Tierra Nueva-Patria Nueva
Tierra Nueva-Patria Nueva
Tierra Nueva-Patria Nueva
CAPÍTULO TIERRA
RESUMEN EJECUTIVO
De allí que este Plan afirme la plena vigencia de la consigna alberdiana “Gobernar es
Poblar”, pero ahora repensada desde una política de fomento de la migración interna y
la redistribución poblacional, tendiente a la desconcentración de las grandes ciudades
y el repoblamiento de las zonas rurales. Como tal, es un proceso que debe ser
impulsado con un fuerte protagonismo estatal, en una dinámica sinérgica con las
organizaciones populares urbanas y rurales del país, cooperativas agrícolas, los
movimientos campesinos y las comunidades originarias.
También será necesario una batería de legislación que además de delinear los
contornos generales de aplicación y ejecución del Plan en su integridad, sirva también
a modo de regulación de cada una de las actividades laborales, planes de fomento e
impulso específicas que hacen parte de la presente propuesta.
Respecto de la tierra, el criterio que se propone, para una primera etapa, corresponde
a utilizar y recuperar los antiguos trazados de los ferrocarriles, dando utilidad a la tierra
(en muchos casos apropiada indebidamente por grandes terratenientes o productores
privados), edificios, materiales hoy abandonados y en desuso. En segundo lugar, se
propone recuperar la muy numerosa cantidad de tierra correspondiente a Unidades
Productivas de propiedad fiscal existente, la que se según datos de INDEC-CNA,
corresponde a un total de 5.797.440 hectáreas en todo el país.
El acceso a esa tierra rural fiscal en la actualidad adquiere una enorme complejidad,
dada la diversidad de situaciones y regímenes jurídicos existentes. Por un lado, la
misma puede estar en administración federal, provincial o local. El Gobierno Nacional
tiene como entidad encargada a la Agencia de Administración de Bienes del Estado
(AABE), existiendo en las Provincias entidades de similar tenor, bajo normativas y
prácticas de gestión propias.
En los últimos años han aparecido, sobre todo en los ámbitos locales, pero también en
algunas provincias, experiencias de “bancos de tierra”, como modalidad de registro
único unificado que procura asegurar la disponibilidad y transparencia en las
concesiones. Por otra parte, existen entidades públicas descentralizadas que
administran tierra rural fiscal bajo regímenes particulares, siendo los casos más
paradigmáticos en el ámbito nacional la Administración de Infraestructuras Ferroviarias
(ADIF), el Instituto Nacional de Tecnologías Agropecuarias (INTA) y la Administración
de Parques Nacionales (APN). Nuevamente, existen situaciones similares en las
escalas provincial y local.
Como característica general se puede decir que las experiencias presentadas como
ejemplos en el presente Plan, se han desarrollado en tierras fiscales ociosas,
propiciando una política de re-funcionalización de las mismas hacia la producción
agrícola-ganadera y el asentamiento habitacional de baja densidad. Esta estrategia de
acceso a la tierra puede ser replicada en diversos territorios, para lo cual es preciso
que se aseguren algunas condiciones. En un primer momento, se considera
provechoso utilizar y recuperar los antiguos trazados de los ferrocarriles, donde se
dispone de modo regular y continuo de importantes cantidades de tierra fiscal en
Página |4
desuso en diversos territorios del país; las cuales poseen diversas instalaciones
(edificios, galpones, rieles y durmientes), infraestructuras eléctricas y materiales
varios, muchos en desuso o abandonados, y que podrían ser re-utilizados.
Ahora bien, si bien el acceso a las tierras ferroviarias en desuso y sus linderas puede
ser relevante para las experiencias piloto presentadas, y tal vez una buena estrategia
en el corto plazo, entendemos que para asegurar un real impacto transformador en el
marco de este plan, la tierra fiscal ociosa es limitada y precaria. En ese sentido,
consideramos muy importante acceder a tierra pública rural en actividad agrícola.
En el largo plazo, este proyecto prevé la creación de una ley nacional que otorgue a la
redistribución poblacional voluntaria y a la creación de Comunidades Rurales
Organizadas el carácter de interés y utilidad pública. Esto generaría la capacidad de
poder declarar sujetas a expropiación tierras rurales privadas bajo las finalidades de
este plan estratégico; creándose así un instrumento jurídico muy relevante para las
organizaciones populares y, en general, para la soberanía política, la independencia
económica y la justicia social.
Este proceso debe comenzar (como parte integral y fundamental del proceso) por
garantizar la construcción de la infraestructura necesaria para que las familias se
muden hacia las comunidades como condición sine qua non. Este periodo servirá
también para comenzar el proceso de generación de comunidad, vinculación afectiva,
conocimiento entre comunidad pre-existente y nuevos pobladores, etcétera.
El Plan en concreto posee una faceta socio-comunitaria, que a su vez, está dividida en
dos grandes áreas que aquí proponemos llamar: “necesidades básicas satisfechas” e
“ideas-fuerza para una dinámica social de encuentro y Común-Unidad”; y una faceta
productiva, que se sugiere conste de tres niveles o dimensiones: 1. La seguridad
alimentaria familiar; 2. La soberanía alimentaria comunitaria; y 3. El abastecimiento de
mercados extra comunitarios. La focalización en la producción agropecuaria no
desdeña (sólo la prioriza) otras actividades productivas o laborales no primarias que
pueden desplegarse desde y en las comunidades (desde turismo, hasta las diversas
actividades profesionales o los trabajos de servicios necesarios).
Además, será necesario extender, fortalecer y/o crear redes, servicios y medios de
comunicación para garantizar los derechos a la comunicación y la conectividad
digital. Lo que incluye tanto medios de comunicación popular al estilo radios
comunitarias, como la construcción de redes libres comunitarias y descentralizadas de
Internet, ya sea por aire o aprovechando el tendido de la fibra óptica en los casos en
los que exista. Respecto de ello, existen experiencias antecedentes exitosas que
merecen ser replicadas y ampliadas, como la Red Quintana Libre (José de la
Quintana, provincia de Córdoba), promovida por la organización AlterMundi, que es la
red libre de internet más extensa de América Latina.
En la actualidad, esos cinturones agrícolas se ven afectados tanto por la presión del
agronegocio como por la presión del desarrollismo inmobiliario, por lo que requieren de
Página |8
Por todas estas razones, una política de arraigo y fomento a la pequeña producción
periurbana aparece como estratégica y debe ser tenida en cuenta en un proyecto de
reforma territorial de la Patria. La misma podría no solo consolidar a los/as
trabajadores/as de un rubro central de la soberanía alimentaria nacional, sino
incentivar el ingreso de población popular urbana a la actividad agrícola. Aquí se
proponen dos estrategias posibles para el desarrollo de Cooperativas de Quinteros/as
Periurbanos: a) la creación de comunidades de quinteros/as sobre tierras públicas
agrícolas y/o en desuso en contexto periurbano, que incluyan un plan de construcción
de viviendas dignas y la posibilidad de acceso a créditos productivos; y b) el acceso a
crédito para la compra colectiva (organizada por las cooperativas) de tierras privadas
agrícolas en los periurbanos del país, para el desarrollo de pequeñas unidades
habitacionales-productivas, con proyectos de producción intensiva bajo cubierta (que
requieren menor extensión de tierra).
