ORGANIZATE CON EFICACIA - Resumen
ORGANIZATE CON EFICACIA - Resumen
ORGANIZATE CON EFICACIA - Resumen
RESUMEN EJECUTIVO
El libro Organízate con eficacia es más que sólo un libro sobre organización del tiempo, de gestión
empresarial o de mejoramiento de la productividad personal. Organízate con eficacia es un sistema
de gestión integral de la propia vida.
A través de dos ideas principales; la gestión vertical y la gestión horizontal, el autor nos va
introduciendo en esa combinación perfecta entre pensamiento y acción. Utiliza la gestión vertical para
hablarnos de nuestro proceso de planificación natural y los procesos lógicos inmersos en ella; método
que también se debe emplear en la organización de los proyectos. Al hablarnos de gestión horizontal,
nos habla de un proceso más global que enmarca todos los pensamientos del ser humano que
pueden traducirse en actividades. Considera la gestión horizontal como un proceso que implica: la
recopilación, el procesamiento, la organización, la revisión y la acción.
En este nuevo milenio ha surgido una paradoja: la gente mejora su calidad de vida, pero al mismo
tiempo su nivel de estrés se dispara al asumir una carga mayor de la que sus recursos le permiten
manejar. Es como si comieran con los ojos. Y, de un modo u otro, la mayoría de las personas están
frustradas y perplejas en lo que respecta a mejorar su situación. Necesitamos nuevos métodos,
tecnologías y hábitos de trabajo que nos ayuden a dominar nuestro mundo.
Existe un modo de controlarlo todo, relajarse y hacer las cosas importantes con el mínimo esfuerzo,
en todos los ámbitos de su vida y su trabajo. Es, en ese punto es donde la metodología de Organízate
con eficacia tendrá más impacto en su vida, puesto que le mostrará cómo recuperar el estado de la
«mente como el agua», con todos sus recursos y facultades funcionando a tope.
Gestión vertical y gestión horizontal de las acciones
Necesita controlar compromisos, proyectos y acciones de dos maneras: horizontal y vertical. El control
«horizontal» mantiene la coherencia en todas las actividades en las que usted participa. El control
«vertical», en cambio, dirige las subidas y bajadas del pensamiento por la escalera individual de
asuntos propios y proyectos individuales. Para ambos tipos de actividades, necesita sacarlo todo de la
cabeza y convertirlo en acciones; ¿cómo? En las próximas líneas del presente resumen, lo aprenderá.
1. Recopilación. Para que su mente abandone la tarea de nivel inferior de intentar pillarlo todo,
tiene que saber que realmente ha capturado todo lo que puede representar algo que debe
hacer, y que en algún momento de un futuro próximo lo procesará y lo revisará. Para ello,
puede valerse de diversas herramientas como: una bandeja, hojas en blanco, aparatos
electrónicos, correos electrónicos, etc. Lo importante es que cumplan tres requisitos: 1)cada
frente debe estar abierto en el sistema de recopilación y fuera de su cabeza 2)Tenga sólo el
mínimo de cestos de recopilación 3)Vacíelos periódicamente.
2. Procesamiento. Es la forma de pensar que tienen las personas para vaciar los cestos de
recopilación. Básicamente se basa en el esquema principal (ver gráfico)
3. Organización. La parte externa del diagrama del flujo de trabajo muestra las ocho categorías
diferentes de recordatorios y elementos que resultan del procesamiento de todas las
«cosas», y conforma un sistema total para organizar todo lo que esté en su bandeja y lo que
podría añadirse al cabo del día o de la semana.
4. Evaluación. Evaluar significa revisar periódicamente las actividades a realizar –lo que está en la
agenda y las acciones siguientes-de modo tal que nos permita recordarnos de estas cosas en
el momento y en el lugar necesarios. Todo lo que potencialmente pueda requerir acción debe
revisarse con la suficiente frecuencia como para evitar que la mente tenga que hacer el trabajo
de recordarlo. Eso se traduce en un comportamiento básico para conseguir el éxito: la revisión
semanal.
Debería revisar semanalmente todos sus frentes abiertos (es decir, proyectos), planes de
proyectos activos, y listas de «Próximas acciones», «Orden del día», «A la espera» e incluso «Tal
vez/algún día». La revisión semanal es el momento de reunir y procesar todas las cosas, revisar
su sistema, poner al día sus listas, estar limpio y despejado, al día y completo. Cuanto más
completo sea el sistema, más confiará en él; y cuanto más confíe en él, más motivado estará
para mantenerlo al día. La revisión semanal es la llave maestra para mantener el nivel.
