Chaco

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En la ciudad de Resistencia, capital de la Provincia del Chaco, a los trece días del mes de junio
del año dos mil veintidós.
Reunidos en Acuerdo los señores Jueces del Superior Tribunal de Justicia, doctores IRIDE
ISABEL MARÍA GRILLO, VÍCTOR EMILIO del RÍO, ROLANDO IGNACIO TOLEDO, EMILIA MARIA
VALLE y ALBERTO MARIO MODI.
tomaron conocimiento para su resolución del Expte. 11344/20-SCA, caratulado: "CONCIENCIA
SOLIDARIA AL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE S/ ACCIÓN DE AMPARO"; venido en grado de
apelación extraordinaria en virtud del recurso de inconstitucionalidad incoado por la
demandada a fs. 648/666, contra la sentencia 66/21 dictada por la Sala Primera de la Cámara
Contencioso Administrativa obrante a fs. 603/618, planteándose las siguientes, CUESTIONES:
I. ¿ES PROCEDENTE EL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD CONCEDIDO EN AUTOS?.
II. EN SU CASO ¿QUÉ PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR? COSTAS Y
HONORARIOS. I. A LA PRIMERA CUESTIÓN, LOS SEÑORES JUECES DIJERON:
1) Relato de la causa: El recurso fue declarado admisible .
( resolución 579 (fs. 669/670) )
corriéndose el pertinente traslado, el que es contestado por la contraria. A fs. 680 y vta. se
concede, disponiéndose su elevación.
Radicado en esta sede a fs. 683 y vta., se constituye el tribunal que va a entender,
notificándose a las partes. Por lo que a fs. 684, se llaman autos para sentencia.

2) Recurso de inconstitucionalidad:
En el cometido de verificar las exigencias de admisibilidad formal,
constatamos que fue incoado
A) en término,
B) por parte legitimada,
C) cuestionando una resolución definitiva,

3) Antecedentes del caso:


La Asociación Civil promueve acción de amparo
Pide el cese del estado de incertidumbre respecto de las solicitudes de cambio de suelo
y permisos de desmonte otorgados por las autoridades provinciales con posterioridad al plazo
de vigencia y la obligación de actualizar el Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo (en
adelante OTBN), establecida en la ley nacional 26.331 y su reglamentación 91/09.

Sostiene centralmente, que la Provincia del Chaco no cumplió con la actualización del
ordenamiento territorial del bosque nativo, pese a lo cual autorizó desmontes más allá del
tiempo permitido por la ley nacional para cumplir con dicha obligación. Que el diseño
territorial es fundamental; por lo tanto, toda autorización concedida luego del vencimiento es
ilegal.
Expone que si bien, en el año 2017 el Poder Ejecutivo sancionó el decreto 233/17 en que
dispuso el mecanismo para llevar adelante el proceso de renovación, que se inició a fines de
2018, no se brindó información sobre el mismo ni los lineamientos de participación y toma de
decisiones conforme a la resolución 236/17 del Consejo Federal del Medio Ambiente (en
adelante COFEMA). Que luego de presentarse objeciones contra dicho acto, por decreto
298/19 se suspendió el procedimiento encomendándose al Ministerio de la Producción el
análisis del decreto 233/17, a fin de garantizar la efectiva concurrencia popular en el
ordenamiento territorial.
Relata que pese a los requerimientos efectuados a las autoridades nacionales y locales, la
Provincia no actualizó su ordenamiento, sino que se limitó a dictar instrumentos legales para la
tramitación de habilitación de desmonte o planes de cambio de uso de suelo, cuando debió
brindar una adecuada, veraz y oportuna comunicación sobre las condiciones ambientales del
territorio como también cumplir con su deber de tutela del medio ambiente.
Expresa que estamos en presencia de una verdadera destrucción del bosque nativo en el
territorio provincial sin que el Poder Ejecutivo asuma sus obligaciones, lo que implica pérdida
de recursos naturales y afectación de los servicios ambientales que el bosque presta y que son
fundamento para la vida misma, a las condiciones vitales del presente y de las futuras
generaciones.
Finalmente, resalta que el otorgamiento de permisos de desmonte y cambios de suelo que se
dieron desde la sanción de ley 1762-R generan incertidumbre sobre la eventual exigibilidad de
los derechos humanos vinculados al medio ambiente sano, emergentes de las leyes 25675,
26331 y art. 41 de la Constitución Nacional.

b. La Autoridad demandada objeta la admisibilidad formal de la vía intentada. Argumenta que


el daño colectivo o difuso invocado resulta insuficientemente demostrado y que su
procedencia afectará derechos de terceros, a los medios de producción y las fuentes de
trabajo.