Para que exista un Área Campesina se debe: 1) Declarar la utilidad pública del toda el
área, reconociéndosele el uso y goce a las personas y familias campesinas relevadas;
2) Incorporar a la misma como categoría al Sistema de Protección de las Áreas
Protegidas del Estado Nacional; 3) Realizar un Relevamiento Territorial Campesino –
RTC de las personas y familias campesinas ocupantes del territorio; 4) La tierra puede
ser pública -inembargable, imprescriptible, intransferible y no sujeta a concesión- o
privada -sometiendo el dominio a un uso social, ambiental y culturalmente sustentable-
; 5) Procurar el co-manejo y co-gestión del Área Campesina entre el Estado (Nacional,
Provincial y/o Municipal) y la/s organización/es campesina/s.
“Pueblos Originarios”
Por otro lado, y en este mismo sentido, todo proyecto de defensa, protección y
recuperación de territorio indígena para la producción/reproducción de la vida debe
partir del cumplimiento de todos los acuerdos internacionales sobre el “Consentimiento
Libre, Previo e Informado” (CLPI) de los colectivos indígenas en torno a las políticas
públicas que los atañen particularmente. En este proyecto se hace especial hincapié
en el respeto por las prácticas y saberes culturales de los pueblos y comunidades, y
por tanto, es importante tener presente la diversidad desplegada en la ruralidad (tal y
como la venimos caracterizando) y avanzar hacia la construcción de vínculos
respetuosos y constructivos.
Por último, este proyecto y las acciones concretas que de aquí se deriven, tiene que
respetar y no contradecir la legislación internacional, nacional y/o provincial en materia
indígena existente al momento de la ejecución.
Tales políticas deben socializarse antes de ejecutarse para garantizar que cubren las
necesidades de los pescadores, considerando tanto los aspectos técnicos como las
carencias socio-económicas de estas comunidades, balanceando adecuadamente los
aspectos biológicos, tecnológicos y productivos. Esto requiere de un diagnóstico
participativo para su efectiva ejecución, que defina estrategias asertivas
mancomunadas en el marco de un plan federal, que estandarice las normas e
iniciativas de diversos entes tanto nacionales como provinciales en pos de
emprendimientos comunitarios territoriales en nuestros ríos, espejos de agua, lagos y
mares, contribuyendo integralmente a una Soberanía Alimentaria Nacional protectora
de los recursos naturales.
Respecto de ello, y siendo el objetivo principal que se propone en este punto la auto-
construcción por parte de las familias que se radicarán en distintas zonas rurales o
periurbanas, los cálculos y proyección de tiempos de trabajo nos dan que, a ritmo de
construcción constante y simultáneo, habría 20/22 personas trabajando durante un
lapso mínimo de 6 meses en cada módulo de 10 viviendas.
1 Otorgando especial atención a quienes fueron hace algunas décadas aliados en contra de la
Argentina en la Guerra de Malvinas, a saber Inglaterra, Estados Unidos y la OTAN en su conjunto.
P á g i n a | 12
Todas estas situaciones de riesgo se ven favorecidas tanto por la escasa densidad
poblacional en vastas extensiones, como por la concentración poblacional urbana
desmedida y no controlable en limitada superficie. Ante este panorama consideramos
que una estrategia defensiva de la soberanía nacional exige con urgencia un
programa serio y sostenido de redistribución poblacional, mediante el cual se
descompriman los grandes centros urbanos, se creen condiciones
habitacionales en áreas de baja densidad poblacional y se promueva el
asentamiento estratégico de población concientizada del valor patriótico de la
presencia en cada rincón de nuestro territorio.
Entendiendo que todo el Plan tendría un fuerte impacto en la vida política federal de
nuestro país, como en lo que refiere a la Soberanía y Defensa Nacional, y obviamente
en lo relativo a los aspectos económico, social, ambiental y sanitario, es que
entendemos que este Plan Estratégico es fundamental para una refundación urgente y
necesaria de la Patria. Razón que nos impulsa a proyectar, organizarnos e insistir en
caminar en este sentido.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN15
FUNDAMENTACIÓN16
ANTECEDENTES25
PLAN40
a. Factibilidad: proyectar desde lo existente. La importancia de procesos
organizativos en movimiento40
b. Política de acceso a tierra rural para el desarrollo del Plan41
c. Comunidades Rurales Organizadas para una Vida Digna y Libre de Violencias42
d. Modelo productivo sustentable e integrado al mercado interno y la seguridad
alimentaria50
e. Módulos diferenciados para la ejecución del Plan52
Módulo “Cooperativas de quinteros periurbanos – COQUIP”53
Módulo “Áreas Campesinas para la Soberanía Alimentaria”56
Módulo “Asociaciones de vecinos: nueva ruralidad”59
Módulo “Pueblos Originarios”59
Módulo “de comunidades costeras y ribereñas”62
BIBLIOGRAFÍA72
P á g i n a | 15
INTRODUCCIÓN
Martínez Estrada (1968) expresó que la ciudad de Buenos Aires fue conformada por
un movimiento centrípeto y no de expansión. Desde la Unión de Trabajadoras y
Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) creemos que las condiciones sociales,
económicas y políticas de la Argentina nos dicen que ha llegado el inexorable
momento de apostar por la construcción del movimiento inverso. Una expansión
centrífuga, del centro hacia la periferia, es el único modo en que este país pueda
proyectar un futuro (y un presente) con vida digna para sus habitantes: con salud,
trabajo, tierra y alimentos para todes; una soberanía nacional estable en todo su
territorio y un federalismo que supere las buenas intenciones. Es el momento de
repensarnos y actuar para la Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia
Social del siglo XXI.
FUNDAMENTACIÓN
a. Coyuntura actual
Debemos comenzar por marcar que las grandes ciudades modernas se han
presentado ante la pandemia como territorios eminentemente problemáticos en
términos sanitarios. Verdaderas “trampas mortales”. No es casual que paradigmas de
la urbanidad capitalista como Nueva York se conviertan en focos de contagio masivo,
o que aquellas que pudieron contener la expansión del virus debieran extremar al tope
el aislamiento físico.
Decimos que no es casual porque las megalópolis nos ofrecen a diario causas
estructurales para esperar diversos colapsos sanitarios: hacinamiento, sedentarismo,
enfermedades preexistentes asociadas a la mala calidad alimentaria, escasez o
contaminación del agua, y altos niveles de polución ambiental2; entre otros factores
que bien aplican a las grandes capitales de provincias argentinas. Específicamente
sobre la contaminación del aire urbano, algunos análisis ya esbozan la relación entre
zonas de mayor polución atmosférica y mayor incidencia de mortalidad por
coronavirus3.
Asimismo hemos visto cómo los “parates económicos” han reflejado de forma
elocuente la toxicidad de la “vida normal” de las urbes. En el caso argentino se reportó
3 Fuente: nota de El Mundo de fecha 21/04/2020: Un estudio vincula la mortalidad del coronavirus
con la contaminación en Madrid y el norte de Italia. Disponible en: https://www.elmundo.es/ciencia-y-
salud/ciencia/2020/04/21/5e9de6f1fdddffb19a8b4668.html
P á g i n a | 17
mayor gravedad allí donde existe mayor tamaño de la ciudad4. Ignorar estos datos
como parte de los sistemas sanitarios, sus implicancias directas en la vida de millones
de personas, la drástica afección que implica en la infancia5, es cuanto menos
negligente.
En esta dinámica, organismos internacionales marcan que tres cuartas partes del peso
del futuro crecimiento de la población mundial recaerá sobre áreas urbanas con
escasa o nula planificación para acomodar y brindar servicios básicos. Esta es una
tendencia que ya conocemos bien en los conurbanos argentinos, no sólo de las
grandes capitales sino de varias ciudades intermedias.