5. Hacer. El propósito básico de administrar bien el flujo de trabajo es facilitar que se decida
correctamente lo que se hace en cualquier momento. Para facilitar estas decisiones, el autor
propone tres modelos:
El modelo de cuatro criterios para escoger acciones en el momento, que considera elementos
como la situación, el tiempo disponible, las energías disponibles y la prioridad de la actividad.
El modelo triple para evaluar el trabajo diario, que considera: hacer un trabajo predefinido,
hacer el trabajo a medida que surge, definir el trabajo.
El modelo de seis niveles para revisar su propio trabajo, que equivale: 15000 ms-plan de vida,
12000 ms-perspectiva de tres a cinco años, 9000 ms-objetivos anuales o bianuales, 6000 ms-
áreas de responsabilidad, 3000 ms-proyectos actuales y pista de aterrizaje-acciones actuales.
1. Propósitos y principios Los propósitos tienen que ver con preguntar el porqué de las
cosas. Nunca hace daño y ayuda a definir el éxito de un proyecto, generar criterios para la
toma de decisiones, distribuir recursos, motivar, clarificar el enfoque y aumentar las opciones.
Los principios tienen que ver con los estándares y valores con los que uno se guíe. Mientras
que establecer el propósito proporciona la fuerza y dirección, los principios definen los
parámetros de acción y los criterios para la óptima realización de la tarea.
2. Visualizar resultados. Tiene que ver con el “qué”. La visión ayuda a formarse una idea clara de
qué supondría el éxito – aspecto, sabor, sensación…El enfoque que demos a las cosas en
nuestra mente condiciona tanto lo que percibimos como nuestro modo de actuar. Para
visualizar resultados debemos seguir tres pasos: a)visualizar el proyecto mucho después de la
fecha de finalización, b)visualizar un éxito rotundo c)registrar los nuevos rasgos, aspectos y
valores que imagina.
3. Lluvia de ideas. Aquí entra el mecanismo del “´cómo”. Registre sus ideas ya sea por medio del
clustering, patterning, pensamiento en red o mapas mentales. Cualquier técnica al final cumple
la misma función: expresar y retener la idea. Las claves para seguir este paso son: no juzgar,
ponderar o criticar cualquier idea, buscar la cantidad no la calidad, dejar en segundo plano el
análisis y la organización.
4. Organizar.- Responde al “cuándo”. La organización suele producirse cuando se identifican
componentes y subcomponentes, secuencias, actos y prioridades. Los pasos claves que hay
que seguir en esta etapa son: identificar las partes significativas, organizar componentes,
secuencias y prioridades y detallar tanto como sea necesario.
5. Planificar acción siguiente. Nos preguntamos ¿cuál es la acción siguiente? Decida las
acciones siguientes para cada una de las partes móviles actuales del proyecto. Si es necesario,
decida la acción siguiente del proceso de planificación. No lo olvide, debe planificar hasta el
grado que le permita olvidarse del proyecto.
Prepare el espacio Lo básico es una superficie plana sobre la cual escribir y donde colocar una
“bandeja de entrada”.
Dotarse de las herramientas necesarias. Las buenas herramientas no tienen por qué ser
necesariamente las más caras. Supongamos que comienza de cero, necesitará: bandejas para papel
(tres por lo menos), un paquete de hojas de papel tamaño A4, un bolígrafo o lápiz, post it medianos,
clips, grapadora, cinta adhesiva, impresora de etiquetas, archivadores, calendario o agenda y
papeleras.
El sistema de archivo Es importante un archivo de referencia general donde incluya artículos, folletos,
papeles, notas, impresiones que desee conservar y que no incluya aspectos especializados. Tenga sus
archivos de consulta general al alcance de la mano, tenga un solo sistema alfabetizado no sistemas
múltiples, tenga siempre carpetas por estrenar, mantenga los cajones a menos de tres cuartos de su
capacidad, etiquete sus carpetas, hacer limpieza de sus archivos por lo menos una vez al año.
RECOPILACIÓN: PONERLES CERCO A LAS “COSAS”
Existen razones muy prácticas para recopilar todo antes de procesarlo: resulta útil para hacerse una
idea del volumen de material al que deberá enfrentarse, permite saber dónde está el “final del túnel”
y aumenta su concentración.