Que la cuestión involucra un procedimiento de neto corte administrativo, previsto en la ley


1762-R, por lo que el amparo no es la vía idónea.
Argumenta que el vencimiento del plazo para la actualización del OTBN no implica su pérdida
de vigencia, porque el actual ordenamiento fue prorrogado automáticamente y se encuentra
vigente. Que por ello, no pueden afectarse las situaciones jurídicas creadas mediante los
permisos de explotación concedidos.
Manifiesta que el Estado provincial convocó por decreto 289/19 a un proceso de diálogo con
las ONG y personas que tengan interés y que en dicha oportunidad se comunicó que los
permisos otorgados se trataban de cambios de categorías aprobados conforme a la
reglamentación vigente.
Agrega que los requisitos exigidos a los solicitantes de explotación forestal resultan suficientes
para garantizar la protección y subsistencia de la flora y fauna autóctona provincial.
Concluye que no hay daño actual o inminente de los derechos y garantías invocados y que la
acción debe ser desestimada.

5) Sentencia recurrida: La Sala Primera de la Cámara Contencioso Administrativa hizo lugar a la


acción, declarando ilegítima la omisión de actualizar el OTBN y, por implicancia, dispuso la
prohibición de la aprobación de planes de aprovechamiento de cambio de uso del suelo y de
otorgar permisos de desmonte, desde el vencimiento del instrumento (diciembre de 2014),
hasta que la Provincia lo actualice en los términos de la ley 26331, el decreto 91/09, la ley
1762-R y las resoluciones del COFEMA y con sujeción a la ley general de ambiente (en adelante
LGA), el art. 41 de la Constitución Nacional y el 38 de la Constitución Provincial (fs. 603/618).
Contra dicha decisión la demandada plantea el recurso de inconstitucionalidad en trato. 6)
Agravios extraordinarios: La apelante argumenta que la sentencia es arbitraria porque lejos
de contener fundamentos jurídicos, evidencia afirmaciones dogmáticas que solo constituyen
fundamentos aparentes.
Finca su postura en que el fallo conculca derechos subjetivos adquiridos por los titulares de los
permisos emitidos por la Subsecretaria de Recursos Naturales y, pasa por alto la especulación
realizada por los integrantes de la cadena comercial respecto del producto futuro obtenido de
dicha actividad.
Que el fallo recurrido generaría grandes pérdidas patrimoniales para los productores
autorizados, terceros de buena fe, ajenos al proceso.
Recuerda que la amparista participó activamente en calidad de “tercero interesado” en el
proceso judicial tramitado ante el Juzgado Civil y Comercial n°21, caratulado: “Defensor del
Pueblo de la Provincia del Chaco c/ Subsecretaria de Recursos Naturales del Chaco y/o Poder
Ejecutivo de la Provincia del Chaco s/ Acción de Amparo”, Expte. 5761/19. Donde las
afirmaciones e interrogantes vertidas en el escrito postulatorio fueron debidamente
superados.
Destaca asimismo, que muchas de las asociaciones que participaron como “amicus curiae” en
la presente causa, también intervinieron en las reuniones celebradas entre diciembre de 2014
y la interposición de la demanda, en los distintos procesos de autorización de cambios de
suelo, siguiéndose el procedimiento previsto en la reglamentación.
Reitera que ante la desactualización por vencimiento del OTBN, opera automáticamente su
prórroga, sin que ello resulte impedimento para el normal desenvolvimiento de las actividades
autorizadas previo a su determinación, ni que impida la tramitación de nuevos permisos y
autorizaciones.
Manifiesta que las juezas efectuaron un incorrecto análisis de la normativa nacional y local
arribando a una sentencia a todas luces arbitraria.
Por último, solicita se haga lugar al recurso, se modifique el resolutorio impugnado y se
determine el cese de las prohibiciones y obligaciones impuestas, a fin evitar el avasallamiento
de los derechos del Pueblo chaqueño por cuanto el trabajo realizado sobre el producto
extraído como consecuencia del usufructo de los permisos represente muchas veces la única
fuente de trabajo de los ciudadanos del interior provincial.