4 Fuente: nota de Diario Perfil de fecha 17/04/2020: Disminuyó la contaminación atmosférica por
la cuarentena. Disponible en: https://www.perfil.com/noticias/ciencia/disminuyo-la-contaminacion-
atmosferica-por-la-cuarentena.phtml
5 Fuente: comunicado de prensa de OMS: Más del 90% de los niños del mundo respiran aire
tóxico a diario. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/detail/29-10-2018-more-than-90-of-the-
world%E2%80%99s-children-breathe-toxic-air-every-day
P á g i n a | 18
Es justamente esta relación la que debe comenzar a invertirse como parte de una
política sanitaria de fondo. Todo ese camino hay que desandar para efectivamente
“elegir la salud” más allá del corto plazo. Las medidas profilácticas podrán correr el
problema hacia adelante pero un sistema sanitario de calidad y socialmente justo sólo
podrá empezar a construirse desde bases ecológicas y comunitarias saludables,
donde el sistema agroalimentario basado en principios agroecológicos es la primera
barrera inmunológica que debemos sostener.
6 Fuente: nota de Investiga de fecha 10/06/2019: Científicos de la UNLP advierten que el glifosato
está en todos lados. Disponible en:https://investiga.unlp.edu.ar/cienciaenaccion/cientificos-de-la-unlp-
advierten-que-el-glifosato-esta-en-todos-lados-10058
7 Fuente: nota de La Voz con fecha de 4/07/2018: Alertan por el fósforo que generan los feedlots:
podrían contaminar las napas http://agrovoz.lavoz.com.ar/ganaderia/alertan-por-el-fosforo-que-generan-
los-feedlots-podrian-contaminar-las-napas
P á g i n a | 19
8 Fuente: nota de Noticias ONU de fecha de 10/03/2020: El cambio climático es más mortal que el
coronavirus. Disponible en:
https://news.un.org/es/story/2020/03/1470901?fbclid=IwAR2Z4tYNpRzV7_bD6_lS8DjG_SAh75tYktgsyfs0j
6XM7m176Xdd4ncpa0k
9 Fuente: nota de El Diario de fecha 28/01/2019: Obesidad, desnutrición y cambio climático: una
"sindemia global" impulsada por los intereses de las industrias insalubres. Disponible en:
https://www.eldiario.es/sociedad/obesidad-desnutricion-cambio_climatico-ciencia_0_860564210.html
P á g i n a | 20
Esta baja densidad poblacional se vincula con una altísima concentración poblacional
en sus centros urbanos11 y con una economía nacional cuya principal estrategia de
inserción internacional es el agronegocio y la explotacion minero-hidrocarburifera.
13 Compartiendo con más del 90% de población urbana con tan solo con estados-islas (San
Marino, Guam, Islandia, Islas Vírgenes, Puerto Rico, Mariana, Islas Turcas) y países de población
considerable y limitada superficie (Uruguay, Israel, Japón, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo). En ambos
casos realidades muy alejadas de las de nuestro país.
P á g i n a | 22
Analizando esta situación en términos desagregados por provincia, se observa que tan
solo 6 provincias tienen una densidad poblacional superior al 16,52 nacional, y que la
gran mayoría de la superficie nacional se encuentra una densidad inferior a los 10
puntos. Por otro lado, en el conglomerado de Gran Buenos Aires viven casi 10
millones de personas en un territorio de 3.600 km2, mientras que más de 14 provincias
tienen una población inferior al millón de personas.
Partiendo de los datos expuestos, las dimensiones del territorio nacional (3.761.274
Km2) y la alta concentración urbana (92% de la población habita en ciudades de 2.000
o más habitantes) plantean una manifiesta dificultad para la posibilidad real y material
de cuidar y defender el territorio nacional en su extensión e integralidad. Las hipótesis
P á g i n a | 23
de conflicto que amenazan la soberanía nacional han ido mutando con los años14. En
las últimas décadas el conflicto territorial con países limítrofes ha ido cediendo frente a
la necesaria defensa de los bienes comunes, el problemático despliegue de
estructuras criminales para-estatales y el desmembramiento territorial.
Todas estas situaciones de riesgo se ven favorecidas tanto por la escasa densidad
poblacional en vastas extensiones, como por la concentración poblacional urbana
desmedida y no controlable en limitada superficie. Ante este panorama consideramos
que una estrategia defensiva de la soberanía nacional16 exige con urgencia un
programa serio y sostenido de redistribución poblacional, mediante el cual se
descompriman los grandes centros urbanos, se creen condiciones
habitacionales en áreas de baja densidad poblacional y se promueva el
asentamiento estratégico de población concientizada del valor patriótico de la
presencia en cada rincón de nuestro territorio. La situación resultante haría mucho
más complejo el accionar libre de fuerzas para-estatales (especialmente en lo que
refiere a su política de reclutamiento entre la hacinada población urbana), el
desembarco de fuerzas de ocupación, eventuales disputas de fronteras y los intentos
de apropiación de bienes comunes de cada rincón de la Patria.
En el camino de regreso al campo, muchas son las personas que acceden sin
necesidad de llevar a cabo una actividad primaria. Profesionales que pueden trabajar
gracias al acceso a nuevas tecnologías, que viven de rentas, cuentan con capital para
instalar un comercio, o prestan servicios en estos nuevos espacios neorrurales donde
ciudad y campo se mestizan. Por otra parte, mucho de las clases populares
campesinas no organizadas ante el crecimiento económico que esta migración urbana
14 Persistiendo tan solo la agresión imperialista inglesa bajo la ocupación de nuestras Islas
Malvinas
15 Otorgando especial atención a quienes fueron hace algunas décadas aliados en contra de la
Argentina en la Guerra de Malvinas, a saber Inglaterra, Estados Unidos y la OTAN en su conjunto.
16 La nación defensiva fue instalada como política de seguridad nacional para el siglo XX por el
General Perón en “Nación en Armas”. Entendemos que, salvando las distancias expresadas, en términos
generales estos lineamientos estratégicos siguen siendo correctos.
P á g i n a | 24
17 Según la “Radiografía de las corporaciones” de Halliburton, apenas el 1,5% del total de firmas
que operan en el mercado concentran el 80% de la facturación del sector y el 93% de las exportaciones y
menos del 1% del total de compañías representan el 63% de la facturación de las ventas minoristas.
Según OXFAM, en nuestro país, el 83% de las Unidades Productivas Agropecuarias, detentan solo al
13,3% del total de tierras productivas. Son estas pequeñas unidades productivas las que suministran el
60% de las verduras, supera el 85% en el sector caprino, más del 50% de porcinos, pollos parrilleros y
explotaciones de tambo, y genera el 64% del trabajo permanente en el campo.
P á g i n a | 25
Por otro lado, la pandemia del Covid-19, no solo ha demostrado la falta de calidad de
vida en las ciudades, sino que también disminuirá drásticamente los beneficios del
“progreso” urbano, aumentando la migración neorrural e incrementando el déficit entre
actividades primarias y secundarias o terciarias en el campo. Este déficit es el que
puede ser cubierto por la migración de sectores de la economía popular asistida por el
Estado y las organizaciones sociales (que ya cuentan con pequeñas redes de
producción, transporte y comercialización, que también pueden ser fomentadas desde
la estatalidad). Para esto es necesario una formalización de estas actividades a través
de la figura legal de “cooperativas” con exenciones impositivas que permitan en
un principio generar un capital social y económico, para poder establecer estructuras
de desarrollo “a escala humana”.
ANTECEDENTES
a. Breve recorrido histórico por las políticas económicas de la ruralidad en
Argentina
18 Según el Indec para noviembre de 2019, el 26,8% de nuestras exportaciones son de origen
primario y 33,3% más manufacturas de origen agropecuario.
