Autoría Mediata y Teoría de La Participación - Bovino
Autoría Mediata y Teoría de La Participación - Bovino
Autoría Mediata y Teoría de La Participación - Bovino
I. OBJETO
*
Abogado, UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES. Master in Laws, COLUMBIA UNIVERSITY SCHOOL OF LAW.
Profesor Regular de Derecho Penal y Derecho Procesal Penal en la FACULTAD DE DERECHO
de la UNIVSERSIDAD DE BUENOS AIRES. Abogado del CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES (CELS).
Abogado Consultor en el Estudio WORTMAN JOFRÉ – ISOLA ABOGADOS.
aparatos organizados de poder, analizando los fundamentos de la
categoría y la responsabilidad de quien da las órdenes.
2
II. PARTICIPACIÓN Y TEORÍA DE LA IMPUTACIÓN
b) típica;
c) antijurídica; y
d) culpable.
3
menores problemas y es el que exige la existencia de una acción —u
omisión— voluntaria por parte del presunto responsable por un hecho
punible.
3
Cf., entre otros, VILLAVICENCIO, Lecciones de derecho penal. Parte general, ps. 99. y
siguientes.
4
de la imputación es bastante sencilla para un limitado universo de
casos: los asuntos en los que está involucrado un solo sujeto como
interviniente, que ha actuado con dolo directo y que, además de
alcanzar el resultado querido, no invoca causas de justificación y
tampoco presenta ningún grado de disminución de su motivación
conforme al ordenamiento jurídico, no provocan discusiones teóricas de
importancia4.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que —como regla— los tipos
de la parte especial, respetando el principio de legalidad, definen una
conducta típica, el sujeto activo de dicha conducta y el sujeto pasivo.
Por las exigencias del principio de legalidad, sólo se podría sancionar a
los autores o ejecutores materiales de las conductas descriptas en la
parte especial, pues las figuras típicas de dicha parte están pensadas
exclusivamente para abarcar la conducta de uno o más autores
responsables.
Es por ello que para abarcar como hechos punibles las conductas de los
partícipes, esto es, de quienes intervienen en el hecho doloso ajeno que
sólo corresponde a su autor, ha sido necesario que el legislador amplíe
la punibilidad a través de la regulación legal, en la parte general, de la
participación en el hecho punible. Las reglas de la participación en la
parte general representan, entonces, una ampliación de la
punibilidad. Estas reglas, en consecuencia, son complementarias y
accesorias respecto de las reglas que regulan la autoría en sentido
estricto. Es por ello que se dice:
5
extensión de la pena, por cuanto al ampliarse el tipo llegan a ser
punibles dichas conductas, ‘pues de otra manera no lo serían por
quedar fuera del tipo’”5.
5
VILLAVICENCIO, Lecciones de derecho penal. Parte general, p. 191.
6
JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, p. 900, destacado en el original. Cf.
ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, p. 757: en el tipo culposo “…
no pudo haber ni autor ni partícipe, sino sólo causantes”.
7
BUSTOS RAMÍREZ, Derecho penal. Parte general, p. 295.
8
ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, p. 735 (destacado en el
original).
6
Por ser las reglas de la participación complementarias y accesorias de
las normas para el autor del hecho punible, de esta circunstancia se
derivan ciertas consecuencias:
9
Sin entrar en disquisiciones teóricas, no es lo mismo “matar” a alguien que
“colaborar con quien da muerte a alguien”.
10
Se trata de la accesoriedad interna limitada, que exige que la conducta del autor
sea antijurídica. La accesoriedad interna también puede ser mínima —requiere que la
conducta del autor sólo sea típica—, o máxima —requiere que la conducta del autor
sea típica, antijurídica y culpable. Sobre este punto, cf. SILVESTRONI, Teoría
constitucional del delito, ps. 280 y siguientes.
7
de la autoría, esto es, del hecho principal. En consecuencia, si el
partícipe realiza todo su aporte antes del comienzo de ejecución, su
aporte no resulta punible hasta que no haya habido comienzo de
ejecución del hecho doloso del autor —esto es, tentativa—. Además, no
basta con que el autor haya comenzado a realizar una conducta típica;
ésta debe resultar, además, antijurídica, pues no es punible la
intervención del partícipe de un hecho que no sea antinormativo.
8
III. LA AUTORÍA EN LOS DELITOS DOLOSOS
III. 1. El problema
9
b) concepto restrictivo, que distingue diversas formas de
intervención en el hecho típico13.