Recopilación física. La primera actividad consiste en buscar en su entorno físico todo aquello que esté
permanentemente fuera de lugar, o que no esté bien, y colocarlo en la «bandeja de entrada». Excepto
objetos de decoración, aparatos electrónicos, material de escritorio, material específico de consulta.
Debe tener en cuenta que puede haber muchas más cosas de las que caben en una bandeja de
entrada, que probablemente decida pasar a inspeccionar y organizar las cosas, que haya recopilado y
organizado parte de las cosas, que se encuentre con algunos elementos críticos que no quiera perder
de vista.
Comience por lo que se encuentra encima del escritorio, continúe por los cajones, espacios
superiores, dentro de los armarios, suelos, paredes y estantes, aparatos y mobiliarios, y otros lugares
que ocupe.
Recopilación mental. ¿Qué sucede con las cosas que retienen su atención y no están representadas
por algo en el cesto? Escriba cada pensamiento, cada idea, cada proyecto que merezca su atención en
una hoja aparte. Lo importante es la cantidad, ya tendrá tiempo de procesarlas. Recuerde: en cuanto
se le ocurra algo, escríbalo en un papel y métalo al cesto.
Una vez que haya terminado, estará listo para dar el paso siguiente:
Vaciar el cesto no significa llevar a cabo todas las acciones y proyectos que ha ido recopilando, sino
sólo identificar cada uno de los elementos y decidir qué son, qué significan y qué va a hacer con ellos.
Cuando haya terminado de vaciar el cesto habrá eliminado lo que no necesita, completado todas las
acciones que requieren menos de dos minutos, confiado a otros tareas que puede delegar, colocado
en su sistema organizativo recordatorios sobre acciones que requieren más de dos minutos,
identificado cualquier compromiso mayor (proyecto) que tenga basándose en la información
disponible.
Reglas de procesamiento.-
a) procese en primer lugar el elemento que esté arriba de todo
b) procese los elementos de uno en uno
c) nunca vuelva a meter por segunda vez nada en el cesto.
Pregunta clave del procesamiento.- ¿Cuál es la acción siguiente? Si no hay nada que hacer puede
elegir; eliminar la idea, incubarla (algún día/tal vez-agenda) o archivarla como material de consulta. Si
hay que hacer algo con alguno de los elementos del cesto debe elegir entre: hacerlo (si demora
menos de dos minutos), delegarlo o aplazarlo.
Identificar sus proyectos El autor define como proyecto cualquier resultado que pretenda conseguir y
que requiera más de una acción para concluirlo. Elabore una lista con todos estos proyectos para
recordar que tiene estos “frentes abiertos” por resolver.
Las casillas externas del diagrama del flujo de trabajo (ver gráfico) muestran los principales grupos en
los que las cosas quedarán encuadradas mientras usted decide qué son y qué ha de hacer con ellas.
Categorías básicas.- Existen siete tipos primarios de cosas a las que deberá seguir la pista y manejar
de forma organizada: a) una lista de proyectos b) material de apoyo para los proyectos c) acciones e
información con fecha fijada de antemano d) una lista de acciones siguientes e) una lista de a la
espera f) material de consulta g) algún día, tal vez.
Recuerde establecer límites claros entre las categorías, agruparlas en listas y carpetas, estableciendo
recordatorios de acciones y agendando dichas acciones.
Categorías de recordatorios de acción más frecuentes. Entre ellas enumeramos: las llamadas, el
ordenador, la movilidad, recados, en la oficina, en casa, citas, leer/revisar, etc.
Organizar la lista “a la espera” Este apartado no contendrá acciones separadas sino más bien cosas
delegadas o proyectos que sean responsabilidad de otras personas. Probablemente verá que es
mucho mejor tener a mano esta lista de «A la espera», en el mismo sistema que la lista de «Acciones
siguientes». El hecho de saber que la lista de «A la espera» es un inventario completo de todo lo que
espera que hagan otras personas le reportará una agradable sensación.
Administrar el flujo de trabajo derivado de los correos electrónicos.- Le recomiendo que cree un
carpeta para cualquier mensaje que requiera una acción superior a los dos minutos (de nuevo, en este
caso debería poder despachar un buen número de mensajes siguiendo simplemente la regla de los
dos minutos). A continuación puede crear una carpeta llamada «@ LA ESPERA», que se mostrará justo
al lado de la de «@CCIÓN». Entonces, cuando reciba algún mensaje que indique que alguien va hacer
algo sobre lo que usted quiere hacer un seguimiento, puede arrastrarlo hasta la carpeta «@ LA
ESPERA»..