19 Algunos de muy grandes dimensiones como manifiesta Mariátegui en su ensayo “La cuestión de
la tierra”.
20 La resultante fue el proceso histórico que Karl Polanyi denominó de “molino satánico”, el cual
consistió en la violenta dislocación de la gran mayoría de la población inglesa de las zonas rurales hacia
la ciudad y, sobre todo, hacia los puertos y de allí a otros continentes.
P á g i n a | 26
Hacia mediados del siglo XX, adquirieron relevancia en este suelo los discursos
desarrollistas, promovidos por Estados Unidos durante la posguerra. Según los
mismos, el principal objetivo de los Estados debía ser el pasaje de la sociedad
rural/natural/atrasada a la sociedad urbana/industrial/capitalista21. Desde este
paradigma, en los países del sur global se promovieron las estrategias de
industrialización sustitutivas, donde los Estados procuraron controlar una parte
significativa de los excedentes agrícolas -por medio del control del comercio en
algunos casos, y en otro por la estatización de la producción- para utilizarlos en
políticas de industrialización selectiva en las ciudades.
21 Como bien destacan Moyo, Jha y Yeros, la máxima expresión de este mito de la urbanización se
encuentra en la consolidación disciplinaria de los “estudios del desarrollo” en la década del 50, cuya
expresión más acabada y relevante ha sido el modelo de las etapas del desarrollo económico del
economista y político norteamericano W. W. Rostow.
P á g i n a | 27
En ambos casos, la gran mayoría del capital captado por el Estado a la actividad
agrícola-ganadera iría directamente a inversiones en los sectores industriales urbanos
de vanguardia (principalmente el automotriz). El proceso masivo de urbanización de la
población argentina (y del mundo en general) se da en este contexto, consolidándose
como elemento novedoso una importante clase obrera urbana propia de la periferia del
capitalismo mundial.
Esta doble interpretación reactualiza las tensiones entre la región pampeana, centro
dinámico de la agricultura globalizada y de exportación, y las regiones extra-
pampeanas, o lo que se suele denominar de “economías regionales”. La república
Argentina se ha transformado en las tres últimas décadas en el tercer país exportador
de soja del mundo, superando las más de 50 millones de toneladas anuales desde el
año 2014 (Ybran y Lacelli, s/f). Quienes lo superan en ese ranking son Estados Unidos
y Brasil, dos países con mejores condiciones agrícolas y cuya superficie es más de
tres veces la nacional. En las últimas décadas la producción sojera se ha extendido
más allá de los territorios caracterizados como “región pampeana”, generando
transformaciones y tensiones territoriales de diverso tipo.
22 Con excepción del sudeste asiático, donde la industrialización sería muy relevante y se crearía
un nuevo polo de contra-poder de gran relevancia en la actualidad.
Los objetivos por detrás de las políticas de subsidio a la agricultura son variados, pero
el principal es la seguridad alimentaria de la población, ante la inminente volatilidad de
los mercados internacionales. En particular Europa ha tenido un histórico déficit en su
Como bien muestran las experiencias piloto presentadas hacia el final de este
documento, el acceso a tierra rural para el desarrollo del presente plan es, en principio,
un elemento de alta complejidad. Las estrategias que se han dado las organizaciones
en este plano provienen de características locales concretas, tanto en lo que respecta
a la conformación de las comunidades (composición de los hogares, características
socio-habitacionales, estrategias productivas existentes y trayectorias personales y
colecticas) como a la disponibilidad de tierra en cuanto a cantidad, acceso a recursos
productivos (agua, infraestructuras, servicios, conectividad) y situación legal.
P á g i n a | 30
El acceso a esa tierra rural fiscal en la actualidad adquiere una enorme complejidad,
dada la diversidad de situaciones y regímenes jurídicos existentes. Por un lado, la
misma puede estar en administración federal, provincial o local. El gobierno nacional
tiene como entidad encargada a la Agencia de Administración de Bienes del Estado
(AABE), existiendo en las provincias entidades de similar tenor, bajo normativas y
prácticas de gestión propias.
En los últimos años han aparecido, sobre todo en los ámbitos locales, pero también en
algunas provincias, experiencias de “bancos de tierra”, como modalidad de registro
único unificado que procura asegurar la disponibilidad y transparencia en las
concesiones. Por otra parte, existen entidades públicas descentralizadas que
administran tierra rural fiscal bajo regímenes particulares, siendo los casos más
paradigmáticos en el ámbito nacional la Administración de Infraestructuras Ferroviarias
(ADIF), el Instituto Nacional de Tecnologías Agropecuarias (INTA) y la Administración
de Parques Nacionales (APN). Nuevamente, existen situaciones similares en las
escalas provincial y local.
Como característica general se puede decir que las experiencias presentadas como
ejemplos en el presente Plan, se han desarrollado en tierras fiscales ociosas,
propiciando una política de re-funcionalización de las mismas hacia la producción
agrícola-ganadera y el asentamiento habitacional de baja densidad. Esta estrategia de
acceso a la tierra puede ser replicada en diversos territorios, para lo cual es preciso
que se aseguren algunas condiciones. En un primer momento, se considera
provechoso utilizar y recuperar los antiguos trazados de los ferrocarriles, donde se
dispone de modo regular y continuo de importantes cantidades de tierra fiscal en
desuso en diversos territorios del país; las cuales poseen diversas instalaciones
(edificios, galpones), infraestructuras eléctricas y materiales varios, muchos en desuso
o abandonados, y que podrían ser re-utilizados.
Ahora bien, si bien el acceso a las tierras ferroviarias en desuso y sus linderas puede
ser relevante para las experiencias piloto presentadas, y tal vez una buena estrategia
en el corto plazo, entendemos que para asegurar un real impacto transformador en el
marco de este plan, la tierra fiscal ociosa es limitada y precaria. En ese sentido,
consideramos muy importante acceder a tierra pública rural en actividad agrícola.
Como se observa en la siguiente tabla, existen dispersas por todo el territorio nacional
unas 18.635 unidades productivas agrícolas emplazadas en tierra fiscal rural, las
cuales suman una superficie total 5.797.440 hectáreas. De las mismas los estados
ejercen explotación directa en tan solo el 4% (229.627 hectáreas).
P á g i n a | 31
Las dificultades de dimensiones y dispersión de la tierra rural fiscal son una fuerte
limitante para su uso, sin contar que se desconoce la disponibilidad de agua y
servicios productivos y de conectividad. Estas advertencias adquieren mayor
relevancia cuando se dilucida que la tierra fiscal es tan solo el 3,7% del total de la
tierra rural.
Asimismo, los últimos datos del censo nacional agropecuario han planteado un
panorama por demás desolador en lo que respecta a concentración de la tierra. En
primer lugar, la cantidad de unidades productivas se ha reducido de 297.425 en 2002 y
a 228.375 en 2018, es decir que han desaparecido casi una de cada cuatro unidades
productivas en lo que va del siglo XXI.
En la actualidad 80% de las unidades productivas dispone de solo el 11,4% del total
de tierra agrícola, mientras que el 10% más concentrado tiene el 76,8%. Asimismo, el
decil inferior tiene un promedio de 2,36 hectáreas por unidad productiva, mientras que
el decil superior tiene un promedio de 5.396,44 hectáreas por unidad productiva. Esto
último quiere decir que los productores agropecuarios más mayor escala tienen más
de 2.000 veces la cantidad de tierra que disponen los productores más pequeños.
