Actos de Tortura
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“ACTOS DE TORTURA.”
TEMA TÍTULO NÚMERO TIPO TESIS
DE
REGISTRO
DÍGITAL
CRITERIO JURÍDICO: Dos Tribunales Colegiados de Circuito se pronunciaron de manera disímbola sobre si para efectos de la
procedencia del juicio de amparo indirecto, aquella resolución constituye un acto en juicio cuyos efectos son de imposible
reparación, porque afecte materialmente derechos sustantivos. Al respecto, se determina que es improcedente el juicio de
amparo indirecto promovido en su contra, pues no constituye un acto cuya ejecución sea de imposible reparación. Lo anterior,
porque en términos de los artículos 107, fracción III, inciso b), de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y 107, fracción V, de la Ley de Amparo, el amparo indirecto contra actos dentro de juicio sólo procede cuando
aquéllos sean susceptibles de producir una ejecución de imposible reparación, esto es, cuando afecten materialmente derechos
sustantivos, categoría bajo la cual no se ubica la determinación del aludido medio de impugnación, cuyos alcances son los de
impactar en derechos de índole procesal por incidir únicamente en la configuración probatoria del proceso que habrá de valorar
el juzgador al dictar sentencia; lo anterior adquiere dimensión si se considera que los efectos de esa resolución no son
materializables inmediatamente, ya que dependerá de que lo ahí resuelto llegue a trascender al sentido de la sentencia del
proceso penal. Así, podría darse el caso de que el juez de la causa al valorar las pruebas con miras a emitir un fallo, excluyera
por iniciativa propia los mismos elementos de prueba controvertidos por el quejoso mediante el incidente no especificado, o bien
que los rechazara de valoración por considerarlos producto de vulneración a otros derechos, distintos a no ser torturado. Por el
contrario, si en esa sentencia el juzgador llegase a considerar en contra del imputado pruebas materia del mencionado
incidente, hasta ese momento tal situación habrá trascendido; ocasión en que el imputado podrá instar juicio de amparo directo
en contra de la sentencia definitiva, una vez agotado el recurso que proceda, para determinar si existió tortura, así como
dilucidar si ello afectó su defensa durante el proceso trascendiendo al resultado de la sentencia penal, como prevén los
artículos 170, fracción I y 173, apartado A, fracción XI, de la Ley de Amparo. Lo que corrobora que aquel acto reclamado en
amparo indirecto podría generar afectación únicamente a derechos de índole procedimental.
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CRITERIO JURÍDICO: Al advertirse que el coinculpado del quejoso, quien lo incriminó en los hechos delictivos por los
que fue sentenciado, refirió ser víctima de tortura, ya que fue amenazado psicológicamente para declarar en su contra, lo
que motiva que se ordene la investigación de tales actos, a fin de descartar o establecer su existencia, pues trascenderá
al resultado del fallo respecto del impetrante, ya que fue considerada una declaración rendida por el coacusado que
posiblemente fue obtenida mediante actos de tortura; entonces, debe concederse la protección constitucional para el
efecto de que la responsable: 1. Deje insubsistente la sentencia reclamada; 2. Dicte otra en la que revoque la sentencia
de primera instancia y ordene reponer el procedimiento de primera instancia, a fin de que el Juez de la causa invalide su
determinación de cierre de instrucción, con el objeto de que exija la realización de los exámenes psicológicos y médicos
pertinentes, de conformidad con el Protocolo de Estambul y ordene la práctica de cualquier probanza que sea necesaria
para el esclarecimiento de los hechos vinculados con la tortura alegada por el coinculpado del quejoso, a fin de que
tengan efecto dentro del proceso y puedan valorarse al dictarse la sentencia definitiva en relación con el quejoso, para
determinar si tienen repercusión en la validez de las pruebas de cargo, en específico, en la eficacia de la testimonial de
los agentes captores señalados como perpetradores de esas conductas violatorias de los derechos humanos y, en su
caso, del deposado del propio justiciable si se hubiese emitido con motivo de la tortura que dijo haber sufrido, pues la
respuesta dependería del resultado de las pruebas referidas, estableciendo si esas declaraciones guardan o no relación
directa con el acto de tortura denunciado; 3. Instruya al Juez del conocimiento dar vista al agente del Ministerio Público de
su adscripción, a efecto de que realice los trámites pertinentes para iniciar la investigación relativa a fin de determinar si
se acredita el acto de tortura cometido en agravio del coinculpado del quejoso, pues este aspecto es autónomo al que
realizará el Juez; y, 4. Con las restantes pruebas que no resultaron afectadas de nulidad, determine fundada y
motivadamente, si se encuentra acreditada la materialidad del delito que se imputa al quejoso y la plena responsabilidad
en su comisión; resolución que podrá ser en el mismo sentido que la anterior, o bien, en uno diverso si así lo considera,
en el entendido de que no deberá agravar las penas impuestas.