7) La solución acordada: Inicialmente, cabe recordar que la Corte Suprema de Justicia de la
Nación tiene establecido que “...El objeto de la doctrina de la arbitrariedad no es corregir en
tercera instancia fallos equivocados o que se reputen tales, ni sustituir a los jueces de la causa
en cuestiones que por su índole les son privativas, pues sólo procura cubrir los defectos graves
de fundamentación o razonamiento que tornen ilusorio el derecho de defensa y conduzcan a
la frustración del derecho federal invocado” (CSJN Fallos 298:360) Y sólo “...son pasibles de la
tacha de arbitrariedad las sentencias judiciales que no constituyen derivación razonada del
derecho vigente con arreglo a las circunstancias comprobadas de la causa o que omiten
considerar articulaciones serias de las partes conducentes a la correcta solución del litigio”
(CSJN, Fallos: 301:1089).
Los supuestos descriptos no se verifican en el caso pues el decisorio impugnado posee
basamento suficiente de acuerdo a las circunstancias comprobadas de la causa y el plexo
jurídico aplicable, lo que impide su descalificación conforme los fundamentos fácticos y
jurídicos que pasamos a exponer.
En primer lugar, cabe ponderar que la presente causa es iniciada por la Asociación Civil
"Conciencia Solidaria" a fin de hacer cesar el estado de incertidumbre generado a partir de
permisos de explotación y cambio de suelo concedidos por las autoridades provinciales, sin
haber actualizado el ordenamiento territorial del bosque nativo provincial (en adelante OTBN).
Situación que pondría en riesgo la preservación y protección de los recursos naturales locales.
El eje de la controversia radica entonces, en un derecho humano fundamental consistente en
la preservación y protección del medio ambiente, a fin de de respetar y garantizar los derechos
a la vida e integridad personal. Específicamente, si el Estado provincial infringió la prohibición
dispuesta por el art. 7 de la ley 26331 y art. 6 del decreto 91/09, al otorgar permisos o si, por el
contrario, fueron válidamente emitidos.
Al respecto, la Corte IDH sostuvo que: “...El derecho humano a un medio ambiente sano es un
derecho con connotaciones tanto individuales como colectivas. En su dimensión colectiva,
constituye un interés universal, que se debe tanto a las generaciones presentes y futuras;
mientras que su vulneración puede tener repercusiones directas o indirectas sobre las
personas, en virtud de su dimensión individual y su conexidad con otros derechos, tales como
el derecho a la salud, la integridad personal o la vida, entre otros. La degradación del medio
ambiente puede causar daños irreparables en los seres humanos, por lo cual un medio
ambiente sano es un derecho fundamental para la existencia de la humanidad...” (Opinión
consultiva 23, del 15 de noviembre de 2017, solicitada por la República de Colombia).
A su vez, dicho Tribunal señaló: “...la existencia de una relación innegable entre la protección
del medio ambiente y la realización de otros derechos humanos, en tanto la degradación
ambiental afecta el goce efectivo de los derechos humanos. Asimismo, destacó la relación de
interdependencia e indivisibilidad que existe entre los derechos humanos, el medio ambiente y
el desarrollo sostenible, pues el pleno disfrute de todos los derechos humanos depende de un
medio propicio. Debido a esta estrecha conexión, constató que actualmente (i) múltiples
sistemas de protección de derechos humanos reconocen el derecho al medio ambiente sano
como un derecho en sí mismo, a la vez que no hay duda que (ii) otros múltiples derechos
humanos son vulnerables a la degradación del medio ambiente, todo lo cual conlleva una serie
de obligaciones ambientales de los Estados a efectos del cumplimiento de sus obligaciones de
respeto y garantía de estos derechos...” (Opinión Consultiva 23/17).
La Corte IDH además, describió las obligaciones de los Estados Partes, a efectos de respetar y
garantizar los derechos a la vida e integridad personal, en relación con daños al medio
ambiente, entre las que pueden destacarse: a. “…la obligación de prevenir daños ambientales