Si analizamos los datos de la tabla anterior observamos que mientras el 84,5% de las
unidades productivas son explotadas por personas físicas, las mismas utilizan el
54,8% de la tierra agrícola. En el otro extremo el 10,3% de las unidades productivas
son empresas agrícolas de diverso tipo, pero las mismas concentran el 34,9% de la
tierra. Las entidades sin fines de lucro - entre las que se encuentran las asociaciones
civiles, cooperadoras gremiales, cooperativas y fundaciones - solo ocupan el 0,4% de
la tierra rural, mientras que el estado en sus distantes escalas y entidades produce en
solo el 0,2%.
P á g i n a | 37
d. Repensar la ruralidad
El neorrural no busca progreso (se saturó de sus secuelas o de buscarlo sin éxito),
sino más bien regreso (regresar a las formas “de antes”, a los modos en que sus
abuelos o bisabuelos supieron vivir). El neorrural no migra buscando mejores
oportunidades económicas, ni arrastrado por ofertas o demandas del tejido
productivo, sino que lo hace buscando un tipo de calidad de vida que la ciudad no
ofrece o dejó de ofrecerle: una vida más simple, más tranquila y con más
naturaleza”. Lo que la especialista llama un “neo aluvión zoológico”.
Más adelante en este Plan, narramos con mayor detenimiento 5 experiencias que
podrían funcionar como “proyectos piloto” de la propuesta. No obstante, mencionamos
brevemente aquí otros ejemplos de experiencias concretas en este sentido:
PLAN
a. Factibilidad: proyectar desde lo existente. La importancia de procesos
organizativos en movimiento
Cualquier política de “recuperación del campo” que pretenda ser exitosa debe
necesariamente tener en cuenta, respetar y estructurarse a partir y desde una
cosmovisión de las poblaciones existentes en los lugares que van a ir recibiendo
gradualmente a la población, hasta ese momento urbana. Además, debe ponerse en
valor la acumulación tecnológica productiva que acumulan los pueblos y la que vienen
desarrollando con gran empuje los movimientos rurales, campesinos e indígenas;
como así también pequeños y medianos productores.
Son todas estas razones las que nos obligan a pensar este Plan teniendo como brújula
orientadora los siguientes elementos:
Asimismo, tal como se indica más adelante en este Plan, sería importante la creación
de modalidades de acceso a crédito y el acompañamiento estatal a Cooperativas de
productores y/o Asociaciones de vecinos/as, para la compra colectiva de tierras rurales
privadas, destinadas al desarrollo de proyectos habitacionales, productivos y de
cuidado del medio ambiente.
En el largo plazo, este proyecto prevé la creación de una ley nacional que otorgue a la
redistribución poblacional voluntaria y a la creación de Comunidades Rurales
Organizadas el carácter de interés y utilidad pública. Esto generaría la capacidad de
poder declarar sujetas a expropiación tierras rurales privadas bajo las finalidades de
este plan estratégico; creándose así un instrumento jurídico muy relevante para las
organizaciones populares y, en general, para la soberanía política, la independencia
económica y la justicia social.
En ese sentido, insistimos en que cualquier intervención que se realice debe tener
siempre en cuenta estos dos aspectos, procurando que los cambios conduzcan
siempre a procesos de sostenimiento del tejido social, promoción de relaciones de
convivencia sanas y mutuo enriquecimiento entre los dos grupos poblacionales
P á g i n a | 43
(población local y “neorrurales”). Ningún plan será efectivo sino prevé un trabajo
comunitario y territorial, respetuoso y permanente, para generar sinergias sociales
positivas.
atraviesan los pueblos rurales, por la distancia a centros de atención y las dificultades
de acceso tanto a nivel de transporte como de requerimientos burocráticos (por ej:
obtener un turno por vía telefónica, cuando en el pueblo no hay señal de celular). Será
por ello necesario prever un vehículo con disponibilidad específica para traslados
vinculados a la atención de salud y mecanismos específicos de vinculación con los
hospitales públicos más cercanos a cada pueblo. Todo ello, amén de que cada
comunidad podrá generar sus propias respuestas y herramientas de Salud
Comunitaria, en paralelo o -mejor aún- en articulación con la salud pública.
En este punto es importante mencionar que las escuelas rurales, a lo largo del
proceso de transformación territorial y frente a la ausencia de proyectos y programas
de desarrollo territorial rural, cumplieron una función de sostenimiento e integración del
tejido social rural. Partiendo de ello, se reconoce que la escuela es la institución
pública más extendida territorialmente, y es un espacio en curso de resignificación que
promueve diversos proyectos comunitarios con la finalidad de enfrentar las
restricciones estructurales. En este sentido, se trata ciertamente de un actor
susceptible de contribuir a las propuestas contenidas en este Plan; dado que articula,
potencia y genera recursos colectivos que crean capacidades endógenas para la
sustentabilidad de los territorios.
- Acceso a servicios básicos, agua potable y energía: será necesario extender y/o
construir nuevas redes e infraestructuras para servicios de agua potable y energía, o
bien prever la adquisición o innovación en soluciones tecnológicas (ej: energía solar o
eólica, sistemas de almacenamiento y potabilización de agua, etc.) acorde a las
condiciones de cada territorio.
del presente Plan- se lleven a cabo en territorios donde existan trayectorias previas de
trabajo de los Movimientos Populares; para luego de tener esa experiencia acumulada,
se pueda extender la iniciativa a otros lugares.
las áreas de vivienda, productivas, etc. Además, luego de la creación de las nuevas
comunidades, el respeto y reconocimiento de la organización comunitaria y los
instrumentos de democracia participativa y directa, deberán mantenerse como formas
de gestión del territorio, ya que serán importantísimas para lograr la “apropiación”
colectiva del proceso y garantizar de ese modo su “éxito” económico-productivo, social
y político.
Respecto de este punto, el cálculo habitual para una Unidad Económica Familiar (lo
que requiere un grupo familiar para producir y tener una vida próspera) en la región
centro del país es de 200 hectáreas por familia. En nuestra propuesta, por el hecho de
formar parte de una comunidad productiva, aprovechando la integración de los
diferentes sistemas, las economías de escala, el desarrollo de tecnologías necesarias
y los saberes compartidos, la actividad económica se vuelve más eficiente. Es por ello
que proponemos un modelo de 50 hectáreas por familia, cuya explotación se
organizará de manera colectiva.
Es importante mencionar aquí también que, más allá de garantizar buenas condiciones
sanitarias, se requiere una adecuación de los distintos niveles normativos que regulan
la producción y comercialización de alimentos en nuestro país; cuyas actuales
características son sumamente excluyentes y funcionales al sector concentrado de la
industria alimentaria transnacional.
26 Cotización hecha tomando como referencia el tipo de cambio oficial del 09/06/2020. U$S1 = $69,17
P á g i n a | 53
Entre los factores a solucionar ha emergido con fuerza una creciente conflictividad
medioambiental en pueblos del interior y en barrios y zonas de frontera urbana de
diversas ciudades, vinculadas principalmente a fumigaciones y contaminaciones de
agua y suelo debido al uso de insumos químicos en las actividades agropecuarias. La
intervención de los estados locales y provinciales no se ha hecho esperar, y han
emergido diversos regímenes normativos que condicionan este tipo de prácticas en
tierras de cercanía urbana. Las dificultades que se han observado en los últimos años
es en la falta de proyectos alternativos a la agricultura con uso de agroquímicos en
cantidad y escala en estos territorios, lo cual ha propiciado el abandono de la actividad
agro-alimentaria en muchas de estas zonas.