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CRITERIO JURÍDICO: En el criterio emitido por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia 1a./J. 10/2016 (10a.), (1) de rubro: "ACTOS DE TORTURA. LA OMISIÓN DEL JUEZ PENAL DE INSTANCIA DE
INVESTIGAR LOS DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS LEYES DEL
PROCEDIMIENTO QUE TRASCIENDE A SU DEFENSA Y AMERITA LA REPOSICIÓN DE ÉSTE.", se establece que la omisión
de la autoridad judicial de investigar una denuncia de tortura como violación a derechos fundamentales con repercusión en el
proceso penal, constituye una violación a las leyes que rigen el procedimiento, que trasciende a las defensas del quejoso en
términos de los artículos 173, fracción XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así como 1, 6, 8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura y,
consecuentemente, debe ordenarse la reposición del procedimiento de primera instancia para realizar la investigación
correspondiente y analizar la denuncia de tortura, únicamente desde el punto de vista de violación de derechos humanos dentro
del proceso penal, a efecto de corroborar si existió o no dicha transgresión para los fines probatorios correspondientes al dictar la
sentencia. No obstante, en aquellos casos en que no exista confesión o algún otro acto que implique autoincriminación como
consecuencia de los actos de tortura alegados, no resulta procedente ordenar la reposición del procedimiento de conformidad
con la jurisprudencia antes citada, pues en esos supuestos la violación a derechos humanos derivada de la tortura carece de
trascendencia en el proceso penal por no haber impacto; sin embargo, fuera de esos supuestos de excepción, deberá procederse
como se describe en el criterio jurisprudencial de referencia. Es decir, que la jurisprudencia a que se alude tendrá aplicación
siempre que se trate de asuntos en los que, como consecuencia de la tortura, se haya verificado la confesión o cualquier
manifestación incriminatoria del inculpado, porque en tal caso, la autoridad jurisdiccional estará obligada a realizar una
investigación a fin de determinar si se actualizó o no la tortura y, de corroborarse ésta, deberá ceñirse a los parámetros
constitucionales fijados en relación con las reglas de exclusión de las pruebas ilícitas, esto es, que de no acreditarse el señalado
supuesto de excepción, el citado criterio jurisprudencial operará en sus términos.
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ACTOS DE TORTURA. SI AL CONOCER
DEL AMPARO CONTRA LA SENTENCIA
TESIS RELEVANTES DEFINITIVA, EL JUZGADOR ADVIERTE 2012610 JURISPRUDENCIA I.9o.P. J/20
EN MATERIA PENAL QUE EL COACUSADO DEL QUEJOSO, (10a.)
SOBRE: “ACTOS DE QUIEN NO ES PARTE EN EL JUICIO,
TORTURA” DECLARÓ HABER SIDO VÍCTIMA DE
AQUÉLLOS DURANTE SU DETENCIÓN,
DEBE DAR VISTA AL MINISTERIO
PÚBLICO ADSCRITO PARA QUE ACTÚE
DE ACUERDO CON SUS FACULTADES,
SIN QUE ELLO IMPLIQUE
INOBSERVAR EL PRINCIPIO DE
RELATIVIDAD DE LAS SENTENCIAS DE
AMPARO.
CRITERIO JURÍDICO: De conformidad con el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
todas las personas gozan de los derechos humanos reconocidos en ésta y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano es Parte, así como de las garantías para su protección. De manera que sus autoridades tienen el deber de proteger los
derechos humanos, entre los que se encuentran la prohibición de la tortura y la protección a la integridad personal, como se
establece en los artículos 22 y 29 de la Carta Magna; de ahí que esa obligación no sólo recae en las autoridades que deban
investigar o juzgar el caso de quien refiera haber sido víctima de dichas violaciones, porque de acuerdo con el principio pro
persona, para efectos de la protección de los derechos en cuestión, la autoridad de amparo no debe limitarse a los hechos
denunciados por el quejoso. En ese sentido, si al conocer del amparo contra la sentencia definitiva, el juzgador advierte que el
coacusado de éste, quien no es parte en el juicio, declaró haber sido víctima de actos de tortura durante su detención, esa
manifestación constituye una denuncia de ese acto de violación a la integridad personal, que al advertirse de las constancias del
asunto, y del conocimiento del órgano de control constitucional, lo obligan a dar vista al Ministerio Público de la Federación
adscrito para que éste actúe de acuerdo con sus facultades legales; sin que ello implique inobservar el principio de relatividad de
las sentencias de amparo, a que alude el artículo 73 de la ley de la materia, ya que la vista al representante social no incide en la
determinación que la autoridad de amparo adoptará respecto del quejoso, únicamente se atiende al deber de proteger los
derechos humanos de toda persona, por mandato constitucional.