Para la teoría del concepto unitario de autor todo sujeto que de algún
modo interviene en un hecho típico —según citerios de intervención
causal— debe ser considerado autor, esto es, no distingue entre autores
y partícipes. En la doctrina alemana, este criterio unitario de autor sólo
es sostenido para los delitos culposos.
Por otra parte, la aplicación práctica de esta teoría colma las lagunas de
punibilidad generadas por la “accesoriedad” de la participación de los
cómplices e instigadores. Más allá de ello, los límites de la punibilidad
se tornan demasiado amplios, pues resultaría punible la tentativa de
participación14.
Así, por ejemplo, es tan autor quien le alcanza el arma homicida a quien
realiza el disparo mortal, como este último. Ambos han puesto un
aporte causal y, por lo tanto, ambos son autores.
13
Cf. JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, p. 889.
14
Cf. JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, ps. 889 y siguiente.
10
al delito es considerado autor, incluso los instigadores y cómplices,
respecto de los cuales las reglas reductoras de la pena eran
consideradas limitaciones a la punibilidad”15.
Más allá de los problemas que plantean ambas teorías —v. gr., no
resultan aplicables a los delitos de propia mano, ni a los delitos
especiales, desdibujan los límites entre actos preparatorios y actos
ejecutivos16, no respetan el principio de accesoriedad de la participación
—, resulta evidente que no es ninguna de estas teorías la adoptada por
la ley penal peruana, que en los arts. 23, 24, y 25, regulan,
respectivamente, la autoría, la complicidad y la instigación.
15
SILVESTRONI, Teoría constitucional del delito, p. 275.
16
SILVESTRONI, Teoría constitucional del delito, ps. 275 y s. El autor advierte, por otro
lado que “Como toda norma extensiva del alcance del tipo penal, las reglas de la
participación en sentido estricto constituyen un ámbito propicio para generar
confusiones que pueden afectar principios constitucionales…” (p. 275).
17
JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, p. 895.
11
hecho como “propio”18, y como autor a quien realiza un aporte antes del
comienzo de ejecución, si quiere el hecho como propio.
18
JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, p. 897.
12
Las conductas previstas en los artículos 24 y 25, en cambio, extienden
la punibilidad a los partícipes. Más allá de que uno de los tipos de
participación —complicidad secundaria— recibe una pena menor, lo más
importante de este esquema conceptual es que implica la accesoriedad
de las tres formas de participación —instigación, complicidad primaria y
complicidad secundaria— respecto de la autoría.
19
MIR PUIG, Derecho Penal. Parte General, p. 311.
20
Cf. MIR PUIG, Derecho Penal. Parte General, p. 312.
21
MIR PUIG, Derecho Penal. Parte General, p. 312.
13
“Tampoco la teoría objetivo-material, entendida de forma puramente
objetiva, basta para aprehender todos los momentos relevantes del
hecho punible, pues la peligrosidad de las distintas contribuciones al
hecho no resulta determinada solamente por el suceso externo, sino
también por el plan de los intervinientes. Aunque pudieran efectuarse
graduaciones en la relación de causalidad, tampoco resultarían
decisivas, ya que lo importante para la imputación de un hecho es la
forma de conducción del suceso causal”22.
14
entenderse únicamente como un actuar con una determinada actitud,
ni como un suceso puramente perteneciente al mundo exterior, sino
como unidad de sentido objetivo-subjetiva. El hecho aparece así, como
la obra de una voluntad que conduce el suceso. Más no sólo la
voluntad de conducción resulta decisiva para la autoría, sino también
la importancia material de la parte que cada interviniente asume en el
hecho. Por ello, sólo puede ser autor quien, en atención a la
importancia de su aportación objetiva, contribuya a controlar el curso
del hecho”25.
Según esta teoría, se puede afirmar que existe autoría en los siguientes
casos:
25
JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, ps. 897 y siguiente.
26
Los autores le dan distinto alcance a la autoría mediata. Mientras hay quienes
aceptan que es autor mediato quien utiliza un instrumento que actúa sin culpabilidad
—v. gr., BUSTOS RAMÍREZ—, hay quienes rechazan tal posibilidad —v. gr., SILVESTRONI—.
27
JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, ps. 898 y siguiente.
15
debe confundirlo con el dolo28. Creemos que de la manera en que el
concepto es definido tiene un fuerte anclaje con el dominio efectivo en
el ámbito de lo objetivo, razón por la cual tal confusión no es posible.
Para terminar de exponer su enfoque realista sobre las distintas
modalidades de autoría y participación, los mismos autores sostienen:
28
Cf. ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, ps. 744 y siguiente.