Por otro lado, el fomento al capital inmobiliario –derivado del capital financiero- en las
últimas décadas ha ejercido una fuerte presión por el valor del suelo periurbano,
aumentando los emprendimientos privados de alta y media gama en estos territorios.
La pérdida de tierras agrícolas en áreas metropolitanas como las de Córdoba,
Tucumán y Santa Fe ha sido muy significativa. En este sentido, datos recientes
demuestran que el mercado de tierras rurales en estos territorios se encuentra
estancado desde hace cierto tiempo, propiciando la emergencia de una clase de
pequeños rentistas que especulan con la tierra. A esto se suma el hecho de que el
avance de la agricultura de exportación (tanto en región pampeana como extra-
pampeana) reduce las áreas agrícolas destinadas al consumo interno, siendo los
periurbanos del país uno de los principales reductos de estas últimas.
Pero ante estas dificultades, la evidencia reciente ha demostrado que los cinturones
agrícolas de las ciudades generan beneficios en diversos planos. En primer término,
los mismos proveen de alimenticios, fibras, maderas y medicinas a mercados de
cercanía, asegurando cortas cadenas comerciales y alta flexibilización de producto a la
demanda. Asimismo, la producción agrícola de cercanía provee de servicios
ecosistémicos de regulación, entre los cuales se encuentran la preservación de agua
de superficie, subterránea y gaseosa, erosión, absorción de nutrientes, polinización y
control climático y de plagas.
Una cuestión estructurante del sector es el acceso a la vivienda. Los planes públicos
de vivienda no han tenido a los hogares de productores periurbanos como
beneficiarios. En estos territorios las edificaciones tienen un promedio de antigüedad
superior a los 50 años, encontrándose muchas veces en situación de deterioro
estructural grave. Asimismo, el acceso a la misma suele ser solo una solución
habitacional parcial para los arrendadores de tierra, pero no para las familias y
trabajadores/as medieros/as y apareceros/as. Estos/as últimos/as viven o en barrios
alejados (lo cual es una dificultad constante que pone en riesgo su fuente de trabajo),
o en viviendas instaladas en áreas degradadas, como a la veda de los ríos, canales de
riego, rutas nacionales, vías de tren, etc. En aquellos casos donde los patrones
acceden a que estas familias se instalen en las unidades productivas, estas
edificaciones adquieren un manifiesto carácter precario tanto en cuanto a dimensiones
(y por consiguiente hacinamiento), acceso a agua y electricidad y sistema de desagüe
cloacal. Asimismo, al estar su solución habitacional atada a la actividad productiva y a
una relación de patronazgo, la misma es de carácter inestable y condicionada a
factores para nada vinculados al aseguro del acceso a los derechos a la vivienda.
Las dificultades que encuentran las y los productores/as hortícolas del periurbano son
el alto precio de la tierra (tanto de compra como de arriendo), la inexistencia de crédito
para la actividad (en cantidades suficientes para compra de maquinaria e insumos y a
tasas accesibles) y el acceso a la vivienda digna y a los servicios públicos. En ese
sentido se propone el desarrollo de una política que combine acceso a vivienda y a
tierra agrícola en contexto periurbano. En todos los casos se requerirá la realización
de obras de beneficios colectivos, entre la cuales se encontrarían viviendas, caminos,
galpones, invernaderos, lavaderos y obras de acceso a agua (pozos, cisternas para
recolección, conexión a red o canal, etc.).
Asimismo, es central acompañar esta política con creación de una línea de crédito
específica para el sector, la cual fundamente prestaciones no en montos totales (como
los micro-créditos) sino en proyectos de quinta y territoriales, para la compra de
infraestructuras productivas, maquinaria, herramientas de labranza e insumos que
aseguren hasta dos ciclos de siembra.
Estrategia A: Para ello se asume como primer paso la identificación de tierra pública
agrícola y/o en desuso en contexto periurbano, según la estrategia de corto plazo
expresada en el presente proyecto. En las mismas se procedería al trazado de una
comunidad de quintas hortícolas con viviendas incluidas. Se propone trabajar con una
dimensión de entre 3 y 4 hectáreas por grupo familiar, trabajando con grupos de entre
5 y 10 familias, que se constituyan como Cooperativa de Trabajo (siendo esta la titular
de la tierra). A esto se sumaría una hectárea para la realización de obras comunitarias,
P á g i n a | 55
entre las cuales se debe contar con pozo de agua. Más una serie de obras públicas
entre las cuales se incluye: sistema eléctrico, trazado de caminos, espacios verdes,
cortinas forestales y salones y galpones comunitarios. Es decir: se precisaría del
acceso a tierra pública agrícolas y/o en desuso periurbana de dimensiones de entre 16
y 41 hectáreas, con acceso a crédito y plan de obras públicas y habitacionales.
Estrategia B: Las dificultades que este proceder encuentra en los territorios agrícolas
periurbanos son tanto la saturación del suelo debido a su uso intensivo, como el alto
precio de la tierra agrícola, el cual adquiere precios de compra más cercano a usos
inmobiliarios que rurales. En ese sentido se planea la necesidad de pensar en la
necesidad de compras colectivas de tierras privadas para el aseguro de la producción
alimentaria y del arraigo de las familias fruti-horticultoras. En este último sentido nos
hemos remitido a la literatura reciente, la cual plantea que la estrategia exitosa que
han desarrollado los pequeños productores para su consolidación en el sector ha sido
la reducción de los requerimientos de tierra agrícola por medio de la implementación
de infraestructuras de producción bajo cubierta.
Este último implica menor escala por unidad productiva, con los cual los costos de
acceso a la tierra son también menores. Por otro lado, la producción tiende a una
mayor estandarización (consiguiendo evitar en gran medida la estacionalidad) y
mayores requerimientos de insumos y agua por hectárea. Por último, en cuando a
inversión productiva el módulo agrícola intensivo bajo cubierta compensa gastos en
maquinaria motora (tractores y sembradoras) por infraestructuras de invernaderos y
lavaderos.
27 Cotización hecha tomando como referencia el tipo de cambio oficial del 09/06/2020. U$S1 =
$69,17
P á g i n a | 56
En casos donde no haya tierra fiscal, se propone una política de acceso a la tierra
privada agrícola periurbana mediante la creación de comunidades de pequeñas
unidades productivo-habitacionales, de pequeña escala con infraestructura bajo
cubierta integrada. En este caso, se propone trabajar en la creación de módulos de ½
(media) hectárea por grupo familiar, en grupos familiares de 15 hogares. Cada unidad
productivo-habitacional se encontrará integrada por un invernadero de ¼ (un cuarto)
de hectárea y una vivienda de 3 (tres) habitaciones. Nuevamente se asume el
agregado de una hectárea para obras de acceso a agua e infraestructura comunitaria.
Es decir: se precisaría de compra de tierra agrícolas privada en contexto periurbano de
dimensiones de 8,5 hectáreas, con acceso a crédito y plan de obras públicas. La
propuesta es el acceso a créditos a 50 años, con una tasa de interés subsidiada del
2% anual.
28 Cotización hecha tomando como referencia el tipo de cambio oficial del 09/06/2020. U$S1 =
$69,17
P á g i n a | 57
En las distintas instancias de encuentro, las Áreas Campesinas han surgido como una
herramienta jurídica valiosa y con potencial para constituirse en una reivindicación
política y jurídica frente a distintas instancias del Estado. El MNCI ha venido
desarrollando conceptualmente la figura de Área Campesina para la Soberanía
Alimentaria como una herramienta jurídica y política que permita asegurar el modo de
vida campesina. En particular, esta figura busca atender:
c. Regular el uso del suelo para asegurar una producción acorde a los usos de la
agricultura familiar y comunitaria: este tipo de figura permite calificar a una
determinada porción de tierra, al asignarle un determinado modo de uso o tipo de
producción (campesina). Al permitirse un uso específico se excluye a esa tierra del
mercado porque allí no se podrían llevar adelante otro tipo de producción, como por
ejemplo la agricultura extensiva.