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CRITERIO JURÍDICO: Si los gobernados, constitucional y convencionalmente tienen el derecho fundamental a que el Estado
investigue las violaciones a sus derechos humanos, en específico, el derecho a no ser objeto de tortura, la autoridad judicial,
como parte integral del Estado Mexicano, ante la denuncia de que un gobernado ha sido víctima de aquélla, tiene la obligación
de investigarla; lo que se constituye en una formalidad esencial del procedimiento, al incidir sobre las efectivas posibilidades de
defensa de los gobernados previo al correspondiente acto de autoridad privativo de sus derechos. Ello, porque al ser
la tortura una violación a los derechos humanos de la que pueden obtenerse datos o elementos de prueba que con
posterioridad se utilicen para sustentar una imputación de carácter penal contra la presunta víctima de la tortura, se advierte
una relación entre la violación a derechos humanos y el debido proceso; lo cual implica que, luego de realizarse la
investigación necesaria para determinar si se actualizó o no la tortura, de obtenerse un resultado positivo, la autoridad que
tenga a cargo resolver la situación jurídica de la víctima de violación a derechos humanos, estará obligada a realizar un estudio
escrupuloso de los elementos en que se sustenta la imputación al tenor de los parámetros constitucionales fijados en relación
con las reglas de exclusión de las pruebas ilícitas. Por tanto, soslayar una denuncia de tortura, sin realizar la investigación
correspondiente, coloca en estado de indefensión a quien la alega, ya que la circunstancia de no verificar su dicho implica dejar
de analizar una eventual ilicitud de las pruebas con las que se dictará la sentencia. Así, la omisión de la autoridad judicial de
investigar una denuncia de tortura como violación a derechos fundamentales dentro del proceso penal, constituye una violación
a las leyes que rigen el procedimiento, que trasciende a las defensas del quejoso, en términos de los artículos 173, fracción
XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como 1, 6, 8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura y, consecuentemente, debe
ordenarse la reposición del procedimiento de primera instancia para realizar la investigación correspondiente y analizar la
denuncia de tortura, únicamente desde el punto de vista de violación de derechos humanos dentro del proceso penal, a efecto
de corroborar si existió o no dicha transgresión para los efectos probatorios correspondientes al dictar la sentencia.
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CRITERIO JURÍDICO: La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis
29/2004-PS, sostuvo que "el derecho a la no autoincriminación es un derecho específico de la garantía genérica de defensa
que supone la libertad del inculpado para declarar o no, sin que de su pasividad oral o escrita se infiera su culpabilidad, es
decir, sin que su derecho a guardar silencio sea utilizado como un indicio de responsabilidad en los hechos ilícitos que le son
imputados", de tal manera que "el derecho de no autoincriminación debe ser entendido como el derecho que tiene todo
inculpado a no ser obligado a declarar, ya sea confesando o negando los hechos que se le imputan; razón por la cual se
prohíben la incomunicación, la intimidación y la tortura e, incluso, se especifica que la confesión rendida ante cualquier
autoridad distinta del Ministerio Público o del Juez, o ante éstos sin la presencia de su defensor, carecerá de valor probatorio".
En consecuencia, es evidente que las autoridades policiacas que realizan una investigación sobre hechos delictivos o que
llevan a cabo una detención no pueden en ningún caso interrogar al detenido; de ahí que, cualquier declaración
autoincriminatoria del imputado rendida ante autoridad distinta del Ministerio Público o del Juez, o ante éstos sin la presencia
del defensor, debe declararse nula por violación al derecho fundamental a la no autoincriminación, con independencia del
medio a través del cual se haya introducido formalmente al proceso, pues es evidente que a dicha declaración no puede
otorgarse ni siquiera un valor indiciario, al ser autoinculpatoria y haberse obtenido con vulneración de los derechos
fundamentales del inculpado.