significativos, dentro o fuera de su territorio. b. Con el propósito de cumplir la obligación de
prevención los Estados deben regular, supervisar y fiscalizar las actividades bajo su jurisdicción
que puedan producir un daño significativo al medio ambiente; realizar estudios de impacto
ambiental cuando exista riesgo de daño significativo al medio ambiente; establecer un plan de
contingencia, a efecto de tener medidas de seguridad y procedimientos para minimizar la
posibilidad de grandes accidentes ambientales, y mitigar el daño ambiental significativo que se
hubiere producido, aún cuando hubiera ocurrido a pesar de acciones preventivas del Estado. c.
Los Estados deben actuar conforme al principio de precaución, a efectos de la protección del
derecho a la vida y a la integridad personal, frente a posibles daños graves o irreversibles al
medio ambiente, aún en ausencia de certeza científica…” (resaltado nuestro- El texto íntegro
de la Opinión Consultiva puede consultarse en el siguiente enlace: http://bit.ly/2Bddq6f.). La
fuerza normativa del orden constitucional supremo, que ya desde la Constitución de 1853, en
su art.31 y aún con más fuerza a partir de la reforma de 1994 no se agota en la Constitución
sino que se extiende a los Tratados Internacionales y a las Leyes Constitucionales que se dicten
en su consecuencia, debe ser una regla de gobierno de las instituciones y supone la aptitud e
idoneidad de ese orden para regir todos los ámbitos del quehacer individual y colectivo y la
sujeción de toda la normativa sobre cuestiones de fondo y de procedimiento a dicho orden
supremo.
Es oportuno recordar a Germán Bidart Campos, cuando al referirse a la reforma constitucional
de 1994, nos invitaba a despojarnos de los preconceptos y estreñimientos mentales, y a salir
de los esquemas civilistas, ingresando a los esquemas constitucionales y encontrando los
bienes colectivos que, desde el preámbulo, hallan ejemplo evidente en el bienestar general
(autor citado, Los bienes colectivos tienen existencia constitucional, L.L. 2002-A).
De conformidad con los arts. 41, 42 y 43 de la Constitución Nacional que además del derecho al
medio ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, reconocen expresamente
los derechos a la salud, la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de
incidencia colectiva en general, también tutelados por los arts. 12, 19, 36, 38, 39 , 41 ,44, 47 y
concordantes de la Constitución Provincial, y en un sentido más amplio y protectorio, los
llamados derechos de incidencia colectiva a partir de las reformas de 1994 revisten status
constitucional y es deber de la judicatura asegurar en los casos concretos sometidos a
juzgamiento la supremacía constitucional establecida en los arts. 31 de la Constitución
Nacional y 9 de la Constitución local.
La doctrina tiene dicho sobre el punto que: “El reconocimiento del derecho a un ambiente
sano constituye un hito en la evolución del constitucionalismo en tanto significa la creación de
una nueva generación de derechos (...) El desarrollo sustentable o sostenible combina como
elementos que deben estar presentes en la planificación del desarrollo, a las variables
ambiental, económica y social” (Sabsay, Daniel, La protección del ambiente en el marco del
desarrollo sustentable, TR LALEY AR/DOC/5367/2014).
En esa línea, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido recientemente que: “...la
relevancia constitucional que la protección ambiental y el federalismo tienen en nuestro país
exige emprender una tarea de ‘compatibilización’, que no es una tarea ‘natural (porque ello
significaría ‘obligar’ a la naturaleza a seguir los mandatos del hombre) sino
predominantemente ‘cultural’” (CSJN Servicio de agua y mantenimiento empresa del Estado
Provincial s/ infracción ley 24.051, 11/06/2020).
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la OC -23/17 del 15/11/17
reconoció “la existencia de una relación innegable entre la protección del medio ambiente y la
realización de otros derechos humanos, en tanto la degradación ambiental y los efectos
adversos del cambio climático afectan el goce efectivo de los derechos humanos” (con cita de