29
ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, p. 744.
30
ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, p. 741 (destacado
agregado).
31
SILVESTRONI, Teoría constitucional del delito, p. 276 (destacado en el original).
16
intervengan en el hecho sin tener dominio sobre él o, quien aun
teniéndolo, no reúne las características especiales para ser autor en
ciertos delitos —los delitos especiales—. Así, por ejemplo, si dos sujetos
comparten el dominio del hecho en un supuesto de incumplimiento de
deberes de funcionario público, y sólo uno de ellos es funcionario, quien
no revista la calidad de funcionario será cómplice necesario o primario,
pues aun co-dominando el hecho típico, no reviste las cualidades
personales para ser autor.
17
simultáneos a la comisión del hecho típico y doloso del autor32.
Pero una regla de principio que se aplica a todos los partícipes resultará
extremadamente útil cuando más adelante veamos la autoría mediata.
Se afirma con convicción que “es claro que el partícipe, por definición,
carece del dominio del hecho…”33.
32
La cuestión de establecer la línea divisoria entre complicidad primaria y secundaria,
si bien resulta claro que depende de la magnitud del aporte al hecho del autor, ha
resultado problemática. Cf., en este sentido, BUSTOS RAMÍREZ, Derecho penal. Parte
general, ps. 293 y siguiente.
33
ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, p. 488.
18
• Para que el instigador sea punible, el autor debe, al menos, haber
comenzado la ejecución —accesoriedad externa— de un acto típico y
antijurídico —accesoriedad interna—34.
19
es, quien lo determinó dolosamente a cometerlo.
20
IV. LA AUTORÍA MEDIATA
36Sólo podremos determinar quién puede ser considerado autor de homicidio, en este
sentido, si hemos establecido previamente qué comportamientos “causan la muerte”
de otra persona. Así, si podemos afirmar que el comportamiento de una persona ha
“causado la muerte” de otra, estamos frente al comportamiento de un autor de
homicidio, independientemente de que éste haya actuado directamente o por medio
de la intervención de un tercero, es decir, de cómo haya “causado” esa muerte en el
caso particular.
21
importante en ciertas figuras penales. Existen tipos penales que
describen la acción típica definiendo directamente el comportamiento
prohibido, como sucede, por ejemplo, con los delitos que afectan la
libertad sexual, en los cuales se establecen con precisión los
comportamientos requeridos para ser considerado autor —v. gr.,
agredir personal y sexualmente a una persona contra su voluntad—.
22
Así, por ejemplo, el sujeto A sería autor mediato de homicidio doloso
en las siguientes circunstancias. A, médico, sabe que el paciente P es
alérgico a la penicilina y, luego de omitir documentar dicha información
en la historia clínica de P, le ordena al residente B que trate con
penicilina el cuadro que presentaba el paciente —era el tratamiento
correcto de no haber sido alérgico a la penicilina—. B obedece la orden
dada por A, y P muere como consecuencia de su reacción alérgica a la
penicilina que le inyectara B.
23
si bien es irrelevante que el ejecutor posea las condiciones requeridas
para el autor conforme al tipo de que se trate, el autor mediato sí debe
reunir las condiciones personales típicas37.
37
Cf. MIR PUIG, Derecho Penal. Parte general, p. 325.
38
BUSTOS RAMÍREZ, Derecho penal. Parte general, p. 286.
24
b) cuando el autor mediato se vale de una coacción irresistible o un
miedo insuperable;
Nada hay en el art. 23 del Código Penal que impida aplicar la teoría de
BUSTOS RAMÍREZ. El ejecutor es autor por “actuar por sí”, y el hombre de
atrás es autor por “valerse de otro”. Basta que la relación del hombre
de atrás sobre el ejecutor represente un “dominio superior” sobre su
voluntad y que las circunstancias del caso no permitan eximir de
39
BUSTOS RAMÍREZ, Derecho penal. Parte general, p. 287.
40
JESCHECK, Tratado de Derecho Penal, vol. II, p. 920.
25
responsabilidad al ejecutor.
26
V. AUTORÍA MEDIATA Y APARATOS ORGANIZADOS DE PODER
V. 1. Fundamentos de la categoría
“... debe ser analizada otra modalidad del dominio mediato de las
acciones... Se trata de la voluntad de dominio mediante aparatos de
poder organizados; con ello se alude a aquellos casos que se
caracterizan predominantemente por la circunstancia de que el
inspirador tiene a su disposición personal un ‘aparato’ —generalmente
organizado por el Estado—, con cuya ayuda puede consumar sus
delitos sin tener que transferir a los ejecutores una decisión autónoma
sobre la realización”41.
