0% encontró este documento útil (0 votos)
87 vistas4 páginas

Disfemia

La disfemia es un trastorno del habla caracterizado por interrupciones en la fluidez del habla como repeticiones de sílabas o palabras. El tipo más común es la disfemia de desarrollo que ocurre en niños entre 2 y 5 años y generalmente desaparece sin intervención. Cuando los síntomas persisten más allá de los 5 años, se recomienda consultar a un especialista. El documento proporciona recomendaciones para padres y describe algunos tratamientos como la relajación muscular, respiración controlada y técnicas de habla en

Cargado por

Migne Muñoz
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
87 vistas4 páginas

Disfemia

La disfemia es un trastorno del habla caracterizado por interrupciones en la fluidez del habla como repeticiones de sílabas o palabras. El tipo más común es la disfemia de desarrollo que ocurre en niños entre 2 y 5 años y generalmente desaparece sin intervención. Cuando los síntomas persisten más allá de los 5 años, se recomienda consultar a un especialista. El documento proporciona recomendaciones para padres y describe algunos tratamientos como la relajación muscular, respiración controlada y técnicas de habla en

Cargado por

Migne Muñoz
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 4

DISFEMIA

Es un trastorno del habla (no un trastorno del lenguaje) que se caracteriza


por interrupciones de la fluidez del habla, repetición de sílabas o palabras,
bloqueos o espasmos. Existen varios tipos, la más común es la Disfemia de
Desarrollo: Ocurre cuando el niño(a) está aprendiendo el lenguaje y el
habla, alrededor de los 2 y 5 años. Este tipo de disfemia debería
desaparecer sin ningún tipo de intervención, en la mayoría de los casos (un
75-80%). En casos en que las manifestaciones de la disfemia continúen más
allá de los 5 años y se acentúen los síntomas: Tensión muscular en cara y
cuello, inclusive otras arte del cuerpo, esfuerzo más notorio para hablar, el
niño(a) empieza a notar su afectación y se siente incómodo(a) por eso; es
necesario consultar a un especialista: terapeuta de lenguaje, logopeda,
fonoaudiólogo.

A continuación algunas recomendación a manera de prevención.

 En general, lo más adecuado es no manifestar impaciencia o


incomprensión, manteniéndonos tranquilos y atentos, estando muy
pendientes de lo que el niño(a) quiere contarnos, y no de cómo lo
hace. No debemos atender a las posibles muletillas, los tics, gestos,
bloqueos o cantidad de palabras que logra emitir. Sino que nuestra
atención se debe centrar en lo realmente importante, en la
comunicación con él/ella.

 Es necesario tener un estilo de habla en casa tranquilo. Hable a su


hijo(a) sin prisa, con pausas frecuentes. Un ritmo de vida familiar
rápido, estresado, agobiado, con exceso de actividades o siempre a
contrarreloj; dará lugar a situaciones en las que se le apresurará a
para que hable con rapidez para que termine de expresar sus ideas
y oraciones. Esto aumenta las dificultades de expresión y la ansiedad
que ello conlleva en el niño(a).

 Reduzca el número de preguntas al niño(a), evite bombardearle a


preguntas sin darle tiempo para responder. Los niños hablan más
libremente al expresar sus propias ideas en lugar de responder a
preguntas de los adultos. En lugar de preguntar, haga comentarios
sobre lo que su hijo(a) haya dicho o hecho, haciéndole saber de
esta forma que usted le está prestando atención.

 Su hijo(a) necesitará de un tiempo determinado para acabar las


frases y transmitiros lo que desea, y deben tratar de dárselo. Por lo

Página 1 de 4
tanto, y como norma general, se ha de dejar un segundo de pausa
antes de responder a los comentarios o preguntas del niño(a).

 Evitaremos invitarle a hablar o explicar algo si se carece en ese


momento del tiempo necesario para atenderlo. Pero si su hijo(a) está
hablando mientras usted hace algo que requiere toda su
concentración, dígale que aunque no le esté mirando, le escucha y
que presta atención a lo que está diciendo.

 Es aconsejable favorecer los momentos de conversación solicitados


por él/ella, para hablar de temas que le interesen; lo más importante
es que se encuentre satisfacción al hablar. Debemos fomentar su
intención comunicativa. Durante ese tiempo especial, utilice con el
niño(a) un habla lenta, tranquila, relajada y con pausas frecuentes.

 En el caso en que su hijo(a) se bloquee al hablar, y manifieste un


gran esfuerzo para expresarse, se puede llevar a cabo una ligera
intervención que suavice el momento, facilitando la comunicación.
Dicha intervención consistirá en tocar suavemente al niño en manos
u hombros y mirarle a la cara sin demostrar por parte del adulto
ansiedad o preocupación. Simplemente paciencia y atención por
escucharle. Nuestra respuesta a su mensaje ha de ser coherente con
lo que ha dicho, evitando crear más angustia y la sensación de que
le es imposible mejorar su situación verbal.