Caso Kawas Fernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de abril de
2009. Serie C No. 196. párr. 148).
Recordó que el preámbulo del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (en adelante “Protocolo
de San Salvador”), “resalta la estrecha relación entre la vigencia de los derechos económicos,
sociales y culturales -que incluye el derecho a un medio ambiente sano - y la de los derechos
civiles y políticos, e indica que las diferentes categorías de derechos constituyen un todo
indisoluble que encuentra su base en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana,
por lo cual exigen una tutela y promoción permanente con el objeto de lograr su vigencia
plena, sin que jamás pueda justificarse la violación de unos en aras de la realización de otros”.
Opinión que destacó en el caso Comunidades Indígenas Miembros de la Asociación Lhaka
Honhat (Nuestra Tierra) vs. Argentina (Sentencia del 6/2/2020 de Fondo, reparaciones y
Costas) en donde sostuvo que “*s+e trata de proteger la naturaleza, no solo por su ‘utilidad’ o
‘efectos’ respecto de los seres humanos, ‘sino por su importancia para los demás organismos
vivos con quienes se comparte el planeta’. Lo anterior no obsta, desde luego, a que otros
derechos humanos puedan ser vulnerados como consecuencia de daños ambientales”.
Además del marco normativo internacional, entre los que se destaca la Declaración de Río
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 pasando por la Agenda 2030 sobre Desarrollo
Sostenible 2015 (A/RES/70/1 de la Asamblea General de las Naciones Unidas) hasta llegar al
Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la
Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como Acuerdo de
Escazú (Adoptado en Escazú, Costa Rica, el 4 de marzo de 2018 y vigente desde 22 de abril de
2021). El referido Acuerdo tiene como principal objetivo garantizar la implementación plena y
efectiva en América Latina y el Caribe de los derechos de acceso a la información ambiental,
participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia
en asuntos ambientales, así como la creación y el fortalecimiento de las capacidades y la
cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las generaciones
presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible (el texto del
Acuerdo puede consultarse en el sitio web http://www.cepal.org/acuerdodeescazu).
Siendo el tema del medio ambiente un asunto donde al Estado le incumbe por expreso
mandato constitucional y legal, una función primordial e indelegable de custodia, se instituye
tanto en garante como en sujeto activo, por lo que su papel no puede limitarse a adoptar un
rol meramente gendarme, de vigilia del libre accionar de los particulares, sino que requiere la
adopción de políticas activas de preservación y cuidado del medio ambiente que hagan en los
hechos operativa la cláusula constitucional citada. Lo que supone además el deber de la
magistratura judicial de dar eficaz respuesta, también por expreso mandato constitucional,
ante los planteos que arriben a los estrados judiciales.
Cabe asimismo, recordar que la ley nacional 27592, a la que adhirió el Estado provincial, por
ley 3338-R, tiene por finalidad garantizar la formación integral en ambiente, con perspectiva de
desarrollo sostenible y especial enfoque en el cambio climático para las personas que se
desempeñen en la función pública (art. 1); estableciendo el deber de información a cargo de
las autoridades públicas en relación a la protección de la biodiversidad, los ecosistemas, la
eficiencia energética, energías renovables, la economía circular y el desarrollo sostenible,
como también sobre la normativa ambiental vigente (art. 5).
En otro orden, deben ponderarse los principios que fundamentan la materia ambiental,
expresados en la legislación como metas a alcanzar y como guias de interpretación frente a
conductas individuales. La Ley General del Ambiente condensa disposiciones concretamente
referidas a los principios, normativizándolos —o positivizándolos— por vía de su incorporación
al texto legal (4 de la ley 25.675) (cfr. Kamada, Luis E. "El derecho ambiental como derecho