27
ejercen su actividad. Ello pues un alto funcionario de una organización
destinada, entre otras actividades, a consumar atentados políticos,
domina la consumación del resultado de la actividad de modo
diferente al del instigador habitual. El mandante tiene una posición
clave respecto del hecho que descansa en el modo de actuar específico
del aparato. Una organización de este tipo desarrolla una vida que
resulta independiente de la cambiante composición de sus miembros
ubicados en los lugares más bajos de la organización.
En el caso del ejemplo, no cabe duda de que los tres imputados debían
ser responsabilizados a título de autores. Como veremos, su
responsabilidad personal como autores surge de varias circunstancias.
Debemos tener en cuenta, en primer lugar, que las dos figuras penales
que se atribuyen a los imputados definen delitos de escala. Ello significa
que para ser autor de cualquiera de los delitos —genocidio o violación
42
ROXIN, Voluntad de dominio de la accción mediante aparatos de poder organizados,
p. 400 (destacado agregado).
28
de deberes de humanidad—, la persona debe ser responsable de la
producción del resultado típico sobre una cantidad indeterminada de
víctimas individuales. En el caso de genocidio, además, el autor debe
tener el propósito de “destruir total o parcialmente” a uno de los grupos
definidos en el art. 376 del CP Guatemala.
Así, sólo quien tiene el control —el dominio del hecho— sobre las
acciones de los diversos autores materiales que realizan directa y
personalmente los distintos hechos definidos en el artículo 376 del CP
resulta autor de esta figura. Ello pues sólo esas personas tendrán,
necesariamente, el poder y la intención de producir el resultado típico
sobre la cantidad indeterminada de víctimas individuales que requiere el
genocidio como delito de escala y, además, el “propósito de destruir
total o parcialmente” a uno de los grupos mencionados en el artículo
376.
29
humanidad contemplado en el art 378 no se requiere un propósito
específico —como sucede en el caso del genocidio—, por tratarse
también de un delito de escala, sólo puede ser considerado autor de
este delito quien controle la producción de los resultados típicos sobre
un número de víctimas individuales indeterminado. Por ello, quien
materialmente comete un acto inhumano contra una víctima civil no es
responsable por el delito de violación de los deberes de humanidad. En
este sentido, sólo quien dirija de manera coordinada la acción de los
diversos autores materiales es autor, por ejemplo, del supuesto de
comisión de actos inhumanos contra la población civil.
Por estos motivos, es posible afirmar que los imputados, debido a los
cargos que ocupaban en el momento de comisión de los hechos y de las
acciones que llevaron a cabo individualmente, tomaron “parte directa
en la ejecución de los actos propios del delito” (art. 36, num. 1, CP).
30
de la política contrainsurgente permite afirmar que ellos, al menos,
intervinieron centralmente en la “preparación o ejecución” de los delitos
de genocidio y violación de deberes de humanidad, con actos sin los
cuales esos delitos “no se hubieren podido cometer”, teniendo en todo
momento el dominio sobre los acontecimientos.
31
actividad, circunstancia que asegura la capacidad funcional del
aparato46. Es la fungibilidad de los ejecutores lo que da el dominio del
hecho a quien da la orden y lo que caracteriza a esta especial forma de
autoría mediata47.
32
En efecto, en los casos en que un autor obra ‘detrás del autor’ (autor
mediato con ejecutor directo doloso) o, mejor: ‘arriba del autor’, la
doctrina dominante entiende con razón que las órdenes impartidas ya
constituyen un comienzo de ejecución de todo el plan, para el autor
mediato. Entonces, a partir de ese momento, el autor mediato es
responsable con dolo directo o eventual de la tentativa de todos los
hechos que podrían ser derivados de la ejecución, aunque finalmente
no se produjeran todos los resultados previstos”48.
48
SANCINETTI, Derechos humanos en la Argentina post-dictatorial, ps. 27 y ss.,
bastardilla en el original; negrita agregada).
49
Cf. STRATENWERTH, Derecho penal. Parte general, p. 242.
50
Cf. ZAFFARONI, ALAGIA, y SLOKAR, Derecho Penal. Parte General, p. 747. En nota a pie se
cita como defensores de esta teoría a SCHMIDHAÜSER, STRATENWERTH, SAMSON, JÄGER, GRECO,
MALAMUD GOTI, FERNÁNDEZ y PASTORIZA.