El método detallado anteriormente le permitirá eliminar todos los mensajes que contenga la bandeja
de entrada.
Organizar recordatorios de proyectos.- El autor sugiere realizar una lista de proyectos, sin clasificar,
simplemente un listado, un índice. Algunas ocasiones es sensato sub-clasificar cuando se trata del
ámbito personal/profesional, proyectos delegados y tipos específicos de proyectos.
La clave para que sea productivo esta actividad es la revisión periódica de este material.
Algún día/Tal vez.- Haga un inventario de sus ideas creativas, escriba lo que se le ocurra. Revise sus
proyectos actuales y considere trasladar algunas acciones a esta sección, Una recomendación: no sub-
clasifique a asuntos como “pendiente de revisión”. El valor de las listas del tipo «Algún día/tal vez»
desaparece si no se les dedica la atención consciente necesaria con la constancia que requieren.
Normalmente, gran parte de ese material debe descartarse, otra parte debe ir a la lista «Leer/revisar »,
otra debe archivarse para consultar, o pasar a la agenda o a un archivo de seguimiento.
Usar un calendario o agenda para futuras opciones.- Una de las tres utilidades de un calendario es la
información diaria específica. Puede incluir en determinadas fechas, un punto de inicio para poner en
marcha un proyecto, actos en los que quieras participar y/o activadores de decisiones.
Poner en marcha un archivo de seguimiento.- Necesita cuarenta y tres separadores (treinta y uno para
los días, rotulados del «1» al «31», y doce más rotulados con los nombres de los meses del año). Los
separadores de los días se colocan en la parte delantera, comenzando con el día siguiente (si hoy es 5
de octubre, el primer separador será el «6»). Los separadores diarios representan los días que quedan
para terminar el mes (del «6» al «31»). Detrás del separador del 31» va el separador mensual del
siguiente mes («noviembre») y, detrás de éste, los separadores diarios restantes, del «1» al «5». A
continuación está el resto de separadores mensuales (de «diciembre» a «octubre»). Cada día se vacía
en la bandeja de entrada el contenido del separador del día siguiente, y éste se coloca al final de los
demás separadores diarios (es decir, en lugar del 6 de octubre pasa a representar el 6 de noviembre).
El propósito de este método de gestión del flujo de trabajo no es que su cerebro se relaje, sino
permitirle desarrollar una actividad más refinada y productiva. Para que le sirva de apoyo a la hora de
elegir las acciones apropiadas debe mantenerlo al día La revisión más frecuente será la del calendario
diario y la carpeta de asuntos diarios, en caso de que haya elaborado una, para ver el «panorama» y
hacerse una idea de lo que debe hacer. La siguiente área que deberá revisar con mayor frecuencia
serán las listas que recogen todas las acciones que podría hacer en su situación actual.
El poder de la revisión semanal Incluye todo lo que usted debe hacer para volver a vaciar la mente:
procese todos los papeles sueltos, sus notas, sus citas anteriores pendientes, sus citas futuras,
póngalo todo por escrito. Revise las listas de proyectos, de próximas acciones, a la espera, algún
día/tal vez, revise archivos pendientes y de apoyo. La revisión semanal es un proceso tan decisivo que
le obligará a desarrollar buenos hábitos, a moverse en un buen entorno y a utilizar buenas
herramientas. Organiza tu “ritual” de revisión semanal.
Hay tres marcos de prioridad que resultan extremadamente útiles a la hora de tomar decisiones sobre
acciones:
El modelo de cuatro criterios para escoger acciones al momento Estos criterios son: la situación, el
tiempo disponible, la energía disponible y prioridad.
El modelo triple para evaluar el trabajo diario En cualquier momento del día, se verá envuelto en uno
de estos tres tipos de actividad:
El modelo de seis niveles para revisar su propio trabajo, que equivale: 15000 ms-plan de vida, 12000
ms-perspectiva de tres a cinco años, 9000 ms-objetivos anuales o bianuales, 6000 ms-áreas de
responsabilidad, 3000 ms-proyectos actuales y pista de aterrizaje-acciones actuales.