Como en experiencias similares, la asociación civil será la encargada del cobro de las
cuotas, la selección del lote, la tramitación catastral, la presentación del proyecto
inmobiliario y las obras de instalación de servicios e infraestructuras colectivas. Las
asociaciones de vecinos estarán conformadas por grupos de entre 30 y 40 familias, a
las cuales será asignada una superficie de 2 hectáreas; por ello, los lotes sobre los
cuales se efectivice este proyecto deberán ser de entre 60 y 80 hectáreas. Se propone
que el Estado, desarrolle una política de acceso a créditos para la adquisición de la
tierra, a tasa subsidiada, acompañando y fortaleciendo la iniciativa de estas
asociaciones.
29 Por otra parte, la ECPI registra como “pobreza” las viviendas hechas de barro de los pueblos
originarios, siendo que esta forma de construcción es parte de su cultura ancestral. También mide el
analfabetismo definido como imposibilidad de la lectoescritura en idioma castellano, siendo que la
Constitución Nacional, e incluso la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 del año 2006, reconocen sus
lenguas originarias. Esta contradicción se ve claramente cuando uno discrimina entre las estadísticas a
nivel nacional y las de CABA y Gran Buenos Aires, donde la brecha entre alfabetización entre población
indígena y no indígena se reduce a apenas medio punto
P á g i n a | 61
digna. Debe destacarse que el acceso y control de los pueblos indígenas sobre sus
territorios está íntimamente relacionado con la realización de su derecho a la
alimentación. Cultivar alimentos en sus territorios ancestrales no es un simple acto de
supervivencia, sino una reafirmación moral y cultural. En lo que es “acceso a la salud”
no se registran sus métodos de medicina tradicional, ni el hecho de que muchas veces
la falta de acceso a centros de salud se debe a situaciones de discriminación o
desconocimiento de su cultura.
Por todas estas circunstancias resumidas de forma muy breve, se hace vital para
construir en la Argentina una realidad de justicia social, fomentar el acceso de la
población de los pueblos originarios a tierra, techo y trabajo, en el marco siempre de
respeto por sus formas de vida y reivindicaciones. Todo ello, siempre teniendo en
cuenta que no debe desarrollarse desde una visión indígena anacŕonica y muerta en el
tiempo (tal y como dice la socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui), sino en el
marco de una revalorización de la cultura indígena que en su relación con realidades
urbanas o capitalistas, ha vivido un profunda modernización “plebeya” o “cheje”, que
también les ha permitido crear poderosas redes de intercambio comercial entre el
campo y la ciudades30
Con todo ello, en lo que respecta a las comunidades indígenas rurales o periurbanas31,
proyectamos que:
Por un lado, TODO PROYECTO DE REPOBLAMIENTO, MIGRACIÓN y
FORTALECIMIENTO construido en el marco de este proyecto-marco en
espacios que estén localizadas en cercanías a territorios de comunidades
indígenas, debe respetar las formas de habitar el territorio de dicha comunidad,
consensuando previamente todo proyecto con aquella. Esto incluye, por
ejemplo, y sobre todo, proyectos de urbanización, infraestructura, acceso a
servicios básicos, etc. que puedan tener un impacto fuerte en el territorio y ser
contrarias a la realidad de la comunidad en cuestión.
Por otro lado, y en este mismo sentido, TODO PROYECTO DE DEFENSA,
PROTECCIÓN y RECUPERACIÓN de territorio indígena para la
producción/reproducción de la vida debe partir del cumplimiento de todos los
acuerdos internacionales sobre el “Consentimiento Libre, Previo e Informado”
(CLPI) de los colectivos indígenas en torno a las políticas públicas que los
atañen particularmente. En este proyecto se hace especial hincapié en el
respeto por las prácticas y saberes culturales de los pueblos y comunidades, y
31 Vale aclarar que según datos del INAI, las comunidades indígenas con personería jurídica hasta
el 2019 se distribuyen de la siguiente manera según tipo de zona: 118 urbanas, 151 periurbanas, 732
rural, 32 ambas (rural y urbana) y el resto (654) sin datos. Con esto queremos dar cuenta de la amplia y
compleja situación de la distribución poblacional indígena en el país que, si bien gran parte se encuentra
en zonas rurales o periurbanas (o semi-rurales), no obstante es importante señalar que hay varias
comunidades urbanas o que están distribuidas entre ambos tipos de zonas y que es importante tener en
cuenta a los fines del presente proyecto (por ejemplo, la importancia de los vínculos
comunitarios/familiares que se sostienen entre los núcleos urbanos y los rurales o semi-rurales)
P á g i n a | 62
Introducción
Nuestro país lidera el ranking de malnutrición en la región según UNICEF. Entre los
niños de 11 a 17 años de los hogares más pobres, tienen 31% más de probabilidad de
ser obesos que los de hogares más pudientes y las consecuencias pueden ser
enfermedades crónicas graves y discapacidad.
Tampoco cumplen con las necesidades básicas los menús de los comedores
escolares, lo que resulta en retraso del crecimiento, que no se desarrollen y por ende,
no logren el mismo rendimiento escolar que los que sí tienen una dieta nutrida,
balanceada y sana.
Pesca Artesanal
Los beneficios de comer pescado para la salud son tales como su riqueza en Omega 3
y 6 (recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización
Panamericana para la Salud (OPS) y la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
El pescado contiene bajo nivel de colesterol al contener menos grasas saturadas que
la carne y es rico en ácidos grasos poliinsaturados, sobre todo en el embarazo por la
transferencia de la madre al feto y durante la infancia al ser un componente esencial
de la estructura del cerebro, ayudando a mejorar la atención y el aprendizaje, la salud
cognitiva, el soporte de la memoria.
La pesca artesanal en América Latina alcanza una producción superior a los 2,5
millones de toneladas anuales (15% de la producción pesquera latinoamericana), con
un valor de mercado de 3.000 millones de dólares estadounidenses, empleando al
90% de los pescadores de la región.
América Latina
En Ecuador la pesca artesanal aporta más del 50% de las exportaciones pesqueras de
esta nación (USD 540 millones), empleando a 169 mil trabajadores. Cuenta con
programas de extensión y entrenamiento pesquero que apuntan a planificar, coordinar,
difundir y controlar la actividad pesquera en sus fases de captura, procesamiento,
comercialización y afines, a fin de propiciar el desarrollo sustentable de la actividad,
fomentar la capacitación de pescadores, modernizar la flota pesquera y mejorar el
nivel nutricional de la población.
P á g i n a | 64
Perú, con una costa de 3 mil km, ha registrado un crecimiento significativo en la pesca
artesanal en las últimas décadas producto del ingreso de mano de obra campesina a
la actividad, alcanzando actualmente a 80 mil pescadores artesanales activos, los
cuales utilizan 10 mil embarcaciones, incluyendo botes, canoas y lanchas.
El Atlántico Sur es un ecosistema templado-frío con baja diversidad biológica pero alta
biomasa en muchas de sus especies. Nuestra costa marítima tiene una longitud
cercana a los 5.000 km., sin contar las islas oceánicas. La superficie de la plataforma
continental (hasta los 200 metros de profundidad) es de 769.400 km con un fondo
terrígeno-arenoso y de fango.
