados Contratos con


Empresa, ha captado fondos procedentes de proyectos de
índole regional y estatal. Especial mención merecen los
proyectos europeos que ha llevado a cabo el Dr. García
Izquierdo, que ha sido y es en la actualidad responsable
científico español de proyectos europeos encuadrados
dentro del V, VI y VI Programa Marco del la UE,
generando fondos, hasta el momento, por valor de 2,5
millones de euros para su grupo.

Es autor-coautor de más de 100 artículos científicos


publicados en revistas con elevados índices de impacto
dentro del SCI y dentro de su temática. La calidad de su
investigación se refleja en su Índice H, indicativo de la
validez internacional de dichos trabajos, el cual se sitúa en
un valor de 25, muy elevado para científicos dentro de su
área de investigación. Ha dirigido hasta el momento 7 Tesis
Doctorales. Asimismo, ha colaborado en la dirección de 3
Tesis Di Laurea en la Universidad de Pisa (Italia), y en más
de 10 Tesis de Licenciatura y trabajos fin de carrera.

La formación científica del Dr. García Izquierdo le ha


capacitado para desempeñar labores dentro del ámbito de
89

la Gestión de la Investigación, y entre dichas labores


merece la pena destacar las siguientes:

„ Director del CEBAS-CSIC desde el año 2005 hasta


la actualidad.

„ Miembro de la Comisión de Área de Ciencias


Agrarias del CSIC entre 2004-2008, y, en la
actualidad, Coordinador Adjunto de la Comisión de
Área de Ciencias Agrarias recientemente creada.

„ Miembro de la CODIR, Comisión de Asesoramiento


al Presidente del CSIC

„ Miembro del Comité de Expertos del Ministerio de


Desarrollo Rural y Marino, dentro de Fertilización
Orgánica.

„ Presidente y fundador del Grupo Nacional de


Enzimología de Suelos desde 1997.

„ Presidente de la Sección de Biología del suelo


desde 2006, dentro de la Sociedad Nacional de la
Ciencia del Suelo.

„ Miembro de diferentes Comités Internacionales de


Ciencia del Suelo, y revisor de numerosas revistas
científicas integradas en el SCI.
ENMIENDAS ORGÁNICAS PARA SUELOS BASADAS EN RESIDUOS 90
ORGÁNICOS
___________________________________________________________

„ Participación en Cursos y Master universitarios, y


en particular, su colaboración en Cursos de
Doctorado del Tercer ciclo, tanto en la Universidad
de Murcia como en la Universidad Politécnica de
Cartagena, o en la Universidad Autónoma de
Madrid. Desde el año 1998, el Dr. García viene
ejerciendo como profesor del Tercer Ciclo de forma
ininterrumpida.

„ Ha impartido conferencias, dentro y fuera del


ámbito de congresos nacionales e internacionales.

Su intensa y fructífera actividad investigadora a lo largo


de su ya dilatada carrera le ha permitido relacionarse con
los investigadores más prestigiosos a nivel mundial en su
materia, así como participar en la edición de libros y en la
organización de congresos relacionados con su temática de
trabajo. La internacionalización de su trabajo científico le ha
permitido adquirir contactos útiles para entrar en diversos
consorcios europeos como partner, para la integración de
su grupo de investigación en varios proyectos comunitarios.

El Prof. García Izquierdo futuro académico, tiene la


ilusión, honradez y patriotismo necesarios, como dijo
nuestro Nobel D. Santiago Ramón y Cajal, para realizar el
trabajo vocacional de investigación.
91

En definitiva, creo que el Prof. García Izquierdo


reúne méritos más que suficientes, tanto desde el punto
de vista científico como de gestión de la actividad
investigadora y de sus relaciones con los profesionales
más prestigiosos de su materia de investigación a nivel
mundial, para ser miembro de esta Academia de Ciencias.
Por otra parte, su formación y especialidad contribuye a la
de las disciplinas que conforman nuestra Academia.

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