principista y valorista", LLNOA2019 (agosto) 5, Cita Online: AR/DOC/541/2019). Esta cualidad
se evidencia en el presente, al examinarse las particualridades del caso a la luz del principio de
prevención.
En tal orientación este Tribunal compartió los fundamentos expresados en causas anteriores
de similar objeto, reafirmando la importancia de la protección de los recursos naturales, el
medio ambiente y la biodiversidad, temas trascedentes que hacen a la existencia misma de la
sociedad y de un estado democrático, con vigencia plena y efectiva de los derechos humanos,
donde se impone la preservación y defensa del medio ambiente, como así, una actividad
protagónica de las autoridades públicas tendientes a preservar el aprovechamiento racional de
los mismos, evitando su deterioro y el compromiso a las generacios futuras, tal lo manda la
Constitución (STJ del Chaco, Sent. 35/08, in re: "Asociación Comunitaria Nueva Pompeya:
Asociación Comunitaria de Comandancia Frías y Asociación Comunitaria Nueva Población c/
Provincia del Chaco y/o Subsecretaría de Recursos Naturales Medio Ambiente de la Provincia
del Chaco: Instituto de Colonización del Chaco y/o Quien Res. Resp. s/ Acción de Amparo
Colectivo de Intereses Difusos", Expte. 61.605/06).
Sobre la base de las consideraciones efectuadas, se estima que la sentencia impugnada resulta
acorde a los estándares internacionales en la materia, contando con fundamentos que impiden
su descalificación como acto jurisdiccional válido.
En efecto, las pruebas colectadas en confrontación con el marco legal nacional y provincial, dan
cuenta de que la autoridad demandada omitió dar cumplimiento al ordenamiento territorial
del bosque nativo provincial, luego de vencido el plazo de cinco años de que disponía para su
actualización, a partir del concretado en 2009, aprobado por ley 1762-R. Tal omisión se
corrobora con el informe emitido por el Ministerio de la Producción, Industria y Empleo de
fecha 21 de octubre de 2021, que expresa que el proceso de actualización no se encuentra
concluido (fs. 575/576).
En ese marco, los argumentos del apelante en punto a la arbitrariedad de la sentencia o
prescindencia de la ley aplicable carecen de asidero. Como se dijo, la adopción de medidas
eficaces para evitar un daño grave e irreversible al medio ambiente es una obligación estatal
no sólo en el orden interno de acuerdo a la ley general de ambiente -25575 y la 26331, en lo
relativo a la protección de los bosques nativos para su enriquecimiento, conservación y manejo
sostenible, sino también en el derecho internacional, a partir de las distintas conferencias
sobre materia ambiental en que participó nuestro país, como ser: la de Naciones Unidas sobre
Medio Ambiente y Desarrollo de 1992, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica, aprobados por las leyes 24.295 y
24.375, respectivamente.
Desde esa especial mirada, estimamos que el fallo recurrido resulta razonable y consecuente
con el imperativo de tutela a cargo del Estado en su conjunto.
En este sentido, resultan insoslayables las mandas constitucionales de los artículos 41 de la
Carta Nacional y 38 de la Provincial, respectivamente, en punto a los deberes de preservación,
protección, conservación y recuperación de los recursos naturales y su manejo a perpetuidad.
Se observa así que el pronunciamiento contempla prioritariamente, la conservación y cuidadao
del sistema global ambiental constituido por los recursos naturales, el ecosistema, la
biodiversidad y el patrimonio cultural (fs. 613); efectúa un meduloso análisis de las constancias
de la causa, exponiendo las normas y principios constitucionales, legales e internacionales
imperantes en materia ambiental, y resolviendo el litigio en sentido acorde con ellos. Como se
aprecia, sobre la base de una línea reflexiva propia de los jueces de la causa, actuando dentro
de sus facultades privativas, las sentenciantes adoptaron un criterio razonable y fundado, que
no resulta absurdo ni arbitrario y por ende escapa al control por este medio excepcional, al no