¿Qué proyectos deberá planificar? Existen dos tipos de proyectos que merecen algún tipo de atención
1) los que siguen reteniendo su atención incluso después de haber determinado la acción siguiente 2)
aquellos para los que surgen ideas útiles y detalles de apoyo. Para el primero necesitará un enfoque
detallado y una aplicación específica de las cuatro fases del modelo de planificación natural (objetivo
y principios, visión y resultado, lluvia de ideas y organización). El segundo tipo de ideas exigirá un
lugar apropiado en el que puedan recogerse estas ideas y podrán quedarse allí para utilizarlas cuando
sea necesario.
Herramientas y estructuras de apoyo para las ideas de proyectos Tenga siempre a mano unos buenos
instrumentos de escritura, para que nunca se resista a pensar por no poder recoger las ideas. Además
deberá tener siempre folios y libretas a mano. Si tiene sitio, las pizarras de pared son herramientas
muy funcionales para pensar por el espacio que ofrecen. Resulta útil también plasmar las ideas sobre
el ordenador.
Las estructuras de apoyo Cree tantas carpetas y páginas sueltas como sea necesario, aproveche
también las herramientas informáticas (Microsoft Word, Inspiration, Outlook)
La clave está en sentirse cómodo generando y utilizando ideas; y también en adquirir el hábito de
centrar la energía constructivamente en los resultados planeados y los frentes abiertos, antes de verse
obligado a hacerlo por necesidad.
¿Cómo lograr no romper los compromisos que ha contraído consigo mismo? Existen tres opciones:
no contraiga el compromiso, cumpla el compromiso o renegocie el compromiso.
Un distanciamiento radical de la gestión tradicional del tiempo La razón para recopilarlo todo no es
que todo sea igual de importante, sino precisamente que no lo es. Pero los elementos incompletos y
no recopilados parecen todos iguales en cuanto a la presión que generan y la atención que nos
roban.
¡Qué nivel de recopilación es necesario? Se sentirá mucho mejor si recopila cualquier cosa que aún le
quede por recopilar. ¿Cuándo sabrá cuánto le queda en la mente por recopilar? Cuando no le quede
nada.
Mi misión personal es convertir la pregunta «¿Cuál es la acción siguiente?» en parte del proceso de
pensamiento global.
Definir el aspecto de nuestras acciones reales a un nivel elemental y organizar recordatorios de los
que nos podamos fiar son factores clave a la hora de potenciar la productividad. Se trata de técnicas
que se pueden aprender y, con la práctica, mejorar constantemente.
Porque la gente brillante es la que más aplaza sus decisiones En realidad, la gente más inteligente es
la que tiene el mayor número de elementos por decidir, tanto en su vida como en sus listas. He aquí
una solución: aligerar el esfuerzo del cerebro de forma inteligente imaginando la acción siguiente.
No caiga en el error convertir las acciones siguientes en proyectos, de volver nuevamente cosas las
acciones.
Centrarse en los resultados es una de las preocupaciones principales del ser humano y una de las
razones que motivan los libros desde los pioneros hasta los libros que hablan del pensamiento
positivo.
La importancia del pensamiento aplicado a los resultados Su vida y su trabajo están hechos de
acciones y resultados; cuando su comportamiento operativo esté acostumbrado a organizar todo lo
que le caiga en las manos, a todos los niveles y basándose en esa dinámica, se producirá una
conjunción y surgirán cosas maravillosas. Será cada vez más productivo, creará cosas y hará que
sucedan.
El cambio hacia una cultura de organización positiva El microcosmos en el que la gente gestiona sus
«bandejas de entrada», sus correos electrónicos y sus conversaciones con los demás, se reflejará en la
macro-realidad de su cultura y su organización.
Los problemas y los conflictos no desaparecerán, seguirán siendo una parte inherente a los intentos
de cambiar (o mantener) cualquier cosa en este mundo. Sin embargo, las pautas operativas que
propone este libro le proporcionarán el marco y el modo para abordarlos de la forma más productiva.
CONCLUSIÓN
Organízate con eficacia es un mapa de carreteras que le llevará hasta el enfoque positivo y relajado
que le hace ser más productivo.
Ahora bien, para que los resultados se mantengan deberá hacer una serie de cosas que tal vez no
haya adoptado aún como hábitos: mantenga todo fuera de su cabeza; decida las acciones y los
resultados la primera vez que las cosas aparezcan en su radar en lugar de esperar; revise y actualice
regularmente el inventario completo de los frentes abiertos en su trabajo y en su vida. Espero que a
estas alturas ya haya marcado un punto de referencia para el valor que generan estas pautas. Sin
embargo, no se sorprenda si tarda un poco en automatizarlas. Sea paciente y disfrute del proceso.