Por otra parte, en la zona de la ría de Bahía Blanca los pescadores artesanales
capturan principalmente camarón y langostino (utilizando redes de fondeo), cazón (con
redes de enmalle) así como corvina y pescadilla de red (con líneas de mano).
Río Negro: merluza común y de cola, pez gallo, lenguado, raya, savorín,
salmón del Atlántico y gatuzo.
Chubut: langostino, pez gallo, mero, salmón del Atlántico, palometa y camarón.
Santa Cruz: pejerrey, róbalo, bacalao austral, merluza común y de cola.
Tierra del Fuego: centolla, centollón, pulpo, abadejo, bacalao austral, róbalo,
merluza de cola, sardina fueguina, raya y tiburón.
La población de esta región representa un 3% del total del país y su litoral marítimo, el
75% del litoral nacional con 17 puertos.
En total, en la Argentina existen más de 400 cuerpos de agua con una superficie de
aproximadamente 25.000 km que incluyen lagos, lagunas y embalses superiores a los
5 km .
En la región al norte del Río Colorado pueden distinguirse tres zonas principales:
Cuyo, Centro y Mesopotámica. Cuyo se caracteriza por una gran cantidad de
embalses, la zona Centro presenta un importante desarrollo de lagunas en tanto que
en la Mesopotámica se encuentran los grandes ríos con sus llanuras de inundación.
Estos cuerpos de agua poseen una gran diversidad íctica como surubí, patí, bagre,
sábalo, dorado, boga, carpa, tararira, pacú, pira pitá o salmón de río y pejerrey.
P á g i n a | 66
En el año 2018, las capturas en esta cuenca ascendieron a más de 24 mil toneladas,
de las cuales se exportaron 20.202 toneladas a un valor FOB de 26 millones de
dólares estadounidenses.
La región Patagónica cuenta con 15 ríos que se nutren principalmente de los deshielos
de la cordillera, con lagos, lagunas y embalses permanentes intercalados en sus
cursos, los cuales presentan un importante potencial de producción debido a la
excelente calidad de sus aguas con alto contenido de oxígeno. Esta región cuenta con
especies nativas como puyens y perca así como salmónidos exóticos tales como la
trucha arco iris, trucha de arroyo, trucha marrón y salmón del Atlántico.
Las pesquerías tienen distinto desarrollo en las distintas subcuencas y tramos de los
ríos principales. La explotación de los recursos en general es moderada excepto
alrededor de las ciudades, donde disminuye la cantidad de especímenes de mayor
tamaño y valor comercial o deportivo y por la construcción de las represas
hidroeléctricas (Itaipú, Salto Grande). La contaminación urbana tiene un impacto
particularmente negativo en las poblaciones de peces migratorios (los de mayor
importancia pesquera).
Acuicultura
Cordillerana y fría templada: desde la Puna hasta el Sur, en una amplia franja
paralela a la Cordillera de los Andes, incluyendo regiones montañosas y
patagónicas, con grandes lagos y embalses, donde se pueden cultivar
salmones y puyén.
Templada a templada fría: toda la costa marítima, apta para: moluscos bivalvos
(mejillones y ostras), lenguado, besugo, salmones en la fase marina, almejas,
vieira, caracol y abalón, algas.
Muchas de las provincias con alto potencial de pesca artesanal tienen poblaciones
indígenas, tales como Chubut, Neuquén, Río Negro, Jujuy (38% de la población es
originaria), Salta y Formosa (Wichí, Tobas Qom, Pilagá y Nivaclé), con porcentajes
que van desde 8,7% a 6,1% de acuerdo al último Censo Nacional. La
occidentalización de sus costumbres, los alejó de su cultura de cacería y pesca.
Recapitalizar ese saber en pos de proyectos participativos de desarrollo comunitario
es una de las misiones del Instituto de Asuntos Indígenas INAI.
El sector pesquero industrial enfrenta una situación crítica ante el cierre de plantas de
procesamiento, y rebajas de salarios, resultando en comunidades urbanas y semi-
urbanas desocupadas. Esto ha ocasionado cordones de miseria y exclusión en la
mayoría de los grandes puertos argentinos.
Tales políticas deben socializarse antes de ejecutarse para garantizar que cubren las
necesidades de los pescadores, considerando tanto los aspectos técnicos como las
carencias socio-económicas de estas comunidades, balanceando adecuadamente los
aspectos biológicos, tecnológicos y productivos. Esto requiere de un diagnóstico
participativo para su efectiva ejecución, que defina estrategias asertivas
mancomunadas en el marco de un plan federal, que estandarice las normas e
iniciativas de diversos entes tanto nacionales como provinciales en pos de
emprendimientos comunitarios territoriales en nuestros ríos, espejos de agua, lagos y
mares, contribuyendo integralmente a una Soberanía Alimentaria Nacional protectora
de los recursos naturales.
Con una bloquera manual, con vibrador, con un molde de 3 bloques y 2 personas
operandola durante 8 horas, se puede lograr una producción de 300 a 350 bloques. Si
tenemos en cuenta que la vivienda propuesta de 55 m2, cuenta con una cantidad de
1.900 bloques, el total necesario para las 10 viviendas estaría alrededor de los 20.000
bloques considerando el desperdicio por rotura y traslado. Estos valores nos llevan a
considerar que en la producción de bloques se logra trabajo continuo para 2 personas
durante 3,5 a 4 meses aproximadamente.
El ante-proyecto de la vivienda
d. Los muros exteriores irán a la vista con la junta tomada y en su interior con revoque
fino a la cal de terminación.
h. El techo será con pendiente de 20º para una buena y ligera evacuación del agua de
lluvia y su parte estructural será realizada con caño estructural rectangular tomado con
las vigas de encadenado. La cubierta se realizará con chapa acanalada galvanizada
C-27. Debajo de la misma llevará en tanto un aislante térmico como hidrófugo
asentados sobre el cielorraso a la vista de tableros de madera OSB fenólicos de 11/15
mm.
j. Las instalaciones de agua fría y caliente, por una cuestión de practicidad serán de
polipropileno con uniones a rosca para así facilitar la autoconstrucción.
Los valores por m2 de construcción de una vivienda social de este tipo, en Córdoba,
para el mes de Febrero de 2020 fue de $32.711,86 y considerando que el porcentaje
de la Mano de Obra es del 31% aproximadamente, podríamos afirmar que el metro
cuadrado, considerando solo el Material y Gastos Generales, es de $22.571,18. Si
redondeamos tenemos: 23.000 $/m2 x 55 m2: $ 1.265.000/vivienda.
Pero además, hay que considerar dentro de los gastos generales la compra de
herramientas manuales, herramientas eléctricas, hormigoneras, andamios, la
bloquera, etcétera. Por otra parte, al no contar con transporte propio, debe sumarse la
incidencia de los fletes del cemento, los áridos, de los mismos bloques fabricados en
un centro de producción general, y de los materiales en general.
P á g i n a | 71
BIBLIOGRAFÍA
Consejo de Derechos Humanos, Asamblea General de Naciones Unidas (2019).
Informe de la Relatora Especial sobre el derecho a la alimentación. Argentina.
Cabaleiro, F. (s/f). Se abre consulta pública. Sobre los residuos de agrotóxicos en los
alimentos. Naturaleza de Derechos. Disponible en:
http://www.naturalezadederechos.org/Vatoxa/bpas2.htm
INDEC (2012). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010: Censo del
Bicentenario. Resultados definitivos. Serie B. Número 1. Tomo 1. Buenos Aires:
Instituto Nacional de Estadística y Censos - INDEC.