33
aparato de poder. La teoría es, en verdad, una simple adaptación de la
teoría del dominio del hecho a circunstancias extraordinarias que
otorgan —a diferencia de lo que sucede con el instigador en un caso
común— el dominio del hecho a quien da la orden por sus particulares
circunstancias. Nuevamente —y de manera consistente— se adjudica la
calidad de autor a quienes poseen el control ejecutivo y operativo sobre
el hecho punible.
51
ROXIN, Voluntad de dominio de la accción mediante aparatos de poder organizados,
ps. 405.
34
y ordenada su ejecución, sus órdenes serán cumplidas, sin importar por
quién.
35
más importante doctrina comparada, sino que también se ha aplicado a
casos concretos en América Latina.
54
HENDLER y GULLCO, Casos de derecho penal comparado, p. 148.
55
Fallos del Mes, Publicación de la Corte Suprema, Año XXXV, Sección Criminal,
36
La Corte descartó la eventualidad de que TOWNLEY haya ido a Estados
Unidos por su cuenta a asesinar a LETELIER, y señaló que TOWNLEY estaba
en una situación de sometimiento a la jefatura de la Dirección de
Inteligencia. El tribunal fundó su decisión en la teoría de Claus ROXIN
sobre autoría mediata a través de aparatos de poder organizados, y
consideró que los presupuestos de esa teoría eran perfectamente
asimilables al caso de TOWNLEY, inserto como estaba en la estructura
jerarquizada y militar de la Dirección de Inteligencia, en términos que si
legalmente no podía ser compelido a acatar esa orden, en la práctica el
influjo y la autoridad de sus superiores, a través de la orden ilegítima,
debió gravitar sin contrapeso en el ánimo del autor material.
Consecuentemente, la Corte condenó a CONTRERAS y ESPINOZA como
autores mediatos del asesinato56.
V. LAS CONSECUENCIAS
V. 1. La accesoriedad externa
37
los autores directos.
38
pueda ser responsabilizado como autor, se modifica el objeto procesal
que debe ser verificado para adjudicarle la responsabilidad penal.
2) Para la segunda posición habrá tentativa del mismo modo que en los
casos de accesoriedad externa, esto es, cuando se puede decir
autónomamente que el ejecutor ha comenzado a ejecutar el hecho
personalmente. Esta tesis es defendida en Argentina por FIERRO58. La
tesis de FIERRO es interesante y puede ser matizada para arribar a una
solución intermedia, pues no requiere de modo necesario la exclusión
de la posible anticipación de la punibilidad de los actos del autor
mediato como principio, sino que permitiría hacerlo dependiendo de las
circunstancias del caso.
39
“… debemos señalar que las maniobras de dominación que el autor
mediato puede realizar para controlar al instrumento pueden ser muy
distantes del hecho principal y llevar un tiempo muy prolongado como
para ser catalogadas como tentativa”59.
59
FIERRO, Teoría de la participación criminal, p. 373.
40
ejecutor de la detención cumple la orden de detenerla ilegalmente, el
autor mediato ya ha comenzado la ejecución de la desaparición forzada.
Más allá de la tipicidad de los delitos de escala, que requieren que sea
quien tiene un control global o significativo, y no los ejecutores, los
autores del delito de escala, pensemos en HITLER y en múltiples
homicidios —no en genocidio—.
V. 2. La accesoriedad interna
41
del ejecutor, no se requiere que el hecho del ejecutor resulte típico y
antijurídico. En los casos de participación común, el tipo objetivo y el
tipo subjetivo del autor integran el tipo objetivo del partícipe, pues por
la accesoriedad la tipicidad de la conducta del partícipe depende de la
tipicidad y antijuridicidad de la conducta del autor.
V. 4. Conclusiones
Así, está claro que basta con “reali[zar]… por medio de otro” una
conducta típica para poder ser considerado autor de un hecho punible.
Nada dice la norma acerca de si se puede realizar un hecho “por medio
de otro” que actúa responsable o irresponsablemente. Por lo tanto, es
posible considerar autor a quien comete el hecho “por medio de otro”
sin que resulte relevante si ese otro actúa culpablemente o no lo hace.
42
Nada hay en la ley que lo impida, y nada impide, en consecuencia,
adoptar la teoría propuesta por BUSTOS RAMÍREZ. Lo único relevante es
determinar si el “hombre de atrás” tiene el dominio del hecho,
independientemente del dominio que le cabe al ejecutor, en una división
vertical de ese dominio —y no horizontal, como en la coautoría—.
43
BIBLIOGRAFÍA
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