 Pedirle a su hijo(a) que hable más despacio, que repita palabras o


frases, regañarle por el bloqueo, terminar las frases por él/ella o
interrumpirle en estas situaciones…, además de no mejorar su modo
de hablar, lo ayuda a ser consciente de su dificultad en ese
momento, incrementando su ansiedad. Es importante no hacer
consciente al niño(a) de su dificultad de fluidez.

 Procure que todos los miembros de la familia aprendan a escuchar y


a esperar turno antes de hablar. A los niños, se les hace más fácil
hablar cuando no hay interrupciones y cuentan con la atención de
los demás.

 Evite forzar al niño a realizar demostraciones de sus habilidades


verbales. A su hijo le ayudará no tener que leer en voz alta o no tener
que hacer pequeños discursos frente a los amigos, parientes o
vecinos.

 Estimular y fomentar el clima de comunicación;

o Compartir y realizar juegos no directivos al niño(a)


o Contar cuentos al niño(a)

Página 2 de 4
 Hablar pausadamente con el niño(a) puede ayudarle a hablar de la
misma forma.

 No felicite al cuando él/ella consigue completar alguna frase difícil.


Actúe con normalidad. Esto le ayudará a no sentirse observado(a)
en esa área.

Algunos de los Tratamientos Aplicados en la Terapia para la Disfemia No


Evolutiva

El tratamiento de la disfemia conlleva un trabajo junto a los padres, a


quienes se les facilitan pautas dirigidas a modificar el modelo comunicativo
dentro del entorno familiar. Al igual sucede con el entorno escolar del niño
o niña, pues debe existir un contacto entre profesionales para ofrecer al
niño unas condiciones óptimas que favorezcan su comunicación con los
demás.

Recordemos que la disfemia o tartamudez es un trastorno del habla en el


que se aprecia una distorsión de la fluidez con una serie de características
visibles como son: bloqueos, repeticiones y prolongaciones de sonidos,
sílabas, palabras e incluso frases. Asimismo, se asocian movimientos
involuntarios como los tics o espasmos, gran esfuerzo en el acto de hablar,
tensión muscular y falta de coordinación entre la respiración y fonación.

De este modo, trabajamos todas las áreas implicadas en el proceso del


mecanismo de habla. A continuación, expongo algunos de los ejercicios
realizados en consulta.

Relajación corporal
La técnica más usada en relajación para tratar la tensión en pacientes con
disfemia es la conocida Relajación Progresiva de Jacobson. Aquí, usamos
la tensión voluntaria y relajación de todos los grupos musculares con la idea
de crear conciencia del cambio que se produce en nuestro cuerpo,
aprendiendo a disminuir la ansiedad relajando dicha tensión producida de
manera consciente.

Respiración y coordinación fono-respiratoria


La respiración es uno de los componentes que se ve afectado durante el
habla en pacientes con disfemia, aunque no es la causa del trastorno en sí.
Por tanto, aprender una correcta respiración será de gran importancia
para adquirir una mayor fluidez verbal y disminuir los síntomas de bloqueos,
repeticiones y prolongaciones durante la emisión.

Página 3 de 4
El tipo de respiración que ponemos en práctica es el costo-diafragmático o
abdominal y el que tendremos en cuenta en las posteriores tareas.

Realizamos ejercicios de respiración tumbados o sentados delante de un


espejo y posteriormente, introducimos listado de palabras, frases y
pequeños fragmentos controlando a su vez la respiración.

Técnicas de habla enlentecida


Usamos diversas técnicas para favorecer un habla más lenta como son
el silabeo o alargamiento de fonemas (sonidos). Con el silabeo, realizamos
por golpes de voz (sílabas) marcando el ritmo con un metrónomo tanto en
lectura de palabras, frases y fragmentos. Aumentamos la complejidad
añadiendo cada vez un mayor número de elementos dentro de la frase.
Con el alargamiento de sonido, tratamos de alargar la vocal inicial de una
palabra, dando como resultado la fluidez en la emisión de la palabra sin
que se produzcan repeticiones de sonidos.

Entonación y melodía
Con este tipo de tarea, tratamos de realizar conversaciones dándole una
melodía como si de una canción se tratara. Lo ponemos en práctica en
frases, con trabalenguas, chistes, poemas etc. La melodía en el habla
disminuye el tartamudeo. De este modo, en ocasiones introducimos
canciones o el uso de karaoke en sesiones de logopedia como actividad
extra.

Imitar voces de personajes


Delante de un espejo para observarnos, realizamos juegos de imitación ya
sea de personajes conocidos como cantantes, actores, hacer voces de
animales (voz de ratita, voz de oso…), voz de robot, entre otros. Con esta
técnica, se aprecia la mejora de la fluidez del habla en pacientes con
disfemia. Todo ello, basado en lectura, diálogos entre el terapeuta y
paciente y realización de pequeñas historietas con personajes asignados.

Técnica de enmascaramiento auditivo


Consiste en devolver un feedback auditivo al paciente mediante un sonido
constante llamado ruido blanco, el cual, a través de unos auriculares lo oye
mientras realiza una lectura en voz alta. Realizamos una grabación de su
voz para comparar los síntomas de las disfluencias en la lectura con
enmascaramiento y sin él.

Página 4 de 4

También podría gustarte