ser esta instancia superior, una tercera vía ordinaria de revisión y de reexamen de cuestiones
de hecho y prueba.
El decisorio examinado es además, concordante con lo expresado por este Tribunal sobre el
principio precautorio consagrado en art. 4º de la ley 25.675, en cuya oportunidad se sostuvo
que: "...la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para
postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente.”
(C.S.J.N. in re “Municipalidad de Berazategui c/ Aguas Argentinas S.A.”, SAIJ, Sumario
A0071360)..." (STJ del Chaco Sent, 314/11; Sent, 182/07; Sent, 313/11, entre otras, de la Sala
Civil, Comercial y Laboral).
De todo lo expuesto, consideramos que el fallo de la anterior instancia constituye un acto
jurisdiccional válido, al poseer fundamentos fácticos y jurídicos que obstan a su descalificación
como tal.
Por último, cabe recordar lo expresado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación que:
"...para calificar como arbitraria una sentencia se requiere que haya resuelto contra o con
prescindencia de lo expresamente dispuesto por la ley respecto del caso, o de pruebas
fehacientes regularmente presentadas en el juicio" (CSJN Fallos: 303:317; 248:487; 267:283),
situación que no se configura en el supuesto en análisis, sino que por el contrario el decisorio
impugnado exhibe un estudio pormenorizado de los antecedentes del caso, ponderando la
trascendencia de la cuestión litigiosa.
En consecuencia, nos expedimos por la desestimación del recurso en trato. ASI VOTAMOS.
II. A LA SEGUNDA CUESTIÓN LOS SEÑORES JUECES DIJERON:
Dada la conclusión arribada precedentemente, corresponde rechazar el recurso de
inconstitucionalidad incoado por la demandada a fs. 649/666, contra la sentencia 197/21
dictada por la Sala Primera de la Cámara Contencioso Administrativa a fs. 603/618.
Las costas son a cargo de la recurrente vencida, de conformidad con el art. 83 del Código
Procesal Civil y Comercial del Chaco, ley 2.559-M, regulándose los honorarios de los
profesionales de acuerdo a los arts. 3, 4, 6, 11 y 25 de la ley 288-C de aranceles vigente,
tomándose como base dos veces el Salario Mínimo Vital y Móvil vigente, para el doctor PABLO
MARTÍN FERNÁNDEZ BARRIOS la suma de PESOS VEINTIDOS MIL SETECIENTOS SETENTA
($22.770,00), como patrocinante. A la doctora NORA BEATRIZ GIMÉNEZ la suma de NUEVE MIL
CIENTO OCHO ($9.108,00) como apoderada. Todo con más IVA si correspondiese.
Sin emolumentos para los representantes de la vencida en virtud del modo en que se resuelve,
la relación que los une con su representada, lo dispuesto por el art. art. 42 de la ley 288-C. ASÍ
TAMBIÉN VOTAMOS.
Con lo que se da por finalizado el presente Acuerdo, dictándose la siguiente, SENTENCIA
Nº 122 /22.
Por los fundamentos vertidos, EL SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA, RESUELVE:
I.DESESTIMAR el recurso de inconstitucionalidad deducido por la demandada a fs. 649/666,
contra la sentencia 197/21 dictada por la Sala Primera de la Cámara Contencioso
Administrativa de esta Provincia a fs. 603/618.
II.IMPONER las costas a la vencida.
III. REGULAR los honorarios profesionales al doctor PABLO MARTÍN FERNÁNDEZ BARRIOS
la suma de PESOS VEINTIDOS MIL SETECIENTOS SETENTA ($22.770,00), como patrocinante. A
la doctora NORA BEATRIZ GIMÉNEZ la suma de NUEVE MIL CIENTO OCHO ($9.108,00) como
apoderada. Todo con más IVA si correspondiese. Sin emolumentos para los representantes de
la perdidosa por los motivos expuestos en el acuerdo que antecede.
IV. REGÍSTRESE, notifíquese personalmente o por medios electrónicos. Oportunamente,
vuelvan los autos al Tribunal de origen.

Dra. Iride Isabel María Grillo Dra. Emilia María Valle


Juez Presidente
Superior Tribunal de Justicia Superior Tribunal de Justicia

Dr. Víctor Emilio Del RíoDr. Rolando Ignacio Toledo


Juez Juez
Superior Tribunal de Justicia Superior Tribunal de Justicia

SI-...///
Corresp.expte. nº 11344/20-SCA
./-GUEN LAS FIRMAS.-

Dr. Alberto Mario Modi


Juez
Superior Tribunal de Justicia

Dra. Livia Verónica Domecq


Secretaria Letrada
Superior Tribunal de Justicia

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