ASHRAE
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ASHRAE
Por sus siglas en ingles ASHRAE es la Sociedad Americana de Ingeniería para Aire
Acondicionamiento, Calefacción y Refrigeración, ASHRAE, es una organización internacional con
más de 50,000 personas en capítulos por todas partes del mundo. Se organiza la sociedad con el
propósito de buscar avances en las ciencias y artes de la calefacción, ventilación, aire
acondicionado y refrigeración, para el beneficio del público a través de la investigación, escritura
de las normas, educación continua y publicaciones.
El ASHRAE considera el depósito práctico del conocimiento en los varios asuntos que forman el
campo de la calefacción, de la ventilación, del aire acondicionado, y de la refrigeración (HVAC&R).
Los cuatro volúmenes son Fundamentales, Refrigeración, Usos de la HVAC (“Usos”), y Sistemas y
equipo de la HVAC (“Sistemas y equipo”).
ASHRAE también publica una serie bien reconocida de estándares y pautas referentes sistemas y a
ediciones de la HVAC. Estos estándares se refieren a menudo adentro códigos de edificio. Los
ejemplos de los estándares de algún ASHRAE son:
Estándar 34 - Clasificación de la designación y de seguridad de Refrigerantes
Estándar 55 – Condiciones ambientales termales para la ocupación humana
Estándar 62.1 - Ventilación para aceptable Calidad de interior del aire (versiones: 2001 y
anteriores como “62”, 2004 y más allá como “62.1”)
Estándar 62.2 - La ventilación y la calidad de interior aceptable del aire en Bajo-Se
levantan los edificios residenciales
Estándar 90.1 - El estándar de la energía para los edificios excepto Bajo-Se levanta los
edificios residenciales
Estándar 135 – BACnet - Un protocolo de comunicación de datos para las redes de la
automatización y del control del edificio.
Varios ODS (Ozone Depleting Sustances o sustancias que disminuyen la capa de ozono) son
numerados de acuerdo al sistema ASHRAE/ANSI desarrollado décadas atrás y últimamente muy
usado alrededor del mundo. La nomenclatura se basa en la estructura molecular de cada
compuesto.
Uno de los factores que considera el manual ASHRAE es la incomodidad local, el confort expresa
el equilibrio térmico de los ocupantes. Sin embargo, puede ocurrir que el equilibrio térmico, sólo
sea alcanzado como media, quedando partes del cuerpo más calientes, y otras más frías. Se
produce entonces, malestar localizado. En consecuencia, es necesario como complemento del
equilibrio térmico global, evitar malestar local por calor o frío. Para ello se deben tener en cuenta
los criterios expuestos a continuación.
Molestias debidas a corrientes de aire: Investigaciones recientes han demostrado, que a una
velocidad media del aire, el malestar aumenta al aumentar las fluctuaciones temporales de
velocidad del aire. Las fluctuaciones de velocidad se caracterizan por la intensidad de turbulencia
Tu. Esos trabajos, recogidos en el manual de ASHRAE, y más recientemente en el proyecto de
norma europea, han llevado a proponer un índice de molestia DR (Draught Risk), que corresponde
al porcentaje previsible de ocupantes sensibles a las corrientes de aire, y en función de la
intensidad de turbulencia:
La intensidad de turbulencia se toma de tablas al respecto. Así, para una temperatura de aire de
20ºC y un índice de molestia DR del 20%, la velocidad límite del aire V, será alrededor de 15 cm/s
para una difusión de aire tipo clásico, con una intensidad de turbulencia Tu, igual al 40%. En las
mismas condiciones, será 25 cm/s para una ventilación por desplazamiento con intensidad de
turbulencia del 20%. Esta ecuación ha sido establecida para corrientes de aire cerca de la cabeza.
Para apreciación de confort a la altura de pies o tobillos, se estima que el porcentaje de
insatisfechos, es inferior al 5% del resultante de la citada ecuación.
Donde:
Temperatura del suelo.- Si el suelo está demasiado caliente o frío, puede existir sensación de
incomodidad en los pies, si la persona lleva calzado ligero. Los rangos de temperatura de suelo
recomendados en el proyecto de norma europea, son:
Aunque este criterio se aplica principalmente a suelos calientes o fríos, conviene tenerlo presente
al pensar en techos radiantes. De hecho, los intercambios por radiación entre suelo y techo, son
potencialmente susceptibles de llevar al suelo a temperaturas no confortables, especialmente en
casos de suelos de gran superficie, de suelos con revestimiento aislante, o en modo frío, si existe a
la vez un sistema de ventilación forzada a baja temperatura.
Es determinante para el confort el factor de forma entre el sujeto y el techo. Este factor de forma es
función del ángulo α bajo el cual el sujeto ve el techo. Cuanto más bajo y amplio sea el local, más
expuesta está la cabeza al calor radiante.
La Figura 4 da las potencias máximas de calefacción para diferentes alturas de techo y longitud de
local, suponiendo una profundidad del local de 6 m. Esta figura muestra como la potencia máxima
admisible de calefacción aumenta con la altura del local y disminuye cuando su superficie aumenta.
Figura 4. Potencia máxima admisible en calefacción, en función de la longitud del techo calentado y
de la altura h del local
Influencia de las ventanas: Para alcanzar el confort, conviene, independientemente del modo de
calefacción, tener en cuenta el riesgo de molestia debido a paredes exteriores con aislamiento
pobre. El factor clave, es la pérdida de calor por metro lineal de fachada, pues su valor determina la
temperatura media de su superficie y así pues, la velocidad de la corriente convectiva fría a la
ventana. Las velocidades de aire son mayores, cuanto más alto sea el local. Para las alturas
habituales, (alrededor de 2,80 m), la experiencia demuestra que hasta unos 100 à 150 W/ml, las
velocidades de aire se mantienen moderadas y no hay insatisfacción. En edificios con cristales
dobles, las pérdidas son casi siempre inferiores a 150 W/ml de fachada. Si no fuera así, se
recomienda, para compensar el efecto de pared fría, instalar elementos de calefacción
complementarios sobre la pared en cuestión.